Download RESUMEN Los procesos naturales de fijación biológica
Document related concepts
Transcript
RESUMEN Los procesos naturales de fijación biológica del N2 juegan un importante rol en la activación de los sistemas agrícolas sustentables por su beneficio ambiental. El incremento de su aplicación puede mitigar la necesidad del uso de fertilizantes nitrogenados químico con su consiguiente efecto benéfico al ciclo del nitrógeno, el calentamiento global y el saneamiento de las aguas subterráneas y superficiales. Este proceso depende básicamente de la acción de los microorganismos en conjunto con las plantas. Azotobacter chroococcum es uno de los biofertilizantes que más se aplica e investiga. Sus propiedades benéficas se ponen de manifiesto en una gran variedad de hortalizas y granos (Martínez y Dibut, 1996). Para la determinación de la dosis óptima de aplicación de la bacteria A. chroococcum en plantas jóvenes de tomate y brócoli en su etapa inicial, se realizó una siembra a nivel invernadero, y así, evaluar su efecto sobre parámetros de crecimiento y fisiológicos como área foliar, clorofila total, longitud de raíz, peso seco aéreo, peso seco de raíz y peso volumétrico de raíz. El ensayo experimental se llevó a cabo en el invernadero del Instituto Tecnológico de Sonora. Se sembró el 6 de Febrero de 2004 semillas de los cultivos de brócoli (Cv. Green Belt) y tomate (Cv. Tequila), en vasos de unicel de 400 cc y se realizó durante seis semanas. Los tratamientos evaluados comprenden las siguientes concentraciones de A. chroocuccum: 15 (tratamiento 1), 30 (tratamiento 2), 60 (tratamiento 3), 120 (tratamiento 4) y 240 lt ha-1 (tratamiento 5) y un testigo sin aplicación (tratamiento 6); los tratamientos se llevaron a cabo en tres ocasiones después de la aparición de la primera hoja verdadera cada siete días entre aplicación, inyectando con una micropipeta al sustrato las dosis correspondientes al número de plantas por hectárea y las manejadas en el experimento. Se utilizó una solución nutritiva completa para controlar la nutrición de los cultivos durante el experimento, aplicándose ésta cada cinco días y los riegos se aplicaron según los requerimientos de las plantas. El diseño experimental fue completamente al azar con diez repeticiones, cada unidad experimental consistió en un vaso. Las variables evaluadas fueron: área foliar y peso seco, longitud, peso volumétrico y peso seco de raíz, crecimiento de las plantas y clorofila total. La respuesta encontrada en el caso de brócoli fue seriamente estimulada en todos los parámetros valorados con la aplicación de Azotobacter, encontrándose diferencias altamente significativas en el área foliar, siendo el tratamiento 2 el que reportó la mejor respuesta, con un 37.4% de incremento, el tratamiento 3 en longitud de raíz con un 19% de aumento, el tratamiento 1 para peso volumétrico de raíz con un 94% y en peso seco de raíz el tratamiento 2 con un 36% de alza. Al analizar las variables en las plantas de tomate, se encontró que en el área foliar el tratamiento 2 incrementó un 20% sobre el testigo, para el caso de peso seco de hojas, se observó un incremento del 7% con el tratamiento 4, la longitud de raíz no se vio estimulada en ninguno de los tratamientos aplicados, el peso volumétrico con un 318.7% con el tratamiento 3 y el peso seco de raíz con un 77% también con el en tratamiento 3; no se mantiene la tendencia del efecto de una dosis en particular en tomate, no así para el caso de brócoli que presentó mejores resultados con las dosis iniciales de A. chroocuccum. En clorofila total el tratamiento 2 fue el que reportó mayores valores de clorofila en brócoli, con más de 40 unidades, comparado con 30 unidades del testigo, en tomate no se encontró respuesta, ya que los valores encontrados fueron similares entre las plantas tratadas y el testigo con alrededor de 30 a 34 unidades de clorofila; en el caso de la altura final, no se observó ninguna respuesta en general, tanto en brócoli como en tomate. La aplicación de Azotobacter estimuló discretamente el desarrollo vegetal integrado inicial de plantas jóvenes de brócoli y tomate cultivado en invernadero. I. INTRODUCCIÓN En términos generales la biotecnología es el uso de organismos vivos o de compuestos obtenidos de organismos vivos para obtener productos de valor para el hombre. Como tal, ha sido utilizada por el hombre desde los comienzos de la historia en actividades tales como la preparación del pan y de bebidas alcohólicas o el mejoramiento de cultivos y de animales domésticos. Históricamente, ésta implicaba el uso de organismos para realizar una tarea o función. Si se acepta esta definición, la biotecnología ha estado presente por mucho tiempo. Procesos como la producción de cerveza, vino, queso y yogurt implican el uso de bacterias o levaduras con el fin de convertir un producto natural como leche o jugo de uvas, en un producto de fermentación más apetecible como el yogurth o el vino. Tradicionalmente la biotecnología tiene muchas aplicaciones. La biotecnología consiste en un gradiente de tecnologías que van desde las técnicas de la biotecnología "tradicional", largamente establecidas y ampliamente conocidas y utilizadas, hasta la biotecnología moderna (Izquierdo et al.,1995). En el campo de la agricultura las aplicaciones de la biotecnología vegetal son innumerables. Algunas de las más importantes son: resistencia a herbicidas, resistencia a plagas y enfermedades, mejora de las propiedades organolépticas, resistencia a estrés abióticos y mejorar la fijación de nitrógeno por parte de las bacterias fijadoras, por medio de biofertilizantes, entre otras (Scriban, 1985). El manejo de los biofertilizantes en la actualidad ha cobrado bastante auge dentro del proceso de producción de cultivos de frutales y hortalizas, así como de granos y oleaginosas, además de plantas aromáticas y especies, ello debido entre otras causas a la bondad de que éstos repercuten en acciones positivas dentro del desarrollo vegetal integrado de las plantas anteriormente mencionadas y de la baja considerable en la utilización de fertilizantes inorgánicos o químicos, que además de hacer más complicado su manejo y aplicación, son fuentes de contaminación al subsuelo y a los mantos freáticos superficiales. México a realizado un gran número de investigaciones tratando de consolidar los beneficios de los microorganismos fúngicos y bacterianos y la influencia de ellos en la nutrición vegetal, aparte del perfecto conocimiento simbiótico de bacterias del género Rhizobium y Bradyrhizobium, que se han manejado en plantas de la familia de las leguminosas, contando al momento con caracterización y entendimiento de éste tipo de organismos; dentro de ellos están un grupo de bacterias del género Azotobacter, las cuales han demostrado su bondad en aportar compuestos orgánicos y fitohormonales, para un desarrollo normal y estimulado en las plantas que así se han valorado. El objetivo de éste trabajo fue el de evaluar la influencia de la dosis de aplicación de un biopreparado de Azotobacter chroococcum sobre el desarrollo de plantas jóvenes de tomate y brócoli bajo condiciones de invernadero. II. REVISIÓN DE LITERATURA 2.1 TOMATE 2.1.1 Origen El origen del género Lycopersicon se localiza en la región andina que se extiende desde el sur de Colombia al norte de Chile, pero todo indica que fue en México donde se domesticó, quizá porque crecía como mala hierba entre los huertos. Durante el siglo XVI se consumían en México tomates de distintas formas y tamaños e incluso rojos y amarillos, pero para entonces ya habían sido traídos a España y servían como alimento en España e Italia (Parsons, 1998). A la llegada de los españoles a América, el tomate formaba parte de los pequeños huertos de hortalizas del área mesoamericana, estaba integrado en la cultura azteca y en la de otros pueblos del área mesoamericana. Los españoles y portugueses difundieron el tomate a Oriente Medio y África, y de allí a otros países asiáticos y de Europa, también se difundió a Estados Unidos y Canadá. Los cronistas europeos hacen escasas referencias a él, habiéndose a veces malinterpretado algunas citas que utilizan el vocablo tomate. Este vocablo introducido en la lengua castellana en 1532, procede del náhuatl “tomatl”, que se aplicaba genéricamente para plantas con frutos globosos o bayas, con muchas semillas y pulpa acuosa. (http://www.infoagro.com/hortalizas/tomate.htm) 2.1.2 Clasificación Taxonómica La clasificación taxonómica del tomate, nos indica que pertenece a la familia de las solanáceas (Cuadro 1). Cuadro 1. Clasificación Taxonómica del Tomate Nombre común Nombre científico Reino División TOMATE Lycopersicon esculentum Mill Plantae Magnoliophyta Orden Familia Género Especie Solanales Solonaceae Lycopersicon Esculentum Fuente:http://www.qro.itesm.mx/agronomia2/extensivos/CTomatendicedecultivo.ht ml#Avena 2.1.3 Descripción Botánica Botánicamente, se clasifica el tomate como Lycopersicum esculentum. Este género pertenece a la familia de las solanáceas, que abarca varias especies de importancia económica, como lo son el tomate, la berenjena y el pimentón. Semilla: Las semillas del tomate son aplanadas y de forma lenticular, de dimensiones aproximadas de 5 x 4 x 2 mm ; está constituida por el embrión, el endospermo y la testa o cubierta seminal, en una onza pueden encontrarse entre 9,700 y 11,000 semillas de