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ANTECEDENTES PARA LA TOMA DE DECISIONES QUE
COMPATIBILICEN EL USO DE RECURSOS HÍDRICOS PARA EL
DESARROLLO ENERGÉTICO Y LA CONSERVACIÓN DEL
PATRIMONIO AMBIENTAL DEL PAÍS
El caso de una especie de pez de agua dulce única en el mundo (Diplomystes
camposensis Arratia, 1987).
Entre los peces nativos de agua dulce de Chile (44 especies en total), existe un grupo de tres
especies de bagres (peces gatos o “catfish”) que son de relevancia mundial. Este grupo
corresponde a la Familia Diplomystidae, la cual esta representada en Chile por el género
Diplomystes y las especies D. chilensis, D. nahuelbutaensis y D. camposensis. La
relevancia mundial de esta familia de peces es que ha sido considerada, de acuerdo a sus
características morfológicas, la familia de bagres más primitiva de todos los existentes en la
actualidad en el mundo (Arratia, 1987; de Pinna, 1998), siendo considerada un “fósil
viviente”. A pesar de su gran interés y valoración biológica, estas tres especies no han sido
estudiadas en detalle. Sin embargo, se sabe que por sus características primitivas, presenta
una baja fecundidad (ponen un bajo número de huevos; alrededor de 300 por postura en el
caso de D. nahuelbutaensis, Vila et al. 1996, en comparación con otras que pueden poner
miles de huevos por postura),
por lo que naturalmente son poco abundantes y de
distribución geográfica mucho más restringida. También se sabe que son especies que
habitan asociadas a los ambientes de rápidos de los ríos, es decir que viven en las zonas
con alta velocidad de corriente, alta oxigenación y baja temperatura del agua (Arratia,
1983; Habit 2005), por ende en condiciones ecológicas de alta calidad, donde se alimentan
principalmente de cangrejos de agua dulce (Aegla sp.).
Las tres especies de Diplomystes sólo se encuentran en Chile y no habitan juntas,
distribuyéndose de manera separada a lo largo del país. Así, D. chilensis ha sido descrita
para los ríos Aconcagua y Maipo, D. nahuelbutaensis para los ríos Maule al Imperial,
mientras que
D. camposensis, de interés en este caso, corresponde a la especie con
distribución más restringida en el país, estando presente sólo en la cuenca del río Valdivia
(Arratia, 1987; Dyer, 2000; Habit et al. en prep.). Por ello, la Dra. Gloria Arratia, quien
describió la especie Diplomystes camposensis en 1987, dedicó su nombre en honor al Dr.
Hugo Campos, quien fuera Profesor de la Universidad Austral de Valdivia y un científico
de renombre que dedicó su vida al estudio de la limnología e ictiología de agua dulce en
Chile.
Diplomystes camposensis Arratia, 1987
De lo anterior se desprende que el hecho que D. camposensis habite exclusivamente en la
cuenca del río Valdivia, tiene un enorme significado biológico y ambiental, y si esta especie
llegara a desaparecer de dicho sistema fluvial, implicaría su extinción del planeta. Por esta
razón, cuando el Centro Eula fue requerido para efectuar el Estudio de Impacto Ambiental
de la Central Hidroeléctrica San Pedro, en el río San Pedro de la cuenca del Valdivia, se
hizo ver al titular del proyecto que por el valor de conservación de ese sistema fluvial, se
debía efectuar un estudio de mucho detalle de esta especie y su hábitat, que permitiera
profundizar y conocer aspectos de su biología y ecología, hasta ahora desconocidos. Dicho
estudio, desarrollado a partir de octubre de 2005 y que continúa a la fecha, ha entregado
valiosos antecedentes sobre esta singular especie chilena.
En primer lugar, se ha determinado que las poblaciones de la cuenca del río Valdivia son
genéticamente distintas a las presentes en la cuenca directamente ubicada al norte,
correspondiente al río Toltén (no descritas). Por otro lado, se ratificó que no existen
ejemplares de Diplomystes en la cuenca vecina, del río Bueno, directamente ubicada hacia
el sur. Es decir, Diplomystes de la cuenca del Valdivia es una especie única de ese sistema.
