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Programa de Diplomado en Salud Pública y Salud Familiar ALTOS NIVELES DE COLESTEROL EN EL SUR DE CHILE... ¿QUÉ HACER?... Autoras: Carmen Gloria Cuyul S. Elsa Carolina Agüero S. Módulo I: Tendencias en Salud Pública: Salud Familiar y Comunitaria y Promoción. Osorno, marzo - mayo del 2006 INTRODUCCIÓN Alimentarse es un acto complejo, que va más allá de satisfacer una necesidad orgánica, es un fenómeno universal que en el caso del hombre adquiere un carácter integral, ya que tiene dimensiones sociales, culturales y espirituales. Cada pueblo constituye su cultura alimentaria, rescatando cualidades que limitan o facilitan su consumo. Cada pueblo desarrolla una serie de normas relativas a qué comer, cuándo, con quienes, cómo mezclar alimentos y cómo producirlos o adquirirlos.(1) En el ámbito de la salud, la nutrición juega un rol importante. Todas las culturas buscan mantenerse en buen estado a través de una dieta equilibrada. Sin embargo, el aumento de enfermedades cardiovasculares, algunos tipos de cáncer, diabetes tipo 2, dislipidemias y otras enfermedades no transmisibles ha motivado a las autoridades de salud a desarrollar una serie de programas destinados a la prevención de sus factores de riesgo. Éstas en su mayoría están vinculadas a factores de riesgo prevenibles, asociados al estilo de vida. Una de estas enfermedades no transmisibles y de alta prevalencia lo constituyen las Enfermedades cardiovasculares, las que tienen como uno de sus principales factores de riesgo a la Hipercolesterolemia. Se considera hipercolesterolemia a un nivel de colesterol mayor o igual a 200 md/dl, niveles que se asocian a un mayor riesgo cardiovascular. Una alimentación baja en grasas saturadas y colesterol contribuiría a mantener los niveles normales y así a reducir el riesgo cardiovascular.(2) En relación con el consumo de grasas, en nuestro país, la Encuesta Nacional de Calidad de Vida del año 2001, señaló que en la X Región mas del 40 % de la población entre hombres y mujeres de 20 a 74 años tiende a consumir carne de vacuno 2 a 3 veces a la semana, se destaca que una cifra cercana al 30 % en el grupo de 15 - 64 años consume de cerdo, cordero, cecinas y otros al menos de 1 vez en la semana; Continuando con alimentos como las sopaipillas o frituras en general son consumidas por el 35 % de los jóvenes 2-3 veces en la semana siendo seguidas por las edades de 20 a 44 años con un 20 % aproximadamente. (3) Situación similar se observó en la XI Región en la cual según esta encuesta un 13.6% de la población encuestada consume carnes grasas 2 ó 3 veces por semana; situación que se agudiza en el grupo de 20 a 44 años, en el cual alcanza un 17,3%. En cuanto al consumo de otro tipo de alimentos altos en grasas como la mayonesa, el grupo de 15 a 19 años alcanza un 12.1%(3). 1 Modulo I: Tendencias en Salud Pública: Salud Familiar y Comunitaria y Promoción Osorno, marzo - mayo del 2006 La situación de dislipidemias en estas regiones resulta a nuestro parecer, más preocupante que en el resto del país ya que tiene sus orígenes desde tiempos históricos cuando los huilliches y chonos debían subsistir por medio de la recolección de mariscos y frutos, pesca, caza en menor proporción, la tradición del pueblo fue sedentaria lo que hizo que se domesticaran animales y por ende aumentara la ingesta de carnes altas en grasas. Estas prácticas sociales de nuestros antepasados, además de las conductas adquiridas en el tiempo, hacen que el excesivo consumo de carne se vea como algo normal y asociado además por el nivel socioeconómico del hogar. Dentro de las raíces sureñas es sabido el alto consumo de alimentos grasos generalmente es debido a creencias, mitos, el clima o a la cultura arraigada. El clima en este caso se traduce en una suerte de artilugio para los comensales puesto que favorece enormemente el hecho de compartir alimentos en gran medida en un lugar cálido donde se este resguardado del frío de las zonas del sur, sumando a esto el patrimonio cultural de recetas que existen sobresalen los carneos y las frituras. Se reconoce el trabajo de promoción en salud, fomentos de estilos de vida saludables, etc, para formar una conciencia social en la comunidad y lograr la prevención de factores de riesgo, entre ellos la hipercolesterolemia, pero se siente que falta aún mas refuerzo y un trabajo que considere la realidad local, en este caso, del sur de Chile. Nuestra postura en el presente ensayo propone discutir los mecanismos adaptativos al clima que influyen en la alta ingesta de grasas saturadas, asociadas a la cultura culinaria del sur de Chile. 