tomate. (http://www.qro.itesm.mx/agronomia2/extensivos/CTomatendicedecultivo.html#Ave na) Planta: Perenne de porte arbustivo que se cultiva como anual. Puede desarrollarse de forma rastrera, semierecta o erecta. Existen variedades de crecimiento limitado (determinadas) y otras de crecimiento ilimitado (indeterminadas) (Esau, 1982). Sistema radicular: raíz principal (corta y débil), raíces secundarias (numerosas y potentes) y raíces adventicias. Seccionando transversalmente la raíz principal y de fuera hacia dentro encontramos: epidermis, donde se ubican los pelos absorbentes especializados en tomar agua y nutrientes, córtex y cilindro central, donde se sitúa el xilema (conjunto de vasos especializados en el transporte de los nutrientes) (http://www.infoagro.com/hortalizas/tomate.htm). Raíz: La raíz principal se desarrolla rápidamente a profundidades mayores de un metro. Sin embargo, con el sistema de transplante, el sistema radicular tiende a ser fibroso con muchas raíces laterales hasta de 40 cm de profundidad. (http://www.qro.itesm.mx/agronomia2/extensivos/CTomatendicedecultivo.html#Ave na) Hoja: compuesta e imparipinnada, con foliolos peciolados, lobulados y con borde dentado, en número de 7 a 9 y recubiertos de pelos glandulares. Las hojas se disponen de forma alternativa sobre el tallo. El mesófilo o tejido parenquimático está recubierto por una epidermis superior e inferior, ambas sin cloroplastos. La epidermis inferior presenta un alto número de estomas. Dentro del parénquima, la zona superior o zona en empalizada, es rica en cloroplastos. Los haces vasculares son prominentes, sobre todo en el envés, y constan de un nervio principal (Esau, 1982). Fruto: El fruto de tomate es una baya bi o plurilocular que se desarrolla a partir de un ovario de unos 5-10 mg y alcanza un peso final en la madurez que oscila entre los 5 y 500 g (http://www.infoagro.com/hortalizas/tomate.htm). 2.1.4 Valor Nutricional El fruto de tomate contiene cerca de 93-94% de agua. Los constituyentes orgánicos prevalecientes, son los azúcares. Los azúcares reductores, fructosa y glucosa, representan cerca del 50% de la materia seca y más del 95% de los azúcares en el tomate (Fig. 1) (http://www.sakata.com.mx/paginas/ptomate.htm). Los tomates son fuente importante de vitaminas A y C. Un tomate mediano (148 g) puede suplir entre 20 y 40% de las necesidades diarias de vitaminas A y C respectivamente (Cuadro 2). Figura 1. Componentes del fruto de Tomate Fuente: http://www.sakata.com.mx/paginas/ptomate.htm Cuadro 2. Valor nutricional del tomate por 100 g de sustancia comestible Valor nutricional del tomate por 100 g de sustancia comestible Residuos (%) 6.0 Materia seca (g) 6.2 Energía (kcal) 20.0 Proteínas (g) 1.2 Fibra (g) 0.7 Calcio (mg) 7.0 Hierro (mg) 0.6 Caroteno (mg) 0.5 Tiamina (mg) 0.06 Riboflavina (mg) 0.04 Niacina (mg) 0.6 Vitamina C (mg) 23 Valor Nutritivo Medio (VNM) 2.39 VNM por 100 g de materia seca 38.5 Fuente: http://www.infoagro.com/hortalizas/tomate.htm 2.1.5 Importancia A nivel internacional, las hortalizas junto con la frutas ocupan en nuestros días el segundo lugar de los productos agropecuarios, apenas aventajadas por los cereales. Se estima que tan sólo dos hortalizas contribuyen con el 50% de la producción en el mundo: la papa y el tomate, lo cual indica el enorme valor que éste último presenta no sólo en el comercio, sino también en el sistema alimentario mundial (http://www.siea.sagarpa.gob.mx). El tomate (Licopersicom esculentum Mill) es la tercera hortaliza más importante, es superada solo por la papa y el camote. Se cultiva en la mayoría de los huertos familiares para cubrir sus necesidades; en la mayor parte de los huertos comerciales y en muchos invernaderos para satisfacer la demanda de los mercados locales; en las áreas de producción invernal de las regiones del sur para embarques a largas distancias; y en las regiones del noroeste, del sudeste y de la costa pacífico para enlatado (Edmond, 1984) La producción mundial del tomate es, aproximadamente, de 36 000 000 de toneladas por año, cultivadas en 1 800 000 hectáreas. El área cultivada de tomate comprende más o menos un 30% del total de hortalizas. Esta situación justifica el desarrollo de grandes esfuerzos para resolver los problemas que limitan su producción (Parsons, 1998). Actualmente, en todos los países puede considerarse el cultivo del tomate como uno de los más representativos de las especies hortícolas, y el que ofrece mayores rendimientos económicos dado su extraordinario consumo. En México, como en otras partes del mundo, se prefiere consumir el tomate fresco y ha conseguido tan gran importancia, además de por su alto valor vitamínico, debido a que su fruto se consume en fresco como otras frutas; a manera de ensalada, licuada su pulpa como bebida refrescante, y sus salsas se usan como condimento para sazonar toda clase de carnes (Ibar y Juscofresa, 1987). El cultivo del tomate es una de las especies hortícolas que más se han incrementado en área de siembra en el Valle del Yaqui; ocupando alrededor de 600 ha en promedio de los últimos tres años. La producción se destina, principalmente a la frontera norte y el centro del país; los niveles de producción son muy aceptables, con potencial de rendimiento de hasta 25 ton/ha (CIRNO, 2001). 2.1.6 Requerimientos Edafoclimáticos El manejo de los factores climáticos de forma conjunta es fundamental para el funcionamiento adecuado del cultivo, ya que todos se encuentran estrechamente relacionados y la actuación sobre uno de estos incide sobre el resto. El tomate es una planta de clima cálido. Resistente al calor y a la falta de agua. La producción de tomate se efectúa en una gran variedad de suelos. Los procesos fisiológicos de crecimiento y desarrollo del tomate dependen de las condiciones del clima, del suelo y de las características genéticas de la variedad (Ibar y Juscofresa, 1987). Temperatura La temperatura mínima de germinación se sitúa sobre 10°C y la óptima entre los 20 y 30°C. Desde el momento de la siembra hasta la emergencia transcurren entre 6 y 12 días. La temperatura óptima del suelo, para una rápida germinación, es de 20 a 25°C. Desde la siembra hasta el momento del transplante ocurren entre 30 y 70 días (CIRNO, 2001). El cultivo de tomate se da bien en climas con temperaturas entre 18 a 26°C. Las temperaturas óptimas durante el día y la noche son de 22 y de 16°C respectivamente. El tomate no resiste heladas en ninguna etapa de su desarrollo. Para la producción fuera de la estación, existen diferentes prácticas para adelantar o retardar la recolección (Sobrino y Sobrino, 1989). Humedad El clima húmedo con temperaturas altas y una humedad relativa superior al 75%, es poco apropiado para el tomate, debido a que éste favorece los ataques de enfermedades fungosas. Por esto, se debe cultivar el tomate con preferencia en áreas áridas o semiáridas. El tomate es bastante resistente a la sequía, sin embargo, requiere de riego para obtener altos rendimientos (Parsons, 1998). La humedad relativa es alta, con una media anual de 68%, la máxima es 81%, que ocurre en septiembre y la mínima es 51%, correspondiente a abril. Humedades relativas muy elevadas favorecen el desarrollo de enfermedades aéreas, agrietamiento del fruto y dificultan la floración, debido a que el polen se compacta, abortando parte de las flores (León, 1980). Luminosidad Valores reducidos de luminosidad pueden incidir de forma negativa sobre los procesos de la floración, fecundación, así como el desarrollo vegetativo de la planta. En los momentos críticos durante el periodo vegetativo resulta crucial la interrelación existente entre la temperatura diurna, nocturna y la luminosidad. El tomate necesita estar bien abastecido de agua durante el ciclo de cultivo. Por esto, el suelo debe tener buena capacidad de retención de agua. Tanto el agua para riego como el suelo mismo deben tener baja salinidad. Dentro del grupo de las hortalizas de la familia de las solanáceas, el tomate es el más tolerante a la salinidad. No obstante su intermedia tolerante, la elevada salinidad constituye un factor adverso al desarrollo de la planta (Parsons, 1998). Suelo La planta de tomate no es muy exigente en cuanto a suelos, excepto en lo que se refiere al drenaje, aunque prefiere suelos sueltos de textura silíceo-arcillosa y ricos en materia orgánica. No obstante se desarrolla perfectamente en suelos arcillosos enarenados. En cuanto al pH, los suelos pueden ser desde ligeramente ácidos hasta ligeramente alcalinos cuando están enarenados. Es la especie cultivada en invernadero que mejor tolera las condiciones de salinidad tanto del suelo como del agua de riego (http://www.infoagro.com/hortalizas/tomate.htm). El tomate puede producirse en suelos con intervalo bastante amplio de pH. La reacción puede ser moderadamente ácida hasta ligeramente alcalina, es decir, de pH 6.0 a pH 7.2. Los suelos de textura franca tienden a favorecer una producción precoz y una maduración uniforme y simultánea. Los suelos arcillosos provocan un crecimiento lento y parejo. Este tipo de suelos es apropiado para un tomate de mesa o de consumo fresco. Los suelos de textura intermedia arenosa, se adaptan más para la producción mecanizada de tomates para la industria, por su efecto de maduración más uniforme y simultáneamente (Parsons, 1998). Riegos La aplicación del agua en el cultivo de tomate ha de ser cuidadosa, debido a que tanto la sequía como el exceso de agua repercuten en la calidad y producción del fruto. Se ha encontrado una correlación estrecha entre castigos prolongados y rajaduras en el fruto; y por otra parte, el exceso de agua se asocia a la presencia de enfermedades radiculares de la planta y por consecuencia, a los bajos rendimientos (León, 1980). El número de riegos es variable según el suelo y el clima, las necesidades también son menores en la primera etapa de cultivo, hasta que las temperaturas se van elevando con la primavera avanzada; en la producción de tomate tardío, que se desarrolla hasta el final con temperatura de verano, los riegos son más frecuentes, cada 8-10 días en los meses de calor fuerte (Sobrino y Sobrino, 1989). 