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La relación entre el estrés
y el consumo de snacks:
estudio de la oficina
Europea
Relación entre el estrés y el consumo de snacks entre trabajadores de oficina
en Europa. Realizado con la directora de consultoría Dra. Barbara Stewart-Knox
Facultad de Ciencias Biomédicas, University of Ulster
Indice de materias
Capítulo 1—Los argumentos a favor de
investigación nueva
Introducción 6
Investigación científica hasta la fecha
9
Conclusiones15
Capítulo 2—la conexión de tension y refrigerios
Metodología18
Resultados claves
19
Conclusiones29
Capítulo 3—Análisis y recomendaciones
Comer de forma saludable en La Oficina Europea
Recomendaciones 32
36
Capítulo 4—Referencias/Appendices
Referencias Appendice I
Appendice II
Appendice III
40
43
43
44
Los argumentos a favor
de investigación nueva
La mayoría de nosotros recuerda
haber picado algún snack, dulce
o salado, para superar una larga
jornada laboral o para ayudarnos
a enfrentarnos a una tarea
especialmente difícil.
1
Introducción
Y muchos recordamos también esas ocasiones
en las que nos hemos saltado el desayuno,
hemos echado mano de un croissant o una
madalena a media mañana, hemos comido
delante de la pantalla del ordenador y hemos
cenado comida basura. Cualquier empleado
de oficina del siglo XXI estará seguramente
familiarizado con estas experiencias.
Pero, seguramente muy pocos hemos pensado
seriamente en el modo en el que nuestro
comportamiento alimentario afecta a nuestro
desempeño en el trabajo.
Lo que comemos, cuándo comemos
y cómo comemos tiene un impacto
directo en nuestro peso y en nuestra
salud, pero los alimentos que ingerimos
y nuestro comportamiento alimentario
también afecta a nuestra productividad
en el trabajo.
Los hábitos alimentarios y unas
opciones nutricionales deficientes—
en particular picar alimentos con
alto contenido en grasa, azúcar o
sal—pueden dar lugar a toda una
serie de enfermedades relacionadas
con la dieta, como puede ser la
diabetes, una deficiencia de hierro,
niveles bajos de azúcar, obesidad,
tensión arterial alta, colesterol alto
y enfermedades cardiovasculares.
También generan desánimo, falta de
concentración y reducen el nivel de
energía. Estas circunstancias afectan
a nuestra capacidad de trabajar de
manera eficiente y pueden provocar
absentismo y accidentes laborales.
La baja productividad y las
enfermedades relacionadas con la
6
alimentación suponen un coste de
miles de millones de euros al año
para las empresas, los gobiernos y las
economías en general. En Estados
Unidos, por ejemplo, en 2010, el
coste total de las enfermedades
cardiovasculares representó
aproximadamente 444.000 millones
de dólares estadounidenses, según
datos del Center for Disease Control
and Prevention (Centro de Control
y Prevención de Enfermedades
de Estado Unidos)1, mientras que
el coste anual por enfermedades
cardiovasculares en los países de la
Unión Europea ascendió a 169.000
millones de euros, según un estudio
de 2007-2008 encargado por la British
Heart Foundation (Fundación Británica
del Corazón) y la Red Europea del
Corazón.2
Por otra parte, desde 1980, los índices
de obesidad se han multiplicado
por tres o más en algunas zonas de
América del Norte, el Reino Unido,
Europa oriental, Oriente Medio, las islas
del Pacífico, Australasia y China, debido
1 http://www.cdc.gov/chronicdisease/resources/publications/AAG/dhdsp.htm
2 http://www.herc.ox.ac.uk/research/cvd
3 www.who.int/hpr/NPH/docs/gs_obesity.pdf
4 www.who.int/hpr/NPH/docs/gs_obesity.pdf
al mayor consumo de alimentos grasos
y con alto contenido en sal y a los
bajos niveles de actividad física, según
datos de la Organización Mundial de
la Salud3. Actualmente, más de mil
millones de adultos tienen sobrepeso
y, de estos, 300 millones son obesos
clínicos, generando enormes costes a
las empresas y los gobiernos 4.
Un estudio realizado por MetLife,
el Centre for Disease Control and
Prevention y el American College of
Cardiology (Colegio de Cardiología
de Estados Unidos) ha llegado a la
conclusión de que tres enfermedades
relacionadas con la obesidad—la
diabetes, la artritis y las enfermedades
cardíacas—representan para las
empresas un coste superior a
los 220.000 millones de dólares
estadounidenses al año en atención
médica y pérdida de productividad5.
Los índices de obesidad son mucho
menores en Europa que en Estados
Unidos, pero la prevalencia de la
obesidad se ha triplicado en muchos
países de la región europea de la
Organización Mundial de la Salud
desde los años ochenta y siguen
aumentando a un ritmo alarmante.6
Es probable que los costes de una
nutrición deficiente para individuos,
“hoy en día, los trabajadores tiene un acceso
instantáneo a alimentos poco saludables—muy
calóricos, con aditivos artificiales, grasas
y azúcares, pero de bajo valor nutritivo—en
máquinas expendedoras, cafeterías de la oficina
y tiendas de conveniencia. Les resulta fácil tener
al alcance de la mano una chocolatina, un
paquete de patatas fritas o un bollo si sienten
que tienen poca energía o se aburren y le apetece
comer algo dulce.”
empresas y economías sigan
aumentando con el cambio de estilos
de vida. Mientras que las generaciones
anteriores llevaban a cabo más trabajo
manual, gastando energía física en el
trabajo, el progreso tecnológico y el
cambio de la sociedad han llevado a
una mayoría de trabajadores de los
países industrializados a pasar largos
períodos de tiempo sentados en una
oficina. Y, en efecto, los hábitos cada
vez más sedentarios tanto en casa (más
tiempo ante el televisor o el ordenador)
como en el trabajo (sentados en una
mesa de despacho) se asocian a
menudo con los índices de obesidad
en Occidente.
Además, las dificultades económicas a
las que se enfrentan muchas economías
desarrolladas suponen una mayor
presión laboral sobre los empleados,
lo que genera un entorno de alto
estrés en el que se da prioridad a la
producción en detrimento de una
nutrición adecuada, de la salud y de un
enfoque equilibrado respecto a la vida
y el trabajo.
Los desarrollos tecnológicos
contribuyen a los niveles de estrés
ya que los profesionales actuales
desconectan del trabajo solo de
manera excepcional. Estas exigencias
tecnológicas, sumadas al impacto de
la globalización y al aumento del ritmo
de vida y de trabajo, están cambiando
el modo en el que trabajamos y
comemos. Los trabajadores disponen
de descansos breves para comer o
no paran en absoluto, consumiendo a
menudo comidas poco consistentes
en el despacho—un fenómeno que
en inglés denomina “Stuck at Desk”, o
“pegado a la mesa del despacho”—y
picoteando todo el día. Por otra parte,
la “cultura del sándwich” británica se
ha impuesto en los países de la Europa
continental que antes disfrutaban
de una sólida tradición de comidas
prolongadas en el restaurante. Por
ejemplo, en Francia actualmente se
dedica al almuerzo diario un promedio
de veinte minutos, cuando hace dos
décadas se disponía de una hora y
media, según un reciente estudio
citado por BBC News7, y cada vez
más trabajadores franceses están
cambiando la comida de tres platos en
el restaurante por sándwiches.
Las presiones de la vida moderna
también suponen un mayor estrés
individual y pueden tener un impacto
en los hábitos alimentarios. Muchas
veces los trabajadores tienen que
hacer malabarismos entre horarios
muy prolongados en la oficina y el
5 http://www.braunconsulting.com/bcg/newsletters/summer2004/summer20043.html
6 http://www.euro.who.int/en/what-we-do/health-topics/noncommunicable-diseases/obesity
7 http://www.bbc.co.uk/news/world-radio-and-tv-17561232
8 http://www.christopherwanjek.com/Site/Food%20at%20Work.html
cuidado de niños o familiares mayores
y disponen de poco tiempo para
preparar comidas nutritivas en casa
para comer antes, durante o después
de la jornada laboral.
Al mismo tiempo, hoy en día,
los trabajadores tiene un acceso
instantáneo a alimentos poco
saludables –muy calóricos, con aditivos
artificiales, grasas y azúcares, pero
de bajo valor nutritivo– en máquinas
expendedoras, cafeterías de la oficina
y tiendas de conveniencia. Les resulta
fácil tener al alcance de la mano una
chocolatina, un paquete de patatas
fritas o un bollo si sienten que tienen
poca energía o se aburren y le apetece
comer algo dulce.
La industria mundial de la alimentación
se ha apuntado al mercado potencial
de “comer sobre la marcha”, y produce
cada vez más alimentos para picar,
unos más saludables que otros.
Muchos expertos en nutrición también
recomiendan comer porciones más
pequeñas de comida a lo largo del día,
en lugar de tres comidas consistentes,
para mantener estables los niveles
de azúcar en sangre, pero muchas
personas no reducen sus comidas
principales y consumen más calorías
en total.
7
Puede dar la impresión de que recurrir
a comidas rápidas y poco saludables en
el trabajo, en lugar de preparar o comer
alimentos nutritivos, ahorra tiempo y
refuerza la energía pero, en realidad,
la productividad se reduce debido a
la mala elección de los alimentos, lo
que afecta a los niveles de azúcar en
sangre, al humor, a la concentración
y al bienestar general. Una nutrición
adecuada podría de hecho aumentar
los niveles de productividad en un
20por ciento, según datos de 2003 de
la Organización Mundial de la Salud 8.
