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El alma de Osiris
Por Burnam Schaa, F.R.C.
Revista El Rosacruz A.M.O.R.C.
EN LA CÁBALA, LOS MISTERIOS DE LA PIRÁMIDE Y LAS ESTRELLAS
En la antigua religión egipcia, Osiris era el gobernante legendario de Egipto y rey de los
infiernos, antes de las dinastías. Simbolizaba las fuerzas creativas de la naturaleza y la
indestructibilidad de la vida. Según el mito, Set, el hermano malvado de Osiris lo
asesinó, pero su fiel esposa y hermana, Isis, reconstruyó su cuerpo y su hijo Horus
vengó su muerte.
El nombre de “OSIRIS” evoca un mito egipcio muy conocido acerca de un hombre-dios
asesinado, cuyo cuerpo desmembrado se reconstruye dándole nueva vida. Aunque
Osiris es el dios de la muerte y de la regeneración, también se le conoce como el gran
benefactor de la humanidad, que proporciona a la gente el conocimiento acerca de la
agricultura y la civilización. Pero hay que preguntarse si esta narrativa tan bien
conocida acerca del asesinato de Osiris, de su cuerpo desperdigado por todo Egipto y de
la milagrosa reestructuración que logró Isis, su hermana-esposa es todo lo que hay que
comprender acerca de Osiris.
Las enseñanzas orales sugieren que hay algo más acerca de esta fascinante historia,
cuando consideramos que el nombre Osiris es un motivo arquetípico, algo así como una
personificación universal del Alma. Una extrapolación y una recopilación de pedacitos
de una tradición oculta acerca de Osiris, en su calidad del dios supremo de Egipto y su
“alma” como el ave Fénix en la Piedra Ben Ben1, podrían revelar vestigios de los
Misterios de Osiris y de la forma en que han penetrado el esoterismo occidental.
Tal vez al hacerlo sería posible revelar lo que la tradición oral siempre ha conocido, es
decir, el alineamiento astronómico de las Pirámides de Gizeh y los propósitos ocultos
tras las aperturas de las cámaras de la Gran Pirámide. Regresaremos a este asunto en la
última parte del presente artículo, cuando hablemos acerca del libro The Orion Mystery
(El misterio de Orión), en el que sus autores, Robert Bauvál y Adrian Gilbert, sugieren
que existe una conexión entre el Cinturón de Orión y las construcciones de Gizeh. 2
Quienes aceptan exclusivamente el mito común de Osiris no necesitan cuestionarse.
Para ellos no hay ningún misterio. Sin embargo, según la tradición occidental, siempre
ha existido una enseñanza secreta relacionada con el nombre de Osiris. Los filósofos
griegos Pitágoras y Platón conocían el secreto, ocultándolo en simbolismos numéricos,
mientras que Plutarco continuó divulgando tan sólo la mitología del dios-hombre y el
parecido de la Osiriada con los primeros cristianos egipcios, lo cual influyó los dogmas
de la iglesia más adelante.
A principios del siglo XX, tanto los aspectos ocultos como los religiosos acerca de Osiris
atrajeron la atención de los estudiosos, gracias a la obra psico-filosófica de Carl G.
Jung3 y M. Esther Harding. Sin embargo, las tradiciones teosóficas rosacruces han
mantenido el fuego secreto de los Misterios de Osiris brillando en todo su esplendor a
través de los siglos.
Podríamos comparar la aparente necesidad de ocultarse tras una tradición secreta
bajo el manto de un mito bien aceptado, como es el de Osiris el dios-rey viviente, con
los mundos del gnostisismo y el judeo-cristianismo-islamismo donde los misterios
ocultos de Orfeo o Dionisio, Moisés, Siddhartha-Buddha, Krishna, Jesucristo y Mahoma
aparecen como si fueran, o en efecto eran, Dioses-hombres vivientes, cuyas doctrinas
que se interpretaron literalmente esparcieron su poder sobre las naciones. Sus
seguidores defendieron y siguen defendiendo las doctrinas que surgieron de sus
“advenimientos originales”. No obstante, según H. P. Blavatsky, cuya opinión compartía
Jung, estas potentes personalidades y sus dogmas subsiguientes están muy ligados con
“Osiris, el dios más poderoso de Egipto”, en especial con las leyendas acerca de Jesús y
Krishna y su innegable parecido con la popular mitología de Osiris.
