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HAZ DE TU FAMILIA, UN HOGAR DE MISERICORDIA
OBJETIVOS:
1.
Facilitar algunas herramientas de reflexión que giren en torno a la importancia que tiene el AMOR
MISERICORDIOSO DEL PADRE a la familia de hoy, en todos sus contextos y niveles, para así de esta
manera contribuir al desarrollo pleno de la Verdad de ese Amor puro dentro de la Familia.
2.
Fomentar aún más el conocimiento del Amor de Dios, haciéndolo posible en la educación que se tiene que
tener y vivir dentro de la Familia, es por ello, que presentamos unas pequeñas pinceladas de cómo Dios es ese
gran pintor dentro de cada uno de nosotros.
AMBIENTACION: Al iniciar el encuentro es importante colocar en lugar visible el tema del encuentro con los
objetivos que se quieren alcanzar. (Si es posible colocar afiche o proyectar la imagen del Hijo Pródigo, del autor
Rembrandt, donde se demuestra de manera visible la Misericordia del Padre o también pueden ambientar colocando
carteles con frases sobre la Misericordia, que encontrarán al final del tema)
INTRODUCCIÓN:
Con la invitación del Papa Francisco de proponernos el gran Jubileo Extraordinario de la Misericordia para el dia 8 de
Diciembre del 2015, se quiere lograr , que todos comprendamos que estamos llamados a vivir plenamente esa
Misericordia de Dios y hacer posible –mostrar con nuestros actos-, ese rostro del Padre en medio de la humanidad.
Con esta presentación en líneas generales queremos centrar nuestra mirada en el desarrollo del tema que girara en torno
a cómo el AMOR MISERICORDIOSO DEL PADRE nos invita a reflexionar sobre el AMOR EN LA FAMILIA –
FRUTO DE LA MISERICORDIA ES EL AMOR-, y para ello, se necesita y es primordial tener un conocimiento
QUE SE CENTRE EN: COMO LA FAMILIA PUEDE LLEGAR A SER UN HOGAR DONDE SE VIVA Y SE
TRANSMITA LA MISERICORDIA DE DIOS, DESDE UNA EDUCACION EN EL AMOR.
“Así pues, la Misericordia de Dios no es una idea abstracta, sino una realidad concreta con lo cual El revela su amor,
que es como el de un padre o una madre que se conmueven en lo más profundo de sus entrañas por el propio hijo. (…)
un amor “Visceral”. Porque proviene desde lo más íntimo como un sentimiento profundo, natural, hecho de ternura y
compasión, de indulgencia y de perdón.” (Cf. Bula Misericordiae Vultus N. 6)
DINAMICA:
LA PELOTA IMAGINARIA
Materiales: Biblia y los pasajes bíblicos impresos (Lc 6, 27-38; Lc. 10, 30-37;Lc 15, 1-7; Lc 15 8- 10; Lc 15 11- 32)
Se divide la asamblea en 5 grupos y se nombra un encargado por cada uno de ellos para llevar la pelota, deberá tener
ya los pasajes bíblicos preparados, relacionados con la Misericordia de Dios y deberá entregar a cada uno de los
encargados. En este primer momento , cada grupo leerá y discutirá todo lo relativo al mismo, pero la variante es que
esta reflexión no debe ser dirigida al exterior sino una mirada profunda hacia mi interior y mi familia (como decimos a
veces, si estuviera mi comadre aquí esto le cae completico a ella o la familia Pérez si es problemática). Una vez
concluida este primer momento, se les invita a todos que se pongan de pié en forma de círculo y el animador explica
que tiene una pelota de goma en la mano. Muestra el tamaño, el peso y la rebota en el piso. Es una pelota imaginaria.
Debe preguntar a todos los participantes si la ven.
Se explica a los participantes que cada uno de los integrantes podrá lanzarle la pelota a un compañero, pero primero,
debe decirse el nombre del mismo y lo invitara a compartir con los demás sus apreciaciones sobre la lectura Este recibe
la pelota y responde, seguidamente nombra a otro, le hace la misma invitación y le tira la pelota, ( Si no sabe el nombre
de alguien, se lo pregunta) así sucesivamente hasta que todos participan, El animador puede decir, en cualquier
momento, que el tamaño y el peso de la pelota ha cambiado, mucho más grande o muy pequeñita. Los gestos de lanzar
y de recibir deben estar de acuerdo al peso y tamaño de la pelota.
