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Transcript

Índice. -
Índice.
Índice.
2
Introducción.
5
Elementos
químicos.
5
Valencia.
5
Moléculas.
7
7
Formulación
inorgánica.
Introducción.
7
Compuestos
binarios.
8
8
Óxidos
y
anhídridos.
Hidruros
e
hidrácidos
10
Sales
binarias.
11
Compuestos
binarios
entre
no
metales.
12
Compuestos
binarios
entre
metales.
12
12
Compuestos
ternarios.
Hidróxidos.
12
Oxácidos.
13
Sales
ternarias.
15
17
Compuestos
cuaternarios.
17
Sales
ácidas.
Cosmetología
2
Índice. -
18
Otros
compuestos
inorgánicos.
Peróxidos.
18
Formulación
orgánica.
18
18
Introducción.
Características
generales
de
la
química
orgánica.
18
Representación
gráfica
de
las
moléculas.
20
Cadenas
hidrocarbonadas
sin
grupos
funcionales.
21
Características
generales.
21
Alcanos.
22
Alquenos.
24
Alquinos.
25
Halogenuros
del
alquilo.
25
Cicloalcanos.
26
Derivados
aromáticos.
28
Cadenas
hidrocarbonadas
con
grupos
funcionales.
29
Introducción.
29
Alcoholes.
29
Éteres.
30
Aldehídos.
31
Cetonas.
32
Ácidos
carboxílicos.
33
Sales
de
ácidos
carboxílicos.
34
Ésteres.
34
Cosmetología
3
Aminas.
35
Amidas.
36
Nitroderivados.
37
Nitrilos.
37
Tioles.
38
Ácidos
sulfónicos.
39
Compuestos
con
más
de
un
grupo
funcional.
39
39
Características
y
nomenclatura.
Cosmetología
4
Introducción. - Elementos químicos.
Introducción.
Elementos
químicos.
En
la
naturaleza
existen
algo
más
de
cien
elementos
químicos.
Normalmente,
se
representan
organizados
en
la
tabla
periódica
y
cada
elemento
representa
una
especie
química
constituida
solo
por
un
tipo
de
átomo.
Los
elementos
aparecen
con
su
nombre
abreviado.
La
abreviatura
constará
de
una
o
dos
letras
(salvo
algunos
elementos
del
final
de
la
tabla,
raros
e
inestables,
que
se
nombran
con
tres
letras).
La
primera
de
las
letras
será
mayúscula
y
la
segunda
minúscula.
Los
nombres
son
comunes
y
corresponden
a
su
acepción
en
castellano.
Sin
embargo,
su
abreviatura
es
universal.
Esto
quiere
decir
que
aunque
químicamente
el
hierro
se
denomina
hierro
en
español
o
iron
en
inglés,
su
abreviatura
es
Fe
(proviene
del
Ferrum,
en
latín)
en
cualquiera
de
los
idiomas.
Lo
mismo
ocurre
al
potasio,
cuya
abreviatura
es
K
del
latín,
Kalium.
Lógicamente
y
a
fin
de
evitar
cualquier
tipo
de
confusión,
no
existen
dos
elementos
que
posean
el
mismo
nombre
o
la
misma
abreviatura.
Existen
una
serie
de
números
que
caracterizan
a
cada
elemento
químico.
El
más
representativo
es
el
número
atómico.
Expresa
el
número
de
protones
que
presenta
su
núcleo
y
su
posición
dentro
de
la
tabla
periódica.
Cada
elemento
químico
tiene
su
número
atómico
correspondiente
e
invariable.
El
número
atómico
del
hidrógeno
es
1.
El
del
oxígeno,
8.
El
carbono,
6.
El
hierro
26.
El
oro,
79.
Otro
número
característico
es
el
peso
atómico.
Es
un
valor
que
representa
el
peso
relativo
del
elemento
(actualmente
respecto
a
la
doceava
parte
del
peso
del
átomo
de
carbono
12).
Es
importante
para
realizar
cálculos
de
concentraciones,
reacciones
químicas,
etc.
Por
ejemplo,
el
peso
atómico
del
oxígeno
es
15,99,
el
del
cloro
35,45
o
el
del
oro
197.
Un
tercer
número
o
valor
interesante
es
la
valencia,
necesario
para
formular
las
moléculas
y
al
que
nos
referiremos
a
continuación.
Valencia.
Los
átomos,
al
unirse
para
formar
moléculas,
no
lo
van
a
hacer
de
forma
descontrolada
o
azarosa,
sino
con
un
cierto
orden
y
solo
en
ciertas
proporciones.
Las
valencias
de
los
elementos
tratan
de
describir
estas
proporciones.
Cada
elemento
químico
tiene
una
o
varias
valencias,
que
son
los
números
que
describen
su
tendencia
de
combinación
con
otros
elementos
(excepto
los
gases
nobles,
que
al
no
combinarse,
no
puede
decirse
que
tengan
valencia).
Así,
por
ejemplo,
el
hidrógenos
siempre
actúa
con
valencia
1.
El
oxígeno,
con
valencia
2.
El
cloro
puede
usar
las
valencias
1,
3,
5
y
7.
Es
útil
conocer
las
valencias
de
los
elementos,
sin
ellas,
no
sabríamos
como
combinar
los
átomos,
como
formar
moléculas.
Cosmetología
5
Introducción. - Valencia.
Establezcamos,
por
lo
tanto,
una
tabla
con
las
valencias
de
los
elementos
químicos
más
importantes.
H
He
1
0
Li
Be
1
B
C
N
O
F
Ne
2
3
2,4
2,3,4,
5
2
1
0
Na
Mg
Al
Si
P
S
Cl
Ar
1
2
3
2,4
3,4,5
2,4,6
1,3,5,
7
0
K
Ca
Sc
Ti
V
Cr
Mn
Fe
Co
Ni
Cu
Zn
Ga
Ge
As
Se
Br
Kr
1
2
3
3,4
2,3,4,
5
2,3,6
2,3,4,
6,7
2,3
2,3
2,3
1,2
2
3
4
3,5
2,4,6
1,3,5,
7
0
Rb
Sr
Y
Zr
Nb
Mo
Tc
Ru
Rh
Pd
Ag
Cd
In
Sn
Sb
Te
I
Xe
1
2
3
4
5,3
2,3,4,
5,6
7
2,3,4,
6,8
2,3,4
2,4
1
2
3
2,4
3,5
2,4,6
1,3,5,
7
0
Cs
Ba
Hf
Ta
W
Re
Os
Ir
Pt
Au
Hg
Tl
Pb
Bi
Po
At
Rn
1
2
4
5
2,3,4,
5,6
1,2,4,
6,7
2,3,4,
6,8
2,3,4,
6
2,4
1,3
1,2
1,3
2,4
3,5
2,4
1,3,5,
7
0
Fr
Ra
1
2
Cosmetología
6
Formulación inorgánica. - Moléculas.
Moléculas.
Las
moléculas
se
forman
por
la
unión
de
dos
o
más
átomos
iguales
o
diferentes
entre
si.
Podemos
encontrar
moléculas
muy
sencillas,
en
las
cuales
se
unen
dos
átomos
exactamente
iguales,
como
ocurre
en
el
caso
de
muchos
compuestos
que
en
su
estado
gaseoso
se
presentan
como
moléculas
biatómicas.
Por
ejemplo
el
oxígeno
aparece
como
O2,
el
hidrógeno
como
H2.
Otras
moléculas,
en
cambio,
son
muy
complejas,
con
multitud
de
átomos
diferentes,
pudiendo
llegar
a
varios
miles
en
grandes
macromoléculas
orgánicas.
A
la
hora
de
formar
compuestos,
las
moléculas
se
clasifican
en
dos
grandes
tipos:
inorgánicas
y
orgánicas.
Que
a
su
vez
dan
lugar
a
dos
de
las
grandes
ramas
de
la
química.
Las
moléculas
inorgánicas
son
más
sencillas,
aparecen
espontáneamente
en
la
naturaleza
sin
la
intermediación
de
seres
vivos.
En
cambio
las
orgánicas
se
basan
en
cadenas
de
carbono
a
las
que
se
unen
diferentes
átomos.
Y
la
formulación
de
ambos
tipos
de
moléculas
difiere
en
cuanto
a
su
complejidad
y
en
cuanto
a
sus
normas.
Por
eso
analizaremos
ambas
formulaciones
por
separado.
Formulación
inorgánica.
Introducción.
Para
hacer
más
sencilla
la
formulación
inorgánica,
comenzaremos
por
las
moléculas
más
simples,
es
decir,
por
aquellas
formadas
por
solo
dos
elementos.
Llamaremos
a
uno
de
estos
elementos
M
y
al
otro
X.
Supongamos,
así
mismo,
que
M
tiene
una
valencia
de
valor
a.
Y
que
X
tiene
una
valencia
de
valor
B.
Pues
al
formar
la
molécula,
tendremos
que
poner
la
valencia
de
X
al
elemento
M
y
la
valencia
de
M
al
elemento
X.
Y
la
anotaremos
como
un
número
de
pequeño
tamaño
en
forma
de
subíndice.
Es
decir:
M bX a
En
el
caso
de
que
a
y
b
fuesen
divisibles
por
el
mismo
número,
es
decir,
simplificables,
se
realizará
la
división,
debiendo
ser
los
números
más
pequeños
posible.
A
esto
habrá
varias
excepciones,
cuando
la
simplificación
no
de
lugar
a
la
fórmula
real
de
la
molécula;
esta
situación
se
dará,
como
veremos
más
adelante,
en
el
caso
de
los
peróxidos,
en
los
cuales
tendremos
siempre
dos
oxígenos
y
no
podremos
nunca
simplificarla
más
allá
de
eso.
La
formulación
debe
aportarnos
una
serie
de
reglas
que
nos
permitan
dar
un
nombre
a
esta
molécula
y
que
este
nombre
sea
inequívoco,
es
decir,
que
ninguna
otra
molécula
pueda
llevar
ese
nombre.
Y
también
debe
permitir
que,
conocido
el
nombre
de
una
molécula,
resulte
relativamente
sencillo
deducir
de
qué
molécula
se
trata.
El
organismo
regulador
de
la
formulación
química,
tanto
orgánica
como
inorgánica,
es
la
IUPAC.
Es
la
que
decide
las
reglas
de
formulación.
Cosmetología
7
Formulación inorgánica. - Compuestos binarios.
Sin
embargo,
hay
dos
problemas
que
no
se
han
podido
solventar.
Por
una
parte,
en
formulación
inorgánica
hay
al
menos
tres
maneras
diferentes
de
formular,
que
son
usadas
de
forma
indistinta
y
con
bastante
frecuencia.
Se
denominan
sistemática,
tradicional
y
stock.
Quizás
la
más
reglamentada
sea
la
sistemática,
pero
muchos
compuestos
son
formulados
y
nombrados
con
mucha
frecuencia
por
alguno
de
los
otros
sistemas
y
por
eso
debemos
conocer
al
menos
los
rudimentos
de
los
tres.
Por
otro
lado,
multitud
de
compuestos
tanto
inorgánicos
como
orgánicos
poseen
un
nombre
común
que
se
usa
constantemente.
Por
ejemplo,
el
H2O
es
el
agua,
o
el
NH3
es
el
amoniaco,
sin
que
ningún
sistema
de
formulación
pueda
evitarlo.
También
ocurre
con
moléculas
orgánicas,
como
el
benzeno.
Comencemos
con
la
formulación
inorgánica.
Veremos
los
tipos
más
importantes
de
moléculas
orgánicas
y
la
manera
de
nombrarlos
mediante
los
tres
sistemas
más
usados.
Comenzaremos
por
compuestos
binarios
y
después
pasaremos
a
compuestos
ternarios
y
algunos
cuaternarios.
Compuestos
binarios.
Óxidos
y
anhídridos.
Entendemos
por
óxidos
a
todos
aquellos
compuestos
que
se
forman
por
la
combinación
de
oxígeno
con
cualquier
otro
elemento,
metálico
o
no
metálico.
El
oxígeno
actuará
siempre
con
la
valencia
2
y
el
otro
elemento,
con
cualquiera
de
las
que
pueda
actuar.
El
oxígeno
puede
formularse,
como
hemos
dicho,
tanto
con
elementos
metálicos
como
con
elementos
no
metálicos.
Tradicionalmente,
cuando
se
formula
con
elementos
no
metálicos
se
habla
de
anhídridos.
Esta
diferencia
solo
se
hará
notar
cuando
nombremos
el
compuesto
mediante
la
nomenclatura
tradicional,
ya
que
la
sistemática
y
la
stock
solo
hablan
de
óxidos,
independientemente
de
la
naturaleza
del
compuesto
que
se
formule
con
el
oxígeno.