Las buenas noticias son que el
mundo está tomando conciencia
de la necesidad de mejorar la
nutrición en el lugar de trabajo.
En Food at Work (La alimentación
en el trabajo), una obra encargada
por la Organización Internacional del
Trabajo de las Naciones Unidas,
el periodista especializado en salud y
ciencia Christopher Wanjek destacaba
el impacto de los malos hábitos
alimentarios y el acceso inadecuado a
alimentos nutritivos en la salud de los
trabajadores, en la productividad y en
la economía en general, presentando
el caso de empresas de todo el
mundo que están fomentando una
alimentación más saludable en el
trabajo. El libro de 2012 Alimentación
y Trabajo de los expertos españoles
en nutrición y salud Javier Aranceta
Bartrina y Lluís Serra Majem cubre un
ámbito similar e incluye consejos para
los empleadores sobre cómo mejorar
la oferta alimentaria en sus empresas.
Los gobiernos también están llevando
a cabo diversas acciones. En 2011,
Dinamarca introdujo un recargo en el
precio de los alimentos que contienen
más de un 2,3por ciento de grasas
saturadas y el gobierno británico
ha presentado una idea similar para
luchar contra los crecientes niveles
de obesidad, aunque todavía no la
ha implantado. En 2003, el Grupo
Empresarial de Washington sobre
Salud (Washington Business Group on
Health) creó el Institute on the Costs
and Health Effects of Obesity (Instituto
sobre los Costes y Efectos de la
Obesidad en la Salud), a través del cual
las organizaciones del sector público y
del sector privado estudian estrategias
para hacer frente al impacto de las
afecciones relacionadas con el peso en
el lugar de trabajo. A título individual,
muchas empresas están introduciendo
estrategias de alimentación saludable
y ofreciendo snacks nutritivos. Sin
embargo, los resultados son dispares
y los costes, en términos de salud y
productividad, relacionados con la
dieta siguen aumentando.
La presión del trabajo y la vida
moderna, los mayores niveles de
estrés asociados con las dificultades
económicas a las que se enfrentan
los ciudadanos, las empresas y los
países, la accesibilidad a alimentos
poco saludables y el aumento
de los problemas de salud y de
enfermedades asociadas a la dieta
imponen de manera imperativa
sensibilizar a la población respecto a
la conexión existente entre el estrés
laboral y la conducta alimentaria
en la sociedad moderna.
“Las buenas noticias
son que el mundo está
tomando conciencia
de la necesidad de
mejorar la nutrición
en el lugar de trabajo.”
8
9 European Union Labour Force Survey – Annual results 2010.
Entender mejor cómo interactúan el
estrés y las elecciones que hacemos a
la hora de comer en el trabajo podría
ayudar a los gobiernos, a las empresas
y a otras organizaciones a promover
una alimentación sana, permitiendo al
mismo tiempo a los individuos adoptar
hábitos alimentarios que refuercen la
salud y la productividad. Una mejor
comprensión de este ámbito también
podría revelar lagunas en el mercado
de alimentos que reducen el estrés
y promueven la salud dietética en el
trabajo, como pueden ser snacks que
liberan energía lentamente en lugar
de opciones azucaradas que producen
picos de energía seguidos de un bajón.
Sin embargo, para ello, necesitamos
profundizar en el estudio de la relación
entre estrés y alimentación entre
amplias muestras de profesionales
en su entorno natural—el lugar
de trabajo—. Ante el aumento de
los índices de obesidad en Europa
occidental, es crucial analizar de
qué modo los exigentes patrones
laborales están afectando al consumo
de alimentos nutritivos en esta
región. En Europa, hay 180 millones
de trabajadores y se estima que el
65por ciento desempeña un trabajo
cualificado y no manual, lo que significa
que hay aproximadamente 117 millones
de trabajadores de oficina en Europa9.
Este informe pretende abordar
la laguna informativa existente.
Su objetivo es analizar el impacto
del horario laboral y de los niveles
de estrés de los trabajadores de
oficina europeos en la elección de
sus alimentos, ofreciendo datos
que pueden ayudar a empleados,
empleadores y productores de
alimentos a cambiar el modo en que
trabajan para que redunde en beneficio
de todos.
InVestIgacIón
cIentífIca
Hasta la fecHa
los CientífiCos expertos en nutriCión y la industria
de la alimentaCión muestran un interés Cada vez
mayor por la relaCión entre estrés y Comportamiento
alimentario. en efeCto, Cada vez hay más pruebas de
que nuestro estado psíquiCo tiene un impaCto en los
alimentos que elegimos.
El estrés se ha definido como una
respuesta a las exigencias procedentes
del entorno interno o externo
que afectan al bienestar físico y
psíquico (Lazarus y Cohen, 1977). El
estrés laboral percibido puede ser
agudo o crónico. Experimentamos
estrés agudo como respuesta a un
incidente estresante específico,
mientras que el estrés crónico se
produce como respuesta a un factor
estresante continuo y se prolonga
en el tiempo. El estrés laboral
puede ser perjudicial para la salud,
tanto a través de vías somáticas (es
decir, con un impacto directo en
el cuerpo físico) como en forma de
desencadenante y/o consecuencia
de un estilo de vida poco saludable.
“en el lugar de
trabajo, la situación
ideal sería que los
trabajadores se
movieran en una
“zona de confort”,
en la que no estén
demasiado estresados
para sentir fatiga,
pero tampoco con
un nivel de estrés
demasiado bajo
que les lleve al
aburrimiento y la
desmotivación.”
Nuestro rendimiento aumenta hasta
un determinado nivel de estrés, pero
llega un punto en el que el nivel de
estrés puede ser demasiado alto y
se produce un estado de fatiga que
tiene un impacto negativo en nuestro
rendimiento y que, en última instancia,
genera agotamiento, problemas de
salud y crisis nerviosa (ver el gráfico 1)10.
En el lugar de trabajo, la situación
ideal sería que los trabajadores se
movieran en una “zona de confort”, en
la que no estén demasiado estresados
para sentir fatiga, pero tampoco
con un nivel de estrés demasiado
bajo que les lleve al aburrimiento y
la desmotivación (ver el gráfico 1).
LA CURVA DE RESPUESTA AL ESTRÉS
BUEN ESTRÉS
ANGUSTIA
RENDIMIENTO
Aumento del Manejo
de Estrés
Rendimiento Real
Nivel de
Rendimiento
FATIGA
ZONA DE
CONFORT
Agotamiento
Mala Salud
CRISIS NERVIOSA
Adapted from Nixon P, Practitioner, 1979
ESTRÉS DE EXCITACIÓN
gráfico 1: La curva de respuesta al estrés (Nixon, P., 1979)
10 http://www.lesstress.net/stress-affect-performance.htm.
9
¿Cómo influye el estrés
en la elección de
alimentos y viceversa?
El mecanismo a través del cual el estrés
influye en la elección de alimentos
no se conoce con seguridad, pero es
probable que entren en juego una
serie de factores, entre los que cabe
destacar las interacciones hormonales
y los procesos metabólicos, así
como diferencias individuales en la
respuesta psicológica y neuroquímica
ante el estrés y la alimentación.
El estrés agudo estimula la secreción,
por el sistema del eje hipotálamohipofisario (EHH), de la hormona
cortisol que, a través de la acción de la
insulina, moviliza reservas de energía
para activar la reacción de lucha o
huida. El estrés crónico también está
asociado con una mayor secreción
de corticosteroides pero, en cambio,
parece alterar una alimentación
equilibrada al generar resistencia
a la insulina y la leptina (Adam y
Epel, 2007). La secreción de cortisol
inducida por el estrés crónico puede
asociarse, por tanto, con menores
niveles de insulina y leptina, lo que
significa que se reducen las reservas
de energía para acciones posteriores.
A su vez, unos menores niveles
de insulina y leptina alteran el
apetito y el metabolismo de las
grasas (Lowden et al., 2010; Rouach
et al., 2007) contribuyendo así
a un aumento del consumo de
alimentos (Adam y Epel, 2007).
Mediante ensayos con ratones en
los que se exponía a los ratones a
estrés, alimentándolos luego con
una dieta de alto contenido en
grasas, se ha demostrado que los dos
factores conjuntamente producían
menores niveles de insulina y leptina
(Finger et al., 2011). En humanos,
los estudios han determinado
que un alto nivel de cortisol con
10
estrés crónico provoca un aumento
del consumo de alimentos muy
energéticos, grasas y carbohidratos
y una menor ingesta de proteínas
(Roberts, 2008). El consumo de snacks
también parece estar asociado a
la secreción de cortisol inducida
por el estrés (George et al., 2010).
Sin embargo, es posible que la relación
entre estrés, secreción de cortisol y
alimentación, sea un proceso de dos
direcciones. Mientras que los estudios
realizados tanto en roedores (Mitra et
al., 2011) como en humanos (Laugero
et al., 2011; Toda et al., 2007) llegan a
la conclusión de que consumir snacks
con alto contenido graso estimula la
liberación de cortisol, otro estudio
(Lemmens et al., 2011a), utilizando
alimentos con alto contenido en
proteínas o en carbohidratos, no
encontró ninguna diferencia en
los niveles de cortisol en saliva en
voluntarios sanos de peso normal
después de una tarea estresante. Estas
conclusiones aparentemente dispares
pueden tal vez explicarse porque
los estudios no han considerado los
aspectos sensoriales a la hora de comer.
Tanto los estudios en roedores (Foster
et al., 2009) como en humanos (Gibson,
2006) sugieren que la agradable
sensación experimentada después
de comer determinados alimentos
—lo que se denomina normalmente
“alimentación reconfortante”—puede
reducir la respuesta al estrés del EHH
y los niveles de estrés (Gráfico 2).
