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Moix, J. (1998). Disminución de la ansiedad como factor de mejora de la calidad asistencial en pacientes quirúrgicos. Revista de Calidad Asistencial, 13:160-165. DISMINUCIÓN DE LA ANSIEDAD COMO FACTOR DE MEJORA DE LA CALIDAD ASISTENCIAL EN PACIENTES QUIRÚRGICOS Jenny Moix Queraltó Area de Psicología Básica Apartado de correos 29 Universidad Autónoma de Barcelona 08193-Bellaterra Tel. 935813176 Fax 93581329 E-mail: [email protected] Este trabajo ha sido realizado gracias a la ayuda PB94-0700 de la Dirección General de Investigación Científica y Técnica (DGICYT). RESUMEN La calidad asistencial entendida, no desde el punto de vista de gestión ni técnico, sino desde la optica del paciente se suele evaluar con indicadores de satisfacción. En este trabajo argumentamos las ventajas de utilizar como indicador de calidad otra variable, concretamente la ansiedad que sufre el paciente. Partiendo de este indicador, se describen distintos niveles de actuación que se han mostrado eficaces para optimizar la calidad asistencial. Estos son: 1) modificación de infrastructura; 2) modificación de rutina hospitalaria; y 3) aplicación de técnicas psicológicas. INTRODUCCIÓN Según Bohigas 1, la calidad asistencial tiene varios enfoques: el técnico, el de la gestión y el del paciente. En este trabajo, nos centraremos básicamente en el tercero; esto es, en cómo optimizar la calidad asistencial entendida como la vivencia del paciente del proceso de tratamiento, ciñéndonos concretamente al proceso quirúrgico. Los estudios realizados a este respecto ponen especial énfasis en evaluar y mejorar la satisfacción del paciente con el hospital 2-5 . Sin embargo, este es un punto de vista muy limitado dado que la satisfacción no debe ser la única variable a tratar para mejorar la calidad asistencial. Existen otras variables del paciente que también deben ser evaluadas y tratadas como indicadores de calidad asistencial. En nuestra opinión, la ansiedad que sufre el paciente es una de las variables clave dado que, como veremos, la ansiedad incide directamente en el proceso curativo del paciente. A mayor ansiedad, más difícil y lenta suele ser la recuperación postquirúrgica6. En general, se ha mostrado que la ansiedad puede afectar a diferentes indicadores de recuperación como: el dolor, la toma de analgésicos y sedantes, la adaptación psicológica, las náuseas, las complicaciones, la fiebre, la presión sanguínea y la duración de la estancia hospitalaria. Otro de los motivos que convierte a la ansiedad en una de las variables objeto si queremos mejorar la calidad asistencial, se basa en que la ansiedad se encuentra estrechamente relacionada con la satisfacción. Esto es, los 1 pacientes que viven la experiencia quirúrgica como más estresantes son aquéllos que muestran menor satisfación con el hospital 7. Así si, como se ha mencionado, muchos autores otorgan una especial importancia a la satisfacción como indicador de calidad, este énfasis también debe ser trasladado a la ansiedad puesto que incide en la misma. Dado que, como se ha demostrado en varios estudios 8-10, la disminución de la ansiedad supone disminuir la estancia hospitalaria y teniendo en cuenta el elevado coste que supone un día en el hospital, otro de los motivos por los que la reducción de la ansiedad se debe convertir en un objetivo primordial es el econónomico. La conveniencia de la redución de la ansiedad en pacientes quirúrgicos se convierte todavía en más patente si pensamos que la disminución de la estancia hospitalaria, podría contribuir a solucionar el problema de las largas listas de espera que sufren los hospitales de nuestro país. Asimismo, como comentan Martínez y Valiente11, la reducción de la ansiedad del paciente quirúrgico se basa en gran medida en proporcionarle información. Así nos interesa estudiar cómo reducir la ansiedad por la vía informativa por motivos judiciales dado que el consentimiento informado se ha convertido en un derecho del paciente. Por todos estos motivos, consideramos la ansiedad una de las variables más importantes a tratar para optimizar la calidad asistencial. Llegados a este punto, nos podemos preguntar: ¿de qué forma podemos aumentar la calidad asistencial reduciendo la ansiedad de los 2 pacientes quirúrgicos? Existen multitud de estudios que de diversas maneras han conseguido disminuir la ansiedad y facilitar la recuperación. Las estrategias que se han empleado para reducir la ansiedad se pueden catalogar en tres distintos niveles de actuación: 1.- Modificación de infraestructura 2.- Modificación de rutina hospitalaria 3.