2 Modulo I: Tendencias en Salud Pública: Salud Familiar y Comunitaria y Promoción Osorno, marzo - mayo del 2006 OBJETIVOS • Analizar los mecanismos adaptativos al clima que han incidido en el alto consumo de grasas saturadas. • Discutir y analizar nuestra intervención como equipo de salud, en lo que respecta al patrón cultural- alimentario de la población en el sur de chile. 3 Modulo I: Tendencias en Salud Pública: Salud Familiar y Comunitaria y Promoción Osorno, marzo - mayo del 2006 DISCUSIÓN Como mencionamos anteriormente, en Chile como en la mayoría de los países en desarrollo, se ha producido en los últimos años un importante aumento en las enfermedades crónicas no transmisibles, y dentro de estas, las cardiovasculares constituyen la primera causa de muerte (OMS 2002). (4) Lo que más nos alarma de estas enfermedades es el grave daño que provoca en la salud de las personas encontrándose y potenciándose como factor de riesgo, ejemplo de ellas son la Diabetes Mellitus, hipertensión, cardiopatías coronarias, enfermedades psicológicas, canceres y dislipidemias entre otras. Entre los principales factores de riesgo de esta patología se encuentra la obesidad y el consumo excesivo de colesterol, grasas saturadas y ácidos grasos trans, además de la ingesta deficiente de fibra dietaria en la alimentación. Si pensamos y a ello sumamos las prácticas sociales de nuestros antepasados, además de las conductas adquiridas en el tiempo, hacen que el excesivo consumo de carne se vea como algo normal llevado en si por el fuerte patrón cultural y de convivencia a la hora de las comidas. Las grasas y los aceites están presentes en todo momento en nuestra vida. Los utilizamos en nuestra alimentación, en nuestro aseo e higiene, en la conservación de nuestra salud y en múltiples productos que utilizamos o consumimos diariamente. Las grasas o lípidos son nutrientes tan necesarios como las proteínas y los carbohidratos y aportan grandes beneficios para la salud y nutrición; sin embargo, el consumo excesivo de grasas saturadas son uno de los factores responsables de algunos de los problemas que nos aquejan hoy, como las dislipidemias como factor de riesgo de enfermedad cardiovascular. El Ministerio de Salud y nosotros como profesionales hace años que estamos buscando control y medidas de prevención para esta grave enfermedad, que hoy no solo afecta a los adultos si no que esta poniendo en riesgo la salud de los niños, contando con casos de dislipidemia infantil a los 3 años de edad, esto nos hace pensar que nuestros equipos de trabajo no están teniendo los resultados esperados, si bien se tienen medicamentos tales como la atorvastatina que controlan los niveles de colesterol, pero solo por un periodo de tiempo, cabe destacar que lentamente la fitoterapia se ha involucrado a nivel de tratamiento y ayuda en parte a combatir el problema, es por eso que decidimos cuestionarnos la problemática del colesterol alto y a tratar de enfrentar el problema desde el punto de vista cultural y social. 4 Modulo I: Tendencias en Salud Pública: Salud Familiar y Comunitaria y Promoción Osorno, marzo - mayo del 2006 Nosotros reconocemos el trabajo de promoción en salud, fomentos de estilos de vida saludables, entre otros, para formar una conciencia social en la comunidad, pero se siente que falta aun mas refuerzo y un trabajo mas acorde a la economía, cultura, condiciones climáticas y sobre todo a la realidad local del sur, esto se puede mejorar interviniendo desde el enfoque de la salud familiar y comunitaria. En el presente ensayo queremos discutir cómo influyen los mecanismos adaptativos al clima de la zona sur austral de Chile en el alto consumo de grasas saturadas y cómo los factores culturales se encuentran fuertemente ligados al consumo de alimentos altos en