Pueden darse diferencias individuales
en la respuesta hormonal al estrés
y el posterior comportamiento
alimentario. Cada vez son más las
publicaciones que apuntan a que el
estilo de alimentación, en particular el
que se asocia a la “restricción” puede
tener una influencia en las prácticas
alimentarias diarias. El Dutch Eating
Behaviour Questionnaire (Cuestionario
Holandés de Comportamiento
Alimentario) (DEBQ) (van Strien, 1986)
mide la “restricción” dietética, e
incluye escalas que miden la ingesta
“externa”, “emocional” y “restringida”
de alimentos. Se ha demostrado
que la restricción dietética (gráfico 2)
está asociada a concentraciones de
cortisol, en particular en las mujeres
(Adam y Epel, 2007). Las mujeres con
tendencia a responder al estrés con un
aumento de la secreción de cortisol
consumen alimentos más azucarados
y energéticos que las mujeres que
no registran dicho aumento (Epel et
al., 2001). Un alto nivel de insulina y
grelina—otra hormona que regula
el apetito (Wang et al., 2007)—
asociado a estrés puede activar la
necesidad de comer únicamente
en individuos susceptibles, como
las mujeres, especialmente quienes
tienen tendencia a comer de manera
“emocional”. Los niveles de grelina
también repuntan en estos individuos
con hábitos alimentarios “emocionales”
tras el consumo de alimentos, como
se ha visto en una prueba de estrés en
laboratorio (Raspopow et al., 2010).
El estrés puede provocar no solo
prácticas alimentarias poco saludables
sino también agravar la respuesta
metabólica patológica ante dichos
alimentos (Keicolt-Glaser, 2010). Las
personas con altos niveles de estrés
también suelen tener elevados
marcadores de estrés oxidativo
(Maritta et al., 2011) asociados con
inflamación. La relación entre estrés,
inflamación y alimentación parece
ser cíclica. La inflamación inducida
por el estrés parece agravarse
en presencia de dietas con alto
contenido en carbohidratos, azúcar
y grasas trans (Mazaffarian et al.,
2009), que a su vez aumentan los
niveles de estrés. A la inversa, un
mayor consumo de antioxidantes
reduce la inflación inducida por el
estrés así como los niveles globales
de estrés (Maritta et al., 2011).
ESTRÉS PSICOLÓGICO
“RESPUESTA DE AMENAZA”
LIMITACIÓN
COGNITIVA
LEPTINA
SUBE
(NPY)
VÍAS DE
RECOMPENSA
➜
INSULINA
➜ ➜
CORTISOL
ALTO
GALLETAS
ACUMULACIÓN DE
GRASA VISCERAL
gráfico 2: Modelo teórico de estrés y alimentación
(Fuente: Adam y Epel, 2007)
11
¿De qué modo
se altera la
elección de
los alimentos
en respuesta
al estrés?
Los estudios parecen sugerir que
personas con diferentes antecedentes
culturales y étnicos perciben que son
más proclives a elegir alimentos “poco
saludables” cuando están sometidas
a estrés (William et al., 2004). También
hay pruebas de que las personas
tienden a consumir más “comida
rápida” cuando están sometidas
a estrés (Steptoe et al., 1998). Una
mayor percepción de estrés se ha
asociado a una mayor ingesta de
energía, procediendo una mayor
proporción de esta de alimentos ricos
en carbohidratos y de alto contenido
en grasas (Rutters et al., 2009; Schwab
y Wolf, 2009) y una menor proporción
de frutas, verduras y fibra (Laugero
et al., 2011; Hinote et al., 2009). Las
pruebas de que la ingesta de sal se
debe al estrés están menos claras. Los
estudios en roedores sugieren que la
privación de sal puede aumentar la
respuesta al estrés (Leshem, 2011). Los
estudios en humanos sobre estrés
e ingesta de sal, no obstante, han
llegado a resultados contradictorios
(Laugero et al., 2011; Torres et al., 2010).
Se ha asociado la ingesta de alimentos
inducida por el estrés con la obesidad.
Los individuos con sobrepeso (con
obesidad visceral) (n=15) consumen
alimentos más energéticos, con mayor
contenido en grasas y carbohidratos
que los individuos de peso normal
(n=27) en respuesta a una prueba de
estrés en laboratorio (Lemmens et al.,
2011b). Tal vez no resulte sorprendente
que el hecho de hacer régimen pueda
aumentar nuestra propensión a
ingerir alimentos debido al estrés. Los
individuos sanos (N=56) sometidos a
un régimen de restricción de calorías
experimentaron más hambre como
respuesta al estrés que los individuos
con una dieta normal (Macht, 1996).
12
“Se ha asociado
la ingesta de
alimentos inducida
por el estrés con
la obesidad.”
Parece que hay diferencias de género
en el modo en el que el estrés influye
en la elección de alimentos. Los
estudios han demostrado de manera
fiable que las mujeres tienen tendencia
a comer en exceso si están sometidas
a estrés (Zellner et al., 2006). Las
mujeres estudiantes de diferentes
de culturas y nacionalidades que
dicen estar sometidas a altos niveles
de estrés suelen consumir más
productos de confitería y comida
rápida y menos frutas y verduras
que las sometidas a menos estrés
(Mikolajcyk et al., 2009; Liu et al.,
2007). Las diferencias individuales
en el estilo de alimentación pueden
influir en la relación entre estrés
y alimentación, en particular en
las mujeres. Los consumidores de
alimentos “restringidos” pueden
ser especialmente propensos a
comer en exceso cuando están
sometidos a estrés (Greeno y Wing,
1994). Las mujeres identificadas
como consumidoras de alimentos
“impulsadas por el estrés” consumen
comida “rápida” para llevar (salchichas,
hamburguesas y pizzas) y chocolate
con mayor frecuencia que las que no
están impulsadas por el estrés (Laitinen
et al., 2002). “Los consumidores
emocionales de alimentos” también
parece más propensos a consumir en
exceso alimentos con alto contenido en
grasa y azúcar cuando están sometidos
a estrés (Wallis y Hetherington, 2008;
Oliver et al., 2000). Estas conclusiones,
combinadas, implican una interacción
entre estrés, la respuesta al estrés,
el género, el estilo de alimentación
y los hábitos alimentarios.
Estudios transversales
y epidemiológicos
Una encuesta transversal y estudios
epidemiológicos, es decir, los que
relacionan la rama de la medicina que
estudia las causas, la distribución y el
control de la enfermedad en diferentes
poblaciones, ofrecen gran parte de
las pruebas de una asociación entre
el estrés laboral y el comportamiento
alimentario. El estudio sobre la salud
de los profesionales de la enfermería,
llevado a cabo recientemente en el
Reino Unido (Chaplin y Smith, 2011)
llegó a la conclusión de que las
personas con mayor carga de trabajo
y más estrés tenían tendencia a “picar”
con mayor frecuencia alimentos “poco
saludables” como chocolate, patatas
fritas y galletas. Concuerda con las
conclusiones de varios estudios previos
realizados en diferentes entornos
culturales. El personal del ámbito
académico (Kandiah et al., 2008) y
los trabajadores de fábricas (Ng y
Jeffery, 2003) en Estados Unidos; los
funcionarios (Toyoshima K, 2009) y los
trabajadores de la agricultura (Tstsumi
K, 2003) en Japón; los conductores
de camiones en Brasil (Penteado K,
2008); los trabajadores de fábricas
en Corea (Park y Jung, 2010); y los
funcionarios de Polonia (Potocka y
Moscicka, 2011) que estaban sometidos
a estrés laboral también presentan
una tendencia a patrones alimentarios
poco saludables. Los efectos del estrés
laboral en la elección de alimentos
pueden agravarse en el caso de
trabajo en turnos (Lowden et al., 2012).
Los estudios epidemiológicos a gran
escala que han medido el estrés laboral
aplicando la Escala de Satisfacción
Laboral (Karasek, 1985) han sugerido,
no obstante, que puede haber
diferencias culturales en la relación
entre estrés laboral y alimentación.
Los resultados comunes de tres
amplios estudios epidemiológicos
(N=11680) llevados a cabo en Finlandia
(estudio de salud de Helsinki),
Gran Bretaña (estudio Whitehall)
y Japón (estudio en funcionarios)
revelan diferencias culturales en la
relación entre condiciones laborales
psicosociales y hábitos alimentarios
(Lallukka et al., 2008). Los trabajadores
británicos que hacen horas extras
tenían hábitos dietéticos más
saludables que los que cumplen
un horario normal. En el caso de
los trabajadores finlandeses, las
condiciones laborales y la alimentación
no guardaban ninguna relación.
