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2011 Órgano Oficial de la Academia Nacional de Medicina de México, A.C. Suplemento 1/2011 ISSN 0016-3813 www.anmm.org.mx Gaceta Médica de México Volumen 147 Volumen 147 - Suplemento 1 / 2011 ESPECIAL NUTRICIÓN PEDIÁTRICA F U N D A D A E N 1 8 6 4 Órgano Oficial de la Academia Nacional de Medicina de México, A.C. Volumen 147 Suplemento 1 / 2011 www.anmm.org.mx ISSN: 0016-3813 Incluida en/Indexed in: Index Medicus de la NLM, EUA; Medline de Medlars NLM, EUA; Biologica Abstracts, EUA; IMLA, Bireme-OPS, Brasil; Lilacs, Bireme-OPS, Brasil; Excerpta Medica, Excerpta Médica Foundation, Holanda; Artemisa, Cenids-SSA, México; Periódica, CICH-UNAM, México; Bibliomexsalud, CICH-IMSS-UNAM, México; Journal Citation Reports (JCR), EUA EDITOR / EDITOR IN CHIEF EDITOR INVITADO / INVITED EDITOR Alfredo Ulloa-Aguirre Edgar Manuel Vásquez Garibay COEDITOR / ASSOCIATE EDITOR EDITORES EMÉRITOS / HONORARY EDITORS ASISTENTE EDITORIAL / EDITORIAL ASSISTANT Fernando Larrea G. Luis Benítez Bribiesca Silvestre Frenk Ma. Carmen Porragas de la C. CONSEJO EDITORIAL / Editorial Board Emilio García Procel José Halabe Cherem Susana Koffman Juan Pedro Laclette Alejandro Mohar Betancourt José Narro Robles Martín Rosas Peralta Manuel H. Ruiz de Chávez Julio Sotelo COMITÉ EDITORIAL / EDITORIAL COMMITTEE Francis Gabbai Laval Gerardo Gamba Jorge Gaspar David Gómez-Almaguer Roberto González Amaro Alicia Graef Ali Halhali Baghdad Mauricio Hernández Avila Jorge Hernández Ortiz Samuel Karchmer K. Alberto Lifshitz Carlos A. Aguilar Salinas José Dante Amato Martínez José Luís Barrera Rubén Burgos Vargas Fernando Cano Valle Edmundo Chávez Esther Casanueva† Teresa Corona Juan Ramón de la Fuente Alfonso Dueñas González Fernando Gabilondo Navarro Luis Llorente Lizbeth López Carrillo Irene Maulén Jaime Mas Oliva Héctor Mayani Nahum Méndez Sánchez Miguel Ángel Mercado Osvaldo M. Mutchinick B. Gregorio Pérez Palacios† Hugo Quiroz Mercado Ana Cecilia Rodríguez de Romo Gustavo Román Fabio Salamanca Raffaela Schiavon José Sifuentes Osornio Antonio Soda Merhy Armando R. Tovar Misael Uribe Florencia Vargas Ma. Elisa Vega Memije José de J. Villalpando Casas COMITÉ ADMINISTRATIVO / ADMINISTRATIVE COMMITTEE Javier Mancilla Ramírez Enrique Graue Wiechers Francisco P. Navarro Reynoso Academia Nacional de medicina de méxico, A.C. / NATIONAL ACADEMY OF MEDICINE OF MEXICO mesa directiva 2011-2012 / board of directors 2011-2012 presidente / PRESIDENT VICEpresidente / VICE-PRESIDENT David Kershenobich Stalnikowitz Enrique Ruelas Barajas Secretaría general / GENERAL SECRETARY tesorero / TREASURER Secretario adjunto / ASSISTANT SECRETARY Enrique Graue Wiechers Javier Mancilla Ramírez Francisco P. Navarro Reynoso Gaceta Médica de México, órgano oficial de la Academia Nacional de Medicina de México, A.C., es uno de los medios de difusión científica de la Corporación. 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Impreso en papel totalmente libre de cloro Este papel cumple los requisitos de ANSI/NISO Z39.48-1992 (R 1997) (Papel Permanente) Ref. 783AX111 F U N D A D A E N 1 8 6 4 Órgano Oficial de la Academia Nacional de Medicina de México, A.C. Volumen 147 Suplemento 1 / 2011 ISSN: 0016-3813 www.anmm.org.mx Contenido Artículos Actualización en nutrición pediátrica para médicos generales 5 Probióticos, inmunidad y salud en pediatría 9 Edgar Manuel Vásquez Garibay José M. Saavedra Importancia de la alimentación de los niños en el primer año de vida 22 Factores que promueven una lactancia materna exitosa: el papel del profesional de la salud 32 Alimentación complementaria 39 Prevención de obesidad infantil 46 Reflujo gastroesofágico en niños 51 Alergia a alimentos 57 Conclusiones 67 Samuel Flores Huerta María Eugenia Flores Quijano Ana Bertha Pérez Lizaur Sonia Hernández Cordero Alfredo Larrosa Haro Juan José Luis Sienra Monge Edgar Manuel Vásquez Garibay S I N C E 1 8 6 4 Official journal of the National Academy of Medicine of Mexico, A.C. Volume 147 supplement 1 / 2011 ISSN: 0016-3813 www.anmm.org.mx Content Articles Actualization on Pediatric Nutrition for general physicians 5 Probiotics, Inmunity and Pediatric Health 9 Edgar Manuel Vásquez Garibay José M. Saavedra Importance of infant feeding during the first year of life 22 Promoting factors of breastfeeding: the role of health professionals 32 Complementary feeding 39 Prevention of infant obesity 46 Gastroesophageal reflux disease 51 Food allergy 57 Conclusions 67 Samuel Flores Huerta María Eugenia Flores Quijano Ana Bertha Pérez Lizaur Sonia Hernández Cordero Alfredo Larrosa Haro Juan José Luis Sienra Monge Edgar Manuel Vásquez Garibay E.M. Vásquez Garibay: Actualización en nutrición pediátrica para médicos Artículo generales 1 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1:5-8 Actualización en nutrición pediátrica para médicos generales Edgar Manuel Vásquez Garibay* Instituto de Nutrición Humana, Universidad de Guadalajara (UDG), Guadalajara, Jal. Resumen Este suplemento tuvo como propósito proveer educación actualizada en nutrición pediátrica a profesionales de la salud que atienden a pacientes pediátricos, con temas de gran trascendencia como son: Importancia de la alimentación en el primer año de vida; Beneficio de los probióticos en la infancia; Síndrome de mala nutrición; Problemas comunes gastrointestinales, y Alergias alimentarias en la infancia. De cada uno de estos temas se desarrollaron varios subtemas que tuvieron tres objetivos específicos: a) promover un estado nutricio saludable del niño a través de una alimentación adecuada; b) prevenir la presencia de enfermedades relacionadas con la nutrición como: desnutrición proteinicoenergética, deficiencias nutrimentales específicas; sobrepeso y obesidad, y efectos adversos del consumo de dietas potencialmente lesivas, y c) proponer medidas de manejo para enfermedades comunes relacionadas con la nutrición y alimentación. PALABRAS CLAVE: Nutrición. Pediátrica. Médicos. Generales. Abstract This supplement had a purpose to provide actualized information in pediatric nutrition directed to health professionals attending to pediatric population. This was attained through some relevant topics as: Importance of feeding during the first year of life; Benefits of probiotics in infancy; Malnutrition syndrome; Common gastrointestinal problems, and Food allergy in infancy. From each of those subjects some specific objectives were developed: a) to promote a healthy nutritional status through an adequate feeding; b) to prevent the presence of diseases related to nutrition as protein energy malnutrition, specific nutritional deficiencies; overweight and obesity and the effects of potentially harmful diets, and c) to propose an approach of management of some common pathologies related to food and nutrition. KEY WORDS: Pediatric. Nutrition. General. Physicians. Introducción El coordinador del Comité Normativo Nacional de Medicina General, A.C. (CONAMEGE), A. Lifshitz Guinzberg, ha señalado que, con base en estimaciones, 85% de la consulta en México se realiza con el médico general. Asimismo, que el universo aproxima- *Edgar Manuel Vásquez Garibay Académico numerario. Academia Nacional de Medicina Instituto de Nutrición Humana Hospital Civil de Guadalajara Dr. Juan I. Menchaca Salvador Quevedo y Zubieta, 759 Col. Independencia. C.P. 44340, Guadalajara, Jal. E-mail: [email protected] do de médicos generales en México es de 150,000; de ellos, alrededor de 40,000 están certificados, y cada año salen de la carrera de Medicina un promedio de 15,000 médicos, provenientes de 95 escuelas de Medicina en el país. Ésta es una realidad inobjetable y la necesidad ineludible de ofrecerles información confiable que fortalezca su formación profesional y, en consecuencia, sean profesionales de la salud útiles a los sectores de la sociedad mexicana atendida por ellos. En este contexto se inscribe el Primer Congreso Nestlé Nutrition («Temas selectos de nutrición pediátrica para médicos generales»), que se realizó los días 30 y 31 de agosto de 2010 en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México, aprobado por el CONAMEGE y avalado por la Academia Nacional de Medicina de México. Este acontecimiento tuvo como propósito fundamental proveer educación actualizada en nutrición 5 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 pediátrica a médicos generales que atienden a pacientes pediátricos, con temas de gran trascendencia como son: «Importancia de la alimentación en el primer año de vida», «Beneficio de los probióticos en la infancia», «Síndrome de mala nutrición», «Problemas comunes gastrointestinales», y «Alergias alimentarias en la infancia». De cada uno de estos temas se desarrollaron varios subtemas que tuvieron tres objetivos específicos: a) promover un estado nutricio saludable del niño a través de una alimentación adecuada; b) prevenir la presencia de enfermedades relacionadas con la nutrición como la desnutrición proteinicoenergética, las deficiencias nutrimentales específicas; el sobrepeso y la obesidad, y los efectos adversos del consumo de dietas potencialmente lesivas. Estas entidades representan actualmente un problema de salud pública en México, y c) proponer medidas de manejo para enfermedades comunes relacionadas con la nutrición y alimentación. Dicha reunión dio lugar a la elaboración de los artículos que integran este suplemento, que fueron considerados tanto por su relevancia como por su contenido útil y práctico, y que están dirigidos preferentemente a los profesionales de la salud de primer contacto que atienden a niños de la población mexicana. Importancia de la alimentación de los niños en el primer año de vida1 Flores Huerta enfatiza que durante el primer año de vida las formas correctas de alimentación deben favorecer el crecimiento y desarrollo de los niños y formar hábitos de alimentación saludables; asimismo, que el estado nutricio actual es resultado de las formas de alimentación y estado nutricio previo, pero a su vez determinan el estado nutricio de las etapas ulteriores de la vida. Nos recuerda que la Organización Mundial de la Salud recomienda que los lactantes sean alimentados con leche humana, idealmente hasta los 2 años de vida, y que ésta sea exclusiva durante el primer semestre de la vida. También señala que a partir del sexto mes se recomienda la incorporación de otros alimentos no lácteos cuya consistencia permita al lactante ingerirlos sin masticarlos, y aumentar su número hasta que sean incorporados todos los grupos de alimentos al término del primer año de vida. Asimismo, que, conforme la edad avanza, conviene aumentar la consistencia y variedad de los alimentos. No olvidar que, en cada tiempo de alimentación, el lactante sea asistido por su madre o la persona encargada de alimentarlo, y que, de manera simultánea, le proporcione 6 estímulo emocional y afecto. También nos recuerda que el desmedro, la anemia por deficiencia de hierro y ácido fólico, y el sobrepeso y la obesidad son frecuentemente alteraciones asociadas a la forma en que un niño ha sido alimentado. Factores que promueven una lactancia materna exitosa2 Flores Quijano enfatiza la importancia que tiene el profesional de la salud para lograr una lactancia materna exitosa. Señala que la lactancia materna contribuye, a través de la autorregulación, el consumo de leche y la exposición a diferentes sabores, a que, hacia el final del primer año de vida, el lactante esté preparado para sentarse a la mesa familiar, comer lo mismo que el resto de la familia y aceptar una variedad de alimentos en la cantidad suficiente para mantener un adecuado estado de nutrición. Recuerda que la lactancia es una conducta que la mujer necesita aprender. Que, a diferencia a lo que ocurría antes, la responsabilidad de enseñar y orientar a las mujeres y sus familias recae ahora en los profesionales de la salud, principalmente en el médico general, quien regularmente atiende una gran cantidad de madres mexicanas. Explica las características y funcionamiento de la glándula mamaria y las bases anatómicas y fisiológicas de la succión que ejerce el bebé sobre el pecho materno. Finalmente, explica que el médico debe estar capacitado para reconocer estas características, los factores que promueven la lactancia exitosa, y el origen de los problemas o dificultades que puedan surgir con la lactancia. Alimentación complementaria3 Pérez Lizaur explica que, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), la alimentación complementaria (AC) es el proceso que comienza cuando la leche humana es insuficiente para cubrir las necesidades nutrimentales de un lactante y requiere de otros alimentos y líquidos. Asimismo, que la AC depende de factores socioeconómicos, fisiológicos, nutricios y psicológicos, y la maduración de los sistemas neuromuscular, gastrointestinal y renal influye en que sea exitosa. Tanto los reflejos y habilidades que en un niño con desarrollo normal se pueden esperar, como la consistencia de los alimentos que se pueden ofrecer, facilitan la ingestión del alimento y permiten al lactante ejercitar los reflejos para acrecentar la maduración E.M. Vásquez Garibay: Actualización en nutrición pediátrica para médicos generales neuromuscular. Apunta que el orden de introducción no es definitivo y que la literatura actual muestra diferentes patrones de introducción de acuerdo con las necesidades del niño y su ambiente socioeconómico y cultural. Finalmente, refiere que los cuidadores seleccionan los alimentos, modelan y establecen reglas de alimentación, mientras que los factores ambientales modelan sus preferencias y comportamientos alimentarios. Microflora intestinal, inmunidad y uso de probióticos en pediatría4 Al enfatizar la importancia de la flora intestinal, Saavedra señala que el tracto intestinal del lactante está colonizado con trillones de bacterias y que éstas son fundamentales para «entrenar» al sistema inmune. Recuerda que 80% de las células inmunológicamente activas del organismo se encuentran asociadas al intestino, de tal manera que, en la ausencia de una microbiota intestinal adecuada, el sistema inmune no se prepara adecuadamente para defender al huésped, y la consecuencia de un sistema inmune no preparado es un incremento en la vulnerabilidad a gérmenes patógenos. Adicionalmente, un sistema inmune no entrenado tiene la tendencia a sobrerreaccionar al medio ambiente. Por ello, los lactantes que nacen por parto vía cesárea (estéril) y crecen en un medio ambiente muy limpio (no rural, alimentos estériles, pasteurizados) desarrollan mayor riesgo de presentar enfermedades alérgicas. También aprendimos durante el siglo XX que los probióticos son microbios viables, que cuando son ingeridos pueden modificar la ecología microbiana intestinal (microbiota) de una forma que beneficia la salud del lactante. Las investigaciones de las últimas décadas han documentado que la ingestión de estas bacterias tiene efectos benéficos en el huésped, sobre todo, por su efecto sobre la función inmunológica intestinal y sistémica. Por un lado, refuerza los mecanismos de defensa inmune (v. g. aumentando la respuesta humoral contra patógenos), y por otro, modula la respuesta inmune, disminuyendo la posibilidad de respuestas exageradas (v. g. favoreciendo la tolerancia inmunológica). Estos mecanismos de defensa inmune son la base de su eficacia contra las enfermedades diarreicas de origen infeccioso, la diarrea asociada a antibióticos, la enfermedad alérgica y sus posibles beneficios en otras enfermedades inflamatorias, incluyendo la enterocolitis necrotizante en recién nacidos prematuros. Prevención de obesidad infantil5 Hernández Cordero señala que la obesidad infantil es un problema grave de salud pública en México que demanda acción inmediata para detener su avance, así como las consecuencias en la salud y la sociedad, y que la mejor forma de atacar la obesidad infantil es a través de su prevención. Enfatiza que para prevenir la obesidad infantil se requiere de acciones coordinadas entre el gobierno, industria, organizaciones comunitarias, escuelas, familias y profesionales de la salud, cada uno con acciones definidas. Asimismo, que los médicos generales, médicos familiares, pediatras, enfermeras, nutriólogos y otro personal de salud debe involucrarse, como un personaje clave, en la prevención de obesidad. Que los profesionales de la salud deben aprovechar las múltiples oportunidades que tienen para concientizar a los niños, jóvenes y sus padres sobre la gravedad de la epidemia de obesidad, la importancia de prevenirla. Es fundamental que se aproveche cada contacto para promover estilos de vida saludables que permitan la formación de hábitos de alimentación correcta y una actividad física regular. Reflujo gastroesofágico en niños6 Larrosa Haro recuerda que el reflujo gastroesofágico (RGE) es el paso del contenido gástrico al esófago, acompañado o no de regurgitación o vómito. Asimismo, que el RGE es un proceso fisiológico que ocurre en todas las edades pediátricas, en el periodo posprandial por periodos inferiores a 3 min, y que cuando el RGE origina síntomas o complicaciones se denomina enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). Enfatiza que el RGE ocurre hasta en dos terceras partes de los lactantes sanos durante el primer año de vida y suele resolverse hacia los 9-12 meses de edad, y que en una proporción inferior a 5% de los lactantes con RGE los síntomas pueden persistir hasta los 4 años de edad. El diagnóstico de RGE es clínico y no requiere de estudios de laboratorio y gabinete. Se establece en niños que, aunque presentan regurgitación y/o vómito, tienen un crecimiento normal y no manifiestan otro tipo de datos clínicos. El diagnóstico de RGE es competencia tanto del médico general o familiar como del pediatra o del gastroenterólogo pediatra. Debido a que el RGE está presente en la mayor parte de los lactantes sanos, se considera una etapa normal del desarrollo; por lo tanto, el manejo se dirige a dar información a los padres y convencerlos de que los síntomas del niño o niña son benignos y transitorios y 7 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 8 que en la mayor parte de los casos desaparecerán hacia los 9-12 meses de edad. Estos pacientes pueden beneficiarse de la posición corporal, el fraccionamiento de la fórmula y el empleo de fórmulas antirreflujo. En cambio, en lactantes con regurgitaciones o vómitos con signos de alarma, el abordaje se encamina a descartar entidades asociadas a estos síntomas que no sean ERGE. Dada la gran cantidad de entidades que pueden cursar con vómito como un dato asociado en lactantes, el protocolo de diagnóstico diferencial idealmente se debiera realizar por el pediatra o el gastroenterólogo pediatra basado en un abordaje clínico acucioso. representa la primera expresión clínica de atopia durante la vida, ya sea con manifestaciones gastrointestinales o cutáneas, seguidos de asma y rinitis, a lo cual se ha denominado «marcha alérgica». Recuerda que el diagnóstico de la alergia alimentaria depende de una historia cuidadosa, de la determinación de inmunoglobulina E (IgE) específica, pruebas de parche, una apropiada dieta de exclusión, y la realización de una prueba de reto cegado, la cual sólo debe realizarse por un profesional experto. Señala que el tratamiento principal consiste en evitar el alimento causante, y cuando se presentan síntomas, el uso de medicamentos para cada caso en particular. Alergia a alimentos7 Bibliografía Sienra Monge explica que la alergia alimentaria se refiere a la respuesta inmunológica anormal ante la ingestión de proteínas de la dieta que ocasionan una reacción clínica adversa, y que la mayoría de las personas desarrolla tolerancia a los antígenos alimentarios, los cuales constantemente acceden al organismo. Cuando la tolerancia falla, el sistema inmune responde con reacciones de hipersensibilidad. Esta conducta 1. Flores Huerta S. Importancia de la alimentación de los niños en el primer año de vida. Gac Med Mex. 2011;Suppl 1:22-31. 2. Flores Quijano ME. Factores que promueven una lactancia materna exitosa. Gac Med Mex. 2011;Suppl 1:32-8. 3. Pérez Lizaur AB. Alimentación complementaria. Gac Med Mex. 2011;Suppl 1:39-45. 4. Saavedra JM. Probióticos, Inmunidad y Salud en Pediatría. Gac Med Mex. 2011;Suppl 1:9-21. 5. Hernández Cordero S. Prevención de obesidad infantil. Gac Med Mex. 2011;Suppl 1:46-50. 6. Larrosa Haro A. Reflujo gastroesofágico en niños. Gac Med Mex. 2011;Suppl 1:51-6. 7. Sienra Monge JJ. Alergia a alimentos. Gac Med Mex. 2011;Suppl 1:57-66. J.M. Saavedra: Probióticos, inmunidad y salud artículo en pediatría 2 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1:9-21 Probióticos, inmunidad y salud en pediatría José M. Saavedra* Johns Hopkins University School of Medicine, Baltimore, MD, USA Resumen La estimulación bacteriana temprana y continua del sistema inmune en el intestino es indispensable para el desarrollo y la maduración de la respuesta inmune del lactante. Esta «experiencia bacteriana» ha disminuido debido a la disminución de partos vaginales (la primera fuente de bacterias para un lactante), la sustitución de la leche materna por fórmulas casi estériles, mayor uso de antibióticos y un medio ambiente cada vez más «limpio». El saneamiento ambiental y el advenimiento de la pasteurización perpetúan esta disminución de la interacción huésped-microbio. Estos cambios en la microbiota intestinal se asocian a un desarrollo alterado e inadecuado de la respuesta inmune. La respuesta inadecuada del huésped a enfermedades infecciosas y la epidemia de enfermedades inmunológicas no transmisibles (como la alergia) pueden explicarse en buena parte por estos cambios. El consumo oral de ciertos probióticos afecta positivamente a la función de barrera del intestino y de la respuesta inmune. Así, los probióticos constituyen una forma de mejorar la interacción huésped-microbio para el mantenimiento de la salud y para el manejo de un número de enfermedades. Este artículo resume aspectos importantes de esta interacción así como el papel que las bacterias probióticas pueden desempeñar en la salud pediátrica. Palabras clave: Probióticos. Inmunidad. Niños. Abstract Early bacterial stimulation of gut associated immune cells is essential for the development and maturation of the infant’s immune response. This “microbial experience” has been affected due to a decrease in vaginal births (which are the first source of bacterial exposure for an infant), the substitution of breast feeding, in favor of almost sterile formulas, an increase use of antibiotics, and an increasingly “cleaner” environment. Increased hygienic measures and pasteurization perpetuate this decreased microbe-host interaction. These changes in environmental and gut microbiota are associated with an altered and inadequate development of immune response, with related health implications. The inadequate host response to infectious diseases, as well as the epidemic of immune related chronic conditions (such as allergy) can be explained in great measure by these changes. The consumption of certain probiotics (specific dietary bacteria that provide a benefit to the host) has positive effects on gut barrier function and immune response. Thus, probiotics are a means of improving host-microbe interactions for health maintenance, and for the management of a number of illnesses. This paper summarizes important aspects of these interactions as well as the role that probiotic bacteria can play in pediatric health. Key words: Probiotics. Immunity. Children. Correspondencia: *José M. Saavedra Profesor asociado de Pediatría, Gastroenterología y Nutrición Johns Hopkins University School of Medicine Baltimore, MD, USA Director médico científico Nestlé Nutrition, Norteamérica E-mail: [email protected] 9 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 Colonización microbiana y respuesta inmune El intestino es huésped de una gran cantidad de bacterias, tanto residentes como transitorias, estimado en 1010-1012 colonias/ml de contenido intestinal, y está constituido por 500-700 especies cultivables, muchas de las cuales son patógenas si cruzan la barrera intestinal. A pesar de esto, los seres humanos no desarrollan bacteremias o infecciones frecuentemente, debido, en buena parte, a que el tejido inmune asociado al intestino constituye aproximadamente 80% de las células inmunológicamente activas del huésped1. La misma flora microbiana es responsable de la activación de este sistema inmunológico, que tiene actividad sistémica2. Como ejemplo, la ausencia de microbiota intestinal en animales gnotobióticos, criados en condiciones estériles, lleva a una falta de desarrollo de la mucosa intestinal, que resulta atrófica, con una respuesta inmune celular subdesarrollada, con baja secreción de anticuerpos, particularmente inmunoglobulina A (IgA), y poca celularidad y actividad linfocitaria en la mucosa2-4. Estas bacterias también inducen la secreción de mucinas vía la activación de los genes MUC2 y MUC3, que forman parte del moco epitelial, que inhibe la adherencia de bacterias patógenas5. Finalmente, la flora, particularmente las bifidobacterias, así como algunos lactobacilos residentes en el intestino, pueden ofrecer resistencia (por competición o inhibición) a la colonización por otros microbios potencialmente patógenos. Así, la colonización con bacterias es responsable de la maduración del sistema inmune y la protección del lactante. Las bacterias intestinales también ayudan a la maduración del sistema inmune, manteniendo una respuesta «balanceada», ya que la hiperreactividad inmunitaria tiene consecuencias significativas. Hay evidencias sólidas de que a través de receptores específicos, particularmente los receptores tipo toll, las bacterias intestinales afectan al tipo de respuesta inmune, modulando la respuesta inmune vía la diferenciación de linfocitos Th1 y Th2, y activando a los T-reguladores (que inhiben a los primeros). La respuesta excesiva Th1 tiene como consecuencia enfermedades inmunes tales como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. La respuesta exagerada Th2 es responsable de la alergia. Múltiples estudios muestran que la colonización con bifidobacterias y lactobacilos modula la proporción y actividad de linfocitos Th1 10 frente a Th2. Esta modulación disminuye la probabilidad de hiperreactividad inmune, por ejemplo de la respuesta alérgica6,7. La falta de experiencia bacteriana temprana predispone a enfermedades inmunológicas, y se cree que, en parte, es responsable de la epidemia de enfermedades inmunes crónicas no transmisibles de las últimas décadas (alergia, diabetes tipo 1, enfermedades reumáticas, enfermedad intestinal inflamatoria). Por lo tanto, la adquisición por el huésped de una flora intestinal «sana» y «balanceada» –como se discute abajo– es fundamental para el desarrollo inmune celular y humoral del huésped8. Factores determinantes de la microbiota intestinal A las pocas horas después del parto, el intestino del lactante se coloniza con bacterias. Esta colonización es un factor crítico en el desarrollo posnatal del sistema inmunológico9. El desarrollo de la respuesta inmune a bacterias intestinales empieza en las primeras horas de vida, las cuales son cruciales en el desarrollo de la microbiota intestinal, y ésta tiene un efecto importante en el desarrollo de la función de protección contra las enfermedades infecciosas e inmunológicas8. La primera oportunidad de exposición del neonato a bacterias es el momento del parto. La segunda, la lactancia. Estos eventos determinan el tipo de bacterias que colonizarán al neonato. Las bifidobacterias representan uno de los grupos bacterianos más importantes de la microbiota infantil, y han sido asociadas a una microbiota intestinal «saludable» debido a su predominio en la microbiota de lactantes que reciben leche materna, cuando se les compara con aquellos que reciben fórmulas infantiles, en los cuales no hay un predominio de bifidobacterias en la microbiota. Otros factores que influencian la composición de la microbiota del lactante, aparte de la lactancia materna, son el tipo de parto (vaginal vs por cesárea), el uso temprano de antibióticos, el entorno, y la «higiene ambiental» del lactante10-12. Por ejemplo, en recién nacidos que reciben alimentación