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Migraciones, negociación y seguridad: Reforma migratoria, el reto hispano
y los desafíos a la identidad nacional estadounidense.
Autor: Juan Cruz Tisera. CONICET/UNLP/USAL.
Resumen.
En las últimas dos décadas los flujos migratorios procedentes de países de América Latina nos
han servido para abrir un debate sobre el modelo de integración vigente en los Estados
Unidos, como así también para señalar las razones, el estado y la resolución de una situación
conflictiva que se ve reflejada en las condiciones de los inmigrantes indocumentados, las
políticas migratorias, y por sobre todo, las expresiones culturales e identitarias. Es a partir de
aquí en donde comenzamos a preguntarnos acerca de las migraciones como una amenaza a la
identidad cultural, y, por ende, si la migración latinoamericana representa o no una amenaza a
la seguridad nacional de los Estados Unidos. Planteado de esta forma pretendemos analizar el
fracaso del proceso de negociación del año 2001 y la reforma migratoria propuesta por la
administración de George W. Bush. La hipótesis sobre la que basaremos nuestro trabajo
consistirá en determinar si el desafío a la identidad nacional estadounidense generada por las
migraciones latinoamericanas, sumando al proceso de negociación deficiente de las políticas
migratorias, llevan a que los flujos migratorios sean considerados un asunto de seguridad
nacional para Estados Unidos.
1
Introducción.
La primera parte de nuestro trabajo intenta conceptualizar los cuatro ejes temáticos que
desplegaremos a lo largo de nuestro análisis. En primer lugar realizaremos un desarrollo del
concepto migraciones internacionales; en segundo lugar nos ocuparemos del concepto
seguridad nacional; en tercer término analizaremos la noción de identidad, y por último,
señalaremos la esencia del concepto negociación. Realizar una conceptualización amplia de
estos conceptos nos permitirá: En primer lugar, entender el fenómeno de la migración
latinoamericana como un asunto de seguridad nacional para los Estados Unidos, y en segundo
lugar el proceso de negociaciones antes y después del 11-S.
El estudio de las migraciones internacionales no es un fenómeno nuevo, por el contrario, es
tan antiguo como la propia historia de la humanidad. Sin embargo los flujos migratorios han
aumentado en las últimas dos décadas tanto cuantitativa como cualitativamente. En términos
generales el concepto migración ha sido utilizado para hacer referencia a la movilidad
geográfica de las personas, por ello, es necesario hacer una conceptualización y definición del
término migraciones internacionales. Actualmente la definición más aceptada es la que
considera a las migraciones internacionales como “el desplazamiento, con traslado de
residencia de los individuos, desde un lugar de origen a un lugar de destino o llegada y que
implica atravesar los límites de una división geográfica1”.
Según el equipo de Investigación de la Misión OIM2-Chile esa definición nos permite
incorporar tres elementos a tener en cuenta: Las migraciones internacionales son un
movimiento realizado por personas, por eso debemos hablar de un proceso social3; el cambio
de residencia4. Un ejemplo claro de esto es la diferencia que existe actualmente, en la cual el
migrante en busca de las mejores oportunidades no posee residencia fija; y por último, para
que se cumpla el proceso migratorio es imperioso realizar el cruce de una frontera. Es decir,
es necesario que exista una división política, ya que para hacer de las migraciones un
fenómeno internacional, deben cruzar un límite entre dos estados-nación, para hacer de las
migraciones un fenómeno internacional5.
1
Diccionario Demográfico Multilingüe, IUSSP.
OIM: Organización Internacional para las Migraciones.
3
Por proceso social entendemos que el migrante lleva consigo su idioma, su cultura, sus valores, su religión, sus
costumbres, etc.
4
DOCUMENTO DE TRABAJO N°2 OIM-CHILE (2003:1) “Las migraciones internacionales: análisis y
perspectivas para una política migratoria”.
5
Ibídem. Pág. 4.
2
2
El segundo eje temático del que hablamos al comienzo consistía en realizar un análisis del
concepto seguridad nacional, por lo tanto, proponemos para hacer su posterior
profundización, un acercamiento de su conceptualización. Al tratar el concepto de seguridad
nacional es preciso remarcar, que estamos haciendo referencia a un concepto amplio y
flexible, por ello decidimos tomar diferentes definiciones teniendo en cuenta el espacio
temporal y la teoría que predominaba. Siguiendo una visión realista de las relaciones
internacionales, –en plena guerra fría- la seguridad era un concepto exclusivo de los Estados,
y sus amenazas provenían del exterior a partir de una invasión territorial por parte de otros
Estados. Es así que pasamos de tener una concepción tradicional de la seguridad con Hans
Morgenthau basada en el poder o en la posibilidad de estar de igual a igual frente a otros 6, a
un pensamiento nuevo del estudio de la seguridad nacional. A partir de la década del noventa
se agregaron nuevos aspectos al estudio de la seguridad y esta vez no fueron de naturaleza
estatal, entre ellos destacaremos obviamente al fenómeno de los flujos migratorios, los
desastres ambientales, el terrorismo internacional, entre otros actores de características no
estatales.