Para mayor interés, Blavatsky señala que Osiris en sus cuatro aspectos principales es
un concepto magnífico y sugerente, porque abarca toda la gama de pensamiento físico y
metafísico. Madame Blavatsky escribió lo siguiente a este respecto: “Los mencionados
aspectos eran Osiris-Ptah (Luz), Osiris-Horus (mente o intelecto), Osiris-Lunus
(síquico, astral) y Osiris-Tifón (terrestre, físico).” Blavatsky también expresó que Osiris
“…en calidad de deidad solar tenía a doce dioses menores bajo su regencia” 4, lo cual no
sólo asume a Chokmah y el círculo zodiacal, sino también supone sutilmente que hay
una conexión oculta con los doce caminos del árbol cabalístico de la vida.
El Maestro Jesús
En la religión, al igual que Osiris-Horus antes que él, Jesucristo enseñó que él y su Padre
eran Uno solo. El Maestro Jesús impartió sus enseñanzas abiertamente a las masas, por
medio de parábolas, mientras que sólo la persona que “tenía oídos, para oír” era quien
recibía y comprendía las enseñanzas secretas.
Pero, hay otra tradición teosófica interesante que asegura que los grandes iniciados
sabían que las “actividades” del Maestro Jesús estaban de acuerdo con El Libro de
Jasher del Antiguo Testamento. En hebreo, el nombre Jasher significa “justo” u
“honesto” conjuntando la virtud, la integridad, la rectitud y la verdad. El libro en sí, que
se menciona en la Biblia Judeo-Cristiana pero que fue eliminado, contiene una historia
de hombres justos u honestos, según nos dice el Diccionario de la Biblia Metafísica.
Desde luego las palabras honesto, rectitud y verdad son de una profundidad
provocativa e implican estados de consciencia más elevados, que no sólo aparecen
ejemplificados en las enseñanzas herméticas de Pitágoras y Platón, sino también están
incluidos en las obras de Plutarco y otros pensadores, que hacen alusión a los Misterios
de Osiris. Por ejemplo, se sabe que la Hermandad de Isiac ejercía abiertamente su
poder a principios de la era cristiana.5
Además de la Crata Repoa, Apuleyo es quien nos ha legado la documentación más
fascinante de estas iniciaciones secretas. La doctora Louisa Von Franz en su peculiar
reinterpretación de El asno de oro, comparte con los lectores las “Iniciaciones” de
Apuleyo, quien una vez que obtiene las “Rosas de Isis”, sólo menciona ciertas
características de los Misterios secretos de Osiris. Sin embargo, deja bien establecido
que Osiris representa el Fuego Oculto.6
En referencia a este “Fuego Oculto”, los cabalistas cristianos han de recordar que la
Gran Luz, Ain Soph Aur, se eleva en espiral de la Nada como un Nous o Kether. Kether,
la “unidad” que se concibe a sí misma, es el ejemplo, entre otras cosas, del Principio
Cósmico del Regreso Eterno, o la regeneración, ya sea que su “único hijo concebido” sea
la Tifereth Cabalística, u Osiris Horus, o la Consciencia Crística, o el misticismo
Cristiano y Rosacruz al mismo tiempo.
Respecto a los misterios de la Cábala Cristiana, el cabalista rosacruz Paul Foster Case
escribió con gran sabiduría que “La figura geométrica correcta oculta en el Hombre
Colgado es una cruz sobre un triángulo de agua. Significa la multiplicación de la tétrade
por la tríada. El resultado es el número 12. La puerta, Daleth, es el vehículo de la
tétrade, pues también es el Gran Útero; y la cabeza del Hombre Colgado que se refleja
ahí es el LVX, en su manifestación del Logos. Es Osiris, Sacrificio y Yod-Heh-Shin-VavHeh, Yehoshua”.7
En los Misterios de Osiris, el Osiris “honesto” como Logos, es tanto el “Árbol de la Vida,
como el “fruto” o “hijo” del mismo. Como este último, Osiris representa el sacrificio
ritualístico que involucra el proceso de siete pasos de la Consciencia Cósmica, conocida
como la “Exhalación Bendita” en la Cábala Cristiana. Sin embargo, desde un punto de
vista más esotérico, estos siete elementos de Osiris, el honesto, aparecen más
elaborados de una manera por demás interesante en los escritos del Dr. Rundle-Clark
en su libro titulado Myth and Symbol in Anciente Egypt” (Mito y símbolo en el Antiguo
Egipto).8
Para aclarar mejor esta unidad iniciática o entonamiento, en su libro Woman Mysteries,
Ancient and Modern (Misterios de la mujer, antiguos y modernos), la doctora Harding
señala que el Iniciado viviente (después de pasar la “muerte filosófica” y el segundo o
“inmaculado” nacimiento) ahora se hace uno con Osiris y al día siguiente se le “aclama
públicamente como Osirificado.9 Lo guiaron hacia el Templo. Ahí se quedó parado en
un pedestal frente a la estatua de la diosa Isis. Él iba ataviado con la bata de Osiris,
llevaba una antorcha encendida y de su cabeza salían por todos lados, hojas blancas de
palma, como si fueran rayos. Así se irguió en el pedestal y lo saludaron como a un dios”.