Los estudios epidemiológicos también
sugieren que las relaciones entre
estrés laboral y hábitos alimentarios
varían en función del género. Un
estudio en empleados hombres y
mujeres (N=3843) seleccionados
en instituciones públicas y fábricas
de Minneapolis, en Estados Unidos
(Hellerstedt y Jeffery, 1997) valoró
las exigencias laborales (ritmo de
trabajo rápido; trabajo duro; disponer
de tiempo suficiente para realizar el
trabajo; ausencia de requerimientos
en conflicto y de un volumen de
trabajo excesivo) aplicando la Escala
de Satisfacción Laboral (Karasek et
al., 1985). La frecuencia con la que se
consumía alimentos con alto contenido
en grasas (carne, leche, queso, grasas,
azúcares, huevos y patatas fritas) se
evaluó mediante un cuestionario de
frecuencia de consumo de alimentos
en 18 puntos (CFCA), llegándose a la
conclusión de que era mayor entre los
hombres con trabajos activos y muy
estresantes que entre los hombres
con trabajos menos exigentes. No
se observó una asociación entre
estrés laboral y alimentación entre las
mujeres. Los resultados del estudio
sobre salud de Helsinki (Lallukka et
al., 2004) entre adultos de más edad
(mayores de 40 años) (N=6243) también
revelan diferencias entre géneros en
la asociación entre hábitos dietéticos
y estrés laboral. La frecuencia con la
que se consumían frutas, verduras,
cereales integrales, pescado y
aceites vegetales estaba asociada a
un menor estrés laboral y un trabajo
menos agotador mentalmente en las
mujeres. En el caso de los hombres,
las condiciones laborales y los
hábitos alimentarios no guardaban
relación. Esta conclusión está en
contradicción con la de un estudio
previo realizado entre trabajadores
industriales brasileños (N=4118), que
también reveló una asociación entre
consumo poco frecuente de frutas
y verduras y un mayor estrés, pero
en los hombres y no en las mujeres
(Barros y Nahas, 2001). Los trabajadores
japoneses (N=18148) seleccionados
en nueve empresas y fábricas fueron
evaluados mediante el Cuestionario
de Satisfacción Laboral (CSL) y el
Cuestionario de Historial Alimentario
(CHA) (Kawakami et al., 2006). De nuevo,
un mayor estrés laboral se asociaba
con un consumo más frecuente de
grasas entre los hombres. No resulta
sorprendente que la ingesta de la
vitamina E soluble en grasa también
se asociara a estrés laboral entre los
hombres. La vitamina E, presente
especialmente en frutos secos, semillas
y aceites, es un antioxidante que
regula el sistema inmunitario y algunos
procesos metabólicos importantes.
También se ha encontrado una
asociación entre mayores exigencias
laborales y una elevada ingesta de sal
entre las mujeres. Por el contrario, sin
embargo, un menor estrés laboral en
los hombres estaba asociado con una
mayor ingesta de energía, fibra, calcio,
caroteno y vitamina C. Por lo tanto, en
términos generales, podemos ver que
los estudios recientes sugieren que el
estrés laboral inclina a las personas a
consumir determinados alimentos.
13
Ensayos controlados
Hasta la fecha, los ensayos sobre
estrés y alimentación, han analizado,
por lo general el estrés agudo en
mayor medida que el estrés crónico
y han inducido o estimulado el estrés
a través de “medios” artificiales para
observar la respuesta en términos
de comportamiento. En Canadá, las
estudiantes mujeres (N=14) consumían
más (ad libitum) energía procedente
de grasas, carbohidratos y proteínas
tras completar una tarea cognitiva
(estresante) que después de una
condición control (Chaput et al., 2008;
Chaput y Tremblay, 2007). También
se observó una reducción del azúcar
en sangre en las personas que
llevaban a cabo una tarea cognitiva,
que se daba por hecho que había
activado el mayor consumo de
energía observado (Chaput et al.,
2008). Por consiguiente, el trabajo
que exige un esfuerzo cognitivo y
es estresante parece estimular la
liberación de insulina, posiblemente
como respuesta al cortisol, induciendo
así a consumir alimentos.
“Parece que se han
llevado a cabo
pocos estudios
sobre estrés y
comportamiento
alimentario en
contextos reales.”
14
Estudios naturalistas/
longitudinales
Parece que se han llevado a cabo
pocos estudios sobre estrés y
comportamiento alimentario en
contextos reales. El estrés laboral
tiende a ser de naturaleza crónica y se
caracteriza por determinados tipos de
comportamiento dietético instrumental.
Existe asimismo una aparente carencia
de estudios longitudinales sobre
estrés laboral y alimentación. Los
estudios disponibles han sugerido
que la ingesta de energía, grasas y
azúcar aumenta durante los períodos
de estrés (Wardle et al., 2000; McCann
et al., 1990). Los estudiantes afirman
que comen más durante períodos de
estrés debido a los exámenes (Macht
et al., 2005; Weidner et al., 1996;
Pollard et al., 1995) y que picotean
con frecuencia y comen de manera
menos saludable los días en los que
se producen los eventos estresantes
(O’Connor et al., 2008; O’Connor y
O’Connor, 2004; Michaud et al., 1990).
Conclusión
En la sociedad actual, cada vez somos más
conscientes de las relaciones entre dieta
y bienestar psicológico.
El estrés puede ser una causa o un
efecto de prácticas alimentarias poco
saludables. Sin embargo, el hecho
de que gran parte de los estudios
existentes sean epidemiológicos
y/o transversales hace que resulte
difícil discernir la relación causaefecto entre estrés y alimentación.
Los estudios han puesto de manifiesto
el impacto del estrés laboral en
la elección de alimentos en todas
las culturas. Todos los estudios
existentes coinciden en que el estrés
laboral es sinónimo de una elevada
ingesta de energía y de prácticas
alimentarias poco saludables.
Parece que hay diferencias en función
del género en el comportamiento
alimentario precursor y consecuencia
de estrés laboral y que podría
explicar en parte las conclusiones
contradictorias. Las mujeres, en
particular las que son consumidoras
“restringidas” y/o “emocionales” de
alimentos, parecen más propensas
que los hombres a comer en exceso
cuando están sometidas a presión.
Los estudios de investigación son
limitados en cuanto al grado en el
que pueden explicar el consumo de
alimentos inducido por el estrés en el
contexto de la vida y el trabajo diarios,
ya que normalmente han utilizado
muestras pequeñas, a menudo
sesgadas (por ejemplo, estudiantes)
y han inducido estrés a través de
medios artificiales en un contexto
de laboratorio. Otra limitación
radica en el hecho de que muchos
estudios sobre estrés y alimentación
no han conseguido evaluar con
precisión el comportamiento
alimentario (ver el apéndice II).
Existe una aparente falta de
investigación sobre estrés y hábitos
alimentarios a lo largo de períodos
de tiempo prolongados. Por otra
parte, existe la necesidad de llevar
a cabo una mayor investigación
sobre la interacción entre estrés y
alimentación en muestras grandes
y en entornos naturalistas, como el
lugar de trabajo, en particular en
Europa occidental donde los índices
de obesidad están aumentando.
15
La conexión de
tension y refrigerios
2
Metodología
En marzo de 2012,
realizamos una encuesta
entre 4.980 trabajadores
de oficina con edades
comprendidas entre los 18
y los 75 años, en el Reino
Unido, Francia, Alemania,
España e Italia (algo menos
de 1.000 en cada país)
sobre el contenido de sus
comidas, su consumo de
snacks, sus hábitos a la
hora de dormir y el nivel
de estrés laboral durante
una jornada normal
en la oficina, así como
sobre su estado general
de salud y bienestar.
La encuesta anónima se cumplimentaba directamente en
línea con datos biográficos (a saber, edad, género, nivel
profesional y educación), recogiéndose las mediciones
relacionadas con el estrés al final de la jornada laboral y
los datos sobre alimentos y sueño la mañana siguiente.
La muestra es representativa de trabajadores de oficina
en Europa que tienen acceso a un ordenador.
Nuestra encuesta ofrece información de gran valor sobre
los hábitos alimentarios generales de los trabajadores de
oficina, incluyendo el hecho de que consuman o no snacks,
el contenido de sus comidas principales y el tipo de snacks
que consumen. Diferencia entre snacks “saludables”, como
fruta fresca, yogur y frutos secos, y snacks “poco saludables”
con alto contenido en azúcar, grasas o sal, como el chocolate,
las patatas fritas, las galletas, los bollos, los pasteles y la
comida rápida en general. La encuesta también indica de
qué modo la edad, el género, la función profesional, el
estado de salud general (incluyendo el ejercicio, el consumo
de tabaco y alcohol), el estrés laboral y los patrones de
sueño afectan a los hábitos alimentarios de las personas.
“estrés originado en el lugar de
trabajo puede tener efectos en la
elección de los alimentos que se
prolongan mucho después de que
los trabajadores hayan terminado
su jornada laboral.”
18
conclusIones claVe
¿COMISTE ALGO FUERA DE LAS
¿COMISTE ALGO FUERA DE LAS PRINCIPALES COMIDAS AYER?
PRINCIPALES COMIDAS AYER?
Picar snacks
44%
Si se analiza los snacks consumidos a lo largo de la jornada
de un trabajador de oficina normal, el 44por ciento de los
encuestados en Europa afirman que comen algo fuera de las
horas de comida, siendo los británicos los que más picotean
(el 55,5por ciento), seguidos de los italianos (45,8por
ciento), los alemanes (44,5por ciento), los españoles (39,2
por ciento) y los franceses en último lugar (33,6por ciento).
Sin embargo, a pesar de que se come entre las horas de
comida en el lugar de trabajo, los encuestados afirman que
consumen una mayor cantidad de snacks poco saludables en
casa que en la oficina. También ocurre lo contrario, es decir
que consumen una mayor cantidad de snacks saludables,
como frutas frescas o fruta deshidratada, barritas de avena
o frutos secos en la oficina que en casa. Por ejemplo, más
de una tercera parte de los encuestados consume frutas
frescas para picar en el trabajo, frente a una cuarta parte
que lo hace en casa. El yogur es el único snack saludable
que los trabajadores consumen más en casa que en el
trabajo. Los trabajadores consumen más chocolate y dulces,
patatas fritas, refrescos y galletas en casa que en el trabajo.
