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Núm. 3.798 (1.215) ESCUELA 33 25 de septiembre de 2008 Salud EL PROGRAMA ‘NIÑ@S EN MOVIMIENTO’ AYUDA A REDUCIR PESO Y REEDUCA A NIÑOS Y PADRES EN SUS HÁBITO NUTRICIONALES La educación alimentaria empieza en casa La educación alimentaria y nutricional no es una responsabilidad que deba recaer necesariamente en la escuela. Los padres necesitan formación, orientación y consejos para abordar los problemas de peso de sus hijos. Un programa que se lleva a cabo en el Hospital Vall d´Hebron de Barcelona, dirigido a niños y niñas de 7 a 12 años y a sus familias, combate el sobrepeso y la obesidad con un notable éxito M.VEGA Los malos hábitos alimentarios y el sedentarismo son los culpables de que nuestro país presente una de las cifras más altas de obesidad y sobrepeso infantil de la UE. En los niños españoles de 10 años la prevalencia de obesidad es sólo superada en Europa por los niños de Italia, Malta y Grecia. Y esos hábitos equivocados no sólo culpa de los niños; en la mayor parte de los casos el problema tiene su origen en el núcleo familiar. Así al menos lo piensan las doctoras Sandra Gussiyer y Norma García-Reyna, que acaban de publicar el libro Niñ@s en Movimiento. Guía integral para el sobrepeso infantil (Ediciones CEAC), basado en el programa del mismo nombre que desarrollan en el Hospital Vall d´Hebron de Barcelona, y con el que están teniendo un éxito de más del 90% en los últimos tres años. ¿Qué pretenden con esta guía integral? “Ofrecer de una forma clara y fácil de entender, los consejos que los padres y familiares necesitan para abordar los problemas de peso de su hijo”, señalan estas especialistas en nutrición y psicología médica e infantojuvenil. El programa abarca la alimentación, los estilos de vida y pone especial énfasis a la emocionalidad. “También -dicen- puede ser de gran ayuda para el profesional de la salud que desee ampliar sus conocimientos para el tratamiento holístico del sobrepeso y obesidad infantil”. La guía se ha realizado a partir del citado programa “en el que hemos observado que el 90% de los participantes disminuye su índice de masa corporal, mejora la dieta mediterránea, aumenta su autoestima y disminuye sus rasgos de ansiedad y depresión. La obra ha nacido de la experiencia de tratar este problema en un gran número de niños y sus familias, de las cuales hemos aprendido gran parte del conocimiento que se ofrece”, apuntan. AYUDAR A LA PERSONA Con este programa para el tratamiento del sobrepeso y la obesidad se trata de ofrecer una ayuda “holítisca”, centrada en la persona y no sólo en el peso, ayudándola a partir de tres pilares básicos: alimentación, estilos de vida y emo- res en Obesidad Infantil, dirigidos a profesionales de la salud para que se formen como educadores en este ámbito, que en la actualidad se están aplicando en varias ciudades de España, en los sectores público y privado. Aprovechando la experiencia y el material didáctico, la finalidad es que el programa se implante en centros de Atención Primaria para tratar la obesidad infantil y prevenir su progresión entre los adolescentes y en la vida adulta. cionalidad. Según señalan Gussiyer y García-Reyna, “es un tratamiento que se realiza a partir de terapia grupal. Con dos espacios, uno para los niños y otro para los padres u otros familiares. Está dirigido a niños y niñas de 7 a 12 años y a sus familias, partiendo de la premisa de que el cambio es necesario que se haga en todos los miembros familiares para evitar un fracaso en el niño”. Otra de sus características es que fomenta una alimentación normocalórica y equilibrada, adecuada para favorecer un crecimiento y desarrollo normales del niño; lo que se persigue es una disminución del índice de masa corporal a largo plazo. Asimismo aborda y trabaja los siguientes temas: alimentación, publicidad engañosa, autocontrol, imagen corporal, comunicación, resolución de conflictos, asertividad, derechos personales, autoestima, relajación, actividad e inactividad física, lo que incluye horas de televisión, juegos de ordenador e Internet. Su duración es de 11 semanas, con sesiones de una hora y media semanales; ofrece un espacio en el que los niños y los familiares pueden expresar y trabajar conceptos y emociones relacionados con el sobrepeso y sus consecuencias. Niñ@s en Movimiento está basado en otros programas que se desarrollan en Estados Unidos y Canadá, siguiendo las ideas derivadas del consenso de diversas sociedades científicas, nacionales e internacionales. CAUSAS A juicio de estas especialistas, en muchas ocasiones hay una falta de conocimiento por parte de los padres en cuanto a lo que se debe o no comer. “Aquí no se puede hablar de culpa, sino de la necesidad de hacer educación alimentaria”, explican. “Un problema de peso en la infancia puede haberse iniciado por diferentes causas, a menudo esta causa es emocional: separación de los padres, muerte de algún familiar, cambio de domicilio, depresión