lípidos, favoreciendo la presencia de hipercolesterolemia. Pese a ello es necesario encontrar la forma de prevenirla e identificar tempranamente el problema. Algunos de los aspectos que queremos considerar para esta discusión lo constituyen los siguientes temas y ejemplos: Factores culturales: En la X y XI Regiones el consumo de grasas saturadas, considerado en este ensayo como principal factor de riesgo de hipercolesterolemia, potenciado por los mecanismos adaptativos al clima, este consumos de colesterol en si, es un hábito heredado desde tiempos remotos. El consumo de carnes grasas aseguraba la energía necesaria para el trabajo e inclemencias del tiempo, además de ser parte importante de celebraciones en ocasiones especiales, como por ejemplo carne asada de cordero o cerdo asada al palo. Desde tiempos antiguos, por ejemplo, los pueblos que habitaban la Isla de Chiloé (Cuncos, por ejemplo), utilizaban alimentos con elevado contenido graso. Una importante fuente alimenticia era el curanto, comida típica hasta la actualidad en Chiloé. Sin embargo, consideramos necesario plantear el concepto de Soberanía alimentaria y su relación con comidas tradicionales. La Soberanía alimentaria implica el derecho a la determinación y el abastecimiento de los alimentos que la población necesita, considerando su producción local y nacional, respetando la diversidad productiva y cultural; pero no sólo este concepto se relaciona con la producción de alimentos, sino también con las formas en que los alimentos llegan a la gente. En gran parte de este proceso, pensamos que la globalización ha tenido una fuerte influencia: las grandes cadenas de alimentos “chatarra” que existen hoy en día, abarcan a gran parte de la población, modificando gustos y preferencias mediante técnicas de mercadeo y cambios culturales. Esto ha implicado una alteración de las costumbres alimentarias, que influye en distintos niveles, uno de ellos, la salud de las personas, afectadas por alimentos grasos. 5 Modulo I: Tendencias en Salud Pública: Salud Familiar y Comunitaria y Promoción Osorno, marzo - mayo del 2006 Pensamos que lo anterior, probablemente explique el hecho de que muchas de las enfermedades no transmisibles que afectan mayoritariamente a la población antes no se conocían o no eran tan severas, como por ejemplo, Diabetes, Hipertensión Arterial, Dislipidemias. Se han ido perdiendo valores culturales, modos de vida y en grado muy importante, la dieta tradicional, alterada en parte por el consumo de alimentos de bajo aporte nutritivo pero “dañinos” para la salud como papas fritas, consumo excesivo de azúcares y grasas saturadas. Factores climáticos: El clima del sur de Chile, en especial de la zona Sur - Austral, no favorece el cultivo de determinados alimentos. Las temperaturas durante el invierno son muy bajas. Estos sectores se caracterizan por tener un alto índice de lluvias y bajas temperaturas en invierno, mientras más se avanza hacia el sur, el clima se hace más lluvioso y helado. En verano, ocasionalmente es caluroso, pero se mantienen las lluvias, es decir; se presentan lluvias durante todo el año. A ello debemos agregar las características de nuestra dieta alimenticia en invierno. Con la llegada del frío, la dieta tiene una nueva función: “Protegernos de las bajas temperatura”. Frente a bajas temperaturas, nuestro cuerpo para compensar el frío, tiende a mantener las reservas energéticas consistentes. Por esta razón se tiende a consumir más que en otras estaciones carnes rojas, carnes grasas y un mayor consumo de grasas y embutidos, aumentando así el riesgo de adquirir hipercolesterolemia. Comensalidad: Es un rito social. Es decir cómo y con quien se come. Como profesionales de la salud generalmente queremos imponer pautas de alimentación “sana” mediante la “educación” más o menos autoritaria de la población “carenciada”. No se considera, por ejemplo, que la alimentación de cada grupo social refleja su particular manera de verse en el mundo. En los sectores medios, la dieta se vive como un período de abstención, tiene un valor de negatividad, mientras que lo positivo es comer rico. Las clases alta y media alta por su parte no buscan un cuerpo lindo, sino sano. Así estos grupos de