Esto puede reflejar el hecho de que las personas quieren
mostrarse en público como consumidores de alimentos
sanos, y prefieren mantener sus hábitos alimentarios
menos saludables a puerta cerrada, o es indicativo, de
hecho, de un sesgo debido a la autodeclaración (las
personas tienden a presentar hábitos más saludables en
las encuestas basadas en autodeclaraciones). Los expertos
en nutrición también reconocen que el estrés originado
en el lugar de trabajo puede tener efectos en la elección
de los alimentos que se prolongan mucho después de
que los trabajadores hayan terminado su jornada laboral.
Se observa un patrón similar en los cinco países
SNACKS TOMADOS FUERA DE LAS COMIDAS PRINCIPALES
estudiados, con
pocas diferencias. En España, por
España
ejemplo, los encuestados
comen la misma cantidad de
0%
10%
20%
40%
50%
fruta en el trabajo que en casa.
También
es30%interesante
observar que, en Francia
y en Alemania, se consumían
Fruta
fresca
31.5%
menos snacks en general y, por tanto, también
menos
snacks poco saludables
en casa y en el20.8%
trabajo.
Galletas
Yogurt
Fuera de las comidas
principales, el snack
más
20.0%
popular en general es la fruta, que consume un
Refrescos
13.1%
32,2por ciento de los encuestados en
la muestra de
los cinco países, frente
Patatas al 27,8por ciento en el caso de
fritas
13.1%
las galletas, el 21,7por ciento en el caso del chocolate
y el 15,2por cientoChocolate
en el caso de las12.8%
patatas fritas.
Patatas
fritas
Frutos
secos
6.9%
5.4%
% de personas que han consumida snacks en España, n=335
TODOS LOS
PAÍSES
34%
56%
66%
45%
55%
FRANCIA
56%
39%
44%
ALEMANIA
54%
46%
61%
ITALIA
ESPANA
REINO UNIDO
SI
NO
% de todas las respuestas, n= 4980
LUGARES DE CONSUMO DE SNACKS
(Total de la población que los consume)
LUGARES DE CONSUMO DE SNACKS (Total de la población que los consume)
Snacks saludables
0%
10%
Fruta
fresca
20%
30%
40%
50%
61%
45%
5%
Frutos
secos
60%
EN CASA
57%
40%
9%
39%
0%
Patatas
fritas
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
39%
56%
3%
47%
Chocolate
6%
54%
50%
Refrescos
15%
43%
Galletas
9%
28%
Patatas
fritas
OTROS SITIOS
58%
Yogurt
Snacks no saludables
EN EL TRABAJO
58%
54%
47%
27%
SNACKS TOMADOS
FUERAFUERA
DE LAS COMIDAS
SNACKS
TOMADOS
DE LAS PRINCIPALES
COMIDAS PRINCIPALES
TODOS
LOS
PAÍSES
TODOS LOS
PAÍSES
0%
10%
20%
30%
27.8%
Galletas
21.7%
Chocolate
Yogurt
Refrescos
Frutos
secos
Patatas
fritas
50%
32.2%
Fruta
fresca
Patatas
fritas
40%
15.2%
14.6%
10.9%
5.9%
3.4%
% de personas que han consumida snacks en todos los países, n=2178
19
La fruta, de hecho, es el snack más popular en todos
los países, excepto en Francia, donde el snack
preferido son las galletas. Las patatas fritas y la
comida rápida son los snacks menos populares; solo
el 3,4por ciento de los encuestados afirma consumirlas
fuera de las horas de comida (ver el gráfico 5).
MEDIA DE CONSUMO DE SNACKS NO
SALUDABLES SEGÚN PAÍSES
MEDIA DE CONSUMO DE SNACKS NO SALUDABLES SEGÚN PAÍSES
Rango de 1 a 8 snacks no saludables consumidos al día, durante las
comidas y entre ellas, n= 2151
6.95
6.65
ALEMANIA
En términos de preferencias de snacks por países, los más
consumidos por los británicos son la fruta, las galletas
y las patatas fritas. Cabe observar que las patatas fritas
aparecen entre los tres snacks más consumidos en
Gran Bretaña, lo que no ocurre en ningún otro país. En
Francia, los trabajadores prefieren las galletas, la fruta
y, después, el chocolate, las mismas preferencias que en
Alemania, si bien en un orden diferente. En Italia, los snacks
preferidos de los trabajadores son la fruta, las galletas
y, después, el yogur, exactamente igual que en España.
Si analizamos la puntuación media de las categorías
de snacks poco saludables (es decir, el consumo de
snacks poco saludables tanto durante como fuera de
las comidas principales), vemos que los trabajadores de
oficina europeos consumen un promedio de 7,15 snacks
a la semana, entendiéndose por snacks poco saludables
las galletas, el chocolate, las patatas fritas y los refrescos
(comida rápida), durante y fuera de las comidas, así como
pasteles, postres y dulces a la hora de las comidas.
Los británicos se sitúan a la cabeza en términos
de snacks poco saludables, con una puntuación
media de 7,85, seguidos de Francia (7,15), Italia
(6,95), España (6,9) y por último Alemania (6,65).
6.9
ESPANA
7.15
FRANCIA
7.85
REINO UNIDO
COMPOSICIÓN DEL DESAYUNO | TODOS LOS PAÍSES
COMPOSICIÓN DEL DESAYUNO | TODOS LOS PAÍSES
35%
30%
29%
25%
21%
23% 22%
15%
5% 4%
10%
5%
0%
PAN
(inc. pizza)
CEREALES
20
QUESO,
YOGURT
U OTROS
LÁCTEOS
OTROS
FRUTA
FRESCA
PASTELES,
AVENA
CHOCOLATE,
GALLETAS, BOLLOS
U OTROS DULCES
HUEVOS, CARNE,
POLLO U OTRAS
FUENTES DE
PROTEÍNAS
% de todas las respuestas, n= 4980
COMPOSICIÓN DE LAS COMIDAS | TODOS LOS PAÍSES
COMPOSICIÓN DE LAS COMIDAS | TODOS LOS PAÍSES
35%
35% 34%
30%
25%
En general, los encuestados de los cinco países afirman
tener una dieta relativamente equilibrada en las comidas
principales, con algunas diferencias regionales, si bien es
importante señalar que los encuestados pueden haber
hecho autodeclaraciones en sentido más positivo, sesgando
los resultados a favor de alimentos más saludables.
Sin embargo, aunque puede que las comidas sean
razonablemente equilibradas en términos de contenido,
los trabajadores consumen alimentos poco saludables
con las comidas, en diferentes grados en función de los
países, como complemento de la comida principal, como
entrante o como postre. La muestra de cinco países revela
que el 14,6por ciento de los encuestados consumen
un snack azucarado o salado en el desayuno, un 6,7por
ciento en el almuerzo y un 6,0por ciento en la cena.
16% 16%
20%
40%
Comidas equilibradas
Snacks no saludables como galletas,
chocolates, patatas fritas, refrescos y
comida rápida, pasteles o bollos y
dulces dentro y fuera de las comidas
ITALIA
28% 26%
19%
20%
16%
15%
9% 9% 7% 7%
10%
5%
0%
POLLO, SOPA,
PASTA,
CARNE, HUEVOS ARROZ,
U OTRAS
PATATAS
FUENTES DE
PROTEÍNAS
PAN
ENSALADAS
(inc. pizza) Y VEGETALES
FRUTA
FRESCA
QUESO,
YOGURT U
OTROS
LÁCTEOS
PESCADO
OTROS
PASTELES,
SOPA
CHOCOLATE,
GALLETAS,
BOLLOS U OTROS DULCES
% de todas las respuestas, n= 4980
“aunque puede que las comidas
sean razonablemente equilibradas
en términos de contenido, los
trabajadores consumen alimentos
poco saludables con las comidas.”
Italia es el país que registra el peor comportamiento en
términos de alimentos poco saludables en el desayuno,
seguido de España. En Italia, el 31,8por ciento de las
personas consumen pasteles, chocolate, galletas o bollos,
patatas fritas, dulces y otros postres en el desayuno, frente
al 21,3por ciento en España, el 14,6por ciento en Francia,
el 3,4por ciento en Alemania y tan solo el 1,9por ciento en
el Reino Unido, lo que podría ser un reflejo de la cultura
continental de consumir bollería o repostería rellena
de chocolate en el desayuno y verse también influido
por el número normalmente mayor de personas que
desayunan fuera de casa en los países del sur de Europa.
Este patrón se invierte a la hora del almuerzo, cuando los
británicos consumen niveles mucho más altos de alimentos
poco saludables que la mayoría de sus homólogos europeos:
el 13,9por ciento de los británicos consumen snacks poco
saludables a la hora de comer frente al 6,7por ciento de
la media europea. Los trabajadores británicos consumen
dos veces más snacks poco saludables, como pastelería y
galletas, con la comida que la media de los cinco países.