Entendemos por Seguridad Nacional a “la preservación de un modo de vida aceptable para la
población y compatible con las legítimas necesidades y aspiraciones de los otros. Esto incluye estar
libre de ataques militares o coerción, estar a salvo de la subversión interna y libre de la erosión de los
valores políticos, económicos y sociales que son esenciales para la calidad de vida7”.
La definición del concepto identidad se ha tornado tan importante como confusa al mismo
tiempo, solemos encontrar múltiples definiciones que muchas veces producen confusiones y
no certezas. La identidad implica el sentimiento del “yo”, ya sea de un individuo o un grupo.
Por lo pronto podemos decir que la identidad “remite a las imágenes de individualidad y de
personalidad propia (el “yo”) que un actor posee y proyecta y que se forman (y modifican con
el tiempo) por medio de relaciones con “otros” significados8”. Los migrantes latinos son el
“otro” que proyectan aquellos sectores de la sociedad estadounidenses amenazados por la
constante llegada de los “otros”.
6
MORGENTHAU, Hans (1960) Política entre las naciones. La lucha por el poder y la paz. Editorial
Sudamericana, Buenos Aires. En María Soledad Manassero “Irán: un actor conflictivo para los Estados Unidos
en Medio Oriente”. www.caei.com.ar/es/programas/mediooriente
7
ESCUELA DE DEFENSA NACIONAL DE CANADÁ en BUZAN BARRY (1991:16-17) People, States and
Fears. An Agenda for International Security Studies in the Post- Cold War Era. Colorado: Lynne Rienner
Publishers, Boulder.
8
JEPPERSON, R, WENDT, A, y KATZENSTEIN, P (1996) “Norms, Identity, and Culture in National
Security” en KATZENSTEIN, P (Compilador) The Culture of National Security: Norms and Identity in World
Politics, New York. Columbia Univ. Press. Pág. 59.
3
Por último, la negociación es el proceso más antiguo, y a la vez el más empleado, para la
resolución de conflictos de modo no violento. En nuestro trabajo expondremos un método
diplomático que consiste en el entendimiento directo de las partes en una controversia.
“Básicamente la negociación significa obtener lo que se que quiere de otros. Es un proceso de
comunicación bilateral proyectado para alcanzar un acuerdo cuando ambas partes tienen
algunos intereses compartidos y otros que son opuestos9”. Por otro lado, para William Ury,
“la negociación no se limita a la actividad de sentarse formalmente a una mesa, uno frente a
otro, a discutir un asunto contencioso: es una actividad sin ceremonia ni protocolo en que
usted se empeña cuando trata de conseguir algo que necesita o desea de otra persona10.
Esta primera parte nos permite unir cuatro conceptos que hacen a nuestro trabajo. Cuando
hablamos de migraciones no podemos dejar de lado que las mismas traen consigo una seria de
componentes que hacen a su identidad, y estas penetran en la identidad de otros que pueden
verla como una amenaza, planteando la necesidad de que estos flujos de inmigrantes sean
atendidos desde la agenda de seguridad nacional. Una situación conflictiva provocada por este
choque plantea la necesidad de una negociación. Es aquí donde nos preguntamos: ¿Existe una
situación conflictiva ante la llegada constante de inmigrantes latinoamericanos?, y por lo
tanto, ¿es posible un proceso de negociación entre los Estados Unidos y los países
latinoamericanos?
La hispanización de los Estados Unidos.
Si América Latina fue antiguamente un clásico destino de emigración para los europeos,
ahora es un subcontinente de emigración. De cada diez emigrantes mundiales, uno proviene
de esta región y cada hora que pasa son 58 los latinoamericanos que abandonan su tierra11.
