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Desperdicio alimentario desde la soberanía alimentaria Material de Educación al Desarrollo Red de Consumo Solidario Espacio por un Comercio Justo Desperdicio alimentario desde la soberanía alimentaria Material de Educación al Desarrollo Red de Consumo Solidario Espacio por un Comercio Justo Autores del texto y del material didáctico: Jordi Gascón y Xavier Montagut Edición: Espacio por un Comercio Justo; Red de Consumo Solidario – Xarxa de Consum Solidari Pça. Sant Agustí Vell, 15 – 08003 Barcelona Barcelona, 2014 Esta publicación ha sido realizada con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID). El contenido de esta publicación es responsabilidad exclusiva de sus autores y autoras y de las organizaciones que lo editan, y no refleja necesariamente la opinión de la AECID. ÍNDICE Introducción. Perspectiva y objetivo del material 6 Sección 1. Un análisis del desperdicio de alimentos desde la Soberanía Alimentaria. Material para el docente 10 Sección 2. Propuestas didácticas 22 Introducción Perspectiva y objetivo del material Material de Educación al Desarrollo El desperdicio alimentario es un fenómeno de grandes dimensiones. Una investigación encargada por la Unión Europea (UE) calculó que se producía una media de 179 kg de desperdicio de alimentos por europeo y año. Otro estudio afirmaba que, solo en Suecia, desde el campo al plato desaparecía el 50% de la comida producida. Desde que el desperdicio de alimentos empezó a ser considerado objeto del análisis académico y ámbito para la intervención institucional, los acercamientos al fenómeno han sido diversos: de concepciones reducionistas que consideran que el problema se debe a una determinada cultura de consumo o a ineficiencias logísticas, a otras que encuentran las causas en el modelo agroindustrial. Adelantemos, aquí, que queremos enfocar el problema desde esta segunda perspectiva. Pero las concepciones a la que hemos definido como reducionistas son, hoy por hoy, las más difundidas. Estas concepciones defendienden, implícita o explícitamente, que la responsabilidad no difiere del modelo de producción y comercialización, ni depende de las políticas públicas agrarias: es un problema de concienciación social y de anomalías en los mecanismos logísticos de la cadena agroalimentaria. Aceptando que la pérdida de la cultura alimentaria o las distorsiones logísticotécnológicas tienen un papel en el problema, creemos que una mirada desde la Soberanía Alimentaria ofrece una perspectiva más detallada de cómo se produce el desperdicio. Una perspectiva que pasa por preguntarse si los diferentes modelos de producción y distribución de alimentos tienen una implicación diferente en el problema. O si no juegan también un papel las desiguales relaciones de poder que existen entre los distintos agentes participantes en la cadena agroalimentaria. El presente material, que está dirigido a niveles de ESO y bachillerato, tiene dos partes. La primera presenta los elementos básicos a docentes y técnicos para entender el fenómeno del desperdicio de alimentos desde esta perspectiva. La segunda ofrece diversas 5 Desperdicio alimentario propuestas didácticas para la aplicación de los conceptos planteados en el aula. Encontraremos propuestas basadas en el uso de material fílmico y análisis de textos. 6 Finalmente cabe señalar que este material surge de libro “Alimentos desperdiciados” X. Montagut & J. Gascón. Barcelona & Quito. 2014). Material de Educación al Desarrollo 7 Desperdicio alimentario Sección 1 Un análisis del desperdicio de alimentos desde la Soberanía Alimentaria Material para el docente 8 Material de Educación al Desarrollo El supermercado ha ido empujando a los pequeños comercios de proximidad a su desaparición a través de diferentes estrategias: políticas de precios a la baja, en algunos casos incluso rompiendo precios (competencia desleal); campañas de promoción; extremada variedad de marcas y productos gracias a su grandes espacios de venta; estrategias psicológicas para encauzar los hábitos de consumo; acceso a análisis de mercado; etc. Actualmente es difícil para un consumidor occidental no tener que entrar en uno de estos establecimientos para adquirir parte o la práctica totalidad de su alimentación. En el Estado Español, cuatro de cada cinco compras de alimentos se realizan en supermercados. Y el número de cadenas es, además, escaso: sólo cinco empresas controlan el 55% de las ventas de alimentos en España. Este oligopolio ha permitido a las grandes cadenas de distribución controlar la cadena agroalimentaria. Se ha establecido como un cuello de botella entre productor y consumidor. Y esto le genera grandes beneficios. Actualmente las empresas más grandes y con mayor facturación del sector agroalimentario son grandes cadenas de supermercados como Wall Mart (la tercera empresa más grande del mundo según la lista Fortune Global 500) o Carrefour. Este predominio sobre la cadena agroalimentaria afecta, por un lado, a los hábitos de consumo. Y por el otro, les permite controlar el proceso productivo. Acumulando desperdicios en la producción En el ámbito de la producción, el agricultor se ha visto en la tesitura de adecuar sus prácticas y estructuras productivas a las exigencias de este mercado oligopólico. Si no es capaz de hacerlo, queda marginado del 9 Desperdicio alimentario mercado. Una de esas imposiciones que más repercusión y difusión tiene en los medios de comunicación es la que se refiere a los precios: las cadenas de supermercados presionan Una de las exigencias que más influyen en el desperdicio de alimentos se debe a la presencia que ha de tener el producto suministrado: determinado calibre, textura, color y forma. No se acepta, tampoco, que tenga algún golpe o irregularidad. Sin embargo, la producción campesina tradicional genera artículos muy desiguales desde el punto de