2.2 BRÓCOLI 2.2.1 Origen La zona noreste del Mediterráneo (desde Grecia hasta Siria) sería el centro de origen más probable de esta hortaliza. A pesar de ser conocida y consumida en época de los romanos, recién se ha generalizado su cultivo en diversas áreas del mundo, presentando una gran tasa de expansión y un incremento notable de su producción en los últimos años. En Estados Unidos, las primeras descripciones de brócoli datan de inicios del siglo XIX; hoy en día es el principal país productor y consumidor. En Asia, a pesar de ser un cultivo también reciente, hay producción en diferentes países, destacando Japón, donde se ha realizado un significativo mejoramiento genético de esta variedad botánica. (http://www.puc.cl/sw_educ/hort0498/HTML/p160.html) La palabra brócoli deriva del italiano “brocco”, que significa brazo o rama. Brócoli es el plural de “broccolo” refiriéndose a los numerosos retoños que desarrollan en esta forma de Brassica oleracea. El consumo no es elevado por razones de hábito alimentario, por falta de difusión y poco conocimiento de las características culinarias y nutricionales. (http://www.qro.itesm.mx/agronomia2/extensivos/CBrocoliIndicedecultivo.html#Bro coli) 2.2.2 Clasificación Taxonómica La clasificación taxonómica del brócoli, nos indica que pertenece a la familia de las brassicaceas (Cuadro 1). Cuadro 3. Clasificación Taxonómica del Brócoli Nombre común Nombre científico Clase Subclase BRÓCOLI Brassica oleracea L. Angiospermae Dicotyledonea Orden Familia Género Especie Capparales Brassicaceae Brassica Oleracea L. Fuente:http://www.qro.itesm.mx/agronomia2/extensivos/CbrocoliIndicedecultivo.ht ml#Avena 2.2.3 Descripción Botánica Es una planta similar a la coliflor, aunque las hojas son más estrechas y más erguidas, con peciolos generalmente desnudos, limbos normalmente con los bordes más ondulados; así como nervaduras más marcadas y blancas; pellas claras o ligeramente menores de tamaño, superficie más granulada, y constituyendo conglomerados parciales más o menos cónicos que suelen terminar en este tipo de formación en el ápice, en bastantes casos muy marcada (Sobrino y Sobrino, 1989). Raíz: La raíz es pivotante con raíces secundarias y superficiales. Al igual que el resto de los componentes de la especie, esta variedad presenta un sistema radical poco profundizador, pivotante leñoso, que representa menos del 5% de la materia seca total de la planta (Esau, 1982). Planta: Es una planta anual, la planta es recta, tiene de 60-90 cm de altura y termina en una masa de flores de color verde que puede alcanzar un diámetro hasta de 35 cm (http://www.infoagro.com/hortalizas/broculi.htm). Hojas: La planta desarrolla un tallo principal relativamente grueso (3 a 6 cm de diámetro), de 20 a 50 cm de alto, sobre el cual se disponen la hojas en forma helicoidal en entrenudos cortos. Esto proporciona una apariencia intermedia entre el hábito de roseta de la coliflor y el hábito caulinar de repollito de Bruselas. Las hojas son de tamaño grande, de hasta 50 cm de longitud y 30 cm de ancho, y varían en número, de 15 a 30, según el cultivar. Presentan peciolo más desarrollado que el repollo, alcanzando un tercio de la longitud total de la hoja. La lámina es entera, de borde fuertemente ondulado y presenta un tono verdegrisáceo. En la base de la hoja puede dejar a ambos lados del peciolo pequeños fragmentos de lámina a modo de folíolos (Sobrino y Sobrino, 1985). Tallo: El tallo principal termina en la inflorescencia primaria, conformada por flores dispuestas en un corimbo principal o primario, denominado cabeza o pella, que corresponde a la parte aprovechada para el consumo. A diferencia de la coliflor, a partir de ramificaciones de las yemas axilares puede desarrollar inflorescencias laterales (secundarias), de menor tamaño que la principal. Debido al fenómeno de autoincompatibilidad, la variedad presenta polinización cruzada entomófila (principalmente abejas y moscas). Con las otras variedades botánicas de la especie se cruza libremente, y algunos autores sostienen que por su estructura floral más simple, el brócoli sería el progenitor de la coliflor. Finalmente en el desarrollo, la silicua protege la formación de más de diez semillas, las que son redondas, de color pardo oscuro a rojizo y pequeñas (300 semillas/g) (Esau, 1982). Figura 2. Inflorescencia primaria del Brócoli Fuente: http://www.mercadocentral.com.ar/site2001/htm/tecnicas.htm Estructura de la cabeza: El órgano de consumo de brócoli corresponde a la inflorescencia tipo corimbo compuesto, desarrollada a partir de la yema apical del tallo principal. El corimbo central o pan principal está constituido por numerosos primordios florales sostenidos en tallos florales o pedicelos, que a su vez se disponen sobre pedúnculos suculentos. Estos elementos corresponden fisiológica y morfológicamente a estadíos florales iniciales a diferencia de en la coliflor. Su forma y tamaño son similares a la cabeza de la coliflor, pero su color es verde y presenta una compactación menor (Sobrino y Sobrino, 1985). Flores: Son de color amarillo y tienen cuatro pétalos en forma de cruz. Las flores del bróculi son pequeñas, en forma de cruz de color amarillo y el fruto es una silicua de valvas ligeramente convexas con un solo nervio longitudinal. Produce abundantes semillas redondas y de color rosáceo (Fig. 2) (Esau, 1982). Fruto: El fruto es de color verde cenizo que mide en promedio de 3 a 4 cm y que contiene las semillas las que tienen forma de munición y miden de 2 a 3 mm de diámetro. (http://www.qro.itesm.mx/agronomia2/extensivos/CBrocoliIndicedecultivo.html#Bro coli) 2.2.4 Valor Nutricional El brócoli fresco conontiene 1.670 mg de fibra por 100 g de porción comestible, el doble que el apio. Es una buena fuente de vitamina A y excelente de ácido ascórbico. Una porción de 155 g de pedicelos de brócoli, provee el 68% de las necesidades diarias de vitamina A correspondiente a un adulto y 140 mg de ácido ascórbico, es decir más de dos veces las necesidades diarias. También brinda una cantidad considerable de hierro y otros minerales y es bajo en calorías, 100 g de porción comestible aportan tan solo 26 calorías. Como todas las hortalizas de hoja es importante por su volumen (http://www.sakata.com.mx/paginas/ptbrocoli.htm). El brócoli ha sido calificado como la hortaliza de mayor valor nutritivo por unidad de peso de producto comestible. Su aporte de ácido ascórbico, riboflavina y vitamina A es elevado; además suministra cantidades significativas de minerales (Cuadro 4). Adicionalmente, los efectos medicinales relacionados con la presencia del compuesto Sulphoraphane, un potente agente anti-cancerígeno, han sido muy valorados por los consumidores. Asimismo, algunas investigaciones indican que 100 gramos de brócoli contienen 75% más de ácido ascórbico que igual cantidad de naranjas. A su vez, 148 gramos de brócoli aportan el 200% de ácido ascórbico requerida diariamente, 16% de la fibra, 6% de vitamina A en forma de betacaroteno, 6% de calcio y 4% de la ingesta diaria de hierro, además de potasio y otros minerales. (http://www.qro.itesm.mx/agronomia2/extensivos/CBrocoliIndicedecultivo.html#Bro coli) Cuadro 4. Composición nutritiva de 100 g de parte comestible de brócoli Componente Unidad Contenido Brócoli crudo Brócoli cocido Agua % 91.0 90.0 Carbohidratos g 5.30 5.56 Proteínas g 2.65 2.78 Lípidos g 0.66 0.56 Calcio mg 47.68 1113.89 Fósforo mg 66.23 47.68 Fierro mg 0.86 1.17 Potasio mg 325.17 162.78 Sodio mg 27.15 11.11 Vitamina A UI 1543.05 1411.11 Tiamina mg 0.07 0.08 Riboflavina mg 0.12 0.21 Niacina mg 0.66 0.78 Ácido ascórbico mg 93.38 62.78 Valor energético Calorías 26.49 21.78 Fuente:http://www.qro.itesm.mx/agronomia2/extensivos/CBrocoliIndicedecultivo.ht ml#Brocoli 2.2.5 Importancia Distribución mundial En los últimos años, el consumo de brócoli en Estados Unidos ha crecido significativamente. El aumento de la demanda ha sido en gran medida resultado del esfuerzo de los distribuidores por mejorar la presentación del producto, haciéndolo más atractivo y apto para el consumo. Algunas de las opciones de mayor valor agregado son, entre otras, los paquetes de brócoli pre-cortado, ensaladas mixtas, algunas variedades de menor tamaño para cóctel y brócoli en platos congelados. El 94% de la producción estadounidense de brócoli se vende como producto fresco. De esta cifra, el 18% se exporta a países como Canadá (56%), Japón (35%) y Hong Kong (5%). Por su parte, las importaciones de brócoli fresco sólo representan el 5% del consumo, siendo México el principal proveedor. (www.infoagro.com/hortalizas/broculi.htm) El mercado del brócoli congelado también se ha desarrollado bastante en la última década, en especial, a partir de productos importados. Así, las importaciones de brócoli representan el 80% del consumo total de producto congelado y vienen en su mayor parte desde México (85%) y Guatemala (15%). El alto porcentaje de abastecimiento proveniente de estos países se explica por el menor costo de la mano de obra local. El USDA estima que las exportaciones de productos congelados bordean los 5 millones de libras, siendo Europa, Japón y Canadá los principales compradores. (http://www.odepa.gob.cl/internacional/Agregados/eeuu/eeuu170599.html) Distribución Nacional El bajío, una de las regiones más productivas de México, cuenta con aproximadamente 40 mil hectáreas de cruciferas, principalmente brócoli, coliflor y col. Los principales estados productores de brócoli son: El Bajío (Guanajuato), Querétaro, Aguascalientes y Michoacán. (http://www.qro.itesm.mx/agronomia2/extensivos/CBrocoliIndicedecultivo.html#Bro coli) El área destinada a su siembra en el Valle del Yaqui involucra alrededor de 500 ha (promedio de tres últimos años). En su mayor parte, la cosecha se destina a la industria de productos congelados para el mercado de exportación (CIRNO, 2001). 