Estados Unidos se ha convertido en el país que recibe la mayor cantidad de flujos de
inmigración latinoamericana. En el caso de la migración latinoamericana a los Estados
Unidos, según el último censo de 201012, un 16.3% de los ciudadanos estadounidenses son
latinoamericanos o de origen latinoamericano, incluso por delante de los afroamericanos que
9
FISHER, Roger; URY, William and PATTON, Bruce (1991) Getting to yes: negotiating agreement without
giving in, New York, Penguin Books. Pág. 17. Es traducción propia.
10
URY, William (1991) Supere el no. Cómo negociar con personas que adoptan posiciones obstinadas, Buenos
Aires, Ed. Norma, pág., 4.
11
GERHARD,Drekonja Lateinamerika wandert aus, Blatter fur Deutsche und Internationale politik, en
GRATIUS, Susanne (2005) El factor hispano: los efectos de la inmigración latinoamericana a EE.UU. y España.
Real Instituto Elcano.
12
Véase Oficina del Censo de EE.UU. ( U.S. Census Bureau 2010), www.census.gov
4
constituyen el 12.6% de la población total del país, convirtiéndose de esta manera en la
minoría más numerosa de EE.UU.
En los Estados Unidos, a partir del siglo XXI, se ha concentrado la comunidad hispana más
importante del mundo. Con 50 millones de hispanos EE.UU se convirtió en el cuarto país de
habla hispana y los pronósticos indican que para el 2040 la tendencia establecerá que una
cuarta parte de la población estadounidense será de origen latinoamericano.
A partir de 1965 el perfil de la inmigración en Estados Unidos ha ido cambiando
rotundamente. Mientras que antes más del 75% de los inmigrantes procedía de Europa, en la
actualidad sólo el 15% viene desde el viejo continente. Más de la mitad de los inmigrantes en
EE.UU. son de América Latina, siendo la cercanía geográfica uno de los factores principales,
jugando un papel fundamental a la hora de la elección por parte del migrante latino.
Cabe distinguir entre dos grandes oleadas de la migración latinoamericana y que a su vez se
encuentran bien diferenciadas: en los años sesenta y setenta emigró la elite cubana que huía de
la revolución de Fidel Castro; y, en los ochenta y noventa se produjo la emigración económica
proveniente fundamentalmente de México y los países de Centroamérica, aumentando esta
migración masivamente a partir del siglo XXI, más allá de las restricciones que impusieron
los gobiernos de George W. Bush tras los atentados del 11 de Septiembre de 2001 (11-S).
Los diferentes pronósticos apuntan a que en no menos de cincuenta años un cuarto de los
estadounidenses serán de origen latinoamericano. Según el escritor mexicano Carlos Fuente
está teniendo lugar lo que él denominó “reconquista silenciosa”, esto se debe
fundamentalmente a dos cuestiones: la masiva migración que se da año a año; y, los elevados
índices de fertilidad que superan a la población autóctona.“La colonización de EE.UU. por
hispanos, en su abrumadora mayoría mexicanos, se está llevando a cabo pese a la restrictiva
política de inmigración y la intensificación de los controles fronterizos. Aunque con el
aumento de la rigidez en los requerimientos para obtener los visados ha descendido el número
de inmigrantes legales desde América Latina, la inmigración ilegal no ha hecho sino
intensificarse13”.
13
GRATIUS, Susanne (2005) “El factor hispano: los efectos de la inmigración latinoamericana a EE.UU. y
España”. Real Instituto el Cano. Documento de trabajo.
5
Hay tres criterios que debemos tener en cuenta a la hora de caracterizar a los hispanos como
una “diáspora étnica14”: la religión católica, el idioma español y las raíces culturales comunes.
Esto es importante ya que no existe en Estados Unidos otro grupo de inmigrantes tan
numeroso y con una identidad cultural, religiosa y lingüística tan semejante.
Si bien las migraciones existieron a lo largo de la historia de los Estados Unidos, de hecho
tenemos que considerarlo como un país de inmigrantes desde sus orígenes, este fenómeno
alcanza su máxima expresión en las últimas dos décadas, siendo el 11-S un antes y un después
para las migraciones15. Huntington considera que a diferencia de grupos anteriores de
inmigrantes, los hispanos no se han integrado en la cultura estadounidense dominante 16, en
este caso, y en nuestra humilde opinión, lo que se da es un proceso por el cual los hispanos
tienden a conservar en mayor medida sus tradiciones culturales haciendo más difícil el
proceso de asimilación de la cultura estadounidense. Es importante destacar que la teoría del
“choque de civilizaciones” y “el reto hispano” es abordada no sólo por Huntington y autores
que siguen esta línea en el campo intelectual, sino además por el sector político como es en el
caso del movimiento denominado Tea Party17 en el cual muchos de sus miembros han
impulsados leyes anti-inmigratorias. Esto es importante ya que como observáremos en este
trabajo, estos sectores son los que han impulsado medida unilaterales y se han mostrados
reticentes a la hora de las negociación acerca de una reforma migratoria en común.