vista visual, y predomina el tamaño de calibre pequeño. Además, también se reclama comodidad en la manipulación y consumo del producto (facilidad de mondar, ausencia de pepitas, etc.). Y finalmente, adecuación a unas normas higiénico-sanitarias de carácter occidental que sobrevaloran la contaminación orgánica y minimizan la química. Todos estos requisitos pasan por la estandarización de la producción. El acceso al mercado, por tanto, obliga al agricultor a aplicar un determinado paquete tecnológico que permite esta estandarización, y que se caracteriza por el uso de semillas híbridas o, más recientemente, organismos genéticamente 10 al productor con precios a la baja para aumentar sus márgenes. Pero no es la única exigencia. Hay otras que favorecen la acumulación de desperdicio de alimentos. modificados (OGM), así como de pesticidas, herbicidas, fungicidas y fertilizantes industriales. No obstante, aún con el uso de esta tecnología y los esfuerzos del productor, una parte sustancial de la producción no cumple las exigencias de "calidad" impuestas por los grandes distribuidores. Hay aún pocos datos estadísticos sobre qué cantidades de alimentos se pierden en el campo por no entrar en esos estándares, pero algunos estudios realizados muestran la dimensión del problema Uno realizado por la empresa de gestión de residuos Biffa calculaba que, en Inglaterra, entre un tercio y la mitad de la producción de frutas y verduras era rechazada en el campo británico. Otro, sobre la fresa británica, entre el 10 y el 30% de la cosecha era considerada no comercializable y que como tal se solía dejar pudrir en el campo. Como vemos, estos cálculos, o bien son estimaciones poco rigurosas, o bien se centran en productos muy concretos que no permiten hacer extrapolaciones de carácter general. Aún así, considerando que en Material de Educación al Desarrollo Catalunya la producción de fruta dulce rechazada en el campo sea aproximadamente un 25% (este porcentaje está entre la franja baja y la media de las estimaciones realizadas para Inglaterra que acabamos de señalar), en 2010 había supuesto 236.304 toneladas (la producción total fue de 945.219 Tm). Es decir, casi la misma cantidad de fruta que consume la población catalana en un año. Una parte importante de esta producción rechazada se destina a la elaboración de abonos orgánicos. Pero en estos caso el balance energético y en nutrientes no parece ser positivo. El costo de producir un alimento desperdiciado es muy superior a su posible uso como insumo agrario o energético. Aunque el reciclaje reduce la fractura de nutrientes producido por el desperdicio de alimentos (y también los problemas de gestión generados por acumulación de residuos), está lejos de compensarla. El oligopolio que ejercen las grandes distribuidoras en la cadena agroalimentaria no sólo les permite imponer sus normas de calidad, sino también actuar como juez (y parte) a la hora de decidir si se están cumpliendo o no. Esto les permite repercutir en los proveedores sus errores de planificación, o su incapacidad de gestionar esta planificación con eficiencia. Simplemente tienen que adoptar una postura más o menos estricta en el cumplimiento de los controles de calidad según su conveniencia. A la distribuidora minorista le es más interesante contratar 110 Tm con el proveedor cuando calcula que sólo requerirá 100 Tm: le asegura que no tendrá ruptura de stock, y sabe que tiene el suficiente poder como para cargar en el proveedor los excedentes que finalmente no requiera (aduciendo, por ejemplo, que el sobrante no cumple con la calidad exigida). Por su parte, ese proveedor preparará su producción para obtener 120 Tm, y no las 110 contratadas con el distribuidor minorista, porque le sale más a cuenta sobreproducir que arriesgarse a no alcanzar la producción acordada, pues debido a la distribución de poder, las repercursiones contractuales de ese incumplimiento son muy duras. Así pues, las estrategias de las grandes cadenas de distribución no sólo transforma en alimentos desperdiciados sus errores de planificación, sino que incentiva la producción de alimentos que, se sabe, serán desperdiciados. Detrás de toda esta pérdida de alimentos perfectamente comestibles está el desarrollo del modelo agroindustrial que predomina actualmente. Un modelo basado en el aumento de la producción para colocarlo en un mercado global controlado por unas pocas corporaciones empresariales, en donde los precios se establecen en mercados bursátiles sin tener en cuenta las condiciones y costos de producción y marginando los mercados locales. Un modelo que facilita un fuerte desequilibrio en la distribución del poder a favor de determinados agentes de la cadena 11 Desperdicio alimentario agroalimentaria (distribuidores minoristas) y en detrimentos de otros (productores). Acumulando desperdicios en el transporte y la transformación En 2011 el Estado Español importó de Argentina 37.077 toneladas de naranjas, 41.932 tm de melones de Brasil y 20.788 tm de manzanas de Chile. Lo paradójico (o estrambótico) es que España es el principal productor y exportador de naranjas del planeta: más de 1.341.500 tm en 2010, que se distribuyeron por toda Europa y Estados Unidos. Y que también es el líder mundial en exportación de melón: 373.028 tm en el mismo 2011, que representaba más del 85% de toda la producción estatal. O que en esa misma fecha se esperaba exportar el 30% de la producción de manzana obtenida en Girona. El fenómeno del transporte megakilométrico de alimentos han sido repetidamente analizado críticamente debido a su impacto medioambiental, a los subsidios en los que se sostiene y a las consecuencias que tienen en los mercados y productores locales. Pero lo que ahora nos interesa destacar es que en estos procesos de exportación e importación, que en 12 muchas ocasiones comprenden traslados de miles de kilómetros, un porcentaje de