parenteral, o alimentación enteral tardía, o son hospitalizados en unidad de cuidados intensivos neonatales, el intestino es colonizado con una menor cantidad de especies (menor diversidad bacteriana), en forma más lenta, y con especies bacterianas «menos deseables» y potencialmente patógenas. En estos lactantes se encuentran lactobacilos y bifidobacterias con menor frecuencia, y en menores cantidades11,13. J.M. Saavedra: Probióticos, inmunidad y salud en pediatría Modo de parto El parto vaginal no es un evento estéril, como lo es el parto por cesárea. El paso por el canal de parto proporciona al lactante el primer «inóculo» oral de bacterias, algunos de los cuales pasarán a colonizar su intestino. Los lactantes nacidos por cesárea tienen una microbiota desprovista de bifidobacterias9, y más a menudo se colonizan con C. difficile, a comparación de aquellos nacidos por parto vaginal, que tienen una microbiota rica en bifidobacterias y lactobacilos14,15. Estos patrones de colonización persisten por muchos meses. A su vez, la tasa de alergias y asma es mayor en individuos nacidos por cesárea, con poca colonización por bifidobacterias, comparada con aquellos nacidos por parto vaginal16-18. Lactancia materna La lactancia materna tampoco es un procedimiento estéril, y la leche humana no es un líquido estéril. Esta secreción láctea es una fuente significativa de bacterias, incluyendo cepas viables de lactobacilos, tales como L. reuteri19, L. plantarum y L. salivarium CECT 571320. Estudios recientes han confirmado la abundancia del género de Bifidobacterium en leche humana, hallándose en hasta 85-100% de las muestras obtenidas. Algunas de las especies identificadas son aquellas con propiedades de probióticas, incluyendo B. adolescentis, B. animalis, B. breve, B. bifidum, B. cantenalatum, B. longum. Se ha reportado que la leche humana contiene una concentración de bifidobacterias de 1 × 103 unidades formadoras de colonias (UFC)/ml a 1 × 106 UFC/ml21-24. El origen de bacterias que se encuentran en la leche humana es aún motivo de controversia. Es poco probable que se encuentren en la leche simple o exclusivamente por contaminación de la flora de la piel de la madre, o por contaminación oral infantil. El género Bifidobacterium, un anaerobio que no sobrevive en la piel, y las cepas Lactobacillus no se identifican fácilmente en el canal de parto o la piel. Una hipótesis es la posible translocación desde el intestino materno a la glándula mamaria, a través de células dendríticas y macrófagos, que sirven como vía de transporte a través de la circulación23,25,26. Independientemente de los mecanismos involucrados, con la alimentación a pecho, a partir de la primera semana de vida, el lactante desarrolla una flora intestinal rica en bifidobacterias. Los lactantes alimentados con fórmulas desarrollan una flora diferente, menos diversa, sin predominio de bifidobacterias13,27, y mayores cantidades de bacteroides, Clostridium y enterobacterias12,28,29. Es importante reconocer que los lactantes que reciben leche humana están recibiendo continuamente una «dosis» de bacterias con cada alimentación, incluyendo bifidobacterias no patógenas, que contribuyen al estímulo de la respuesta inmune del lactante, a diferencia de los alimentados con fórmulas, que –cuando son apropiadamente preparadas– carecen de bacterias. Después del destete, la composición de la microbiota se vuelve más homogénea30 y menos diferente entre los lactantes amamantados y los que reciben fórmula31. En resumen, la presencia de bacterias inoculadas al momento del parto, y durante la lactancia materna, es responsable de cambios en la microbiota del lactante, y éstos a su vez están asociados con protección inmunitaria y riesgo disminuido de enfermedades infecciosas y alérgicas. El parto por cesárea, las fórmulas infantiles sin microbios, los antibióticos y el medio ambiente saneado, si bien protegen al lactante de patógenos, no favorecen el desarrollo de una microbiota «sana», son predominio de bifidobacterias, y, en consecuencia, llevan a un desarrollo inadecuado de protección de la barrera intestinal y una respuesta inmune inadecuada. Estas observaciones proporcionan una sólida base teórica para el uso de bacterias seguras, en la dieta de los lactantes, especialmente en aquellos que nacen por cesárea y no reciben lactancia materna. Éste es el concepto de los probióticos (Fig. 1). Probióticos Las bacterias probióticas son microbios componentes de la dieta, que cuando son ingeridos proporcionan al huésped cantidades de bacterias mayores de las que actualmente se consumen en la dieta occidental moderna. Una bacteria se considera probiótica cuando su consumo haya demostrado un efecto clínico o funcional benéfico en el huésped. En general, los probióticos ingeridos no colonizan el intestino (no se convierten en «microbios residentes»), su paso por el intestino es transitorio. Esta modificación transitoria del perfil de la microbiota intestinal es suficiente para modular la respuesta inmunitaria y estimular los mecanismos de barrera intestinal de una forma y grado que son clínicamente relevantes. Estas respuestas persisten si se mantiene la ingestión de bacteria probióticas. Algunos reportes documentan la persistencia de los probióticos en los lactantes cuyas madres recibieron una bacteria específica durante el embarazo32, sugiriendo que existe un potencial para la verdadera colonización por un probiótico cuando tomamos ventaja de una corta «ventana» de oportunidad para la 11 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 Nacimiento Parto vaginal Lactancia materna Probióticos Cesárea Fórmula infantil Antibióticos Medio ambiente Promueven Promueven Impiden Establecimiento de una flora balanceada Predominancia de bifidobacterias Barrera intestinal adecuada Respuesta inmune adecuada Figura 1. Uso de probióticos en la dieta de los lactantes que nacen por cesárea y no reciben lactancia materna. colonización, durante el periodo neonatal inmediato. En este caso, el «probiótico» se ingiere como parte del primer «inóculo» oral de bacterias maternas, junto con las bacterias del canal de parto, de la leche humana y del entorno, para formar parte de la «bacterias residentes», o «flora natural» del lactante. La suplementación oral con Lactobacillus y cepas de Bifidobacterium específicos aumenta las cuentas fecales de estas especies en el tracto gastrointestinal de prematuros33, así como en lactantes a término y niños mayores34-37, lo que demuestra su viabilidad a lo largo del tracto gastrointestinal. La mayoría de los estudios se han enfocado en los recuentos de bacterias fecales. Sin embargo, el aumento relativamente pequeño de ciertas bacterias probióticas en el intestino proximal, que normalmente está más escasamente colonizado debido a las dietas occidentales, puede ser de igual o mayor importancia en la modulación intestinal inmunitaria que resulta de los cambios en el perfil de bacterias intestinales. Estos efectos pueden ser de mayor relevancia en el recién nacido, ya que los cambios inmunológicos a esta edad pueden tener efectos a muy largo plazo. Mecanismos de acción de bacterias probióticas Los cambios funcionales documentados con el uso de probióticos explican los efectos clínicos que se mencionan más adelante38: 12 – Incremento de las cuentas de bifidobacterias en relación con otras especies, en prematuros39,40, lactantes a término, y niños mayores35,37. – Disminución de bacteroides, Clostridium y coliformes en las heces. – Disminución del pH luminal, que inhibe el crecimiento de patógenos. – Incremento de producción de mucina (moco) intestinal. – Activación de macrófagos y capacidad fagocítica. – Incremento de actividad de linfocitos killer. – Incremento de niveles de IgA en el lumen intestinal. – Incremento de células circulantes productoras de IgA, inmunoglobulina M (IgM) e inmunoglobulina G (IgG). – Disminución de la permeabilidad intestinal. – Disminución de producción de citocinas asociadas con el proceso inflamatorio (antitripsina fecal, proteína eosinofílica urinaria, factor de necrosis tumoral) y producción de citocinas antiinflamatorias, incluyendo factor de crecimiento transformante β (TGF-β). Estos mecanismos han sido documentados con el uso de varios probióticos en la función de la barrera intestinal y la respuesta inmune y explican los efectos clínicos en prevención y tratamiento de varias condiciones patológicas específicas demostradas en estudios humanos. J.M. Saavedra: Probióticos, inmunidad y salud en pediatría Beneficios clínicos de los probióticos en pediatría Los efectos clínicos del uso de agentes probióticos específicos en pediatría pueden resumirse en la siguiente forma: – Cambios funcionales relacionados con la defensa del huésped, el mantenimiento de la función de barrera intestinal y la modulación de la respuesta inmune. – Reducción de riesgo (prevención) de condiciones clínicas específicas (p. ej. enfermedades infecciosas, particularmente diarrea viral, enfermedad atópica, diarrea asociada con antibióticos, enterocolitis necrotizante [ECN]). – Manejo (terapia) de ciertas condiciones clínicas (p. ej. el manejo de la diarrea viral aguda, enfermedad atópica, y el cólico infantil). Si bien se ha avanzado en el reconocimiento del potencial terapéutico de ciertos probióticos (particularmente en el manejo de diarrea aguda, que se menciona a continuación), el mayor potencial de estos agentes yace en la prevención de problemas como la diarrea o alergia, con el uso regular en poblaciones generales (niños sanos), o en la prevención de enfermedades como ECN, en poblaciones de riesgo (prematuridad). Las tablas 1-5 incluidas muestran un resumen completo de los ensayos clínicos publicados que han reportado efectos benéficos con el uso de agentes probióticos con respecto a la inmunidad, diarrea y alergia. Los resultados mencionados son aquellos reportados como estadísticamente significativos por los autores. No están incluidos los estudios con levaduras consideradas por algunos como probióticos (S. boulardii) o probióticos inactivados (no viables), E. coli Nissle (que ha sido utilizada como probiótico) , o mezclas de probióticos y prebióticos (oligosacáridos). Efectos inmunológicos y enfermedades infecciosas agudas (Tabla 1) Efectos funcionales documentados con el uso de probióticos incluyen: la modulación favorable de la composición de la microbiota, competencia con las bacterias patógenas para receptores mucosos, incremento en la producción de IgA secretora y de mucina, producción de sustancias antimicrobianas y diminución de la permeabilidad intestinal38,41,42. Estos efectos, que mejoran la función de barrera intestinal y modulan la respuesta inmune, explican los varios resultados clínicos documentados en un gran número de estudios de la ingestión de probióticos. Éstos incluyen disminución de la excreción viral (en infección por rotavirus), una reducción del riesgo de prevención de enfermedad aguda y disminución en enfermedades respiratorias, y gastrointestinales. Varios de estos estudios también documentan resultados indirectos del mantenimiento de la salud, tales como disminución del ausentismo a colegios y guarderías infantiles, y disminución en el uso de antibióticos en poblaciones pediátricas. Manejo de la diarrea aguda (Tabla 2) El efecto clínico mejor estudiado con el uso de probióticos ha sido el de la enfermedad diarreica aguda. Metaanálisis recientes han evaluado la eficacia de L. rhamnosus GG y otros diversos probióticos43-46 en el tratamiento de la diarrea aguda en niños. Tomados en conjunto, el efecto más consistente reportado es el de una reducción de la duración de la diarrea aguda (entre medio a 2 días de diarrea), particularmente en la gastroenteritis a rotavirus. El efecto es modesto a nivel individual, pero el efecto epidemiológico es bastante significativo. Sin embargo, hasta ahora hay carencia de análisis de costo-beneficio para poder hacer una recomendación general para el uso de probióticos a nivel general para esta aplicación terapéutica. Lo que sí es claro es que estos estudios demuestran que ciertos agentes probióticos tienen la capacidad de modificar el curso clínico de una enfermedad infecciosa, indicando el efecto que ejercen sobre el sistema inmune del lactante. Prevención de la diarrea aguda (Tabla 3) El primer estudio controlado que documentó un beneficio clínico con el uso de probióticos en una población pediátrica mostró una reducción en la incidencia de diarrea viral aguda en lactantes recibiendo una fórmula suplementada con B. lactis (entonces llamado B. bifidum)47. Desde entonces, una serie de estudios ha demostrado efectos similares con otros probióticos. Incluyendo L. rhamnosus GG y L. reuteri. Un metaanálisis que examinó 34 estudios clínicos con diseño aleatorio, respecto a la eficacia de los probióticos en la prevención de la diarrea aguda, llegó a la conclusión de que el uso de probióticos reduce significativamente el riesgo de desarrollo de diarrea en lactantes y niños, aproximadamente, 57% (entre 35-71%)48. Ningún estudio ha mostrado un aumento (significativo o no) en enfermedades diarreicas con el uso de probióticos. 13 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 Tabla 1. Efectos inmunológicos y enfermedades infecciosas agudas Referencia Población estudiada Cobo Sanz, et al., 200670 Niños sanos Fujii, et al., 200671 Lactantes pretérmino Fukushima, et al., 199872 Niños sanos inmunizados con polio a los 2 años Hatakka, et al., 200173 Niños sanos en guarderías infantiles Hatakka, et al., 200774 Niños sanos con historia de otitis media Isolauri, et al., 199575 N Probióticos Fuente Beneficio probiótico identificado L. casei DN-114001 Leche suplementada ↓ incidencia y duración de enfermedad respiratoria baja B. breve Suplemento de polvo en agua ↑ TGF-β1 sérico B. lactis Bb12 Fórmula infantil suplementada ↑ de respuesta de anticuerpos, de IgA fecal, e IgA antipolio fecal 413 L. rhamnosus GG ATCC 53103 Leche suplementada ↓ de ausentismo por enfermedad ↓ número de enfermedades respiratorias ↓ uso de antibióticos 269 L. rhamnosus GG, L. rhamnosus LC 705, B. breve 99 Propionibacterium freudenreichii ssp Shermanii Cápsulas de suplemento ↓ incidencia de infecciones respiratorias recurrentes Niños sanos vacunados a rotavirus 46 L. rhamnosus GG Suplemento de polvo en agua ↑ de seroconversión a rotavirus (IgA e IgM) específicas antirrotavirus posvacuna Kaila, et al., 199276 Niños con diarrea aguda 39 L rhamnosus GG Leche suplementada ↑ células secretoras de IgA, IgG, IgM ↑ anticuerpos de IgA antirrotavirus ↓ duración de diarrea Majamaa, et al., 199577 Niños con diarrea a rotavirus 49 L rhamnosus GG Suplemento de polvo en agua ↑ células secretoras de IgA ↑ anticuerpos de IgA antirrotavirus ↓ duración de la diarrea Mohan, et al., 200878 Lactantes pretérmino 69 B. lactis Bb12 Fórmula infantil suplementada ↑ de IgA fecal ↓ marcadores de inflamación (calprotectina) Nase, et al., 200179 Niños sanos L. rhamnosus GG Leche suplementada ↓ riesgo de caries dentales Phuapradit, et al., 199980 Niños residentes en un orfanato 97 B. lactis S. thermophilus Fórmula infantil suplementada ↓ incidencia de anticuerpos a rotavirus indicando menos infecciones Rautava, et al., 200681 Lactantes sanos 72 B. lactis y L. rhamnosus GG Fórmula infantil suplementada ↑ células secretoras de IgA ↑ TGF-β y sCD14 séricos Saavedra, et al., 199447 Lactantes hospitalizados crónicamente, sin enfermedad intestinal 55 B. lactis y S. thermophilus Fórmula infantil suplementada ↓ excreción de rotavirus ↓ incidencia de diarrea aguda Saavedra, et al., 200482 Lactantes sanos 118 B. lactis Bb12 Fórmula infantil suplementada ↓ frecuencia de uso de antibióticos Saran, et al., 200283 Niños malnutridos (India) 100 L. acidophilus Yogurt suplementado ↓ incidencia de enfermedad febril aguda ↓ mejoría del estado nutricio Stratiki, et al., 200784 Lactantes pretérmino 75 B. lactis Bb12 Fórmula infantil suplementada ↓ permeabilidad intestinal ↓ uso de antibióticos Weizman, et al., 200585 Lactantes sanos en guarderías infantiles L. reuteri ATCC 55730 o B. lactis Bb12 Fórmula infantil suplementada Tanto L. reuteri como B. lactis: ↓ episodios febriles ↓ incidencia y duración de diarrea ↓ uso de antibióticos y visitas ambulatorias ↓ días con fiebre ↓ ausentismo a guarderías 251 19 7 451 201 TGF: factor de crecimiento transformante; IgA: inmunoglobulina A; IgM: inmunoglobulina M; IgG: inmunoglobulina G. 14 J.M. Saavedra: Probióticos, inmunidad y salud en pediatría Tabla 2. Manejo de la diarrea aguda Referencia Población estudiada N Probióticos Fuente Beneficio probiótico identificado Fórmula infantil suplementada ↓ duración de diarrea ↓ frecuencia de defecación Boudraa, Lactantes et al., 200186 hospitalizados con diarrea aguda 112 L. bulgaricus y S. thermophilus Canani, Niños con diarrea et al., 200787 aguda 571 L. casei rhamnosus Suplemento de polvo ↓ duración de diarrea en o S. boulardii o en agua grupo L GG y mezcla de Bacillus clausii o probióticos Mezcla de L. delbrueckii bulgaricus (LMG-P17550) y L. acidophilus (LMG-P17549) y S. thermophilus (LMG-P17503) y B. bifidum Gaon, Lactantes et al., 200388 hospitalizados con diarrea aguda 89 L. casei y L. acidophilus Fórmula suplementada ↓ duración de la diarrea Guandalini, Lactantes y niños et al., 200089 hospitalizados con diarrea aguda 287 L. rhamnosus GG Fórmula infantil suplementada ↓ duración de diarrea ↓ duración de hospitalización Guarino, Niños con diarrea et al., 199790 aguda leve 100 L. rhamnosus GG Leche suplementada ↓ duración de la diarrea ↓ de excreción de rotavirus Isolauri, Lactantes y niños et al., 199191 hospitalizados 71 L. rhamnosus GG Fórmula infantil suplementada Isolauri, Lactantes y niños et al., 199492 con diarrea aguda 42 L. rhamnosus GG Suplemento de polvo ↓ duración de diarrea en agua Kaila, Niños con diarrea et al., 199276 aguda 39 L. rhamnosus GG Leche suplementada ↓ duración de la diarrea ↑ células secretoras de IgA, IgG e IgM ↑ anti-IgA secretora antirrotavirus Lee, Lactantes y niños et al., 200193 con diarrea aguda 100 L. acidophilus y B. infantis Cápsulas Majamaa, Niños con diarrea a et al., 199577 rotavirus 49 L. rhamnosus GG o L. casei rhamnosus Suplemento de polvo ↑ células secretoras de IgA en agua ↑ anticuerpos antirrotavirus ↓ duración de la diarrea en grupo LGG Mao, Lactantes y niños et al., 200894 con diarrea aguda 142 B. lactis Bb12 y S. thermophilus Fórmula infantil suplementada ↓ excreción de rotavirus Pant, Lactantes y niños et al., 199695 hospitalizados 39 L. rhamnosus GG Solución de rehidratación suplementada ↓ duración de diarrea ↓ frecuencia de evacuaciones Raza, Lactantes et al., 199596 hospitalizados con diarrea 40 L. rhamnosus GG Solución de rehidratación suplementada ↓ duración de diarrea ↓ frecuencia de deposiciones Rosenfeldt, Lactantes y niños et al., 200297 hospitalizados 69 L. rhamnosus 19070-2 y L. Suplemento en polvo ↓ duración de hospitalización reuteri DSM 12246 reconstituido ↓ excreción de rotavirus Rosenfeldt, Niños de guarderías et al., 200298 infantiles que desarrollan diarrea aguda 43 L. rhamnosus y L. reuteri DSM 12246 Suplemento en polvo, reconstituido ↓ duración de diarrea ↓ duración de la diarrea ↓ duración de diarrea ↑ número de niños con resolución de la diarrea dentro de los cinco días de suplementación Continúa 15 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 Tabla 2. Manejo de la diarrea aguda (continuación) Referencia Población estudiada N Probióticos Fuente Beneficio probiótico identificado Shornikova, Lactantes y niños et al., 199799 hospitalizados con diarrea aguda 66 L. reuteri ATCC 55730 Cápsulas de polvo, reconstituidas ↓ duración de diarrea ↑ L. reuteri fecal Shornikova, Lactantes y niños et al., 1997100 hospitalizados con diarrea aguda 40 L. reuteri SD 2112 Suplemento en polvo, reconstituido ↓ incidencia de vómitos ↓ duración de diarrea ↑ L. reuteri fecal Shornikova, Lactantes y niños et al., 1997101 hospitalizados con diarrea aguda 123 L. rhamnosus GG Suplemento en polvo, reconstituido ↓ duración de diarrea a rotavirus Szymanski, Lactantes y niños et al., 2006102 hospitalizados con diarrea aguda 87 L. rhamnosus cepas 573L/ 1, 2 y 3 Suplemento reconstituido en agua con dextrosa ↓ duración de diarrea a rotavirus ↓ duración de uso de hidratación endovenosa IgA: inmunoglobulina A; IgG: inmunoglobulina G; IgM: inmunoglobulina M. El uso de probióticos para la prevención refuerza el argumento de que es de beneficio potencial la incorporación de ciertas bacterias específicas como parte de la dieta del lactante, especialmente de aquellos que no reciben lactancia materna. Cada vez hay mayor acceso a fórmulas infantiles, y alimentos de lactancia, fortificados con probióticos (adecuadamente estudiados). El uso «terapéutico» de suplementos de probióticos (en cápsulas o pastillas) es probablemente un enfoque menos práctico y menos económico que una modificación de la dieta, con miras al mantenimiento de la salud. Prevención de antibiótico asociado a diarrea (Tabla 4) La utilización de probióticos en la prevención de la diarrea asociada al uso de antibióticos ha sido el tema de los recientes metaanálisis48-50, mostrando un efecto positivo. En algunos estudios, los lactantes o niños recibieron el probiótico como parte de su dieta (en una fórmula) durante un periodo prolongado de tiempo durante el cual por una enfermedad intercurrente recibieron antibióticos. En otros casos el probiótico comenzó en forma concomitante con la iniciación de un antibiótico. Prevención y manejo de alergia (Tabla 5) Estudios durante los últimos años han mostrado que la microbiota de los recién nacidos que eventualmente desarrollan alergia es diferente de los que no desarrollan alergias51,52. La presencia de una microbiota rica en bifidobacterias durante la infancia está asociada 16 a un menor riesgo de eccema atópico y sensibilización atópica en la niñez y más adelante53,54. Por lo tanto, la modificación de la microbiota intestinal temprana como una justificación terapéutica para prevenir la enfermedad alérgica, especialmente en los lactantes de alto riesgo, tiene fuerte apoyo teórico. Una disminución en el desarrollo de alergia hasta los 7 años de edad ha sido mostrada con L. rhamnosus GG, administrado a la madre durante el último mes de embarazo y luego a los lactantes durante los primeros 6 meses de vida55. Otros estudios han evaluado los efectos preventivos de administración perinatal de probióticos, con efectos positivos con L. reuteri34, L. rhamnosus GG, L. paracasei. Algunos pocos ensayos han empezado a mostrar un efecto en el uso terapéutico contra la enfermedad alérgica, con resultados prometedores para ciertas bacterias, L. rhamnosus GG (LGG), B. lactis B, y combinaciones como L. reuteri y L. rhamnosus. Sin embargo, no todos los estudios publicados han documentado resultados positivos en prevención de la alergia con probióticos56,57, o no han encontrado ningún efecto con los suplementos probióticos en el manejo de enfermedad atópica58. Los estudios de metaanálisis publicados hasta ahora respecto a probióticos y eccema muestran un efecto positivo modesto en cuanto a prevención, pero menos efectivo respecto al uso terapéutico en alergia59-61. Cólico infantil Muy recientemente, algunos estudios han demostrado un efecto significativo, específicamente con el probiótico J.M. Saavedra: Probióticos, inmunidad y salud en pediatría Tabla 3. Prevención de la diarrea aguda Referencia Población estudiada N Probióticos Fuente Beneficio probiótico identificado Chouraqui, et al., 2004103 Lactantes sanos 90 B. lactis Bb12 y S. thermophilus y L. helveticus Fórmula infantil suplementada ↓ incidencia (riesgo) de diarrea ↓ número de días-sujeto de diarrea Oberhelman, et al., 1999104 Lactantes desnutridos 204 L. rhamnosus GG Suplemento en polvo ↓ episodios de diarrea añadido a gelatina líquida Pedone, et al., 1999105 Niños asistiendo a una guardería infantil 287 L. casei DN114 001 Yogurt suplementado ↓ duración de diarrea Pedone, et al., 2000106 Niños sanos asistiendo a una guardería 779 L. casei DN114 001 Yogurt suplementado ↓ incidencia de diarrea Saavedra, et al., 199447 Lactantes hospitalizados (por diagnóstico no intestinal) B. lactis y S. thermophilus Fórmula infantil suplementada Saran, et al., 200283 Niños con varios grados de desnutrición L. acidophilus Yogurt suplementado ↓ incidencia de diarrea Szajewska, et al., 200143 Lactantes hospitalizados (por diagnóstico no intestinal) 81 L. rhamnosus GG 6 × 10 (9) UFC; 2/día Suplemento en polvo ↓ incidencia de diarrea reconstituido ↓ incidencia de diarrea a rotavirus Weizman, et al., 200585 Lactantes sanos 201 L. reuteri 55730 o B. lactis Bb12 Fórmula infantil suplementada ↓ incidencia de diarrea y de duración de diarrea (con ambos probióticos individualmente) Ziegler, et al., 2003107 Recién nacidos sanos B. lactis Bb12 Fórmula infantil suplementada ↓ número de días con diarrea ↓ número de episodios de diarrea 55 100 88 ↓ excreción de rotavirus ↓ incidencia de diarrea UFC: unidades formadoras de colonias. Enterocolitis necrotizante L. reuteri, en disminuir los síntomas del cólico infantil62,63. Los mecanismos aún no están claros, pero es claro que existe una relación entre la microbiota intestinal y la motilidad intestinal. Los lactantes prematuros constituyen una población que está particularmente en riesgo de desarrollar una Tabla 4. Prevención de antibiótico asociado diarrea Referencia Población estudiada N Probióticos Fuente Arvola, et al., 1999108 Niños recibiendo antibiótico por enfermedad respiratoria 119 L. rhamnosus GG Cápsulas ATCC 53103 Correa, et al., 2005109 Niños recibiendo antibióticos 157 B. lactis Bb12 y S. thermophilus Vanderhoof, et al., 1999110 Niños recibiendo antibióticos 188 L. rhamnosus GG Cápsulas Beneficio probiótico identificado ↓ incidencia de diarrea Fórmula infantil ↓ incidencia de diarrea suplementada ↓ incidencia de diarrea 17 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 Tabla 5. Prevención y manejo de alergia Referencia Población estudiada Giovannini, et al., 2007111 Niños con rinitis alérgica Isolauri, et al., 2000112 N Probióticos Fuente Beneficio probiótico identificado 187 L. casei DN-114 001 y L. bulgaricus y S. thermophilus Leche suplementada ↓ episodios de rinitis Lactantes atópicos recibiendo leche materna 27 B. lactis o Lactobacillus GG Fórmula infantil suplementada Mejora en severidad de dermatitis B. lactis: ↓ D4, IL-2, TGF-β1 séricos L. rhamnosus GG: ↓ sCD4 sérico Kirjavainen, et al., 200251 Lactantes atópicos 21 B. lactis Fórmula infantil suplementada ↓ Bacteroides y E. coli fecal, asociados a IgE Majamaa e Isolauri, 1997113 Lactantes atópicos 37 L. rhamnosus GG Fórmula infantil suplementada ↓ α1-antitripsina fecal ↓ TNF-α fecal Peng y Hsu, 2005114 Adolescentes con rinitis alérgica 90 L. paracasei 33 (LP33) Cápsulas Mejora de síntomas en frecuencia e intensidad Pessi, et al., 2000115 Lactantes y niños con dermatitis atópica 9 L. rhamnosus GG No especificado ↑ IL-10 sérico Pohjavuori, et al., 2004116 Lactantes atópicos con alergia a proteína de leche de vaca 119 L. rhamnosus GG o Mezcla Suplemento en de L. rhamnosus GG polvo mezclado en Con B. breve y P. alimento freudenreichii shermanii ↑ IFN-γ Ningún cambio en IL-4, IL-5 e IL-12 Rosenfeldt, et al., 2003117 Niños con enfermedad atópica 43 L. reuteri DSM 122460 y L. rhamnosus 190702 Suplemento en polvo reconstituido en líquidos ↓ severidad de eccema ↓ proteína eosinofílica catiónica Rosenfeldt, et al., 2004118 Niños con enfermedad atópica moderada 41 L. reuteri DSM 122460 L. rhamnosus 190702 Suplemento en polvo reconstituido en líquidos Mejora de la barrera gastrointestinal ↓ diarrea, vómitos y dolor abdominal Sistek, et al., 2006119 Niños con enfermedad atópica 59 B. lactis y L. rhamnosus Suplemento en polvo ↓ severidad atópica en niños con alergia alimentaria Viljanen, et al., 2005120 Niños con enfermedad atópica 230 L. rhamnosus GG o mezcla Suplemento en de L. rhamnosus GG polvo mezclado B. breve y P. freudenreichii con alimentos shermanii L. rhamnosus GG: ↑ IgA fecal Mezcla: ningún efecto Weston, et al., 2005121 Lactantes atópicos 56 L. fermentum VRI-033 Suplemento en polvo reconstituido en líquido ↓ severidad atópica Wang, et al., 2004122 Adolescentes con rinitis alérgica 80 L. paracasei con cultivos de yogurt (L. bulgaricus, S. thermophilus) Leche suplementada Mejoría de severidad de rinitis IL-2: interleucina 2; TGF: factor de crecimiento transformante; IgE: inmunoglobulina E; TNF: factor de necrosis tumoral; IL-10: interleucina 10; IFN: interferón; IL-4: interleucina 4; IL-5: interleucina 5; IL-12: interleucina 12; IgA: inmunoglobulina A. microbiota intestinal «anormal» o «no saludable». Los prematuros a menudo nacen por cesárea, no son amamantados, se internan en un ambiente hospitalario con microbios ambientales no deseables, y la mayoría recibe antibióticos y fórmulas estériles de rutina. Por 18 lo tanto, si las bacterias prebióticas han de tener potencial beneficioso, sería de esperar que fuera más fácil de observar este efecto en esta población. En efecto, varios ensayos clínicos utilizando bacterias específicas, o combinaciones de éstas, han documentado J.M. Saavedra: Probióticos, inmunidad y salud en pediatría efectos significativamente positivos en esta población. Diferentes metaanálisis recientes64-66 han mostrado una reducción significativa del riesgo de ECN, así como una reducción de la mortalidad de más de 50%. Resulta cada vez más evidente que una significativa reducción del riesgo de ECN es posible, con el uso de varias bacterias probióticas, con una baja tasa de riesgo/beneficio. Aunque los resultados son muy marcados, no hay todavía un consenso sobre la posibilidad de recomendar probióticos a prematuros en forma rutinaria. Seguridad de los probióticos en pediatría El perfil de seguridad, así como la eficacia de un agente probiótico, depende del género, la especie y la cepa específica de las bacterias que se han estudiado. Se han reportado casos poco frecuentes de lactobacilemia en niños con enfermedades crónicas o inmunosuprimidos, que recibieron L. rhamnosus GG67,68. Los casos de bifidobacteremia o infección por bifidobacterias son extraordinarios o no han sido reportados. Es importante entender que la «seguridad» de una bacteria se establece principalmente a través de una evaluación completa de las características mismas de esa bacteria. Por ejemplo es importante establecer que el organismo no produzca toxinas, no tenga resistencia transferible a los antibióticos, no sea invasiva, etc. Además, una bacteria probiótica debe tener una historial de uso seguro en grandes números de poblaciones o individuos, y por último, no mostrar efectos indeseables en ensayos clínicos controlados. En particular, el uso en poblaciones vulnerables ayuda a reducir aún más cualquier preocupación de seguridad. Desde este punto de vista, el género Bifidobacterium presenta un perfil de seguridad muy particular y confiable. A pesar de ser muy abundante en el intestino de lactantes normales, que reciben leche humana, no se ha reportado ningún caso de infección espontánea a Bifidobacterium. No hay casos de infecciones por bifidobacterias a pesar del gran consumo a nivel mundial de productos lácteos con este género de bacterias. Además, no se ha reportado ningún efecto negativo en estudios clínicos con lactantes, incluyendo neonatos, ni en poblaciones vulnerables como prematuros, desnutridos y los lactantes nacidos de madres con VIH69. Esto hace que este género de bacterias sea particularmente adecuado para el uso general en lactantes. El B. lactis es, en la actualidad, la única bacteria probiótica evaluada por la Food and Drug Administration (FDA) con afirmación de ser generally regarded as safe (GRAS) para su uso en recién nacidos sanos en EE.UU. Lactobacillus, especialmente L. rhamnosus GG, a pesar de que hay muy pocos casos de bacteriemia, puede considerarse un probiótico más apropiado para el lactante o un niño mayor. Hasta que tengamos mejores estudios, el uso de probióticos no puede recomendarse en general para poblaciones con inmunodeficiencias. Por otro lado, a medida que la seguridad de ciertas bacterias específicas se documente mejor, son precisamente algunas de estas poblaciones (p. ej. los lactantes prematuros) las que pueden beneficiarse más de estas bacterias. Conclusiones El consumo de ciertos microbios probióticos con un perfil de seguridad adecuado, en los primeros años de vida, tiene un efecto positivo sobre la función de barrera de intestino y respuesta inmunitaria. El potencial que tienen ciertos probióticos de beneficiar la salud del lactante y la población en general es cada vez más tangible. Bibliografía 1. Brandtzaeg P. Development and basic mechanisms of human gut immunity. Nutrition Reviews. 1998;56(Suppl):5-18. 2. MacDonald TT, Spencer J. Ontogeny of the gut-associated lymphoid system in man. Acta Paediatr. 1994;83(Suppl):3-5. 3. Pickard KM, Bremner AR, Gordon JN, MacDonald TT. Microbial-gut interactions in health and disease. Immune responses. Best Pract Res Clin Gastroenterol. 2004;18:271-85. 4. 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Arch Dis Child. 2005;90:892-7. 122. Wang MF, Lin HC, Wang YY, Hsu CH. Treatment of perennial allergic rhinitis with lactic acid bacteria. Pediatr Allergy Immunol. 2004;15: 152-8. 21 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1:22-31 1 Artículo 3 Importancia de la alimentación de los niños en el primer año de vida Samuel Flores Huerta* Departamento de Investigación en Salud Comunitaria, Hospital Infantil de México Federico Gómez, México, D.F., México Resumen Durante el primer año de vida las formas correctas de alimentación deben favorecer el crecimiento y desarrollo de los niños y formar hábitos de alimentación saludables, considerando que el estado nutricio actual es resultado de las formas de alimentación y estado nutricio previo, pero a su vez determinan el estado nutricio subsiguiente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los niños ingieran leche materna (LM) idealmente hasta los 2 años de vida, siendo en el primer semestre el alimento exclusivo. A partir del sexto mes se recomiendan alimentos no lácteos cuya consistencia permita al niño ingerirlos sin masticarlos, incorporando todos los grupos de alimentos al año de vida. Conforme aumenta la edad se aumenta la consistencia y variedad de los alimentos. En cada tiempo de alimentación, el niño debe ser alimentado por su madre y recibir manifestaciones de estímulo y afecto. En encuestas realizadas se ha observado que el desmedro, la anemia por deficiencia de hierro y ácido fólico, y el sobrepeso y la obesidad son alteraciones asociadas a las formas de alimentación en niños pequeños. Se agrega una lista de acciones que deben checarse en cada visita para otorgarle a la madre una asesoría apropiada sobre las formas correctas de alimentar a su hijo. Palabras clave: Alimentación complementaria. Primer año de vida. Lactancia materna. Anemia. Desmedro. Sobrepeso y obesidad. Abstract During the first year of life the diet must promote the appropriate physical growth and development, as well to form early healthy food habits. The World Health Organization recommends that infant’s intake mother’s milk during two first years of life, being the exclusive food in first semester. However, since the sixth months of life this Organization also recommends to add at infant diet other foods different to the human milk. This new foods must have the consistency that permits to infant swallowed without chew; they must be gradually increased until incorporate at the end of the first year of life and at same time progressively increase the consistency and variation of foods. Besides assisting and nurturing their infants in each feeding session, mothers must also provide stimulus and affect. In addition, are showed the stunted, iron and folic acid deficiency anemia and overweight and obesity, as health disorders associated with the feeding mode of the infants. At the end, it is showed a check list, as a tool to advice the correct mode to feed the infant that will be used when mothers attend to the primary health unit. Key words: Infant feeding. Human milk. Complementary feeding. Anemia. Stunting. Overweight and obesity. Correspondencia: *Samuel Flores Huerta Departamento de Investigación en Salud Comunitaria Hospital Infantil de México Federico Gómez Dr. Márquez, 160 Col. Doctores. C.P. 06720, México, D.F. E-mail: [email protected] 22 S. Flores Huerta: Alimentación en el primer año de de vida Introducción La nutrición es un proceso que se inicia con la alimentación y se vincula con otros procesos fisiológicos como la absorción, metabolismo e incorporación de nutrimentos a los tejidos, que determina que los individuos crezcan, se desarrollen y expresen las funciones de todos sus órganos y sistemas. En este sentido, es importante destacar que la condición nutricia, en este caso de los niños, es una resultante de la alimentación y condición nutricia previas, y al mismo tiempo es un factor determinante del estado de nutrición subsiguiente, limitando o favoreciendo el crecimiento físico, el desarrollo intelectual y aun el desarrollo humano1. Pero además, en el lapso que va de recién nacido a la edad preescolar, la alimentación y nutrición de los niños dependen absolutamente de los cuidados que ofrezcan los adultos, lo cual pone de manifiesto la gran vulnerabilidad de los niños y la gran responsabilidad de los adultos y las instituciones que se encargan de su cuidado para preservar un buen estado de salud. Actualmente, muchas de las enfermedades que padecen los adultos están relacionadas con los hábitos adquiridos en edades muy tempranas de la vida, por lo que, además de satisfacer las necesidades de alimentación, hay que dirigirlas hacia la preservación de la salud a lo largo del ciclo de la vida2,3. Esquema de alimentación para los niños durante el primer año de vida Para tener una guía sobre cómo cubrir en el primer año de vida este proceso, los organismos internacionales han emitido esquemas y lineamientos que se resumen en la tabla 1. Existe consenso de que, durante el primer semestre de la vida, el lactante reciba LM de su propia madre como alimento exclusivo; o cuando el amamantamiento no fuera posible, reciba un sucedáneo de LM. En el segundo semestre de la vida, además de la LM deberán introducirse gradualmente los demás alimentos no lácteos, tomando las precauciones relacionadas con la maduración de los sistemas gastrointestinal y neurológico de los niños, y siempre considerando que los alimentos que se vayan incorporando podrían desencadenar enfermedades alérgicas o atópicas. Posteriormente, el actual paradigma es diversificar la dieta, fomentando hábitos que preserven la salud. Lactancia materna La LM permitió la supervivencia de la especie humana desde épocas remotas hasta principios del siglo XX, en que su prevalencia empezó a disminuir con el advenimiento de los sucedáneos de la misma conocidos como fórmulas y con el aumento del trabajo remunerado de la madre fuera del hogar4. En la tabla 2 se muestran los numerosos beneficios que la LM propicia a la salud de los niños durante y aun después de suspendido el amamantamiento, razón por la que se considera el alimento de más alto valor; amén de los beneficios que propicia en las madres que amamantan5. Por su composición en macro y micronutrimentos, y otros factores biológicos, es el referente para la nutrición de los lactantes en todo el mundo así como para el diseño de sucedáneos de la leche humana. Se sabe que la LM es una extensión del sistema inmune de la madre, de modo que, cuando el niño la ingiere, recibe protección contra diversas enfermedades infecciosas y no infecciosas. La leche humana posee un sistema inmune innato que incluye numerosas sustancias que funcionan como prebióticos o bien como análogos de receptores en la luz del intestino (glycanes); otras, como los nutrimentos, funcionan además como agentes protectores, y existen además numerosos agentes inmunomoduladores como los nucleótidos y citocinas6. Pero, además del Tabla 1. Esquema de alimentación para el primer año de vida De 0-5 meses De 6-11 meses ≥ 12 meses LM LM o fórmula Inicio de alimentos complementarios, no lácteos Dieta diversificada considerando como base la de la familia y cultura Idealmente como alimento exclusivo La lactancia puede ser mixta Fomento de una dieta saludable Evitar el contacto con proteínas de leche bovina antes de los 4 meses de edad reduce los riesgos de enfermedades atópicas No introducir alimentos complementarios antes de los 4 meses o después de los 6 meses de edad 23 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 Tabla 2. Beneficios a la salud que reciben los niños amamantados Protección durante el amamantamiento Protección después del destete en la infancia temprana Protección posterior en la niñez Enfermedades infecciosas gastrointestinales y respiratorias Infecciones urinarias Sepsis y meningitis Dermatitis atópica Alergia a alimentos Sibilancias Enterocolitis necrosante Enfermedad celíaca Falla en el crecimiento Muerte súbita del lactante Agudeza visual Enfermedades infecciosas gastrointestinales y respiratorias Sibilancias Enfermedad celíaca Falla en el crecimiento Desarrollo cognoscitivo* Agudeza visual Sobrepeso y obesidad Diabetes tipo 1 y 2 Leucemia/linfomas Enfermedad de Crohn Desarrollo cognoscitivo* *Ventaja modesta pero significativa. Adaptado de Goldman, et al.5. sistema inmune innato, la LM tiene un sistema inmune adquirido, cuyos anticuerpos, principalmente inmunoglobulinas, se producen en función de los antígenos a los que haya estado expuesta la madre6,7. Por todo esto, los niños amamantados tienen menor riesgo de enfermar y de morir de enfermedades infecciosas gastrointestinales y respiratorias, y de otras como el síndrome de muerte súbita del lactante,5,7,8. Por otra parte, por mecanismos aún en estudio, los niños amamantados tienen mejores respuestas ante las vacunas y alcanzan un mejor desarrollo cognoscitivo, que aunque modesto es significativo5. También se considera que la LM permite la expresión cabal del potencial de crecimiento humano, razón por la que, con base en el crecimiento de niños amamantados, hijos de madres saludables, la OMS publicó, en 2006, el primer estándar de crecimiento y desarrollo para evaluar a los niños menores de 5 años9. Es importante señalar que, en el largo plazo, los niños amamantados tienen menor riesgo de desarrollar sobrepeso, obesidad e hipertensión arterial, así como otras enfermedades crónicas y degenerativas10. Por toda esta evidencia, se ha recomendado que los niños reciban la LM como alimento exclusivo durante los primeros 6 meses de vida, sin la necesidad de otro tipo de líquidos o alimentos5,11. En este sentido, es pertinente mencionar que los beneficios del amamantamiento están directamente relacionados con el grado de exclusividad y duración de la lactancia materna en el primer año de vida, y particularmente en el primer semestre de la vida. En la práctica, lo que facilita o dificulta el amamantamiento no es la capacidad materna para producir o no leche, sino otros factores de 24 tipo sociocultural y laboral. Por otra parte, cuando las madres egresan de las unidades de salud donde nacen sus hijos, prácticamente no reciben información acerca de las bondades de la lactancia, ni de cómo iniciar y mantener el amamantamiento12. Sin embargo, a pesar de sus bondades, es pertinente mencionar que el amamantamiento no es una forma de alimentación perfecta; puede haber insuficiente producción de leche relacionado con diversos factores maternos como el grado de información y preparación y apoyo, y aun en madres bien nutridas la composición de la LM puede ser insuficiente para cubrir los requerimientos de algunos micronutrimentos como el hierro, cinc y algunas vitaminas como K, D y B127. Asimismo, como la leche la secreta el organismo materno, puede contener sustancias a las que la madre está expuesta como medicamentos o contaminantes ambientales, o secretar antígenos alimentarios a los que ha sido expuesta, o incluso secretar virus como el VIH, cuando la madre es portadora13. No obstante, el amamantamiento y la LM son la mejor opción para los niños pequeños de todas las poblaciones. Debe reconocerse que las tasas de LM exclusiva en México no rebasan el 40% a los 4 meses de edad, por lo que se debe rescatar la cultura del amamantamiento para favorecer la salud de los niños a través de una adecuada estrategia social y de una efectiva política pública. Entre las medidas que deben implementarse o fortalecerse para mejorar su prevalencia preferentemente exclusiva se encuentran: a) adecuar los servicios de obstetricia y pediatría a un modelo de atención hospitalaria que garantice la protección, promoción y apoyo a la LM, llevando a la práctica los 10 pasos para S. Flores Huerta: Alimentación en el primer año de de vida una lactancia exitosa de los Hospitales Amigos del Niño; b) cambiar la actitud del personal de salud para que, antes de que egresen de la unidad de salud, la madre conozca los beneficios que tiene el amamantamiento tanto para la salud de su hijo, para ella misma y para la sociedad en su conjunto; c) incorporar permanentemente el tema de LM a los programas educativos de promoción de la salud en las unidades de atención primaria, destacando su trascendencia para la salud de los niños y las madres. La prevalencia de LM exclusiva en el primer semestre debe ser un indicador de salud para conocer el grado de beneficio que reciben los niños con este alimento, y d) promover acuerdos con las compañías productoras de sucedáneos de leche humana para que respeten el Código Internacional de Sucedáneos de Leche Materna, que data de 198114. La iniciativa mundial sobre tendencias de la lactancia materna (WBTi) vigila las prácticas de alimentación de los niños pequeños, así como las políticas y programas de diferentes países sobre la base de diversos indicadores; lamentablemente, se observa que el desempeño de México está calificado como regular, ya casi en el límite de ser malo15, lo que significa que se tiene una gran oportunidad de rescatar y preservar esta forma de alimentación que data ya de muchos miles de años. Alimentación complementaria Desde la perspectiva de su nutrición y crecimiento, el sexto mes de vida es una edad crítica para la salud de los niños; a partir de esta edad, los niños, sin suspender el amamantamiento, necesitan complementar su dieta con otros alimentos no lácteos para garantizar su crecimiento sostenido y para desarrollar todas sus funciones11. Sin embargo, iniciar la alimentación complementaria es un proceso más complejo de lo que parece. El proceso es educativo y los protagonistas son la madre, los trabajadores de la salud y el niño. Los objetivos consisten en complementar la dieta del niño yendo de un alimento lácteo a una dieta diversificada y formar hábitos de alimentación saludable. En cuanto a la madre, debe capacitarse para preparar y otorgar apropiadamente los alimentos del niño. La preparación de los alimentos está relacionada, especialmente en países menos industrializados como México, con la higiene que garantice su inocuidad, pero también con la selección de alimentos para que su contenido aporte los nutrimentos que el niño necesita, presentándolos con la consistencia apropiada a la edad del niño. Por otra parte, su otorgamiento está relacionado con la asistencia, estímulo y afecto que el niño necesita para que conozca los nuevos sabores, se alimente y se nutra. En cuanto a los trabajadores de la salud de instituciones gubernamentales o privadas, se espera que ejerzan una consejería y capacitación a la madre cumpliendo con los objetivos descritos, todo dentro de un proceso educativo que debe ir más allá de la consulta médica. En cuanto al niño, el objetivo primordial es el cuidado de su salud, vigilando su crecimiento como un proxi de su salud, cuidando de que ni en el corto ni el largo plazo aparezcan enfermedades relacionadas con la alimentación, ya sea por carencia, por exceso o por exposición inapropiada a los alimentos. Por su importancia debe destacarse que, durante el proceso de alimentación, la madre debe conocer y respetar el ciclo de hambre-saciedad del niño. Los padres, y particularmente la madre, deben saber que el llanto no es sinónimo de hambre, sino la forma en que los niños pequeños comunican sus necesidades; así, el llanto es diferente según expresan hambre, frío, calor, sueño, necesidad de afecto, así como también dolor o enfermedad. El trabajador de la salud deberá recomendar a los padres que ofrezcan los alimentos apropiados dentro de un horario, pero respetando el hambre del niño tanto para iniciar como para terminar su alimentación. Es diferente estimularlo y asistirlo para que coma, que forzarlo para que ingiera mayor cantidad de alimento, como frecuentemente sucede. La atención y asistencia también están relacionadas con el uso de utensilios apropiados (cucharas y recipientes), con la consistencia que deben tener los alimentos acorde con el tipo de los mismos y la edad del niño; asimismo, están relacionadas con la paciencia para esperar que el niño trague el alimento y con el estímulo para que use sus dedos, manos, o la cuchara, o beba directamente de los recipientes hasta lograr posteriormente su autoalimentación. Que la madre mire y dialogue con su hijo mientras lo alimenta son acciones de la mayor importancia; de ninguna manera la televisión debe sustituir el diálogo permanente entre el niño, la madre o la persona que lo alimente. No ayuda mucho a los niños que los adultos lo alimenten en forma mecánica mientras ellos conversan, olvidándose de la presencia del niño16. Algunas encuestas recientes informan de que las prácticas de alimentación de los niños de esta edad no son las correctas17; se ofrecen al niño nuevos alimentos sin que se observe una congruencia entre las necesidades nutricias del niño, los problemas de salud y las fuentes de nutrimentos. En la tabla 3 se observa 25 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 Tabla 3. Frecuencia de consumo de alimentos no lácteos en niños menores de 1 año de edad Alimentos Niños < 6 meses (260) Niños de 6-11 meses (750) Alto Medio Bajo Alto Medio Bajo 20.8 23.6 55.6 39.0 45.3 15.6 Tortilla – – – 34.2 16.8 48.8 Verdura 11.1 16.7 73.0 23.3 36.9 39.6 Arroz 3.6 21.6 74.6 6.5 47.8 45.6 Carne de pollo 2.8 26.6 70.6 4.7 60.0 35.1 Hígado de pollo 2.4 14.5 83.1 0.8 35.4 63.7 Fruta y verdura industrializada 1.0 27.5 71.5 2.8 15.3 81.9 Jugo industrializado 2.7 11.3 86.0 8.7 27.5 63.9 Refresco* 2.4 4.8 92.9 2.4 6.3 91.3 Saludables Fruta Con riesgo potencial para la salud Alto: una o más veces al día; Medio: al menos 1/semana; Bajo: menos de 1/semana. *Embotellado o enlatado. Adaptado de Flores Huerta, et al.17. que los niños atendidos por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) inician el consumo de alimentos no lácteos desde antes de los 6 meses de edad. Ingieren tanto alimentos saludables como aquellos potencialmente riesgosos para su salud. Después de los 6 meses, cuando se espera que los niños diversifiquen su dieta para complementar el aporte nutrimental de la leche, se observa que no ocurre así; aumenta el número de niños que diariamente consumen frutas y verduras, pero no llega al 40%. Por otra parte, es muy bajo el número de niños que ingieren cereales, y no se muestra que haya niños que ingieran carne roja, pescado, huevo y leguminosas. Por otra parte, el consumo diario de jugo industrializado y refresco, aunque en una fracción pequeña de esta población, se inicia desde antes de los 6 meses de edad. Asimismo, la tabla 4, que resume la prácticas de alimentación de los niños beneficiarios del Seguro Médico para una Nueva Generación (SMNG), confirma que el inicio de alimentos no lácteos ocurre desde antes de los 6 meses, incluyendo tanto el consumo de carne y leguminosas como el de refrescos. Entre los niños que viven en áreas urbanas y rurales hay algunas diferencias, aunque poco significativas. Sin embargo, preocupa que, aún después del año de edad, no se haya establecido la ingestión regular de alimentos como carne, huevo, lácteos, en fracciones 26 que varían según los niños vivan en un área urbana o rural, pero que van del 11.5-23.5%. En cambio, después del año de edad, 59% de los niños rurales y 62.5% de los niños urbanos ya ingieren regularmente refrescos. En general, los niños que viven en áreas rurales ingieren mayor cantidad de alimentos de origen vegetal, con escasa cantidad de alimentos de origen animal, acompañados de bebidas de riesgo como té, café y refrescos. Los niños urbanos, igualmente, ingieren pocos alimentos de origen animal y tienen un creciente consumo de bebidas como jugos, refrescos y otros alimentos industrializados. En ambas poblaciones se identifica la necesidad de capacitar a la madre en la forma apropiada de alimentar a su hijo con otros alimentos no lácteos. Siguiendo los lineamientos de la OMS para niños que ya no se alimentan al pecho materno, es importante promover el consumo diario de alimentos de origen animal como carne roja, pollo o similares, pescado o huevo, además de leche, para que los niños mayores de 6 meses cubran sus requerimientos y sostengan su crecimiento11. Si el niño no consume regularmente en su dieta alimentos de origen animal, la cantidad de leche adicional que el niño debe ingerir para cubrir sus requerimientos proteínicos y de energía puede ser ~300-500 ml/día, y consumir mezclas de cereales y leguminosas sin omitir el consumo de frutas y verduras, para asegurar la fuente de S. Flores Huerta: Alimentación en el primer año de de vida Las encuestas nacionales de salud así como otras realizadas por el IMSS y del SMNG han mostrado que los niños pequeños presentan algunos problemas de salud relacionados con las malas prácticas de alimentación como son el retardo del crecimiento lineal, el sobrepeso y la obesidad, la insuficiencia de micronutrimentos como hierro, cinc y ácido fólico y presencia de anemia asociada a estas deficiencias. La importancia de estos problemas radica en que tienen un gran impacto en la salud de los niños tanto en el corto como en el largo plazo; su magnitud indica que merecen atenderse, siendo por fortuna prevenibles con medidas que cuestan menos que la atención que requieren los individuos que desarrollan enfermedades asociadas por estos problemas. que están involucradas diversas hemoproteínas que se afectan con la deficiencia de hierro20. Los niños pueden presentar deficiencia de hierro y anemia por esta deficiencia, si sus reservas son escasas, si el aporte de hierro en sus alimentos o como suplementos es insuficiente, por absorción inapropiada por el elevado consumo de fitatos, por presentar pérdida de hierro por ingestión de leche bovina o cursar con parasitosis, o bien por aumento de sus necesidades de hierro por presentar mayor frecuencia de infecciones. Parece ser que el lapso en que los niños son más susceptibles a la deficiencia de hierro y a presentar las alteraciones descritas es durante los primeros 5 años de vida, y en particular en los primeros 2 años. En la tabla 5 se muestra que en el segundo año de vida es cuando se observa la mayor prevalencia de anemia, siendo de casi 50% en la Encuesta Nacional de Nutrición (ENN) de 1999, disminuyendo posteriormente, probablemente en parte a los programas gubernamentales que suministran hierro y la diversificación de la dieta de los niños21-23. Sin embargo, no hay duda de que hay que atender en forma ecológica este importante problema de salud con énfasis en fomentar la inclusión sistemática de alimentos de origen animal a partir del segundo semestre de la vida, y a partir del cuarto mes de vida, establecer una política para suplementar con sales de hierro a los niños, en cantidad que permita la absorción de 1 mg de hierro/día. Prevalencia de anemia Desmedro o retardo de talla para la edad La deficiencia de hierro es una alteración de las más extendidas en el mundo; según datos de la OMS, afecta alrededor de 4,000 millones de personas en el mundo (≈70%), de los cuales alrededor de 2,000 millones padecen anemia por esta deficiencia (> 30%). Principalmente, las personas afectadas viven en países menos industrializados (42%), aunque, en menor magnitud, también afecta a las que viven en países industrializados (17%), siendo los niños preescolares los más afectados19. La anemia producto de esta deficiencia tiene efectos biológicos y socioeconómicos en los individuos y las poblaciones; en los niños este padecimiento afecta a su crecimiento y rendimiento físicos, su