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ESTRUCTURA DE LA CONJUGACIÓN ESPAÑOLA El libro Estructura de la Conjugación Española. Teoría general, Verbos modelos y Ejemplos de aplicación de Horacio Barrios Hernández contiene una innovación pedagógica que parte de un enfoque estructuralista para facilitar aprender, explicar, desarrollar y divulgar la lengua castellana de un modo sencillo y formal. La propuesta articula conceptos de gramática, sintaxis, ortografía y fonética de los verbos, que aparecen en otros textos frecuentemente desestructurados. De ahí se desprende el objetivo fundamental de este trabajo: lograr la mayor integralidad y sistematización posibles en los procesos de pensar, aprender y enseñar el castellano, y facilitar la adquisición de otras lenguas. La obra está dirigida especialmente a los hispanoamericanos de todo el continente y a las personas que lo aprenden y enseñan como segunda lengua (L2): estudiantes y profesores nativos y extranjeros, profesionales, secretarias, escritores, redactores, intérpretes, traductores, empresarios, investigadores, publicistas, comunicadores, vendedores, actores, lectores y otros (más de 500 millones de hablantes en América, aproximadamente). El libro funciona como obra de consulta, de fundamentación conceptual y como diccionario de modelos de la conjugación de verbos más usados en español. El autor parte de la idea de que el lenguaje es una estructura propia de la condición humana, como a posteriori de su filogénesis, es decir, una facultad a priori característica de los seres hablantes, y que, gracias a ella, la experiencia de los hombres sobre el Planeta Tierra, dadas ciertas condiciones históricas, se ha materializado en lenguas, hablas y dialectos, unos vivos, en permanente transformación léxica, y otros formalmente muertos, pero latentes o incorporados a lenguas mestizas actuales, como el castellano. Emmanuel Kant y Andrés Bello sugieren que nos representamos el tiempo como una línea que progresa del pasado al futuro remotos, que contiene la sucesión y la simultaneidad; la anterioridad y la posterioridad, y en la que el presente (la actualidad) es la representación imaginaria temporal que las separa, «un hoy» según San Agustín, «el estar ahora (nunc stans)» de que habla Hanna Arendt en «La Vida del Espíritu», parte II, capítulo I. En igual sentido se expresa Antonio Scocozza en su libro «El maestro de América. La filosofía del entendimiento de Andrés Bello», capítulo VIII. Por ello, los modelos verbales están ensamblados sobre unos ejes que se proponen mostrar: a. Que el verbo es la palabra gramatical más compleja, y se reconoce en su funcionalidad como núcleo central del predicado y de la oración y, particularmente, por estar capacitado para representarla sin requerir otras categorías gramaticales; también se reconoce como elemento esencial en las reglas de la concordancia. ►Al oír, leer, escribir o decir cantábamos podemos identificar: Lexema verbal: nombre de la significación de la acción verbal: cant Vocal temática: proviene de la desinencia del infinitivo cantar: -á Significante de tiempo y modo: pretérito imperfecto de indicativo: -ba Un significante más que señala número (plural) y persona (sujeto): -mos. ►Se diferencia de cantáramos por el significante -ra- del pretérito de subjuntivo. ►Por medio del verbo se sitúa la persona o cosa protagonista de la oración en un contexto temporal, modal, numeral y aspectual, denotando el proceso en desarrollo y la relación con sus agentes. Es decir, relata lo que el sujeto hace, lo que ocurre, o expresa su nuda existencia. b. La distinción entre las 142 flexiones que tiene un verbo modelo completamente conjugado en su forma simple de indicativo, subjuntivo e imperativo. c. Las conjugaciones simple, compuesta y pasiva contienen 399 formas desinenciales por cada verbo modelo desplegado: la conjugación simple 142; la compuesta 126 y la pasiva 126. Más cinco formas verbales impersonales. Sin contar derivados nominales, adjetivales, etc. d. Una propuesta que supera la fragmentación de los tiempos que aparece en las gramáticas tradicionales. Por ejemplo, no hay tres presentes: de indicativo, subjuntivo, imperativo, sino uno solo, que, según la actitud del sujeto hablante, el de la enunciación, se ubica en uno de los tres modos descritos. e. La clara diferencia que existe entre el tiempo del sujeto que habla, el de la enunciación, y el de la realización de la acción, que en muchísimos casos no son simultáneos ni coincidentes; más bien, operan en tiempos diferentes. De la misma manera, en los diagramas puede verse claramente la diferencia del tiempo en que opera la condición previa y la realización de una acción, como en el condicional. f. La raíz en las flexiones de los verbos del libro va en negrilla, cuando se reproduce exactamente de acuerdo a la de los modelos regulares. g. Las desinencias sólo aparecen subrayadas cuando se reproducen exactamente de acuerdo a los modelos regulares. h. Los verbos que sufren cambios de cualquier naturaleza en su raíz, aunque sea para conservar la unidad fonética en cada una de las flexiones, son irregulares, como: buscar, juzgar y