COMPOSICIÓN DE LAS CENAS | TODOS LOS PAÍSES
COMPOSICIÓN DE LAS CENAS | TODOS LOS PAÍSES
50%
40%
39%
32%
30%
28% 25%
23%
15% 13%
20%
10%
10% 8%
6%
0%
POLLO, SOPA, ENSALADAS
PAN
CARNE, HUEVOS
Y
(inc. pizza)
U OTRAS
VEGETALES
FUENTES DE
PROTEÍNAS
PASTA,
ARROZ,
PATATAS
QUESO,
YOGURT U
OTROS
LÁCTEOS
FRUTA
FRESCA
PESCADO
SOPA
OTROS
PASTELES,
CHOCOLATE,
GALLETAS,
BOLLOS U OTROS
DULCES
% de todas las respuestas, n= 4980
COMIDAS CON SNACKS V SIN SNACKS
COMIDAS CON SNACKS V SIN SNACKS
% de personas que consumen/no consumen snacks en las comidas Consumen= 2178 No consumen=2802
CONSUMEN
35%
35%
30%
NO CONSUMEN
34%
33%
35%
30%
27%
27%
26%
25%
Cabe destacar, por ejemplo, que en el Reino Unido el
43,2por ciento de los encuestados consumen pan a la hora
de comer, una cifra muy superior a la media del 28,4por
ciento, lo que refleja la cultura dominante del sándwich
en Gran Bretaña. El consumo de pan es relativamente
reducido en España, Alemania e Italia, aunque el 34,2por
ciento de los trabajadores franceses afirma consumir pan
en la comida, en consonancia con el estudio anteriormente
mencionado en el que se pone de manifiesto que hay un
número mayor de franceses que hacen comidas rápidas, tipo
sándwich, a la hora del almuerzo en lugar de ir al restaurante.
Por lo que respecta a la cena, solo el 6,0por ciento de los
trabajadores europeos consumen un snack poco saludable
por la noche, lo que refleja la baja incidencia del consumo
de postres y dulces por la noche. En términos de países
individuales, el Reino Unido y Francia se sitúan ligeramente
por encima de la media, y solo un 9,0por ciento de los
encuestados consumen dulces, pastelería o postres
poco saludables con la cena, mientras que Alemania y
España registran el menor consumo de alimentos dulces
en la cena (solo el 4,0por ciento de los trabajadores).
20%
18%
16% 16%
19%
15%
9%
10%
5%
9%
10%
8%
2%
1%
0%
PAN
CEREALES
YOGURT
OTROS
0%
FRUTA
FRESCA
POSTRE
8%
6%
5%
2%
1%
AVENA
CARNE
7%
2%
FRUTOS
SECOS
ENSALADAS
PASTA,
PATATAS,
ARROZ
PESCADO
SOPA
CENAS CON SNACKS V SIN SNACKS
CENAS CON SNACKS V SIN SNACKS
% de personas que consumen/no consumen snacks en las cenas Snackers: n=2178 Non-snackers: n=2802
CONSUMEN
NO CONSUMEN
41%
40%
37%
34%
35%
30%
28%
30%
26%
24%
25%
23%
22%
20%
13%
15%
10%
5%
15%
8%
6%
30%
2%
2%
0%
PAN
CEREALES
YOGURT
13%
FRUTA
FRESCA
POSTRE
AVENA
11%
2%
2%
0%
1%
OTROS
6%
14%
9%
8%
CARNE
FRUTOS
SECOS
ENSALADAS
PASTA,
PATATAS,
ARROZ
PESCADO
SOPA
“quienes no consumen snacKs
comen más yogur, pescado,
sopa, cereales, avena y gachas
de avena que sus colegas que
consumen snacKs.”
21
Consumidores de snacks y
comidas principales
TOTAL DE SNACKS
GÉNEROS
TOTAL
DEVS SNACKS
VS GÉNEROS
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
El análisis de las diferencias en el contenido medio entre
las personas que consumen snacks y las que no lo hacen
pone de manifiesto algunas diferencias muy significativas
entre lo que consume cada uno de estos dos grupos en el
almuerzo y en la cena. En el almuerzo, los consumidores
de snacks comen más carne, pasta, arroz, patatas, pan
y ensalada que sus colegas que no consumen snacks.
Quienes no consumen snacks comen más yogur, pescado,
sopa, cereales, avena y gachas de avena que sus colegas
que consumen snacks. En la cena, quienes consumen
snacks comen más pan, cereales, postre y pescado que
los que no consumen snacks, mientras que estos comen
más carne, pasta, arroz y patatas, ensalada, sopa y yogur.
35%
40%
Masculino
31%
33%
Fruta
fresca
Femenino
5%
7%
Frutos
secos
% de cada grupo basados en el
ejemplo de consumo de snacks
total, n=2178
14%
15%
Yogurt
16%
15%
Patatas
fritas
21%
22%
Chocolate
11%
11%
Refrescos
27%
29%
Galletas
4%
3%
Patatas
fritas
MEDIA DE CONSUMO DE SNACKS NO SALUDABLES
POR GÉNERO
MEDIA DE CONSUMO DE SNACKS NO SALUDABLES POR GÉNERO
Diferencias en función del género
En el conjunto de Europa, las mujeres consumen más
snacks que los hombres, un dato que se refleja en todas las
categorías de fruta, chocolate, galletas, yogur, fruta seca
y frutos secos. Sin embargo, los hombres consumen más
patatas fritas que las mujeres, mientras que el consumo de
refrescos es prácticamente idéntico en ambos géneros.
Las puntuaciones medias confirman que las mujeres
consumen snacks más saludables que los hombres. Si se
analiza la frecuencia en el consumo de snacks en nuestra
muestra, queda claro que las mujeres son más propensas a
consumir snacks más saludables que los hombres, si bien la
diferencia es relativamente pequeña (7,25por ciento frente
a 7,05por ciento de snacks poco saludables por semana).
Rango de 1 a 8 snacks no saludables consumidos al día, durante las
comidas y entre ellas, n= 2151
Femenino
7.25
7.05
Masculino
TOTAL
DE SNACKS VS GRUPOS DE EDAD
TOTAL DE SNACKS VS GRUPOS DE EDAD
0%
Diferencias en función de la edad
5%
22
15%
20%
25%
30%
29%
7%
5%
15%
15%
Patatas
fritas
11%
19%
22%
19%
Chocolate
Refrescos
8%
13%
28%
29%
Galletas
2%
4%
35%
40%
ENTRE 26-45
37%
ENTRE 46-65
% de todas las respuestas, n=4980
Yogurt
Patatas
fritas
Las puntuaciones medias refuerzan este punto, ya que las
personas de 18 a 25 años consumen el mayor número de
snacks poco saludables, con una puntuación media de 8,1,
mientras que las personas de entre 56 y 65 años son las que
menos consumen, con una puntuación de 6,4. Sin embargo,
el grupo de edad 26–35 años consume menos snacks poco
saludables que el grupo de edad 36–45 años, lo que sugiere
que los jóvenes profesionales europeos se preocupan más
por la salud que los mayores de 36 años, que pueden tener
una relación de pareja o una situación familiar consolidada
y puede que dispongan de menos tiempo o se sientan
menos inclinados a mantenerse sanos y a comer bien.
10%
Fruta
fresca
Frutos
secos
Los trabajadores de oficina más jóvenes, en el grupo de
edad de 26 a 45 años, consumen snacks menos saludables
que sus colegas del grupo de edad 46–65. Por ejemplo, los
jóvenes consumen más chocolate, patatas fritas y refrescos
que los mayores. Los trabajadores de más edad consumen
más fruta que los más jóvenes, pero el segmento de más
edad de la población también consume más galletas.
Snacks no saludables como galletas,
chocolates, patatas fritas, refrescos y
comida rápida, pasteles o bollos y
dulces dent
El impacto de la antigüedad
El consumo de snacks también varía según la función
profesional y la antigüedad. Los trabajadores más junior
suelen consumir más snacks poco saludables que los
senior, siendo quienes tienen funciones como responsables
de equipos/supervisores—el segundo escalón en una
escala de cinco escalones que va de nivel junior a jefe
de la organización—los que consumen los snacks menos
saludables, como bolsas de patatas fritas, chocolate y
refrescos. De manera global, el índice de consumo de
snacks poco saludables disminuye a medida que se
asciende en la jerarquía profesional, siendo los jefes de
las organizaciones quienes tienen hábitos de consumo
de snacks más saludables como media. Los trabajadores
de nivel junior no son tan propensos a consumir snacks
como cabría esperar, ya que consumen prácticamente la
misma cantidad de snacks poco saludables al día que los
trabajadores de nivel senior.
Esto puede deberse también a que los trabajadores junior
disponen de menos ingresos para comprar snacks. Sin
embargo, hay algunas excepciones, como se refleja en
el hecho de que los trabajadores recién incorporados y
los jefes de la organización consuman más galletas. Por
lo general, las puntuaciones medias en la categoría de
consumo de snacks poco saludables muestran que, al
margen de los trabajadores recién incorporados, el
consumo de snacks poco saludables disminuye a medida
que se asciende en la jerarquía de la organización.
Por lo que respecta a la edad, el nivel profesional y
el consumo de snacks, según nuestra encuesta, los
trabajadores senior más jóvenes –quienes, como hemos
visto en resultados anteriores suelen estar más estresados–
consumen más patatas fritas, chocolate y refrescos que los
trabajadores junior de más edad, que, por lo general, están
menos estresados. La principal diferencia se encuentra en
la categoría de galletas, que consumen un 37,2por ciento de
los trabajadores junior de más edad, frente al 28.1por ciento
en el caso de trabajadores senior más jóvenes.
