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Suplemento
Eduterapia
6
Julio 2001
Sistemas Funcionales
y Discapacidades de
Aprendizaje
Carlos G. Wernicke
Este artículo se basa en la disertación del mismo nombre ofrecida por el Prof. Carlos G.
Wernicke en el Encuentro Internacional de Neuropsicología y Psicopedagogía,
Buenos Aires 1985.
Fundación Holismo de Educación, Salud y Acción Social
desde 1990 en Buenos Aires, Argentina
Estudio, investigación, difusión y docencia de la visión global en educación, salud y acción social
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SUPLEMENTO EDUTERAPIA es una serie constituida por artículos únicos
publicada por Fundación Holismo de Educación, Salud y Acción Social,
con el fin de presentar sus desarrollos a lo largo del tiempo en relación
con lo más central de su misión, a saber, investigar las aplicaciones
prácticas del paradigma holístico en pedagogía, medicina, psicología
y acción social.
SUPLEMENTO EDUTERAPIA es una serie monográfica publicada por Fundación Holismo de
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registrado n° 1.886.125. ISSN 1669-9203
La reproducción parcial o total por cualquier método no está permitida, salvo confirmación por
Fundación Holismo de Educación, Salud y Acción Social de solicitud previa por escrito.
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LA LATERALIZACIÓN FUNCIONAL
Desde hace tiempo se sabe que en los seres humanos los dos hemisferios
cerebrales poseen una diferente programación y se dedican cada uno a aspectos
particulares de las funciones y los sistemas funcionales. Esta diferenciación entre
hemisferios derecho e izquierdo desde el punto de vista funcional va
instalándose con el tiempo, durante los primeros años de la vida.
La palabra dominancia proviene de las primeras exploraciones de la
lateralidad humana, cuando se asignaba un rol más importante al hemisferio
izquierdo que al derecho; considerando que el izquierdo es aquél que detenta las
actividades lingüísticas se lo denominó dominante, cosa que hoy se mantiene por
convención.
No obstante, cada uno de los hemisferios será dominante para algunas
funciones, pero no para otras.
He recopilado en una lista (Cuadro 1) lo que a lo largo de los últimos
tiempos muchos autores han encontrado de diferente entre los hemisferios
izquierdo y derecho. Muchos, tanto en Europa como en Estados Unidos, han
intentado especificar en qué es dominante cada uno de los hemisferios.
El hemisferio izquierdo es dominante sobre todo en relación con el habla
expresiva, el lenguaje receptivo, el lenguaje en general, las funciones motoras
complejas, la vigilancia, el aprendizaje asociado, la vinculación con la ideación,
las similitudes conceptuales, el análisis temporal, el análisis de detalle, la
aritmética, el cálculo, la escritura occidental, la denominación de dedos, la
orientación derecha izquierda, el procesamiento de las secuencias, la
construcción de la sintaxis, el significado verbal de las emociones, la gnosis y la
denominación de los colores, el ritmo.
El hemisferio derecho, por su parte, se dedica más a la orientación
espacial, la comprensión del lenguaje simple, la ideación no verbal, el sentido
para gráficos y patrones, las funciones de rendimiento, la integración espacial, el
pensamiento asociativo-creativo, el reconocimiento facial, el reconocimiento del
sonido, el pensamiento asociado no verbal, la percepción táctil, la percepción
gestáltica, el procesamiento logográfico y pictográfico, ciertas escrituras no
occidentales, la resolución intuitiva de problemas, el psiquismo en general, el
pensamiento humorístico, el procesamiento no secuencial sino simultáneo, el
arte, la comprensión del sentido, la entonación de las palabras, las emociones, la
adquisición de un segundo idioma, la creatividad musical, las funciones
visoespaciales.
Sólo como resumen grosero puede decirse que el hemisferio izquierdo está
más dedicado a los aspectos intelectuales y el hemisferio derecho a los aspectos
emocionales. Hay autores, sin embargo, que persisten en esa diferenciación un
tanto estrecha.
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Cuadro 1
Lateralización funcional
Hemisferio derecho
Hemisferio izquierdo
™
™
™
™
™
™
™
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™
™
™
™
™
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™
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™
™
™
™
™
™
™
™
™
™
™
™
Habla expresiva
Lenguaje receptivo
Lenguaje en general
Funciones motoras complejas
Vigilancia
Aprendizaje asociado
Vinculación con la conciencia
Ideación
Similitudes conceptuales
Análisis temporal
Análisis de detalles
Aritmética
Cálculo
Escritura
Denominación de dedos
Orientación derecha - izquierda
Procesamiento secuencial
Construcción sintáctica
Significado verbal de las emociones
Gnosia y denominación de colores
Ritmo
™
™
™
™
™
™
™
™
™
™
™
Orientación espacial
Comprensión del lenguaje simple
Ideación no verbal
Sentido para gráficos y patrones
Funciones de tipo rendimiento
Integración espacial
Pensamiento asociativo creativo
Reconocimiento facial
Reconocimiento del sonido
Pensamiento asociado no verbal
Percepción táctil
Percepción de la gestalt
Procesamiento logográfico (y
pictográfico)
Resolución intuitiva de problemas
Psiquismo
Pensamiento humorístico
Procesamiento simultáneo
Arte
Comprensión del sentido
Entonación del lenguaje
Emociones
Adquisición de segundo idioma
Creatividad musical
Funciones visoespaciales
RETROACCIÓN Y RETROALIMENTACIÓN
Julio Bernaldo de Quirós y O. Schrager han definido retroacción y
retroalimentación desde un punto de vista neuropsicológico.
Cuando el encéfalo genera una conducta, vale decir una acción, recibe de
inmediato una respuesta sobre el curso de dicha acción; si utilizáramos la imagen
de una flecha para expresar la acción, veríamos incidir de continuo la
4
retroinformación sobre cada uno de los segmentos de la conducta a lo largo del
camino que se emplea para llevar ésta última a cabo. Tal información, la
retroacción simultánea, tiene lugar durante el curso de la acción. En
consecuencia, la retroacción es específica de la vía a lo largo de la cual se
desarrolla la conducta. En otras palabras, la retroacción es unisensorial; la
información es específica del circuito sensoriomotor en cuestión, y sólo de él.
Los demás circuitos sensoriomotores todavía no se han enterado, por así decir,
de que la acción está en curso.
Se requiere por consiguiente otro tipo de retroinformación: La
retroalimentación o feedback.
La retroalimentación no informa sobre el curso mismo de la acción, sino
sobre su resultado final. Para ello debe esperar que curse todo el impulso
necesario para esa conducta; una vez realizada, la retroalimentación verifica y
corrige las retroacciones, de modo que la conducta se corregirá o quedará como
está.
Estos nuevos estímulos pueden provenir, dentro del encéfalo, de otros
sensorios que están tomando noticia de la acción que se ha llevado a cabo. La
retroalimentación es multisensorial. Sin embargo, en lo fundamental la
retroalimentación tiene lugar desde el exterior del individuo. La acción ya se ha
desarrollado, la conducta ya fue emitida, y el sujeto recibe retroinformación de la
conducta retroalimentándose, con el fin de verificarla o corregirla.
¿Por qué es importante y útil esta diferencia? Sucede que cuanto mayor sea
la exigencia ambiental o menor sea la capacidad del sujeto, mayor necesidad
habrá de retroacciones (correcciones internas, simultáneas con el desarrollo de la
conducta, a lo largo de un solo sensorio) y de retroalimentaciones (correcciones
consecutivas, multisensoriales y las más de las veces externas al organismo). En
este último caso se requerirán circuitos más complejos, de un nivel más elevado,
que comprometerán más al individuo consciente y más a estructuras de ambos
hemisferios, que en otros casos no participarían de la conducta en cuestión.
Esto nos lleva a un desarrollo teórico: ¿Qué sucedería, como sucede de
hecho en casos con patología, si los hemisferios están poco asociados entre sí,
como en casos graves de escisión del cuerpo calloso u otras estructuras
interhemisféricas?.
La llamada escisión interhemisférica podría ser mínima, funcional, y no
como generalmente se la estudia, por lesión de las vías, como es el caso de una
escisión quirúrgica o traumática. Pares homólogos de sistemas funcionales a la
izquierda y a la derecha no serían lo suficientemente similares como para
asociarse en esa acción, en esa conducta. En principio habría una menor
retroacción interhemisférica; en segundo lugar habría una menor
retroalimentación interna del individuo, un hemisferio podría colaborar menos
con el otro.
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Supongamos una conducta desarrollada por el hemisferio derecho. El
hemisferio izquierdo, con el objeto de tomar noticia verbal y darle un significado
verbal, tendría que basarse fundamentalmente en la retroalimentación externa.
Sólo así el hemisferio izquierdo podría dar sentido verbal a lo sucedido desde el
hemisferio derecho. No obstante, el hemisferio izquierdo estaría dando un
sentido verbal lingüístico a lo sucedido desde el hemisferio derecho nada más o
casi nada más a partir de la retroalimentación que le llega desde el exterior; en
otras palabras, estaría disponiendo de menor información interna. Para
compensarlo, el hemisferio izquierdo debería encontrar una explicación
lingüística, una racionalización.
CARGA EXTRA Y SOBRECARGA
Esto nos conduce directamente a otra diferenciación enunciada por de
Quirós y Schrager. Los autores utilizan el término carga extra para referirse a la
carga sobrante en un determinado circuito. Se trata de un circuito cargado de
informaciones que en realidad no le son propias, por ejemplo en el caso de
informaciones que debe transportar el sistema auditivo cuando el sistema visual
no está en condiciones, o está discapacitado: En tal caso, la audición debería
tomar parte en los aprendizajes como no lo haría en un sujeto con visión intacta.
La deducción terapéutica es fácil. En caso de carga extra habría que
entrenar mejor la discriminación en el sistema director (el sensorio a cargo), es
decir, ampliar el campo perceptual de ese sistema.
De Quirós y Schrager diferencian la carga extra de la sobrecarga. Ésta
última consiste simplemente en inundación de información en un sistema; dicho
de otro modo, el sistema dispone de más estímulos que los que puede elaborar en
un momento dado.
El concepto terapéutico a deducir es que dicho sistema debe ser inhibido
de alguna forma, con el fin de que le sea posible elaborar una menor cantidad de
información.
Surge así otro supuesto teórico: La carga extra, es decir, la información
que no es propia de un sistema, es un problema sobre todo individual. La carga
extra se presenta sobre todo en sujetos que por no disponer completamente de un
sistema dado deben agregar más carga a otro.
En cambio, la sobrecarga consiste en una inundación estimulatoria sin que
exista algún otro sistema que requiera un proceso tal. Por consiguiente, la
sobrecarga es principalmente social.
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INQUIETUD E HIPERACTIVIDAD
Esto nos lleva a las definiciones de inquietud e hiperactividad. De Quirós y
Schrager hablan de inquietud cuando hay desinhibición postural por estímulos
internos. Puede tratarse de una alteración vestibular, cerebelosa, propioceptiva,
etc.
En cambio, denominan hiperactividad a la desinhibición motora por
estímulos que provienen del exterior. Volvemos así a los conceptos anteriores.
La hiperactividad está relacionada con la sobrecarga, que puede tener lugar
porque hay una dificultad propia del sujeto (una disfunción) o porque hay
hiperestimulación ambiental, que el sujeto experimentará como ansiedad.
En cualquiera de ambos casos, tanto en el de la disfunción como en el de la
ansiedad, el sujeto presenta una mayor necesidad de retroacción y de
retroalimentación: Como ya dijimos, debe utilizar entonces un mayor nivel
jerárquico de resolución (más próximo a la conciencia).
EJEMPLOS
Pongamos un ejemplo. En una escena cotidiana, un sujeto quiere beber una
taza llena de café. En ese mismo momento hay en el ambiente otro estímulo,
sucede otra cosa, por lo cual el sujeto debe “prestar más atención” para levantar
la misma taza de café; desde el punto de vista neuropsicológico que venimos
explicando, debe utilizar un nivel jerárquicamente superior; por lo tanto, debe
utilizar mayor retroacción interna y mayor retroalimentación externa. En el
ejemplo, para no derramar debe mirar la taza.
Tomemos ahora el ejemplo de un niño con una discapacidad de
aprendizaje.
Supongamos una discapacidad de aprendizaje compensada, denominada en
otras literaturas discapacidad parcial del rendimiento, o discapacidad específica
de aprendizaje (especial para un contexto determinado), como es la dislexia.