- Aplicación de técnicas psicológicas 3 NIVELES DE ACTUACIÓN PARA OPTIMIZAR LA CALIDAD ASISTENCIAL Modificación de infraestructura La infraestructura se refiere sobretodo a la arquitectura y a la decoración del hospital. Diversos estudios nos sugieren que algunas estrategias para disminuir la ansiedad podrían consistir en realizar cambios en el contexto físico del hospital. Uno de estos trabajos es el realizado por Ulrich12, este autor, estudiando a un grupo de 46 pacientes que debían someterse a una colecistectomía, comprobó que aquéllos que se encontraban en una habitación con vistas a un paisaje natural necesitaron menos analgésicos y menos días para ser dados de alta que aquéllos que no disfrutaban de estas vistas. Probablemente el hecho de tener una ventana con vistas a un paisaje natural, distraía y relajaba a los pacientes. Por tanto, este estudio sugiere la conveniencia de tener en cuenta en el diseño del hospital la construcción de ventanas, pero no por un motivo estético sino porque se traduce indirectamente en una mejoría y redución de la estancia hospitalaria. Introducir música en algunas salas del hospital también podría ser un cambio de "infraestructura" recomendado. De hecho, algunos estudios donde comparan un grupo experimental que tuvo la oportunidad de escuchar música mientras se encontraba en la antesala del quirófano con uno control que no escucho música alguna, se comprueba que los pacientes del grupo 4 experimental sienten menos ansiedad 13-14. Lo mismo sucede con los pacientes que pueden ver la televisión en el área preoperatoria15. En el caso del paciente pediátrico es también evidente que el contexto físico en el que se encuentra influye en cómo vive la experiencia de la hospitalización. Los aspectos de la infraestructura que deben tenerse en cuenta para que el niño esté a gusto son muchos, pero requiere una especial atención el espacio donde el niño espera para entrar en el quirófano, dado que aquí vivirá uno de los momentos más estresantes de toda su hospitalización. Existen hospitales en que los niños que esperan para entrar en el quirófano, ven a los que salen del mismo, la mayoría de la veces con manchas de sangre, tiritando o quejumbrosos. No es difícil imaginarse que esta situación es del todo desagradable y muy angustiosa para el niño que se encuentra esperando. Por tanto, se debería evitar que los niños que esperan puedan ver a los que salen del quirófano ya sea mediante modificaciones en la arquitectura del lugar o, como en muchos casos ello no es posible, mediante biombos o soluciones más factibles. Lo expuesto en este apartado son sólo pequeños ejemplos de la importancia de la infraestructura en la vivencia hospitalaria dado que los aspectos que deberían tenerse en cuenta en el diseño de los hospitales para fomentar la tranquilidad y distracción de los pacientes son innumerables. Modificación de la rutina hospitalaria La rutina hospitalaria se refiere a asuntos como la organización interna o los horarios. Son muchos los estudios que nos sugieren la 5 conveniencia de realizar cambios en la rutina hospitalaria para mejorar el estado emocional y la recuperación de los pacientes. Un aspecto que, por ejemplo, debería revisarse de la rutina hospitalaria es la asignación de los pacientes a las habitaciones. Dos investigaciones han puesto de relieve que los sujetos que comparten la habitación con una persona ya operada disfrutan de una más fácil recuperación que aquéllos que la comparten con alguien que todavía no ha sido intervenido16-17. Normalmente, en los hospitales las razones por las que se asignan a los enfermos a las habitaciones suelen ser meramente burocráticas, sin embargo este estudio nos apunta la necesidad de tener en cuenta, siempre que ello sea posible, las características de los enfermos para llevar a cabo esta asignación. Así mismo, también debería revisarse el régimen de visitas dado que se ha comprobado que el apoyo social, evaluado a partir del número de visitas por parte de la pareja del paciente, reduce el dolor y la estancia hospitalaria18. Así si permitimos al paciente, a ser posible, recibir estas visitas indirectamente estamos repercutiendo en su recuperación. Otro aspecto de la rutina hospitalaria a revisar es la información que reciben los familiares del transcurso de la intervención quirúrgica. Normalmente no se lleva a cabo una información sistemática a familiares mientras el paciente está siendo intervenido y, sin embargo, este es un aspecto importante como ha puesto en evidencia el estudio de Leske 19. En esta investigación se comprobó que si los familiares eran informados en 6 repetidas ocasiones del curso de la intervención quirúrgica mientras ésta se estaba llevando a cabo, se encontraban menos ansiosos y presentaban una presión sanguínea y frecuencia cardíaca menor. Respecto al paciente pediátrico, existen