los alimentos transportados se pierden o estropean. Los alimentos son productos perecederos. Por lo tanto, es normal que hayan pérdidas en las diferentes fases post-cosecha como el transporte. Y aquí la distancia juega un papel importante: cuanto mayor es la distancia que recorre el producto, mayor son las posibilidades de que se estropee, o que cuando llegue al lugar de destino ya no cumpla los requerimiento de calidad establecidos por las distribuidoras. Las causas son múltiples: golpes, rotura de la cadena de frío, sobrecalentamiento, pérdida de agua del alimento, etc. Por ejemplo, la práctica habitual es que los exportadores incrementen el peso de las cajas en origen entre un 1 y un 5% del marcado, según el producto y la distancia, por la merma que se prevé de agua en el transporte. Un estudio sobre el transporte de ganado bovino en vivo en Estados Unidos descubría que cuanto mayor era la distancia recorrida y el tiempo invertido en ello, mayor era la pérdida de carne: en un viaje de dos días a 320 km diarios se perdía algo más del 5% de la carne por merma de peso del animal en el matadero. Pero más importantes que las mermas son las pérdidas por alimentos estropeados. A mediados de la década pasada, Vietnam, un país que se ha especializado en la exportación agroalimentaria, Material de Educación al Desarrollo calculaba que las pérdidas en sus exportaciones de fruta, con destino al resto de Asia, Europa y Estados Unidos, eran entre el 10 y 15%. En el caso del transporte animal (en vivo), se puede hablar de auténticas matanzas. Por ejemplo, se estima que el transporte nacional de ganado porcino en los Estados Unidos, sólo en 2006, supuso la muerte de casi 230.000 animales. Como hemos visto en el primer capítulo, el modelo de producción campesino tiene una producción diversificada que difícilmente puede ser acaparada por el comercio internacional, por lo que su espacio de comercialización natural son los mercados locales (así como el autoconsumo), lo que reduce notablemente las pérdidas por transporte. Otra fuente de residuos acontece en el proceso de transformación de alimentos. En aquellos que se realizan de forma industrial, una parte importante de estos residuos es alimento desperdiciado. Y es que las características de procesos a gran escala generan subproductos que no pueden ser utilizados. Por ejemplo, en la producción de queso artesanal se produce suero. El suero es un subproducto líquido considerado una bebida nutritiva, y que en pequeñas cantidades tenía su propio mercado. La producción industrial, en cambio, no es capaz de procesar o dar salida a las grandes cantidades de suero que genera, y que se convierte, así, en residuo. Un caso especialmente significativo ha sido el de la manteca de cacao. El cacao es uno de los alimentos estrella del comercio internacional. En su mayor parte, se destina a la fabricación de chocolate, del que es su fruto base. En una primera fase, las semillas del fruto del cacao se procesan hasta obtener una materia sólida: la pasta de cacao. De esta pasta se extraen dos derivados: el cacao en polvo y la manteca de cacao. Tradicionalmente el chocolate se ha elaborado a partir de ambos. Pero en la segunda mitad de los '90, la Comisión Europea empezó a plantear la propuesta de sustitución de la manteca de cacao por otras mantecas vegetales. El movimiento del comercio justo europeo, organizaciones de consumidores, e incluso países como Francia o Bélgica, se opusieron sin éxito. La directiva se aprobó en el año 2000. Detrás de ella se encontraban los intereses de la potente industria chocolatera europea. El quid de la cuestión estaba tanto en la posibilidad de encontrar mantecas vegetales más baratas, como en un factor técnico-industrial y logístico: la posibilidad de utilizar mantecas más resistentes a la fusión y, por tanto, más fácilmente transportable y almacenables en los periodos de año más calurosos o en países tropicales. Esta normativa, establecida a instancias de la industria agroalimentaria del chocolate europeo, convierte en residuo una parte importante del fruto del cacao: aquella de la que se extrae la manteca. Es decir, convertía un alimento de gran valor nutritivo en 13 Desperdicio alimentario desecho. En general, la pequeña producción artesanal de alimentos no sólo no genera menos residuos, sino que suele dar valor añadido a productos o subproductos que la industria desperdicia. Sin embargo, en ocasiones normativas higiénicosanitarias muy restrictivas impiden que el pequeño y mediano productor pueda destinar al mercado su producción artesanal. Estas normativas tienen como objetivo, supuestamente, asegurar la salud de los consumidores de posibles intoxicaciones. Sin embargo, el origen de estas enfermedades es el modelo industrializado de producción, con su uso de insumos industriales y de antibióticos, el excesivo tiempo de almacenamiento o los transportes a largas distancia. Estas normativas actúan igual sobre cualquier tipo de producción (industrial o campesina), lo que no es eficaz: modelos agrarios no intensivos, con circuitos de comercialización cortos, no requieren estas medidas. Acumulando desperdicios en la comercialización y el consumo Un material de difusión de la Generalitat de Catalunya afirmaba que el 58% del desperdicio de alimentos tiene lugar en el ámbito doméstico, y un 16% en el supermercado. Ciertamente, si establecemos una relación directamente proporcional entre responsabilidad por el desperdicio de alimentos y el lugar donde ese alimento es depositado en la basura, el hogar aparece como el ámbito más problemático. Pero ésta es una explicación reducionista. Este discurso adjudica al último eslabón de la cadena alimentaria problemas generados en 14 Material de Educación al Desarrollo fases anteriores y que al consumidor final le vienen dados. Una acotación. Dada la tradicional e inequitativa división del trabajo doméstico, en