En segundo lugar, se determinó que la distribución de la especie dentro de la cuenca del río
Valdivia también es restringida y no habita en todos los sectores fluviales de la misma. Es
así como D. camposensis sólo se encuentra presente en la parte alta y media del río Cruces,
en el río Enco, en el río San Pedro y en el río Calle-Calle. Esto quiere decir, que no habita
en los lagos de la cuenca (Pirehueico, Calafquen, Panguipulli, Neltume, Pellaifa, Pullinque,
Riñihue), ni en los ríos ubicados aguas arriba del río Enco (el cual corresponde al río que
entra al Lago Riñihue, que es el último de la cadena de lagos, y cuyo desagüe forma el río
San Pedro). En tercer lugar, se determinó que los individuos que habitan aguas arriba del
Lago Riñihue (río Enco), presentan diferencias genéticas con los del río San Pedro. Dicho
de otra manera, son de la misma especie, pero podrían identificarse como otra “raza”
(linaje).
También el estudio demostró que esta especie en el transcurso de su ciclo de vida pone sus
huevos en los sectores con fondos de piedras y gravas entre octubre y noviembre, y que
solo a la talla de 12 cm son sexualmente maduros, es decir, que recién a su segundo año de
vida pueden reproducirse. Las larvas de este pez aparecen en enero en sectores llamados
“rápidos someros” los que son ambientes del río de muy baja profundidad (< 20 cm) y baja
velocidad de corriente (0,02-0,3 m/s). Los juveniles ocupan ambientes un poco más
profundos, en tanto que los adultos viven en los pozones del río.
Otro aspecto que resultó de este estudio, es que D. camposensis mostró una muy baja
diversidad genética a lo largo del río San Pedro, pero un muy alto flujo génico. Ello
significa que, por un lado, no existe gran variabilidad genética en la población pero que por
otro lado, ese pequeño pool génico es ampliamente compartido a lo largo del río, lo cual es
sólo posible a través de reproducción sexual. Dicho de otra manera, los peces que viven en
las zonas más altas del río (cercano al Lago Riñihue) se pueden reproducir con los que
viven más abajo y viceversa, lo cual se explica sólo si los individuos tienen una capacidad
de desplazamiento importante. En efecto, se demostró con el estudio que un pez de 20 cm
de longitud (adulto) puede recorrer hasta 3 km de río necesitando un espacio para
desarrollar su ciclo de vida de aproximadamente 50,000 m2.
En cuanto a su abundancia, el estudio estableció que esta especie es más abundante en el río
San Pedro que en otros sectores de la cuenca. No obstante, comparte hábitat con otras
especies de mayor abundancia, en una proporción cercana a 10 veces mayor, destacando
entre éstas el puye (Galaxias maculatus) y la carmelita (Percilia irwini). Aunque D.
camposensis aumenta en número desde el desagüe del Lago Riñihue hacia aguas abajo
(especialmente en la zona ubicada entre Chacaipulli y Cuyincahuín), la situación de menor
abundancia relativa se mantiene por lo que corresponden a poblaciones naturalmente
pequeñas y en consecuencia vulnerables.
Así, se ha estimado que si la Central Hidroeléctrica San Pedro se construye, la porción de la
población que actualmente habita entre el Lago Riñihue y la Quinta (sector donde se
construirá la presa) desaparecerá o deberá desplazarse, ya que es una especie que no habita
en sistemas de aguas detenidas (como un embalse o lago). Esa porción representa
aproximadamente el 22% de la población total que habita hasta Antilhue y por ende debería
mantenerse el 78% de la población restante. Esa proporción puede mantener una población
viable en el tiempo, siempre y cuando, las demás condiciones del río y su entorno, aguas
abajo de la presa y embalse proyectado, permanezcan como hasta ahora, sin intervenciones
de sus caudales (régimen de caudal natural), de temperatura, calidad del agua,
disponibilidad de habitáts entre otros. Esto sólo será posible, en la medida que el río San
Pedro sea protegido adecuadamente.