También
podemos
encontrar
otra
diferencia
a
la
hora
de
nombrar
ambos
tipos
de
compuestos,
aunque
no
afecte
directamente
a
su
formulación.
Y
es
que
se
dice
que
los
óxidos
metálicos
son
óxidos
básicos,
mientras
que
los
óxidos
no
metálicos
son
denominados
óxidos
ácidos.
Comencemos
por
los
óxidos
metálicos.
En
cualquiera
de
las
tres
nomenclaturas
se
nombrarán
como
óxidos.
Sin
embargo,
variará
la
forma
en
la
que
dejemos
de
manifiesto
la
valencia
con
la
que
está
actuando
el
metal
(ya
indicamos
que
el
oxígeno
siempre
actúa
con
la
2).
El
sistema
más
sencillo
es
el
sistemático.
Ya
que
sencillamente,
se
lee
la
fórmula,
sus
componentes,
indicando
la
cantidad
relativa
de
cada
uno
y
comenzando
por
el
oxígeno.
Por
ejemplo:
FeO
es
el
óxido
que
forma
el
oxígeno
con
el
hierro
cuando
este
último
actúa
con
la
valencia
más
baja,
la
valencia
2
(el
hierro
tiene
valencias
2
y
3).
Al
formular
obtendríamos
Fe2O2,
que
se
debe
simplificar,
obteniendo
la
ya
indicada
FeO.
En
la
nomenclatura
sistemática
indicamos
que
hay
un
átomo
de
oxígeno
y
un
átomo
de
hierro:
monóxido
de
hierro.
Se
usan
los
prefijos
mono
para
1,
di
para
2,
tri
para
3,
tetra
para
4,
penta
para
5,
hexa
para
6,
hepta
para
7,
octa
para
8.
El
prefijo
mono
suele
usarse
solo
para
el
primero
de
los
componentes,
Cosmetología
8
Formulación inorgánica. - Compuestos binarios.
entendiéndose
que
el
segundo
será
también
único
si
no
hay
ningún
prefijo
(es
decir,
se
habla
de
monóxido
de
hierro,
dando
a
entender
que
el
hierro
está
solo,
no
hace
falta
decir
monóxido
de
monohierro).
Cuando
el
compuesto
metálico
tiene
una
sola
valencia,
puede
omitirse
el
prefijo
mono.
Por
ejemplo,
el
CaO
puede
nombrarse
como
óxido
de
calcio.
En
el
sistema
stock
nombramos
directamente
como
óxido
del
metal
correspondiente
y
pondremos
entre
paréntesis
y
en
números
romanos
la
valencia
con
la
que
está
actuando
el
metal.
Es
decir,
en
el
caso
del
FeO
hablamos
de
óxido
de
hierro,
pero
debemos
indicar
la
valencia
con
la
que
está
actuando
el
hierro,
para
no
confundirlo
con
el
otro
óxido
de
hierro
posible.
En
este
caso,
el
óxido
de
hierro
(II).
La
otra
fórmula
posible
de
óxido
de
hierro
es
que
este
actúe
con
valencia
3.
Es
decir,
Fe2O3,se
nombraría
por
la
nomenclatura
sistemática
como
trióxido
de
dihierro.
Y
por
la
stock
como
óxido
de
hierro
(III).
Si
el
elemento
que
se
combina
con
el
oxígeno
tiene
una
sola
valencia,
no
debe
indicarse
entre
paréntesis.
Por
ejemplo,
el
CaO,
con
nomenclatura
stock,
es
óxido
de
calcio
y
no
debe
indicarse
la
valencia
entre
paréntesis,
no
es
necesaria
porque
solo
puede
tener
la
2.
Y
por
último,
debemos
analizar
la
nomenclatura
tradicional.
En
ella
seguimos
hablando
de
óxido,
pero
para
indicar
la
valencia
con
la
que
está
actuando
el
metal,
le
añadimos
un
sufijo.
Si
solo
tiene
una
valencia,
el
metal
acabará
en
el
sufijo
–ico.
Por
ejemplo,
el
CaO
se
denominará
óxido
cálcico.
Si
tuviese
dos
valencias,
se
añadiría
el
sufijo
–ico
si
actuase
con
la
mayor
y
el
sufijo
–oso
si
actuase
con
la
menor.
Por
ejemplo,
el
Fe2O3
será
el
óxido
férrico.
El
FeO
será
el
óxido
ferroso.
Si
el
compuesto
tuviese
tres
valencias,
añadiríamos
el
prefijo
hipo‐
antes
del
nombre
y
el
sufijo
–oso
después
para
la
valencia
más
pequeña.
El
sufijo
–oso
para
la
segunda.
Y
el
prefijo
–ico
para
la
más
grande.
Y
su
hubiese
cuatro
valencias,
el
prefijo
hipo‐
y
sufijo
–oso
para
la
más
pequeña.
El
sufijo
–
oso
para
la
segunda.
El
sufijo
–ico
para
la
tercera.
Y
el
prefijo
per‐
y
el
sufijo
–ico
para
la
más
grande.
En
el
caso
de
óxidos
no
metálicos
las
nomenclaturas
sistemática
y
stock
no
varían.
En
cambio
la
tradicional
los
nombrará
como
anhídridos.
Así,
el
CO2
se
nombrará
como
dióxido
de
carbono
por
la
sistemática.
Como
óxido
de
carbono
por
la
stock.
Y
como
anhídrido
carbónico
por
la
tradicional.
Por
poner
otro
ejemplo.
el
Cl2O7
es
un
óxido
en
el
que
el
oxígeno
se
combina
con
un
no
metal,
el
cloro,
actuando
este
último
con
valencia
7.
Por
la
nomenclatura
sistemática,
hablaríamos
del
heptaóxido
de
dicloro.
Por
la
stock
de
oxido
de
cloro
(VII).
Y
por
la
tradicional,
dado
que
el
cloro
está
funcionando
con
su
valencia
más
elevada,
óxido
perclorico.
El
mayor
problema
de
la
nomenclatura
tradicional
es
la
existencia
de
compuestos
en
los
que
alguno
de
sus
elementos
actúa
con
una
valencia
poco
común.
En
ese
caso,
el
compuesto
comienza
a
adoptar
nombres
que
deben
conocerse
de
memoria,
lo
cual
complica
su
formulación.
Cosmetología
9
Formulación inorgánica. - Compuestos binarios.
Por
ejemplo,
las
valencias
más
habituales
del
nitrógeno
son
la
3
y
5.
Por
eso
al
N2O3
se
le
llama
anhídrido
nitroso
y
al
N2O5
anhídrido
nítrico.
Sin
embargo,
al
combinarse
con
el
oxígeno,
también
puede
adoptar
valencia
1
y
formar
el
compuesto
N2O.
A
este
compuesto
no
le
podremos
llamar
anhídrido,
debiendo
llamarle
óxido
nitroso
o
óxido
de
nitrógeno
(I)
por
la
stock.
También
encontraremos
un
óxido
de
nitrógeno
en
el
que
este
actúa
con
valencia
2,
siendo
entonces
el
compuesto
NO.
En
la
nomenclatura
tradicional
se
le
denominará
óxido
nítrico
y
en
la
stock
óxido
de
nitrógeno
(II).
La
cosa
se
complica
más
todavía
cuando
el
nitrógeno
adquiere
la
capacidad
de
actuar
con
valencia
4,
ya
que
puede
formar
dos
moléculas
diferentes,
el
NO2
y
el
N2O4
(por
su
estructura,
no
puede
simplificarse).
El
sistema
tradicional
denomina
la
primero
dióxido
de
nitrógeno
y
al
segundo
tetróxido
de
nitrógeno.
La
stock
no
da
opción
para
diferenciar
moléculas,
ya
que
su
valencia
es
idéntica.
Sin
embargo,
todo
estos
problemas
se
solventan
con
facilidad
usando
la
formulación
sistemática,
ya
que
al
N2O3
se
le
llama
truóxido
de
dinitrógeno,
al
N2O5
pentaóxido
de
dinitrógeno,
al
NO
monóxido
de
nitrógeno,
al
N2O
monóxido
de
dinitrógeno,
al
NO2
dióxido
de
nitrógeno
y
al
N2O4
tetraóxido
de
dinitrógeno.
Cada
compuesto
tiene
su
nombre
y
no
necesitamos
ni
conocer
las
valencias,
ni
conocer
las
excepciones,
ni
aplicar
nombres
tradicionales
que
requieren
ser
aprendidos
de
memoria.
El
único
problema
de
la
nomenclatura
sistemática
es
que,
en
muchos
compuestos,
apenas
se
usa
debido
al
enorme
peso
que
aun
tiene
la
tradición
a
la
hora
de
nombrar
productos
químicos.
Existe
una
excepción
importante
a
la
hora
de
formular
óxidos
y
es
cuando
se
combinan
con
el
flúor.
Se
debe
a
una
propiedad
de
todos
los
elementos,
la
electronegatividad.
El
oxígeno
es
el
elemento
más
electronegativo,
si
exceptuamos
el
flúor.
Y
como
el
flúor
es
más
electronegativo,
en
la
nomenclatura
sistemática
no
podemos
considerarlo
un
óxido,
ya
que
en
esta
el
nombre
debe
partir
del
más
electronegativo.
Por
eso,
las
dos
moléculas
de
oxígeno
y
flúor,
deben
en
primer
lugar,
escribir
primero
el
oxígeno,
siendo
OF2
y
O2F2.
Y
no
se
nombrarán
como
óxidos,
sino
como
fluoruros,
siendo
el
difluoruro
de
oxígeno
y
el
bifluoruro
de
dioxígeno
respectivamente.
Hidruros
e
hidrácidos
Entendemos
por
hidruro
la
combinación
de
hidrógeno
con
algún
otro
elemento
químico.
Este
elemento
puede
ser
un
metal
o
un
no
metal,
obteniendo
compuestos
diferentes
con
propiedades
diferentes.
Los
hidruros
metálicos
no
suelen
presentar
problemas.
Son
combinaciones
en
las
que
el
hidrógeno,
que
siempre
actúa
con
valencia
1,
se
une
a
un
metal,
que
puede
actuar
con
cualquiera
de
sus
valencias.
En
la
nomenclatura
stock,
al
igual
que
en
los
óxidos,
debemos
indicar
entre
paréntesis
cuál
es
la
valencia
con
la
que
está
actuando
el
metal
(siempre
que
tenga
más
de
una
valencia).
Y
en
el
sistema
tradicional,
debemos
indicar
con
prefijos
y
sufijos
si
está
actuando
con
su
valencia
más
grande,
más
pequeña
o
si
las
hubiese,
alguna
de
las
intermedias.
Los
prefijos
y
sufijos
vuelven
a
ser
hipo‐
‐oso
para
la
más
pequeña,
‐oso
para
la
segunda,
‐ico
para
la
tercera
y
per‐
‐ico
para
la
más
grande.
Usando
la
terminación
–ico
si
solo
hay
una
valencia,
‐oso
e
–ico
si
hay
dos
y
hipo‐
‐oso,
‐oso
e
–ico
si
hay
tres.
En
la
nomenclatura
sistemática
volvemos
a
nombrar
la
molécula
según
la
vemos,
indicando
que
se
trata
de
un
hidruro,
poniendo
el
prefijo
delante
del
hidruro
en
función
del
número
de
hidrógenos
de
la
molécula
y
diciendo
después
el
nombre
del
metal.
Veamos
un
ejemplo.
El
hierro
tiene
valencias
2
y
3,
pudiendo
por
tanto
formar
dos
hidruros.
Si
usa
la
valencia
3,
la
más
grande,
el
compuesto
sería
FeH3.
Por
la
nomenclatura
Cosmetología
10
Formulación inorgánica. - Compuestos binarios.
tradicional,
la
denominaríamos
hidruro
férrico.
Por
la
stock,
hidruro
de
hiero
(III).
Y
por
la
sistemática,
trihidruro
de
hierro.
Otro
ejemplo,
ahora
con
el
níquel.
Si
el
compuesto
fuese
NiH2,
¿cómo
lo
denominaríamos?
Por
la
tradicional
debemos
saber
que
el
níquel
tiene
valencias
2
y
3,
por
lo
que
en
este
compuesto
está
actuando
con
la
más
pequeña.
Por
lo
que
será
el
hidruro
niqueloso.
Por
la
stock
debemos
saber
que
tiene
más
de
una
valencia
(si
no,
no
se
pondría
nada
entre
paréntesis)
y
por
eso
lo
denominaríamos
como
hidruro
de
níquel
(II).