también muchos aspectos de la rutina hospitalaria que deberían ser revisados. Por ejemplo, muchas madres se quejan de que cuando el niño está dormindo después de haberle costado mucho tiempo conseguirlo debido al dolor, la enfermera lo despierta para tomarle la temperatura. Aunque desde el punto de vista de la organización de enfermería probablemente esta sea la forma más adecuada, se podrían pensar otras maneras que también tuvieran en cuenta las necesidades del paciente. Estas necesidades fueron estudiadas en la investigación de Kristjánsdollir 20, en la que se interrogó al respecto a 34 progenitores de niños hospitalizados. Muchas de las necesidades expresadas hacían referencia a asuntos referentes a la rutina hospitalaria. Como por ejemplo: posibilidad de permanecer con el niño las 24 horas, participar en los cuidados del niños (limpieza, temperatura, etc.), facilidad para poder contactar con los médicos una vez en casa, y posibilidad de dormir en el hospital. En cuanto al deseo de los padres de cooperar en el cuidado de sus hijos se han realizado varios estudios que apuntan la conveniencia de que ello se lleve a cabo. Según estas investigaciones el hecho de que los padres colaboren (previamente entrenados) comporta beneficios tanto de tipo sanitario como económico ya que se reduce: el riesgo de problemas 7 psicológicos, la estancia sanitaria y el coste de la misma21. Aunque la colaboración de los padres no está excenta de inconvenientes (interfiere en la organización del servicio, puede aumentar la ansiedad de los padres en algunos momentos, etc.), éstos pueden disminuir con una correcta preparación. Es conveniente que los padres formen parte de la rutina hospitalaria no sólo realizando tareas de enfermería, sino estando presentes durante los procedimientos dolorosos o estresantes intentado calmar y distraer a sus hijos. Uno de los momentos en los que se indica que los padres estén presentes es durante la inducción de la anestesia22, aunque respecto a este punto las opiniones son controvertidas dado que depende mucho del tipo de organización del hospital y sobretodo del "tipo" de padres. También es aconsejable que los padres estén presenten cuando el niño se despierta, se ha comprobado que los padres que se encuentran con el niño durante su despertar sufren menos ansiedad que aquéllos que no están presentes en este momento 23. Además de las sugerencias indicadas en el presente apartado, existen muchas otras modificaciones que se deberían introducir en las rutinas hosptalarias. No es fácil enumerr todas las posibles modificaciones recomendables dado que son muchas y dependen en gran medida de las características del hospital. Por ello, consideramos que las modificaciones aconsejables para cada hopsital deberían ser el resultado de un detallado análisis de las rutinas del centro teniendo desde el punto de vista de las 8 necesidades del paciente. Aplicación de técnicas psicológicas Las técnicas psicológicas empleadas son muy variadas. A continuación las describiremos agrupándolas en tres grandes grupos . Técnicas cognitivas En este apartado incluiremos aquellas técnicas cuyo principal objetivo ha consistido en alejar los pensamientos negativos respecto a la operación. . Apoyo psicológico. Llamamos técnica de apoyo psicológico a aquélla que se basa principalmente en crear un clima de confianza para poder hablar con el paciente de forma distendida sobre sus preocupaciones acerca de la operación. Aunque de todas la técnicas que describiremos, esta técnica es la menos estructurada, también se consigue mediante su aplicación una facilitación de la recuperación24-26 . . Reestructuración cognitiva. Esta técnica se basa en el cambio de pensamiento negativos respecto a la intervención y hospitalización por otros positivos. Esto es, consiste en enfatizar al sujeto los aspectos positivos de la intervención como "aprovecharé para descansar, leer,..." 27-28. . Recordar. Esta técnica se utilizó en la investigación de Rybarczyk y Auerbach29 con gente mayor de 65 años y consistió: o en recordar acontecimientos pasados positivos; o bien, en recordar ocasiones en las que gracias a la habilidad del sujeto se había superado con éxito algún obstáculo. Ambos procedimientos se mostraron efectivos. Los beneficios consistieron en la disminución de la presión sanguínea y la disminución de la ansiedad. 