función inmune y su desarrollo psicomotor. Con relación a esta última alteración, la deficiencia de hierro afecta al funcionamiento cerebral porque afecta a la mielinización cerebral, el metabolismo de las monoaminas, el metabolismo energético y el crecimiento de las dendritas en el hipocampo, funciones en las Sin omitir la importancia que tienen los factores genéticos, la talla alcanzada por los niños está de acuerdo con lo esperado para la edad, si las condiciones socioeconómicas son de bienestar, o presenta retardo si las condiciones en las que viven los niños son de pobreza; esto es válido independientemente de las latitudes y las características étnicas, y por estas razones el crecimiento lineal de los niños se considera un buen indicador de las condiciones de alimentación y nutrición previas. En la figura 1 es interesante observar que la prevalencia de desmedro aparece como un problema del crecimiento de los niños desde el segundo semestre de la vida, y que éste aumenta durante el segundo año de vida; sin embargo, también es interesante observar que el fenómeno en ambos lapsos tenía una magnitud mayor en las encuestas de hace un poco más de una década y que ha ido disminuyendo en las encuestas subsiguientes. En los niños entre los 12-23 meses, el retardo observado en la talla para vitaminas y minerales. Asimismo, desde estas edades, es saludable evitar el consumo de jugos de supermercado y de bebidas endulzadas, mientras que, por otra parte, se tiene que fomentar el consumo de agua potable. También es pertinente evitar el consumo de edulcorantes o el uso de sal de mesa, considerando que se trata de que los niños, durante el primer año de vida, adquieran hábitos de alimentación saludable18. Algunos problemas de salud de los niños pequeños relacionados con sus formas de alimentación 27 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 Tabla 4. Edad a la que de manera regular se estableció la ingestión de alimentos en niños mayores de 1 año, beneficiarios del SMNG* < 6 meses R U 38.5 51.5 Lácteos 12.9 Frutas y verduras Cereales/leguminosas 6-11 meses R ≥ 12 meses No ha iniciado U R U R U 21.1 20.6 16.1 13.1 24.3 14.9 13.0 40.1 39.9 31.1 35.6 16.0 11.5 30.0 38.5 53.4 48.2 15.3 12.3 1.3 1.1 16.2 15.6 52.8 52.7 28.2 27.8 2.9 3.9 Carnes 8.4 11.2 35.7 40.8 32.5 31.4 23.5 16.7 Huevo 7.5 8.7 37.0 31.8 41.2 46.9 14.3 12.6 Frituras, galletas, dulces 6.2 6.0 34.1 30.4 42.3 48.8 17.4 14.8 37.3 42.0 51.5 47.9 10.3 9.1 0.9 1.0 4.5 3.8 18.7 17.4 35.6 41.3 41.2 37.5 8.8 3.8 19.0 8.0 8.0 3.8 64.2 84.5 Leche no materna Fórmula† Alimentos Líquidos Endulzados y caldos Refrescos Suplementos Nutrisano‡ R: rural; U: urbano. *Seguro Médico para una Nueva Generación. Todos los valores son por cientos. † Sucedáneo de LM. ‡ Suplemento de proteínas, vitaminas y minerales. Adaptado de Flores Huerta, et al.25. la edad alcanzó a uno de cuatro niños en las ENN de 1988 y 1999; en este mismo grupo de edad en la encuesta del IMSS de 2004 la prevalencia fue de 17%, en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANut) 2006 fue de 16.1%, y en la encuesta realizada por el SMNG en 2010 fue de 14.8%; es decir, que la tendencia de este problema de salud de los niños ha ido disminuyendo. Se sabe que este problema está muy relacionado con la carencia de micronutrimentos como cinc y con la insuficiencia en el aporte de proteínas y energía, y que la dieta complementaria puede ayudar a resolver si se aporta convenientemente. Prevalencia de sobrepeso y obesidad Este problema que consiste en la acumulación de energía en el organismo en forma de tejido adiposo, en mayor proporción del esperado para la edad y género, se ha convertido en un grave problema de salud en todas las edades y en todo el mundo. Se 28 sabe que el sobrepeso y obesidad (SOB) es un factor de riesgo para la adquisición o el desarrollo de alteraciones como la resistencia a la insulina y el síndrome metabólico, las cuales constituyen a su vez factores de riesgo para presentar enfermedades metabólicas y cardiovasculares. En México, la gran cantidad de adultos con SOB y sus comorbilidades, así como el elevado costo que representa su atención, está deteriorando el presupuesto de las instituciones de salud, sin que sea posible devolver la salud a estos enfermos; todo lo contrario, estos padecimientos constituyen las principales causas de muerte de los adultos en nuestro país24. Ante el fracaso para tratar en las unidades médicas el SOB, se ha planteado que la prevención es la mejor estrategia para su contención, promoviendo que los niños adquieran estilos saludables de alimentación y actividad física, elementos que están en el centro del problema. Sin embargo, este enfoque de gran sentido común podría tener el éxito esperado si la prevención se inicia en los primeros años de la vida, para lo cual es conveniente S. Flores Huerta: Alimentación en el primer año de de vida 30 25.6 25 Porcentaje 20 6-11 meses 12-23 meses 24.5 17.5 17.0 14.0 15 16.1 14.8 12.8 10.2 10 9.8 5 0 ENN 1988 ENN 1999 SANIMSS ENSANut 2004 2006 SMNG 2010 Figura 1. Prevalencia de desmedro en niños durante los primeros 2 años de vida, según diferentes ENN. En todas ellas se usó como indicador el índice talla para la edad, como punto de corte –2 puntajes Z y como referente el Estándar de Crecimiento de la OMS 2006 (adaptado de Flores Huerta, et al.25). asomarse a las prevalencias en los primeros años de la vida. En la figura 2 se muestra que, comparado el segundo semestre de la vida con el segundo año, el SOB es mayor en el segundo año de vida, siendo las diferencias de 0.8-4.3 puntos porcentuales (pp). También se observa que la tendencia entre las encuestas de hace más de una década y las más recientes tiende al aumento, aunque éste parezca mínimo. Parece prudente que, tanto los trabajadores de la salud como las instituciones, pongan atención a las formas de alimentación de los niños pequeños, tanto en lo que se refiere a alimentos lácteos como no lácteos, estableciendo formas correctas de consejería para que cuando los niños rebasen el primer año de edad su alimentación sea lo más saludable posible y, por lo menos, con la menor ingestión de alimentos y nutrimentos de riesgo para desarrollar SOB18. Finalmente, la tabla 6 corresponde a una lista de chequeo diseñada para que el trabajador de la salud pueda sistemáticamente otorgar una consejería apropiada a la madre, recorriendo todas las acciones de este importante proceso16. Del chequeo destacan los alimentos, su higiene, su consistencia, la forma en que deben proporcionarse, la vinculación del proceso de alimentación con un crecimiento apropiado del niño y la adquisición paulatina de una alimentación saludable. Tabla 5. Prevalencia de anemia en niños menores de 5 años Edad (meses) ENN (1999) IMSS (2004) ENSANut (2006) PREVENIMSS (2006) SMNG (2010) 6-11 13.1 20.9 (7.5)* – – 26.6 12-23 48.9 22.7 (14.9)* 37.8 30.1 35.8 24-35 32.1 – 25.7 18.9 17.3 36-47 21.6 – 20.1 16.5 – 28-59 16.4 – 14.2 11.6 – Todos los valores son porcentajes. ENN: Encuesta Nacional de Nutrición22; IMSS: Instituto Mexicano del Seguro Social12; ENSANut: Encuesta Nacional de Salud y Nutrición21; PREVENIMSS: Programas Integrados de Salud del IMSS17; SMNG: Seguro Médico para una Nueva Generación25. *Valores por deficiencia de hierro. 29 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 14 12.9 6-11 meses 12-23 meses 12 Porcentaje 10 8.1 8 6 5.5 6.3 8.3 7.7 7.7 7.0 5.8 4.8 4 2 0 ENN 1988 ENN 1999 SANIMSS 2004 ENSANut 2006 SMNG 2010 Figura 2. Prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad en niños menores de 2 años, comparando el segundo semestre de la vida con el segundo año de vida, según diferentes ENN. En todas ellas se usó como indicador el IMC, como punto de corte ≥ 2 puntajes Z, y como referente el Estándar de Crecimiento de la OMS 2006 (adaptado de Flores Huerta, et al.25). Tabla 6. Lista de chequeo durante el asesoramiento a una madre sobre la forma en que debe alimentar a su hijo – Conocer el tipo de alimentación láctea. Promover que tome LM; si ya no se amamanta asesorar que el sucedáneo sea el apropiado, verificando que se prepare correctamente en términos de higiene y concentración de la fórmula. Si toma leche con biberón, asesorarla para que cuanto antes el niño aprenda a beber en vaso o taza – Higiene en la preparación de los alimentos complementarios para el niño. Verificar que la preparación de los alimentos se realice con la higiene debida; quien se encargue de estos procedimientos debe lavarse muy bien sus manos, lavar muy bien los alimentos y utensilios y lavar también las manos del niño – Utensilios para alimentar al niño. Verificar que los utensilios para alimentar al niño sean apropiados a su edad y desarrollo. Evite el uso de platos, vasos o cucharas grandes – Alimentación de la semana previa. Conocer cuántas comidas por día y cuántos grupos de alimentos ingiere ya el niño en la semana previa a la visita actual, verificando si están de acuerdo con sus necesidades y edad – Diversidad, variación y combinación. Vigilar que se incorporen a la dieta del niño cada vez más alimentos, verificando que se varían y se combinan entre sí para lograr el sinergismo de los nutrimentos – Textura y consistencia de los alimentos. Verificar que la consistencia de los alimentos sea apropiada según el tipo de alimentos y la edad del niño. Investigar si algunos alimentos valiosos para la nutrición del niño como la carne no se proporcionan por falta de darles una consistencia apropiada – Vigilar enfermedades asociadas a las formas de alimentación. En cada evaluación del niño investigar si se han presentado reacciones adversas relacionadas con los alimentos que ingiere el niño, especialmente con enfermedades alérgicas, intolerancias o infecciones – Evaluar la condición nutricia del niño. En cada revisión, además de la alimentación se debe evaluar la condición nutricia (Peso, talla, índice de masa corporal [IMC]). El propósito es conocer si se está consiguiendo o no el objetivo de lograr un buen crecimiento y desarrollo del niño – Verificar que el niño reciba la atención y afecto que merece. Estos factores también son indispensables durante la alimentación del niño. Verificar que en cada tiempo de comida el niño se alimente con la asistencia de la madre, y durante la alimentación él sea el centro de atención, y reciba el afecto conveniente – Verificar que la alimentación del niño sea saludable. Asesorar a la madre para que la alimentación incluya frutas y verduras frescas, cereales integrales, pescado y otros granos enteros. Asesorarla para que el menú del niño no contenga grasas saturadas ni trans; retirar los alimentos y bebidas endulzados con azúcares refinados, reduciendo también la cantidad de sal Adaptado de Flores Huerta, et al.16. 30 S. Flores Huerta: Alimentación en el primer año de de vida Bibliografía 1. Johnson DB, Gerstein DE, Evans AE, Woodward-López G. Preventing obesity: a life cycle perspective. J Am Diet Assoc. 2006;106:97-102. 2. Barker DJP. The fetal origins of type 2 diabetes mellitus. Ann Intern Med. 1999;130:322-4. 3. Barker DJP. Fetal origins of coronary heart disease. BMJ. 1995; 311:171-4. 4. World Alliance for Breastfeeding Action. Protecting, promoting and supporting continued breastfeeding from 6-24 months: issues, politics, policies and action. Global Breastfeeding Partners Meeting VII. Penang, Malaysia: WABA; 2009. 5. Goldman AS, Hopkinson JM, Rassin DK. Benefits and risk of breastfeeding. Adv Pediatr. 2007;54:275-304. 6. Newburg DS. Innate immunity and human milk. 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Resumen La lactancia materna contribuye, a través de diferentes mecanismos como la autorregulación, en el consumo de leche y la exposición a diferentes sabores a que, hacia el final del primer año de vida, el niño esté preparado para sentarse a la mesa familiar, comer la misma comida que su familia y aceptar una variedad de alimentos en la cantidad suficiente para mantener un adecuado estado de nutrición. Sin embargo, la lactancia, una de las opciones para alimentar a un recién nacido, es una conducta que la mujer necesita aprender. La responsabilidad de enseñar y orientar a las mujeres y sus familias recae en los profesionales de la salud, principalmente en el médico general, quien regularmente atiende a una gran cantidad de madres mexicanas. Este trabajo expone las características y funcionamiento de la glándula mamaria y las bases anatómicas y fisiológicas de la succión que ejerce el bebé sobre el pecho materno, que el médico debe reconocer; asimismo, los factores que promueven la lactancia exitosa y el origen de los problemas o dificultades que puedan surgir con la lactancia. Finalmente, se discuten elementos fundamentales de una práctica y técnica correcta de la lactancia materna para que pueda ofrecerse una consejería profesional adecuada. Palabras clave: Lactancia materna. Factores promotores. Profesional de salud. Abstract By the end of their first year of life, infants are ready to sit at the dinner table, to eat the same food as their family and to accept a variety of foods in sufficient quantity to maintain adequate nutritional status. In this context, breastfeeding contributes through different mechanisms such as: self-regulation in milk consumption and exposure to different flavors to assure a good nutrition and to create adequate feeding habits. However, breastfeeding is one of several options available to feed a newborn and a behavior that women need to learn. Today, the responsibility to counsel and guide women and their families in breastfeeding falls upon health professionals, specifically the general practitioner. This paper discusses the characteristics and functioning of the mammary gland as well as anatomical and physiological bases of suction exerted by the baby on the breast, so the health professional can recognize the factors that promote successful breastfeeding and to solve the problems or difficulties that could arise. Also are discussed here the main elements of a practice and proper technique, which are essential to provide breastfeeding counseling. Key words: Breastfeeding. Health professionals. Promoting factors. Introducción La alimentación, como fenómeno biológico, psicológico y social, desempeña un papel fundamental en el Correspondencia: *María Eugenia Flores Quijano Departamento de Investigación en Nutrición Instituto Nacional de Perinatología Isidro Espinosa de los Reyes Montes Urales, 800, Torre de investigación, piso 2 Col. Lomas de Virreyes, C.P. 11000, México, D.F. E-mail: [email protected] 32 crecimiento y desarrollo del lactante. Al final del primer año de vida, se espera que el niño haya alcanzado hitos y habilidades que le permitan mantener un adecuado estado de nutrición así como el desarrollo de hábitos saludables que ayuden a que esto se mantenga a lo largo de su vida. La lactancia materna contribuye en diferentes maneras para que esto se logre. Por ejemplo, al final del primer año de vida, se espera que el niño pueda estar sentado a la mesa, comiendo con sus manitas la misma comida que el resto de la familia y tomando líquido de una tacita entrenadora. Para que esto sea posible, es necesario que el niño haya alcanzado cierto desarrollo neurológico M.E. Flores Quijano: Factores que promueven una lactancia materna exitosa y fuerza muscular para permanecer sentado, mantener su cabeza erguida, coordinar los movimientos para llevar los alimentos a su boca, así como la madurez de los sistemas gastrointestinal y renal para que los alimentos sean aprovechados sin causar daño. En este caso, la acción de mamar el pecho para obtener la leche impone al recién nacido el reto de coordinar los reflejos de búsqueda, succión y deglución, lo cual ayuda en el desarrollo de diferentes músculos de la cara. Además, la leche expone al bebé a una amplia variedad de sabores que adquiere a través de los alimentos que la mujer incluye en su dieta1,2. Esto se ha propuesto como uno de los mecanismos que hace que el bebé amamantado acepte una mayor cantidad de alimentos cuando es ablactado3, que su integración a la dieta familiar sea más suave y que su alimentación sea variada, lo cual repercutirá de manera positiva en su estado de nutrición. Por otro lado, se espera que al final de este primer año se hayan comenzado a formar hábitos para que el niño, a través de una alimentación suficiente, mantenga un peso saludable. La lactancia, a través de la autorregulación en el consumo de leche, promueve el establecimiento y respeto del ciclo hambre-saciedad de tal manera que el niño aprende a comer solamente hasta donde siente hambre, en comparación con la alimentación a través del biberón, que en ocasiones se rige por imposición de quien alimenta4. Por lo expuesto anteriormente, parece ser que la lactancia es la manera natural de enlazar la vida intrauterina, durante la cual el feto, en un ambiente protegido, recibe de manera involuntaria el alimento que necesita, con las primeras experiencias de individuación y contacto con el mundo a través de los sentidos, justo cuando, por su madurez, su organismo se encuentra apto para su exposición a estímulos que lo desafían y que al mismo tiempo promueven que el proceso de desarrollo y maduración siga su curso. El ser humano nace provisto con los reflejos que necesita para buscar y tomar el pecho, succionar y tragar la leche que extrae5. Sin embargo, para la mujer, la práctica de la lactancia no es una conducta automática o innata, sino un comportamiento que necesita aprender. Anteriormente, esto sucedía en casa; las mujeres aprendían sobre la lactancia y los cuidados del bebé al observar a otras mujeres de su grupo social. Por generaciones, la disponibilidad de otras maneras de alimentación, los cambios del rol de la mujer en la sociedad y de la interacción con la familia extendida han resultado en la pérdida de esta transmisión en la población general. Por lo anterior, hoy es responsabilidad del equipo de salud –particularmente del médico general, quien mantiene una estrecha relación con la familia– tener la motivación y conocimientos necesarios para ayudar a los padres en la toma de decisiones con respecto a la alimentación de su bebé, asistirlos en el establecimiento de la lactancia y ayudarlos a resolver las dudas y problemas que pudieran presentarse durante esta etapa. El objetivo de este trabajo es exponer las bases anatómica y fisiológica de la boca del bebé y la succión que ejerce sobre el pecho materno, así como las características y funcionamiento de la glándula mamaria con el fin de que el médico pueda reconocer los factores que promueven que la lactancia sea exitosa, así como el origen de los problemas o dificultades que se podrían presentar. También se discutirán los elementos principales de una práctica y técnica correcta de la lactancia que en gran medida contribuyen a que la lactancia se mantenga y otorgue los beneficios que se le imputan. Bases anatómica y fisiológica de la lactancia La lactancia es una práctica que involucra a dos: la madre y el hijo; ambos necesitan contribuir con ciertas condiciones o atributos que hacen posible el establecimiento y mantenimiento de la lactancia. La mujer necesita contar con tres condiciones para poder lactar a su hijo: Glándulas mamarias que hayan alcanzado un adecuado desarrollo (una o de preferencia dos) El desarrollo natural de las glándulas mamarias alcanza su máximo durante el embarazo: el sistema de conductos se ramifica y el tejido alveolar, conformado por las células productoras de leche (lactocitos), logra un alto grado de diferenciación y funcionalidad; además, la areola se oscurece y aumenta su diámetro y el pezón se vuelve más eréctil. Esto ocurre de manera adecuada en la mayoría de las mujeres quienes, al final del embarazo, tienen el potencial de alimentar a su bebé al pecho de manera exitosa. Sin embargo, vale la pena comentar algunas consideraciones respecto a la anatomía y la funcionalidad de la glándula mamaria que pueden causar inseguridad en la madre o incluso podrían ser un impedimento real para que la lactancia sea la única forma de alimentación del bebé: 33 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 – El tamaño de los pechos. Ésta es una característica que normalmente preocupa a la mujer con relación a si podrá o no producir suficiente leche para su bebé. El estudio más reciente sobre anatomía de la glándula mamaria concluyó que la apariencia de los pechos no predice su capacidad de producir leche. La cantidad de tejido adiposo es independiente de la cantidad de tejido glandular, y éste no correlaciona con el volumen de leche que se produce en 24 h6, lo cual es consistente con las observaciones de Daly, et al.7, quienes documentaron que el volumen de leche que produce la mujer lo determina la demanda que impone el bebé, como se mencionará más adelante. – La forma de los pezones. Los pezones pueden ser: erguidos, planos o invertidos, y, sin embargo, hacia el final del embarazo la mayoría habrán logrado una elongación y proyección suficiente y estarán listos para la lactancia. En ocasiones, este cambio no es tan evidente, sin que esto necesariamente interfiera con el adecuado establecimiento de la lactancia, ya que el bebé, para succionar, toma buena parte de la areola y no sólo el pezón para formar una tetilla que llega hasta la conjunción del paladar duro y suave. Para ayudar a que esta «tetilla» se forme, hay que sugerir a la mujer ofrecer el pecho tomándolo con la mano en «forma de C», esto hará más estrecha y alongada la areola y será más fácil para el bebé tomar el pecho correctamente. En caso de que sea necesario, se puede recomendar el uso de una bomba tiraleche o de un émbolo hecho con jeringas para «sacar el pezón» justo antes de ofrecer el pecho al bebé8. Existen casos, poco comunes, en los cuales los pezones no responden a ninguno de los procedimientos descritos anteriormente, lo cual puede estar asociado con un menor número o anormalidad de los conductos que sí podría interferir en la transmisión adecuada de leche. Es importante mencionar que los «ejercicios de Hoffman»9 que anteriormente se recomendaba practicar han quedado en desuso, ya que no es seguro manipular los pezones por el riesgo de inducir contracciones uterinas e incluso el trabajo de parto, además de que se ha documentado que su recomendación merma la confianza de la mujer en que sus pechos sean adecuados para amamantar10. – Problemas anatómicos que reducen la capacidad para lactar. Existen casos de mujeres que tienen 34 tejido mamario disfuncional o insuficiente, como consecuencia de alguna malformación congénita o intervenciones quirúrgicas, como la reducción de mama, poco conservadoras, que involucran una incisión periareolar, o bien, indicaciones terapéuticas como son las radiaciones. Es común que estas mujeres no experimenten crecimiento (hipoplasia) y cambios en los pechos (o en uno de ellos, si el problema es unilateral) durante el embarazo, o congestión y sensación de cosquilleo en la «bajada de la leche»11. Cuando una mujer tiene alguno de estos problemas, hay que seguir muy de cerca el consumo de leche del bebé, así como su crecimiento y comportamiento. Probablemente, necesite complementar con sucedáneos de la leche humana, de preferencia a través del uso de un dispositivo suplementador de lactancia (como el Supplemental Nursing System [SNS] de Medela o Lact-aid). Mecanismos fisiológicos que permiten el inicio de la producción y excreción de la leche La segunda condición que se necesita presentar para que la mujer establezca la lactancia con su recién nacido es una compleja secuencia de sucesos, de control endócrino, que propician la producción y la eventual excreción de leche. Podemos describirlos en dos etapas: – La primera etapa se denomina lactogénesis I, y se refiere a la capacidad que adquiere la glándula mamaria de sintetizar leche. Se presenta en la segunda mitad del embarazo, como consecuencia del crecimiento y maduración del tejido mamario. Incluso, se podrán encontrar pequeñas partículas de grasa en el lumen de las células alveolares y de lactosa y α-lactoalbúmina en plasma y orina. Sin embargo, la acción inhibitoria de la progesterona y estrógenos circulantes inhibe la secreción de leche a través de la glándula mamaria12. – La segunda etapa, o lactogénesis II, ocurre después del parto, del alumbramiento de la placenta y la consiguiente disminución en la concentración de progesterona, en presencia de una concentración elevada de prolactina y adecuada de cortisol, y por el cierre de las juntas herméticas entre las células alveolares que se presenta posteriormente. Estos cambios hormonales y del epitelio mamario se manifiestan de dos formas13: a) en los M.E. Flores Quijano: Factores que promueven una lactancia materna exitosa cambios en la composición de la leche, que se conoce como calostro, que se secreta en esos días, y b) el incremento del volumen de leche que va de una producción inferior a 50 ml/día durante las primeras 36 h hasta 500-600 ml/día en un tiempo igual, y que la mujer experimenta como «bajada de la leche» mediante diferentes intensidades y síntomas como: sensación de tener los pechos llenos y congestionados, duros, calientes y con hormigueo. Se ha documentado que las mujeres primíparas y aquellas que han dado a luz después de un trabajo de parto prolongado y estresante sienten la «bajada de la leche» después que las mujeres multíparas o quienes han tenido un parto más llevadero14. Además, es importante conocer las condiciones que retrasan o dificultan los cambios endócrinos necesarios que desencadenan la lactogénesis II, como son: la retención de fragmentos de placenta15, un inadecuado control metabólico de mujeres diabéticas16, obesidad17, síndrome de ovario poliquístico18 y haber dado a luz por cesárea19. Lo más común es que en un corto plazo estas mujeres logren establecer adecuadamente la lactancia, siempre y cuando reciban el apoyo necesario. Mientras tanto, es importante asegurar que el bebé no vaya a sufrir consecuencias negativas. Extracción eficiente de la leche La tercera condición necesaria para que se mantenga la lactancia es que la leche que se produce sea extraída del pecho. Esto corresponde a la etapa conocida como lactogénesis III, en la cual las hormonas lactogénicas tienen un papel permisivo: la prolactina estimula las células alveolares para que sinteticen leche, y la oxitocina induce la contracción de las células mioepiteliales que rodean los alvéolos para que salga la leche a través de los conductos hasta el pezón. Sin embargo, la efectividad con la que se extrae la leche del pecho (mediante la succión del niño, o, en condiciones especiales, por la extracción manual o con bomba tiraleche) es lo que determinará que se logre y mantenga un adecuado volumen de leche para el bebé7. Esto se debe a un mecanismo de retroalimentación local que regula la síntesis de leche en cada pecho mediante una proteína identificada en el suero conocida como feedback inhibitor of lactation (FIL)20,21. Este factor actúa durante el ciclo vaciado-llenado en un esquema de dosis-respuesta a través de un mecanismo que aún no ha sido comprendido completamente22. Esto quiere decir que, depende del grado de vaciamiento que se logre en el pecho y de la concentración del FIL, se inhibirá o se promoverá la producción de leche. Para lograr que la extracción de la leche sea adecuada, lo más importante es la succión que hace el bebé sobre el pecho, lo cual depende de la integridad anatómica de su boca y de la coordinación de los reflejos de búsqueda, succión, deglución, y que la práctica y la técnica de lactancia que adopte la mujer promueva una extracción frecuente y efectiva de la leche del pecho. Características de la boca del bebé La boca del bebé es verticalmente corta, con el paladar bajo, ancho y poco arqueado y con la mandíbula inferior más pequeña y retraída. Estas características permiten que el bebé tome suficiente tejido y forme una «tetilla» con el pezón y gran parte de la areola, que se extiende hasta la parte posterior del paladar. Los dobleces transversales (o arrugas) del paladar hacen que el pecho no se mueva durante la succión, y la mucosa del interior de los labios, que se presenta cuando éstos se revierten alrededor del pecho, hacen un cierre hermético con el pecho. La grasa de los carrillos del bebé inhibe que éstos se «aspiren» con la presión negativa que se crea en el interior de la boca al amamantar y que haya mayor estabilidad en la succión23. Sobre esta «tetilla», al succionar se ejerce presión positiva para extraer la leche, al mismo tiempo que se produce succión negativa que mantiene la tetilla dentro de la boca, y también promueve la obtención de la leche24,25. Cuando existe alguna malformación en alguna de las estructuras de la boca, como puede ser labio y/o paladar hendido, frenillo corto o se tiene una mala técnica para amamantar, el niño no toma el pecho correctamente y necesita ayuda especial para el establecimiento y mantenimiento de la lactancia (Tabla 1). Práctica y técnica de la lactancia La práctica se refiere a las decisiones que la mujer hace con respecto a la manera en que llevará a cabo la lactancia, las cuales están influenciadas por el médico, otro personal de salud y personas cercanas. Ésta repercute sobre la frecuencia en la que se ofrece el pecho al lactante, así como al grado de vaciamiento que se logre de la glándula mamaria8. 