Por
la
sistemática,
sencillamente,
dihidruro
de
níquel.
Nótese
que,
si
el
metal
solo
tiene
una
valencia,
la
nomenclatura
stock
y
la
sistemática
coinciden
en
estos
compuestos.
Cuando
la
molécula
se
forma
entre
el
hidrógeno
y
un
no
metal,
la
nomenclatura
sistemática
usa
el
mismo
sistema:
los
denomina
hidruros
indicando
el
número
de
átomos
de
cada
uno
que
hay
en
la
molécula.
Por
ejemplo,
el
SH2
sería
el
dihidruro
de
azufre.
El
ClH,
monohidruro
de
cloro.
Sin
embargo,
en
la
nomenclatura
tradicional
se
nombrará
primero
el
compuesto
no
metálico,
finalizado
en
–uro
seguido
de
la
indicación
de
que
se
mezcla
con
hidrógeno.
Es
decir,
en
los
dos
casos
anteriores
serían
el
sulfuro
de
hidrógeno
y
el
cloruro
de
hidrógeno
concretamente.
Dado
que
el
no
metal
suele
actuar
con
su
valencia
más
pequeña,
no
es
necesario
añadir
ningún
tipo
de
prefijo
o
sufijo.
Los
hidruros
de
los
elementos:
flúor,
cloro,
bromo,
yodo,
azufre,
selenio
y
teluro,
al
disolverse
en
agua,
adquieren
un
marcado
carácter
ácido,
por
lo
que
suele
denominárseles
hidrácidos.
Por
la
nomenclatura
tradicional
se
habla
de
ácido
y
el
nombre
del
no
metal
con
el
sufijo
–hidrico
a
continuación.
Además,
al
escribir
la
fórmula
suelen
invertirse
el
orden
de
los
elementos.
Por
ejemplo,
en
el
caso
de
bromo,
el
BrH
se
formularía
como
HBr
y
se
denominaría
ácido
bromhídrico.
El
del
yodo,
azufre,
H2S
se
denominaría
ácido
sulfhídrico.
Esta
nomenclatura
obliga
a
saberse
de
memoria
unos
cuantos
compuestos
y
elementos,
no
es
cómoda
y
puede
dar
lugar
a
errores.
Sin
embargo,
el
peso
de
la
tradición
hace
que
siga
siendo
la
forma
más
común
para
nombrar
estos
compuestos.
Muchos
hidruros
no
metálicos
poseen
un
nombre
común,
que
se
usa
con
más
frecuencia
que
su
nombre
sistemático.
Por
ejemplo,
nadie
habla
del
trihidruro
de
hidrógeno
cuando
quieren
referirse
al
NH3,
ya
que
todo
el
mundo
lo
conoce
por
amoniaco.
El
compuesto
PH3
se
conoce
como
fosfina,
el
AsH3
arsina,
el
SbH3
estibina,
el
BH3
borano,
el
SiH4
silano,
el
CH4
metano
y
el
H2O
agua.
Sales
binarias.
Las
sales
binarias
son
compuestos
binarios
en
los
que
se
mezcla
un
metal
y
un
no
metal.
Al
escribir
el
compuesto,
en
la
fórmula
debemos
escribir
primero
el
metal
y
después
el
no
metal.
Y
para
nombrarlo,
se
añade
el
sufijo
–uro
al
no
metal
y
se
continúa
nombrando
al
metal.
En
la
mayor
parte
de
las
sales
binarias
el
no
metal
funciona
con
la
valencia
más
pequeña.
El
metal
puede
funcionar
con
cualquiera
de
ellas.
Y
esto
diferenciará
los
tres
sistemas
de
nomenclatura,
tradicional,
stock
y
sistemática.
Por
ejemplo,
cuando
el
hierro
se
une
al
cloro
se
pueden
formar
dos
compuestos
diferentes
en
función
de
si
el
hierro
actúa
con
la
valencia
2
ó
3.
Supongamos
que
en
este
caso,
actúa
con
la
3.
El
compuesto
sería
FeCl3.
Y
se
nombraría
como
cloruro
férrico
mediante
la
nomenclatura
tradicional,
como
cloruro
de
hierro
(III)
mediante
la
stock
y
como
tricloruro
de
hierro
mediante
la
sistemática.
Cosmetología
11
Formulación inorgánica. - Compuestos ternarios.
El
otro
compuesto,
el
FeCl2,
sería
el
cloruro
ferroso
por
la
tradicional,
cloruro
de
hierro
(II)
por
la
stock
y
dicloruro
de
hierro
por
la
stock.
Es
decir,
las
reglas
son
las
mismas
que
en
el
resto
de
compuestos.
Compuestos
binarios
entre
no
metales.
La
combinación
de
compuestos
no
metálicos
entre
si
forman
compuestos
binarios
relativamente
frecuentes.
A
nivel
de
formulación,
es
como
si
uno
actuase
como
metal
y
el
otro
como
no
metal.
¿Cómo
saber
cuál
debemos
hacer
actuar
como
metal
y
como
no
metal?
Por
su
posición
en
la
tabla
periódica.
El
elemento
que
se
encuentre
más
al
final
de
la
siguiente
lista
actuará
como
no
metal:
B
–
Si
–
C
–
Sb
–
As
–
P
–
N
–
H
–
Te
–
Se
–
S
–
At
–
I
–
Br
–
Cl
–
O
–
F
Por
ejemplo,
si
se
combinasen
el
fósforo
y
el
cloro,
el
cloro
se
consideraría
el
no
metal
y
el
fósforo
el
metal.
Imaginemos
que
el
fósforo
actúa
con
la
valencia
3.
El
compuesto
se
formularía
como
PCl3.
Y
siguen
vigentes
las
tres
nomenclaturas.
Según
la
tradicional
estaríamos
hablando
del
cloruro
fosforoso.
Según
la
stock
del
cloruro
de
fósforo
(III).
Y
según
la
sistemática
tricloruro
de
fósforo.
Compuestos
binarios
entre
metales.
Los
compuestos
metálicos
pueden
unirse
entre
si.
Hablamos
de
aleaciones.
Forman
combinaciones
muy
variadas
y
no
cumplen
las
reglas
de
las
valencias
en
su
formulación.
En
la
fórmula
se
coloca
primero
el
que
se
encuentre
mas
a
la
izquierda
y
más
arriba
(por
ese
orden),
es
decir,
el
de
menor
número
atómico.
Dada
su
complejidad,
no
entraremos
en
su
formulación.
Compuestos
ternarios.
Hidróxidos.
Se
formulan
por
la
combinación
entre
un
metal
y
un
grupo
(OH),
denominado
grupo
hidroxi
o
grupo
hidróxido.
El
grupo
(OH)
se
coloca
al
final
de
la
fórmula,
entre
paréntesis
y
con
la
valencia
del
metal
debajo
del
paréntesis
del
grupo
(OH).
Bajo
el
metal
no
se
coloca
ningún
número,
ya
que
el
grupo
(OH)
actúa
como
un
elemento
con
valencia
1.
La
fórmula,
por
lo
tanto,
sería
M(OH)a.
Podemos
nombrar
el
compuesto
mediante
las
tres
nomenclaturas,
la
tradicional,
la
stock
y
la
sistemática.
En
las
tres
hablamos
de
hidróxido,
pero
en
la
tradicional
indicamos
la
valencia
del
metal
con
los
prefijos
y
sufijos
(hipo‐
‐oso,
‐oso,
‐ico
y
per‐
‐ico,
como
siempre).
En
la
stock
indicamos
la
valencia
del
metal
entre
paréntesis
y
en
números
romanos.
Y
en
la
sistemática
indicamos
el
número
de
hidroxilos
que
tiene
la
fórmula.
Así,
el
hierro
puede
formar
hidróxidos
con
la
valencia
2
y
la
3.
Cuando
usa
la
2
el
hidróxido
es
el
Fe(OH)2.
Y
hablaremos
de
hidróxido
ferroso
según
la
tradicional.
Hidróxido
de
hierro
(II)
según
la
stock.
Y
dihidróxido
de
hierro
según
la
sistemática.
Cosmetología
12
Formulación inorgánica. - Compuestos ternarios.
Con
la
valencia
3,
Fe(OH)3.
Hablaremos
de
hidróxido
férrico
en
la
tradicional.
Hidróxido
de
hierro
(III)
en
la
stock.
Y
trihidróxido
de
hierro
en
la
sistemática.
Si
el
compuesto
tiene
una
sola
valencia,
en
la
tradicional
se
usa
el
sufijo
–ico
y
en
la
stock
se
suprime
el
paréntesis
y
la
valencia.
Así,
si
el
metal
es
el
calcio
tendremos
Ca(OH)2
y
se
nombrará
como
hidróxido
cálcico
en
la
tradicional,
hidróxido
de
calcio
en
la
stock
y
dihidroxido
de
calcio
en
la
sistemática.
Oxácidos.
Los
oxácidos,
o
ácidos
ternarios,
son
compuestos
relativamente
comunes,
con
marcado
carácter
ácido,
como
su
nombre
indica
y
formados
por
la
combinación
de
hidrógeno
y
oxígeno
generalmente
con
un
no
metal
(aunque
algunos
metales,
como
el
manganeso,
el
cromo
o
el
vanadio
pueden
formar
ácidos)
con
la
fórmula
general:
HaXbOc.
Obtener
la
fórmula
de
los
oxácidos
es
relativamente
fácil.
Basta
con
sumar
a
un
óxido
una
molécula
de
agua
o,
en
algunos
casos,
dos
o
tres
moléculas
de
agua.
Veamos
un
ejemplo.
Partimos
por
ejemplo
del
óxido
de
azufre
en
el
que
este
último
está
actuando
con
valencia
6.
La
fórmula
de
este
óxido
sería
S2O6,
es
decir,
simplificando,
SO3.
Pues
bien:
SO3
+
H2O
→
H2SO4
y
esta
es
la
fórmula
del
ácido.
¿Cómo
nombrarlo?
Volvemos
a
poder
optar
por
una
nomenclatura
sistemática,
que
intenta
reproducir
directamente
la
fórmula
y
por
un
sistema
tradicional,
que
usa
los
mismos
prefijos
y
sufijos
que
en
el
caso
de
los
óxidos.
Además,
hay
un
tercer
sistema
que
no
corresponde
exactamente
al
sistema
stock
y
que
se
denomina
sistemática
funcional.
Por
desgracia,
el
sistema
más
usado
con
mucha
diferencia
es
la
tradicional,
que
es
con
diferencia
la
más
complicada
y
la
que
plantea
más
excepciones
y
exige
conocer
más
valencias
y
compuestos
de
memoria.
En
el
sistema
tradicional
se
aplican
los
mismos
prefijos
y
sufijos
que
los
usados
para
formar
el
óxido
del
que
deriva
el
ácido.
Como
es
una
mezcla
de
oxígeno
con
no
metal,
según
la
nomenclatura
tradicional
solemos
partir
de
anhídridos.
En
el
caso
del
ejemplo
anterior,
el
óxido
correspondiente,
el
SO3,
es
aquel
en
el
que
el
azufre
trabaja
con
la
mayor
de
sus
valencias.
Por
lo
tanto
es
el
anhídrido
sulfúrico.
Y
como
es
el
ácido
derivado
del
anhídrido
sulfúrico,
lo
denominaremos
ácido
sulfúrico.
Otro
ejemplo.
Si
tenemos
el
anhídrido:
Cl2O3
sabemos
que
el
cloro
está
funcionando
con
la
valencia
3
y
que
posee
las
valencias
1,
3,
5
y
7.
Es,
por
lo
tanto,
la
segunda
valencia
más
pequeña.
Por
eso
se
trata
del
anhídrido
cloroso.
Para
formar
un
ácido,
se
le
sumará
agua,
de
forma
que:
Cl2O3
+
H2O
→
H2Cl2O4
que
simplificado
quedaría
HClO2,
que
puesto
que
parte
del
anhídrido
cloroso
se
denominará
ácido
cloroso.
Ya
hemos
indicado
que
algunos
ácidos
se
formulan
sumando
más
de
una
molécula
de
agua
y
debe
indicarse
de
alguna
manera.
Los
ácidos
que
forman
los
anhídridos
de
fósforo,
arsénico
y
antimonio
pueden
sumar
una,
dos
o
tres
moléculas
de
agua.
Y
en
su
nombre,
debe
quedar
constancia.
En
la
nomenclatura
tradicional
lo
que
hacemos
es
añadir
un
prefijo
al
nombre
del
ácido:
meta‐
si
se
suma
una
molécula
de
agua,
piro‐
si
se
suman
dos
moléculas
de
agua
y
–orto
si
se
suman
tres.