A nuestro entender la mayoría de la población de los EE.UU. es favorable a la migración y la
ven como un signo positivo, sin embargo el problema creemos que radica en la llegada de los
flujos migratorios y en la falta de una política migratoria que sea producto de negociaciones
entre los Estado Unidos y los países latinoamericanos. La irregularidad de los mismos tocó
dos elementos claves en el imaginario del ciudadano estadounidense reforzando la idea de los
sectores más conservadores que no están de acuerdo con la llegada constante de ciudadanos
de otros países. Esos dos elementos claves se centralizan en: la preocupación por la
14
Los hispanos en EE.UU. tienen una identidad étnica y nacional. A través del estrecho vinculo con su país de
origen son considerados una state-linked Diaspora o “Diáspora vinculada a un Estado” SHEFFER, Gabriel
(2002) Defining Ethno-National Diasporas, Migration. A European Journal of Internacional Migration and
Ethnic Relations.
15
Tomamos al 11-S como punto de inflexión en cuanto a que el mismo modifica la visión del gobierno y de la
sociedad norteamericana frente a la migración latinoamericana, así la protección frente a los flujos migratorios
desregulados y fuera de control se convirtieron en una prioridad de seguridad nacional para un EE.UU. en
guerra.
16
HUNTINGTON, Samuel P. (2004) “El reto hispano”. Foreing Policy, edición española.
17
El nombre "Tea Party" hace referencia al movimiento anticolonialista de finales del siglo XVIII llamado
Motín del té de Boston o (“Boston Tea Party” en inglés), que protestaba por la aprobación de los impuestos al té
sin tener representación en el parlamento británico. Los miembros de las marchas del Tea Party han tratado de
evocar estas antiguas marchas usando imágenes, consignas y temas de este periodo de la historia estadounidense.
6
seguridad nacional y la defensa de la identidad nacional estadounidense. En el primero de
los casos y más aún después del 11-S, garantizar la seguridad se ha vuelto un reto político
clave. Es así que la frontera sur de los EE.UU brindó la posibilidad a los sectores más duros
para la construcción de un muro y la implementación de una mayor fuerza armada, como así
también un aumento de los presupuestos destinados para el control de la frontera con México.
En el segundo caso, los sectores conservadores tanto intelectuales como políticos, han
impulsado políticas tendientes a defender la cultura anglosajona, viendo en la cultura latina
una amenaza a su propia identidad.
Este análisis nos permite hacer una primera aproximación del fenómeno migratorio en los
Estados Unidos. Entender la penetración del inmigrante latino es un factor clave para resolver
una de las razones propias del conflicto: la identidad.
La migración Latinoamérica como amenaza a la identidad cultural: El reto hispano.
Cómo y por qué algunos flujos migratorios son percibidos como amenaza a la identidad
cultural, depende del lugar de acogida y como esta se define a sí misma. En general nos
encontramos con una serie de principios que van desde establecer a quienes se admiten, por
qué se los admite, y a qué tipo de migración se acepta.
La protección de los flujos migratorios como amenaza a los “valores nacionales
estadounidenses” se instaló a partir de 1940. La protección cultural como instrumento de
política migratoria continuará hasta la crisis de 1973, momento en el cual los argumentos
laborales cobren una mayor trascendencia en las políticas migratorias. A partir de la década
del ´90 se desarrollará un nuevo escenario de protección basado nuevamente en la protección
de la identidad nacional. “La construcción de las políticas migratorias se asienta, por un lado,
en las diferentes percepciones que sobre las migraciones tienen distintos sectores de las
sociedades de origen y recepción; por otro, en los argumentos que dichos sectores o los
gobiernos utilizan para sustentar la adopción de políticas específicas; y, en tercer lugar, por lo
que los gobiernos entienden como “política migratoria18”.
Necesitamos realizar como primer medida una caracterización de lo que se entiende por
valores nacionales o identidad cultural estadounidense, por lo tanto, proponemos hacerla
desde la óptica de aquellos que la definen y la defiende de la amenaza que implica la
18
MÁRMORA, Lelio (2004) Las políticas de migraciones internacionales. Ed. Paidos, Buenos Aires.