35 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 Tabla 1. Malformaciones anatómicas de la boca del bebé que interfieren con la lactancia28 Descripción Implicaciones para la lactancia Recomendaciones Labio hendido Se trata de una hendidura o Dificultad para que haya cierre separación ente los dos lados hermético de la boca del bebé del labio superior, la cual sobre el pecho puede ser pequeña o extenderse hasta la base de la nariz e incluir los huesos de la mandíbula superior. Puede ser uni o bilateral Detener el pecho para ayudar al bebé a mantenerlo en la boca para propiciar el cierre hermético Definir el mejor momento para realizar una cirugía Paladar hendido Se trata de una apertura en el techo de la boca que puede involucrar el paladar duro y/o el paladar suave Dificultad para formar una «tetilla» con el tejido del pecho por la incapacidad de mantener la presión negativa en la boca Entre más pequeña y angosta sea la apertura será más fácil poner el bebé al pecho Detener el pecho durante la tetada Evitar que el pecho esté congestionado y duro al ofrecerlo Experimentar con diferentes posturas al ofrecer el pecho: – El bebé sentado de frente al cuerpo de la mamá – El bebé acostado boca arriba, y la mujer recostada de tal forma que el pecho «caiga» directamente sobre su boca Labio y paladar hendidos La presencia simultánea de la apertura en el labio y paladar puede ser uni o bilateral Problemas para tomar el pecho, Probar diferentes posiciones cerrar herméticamente, mantener Sostener el pecho adentro para que la «tetilla» en la boca permanezca dentro de la boca Es probable que el bebé no cubra su requerimiento a partir de la leche que extrae directamente del pecho. La mamá tendrá que extraer leche para ofrecerla por un suplementador y para mantener un volumen adecuado Frenillo corto Se puede sospechar cuando el (ankyloglossia) bebé tiene: dificultad para tomar el pecho o mantenerlo en la boca En casos extremos, al sacar la lengua, ésta tiene forma de corazón o de «m» Dificultad para tomar el pecho Movimiento restringido de la lengua, prohíbe la extracción de la leche Recomendaciones para una práctica adecuada8 – Lactancia exclusiva mínimo durante 4 meses y, preferiblemente, durante 6 meses. Esto es sin incluir otro alimento líquido o sólido a la dieta del lactante durante este tiempo. – Libre demanda, es decir, ofrecer el pecho cada vez que el bebé presente signos de tener hambre, durante el día y la noche. Es importante hacerlo una vez que el bebé está despierto y alerta, y no esperar a que llore de hambre, ya que será difícil que tome el pecho correctamente. No existe horario estricto que se pueda recomendar, ya que algunos bebés amamantan con más frecuencia que otros. Sin embargo, lo más común es que 36 Si no es muy grave, es común que se corrija al cabo de 4-6 semanas. Durante este tiempo se puede ofrecer la leche del pecho por otro medio Cirugía menor, que corte el pliegue de tejido los recién nacidos amamanten cada «2-3 h», y que en total lo hagan de 10-12 veces durante 24 h26. Esta información es útil como referencia para dar confianza a la mujer. – Ofrecer un pecho sin restringir el tiempo que lacte de él; la duración de la tetada está determinada por el interés y las necesidades del bebé. Normalmente, el bebé succionará con avidez y deglutirá con frecuencia durante los primeros 10-20 min. Posteriormente, el flujo de leche disminuirá y el bebé se quedará dormido o perderá el interés, y en muchas ocasiones soltará el pecho espontáneamente. Éste es el momento para cambiarlo al otro pecho, después de haber sacado el aire. Si el bebé ya no lo toma o se ha quedado dormido, la siguiente tetada habrá de M.E. Flores Quijano: Factores que promueven una lactancia materna exitosa Inadecuado Adecuado Figura 1. Posición de la boca del bebé al pecho (adaptado de “Breastfeeding counselling: a training course”. OMS, UNICEF). comenzar con el pecho que no tomó o que amamantó por menos tiempo27. La técnica de amamantamiento se refiere a la posición en la que la mujer se dispone a amamantar, la manera en la que acomoda al bebé con respecto a su cuerpo para suscitar el reflejo de búsqueda en el bebé y permitir que éste tome el pecho. Una técnica adecuada evitará que los pezones y areolas se lastimen y se agrieten, y permite que la leche sea extraída eficientemente del pecho8. Recomendaciones para una técnica correcta8 – Posición de la mujer. La mujer necesita estar en una posición relajada y cómoda; esto facilitará la eyección de leche: • Sentada en una silla: puede apoyar los pies en un banquito y/o colocar una almohada sobre los muslos para quitar tensión de la espalda y acercar al bebé a la altura del pecho. • Sentada en la cama: utilizar varias almohadas atrás de la espalda para que se pueda sentar derecha, otras debajo de las rodillas y sobre los muslos para ayudar a acercar al bebé al pecho, y otra debajo del antebrazo del lado del que va a amamantar para que no se canse de cargar al bebé. • Acostada: sobre el lado del pecho que va a ofrecer al bebé con el bebé frente a su cuerpo. Puede descansar la cabeza sobre una almohada. – Posición del cuerpo del bebé: • Acomodar el cuerpo del bebé de frente al de la mamá («pancita con pancita»), la cara de frente al pecho y la boca a la altura del pezón y la cabeza alineada con la espalda, los glúteos y piernas. Para lograr cercanía con el cuerpo de su mamá hay que desenvolver al bebé de sus cobijas; incluso se puede dejar al bebé solo con pañal para promover el contacto piel con piel. • La cabeza y espalda del bebé descansan sobre el antebrazo, del lado del pecho que se está ofreciendo, de tal manera que la cabeza del bebé quede libre para moverse asegurando que la nariz del bebé no se presione contra el pecho y pueda respirar normalmente. De esta forma no es necesario oprimir el pecho con el dedo para hacer espacio para que respire el bebé. – Posición de la boca del bebé sobre el pecho: • Ofrecer el pecho al bebé tomándolo con la mano en forma de «C» con el dedo pulgar arriba de la areola y los otro cuatro dedos por abajo, soportando la base del pecho contra la caja torácica, o bien, en forma de «U», de forma que el pulgar quede del lado interno del pecho y los otro cuatro del lado opuesto a la areola. • Estimular el reflejo de búsqueda tocando el labio inferior del bebé con el dedo o la punta del pezón, y cuando el bebé abra la boca introducir buena parte de la areola y pezón, tratando de que el pezón se dirija hacia arriba hasta la parte de atrás del paladar. 37 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 • Cuando el bebé ha tomado el pecho correctamente, se podrá apreciar mayor proporción de la areola por arriba del labio superior que del lado inferior; los labios del bebé se «voltean hacia fuera» y la barba toca el pecho (Fig. 1). • Cuando el bebé haya extraído la leche disponible o cuando haya quedado satisfecho, soltará el pezón espontáneamente. Si por alguna razón hay que suspender la tetada antes del que el bebé termine de succionar, es importante romper la presión negativa de la boca del bebé sobre el pecho para evitar que se lastime el tejido. Esto se logra si la mamá introduce su dedo y abre la boquita del bebé. Bibliografía 1. Mennella JA, Beauchamp GK. Prenatal and postnatal flavor learning by the human infant. Pediatrics. 2001;107:e88. 2. Mennella JA, Nicklaus S, Jagolino AL, Yourshaw LM. Variety is the spice of life: strategies for promoting fruit and vegetable acceptance during infancy. Physiol Behav. 2008;94:29-38. 3. Nicklaus S. Development of food variety in children. Appetite. 2009;52:253-5. 4. Paul IM, Bartok CJ, Downs DS, Stifter CA, Ventura AK, Birch LL. Opportunities for the primary prevention of obesity during infancy. Adv Pediatr. 2009;56:107-33. 5. Woolridge MW. The “anatomy” of infant sucking. Midwifery. 1986;2:164-71. 6. Ramsay DT, Kent JC, Hartmann RA, Hartmann PE. 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La maduración de los sistemas neuromuscular, gastrointestinal y renal influye en el éxito de la AC. Los reflejos y habilidades que en un niño con desarrollo normal se pueden esperar y la consistencia de los alimentos que se pueden ofrecer permiten, por un lado, facilitar la ingestión del alimento, y por otro, que los niños ejerciten los reflejos para acrecentar la maduración neuromuscular. La OMS recomienda promover la lactancia exclusiva hasta los 6 meses de edad, ya que hay varios beneficios para la madre y el niño; en México, la NOM-043-SSA2-2005 la promueve a partir de los 6 meses. El orden de introducción no es definitivo, la literatura actual muestra diferentes patrones de introducción de acuerdo con las necesidades del niño y su ambiente socioeconómico y cultural. Los cuidadores seleccionan los alimentos, modelan y establecen reglas de alimentación. Los factores ambientales actúan modelando sus preferencias y comportamientos alimentarios. Palabras clave: Alimentación complementaria. Abstract According to PAHO and WHO, supplementary feeding is the process that begins when human milk is insufficient to meet the nutritional needs of an infant and requires other foods and liquids. The decision to begin complementary feeding depends on socio-economic, physiological, nutritional and psychological factors. The maturation of the neuromuscular, gastrointestinal and renal system influences the chances of success of supplementary feeding. Reflexes and skills in a child with normal development can be expected and the consistency of foods can provide a way to, on one hand allow the ingestion of food and the other to allow the children to exercise their reflexes to enhance neuromuscular maturation. WHO recommends exclusive breastfeeding promotion to six months, as there are several benefits to mother and child; in Mexico, the NOM-043-SSA2-2005 promotes complementary feeding from 6 months. It should be noted that the order of introduction is not definitive and that the literature shows different patterns of input according to the needs of children and their socio-economic and cultural environment. Parents and caregivers select and buy food, model, and establish rules of behavior at home related to food. Evidence suggest that environmental factors acting at an early stage of development of small modeling preferences and eating behaviors. Key words: Complementary feeding. Correspondencia: *Ana Bertha Pérez Lizaur NC Directora Departamento de Salud Universidad Iberoamericana Prolongación Paseo de la Reforma, 880 Col. Lomas de Santa Fe. C.P. 01219, México, D.F. E-mail: [email protected] 39 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 Introducción La nutrición es fundamental durante todas las etapas de la vida del ser humano, y para el recién nacido hasta los 2 años es primordial para el desarrollo de su potencial tanto físico como intelectual. Varios estudios1 muestran que la alimentación entre el nacimiento y los 2 años de edad es crucial para mantener las reservas adecuadas de hierro, para el desarrollo neurológico y para un adecuado crecimiento del niño. Asimismo, es difícil revertir las deficiencias de energía, proteínas, vitaminas y nutrimentos inorgánicos que se presentan durante los primeros 24 meses de edad. Los efectos adversos de la desnutrición, como consecuencia de una alimentación inadecuada e insuficiente en esta etapa de la vida, aumentan la morbilidad y mortalidad y afectan al desarrollo mental y motor del niño. A largo plazo persisten tales efectos que provocan un deficiente rendimiento intelectual, pobre capacidad de trabajo, afectación en la salud reproductiva y favorecen la presencia de enfermedades crónicas degenerativas en la edad adulta2. Por ello, vale la pena capacitar a la madre y/o cuidadores del niño en buenas prácticas de nutrición y alimentación y en el cuidado de la salud del niño en esta etapa temprana de su vida. De acuerdo con la OPS y la OMS3, la AC se define como el proceso que comienza cuando la leche humana ya no es suficiente para cubrir las necesidades nutrimentales de un lactante y, por lo tanto, requiere de otros alimentos y líquidos además de la leche. Los límites de edad óptima para ofrecer AC son entre 6-12 meses. El término «ablactación» ha dejado de utilizarse, ya que en estricto sentido significa el cese de la lactancia, y no es ése el objetivo que se busca para nutrir al niño, sino lo que se busca es introducir los alimentos sólidos y otros líquidos para complementar la lactancia materna. En la tabla 1 se puede observar la disminución de la energía proveniente de la leche humana entre los 6-9 meses y el aumento de la energía proveniente de la AC en los niños. La decisión para iniciar la AC depende de factores: – Socioeconómicos. – Fisiológicos. – Nutricios. – Psicológicos. Los determinantes socioeconómicos para iniciar la AC se pueden clasificar como se muestra en la tabla 2. 40 Tabla 1. Promedio de ingestión de ELH y de alimentos complementarios Energía ELH media 6-9 meses ELH media 9-11 meses Requerimiento total de energía (kcal/día) 769 858 ELH (kcal/día) 413 379 Energía requerida de alimentos complementarios (kcal/día) 356 479 ELH: energía de la leche humana. Capacidad gástrica asumida (30 g/kg peso de referencia) de: 249 g/comida a los 6-8 meses, y 285 g/comida a los 9-11 meses. Adaptada de Dewey22. Tabla 2. Determinantes socioeconómicos para iniciar la AC – Nivel regional y nacional • Leyes laborales • Prácticas corporativas de las empresas • Disturbios civiles • Desastres naturales – Nivel comunitario • Prácticas religiosas y culturales • Situación rural o urbana • Servicios para el cuidado del niño • Derechos laborales – Nivel doméstico • Ingresos de la familia • Autonomía de la madre o cuidador • Composición familiar y cuidadores alternos (abuelos, otros familiares, centros de desarrollo infantil) – Nivel de la madre o cuidador del niño • Estado nutricio y de salud • Participación laboral • Educación • Factores psicosociales AC: alimentación complementaria. Los determinantes fisiológicos deben ser considerados por el personal de salud para definir el mejor momento para iniciar la AC. La maduración de los sistemas neuromuscular, gastrointestinal y renal influye en las posibilidades de éxito de la AC. El sistema neuromuscular influye de manera importante tanto en la decisión de iniciar la AC como en el progreso de la misma. En la tabla 3 se pueden observar los reflejos y habilidades que en un niño con desarrollo normal se pueden esperar y la consistencia de los alimentos que se pueden ofrecer para, por un lado, facilitar la ingestión del alimento, y por otro, permitir al niño A.B. Pérez Lizaur: Alimentación complementaria Tabla 3. Desarrollo neurológico de niños de los 0 a los 24 meses de edad y su relación con el consumo de los alimentos Edad (meses) Reflejos y habilidades Tipo de alimento que puede consumir 0-6 Succionar y tragar Líquidos 4-7 Apariencia de estar comiendo Fuerza de succión Movimiento del reflejo nauseoso del medio a 1/3 de la lengua Purés Galletas Cereales tostados 7-12 Sopeo de la cuchara con los labios Mordisquear Masticación Movimientos de la lengua y de la comida a los dientes Papillas Picados Trozos pequeños que puede tomar con la mano (< 0.5 cm) 12-24 Movimientos rotatorios de masticación Estabilidad de la mandíbula Alimentación familiar Adaptado de Stevenson, et al.23. ejercitar los reflejos para acrecentar la maduración neuromuscular. Si se ofrecen alimentos con consistencia inapropiada, es posible que el niño no logre consumir suficiente cantidad de alimento o tarde demasiado tiempo en terminarlo. Northstone, et al.4 reportan algunas pruebas que sugieren que existe una «ventana crítica» de tiempo para introducir alimentos sólidos «grumosos»; si éstos no se introducen antes de los 10 meses, es posible que aumente el riesgo de dificultades durante la alimentación en el futuro. Por ello, aunque dar alimentos semisólidos ahorre el tiempo para Tabla 4. Sugerencia de introducción de AC Edad Alimento 6-7 meses Colados de verduras cocidas, en especial una amarilla o anaranjada, diariamente, y 2-3/semana una de color verde intenso Purés de frutas, en especial una amarilla o anaranjada, diariamente Cereales cocidos (arroz, avena, maíz), adicionados con hierro, cinc 7-9 meses Leguminosas cocidas y molidas Pollo, pavo, res 9-10 meses Tortilla, pan, galletas 11-12 meses Incorporación a la dieta familiar AC: alimentación complementaria. alimentar al niño, se recomienda aumentar la consistencia de los alimentos gradualmente como se sugiere en la tabla 4. Las funciones gastrointestinales se modifican durante el primer año de vida, en especial la concentración intraintestinal de las enzimas pancreáticas como la amilasa, lipasa y tripsina, que al inicio de la vida se encuentran en cantidades escasas, y a lo largo de los meses aumenta su concentración en el intestino delgado5. Incluso, se reporta escasa producción de bilis en bebés pequeños y el aumento en la concentración de la misma en el transcurso del primer año. Sin embargo, las concentraciones enzimáticas parecen no tener importancia en la digestión de los alimentos, ya que los cereales cocidos se absorben casi en su totalidad y la flora bacteriana es capaz de metabolizar los hidratos de carbono a ácidos grasos de cadena corta que son fácilmente absorbidos en el colon. La absorción de vitaminas y nutrimentos inorgánicos en niños sanos parece no tener ningún problema, si los alimentos tienen una adecuada densidad nutrimental y no existen infecciones u otros factores que interfieran con la absorción. El sistema renal en niños sanos y nacidos a término está prácticamente desarrollado al nacimiento, o bien se madura rápidamente en poco tiempo. Por ello, la carga de solutos en los alimentos utilizados durante la AC después de los 6 meses no tiene mayor importancia; en especial, en niños amamantados, ya que la concentración de proteínas y electrólitos de la leche humana es baja. Se sugiere prestar cuidado en ambientes muy cálidos y húmedos, o bien en presencia 41 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 Tabla 5. Ejemplo de menú para 7 meses Desayuno Leche humana Papilla de cereal sin gluten (3-4 cucharadas) Puré de tejocote o durazno o calabaza de Castilla o plátano (2-3 cucharadas) Desayuno Leche humana Cereal fortificado Manzana asada picada Media mañana Leche materna Comida o almuerzo Calabacitas guisadas picadas Puré de lentejas con arroz Tejocote, guayaba, durazno Tortilla Agua Media mañana Leche humana Comida o almuerzo Puré de zanahoria (3-4 cucharadas) Puré de pera o guayaba (3 cucharadas) Merienda Leche humana Merienda Leche humana Cena Puré de frijol (3 cucharadas) Puré de plátano (2-3 cucharadas) Cena Puré de pollo con espinaca Plátano en trocitos Antes de dormir Leche humana Antes de dormir Leche humana de diarrea, para asegurar que la carga de solutos de la dieta no exceda la capacidad excretora del riñón. La introducción de la alimentación complementaria Edad de introducción de la alimentación complementaria Como se observa en la tabla 1, el niño de 6-12 meses alimentado al pecho materno requiere alrededor de 200-500 kcal, respectivamente, extras a la leche, por lo que las cantidades que se le deben ofrecer deben ser adecuadas a su edad6. En la tabla 4 se presenta una sugerencia de introducción de la AC que responde a las características de necesidades nutrimentales, así como a la madurez neuromotora del niño. Conviene señalar que el orden de introducción no es definitivo y que la literatura actual muestra diferentes patrones de introducción de acuerdo con las necesidades del niño y su ambiente socioeconómico y cultural. En las tablas 5 y 6 se muestran unos ejemplos de menús y cantidades para niños entre 7-10 meses de edad. De acuerdo con Satter7, la cantidad que el niño coma es responsabilidad del niño, así como el tipo, la preparación y la consistencia del alimento dependen del adulto que le ofrece la alimentación. A continuación se muestran las responsabilidades de la pareja madre, cuidador/niño. La OMS recomienda promover la lactancia exclusiva (de preferencia materna) hasta los 6 meses de edad, ya que hay varios beneficios para la madre y el niño. En México, la NOM-043-SSA2-2005, Servicios básicos de salud. Promoción para la salud en materia alimentaria. Criterios para brindar información, promueve la AC a partir de los 6 meses. Desde el punto de vista nutricio, los requerimientos del lactante nacido a término se pueden cubrir con la leche humana, con excepción del hierro, ya que la concentración de este nutrimento es baja. En madres lactantes con desnutrición, el estado nutricio del cinc y las vitaminas A, B1, B6 y B12 podría estar disminuido y poner en riesgo a los lactantes alimentados con lactancia materna exclusiva; en ese caso, se recomienda mejorar la alimentación de la madre. En cuanto a la vitamina D, se sugiere que el lactante se exponga al sol, alrededor de 15 min, o bien que reciba un suplemento en gotas. La OMS recomienda el inicio de la AC a los 6 meses, ya que los estudios utilizados para el consenso muestran que no hay diferencias en el crecimiento entre los niños alimentados con lactancia exclusiva hasta los 6 meses y aquellos que iniciaron la AC antes de esa edad. 42 Tabla 6. Ejemplo de menú para 10 meses Responsabilidades de los padres y/o de los cuidadores – Qué alimento y cómo se le presenta al niño. – Seleccionar alimentos con textura adecuada para que la lengua y la boca puedan controlarlo y tragarlo con facilidad. A.B. Pérez Lizaur: Alimentación complementaria – Mantener al niño en las piernas al iniciar la introducción de alimentos y pasarlo a una silla segura. – Mantener al niño en posición erguida para que pueda explorar los alimentos. – Sentar al niño con la carita de frente para que esté atento a la cuchara de alimento que se le ofrece, y el adulto a cualquier señal de asfixia. – Platicarle con voz tranquila y alentadora. – No requiere juguetes que lo distraigan. Responsabilidades del niño – Cuánto come. – Poner atención a cada cucharada de alimento que se le ofrece (darle tiempo). – Permitirle tocar el alimento que va a probar. – Comer a su tiempo. Permitirle su propio tiempo. – Permitirle comer cuando se muestre interesado. – Ofrecer los alimentos que pueda tomar con su mano, cubiertos adecuados. – Respetar cuando muestre señales de saciedad como: • Quita la mano del adulto. • Voltea la cara. Autorregulación de la ingestión de energía De acuerdo con Plazas y Johnson8, se puede definir la autorregulación de la ingestión de energía como la habilidad de consumir suficiente energía para cubrir las necesidades; es decir, la ingestión es igual al gasto energético debido al metabolismo basal y a la actividad física. El mecanismo exacto de autorregulación energética difiere entre los individuos; en el caso de los niños y jóvenes se piensa que se logra al seguir las señales de hambre y saciedad. Se cita con frecuencia que los lactantes son los únicos que realmente se «rigen por la depleción»: lloran cuando tienen hambre y dejan de comer cuando están satisfechos9,10. La primera investigación que apoya la habilidad que tienen los lactantes para autorregularse fue publicada por Fomon, et al.11, quienes demostraron que los lactantes alimentados con fórmula láctea con diferente densidad energética la compensaban alterando la ingestión del volumen de leche durante una comida, lo que daba como resultado un consumo energético constante. Se piensa que el lactante amamantado tiene aún más control sobre su consumo energético, en parte porque para quien le da de comer es difícil determinar la ingestión total en cada tiempo de comida, y, por otro lado, no tiene la oportunidad de comparar los consumos de varias tetadas. Por lo tanto, es más complicado imponer un control externo. Esta situación explica, al menos en parte, por qué la alimentación al pecho, aparentemente, protege contra la obesidad en etapas más avanzadas de la vida12,13. Se cree que la lactancia materna promueve que la madre esté atenta a las señales del lactante, lo que refuerza el mecanismo de hambre y saciedad del pequeño, así como la relación que establece entre estas sensaciones internas y el inicio y terminación de la ingestión de alimentos14. Efecto del medio ambiente sobre la autorregulación de la ingestión energética en niños El medio familiar, social y alimentario afecta al tipo de alimentos que el niño consume, la forma en la que se ofrecen y la cantidad que come. Los padres y cuidadores seleccionan y compran los alimentos, modelan, y establecen las reglas de comportamiento en el hogar relacionadas con la alimentación. La evidencia sugiere que los factores ambientales actúan desde las primeras etapas de desarrollo de los pequeños modelando sus preferencias y comportamientos alimentarios. Mennella, et al. han demostrado que la alimentación de las madres durante el embarazo y la lactancia tiene el potencial de influenciar las preferencias de los niños por los sabores y su consumo de alimentos15. Comprobaron que los sabores aromáticos provenientes de la dieta materna están presentes tanto en el líquido amniótico como en la leche humana, y que los lactantes amamantados tienen una amplia experiencia con los sabores de la dieta de sus madres. Los niños alimentados al pecho, cuando inician la AC, aceptan con mayor facilidad los sabores a los que estaban expuestos por medio de la leche humana y consumen más de los alimentos que poseen sabores previamente conocidos16-18. Por lo tanto, las madres desde su embarazo y durante la niñez tienen la capacidad de influir en el gusto y consumo de alimentos de los niños. Los cuidadores también moldean la alimentación de los niños por medio de la interacción que tienen durante las comidas y de las órdenes que dan respecto a la alimentación y los alimentos. El grado de autonomía que se permite a los chicos durante la alimentación es un aspecto de las prácticas alimentarias que 43 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 parece tener gran importancia en la autorregulación. Estudios experimentales y de observación han demostrado que, cuando se ejerce demasiado control durante las comidas, paradójicamente, resulta lo opuesto de lo que se busca19,20. Tanto la presión para comer («alimentos saludables» que «son buenos para ellos») como la restricción excesiva (dulces y alimentos de baja densidad nutrimental) puede desajustar la autorregulación de la ingestión energética del niño. De igual manera, las conductas verbales y físicas de la madre para animar al niño a que coma, tales como la cantidad de veces que ofrece el alimento o le «ayuda» a comer, se ha relacionado con la ingestión de energía durante la comida y se sugiere que impacta negativamente en la autorregulación21. Los estudios tienen implicaciones para las estrategias que padres y cuidadores utilizan para promover la aceptación de alimentos, estructurar el ambiente de las horas de las comidas y motivar que los niños coman correctamente. Sugieren que el control excesivo de la alimentación no promueve patrones alimentarios sanos y puede tener efectos negativos en la alimentación del niño. Por otro lado, tomando en cuenta el ambiente actual de excesos, los estilos de vida con poca estructura en la alimentación y la falta de supervisión son tan contraproducentes como las estrategias que reflejan una educación rígida. De acuerdo con la evidencia actual, las estrategias que aparentemente apoyan el desarrollo de hábitos alimentarios saludables y un peso normal incluyen: – Ofrecer porciones de comida apropiadas a la edad del niño. – Permitir que los niños decidan cuánto consumir y ayudarlos a estar en contacto con sus señales de hambre y saciedad para poder decidir «cuánto» comer. – Modelar una alimentación saludable por medio de las comidas familiares, lo que permitirá a los niños aprender por medio de la observación y de las influencias sociales. – Determinar normas para comer y para las comidas familiares al proveer una estructura física adecuada (comer sentados a la mesa, con sillas y utensilios adecuados a la edad de los niños) y fijar horarios para las comidas. Así, se establece un ritmo que norma la ingestión, particularmente cuando el ambiente es sensible a, y participativo con los niños. – Tener disponibles alimentos que son apropiados para el consumo diario y evitar tener presentes en la casa alimentos de consumo restringido. 