La palabra “pedestal” también puede representar al Trono, al Monte Primario, a la
pirámide con escalones o al piramidión. Todos éstos se refieren al lugar donde habita
el Gran Dios de la Luz.10
Harding continúa informándonos que la bata de Osiris que portaba el iniciado la
describen como si “pareciera una luz” o “un rayo” y Plutarco escribió lo siguiente
acerca del tema: “Por lo tanto, cuando han recibido una vez, tan solo una vez, ésta [bata
de Osiris] la atesoran y la ocultan de todos los ojos y las manos; pero portan [la bata o
velo multicolor] la de Isis en muchas ocasiones [ceremoniales]”. 11
Es obvio que Osiris oculto es un tema muy amplio que sólo se puede mencionar
brevemente en un artículo corto como este. Sin embargo, el nombre y los jeroglíficos
egipcios que forman su nombre dan indicios, que al igual que el hilo de Teseo, puede
servir de guía a alguien hacia la luz que se encuentra al final de este misterio
laberíntico.
Por razones que a veces son algo veladas para los etimólogos, Diódoro y Plutarco,
ambos iniciados, decían que el nombre de Osiris significa “el que tiene muchos ojos” y
con ese nombre se hace referencia al Sol, mientras que el nombre de Isis significa
“antigua” y ese nombre se ha utilizado para referirse a la Luna desde tiempos
ancestrales.12 Los dos jeroglíficos más comunes para identificar a Osiris son el asiento,
o Trono, y un Ojo. De nuevo, hay más de lo que pueden ver los ojos del intelecto; por
ejemplo, hay un Ojo Oculto al que a veces se hace referencia como el “Ojo Sencillo”, lo
cual significa “la Luz que surge como Razón o Logos”.
Además, mientras que el emblema del Trono es el jeroglífico más común para Isis, en
el esoterismo el Trono también representa las bases subconscientes del Cósmico.
Aunque Isis representa a Eros en la vestimenta siempre cambiante y colorida de la
Naturaleza, juega un papel aún más importante. Isis, cuya belleza y tragedia velan la
Luz Mayor de Osiris como el “Mundo Perdido” o el “Árbol bendito de la vida”, se podría
decir que ella en sí le da “voz” y forma a Horus en el amanecer dorado de la Consciencia
Cósmica.13
Osiris en las estrellas
Se le puede dar otra dimensión a la universalidad de los Misterios de Osiris, cuando se
menciona su nombre con relación al culto a las estrellas. El libro de Sir J. Norman
Lockyer titulado The Dawn of Astronomy (El amanecer de la astronomía), es una fuente
excelente de donde partir. Parafraseando a Lockyer, alrededor del año 6400 A.C., Osiris
y Thoth salieron del Sur donde Osiris era adorado como el dios de la Luna,
encontrándose con una población que adoraba al Sol al amanecer (Re) y al Atmu
(atardecer) e introduciendo el calendario lunar de Thoth junto con la necesidad de
calcular el lugar que ocupa el Sol durante el equinoccio de otoño, que tal vez era el
momento en que se iniciaba su año lunar.
Para substanciar aún más la importancia de Osiris como un dios lunar todo poderoso,
Lockyer cita al Profesor Sayce que escribió: “Según la religión oficial de Caldea, el dios
Sol era el hijo del dios Luna. Esa creencia podría haber surgido sólo en un lugar donde
el dios Luna era el objeto supremo de adoración…, de esa manera difiere de la
adoración del pueblo Semita del dios Sol como el señor y padre de todos los dioses”. Sin
embargo, en una nota al pie de página, Lockyer señala que “en alemán moderno, la
palabra que se usa para la Luna es del género masculino y la del sol del género
femenino”.14
Según Lockyer, el culto a la estrella del sur de Osiris, a diferencia del culto a Thoth
quien se mantuvo enigmático en esencia mientras seguía jugando un papel importante
en los misterios de Osiris, poco a poco fue convirtiéndose en un culto solar y a Osiris lo
aceptaron como un dios Sol, pero uno que representaba al Sol en su cuarta fase oculta.