o ansiedad de algu- Si no reciben la ayuda oportuna el 60% de los niños con obesidad serán adolescentes obesos Las impulsoras de la iniciativa señalan que en Hospital Vall d´Hebron, en base a dicho programa, se realizan también cursos de Educado- no de los padres... todas ellas pueden dar por consecuencia un aumento de ansiedad en el niño que hace que canalice a través de la comida su emo- Cambiar hábitos consolidados ¿Cómo debe de cambiar el tipo de vida de nuestros niños y adolescentes para reducir la prevalencia de la obesidad? Las doctoras Gussiyer y García-Reyna tienen algunos consejos básicos y fáciles de llevar a cabo: » Realizar cada mañana un desayuno completo. » No saltarse ningún tiempo de comida: desayuno, media mañana, comida, merienda y cena. Los fines de semana o vacaciones, si los niños se levantan más tarde, se realizarán cuatro tiempos de comida. » Los cambios se intentarán realizar para toda la familia. Y se harán en casa, no en el colegio, si es que el niño come en el centro. » Las preferencias alimentarias se adquieren mediante el aprendizaje. Los niños tienden a rechazar las comidas nuevas; la exposición repetida del alimento es un recurso eficaz, siempre y cuando no exista una alergía o intolerancia. » No comprar bollería, golosinas, ganchitos, patatas chips... Estos alimentos se podrán consumir en ocasiones especiales. » Sustituir la leche entera y los yogures por productos desnatados. » No dar dinero al niño para que se compre el almuerzo o la merienda, darle un bocadillo. » Los padres deben determinar qué comida se hará y cuándo. No se debe cambiar un plato por otro, es una forma sana de educar y poner límites, algo que el niño agradecerá cuando sea mayor. » Si es posible, intentar comer toda la familia junta. Mientras se come no realizar otras actividades ni discutir sobre problemas. Lo mejor es hablar sobre las anécdotas del día. » No utilizar los alimentos como premio, ni para conseguir que el chiquillo realice una acción. Tampoco se deben utilizar como castigo. » Se han de limitar las horas de televisión. No se debería ver más de una hora y media al día. Animar al niño a que elija a priori qué programas va a ver. » Aumentar las actividades en familia, tanto al aire libre como en casa. » El niño debe de ser activo como parte de su rutina diaria, lo más simple es reducir su inactividad. Si se limita la TV, videojuegos y juegos de ordenador a una hora y media, el niño tendrá que escoger otros pasatiempos que generarán más actividad física. » Incorporar actividad a las rutinas diarias: como ir caminando al cole, subir las escaleras, etc. Fomentar con el niño actividades no sedentarias con otros niños. No olvidar que el ejercicio aumenta la autoestima y los juegos de equipo fomentan la solidaridad y saber trabajar en equipo, que tanto le servirá en un futuro. » El mejor modelo para el niño, son sus padres y su familia. ciones... y es así como el niño se convierte en el síntoma del conflicto familiar”. Según consideran, en otros casos, los padres no llegan a percibir la envergadura del problema, negándose a reconocer que el problema existe, una vez que la familia está sensibilizada, preparada para hacer los cambios pertinentes. Sin cambios, el problema puede acentuarse: “Si no recibe la ayuda oportuna el 60% de los niños con obesidad serán adolescentes obesos; y el 80% de los adolescentes con obesidad llegarán a ser adultos obesos si no siguen un tratamiento adecuado”. Preguntadas sobre la importancia que tiene el desayuno en la dieta de los escolares, las doctoras responden con datos concluyentes: un 40% de personas con problemas de sobrepeso o de obesidad no desayunan. “Esta cifra es muy elevada, ya que en la población general sólo hay un 2,6% de niños de entre 2 a 14 años que no desayunan. Tomar sólo un vaso de leche no es suficiente. El desayuno completo tiene un efecto positivo para mantener un índice de masa corporal dentro del rango de la normalidad, a diferencia de las personas que no desayunan”. Consideran que todos los tiempos de comida son importantes, pero el desayuno, por ser la primera comida después de un período de ayuno prolongado -toda la noche-, es de gran importancia realizarlo de forma completa: un lácteo, una fruta fresca o zumo de fruta fresca y cereales, a base de pan, galletas, cereales o biscotes. “El desayuno reajusta nuestro perfil metabólico. La ausencia de este tiempo de comida ha sido relacionada con un menor rendimiento académico y físico durante las horas de las actividades matutinas”. Y la influencia con el aumento de peso se encuentra en relación “con la sensación de hambre que el niño en ayunas tendrá al cabo de poco tiempo cuando esté en el colegio. En consecuencia repercutirá en una menor concentración y falta de atención en clase, ya que es probable que el niño que no desayuna esté pensando en la comida. Esto provoca que posteriormente consuma una mayor cantidad de alimentos a la hora del patio o a la de comer”, concluyen.