7
hispanidad como otredad negativa. Stanley Hoffmann sostuvo que la identidad de Estados
Unidos es producto de la diversidad étnica generada por la inmigración y de un rasgo
ideológico conocido como el Credo americano19.
Por otro lado Samuel Huntington, va a sostener que esto es una verdad a media que se debe
corregir y profundizar. El autor establece una serie de componentes que determinan la
identidad estadounidense a lo largo de sus años, determinando el éxito de EE.UU. como el
modelo a seguir por el resto de la sociedad internacional: Como primer componente de la
identidad estadounidense se observa que “Estados Unidos es una sociedad fundada y creada
por colonos de los siglos XVII y XVIII, que eran casi exclusivamente blancos, británicos y
protestantes”20. Los valores, las instituciones y su cultura conformaron el origen de la
identidad nacional estadounidense. Por otro lado, esta identidad se definió a través del
compromiso a principios políticos de libertad, igualdad, democracia, individualismo y respeto
de la ley. Estos principios se traducen en el Credo americano y se determinan inseparables
de la identidad nacional. “Las ideas políticas del Credo americano han constituido la base de
la identidad nacional21”. A su vez, la cultura angloprotestante se estableció como el núcleo
cultural de dicha identidad. EE.UU. logró combinar las instituciones heredadas de Inglaterra
con las ideas establecidas por los colonos protestantes de la nueva tierra. El sueño americano
se estableció como uno de los componentes determinantes de la identidad estadounidense
(tierra de oportunidades). Esté quizás sea el componente que más han querido asimilar como
suyo los inmigrantes que llegan a los Estados Unidos. “El inglés ha ocupado un lugar central
en la identidad nacional estadounidense a lo largo de la historia del país22”. En términos
generales estos representan los componentes de la identidad cultural y los valores
estadounidenses que se determinan como opuesto a los valores latinoamericanos, generando
una situación de conflicto y choque cultural.
La inmigración latinoamericana –sobre todo mexicana- no tiene precedentes en la historia
estadounidense. A partir de 2000 la frontera con México se convirtió en la ruta más transitada
del mundo. Debemos destacar una serie de factores que determinan a estos flujos como un
verdadero reto para los sectores nacionalistas de la sociedad estadounidense: en primer lugar
la ubicación geográfica, la proximidad con los EE.UU. son un factor determinante a la hora
19
HOFFMANN, Stanley (1998) “More perfect unión: Nation and nationalism in America”. Harvard
International Review. Pág. 72.
20
HUNTINGTON, Samuel (2004) ¿Quiénes somos?: los desafíos a la identidad nacional estadounidense. Bs.
As., Paidos. Pág. 61.
21
Ibídem, pág. 71
22
HUNTINGTON, óp. cit., pág. 191.
8
de la elección como destino; como segundo factor se señala al número, como hemos señalado
en este trabajo el flujo de inmigrantes latinos supera en mucho a los inmigrantes provenientes
de otros continentes;
otro componente es la cantidad de inmigrantes en situación
indocumentada, la concentración regional se observa como un factor preponderante en los
comienzo de la inmigración latinoamericana, hoy en día esta inmigración se ha extendido por
todo el país; la persistencia de los flujos migratorios se ha establecido como un elemento
esencial. Más allá de crisis económicas y políticas restrictivas, esta no ha disminuido en
cantidad y no ha producido un retorno a sus países de origen; por último, la presencia
histórica juega un papel fundamental, México es el único país que puede formular una
reivindicación histórica sobre territorio estadounidense.
Las ideas propuestas por Samuel Huntington son las de apuntalar los propios valores
culturales ante lo que el autor denomina “el reto hispano”, esto implicaría dejar de lado los
valores propios del liberalismo tales como el “multiculturalismo” y reafirmar las tradiciones
que llevaron a Estados Unidos a la libertad y la prosperidad. Esta visión es utilizada para
analizar lo que él cree el gran desafío a la identidad nacional norteamericana, sosteniendo que
la llegada constante de inmigrantes hispanos -haciendo hincapié en la migración mexicana,
por lejos la mayoritaria- amenaza los valores identitarios de la sociedad predominantemente
blanca, anglo-protestante, basada en el individualismo y el respeto por la ley.