En ese contexto, es necesario destacar dos aspectos regulatorios que hoy impiden la
conservación de esta especie. En primer lugar, el Decreto Supremo N° 303, del 23 de
febrero del 2006 de la Subsecretaría de Pesca establece la “veda extractiva” para 16
especies nativas de Chile, entre las cuales no se encuentra D. camposensis. Sin embargo, se
ha comprobado durante este estudio que la especie frecuentemente cae en anzuelos de
pescadores con carnada vida y al no ser una especie apetecida (como las truchas), los
lugareños por desconocimiento no la retornan al río. Por el contrario, la descartan en las
riberas o la usan como carnada. Por ello, es lamentable que uno de los pocos instrumentos
de protección de la fauna de peces nativos de Chile, no incluya una especie tan importante
como ésta. En segundo lugar, la última clasificación efectuada en Chile sobre el estado de
conservación de los peces de agua dulce, que aún se encuentra en revisión
(http://www.conama.cl/clasificacionespecies/Anexo_tercer_proceso/), y que se ha llevado a
cabo bajo el Reglamento de Clasificación de Especies Silvestres de CONAMA (DS Nº75
de 2005), si bien determina que D. camposensis en una especie En Peligro, cita
erróneamente su distribución para las cuencas de los ríos Imperial y Valdivia. Se
desconocen los antecedentes en que se basa ese análisis, pero claramente a nivel genético,
los ejemplares de la cuenca del río Imperial no podrían corresponder a la misma especie
que la presente en la cuenca del río Valdivia.
Es importante destacar que todo este nuevo conocimiento ha sido posible de obtener gracias
a la realización de un Estudio de Impacto Ambiental, que ha contado con el compromiso de
una empresa que ha entendido la necesidad de recabar la mayor información científica
posible que permita posteriormente identificar aquellas acciones que hagan compatible la
Central San Pedro con la subsistencia de esta especie y la mantención del ecosistema.
Así, hoy se verifica un escenario favorable a la concreción de un Proyecto Hidroeléctrico
que aportará una cantidad importante de energía al sistema y que al mismo tiempo
implementará acciones de protección ecológica. Sin embargo, y como se señalara en
párrafos anteriores estas medidas por parte del titular del proyecto deben ser
complementadas por acciones de largo plazo, por organismos del Estado y la comunidad
directa e indirectamente relacionada con el proyecto.
Ante tal situación, se debe identificar sobre la base de los actuales instrumentos vigentes
(Código de Agua, Convención de la Biodiversidad, Reglamento de Clasificación de Especies
Silvestres, Ley de Bases del Medio Ambiente y su Reglamento, entre otros) y en el contexto de la
Estrategia Nacional de Gestión Integrada de Cuencas, la manera de implementar una experiencia
piloto, para el desarrollo de un Plan de Manejo Integrado de la Cuenca del Río San Pedro, que
permita usos compatibles, como el de la generación hidroeléctrica, recreación y turismo, con la
protección de la diversidad biológica. Para lograr esto se requiere la voluntad y la participación
activa de todos los actores del Sector Público y Privado y la comunidad local involucrada.
Se debe a la mayor brevedad definir criterios respecto a cómo enfrentar las necesidades de
estudios en todas las cuencas fluviales que son candidatas a albergar proyectos
hidroeléctricos, identificando por ejemplo si hay estudios o no, cuáles de ellas ya tienen
niveles de intervención que las hacen candidatas a definirlas como áreas de sacrificio,
cuáles de ellas no debieran ser intervenidas etc.
En consecuencia, el Centro EULA considera este caso como un buen ejemplo a seguir en el
contexto del desarrollo hidroeléctrico del país. En efecto, en la medida que se vayan
desarrollando estudios con estas características (línea de base científica apropiada e
identificación de acciones concretas de conservación y protección ambiental) se facilitará la
toma de decisiones en los niveles que correspondan, evitándose conflictos políticos,
ambientales y sociales que afecten el desarrollo del país y en particular lo relativo al
desarrollo energético.
Dr. Evelyn Habit, Dr. Oscar Parra, Dr. Claudio Valdovinos
Unidad de Sistemas Acuáticos
Centro de Ciencias Ambientales, EULA-Chile
Universidad de Concepción, Chile