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Porqué la comida española es la mejor del mundo En el menú internacional, los líderes indiscutibles son la cocina italiana, asiática, mexicana y americana. Por una simple razón: su sencillez de preparación y el bajo precio de las materias primas (pasta, arroz, hamburguesas, costillas, tortitas de maíz, pollo y ... más pasta). Si la comida española no goza del lugar que le corresponde es precisamente por la dificultad de estandarizar sus recetas e ingredientes para su explotación comercial masiva, como es el caso de las mencionadas que apenas requieren de un know-how muy básico. En la diversidad está la riqueza y precisamente es un factor que no nos falta. La gastronomía española es fruto de muchos siglos de mestizaje cultural. Fenicios y cartagineses introdujeron en la Península Ibérica ingredientes como la vid y el olivo. Los romanos también hicieron aportaciones que llegaban desde todo su imperio, como el ajo, aunque se beneficiaron más de nuestra incipiente cultura gastronómica que nosotros de ellos. A los pueblos del norte de Europa, como los visigodos, los “taperos” les debemos el gusto y perfeccionamiento de un elemento de enorme valor: ni más ni menos que la cerveza. Posteriormente, las invasiones musulmanas de los pueblos árabes y bereberes introducen nuevos métodos e ingredientes que incluyen una herencia de la dieta persa e india. Se incorporan a nuestra despensa arroz, espinacas, berenjenas, sandía, almendras, azúcar de caña, melocotón y frutas cítricas como el limón y la naranja. El descubrimiento del Nuevo Mundo abre todo un desconocido abanico de ingredientes como la patata, el tomate, el pimiento, el pimentón y el cacao. Los reinados de las monarquías europeas de la Casa de Austria y los Borbones nos acercaron los gustos más refinados de Francia, Países Bajos, Nápoles, Sicilia, Cerdeña y Milán. No sólo este rico legado cultural hace única nuestra gastronomía. La variedad climática que acoge "La Piel de Toro" incluye los climas oceánico, meditarráneo, estepario y subtropical, dando lugar a un gran surtido de cultivos y recursos. Si le sumamos el repertorio de caracteres propios regionales, obtenemos un extenso menú de alimentos y preparaciones cuya riqueza queda de manifiesto por las múltiples denominaciones de origen exclusivas. En nuestra carta encontramos innumerables recetas de pescado y marisco que provienen del Mar Mediterráneo, el Mar Cantábrico, el Océano Atlántico y de nuestros numerosos ríos. Pulpo, bogavante, percebes, navajas, ostras, almejas, buey de mar, camarones, cigalas, gambas y gambones, cazón, trucha, sardinas, anchoas, bonito... la lista es interminable. A las capturas del mar se les añaden las de la tierra. La carne de caza nos regala venado, jabalí, conejo, liebre, perdiz, codorniz... El común ganado bovino y porcino y las aves de corral también están presentes, sin embargo nuestra gastronomía desarrolla productos nada comunes. La excelencia de los embutidos derivados del cerdo es manifiesta: jamón, morcilla, chorizo, etc. Aunque los exquisitos embutidos ibéricos, como el lomo embuchado, no sólo proceden de este animal. No nos despidamos del cerdo sin mencionar el solomillo. En cuanto a la ternera y el buey, la calidad de la carne de ganado que se alimenta en los verdes pastos de la zona norte se traduce en insuperables chuletones y entrecotes. Los frutos de la tierra incluyen todo tipo de legumbres, verduras y hortalizas que nos permiten encontrar en cada región sanas y sabrosas guarniciones, espectaculares potajes y cocidos y recetas únicas como el gazpacho. Nuestra tradición quesera ofrece una amplia y sofisticada tabla de quesos de la cual el queso manchego y el queso de cabrales no son más que la punta del iceberg. En cuanto a la cocina micológica también estamos al más alto nivel con gran cantidad de setas y hongos que satisfacen los paladares de los gourmets más exigentes. Y por supuesto, un capítulo aparte es nuestra riqueza vinícola. Poseemos vino tinto, blanco, rosado, clarete, dulce, fino... Los caldos españoles siempre están en el podium de los certámenes internacionales, siendo los vinos franceses los únicos capaces de competir realmente con ellos en calidad y tradición. Todas estas variables dan lugar a diferentes tipos de cocina según la zona geográfica: cocina gallega, vasca, catalana, madrileña, castellano-leonesa, castellano-manchega, andaluza... Cada comunidad autónoma, cada provincia, tiene un menú tradicional de gran distinción. Otro punto fuerte de nuestra comida es su gran valor nutricional, gracias a su carácter equilibrado y la calidad de sus materias primas. Mientras que otras cocinas, como la americana, fríen y refríen los alimentos con grasas animales (como la mantequilla y la manteca) o aceites vegetales de alto contenido en grasas saturadas, en la zona mediterránea contamos con el aceite de oliva, que no sólo tiene un gran sabor sino que además se compone de grasas poliinsaturadas. El aceite de oliva es el único capaz de conseguir, mediante su consumo, la disminución del colesterol "malo" LDL y mantener los niveles de colesterol "bueno" HDL. Por tanto las grasas con que cocinamos son las más sanas y recomendables, sin olvidar los beneficiosos ácidos grasos (los televisivos omega 3 y omega 6) que encontramos en los pescados y mariscos. El aceite de oliva y el vino son los principales responsables de las propiedades antioxidantes de nuestra dieta. Además, frente a la acumulación de hidratos de carbono y grasas de, por ejemplo, las recetas italianas, la dieta española ofrece un sano equilibrio entre carbohidratos y proteínas. Estas proteínas provienen de diferentes fuentes, tanto animales como vegetales: pescado azul y blanco, carnes rojas y blancas, huevos, lácteos, legumbres y cereales. Las diferentes verduras, frutas y hortalizas que acompañan nuestras comidas son una excepcional fuente de vitaminas y nutrientes. Además, nuestras técnicas culinarias hacen innecesario añadir a la comida "potenciadores del sabor" como el perjudicial glutamato monosódico, tan recurrido en la comida asiática que incluso existe un "síndrome de restaurante chino" que describe efectos debidos al glutamato como dolor de cabeza, sudor y sensación de malestar entre otros. Es por todo esto que nos sobran los argumentos para decir, bien alto, que la gastronomía española es la mejor del mundo. La más rica, variada y saludable. Con toda esta diversidad no es de extrañar que seamos el país de las tapas, ya que son muchos los platos a conocer mientras se disfruta de la buena compañía. En Tapas y Tapas ofrecemos la oportunidad única de disfrutar, en las calles más antiguas e históricas de Madrid, de estos pequeños grandes placeres en forma de tapa, tosta o ración que proceden de toda España, acompañados de buena cerveza y evocadores vinos. Podrás degustar lo mejor de la cocina vasca, canaria, gallega, madrileña, extremeña e incluso salamanquina mientras conoces los rincones más castizos de la capital. Lugares que rebosan historias y cuyas piedras vibran, desde hace siglos, con la bulliciosa vida social madrileña donde cualquier viajero ha encontrado siempre una cálida acogida y dejado su impronta. Tapear con nosotros no se reduce a comer y beber, es sumergirte de lleno en la cultura y formar parte de la viva historia de esta mágica y misteriosa ciudad. Álvaro Carrera (@alvarocarrera89) www.thebusinessandthepeople.wordpress.com para: www.tapasytapas.es www.facebook.com/tapasytapas.es