el que las tareas reproductivas siguen recayendo en la mujer, la culpabilización del consumidor final como principal responsable del desperdicio de alimentos tiene un fuerte sesgo sexista. En última instancia, la “ama de casa” aparece como la responsable de la mala gestión de las compras domésticas y de la despensa. Volvamos a las cifras presentadas por la Generalitat de Catalunya: caen en el error de confundir el efecto como causa. Dado que es en el hogar donde más alimentos se pierden, el hogar es el principal responsable. El fenómeno del desperdicio de alimentos, sin embargo, es complejo y no se deja sintetizar en una solución tan simple. Esto no significa exonerar al consumidor final de responsabilidad; la tiene. Pero es necesario matizar los datos. Otro factor es el de las fechas de caducidad. En determinado momento, muchas instituciones gubernamentales establecieron no sólo la obligatoriedad de señalar en el envase una fecha que debía asegurar que el producto no había iniciado el proceso de prutefacción y era adecuado para el consumo (fecha de caducidad), sino también hasta qué momento mantenía sus propiedades vitamínicas y/u organolépticas (fecha de consumo preferente). A partir de este punto se generan dos problemas. Por un lado, que el consumidor no es capaz de diferenciar entre los dos conceptos, y tiende a desechar alimentos perfectamente consumibles por haber sobrepasado la fecha de consumo preferente. Desde esta perspectiva, analicemos ahora algunos de las razones que llevan al desperdicio de alimentos en las últimas fases del proceso agroalimentario. Una de ellas son los márgenes medios con los que juegan los supermercados: son tan elevados que les salen más rentables adquirir más productos del que venderán que no arriesgarse a un rompimiento del stock. A ello ayuda también que las teorias de marketing consideren que tener los anaqueles llenos a rebosar aumenta las ventas. Cuando ese producto excedente no se puede cargar al productor, como hemos visto antes, acaba acumulándose en los contenedores del supermercado. El otro es la gestión en el gran distribuidor minorista: los anaqueles han de estar siempre repletos, lo que hace que se agrupen partidas diferentes del mismo producto que llevan fechas de caducidad y de consumo preferente distintas. Como el supermercado funciona en base al autoservicio, el consumidor tiende a tomar los productos con fechas más alejadas, pues considera que así contará con más tiempo para consumirlas o que deben ser más 15 Desperdicio alimentario “frescas”. Ante esta situación, la política del supermercado es triple. Por un lado, no plantear diferencias entre fecha de caducidad y de consumo preferente en sus sistemas de control de mercancías. Por otro, situar más a mano, en los aparadores, aquellos productos que tienen fechas de caducidad/consumo preferente más tempranas. Y finalmente, apartar (y desechar) los productos a los que les quedan muy poco tiempo para llegar a esa fecha, sabiendo que van a tener poca salida y que ocupan un espacio valioso. Se podría plantear la posibilidad de vender a precio reducido estos productos cercanos a la fecha de caducidad o que hubieran sobrepasado la fecha de consumo preferente. Pero dado los márgenes con la que trabajan las grandes distribuidoras minoristas, les sale mucho más rentable (en términos crematísticos) deshacerse de estos alimentos. Si bien hay propuestas de gestión dirigidas a relacionar caducidades y precios, no parecen que se estén planteando por parte de los grandes distribuidores minoristas. Y es que desde el punto de vista del minorista, poner a la venta productos con fechas cortas de caducidad (o con pequeñas taras en el envoltorio) a precios reducidos le supondría hacer la competencia a los productos que no tienen esos “defectos”, además de afectar a la imagen de la empresa. Esa misma imagen hace que se rechacen parte importante de los alimentos. Por ejemplo, las normas de calidad de Marks&Spencer obligan a uno de sus proveedores a tirar cuatro cortes de cada pan que ponen a la venta: las puntas y el primer corte de los extremos). Esto 16 significa aproximadamente el 17% de cada pieza. Lo mismo podríamos decir de las puntas de un tomate cortado en rodajas que sea parte de una bandeja de catering, o de las zanahorias demasiado arqueadas. Recientemente, en el Estado español, se ha puesto de moda la venta y consumo de pan de molde industrial a la que previamente se le ha quitado la corteza. Otra fuente de desperdicio de alimentos se encuentra en el sistema de empaquetado de los productos por parte de los supermercados y de sus proveedores. Este sistema les facilita el transporte y manipulación, la gestión del almacén y de los inventarios, y contar con menos personal a la venta. Por contra tiene un papel destacable en el desperdicio de alimentos. Por ejemplo, el consumidor se ve obligado a adquirir yogurts y otros derivados lácteos en paquetes de dos, de cuatro o de más. El cliente se ve en la tesitura de tener que adaptar su hábito de consumo familiar a los intereses y necesidades del minorista (cuando la lógica dice que tendría que ser al revés), adquiriendo más de lo que necesita y generando un excedente en su frigorífico que muchas veces acabará en la basura. Pero el caso más llamativo es la presentación en Material de Educación al Desarrollo bandejas envaladas de productos que tradicionalmente se vendían a granel, como la fruta. Al problema anterior aquí se suma que si una de las piezas de la bandeja está estropeada, ningún consumidor la adquirirá; escogerán otra. Y en estos casos al supermercado le sale más rentable lanzar toda la bandeja, incluyendo el resto de piezas en perfecto estado, que no desenvalarla y volver a hacer otra nueva con la fruta en buen estado. Los productos precocinados facilitan el desperdicio, ya que su conservación es muy corta: una vez se han abierto y usado