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sumario Uno de los mensajes lanzados por los cardiólogos que más calado ha tenido entre la población es el que recomienda reducir el consumo de sal, en especial en aquellos pacientes con presión arterial alta. Sin embargo, los esfuerzos que realizan muchos españoles por controlar su tensión pueden irse al traste si, por ejemplo, a la hora de tratar los síntomas del resfriado o la gripe, se acude a algún fármaco efervescente. Algunos de estos medicamentos, que se encuentran entre los más vendidos en nuestro país -33 millones de unidades en 1999-, contienen un alto contenido en sodio que pone en peligro la dieta hiposódica más estricta. Los cardiólogos recomiendan a sus pacientes hipertensos evitar el consumo de fármacos con alto contenido en sodio sí lo señalan expertos como la Dra. Josefina Oliván Martínez, Jefa de la Unidad de Factores de Riesgo Cardiovascular del Hospital Universitario Virgen de Macarena de Sevilla. La especialista considera una contradicción que muchos facultativos recomienden a los pacientes con tensión alta seguir dietas hiposódicas -con el esfuerzo que esto representa-, y por otro lado, no les avisen de no consumir estos medicamentos, que se pueden conseguir en la farmacia sin receta médica. “Estos fármacos, en su mayoría, contienen grandes cantidades de sodio, necesario para conseguir la efervescencia”, apunta la Dra. Oliván. “El sodio hace que la hipertensión no se controle de manera adecuada y al no reforzarse el tratamiento antihipertensivo, sólo se percibe la subida de la presión arterial, con el consiguiente riesgo para el paciente”, comenta la facultativa andaluza. La cantidad de sodio de una tableta efervescente varía en función del peso de ésta. A 40 Factor de riesgo La hipertensión es la causante en España, de una forma u otra, de un alto índice de mortalidad. Se estima que, en la actualidad, algo más de siete millones de personas en nuestro país padecen hipertensión, por lo que no es de extrañar que el consumo de fármacos se haya disparado en los últimos años. Reducir la ingesta de sal es la medida dietética más importante para el control de este factor de riesgo cardiovascular. Además, la dieta hiposódica potencia la acción de los fármacos antihipertensivos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda en sus protocolos sobre el tema, dados a conocer en 1999, un consumo de sodio inferior a los 2.300 mg al día, lo cual equivale a menos de 6 g de sal al día. La máxima institución en temas de salud recomienda en todo momento a los pacientes que eviten al adición de sal, que no tomen alimentos en los que la presencia de sal sea evidente, en especial las comidas preparadas, y que opten más a alimentos pre- parados directamente con ingredientes naturales. Otros especialistas, como el norteamericano F. Saks, profesor de Medicina en la Facultad de Harvard en Boston, van más allá. El experto señala que parece absolutamente certera y necesaria la recomendación generalizada, como norma básica en prevención primaria, de reducir el consumo de sal en toda la población, obteniéndose unos mayores beneficios con ingestiones próximas a 1.400 mg/día. “Conseguir que el total de la población española limite el consumo de sal a estas cantidades, teniendo en cuenta cuan arraigado está este hábito en nuestra cultura, representa una empresa difícil. No obstante, es posible educar el paladar a un sabor menos salado y llegar a percibirlo como más adecuado, apunta la Dra. Josefina Oliván. Esta experta aconseja a los pacientes hipertensos que siguen dietas hiposódicas bien consultar a su médico habitual en los casos de precisar un tratamiento a sus síntomas de gripe o resfriado, o en su caso, tomar medicamentos que no interfieran en su dieta baja en sal.