sectores altos “huyen de las grasas”, les preocupan el infarto o el accidente vascular. Este grupo flaco es “sin colesterol”. Para los pobres, en cambio, el ideal del cuerpo es fuerte y el ideal del alimento es rendidor, el cual debe ser barato, gustar y “llenar” 6 Modulo I: Tendencias en Salud Pública: Salud Familiar y Comunitaria y Promoción Osorno, marzo - mayo del 2006 Alimentos que cumplirían estos requisitos serían el pan, los fideos, las papas y las grasas, en especial las carnes grasas. No consumen verduras (que contribuirían a reducir la absorción de grasas) pero no por falta de educación, sino porque no cumple con uno de los requisitos: “No llenan”, tienen menor poder de saciedad en el organismo, ya que llevan menor tiempo de procesos digestivos. Pasando a otro punto de vista como la antropología de la alimentación las sociedades humanas desde tiempos ancestrales, se ocuparon básicamente en obtener alimentos, esto va creando sentimientos sociales y más adelante, los procesos de producción de alimentos, estarán en base del desarrollo cultural. Así la comida organiza y estructura la sociedad. El alimento es parte de la cultura material, cada sociedad y cultura tiene sus propios gustos culinarios, la cultura también nos da ciertas reglas de que podemos y no podemos comer, hay alimentos que tienen distintas connotaciones sociales. También existen elementos de la cultura no material a través de los símbolos de significación social. Por ejemplo, el reunirse en torno a un “Curanto” (ritual) en donde éste constituye la instancia de compartir con amigos, parientes, solucionar conflictos familiares, sociales, etc. Oto ejemplo al cual nosotros nos que remos referir es la cultura alacalufe en este caso, la unidad básica de la estructura social es la familia, cuyo reducido tamaño y relativa autonomía favorecían el desarrollo de su elemental economía de subsistencia, carente de prácticas de agricultura. La alimentación se basaba casi exclusivamente a la pesca, la caza y simple recolección de mariscos, puesto que los frutos bayas y raíces silvestres poseían una importancia reducida. Pensamos que esta alimentación a base de proteínas fue sustituida por otra a base de hidratos de carbono y grasas; la pieles impermeables de la vivienda y el vestuario tradicional, por telas corrientes y ropas que no protegían contra la lluvia y la nieve, o la humedad permanente, esa estimulante actividad laboral activa y nomádica de recolección, pesca, y caza por una malsana inactividad casi total. Con esto sus estilos de vida cambiaron, mediante mecanismos adaptativos al clima, quedando propensos a mas enfermedades infectocontagiosas, bajando su población de forma considerable, hasta prácticamente al día de hoy desaparecer. Nosotros queremos dejar en claro que a la mayoría dé las culturas indígenas le ha pasado algo similar, gracias al clima y sus mecanismos adaptativos a ella ha cambiado formas de alimentarse, de vestirse ,en si los hábitos y estilos de vida de adaptaron y modificaron dependiendo de las circunstancias y condiciones de vida. Actualmente ha aumentado la obesidad, colesterol alto y otras enfermedades crónicas en todas las etnias y en general en toda la población, favorecido aun mas en la condición climática del sur de Chile donde la ingesta de grasas es vista como lo normal para la cultura (9) Otro ejemplo al cual no lo pudimos dejar pasar lo encontramos en Cucao en un estudio realizado entre los años 65 y 69 en familias que vivían en esta comuna donde su principal base de alimentación eran el mayo7de papas, pan, café de malta, mariscos, Modulo I: Tendencias en Salud Pública: Salud Familiar y Comunitaria y Promoción Osorno, marzo - mayo del 2006 pescado, cochayuyo, y sopaipillas en si, base proteica y de hidratos e carbono, esto simbolizaba la base de alimentación pero en las familias más humildes donde generalmente uno o más de sus hijos se consideraba como desnutrido leve porque la cobertura calórica no alcanzaba a cubrir sus necesidades básicas de nutrientes .Por otro lado se encontraban las familias de mejor situación donde sobresalía el mayor consumo de carne, el reitimiento de donde se obtenía el yoco de cerdo, sopaipillas, churrascos