por primera vez, la parte no consumida puede acabar siendo fácilmente desechada. Las estrategias de márqueting de las grandes cadenas minoristas y de la industria transformadora, basadas en ofertas 2x1, porcentaje de más producto en el paquete (yapas), paquetes gigantes, etc., también promueven una compra superior a las necesidades de consumo. Aquí también juegan un papel importante los estímulos psicológicos que se reparten por todo el espacio del supermercado, dando determinada visibilidad a determinadas mercancías para disparar la compra impulsiva de alimentos que no se necesitan ni serán cabalmente consumidos. Es éste un tema en el que hay una fuerte inversión en investigación e innovación. Muy relacionado con esto es la propaganda que induce a la compra de productos innecesarios, o con supuestos beneficios extras para la salud o la imagen física (alimentos funcionales), o dirigidos a determinados sectores de la población influenciables por determinada publicidad. Conclusiones La FAO y otras instituciones y organizaciones que trabajan desde el paradigma reducionista consideran que la sobreproducción que se produce entre el distribuidor minorista y su suministrador es resultado de una irracionalidad logística y un escaso desarrollo tecnológico que no permite a estos dos agentes establecer estrategias coordindas adecuadas. Pero en realidad la decisión de la cadena minorista de contratar 110 Tm con el proveedor cuando calcula que sólo requerirá 100 Tm es una estrategia adecuada y lógica al funcionamiento de la cadena agroalimentaria industrial: le asegura que no tendrá ruptura de stock, y sabe que tiene el suficiente poder como para cargar en el proveedor los excedentes que finalmente no requiera (aduciendo, por ejemplo, que el sobrante no cumple con la calidad exigida). Cuando ese proveedor preparar su producción para obtener 120 Tm, y no las 110 contratadas con el distribuidor minorista, es porque le 17 Desperdicio alimentario sale más a cuenta sobreproducir que arriesgarse a no alcanzar la producción acordada, pues debido a la distribución de poder, las repercursiones contractuales de ese incumplimiento son muy duras. Las decisiones de cada actor de la cadena agroalimentaria no son irracionales y no se deben a una mala logística. La irracionalidad está en el modelo agroalimentario. Es el modelo el que les lleva a establecer esas estrategias, totalmente racionales a sus intereses 18 particulares y para los que manejan un sistema logístico y tecnológico adecuado. La solución no está, por tanto, en aplicar exclusivamente algunos mecanismos logísticos y tecnológicos correctores, sino en enfrentar el modelo agroindustrial dominante y las relaciones desiguales de poder que le caracterizan. El problema y la solución son, sobretodo, políticos. Material de Educación al Desarrollo 19 Desperdicio alimentario Sección 2 Propuestas didácticas 20 Material de Educación al Desarrollo Índice de la sección 1. Propuestas didácticas a partir de textos 2. Propuestas didácticas a partir de material videográfico 3. Propuestas didácticas a partir de juegos 21 Desperdicio alimentario 1. Propuestas didácticas a partir de textos 22 Material de Educación al Desarrollo TEXTO 1 Desperdicio en el transporte de alimentos: Cerdos y mangos (Extracto del libro "Alimentos desperdiciados". 2014) Los alimentos son productos perecederos. Por lo tanto, es normal que hayan pérdidas en su traslado del campo hasta el consumidor. Por eso, la distancia juega un papel importante la pérdidas de alimentos: cuanto mayor es la distancia que recorre el producto, mayor son las posibilidades de que se estropee. Las causas son múltiples: golpes, rotura de la cadena de frío, sobrecalentamiento, pérdida de agua del alimento, etc. Por ejemplo, un estudio sobre transporte de ganado ovino destinado al matadero en Argentina descubría que había una relación directamente proporcional entre la pérdida de peso del animal por estrés y la duración del viaje. Otra investigación sobre el transporte de ganado bovino, en este caso en los Estados Unidos, descubría que cuanto mayor era la distancia recorrida y el tiempo invertido en el transporte, mayor era la pérdida de carne: en un viaje de dos días a 320 km diarios se perdía algo más del 5% de la carne por merma de peso del animal. De esto se deduce que cuanto mayor distancia hay entre la zona de producción y la de consumo, mayores son las mermas. Pero más importantes que las mermas son las pérdidas por alimentos estropeados. A mediados de la década pasada, Vietnam, un país que se ha especializado en la exportación de alimentos, calculaba que las pérdidas en sus exportaciones de fruta con destino al resto de Asia, Europa y Estados Unidos eran entre el 10 y 15%. En el caso del transporte animal se puede hablar de auténticas matanzas. Por ejemplo, en 2006 el transporte de ganado porcino en los Estados Unidos supuso la muerte de casi 230.000 animales. El mango en Australia y el desperdicio de agua_ La producción de un kilogramo de mango en Australia requiere aproximadamente 2.298 litros de agua. Sin embargo, debido a las 23 Desperdicio alimentario pérdidas en las etapas de transporte y consumo, el gasto medio de 1 kilogramo de mango consumido por una familia australiana es 5.218 litros. A. Objetivo pedagógico ‡ Conocer cómo la distancia recorrida por el alimento es directamente proporcional con los volúmenes de alimentos desperdiciados B. Cuestiones para la reflexión 1. Averigua que quiere decir “merma”. ¿Crees que se puede considerar una forma de desperdicio de alimentos? ¿Por qué? 2. En el supermercado o en la frutería de tu barrio puedes encontrar manzanas producidas en Lleida y en Chile. ¿Que distancia hay entre tu casa y la zona de producción? ¿Por qué medios de transporte ha pasado la manzana chilena y la lleidatana? 3. Intenta descubrir cuántos días de transporte han sido necesarios para que cada manzana llegue al punto de venta desde que se recogió del árbol. 