Siguiendo el pensamiento de Huntington, tenemos a Lawrence E. Harrison, el cual establece
como medida fundamental la asimilación de los principales valores estadounidenses por parte
de los inmigrantes latinoamericanos como lo han hecho otros grupos de inmigrantes entre los
que incluye a italianos e irlandeses23. El autor señala que “si los problemas de América Latina
son principalmente consecuencia de la cultura iberocatólica tradicional, entonces obviamente
los inmigrantes de América Latina llevan consigo a los Estados Unidos, en grados diferentes,
esos valores y actitudes” 24. De esta manera, -en especial cuando esta migración es tan grandeel autor señala que las tradiciones angloprotestantes deben desplazar a los valores
iberocatólicos tradicionales.
23
Tomamos a estos dos corrientes migratorias ya que las mismas comparten una característica común con la
migración latina (la religión católica), logrando con éxito el proceso de asimilación de la cultura estadounidense.
24
HARRISON, Lawrence E. (1999) El sueño panamericano. Buenos Aires: Ariel
9
Por otro lado Ramón Grosfoguel señala que en EE.UU., funciona la “analogía migrante” 25,
que significa que todas las experiencias de integración se comparan con el éxito de la
integración de la migración europea. Por lo tanto el autor señala que cuando dicha integración
fracasa, se entiende que el problema está en la cultura de ese grupo determinado ya que el
mismo ha fallado en dicho intento. Es en este contexto que debemos entender la teoría
planteada por Samuel Huntington del “choque de civilizaciones” y “el reto hispano”.
Por su parte Jerry Z Muller señala que el papel que juega el nacionalismo étnico en la política
y en la sociedad es muy importante. En el caso de EE.UU. personas de diferente origen étnico
viven lado a lado en relativa paz. “Hay dos puntos de vistas significativos sobre la identidad
nacional. Uno es que toda la gente que vive dentro de las fronteras de un país es parte de la
nación, sin importar su origen étnico, racial o religioso. Este nacionalismo liberal o cívico es
la concepción con la que es más probable se identifiquen los estadounidenses
contemporáneos. Pero esta se ha visto derrotada por, una diferente: la del etnonacionalismo.
El corazón de la idea nacionalista es que las naciones están definidas por una herencia
compartida que generalmente incluye una lengua común, una fe común y una ascendencia
étnica común26”. La inmigración latinoamericana desafía a la concepción etnonacionalista
generando con frecuencia una disgregación o división étnica por parte de los sectores que no
encuentran en esta migración una vía posible de asimilación a la cultura y a los valores
propios estadounidenses.
Proceso de negociación. Los desafíos de una política migratoria en común.
“El conflicto, como fenómeno inherente a las relaciones humanas, es un hecho inevitable y
que no escapa a los vínculos entre los diversos actores del sistema internacional 27”. El medio
más utilizado por los Estados en la resolución de controversias de manera pacífica, que a su
vez, representa la herramienta principal que tiene el sistema internacional, es la negociación.
Debemos considerar además que la aparición de organizaciones internacionales y de
organismos no gubernamentales han permitido a los Estados y a la sociedad civil ganar un
espacio de negociación en el actual sistema internacional. En nuestro caso la participación de
25
GROSFOGUEL, Ramón (2007) Taller de debate “la inmigración latinoamericana en Estados Unidos: flujos,
identidad e integración”, Fundación Cidob, versión online: www.cidob.org
26
MULLER, Jerry Z. (2007) Nosotros y ellos. Foreign Affairs Latinoamérica, volumen 8, numero 3.
27
PACE, María Soledad (2010) La negociación internacional como herramienta de política exterior. Series
Tesis. Universidad de Rosario.
10
foros internacionales y de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), entre
otros, han permitido un acercamiento mayor a la hora de establecer procesos de negociación.
Según Colaiacovo, “la negociación, como fenómeno social, se manifiesta crecientemente en
cualquier tipo de interacción humana, desde el simple contacto cotidiano, informal, hasta
situaciones de extrema importancia en la comunidad, como sería la necesidad de acuerdos
políticos, laborales, militares y diplomáticos28”.
El modelo que proponemos para un tipo de negociación migratoria es aquel que se establece
en base a principios. En el mismo, lo que se pretende es la búsqueda de ventajas mutuas, “y
que -cuando haya conflictos de intereses- se insista en que el resultado se base en algún
criterio justo, independiente de las voluntades de cada parte29”. Lo que se busca es la
producción de resultados generados de manera eficiente y amistosa intentando salir de
situaciones de estancamiento. En el caso de acuerdos migratorios, los mismos han tenidos
mayores retrocesos que avances. Lo que proponemos con este análisis es un modelo
alternativo de negociación, siendo conveniente destacar que el mismo no supone una formula
mágica de resultados inmediatos. “El método sobre la base de principios plantea concentrarse
en los intereses compartidos y no en las posiciones, generar una variedad de posibilidades
antes de decidirse a actuar e insistir en que el resultado se base en algún criterio objetivo30”.