Si
no
aparece
ningún
sufijo,
en
estos
tres
ácidos
se
sobreentiende
que
nos
encontramos
ante
la
forma
–orto,
ya
que
es
la
más
común.
Cosmetología
13
Formulación inorgánica. - Compuestos ternarios.
Veamos
los
tres
ejemplos.
Partimos
de
un
anhídrido
de
fósforo
en
el
que
éste
funciona
con
la
valencia
3,
la
más
pequeña.
La
fórmula
del
anhídrido
es
P2O3
y
se
denomina
anhídrido
fosforoso
(es
la
valencia
más
pequeña
del
fósforo).
Ahora
podemos
sumarle
una,
dos
o
tres
moléculas
de
agua.
P2O3
+
H2O
→
H2P2O4
=
HPO2
y
se
nombraría
ácido
metafosforoso.
P2O3
+
2
H2O
→
H4P2O5
y
se
nombraría
ácido
pirofosforoso.
P2O3
+
3
H2O
→
H6P2O6
=
H3PO3
se
nombraría
ácido
ortofosforoso
o
ácido
fosforoso.
La
nomenclatura
sistemática
es
de
más
sencilla
aplicación
y
no
difiere
a
la
hora
de
nombrar
ácidos
según
el
número
de
moléculas
de
agua
que
se
adicionan.
Se
trata,
como
siempre,
de
nombrar
lo
que
se
ve
en
la
fórmula
prescindiendo
del
hidrógeno,
con
el
sufijo
final
–ato,
comenzando
por
el
oxígeno.
No
se
indica
el
número
de
hidrógenos,
sino
que
se
indica
la
valencia
con
la
que
funciona
el
no
metal
entre
paréntesis.
En
los
tres
ejemplos
anteriores,
al
ácido
metafosfórico
se
nombraría
como
dioxofosfato
(III)
de
hidrógeno.
El
ácido
pirofosforoso
se
denominará
por
la
nomenclatura
tradicional
como
pentaoxodifosfato
(III)
de
hidrógeno.
Y
por
último
el
fosforoso
u
ortofosforoso
se
nombraría
trioxofosfato
(III)
de
hidrógeno.
Otro
ejemplo,
el
ácido
sulfúrico,
H2SO4
se
nombraría
como
tetraoxosulfato
(VI)
de
hidrógeno.
Existe
un
tercer
tipo
de
nomenclatura,
que
en
el
caso
de
oxácidos
se
denomina
sistemática
funcional.
Es
similar
a
la
sistemática,
pero
comenzando
por
la
palabra
ácido
y
terminando
el
grupo
con
el
sufijo
–ico,
añadiendo
entre
paréntesis
la
valencia
del
no
metal
y
prescindiendo
de
nombrar
al
hidrógeno,
que
se
presupone
al
tratarse
de
un
ácido.
Es
decir,
con
los
ejemplos
anteriores,
el
ácido
metafosforoso
se
nombraría
ácido
dioxofosfórico
(III).
El
ácido
pirofosfórico
sería
el
ácido
pentaoxidifosfórico
(III).
El
ortofosfórico
será
el
ácido
trioxofosforico
(III).
El
ácido
sulfúrico
se
podría
nombrar
como
ácido
tetraoxisulfúrico
(VI).
Como
vemos,
es
trascendental
saber
calcular
la
valencia
con
la
que
trabaja
el
no
metal
en
la
nomenclatura
tradicional
o
el
número
de
hidrógenos
que
debemos
añadir
en
las
nomenclaturas
sistemática
y
sistemática
funcional.
Los
cálculos
son
muy
sencillos.
Dada
una
fórmula
cualquiera,
HaXbOc
la
valencia
del
no
metal
se
calcularía
multiplicando
por
2
el
número
de
oxígenos,
es
decir,
c
y
le
restamos
el
número
de
hidrógenos,
es
decir,
a.
Y
dividimos
el
resultado
por
el
número
del
elemento
no
metálico,
es
decir,
b.
En
resumen:
valencia
de
X
=
(2*c
–
a)
/
b.
Por
ejemplo,
en
el
ácido
sulfúrico,
H2SO4
se
calcularía:
Valencia
azufre
=
(2*4
–
2)
/
1
=
6.
En
el
caso
del
ácido
pirofosforoso:
H4P2O5
Valencia
del
fósforo
=
(2*5
–
4)
/
2
=
6/2
=
3
Cosmetología
14
Formulación inorgánica. - Compuestos ternarios.
El
caso
opuesto
es
también
sencillo
de
solventar.
Es
decir,
si
nos
dan
la
fórmula
sistemática
o
sistemática
funcional,
indicándonos
la
valencia
del
no
metal,
es
muy
fácil
calcular
el
número
de
hidrógenos,
ya
que
nos
dicen
también
la
cantidad
de
oxígeno
y
de
no
metal
que
tiene
la
fórmula.
Por
ejemplo,
si
nos
hablan
del
ácido
fosforoso,
que
se
nombraría
como
trioxosufurato
(IV)
de
hidrógeno,
sabemos
que
el
ácido
posee
tres
átomos
de
oxígeno
y
no
de
azufre
con
valencia
4.
¿Cuántos
hidrógenos
necesito?
Fácil:
número
de
hidrógenos
=
c*2
–
b*valencia
no
metal.
En
el
caso
que
nos
ocupa:
HaSO3
solo
tenemos
que
calcular
a.
Sabemos
que
el
azufre
funciona
con
valencia
6.
Por
lo
tanto:
a
=
3*2
–
4*1
=
6
–
4
=
2.
Por
lo
tanto,
hay
dos
hidrógenos
por
lo
que
la
f´órmula
es
H2SO3.
Con
la
nomenclatura
sistemática
funcional
la
mecánica
es
la
misma.
Existen
algunos
ácidos
especiales,
que
suponen
una
excepción
a
la
fórmula
general.
Se
debe
a
que
están
constituidos
por
hidrógeno,
oxígeno
y
un
metal.
Son
especialmente
importantes
los
ácidos
de
los
metales
Cromo,
Manganeso
y
Vanadio.
Veremos
como
ejemplos
los
dos
primeros.
El
cromo
puede
formar
ácidos
funcionando
con
la
valencia
6.
El
ácido
formado
tendría
la
siguiente
fórmula:
Cr2O6
=
CrO3
+
H2O
→
H2CrO4.
Por
el
tradicional,
hablamos
de
ácido
crómico.
En
la
sistemática,
tetraoxocromato
(VI)
de
hidrógeno.
Y
en
la
sistemática
funcional,
ácido
tetraoxocrómico
(VI).
El
manganeso
puede
funcionar
con
valencias
6
y
7.
Por
lo
tanto
se
formularán
dos
ácidos
diferentes.
Funcionando
con
la
valencia
6,
sería
de
la
siguiente
forma:
Mn2O6
=
MnO3
+
H2O
→
H2MnO4.
Por
la
tradicional,
se
le
denomina
ácido
mangánico.
Por
la
sistemática,
tetraoxomanganato
(VI)
de
hidrógeno.
Y
por
la
sistemática
funcional
ácido
tetraoxomangánico
(VI).
Cuando
funciona
con
la
valencia
7:
Mn2O7
+
H2O
→
H2Mn2O8
=
HMnO4.
Por
la
tradicional
se
le
denomina
ácido
permangánico.
Por
la
sistemática
se
le
denomina
tetraoxomanganato
(VII)
de
hidrógeo.
Y
por
la
sistemática
funcional
le
llamaremos
ácido
tetraoxomangánico
(VII).
Existen
ácidos
derivados
de
combinaciones
moleculares
que
no
responden
exactamente
a
estas
leyes
de
valencia.
No
los
estudiaremos,
por
sobrepasar
los
contenidos
del
curso.
No
obstante,
en
cualquier
caso,
serían
fáciles
de
nombrar
por
la
nomenclatura
sistemática
y
si
nos
apareciese
una
fórmula
sistemática
de
alguno
de
ellos,
tampoco
tendríamos
dificultades
en
formularla
correctamente.
Por
ejemplo,
el
compuesto
H2S2O5
se
nombra
tradicionalmente
como
ácido
disulfuroso,
nombre
que
tendríamos
que
saber
de
memoria
si
necesitásemos
conocer
el
compuesto.
En
cambio,
es
fácil
obtener
un
nombre
por
la
nomenclatura
sistemática.
Sabemos
que
el
azufre
está
trabajando
con
la
valencia
4,
ya
que
(5*2
–
2)/2
=
4.
Por
lo
tanto,
lo
llamaríamos
pentaoxodisulfato
(IV)
de
hidrógeno.
Sales
ternarias.
Las
sales
ternarias
parten
de
la
sustitución
del
hidrógeno
o
hidrógenos
de
un
ácido
ternario
por
algún
metal.
La
fórmula
general
sería:
Ma(XbOc)d
Cosmetología
15
Formulación inorgánica. - Compuestos ternarios.
Correspondiendo
a
al
número
de
hidrógenos
que
poseía
el
ácido
y
d
a
la
valencia
del
metal.
Si
esa
valencia
fuese
1,
no
se
escribiría
(como
siempre)
y
se
quitará
el
paréntesis.
Y
si
a
y
d
son
divisibles
por
el
mismo
número,
es
decir,
simplificables,
se
simplificarían
(si
tras
la
simplificación
d
vuelve
a
ser
1,
se
elimina
el
paréntesis).
Por
ejemplo:
En
el
H2SO4
sustituimos
el
H
por
Ca.
Ca2(SO4)2
simplificamos
CaSO4.
Otro
ejemplo
HClO
sustituimos
H
por
Mg:
Mg(ClO)2
A
la
hora
de
nombrarlas,
volvemos
a
tener
los
tres
sistemas,
el
sistemático,
el
tradicional
y
la
nomenclatura
stock.
Debemos
tener
en
cuenta
que
el
metal
puede
actuar
con
cualquiera
de
sus
valencias,
lo
cual
debe
ser
indicado.
En
el
caso
de
la
nomenclatura
tradicional,
que
sigue
siendo
la
más
compleja,
pero
la
más
usada,
partimos
del
nombre
del
ácido.
Pero
sustituimos
su
sufijo.
Cambiamos
el
sufijo
–oso
por
el
sufijo
–ito
y
el
sufijo
–ico
por
el
sufijo
–ato.
Y
en
caso
de
que
el
metal
tuviese
varias
valencias,
usamos
los
sufijos
–oso
e
–ico
(y
en
su
caso
los
prefijos
–hipo
y
–per)
para
indicar
si
está
actuando
con
su
valencia
mayor
o
más
pequeña.
Si
solo
tiene
una
valencia,
usamos
el
sufijo
–ico
como
hemos
hecho
siempre.
En
el
ejemplo
del
CaSO4
sabemos
que
parte
del
ácido
sulfúrico.
Por
lo
cual
cambiamos
el
sufijo
–ico
por
el
sufijo
–ato.
Y
hablamos
entonces
de
sulfato
cálcico.
En
el
ejemplo
del
Mg(ClO)2
hemos
partido
del
ácido
hipocloroso.
Por
lo
cual,
cambiando
–
oso
por
–ito,
hablaríamos
del
hipoclorito
de
magnesio
o
magnésico.
Si
en
vez
de
magnesio
el
metal
fuese
hierro,
tendríamos
que
indicar
si
la
valencia
que
usa
es
la
2
ó
la
3.
Y
el
Fe(ClO)2
sería
el
hipoclorito
ferroso.
El
Fe(ClO)3
sería
el
hipoclorito
férrico.
La
nomenclatura
stock
sería
exactamente
igual
a
la
tradicional,
pero
en
este
caso,
en
lugar
de
ponerle
un
sufijo
–ico
u
–oso
al
metal,
indicaríamos
la
valencia
entre
paréntesis.
Es
decir,
el
Fe(ClO)2
sería
el
hipoclorito
de
hierro
(II)
y
el
Fe(ClO)3
sería
el
hipoclorito
de
hierro
(III).
La
nomenclatura
sistemática
describirá
la
fórmula.
Su
sistema
es
exactamente
igual
que
el
de
el
ácido,
solo
que
sustituimos
el
hidrógeno
por
el
metal
correspondiente.
Y
si
este
metal
tuviese
varias
valencias,
indicaríamos
su
valor
entre
paréntesis
y
con
números
romas.
Así,
el
CaSO4
se
denominaría
tetraoxosulfato
(VI)
de
calcio.
El
Mg(ClO)2
se
llamaría
monoxoclorato
(I)
de
magnesio.
El
Fe(ClO)2
sería
el
monoxoclorato
(I)
de
hierro
(II).
Y
el
Fe(ClO)3
sería
el
monoxoclorato
(I)
de
hierro
(III).