44 Preparación y seguridad higiénica de la alimentación complementaria Se recomienda que los alimentos se ofrezcan al niño preparados en forma sencilla para que se les permita degustar los sabores propios de cada alimento y pueda reconocerlos y gustarlos. La preparación de las papillas se sugiere con poca grasa y muy poca sal, y de preferencia sin azúcar añadida, ya que se recomienda que la densidad energética sea alrededor de 107-146 kcal/100 g. En cuanto al azúcar, hay que tener un especial cuidado en habituar al niño a los sabores propios de los alimentos y no al sabor dulce, que a la larga puede convertirse en una adicción y causar problemas de caries, sobrepeso, diabetes, etc. Es importante leer las etiquetas de los productos industrializados (jugos, cereales, yogurts, quesos, papillas) para verificar si contienen azúcares añadidos. Las frutas maduras se pueden ofrecer crudas en puré o papilla hasta los 7-8 meses, y picadas en trozos pequeños (< 0.5 cm) a partir de los 8-9 meses. Las verduras cocidas en poca agua o al vapor con poca sal y aceite o mantequilla. Ofrecerlas por separado permite que el niño reconozca cuáles prefiere y que el cuidador o quien prepara los alimentos busque maneras diferentes de preparación, ya que se sugiere hasta ocho veces para que un niño aprenda a degustar sabores diferentes. En cuanto a las carnes, se recomiendan los cortes magros en res y cerdo, y las piernas (carne oscura) en pollo y pavo por su mayor contenido de hierro. La preparación higiénica de los alimentos que se van a ofrecer al niño es indispensable para lograr que la AC sea exitosa. Es importante capacitar a quien prepara los alimentos y alimenta al niño en: – Insistir en el lavado de manos al preparar los alimentos y darle de comer al niño, así como lavar las manitas y cortar las uñas del niño que empieza a comer por él mismo. – Refrigerar los alimentos que estén preparados. – Calentar a punto de ebullición los sobrantes para las comidas siguientes y ofrecerlos al niño a una temperatura adecuada. – Utilizar utensilios y equipo limpios en la preparación y servicio de los alimentos. Bibliografía 1. Martorell R, Kettel KL, Schoeder DG. Reversibility of stunting: epidemiological findings in children from developing countries. Eur J Clin Nutr. 1994;48 Suppl 1:S45-57. A.B. 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Pediatr Clin North Am. 1991;38:1439-53. 45 artículo 6 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1:46-50 1 Prevención de obesidad infantil Sonia Hernández Cordero* Centro de Investigación de Nutrición y Salud, Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Cuernavaca, Mor. Resumen La obesidad infantil es un problema grave de salud pública que demanda acción inmediata para detener su avance, así como las consecuencias en la salud y la sociedad. La mejor forma de atacar la obesidad infantil es a través de su prevención. Para prevenir la obesidad infantil se requieren acciones coordinadas entre el gobierno, industria, organizaciones comunitarias, escuelas, familias y profesionales de la salud, cada uno con acciones definidas. Los médicos generales, médicos familiares, pediatras, enfermeras, nutriólogos y otro personal de salud debe involucrarse, como un personaje clave, en la prevención de obesidad. Los profesionales de la salud tienen continuas oportunidades de concientizar a los niños, jóvenes y sus padres sobre la gravedad de la epidemia de obesidad, la importancia de prevenirla. Es de gran importancia que aprovechen cada contacto para promover estilos de vida saludables que permitan la formación de hábitos de alimentación correcta y actividad física regular. Palabras clave: Obesidad. Niños. Prevención. Abstract Childhood obesity is a serious public health problem, demanding urgent and clear defined actions in order to stop the rapid increase on its prevalence and all health consequences associated. The best strategy to stop the rapid increase in childhood obesity is to prevent it. In order to do so, multiple defined actions between government, industry, community organizations, schools, families and health-care professionals. The general and family physicians, pediatricians, nurses, dieticians and other clinicians should be engaged, as a key actor, in the prevention of childhood obesity. The health-care professionals have frequent opportunities to inform to children, youth and their parents about the importance of prevention of obesity and to promote and engage them in healthy life styles, particularly, a healthy diet and regular physical activity. Key words: Obesity. Children. Prevention. Introducción La obesidad infantil representa un grave problema de salud pública en todo el mundo; demanda de acciones inmediatas para detener su avance. Para prevenir la obesidad infantil se requieren estrategias a través de acciones coordinadas entre el gobierno, industria, organizaciones comunitarias, escuelas, familias y profesionales de la salud, cada uno con acciones Correspondencia: *Sonia Hernández Cordero Centro de Investigación de Nutrición y Salud, INSP Av. Universidad, 658. C.P. 62508, Cuernavaca, Mor. E-mail: [email protected] 46 definidas. Este documento se enfoca en la descripción del papel de los profesionales de salud en la prevención de obesidad infantil. Inicia con una breve descripción de la epidemiología del problema y sus consecuencias a la salud. Se incluyen las propuestas por parte de expertos nacionales e internacionales sobre cómo atacar el problema. Se describe brevemente el papel de los actores más relevantes, enfocándose en el papel de los profesionales de la salud y su aporte en la prevención del sobrepeso y obesidad infantil. Actualmente se reconoce que el sobrepeso y la obesidad infantil son un problema de salud pública en el ámbito mundial, y que éste ha aumentado en los últimos 30 años1. En México, resultados de una encuesta representativa de todo país demuestran que, en la última década, el aumento en la prevalencia S. Hernández Cordero: Prevención de obesidad infantil de sobrepeso y obesidad se ha generalizado a toda la población, incluyendo niños, adolescentes y adultos2. En la población menor de 18 años, se reporta que la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad fue de 26.5% en 2006. Por subgrupos de edad, la prevalencia combinada fue de 16.7, 26.2 y 30.9% en niños de edad preescolar, escolar y adolescentes, respectivamente. El mayor incremento en la prevalencia de sobrepeso y obesidad se observó en niños en edad escolar y adolescentes, aumentando casi un punto porcentual (pp) por año en la última década3. Se ha establecido claramente la relación entre obesidad en edades pediátricas y su continuación en la adultez4; en otras palabras, los niños obesos tienen un mayor riesgo de convertirse en adultos obesos. El sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo para enfermedades crónicas, tales como hipertensión, diabetes tipo 2, dislipemias e intolerancia a glucosa, entre otros, las cuales disminuyen los años de vida saludables en la población5. Con el aumento en la prevalencia de sobrepeso y obesidad en los niños, se espera que varias de estas enfermedades ocurran en etapas más tempranas de la vida y causen mayor discapacidad y muertes prematuras e incrementen los gastos en la atención médica de enfermedades crónicas6. Finalmente, otra consecuencia de la obesidad es el estigma y discriminación social así como consecuencias psicológicas para los sujetos que la padecen, sin importar el grupo de edad de que se trate7. Adicional al reconocido costo directo a los sistemas de salud de la obesidad y las enfermedades asociadas, están los costos indirectos en disminución de la productividad debido a disminución de oportunidades para estudiar en el caso de niños obesos, pérdidas de días laborales por parte de los padres que tienen algún niño o adolescente enfermo que requiere atención médica, y el costo intangible de las consecuencias psicosociales de la obesidad8. La obesidad es una enfermedad muy compleja que es resultado de la interacción de factores genéticos y ambientales. Aunque cada vez se conoce más sobre factores genéticos y biológicos asociados con el desarrollo de obesidad1, se reconoce que la creciente epidemia en enfermedades crónicas y obesidad está en gran medida relacionada con el desbalance energético ocasionado por un exceso en el consumo y bajo gasto energético ocasionados por cambios en la alimentación y actividad física4. Por lo anterior, gran parte de la solución para atacar la obesidad reside en lograr un balance energético a través de una alimentación saludable y actividad física regular. Sin embargo, para lograrlo, se requiere del desarrollo de una estrategia amplia de salud pública a través de acciones coordinadas entre el gobierno, industria, organizaciones comunitarias, escuelas y familias, que permitan la promoción y el logro en cambios en estilos de vida, lo anterior con el fin de disminuir y detener la epidemia de obesidad9,10. La meta final en la prevención de obesidad infantil es detener las tendencias actuales de incremento en la prevalencia e incidencia de obesidad, así como de las enfermedades crónicas relacionadas, y reducir definitivamente la proporción de niños y jóvenes con peso corporal no saludable11. Como meta adicional se debe incluir el aumento de la proporción de niños y jóvenes que siguen una dieta saludable y realizan actividad física apropiada para lograr un crecimiento adecuado y peso saludable9. Considerando que el cumplimiento de estas metas tomará tiempo, se plantean metas intermedias que requieren estrategias a múltiples niveles y la participación de diferentes actores de diferentes sectores de la sociedad para alcanzarlas (Tabla 1). La implementación de las estrategias y acciones para prevenir la obesidad infantil requiere la participación continua y comprometida de diversos segmentos de la sociedad. Aunque el gobierno y sus instancias, organizaciones civiles, industria y agencias se involucren en el diseño e implementación de programas y estrategias, no tendrán el éxito deseado, a menos que exista la participación de las familias, escuelas y comunidades para crear ambientes saludables y promover estilos de vida adecuados. En la tabla 2 se enlistan los diferentes actores que deben considerarse en el diseño e implementación de estrategias para prevenir obesidad, así como algunas de las acciones de cada uno de ellos. A continuación se describen con más detalle las acciones en las que profesionales de la salud se deben involucrar para prevenir la obesidad infantil. Papel de los profesionales de la salud en la prevención de obesidad infantil Los médicos generales, médicos familiares, pediatras, enfermeras, nutriólogos y otro personal de salud debe involucrarse, como un personaje clave, en la prevención de obesidad. Los profesionales de la salud tienen continuas oportunidades de concientizar a los niños, jóvenes y sus padres sobre la gravedad de la epidemia de obesidad, la importancia de prevenirla y 47 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 Tabla 1. Metas intermedias para prevenir obesidad infantil Alimentación Actividad física Aumento en la disponibilidad y acceso a alimentos y bebidas saludables en tiendas y supermercados Construir más y mejores instalaciones para actividades recreacionales en las comunidades Aumentar el número de productos industrializados y mensajes de salud dirigidos a promover una alimentación correcta* Incrementar la calidad y cantidad de actividad física en las escuelas (recreo y clases de educación física) Aumentar la proporción de niños y jóvenes que consumen más de cinco raciones de frutas y verduras al día Aumento en el número de niños que realizan actividad física Disminuir el número de comerciales y campañas de publicidad dirigidos a los niños y adolescentes que promuevan alimentos con alta densidad energética (tales como aquellos ricos en azúcares refinados, grasas saturadas y ácidos grasos trans) Disminuir la proporción de niños y jóvenes que dedican más de 2 h diarias a ver televisión o jugar con videojuegos/computadora *Dieta correcta: la que cumple con las siguientes características: – Completa. Que contenga todos los nutrimentos. Se recomienda incluir en cada comida alimentos de los tres grupos. – Equilibrada. Que los nutrimentos guarden las proporciones apropiadas entre sí. – Inocua. Que su consumo habitual no implique riesgos para la salud porque está exenta de microorganismos patógenos, toxinas y contaminantes y se consuma con moderación. – Suficiente. Que cubra las necesidades de todos los nutrimentos, de tal manera que el sujeto adulto tenga una buena nutrición y un peso saludable, y en el caso de los niños, que crezcan y se desarrollen de manera correcta. – Variada. Que incluya diferentes alimentos de cada grupo en las comidas. – Adecuada. Que esté acorde con los gustos y la cultura de quien la consume y ajustada a sus recursos económicos, sin que ello signifique que se deban sacrificar sus otras características (NOM-043-SSA2-2005)12. Adaptado de INSP/IOM, 20079, e IOM, 200410. promover una alimentación correcta y la realización de actividad física regular. A continuación se describen las acciones, por parte de los profesionales de la salud, para prevenir el sobrepeso y obesidad, de acuerdo con lo que recomienda el Institute of Medicine de EE.UU.9,10. – Los profesionales de la salud, en la mayoría de los casos, están en contacto regular con la población, sobre todo cuando se trata de niños pequeños, por lo que estos contactos pueden ser considerados como oportunidades para promover estilos de vida saludable para prevenir obesidad. Es una oportunidad para: • Concientizar sobre la importancia de una alimentación correcta y la práctica de actividad física de forma regular. • Orientar y dar consejería de cómo lograr hábitos de alimentación correcta y actividad física regular. – Monitorear el peso corporal, que puede ser expresado como índice de masa corporal (IMC) = km/m2 en cada visita médica: • Importante concientizar a los padres de familia sobre la importancia de vigilar el peso y que su revisión sea parte de la evaluación médica regular. • Informar a los padres o responsables de los niños, y al niño si está en edad, sobre el peso, y 48 hacer especial énfasis en caso de que se detecte algún problema de sobrepeso u obesidad. – Dar consejería y recomendaciones sobre una alimentación correcta y actividad física regular (Tabla 3): • Alimentación durante los primeros 2 años de vida (lactancia materna y alimentación complementaria). • Limitar el consumo de bebidas azucaradas y de alimentos con alta densidad energética (altos en azúcares refinados, grasas, grasas saturadas y trans). • Promover actividad física regular. • Reducir el tiempo de ver televisión/videojuegos. • Importante evitar estigmatizar a personas con problemas de obesidad. – Tomar el liderazgo o ser parte de otros esfuerzos dirigidos a prevenir obesidad a nivel local. – Servir como modelo en la promoción de estilos de vida saludable (que tengan una alimentación correcta y realicen actividad física de forma regular). – Las organizaciones de profesionales de la salud deben dar a conocer guías y recomendaciones, basados en evidencia científica, para prevención de obesidad. – Los programas académicos para profesionales de la salud deben incluir en el currículo el desarrollo de habilidades para promover estilos de vida saludable. S. Hernández Cordero: Prevención de obesidad infantil Tabla 2. Actores principales involucrados en la prevención de obesidad infantil Actor Acción (es) Gobierno federal y gobiernos locales Proporcionar liderazgo y coordinar las estrategias, programas y acciones para prevenir la obesidad infantil Industria de alimentos y restaurantes Producir alimentos y productos que faciliten la adopción de hábitos saludables Proporcionar información y oportunidades para la promoción de una alimentación correcta y desarrollo regular de actividad física Medios de comunicación Promover estilos de vida saludable para prevenir obesidad Comunidades Proporcionar espacios y oportunidades para aumentar actividad física Desarrollo de programas autosustentables que promuevan estilos de vida saludables (alimentación saludable y realización de actividad física regular Escuelas Asegurar un ambiente saludable que facilite la promoción y adopción de hábitos saludables (alimentación correcta y actividad física regular) Familias Fomentar alimentación correcta y actividad física regular (aumentando oportunidades para hacer ejercicio y limitando el tiempo de ver televisión/jugar con videojuegos o computadora) Personal de salud Promover estilos de vida saludables y apoyar programas de prevención de obesidad tanto a nivel individual como poblacional Adaptado de IOM, 200410. Tabla 3. Recomendaciones para promover estilos de vida saludable para prevenir obesidad infantil Alimentación Niños menores de 2 años Niños y adolescentes Recomendación Referencias – Lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida y extenderla hasta los 2 años de vida – Introducción de alimentos complementarios a los 6 meses de vida – Incorporación a la dieta familiar durante el primer año de vida – Evitar ofrecer alimentos dulces o salados para evitar fomentar el gusto por los mismos – Ofrecer una gran variedad de alimentos (aunque al principio no los acepten) – No forzarlos a comer todo lo que está en el plato OPS. 200312 – Promover el consumo de frutas y verduras (meta al menos 400 g/día) – Promover el consumo de agua potable – La alimentación debe ser completa, variada, suficiente, adecuada e inocua – Evitar el consumo de alimentos con alta densidad energética y/o con elevado contenido de ácidos grasos saturados y trans, azúcares añadidos y sodio – Promover el consumo de leche semidescremada y descremada – Recomendaciones de energía en 1 día: niños 2-5 años: 1,300 kcal; 6-11 años: 1,580 kcal, y 12-14 años: 2,183 (asumiendo actividad sedentaria) NOM-043-SSA2-200511, WCRF14, 200713, Nishida C, et al. 200415, Bourges, et al. 200816 Actividad física – Realizar 60 min de actividad moderada o vigorosa/día (puede ser distribuida durante el día en sesiones de 10-15 min/sesión) – Como parte de los 60 min, hacer 3/semana ejercicios que promuevan fuerza muscular, estiramiento, y 1/semana ejercicios que promuevan fortalecimiento de huesos – Realizar actividades familiares en espacios exteriores (jugar, andar en bicicleta, caminar) – Limitar el tiempo de ver televisión y videojuegos/computadora a menos de 2 h diarias CDC, 201017 OPS: Organización Panamericana de la Salud; WCRF: World Cancer Research Fund; CDC: Centers for Disease Control. 49 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 50 Conclusión Bibliografía La obesidad infantil es un problema grave de salud pública que demanda acción inmediata para reducir su prevalencia, así como las consecuencias en la salud y en la sociedad. Es necesario detener el aumento de la obesidad infantil a través de la prevención de la misma. El objetivo principal es lograr un peso adecuado que permita el crecimiento y desarrollo pleno de los niños y adolescentes. Un peso adecuado se logra a través de un balance de energía, como resultado de una alimentación correcta y saludable y la realización regular de actividad física. La prevención de obesidad infantil es una responsabilidad de todos, que requiere de esfuerzos individuales y cambios en la sociedad de manera conjunta. Para cumplir con la meta de detener el problema, es necesaria la participación de diferentes sectores y actores que permita el implementar estrategias que promuevan cambios importantes a todos los niveles. Los profesionales de la salud desempeñan un papel muy importante en la prevención de obesidad infantil, ya que cuentan con la autoridad frente a la población y tienen contacto continuo, sobre todo en edades tempranas. Los profesionales de la salud deben aprovechar cada contacto para promover estilos de vida saludables que permitan la formación de hábitos de alimentación correcta y actividad física regular. Los profesionales de la salud pueden favorecer que la prevención de la obesidad sea parte de los servicios de medicina preventiva. 1. Han J, Lawlor D, Kimm S. Childhood obesity. Lancet. 2010;375:1737-48. 2. Olaiz-Fernández G, Rivera Dommarco J, Shamah-Levy T, Rojas R, Villalpando-Hernández S, Hernández-Ávila M. Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006. [Health and Nutrition Survey 2006.] Cuernavaca, México: Instituto Nacional de Salud Pública; 2006. 3. Bonvecchio A, Safdie M, Monterrubio E, Gust T, Villalpando S, Rivera J. Overweight and obesity trend in Mexican children 2 to 18 years of age from 1988 to 2006. Salud Pública de México. 2009;51 Suppl 4:586-94. 4. Joint WHO/FAO Expert Consultation on Diet, Nutrition and the Prevention of Chronic Disease 2002. Geneva: WHO; 2003. WHO Technical Report Series 916. 5. Pan American Health Organization/World Health Organization. Facts sheet assessing the economic impact of obesity and associated chronic diseases: Latin America and the Caribbean. 525 Twenty Third Street, N.W. Washington, DC. 20037-2895. April 2006. 6. Schwimmer JB, Burwinkle TM, Varni JW. Health-related quality of life of severely obese children and adolescents. JAMA. 2003;289:1813-9. 7. Puhl R, Latner J. Stigma, obesity, and the health of the nation’s children. Psychol Bull. 2007;133:557-80. 8. Lobstein T, Baur L, Uauy R. Obesity in children and young people: a crisis in public health. Obesity Reviews. 2004;5 Suppl 1:4-85. 9. Joint U.S. - México workshop on preventing obesity in children and youth of Mexican origin: summary. Washington, DC: Institute of Medicine of National Academies; 2007. 10. Koplan J, Liverman C, Kraak V. Preventing childhood obesity. Health in the balance. Committee on Prevention of Obesity in Children and Youth Food and Nutrition Board, Board on Health Promotion and Disease Prevention. Bethesda, Maryland. Institute of Medicine of National Academies; 2004. 11. Institute of Medicine. Preventing childhood obesity: health in balance. Washington, DC: The National Academies Press; 2005. 12. Secretaría de Salud. Norma Oficial Mexicana NOM-043-SSA2-2005, Servicios básicos de salud. Promoción y educación para la salud en materia alimentaria. Criterios para brindar orientación. 2006. 13. Organización Panamericana de la Salud. Principios de orientación para la alimentación complementaria del niño amamantado. 2003. Washington, DC. Disponible en: http://whqlibdoc.who.int/paho/2003/9275324603_ spa.pdf (consultado en diciembre, 2010). 14. World Cancer Research Fund/American Institute for Cancer Research. Food, nutrition, physical activity, and the prevention of cancer: a global perspective. Washington, DC: AICR; 2007. 15. Nishida C, Uauy R, Kumanyika S, Shetty P. The Joint WHO/FAO Expert Consultation on diet, nutrition and the prevention of chronic diseases: process, product and policy implications. Public Health Nutr. 2004;7:245-50. 16. Valencia ME. Energía. Capítulo 5. En: Bourges H, Casanueva E, Rosado JL, eds. Recomendaciones de ingestión de nutrimentos para la población mexicana. Tomo 2. México: Editorial Médica Panamericana; 2008. 17. Physical Activity Guidelines for American, US. Department of Health and Human Services. Chapter 3. Active children and adolescents division of nutrition, physical activity and obesity. CDC; 2010; Atlanta. Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1:51-6 A. Larrosa Haro: Reflujo gastroesofágico Artículo en niños 7 Reflujo gastroesofágico en niños Alfredo Larrosa Haro* Instituto de Nutrición Humana, Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Universidad de Guadalajara (UDG), Guadalajara, Jal. Resumen El reflujo gastroesofágico (RGE) fisiológico es el paso del contenido gástrico al esófago, ocurre en dos tercios de lactantes sanos y se resuelve entre los 9-12 meses de edad. Cuando origina síntomas o complicaciones se denomina enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) y se acompaña de desmedro, anemia, apnea, estridor u otros síntomas respiratorios crónicos, asma, neumonía recurrente o problemas del sueño. El diagnóstico de ERGE incluye: serie esófago-gastro-duodenal, endoscopia alta y medición del pH esofágico. En casos especiales requieren estudios de motilidad esofágica y medicina nuclear. El reflujo fisiológico se maneja con posición en decúbito dorsal con la cabecera levantada 30-35°, la fórmula fraccionada en intervalos de 3 h y fórmulas antirreflujo con viscosidad aumentada. No se recomienda el uso sistemático de procinéticos. Los inhibidores de bomba de protones (IBP) y antagonistas de receptores H2 de histamina son eficaces para el manejo de la ERGE; suprimen la producción de ácido evitando su capacidad de producir lesión ácido-péptica al esófago o al epitelio respiratorio. La cirugía está indicada en ERGE crónica recurrente, en mayores de 5 años de edad, con esofagitis erosiva dependiente de IBP, enfermedad respiratoria crónica y en pacientes seleccionados de grupos de riesgo. Palabras clave: Reflujo gastroesofágico. Enfermedad por reflujo gastroesofágico. Abstract Physiological gastro esophageal reflux (GER) is the passage of gastric contents into the esophagus and occurs up 2/3 of normal infants; and, it resolves spontaneously around 9-12 months of age. When GER causes symptoms or complications is considered gastroesophageal reflux disease (GERD) and it is associated to growth impairment, anemia, apnea, wheezing or other chronic respiratory symptoms, asthma, recurrent pneumonia or sleeping problems. Diagnosis of GERD implies studies as upper gastrointestinal series, upper endoscopy and 24 h esophageal pH monitoring; special cases may require motility and nuclear medicine studies. GER may be successfully treated with prone elevated position (30-45°), shortening the feeding intervals to 3 h and anti-GER high-viscosity formulas. The regular use of prokinetic drugs is not recommended. The efficacy of proton pump inhibitors and H2 histamine receptor antagonists in the treatment of GERD has been demonstrated in children by diminishing de acid secretion of parietal cells, lowering the gastric contents and decreasing its ability to cause peptic-acid damage to the esophagus or to the respiratory tract. Surgical treatment is indicated in chronic recurrent GERD, usually in children 5 years or older with dependent proton pump inhibitor erosive esophagitis, chronic respiratory disease and in risk-selected cases. Key words: Gastroesophageal reflux. Gastroesophageal reflux disease. Correspondencia: *Alfredo Larrosa Haro Instituto de Nutrición Humana Departamento de Clínicas de la Reproducción Humana, Crecimiento y Desarrollo Infantil Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Universidad de Guadalajara (UDG) Guadalajara, Jal. E-mail: [email protected] 51 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 El RGE es el paso del contenido gástrico al esófago, y puede estar o no acompañado de regurgitación o vómito; el RGE es un proceso fisiológico que ocurre en todas las edades pediátricas, en el periodo posprandial por periodos inferiores a 3 min1,2. Cuando el RGE origina síntomas o complicaciones se denomina ERGE1,2. Epidemiología El RGE ocurre hasta en dos terceras partes de los lactantes sanos durante el primer año de vida y suele resolverse hacia los 9-12 meses de edad (Fig. 1). Una proporción inferior a 5% de los pacientes con RGE presenta síntomas que pueden persistir hasta los 4 años de edad3. La prevalencia de la ERGE no está bien definida en la población general, pero es un motivo frecuente de atención tanto por el pediatra como por el gastroenterólogo pediatra. Fisiopatología Los episodios de RGE se suelen presentar durante relajaciones transitorias del esfínter esofágico inferior (EEI) cuando ocurren en forma simultánea a una contracción gástrica o a algún evento que incremente la presión intraabdominal; la presión del EEI se encuentra crónicamente disminuida en una pequeña proporción de sujetos con ERGE4,5. Otras alteraciones funcionales asociadas a la ERGE son aclaramiento esofágico insuficiente (que es la habilidad motora del esófago que permite restaurar un pH cercano a 7 después de un evento de RGE), retraso en el vaciamiento gástrico y alteraciones en el control nervioso de los reflejos protectores de la vía aérea y digestiva. Existen evidencias de agregación familiar, en particular en esofagitis erosiva y esófago de Barrett, que sugieren a la herencia como un factor asociado2. Los grupos de niños con riesgo aumentado para ERGE incluyen daño neurológico6, obesidad7, algunas genopatías8, atresia esofágica9, enfermedad pulmonar crónica10 y prematurez11. Diagnóstico El diagnóstico de RGE, también denominado RGE fisiológico, es clínico y no requiere de estudios de laboratorio y gabinete. Este diagnóstico se establece en niños que, aunque presentan regurgitación y/o vómito, 52 Porcentaje de casos Concepto 100 75 50 25 0 0-3 3-6 6-9 Edad (meses) 9-12 Figura 1. Proporción estimada de lactantes sanos de 1-12 meses de edad con RGE fisiológico manifestado por regurgitaciones o vómitos. Distribución por intervalos de clase de 3 meses2,3. tienen un crecimiento normal y no manifiestan otro tipo de datos clínicos; el diagnóstico de RGE implica la ausencia de signos de alarma entre los que se pueden incluir retraso en el crecimiento, anemia, apnea, estridor u otros síntomas respiratorios crónicos, asma, neumonía recurrente o problemas del sueño2. El diagnóstico del RGE fisiológico es competencia tanto del médico general o familiar como del pediatra o del gastroenterólogo pediatra. En lactantes con regurgitaciones o vómitos en quienes se identifican signos de alarma el abordaje inicial se enfoca en descartar entidades asociadas a síndrome emético y que no sean ERGE. Algunas condiciones patológicas pueden tener una gran trascendencia clínica y orientar el diagnóstico en otro sentido. Dada la gran cantidad de entidades nosológicas en lactantes que pueden cursar con síndrome emético como una manifestación clínica asociada, el protocolo de diagnóstico diferencial debe ser realizado por el pediatra o por el gastroenterólogo pediatra con un abordaje clínico acucioso. Algunos ejemplos de este ejercicio de diagnóstico diferencial de entidades nosológicas relativamente frecuentes se presentan en la tabla 1. Cuando el clínico esté razonablemente convencido de que no existe una enfermedad subyacente que se asocie a los signos de alarma del paciente se puede proceder al estudio de la ERGE de acuerdo con la edad y la condición del paciente. El diagnóstico de ERGE en lactantes se sospecha en presencia de signos de alarma. En niños mayores de 5 años de edad el diagnóstico se sospecha por datos clínicos de enfermedad péptica del esófago (ardor o sensación de «quemadura» retrosternal, dolor epigástrico, disfagia y sangrado del tubo digestivo alto o melena). El diagnóstico de ERGE se ratifica con estudios A. Larrosa Haro: Reflujo gastroesofágico en niños Tabla 1. Algunas entidades nosológicas frecuentes y sus pruebas de filtro recomendadas en el diagnóstico diferencial del lactante con síndrome emético2 Entidad nosológica Prueba de filtro Hiperplasia suprarrenal congénita Electrólitos séricos Acidosis tubular renal Gasometría venosa Infección urinaria Examen de orina y urocultivo Insuficiencia renal Creatinina sérica Hepatitis AST, ELT, GGT Síndrome hiperamonémico Amonio sérico Enfermedades del metabolismo Tamiz metabólico neonatal ampliado Alergia a proteínas de leche de vaca Prueba de supresión/exposición* Enfermedad crónica Anemia AST: aspartato aminotransferasa; ALT: alanino aminotransferasa; GGT: γ-glutamil transpeptidasa. *Prueba de exposición y supresión a proteínas de leche de vaca con evaluación de signos y síntomas en ambas fases. de gabinete. Es necesario considerar a los grupos de riesgo en quienes existe una mayor probabilidad de ERGE y de complicaciones asociadas, a saber: pacientes con daño neurológico, obesidad, cirugía de esófago (atresia esofágica), fibrosis quística, hernia hiatal o diafragmática, cirugía de acalasia, historia familiar de esofagitis erosiva o de adenocarcinoma esofágico, ya que en ellos se pueden justificar estudios de gabinete de acuerdo con el criterio del clínico. Debido a la complejidad del espectro clínico de la ERGE, los estudios de gabinete disponibles son diversos y se aplican a preguntas específicas que se realiza el clínico en situaciones concretas y en los diferentes grupos etarios pediátricos. Este protocolo habitualmente es de la competencia del gastroenterólogo pediatra. Un resumen de los principales estudios de gabinete vigentes para valorar a los pacientes pediátricos con sospecha de ERGE se presenta en la tabla 22. Es el clínico quien, en última instancia, debe evaluar los hallazgos de estos estudios para decidir si se puede establecer el diagnóstico de ERGE y, en consecuencia, indicar algún régimen terapéutico. Tratamiento Reflujo gastroesofágico fisiológico Esta condición está presente en la mayor parte de los lactantes sanos y se puede considerar como una etapa normal del desarrollo. El manejo deberá ser dirigido a dar información a los padres en el sentido de que los síntomas de su hijo o hija son benignos y transitorios y que en la mayor parte de los casos desaparecerán hacia los 9-12 meses de edad. Estos pacientes pueden beneficiarse de la posición corporal, el fraccionamiento de la fórmula y del empleo de fórmulas antirreflujo2. Posición El decúbito ventral en lactantes disminuye el reflujo ácido evaluado con la medición del pH esofágico al ser comparado con el efecto de la posición dorsal12. Sin embargo, aunque se especula sobre la fisiopatología, el decúbito ventral y lateral incrementan significativamente el riesgo de muerte súbita, por lo que su uso durante el sueño está contraindicado. El efecto del decúbito dorsal con la cabecera levantada 30-45° tiene una eficacia menor en el tratamiento de la ERGE, pero no se ha identificado como un factor de riesgo de muerte súbita13. La posición de los niños menores de 18 meses en sillas portátiles en automóviles favorece la ocurrencia de RGE14. La elevación de la cabecera en niños mayores de 1 año o en adolescentes no ha sido evaluada en forma completa, pero es probable que sea útil para disminuir el índice de RGE y mejorar los síntomas2. Fraccionamiento de la fórmula Aunque la información relacionada con esta medida –que implica fraccionar la cantidad total de fórmula 53 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 Tabla 2. Utilidad diagnóstica e indicaciones de los estudios de gabinete en la valoración de pacientes pediátricos con sospecha de ERGE2 Estudio Pregunta Valor diagnóstico Desventajas Serie esófago gastroduodenal ¿Existen alteraciones anatómicas en el tubo digestivo alto e intermedio? Identifica alteraciones anatómicas como estenosis esofágica, hernia hiatal, obstrucción pilórica, obstrucción duodenal y malrotación intestinal No es útil para el diagnóstico de RGE o ERGE Medición del pH esofágico ¿Existe RGE patológico? Identifica un patrón de acidificación esofágica anormal Permite evaluar la terapia antisecretoria Identifica la asociación temporal de síntomas específicos con episodios de RGE Identifica las esofagitis no asociadas a ERGE No identifica la concordancia con severidad de los síntomas ni la presencia de complicaciones Endoscopia alta ¿Existe esofagitis péptica erosiva, esofagitis eosinofílica, esófago de Barrett, úlcera péptica o gastroduodenitis erosiva? Identifica la mayor parte de los casos de esofagitis erosiva de origen péptico Permite establecer la sospecha de otras entidades nosológicas y ubicar el mejor lugar para tomar una biopsia Requiere de biopsia esofágica para completar el diagnóstico diferencial entre las lesiones erosivas del esófago Biopsia ¿Existe esofagitis eosinofílica, esófago de Barrett, adenocarcinoma, infección gástrica por esófago de Barrett o alergia alimentaria? Es posible ratificar diagnósticos específicos como esofagitis eosinofílica, esófago de Barrett e infección por Helicobacter pylori asociado a úlcera péptica. Permite sospechar alergia alimentaria No existen datos histopatológicos patognomónicos de esofagitis péptica Manometría esofágica ¿Existe un trastorno motor del esófago diferente a ERGE? Permite diagnosticar trastornos motores del esófago como acalasia o espasmo difuso No es específica ni sensible para diagnosticar RGE o ERGE Impedancia intraluminal múltiple ¿Existe RGE no ácido? Identifica al RGE no ácido o levemente ácido Es superior a la medición del pH esofágico en la evaluación temporal de síntomas con episodios de RGE Se encuentra en fase de investigación clínica Gammagrama gástrico y pulmonar con Tc99 oral ¿Existe retraso en el vaciamiento gástrico? ¿Existe aspiración a vías aéreas del contenido gástrico? Puede identificar retraso en el vaciamiento gástrico y aspiración del radioisótopo a las vías respiratorias No está establecida su sensibilidad y especificidad y no se recomienda como estudio de rutina ERGE: enfermedad por reflujo gastroesofágico; RGE: reflujo gastroesofágico. que espontáneamente ingiere un lactante en 24 h en un mayor número de tomas de menor volumen– es escasa, parece ser una medida útil en el manejo sintomático del RGE15. Fórmulas con viscosidad aumentada El «espesamiento» de las fórmulas con cereal, habitualmente de arroz, se ha empleado en el tratamiento de los síntomas del RGE y de la ERGE desde hace 54 más de medio siglo. Aunque se ha propuesto que el aumento en la «densidad» o el «mayor peso» de las fórmulas constituyen su efecto antirreflujo, en realidad el efecto clínico que se consigue con la adición de cereal es un aumento en la viscosidad, que es la oposición de un fluido a las deformaciones tangenciales y que se mide por el coeficiente de viscosidad16,17. Al estar en contacto con el pH ácido del estómago la viscosidad se incrementa en forma directamente proporcional al pH. En las fórmulas disponibles actualmente A. Larrosa Haro: Reflujo gastroesofágico en niños se ha suprimido aproximadamente la mitad de lactosa, con adición de almidón pregelatinizado de arroz o de maíz, lo que mantiene una densidad energética similar a la de una fórmula láctea para lactantes sanos. El efecto de su empleo es la disminución del índice de RGE medido por una escala clínica, disminución en la frecuencia de trastornos del sueño y de eventos de tos y atragantamiento. Estas fórmulas están indicadas en el manejo sintomático de lactantes con RGE fisiológico, pero también pueden ser empleadas en las otras variedades de ERGE en lactantes17. Procinéticos En las últimas dos décadas se han empleado en niños y adultos con RGE y ERGE diversos fármacos que modifican funciones motoras del tubo digestivo alto al actuar en efectores presinápticos. Sus efectos incluyen incremento de la presión del esfínter esofágico inferior, acortamiento del tiempo de vaciamiento gástrico y aumento de la peristalsis. Los más usados han sido cisaprida, metoclopramida, domperidona, betanecol y eritromicina. Por las evidencias discutibles sobre su eficacia, su toxicidad potencial, efectos secundarios y la disponibilidad de otras alternativas terapéuticas, grupos de expertos tanto en el terreno pediátrico como de adultos han considerado en consensos recientes que sus desventajas rebasan sus ventajas, por lo que no se recomienda su empleo sistemático en el manejo de ERGE18-26. Antagonistas de receptores H2 de histamina Este grupo de fármacos disminuyen la secreción de ácido clorhídrico por el estómago, mejoran los síntomas de ERGE, tienen un efecto inmediato (30 min), por lo que se pueden usar «en demanda» y son útiles para resolver la esofagitis erosiva. Sus desventajas consisten en que su empleo favorece el rápido desarrollo de taquifilaxia (disminución de la respuesta a un fármaco que obliga a consumir dosis cada vez mayores para conseguir los mismos efectos), que su eficacia es menor que la de los IBP para resolver la esofagitis erosiva, y que puede inducir ginecomastia, incremento de transferasas, cefalea, somnolencia, irritabilidad y movimientos anormales del cuello2. Inhibidores de la bomba de protones Los IBP son superiores a los antagonistas de receptores H2 de histamina en su mayor eficacia para resolver la esofagitis erosiva, en su capacidad de disminuir el pH por debajo de 4, en la disminución en la secreción de jugo gástrico y en el sentido de que no inducen taquifilaxia2,27. Algunas consideraciones para el empleo de IBS son: a) para obtener un efecto óptimo deben ingerirse antes del desayuno; b) la inhibición en la secreción de ácido se alcanza hacia el cuarto día de iniciado el tratamiento; c) la integridad de la capa entérica es indispensable, por lo que las presentaciones farmacéuticas líquidas no son recomendables; d) las dosis requeridas para niños de 1-10 años de edad son considerablemente mayores que las de adolescentes o adultos, y e) el empleo de IBP no se ha aprobado en niños menores de 12 meses28,29. Los IBP aceptados en niños en EE.UU. son omeprazol, esomeprazol y lanzoprazol, y en la Unión Europea los dos primeros2. Las dosis recomendadas varían de 1.5-3.5 para omeprazol, 1 mg/kg para esomeprazol y 1-3 mg/kg para lanzoprazol2,27-29. Aunque los IBP se consideran actualmente como la herramienta farmacológica con mayor eficacia para el tratamiento de la ERGE, es importante considerar sus efectos adversos –compartidos con los antagonistas de receptores H2 de histamina–, que incluyen hipoclorhidria e incremento en el riesgo de neumonía comunitaria, gastroenteritis infecciosa, hiperplasia de células parietales, pólipos gástricos del fondo y enterocolitis necrosante en prematuros30-37. Ante la sospecha endoscópica de esófago de Barrett en un esófago severamente inflamado se recomienda un ciclo de dosis altas de IBP por 12 semanas y repetir la endoscopia y biopsias múltiples para ratificar el diagnóstico. En ausencia de displasia, el seguimiento recomendado con endoscopia y biopsias es cada 3-5 años, y el tratamiento médico es IBP a largo plazo o cirugía antirreflujo de acuerdo con los criterios referidos anteriormente38. En presencia de displasia el tratamiento puede ser por ablación endoscópica o por resección del segmento esofágico afectado. Tratamiento quirúrgico La indicación aceptada para tratamiento quirúrgico antirreflujo es la de casos seleccionados de niños con ERGE crónico recurrente, lo que habitualmente sólo se puede establecer después de los 4-5 años de edad2,39-42. En este grupo se incluyen casos con esofagitis erosiva dependiente de IBP, enfermedad respiratoria como asma o broncoaspiración recurrente y mala adherencia al tratamiento médico, en particular si el candidato se ubica dentro de los grupos de riesgo referidos anteriormente. La funduplastia disminuye el RGE al 55 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 incrementar la presión basal del esfínter esofágico inferior, disminuye el número de relajaciones transitorias de dicho esfínter, incrementa la longitud del esófago intraabdominal, acentúa el ángulo de His y reduce la hernia hiatal en caso de que esté presente38. La funduplastia elimina el reflujo (incluyendo el fisiológico) pero no modifica otras alteraciones como el aclaramiento esofágico o el vaciamiento gástrico41. El éxito del tratamiento quirúrgico con funduplastia u otras técnicas como la cirugía endoscópica en buena medida depende de un diagnóstico correcto. El RGE y la ERGE son entidades frecuentes en la práctica pediátrica de atención primaria, secundaria y terciaria. Su espectro clínico es amplio y su fisiología compleja, y se requiere la comprensión de ambos para realizar un diagnóstico y un tratamiento adecuado. Bibliografía 1. Shay S, Tutuian R, Sifrim D, et al. 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La mayoría desarrolla tolerancia a los antígenos alimentarios que acceden constantemente al organismo. Cuando la tolerancia falla, el sistema inmune responde con reacciones de hipersensibilidad, ya sea con manifestaciones gastrointestinales o cutáneas, seguidos de asma y rinitis. A este continuo desarrollo de enfermedades se ha denominado «marcha alérgica». El diagnóstico de la alergia alimentaria depende de una historia cuidadosa, de la determinación de inmunoglobulina E (IgE) específica, pruebas de parche, una apropiada dieta de exclusión y la realización de una prueba de reto cegado. Este procedimiento deberá ser realizado por personal experto y dentro de instituciones con el equipo necesario para resolver los casos graves. El diagnóstico diferencial incluye el conocimiento de las características y grupos de alimentos, las posibles fuentes de contaminación y las probables fallas propias de cada individuo que no le permiten comer determinados alimentos. El tratamiento consiste en evitar el alimento causante, y cuando se presentan síntomas, el uso de medicamentos para cada caso en particular. Los resultados de exámenes de dudosa eficacia pueden desorientar al clínico y causar dietas y tratamientos innecesarios. Palabras clave: Alergia alimentos. Tolerancia. Diagnóstico y tratamiento. Niños. Abstract Food allergy is defined as an abnormal immunological reaction to food proteins, which causes an adverse clinical reaction. Most of the people become tolerant to many foods; however, some time these tolerances fail and become an immunologic reaction. This is the first clinical expression of allergy, beginning with dermal o gastric manifestations and continues with asthma and rhinitis (the allergy march) and represents a very severe health problem, not only for many children and parents, but also for the entire medical and paramedical community. The evaluation of a child with suspected food allergy includes detailed medical history, physical examination, screening tests and response to elimination diet and to oral food challenge. None of the screening tests, alone or in combination, can definitively diagnose or exclude it. Regarding to the differential diagnosis, the clinician must know the different groups of foods. The treatment includes the exclusion of the involved food and the use of symptomatic medication when it is needed. Key words: Food allergy. Tolerance. Diagnosis and treatment. Children. Introducción El objetivo de esta revisión es destacar los puntos más relevantes de la alergia a alimentos mediada por mecanismos que involucran la hipersensibilidad por IgE. Correspondencia: *Juan José Luis Sienra Monge Miembro numerario Academia Nacional de Medicina E-mail: [email protected] Históricamente, a los alimentos se les ha involucrado en circunstancias entre las que han aparecido como causantes de múltiples y variadas reacciones que afectan a la integridad física de las personas, aunque hay pocos reportes antes del siglo XX; a partir de entonces, se describen científicamente los primeros casos de muerte probablemente por choque anafiláctico, posterior a la ingestión de leche. A principios del siglo pasado se describió la presencia de los mecanismos de anafilaxia sin conocerse por qué se desencadenaba una reacción tan intensa. En 1921, O. Prausnitz y H. Küstner demostraron que la sustancia responsable de la reacción alérgica 57 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 al pescado podía ser transferida de un sujeto sensible a un individuo no sensible. Este descubrimiento abrió una ventana a la investigación sobre la búsqueda de esta sustancia llamada en un inicio «reagina», que era la responsable de estos mecanismos de hipersensibilidad, y a mediados de la década de 1960 se descubre la IgE1. Estos avances en el entendimiento de las enfermedades alérgicas involucran a todos los campos, entre ellos, la presencia de reacciones adversas ante la ingestión de alimentos, estimulando la búsqueda de medios diagnósticos y terapéuticos más eficaces. Por ello, a mediados del siglo pasado se inician las pruebas de reto controladas con alimentos para establecer el diagnóstico2. Subsecuentemente, Goldman, et al.3 proponen una ruta diagnóstica para reproducir los síntomas existentes durante tres retos sucesivos con proteína de leche, y en 1976, May4 introdujo el uso de retos orales doble ciego placebo controlados (RODCPC). Este recurso es considerado hasta la actualidad como el más apropiado para el diagnóstico de las enfermedades alérgicas inducidas por alimentos. Se han propuesto varias clasificaciones y la utilización de términos uniformes para referirse a alergia a alimentos, teniendo como base factores etiológicos y los mecanismos fisiopatológicos5-7 (Fig. 1). Reacción adversa a alimentos Es cualquier respuesta clínicamente anormal, atribuida a la ingestión de un alimento o de un aditivo contenido en el mismo; pueden ser tóxicas y no tóxicas. Las tóxicas se presentan en cualquier individuo que ingiera un alimento y éste contenga: a) una sustancia que pueda ser tóxica y sea parte del propio alimento (p. ej. liberación de histamina por pescados); b) toxinas secretadas por bacterias como Salmonella, Shigella y especies de Campylobacter, etc., con las que se contaminan los alimentos, y c) tóxicos agregados a los alimentos. Las no tóxicas dependen de la susceptibilidad individual y puede ser el resultado de mecanismos inmunes (alergia o hipersensibilidad), o mecanismos no inmunes (intolerancia). Esta última probablemente sea la causa principal de la mayoría de las reacciones adversas, y es debida a propiedades farmacológicas del alimento, o atribuidas al individuo (deficiencias enzimáticas) o por mecanismos de idiosincrasia. Las reacciones de hipersensibilidad o alérgicas, en las cuales está involucrado un mecanismo inmunológico, son mediadas por IgE, inmunoglobulina G (IgG) o inmunoglobulina M (IgM), por células o bien combinaciones de las anteriores. Se desconoce su prevalencia real, los datos existentes difieren de acuerdo con la edad, país, percepción del padecimiento en la población y método de estudio efectuado. Se reporta que la incidencia varía de 0.2-25%8-10. Las manifestaciones clínicas son variables, se presentan en diferentes órganos y sistemas, y son dependientes de la edad de inicio y alérgeno involucrado. La mayoría de los lactantes con alergia a leche de vaca Mecanismos No inmunológico (intolerancia GI) Inmunológico (alergia GI) Mediadas por IgE Otras reacciones Tóxicas (casual) Inmediata IgA Enzimático Tardía Células T Farmacológico GI: gastrointestinal; IgA: inmunoglobulina A Inmunocomplejos Figura 1. Clasificación de las reacciones adversas a alimentos (adaptado de Shaker y Sampson5,7). 58 No tóxicas (susceptibilidad) Otros J.J.L. Sienra Monge: Alergia a alimentos comienzan a tolerarla antes de los 3 años de edad, mientras que si la alergia es a proteínas del huevo, generalmente hay que esperar hasta los 7 años. Por otro lado, si los alimentos responsables son el pescado, soya y nueces, la alergia tiende a remitir en un tiempo considerablemente mayor o bien que se inicie en la adolescencia o adultez. Cuando el mecanismo no sea dependiente de IgE, sino mixto o por células, posiblemente la reacción alérgica no desaparecerá8. Se ha reconocido que 2.5% de los niños pueden tener una respuesta de hipersensibilidad a la proteína de la leche de vaca en el primer año de vida; 15% continúa en el segundo año de vida, y en 35% de los casos puede presentar una reacción alérgica a otros alimentos. La hipersensibilidad al huevo ocurre en 1.3% de los niños lactantes, mientras que en niños ingleses y norteamericanos se observa hipersensibilidad al cacahuate en 0.5% de sus respectivas poblaciones8-11. La función principal del aparato gastrointestinal es procesar los alimentos ingeridos para ser absorbidos y utilizados para energía y crecimiento celular. Durante este proceso, la barrera gastrointestinal impide el paso de antígenos externos (bacterias, virus, parásitos, proteínas de alimentos) a la circulación sistémica, mediante mecanismos inmunológicos y no inmunológicos. Sin embargo, la inmadurez de estos mecanismos protectores en los neonatos y lactantes reduce la eficiencia de la barrera mucosa. La acidez gástrica está disminuida al nacimiento, y sólo alcanza los niveles del adulto después del primer mes de vida. La actividad proteolítica en el intestino alcanza los niveles del adulto aproximadamente a los 2 años de edad; la composición de mucina es inmadura y las microvellosidades intestinales están insuficientemente desarrolladas en los recién nacidos. Esta inmadurez de mecanismos protectores, asociada a las concentraciones relativamente bajas de inmunoglobulina A (IgA) en el intestino, reduce la eficiencia de la barrera mucosa en el lactante, impidiendo el procesamiento adecuado de los antígenos que ingresan por vía digestiva7,12,13. Lo anterior, aunado a la introducción temprana de numerosos antígenos de alimentos, puede ocasionar, en los niños genéticamente predispuestos (atópicos), la producción excesiva de anticuerpos IgE u otras respuestas inmunes adversas. El tejido linfoide asociado a la mucosa gastrointestinal (GALT) es el encargado de diferenciar entre patógenos y nutrimentos (aunque ambos sean extraños), respondiendo agresivamente contra los primeros e ignorando a los segundos (mecanismos de tolerancia); cuando este mecanismo falla, ya sea por procesos inmunológicos o no, se presentan las reacciones adversas a alimentos. Junto con el GALT (formado por linfocitos residentes en la placa de Peyer, lámina propia, y compartimentos intraepiteliales), los eosinófilos residentes en estómago e intestino, la inmunoglobulina A secretoria y otros mecanismos no inmunológicos como los ácidos y sales biliares, la microflora y el peristaltismo gástrico conforman los mecanismos de tolerancia, y cuando falla alguno de ellos, hay aumento en la absorción de macromoléculas, lo que favorece la presencia de procesos alérgicos11-13. Sin embargo, los mecanismos mediante los cuales el sistema inmune se adapta o tolera alimentos para evitar la sensibilización aún no están del todo claros; dentro de ellos se incluyen la supresión inmune activa y la clonal o anergia. La ingestión de proteínas, normalmente, estimula células T supresoras CD8, que se encuentran en el GALT; esta activación depende de la dosis, naturaleza y frecuencia de la exposición al antígeno, la edad del huésped y posiblemente de los componentes de la flora intestinal14-18. Se ha sugerido que la alimentación exclusiva con leche humana promueve el desarrollo de tolerancia oral y previene la alergia a alimentos y enfermedades como la dermatitis atópica. Este efecto protector puede ser atribuido a diversos factores como: disminución de la exposición a proteínas extrañas, IgA de secreciones contenida en la leche humana que proporciona protección pasiva contra antígenos y patógenos, y factores solubles de la leche materna que inducen la maduración de la barrera intestinal y la respuesta inmune en el lactante19-21. Por otra parte, la llamada «hipótesis de la higiene» sugiere que la reducción de la exposición a bacterias patógenas, durante los primeros meses de la vida, influye en el sistema inmunológico, propicia un posible retraso de la madurez y, en consecuencia, promueve la aparición de enfermedades alérgicas, aunque estos datos son controversiales en la actualidad. Como se menciona antes, los mecanismos de hipersensibilidad pueden estar enmarcados por la respuesta a IgE, a otras inmunoglobulinas, respuestas celulares o combinaciones entre ellos, lo cual hace en ocasiones difícil el diagnóstico y comprensión de la enfermedad que se presenta. El objetivo de esta revisión se