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NUEVA DEMOCRACIA EN COLOMBIA Y ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE - ANC: HACIA LAS TRANFORMACIONES DEL PAIS INTRODUCCIÓN En Colombia históricamente se ha configurado un sistema político excluyente, así como se han construido parámetros sociales, políticos, económicos y culturales, que han hecho que la gran mayoría de la población no pueda participar de forma alguna en los asuntos públicos que le competen al conjunto de la sociedad. Estos parámetros han sido desarrollados desde la elite política tradicional. La Asamblea Nacional Constituyente-ANC y la Constitución Política Nacional de 1991, se concibieron como espacios por excelencia en los que se consolidarían los resultados de los procesos de paz de los años 90. Siendo escenarios de disputas políticas y confrontación entre proyectos y órdenes sociales diferentes, terminaron por consolidar un sistema político excluyente. Se creería que esa etapa de violencia política y exclusión se resolvería con la puesta en marcha de la Constitución del 91; no obstante, hay que recordar que en esta, como resultado del proceso constituyente, fueron excluidos sectores políticos y sociales que estaban siendo víctimas de la violencia, y fue insuficiente para configurar una real apertura democrática en el país. Es así, que posterior a la implementación de la Constitución del 91 se siguió y aún más, se profundizó, la violencia política y la exclusión de sectores políticos democráticos en el país. Obviamente todo lo anterior a complacencia de las elites políticas con el fortalecimiento y consolidación del paramilitarismo en todo el territorio nacional. Es importante señalar que, si bien la Constitución de 1991 hace un reconocimiento a la participación política y el ejercicio diferentes establece de la oposición sentencias mecanismos de de en la varios Corte participación artículos1 y Constitucional2, ciudadana como: en y el plebiscito, referendo, consulta popular, y la revocatoria del mandato, dichos instrumentos no han sido suficientes para garantizar y suplir la verdadera necesidad de participación social. Estos mecanismos y la misma Constitución de 1991, no han logrado transcender a un escenario elevado que rompa la democracia representativa y le permita al conjunto de la sociedad colombiana ser la principal protagonista de la vida política del país, buscando la consolidación de una democracia real y directa. Actualmente en el marco de las negociaciones que se están llevando entre el Gobierno Nacional y la insurgencia de las FARC-EP, se llegó a un acuerdo parcial sobre la Participación Política, no sólo para los integrantes de la insurgencia, sino que se alcanzaron acuerdos entorno a la ampliación de la democracia y la vinculación de nuevos actores políticos y sociales en la vida política del país. Hay que anotar que en este sentido se dio un avance significativo respecto a este punto en las conversaciones Gobierno-FARC, ya que constituyen un paso importante hacia la democratización de la vida social y la búsqueda de la paz, sin embargo, debe comprenderse que la discusión sobre la participación política no se agota allí, puesto que es necesario que la participación del Poder Constituyente haga parte de las propuestas, de la participación y la transformación. Es necesario que se debata éste tema desde la propuesta de una ANC, en la búsqueda de abrir espacios de democracia y participación real de la población campesina, indígena, 1 2 Léase artículos 1, 2, 40 y 112 de la Constitución política de Colombia Léase sentencias de la Corte Constitucional T- 439 de 1992, C- 089 de 1994 afrodescendiente, estudiantil, LGBTI, juvenil, urbana y, en general, de todos los sectores populares, para que tengan incidencia en la vida pública. Además de lo anterior, debe anotarse que un posible acuerdo de paz entre el Gobierno Nacional y las insurgencias deberá crear las bases que garanticen la creación de movimientos y partidos políticos, así como verdaderos espacios de participación popular local y nacional, llevando al Estado a desmantelar toda acción y grupos que amenacen con el goce pleno de la participación política en toda la geografía nacional. Finalmente, este documento busca mostrar algunos interrogantes que permitan discutir de manera más amplia la participación política en el contexto actual colombiano, pero para ello es central acercarse a los avances que se han desarrollado en algunos países latinoamericanos respecto a este tema, lo anterior con el fin de avanzar en posibles escenarios y propuestas que debamos construir de cara a un escenario de paz y de ANC que siente las bases para lograr la justicia social. LA CRISIS DEL REGIMEN POLITICO Y LA DEMOCRACIA EN COLOMBIA • Problemas de la construcción del estado-nación y configuración de poderes Ø Organización social y territorial desigual y excluyente. Ø Construcción de una clase oligárquica en los escenarios político –económicos. Ø Abandono de territorios y creación de centros políticos y económicos. Ø Presencia del estado-nación en territorios abandonados por medio de la violencia. Ø Exclusión de sectores sociales fundamentales en la por el social y construcción de estado-nación. Ø Construcción de poderes regionales erigidos narcotráfico y el paramilitarismo. Ø Poderes reales en zonas de exclusión territorial por medio de las insurgencias. • Crisis institucional Ø Disputa del poder institucional entre capas de la oligarquía colombiana. Ø Disputas poderes del poder regionales político entre ligados al la oligarquía narcotráfico y y paramilitarismo. Ø Choque de trenes: Ruptura de lineamientos institucionales en el marco de una política estatal. Ø Conflicto de intereses -económicos y políticos. Ø Corrupción en instituciones públicas. Ø Politización de los órganos de control. • Crisis de partidos políticos y sistema electoral Ø Crisis de sistema de representación por medio de los partidos políticos. Bipartidismo y transfuguismo. Ø Deslegitimación de los escenarios de elección popular: Senado, Cámara de Representantes, Gobierno Nacional, Regional y Local. Ø Sistema electoral ligado a intereses económicos. Ø Limitación a la participación de la oposición política en los escenarios de elección popular y los órganos de control. • Crisis de participación política y popular Ø Límites del voto popular en el marco del sistema de representación. Ø Mecanismos de participación insuficientes para el control, veeduría y decisión de la población. Ø Abstencionismo ligado a la poca credibilidad de las instituciones públicas. Ø Violencia políticos política contra alternativos: sectores asesinatos, sociales y persecución, judicialización, estigmatización. ANC DE 1991 Y LA PARTICIPACION POLITICA EN COLOMBIA En este apartado intentaremos hacer un análisis entorno a la ANC de 1991 en Colombia y la participación política que se evidenció en el marco de está. Por lo tanto se hará un contexto histórico resaltando ciertos momentos importantes, así como también se buscara analizar los mecanismos de participación que surgieron de la Constitución y por último, se darán algunas consideraciones en torno al modelo de democracia representativa y participativa. Teniendo en cuenta lo anterior, es central destacar que la ANC del 91 se desarrolló en un contexto histórico particular, que se evidencia desde mediados de la década del 80 y que trasciende hasta años posteriores a su realización. Por lo tanto acá señalaremos algunos quiebres importantes para comprender lo mejor posible, en qué escenario se desarrolló esta ANC y como fue el proceso de participación política en la misma. En el año de 1982 se inician diálogos de Paz entre las FARCEP y el Gobierno de Belisario Betancurt, proceso que se extiende durante los años de mandato de este Presidente. En este proceso se firma el Acuerdo de la Uribe que se “(…) fija con propósito de afianzar la paz nacional (…)”3, además de 3 MEDINA, Carlos. Notas para una historia política: FARC-EP 1958-2008. Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales. Bogotá. 2009. Pág.175 dar impulso político a un movimiento nacional unitario denominado Unión Patriótica-UP. Para el año de 1985, surge la nueva apuesta política impulsada por las FARC-EP y otros sectores de izquierda, donde se muestra al país, una propuesta democrática, que permitiría dar tránsito a la construcción de paz. Sin embargo, casi inmediatamente después de su lanzamiento a la escena política del país, la UP fue objeto de una de la más cruenta violencia política por parte de las fuerzas estatales y para-estatales, que no le apostaron al escenario de salida política al conflicto armado que vivía en el país. Se debe mencionar, que paralelamente a este proceso se estaba consolidando la Coordinadora Nacional Guerrillera, que posteriormente le da paso a la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar- CGSB4. En esta Coordinadora se encontraban los grandes grupos insurgentes, que tenían como propósito, en un principio, generar las condiciones apropiadas para la salida política al conflicto que vivía el país. Sin embargo, la CGSB tuvo un momento de reflujo en el cual ya se anunciaba en el marco de Gobierno de Barco una ANC, debido al “Acuerdo de Santo Domingo”, acuerdo que dio paso a la entrega de armas por parte del M-19 y su apuesta de participar en la ANC. Esto llevo a que la CGSB5, presentara al país una serie de temáticas y propuestas que deberían ir en la discusión de la ANC, no obstante, a medida que la CGSB, presentaba propuestas al país, la violencia se recrudecía contra sectores de izquierda y además aumentaban las acciones militares por parte del Estado contra los grupos insurgentes. Fue una mala señal, no solo para el momento sino para el mismo futuro de la ANC y la Constitución que surgiría de 4 Ibíd. Pág. 196. ROMERO, Roberto. Un conveniente repaso a la historia de la ANC de 1991 ¿Los acuerdos entre Gobierno y FARC en la Habana llevarán a una nueva Constituyente? 2012. Pag.8. Consultado en: www.cronicon.net/paginas/Documentos/Roberto%20Romero.pdf 5 ella, que el día 9 de Diciembre de 1990, mismo día de las votaciones para escoger los constituyentes, el Estado bombardeara Casa Verde en la Uribe (Meta), donde se encontraba la sede del secretariado de las FARC-EP. Esto en últimas se convirtió en una muestra clara de parte del Estado, de relegar a las fuerzas insurgentes y otros sectores sociales de la ANC. Finalmente, este contexto que pudo abrirle la puerta a la Paz, se convirtió en un escenario conflictivo, llevando a la exclusión de la participación política de las grandes fuerzas insurgentes y a su vez la restricción a sectores políticos de izquierda y democráticos. Hablar de la ANC de 1991, podría asimilarse al espacio que representaba la apertura democrática del país, sin embargo, se transformó en el momento que daría continuidad a la exclusión de sectores políticos y sociales. Así mismo, este escenario de exclusión pudo mostrar lo que después se materializaría en la Constitución Política de Colombia. Un régimen político cerrado, que no daba la oportunidad a nuevas fuerzas políticas de participación real, además de unos marcados impedimentos en los mecanismos de participación ciudadana que la misma Constitución creó, eso sin contar, con la exclusión en términos económicos, culturales y sociales. La Constitución de 1991, como ya se observó, tuvo un contexto bastante complicado, en el cual se mantuvieron los intereses de los partidos tradicionales6, y no se puso en marcha una reconfiguración democrática en el país. Vale decir, que sí hubo un avance en términos de mecanismos de participación ciudadana y estatuto de la oposición, sin embargo, los 6 JIMENEZ, Carolina. Momentos, Escenarios y Sujetos de la Producción Constituyente. Aproximaciones Críticas al Proceso Constitucional de los Noventa. Revista Análisis Político. Vol. 19. Nº 58. Bogotá. Noviembre 2006. Consultado en: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121-47052006000300006#%281%29 “(…) el gobierno define las orientaciones ideológicas de la que sería la nueva carta política de los colombianos. Éste escenario que precede al momento de la ANC, será decisivo para la orientación de sus deliberaciones.” continuos cambios legislativos llevaron a que estos se volvieran cada vez más restrictivos y complejos de aplicar. Cuando hablamos de estos mecanismos de participación 7 ciudadana que se crearon en el marco de la Constitución de 1991, debemos comprender que hay un avance respecto a la Constitución de 1886. Sin embargo, la Constitución dio paso, para que a posteriori, se reglamentaran vía ley estatutaria, propósito que finalmente termino convirtiéndose en un obstáculo para el ejercicio pleno de la ciudadanía en la participación en asuntos públicos del país. Lo anterior, debido a que se generaron diferentes trabas, ejemplo de ellas: el umbral, la revisión por parte del Congreso de los proyectos presentados por la ciudadanía, la poca pedagogía en torno a los mecanismos y finalmente el carácter no vinculante de las iniciativas presentadas por los ciudadanos, entre otras. Todo esto llevo a que con el pasar de los años de la Constitución del 91, fuera perdiendo su carácter participativo y reforzara la democracia representativa, que se seguía manifestando por medio de los partidos políticos tradicionales. Con todo, las restricciones se hicieron aún más visibles con los parámetros que se fueron creando para el mantenimiento de la personería jurídica de movimientos y partidos políticos en creación. Debido a que las condiciones que se desarrollaron por vía de “reformas políticas” y Ley 30/94 para que partidos minoritarios estuvieran presentes en la vida política nacional, fueron bastante perjudiciales para el desarrollo democrático del país8. Es necesario señalar, que en el marco constitucional se abordó el Estatuto de la Oposición, pero a pesar de esto aún está en vilo la ley estatutaria que reglamente el artículo 7 8 Léase artículo 103 de la Constitución política de Colombia Ejemplo de ello, es el mantenimiento de la personería jurídica vía umbral, así como el financiamiento de campañas. 112 de la Constitución colombiana. En ese sentido, está también la posibilidad constitucional para que los partidos y movimientos políticos minoritarios tengan acceso pleno a la información, documentación oficial, a los medios de comunicación estatales, además de participar en la formulación de directrices de cuerpos colegiados9, elementos que hasta la actualidad son cuestionables por su no aplicación. Destacando la poca o nula aplicación y formalización de los deberes del Estado respecto a los mecanismos de participación ciudadana y otros como el Estatuto de la Oposición se puede decir que el sistema “democrático” ha fracasado. Además recordando la falta de garantías que ha tenido el movimiento social para manifestarse públicamente, donde la estigmatización, censura, desaparición y asesinato, siguen siendo prácticas permitidas e impulsadas por el Estado. Este escenario desalentador nos lleva a cuestionar la democracia colombiana, no solo por su entramado institucional, sino por el desarrollo de dinámicas restrictivas en la participación política y ciudadana. En últimas nos traslada a una discusión inacabada sobre la democracia, que para el caso colombiano debería haber transcendido del espacio representativo, al democrático, participativo, directo y popular. En definitiva, lo que ocurrió en el marco de la Constitución del 91 fue un reacomodamiento de las elites políticas junto con un sector de la izquierda, que en “teoría” trajo un ventaja comparativa con la Constitución de 1886, pero que sin embargo, perpetuo un sistema de exclusión contra partidos y movimientos políticos y sociales, y a su vez alejo al conjunto de la población colombiana de la participación. 9 Léase artículo 112 de la Constitución política de Colombia Sería importante cuestionarse, si la Constitución de 1991 fracaso no sólo como espacio para la construcción de paz, sino también como mecanismo para incluir al conjunto de fuerzas políticas y sociales que hay en el país. En ese caso, habría que preguntarse por la “democracia” colombiana que lleva también a cuestionar el modelo de país que ha sido implementado por las elites políticas y económicas. Finalmente, es importante mencionar que si bien el espacio de la ANC del 91 y su Constitución buscaba trascender de la democracia representativa a la participativa, esto fracaso. Tanto en su intento de aglutinar al conjunto de la sociedad colombiana, como en dar espacios políticos a la misma, es ese caso es fundamental un nuevo modelo de país para pensarse una nueva democracia. UNA NUEVA PAIS DEMOCRACIA HACIA LAS TRANSFORMACIONES DEL La concreción de un escenario de paz en Colombia, nos lleva a pensar y discutir, en torno a las formas y nuevas maneras de participación de las comunidades, pero a su vez de los movimientos sociales y políticos. El proceso democrático en Colombia, se ha reducido a la expresión del voto como forma de participación política, sin embargo es bien conocido que esto es insuficiente para los nuevos retos y perspectivas que afronta el país. Uno de los grandes ejes causales, que llevo al alzamiento en armas de fuerzas insurgentes, fue la restricción a la participación de las comunidades en las decisiones fundamentales de la vida nacional. Además, esta misma limitación ha llevado a la prolongación del conflicto armado por más de medio siglo en Colombia. Por lo tanto, es ineludible que si se busca transcender de un país en violencia, a un espacio de paz democrática, hay que repensar las estructuras propias de la democracia en Colombia. No solo por el ejercicio de la democracia en sí mismo, sino porque esto permitirá abrir las puertas a los cambios estructurales que se requieren para alcanzar la paz con justicia social en el país. En ese sentido, no se puede ocultar que la democracia en Colombia es limitada, no solo por sus formas y mecanismos de participación, sino también por la exclusión propia de sujetos fundamentales para el trasegar de la vida política nacional. En otros términos, se mantiene el carácter limitado de la democracia liberal, en el que sectores sociales y políticos de oposición no son un actor central ni de la democracia en sí misma, ni de la política en su conjunto. En el caso latinoamericano, la democracia ha tenido un cambio sustancial en ciertos países, debido a las transformaciones políticas, económicas, sociales y culturales que se han materializado por la vía constitucional. Estos avances han dado paso a que nuevos sujetos políticos se hagan participes de la vida nacional de sus países, y generen apuestas democráticas en todos los ámbitos de la sociedad. Como lo menciona Alicia Lissidini: “El aumento de la inclusión, el debate y el ejercicio de la democracia directa muestran que es probable que su uso se intensifique y se extienda en el tiempo. Tanto los presidentes como los ciudadanos seguirán utilizando los mecanismos de democracia directa con el objetivo de influir en el diseño de políticas, y en la política en general.”10 Evidentemente se podría creer que este avance en Sur América particularmente, llevaría a que su dinámica se extendiera 10 LISSIDINI, Alicia. Democracia directa en Latinoamérica: Entre la delegación y la participación. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales – CLACSO. Buenos Aires. 2011. Pág. 86. Consultado en: bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/becas/lisidini/lisidini.pdf ampliamente. Sin embargo, podemos observar como los avances en ciertos países, han sido retrocesos claros como el caso de la democracia colombiana, manteniendo su carácter restringido y precario. Debemos mencionar que los cambios que se dan en las constituciones políticas de Venezuela, Ecuador y Bolivia, presentan elementos comunes que muestran la necesidad de democratizar la vida política de los países. Ejemplo de ello, es la ampliación y profundización de los mecanismos y formas de participación ciudadana, vinculación de nuevos actores políticos y claramente el tránsito de una democracia representativa a una democracia participativa y directa. Lo anterior, lleva a considerar varios interrogantes ¿Se necesita una nueva democracia en Colombia?, ¿Qué tipo de democracia debe construirse? Son preguntas difíciles de responder, a pesar de esto, desde otros espacios políticos autónomos, se ha comenzado a dar solución a estas preguntas. Entendiendo lo anterior, se ve como desde los espacios formales cada vez más se cierran las puertas para la participación ciudadana, sin embargo, las organizaciones dentro de sus dinámicas autónomas han avanzado en la consolidación de un nuevo modelo de democracia. No es un secreto que ante la arremetida violenta del establecimiento en Colombia contra el movimiento social y popular, las organizaciones han tenido que iniciar casi desde cero sus dinámicas organizativas. Pero lo anterior, no ha sido un obstáculo para generar espacios de construcción y participación popular desde los territorios, no obstante debemos señalar que estas apuestas siguen teniendo limitantes dentro de la vida política del país. Cuestionarse sobre la democracia, abre muchas puertas a la discusión, desde los escenarios teóricos propios sobre la democracia, hasta los pragmáticos, no es lo mismo ir abriendo caminos desde el empirismo, que seguir al pie de la letra los fundamentos teóricos que han surgido en torno a la democracia. Esta dicotomía tiene que resolverse, ya que las nuevas prácticas sociales democráticas que se han generado deben permitir avanzar en la construcción de fundamentos teóricos que lleven a concretar procesos sociales, políticos y culturales de trascendencia nacional. La democracia que debemos erigir para lograr las transformaciones más sentidas del país, aún está por construirse, si bien hay avances desde lo local, no hemos logrado materializar esfuerzos que permitan sobrepasar nuestras propias limitaciones y poderlas manifestar claramente en la vida política nacional. Es por eso necesario que desde los movimientos sociales y populares se generen dinámicas de construcción autónoma de escenarios democráticos, donde se consoliden nuevas formas de participación, pero también nuevas formas de hacer política. Es así, que bajo las dinámicas que se han venido consolidando desde el movimiento social y popular, es donde debemos generar los ejes fundamentales en la construcción de una nueva democracia. Un tipo de democracia que permita reconocer nuevos sujetos políticos históricamente excluidos, pero que también reconozca al conjunto de la sociedad colombiana como actores centrales de la misma. En Ecuador, Bolivia y Venezuela, los mecanismos y formas de participación ciudadana son algunos de los grandes avances de las Constituciones de estos países. Sin embargo, no solo esto ha sido un bastión, sino un medio de vinculación de nuevos actores sociales y políticos que en otros contextos habían sido excluidos de la política nacional11, estos 11 COLPARI, Otto. LA NUEVA PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN ECUADOR Y BOLIVIA. ¿Resultados de la lucha del movimiento indígena–campesino? FLACSO. Nómadas- Revista critica de Ciencias sociales y jurídicas. Nº Especial: América Latina. 2011. Pág. 2. Consultado en: https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwjXofDSjePJ AhUFbD4KHYgOBnsQFggdMAA&url=http%3A%2F%2Fpendientedemigracion.ucm.es%2Finfo%2Fnomadas%2FMT_ mecanismos y formas de participación ciudadana han sido un eje fundamental de la democracia en estos países. Ahora bien, ninguno de los mecanismos que se han mencionado servirían, si en el marco de las Constituciones no se hubiera abordado la premisa fundamental, <la Soberanía radica y emana exclusivamente del pueblo>. La misma, se manifiesta en el desarrollo constitucional, por lo que deberá ser desarrollada a profundidad. Lo anterior significa en otros términos, que la potencia de la sociedad y de los países se encuentra en la voluntad del pueblo, sea de forma delegataria o directa, promoviendo diferentes mecanismos y formas de participación popular de manera individual y/o colectiva. Dentro de los parámetros que surjan a partir de las discusiones y debates sobre un nuevo tipo de democracia en Colombia, que lleve a reconfigurar la participación política y popular en la vida nacional del país, debemos retomar esa premisa fundamental: < La Soberanía radica y emana exclusivamente del pueblo> . Esto tendrá que permitir que el Poder Constituyente genere escenarios y espacios en los que se construya autónomamente democracia directa y conlleven a estructurar mecanismos desde lo local hasta lo nacional. En ese sentido, se debe ver la relación que hay entre la construcción de mecanismos y formas de participación que surgen del seno del Poder Constituyente, con la concreción de una nueva democracia en Colombia. Esta nueva democracia deberá tener en cuenta todos los aspectos de la vida política, económica y social de los territorios, llevando a cimentar las bases de la paz en el marco de la democracia directa de las comunidades y el conjunto del pueblo colombiano. americalatina%2Fottocolpari.pdf&usg=AFQjCNH06xL8_BVK2ueQBzS91toe92eBZQ “Podríamos decir que está empezando a surgir desde el discurso de estos gobiernos progresistas, una “nueva democracia”, basada en el reconocimiento de la democracia representativa, directa, participativa y comunitaria creando nuevos espacios para la deliberación pública y para la creación de interfaces o conexiones que relacionen a la sociedad civil y el Estado.” Lo anterior no se podrá lograr si no hay una ruptura con los parámetros de la democracia liberal, que da privilegios y prebendas a la misma clase oligarca en el poder. Además una nueva democracia en Colombia deberá construir nuevos valores políticos, donde la solidaridad, la construcción colectiva y veeduría popular sean bastiones que disuelvan la corrupción y el clientelismo. Se puede decir que la democracia directa en sí misma no va a trascender, sino no se desliga de valores creados desde las lógicas del mercado como el individualismo, ya que, la democracia directa en si misma parte de la construcción y definición colectiva entre sujetos políticos. Para lograr el anterior cometido, es fundamental que las comunidades desde sus territorios promuevan y proyecten las nuevas formas de participación y los valores que se construyen con estas. Esto con el propósito de inculcar desde los escenarios locales una transformación socio-política, que lleve al conjunto de la sociedad colombiana a participar activa y autónomamente en las decisiones que los atañen en los territorios. Ejemplo de lo anterior, para el caso de Latinoamérica en países como Venezuela12, Ecuador y Bolivia, se promueve la participación ciudadana en el marco de las veedurías y en algunos espacios de carácter administrativo, la participación popular es central en la promoción, creación, ejecución de planes y proyectos de carácter social, político y económico. El movimiento social y popular colombiano, deberá ser el gran promotor de la nueva democracia, tendrá que ser muy creativo para ajustar las nuevas formas y mecanismos de participación que han surgido desde los territorios para acompasarlos con los escenarios nacionales. De nada servirá si no se concretan 12 Léase artículo 70 de la Constitución Bolivariana de Venezuela los mecanismos reales desde lo local hasta lo nacional, ya que habrá que influir de manera asertiva en los espacios de poder como el sistema electoral, las ramas del poder público, los organismos de control, entre otros. Se puede mencionar que, para el caso boliviano y ecuatoriano desde el movimiento social y popular se promovieron espacios formales en el marco de la legislación que mostraran claramente la participación popular en los procesos políticos de los países. En el caso de Ecuador se desarrolló la Ley orgánica del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (LOCPC); y el Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización (COOTAD) y en el caso boliviano13 basta con observar el Capítulo IV de su Constitución, así como la Ley de Régimen Electoral y la Ley Marco de Autonomías y Descentralización que dan sustento a la democracia intercultural14. En Colombia, la construcción de una nueva democracia debe llevar a pensar parámetros claros que materialicen nuevas formas y mecanismos de participación popular tanto en el ámbito nacional, como en lo local. Así mismo, la vinculación de sujetos excluidos tendrá que ser fundamental a la hora de generar nuevos valores democráticos, en los que se desarrolle la participación del conjunto de la sociedad de manera directa, en otros términos la nueva democracia deberá dar a los colombianos y colombianas el derecho inalienable de participar en los asuntos públicos del país. Finalmente y recapitulando, es una necesidad histórica construir los parámetros de una nueva democracia en Colombia, 13 Acá es importante señalar que la vinculación de la nación originaria indígena-campesino responde a la población mayoritaria en Bolivia y a su vez en la consolidación desde la década de los 90, en un movimiento social fuerte. 14 COLPARI, Otto. LA NUEVA PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN ECUADOR Y BOLIVIA. ¿Resultados de la lucha del movimiento indígena–campesino? FLACSO. Nómadas- Revista critica de Ciencias sociales y jurídicas. Nº Especial: América Latina. 2011. Pág. 5. Consultado en: https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwjXofDSjePJ AhUFbD4KHYgOBnsQFggdMAA&url=http%3A%2F%2Fpendientedemigracion.ucm.es%2Finfo%2Fnomadas%2FMT_ americalatina%2Fottocolpari.pdf&usg=AFQjCNH06xL8_BVK2ueQBzS91toe92eBZQ que tenga en cuenta al conjunto de la sociedad como eje central de las decisiones del país. Una nueva democracia que deberá y tendrá que ser ejercida directamente, que tenga como base la solidaridad, la construcción colectiva y la veeduría popular. DEMOCRACIA DIRECTA CONSTITUYENTE EN UNA ASAMBLEA NACIONAL Las disputas políticas que se han generado debido a la crisis del régimen político colombiano, deben llevar al movimiento social y popular a capitalizar apuestas claras sobre las discusiones centrales que se dan en el país. Una ANC, es una gran posibilidad para que con propuestas se pueda aglutinar a múltiples sectores de la sociedad en la apuesta hacia una nueva democracia y la paz con justicia social. La ANC tiene que ser vista como un campo en disputa, donde los sectores sociales y populares concreten su visión de país. Es claro que las transformaciones necesarias para que esto ocurra, no pueden estar aparte de la discusión en torno a una nueva democracia que represente a los sectores excluidos. Es así que la apuesta por una democracia directa, tendrá que ir acompañada de propuestas concretas entorno a modificaciones al sistema político colombiano, claro está, que debe haber una relación dialéctica entre los factores de la democracia directa que se mueven en el espectro de lo local, con las propuestas que lo materializarían en el ámbito nacional. La lucha por la democracia directa deberá ser nuestra bandera en el marco de la discusión de una ANC, no solo por reivindicación, sino porque esto conllevara a generar caminos hacia la paz con justicia social. Sabemos que la disputa con la clase oligarca del país, no será fácil, ya que una transformación profunda a la democracia le quitara los privilegios acumulados en más de doscientos años de historia republicana. El movimiento social y popular deberá poner en juego todo su acumulado de historia de lucha, ya que esto le permitirá ser creativo en la construcción de propuestas que acompasen los avances desde lo local y lleven a elaborar propuestas a lo nacional. En otras palabras, se tendrá que pensar muy bien en las nuevas formas y mecanismos de participación política que vayan desde lo local hasta lo nacional. No se puede pensar en un nuevo sistema político que no tenga una relación directa con los territorios, pero así mismo, no se pueden pensar mecanismos autónomos aislados de la dinámica nacional. Se deben concretar escenarios de interrelación directa, en la que se evidencien formas efectivas de participación