2.2.6 Requerimientos Edafoclimáticos Es un cultivo de clima templado frío, para su óptimo desarrollo requiere temperaturas alrededor de los 8ºC a 17 ºC como ideal, aunque puede soportar de 2°C a 25°C y un fotoperiodo de 11 a 13 horas luz, clima templado a ligeramente frío y humedad relativa intermedia a baja (60 a 75%) (Sobrino y Sobrino, 1989). Tiene una planta vigorosa con alto contenido de fibra y agua, regularmente tiene un porte intermedio alrededor de los 55 a 65 cm. Raíces profundas y una zona radicular amplia que le permite un buen anclaje y alta capacidad de absorción de agua y nutrientes. Se adapta casi a cualquier tipo de suelos, pero como todos los vegetales, prefieren suelos no muy ligeros, prefieren suelos uniformes, profundos con buen drenaje y con un pH de 6 a 7.5. Bajo estos requerimientos en México es posible cultivarla en muchos lugares del Altiplano. (http://www.qro.itesm.mx/agronomia2/extensivos/CBrocoliIndicedecultivo.html#Bro coli) Como todas las crucíferas prefiere suelos con tendencia a la acidez y no a la alcalinidad, estando el óptimo de pH entre 6,5 y 7. Requiere suelos de textura media. Soporta mal la salinidad excesiva del suelo y del agua de riego. En el caso de variedades tempranas pueden emplearse suelos ligeros y son más adecuados los fuertes para las variedades tardías. (CIRNO, 2001) El riego debe ser abundante y regular en la fase de crecimiento. En la fase de inducción floral y formación de pella, conviene que el suelo esté sin excesiva humedad, pero sí en estado de tempero. (http://www.infoagro.com/hortalizas/broculi.htm) 2.3 La fertilización biológica en una agricultura sostenible Ciertos microorganismos del suelo pueden incrementar la disponibilidad de nutrientes para las plantas, otros producen compuestos como vitaminas, hormonas y antibióticos que contribuyen a la salud vegetal y a la obtención de altos rendimientos. El hombre con el desarrollo tecnológico aplicó métodos microbiológicos para estudiar estos microorganismos y utilizarlos posteriormente, bajo el nombre genérico de biofertilizantes, en las prácticas agrícolas contemporáneas (Compagnoni, 1997; Guet, 1997). De acuerdo con la definición del Comité Internacional sobre Investigación Agrícola, la Agricultura Sostenible consiste en el manejo exitoso de los recursos agrícolas para satisfacer las necesidades humanas, mientras se mantiene la calidad del ambiente y se conservan los recursos naturales (TAG CGIAR, 1988). Los biofertilizantes pueden considerarse como biotecnologías “apropiables”, término creado para las herramientas biotecnológicas que contribuyen al desarrollo sustentable al ser técnicamente factibles dentro del nivel científicotécnico de un país y que proveen beneficios tangibles a los destinatarios, son ambientalmente seguras y socioeconómica y culturalmente aceptables (Izquierdo et al., 1995). A partir de la década del 40, millones de toneladas de nitrógeno sintético era suministrado a las producciones agrícolas anualmente, con el fin de aumentar sus rendimientos potenciales. La alta demanda de alimentos fue otro factor determinante de la sustitución de los fertilizantes nitrogenados por los procesos de fijación biológica del N2. La "revolución verde" se convirtió en el punto sublime de la producción y aplicación de los mencionados fertilizantes nitrogenados, trayendo consigo el gasto incalculable de fuentes de energía natural para su producción y los nefastos problemas que ha ocasionado en la ecología y el equilibrio biológico. Desde 1972, con la fundación de la IFOAM (Internacional Federation of Organic Agriculture Movements) se estableció que la agricultura orgánica debía aumentar la fertilidad de los suelos y su actividad microbiana e incrementar el reciclaje de los nutrientes. En la década de los 90, los biofertilizantes se convirtieron en un punto común de investigación teniendo en cuenta los serios problemas ambientales causados con la aplicación irracional de los fertilizantes químicos (www.ecoweb.dk/ifoam). 2.4 Procesos de fijación de N2 atmosférico. Los procesos de fijación del N2 atmosférico, es decir, obligarlo a reaccionar con otros elementos para formar un compuesto químico que lo contenga puede lograrse mediante métodos químicos y métodos biológicos. Mayea et al., (1998) señala que los métodos químicos se basan en descargas eléctricas, donde se forma óxido nítrico el cual al reaccionar con el agua de lluvia origina ácido nítrico. Este ácido reacciona con el amoniaco (NH3) del aire para producir nitrato de amonio (NO3NH4) y de esta forma mediante las precipitaciones llega al suelo una modesta cantidad de nitrógeno. Se estima que este proceso puede fijar alrededor de 10 millones de toneladas métricas de N2 por año. Los métodos biológicos de fijación de N2, dependen básicamente de la capacidad de algunos microorganismos de convertir el N2 atmosférico en formas asimilables para las plantas (NH4+) mediante la acción del complejo enzimático nitrogenasa (Mayea et al., 1998). Según estos autores, ciertas bacterias y algunas especies de algas verdeazules (Cianobacterias) que se desarrollan independientemente tienen la habilidad de fijar el N2 atmosférico en sus células, dando como producto final de la fijación proteínas. Estos sistemas, ya sean de vida libre, como en simbiosis con formas superiores de vida incorporan aproximadamente 170 millones de toneladas de nitrógeno anualmente al ecosistema (González y Lluch, 1992), y es probable que esta cantidad no haya cambiado sustancialmente en los últimos años. Existen algunas especies de microorganismos que poseen la habilidad de convertir el dinitrógeno atmosférico (N2) a amonio (NH4+) mediante la acción de la enzima nitrogenasa. Estas especies son denominados diazótrofos y requieren de energía para realizar su metabolismo. Dentro de los diazótrofos capaces de realizar este proceso se encuentran los denominados fijadores de vida libre, los cuales fijan N2 atmosférico sin la cooperación de otras formas vivas, siendo la familia Azotobacteriaceae la que agrupa uno de los géneros más importantes utilizados en la biofertilización a diferentes cultivos. La FAO (1995) reporta que A. chroococcum se considera de menor importancia agrícola por incorporar modestas cantidades de nitrógeno al suelo, Bhattacharya y Chaudhuri (1993) reportan que es capaz de fijar de 20 a 30 kg. de N ha/año, pero tanto Azotobacter como Azospirillum en determinadas condiciones su efecto beneficioso no se debe solamente a la cantidad de N2 atmosférico fijado, sino a la capacidad de producir vitaminas y sustancias estimuladoras del crecimiento (ácido indolacético, ácido giberélico, citoquininas y vitaminas) que influyen directamente en el desarrollo vegetal (Rodelas, 2001). 2.5 El Género Azotobacter Las bacterias aerobias de vida libre fijadoras de N2 más conocidas se encuentran formando parte de las familias Azotobacteriaceae, Spirillaceae y Bacillaceae. Del género Azotobacter se han descrito varias especies: Azotobacter chroococcum, A. vinelandii, A. agilis y A. paspali; sin embargo no todas tienen características perfectamente definidas. (Martínez, 1986; Mayea et al., 1998; Itzigsohn et al., 2000) Jordin sugiere la existencia de microorganismos que fijan nitrógeno en 1862, sin embargo, no fue hasta 1896 que S. Winogradsky estableció de modo estable la fijación no simbiótica del nitrógeno atmosférico al aislar Clostridium pasteurianum. En 1901, M.W. Beijerinck demostró que la fijación biológica del nitrógeno se realizaba también por bacterias pertenecientes al género Azotobacter, aisló Azotobacter chroococcum del suelo y Azotobacter agilis del agua. Poco tiempo después, en 1901, k. Lipman describió la especie Azotobacter vinelandii. (www.utm.mx/temas-docs/ensay3t13R.pdf) Este género comprende bacterias grandes, levaduriformes, aerobias estrictas, no esporógenas y Gram negativos; son mesófilas y su temperatura óptima de desarrollo es de 30 °C. La eficacia media en relación con el N2 fijado por unidad de azúcar descompuesto es de 5 –10 g, lo cual se cataloga como bajo. El pH óptimo de crecimiento es de 6 y a niveles inferiores disminuyen las cantidades de N2 fijado y hasta puede inhibirse su actividad