El método de negociación por principio que planteamos como un modelo a aplicar en el
caso del fenómeno migratorio a los Estado Unidos se basa en cuatro formas de estrategias:
1- Separar a las personas del problema:
Toda negociación implica la intervención de seres humanos, y como tal es necesario clasificar
las necesidades de ambas partes de la negociación. En el caso histórico de negociación
migratoria, la clasificación de necesidades se presenta como un punto delicado ya que los
intereses de las personas difieren en mucho de un lado de la frontera y del otro. “Errar
sensiblemente en el trato con los otros como seres humanos lleva a reacciones humanas que
puede ser desastroso para la negociación31”. Los errores en negociación migratoria se han
dado continuamente, haciendo de estas tan sólo negociaciones estériles.
28
COLAIACOVO, Juan Luis (1992) Negociación & Contratación Internacional. Buenos Aires, Ediciones
Macchi. Pág. 45.
29
FISHER, Roger; URY, William and PATTON, Bruce (1991) Getting to yes: negotiating agreement without
giving in, New York, Penguin Books, 2 nd Ed, pàg. 18. Traduccion propia.
30
PACE, Op. Cit. Pág. 16.
31
Ibídem, Pág. 19.
11
2- Focalizarse en los intereses y no en las posiciones:
Uno de los puntos esenciales consiste en situarse en los intereses que tienen cada una de las
posiciones de la negociación. “Si las partes en la negociación pueden descubrir que existen
múltiples intereses compartidos seguramente podrán lograr una solución creativa para zanjar
sus diferencias32”.
3- Inventar opciones de beneficio mutuo:
Toda negociación permite la opción de inventar opciones que puedan llevar a obtener
resultados de manera creativa. Esta técnica se la conoce como “tormentas de ideas”. En
nuestro caso nuevas ideas y opciones son necesarias debido a que en todo proceso de
negociación migratoria han brillado por su ausencia. Falta de opciones son las que han hecho
fracasar toda tentativa de acuerdo migratorio.
4- Insistir en el empleo de criterios objetivos:
Una característica de las negociaciones migratorias ha sido que en la mayoría de los casos los
negociadores han expresado de manera directa aquello que estaban dispuestos a aceptar y lo
que no. Es por ello que se propone una negociación basada en los criterios objetivos. Esto
significa establecer una negociación independiente de la voluntad de cada uno. “La
negociación internacional en particular constituye una actividad caracterizadora de las
relaciones entre elementos pertenecientes a distintos países, ha conocido un desarrollo
extraordinario y creciente en el mundo de postguerra y todo indica que continuará esa
tendencia en el futuro33”. Entender un proceso de negociación desde un análisis teórico y a
partir de un modelo de utilización práctica nos permitirá comprehender y analizar el porqué
del fracaso de la negociación bilateral entre Estados Unidos y México.
Las negociaciones (2000-2001) y la propuesta migratoria de la administración Bush (2004):
A comienzos del año 2000 surgieron una serie de encuentros entre el Presidente de los
Estados Unidos y el Presidente de México, estos encuentro determinaron que para el año 2001
se establecerían negociaciones en torno a una política migratoria común, lo cual representó un
giro excepcional en la historia de los Estados Unidos ya que hasta el momento toda política
migratoria del país del norte se baso en una política unilateral. El proceso de negociación
comenzó como un proyecto binacional y bilateral, la idea de dicha negociación se estableció
32
PACE, Op. Cit. Pág. 17.
BELTRAMINO, Juan Carlos (1994) Cómo negociar internacionalmente. Abeledo-Perrot, Buenos
Aires. Pág. 14.
33
12
en el marco de la integración de América del Norte mediante el Tratado de Libre Comercio
(TLC). Por primera vez en la historia, el país que mayor inmigración latinoamericana recibe
en el mundo, y, el país que más cantidad de inmigrantes entrega a los Estados Unidos, se
sentaron a negociar.