Se compartirá en plenaria, un resumen de lo aprendido sobre la dinámica los descubrimientos o redescubrimiento
personales y/o Familiares
DESARROLLO DEL TEMA:
Iniciamos este tema transcribiendo un ejemplo que reporta D. Von Hildebrand de un caso que se podría titular “el
milagro de un amor fiel”.
“Una persona conocida, que vivía un matrimonio feliz, quedó gravemente herida en un accidente automovilístico.
Estuvo en coma varios meses; las graves lesiones del cerebro y la parálisis total que padecía hacían pensar que era un
caso desesperado. El médico dijo al marido que no se recuperaría nunca. Por eso, en el caso de que no muriera en
seguida, debería prepararse para alojarla en una residencia destinada a personas que solo tienen vida vegetativa. El
marido no quería saber nada de todo esto.
Desde el principio, tras su trabajo, pasaba cinco horas junto a la cama de su esposa y explico que no renunciaría en
modo alguno y que, en caso de que siguiera con vida, quería traerla de nuevo a su casa. La mujer sobrevivió a las
lesiones y, a los ocho meses, volvió a su hogar. Al principio, casi completamente paralítica, pero con la inteligencia
totalmente despierta. Después de varios meses de asistencia conmovedora por parte de su marido y de sus hijos, ha
vuelto a poder desempeñar su profesión”1.
EDUCAR PARA EL AMOR (1 Jn 4, 7-21)
El texto de 1 Jn 4, 7-21 se puede designar como el núcleo y punto culminante de su primera carta. Y lo es
principalmente por la expresión de que “Dios es amor” (4, 8.16). En la base de la familia está el amor. Y el amor no
es solo un valor humano, para nosotros los creyentes Dios mismo es amor y todo amor hace referencia a Él. El tema del
amor domina toda la secuencia de I Jn 4, 7-21. ¿De dónde viene el amor? ¿Cómo se manifiesta? ¿Podemos amar a
Dios? ¿Hay que partir del amor a Dios para llegar al amor al prójimo? ¿Puede decirse que amar al hermano es un signo
del amor de Dios? En los vv. 7-10 el autor nos dice qué es el amor y cómo se manifiesta. En los vv. 11-21, partiendo
de la afirmación del amor en Dios, de la manifestación de ese amor, desarrolla el aspecto del amor al hermano.
Iluminemos este desarrollo temático con las siguientes ideas:
1ª Iluminación: podemos apreciar en el numeral 8 de la Bula de la Misericordia, el Papa Francisco lo expresa
claramente: “Este amor se ha hecho ahora visible y tangible en toda la vida de Jesús. Su persona no es otra cosa sino
amor. Un amor que se dona y se ofrece gratuitamente. Sus relaciones con las personas que se le acercan dejan ver algo
único e irrepetible. Los signos que realiza, sobre todo hacia los pecadores, hacia las personas pobres, excluidas,
enfermas y sufrientes llevan consigo el distintivo de la misericordia. En el todo habla de misericordia. Nada en Él le
falta compasión”. (Cf. Bula Misericordiae Vultus N 8).
2ª Iluminación: Jesús afirma: “lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre” (Mt 19, 6) con esto indica que es Dios
quien pone en el corazón del hombre y de la mujer, el amor y la voluntad de mantener fielmente esa entrega. Pero esto
no siempre se realiza. No todas las personas ven el matrimonio en el plan de Dios, no todos lo asumen como vocación
y misión. Si eso se diera, otra seria la realidad.
EL FUNDAMENTO DEL AMOR
El apóstol Juan en su primera carta nos ratifica que Dios-Amor es fuente del amor, y fuente de la fe con la siguiente
lectura: “Queridos míos, amémonos unos a otros, por que el Amor viene de Dios. Todo el que ama ha nacido de Dios y
conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, pues Dios es Amor” (1 Jn 4, 7-8).
Nos confirma el apóstol Juan una vez más: “Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos
amarnos mutuamente. A Dios no lo ha visto nadie jamás, pero si nos amamos unos a otros, Dios está entre nosotros y
su amor da todos sus frutos entre nosotros. (4,11-12)
1
VON HILDEBRAND, Dietrich. La esencia del amor. Eunsa, Pamplona, 1998, pp 391-392
Para conocer la naturaleza del amor –del que Dios es la fuente y origen- el autor muestra como lo ha practicado Dios.