metabólica. La capacidad de fijación de N2 por estas bacterias varía considerablemente en dependencia de la composición del medio, su acidez, temperatura y aireación, de la presencia de nitrógeno combinado, de la naturaleza de las fuentes de carbono, microelementos y de la acción de organismos antagónicos en el medio (Martínez, 1986; Mayea et al., 1998). Según Rodelas (2001), dentro del grupo de los fijadores de vida libre el género Azotobacter presenta la capacidad de fijar N2 atmosférico cuando en el suelo existen suficientes cantidades de materia orgánica, ya que en suelos poco fértiles con escaso contenido de materia orgánica no se obtiene efecto agronómico positivo. González y Lluch (1992) reportan que el género Azotobacter presenta alta capacidad de biodegradación, especialmente de compuestos fenólicos sustituidos. Este hecho resulta de especial interés, basándose en recientes observaciones que muestran como estas bacterias aumentan su actividad biológica (incluyendo la capacidad fijadora de N2) en suelos agrícolas adicionados de residuos que poseen un alto contenido en sustancias fenólicas, pudiéndose sugerir que estos microorganismos pueden contribuir a la biotransformación de este tipo de residuos cuando se usen como fertilizantes. En este contexto, el género Azotobacter está considerado como bacterias ideales para los procesos de descontaminación de suelos agrícolas con sustancias xenobióticas. 2.6 Producción de sustancias fisiológicamente activas por Azotobacter sp. Desde el punto de vista histórico, Azotobacter es el género que de una forma más amplia ha sido utilizado en la agricultura. Las primeras aplicaciones de estas bacterias datan de 1902, alcanzando una amplia utilización durante las décadas de los 40, 50 y 60´s, particularmente en los países de Europa del Este (González y Lluch, 1992). La aplicación de la inoculación de esta bacteria ha sido positiva, observándose incrementos en los rendimientos en diferentes cultivos, principalmente en cereales. Estos resultados obtenidos con la inoculación de Azotobacter chroococcum no deben atribuirse exclusivamente a la ganancia de N2 por las plantas, ya que estos microorganismos en determinadas condiciones su efecto beneficioso se debe fundamentalmente a la capacidad de solubilizar fosfatos y sintetizar sustancias estimuladoras del crecimiento vegetal, tales como, vitaminas y hormonas vegetales que intervienen directamente sobre el desarrollo de las plantas (González y Lluch, 1992; De Troch, 1993; Pozzon et al, 1993; Baldani, 1997; Mayea et al., 1998; Velazco y Castro, 1999; Burdman, 2000; Itzigsohn, 2000; Rodelas, 2001). En el cuadro 5 se observan las vitaminas producidas por A. chroocuccum y sus respectivas concentraciones. Cuadro 5. Produccion de vitaminas por A. Chroococcum I-12 Vitamina Tiamina Riboflavina Piridoxina Ácido fólico Fuente: (PROQUISA, 2003) Concentración ug/100 ml 5.7 44.0 18.0 3.5 De este modo A. chroococcum sintetiza tiamina de 50–100 mg g-1 de sustancia celular seca; ácido nicotínico de 200–600 mg g-1 de sustancia celular seca y ácido pantoténico y biotina. El resto de los aminoácidos sintetizados se muestran en el cuadro 6 con sus concentraciones. Las fitohormonas que produce son ácido indolacético (AIA); ácido giberélico y citoquininas (Rodelas, 2001). El cuadro 7 indica las sustancias con actividad reguladora producidas por esta bacteria. Cuadro 6. Relación de aminoácidos totales producidos por A. Chroococcum I-12 Aminoácido Concentración en proceso de fermentación (nmol/ml) Ácido Aspártico Serina Glicina Valina Isoleucina Ácido Glutámico Ornitina Lisina Arginina Treonina Leucina Fenilalanina Prolina Tirosina Concentración Total Fuente: (PROQUISA, 2003) 71.05 61.65 127.35 38.70 20.05 82.15 0.83 9.40 4.45 58.80 35.95 66.55 60.60 2.87 728.90 Cuadro 7. Producción de sustancias con actividad reguladora del crecimiento por A. chroococcum. I-12 Tipo de sustancia reguladora Actividad (ug/lt) Auxínica (Eq. A AIA) Giberélica (Eq. a A3G) Citoquinínica (F.q.a Kinetina) 14.47 30.20 12.50 Fuente: (PROQUISA, 2003) Además de los compuestos mencionados, estas bacterias son capaces de sintetizar sustancias fungistáticas que, al inhibir el crecimiento de los hongos fitopatógenos del suelo, promueven indirectamente el desarrollo de las plantas, especialmente en las etapas tempranas del cultivo. Estos compuestos tienen acción sobre hongos pertenecientes a los géneros Fusarium, Alternaria, Penicillium y Rhizoctonia, variando su acción antagónica con la cepa bacteriana utilizada. Mediante su acción conjunta, estas sustancias son capaces de estimular la germinación de las semillas y acelerar el crecimiento de las plantas siempre y cuando sea adecuada la concentración de organismos en la rizósfera de las plantas (Mayea et al., 1998; Rodelas, 2001). 2.7 Rhizobac EstimuladorR El sistema Rhizo-Bac EstimuladorR (Rizobacterias Estimuladoras del Crecimiento Vegetal) de Proquisa consiste en un biopreparado que contiene la cepa I-12 de Azotobacter chroococcum, con una concentración de 1*10 10 UFC / ml y de Exu- RootR, el cual trabaja como inductor fisiológico de la raíz, acelerando la exudación de nutrimentos para una rápida y prolongada colonización de Rhizo-Bac EstimuladorR (Fig. 3). Figura 3. Rhizobac Estimulador El mayor beneficio de la aplicación de Rhizo-Bac EstimuladorR, se debe a su capacidad para sintetizar sustancias biológicamente activas, lo que permite a la planta un mayor ajuste en los factores estresantes del medio ambiente, logrando con ello un óptimo desarrollo vegetativo (Cuadro 8). Esta cepa ha demostrado ser altamente efectiva en hortalizas y crucíferas debido a la facilidad de asociación a las raíces de estas especies vegetales. (PROQUISA, 2003) Cuadro 8. Análisis físico y bioquímico de A. chroococcum cepa I-12. ANÁLISIS FISICO pH Olor Forma Color Densidad 6.5 - 7.5 Fétido Líquido Ambar oscuro 1.00 - 1.03 g/cm3 a 20 oC ANALISIS BIOQUIMICO Azotobacter chroococcum 1 x 10 10 UFC/mL Fuente: (PROQUISA, 2003) Forma de acción Las formas dormantes de Azotobacter al entrar en contacto con el suelo, germinan produciendo colonias de células activas. Estas células crecen y se multiplican activamente utilizando las fuentes de carbón que son exudadas masivamente debido a la acción fisiológica de Exu-RootR. El aspecto mas importante de A. chroococcum es la síntesis de sustancias promotoras del desarrollo de las plantas tales como: vitaminas (cuadro 5), aminoácidos (cuadro 6) y fitohormonas (cuadro 7) las cuales tienen un efecto determinante en el desarrollo del cultivo. (PROQUISA, 2003) III. OBJETIVO E HIPÓTESIS Objetivo Evaluar la influencia de la dosis de aplicación de un biopreparado de Azotobacter chroococcum sobre el desarrollo de plantas jóvenes de tomate y brócoli bajo condiciones de invernadero. Hipótesis La aplicación de las diferentes dosis de Azotobacter chroococcum a plantas jóvenes de tomate y brócoli, altera de manera positiva el desarrollo vegetal integrado en invernadero. IV. MATERIALES Y MÉTODOS 4.1 Localización del experimento El trabajo se llevó a cabo en el invernadero del Instituto Tecnológico de Sonora, unidad Náinari (Fig. 4 ), ubicado en la calle Antonio caso S/n colonia Villa Itson, en Ciudad Obregón, Sonora. Figura 4. Invernadero del Instituto Tecnológico de Sonora 4.2 Diseño Experimental Esta investigación se llevó a cabo bajo un diseño experimental simple, completamente al azar, constó de 6 tratamientos y 10 repeticiones cada uno, resultando un total de 60 unidades experimentales por cultivo. Los análisis estadísticos (análisis de varianza y comparación de medias) se efectuaron con la ayuda del programa estadístico Nuevo León 1994. Los cultivos fueron Tomate y Brócoli; para lo cual se tomaron vasos de unicel número 10, llenado ¾ partes de sustrato SUNSHINE 3, posteriormente se introdujeron 2 semillas a una profundidad de 2 cm bajo la superficie del sustrato aproximadamente, teniendo como fecha de siembra el 06 de Febrero de 2004. Una vez sembrados los cultivos, se regó de manera periódica cumpliendo con las necesidades de requerimientos de agua; cuando emergió la primer hoja verdadera se aclaró dejando sólo la plántula cuyas características indicaran ser la más apropiada para el experimento. 4.3 Tratamientos Se aplicaron los siguientes tratamientos: T1: Azotobacter chroococcum (Rhizobac-E) 15 lt/ha T2: Azotobacter chroococcum (Rhizobac-E) 30 lt/ha T3: Azotobacter chroococcum (Rhizobac-E) 60 lt/ha T4: Azotobacter chroococcum (Rhizobac-E) 120 lt/ha T5: Azotobacter chroococcum (Rhizobac-E) 240 lt/ha T6: Testigo (Sin aplicación) Los tratamientos se aplicaron repartidos en tres aplicaciones una vez por semana durante tres semanas después de la aparición de la primera hoja verdadera. Se aplicaron de forma directa sin diluir, haciendo uso de una micropipeta, calculando la dosificación en base al número de plantas que se tienen en una hectárea y su proporción a las plantas por tratamiento y repetición. Los biopreparados aplicados son Azotobacter chroococcum (Cepa INIFAT-12 a 1 X 1010 UFC / ml). 