chilotes, milcao, curantos, chapaleles, mazamorra de manzana con chuño, cazuela de cordero y luche, fritos de luche, la chochoca, preparación de prietas, longanizas y guatas en guiso, entren otras preparaciones de las cuales la mayoría es de alto contenido de calórico y de grasa saturadas, por lo que en esos años se consideraba bien visto consumir este tipo de alimentos, ya que además se le consideraba de mayor poder adquisitivo. Se dice que así estas familias adquirieron y arraigaron aun más estas costumbres, con esto inferimos que en base antecedentes culturales dejados por nuestros antepasados el colesterol ha estado la mayor parte del tiempo presente en nuestra dieta, pero que en base al abuso de su consumo propiciado por los rituales gastronómicos ancestrales favorece en gran medida los altos niveles que en general la población del sur de chile presenta. (10) Desde nuestro punto de vista la nutrición en chile se ha cambiado de manera radical y nuestros hábitos alimentarios han cambiado mucho en los últimos años, con factores como la inserción de la mujer al mundo laboral, lo que lleva a en definitiva tener menos tiempo para cocinar y optar a el consumo de comida rápida, además el desarrollo tecnológico, el intercambio sociocultural y la llegada de las grandes cadenas de restaurantes donde los alimentos tienen grandes cantidades de calorías, altos porcentajes de grasas saturadas y de sal lo que contribuye enormemente a elevar los índices de colesterol sanguíneo. Otro factor que consideramos es el aspecto biológico, es decir, lo que sucede si se baja significativamente de peso. Se relaciona esta pérdida de masa grasa con una menor resistencia al frío. Si relacionamos este efecto con las bajas temperaturas del sur, nos hace pensar que las personas en general consumen más grasas por el clima que les rodea debido a la termorregulación corporal y por el marco cultural asociado. (11) Hemos percibido cómo el rito social de la Comensalidad se ha ido modificando, ahora en la mayoría de los casos solo en ocasiones especiales se tiene a toda la familia reunida en el almuerzo, esto por los cambios de horario trabajo, estudios, ya no se tiene el tiempo de compartir un plato de comida como antes, estas antiquísimas prácticas era muy valiosa a la hora de la transmisión de los valores, reglas, la familia no esta enseñando hábitos alimentarios y deja ese rol en cualquier profesor o profesional. (12) 8 Modulo I: Tendencias en Salud Pública: Salud Familiar y Comunitaria y Promoción Osorno, marzo - mayo del 2006 Si a ello nosotros le sumamos que la práctica de actividad física en el sur está condicionada por el clima (lluvia mal tiempo temporales etc..) y el hecho de que no siempre se tienen los espacios físicos acordes ni la voluntad para realizarlos. Podemos deducir que esta situación promueve el hecho que se produzcan convivencias sociales casi siempre en el marco de la comida, en general frituras o productos hechos con papa o harina ya sea para comercializarlas como beneficio o simplemente como arte de compartir, todo esto se acompaña en el diario vivir con ser dueña de casa o de un trabajo generalmente por turnos en pesqueras, chofer, jornada escolar completa para los niños y las frecuentes comidas a deshora ( jugos- bebidas –snack etc.). que a veces llegan de regalo y sirven para suplir alguna carencia afectiva no entregada por las agotadoras jornadas laborales y el sentimiento de culpa de los padres. Al menos ya pasamos de la cultura de “cocinar con manteca, al cocinar con aceite”, refieren algunos profesionales en la zona sur de Chile. Pensamos que esto esta cambiando pero lentamente y se necesita mayor incorporación de la comunidad a nuestros equipos de trabajo, pero de una forma mas integral, entregando herramientas necesarias además de conocimientos; adquiriendo su confianza paulatinamente y tratándolos de una manera igualitaria , que sientan realmente que son parte del equipo y que pueden hacer mucho, para esto es que necesitamos llegar a ser centros de salud familiar de calidad. Considerando y comprendiendo todos estos aspectos, podremos aproximarnos a una alternativa de intervención. Pensamos que la acción que podamos realizar a nivel familiar resulta