9 .Imaginación guiada. Durante la imaginación guiada, el paciente ha de realizar un viaje mental por todo el cuerpo hasta la herida y una vez allí imaginarse el proceso normal de curación. Esta técnica junto con la relajación se utilizó en el estudio de Holden-Lund 30. Los resultados indicaron que los pacientes a los que se les aplicó esta terapia sufrieron menos ansiedad, liberaron menos cortisol y presentaron menos eritemas en la herida. . Hipnosis. La hipnosis es otra de las técnicas que se ha utilizado en el ámbito de la cirugía. En este campo se utiliza sobre todo con el fin de tranquilizar al paciente antes de la operación y también para sugestionarlo de que la misma va a ser un éxito y que la recuperación será fácil y rápida. Esta técnica incluso se ha utilizado con el fin de disminuir la cantidad de anestesia necesaria para la intervención31. Los beneficios conseguidos mediante la hipnosis son muchos, como la disminución de: la ansiedad, los analgésicos, los días de estancia hospitalaria, las complicaciones, etc32. .El juego médico Esta técnica se emplea exclusiavamente con pacientes pediátricos y consiste básicamente en jugar con el niño. Para llevar a cabo estos juegos se suele utilizar material inofensivo propio del hospital (mascaras, jeringuillas, etc.) y muñecos anatómicos. Estos juegos permiten que los niños expresen sus emociones a través de los muñecos de una forma socialmente más admitida. Durante el juego el adulto indica al niño que señale la parte del muñeco que le van a operar, con lo que se puede conocer en muchos casos 10 las ideas erróneas de los niños y modificarlas. Por ejemplo, muchos niños indican cómo va a ser la cicatriz señalando una área exageradamente extensa del muñeco, en este caso la utilización del muñeco nos puede ayudar para corregir al niño e indicarle exactamente el tamaño y el lugar de la cicatriz. Los muñecos también pueden ser utilizados para explicar a los niños algunos procedimientos médicos como las inyecciones o la inducción de la anestesia. La eficacia de estos juegos se ha demostrado en varios estudios . 38,44-45 . El dibujo Como la anterior, esta técnica se emplea únicamente con pacientes infantiles. La gran imaginación que poseen los niños les lleva en muchos casos a imaginar la operación como un acto totalmente cruel. Animar a los niños a que dibujen cómo creen que será la operación es una forma sumamente útil para conocer cómo imagina el niño la operación y a partir de aquí modificar sus ideas erróneas46. En muchos de los dibujos se pueden apreciar jeringuillas de tamaños exagerados, cicatrices que casi abarcan todo el cuerpo, y otras distorsiones parecidas. Técnicas conductuales El objetivo de las técnicas conductuales es dotar al paciente de estrategias que le ayuden a afrontar lo mejor posible el proceso de hospitalización y recuperación. . Relajación. Habitualmente, se entrena al paciente en relajación antes de la intervención quirúrgica y se le anima a que la practique diariamente 11 durante su convalecencia. Los beneficios conseguidos mediante esta técnica son muchos : disminución de la ansiedad, reducción de la toma de analgésicos, disminución de la presión sanguínea y la frecuencia cardíaca, etc . 28,33-35 En pacientes infantiles también se ha empleado con resultados satisfactorios la relajación. Aunque con niños muchas veces los procedimientos empleados para conseguir la relajación son diferentes. Tal y como nos aconseja Palomo 36, si el niño tiene menos de 7 ó 8 años, se puede utilizar la técnica "Robot-muñeco de trapo". En primer lugar el niño debe actuar como un robot de forma rígida y tensa, y a continuación como un muñeco de trapo de forma floja y relajada. De esta forma progresivamente ira relajando la musculatura. . Desensibilización sistemática. Esta técnica se basa en la relajación pero además el paciente debe visualizar los aspectos que le producen ansiedad de forma progresiva. Esto es, primero debe imaginarse la situación menos estresante (por ej. preparando la maleta para ir al hospital), cuando logra encontrarse relajado imaginando esta situación, debe visualizar la segunda que más le amenaza y así sucesivamente hasta que logra imaginarse la situación que más le angustia mientras se encuentra relajado (por ej. esperando en la antesala del quirófano) 27. . Modelado. Este método se ha utilizado principalmente con pacientes pediátricos. En esta técnica, el niño y en algunos casos también los padres, deben contemplar una cinta de vídeo o diapositivas en las que se muestra 12 cómo un niño y sus padres afrontan correctamente todas la etapas de la hospitalización. Se trata que los niños y sus padres aprendan por imitación cómo deben actuar en los momentos más difíciles de la hospitalización: el ingreso, la sepación padres - niño, las inyecciones, el dolor, etc 37-43. . Distracción Las personas no somos capaces de procesar, de forma consciente, dos informaciones al mismo tiempo. Esto es, no podemos prestar atención a dos estímulos diferentes paralelamente en el mismo instante. Partiendo de esta premisa, si cuando sentimos dolor logramos que nuestra atención se