MEDIA DE CONSUMO DE SNACKS NO SALUDABLES
SEGÚN GRUPOS DE EDAD
MEDIA DE CONSUMO DE SNACKS NO SALUDABLES SEGÚN GRUPOS DE EDAD
Rango de 1 a 8 snacks no saludables consumidos al día, durante las
comidas y entre ellas, n= 2151
6.4
56-65
Snacks no saludables como galletas,
chocolates, patatas fritas, refrescos y
comida rápida, pasteles o bollos y
dulces dent
6.9
46-55
7.45
36-45
7.2
26-35
8.1
18-25
MEDIA DE CONSUMO DE SNACKS NO SALUDABLES
SEGÚN CATEGORÍAS PROFESIONALES
MEDIA DE CONSUMO DE SNACKS NO SALUDABLES SEGÚN CATEGORÍAS PROFESIONALES
Rango de 1 a 8 snacks no saludables consumidos al día, durante las
comidas y entre ellas, n= 2151
6.55
Responsable
Snacks no saludables como galletas,
chocolates, patatas fritas, refrescos y
comida rápida, pasteles o bollos y
dulces dent
7.1
Nivel Senior
7.25
Nivel Medio
7.35
Jefe de equipo
/ supervisor
7.05
Nivel Junior
/ Principiante
ESTRÉS PROFESIONAL SEGÚN LOS PAÍSES
ESTRÉS PROFESIONAL SEGÚN LOS PAÍSES
% de todas las respuestas, n=4980
3.5 Muy alto
3.25
3.25 Alto
3.17
3.08
3.06
3. Medio
2.99
2.91
2.75 Bajo
2.5 Muy bajo
Impacto del estrés laboral
Los niveles de estrés laboral varían ligeramente en
función del país, siendo los británicos quienes sufren
los mayores niveles de estrés laboral, marginalmente
por encima de los franceses, y registrando
Italia el menor estrés laboral como media.
Según nuestra encuesta, existe una correlación significativa
entre estrés laboral, el tiempo que se tarda en dormirse
(latencia del sueño) y género. Así, cuantas más horas extra
se trabaja, mayor es el nivel de estrés laboral; cuanto mayor
es el estrés laboral, más tiempo se tarda en dormirse por
la noche; y, por último, las mujeres son más propensas
TODOS LOS
PAÍSES
REINO UNIDO
FRANCIA
ESPANA
ALEMANIA
ITALIA
“cuantas más horas extra se
trabaja, mayor es el nivel de estrés
laboral; cuanto mayor es el estrés
laboral, más tiempo se tarda en
dormirse por la noche.”
23
a padecer estrés laboral que los hombres. Sin embargo,
cuanto mayor es el trabajador, menos estrés laboral padece.
GRUPOS DE EDAD
VS ESTRÉS
PROFESIONAL
GRUPOS
DE
EDAD
VS ESTRÉS PROFESIONAL
0%
Por consiguiente, el estrés laboral es mayor en los
primeros años de carrera profesional. El grupo de edad
26-35 años es el más ilustrativo de este hecho, como
pone de manifiesto la diferencia del 5,4por ciento entre
quienes tienen un nivel de estrés laboral bajo y alto.
5%
10%
15%
20%
25%
ESTRÉS PROFESIONAL
BAJO
18%
ENTRE 26 - 35
ENTRE 36 - 45
A las personas con altos niveles de estrés laboral también
les cuesta más dormirse. Por ejemplo, dos de cada tres
trabajadores de oficina que tardan una hora o más en
dormirse padecen un alto nivel de estrés en el trabajo.
Si bien esta conclusión no está en sí misma relacionada
con la alimentación, dormir mal puede repercutir en el
empleo, al tener efectos que incluyen cansancio, falta de
concentración y baja productividad, lo que, a su vez, puede
llevar a una mayor propensión a recurrir a alimentos ricos
en azúcares o energía para compensar. Cuando nuestro
cuerpo nos envía la señal de que estamos cansados en
el entorno laboral cuando no hemos podido dormir,
a menudo pensamos que podemos recuperar la energía
que estamos perdiendo con alimentos dulces, pero
consumir snacks azucarados provoca un repunte del
azúcar en sangre seguido de una caída, lo que, a su vez,
puede hacer que busquemos más snacks energéticos.
Por consiguiente, dormir mal puede activar un ciclo vicioso
de consumo de snacks poco saludables en el trabajo.
24
% de grupos basados en el ejemplo
global = 4980
21%
19%
ENTRE 46 - 55
23%
26%
3%
1%
ENTRE 65 - 75
75+
ESTRÉS PROFESIONAL
ALTO
23%
21%
22%
ENTRE 56 - 65
Según los datos de nuestra encuesta, las mujeres son más
propensas a padecer un alto nivel de estrés laboral que
los hombres, lo que, combinado con mayores niveles de
consumo de snacks que los hombres, enlaza con los estudios
existentes sobre la propensión de las mujeres a comer en
exceso cuando están estresadas y a consumir snacks poco
saludables en momentos de estrés como reacción a la
restricción de la dieta. Los datos son representativos de
una amplia gama de sectores, edades y tipos de empleo
y las mujeres afirman tener niveles de estrés ligeramente
superiores a los hombres, lo que parece indicar que los
datos reflejan la situación entre la población real. Nuestros
resultados revelan que, como media, el 52,6por ciento
de las mujeres, frente al 46,1por ciento de los hombres,
padecen altos niveles de estrés laboral. A la inversa,
el 53,9por ciento de los hombres, frente al 47,4por ciento
de las mujeres, padecen un bajo nivel de estrés laboral.
Las mujeres que están a régimen suelen descartar alimentos
dulces, azucarados o con alto contenido en grasas durante
largo períodos de tiempo, pero su restricción puede
tener el efecto contrario ya que a menudo recurren a esos
alimentos “prohibidos” en momentos de estrés. Los hábitos
alimentarios de las mujeres también pueden verse afectados
por los ciclos hormonales que provocan cambios de humor
y alteran los niveles de azúcar en sangre, activando la
apetencia por consumir alimentos azucarados o salados.
30%
12%
12%
ENTRE 18 - 25
0%
0%
GÉNERO VERSUS ESTRES PROFESIONAL
GÉNERO VERSUS ESTRES PROFESIONAL
46%
54%
53%
Stress professional bajo
47%
Stress professional alto
Masculino
Femenino
% de grupos basados en el ejemplo global , n= 4980
LATENCIA
DEL SUEÑO VS ESTRÉS PROFESIONAL
LATENCIA DEL SUEÑO VS ESTRÉS PROFESIONAL
0%
5%
MENOS DE 5 MINUTOS
10%
15%
11%
20%
30%
ESTRÉS PROFESIONAL
BAJO
6-10 MINUTOS
21%
11-20 MINUTOS
22%
26%
26%
17%
19%
21-30 MINUTOS
11%
30-60 MINUTOS
MÁS DE UNA HORA
25%
14%
6%
15%
12%
“los jóvenes consumen más
chocolate, patatas fritas y
refrescos que los mayores.”
ESTRÉS PROFESIONAL
ALTO
% de grupos basados en el
ejemplo global , n= 4980
EJERCICIO HECHO AYER VS ESTRÉS PROFESIONAL
Por otra parte, los trabajadores de oficina con un alto
nivel de estrés laboral también hacen menos ejercicio que
los que tienen menos estrés laboral y declaran asimismo
que su estado de salud es peor. Probablemente, se trata
también de una relación dinámica. Se ha demostrado que el
ejercicio alivia el estrés, mientras que las personas que están
menos estresadas o que son más capaces de manejar sus
niveles de estrés encontrarán tiempo para hacer ejercicio.
En términos críticos, los datos de nuestra encuesta
revelan que los trabajadores que dicen tener mayores
niveles de estrés laboral consumen más alimentos
poco saludables que sus colegas con menos estrés.
Concretamente, consumen más patatas fritas, chocolate
y refrescos, aunque también comen más fruta, fruta
deshidratada y frutos secos. También consumen un poco
menos de yogur y galletas que los trabajadores menos
estresados. La propensión de los trabajadores estresados
a recurrir a snacks poco saludables enlaza con los estudios
existentes sobre el modo en el que nuestras hormonas
reaccionan ante el estrés, generando un ciclo vicioso
que nos lleva a consumir alimentos poco saludables.
Las puntuaciones medias por categoría de consumo de
snacks poco saludables apoyan las conclusiones anteriores
sobre el impacto del estrés en la alimentación. La gran
mayoría de las personas consumen entre seis y ocho snacks
poco saludables a la semana y los resultados revelan que
quienes tienen un alto nivel de estrés laboral consumen
más snacks poco saludables—7,55por ciento a la semana—
que las personas con un bajo nivel de estrés laboral, con
una puntuación media por categoría de consumo de
snacks poco saludables de 6,7. Los trabajadores con
mayores niveles de estrés aprovechan, por tanto, más
oportunidades para consumir snacks poco saludables a lo
largo del día, ya sea durante las comidas o fuera de estas.
Por lo que respecta al contenido, los trabajadores con
más estrés consumen más cereales en el desayuno (una
opción sana), lo que parece sugerir que son conscientes
del día que les queda por delante y empiezan la jornada
con buenas intenciones. Solo se observan variaciones
menores en la elección de alimentos en el almuerzo
y la cena, si bien los trabajadores con un alto nivel de
estrés consumen más snacks poco saludables con las
comidas y más pasta, arroz y patatas en la cena.
EJERCICIO HECHO AYER VS ESTRÉS PROFESIONAL
43%
57%
39%
Stress professional bajo
61%
Stress professional alto
SI
NO
% de grupos basados en el ejemplo global= 4980
MEDIA DE CONSUMO DE SNACKS NO SALUDABLES
SEGÚN
NIVELES DE ESTRÉS PROFESIONAL
MEDIA DE CONSUMO DE SNACKS NO SALUDABLES SEGÚN NIVELES DE ESTRÉS PROFESIONAL
Rango de 1 a 8 snacks no saludables consumidos al día, durante las
comidas y entre ellas, n= 2151
ESTRÉS
PROFESIONAL BAJO
ESTRÉS
PROFESIONAL ALTO
7.55
Snacks no saludables como galletas,
chocolates, patatas fritas, refrescos y
comida rápida, pasteles o bollos y
dulces dent
6.7
“los trabajadores con un alto nivel
de estrés consumen más snacKs
poco saludables con las comidas
y más pasta, arroz y patatas en
la cena.”