fundamental, en especial si recordamos que esta es un componente importante del capital social, es aquí donde el individuo tempranamente adquiere hábitos alimentarios y culturales. Nuestra intervención preventiva será mucho más pertinente culturalmente si no olvidamos los distintos factores que intervienen en el qué comemos, como por ejemplo los aspectos culturales y factores climáticos, pero en especial los mecanismos adaptativos al clima que intentamos describir en este ensayo. El objetivo de buscar una intervención en el problema de las dislipidemias es mejorar la calida de vida de la población en el largo plazo, a través de un mejor control de los factores de riesgo cardiovascular, uno de ellos, la hipercolesterolemia. Dentro de nuestras estrategias a utilizar y retomando el tema de que en nuestro equipos de salud faltan tareas por hacer respecto al tema, se señala incorporar a las madres como dueñas de casa principal foco de acción donde se intercambiaran experiencias se le otorgaran herramientas en donde puedan mezclar lo cultural del sur de chile con lo sano de preparación de alimentos sin tanto contenido de grasas saturadas y se tratara de favorecer la característica del “ser social” tanto en su casa como en lugares educativos o de esparcimiento . 9 Modulo I: Tendencias en Salud Pública: Salud Familiar y Comunitaria y Promoción Osorno, marzo - mayo del 2006 El poco apoyo que se muestra por la parte de educación en colegio o liceos con respecto a comidas saludables y el bajo manejo de contenidos de los mismos temas de salud entre los profesores nos hace pensar en la incorporación de otros entes educativos y capacitados como las madres. Se sugiere además, el promocionar talleres de gimnasia monitoreados por un profesional de la salud aparte del profesor de educación física, con el fin de controlar sus niveles de colesterol sanguíneo, glicemia y el tratamiento si lo requiere, de niños con sobrepeso y obesidad. Esto permitirá aumentar las horas de gimnasia que tengan escolares, la mayoría de ellos, con conductas sedentarias por el uso del la locomoción o del computador o juegos de video. Destacamos el interés de trabajar con el sector de Educación. Si bien nunca se ha tenido una comunicación expedita, se puede mejorar y en conjunto con los apoderados se puede discutir la problemática de la alimentación, reforzando los temas , abordando y rescatando las características positivas de su alimentación; complementándolas con las estrategias a seguir. Tomando siempre una postura de igualdad ya sean agentes educadores o de apoderados, con el fin de poder llegar mas a las familiar y cambiar hábitos desde el marco social cultural, beneficiándonos de estos aspectos, potenciándolos y llevando nuestra teoría a la práctica. Si bien el implementar todas estas actividades no es fácil, es más factible si se otorga un incentivo financiero otorgado por Municipalidad, Programas como “VIDA CHILE”, u otros Programas como el Programa de Salud Cardiovascular (PSCV). Lo importante es el seguimiento y la continuidad para ver los frutos y los cambios en los próximos años. 10 Modulo I: Tendencias en Salud Pública: Salud Familiar y Comunitaria y Promoción Osorno, marzo - mayo del 2006 CONCLUSIONES • Podemos concluir al término de nuestro ensayo, que los niveles altos de colesterol en el sur de Chile se ven afectados por mecanismos adaptativos al clima, siendo este último mas bien un antecedente de contexto; que lleva a una dieta alta en grasas saturadas. • Dentro del proceso de cambio se menciona que se debe tratar la problemática desde el punto de vista cultural, considerando los mecanismos adaptativos y buscando la mejor estrategia en que éstos puedan ser modificados de tal modo de disminuir la ingesta de grasas saturadas. • Nuestra estrategia como ente de salud y enfocándonos al tema de la salud familiar y comunitaria debe incluir el tema de la educación en colegios y mejorar la comunicación compartiendo conocimientos , contenidos teóricos y existenciales, con el fin de entregar herramientas y acompañar como facilitador de una manera igualitaria a los docentes o apoderados (madres) para que puedan formar nuevos hábitos de alimentación desde la infancia y así disminuir