basa principalmente en la respuesta de hipersensibilidad por IgE hacia el alimento, la cual desencadena una serie de interacciones que involucran, entre otras, a células presentadoras de antígenos (CPA), 59 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 linfocitos T y B y sus productos, con la participación de receptores antígeno específicos en células B. Estos mecanismos involucrados activan la formación de la IgE antígeno específico, que se une a los receptores de superficie de mastocitos, basófilos, macrófagos y otras células presentadoras y preparan al sistema inmune para una reacción alérgica inmediata ante el siguiente contacto con el alimento específico. Esta reacción favorece la acumulación de eosinófilos en diferentes áreas del tubo digestivo7. Alérgenos alimentarios Los alimentos están compuestos de proteínas, hidratos de carbono y lípidos con capacidad alergénica, si bien suele haber uno o varios antígenos principales o mayores y otros secundarios o menores. Los mayores generalmente son glucoproteínas solubles en agua con peso molecular que varía de 10-60 kD, estables al calor, ácido y proteasas22,23. Los alimentos frecuentemente considerados como causantes de la mayoría de las respuestas son: proteínas de leche de vaca, cacahuate, huevo, pescados, soya, trigo y crustáceos. Quizá las proteínas de la leche de vaca sean las que causan mayor número de reacciones, ya que la mayoría de los niños la consumen en las primeras etapas de su vida. Se compone principalmente de caseína (80%) y proteínas solubles del suero (20%), como la β-lactoglobulina, con la mayor actividad alergénica, α-lactoalbúmina, seroalbúmina y γ-globulina. Otro de los alimentos causantes de alergia es el huevo; la yema es considerada menos alergénica, mientras que la clara tiene 23 glucoproteínas potencialmente alergénicas, y las principales son: el ovomucoide (Gal d 1), ovoalbúmina (Gal d 2), ovotransferrina (Gal d 3) y lisozima (Gal d 4). Los cacahuates causan mucha reactividad en población anglosajona, al igual que algunos crustáceos. La semilla de soya también puede causar alergia; la importancia de ésta es que se trata de una fuente barata de proteínas y se ha utilizado como un sucedáneo de la leche materna y como sustituto de la leche de vaca en lactantes alérgicos (Tabla 1). Existe la posibilidad de reactividad cruzada entre familias de alimentos, por lo que hay que prevenir esto. Por ejemplo, los alérgicos a proteínas de leche de vaca probablemente también lo sean a proteínas de la leche de cabra u oveja. Otro grupo de alimentos capaces de desarrollar una respuesta alérgica son las frutas, a las cuales se ha involucrado en reacciones locales en labios y boca (alergia oral), además de que cruzan entre familias y 60 Tabla 1. Antígenos principales de algunos alimentos Antígenos purificados en alimentos y su masa molecular Fracción proteínica Masa molecular Proteínas de leche de vaca – Caseínas 19,000-24,000 Suero – α-lactoglobulina 36,000 – β-lactoglobulina 14,400 – Albúmina sérica bovina 69,000 Clara de huevo – Ovoalbúmina 45,000 – Ovomucoide 28,000 – Ovotransferrina 77,700 – Lisozima 14,300 Cacahuate – Ara h 1 63,500 – Ara h 2 17,500 – Ara h 3 56,000 Soya – Gly m 1 34,000 Pescado – Alérgeno M (Gad c 1) 12,326 Crustáceos – Antígeno 1 42,000 – Antígeno 11 38,000 – Pen a 1 36,000 Adaptado de Burks, et al.23. con polen de pastos y otras plantas; las principalmente involucradas son: manzana, plátano, fresa, mango, kiwi, melón, pera, ciruela, higo, uva, coco, aguacate y melocotón (Tabla 2)10,24,25. Por otra parte, el síndrome látex-fruta se refiere a la presencia de reactividad cruzada entre plátano, aguacate, kiwi, papa, papaya y alérgenos del látex26,27. Los factores que influyen en la sensibilización a alimentos incluyen: capacidad alergénica propia, frecuencia de consumo específico en la población, factores inherentes al huésped como son la edad, alimentación con leche humana y ablactación, sensibilización a pólenes y antecedentes de atopia. La biotecnología utilizada en agricultura para la producción de alimentos transgénicos ha despertado la inquietud sobre la posibilidad de mayores reacciones de hipersensibilidad, sin embargo, actualmente no existen evidencias de que así suceda. J.J.L. Sienra Monge: Alergia a alimentos Tabla 2. Reactividad cruzada y riesgo de reacciones alérgicas entre alimentos Alergia a: Riesgo de reacción alérgica cruzada Riesgo (%) Cacahuate Otras leguminosas Pescado (salmón) Otros peces 50 Marisco (camarón) Otros mariscos 75 Granos (trigo) Otros granos 20 Leche de vaca Leche de cabra 92 Polen (ambrosía y abedul) Frutas (manzana, pera), verduras 55 Melocotón Otras Rosaceae (manzana, cereza, uva, ciruela) 55 Melón Otras frutas (sandía, plátano, aguacate) 92 Látex Frutas (kiwi, plátano, aguacate) 35 Frutas (kiwi, plátano, aguacate) Látex (guantes de látex) 11 5 Adaptada de Sicherer25. Manifestaciones clínicas Las manifestaciones clínicas son la primera expresión de las respuestas de hipersensibilidad en el niño, y en muchos casos el inicio de lo que se considera la «marcha alérgica», ya que pueden involucrar a diferentes órganos y sistemas gastrointestinal, respiratorio y cutáneo, y pueden desencadenar cuadros graves como la anafilaxia. Cutáneas Forman parte de la etiología y patología de la dermatitis atópica en niños, aunque su participación es muy variable. Es necesario establecer la importancia clínica de esta sensibilización mediante una evaluación integral cuidadosa, dieta de eliminación y una prueba de estimulación controlada. Se ha reportado que hasta la tercera parte de los pacientes se les puede demostrar como desencadenante a un alimento. Otra de las entidades comunes es la urticaria, generalmente la presencia de ronchas ocurre minutos después a la ingestión del alimento involucrado, por lo cual es posible su identificación y posterior supresión. En pacientes muy sensibilizados a algunos alimentos como pescado, crustáceos y leguminosas, pudiera presentarse urticaria por inhalación de productos volátiles de la comida, aunque en estos casos hay que diferenciarlos de intolerancia o toxicidad. Gastrointestinales Generalmente se desarrolla en minutos y hasta 2 h después de consumir el alimento responsable, y con- siste en náuseas, dolor abdominal, cólicos, vómitos y diarrea. Algunos de los niños que la padecen son valorados inicialmente por vómitos intermitentes, hiporexia y alteraciones en el crecimiento. Síndrome de alergia oral Se considera una forma de alergia de contacto limitada casi exclusivamente a la orofaringe, y en raras ocasiones involucra a otros órganos. Hay un rápido inicio de prurito y angioedema en labios, lengua, paladar y faringe. Puede ser la única manifestación o parte inicial de una anafilaxia generalizada. Los síntomas son generalmente breves y comúnmente asociados a la ingestión de frutas frescas y verduras, hay reactividad cruzada en pacientes con alergia a pólenes de pastos al consumir frutas como melón, melocotón y plátano24. Cólicos infantiles Definidos como episodios paroxísticos caracterizados por llanto incontrolable, flexión de las extremidades inferiores, distensión abdominal y gas excesivo, se han determinado como parte de diversos factores psicosociales e inherentes a la dieta, algunos de ellos relacionados con hipersensibilidad mediada por IgE a leche de vaca7,19,21. Respiratorias Son poco frecuentes las respuestas en las vías respiratorias desencadenadas por hipersensibilidad a alimentos, y que sean demostradas por pruebas de RODCPC28,29. 61 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 Síndrome de Heiner Es una entidad rara con episodios recurrentes de neumonía asociada con infiltrados pulmonares, hemosiderosis, sangrado gastrointestinal, anemia por deficiencia de hierro y alteraciones en el crecimiento. Fue relacionada con alergia a proteínas de leche de vaca, huevo y carne de cerdo. Manifestaciones generalizadas El choque anafiláctico es el proceso patológico más grave de hipersensibilidad mediada por IgE. Hay síntomas cardiovasculares como hipotensión, estado de choque y arritmias. Generalmente se inicia con dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea, cianosis, disnea, dolor torácico, urticaria y angioedema. El desarrollo de síntomas es a los pocos minutos después de la ingestión del alimento involucrado. Hay una entidad llamada anafilaxia por alimentos inducida por ejercicio; es una forma inusual, que ocurre cuando el paciente realiza ejercicio 3-4 h después de haber ingerido el alimento causante. Con frecuencia, los afectados por este padecimiento tienen asma y otras enfermedades alérgicas30. Diagnóstico de alergia a alimentos El abordaje se inicia con la historia clínica, detallada y orientada, basándose en el interrogatorio y relacionando los síntomas con la ingesta de alimentos cuando esto sea posible, ya que muchas veces el alimento está oculto o bien es de consumo rutinario31 (Tablas 3 y 4). Es importante hacer énfasis particular en los siguientes puntos: – ¿Cuál es el alimento sospechoso y la cantidad administrada? – Tiempo transcurrido entre la ingestión del alimento y los síntomas. – Repetición de la sintomatología. – Factores agregados (ejercicio, alcohol, etc.). – Tiempo de duración de los síntomas. – Búsqueda de alimentos ocultos (residuos, mezclas, contaminantes, etc.). – Realización de un diario de alimentos. Con frecuencia, la historia clínica tiene poco valor en enfermedades crónicas provocadas por alergia a alimentos donde no hay una participación clara de la IgE, sino más bien otros mecanismos inmunológicos (dermatitis atópica, asma, gastroenteritis eosinofílica alérgica, etc.). La aparición de síntomas tardíos e ines62 pecíficos (en varias horas o días), como alteraciones de conducta, de aprendizaje, cefaleas, problemas digestivos inespecíficos, no son síntomas comunes de alergia. Por lo tanto, hay que considerar los siguientes aspectos: – La historia clínica no es concluyente en la mayoría de las ocasiones. – La alergia alimenticia es más común en niños. – Son pocos los alimentos responsables de la mayoría de las reacciones alérgicas. – Es raro que el paciente sea alérgico a más de tres alimentos, excepto en esofagitis o gastroenteritis eosinofílica. – Cuando un niño presenta reacción a varios alimentos, la causa más común es un «alimento oculto». – Excepto en gastroenteritis, los síntomas se presentan de minutos a horas. – Una alergia real incluye «síntomas clásicos» de piel, intestino o vías respiratorias. – Las reacciones adversas a colorantes o aditivos son raras, sin embargo existen varios trabajos sobre el papel de los llamados seudoalérgenos como el ácido salicílico, glutamato de sodio, tartrazina, etc., en el desarrollo de la sintomatología alérgica. Exámenes de laboratorio Los métodos diagnósticos más utilizados son los que se basan en la determinación de IgE específica (in vivo: pruebas cutáneas; in vitro: RAST, ImmunoCAP, etc.). Es necesario utilizar extractos estandarizados de alta calidad para la realización de las pruebas cutáneas, cuya presencia en el mercado es muy limitada32. Actualmente hay algunas pruebas in vitro que están estandarizadas, y su valor clínico es mejor (leche de vaca, huevo o bacalao). Las pruebas cutáneas de alergia son reproducibles y frecuentemente utilizadas; los extractos alimentarios, teniendo un apropiado control positivo y negativo, deben ser aplicados mediante la técnica de piquete o punción (prick test). La evaluación de la positividad de las pruebas va en relación directa con el diámetro de la roncha producida, ya que cuando es mayor de 8 mm son diagnósticas de alergia a la leche, huevo y cacahuate, con una predicción de reactividad clínica superior a 95%, aunque en términos generales se considera una prueba positiva cuando el diámetro medio de la roncha es igual o mayor de 3 mm comparado con el control negativo33-35. J.J.L. Sienra Monge: Alergia a alimentos Tabla 3. Diagnóstico diferencial de reacciones adversas a alimentos Alteraciones gastrointestinales (vómito y/o diarrea) Anormalidades estructurales: Hernia hiatal Estenosis pilórica Fístula gastroesofágica Enfermedad de Hirschprung Deficiencias enzimáticas (primarias y secundarias): Deficiencia de disacaridasa Lactasa Sucrosa-isomaltasa Glucosa-galactosa Galactosemia Fenilcetonuria Malignidad Otras: Insuficiencia pancreática Enfermedad vesicular Úlcera péptica Contaminantes y aditivos Saborizantes y conservadores: Metabisulfito de sodio Glutamato monosódico Nitritos y nitratos Colorantes: Artrazina y otros Toxinas: Bacterias: Clostridium botulinum Staphylococcus aureus Hongos: aflatoxina, triclorotreceno, ergot Alteraciones por pescados y mariscos: Envenenamiento escromboide (atún) Envenenamiento ciguatera (barracuda) Saxitoxina (mariscos) Organismos infecciosos: Bacterias: Salmonella, Shigella, E. coli, Yersinia, Campylobacter Parásitos: Giardia, Trichinella, Anisakis simplex Virus: hepatitis, rotavirus, enterovirus Antígenos fúngicos Contaminantes accidentales: Metales pesados, pesticidas, antibióticos Agentes farmacológicos Cafeína (café, refrescos) Teobromina (chocolate, té) Histamina (pescado, col agria) Serotonina (tomate, plátano) Tiramina (quesos) Triptamina (tomate, ciruela) Solanina alcaloide glicosidal (papas) Reacciones psicológicas Adaptado de Sampson31. 63 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 Tabla 4. Signos y síntomas en varios órganos de choque Piel – Urticaria/angioedema – Enrojecimiento – Dermatitis atópica Aparato gastrointestinal – Prurito y edema de labios, lengua y/o mucosa oral – Náusea – Dolor abdominal o cólico – Vómito o reflujo – Diarrea Aparato respiratorio – Congestión nasal – Rinorrea – Prurito y estornudos – Edema laríngeo, tos y/o disfonía – Sibilancias y/o tos repetitiva Cardiovascular – Hipotensión/choque – Vértigo/mareo Otros – Dolor retroabdominal – Pujo-tenesmo Ante una estandarización adecuada de los reactivos y de los procedimientos, una prueba positiva debe ser interpretada como una posibilidad de que el paciente tenga reactividad a un alimento especifico, sin embargo, si es negativa, confirma la ausencia de reacción mediada por IgE (valor predictivo negativo mayor de 95%). Aunque existen algunas excepciones: a) la IgE no es medible en muchas frutas y verduras (p. ej. manzanas, naranjas, plátanos, peras, melones, papas, zanahorias, apio), presumiblemente debido a la labilidad de los alérgenos responsables; b) los extractos comerciales algunas veces carecen del alérgeno apropiado al cual el individuo es reactivo, como se ha demostrado con el uso de alimentos frescos para las pruebas cutáneas; c) los niños menores de 1 año de edad pueden tener alergia mediada por IgE en ausencia de pruebas cutáneas positivas, o que las ronchas sean pequeñas, presumiblemente debido a la falta de reactividad de la piel, y d) si un alimento claramente es causa de una respuesta grave no se debe hacer una prueba cutánea35. Las propiedades predictivas del prick test son influenciadas por los reactivos a evaluar y la técnica usada, por ello en algunas ocasiones es necesario la realización de estas pruebas con alimentos frescos, particularmente cuando prueban frutas y verduras, mediante la realización del prick to - prick test, que consiste en hacer una pequeña punción sobre el alimento fresco y, posteriormente, con el mismo aplicador 64 hacer la punción en la piel similar a la prueba tradicional de prick; los resultados se interpretan de la misma manera. Las pruebas cutáneas intradérmicas son más sensibles que las epicutáneas pero menos específicas, e incrementan el riesgo de inducir reacciones sistémicas, por lo que sólo hay que realizarlas en condiciones muy particulares11,35,36. Se ha incrementado el interés en el uso de las pruebas de parche para el diagnóstico de alergia alimentaria no mediada por IgE. Desafortunadamente, no hay reactivos ni métodos estandarizados, por lo que su utilidad es limitada, y sólo añaden un pequeño beneficio al diagnóstico35-39. Para determinar la IgE alérgeno especifica in vitro se cuenta con varias técnicas, siendo la ImmunoCAP-Phadia la más sensible, ya que puede detectar valores desde los 0.1 kUa/l, y la UniCAP desde los 0.35 kUa/l, aunque estas técnicas no están a la disposición fácilmente. Es importante contar con estas mediciones cuantitativas, ya que ayuda a tener una predicción sobre la evolución del padecimiento31,40,41 (Tabla 5). Los niveles que exceden los «valores diagnósticos» indican que el paciente tiene más de 95% de probabilidad de experimentar una reacción alérgica si ingiere el alimento específico. Además, los niveles de IgE pueden ser monitorizados, la disminución de los niveles de IgE específica en el tiempo es predictiva de la posibilidad de presentar tolerancia a algunos alimentos como la leche y el huevo42-44 (Tabla 6). No existe evidencia sustentable que apoye el valor diagnóstico por medio de concentraciones de anticuerpos IgG o IgG4 para alimentos específicos, los complejos antígeno-alimento, activación del linfocito o por provocación intracutánea o sublingual45,46. Dieta de eliminación Una vez que se determinó el alimento sospechoso de causar sintomatología, el primer paso a seguir es su confirmación diagnóstica. La desaparición de sintomatología con la dieta de eliminación indica una acertada sospecha clínica, misma que deberá ser confirmada mediante una prueba de provocación o reto controlado. Reto a alimentos La provocación o reto a alimentos es la única prueba confirmatoria; está indicada antes de implantar una dieta de eliminación prolongada y para evaluar J.J.L. Sienra Monge: Alergia a alimentos Tabla 5. Concentraciones de IgE alimento específica con predicción alta de reactividad clínica Alérgeno kUa/l Sensibilidad Especificidad VPP VPN Huevo ≥ 2 años 7 61 95 98 38 < 2 años 2 – – 95 – 15 57 94 95 53 Leche ≥ 1 año < 1 año 5 – – 95 – Cacahuate 14 57 100 99 36 Pescado 20 25 100 99 89 Soya 30 44 94 73 82 Trigo 26 61 92 74 87 Nueces ≈15 ≈95 kUa/l: kilo unidades alérgicas/l; VPP: valor predictivo positivo; VPN: valor predictivo negativo. Adaptado de Sampson31. tolerancia al alimento involucrado a lo largo del tiempo, realizándolo en forma periódica (4-6 meses), sobre todo en niños. Si el paciente ha tolerado el alimento en una forma accidental, se debe confirmar dicha tolerancia mediante provocación bajo estricta supervisión médica. El RODCPC ha sido etiquetado como el «estándar de oro» para el diagnóstico de la alergia alimentaria1,28. La selección de los alimentos a ser evaluados se basa en la historia, pruebas cutáneas o resultados de IgE in vitro. Los alimentos que son poco probables de causar una reacción alérgica deben ser evaluados mediante retos abiertos, ciego simple o doble ciego. Lo debe realizar sólo personal médico capacitado y con los recursos necesarios para tratar una eventual urgencia médica (equipo de choque). Tratamiento El manejo farmacológico es básicamente sintomático, con antihistamínicos H1 y H2, corticosteroides e inhibidores de leucotrienos. Los antihistamínicos pueden enmascarar parcialmente los síntomas del síndrome oral alérgico y los síntomas en piel mediados por IgE. Los corticosteroides orales son generalmente efectivos para padecimientos crónicos mediados por IgE (dermatitis atópica o asma) y en los padecimientos gastrointestinales no mediados por IgE, pero los efectos secundarios por el uso prolongado de esteroides sistémicos limitan su uso. Se han publicado resultados parcialmente alentadores en el manejo de la alergia a la proteína de la leche Tabla 6. Probabilidad de desarrollar tolerancia a huevo y leche basado en el descenso de los niveles de IgE específica en 12 meses Disminución de niveles de IgE en 12 meses (%) 50 75 90 99 Probabilidad de desarrollar tolerancia Huevo Leche 0.52 0.65 0.78 0.95 0.31 0.45 0.66 0.94 IgE: inmunoglobulina E. Adaptado de Perry, et al.42. de vaca (mediada por IgE) en niños, a través protocolos de desensibilización oral. Ésta consiste en ir incrementando la dosis de ingestión de leche de vaca en un periodo de 6 meses, obteniendo éxito clínico en cerca de 70% de los casos47. Hay que estar pendiente de la posibilidad de reacciones graves como las reacciones anafilácticas, y asegurar la educación del paciente y de su familia para que quede claro cómo deben evitar todas las formas del alérgeno en el alimento y reconocer la gravedad de una reacción si es ingerido inadvertidamente. Pronóstico La mayoría de los niños con síntomas en el primer año de vida lo superan dentro de los primeros 3-5 años de la vida. Las concentraciones de IgE específica disminuyen con la tolerancia, contrastando este hecho con la alergia a alimentos en los adultos, la cual puede persistir por toda la vida5,7,8,11,19,20,48. 65 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 Conclusiones El diagnóstico sigue siendo un ejercicio clínico que depende de una historia cuidadosa, de la determinación de IgE específica (in vivo o in vitro), en algunos casos pruebas de parche, una apropiada dieta de exclusión y la realización de reto cegado. No hay evidencia que apoye el valor diagnóstico por medio de niveles de anticuerpos IgG o IgG4. El tratamiento indicado es dieta de eliminación de todos los alimentos implicados, y ésta debe ser llevada por al menos 6-8 semanas. En casos de dermatitis atópica y asma crónica, otros factores precipitantes pueden hacer difícil discriminar los efectos de los alérgenos alimentarios de otros factores provocadores. Las alergias múltiples se presentan con más frecuencia, especialmente en los alérgenos menores, por lo que el médico debe valorar el beneficio de identificar con certeza la reactividad clínica y el riesgo del reto. Bibliografía 1. Goldman A, Kantak A, Ham P. Historical perspectives: clinical presentations. Pathogenesis and diagnosis of food hypersensitivities. In: Brostoff J, Challacombe S, eds. Food allergy and intolerance. 2.a ed. Toronto, Canadá: Saunders; 2002. p. 807-17. 2. Loveless MH. Allergy for corn and its derivatives: experiments with a massed ingestion test for its diagnosis. J Allergy. 1950;21:500-9. 3. Goldman AS, Anderson DW, Sellers WA, Saperstein A, Kniker WT. Milk allergy. Oral challenge with milk and isolated milk proteins in allergic children. Pediatrics. 1963;32:425-43. 4. May CD. Objective clinical and laboratory studies of immediate hypersensitivity reactions to food in asthmatic children. J Allergy Clin Immunol. 1976;58:500-15. 5. Shaker M, Woodmansee D. 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Vásquez Garibay: Conclusiones Artículo 9 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1:67-8 Conclusiones Edgar M. Vásquez Garibay* Instituto de Nutrición Humana, Universidad de Guadalajara (UDG), Guadalajara, Jal. Hay una necesidad inobjetable de ofrecer a los médicos generales información confiable que fortalezca su formación para que sean profesionales útiles a todos los sectores de la sociedad mexicana; por lo tanto, es altamente recomendable alentar reuniones académicas como la que organizó Nestlé Nutrition en la Ciudad de México con «Temas selectos de nutrición pediátrica para médicos generales», desarrollados por expertos nacionales en la materia y avalados por la Academia Nacional de Medicina de México. El desarrollo de los temas «Beneficio de los probióticos en la infancia», «Importancia de la alimentación en el primer año de vida», «Síndrome de mala nutrición», «Problemas comunes gastrointestinales» y «Alergias alimentarias en la infancia» persiguieron tres objetivos específicos: a) promover un estado nutricio saludable del niño a través de una alimentación adecuada; b) prevenir la presencia de enfermedades relacionadas con la nutrición como la desnutrición proteinicoenergética, las deficiencias nutrimentales específicas, el sobrepeso y la obesidad y los efectos adversos del consumo de dietas potencialmente lesivas, y c) proponer medidas de manejo para enfermedades comunes relacionadas con la nutrición y alimentación. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sugerido que los lactantes sean amamantados, idealmente hasta los 2 años de vida; y en forma exclusiva, cuando menos durante los primeros 6 meses. Sin embargo, la lactancia materna es una conducta que la mujer necesita aprender, a diferencia de lo que ocurría antes. Ahora, la responsabilidad de enseñar y orientar a las mujeres y sus familias recae en los profesionales de la salud, principalmente en el médico general, quien regularmente atiende a una gran cantidad de madres *Edgar M. Vásquez Garibay Académico numerario. Academia Nacional de Medicina Instituto de Nutrición Humana Hospital Civil de Guadalajara Dr. Juan I. Menchaca Salvador Quevedo y Zubieta, 759 Col. Independencia. C.P. 44340, Guadalajara, Jal. E-mail: [email protected] mexicanas. El médico debe estar capacitado para reconocer estas características, los factores que promueven la lactancia exitosa y el origen de los problemas o dificultades que puedan surgir con la lactancia. Por otra parte, la alimentación complementaria es el proceso que comienza cuando la leche humana es insuficiente para cubrir las necesidades nutrimentales de un lactante y requiere de otros alimentos y líquidos; además, depende de muchos factores: socioeconómicos, fisiológicos, nutricios, psicológicos y de la maduración de los sistemas neuromuscular, gastrointestinal y renal. El tracto intestinal del lactante está colonizado con trillones de bacterias, y 80% de las células inmunológicamente activas del organismo se encuentran asociadas al intestino. Cuando la microbiota intestinal es inadecuada, el sistema inmune no se prepara adecuadamente para defender al huésped y se incrementa la vulnerabilidad a gérmenes patógenos. Los lactantes que nacen por parto vía cesárea (estéril) y crecen en un medio ambiente muy limpio (no rural, alimentos estériles, pasteurizados) desarrollan mayor riesgo de presentar enfermedades alérgicas. Los probióticos refuerzan los mecanismos de defensa inmune (respuesta humoral contra patógenos) y modulan la respuesta inmune, disminuyendo la posibilidad de respuestas exageradas (tolerancia inmunológica). La obesidad infantil es un problema grave de salud pública en México y demanda la acción inmediata para detener su avance y las consecuencias en la salud y la sociedad. La mejor forma de atacar la obesidad infantil es a través de su prevención. Para ello, se requieren acciones coordinadas entre el gobierno, industria, organizaciones comunitarias, escuelas, familias y profesionales de la salud, cada uno con acciones definidas. Los médicos generales, médicos familiares, pediatras, enfermeras, nutriólogos son profesionales de la salud claves en esta tarea. El reflujo gastroesofágico (RGE) es el paso del contenido gástrico al esófago, acompañado o no de regurgitación o vómito; es un proceso fisiológico que ocurre en todas las edades pediátricas, y cuando origina síntomas o complicaciones se denomina enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). El RGE 67 Gaceta Médica de México. 2011;147 Suppl 1 ocurre hasta en dos terceras partes de los lactantes sanos durante el primer año de vida y suele resolverse hacia los 9-12 meses de edad. El diagnóstico de RGE es clínico, ocurre en niños que, aunque presentan regurgitación y/o vómito, tienen un crecimiento normal y no manifiestan otro tipo de datos clínicos. Los signos y síntomas mejoran con la posición corporal, el fraccionamiento de la fórmula y el empleo de fórmulas antirreflujo. Cuando se sospeche ERGE, el protocolo de diagnóstico diferencial es competencia del pediatra o el gastroenterólogo pediatra. La alergia alimentaria es una respuesta inmunológica anormal ante la ingestión de proteínas de la dieta 68 que ocasionan una reacción clínica adversa. La mayoría de las personas desarrolla tolerancia a los antígenos alimentarios, y cuando la tolerancia falla, el sistema inmune responde con reacciones de hipersensibilidad. El diagnóstico de alergia alimentaria depende de una historia cuidadosa, de la determinación de inmunoglobulina E (IgE) específica, pruebas de parche, una apropiada dieta de exclusión y la realización de una prueba de reto cegado, la cual debe realizarse por un profesional experto. El tratamiento principal consiste en evitar el alimento causante, y cuando se presentan síntomas, el uso de medicamentos para cada caso en particular.