dirija a otra información diferente al dolor, la experiencia consciente de dolor disminuirá o incluso desaparecerá. Por tanto, es conveniente entrenar a los pacientes a distraerse, es decir; a prestar atención a algo diferente al dolor.Existen varias técnicas basadas en la distracción que se emplean principalmente en niños (véase la revisión de Moix47). . Entrenamiento a los padres En el caso de los pacientes pediátricos, los padres poseen un papel primordial. La ansiedad de los niños es, la mayoría de las veces, el reflejo de la ansiedad que sienten sus padres. Por ello, una técnica de algunos programas de preparación para niños consiste en entrenar a sus padres en relajación u otras técnicas de control del estrés48. Técnicas informativas La técnica más utilizada con pacientes quirúrgicos se basa en informar a los pacientes acerca de la operación y la hospitalización. Esta técnica posee 13 diferentes modalidades que vienen determinadas por cómo y qué tipo de información se facilita. Respecto a la forma de suministrar información, ésta se puede facilitar a través de folletos, cassettes, vídeos o mediante la simple conversación. En cuanto al contenido, existen dos clases de información. Una es la que hace referencia al procedimiento. Es decir, se informa al paciente sobre la naturaleza de las diferentes fases: pre, intra y postquirúrgica. El segundo tipo de información se centra en las sensaciones que probablemente el paciente sentirá como: el dolor, la somnolencia, rigideces, etc. Evidentemente, en muchos casos la información hace tanto referencia al procedimiento como a las sensaciones. La eficacia de las técnicas informativas depende en gran medida del estilo de afrontamiento de los pacientes. Diversas investigaciones 49-53 demuestran que la información produce efectos beneficiosos a los pacientes "vigilantes" (sujetos que normalmente intentan superar las situaciones estresantes obteniendo la máxima información sobre las mismas) mientras que incluso puede provocar efectos contraproducentes en personas "evitadoras" (sujetos que no suelen querer ningún tipo de información intentando superar la ansiedad sin pensar en el problema). Así lo conveniente es dar al paciente la cantidad de información que necesita. Aunque existen varios métodos para conseguirlo, el más natural consiste en crear un clima de confianza para que el paciente pregunte sobre lo que más 14 le preocupa, de esta forma será el enfermo el que ira solicitando la información necesaria. Es importante complementar la información con folletos informativos que paciente pueda leer tranquilamente en casa 54, dado que la información que se suministra en la consulta en muchos casos dada la ansiedad del paciente no es entendida ni recordada completamente. En el caso de los pacientes pediátricos, en algunas ocasiones y dependiendo fundamentalmente de la edad de los niños, lo más adecuado es dar la información a los padres puesto que ellos son los que mejor les pueden transmitir la información. De todas formas, es necesario no sólo indicar a los padres sobre qué aspectos deben informar a sus hijos sino también sobre cómo deben hacerlo 47. CONCLUSIONES A lo largo de este trabajo hemos expuesto los resultados de distintos estudios que demuestran empíricamente formas eficaces para reducir la ansiedad y así mejorar la calidad asistencial del paciente quirúrgico. De hecho, aunque hemos descrito numerosas investigaciones, las conclusiones extraídas por algunas de ellas podrían deducir de análisis detallado del proceso del paciente a lo largo de la hospitalización siempre realizado desde la óptica de las necesidades del paciente. Esto es, así como se realizan análisis de proceso desde un prisma económico también deberían realizarse desde el punto de vista de costos "humanos". Este tipo de análisis permitiría la identificación de aspectos a mejorar para su posterior optimización, consiguiéndose, como apuntan las diversas investigaciones al respecto, 15 beneficios a distintos niveles: reducción de la ansiedad, aumento de la satisfacción con el hospital, facilitación de la recuperación postquirúrgica e incluso indirectamente beneficios de tipo económico al disminuir el número de días de estancia. 16 Referencias 1.- Bohigas Ll. La calidad en la reforma sanitaria. La Vanguardia (suplemento ciencia y salud), 8 de febrero de 1997. 2.- Fitzpatirck M. Surveys of patient satisfaction.Br Med J, 1991; 302:887889. 3.- Ibern P. La medida de la satisfacción en los servicios sanitarios. Gac sanit, 1992; 6: 176-185. 4.- Meredith P. Patient satisfaction with communication in general surgery: problems of measurement and improvement. Soc Sci Med, 1993;37: 591602. 5.- Meredith P. 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