trozar; coger y vencer; fruncir, dirigir, delinquir y distinguir. Estos verbos han sido considerados regulares por la RAE, a pesar de presentar variaciones ortográficas sustanciales en sus desinencias, con respecto a los modelos regulares: Trozamos vs. troce; cojo vs. cogemos; venzo vs. vences; delinco vs. delinques; distinga vs. distinguí; frunzo vs. frunces. i. Es insuficiente la correspondencia entre la unidad fonética de las flexiones verbales y la del modelo regular como determinante para considerar si un verbo es regular o no. Aquí se considera irregularidad ortográfica cualquier cambio o transformación que sufra un verbo en su grafía radical y desinencial. j. Para la RAE son irregulares leer, tañer, roer, verbos que nunca operan cambios en sus raíces, mas sí en sus desinencias, puesto que contienen transformaciones muy significativas. k. Los verbos cuyas flexiones conservan en su raíz las mismas letras (grafemas) que las del modelo, pero que por efecto de un hiato modifican su fonética, disuelven diptongos y generan nuevas sílabas, son considerados irregulares. Por tanto, no llevan negrilla radical. Si la desinencia terminal corresponde a la del modelo, irá subrayada; de lo contrario, no. l. Si se marca una tilde sobre la raíz o la desinencia sin operar cambios como los señalados en el numeral anterior (hiatos, por ejemplo), atendiendo las reglas de acentuación, ello indica que no hay transformación ninguna. Por tanto, se mantiene la regularidad formal. m. Se insertan dos capítulos especiales (9,13) sobre la ortografía de la conjugación, sus cambios radicales y desinenciales, una teoría general de la acentuación y los principios básicos de la fonética aplicados a la ortografía de los verbos y a las palabras en general. n. Contiene un capítulo (11) de teoría y aplicaciones sobre los pronombres que corresponden a las flexiones del universo verbal; ejemplo, los 28 pronombres personales, tónicos 17 y átonos 11. o. Así mismo, aparece un capítulo sobre los verbos que en su conjugación requieren de preposiciones y de la conjunción que, para aplicar o desechar el dequeísmo y el antidequeísmo. p. Se ofrecen 115 modelos de la conjugación simple, compuesta, pasiva, defectiva, refleja, impersonal, unipersonal, perifrástica y otros. q. Además, 6.165 de los verbos más usados, agrupados en correspondencia con sus modelos. ►Los elementos contenidos en el índice funcionan de la siguiente manera: 1. En la nomenclatura numérica el primer dígito muestra el capítulo que contiene una unidad temática; el 2º dígito contiene un desarrollo temático; y el 3º, una subdivisión del desarrollo temático o el número que identifica un verbo modelo. El 4° dígito indica siempre un verbo modelo. Ejemplos: 2.1.1. Significa: Primera conjugación personal simple. Verbos modelos terminados en AR (capítulo 2.); Verbos regulares (2.1.); verbo modelo CANTAR (2.1.1.). 4.3.10. significa: Tercera conjugación personal simple. Verbos modelos terminados en IR, ÍR (capítulo 4.); Con irregularidades especiales (4.3.); verbo modelo SALIR (4.3.10.). 8.1.1.1.: Listado de verbos agrupados de acuerdo a modelos (capítulo 8.); Primera conjugación personal simple, verbos modelos terminados en AR (8.1.); Verbos regulares (8.1.1.); verbo modelo CANTAR (8.1.1.1.). 8.3.3.10.: Listado de verbos agrupados de acuerdo a modelos (capítulo 8.); Tercera conjugación personal simple, verbos modelos terminados en IR, ÍR (8.3.); Con irregularidades especiales (8.3.3.); verbo modelo SALIR (8.3.3.10.). 9.1.2.8.: Fonética y ortografía de los verbos modelos (capítulo 9.); Primera conjugación personal simple, verbos modelos terminados en AR (9.1.); Verbos irregulares (9.1.2.); verbo modelo COLGAR (9.1.2.8.). 9.2.3.5.: Fonética y ortografía de los verbos modelos (capítulo 9.); Segunda conjugación personal simple, verbos modelos terminados en ER (9.2.); Verbos con irregularidades especiales (9.2.3.); verbo modelo OLER (9.2.3.5.). 2. Cada uno de los modelos verbales tiene su raíz (lexema radical) en negrilla y la desinencia subrayada, cuando son invariables respecto a los modelos verbales regulares establecidos, terminados en -ar, -er, -ir-ír: Cantar: cantase, cantases, cantase, cantásemos, cantaseis, cantasen. Comer: comeré, comerás, comerá, comeremos, comeréis, comerán. Vivir: viví, viviste, vivió, vivimos, vivisteis, vivieron. ►Cuando la raíz se escribe sin negrilla es porque cambia con relación a la del modelo. En este caso se trata de un verbo irregular: Pensar: pienso, piensas, pensás, piensa, pensamos, pensáis, piensan. Entender: entiendo, entiendes, entendés, entiende, entendemos, entendéis, entienden. Discernir: discierno, disciernes, discernís, discierne, discernimos, discernís, disciernen. Sonreír: sonreí, sonreíste, sonrió, sonreímos, sonreísteis, sonrieron. 3. En el índice general, capítulo 14, cada verbo muestra a su izquierda el código que corresponde al modelo verbal que sirve de referencia para su conjugación, y a la derecha el número de página. La obra consta de un solo volumen de 336 páginas; contiene ISBN, código de barras y depósito legal. Primera edición de 2011, Editorial Renacuajo Dorado, impreso por L. Vieco e hijas Ltda, Medellín.