No obstante, se dice que los cuatro nietos de Osiris (o el Ojo de Horus) son los
guardianes de las cuatro direcciones cardinales del espacio y el tiempo. Lockyer
concluyó que al igual que Isis está relacionada con los movimientos celestiales de la
estrella Sirio, “pareciera que la mitología relacionada con Osiris sólo se trata de la
mitología relacionada con cualquier cuerpo celestial invisible”. 15 Lockyer opinaba que
la mitología de Osiris-Isis-Horus tenía una base firme en la astronomía y que el estudio
científico de las estrellas no sólo daba la pauta para decir la hora en el antiguo Egipto,
sino lo que es más importante aún, para su arquitectura.
Pero esto no explica completamente la combinación de Ptah-Osiris. Por ejemplo, no es
la imagen de Ptah, el dios patrono de los artesanos, la que se utiliza en la ceremonia
egipcia más importante llamada “estirar la cuerda”, que mide el tiempo y el espacio en
la Tierra y en los cielos. Shesheta, la diosa Estrella, y el Faraón son los que portan la
Corona Atef de Osiris.
En la teogonía rosacruz, la función de Ptah-Osiris está aún más oculta, tal vez disfraza el
drama memfita donde Ptah se convierte en “el arquitecto del universo; la causa de
causas; la Mente Universal; el soplo y esencia de todas las cosas. La antigua Cábala, con
su doctrina de entonaciones y la doctrina más reciente del Logos se deben haber
transmitido desde esta antigua fuente».
Aparte de estas correspondencias entre los atributos cósmicos de Ptah y Osiris, Osiris
el Ascendido siempre es Benu o el Fénix Egipcio, el eterno, y en esta forma, está
relacionado íntimamente con el piramidión y la “albardilla desaparecida” de la Gran
Pirámide, como lo sugiere el historiador egipcio, el Dr. Rundle-Clark en su libro Myth
and Symbol in Ancient Egypt (Mito y símbolo en el antiguo Egipto) y también en el libro
de T. M. Stewart The Symbolism of the Gods of the Egiptians and the Light They Throw on
Freemasonry” (El simbolismo de los dioses de los egipcios y la luz que despiden sobre la
Masonería).16
El cinturón de Orión
La imagen del “alma-ave” de Osiris, el Fénix que surge de las cenizas de la materialidad,
sigue cautivando al ojo interno y a la imaginación de los iniciados al templo en todo el
mundo. Sin embargo, el “alma” de Osiris con relación a la albardilla desaparecida de la
Gran Pirámide, es lo que ahora lleva a este artículo a mencionar en breve la
constelación de Orión, en especial, las tres estrellas del Cinturón de Orión. Según
escribió Richard Hinckley Allen en su libro Star Na-mes—Their Lore and Meaning
(Nombres de las estrellas—Sabiduría popular y significado): “La mitología egipcia
sepultó el alma de Osiris en esa constelación (Orión), al igual que sepultó la de Isis en la
estrella Sirio”.17
En 1994, para aumentar las antiguas tradiciones esotéricas antes mencionadas, los
autores Bauvál y Gilbert18 sugirieron que las tres estrellas en el Cinturón celestial de
Orión se pueden reflejar en la tierra por medio de la ubicación específica de las tres
pirámides de Gizeh. Los autores de este libro fascinante hacen otras preguntas
innovadoras, entre las más importantes son las que han provocado los datos continuos
que se originan en la exploración reciente de la apertura de la Cámara de la Reina en la
Gran Pirámide.
Su libro, The Orion Mystery (El misterio de Orión), también señala, de acuerdo una vez
más a las enseñanzas orales de la Tradición Occidental, que la alineación de las otras
“corrientes de aire” de la Gran Pirámide, que se han ajustado a causa del movimiento
progresivo de la Tierra, señala tanto a la estrella grande del cinturón de Orión y a la
estrella-perro Sirio, así como a Alpha Draconis.
En conclusión, la Gran Pirámide en su forma arquetípica siempre ha sido “la Morada
del Dios Mayor” en las tradiciones orales de Occidente. Osiris simbolizado como la
Piedra Ben Ben, Unnefer o Atum, el Único Dios en su manifestación cósmica, es la
fuente del aforismo, “Como es arriba es abajo” y se justifica como una Esencia Creativa
primaria.19 En la Tierra, el Hijo Divino de Osiris, Horus en el Horizonte Oriental, vive a
través del Faraón encarnado. Sin embargo, cuando fallece el Faraón, su ave-ba (alma)
surge de la piedra para unirse al alma eterna de Osiris, la cual, según repite la
tradición, reside en la gran estrella del Cinturón Celestial de Orión.