4. ¿Qué manzana ha tenido más posibilidades de estropearse en el transporte? ¿Por qué? 5. Analiza el coste energético del transporte. ¿Qué manzana ha consumido más petróleo? TEXTO 2 Pesca industrial y desperdicio: el problema de los descartes (Extracto del libro "Alimentos desperdiciados". 2014) Por descarte de pescado se conoce el rechazo de animales marinos que entran de forma incidental en las artes de pesca y son devueltas al mar, generalmente muertos o heridos. No se trata de cantidades marginales: se ha calculado que pueden suponer entre el 20 y el 35%, y que en buena medida se tratan de ejemplares jóvenes, esenciales para asegurar el proceso reproductivo. ¿Por qué se capturan unos animales para después ser desechados?, y ¿por qué se desecha un pescado que es perfectamente comestible? Las razones inmediatas son diversas. Una es que las redes, y especialmente determinadas técnicas de pesca como el arrastre, son muy poco selectivas: capturan todo lo que encuentran sin discriminar. Otra es que buena parte de esas capturas incidentales no son comercializables o comestibles. O son de especies cuya pesca está prohibida o limitada; en estos casos, el barco no puede llegar a puerto con esa captura bajo pena de multa. Pero si profundizamos un poco más, vemos que detrás de estas causas de primer nivel hay dos de carácter estructural: el modelo de pesca industrial, y las políticas públicas de control y gestión de los caladeros. 24 Material de Educación al Desarrollo La pesca industrial se basa en el uso de una avanzada tecnología y barcos de gran calado. Esta inversión sólo es viable si la captura se hace en grandes volúmenes. Y esto está en la raíz de dos circunstancias relacionadas con el desperdicio de alimentos. Por un lado, el uso de artes de pesca de grandes dimensiones lleva a la captura de una elevada cantidad de especies que conviven o se encuentran coyunturalmente cercanas a aquella que se quiere pescar. Por otro, existe una incapacidad logística para gestionar y vender las especies capturadas no intencionalmente, ya que se suelen tratar de especies diversas y en cantidades demasiado pequeñas como para que al armador le sea rentable su comercialización. En cambio la pesca artesanal, que utiliza técnicas tradicionales poco desarrolla-das tecnológicamente, barcos pequeños y trabajan con volúmenes de captura muy inferiores, se muestra mucho más eficiente a la hora de generar desperdicio alimentario, ya que se caracteriza por: a) utilizar artes de pesca mucho más selectivas; b) poder poner a la venta en la lonja portuaria la práctica totalidad de las especies capturadas, sea cual sea su volumen; c) destinar al autoconsumo especies capturadas que no se quieran o puedan destinar a la venta. A. Objetivo pedagógico ‡ Conocer cómo los volúmenes de alimentos desperdiciados dependen de los modelos de producción de alimentos B. Cuestiones para la reflexión 1. Investiga qué quiere decir “pesca selectiva” 2. ¿Cómo se podría ser más selectivo en la pesca? 3. Busca en internet algún caso de una especie marina en vías en peligro de extinción por culpa de la sobrepesca. ¿Se trata de pesca industrial o artesanal? TEXTO 3 Movimientos sociales contra el desperdicio el freeganismo (Extracto del artículo "El club de los comedores de basura". El País, 2007) Los 'freegan' reciclan los alimentos que otros desechan. Es una convicción y una forma de 25 Desperdicio alimentario vida (...). No les empuja ni el hambre ni la pobreza. Revolver cada semana entre las basuras responde simplemente a la llamada de sus conciencias. Hastiados de observar cómo la sociedad occidental deja morir en sus calles toneladas de comida en perfecto estado, un puñado de ciudadanos repartidos por el mundo y autodenominados freegan tratan de retrasar el colapso ecológico al que afirman que está abocado el planeta evitando pagar por consumir y recuperando parte de la comida salvable que se tira a diario. Que no es poca. En la puerta de supermercados neoyorquinos como D'Agostino, en el barrio de Midtown, se hacinan cada noche decenas de bolsas de supuestos residuos. Pero si uno mira dentro, como hacen dos veces por semana profesores de instituto como Janet Kalish o expertos en comunicación como Madeleine Nelson, es posible encontrar todo tipo de frutas y verduras en perfecto estado, yogures, zumos de fruta, pasta, arroz, huevos, carne, pescado ahumado… "El 80% de lo que como lo consigo así desde hace un año. Lo que más abunda es pan. Cada noche se tiran miles de barras. La verdura suele venir empaquetada y limpia. La fruta a veces está golpeada, pero en general tiene buen aspecto. Se encuentran muchísimos yogures y la mayoría sin caducar. La pasta o el arroz a veces simplemente tienen el paquete roto, y eso ya los convierte en basura", explica Madeleine. "Cada persona decide su grado de compromiso", explica esta mujer de 50 años. Ella vive en el corazón del West Village, en un amplio apartamento lleno de libros; trabaja como portavoz de una ONG, y antes, para una multinacional. "Lo mío es una decisión consciente: desobedecer la orden de comprar. Es un boicot a la sociedad de consumo. Se gasta en exceso, y eso está matando al planeta. Por eso he minimizado todas mis compras. Los libros son usados, los electrodomésticos los arreglo, la ropa es de mercadillos gratuitos". Los freegan saben cuidarse, no buscan bocadillos mordisqueados, sino setas italianas, pero en lugar de pagar precios astronómicos por ellas, las recogen de la basura. Quizá lleven un día caducadas. Quizá caduquen dos días después. La diferencia, dicen, es imperceptible. Los comercios ponen esas fechas mucho antes de lo necesario. Pero ¿por qué acaban en la basura? Por la sobreabundancia. "Muchos supermercados simplemente tiran productos cuando les llegan otros más frescos por falta de espacio", asegura Adam Weissman. (...) Un trabajador del supermercado D'Agostino lo confirma mientras observa cómo los freegan hacen sus compras: plátanos, melocotones, espinacas, tofu… A. Objetivo pedagógico ‡ Conocer que hay movimientos sociales preocupados por el fenómeno del desperdicio de alimentos B. Cuestiones para la reflexión 26 Material de Educación al Desarrollo 1. Quienes participan en el movimiento freegano, ¿forman parte de sectores marginalizados social y económicamente? ¿Por qué? 2. ¿Crees que asumen riesgos para la salud al comer productos que han sido deshechados por supermercados y tiendas de alimentación? 