Se hizo visible al enviar a su Hijo para la salvación del mundo (10.14). Este singular acto amoroso de Dios es norma y
modelo para el amor de los cristianos. Ahora bien, estas consideraciones las seguimos viendo en el documento del Papa
Francisco exponiéndolas claramente: “Lo que movía a Jesús en todas las circunstancias no era sino la misericordia, con
la cual leía el corazón de los interlocutores y respondía a sus necesidades más reales”. (Cf. Bula Misericordiae Vultus
N 8).
EL AMOR EN LA FAMILIA
Estas afirmaciones de la carta de Juan pueden ser aplicadas fácilmente a las relaciones y vivencias en la familia. El
amor entre esposo y esposa, al amor de los padres para con los hijos. ¿Qué más prójimo que estos? El amor es lo que
constituye la Familia. El amor humano hay que plantearlo siempre en sintonía con el amor de Dios. Esta es sin duda
una grave deficiencia en muchas familias: prescinden del horizonte de Dios, del horizonte de la fe. Como si Dios no
tuviera nada que ver con ellos. Si queremos un amor autentico, profundo y duradero, debe estar fuertemente arraigado
en Dios.
LA FAMILIA FORMADORA DE PERSONAS
Es deber de los padres crear un ambiente de familia animado por el amor, por la piedad hacia Dios y hacia los hombres,
que favorezca la educación integral, personal y social. Permanece en cada hombre la obligación de conocer lo esencial
a toda persona humana en la que sobresalen los valores de la inteligencia, de la voluntad, de la conciencia y de la
fraternidad; la familia es el primer lugar donde como madre y nodriza infunde esta educación.
CULTIVAR Y EDUCAR PARA EL AMOR
El amor hay que cultivarlo y educarlo. El ámbito adecuado del cultivo del amor es la familia misma. Pero, ¿Cómo
puede ser este el ambiente adecuado cuando la familia es a menudo inestable o incompleta? Familias donde falta el
amor y se repiten escenas de violencia y maltrato. Familias donde falta el padre.
¿Quién educa para el amor? No la escuela, menos la calle. Es la familia, ¿Quién puede ofrecer un ambiente de
relaciones sanas, fraternales, entre muchachos y muchachas, donde se pueda crecer en el respeto, la aceptación y la
amistad; donde puedan nacer sentimientos de amistad y de amor?
Como conclusión final, tenemos los consejos del Papa Francisco que nos invita y nos dice cómo vivir la
misericordia: “Redescubramos las obras de misericordia corporales: dar de comer al hambriento, dar de beber al
sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos. Y no
olvidemos las obras de misericordia espirituales: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que
yerra, consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar a Dios por los vivos y
por los difuntos.
No podemos escapar a las palabras del Señor y en base a ellas seremos juzgados: si dimos de comer al hambriento y de
beber al sediento. / Si acogimos al extranjero y vestimos al desnudo. / Si dedicamos tiempo para acompañar al que
estaba enfermo o prisionero (Cfr Mt 25,31-45). Igualmente se nos preguntará si ayudamos a superar la duda, que hace
caer en el miedo y en ocasiones es fuente de soledad; / si fuimos capaces de vencer la ignorancia en la que viven
millones de personas, sobre todo los niños privados de la ayuda necesaria para ser rescatados de la pobreza; / si
fuimos capaces de ser cercanos a quien estaba solo y afligido; / si perdonamos a quien nos ofendió y rechazamos
cualquier forma de rencor o de odio que conduce a la violencia;/
si tuvimos paciencia siguiendo el ejemplo de Dios
que es tan paciente con nosotros; finalmente,
si encomendamos al Señor en la oración a nuestros hermanos y
hermanas. (Cf. Bula Misericordiae Vultus No. 15).
Pensemos y reflexionemos ¿practicamos en nuestras familias estos actos de misericordia? ¿Enseñamos a nuestros hijos
cual debe ser su comportamiento ante estas circunstancias?
Leamos nuevamente cada frase y muy internamente, meditémosla y veamos hasta donde cada uno de nosotros
podemos ser juzgados por Dios por no practicar la misericordia en nuestros hogares, con los miembros de la familia.