Cuando
el
valor
del
paréntesis
es
diferente
de
1
puede
también
indicarse,
variando
la
manera
de
nombrarlo
y
pudiendo
prescindir
así
de
indicar
la
valencia
del
metal.
Cuando
ese
valor
es
un
1,
se
escribe
el
prefijo
bis.
Si
es
2,
bis.
Si
es
3,
tris.
Si
es
4,
tetraquis,.
Por
ejemplo,
el
Mg(ClO)2
se
podría
lamar
bis(monoxoclorato
(I))
de
magnesio.
El
Fe(ClO)3
sería
el
tris(monoxoclorato
(I))
de
hierro.
Cosmetología
16
Formulación inorgánica. - Compuestos cuaternarios.
Compuestos
cuaternarios.
Sales
ácidas.
En
las
sales
ácidas,
al
igual
que
en
las
sales,
se
sustituye
hidrógeno
por
un
metal.
Pero
en
lugar
de
sustituir
todos
los
hidrógenos,
sustituimos
solo
una
parte,
quedando
algún
hidrógeno
sin
sustituir.
La
fórmula
general
sería:
Me(HfXbOc)d
Debiendo
darse
la
circunstancia
de
que
e
+
f
=
a;
es
decir,
que
el
número
de
hidrógenos
que
queda
más
el
número
de
hidrógenos
que
se
sustituyen
es
igual
al
número
de
hidrógenos
que
tenía
al
principio
(es
un
cambio
de
parte
de
hidrógeno
por
metal,
pero
no
añado
nada
nuevo).
El
valor
d
vuelve
a
ser
la
valencia
del
metal.
Si
el
número
e
y
el
número
d
son
divisibles,
se
simplifica
la
fórmula.
Se
verá
mejor
con
un
ejemplo.
Partimos
del
H2SO4
sustituimos
uno
de
los
hidrógenos
por
calcio.
Y
quedaría:
Ca(HSO4)2.
En
el
caso
de
ácidos
como
el
fosfórico,
H3PO4
tenemos
la
opción
de
cambiar
uno
o
dos
hidrógenos
para
obtener
la
sal
ácida.
En
el
ejemplo
con
el
calcio
obtendríamos
Ca(H2PO4)2
si
sustituimos
uno
de
los
hidrógenos
por
calcio.
O
tendríamos
Ca2(HPO4)2
que
se
simplificaría
como
CaHPO4
si
sustituimos
dos
de
los
hidrógenos
por
calcio
(lógicamente,
si
sustituimos
los
tres
tendremos
la
sal
ternaria,
no
sería
una
sal
ácida).
A
la
hora
de
nombrarla,
tenemos
las
mismas
opciones
que
en
la
sales
binarias
y
su
formulación
es
muy
similar.
Por
la
nomenclatura
tradicional,
el
sistema
de
cambio
de
sufijos
es
el
mismo,
el
nombre
de
la
sal
es
muy
similar,
solo
tengo
que
indicar
que
se
trata
de
una
sal
ácida.
Para
ello
puedo
optar
por
varias
opciones.
Puedo
añadir
la
palabra
“ácido”
al
nombre
de
la
sal,
indicando
así
que
conserva
uno
de
sus
hidrógenos.
En
el
caso
del
Ca(HSO4)2
sabemos
que
proviene
del
ácido
sulfúrico.
Entonces
sería
un
sulfato
y
como
conserva
un
hidrógeno
se
denominaría
sulfato
ácido
de
calcio.
Otra
opción
de
nomenclatura
tradicional
es
añadir
la
palabra
hidrógeno
antes
del
nombre
de
la
sal,
indicando
así
que
lleva
un
hidrógeno.
Así,
en
el
ejemplo
anterior
hablaríamos
de
hidrogeno
sulfato
de
calcio
(o
cálcico).
Una
tercera
opción,
más
compleja
pero
usada
en
ocasiones,
es
añadir
el
prefijo
–bi
al
nombre
de
la
sal.
Así,
esta
sal
se
llamaría
bisulfato
de
calcio.
¿Y
como
nombrar
por
la
tradicional
si
se
pueden
sustituir
varios
hidrógenos?
Pues
indicando
el
número
de
hidrógenos
que
quedan
de
alguna
manera.
Por
ejemplo,
si
hemos
optado
por
la
opción
de
añadir
la
palabra
ácido,
se
usa
ácido
cuando
queda
un
hidrógeno,
diácido
cuando
quedan
dos,
triácido
cuando
quedan
tres,
etc.
Cosmetología
17
Formulación orgánica. - Otros compuestos inorgánicos.
En
el
caso
del
Ca(H2PO4)2
se
denominaría
fosfato
diácido
de
calcio.
Frente
a
CaHPO4
(en
este
hay
que
simplificar
la
fórmula)
que
se
denominaría
fosfato
ácido
de
calcio.
En
el
caso
de
añadir
la
palabra
hidrógeno,
pues
lo
mismo.
Añadimos
di‐
si
hay
dos
hidrógenos,
tri‐
si
hay
tres,
etc.
Por
ejemplo,
el
Ca(H2PO4)2
se
denominaría
dihidrógeno
fosfato
de
calcio
(o
cálcico)
y
el
CaHPO4
que
se
denominaría
hidrógeno
fosfato
cálcico.
El
caso
del
bi‐
solo
se
aplicará
en
casos
en
que
no
aparezca
esta
duda.
El
metal
puede
tener
varias
valencias
y
debe
indicarse,
como
en
el
caso
de
las
sales
ácidas,
bien
con
el
sufijo
–ico
u
–oso,
bien
con
un
número
entre
paréntesis
en
el
caso
de
la
nomenclatura
stock.
Por
ejemplo,
el
Fe2(HPO4)3
sería
el
fosfato
ácido
de
hierro
(III)
o
fosfato
ácido
ferrico.
En
la
nomenclatura
sistemática
es
mucho
más
sencillo.
Se
indica
en
el
nombre
de
la
sal
la
presencia
de
hidrógenos
y
la
cantidad
de
los
mismos.
Por
ejemplo,
el
FeHPO4
sería
el
hidrógenotetraoxofosato
(V)
de
hierro
(II).
Otro
ejemplo,
el
Ca(H2PO4)2
se
denominaría
dihidrógenotetraoxofosfato
(V)
de
calcio
ó
como
vimos
en
al
caso
de
las
sales,
bis(dihidrógenotetraoxofosfato
(V))
de
calcio.
Otros
compuestos
inorgánicos.
Peróxidos.
Los
peróxidos
son
compuestos
químicos
binarios
en
los
cuales
encontramos
un
grupo
O2
que
actúa
como
un
solo
elemento
con
valencia
2.
Este
grupo
O2
se
une
a
otro
elemento
que,
en
general,
será
un
metal.
Dado
que
el
grupo
O2
actúa
como
un
solo
elemento,
no
puede
ser
simplificado,
nunca
debe
desaparecer
el
2
de
debajo
del
oxígeno.
Ejemplos,
Li2O2.
Debe
quedar
así,
no
puede
simplificarse.
Aunque
podría
nombrarse
como
dióxido
de
dilitio,
se
usa
siempre
la
nomenclatura
tradicional,
hablando
de
peróxido
de
litio.
El
Ca2(O2)2
se
simplificaría,
quedando
CaO2
y
se
hablará
de
peróxido
de
calcio.
El
peróxido
más
común
y
utilizado
industrialmente
es,
con
diferencia
el
peróxido
de
hidrógeno:
H2O2.
Formulación
orgánica.
Introducción.
Características
generales
de
la
química
orgánica.
La
formulación
orgánica
se
basa
en
la
formación
de
cadenas
de
esqueleto
carbonado,
es
decir,
carbonos
unidos
unos
a
otros
formando
cadenas,
de
longitud
y
ramificación
variable.
Cosmetología
18
Formulación orgánica. - Introducción.
El
carbono
es
un
átomo
capaz
de
forma
cuatro
enlaces
covalentes
a
su
alrededor,
lo
que
gráficamente
se
representa
como:
Los
carbonos
pueden
unirse
entre
si
por
medio
de
estos
enlaces,
formando,
como
indicamos,
cadenas
lineales
o
ramificadas.
Al
final,
tras
formar
la
cadena,
no
pueden
quedar
enlaces
libres.
Los
enlaces
libres
deben
ser
rellenados.
Lo
más
habitual
es
rellenarlos
con
hidrógeno,
quedando
por
lo
tanto
cadenas
de
carbono
completadas
con
hidrógeno,
es
decir,
cadenas
hidrocarbonadas:
Resulta
sencillo,
ya
que
el
hidrógeno
solo
puede
formar
un
enlace.
Por
lo
tanto,
cada
enlace
libre
del
carbono
es
rellenado
por
un
enlace
libre
del
hidrógeno.
Pero
en
las
moléculas
pueden
aparecer
otros
elementos,
que
formarán
sus
correspondientes
enlaces.
Por
ejemplo,
puede
aparecer
oxígeno
(que
forma
dos
enlaces),
azufre
(dos
enlaces),
nitrógeno
(tres
enlaces),
etc.
Además,
en
lugar
de
formar
un
enlace
sencillo,
pueden
formarse
enlaces
múltiples,
dobles
y
triples
enlaces.
Es
decir,
dos
carbonos
pueden
unirse
entre
si
mediante
un
enlace
doble,
quedando
entonces
cada
uno
con
dos
enlaces
libres:
O
formar
enlaces
triples,
uniéndose
por
tres
enlaces
y
quedando
un
solo
enlace
libre
al
carbono.
Los
enlaces
múltiples
también
pueden
darse
entre
el
carbono
y
cualquier
otro
elemento,
por
ejemplo,
entre
el
carbono
y
el
oxígeno
pueden
formarse
enlaces
dobles
(en
este
caso
no
pueden
formarse
triples,
ya
que
el
oxígeno
solo
tiene
dos
enlaces).
Cosmetología
19
Formulación orgánica. - Introducción.
Representación
gráfica
de
las
moléculas.
Hemos
visto
como
representar
las
moléculas
orgánicas.
En
cambio,
esta
forma
tan
extendida
daría
lugar
a
representaciones
enormes
en
el
caso
de
que
la
molécula
tuviese
un
gran
tamaño.
Por
eso
se
escriben
las
fórmulas
reducidas.
Para
representar
a
un
carbono
que
tiene
unidos
tres
hidrógenos,
se
escribirá
CH3.
Para
la
unión
de
carbono
con
oxígeno,
CO.
Es
decir,
agrupamos
los
compuestos
e
indicamos
el
número
de
hidrógenos.
Por
ejemplo,
el
caso
del:
Se
nombraría
sencillamente
CH3
–
CH2
–
CH3
Si
hay
dobles
o
triples
enlaces,
puede
expresarse
sencillamente
poniendo
dos
líneas
entre
los
dos:
CH2
=
CH
–
CH3
por
ejemplo.
Los
grupos
con
otro
tipo
de
elementos
se
denominan
grupos
funcionales,
suelen
tener
estructuras
que
se
repiten
de
forma
habitual
y
por
eso
suelen
tener
su
propia
abreviatura.
Por
ejemplo,
en
el
caso
que
vimos
antes:
El
grupo
de
oxígeno
unido
a
un
carbono
con
hidrógeno
de
esta
forma,
en
un
extremo
de
la
molécula,
se
denominará
grupo
aldehido
y
se
abrevia
‐
CHO.
De
esta
forma,
la
fórmula
será
CH3
–
CHO.
Otra
opción
es
dibujar
la
fórmula
según
líneas
quebradas
o
en
zig‐zag.
Es
muy
sencillo
y
cómodo
cuando
uno
se
acostumbra,
pero
complicado
de
ver
cuando
empezamos.
Las
líneas
representan
los
enlaces.
Las
esquinas
o
ángulos,
representan
los
carbonos.
El
resto
de
elementos,
Cosmetología
20
Formulación orgánica. - Cadenas hidrocarbonadas sin grupos funcionales.
deben
indicarse
en
la
molécula.
Excepto
los
hidrógenos,
que
no
se
ponen
salvo
que
estén
unidos
a
un
elemento
diferente
al
carbono.
Y
se
sobreentiende
que
todos
los
carbonos
a
los
que
les
falten
enlaces
por
cubrir,
están
unidos
a
hidrógeno
hasta
completar
esos
enlaces.
Veamos
algunos
ejemplos:
Esta
se
podría
dibujar
como:
Otro
ejemplo
un
poco
más
complicado:
Sería:
Cadenas
hidrocarbonadas
sin
grupos
funcionales.
Características
generales.