3. ¿Cuáles son los objetivos de este movimiento social? TEXTO 4 ¿A quién señalan las campañas de concienciación? (Extracto del folleto" Un consum + responsable dels aliments: Propostes per a prevenir i evitar el malbaratament alimentari”. Barcelona: Generalitat de Catalunya, Agència de Residus de Catalunya. Sin Fecha) Las consecuencias del desperdicio alimentario son muchas y diversas: éticas, económicas, ambientales, de seguridad ... Y, sin embargo, se pueden hacer gestos muy sencillos para reducir su impacto. Por ejemplo, comprar las cantidades adecuadas, dosificar los alimentos, examinar con atención las fechas de caducidad, respetar la cadena de frío, organizar de forma lógica los alimentos en la nevera, limpiar el frigorífico regularmente, cocinar los restos de otras comidas, hacer compost... Hay muchas soluciones para prevenir los residuos y evitar el despilfarro. (...) • • • Causas sociológicas: modificación de las estructuras y de la organización familiar, de los ritmos de vida y de las percepciones que hemos desarrollado en relación con los alimentos. Desconocimiento de los sistemas de conservación de los alimentos, una mala interpretación de las fechas de caducidad, una mala gestión del frigorífico... Prácticas comerciales: la publicidad y las ofertas promocionales que nos animan a comprar. En sí mismas, estas ofertas no suponen un derroche, pero es evidente que si su compra no corresponde, en calidad o cantidad, con las necesidades de un hogar, fácilmente se produce un derroche alimentario. A. Objetivo pedagógico ‡ Conocer el peligro de sesgos sexistas en las campañas contra el desperdicio de alimentos B. Cuestiones para la reflexión 1. ¿Quién se encarga de las tareas de comprar los alimentos y de cocinarlos en vuestra casa? ¿Creéis que es culpable de los alimentos que se desperdician? 2. ¿Pensáis que esta visión culpabiliza especialmente a alguno de los miembros de vuestra familia? ¿Por qué? ¿Consideráis que es lógico y justo? 27 Desperdicio alimentario 2. Propuestas didácticas a partir de material videográfico 28 Material de Educación al Desarrollo VIDEO 1 Recién salido del basurero: el desperdicio global de alimentos (Alemanya, 2012) Ficha técnica Tipo de filmación: Producción: Realización y guión: Año de producción: Nacionalidad: Idioma: Duración: Documental Deutsche Welle Valentin Thurn 2012 Alemania VO con subtítulos en castellano 26 min. Accesibilidad Accesibilidad: Enlace online: Online https://www.youtube.com/watch?v=lVHly1d0bZw Sinopsis Más de la mitad de nuestra comida va a parar a la basura - más de 10 millones de toneladas anuales. La mayor parte no pasa ni por la cocina y va directa del campo de cultivo al vertedero: la mitad de las lechugas, la mitad de las patatas y uno de cada cinco panes. Y esto pasa en un mundo colapsado por las mas flagrantes desigualdades. El documental cómo la industria alimenticia desperdicia alimentos y que los criterios de producción de alimentos no guardan ningún tipo de raciocinio. Ficha técnica A. Objetivo pedagógico ‡ Conocer algunos de los actores y mecanismos que explican el desperdicio de alimentos 29 Desperdicio alimentario B. Cuestiones para la reflexión 1. ¿Consideras que el color de un tomate, la curvatura de un pepino o el tamaño de una naranja afectan el sabor y la calidad alimentaria de un producto? Razona tu respuesta. 2. En relación al desperdicio de alimentos, ¿es más eficiente las pequeñas tiendas de barrio o los puestos de un mercado, o las grandes superficies (supermercados)? ¿Por qué? 3. Identifica que sectores empresariales aparecen en el documental como causantes del desperdicio de alimentos. ¿Por qué crees que lanzan tanta comida a la basura? ¿Ganan o pierden dinero con ello? 4. Como ciudadano, ¿qué políticas reclamarías a las instituciones públicas para que redujeran el desperdicio de alimentos? VIDEO 2 Los espigadores y la espigadora (Francia, 2000) Ficha técnica Tipo de filmación: Producción: Realización y guión: Año de producción: Nacionalidad: Idioma: Duración: Documental Deutsche Welle Agnès Varda 2000 Francia Disponible en castellano 82 min. Accesibilidad Accesibilidad: Enlace online: CD (castellano) y online (VOS en inglés) https://vimeo.com/37089032 Sinopsis Por aquí y por allá, en Francia, Agnès Varda se ha encontrado con espigadores, recolectores y gente que busca entre la basura. Por necesidad, puramente por azar o por obligación esta gente recoge objetos desechados por otros. Su mundo es sorprendente. Y la directora también es un especie de espigadora, recogiendo imágenes para este documental tan personal. 30 Material de Educación al Desarrollo Ficha técnica A. Objetivo pedagógico ‡ Conocer algunos de los actores y mecanismos que explican el desperdicio de alimentos ‡ Conocer el movimiento social del freeganismo ‡ Relacionar el desperdicio de alimentos con el cambio de modelo agroalimentario B. Cuestiones para la reflexión 1. A partir de la información obtenida del documental y de la exposición, deduce en qué fases del ciclo alimentario hay desperdicio de alimentos. ¿Cuándo crees que se acumula más desperdicio? ¿Por qué? 2. En la película aparecen personajes que se dedican a recuperar alimentos que han sido desperdiciados. ¿Sabes qué es el freeganismo o friganismo? Busca información en internet. ¿Cuál es el objetivo de este movimiento social? 