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Los borbones en España “En España quedan en gran parte inútiles tres cosas, que fundan la grandeza y opulencia de una pujante Monarquía, es a saber, tierras, hombres y dinero. En Inglaterra y Holanda no se ve un palmo de tierra que no sirva ni un hombre sin ocupación, ni un sueldo que no gire en el comercio. Por todo ello son tan florecientes aquellas naciones. “ Bernardo Ward 1779. El uno de noviembre de 1700 moría sin sucesión Carlos II, el último monarca español de la casa de Austria. En aquel momento la economía se hallaba en decadencia, la población en retroceso (afectada por guerras y epidemias del siglo anterior) y las instituciones políticas se han transformado en un nudo de intrigas, corrupción y enfrentamientos personales. Los males no eran irremediables y el país tenía una enorme fuerza potencial con sus posesiones italianas, los Países Bajos (PPBB), las colonias de Extremo Oriente y el Pacífico y sobre todo las colonias Americanas. Por todo esto, la herencia de Carlos II es codiciada por las grandes potencias europeas, sobre todo Francia y el Imperio austríaco. Poco antes de morir, y tras muchas vacilaciones, Carlos II se decidió por el candidato francés, dejando escrito en su testamento que todas las posesiones de la corona española pasarían a Felipe de Anjou, el candidato Francés. La Guerra de Sucesión. La llegada de los Borbones al trono español rompía el equilibrio europeo. Las grandes potencias temían una unión de los tronos francés y español y para evitar esta realidad se forma la Gran Alianza de La Haya (1701) que agrupaba a Reino Unido, Holanda y el Imperio Austríaco, a los que se unen Portugal, Saboya y Prusia. Estas potencias apoyan la candidatura del archiduque Carlos y declaran la guerra a las potencias borbónicas. Comienza la Guerra de Sucesión. El conflicto fue duro para las tropas borbónicas que hacia 1708 inician conversaciones de paz. Pero la guerra también supuso un conflicto civil, pues Castilla se decanta los los Borbones pero los territorios aragoneses, temerosos de que Felipe V aplicara el modelo de administración centralista francés y les privase de sus fueros, apoyan al candidato austríaco. Como conflicto civil, la guerra favorece a los Borbones y tras las victorias de Brihuega y Villaviciosa acaban por dominar casi toda la Península, ocupando Barcelona en 1714 y dando por finalizada la guerra. La paz de Utrech. Con la muerte del emperador austriaco José I, sube al trono el archiduque Carlos, este hecho implicaba que si Carlos recibía la herencia española, su imperio sería formidable, rompiéndose así también el equilibrio europeo. Por ello Reino Unido y Holanda se apresuran a iniciar conversaciones de paz con Francia y España, retirando su apoyo militar al archiduque. Se alcanza el acuerdo en Utrech en 1713. Fue un conjunto de once tratados en que se dirimen cuestiones de diversa índole: Felipe V era reconocido como rey de España, a cambio de renunciar a sus derechos al trono francés. España pierde los PPBB, Milán, Nápoles y Cerdeña que pasan al emperador Carlos, y Sicilia que pasa a Saboya. Portugal amplia territorios fundando la colonia de Sacramento y Reino Unido mantiene la posesión de Menorca y Gibraltar que ocupó durante la contienda; además obtiene el asiento de negros y el navío de permiso. Felipe V. El reformismo borbónico (1700-1724-1746) Como castigo por haber apoyado al candidato austríaco los territorios de la corona de Aragón perdieron sus antiguos fueros y privilegios en base a los Decretos de Nueva Planta, que se promulgaron entre 1707 y 1716, siendo plenamente efectivos en 1717. Significaron un paso más hacia la centralización de los territorios peninsulares. Se impuso un nuevo modelo de administración territorial, basado en la siguiente estructura: división del territorio en provincias; sustitución de los Virreyes por los Capitanes Generales como gobernadores políticos de las provincias; las Reales Audiencias se mantienen para las cuestiones judiciales; y siguiendo el modelo francés, se creó la figura de los Intendentes, funcionarios encargados de las cuestiones económicas. Los Borbones también reformaron la administración central consolidando el establecimiento de una plena monarquía absoluta. Se suprimieron todos los Consejos, exceptuando el Consejo de Castilla que se convirtió en el gran órgano asesor del rey y se crearon las Secretarías de Despacho (Estado, Guerra, Marina, Hacienda, Justicia e Indias), antecedentes de los ministerios. La política de Felipe V en relación a la Iglesia tendió a un reforzamiento de la autoridad monarquica. Las relaciones entre el papa Clemente XI y el rey fueron inicialmente malas, pues durante la Guerra de Sucesión, el papa apoya al candidato austríaco, pero tras la paz de Utrech hay una reconciliación. Las tensiones vendrán en un futuro por la cantidad de dinero que el Estado aportaba a Roma. En enero de 1724, Felipe V abdicó de forma inesperada en su hijo Luis, primogénito de su primer matrimonio con María Gabriela de Saboya, pero tras la temprana muerte de Luis I, en agosto del mismo año, Felipe volvió a reinar España. El rey quiso impulsar el desarrollo de la industria con la ceación de manufacturas reales, dependientes del Estado, pero sus iniciativas tuvieron escaso éxito. Estas iniciativas, aunque no triunfan, fueron posibles por la buena situación que atravesaba la hacienda real, aprovechando las remesas de plata americanas. En la industria sedera valenciana y la algodonera catalana sí que se vio un desarrollo, pero en manos privadas y fueron las industrias más importantes del momento. El reniado se caracteriza por un cierto renacimiento de las acividades económicas gracias a la mayor eficacia del Estado y a la estabilidad monetaria, pero los avances resutlan insucficientes para poder superar el fran retraso que tenía España con respecto a los países europeos más avanzados. La política exterior estuvo caracterizada por el llamado revisionismo de Utrech, ya que el rey se negó a aceptar las pérdidas territoriales que habia sufrido España en dicha paz. Al principio no se actua con una adecuada cobertura diplomática y España es derrotada por la Cuádruple Alianza (Francia, Inglaterra, Holanda y Austria) que busca preservar el equilibrio europeo. Posteriormente Felipe V busca la alianza con Francia, ya que los intereses de ambas potencias coincidian en varios aspectos, fundamentalmente en la rivalidad con Austria y Reino Unido, así se llega al Primer Pacto de Familia (1733) y del conflicto España obtiene Nápoles. En el Segundo Pacto de Familia (1743) obtiene Parma, Plasencia y Guastalla. Fernando VI. Un reinado de transición (1746-1759) EL reinado de Fernando VI, hijo del primer matrimonio estuvo marcado por el pacifismo en las relaciones exteriores. El reinado se inició poco antes e acabar la Guerra de sucesión austríaca, pero el rey firma la paz y no implica a España en ninguna otra contienda. Esto fue posible, en gran medida, al período de paz que vivía tod Europa y que se mantendrá hasta el inicio de la Guerra de los Siete Años (1756). Las potencias se habían dado un respiro, que aprovecharon para reorganizar sus fuerzas y preparar futuras alianzas, fue una época de paz armada. La actitud pacífica en las relaciones exteriores permite que los gobiernos de Fernando VI dediquen su actividad a las cuestones interiores, poniendo su empeño en conseguir paliar los problemas que afectaban a la sociedad española. La actividad reformista estuvo presidida por el Marqués de la Ensenada que inició un ambicioso proyecto de reforma de la hacienda castellana que se conoce como Catastro de Ensenada y que prentendía acabar con el caos que suponía la gran variedad de impuestos que existían en Castilla. Tomando como ejemplo el catastro de Patiño, se propuso introducir un impuesto único que gravara todas las posesiones sin excepción, haciendo pagar a los contribuyentes en función del nivel de su riqueza. La resistencia que halló Ensenada por parte de los grupos más poderosos impidió que se pudiera aplcar totalmente su programa, pero aún así, se aumentaron los ingresos del Estado y se limaron algunas injusticias del sistema anterior. Estas medidas junto a la creación del Real Giro, primer intento de crear un banco nacional en España, permitieron sanear la Hacienda, por lo que a la muerte del rey las arcas registraban superávit, caso insólito en el país. La caida en desgracia de Ensenada estuvo relacionada con la rivalidad que sostenía con Carvajal, otro político muy cercano al rey. Carvajal representaba en la corte al partido proinglés, mientras que Ensenada era profrancés, por lo que chocaron fuertemente. Cuando Carvajal, deseoso de mejorar las relaciones con Portugal, e indirectamente con Reino Unido, propuso al país vecino intercambiar Sacramento por la española Paraguay (más extensa pero de menos valor para Carvajal). El principio del acuerdo (que era secreto y lesionaba los intereses de España) fue denunciado por Ensenada al futuro Carlos III, que declaró que si llegaba a reinar declararía nulo el tratado, pero esto le granjeó la enemistad con el rey y su destierro. Carlos III. Un monarca ilustrado (1759-1788) El reinado se caracterizó por profundo reformismo interior, el rey se rodeó de una serie de eficaces colaboradores (Campomanes, Olavide, Aranda, Floridablanca...) que fueron capaces de plasmar en la práctiva las ideas ilustradas. En cuanto a la economía, las reformas que se iniciaron pretendieron liberar a la producción de las trabas legales que limitaban su desarrollo. Entre las medidas que se adoptaron destacan la liberalización del comercio de granos, que aplicada en un momento de malas cosechas, provocó el Motín de Esquilache (1765) en el que el pueblo se levantó por la subida del precio del pany por el recorte de los privilegios de los gremios; y también destaca el Reglamento de Libre Comercio (1778) que puso fin al sistema de flotas de Indias y terminó con el monopolio que ejercían los puertos de Cádiz y Sevilla sobre el comercio americano. Se llevaron a cabo tareas de repoblación en zonas como Sierra Morena y que pretendían estimular regiones especialmente deprimidas. Los gobiernos de Carlos III aceleraron la tendencia a la centralización administrativa ampliando las competencias del Consejo de Castilla y se creó la Junta Suprema de Estado para coordinar las actividades de las diversas secretarías, en un antecedente claro de lo que luego serían los consejos de ministros. Carlos III quiso imposner su control sobre la Inquisición, para transformarla en un instrumento de poder real, y muy especialmente con la expulsión de los Jesuitas en 1767, a los que se acusó de haber incitado al pueblo durante el Motín de Esquilache. El rey mantuvo una política de alianzas con Francia, que se plasmó en la firma del Tercer Pacto de Familia (1761) en el contexto de la Guerra de los Siete Años. El punto de entrada en la guerra no fue el mejor, pues Francia había recibido severas derrotas, pero la Paz de París no fue tan desfaborable como se pudo imaginar: España perdió Florida, pero recuperaba La Habana y Manila. Los franceses, para compensar a España, le entregaron la Luisiana. El siguiente conflicto en el que se tomó parte fue la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, en la que españoles y franceses tomaron su revancha. En la Paz de Versalles (1783) aunque España no pudo recuperar Gibraltar, sí pudo recuperar Menorca y la Florida, por lo que los terriotrios de América del Norte lograron su máxima extensión. Fuente: Historia Bachillerato 2. Joan Santacana (Coord). Madrid. 1999.