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Carta de Ayuda a la Navegación a los Navegantes del Saber.
EL CONFLICTO CULTURAL EN EL ESCENARIO DEL SIGLO XXI.
Milan Marinovic
Si en el terreno epistemológico (fundamentos del conocimiento) percibimos las
posibilidades del conocimiento en un continuo de posturas filosóficas, encontramos dos actitudes
frente a la realidad existencial, una sustentada en la fe en el plano de la trascendencia llevada por
un sentido de orden y la otra cimentada en la duda aclarada en el plano de la inmanencia por su
comprobación en situaciones concretas. Ambas posiciones existenciales, la trascendente y la
inmanente, en sus extremos conllevan dos posturas frente al saber que como creencias son
inequívocas y antagónicas: el dogmatismo y el escepticismo.
a) DOGMATISMO
En tanto el dogmatismo como actitud de creencia no cuestionada y firmemente arraigada
frente al saber, en el plano de la trascendencia acepta la verdad revelada y sus juicios se
sustentan en la confianza en la razón humana no debilitada por la duda, el dogmatismo
asume como verdadero los supuestos que le son dados y sobre éstos razona y fundamenta
sus juicios. Como una actitud de fe el dogmatismo constituye históricamente la primera
posición frente al conocimiento.
b) ESCEPTICISMO
Por el contrario, el Escepticismo en su creencia consolidada, en el plano de la inmanencia
cuestiona y pone en duda todo lo que se presenta a la conciencia natural como verdadero y
cierto, para eliminar de este modo lo falso y llegar por este camino a un saber absolutamente
seguro.
El Escepticismo se atiene a lo positivamente dado y no aventura juicios. Si el Escepticismo
en su posición esencialmente negativa niega la posibilidad del conocimiento, esto es, de la
verdad, tiene éste un sesgo positivo que la modifica y la encuentra desde un sentido práctico
y cuya orientación filosófica se lo proporciona la filosofía pragmática.
c ) PRAGMATISMO
Según el Pragmatismo, el ser humano no es en un primer término un ser teórico o pensante
sino un ser práctico, un ser de voluntad de acción. La filosofía pragmática situada en el plano
de la inmanencia, postula que el intelecto es dado al hombre no para investigar y conocer la
verdad sino para orientarse en la realidad. Esto es, el conocimiento humano recibe su sentido
y su valor por su sentido de utilidad práctica.
El Pragmatismo en el plano metafísico niega el ser y la naturaleza de las cosas y busca el
conocimiento al margen de toda trascendencia. Esta postura filosófica basada en la evidencia
que proporcionan las experiencias de lo positivamente dado, elaborada por Williams James
(+1910), se fundamenta en la filosofía positivista desarrollada por Comte (1798-1857) quien
postula la existencia de un sólo conocimiento, un sólo saber que emerge de la evidencia y
que es patrimonio de las ciencias especiales.
En el plano religioso, el Escepticismo positivista genera la tesis del ateísmo científico, postura
ésta desarrollada por Herber Spencer (1820-1909) y que conocida por agnosticismo postula
la incognoscibilidad de lo absoluto.
d) CRITICISMO
Así como el Pragmatismo en el plano de la inmanencia se sitúa al lado del Escepticismo, el
Criticismo en el plano de la trascendencia se sitúa al lado del Dogmatismo.
El Criticismo como postura filosófica comparte con el Dogmatismo su fundamental confianza
en la verdad y la razón humana al asumir como premisa la existencia de la verdad y la
posibilidad del conocimiento para llegar a ella. A su vez, el Criticismo en su postura filosófica
frente al saber une a su creencia una desconfianza hacia todo conocimiento determinado y
utiliza la razón para dilucidarla.
Como postura reflexiva frente al saber producto del racionalismo científico, el Criticismo
investiga los orígenes de las fuentes, sus afirmaciones y objeciones como método que guía
al ser humano en su esperanza de llegar a la certeza. En el plano de la trascendencia, el
Criticismo asume la duda a través del racionalismo trascendente como síntoma de madurez
en el conocimiento de la ciencia, el cual exige de la verdad un mayor vigor y fuerza.
Si bien como verdadero fundador del Criticismo se consideró a Kant cuya filosofía toma
forma en su "Crítica a la Razón Pura", expresiones del Criticismo históricamente han existido
dondequiera han existido reflexiones del saber. En la antigüedad asumen esta postura Platón
y Aristóteles; en la Edad Moderna Descartes y Leibniz por el lado del racionalismo, y Locke y
Hume por el lado del empirismo.
ELEMENTOS DE SIGNIFICACIÓN EN LA PERCEPCIÓN DEL FENÓMENO.
Las posturas filosóficas que en el terreno epistemológico sitúan al ser humano frente al
saber, se dan en dos ámbitos inequívocos de creencias y en principio excluyentes: el del Dogma
y el del Escepticismo.
En tanto la realidad del dogma como creencia sitúa al ser humano en el plano
trascendente al postular frente al conocimiento la existencia de una verdad, el Escepticismo la
niega situándolo en el plano de la inmanencia.
Producto del racionalismo y el positivismo científico que descorre la visión de un universo
evolutivo ante el cual el ser humano se percibe artífice, emerge como interfase de las dos
realidades una posición epistemológica que ve en la razón y la experiencia la fuente principal del
conocimiento humano.
Emerge entonces entre ambas posturas filosóficas frente al saber, una interfase
racionalista que por el lado del dogma vigoriza su fe en el conocimiento de la verdad a través del
Criticismo y por el lado del Escepticismo a través de la filosofía pragmática la relativiza en lo
práctico y la trastoca.
Síntesis del racionalismo en sus dos vertientes, la trascendente y la inmanente, surge en
consecuencia en la forma de un "Humanismo" una actitud moral que en sus respectivos ámbitos
trascendente e inmanente valoran la convivencia humana, la calidad de vida y las condiciones
que la preservan y desarrollan.
En tanto el Humanismo Trascendente desde su perspectiva creyente, anclada en el deber
ser, valora lo bueno y por consiguiente como "creencia" fundamenta su moral en valores que
trascienden y que regulan su conducta, el Humanismo Inmanente, anclado en el derecho, desde
su perspectiva agnóstica, aprecia lo conveniente como útil y por consiguiente como idea o
pensamiento pragmático fundamenta su moral en consideraciones éticas de orden práctico.
Del análisis de las vertientes filosóficas del humanismo se infiere que valores universales
como el derecho a la vida, a la paz social, los derechos humanos, explícitos en el
"pacifismo", el "ecologismo", el "integracionismo", son consideraciones morales para una
misma verdad y que en la forma de un Humanismo responden a los postulados de premisas
diferentes: la del "Humanismo trascendente" y la del "humanismo inmanente" dando forma al
HISTORICISMO, ESCENARIO DEL SIGLO XXI que, en el contexto del pluralismo ideológico, al
postular que cada uno es dueño de su verdad, conlleva un relativismo valórico y de pluralidad
cultural.
En este escenario de valoraciones contrapuestas que dan forma al Humanismo con referentes anclados en el
deber ser que postula un sentido de trascendencia movidos por un principio ordenador (PULL), de aquellos que
sustentados en los derechos que postula una existencia vitalista con sentido de inmanencia determinados por la
voluntad de ser (PUSCH), se sitúa el Historicismo como escenario del CONFLICTO CULTURAL en el Siglo XXI.