Con nuestro entorno.
(El facilitador relee nuevamente una por una las frases subrayadas y da una pausa para que los participantes mediten)
No olvidemos las palabras de san Juan de la Cruz: « En el ocaso de nuestras vidas, seremos juzgados en el amor ».
El Papa Francisco nos ilumina lo anteriormente expuesto de la siguiente manera: “Como se puede notar, la misericordia
en la Sagrada Escritura es la palabra clave para indicar el actuar de Dios hacia nosotros. Él no se limita a afirmar su
amor, sino que lo hace visible y tangible. (…) Como ama el Padre, así aman los hijos. Como Él es misericordioso, así
estamos nosotros llamados a ser misericordiosos los unos con los otros.” (Cf. Bula Misericordiae Vultus N 9).
ILUMINACION BIBLICA:
Sugerimos se tome la bienaventuranza en la que se ha es inspirado el Papa Francisco para este Año
Santo: “Dichosos los misericordiosos, porque encontraran misericordia” (Mt 5, 7) (Cf. Bula Misericordiae Vultus n 9).
“Sed misericordiosos, como el Padre vuestro es misericordioso” (Lc 6,36).
“Acuérdate, Señor, de tu misericordia y tu amor; que son eternos.” (Sal.25, 6)
REFLEXION ESCRITA:
1.
2.
3.
¿Realmente amo a Jesús como Señor de la Misericordia? ¿Cómo es mi amor por Él, de palabra, de acción, de
corazón o superficial, débil de acuerdo a las circunstancias?
¿En qué forma pueden los padres realizar en el hogar la formación catequética de sus hijos?
¿Qué momentos importantes debe aprovechar la familia para hacer crecer a sus hijos en la Misericordia?
Reunirse en pequeños grupos y sacar conclusiones
Plenaria
COMPROMISO:
Invitar a los participantes que expresen como se han sentido ante este tema, que han descubierto sobre la Misericordia
del Señor y a que se comprometen para iniciar o reforzar en sus hogares la práctica de la misericordia. Igualmente los
invitamos a que adquieran y lean el texto de la Bula Misericordiae Vultus (El rostro de la misericordia), lectura
interesante y necesaria en estos tiempos difíciles.
EVALUACION: Ver anexo al final
CANCION:
DAME UN NUEVO CORAZÓN SEÑOR,
UN CORAZÓN PARA ALABARTE,
UN CORAZÓN PARA SEGUIRTE,
YO QUIERO UN NUEVO CORAZÓN SEÑOR,
LIMPIO COMO EL CRISTAL, DULCE COMO LA MIEL
UN CORAZÓN QUE SEA COMO EL TUYO SENOR.
Oración por la Familia
Dios, Creador del cielo y de la tierra, Padre de Jesús y Padre nuestro, Bendito seas Señor, porque por tu Infinita
misericordia te has inclinado sobre la familia humana y nos has dado a Jesús, tu Hijo, nacido del seno de la familia de
Nazaret, nuestro salvador y amigo, hermano y redentor.
Padre bondadoso, humildemente te suplicamos por nuestras familias, que te dignes llenarlas de todas las verdades, en
perfecta paz. Donde haya mancha, purifícala! Dónde esté en error, dirígela! Y en todo extravió, refórmala! En lo que
sea justa, establécela! En cuanto carezca, provéela! Y cuándo esté dividida, únela! Por amor de tu Hijo que murió y
resucitó, y vive siempre para interceder por nuestras familias.
Omnipotente Dios, que nos has dado esta buena tierra por heredad, bendice las familias de nuestro país, con labor
honrada, conocimiento profundo y sanas costumbres. Guárdanos de toda violencia, discordia y confusión de orgullo y
arrogancia y de todo mal camino.
Defiende nuestra libertad, y forma una nación unida a imitación de la familia de Nazaret.
Amén.
FRASES DE AMBIENTACION (tomado de Misericordiae Vultus N.2)
1.- Misericordia es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro.
2.- Misericordia es fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación.
3.- Misericordia es la ley fundamental que habita en el corazón de dada persona cuando mira con ojos sinceros al
hermano que encuentra en el camino de la vida.
4.- Misericordia es la vía que une a Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados no obstante
el límite de nuestro pecado.