4.4 Fertilización Mineral Esta solución se preparó por separado: 1. La solución nutritiva que cuenta con los macronutrientes de la solución fertilizante, se pesan y disuelven en el orden que se indica en el cuadro 9. A esta solución se le se ajusta el pH a un valor de 5.5, agregando en pequeñas cantidades el ácido sulfúrico necesario. Cuadro 9. Composición de solución de macronutrientes FUENTE 15 lt solución nutritiva (cantidad en g) MAP (12-61-00) 2.6505 Sulfato de Mg 4.05 Nitrato de Ca 4.05 Multi K (12-2-43) 6.975 Super Nitrato (31-4-0) 1.035 2. Los micronutrientes están contenidos en la solución madre, los cuales se pesan y disuelven en el orden que indica el cuadro 10. Cuadro10. Composición de la solución de micronutrientes FUENTE 10 ml solución madre (cantidad en gr) Sulfato ferroso 0.5619 Sulfato de Manganeso 0.2248 Ácido bórico 0.3148 Sulfato de cobre 0.223 Sulfato de Zinc 0.223 Después de preparar las soluciones nutritivas y madre, se mezclan al momento en que se van a utilizar, debido a que estas soluciones tienen diferentes concentraciones. Esta solución se aplicó dos veces, después de la aparición de la primera hoja verdadera. 4.5 Variables analizadas 4.5.1 Altura de la planta En esta variable, se midió con una regla graduada cada una de las plantas (Figura 5), desde el primer día de tratamiento y cada cinco días, hasta el final del experimento (6 semanas) para posteriormente determinar la tasa relativa de crecimiento en cm dia-1, en base a la siguiente fórmula: Af - Ai T.R.C. = ------------------------- (cm dia-1) T Donde: T.R.C. = Tasa relativa de crecimiento Af = Altura final Ai = Altura inicial T = Tiempo Figura 5. Medición de altura de plantas de tomate 4.5.2 Área Foliar Después de que se completó el tiempo de tratamientos, se levantó el experimento. Esta variable se evaluó tomando la parte aérea de cada una de las plantas para posteriormente ser medida con integrador de área foliar (cm2) marca CID, inc., modelo CL-202 (Fig. 6). Figura 6. Integrador de área foliar brócoli 4.5.3 Clorofila Total Se valoró después de la segunda aplicación de tratamiento diariamente durante 5 días, se suspendió por dos días la lectura, debido a que las condiciones climáticas no eran las adecuadas (Fig. 7). Las mediciones se realizaron con el Spad 502 de Minolta (unidades de clorofila). Figura 7. Medición de clorofila con Spad 502 4.5.4 Fitotoxicidad Se determinó desde la primera aplicación, hasta días después de la última, valorando el tejido necrosado o indicios del mismo, en hojas, tallos, ramas y raíces en escala del 1-5, siendo 1 sin daño, 2 con daño inicial de 5%, 3 con daño aparente de más del 5 al 25%, 4 daño fuerte de más de 25 al 50% y 5 con plantas en inicio de senescencia, con daños por arriba del 50%. 4.5.5 Longitud raíz Se cortaron las raíces de las plantas y se midieron con la ayuda de una regla. El resultado se expresó en cm (Fig. 8). Figura 8. Medición longitud de raíz 4.5.6 Peso seco parte aérea Se tomaron las partes aéreas que consistían en tallos y hojas y se colocaron en bolsas de papel identificándolas para cada tratamiento y número de repetición sometiéndose a temperaturas de 70 °C por 48 horas en un horno (Figura 9); después se pesó en una balanza analítica. El resultado se expresó en gramos. Figura 9. Horno utilizado en el secado de las plantas 4.5.7 Peso seco raíz Se separó la raíz del resto de la planta y se introdujo en bolsas de papel, después de etiquetarlas por tratamiento, se colocaron en el horno a una temperatura de 65 °C por 48 h. La raíz seca se peso en una balanza analítica (Fig. 10), obteniendo los resultados en gramos. Figura 10. Balanza analítica 4.5.8 Peso volumétrico raíz Para evaluar esta variable, se introdujeron las raíces cortadas y debidamente lavadas de los cultivos a una probeta y se midió la cantidad de ml desplazados por la raíz (Fig. 11). Figura11. Medición peso volumétrico de raíz. V. RESULTADOS Y DISCUSIÓN A continuación se presentan los resultados por cultivo y por cada variable evaluada. 5.1 Tomate 5.1.1 Altura de la planta La altura final de planta, así como la tasa relativa de crecimiento (Figuras 12 y 13 respectivamente) en tomate no se afectó por efecto de la aplicación de las diferentes dosis de Azotobacter chroococcum, ello debido al corto tiempo de evaluación de los mismos, ya que el desarrollo duró cerca de cuarenta días, aun así las altura finales estuvieron alrededor de 10 cm. En la medición de altura final (Figura 12), el tratamiento que mostró una valor más alto fue el de 120 lt/ha, con un 2.5% por arriba del testigo. Para el caso de la tasa relativa de crecimiento (Figura 13), el tratamiento que propició mayor crecimiento en la planta por día fue el 4, con una concentración de 120 lt/ha con un 105.07% por encima del testigo. Según González y Lluch (1992) la producción de sustancias promotoras del crecimiento vegetal por Azotobacter, se ve influenciada por el estado fisiológico de la bacteria y por la edad de los cultivos, habiéndose demostrado que la presencia de nitrógeno combinado modifica la producción de auxinas y giberelinas. La adición de exudados radicales de ciertos cereales colonizados por Azotobacter, determinan aumentos significativos en la producción de auxinas, giberelinas y citoquininas, siendo este efecto más evidente cuando los exudados se obtienen de plantas de más de 30 días de crecimiento. 12 Altura de la planta (cm) 11 10 T1 T2 T3 T4 T5 T6 9 8 7 6 5 20-Feb 27-Feb 03- Mzo FECHA DE MEDICIÓN Figura 12. Efecto de Azotobacter chroococcum sobre la altura de plantas de Tasa relativa de crecimiento (cm/día) tomate, bajo condiciones de invernadero. 0.5 0.45 0.4 0.35 0.3 0.25 0.2 0.15 0.1 0.05 0 1 2 3 4 5 6 TRATAMIENTOS Figura 13. Efecto de Azotobacter chroococcum sobre la tasa relativa de crecimiento plantas de tomate, bajo condiciones de invernadero. 5.1.2 Área Foliar Esta variable presentó diferencias estadísticamente significativas, donde las hojas más grandes y numerosas eran de las plantas que recibieron las dosis de 15 y 30 lt ha-1, con 18.02 y 19.9% respectivamente, más que el testigo. Se puede apreciar que todos los tratamientos obtuvieron mejores resultados que el testigo. En la figura 14 se observa como los tratamientos 1, 2 3 y 4 no difirieron estadísticamente entre ellos, así como tampoco se evidencian diferencias entre los tratamientos 3, 4, 5 y 6. Estos resultados confirman lo obtenido por Martínez et al. en 1996, quien comenta que al inocular tomate con Azotobacter, obtuvo 20% de aumento en el número de hojas, lo cual demuestra que el incremento en la producción de área foliar se debe a la secreción de aminoácidos y grupos de fitohormonas producidas por la bacteria. 24000 Área foliar (mm2) 23000 A A 22000 AB 21000 AB 20000 B 19000 B 18000 17000 1 2 3 4 5 6 TRATAMIENTOS Figura 14. Efecto de Azotobacter chroococcum sobre el área foliar de plantas de tomate, bajo condiciones de invernadero 5.1.3 Clorofila Total No se encontró diferencia significativa entre los tratamientos aplicados, sin embargo, se observa un comportamiento similar para cada uno de ellos (Figura 15) donde para el tercer días se aprecia que el medidor de clorofila proyectó lecturas por arriba de las 30 unidades de clorofila, lo que nos indica que al ir transcurriendo estos la asimilación de nutrientes fue incrementando por parte dela planta, esta misma tendencia la siguen cada uno de los 6 tratamientos. Este pigmento, responsable en parte del proceso fotosintético, no muy fácilmente puede ser afectado por inducciones microbiológicas, inclusive nutrimentales, ya que genéticamente cada planta o grupos de ellas dentro de la misma familia, tienen un rango de concentración en el cual se detectan sus valores (Bolhar, 1998; Salisbury y Ross, 1994). 40 Clorofila total (unidades de clorofila) 35 30 25 DIA 1 DIA 2 DIA 3 20 15 10 5 0 1 2 3 4 5 6 TRATAMIENTOS Figura 15. Efecto de Azotobacter chroococcum sobre clorofila de plantas de tomate, bajo condiciones de invernadero. 5.1.4 Fitotoxicidad Esta variable no presentó cambios, los tratamientos aplicados de Azotobacter chroococcum no afectaron de forma negativa el desarrollo de las plantas y no generaron daño alguno, dejando que continuara su desarrollo integral. 5.1.5 Longitud de Raíz Los valores obtenidos en esta variable durante el experimento no resultaron ser estadísticamente significativos para los tratamientos, siendo el testigo el tratamiento que presentó el valor más alto. Al realizar la medición de longitud de raíz, se observó el del tratamiento 6 (testigo), tenía una raíz principal más larga, pero con menos ramificaciones que las raíces de los demás tratamientos. El tratamiento 5 correspondiente a 240 lt/ha de Azotobacter chroococcum, tiene un 83.08% por debajo del testigo, comparado con el tratamiento 3, que presentó un 73.35% (Figura 16). Minero (1999), comenta que en la aplicación de productos biológicos comerciales formulados con hongos y bacterias benéficos, para que estos funcionen, es necesario cambiar algunas prácticas de manejo, como el tratamiento de la semilla, aplicaciones de ciertos productos químicos y/o dosis no permitidas, ya que hasta ahora no existen recetas de control biológico, por lo que si no se tienen ese tipo de precauciones los efectos no se observarán. 40 Longitud de raíz (cm) 35 30 25 20 15 10 5 0 1 2 3 4 5 6 TRATAMIENTO Figura 16. Efecto de Azotobacter chroococcum sobre la longitud de raíz de plantas de tomate, bajo condiciones de invernadero. 