Incluiremos,
dentro
de
esta
sección,
a
todos
aquellos
compuestos
orgánicos
compuestos
por
una
cadena
de
carbonos,
lineal
o
ramificada
y
completada
con
hidrógenos.
Pueden
aparecer
enlaces
dobles
o
triples.
Y
las
cadenas
pueden
cerrarse
sobre
si
mismas
formando
compuestos
cíclicos.
También
hablaremos
de
un
tipo
especial
de
cadenas
hidrocarbonadas
en
las
que,
en
lugar
de
hidrógeno,
se
le
añade
algún
compuesto
halógeno
(que
el
igual
que
el
hidrógeno,
solo
ocupan
uno
de
los
enlaces
del
carbono).
Cosmetología
21
Formulación orgánica. - Cadenas hidrocarbonadas sin grupos funcionales.
Alcanos.
Se
conoce
por
alcano
a
aquella
cadena
hidrocarbonatada
en
la
que
no
aparecen
ni
dobles
enlaces
ni
ningún
tipo
de
grupo
funcional
o
sustituyente.
Es
decir,
es
una
cadena
de
carbonos,
lineal
o
ramificada,
saturada
con
hidrógenos.
Si
la
cadena
es
lineal,
nombrarán
en
función
del
número
de
carbonos
presentes
con
la
terminación
final
–ano.
El
número
de
carbonos
se
expresa
de
la
siguiente
forma:
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
El
prefijo
para
indicar
un
carbono
es
met‐.
Por
lo
tanto,
hablaríamos
de
metano.
El
prefijo
para
indicar
dos
carbonos
es
et‐.
Por
lo
tanto
hablaríamos
de
etano.
Para
tres
carbonos,
prop‐.
En
este
caso,
propano.
Para
cuatro,
but‐.
Es
decir,
butano.
Para
cinco,
pent‐.
En
este
caso,
pentano.
Para
seis,
hex‐.
Es
decir,
hexano.
Para
siete,
hept‐.
Es
decir,
heptano.
Para
ocho,
oct‐.
En
el
caso
que
nos
ocupa,
octano.
Nara
nueve,
non‐.
O
sea,
nonano.
Para
diez
carbonos,
dec‐.
Es
decir,
decano.
Once,
ondeca‐.
O
sea,
ondecano.
Doce,
dodeca‐.
O
sea,
dodecano.
Veinte,
icos‐.
Es
decir,
icosano.
Veintiuno,
henicos‐.
Es
decir,
henicosano.
Veintidós,
docos‐.
O
sea,
docosano.
Treinta,
tricont‐.
Es
decir,
tricontano.
Esto
es
muy
sencillo
si
la
cadena
es
lineal
pero
¿qué
hacemos
si
está
ramificada?
Debeos
indicar
que
hay
ramificaciones.
Y
las
ramificaciones
se
nombran
igual
que
las
cadenas,
pero
en
lugar
de
acabar
en
–ano,
acaban
en
–il.
Es
decir,
propil,
butil,
pentil,
etc.
Pero
debemos
solventar
varios
problemas.
El
primero,
cuando
hay
ramificaciones,
debemos
decidir
qué
es
la
cadena
principal
y
qué
son
las
ramificaciones
Y
cuando
hay
un
radical,
una
ramificación,
debemos
indicar
en
qué
carbono
se
encuentra
la
ramificación.
Solo
de
este
modo
podremos
deducir
la
fórmula
correcta
a
partir
del
nombre.
En
cuanto
a
la
primera
cuestión,
cuál
es
la
cadena
principal,
es
sencillo.
Si
no
hay
grupos
funcionales,
la
cadena
principal
será
siempre
la
más
larga,
la
que
contiene
más
carbonos.
Y
si
hubiese
grupos
funcionales,
como
veremos
en
el
futuro,
será
la
más
larga
de
aquellas
que
contengan
el
grupo
funcional
de
mayor
importancia.
En
cuanto
al
carbono
en
el
que
se
encuentran,
si
no
hay
grupo
funcional
se
empieza
a
contar
por
la
esquina
de
la
cadena
principal
que
tenga
el
primer
radical
más
cerca.
En
el
caso
de
que
haya
grupos
funcionales,
se
empezará
a
contar
por
el
grupo
funcional
si
este
está
en
la
esquina
de
la
molécula
(como
ocurre
con
los
grupos
ácido
o
con
los
grupos
aldehido)
o
por
el
carbono
que
tenga
más
cerca
el
primer
grupo
funcional.
Se
debe
anotar
el
número
del
carbono
y
el
radical
que
contiene.
Y
si
un
solo
carbono
tiene
dos
radicales,
se
debe
poner
dos
veces
el
número
y
nombrar
dos
veces
el
radical.
Si
hay
varios
radicales
iguales,
se
nombran
de
una
vez
con
un
prefijo
que
indique
el
número
(di,
tri,
tetra,
penta
etc.).
Cosmetología
22
Formulación orgánica. - Cadenas hidrocarbonadas sin grupos funcionales.
Si
hubiese
dos
radicales
a
la
misma
distancia,
debemos
buscar
el
siguiente
radical,
es
decir,
el
segundo
más
próximo.
A
la
hora
de
escribir
la
fórmula,
no
se
nombran
los
radicales
por
orden
de
aparición,
sino
por
orden
alfabético,
de
forma
que
un
grupo
etil
se
nombra
antes
que
un
propil,
independientemente
del
carbono
en
el
que
se
encuentren.
Los
número
se
separan
entre
si
por
comas.
Los
números
se
separan
de
las
letras
por
guiones.
Y
el
nombre
final
va
seguido
y
sin
guiones.
Veamos
algunos
ejemplos:
En
este
caso
la
cadena
mas
larga
es
la
central.
Tiene
siete
átomos
de
carbono
y
por
eso
es
un
heptano.
Además,
tiene
un
sustituyente
en
un
carbono
central,
que
resulta
ser
el
carbono
4,
independientemente
de
por
donde
cuente.
El
radical
es
un
grupo
de
dos
átomos
de
carbono,
por
lo
tanto
es
un
etil.
El
compuesto
se
nombrará,
entonces
4‐etilheptano.
Otro
ejemplo:
En
este,
debemos
darnos
cuenta
de
que
la
cadena
más
larga
tiene
diez
carbonos.
Y
el
radical
más
próximo
es
el
propil
que
se
encuentra
en
la
posición
3.
A
la
hora
de
ponerle
nombre,
comenzamos
a
contar
por
ese
carbono,
pero
nombramos
por
orden
alfabético.
Es
decir,
5‐metil‐3‐
propildecano.
Y
un
tercer
ejemplo
con
más
radicales:
Cosmetología
23
Formulación orgánica. - Cadenas hidrocarbonadas sin grupos funcionales.
Si
seguimos
atentamente
las
normas,
veremos
que
la
cadena
más
corta
es
un
hexano
y
el
radical
más
próximo
está
en
el
carbono
2.
Por
lo
tanto
debería
nombrarse:
4‐etil‐2,
3,
3,
4‐
tetrametilhexano.
Los
di,
tri,
tetra,
etc.
antes
del
radical
no
cuentan
para
la
colocación
por
orden
alfabético.
Alquenos.
Los
alquenos
son
cadenas
hidrocarbonadas
en
las
que
aparece
uno
o
más
dobles
enlaces.
Los
dobles
enlaces
se
indican
cambiando
la
terminación
–ano
por
la
terminación
–eno.
Si
la
molécula
tuviese
dos
dobles
enlaces,
añadiríamos
‐dieno,
con
tres
–trieno,
etc.
Si
no
existiese
un
grupo
funcional
pero
hubiese
dobles
enlaces,
consideraríamos
la
cadena
principal
como
la
más
larga
que
contuviese
todos
los
dobles
enlaces
(si
es
posible).
Y
debe
indicarse
la
posición
de
los
mismos.
Por
lo
demás,
se
siguen
las
mismas
normas.
Se
empezará
a
contar
por
el
que
tenga
el
doble
enlace
más
cerca.
Y
debe
buscarse
la
manera
de
nombrarlo
de
forma
que
los
radicales
sean
lo
más
próximos
al
inicio
posible.
Veamos
un
ejemplo:
En
este
caso
la
cadena
más
larga
tiene
siete
carbonos
y
debemos
a
empezar
a
contar
de
forma
que
el
doble
enlace
caiga
en
el
carbono
2.
Por
eso
lo
denominaremos:
4‐etil‐2‐hepteno.
Cosmetología
24
Formulación orgánica. - Cadenas hidrocarbonadas sin grupos funcionales.
Este
sería
el
2‐etil‐3,4‐dmetil‐1,3‐hexadieno.
Como
vemos,
debemos
indicar
que
hay
varios
dobles
enlaces,
su
número
y
posiciones.
Alquinos.
Son
cadenas
hidrocarbonadas
en
la
que
alguno
de
sus
carbonos
están
unidos
por
enlaces
triples.
Son
prioritarios
sobre
los
dobles
enlaces
(se
cuenta
primero
por
ellos
y
deben
estar
en
la
cadena
principal).
El
resto
de
reglas,
son
iguales
que
en
los
dobles
enlaces.
Se
añade
el
sufijo
–ino
y
como
en
el
caso
anterior
debe
indicarse
posición
y
número
de
triples
enlaces.
Veamos
un
ejemplo:
Este
compuesto
sería
el
4‐metil‐2‐pentino.
Si
hubiese
dobles
y
triples
enlaces
mezclados,
se
nombran
primero
los
dobles
y
se
acaba
con
los
triples
de
esta
manera:
Este
compuesto
se
nombraría
como
4‐metil‐3‐penten‐1‐ino.
Halogenuros
del
alquilo.
Se
trata
de
compuestos
en
los
que
se
sustituye
algún
hidrógeno
por
un
halógeno,
es
decir,
por
flúor,
cloro,
bromo
o
yodo.
Se
nombra
y
considera
como
un
radical
más,
sin
que
tengan
características
de
grupo
funcional.
No
precisan
estar
en
la
cadena
principal.
Y
sencillamente,
se
nombran
indicando
la
posición
y
el
nombre
del
halógeno
que
ha
sustituido
al
hidrógeno.
Veamos
un
ejemplo:
Se
denominaría
4‐etil‐2‐fluroheptano.
Cosmetología
25
Formulación orgánica. - Cadenas hidrocarbonadas sin grupos funcionales.
Si
el
halógeno
se
encontrase
en
una
ramificación,
deberá
nombrarse
como
un
componente
de
esa
ramificación.
Es
decir,
que
la
ramificación
no
pasa
a
ser
cadena
principal.
Sencillamente,
indicamos
en
qué
posición
del
alquil
está
el
halógeno.
Debemos
empezar
a
contar
carbonos
desde
el
más
próximo
a
la
cadena
principal
(ese
será
el
carbono
1
del
radical).
Veamos
un
ejemplo:
Este
compuesto
se
nombraría
2‐(2‐cloroetil)‐3,4‐dimetilhexano.
Cicloalcanos.
Se
trata
de
alcanos
que
se
cierran
sobre
si
mismos,
es
decir,
que
poseen
una
forma
cíclica.
Si
no
hay
radicales,
se
nombran
sencillamente
añadiendo
el
prefijo
ciclo‐
a
la
molécula,
indicando
el
número
de
carbonos
que
posee
con
el
sistema
de
siempre.
Veamos
un
ejemplo:
Esta
cadena
tiene
cuatro
átomos
de
carbono.
Por
lo
tanto
se
denominará
ciclobutano.
Si
hubiese
una
cadena
lineal
con
cadenas
cíclicas,
se
considerará
principal
la
parte
cíclica
y
se
nombrará
la
cadena
lineal
como
sustituyente.
Salvo
que
la
cadena
lineal
tenga
más
átomos
de
carbono.
Entonces
la
cadena
cíclica
pasaría
a
ser
el
radical.
Cuando
la
cadena
cíclica
es
radical,
se
nombrará
como
cicloalquil.
Cuando
la
cadena
cíclica
tiene
un
solo
radical,
este
no
hace
falta
numerarlo,
ya
que
se
entiende
que
está
en
la
posición
1.
Si
hay
dos
o
más
sustituyentes
si
debemos
numerarlos.
Veamos
varios
ejemplos:
Este
compuesto
sería
el
propilciclobutano.
Cosmetología
26
Formulación orgánica. - Cadenas hidrocarbonadas sin grupos funcionales.
Un
ejemplo
con
dos
radicales:
Dado
que
cualquiera
de
los
dos
podría
estar
en
la
posición
1,
se
elige
el
que
tiene
la
cadena
más
larga.
En
este
caso
sería
3‐metil‐1‐propilciclobutano.
Debe
numerarse
de
forma
que
los
números
sean
los
menores
posibles.
Por
ejemplo,
si
en
un
ciclohexano
hay
dos
radicales,
uno
de
ellos
ocupará
la
posición
1
(el
más
importante
de
los
dos)
y
el
otro
se
numerará
de
forma
que
ocupe
la
posición
más
cercana
al
1.
Es
decir,
podría
numerarse
1,
2‐dimetilciclohexano,
pero
nunca
se
nombraría
1,
5‐dimetilciclohexano.
Y
un
último
ejemplo
en
el
que
el
compuesto
cíclico
no
es
el
principal:
Se
denominaría
4‐metil‐1‐ciclopropilhexano.
A
la
hora
de
ordenar,
el
compuesto
cíclico
empieza
por
la
letra
c.
Los
compuestos
cíclicos
pueden
contener
varios
anillos
enlazados.
No
desarrollaremos
su
formulación,
por
exceder
los
contenidos
del
curso.
Y
pueden
contener
dobles
enlaces,
tanto
dentro
como
fuera
del
anillo.
Sencillamente,
se
nombraría
su
posición
y
se
nombrarían
con
el
sufijo
–eno,
como
ocurre
con
los
lineales:
Este
es
el
ciclobuteno.
Como
solo
hay
un
doble
enlace
y
la
molécula
es
cíclica,
no
hace
falta
nombrar
su
posición.
En
este
caso,
en
cambio,
hay
que
indicar
dónde
se
encuentran.
Buscaremos
los
número
más
pequeños:
1,
3‐ciclopentadieno.
Cosmetología
27
Formulación orgánica. - Cadenas hidrocarbonadas sin grupos funcionales.
Derivados
aromáticos.
Existe
un
compuesto
cíclico
con
varios
dobles
enlaces
que
es
especialmente
importante:
Aunque
su
nombre
IUPAC
sería
1,
3,
5‐ciclohexatrieno,
todo
el
mundo
lo
conoce
por
su
nombre
común.
Es
el
benceno.
Y
tiene
gran
capacidad
para
aceptar
sustituyentes,
por
lo
que
existen
multitud
de
derivados
del
benceno.
Se
denominan
compuestos
aromáticos.
Normalmente
al
benceno
se
le
representa
de
varias
formas.
Y
sus
derivados
se
forman
nombrando
al
benceno.
Es
decir,
el
benceno
está
reconocido
como
nombre
en
la
IUPAC.
De
esta
forma,
si
al
benceno
le
añadimos
un
radical
metilo
(un
átomo
de
carbono),
hablaríamos
de
metilbenceno.
El
metilbenceno
tiene
un
nombre
común,
el
tolueno.
Sucede
con
muchos
derivados
sencillos
del
benceno,
que
se
conocen
desde
hace
muchos
años.
Este
compuesto
se
denominaría
3‐etil‐1‐propilbenceno.
En
ocasiones
la
posición
de
dos
radicales
se
sustituye
por
las
palabras
orto,
meta
y
para,
abreviado
con
sus
letras,
o,
m,
p.
Dos
radicales
están
en
posición
orto
cuando
están
uno
al
lado
del
otro,
es
decir,
en
posiciones
1,
2.
Están
en
posición
meta
si
hay
un
carbono
libre
por
el
medio,
es
decir,
en
posiciones
1,
3.
Y
en
están
en
posición
para
si
están
en
el
otro
extremo
de
la
molécula,
es
decir,
en
posición
1,
4.
Por
eso
este
compuesto
también
se
podría
denominar
meta‐etilpropilbenceno
ó
m‐etilpropilbenceno.
Cuando
el
benceno
es
un
sustituyente,
no
forma
parte
de
la
cadena
principal,
porque
la
cadena
principal
tiene
más
de
seis
átomos
de
carbono
(sigue
aplicándose
este
criterio),
se
habla
de
grupo
fenil.
Cosmetología
28
Formulación orgánica. - Cadenas hidrocarbonadas con grupos funcionales.
Cadenas
hidrocarbonadas
con
grupos
funcionales.
Introducción.
Las
cadenas
hidrocarbonadas
pueden
tener
uno
o
varios
grupos
funcionales.
Deben
ser
nombradas
en
función
de
los
grupos
que
tengan
y
debemos
valorar
la
importancia
de
cada
grupo.
Inicialmente,
analizaremos
los
casos
en
los
que
solo
haya
un
grupo
funcional,
para
estudiar
posteriormente
casos
en
los
que
una
sola
molécula
tiene
varios
grupos
funcionales.
Alcoholes.
Los
alcoholes
son
cadenas
hidrocarbonatos
con
algún
carbono
unido
a
oxígeno
mediante
enlaces
simple
y
el
oxígeno
saturado
con
hidrógeno.
Es
decir,
un
grupo
–
O
–
H.
Se
abrevia
grupo
–
OH.
Se
nombran
con
relativa
facilidad.
Debemos
tener
en
cuenta
que
se
considerará
como
cadena
principal
aquella
que
tenga
más
carbonos
de
entre
las
que
tengan
el
grupo
–OH.
Y
sencillamente
indicaremos
la
posición
en
la
que
se
encuentra
el
grupo
alcohol,
añadiendo
el
sufijo
–
ol
al
nombre
de
la
molécula.
Veamos
algunos
ejemplos:
Este
es
el
etanol
(en
el
etanol
y
en
el
metanol
no
hace
falta
indicar
el
número,
ya
que
este
es
fijo,
está
siempre
en
posición
1).
Se
denominaría
2‐metil‐4‐heptanol.
Otro
ejemplo
más:
Se
denominaría
4‐eti‐6‐metil‐3‐octanol.
Cosmetología
29
Formulación orgánica. - Cadenas hidrocarbonadas con grupos funcionales.
Si
llevase
dos
o
más
grupos
alcohol,
se
nombraría
indicando
los
carbonos
en
los
que
se
encuentran
y
posteriormente
el
número
de
grupos
con
prefijos
(di,
tri,
tetra,
etc.)
delante
del
sufijo
‐ol.
Por
ejemplo:
Este
alcohol
se
denominaría
2,
4‐octanodiol.
Si
hubiese
un
grupo
funcional
más
importante,
o
fuese
imposible
que
todos
los
grupos
alcohol
se
encontrasen
en
la
cadena
principal
(por
su
forma),
el
grupo
alcohol
puede
tener
que
nombrarse
como
un
radical.
Cuando
actúa
como
radical,
en
lugar
de
cómo
grupo
principal,
se
denominará
hidroxi.
Éteres.
Los
éteres
son
compuestos
orgánicos
que
poseen
un
oxígeno
entre
la
cadena
de
carbonos,
es
decir,
dos
carbonos
separados
entre
si
por
un
oxígeno
(unido
a
cada
uno
con
un
enlace
simple).
Para
nombrarlos
hay
varias
opciones.
La
primera:
se
nombrarán
las
cadenas
que
quedan
a
los
lados
del
oxígeno,
como
si
fueran
dos
radicales,
anteponiendo
la
palabra
éter
antes
del
nombre.
Y
numerando
en
ambos
casos
a
partir
del
oxígeno.
Este
compuesto
sería
el
éter
etil
2‐metilpropílico
(o
etil
2‐metilpropil
eter).
Otra
opción
nombrarlo
como
un
radical
alcoxi‐.
Es
un
sistema
un
poco
más
complicado,
pero
es
la
única
opción
cuando
la
molécula
es
compleja
o
cuando
hay
otros
grupos
funcionales.
En
el
caso
anterior
hablaríamos
del
1‐etoxi‐2‐metilpropano.
El
nombre
alcoxi‐
se
añade
a
la
parte
más
sencilla
de
la
molécula.
Por
ejemplo,
este
éter
sencillo
podría
denominarse
éter
etil
propílico.
O
también
1‐
etoxipropano.
Cuando
la
molécula
es
muy
compleja
o
hay
grupos
funcionales
más
importantes
el
éter
debe
nombrarse
como
un
radical.
Se
denominará
con
el
nombrará
como
–oxa,
indicando
lógicamente
su
posición
(cuando
añadimos
–oxa
precedido
de
una
localización,
indicamos
que
el
carbono
de
ese
lugar
ha
sido
sustituido
por
oxígeno).
Cosmetología
30
Formulación orgánica. - Cadenas hidrocarbonadas con grupos funcionales.
Por
ejemplo,
este
compuesto
sería
sencillo
de
nombrar
de
esta
forma.
Se
nombraría
como
1,
2‐dioxabutano.
Aldehídos.
Los
aldehídos
ocupan
siempre
el
extremo
de
la
molécula.
Se
trata
de
un
carbono
al
que
se
le
une
un
oxígeno
mediante
doble
enlace,
saturando
el
enlace
que
le
queda
al
carbono
con
un
hidrógeno.
Es
grupo
se
abrevia
como
–CHO.
Su
forma
sería:
Los
aldehídos
se
nombran
añadiendo
el
sufijo
–al.
Al
encontrarse
en
un
extremo,
no
será
necesario
añadir
la
numeración.
En
la
cadena,
se
comenzará
a
nombrar
por
el
carbono
del
grupo
aldehído.
Este
compuesto
se
denominaría
5‐metilhexanal.
Si
hubiese
dos
grupos
aldehido
se
añadiría
el
prefijo
di‐
antes
del
sufijo
–al.
Este
compuesto
sería
el
pentanodial.
Si,
debido
a
la
posición
en
la
molécula
o
porque
hubiese
un
grupo
más
importante,
el
aldehído
debe
ser
nombrado
como
radical
en
lugar
de
cómo
grupo
principal,
se
hablaría
de
formil‐.
Veamos
un
ejemplo:
Podríamos
nombrarlo
como
3‐formilpentanodial.
Cosmetología
31
Formulación orgánica. - Cadenas hidrocarbonadas con grupos funcionales.
Cetonas.
En
las
cetonas
encontramos
que
a
uno
de
los
carbonos
del
centro
de
la
cadena
hidrocarbonada
se
le
une
un
oxígeno
mediante
un
doble
enlace.
Se
abrevia
de
la
siguiente
forma:
‐
CO
‐.
Se
nombra
indicando
su
posición
y
añadiendo
el
sufijo
–ona.
Puede
haber
varias
cetonas
en
una
sola
molécula
y
entonces
se
numerarán
todos
y
se
añadirá
el
prefijo
del
número
(di,
tri,
tetra,
etc.)
antes
del
sufijo
–ona.
Veamos
algunos
ejemplos.
Este
compuesto
se
nombraría
como
3‐hexanona.
El
resto
de
la
cadena
se
nombra
tal
cual.
El
extremo
de
la
molécula
será
siempre
la
más
próxima
al
grupo
cetona.
Se
denominaría
4‐metil‐3‐hexanona.
Y
con
varios
grupos
cetona:
Este
compuesto
se
nombraría
como
2‐metil‐3,
5‐hetanodiona.
Cuando,
por
la
forma
de
la
molécula
o
por
existir
un
grupo
funcional
más
importante,
debemos
nombrar
la
cetona
como
un
radical,
se
usa
el
nombre
de
–oxo
(indicando,
lógicamente,
la
posición
en
la
que
se
encuentra).
Cosmetología
32
Formulación orgánica. - Cadenas hidrocarbonadas con grupos funcionales.
Denominaríamos
esta
molécula
como
4‐oxoetil‐3,
5‐heptanodiona.
Ácidos
carboxílicos.
Los
ácidos
carboxílicos
ocupan
los
extremos
de
las
moléculas.
Se
trata
de
un
carbono
que
lleva
unido
un
oxígeno
con
doble
enlace
y
un
grupo
–OH.
Se
abreviará
como
–COOH.
Al
ocupar
el
extremo
de
la
molécula,
no
es
necesario
numerar.
Y
el
compuesto
se
nombrará
como
ácido
y
se
añadirá
el
sufijo
–ico
después
del
nombre
de
la
molécula.
El
resto
de
radicales
se
numeran
tomando
como
carbono
número
1
al
del
ácido
carboxiílico.
Este
compuesto
sería
el
ácido
2‐metilhexanóico.
Si
hubiese
dos
grupos
ácido,
se
nombraría
como
–dióico.
Este
compuesto
sería
el
ácido
2‐metilbutanodióico.
Si
debido
a
la
forma
de
la
molécula
o
a
que
hubiese
un
grupo
funcional
más
importante
hubiese
que
nombrar
al
ácido
como
un
radical,
se
denominará
–carboxi.
Este
compuesto
podría
nombrarse
como
ácido
2‐carboxibutanodióico.
Cosmetología
33
Formulación orgánica. - Cadenas hidrocarbonadas con grupos funcionales.
Sales
de
ácidos
carboxílicos.