del conjunto del pueblo colombiano. Teniendo en cuenta lo anterior, se identificaron una serie de propuestas que han surgido del seno del movimiento social y popular, pero que aún falta complementar, ampliar y profundizar. Partiendo de la necesidad de reconocer la diversidad de sujetos y la particularidad de sus territorios, un precepto esencial parte de reconocer la democracia directa como un proceso social, político, cultural e incluso ancestral, ya que de esto dependerá el éxito de los procesos que se generen. Es así, que de facto se podría ligar el ejercicio de la democracia directa del conjunto de la sociedad colombiana, en propuestas que ya se han construido desde el movimiento social y popular. Entre la propuestas que encontramos, que dependerán propiamente del ejercicio de la democracia directa, están discusiones en torno a la veeduría y elección popular de órganos de control, participación de las comunidades en los entes regionales, territoriales y nacionales, participación social y popular en la definición de políticas públicas, entre otros escenarios que son relevantes para la vida política del país. Un elemento que falta discutir a profundidad, pero que es necesario mencionar en el marco del espacio propositivo de la democracia directa en una ANC, es el caso de la “Justicia” y el correspondiente sistema en el cual se ha estructurado. La importancia reside en que hay que construir un nuevo enfoque, una nueva visión y un nuevo sistema de justicia en el cual se vea como el derecho de la sociedad no solo a conocer la verdad, sino a participar activamente como parte de procesos de carácter judicial, administrativo, disciplinario o penal, ya que los escenarios veedores tendrán que ser los ojos del conjunto de la sociedad, para encontrar responsabilidades sobre hechos punibles en el marco de un nuevo panorama político, social y económico en el país. Finalmente, estas propuestas se verán en el marco de una ANC, pero no son el fin último en sí mismo, se debe propender por seguir construyendo un Proceso Constituyente, que vaya más allá de las reivindicaciones formales. Este Proceso Constituyente, deberá llevar a la concreción de escenarios de poder popular, donde se rompa definitivamente con la democracia liberal y por fin sea el conjunto del pueblo colombiano el que tome y determine el destino de Colombia, siendo el Poder, Poder Constituyente. A MODO DE CONCLUSIÓN Es necesario que desde distintos escenarios comencemos a pensar en propuestas claras de país, teniendo en cuenta nuestras particularidades, pero trascendiendo el horizonte político de la realidad. Es por eso que se considera fundamental pensar un nuevo escenario democrático en país, que ponga a consideración algunos elementos centrales: • La reconstrucción de estado-nación colombiano que tenga en cuenta el conjunto de sectores sociales en la organización social y territorial. • La ruptura de la clase política y económica oligarca que ha definido el rumbo del país a lo largo de la historia republicana. • La disolución de poderes regionales ligados al narcotráfico y el paramilitarismo. • Creación de nuevas formas y mecanismos de participación social y popular. • La reconfiguración de sistema electoral y de partidos. Sin embargo, para lograr y superar los escenarios limitados que ha tenido la democracia en Colombia, es necesario pensar un nuevo sistema democrático en el país que tenga los siguientes como ejes indispensables: Ø “La Soberanía radica y emana exclusivamente del pueblo”. Como elemento inalienable de la nueva democracia en Colombia. Ø La democracia directa como factor fundamental para la participación del conjunto del pueblo colombiano en las decisiones políticas, sociales y económicas. Ø La vinculación de sujetos políticos excluidos a la vida política del país. Ø La veeduría y control con principio elemental de una nueva democracia. Ø La vinculación y participación de sectores sociales excluidos en los escenarios de decisión política. Ø La autonomía y autodeterminación de las comunidades y sus territorios como elementos centrales de la democracia directa. Ø La construcción de escenarios de poder popular, como la materialización de la democracia directa. Finalmente, estos elementos que se presentan acá, representan escenarios desde los cuales se puede promover una visión más profunda entorno a un nuevo sistema democrático en el país. Escenario que por cierto solo podrá definirse con la acción, movilización y debate permanente del Poder Constituyente colombiano. BIBLIOGRAFIA • AVALOS, una Martin. 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