5.1.6 Peso Seco parte Aérea El tratamiento 4 correspondiente a la concentración de 120 lt/ha aportó mayor valor en peso seco de la parte aérea con 6.3% más del testigo, sin embargo, no se presentaron diferencias estadísticamente significativas entre los tratamientos evaluados. Los valores obtenidos, no mostraron efectos en ésta variable, ya que el testigo resultó mayor que algunos de los tratamientos (Figura 17). Es de esperar que al encontrar mayores área foliares, de manera directa se detecten mayores pesos secos, sin embargo, a pesar que se tuvo mayor área foliar, no se mantuvo la tendencia en el peso seco, esto puede ser debido a la consistencia de la hoja. Estos resultados no son los esperados, ya que al tener mas área foliar se incrementa de manera proporcional el peso seco; aumentos aun mas considerables se encontraron al inocular semillas de tomate, ya que se aumentó hasta en 52% la materia seca de las plantas completas debido a que se aprovecha la capacidad de suministrar hasta el 50% de los requerimientos de las plantas mediante la fijación biológica por las bacterias (Martínez et al., 1997; Dibut et al., 1996). 0.7 Peso seco aéreo (g) 0.6 0.5 0.4 0.3 0.2 0.1 0 1 2 3 4 5 6 TRATAMIENTOS Figura 17. Efecto de Azotobacter chroococcum sobre el peso seco parte aérea de plantas de tomate, bajo condiciones de invernadero. 5.1.7 Peso Seco Raíz Estadísticamente, esta variable presentó diferencias, el tratamiento con mayor porcentaje arriba del testigo fue la dosis de 60 lt/ha, con 77% seguido por el de 15 lt/ha con 23%. Estas diferencias son evidentes en la Figura 18. En esta etapa del análisis, todos los tratamientos reportan mejores resultados que el testigo. El hecho de que algunas plantas obtuvieron longitudes altas de raíz y pesos volumétricos altos, pero en la variable de peso seco disminuyeron considerablemente, se debe a que retenían demasiada humedad. Según Vorobeikoy (et al., 1996) la tendencia debería de mantenerse en el siguiente sentido, mayor longitud de raíz, mayor peso volumétrico de ella y por lo tanto mayor peso seco, al no dar la linealidad de esa forma, no se refleja el efecto directo en éste órgano de raíz, situación que propició dicho comportamiento. Peso seco raíz (g) 0.6 0.5 A 0.4 0.3 B B B B B 4 5 6 0.2 0.1 0 1 2 3 TRATAMIENTO Figura 18. Efecto de Azotobacter chroococcum sobre peso seco de raíz de plantas de tomate, bajo condiciones de invernadero. 5.1.8 Peso Volumétrico Raíz. El peso volumétrico de raíz presenta diferencias estadísticamente significativas. En los resultados de esta variable, se hace notar que todos los tratamientos superan al testigo; el tratamiento de Azotobacter chroococcum 60 lt/ha reporta 318.7% más que el testigo (Fig. 19). Es de suponerse que el resultado de peso volumétrico de raíz está dado por su peso y su crecimiento longitudinal. El contar con mayores longitudes de raíz da por consecuencia mayores pesos volumétricos y secos, situación que no se dio en Peso volumétrico raíz (cm3) este caso (Reddy et al., 1999; Simon et al., 2001). 12 10 A 8 6 B B 4 C C 4 5 C 2 0 1 2 3 6 TRATAMIENTOS Figura 19. Efecto de Azotobacter chroococcum sobre peso volumétrico de raíz de plantas de tomate, bajo condiciones de invernadero. 5.2 Brócoli 5.2.1 Altura de la planta Al igual que en el crecimiento de plantas de tomate, no se encontró diferencias significativas estadísticamente en la aplicación de los tratamientos a plantas de brócoli El tratamiento que propició mayor efecto en la altura final de las plantas fue el 4 (120 lt/ha), superando al testigo con 10.72% (Figura 20). En la Figura 21 se muestra la tasa relativa de crecimiento, la cual se vio afectada por el tratamiento 4 (120 lt/ha) con 109.47% sobre el testigo, seguida por el tratamiento 5 (240 lt/ha). Tang (1995) al inocular Azotobacter chroococcum en pasto Panicum maximun no encontró resultados favorables en cuanto a crecimiento vegetal y tampoco se obtuvo efecto alguno sobre el crecimiento de Cenchrus ciliaris, cuando se inoculó con la misma bacteria. 14 Altura de la planta (cm) 13 12 1 2 3 4 5 6 11 10 9 8 7 6 5 20-Feb 27-Feb 03- Mzo FECHA DE MEDICIÓN Figura 20. Efecto de Azotobacter chroococcum sobre altura de plantas de brócoli, Tasa relativa de crecimiento (cm/día) bajo condiciones de invernadero. 0.35 0.3 0.25 0.2 0.15 0.1 0.05 0 1 2 3 4 5 6 TRATAMIENTOS Figura 21. Efecto de Azotobacter chroococcum sobre la tasa relativa de crecimiento de plantas de brócoli, bajo condiciones de invernadero 5.2.2 Área Foliar Esta variable presenta diferencia estadísticamente significativa; los mejores resultados fueron los del tratamiento 2 (30 lt/ha) ya que reporta un área foliar de 37.4% mayor que el testigo (Figura 22). En la gráfica se puede observar que todos los tratamientos arrojaron mejores resultados que el testigo. Según Martínez et al. (1987) Azotobacter chroococcum permite que el número de hojas aumente entre 22 y 42% al ser inoculadas diferentes variedades de tomate en suelo ferralítico rojo, bajo condiciones de invernadero, lo cual fue comprobado Área foliar (mm2) con los resultados similares obtenidos en la medición de esta variable. 20000 18000 16000 14000 12000 10000 8000 6000 4000 2000 0 A AB A ABC BC 1 2 3 4 5 C 6 TRATAMIENTOS Figura 22. Efecto de Azotobacter chroococcum sobre área foliar de plantas de brócoli, bajo condiciones de invernadero. 5.2.3 Clorofila Total Los valores encontrados en esta variable durante el experimento no resultaron ser estadísticamente significativos para los tratamientos aplicados con respecto al testigo, con excepción del segundo día, durante el cual si se obtuvo diferencia significativa. En la Figura 23 se observa que los mejores resultados se obtuvieron con la aplicación de A. chroococcum 30 lt/ha (T2) para los tres días en que se llevó a cabo la medición. En el día 2 de medición se presentaron diferencias estadísticamente significativas con 142.04% más que el testigo. Cabe señalar que al iniciar la toma de clorofila algunos de los tratamientos se encontraban por debajo del testigo, y a medida que fueron pasando los días de medición, las unidades de clorofila fueron aumentando, algunos tratamientos superando al testigo y otros no; sin embargo, los que no superaron al testigo, fueron aumentando y disminuyendo el porcentaje del cual se encontraban por debajo del testigo. Rentería (1998) reporta que las mediciones de clorofila en el rábano y champiñón, bajo condiciones del Valle del yaqui, no se encontró diferencia significativa alguna entre las medias, pero si se nota un incremento que se mantiene entre 48%, lo cual refleja que si no se incrementa el contenido total de clorofila, al menos no disminuye conforme pasa el tiempo, sino que más bien se mantiene constante. Clorofila total (unidades de clorofila) 60 50 40 DIA 1 DIA 2 DIA 3 30 20 10 0 1 2 3 4 5 6 TRATAMIENTOS Figura 23. Efecto de Azotobacter chroococcum sobre clorofila total de plantas de brócoli, bajo condiciones de invernadero. 5.2.4 Fitotoxicidad Esta variable no presento cambió, los tratamientos de ácidos no afectaron el desarrollo de las plantas y no generaron daño, dejando que continuaran su desarrollo. 5.2.5 Longitud de Raíz Estadísticamente no se presentaron diferencias significativas al llevar a cabo el análisis de esta variable, (Fig. 24) sin embargo el tratamiento 3 (60 lt/ha), mostró un 118.8% por encima del testigo, seguido por el tratamiento 4, (120 lt/ha) con un 111.36%. Los resultados obtenidos con estos dos tratamientos, representan una mejora para el desarrollo de la planta, ya que con raíces más grandes, se facilita la extracción de nutrientes para el vegetal, y su función se hace más eficiente. El contar con mayores longitudes de raíces en los cultivos, les da mayor oportunidad de explorar la superficie del suelo y subsuelo, en búsqueda de agua y minerales, así como de compuestos orgánicos y demás relacionados con el desarrollo de ellos, lo cual puede ser promovido por microorganismos bacterianos Longitud de raíz (cm) al sistema de crecimiento (Reddy et al., 1999; Simon et al., 2001). 20 18 16 14 12 10 8 6 4 2 0 1 2 3 4 5 6 TRATAMIENTO Figura 24. Efecto de Azotobacter chroococcum sobre longitud de raíz de plantas de brócoli, bajo condiciones de invernadero. 5.2.6 Peso Seco parte Aérea No se detectaron diferencias estadísticamente significativas en el análisis de esta variable. Todos los tratamientos mostraron valores por debajo del testigo, siendo el tratamiento 3 (120 lt/ha) el que más se le acercó con un 98.19%. La Figura 25 indica los pesos secos del área foliar en los diferentes tratamientos aplicados. Martínez et al. (1997) plantean que el efecto de la inoculación con Azotobacter chroococcum sobre la germinación y crecimiento de plántulas de tomate (Lycopersicon esculentum) en suelos Ferralíticos Rojos resulta coincidente para todas las variedades analizadas. La población de plántulas por m2 aumentó entre 36% (Cambell-28) y 78% (CI-289-RA) respectivamente, así como la altura se incrementó en 34% (C-28-V) y 96% (Nova-2) y el diámetro del tallo entre 37% (C28-V) y 100% (Tropical-3). El número de hojas aumentó entre 22% (Tropical-1) y 42% (Línea-94) y el peso seco de 50 plántulas entre 38% (Nova-2) y 27.6% (Tropical-3). Peso seco aéreo (g) 0.6 0.5 0.4 0.3 0.2 0.1 0 1 2 3 4 5 6 TRATAMIENTOS Figura 25. Efecto de Azotobacter chroococcum sobre peso seco parte aérea de plantas de brócoli, bajo condiciones de invernadero. 5.2.7 Peso Seco Raíz En el peso seco de raíz se reportaron incrementos de más de 36% con A. chroococcum en una concentración de 30 lt/ha (T2), aunque sin diferencias significativas en el análisis estadístico en ninguno de los casos. (Fig. 26) Dos de los tratamientos (1 y 5), presentaron valores menores a los del testigo, con un 60.47% por debajo de este. Azotobacter secreta sustancias activas del grupo de las hormonas, aminoácidos y vitaminas que estimulan la fotosíntesis y reducen transpiración, lo que permite el almacenamiento de fotosintatos que constituye la base de la formación de tubérculos y raíces constituidas como material de reserva, como ocurrió en las investigaciones llevadas a cabo con cultivos de yuca, trigo y tomate (Dibut y Martínez, 1993). Peso seco raíz (g) 0.4 0.35 0.3 0.25 0.2 0.15 0.1 0.05 0 1 2 3 4 5 6 TRATAMIENTOS Figura 26. Efecto de Azotobacter chroococcum sobre peso seco de raíz de plantas de brócoli, bajo condiciones de invernadero. 5.2.8 Peso Volumétrico Raíz No todos los tratamientos presentaron valores superiores a los del testigo y no se obtuvieron diferencias en el análisis estadístico. En los resultados de esta variable, se observa que el mejor tratamiento es el de la dosis correspondiente a 15 lt/ha de A. chroococcum, con un 93.4% sobre el testigo. (Fig 27) Estos resultados coinciden con los analizados por Martinez et al. (1995), donde al estudiar la efectividad de cepas de Azotobacter chroococcum aisladas de la rizósfera de plántulas de toronja y naranja, se apreció que todas estimularon en mayor o menor cuantía, al menos uno de los indicadores del crecimiento evaluados, lo que sugiere que la producción de sustancias fisiológicamente activas, constituye un factor común a dichas cepas. Lo anteriormente planteado Peso volumétrico raíz (cm3) coincide con lo citado por Dibut y Martínez (1993). 7 6 5 4 3 2 1 0 1 2 3 4 5 6 TRATAMIENTOS Figura 27. Efecto de Azotobacter chroococcum sobre peso volumétrico de plantas de brócoli, bajo condiciones de invernadero. VI. CONCLUSIONES En base a los resultados obtenidos se concluye que la aplicación de Azotobacter choroococcum afecta de manera positiva el crecimiento inicial de plantas de tomate y brócoli bajo condiciones de invernadero a pesar de no detectarse diferencias significativas en la mayoría de las variables valoradas. VII. BIBLIOGRAFÍA Arshad, M. y Frankerberger, W.T. 1998. Plant growth-regulating substances in the rizhosphere: Microbial production and functions. Adv. Agron. 62: 45-151. Baldini, Y. J. 1997. Recent advances in BFN with non-legume plants. Soil Biology Biotechnology. 29 (5): 911-922. Bashan, Y., Holguín, G., y Ferrera-Cerrato, R. 1996b. Interacciones entre plantas y microorganismos benéficos. II. Bacterias asociativas de la rizósfera. Terra 14:195-210. Bhattacharya, P. y Chaudhuri, S. R. 1993. Biofertilizer: Opening a new horizon. Yohana 37(9): 12-31. Bolhar, N.H.R. 1998. Morfología del vástago y anatomía de la hoja con relación a la fotosíntesis. En: J. Coombs, D.O. May, S.P. Long y J.M.O. Scurlock (Eds.). Técnicas en fotosíntesis y bioproductividad. UNEP-C.P., Chapingo, México:89-98. Brown, M. E. 1972. Plant grown substances produced by microorganisms in soil and rhizosphere. J. Applied Bacteriology 35: 443-451. Burdman, S.; Hamaoui, B. y Okon, Y. 2000. Improvement of legume crop yields by co-inoculation with Azospirillum and Rhizobium. The Otto Warburg Center for Agricultural Biotechnology. The Hebrew University of Jerusalem, Israel. Cinco, C. 1999. Evaluación del efecto de ácido salicílico en diferentes dosis y etapas de aplicación en el cultivo de zanahoria (Daucus carota L.) variedad “Nantes” bajo condiciones de campo, en el Valle del Yaqui, Sonora. Tesis de Licenciatura. ITSON. Cd. Obregón, Sonora. 54 p. CIRNO, 2001. Guía técnica para los cultivos del área de influencia del campo experimental Valle del Yaqui. Talleres Gráficos CIRNO. Sonora, México: 9497, 104-106. Compagnoni, A. 1997. Cambiando le regole Europee per l'agricultura biologica. L'Informatore Agrario 53 (31): 60-61. De Troch, P. 1993. Bacterial surface polisaccharides in relation: a genetic and chemical study of Azospirillum brasilense. Disertationes de la Agricultura. p 238. Dibut, B. y Martínez, R. 1993. Efecto de la doble función de A. chroococcum sobre el cultivo de trigo en suelo ferralítico rojo. Memoria III Congreso Cubano de la Ciencia del Suelo. Pag 57-59. Dibut, B., A. Rodriguez, A. Perez y R. Martínez. 1996. Efecto de la doble función de Azotoryza sobre el plátano (Musa sp.). Infomusa 5(1):20. Edmond J. B. 1984. Principios de Horticultura. Editorial A.G.T S.A. México, D.F. Págs. 278-279. Esau, K. 1982. Anatomía de Plantas con Semilla. Editorial Hemisferio Sur. Buenos Aires, Argentina: FAO. 1995. Manual técnico de la fijación simbiótica del nitrógeno. González, J. y Lluch, Carmen. 1992. Biología del Nitrógeno: Interacción PlantaMicroorganismo. Editorial Rueda. España. Guet, G. 1997. Agricoltura biologica mediterránea. L'Informatore Agrario 53(45): 85. Ibar, A. y Juscofresa, S. 1987. Tomates, Pimientos y Berenjenas: cultivo y comercialización. Editorial AEDOS. España: 7, 33. Itzigsohn, R., Burdman, S. y Okon, Y. 2000. Plant growth promotion in natural pastures by inoculation with Azospirillum brasilense under suboptimal growth conditions. Arid Soil research and Rehabilitation 13: 151-158. Izquierdo, J., Ciampi, L. Y García, E. 1995. Biotecnología Apropiable: racionalidad de su desarrollo y aplicación en América Latina y el Caribe. La Habana, Cuba. Pág. 80 León Gallegos, H. M. 1980. El cultivo del tomate para consumo fresco en el Valle de Culiacán. Editorial IMPIRE. México. Pág. 7. Martínez T., De La Rubia, T., Moreno, J., y González-López, J. 1988. Root exudate of Zea mays and productions auxins, gibberellins and cytokinins by Azotobacer chroococcum. Plant soil 110: 149-152. Martínez, V. R. 1986. Ciclo biológico del nitrógeno. Cap. I y II. Editorial Científico Técnica. La Habana, Cuba. Martínez-V. R.; Dibut, B.; Casanova, I. y Ortega, M. 1997. Acción estimuladora de Azotobacter chroococcum sobre el cultivo del tomate (Lycopersicon esculentum Mil) en suelo Ferralítico Rojo. Efecto sobre el semillero. Agrotecnía de Cuba 27 (1). La Habana, Cuba: 23. Martínez, V. R. y Dibut, V. 1996. Los biofertilizantes como pilares básicos de la agricultura sostenible. Memorias Curso-Taller Gestión medioambiental de desarrollo rural:62-81. Martínez, V. R.; Pedrera, B.; Simón, A.; Dibut, B.; Hernández, J. 1995. Sustitución de fertilizante nitrogenado e incremento de rendimiento en toronja y naranja por azotobacterización. Resúmenes del I Simposio Internacional sobre fruticultura tropical y subtropical: 37-38. Mayea, S.; Carone, M.; Novo, R.; Boado, I.; Silveira, E.; Soria, M.; Morales, Y. y Valiño, A. 1998. Microbiología Agropecuaria. Tomo II. Editorial Félix Varela. Cuba: 156-178. Minero, A. 1999. Aspectos prácticos de la aplicación de hongos y microorganismos benéficos. Productores de hortalizas 8:18-21. Parsons, D. 1998. Manuales para la producción agropecuaria. Tomates: Producción Vegetal. Editorial Trillas. México, D.F: 9-12, 14, 16, 18. PROQUISA. 2003. Rhizobac estimulador. Chihuahua, México: 1-3. Reddy, M.S.; Rodriguez-Kabana, R.; Kenney D.S; Ryu, C.M; Zhang, S; Yan, Z; Martinez, O. N. y Kloepper J. 1999. Growth promotion and induced systemic resistance (ISR) mediated by a biological preparation. Phytopathology 89:S65. Rentería, M. M. E. 1998. Evaluación del ácido salicílico en rábano (Raphanus sativus L.) c.v. Champiñón. Bajo condiciones del valle del yaqui. Tesis de Licenciatura. ITSON. Ciudad Obregón, Sonora: 51. Rodelas, M. B. 2001. Interacción Rhizobium-Azospirillum y Rhizobium- Azotobacter. Efecto sobre la nodulación y fijación simbiótica del dinitrógeno en Vicia faba. Agrotecnia de Cuba 37 (1): 15 Salisbury, F. y C.W. Ross. 1994. Fisiología Vegetal. Grupo Editorial Iberoamericano. México, D.F.:151-159. Scriban, R. 1985. Biotecnología. Editorial el Manual Moderno. Francia: 55. Simon, H.M., K.P. Smith, J. A. Dodsworth, B. Guenthner, J. Handelsman and R. M. Goodman. 2001. Influence of tomato genotype on growth of inoculated and indigenous bacteria in the spermosphere. Applied and Environmental Microbiology: 67(2):514-520. Sobrino, I. y Sobrino, V. 1989. Tratado de Horticultura Herbácea. Tomo I. Hortalizas de Flor y Fruto. Editorial AEDOS S.A. Barcelona, España. TAG-CGIAR- 1988. Sustainable agricultural production: International Agricultural Research. Berlín, Alemania. Implications for Tang, M. 1995. Efecto de la inoculación con Azotobater chroococcum en la germinación y altura de las plántulas de dos leguminosas y dos gramíneas. Pastos y Forrajes 18: 145-150. Velazco, A. y Castro, R. 1999. Estudio de la inoculación de Azospirillum brasilense en el cultivo del arroz (Oryza sativa) var. A`82 en condiciones de macetas. Cultivos Tropicales 20 (1): 5-9. Vorobeikov, G.A., I.A. Khmelevskaya, T.K. Pavlova and A.V. Khotyanovich. 1996. Mineral nutrition and productivity of fibre flax after seed treatment with bacterial preparations. Agrokhimiya. No. 8-9:28-34. http://www.infoagro.com/hortalizas/tomate.htm http://www.mercadocentral.com.ar/site2001/htm/tecnicas.htm http://www.nap.edu/readingroom/books/bnf/chapter1.html http://www.puc.cl/sw_educ/hort0498/HTML/p160.html www.qro.itesm.mx/agronomia2/extensivos/CBrocoliIndicedecultivo.html#Brocoli www.qro.itesm.mx/agronomia2/extensivos/CTomatendicedecultivo.html#Avena www.sakata.com.mx/paginas/ptbrocoli.htm www.utm.mx/temas-docs/ensay3t13R.pdf www.qro.itesm.mx/agronomia2/extensivos/CbrocoliIndicedecultivo.html#Avena http://www.odepa.gob.cl/internacional/Agregados/eeuu/eeuu170599.html http://ecoweb.dk/ifoam http://www.infoagro.com/hortalizas/broculi.htm