3. Identifica que sectores empresariales aparecen en el documental como causantes del desperdicio de alimentos. ¿Por qué crees que lanzan tanta comida a la basura? ¿Ganan o pierden dinero con ello? 4. Como ciudadano, ¿qué políticas reclamarías a las instituciones públicas para que redujeran el desperdicio de alimentos? VIDEO 3 De la mata a la olla. Comercialización campesina y comercio justo (Nicaragua, Catalunya, 2008) Tipo de filmación: Realización y edición: Guión: Año de producción: Nacionalidad: Idioma: Duración: Documental Erica Tomas Ernest Cañada y Érica Tomas 2008 Nicaragua, Catalunya Catalán, castellano, portugués 47 min. Accesibilidad Accesibilidad: Enlace online: CD y online • • Primera parte: http://vimeo.com/23335119 Segunda parte: http://vimeo.com/23499546 31 Desperdicio alimentario Sinopsis En los últimos años las grandes cadenas de supermercados han llegado a controlar de forma dominante la mayoría de los espacios de venta de productos alimenticios y de primera necesidad. Su expansión ha comportado graves problemas tanto en los países del Norte como en los de Sur: empobreciendo de los pequeños productores, destrucción del comercio local, condiciones laborales precarias, reducción de las opciones de compra a unos pocas marcas de empresas transnacionales, … Frente a los impactos de este modelo, las poblaciones de muchas partes del mundo han empezado a organizarse y construir alternativas. Este documental muestra experiencias en Ecuador, Nicaragua, México y Cataluña dirigidas a un mismo esfuerzo: democratizar el sistema de producción y distribución de alimentos. Ficha técnica A. Objetivo pedagógico ‡ Conocer las características del modelo de producción y de comercialización campesino, y su diferencia con los modelos agroindustriales, para poder analizar si juegan algún papel en el desperdicio de alimentos B. Cuestiones para la reflexión 1. Analiza el modelo de producción y comercialización campesino que se plantea en la película, y compáralo con el agroindustrial. ¿Crees que el volumen de desperdicio de alimentos puede variar con uno u otro modelo agraria? ¿Por qué? 2. Considera las cuatro fases principales de la cadena agroalimentaria: producción, transporte, comercialización y consumo. ¿Crees que, en cada una de esas fases, la pérdida de alimentos es similar para el modelo campesino y el modelo agroindustrial? Razon la respuesta. 3. En el establecimiento en el que normalmente tu familia compra la fruta, busca una manzana producida en el Estado español y otra producida en algún lugar distante. Para que cada una de esas manzanas haya llegado en buenas condiciones al anaquel, ¿cuántas se habrán estropeado en el camino? ¿Crees que la cantidad es la misma para cada tipo de manzana? 32 Material de Educación al Desarrollo 33 Desperdicio alimentario 3. Propuestas didácticas a partir de juegos (El juego de las diferencias) 34 Material de Educación al Desarrollo El gran juego de las diferencias La campaña No Te Comas del Mundo, impulsada por la Red de Consumo Solidario-Xarxa de Consum Solidari, el Observatori del Deute en la Globalització, Veterinarios sin Fronteras y Entrepueblos, elaboró y editó un material educativo basado en el popular juego de las diferencias. Este material pretende, de manera clara y sencilla, mostrar las diferencias entre dos modelos alimentarios. De manera amena, visual y directa, pretende visibilizar la apuesta por la soberanía alimentaria. Este material ha sido editado bajo licencia Creative Commons, y es de acceso libre. Ficha bibliográfica Garriga, Neus & Montanyès, Xavi (2009) El gran juego de las diferencias. Barcelona: No Et Mengis el Món Accesibilidad Online http://www.entrepueblos.org/index.php/publicaciones/2015-juego_diferencias-cast.pdf 35 Desperdicio alimentario Estructura del material y mecanismo del juego El material se compone de 6 juegos. En cada uno de ellos se trata un tema determinado. Cada juego se compone de tres partes: 1. Mira y descubre Te encontrarás con varias ilustraciones. Cada par de dibujos parece igual, pero ¡no lo es! Si miras atenta-mente, empezarás a ver pequeñas diferencias. Y no es que a nuestro dibujante se le haya ido la cabeza… es sólo que cada una de esas diferencias está bien escondida para que te diviertas buscándolas. La única pista que te podemos dar es la cantidad de “errores” que ha cometido el dibujante en cada ilustración. Hay que abrir bien los ojos, prestar mucha atención y poner a prueba la memoria. ¡Ah! ¡Vale hacerlo en equipo! 2. Busca las respuestas Cuando hayas encontrado la mayor cantidad posible de diferencias, puedes pasar a la página siguiente. Allí encontrarás las soluciones del Gran Juego de las Diferencias. Y verás algo más: para cada una de las diferencias, 36 hemos puesto una pequeña explicación. Porque este juego tiene truco: cada una de las ilustraciones habla de un tema (el campo, los agro-combustibles, la pesca, los supermercados), y en cada diferencia se esconde una manera de entender lo que nos rodea. Por ejemplo, en el mar, no es lo mismo pescar “pezqueñines”, que sólo peces grandes, ¿no? Pues eso: cuando encuen-tres las diferencias, lee lo que tenemos para contarte y, si te quedas con dudas, ¡pregunta todo a tus padres o a tus profes! 3. Si quieres saber más Para cada ilustración, se ha preparado un apartado especial para padres y profes. Allí no sólo encontrarás una explicación más extensa de cada uno de los temas, sino también una guía con actividades extra para hacer en clase. Si eres profe o monitor de un grupo, te proponemos un juego más (con objetivos, metodología, mate-riales y tiempo necesarios) con el que profundizar sobre los ejes temáticos que propone esta guía. Estos juegos extra son una guía que puedes adaptar en función de los conocimientos e intereses del grupo. Barcelona, 2015 http://www.xarxaconsum.net/es/index.html Con el apoyo de: