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NOMADAS DEMALÍ COLLEEN THORPE n la aldea de Im Naghil, en las desérticas tierras al noroeste de Malí, Mossa Ag Timika se sienta a esperar la lluvia. Si no llega, perderá su cosecha de sorgo. Está impaciente. En el paado, si no había agua en un sitio, empacaba sus pertenencias y se iba con su familia a otro. Mossa Ag (Ag significa hijo de) Timika añora los días en que acostumbraba a llevar sus rebaños hacia pastos más verdes. Pero, ahora, los pastos verdes son escasos y él ha perdido más del 80 por ciento de su ganado por la sequía. El no tiene suficientes animales para justificar semejante movimiento 0 incluso para alimentar a su familia. “Antes, una familia de unos 20 poseía unas 100 cabras, 10 ovejas, 10 vacas y 10 camellos. Ahora, una familia tiene suerte si posee unas pocas cabras. La sedentarización se ha tornado obligatoria”. Sin tierras para pastar, los animales mueren y los nómadas se ven forzados a moverse a una tierra en la que puedan sembrar y producir cultivos alimenticios. Como jefe en Im Naghil, Mossâ habla por los mil otros Tuaregs de la aldea. La sequía creciente de los últimos 20 años ha forzado a los grupos nómadas, como los Tuaregs, los Bellas, los Maures y los Peuhls, que recorrían la región sudano-sabeliana del occidente africano, a asentarse. El asentamiento en aldeas ha significado escoger la sobrevivencia, dice Mossa, pero la vida no ha mejorado mucho desde la tremenda sequía de 1985.86 cuando él se asentó por primera en vez en Im Naghil. Después de tres años su aldea no es todavía autosuficiente y depende de los organismos de ayuda externa para los alimentos. Unos 400 kilómetros al sureste de Im Naghil, en las tierras más fértiles de la aldea de Palole Walo, un grupo sedentarizado de nómadas Bella está en situación similar - por tres años ellos también han estado luchando para sobrevivir. “Nuestra cosecha es muy pequefia. La E vida agrícola es difícil comparada con nuestra forma nómada de vida. Antes podíamos pasar dos días con sólo un poco de leche de los animales. Pero ahora no podemos pasar un día de trabajo agrícola sin comer. Nos vemos forzados a salir de noche y cortar madera ilegalmente para conseguir dinero suficiente para comprar alimentos”, explica Hebraim Dicko, un aldeano. El dice que Palole Walo necesita ayuda para sobrevivir. Los aldeanos de Palole Walo e Im Naghil no son los únicos que solicitan ayuda. En la región de Tomhouctou, al norte de Malí, más de una tercera parte de la población es nómada, y en la región Ga” más de la mitad lo es. En total, hay más de 450 000 nómadas en Malí. El nomadismo es una forma sencilla de manejo de recursos; los nómadas se mueven según la disponibilidad de recursos naturales. Porque están en movimiento constante, el medio ambiente tiene oportunidad de recuperarse luego de su paso. El asentamiento ha traído serias presiones demográficas en ciertas áreas del país, especialmente en las riberas de los ríos y las zonas cercanas a las fuentes de agua. En estas áreas, la necesidad de combustible y materiales de construcción, la apertura de tierra para agricultura y el constante apacentamiento del ganado nómada ha traído una destrucción masiva de la cubierta vegetal. Para determinar qué tipo de ayuda necesitan los nómadas, el Ministerio de Recursos Naturales y Ganadería, con financiación del CIID, completó un estudio demográfico sobre las consecuencias ambientales y sociales de la sedentarización en junio de 1988. Los investigadores entrevistarona 180 jefes y 162 mujeres de asentamientos y 15 jefes y 13 mujeres de campos nómadas. De 18 campos nómadas conocidos, los investigadores sólo pudieron encontrar 7 dehido a su continuo movimiento. Los investigadores sugieren que el gobierno debería regular los sirios de asenta- miento, designando algunas áreas como tierra de pasturas para animales y reservando otras para la agricultura, y continuar la lucha contra la desertificación con programas de reforestación. Youssouf Manian Diarra, líder del proyecto, seiiala, sin embargo, que los problemas ambientales tienen raíces económicas. Los nómadas son pastoriles; su actividad más importante es la cría de ganado. En la jerarquía social nómada, criar ganado era un símbolo de nobleza, cultivar la tierra significaba pertenecer a una clase social más baja. En la aldea de Palole Walo, los nómadas no han tenido éxito en vivir de la tierra. En consecuencia, cortar y vender madera se ha convertido en su modo de vida. El estudio sugiere que los nómadas sean ayudados a reconstruir parte de su ganado. Per” también recomienda que para que los asentamientos sean viables, los nómadas deben diversificar su esfera de actividades e incluir el cultivo de vegetales y de cereales. Para hacerlo, necesitarán no sólo materiales como semillas y herramientas sino, lo más importante, tendrán que aprender las técnicas de cultivo. Para la gente de Palole Walo, esro también funcionaría ya que está localizada en un oasis; el agua es suficiente y las llanuras inundadas están bien adaptadas para sembrar vegetales. Sin embargo, este no es el caso en tierras más áridas como las de Im Naghil, donde la agricultura es difícil pero los nómadas se han asentado, sin embargo, porque es su zona tradicional de paso. Allí los aldeanos difícilmente suplementan su ingreso vendiendo artesanías. Para que esto sc convierta en una forma de vida viable, necesitarán más materiales porque la pérdida de los animales ha implicado la pérdida de pieles. Ahora ellos están obligados a usar productos sintéticos para sus artesanías. Ya sea la industria artesanal, la producción de cereales, vegetales o una cría sedentaria de ganado, el estudio recomienda que los nómadas se organicen en cooperativas para manejar sus actividades. Diarra dice que el gobierno debe completar el marco de desarrollo poniendo en ejecución programas sociales que incluyan educación y salud. Pero una vez que el marco esté determinado, la intervención debe ser mínima. El desarrollo dentro de la comunidad de nómadas también será lento. La sedentarización significa más que simplemente asentarse; para los nómadas esto significa perder su libertad. Los investigadores creen que sin insumos adecuados y capacitación en prácticas de agricultura sedentaria, los nómadas solamente permanecerán en los asentamientos hasta que puedan regresar a su previa forma de vida. Sostienen que para que la sedentarización funcione, los nómadas deben obtener satisfacción de su nueva forma de vida. “Es abandonar una forma de vida para asumir otra”, dice Ambeiry. Es” significa cambiar cosas tan fundamentales como los hábitos alimenticios. Los nómadas, cuya dieta consiste en miel y carne, no son aficionados al mijo, sorgo, frutas o vegetales. “Yo era más fuerte y más grande”, dice MOSSZ. “Ahora estoy débil y mi piel es flásida”. Para algunos, la sedentarización es la única opción. “Entendemos que asípodemas superar muchos obstáculos. Si el gobierno tiene éxito en ayudarnos, nunca dejaremos esta área”, dice Dicko. Pero para otros significa la pérdida de una cultura. Mossâ dice que él siempre tendrá nostalgia de su antigua forma de vida, y teme que esa forma se muera con esta generación. “Si la sedentarización continúa y si los nómadas emprenden nuevas actividades, nuestra cultura desaparecerá. Nuestros hijos nunca sabrán qué es un camello si solamente ven campos de mijo y sorgo. Ellos serán unos Tuaregs distintos”. n