¿Qué sucede cuando el niño presenta tal discapacidad parcial en sus
aprendizajes? En un área determinada se observará un menor rendimiento. El
ambiente, a veces en forma consciente porque detecta esa discapacidad parcial y
otras en forma no consciente, ya que no detecta ni posee las verbalizaciones
necesarias para transmitir esa detección, se transforma en exigente, es decir, se
hace hiperestimulatorio: Exige un mayor rendimiento, esto es, provoca una
elevación de la ansiedad (sinónimo de tensión muscular) y, como vimos, se
genera hiperactividad.
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En consecuencia, el niño debe utilizar un mayor nivel jerárquico
resolutivo, igual que en el caso del café. En otras palabras, el sujeto necesita más
retroacción y retroalimentación; sin embargo, debido a la discapacidad el niño
presenta una menor capacidad de retroacción y/o de retroalimentación interna.
Tiene que utilizar más que nada la retroalimentación externa. Como ya
señalamos, esto lleva a una racionalización compensatoria. Dicho de otra
manera, al control intelectual de su ansiedad.
Esto último incrementa las dificultades de comunicación individuales. El
círculo vicioso se reinicia: mayor nivel resolutivo, mayor necesidad de
retroacción y retroalimentación interna, mayor retroalimentación externa,
racionalización compensatoria, control intelectual de la ansiedad, dificultad de
comunicación. Obviamente, este círculo puede conducir a hiperactividad en la
conducta.
DISLEXIAS
Diferentes autores han intentado clasificar las dislexias. Presentaré a
continuación algunas de dichas clasificaciones basadas en la lateralización
hemisférica.
Una de ellas es por ejemplo la de Hynd y Cohen, que se muestra en el
Cuadro 2. Estos autores señalan que las dislexias pueden dividirse en aquéllas
que presentan fundamentalmente una disfunción izquierda, la cual sería
relativamente frecuente, con déficit en las habilidades psicolingüísticas, y
aquéllas que presentan una disfunción derecha, con dificultades visoespaciales y
visomotoras, correspondientes al hemisferio derecho, en que hay dificultades en
el reconocimiento visual de las palabras y, como corresponde a un hemisferio
izquierdo no comprometido, habilidades psicolingüísticas relativamente intactas.
Por cierto, también habría disfunciones bilaterales. Por cierto, habría dislexias
bilaterales.
Por su parte, Mattis y colaboradores (Cuadro 3) destacan que en el 39% de
sus casos el fundamento de la dislexia consistió en trastornos del lenguaje,
principalmente anómicos: En una prueba de denominación de palabras se
detectaron errores en más del 20% de los casos. Además de la anomia, el
compromiso presentaría alguno de los problemas siguientes: alteración en la
comprensión, alteración del habla imitativa y/o alteración en la discriminación
de los sonidos hablados. Otro subtipo, el 37% de los casos, presentaría
discoordinación articulatoria y grafomotora, con déficit fonoarticulatorio pero
sin déficit lingüístico, además de discoordinación grafomotora marcada. Por fin,
el trastorno perceptual visoespacial (16% de los casos) presentaría un cociente
verbal notablemente superior al de ejecución y resultados en las pruebas de
Raven y Benton (retención visual) inferiores a los de cociente intelectual.
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Cuadro 2
Subtipos disléxicos según la lateralización (Hynd y Cohen, 1983)
Disfunción izquierda
™ relativamente común
™ déficit en las habilidades psicolingüísticas
Disfunción derecha
™ habilidades psicolingüísticas relativamente intactas
™ dificultades visoespaciales y visomotoras
™ dificultades en el reconocimiento visual de palabras
•
Disfunción bilateral
Cuadro 3
Subtipos disléxicos (Mattis y col., 1975)
1. Trastornos del lenguaje (39%)
™ anomia: > 20% de errores en una prueba de denominación
™ además, uno de los siguientes:
™
™
™
alteración de la comprensión
alteración del habla imitativa
alteración en la discriminación de los sonidos hablados
2. Discoordinación articulatoria y grafomotora (37%)
™ -déficit de articulación en el habla, sin déficit de lenguaje
™ -discoordinación grafomotora marcada
3) Trastorno perceptual visoespacial (16%)
™ -CIv > CIe en más de 10 puntos
™ -Resultados en Raven y Retención Visual (Benton) < al CI
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En cambio, Pirozzolo y col. (Cuadro 4) muestran subtipos disléxicos que
hacen recordar a la lateralización encefálica. El subtipo auditivo-lingüístico
presenta cociente intelectual promedio, siendo el cociente verbal menor al de
ejecución, acompañado por instalación tardía del lenguaje, deficiencias en el
habla, anomia, trastornos en la denominación de objetos y colores, agramatismo,
errores de lectura con problemas fonológicos, pobre correspondencia entre
fonema y grafema, una estrategia decodificatoria letra por letra -esto es,
secuencial-, movimientos oculares normales de barrido o lectura y habilidades
visoespaciales relativamente intactas. Es evidente que se trata de un subtipo
disléxico con muchas características correspondientes al hemisferio izquierdo.
El subtipo disléxico visoespacial presenta un cociente intelectual verbal
promedio superior, cociente de ejecución menor al verbal, desorientación
derecha izquierda, evidencias tempranas de preferencia por la escritura en espejo
o invertida, agnosia digital y disgrafía espacial; es decir, problemas con el uso
del espacio en general, errores de lectura que muestran problemas visuales,
inversiones, omisiones, una estrategia decodificatoria sobre todo fonética,
movimientos oculares defectuosos al leer y, por cierto, habilidades lingüísticas
verbales relativamente intactas. Podríamos pensar perfectamente en una
disfunción derecha.
Cuadro 4
Subtipos disléxicos (Pirozzolo y col., 1981)
Auditivo-lingüístico
Visoespacial
™
™
™
™
™
™
™
™
™
™
™
™
™
™
™
CIe promedio
CIv < cie
Instalación tardía del lenguaje
Deficiencias en el habla
Anomia, trastornos en la denominación
de objetos o de colores
Agramatismo
Errores de lectura que muestran
problemas fonológicos
Pobre correspondencia
fonema / grafema
Estrategia de decodificación
letra por letra
Movimientos oculares normales
Habilidades visoespaciales
relativamente intactas
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™
™
™
™
™
™
™
CIv promedio o superior
CIe < civ
Desorientación derecha - izquierda
Evidencias tempranas de preferencia por
la escritura en espejo o invertida
Agnosia digital
Disgrafía espacial (problemas de
escritura y de uso del espacio)
Errores de lectura que muestran
problemas visuales
Inversiones, omisiones, etc.
Estrategia de decodificación fonética
Movimientos oculares defectuosos
al leer
Habilidades lingüísticas verbales
relativamente intactas
CONCLUSIONES TERAPÉUTICAS
En primer lugar, en el caso de la sobrecarga, es decir, la hiperestimulación
ambiental, es sobre ésta que debemos trabajar. El abordaje concreto para hacerlo
consiste en la orientación psicoeducativa a los padres. Debemos enseñar a los
padres a manejar los diferentes aspectos de este círculo vicioso. Quizá no
podamos modificar la retroacción o la retroalimentación interna; pero sí
podemos modificar la retroalimentación exterior, reduciendo o suprimiendo la
hiperestimulación ambiental.
Por supuesto, la posibilidad de variar la retroalimentación exterior también
se da en un ambiente de psicoterapia. Otra forma de incidir sobre este círculo
vicioso sería producir una relajación muscular química o física, en la esperanza
de reducir la ansiedad, el correlato psicológico de la tensión.
En cambio, lo que no debe hacerse es abordar la racionalización
compensatoria. Esto es de conocimiento común en psicoterapia, si bien en ese
contexto es otra la fundamentación que conduce a la misma conducta
terapéutica. Suprimir la racionalización compensatoria, único mecanismo de que
el sujeto dispone por el momento para dominar la situación, conduce
simplemente a que el individuo se quede sin ese mecanismo.
El abordaje de la racionalización compensatoria debe tener lugar
exclusivamente cuando el individuo ya no la necesite, esto es, cuando hayamos
podido organizar, reordenar y presentar mejor la retroalimentación externa.
En las dislexias, disfunciones encefálicas autocompensadas, surgen
entonces como principios terapéuticos:
™ Tener en cuenta la lateralización funcional, de modo de operar sobre los
síntomas que cada disléxico presente
™ Distinguir entre retroacción y retroalimentación, carga extra y
sobrecarga, inquietud e hiperactividad, y actuar en consecuencia.
™ Disminuir el estado de ansiedad / tensión muscular, como abordaje
inicial.
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