Esta negociación se estableció sobre una base de necesidades y propuestas que establecieron
ambos gobiernos entre las que se destacaron las siguientes: el gobierno mexicano reclamó la
legalización de sus ciudadanos indocumentados; el reconocimiento de la importancia del
trabajador latinoamericano en la economía de los EE.UU.; la necesidad de una reforma
migratoria integral; establecer un proyecto de reunificación familiar; el establecimiento de un
programa de la cultura e identidad mexicana en los colegios; y, por último, establecer
procesos de negociación bilateral en algunos de los programas de inserción. Por su parte el
gobierno de los Estados Unidos sostuvo la necesidad de un programa de trabajadores
temporales; la implementación de una política migratoria mexicana que contemplara a los
inmigrantes de los países de la región que utilizan el territorio de México para llegar a los
EE.UU.; y, la implementación del plan de seguridad hemisférica (mencionado anteriormente).
Estas fueron algunas de las propuestas establecidas durante este proceso de negociación. Si
bien hubo un cierto grado de acuerdo desde ambos sectores, el fracaso de las mismas se dio
sobre todo por los acontecimientos del orden mundial luego de los atentados a las Torres
Gemelas en Nueva York.
El 11 de septiembre de 2001 marcó el final de dichas negociaciones y con ello un nuevo
fracaso en materia de negociación migratoria. Después de esta fecha el proyecto bilateral
desapareció y la propuesta migratoria de 2004 sólo brindo resultados escasos para los países
latinoamericanos. Cabe destacar que el único punto que se mantuvo de este proceso de
negociación fue lo relacionado con la securitización de la frontera. Es así que a partir de
este fracaso el rumbo migratorio se volcó nuevamente a una política unilateral por parte de los
Estados Unidos. En el año 2004 se estableció la propuesta migratoria del presidente Bush, la
cual no fue aprobada por el Congreso, planteándose en un primer momento como un primer
análisis para una posterior negociación, pero esto sólo duro un momento ya que la misma no
contempló las propuestas del gobierno mexicano en el proceso de negociación bilateral del
año 2001. En sus puntos principales esta reforma proponía: un sistema de endurecimiento del
régimen de visados; la securitización de la frontera con México mediante una lógica de
“fichaje”; un sistema de trabajadores temporales (no contempló una amnistía); éstas, entre
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otras, fueron las propuestas establecida por la reforma de la administración Bush, vista por
algunos optimistas como un posible inicio de negociación futura.
A modo de conclusión.
La hipótesis sobre la que basamos nuestro trabajo señalaba si el desafío a la identidad
nacional estadounidense generada por las migraciones latinoamericanas y, el proceso de
negociación deficiente de las políticas migratorias, llevan a que los flujos migratorios sean
considerados un asunto de seguridad nacional para Estados Unidos. El escenario post 11-S
nos muestra un cambio de visión sobre la constante llegada de inmigrantes latinoamericanos y
su vinculación con las esferas de la seguridad nacional. El fracaso de la negociación de 2001 y
la posterior securitización del tema, (sobre todo desde el aspecto cultural) han hecho de esté
un asunto de seguridad nacional.
Es así que nuestra propuesta estableció dos preguntas centrales: ¿Existe una situación
conflictiva ante la llegada constante de inmigrantes latinoamericanos?, y por lo tanto, ¿es
posible un proceso de negociación entre los Estados Unidos y los países latinoamericanos? Es
ya una cuestión histórica la manera que se ha llevado adelante todo proceso de negociación
migratoria, lo único que ha surgido de ellas son políticas de carácter restrictivas para con el
inmigrante latinoamericano. Debemos entender que una política migratoria que abarque a
todos los países del continente solo será posible cuando las partes se sienten a negociar
teniendo en cuenta las necesidades y los intereses como un todo. La situación conflictiva está
presente en el día a día, y sobre todo, en la falta de un acuerdo que incluya a todos los actores
que intervienen.
Las diferentes leyes anti-inmigratorias; la visión del ciudadano estadounidense haciendo
referencia al choque multicultural e identitario; el antagonismo entre la propuesta liberal del
“multiculturalismo” y la propuesta del sector conservador del “cierre de fronteras”; la falta de
acuerdo migratorio; sumada a la masiva migración que se da año a año, y a los elevados
índices de fertilidad que superan a la población autóctona; nos hacen reconsiderar a la teoría
del “choque de civilizaciones” y al “el reto hispano”, como el modelo de discusión vigente en
los Estados Unidos, es decir, la migración latinoamericana vista como un asunto de seguridad
nacional teniendo en cuenta el desafío cultural que implica la llegada constante de éstos flujos
migratorios.
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Debemos entender que una política migratoria que abarque a todos sólo será posible en la
medida que las partes se sienten a negociar, proponiendo caminos alternativos de solución.
Sólo en ese momento se podrá llegar a un acuerdo migratorio integrador y no restrictivo
basado en las diferencias culturales.
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