La forma piramidal donde se posa Benu o el alma-ave de Osiris sugiere otros elementos
que aprecia mucho el filósofo hermético. De manera similar al Nous rosacruz, Osiris
abraza lo finito e infinito, incluyendo los atributos de los cuatro (4) principios
alquímicos: agua, tierra, fuego y aire. Osiris aparece en forma antropomórfica como un
dios del Nilo, dios Luna o dios Sol, dios-rey y también ha sido representado por medio
del Ojo del Gran Halcón Horus. Su atributo sublime es una Tríada Hermética de
elementos primarios: Fuego, Agua y Aire; o Sal, Azufre y Mercurio, así como en las
imágenes de los jeroglíficos donde aparece como Osiris, Isis y Horus.
En la simbología numérica de Pitágoras y Platón, Osiris es un 4 más o multiplicado por
3, 7 veces o 12. Sin embargo, finalmente en su “forma” oculta como la Quintaesencia
Hermética, Osiris representa al Fénix (Benu) de la fábula, que une al Cielo y a la Tierra,
a la ciencia y a la metafísica.
Ahora, queda usted en libertad de dedicarse a los misterios vivientes y dinámicos de
Osiris, tal vez para redescubrir por sí mismo otras correlaciones maravillosas que
puedan existir. Sin embargo, debe saber que el motivo arquetípico, el Osiris Místico,
vive. Es un Dios Oculto para todas las épocas de nuestras vidas, aquí en la Tierra y en
las estrellas, es eterno.
1.- Rundle-Clark, R.T. Myth and Symbol in Ancient Egypt, (Mito y Símbolo en el Antiguo
Egipto), (Thames & Hudson, Ltd. Publishers: London & New York, 1959, 1991), p.
37, 169, 246.
2.- Bauvál, R. & Gilbert, A. The Orion Mystery [El misterio de Orión] (Crown Publishers:
New York, 1994).
3.- Jung, C.G. Psychology and Religion [Psicología y Religión], 2ª. Edición. (Bollingen:
1958/69), p. 116, 117.
4.-
Blavatsky, H.P. The Philosophical Glossary, [Glosario filosófico], (Theosophical
Publishing Society: Adyar, Madras, India, 1892), p. 243-244.
5.- Hall, Manley P. Freemasonry of the Ancient Egyptians [La Masonería de los antiguos
egipcios] (a la que se le agregó una interpretación del ritual de iniciación de Crata
Repoa) (Philosophical Research society: Los Angeles, California, 1937/65).
6.- Von Franz, M.L. A Psychological Interpretation of the Golden Ass of Apuleius [Una
interpretación psicológica del Asno de Oro de Apuleyo] (Spring Publications: New
York, 1970).
7.- Case, P.F. The Tarot, A Key to the Wisdom of the Ages [El Tarot, la clave para la
sabiduría de las eras], (B.O.T.A.: Los Angeles, California, 1947), p. 132.
8.- Rundle-Clark, op. Cit., p. 181.
9.- Harding, M.E. Woman’s Mysteries, Ancient and Modern [Misterios de la Mujer,
Antiguos y Modernos] (Putnam’s Sons: New York, 1935/55), p. 180-181.
10.- Rundle-Clark, op. Cit., p. 39
11.- Harding, op. cit., p. 181
12.- Budge, E.A.W. Osiris and the Egyptian Resurrection, Vol. I. [Osiris y la Resurrección
Egipcia, Vol. I](1911, 1973), p. 9, 25.
13.- Jung, C.G., op. cit., p. 388.
14.- Lockyer, Sir J. Norman The Dawn of Astronomy [El amanecer de la astronomía] (Se
publicó originalmente en 1894; MIT: Cambridge, Mass., 1964), p. 393.
15.- Idem, p. 297, 299; 174-175.
16.- Stewart, T.M. The Synbolism of the Gods of the Egyptians and the Light They Throw
on Freemasonry [El simbolismo de los dioses de los egipcios y la luz que despiden
sobre la masonería] (Wehman Bros.: London & New York, 1927) p. 62-68.
17.- Allen, R.H. Star Names—Their Lore and Meaning [Nombres de las estrellas—
sabiduría popular y su significado] (Se publicó originalmente en 1899; Dover
Publications: New York, 1963) p. 308.
18.- Bauvál & Gilbert, op. cit.
19.- Stewart, T.M., op. cit. P. 62-68.