los altos niveles altos de colesterol que están invadiendo el sur de Chile . • La Educación alimentaria debiera considerar los aspectos simbólicos, culturales y sociales como base de cualquier intervención de la comunidad a abordar, dando alternativas de consumo suficientes para mejorar los hábitos alimentarios. • Se resalta el hecho que estos proyectos de acción puedan tomar curso y mantenerse en el tiempo generando redes de apoyo y manteniendo un cambio significativo en la comunidad. • Se resalta el hecho que estos proyectos de acción puedan tomar curso y mantenerse en el tiempo generando redes de apoyo y manteniendo un cambio significativo en la comunidad. 11 Modulo I: Tendencias en Salud Pública: Salud Familiar y Comunitaria y Promoción Osorno, marzo - mayo del 2006 RECOMENDACIONES • Cabe destacar que la bibliografía en la zona de Ancud y Aysén en general es muy escasa, aún más cuando se busca un tema tan específico como relacionar alimentación, clima y cultura. • Internet fue una gran herramienta para nosotras a pesar de los miles de kilómetros de distancia nos logramos contactar vía correo o Messenger (MSN). Esta vía nos permitió además encontrar interesantes textos antropológicos, pero igualmente eran escasos. • El presente ensayo nos permitió revisar bibliografía de uso NO habitual en nuestro quehacer profesional, en el cual buscamos frecuentemente bibliografía con enfoque biomédico. • Una de las principales limitaciones que se nos presentaron fue comentar y discutir el tema elegido, ya que previo a este resultado existió un gran esfuerzo a nivel individual, el cual posteriormente complementaríamos con nuestros comentarios vía telefónica e Internet. • Se solicita facilitar un mayor número de alternativas a utilizar como apoyo bibliográfico, diferenciado por temas, de tal modo que puedan ser utilizados como referencias comunes para los alumnos que cursan este Diplomado. • Nos agradó trabajar en el tema elegido para este ensayo, ya que el colesterol en nutrición es un tema amplio que se asocia más bien a otras patologías pero que de igual manera nos apasiona el hecho de trabajarlo desde otro punto de vista. • Resultó además, ser un tema complejo de abordar, ya que originalmente pensábamos discutir sobre la influencia del clima sobre la alimentación del sur de Chile; y durante el desarrollo del ensayo encontramos una mayor influencia de los mecanismos adaptativos al clima sobre la cultura culinaria. • Como comentario, cabe destacar que tomando en consideración el marco teórico en el cual nos basamos y discutimos, se señala la idea en el numero de reseña pero se modificaron los contenidos en base a los comentarios surgidos por cada una de nosotras. 12 Modulo I: Tendencias en Salud Pública: Salud Familiar y Comunitaria y Promoción Osorno, marzo - mayo del 2006 BIBLIOGRAFÍA 1. Jelves I, Ñanco J. “Manual de Alimentación tradicional Mapuche”. Servicio de Salud Araucanía Sur. Programa de Salud con Población Mapuche. Temuco 2002. 2. Lotte Weisner. “Cucao Tierra de Soledades”. Págs.299-322 (Biblioredes Ancud) 3. Olivares S. “Educación en Nutrición y guías alimentarías, para la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles”. Rev. Chilena de Nutrición. Págs. 26; 20-48. Sociedad Chilena de Nutrición, Bromatología y Toxicología. Santiago, Chile 1999. 3. Valenzuela A. “Obesidad”. Editorial Mediterráneo. Segunda Edición. Págs. 55-76. Santiago, Chile. 2002 4. Zacarías I., Olivares S., Séller I., Escobar M. ”Promoción de la Salud y Prevención de Enfermedades Crónicas No Transmisibles”. Material educativo para profesionales de atención primaria en salud. Santiago, Chile 2002. 5. Zacarías I., Vera G.. “Selección de alimentos, uso del etiquetado nutricional para una alimentación saludable”Manual de consulta para profesionales de la salud. Págs; 2-3,28-37.Ministerio de Salud. Santiago, Chile 2006. 6. http://epi.minsal.cl. Encuesta Nacional de Calidad de Vida y Salud 2001 7. www.alimentacion-sana.com.ar 8. www.paginal2.com.ar 9. www.radio.uchile.cl 10. www.kawesqar.uchile.cl 11. www.scielo.cl (Montecino Aguirre S. N. 487. Concepción 2003) 13 Modulo I: Tendencias en Salud Pública: Salud Familiar y Comunitaria y Promoción Osorno, marzo - mayo del 2006