El
hidrógeno
del
grupo
ácido
puede
ser
sustituido
por
un
metal,
formándose
entonces
la
sal
del
ácido
carboxílico.
Para
nombrarlos,
eliminamos
la
palabra
ácido,
sustituimos
el
sufijo
–ico
por
el
sufijo
–ato
y
nombramos
el
metal
que
sustituye
al
oxígeno.
Veamos
un
ejemplo:
Este
sería
el
2‐metilhexanoato
de
sodio.
Si
el
metal
tuviese
valencia
diferente
de
1
debe
rodearse
toda
la
molécula
con
un
paréntesis
y
añadir
al
paréntesis
el
valor
de
la
valencia,
ya
que
esta
será
la
proporción
adecuada
de
sal
respecto
a
la
del
metal.
Veamos
un
ejemplo
con
el
mismo
compuesto
de
antes,
pero
cambiando
el
sodio
por
calcio,
que
tiene
valencia
2:
El
compuesto
es
el
2‐metilhexanoato
de
calcio.
Ésteres.
También
son
derivados
de
los
ácidos
carboxílicos.
Pero
en
este
caso
el
H
del
grupo
ácido
se
sustituye
por
una
cadena
hidrocarbonada.
Se
nombran
eliminando
la
palabra
ácido,
sustituyendo
el
sufijo
–ico
por
el
sufijo
–ato
y
nombrando
la
parte
posterior
de
la
molécula
como
un
radical
o
sustituyente.
Veamos
un
ejemplo.
Se
nombraría
como
2‐metil‐butanoato
de
1‐metiletilo.
Dada
la
complejidad
de
las
fórmulas,
no
estudiaremos
el
caso
de
que
el
ester
sea
un
grupo
secundario
o
de
que
existan
varios
ésteres
en
la
misma
molécula.
Cosmetología
34
Formulación orgánica. - Cadenas hidrocarbonadas con grupos funcionales.
Aminas.
Las
aminas
son
compuestos
orgánicos
en
los
que
un
carbono
ha
sido
sustituido
por
un
nitrógeno.
El
nitrógeno
es
capaz
de
formar
tres
enlaces,
por
lo
que
a
un
nitrógeno
puede
unirse
una,
dos
o
tres
cadenas
hidrocarbonadas,
formándose
lo
que
se
denominan
aminas
primarias,
secundarias
y
terciarias
respectivamente.
Las
aminas
primarias
se
encuentran
en
el
extremo
de
la
molécula.
Las
otras
dos,
secundarias
y
terciarias,
se
encuentran
en
el
centro.
Puede
darse
el
caso
de
que
el
nitrógeno
acepte
cuatro
enlaces,
adquiriendo
entonces
una
carga
positiva.
Hablamos
en
ese
caso
de
derivados
del
amonio
cuaternario
o
del
amonio
cuaternizado.
Las
aminas
primarias
se
nombran,
sencillamente,
añadiendo
el
sufijo
amina
al
nombre
de
la
cadena
hidrocarbonada
acabado
en
–il
(debemos
tener
en
cuenta
que
se
considera
un
radical).
Veamos
un
par
de
ejemplos
sencillos:
Este
primer
compuesto
se
denominaría
pentilamina.
Si
la
cadena
lleva
radicales,
tampoco
es
demasiado
complicado
nombrarla.
El
primer
carbono
es
el
más
próximo
a
la
amina.
Este
compuesto
se
denominaría
2,
3‐dimetilpentilamina.
Si
la
amina
es
secundaria
o
terciaria
y
se
encuentra
en
el
centro
de
la
molécula,
debemos
indicar
de
algún
modo
que,
a
partir
de
ese
nitrógeno,
parten
radicales.
Para
ello,
usamos
la
letra
N.
Si
delante
de
un
radical
aparece
una
letra
N,
quiere
decir
que
se
encuentra
unido
a
un
nitrógeno
y
que
por
lo
tanto
forma
parte
de
una
amina.
Veamos
un
ejemplo
sencillo,
comenzando
con
una
amina
secundaria.
Nombramos
la
cadena
más
corta
como
N‐radical
y
a
la
más
larga
le
aplicamos
el
término
amina:
Este
compuesto
se
nombraría
N‐metilpentilamina.
Un
ejemplo
más
complicado
con
una
amina
terciaria:
Cosmetología
35
Formulación orgánica. - Cadenas hidrocarbonadas con grupos funcionales.
Se
nombraría
como
N‐etil‐N‐metilpentilamina.
Si
alguno
de
los
radicales
lleva
a
su
vez
radicales,
debemos
nombrarlos.
Si
los
sustituyentes
están
en
la
cadena
principal,
deben
nombrarse
por
orden
alfabético,
pudiendo
anteceder
a
los
radicales
unidos
al
nitrógeno.
Esto
hace
que
la
formulación
se
complique
un
poco:
Tendríamos
que
nombrarlo:
3,
N‐dimetil‐N‐1metilpropilpentilamina.
Si
el
compuesto
no
es
el
grupo
principal
o
existiese
más
de
una
amina
en
la
molécula,
se
nombrará
como
radical
denominándola
amina.
El
ejemplo
más
clásico
son
las
moléculas
que
llevan
un
grupo
amino
un
grupo
ácido,
que
se
denominan
aminoácidos.
Ponemos
como
el
ejemplo
el
ácido
3‐aminohexanóico.
Amidas.
Las
amidas
son
compuestos
orgánicos
con
un
grupo
CO
seguido
de
una
amina,
quedando
el
grupo
final
resumido
como
CONH2:
Se
nombran
añadiendo
al
final
de
la
molécula
el
sufijo
–amida.
Como
vemos,
ocupa
el
extremo
de
la
molécula.
Si
ocupa
los
dos
extremos
de
la
molécula
se
puede
añadir
el
prefijo
di‐
(diamidas).
No
estudiaremos
su
formulación
cuando
actúan
como
radicales
o
como
grupos
secundarios.
Veamos
un
ejemplo
sencillos:
Cosmetología
36
Formulación orgánica. - Cadenas hidrocarbonadas con grupos funcionales.
Este
compuesto
es
la
pentanoamida.
Un
ejemplo
un
poco
más
complicado:
Se
denominaría
2‐etilbutanodiamida.
Nitroderivados.
Los
compuestos
nitroderivados
incorporan
un
grupo
nitro,
es
decir
‐NO2
en
su
molécula.
Si
son
el
grupo
principal,
formarán
el
extremo
del
compuesto
y
se
nombrarán
añadiendo
el
prefijo
nitro‐
al
nombre
del
compuesto.
Veamos
un
ejemplo:
Se
denominaría
2‐metilnitropropano.
Si
existiese
algún
otro
grupo
funcional
más
importante
se
nombrará
su
posición
con
el
prefijo
nitro‐.
Y
si
hubiese
más
de
un
grupo
nitro,
se
indica
la
posición
de
cada
uno
y
se
añade
el
prefijo
di‐,
tri‐,
tetra‐
etc.
delante
del
nitro:
Este
compuesto
se
denominaría
2,
4,
6‐trinitro‐1‐metilbenceno.
Pero
dado
que
el
metilbenceno
se
denomina
clásicamente
tolueno,
el
compuesto
se
denomina
normalmente
2,
4,
6‐
trinitrotolueno
y
se
abrevia
TNT.
Nitrilos.
Los
nitrilos
son
compuestos
que
llevan
un
grupo
–CN
en
un
extremo
de
la
molécula.
Se
nombran
escribiendo
el
nombre
del
compuesto
seguido
del
sufijo
–nitrilo.
No
estudiaremos
su
Cosmetología
37
Formulación orgánica. - Cadenas hidrocarbonadas con grupos funcionales.
formulación
cuando
es
grupo
secundario
o
hay
varios
en
una
molécula
(solo
si
están
en
los
dos
extremos
y
en
tal
caso
sencillamente
añadiremos
el
prefijo
di‐
al
sufijo
–nitrilo).
Veamos
un
ejemplo
sencillo:
Este
compuesto
se
denominaría
3‐metilbuanonitrilo.
Tioles.
Los
tioles
son
compuestos
orgánicos
que
incorporan
un
grupo
–SH
en
su
molécula.
Cuando
hay
un
solo
y
es
el
grupo
principal,
se
nombrará
su
posición
y
se
añadirá
el
sufijo
–tiol.
Es
decir,
se
nombra
igual
que
los
alcoholes,
pero
en
lugar
de
sufijo
–ol
el
sufijo
en
este
caso
es
–tiol:
Este
compuesto
sería
el
2,
3‐dimetilpropanotiol.
Otro
ejemplo:
Este
es
el
3‐metil‐2‐butanotiol.
Y
si
hubiese
dos
grupos
tiol,
habría
que
añadir
el
prefijo
di‐,
tri‐,
etc.
Se
denominaría
2,
3‐butanoditiol.
En
el
caso
de
que
existan
otros
grupos
funcionales
más
importanes,
se
nombra
con
la
palabra
–tio,
al
que
añadimos
lógicamente
la
posición
en
la
que
se
encuentra.
Veamos
un
ejemplo
sencillo,
en
el
que
tenemos
un
tiol
junto
con
un
grupo
ácido
en
la
misma
molécula:
Cosmetología
38
Formulación orgánica. - Compuestos con más de un grupo funcional.
Este
compuesto
sería
el
ácido
2‐meti‐3‐tiobutanóico.
Ácidos
sulfónicos.
Los
ácidos
o
derivados
sulfónicos
incorporan
en
el
extremo
de
la
molécula
un
grupo
–
SO2OH.
Se
nombran
comenzando
con
la
palabra
ácido
y
concluyendo
con
la
terminación
sulfónico.
No
estudiaremos
como
nombrarlos
cuando
no
son
el
grupo
principal.
Y
veremos
solo
un
ejemplo
sencillo:
Este
compuesto
sería
el
ácido
1,
2‐dimetilproanosulfónico.
Compuestos
con
más
de
un
grupo
funcional.
Características
y
nomenclatura.
Ya
hemos
indicado
que,
cuando
hay
más
de
un
grupo
funcional
en
la
misma
molécula,
debemos
decidir
cuál
es
el
grupo
principal
y
nombrar
el
resto
de
componentes
como
radicales,
siendo
el
grupo
principal
la
referencia
de
la
molécula,
tanto
a
nivel
de
nomenclatura
como
de
numeración.
En
resumen,
para
formular
debemos
elegir
el
grupo
funcional
principal.
A
partir
de
el,
la
cadena
más
importante,
que
será
la
que
tiene
más
átomos
de
carbono
o
más
grupos
funcionales,
o
grupos
funcionales
más
importantes,
de
entre
aquellas
que
contengan
al
grupo
funcional
principal.
Si
un
compuesto
tiene
varias
copias
del
grupo
funcional
más
importante,
la
cadena
principal
será
aquella
en
la
que
más
veces
aparezca
este
grupo
funcional.
Numeraremos
esa
cadena
partiendo
o
teniendo
como
referencia
el
grupo
principal
(puede
ser
que
el
grupo
principal
esté
directamente
sobre
el
carbono
número
1
o
que
el
carbono
terminal
más
próximo
a
este
grupo
funcional
principal
sea
considerado
el
carbono
número
1,
dependiendo
de
la
molécula
y
del
grupo
funcional
del
que
se
trate).
Cosmetología
39
Formulación orgánica. - Compuestos con más de un grupo funcional.
Recordemos
que
los
radicales
deben
nombrarse
siempre
por
orden
alfabético,
no
por
orden
de
aparición
ni
de
importancia.
Si
en
un
carbono
hay
más
de
un
radical,
debe
numerarse
cada
radical
por
separado.
Y
si
hay
varios
radicales
iguales,
se
numeran
las
veces
que
sea
necesario,
pero
se
nombran
añadiendo
prefijos
(di,
tri,
tetra,
etc.)
antes
del
nombre
del
radical.
Este
prefijo
que
indica
cantidad
no
cuenta
a
la
hora
de
ordenar
alfabéticamente
los
radicales.
¿Cómo
elegir
cuál
es
el
grupo
funcional
principal?
Existe
una
lista
en
la
que
los
grupos
funcionales
se
nombran
de
mayor
a
menor
importancia,
siendo
los
más
importantes
(los
primeros
de
la
lista)
los
que
se
nombrarán
primero
como
grupos
funcionales:
Ácidos.
Ácidos
sulfónicos.
Ésteres.
Amidas.
Aldehidos.
Cetonas.
Nitrilos.
Alcoholes.
Tioles.
Aminas.
Éteres.
Derivados
halogenados.
Derivados
nitrogenados.
Dobles
y
triples
enlaces.
Enlaces
sencillos.
Cosmetología
40