25
Trabajar horas extras
Como cabría esperar, las personas que trabajan más horas
extras también padecen niveles más altos de estrés laboral.
Creemos que se trata de una relación muy dinámica, en
la que el hecho de hacer horas extras activa el estrés y
el estrés lleva a consecuencias físicas poco saludables,
como la falta de sueño, la falta de ejercicio físico y la
propensión a tener una dieta pobre en nutrientes.
El número de horas extras que se trabaja varía en
función del país, registrando Francia el número más
alto de horas extras—más del doble que la media
de los cinco países—, seguida de Gran Bretaña en
segundo lugar. Trabajar más horas extras mantiene una
correlación positiva con el estrés, como cabría esperar.
¿CUÁNTAS HORAS EXTRAORDINARIASHAS HECHO?
¿CUÁNTAS HORAS EXTRAORDINARIASHAS HECHO?
31.1%
64.3%
27.8%
69.7%
27.6%
Menos de 2 horas
De 2 a 5 horas
Menos de 2 horas
De 2 a 5 horas
Menos de 2 horas
De 2 a 5 horas
64.8%
33.3%
13.8%
33.7%
Menos de 2 horas
De 2 a 5 horas
Menos de 2 horas
De 2 a 5 horas
47.1%
TODOS LOS
PAÍSES
CONSUMO
SNACKS
VS HORAS EXTRA
CONSUMO DE SNACKS DE
VS HORAS
EXTRA
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
Como se ha mencionado anteriormente, trabajar horas
extras está asociado a mayores niveles de estrés. No
obstante, nuestra muestra informó de una única jornada,
de manera que resulta difícil calibrar si trabajan horas
extras por norma o si ese día fue una excepción.
La encuesta revela que los empleados que trabajan más
horas consumen algo menos de chocolate—uno de
cada cuatro trabajadores que hizo horas extras consumió
chocolate frente a uno de cada cinco de quienes no
hicieron horas extras—. Resulta sorprendente que al
margen de la categoría chocolate, nueve de cada cinco
trabajadores consumen en realidad más snacks poco
saludables en su conjunto que quienes hacen horas extras.
Los resultados podrían sugerir un efecto aburrimiento. Es
posible que los trabajadores que no hacen horas extras o
que hacen menos horas extras estén menos implicados en
su trabajo y se apasionen menos por lo que hacen. Tal vez
también tengan más tiempo para comprar snacks o crean
que lo tienen porque están menos implicados en su trabajo.
Puede que estos trabajadores estén mirando el reloj y
consumiendo snacks, saludables o no, para cortar la jornada.
26
40%
SI, TRABAJO
HORAS EXTRA
6%
6%
Frutos
secos
NO, NO TRABAJO
HORAS EXTRA
12%
14%
Yogurt
% de cada grupo basados en el
ejemplo de consumo de snacks
total, n=2178
16%
16%
Patatas
fritas
Chocolate
22%
26%
10%
11%
Refrescos
29%
30%
Galletas
Patatas
fritas
35%
31%
34%
Fruta
fresca
A la pregunta de cuántas horas extras hacen, los
empleados que hacen menos horas extras—menos
de dos horas—consumen de hecho una cantidad
ligeramente menor de snacks poco saludables que las
personas que trabajan entre dos y cinco horas extras, con
pocas excepciones: la categoría fruta y patatas fritas.
% de todas las respuestas n=4980
3%
3%
“CREEMOS QUE SE TRATA DE UNA
RELACIÓN MUY DINÁMICA, EN LA QUE
EL HECHO DE HACER HORAS EXTRAS
ACTIVA EL ESTRÉS Y EL ESTRÉS LLEVA
A CONSECUENCIAS FÍSICAS POCO
SALUDABLES.”
A la inversa, los trabajadores que hacen más horas extras
podrían estar muy implicados, motivados y disciplinados, y
estar más acostumbrados a trabajar más horas, de manera
que son menos propensos a consumir snacks para mantener
la energía tras una larga jornada en la oficina. Puede que
también tengan la sensación de que disponen de menos
tiempo para consumir snacks. Al margen de la influencia del
estrés, el aburrimiento y la disponibilidad de tiempo son
probablemente también factores clave en el consumo de
snacks poco saludables entre los trabajadores de oficina.
Dormir mal
Volviendo a la latencia del sueño, una media del 21,75por
ciento de los trabajadores de entre 26 y 65 años padecen
una alta latencia del sueño, en el sentido de que
tardan 31 minutos o más en dormirse. Los trabajadores
de más de 65 años, sin embargo, tienen muy pocas
dificultades para dormirse. Ya hemos visto que los
trabajadores con mayor nivel de estrés tardan más en
dormirse, de manera que estos resultados confirman
que los niveles de estrés disminuyen con la edad.
No es sorprendente que las mujeres tarden más en
dormirse que los hombres, lo que enlaza con nuestras
conclusiones de mayores niveles de estrés en las
mujeres y una mayor propensión a consumir snacks
“poco saludables” que pueden alterar el sueño. En
el conjunto de la muestra, el 52,3por ciento de las
mujeres afirman padecer una alta latencia del sueño (31
minutos o más), frente al 47,7por ciento de los hombres,
mientras que el 56,5por ciento de los hombres afirman
padecer una baja latencia del sueño (1-10 minutos para
dormirse) frente al 43,5por ciento de las mujeres.
LATENCIA DEL SUEÑO
GRUPO DE POR
EDAD GRUPO DE EDAD
LATENCIA
DELPOR
SUEÑO
0%
5%
10%
15%
9%
Entre 18 - 25
20%
25%
30%
LATENCIA DEL
SUEÑO BAJA
14%
12%
17%
Entre 36 - 45
Entre 46 - 55
75+
LATENCIA DEL
SUEÑO ALTA
% de grupos basados en el
ejemplo global, n= 4980
27%
23%
23%
Entre 56 - 65
Entre 65 - 75
LATENCIA DEL
SUEÑO MEDIA
22%
23%
22%
22%
23%
22%
19%
20%
Entre 26 - 35
2%
2%
1%
0.1%
0.2%
0.1%
LATENCIA DEL SUEÑO
GÉNEROPOR GÉNERO
LATENCIA
DEL POR
SUEÑO
0
10
20
30
40
50
60
56.5
LATENCIA DE
SUEÑO BAJA
% de grupos basados
en el ejemplo global,
n= 4980
43.5
49.9
LATENCIA DE
SUEÑO MEDIA
50.1
47.7
LATENCIA DE
SUEÑO ALTA
52.3
Masculino
Femenino
“las mujeres tarden más en dormirse
que los hombres, lo que enlaza con
nuestras conclusiones de mayores
niveles de estrés en las mujeres y
una mayor propensión a consumir
snacKs ‘poco saludables’ que
pueden alterar el sueÑo.”
27
Las personas con una alta latencia del sueño consumen más
snacks poco saludables que las que se duermen más rápido.
Los trabajadores con una alta latencia del sueño consumen
más patatas fritas, chocolate y refrescos y comen menos
fruta, futa deshidratada y frutos secos que sus colegas
con una baja latencia del sueño, lo que parece indicar que
se produce un ciclo vicioso: las personas que tardan más
en dormirse se sienten más cansadas y el cansancio y los
bajos niveles de energía llevan a consumir snacks “poco
saludables”, lo que, a su vez, puede alterar el sueño debido
a su alto contenido en azúcar.
TOTAL
SNACKS VS LATENCIA DEL SUEÑO
TOTAL SNACKS VS LATENCIA DEL SUEÑO
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%
40%
LATENCIA DEL SUEÑO BAJA
(1-10 min)
Fruta
fresca
LATENCIA DEL SUEÑO MEDIA
(11-30 min)
Frutos
secos
LATENCIA DEL SUEÑO ALTA
(+31 min)
Yogurt
% de cada grupo basados en el
ejemplo de consumo de snacks
total, n=2178
Patatas
fritas
Chocolate
Refrescos
Galletas
Consumir snacks poco saludables presenta una correlación
positiva con la latencia del sueño. Las personas que tardan
más de 31 minutos en dormirse (alta latencia del sueño)
consumen el mayor número de snacks poco saludables, con
una puntuación media de 7,45, lo que parece sugerir que se
produce el círculo vicioso apuntado anteriormente: consumir
snacks azucarados y salados puede alterar el sueño y el
cansancio y los bajos niveles de energía llevan por lo general
a tener apetencia por consumir alimentos poco saludables.
Para consultar todos los resultados, ver el Apéndice IV.
Patatas
fritas
MEDIA DE CONSUMO DE SNACKS NO SALUDABLES
POR LATENCIA DEL SUEÑO
MEDIA DE CONSUMO DE SNACKS NO SALUDABLES POR LATENCIA DEL SUEÑO
Rango de 1 a 8 snacks no saludables consumidos al día, durante las
comidas y entre ellas, n= 2151
LATENCIA DEL
SUEÑO BAJA
(1-10 min)
7.45
LATENCIA DEL
SUEÑO MEDIA
(11-30 min)
LATENCIA DEL
SUEÑO ALTA
(+ 31 min)
28
7.15
6.95
Snacks no saludables como galletas,
chocolates, patatas fritas, refrescos y
comida rápida, pasteles o bollos y
dulces dentro y fuera de las comidas
Conclusiones
Nuestra encuesta apunta algunas
conclusiones críticas sobre la
relación entre el estrés laboral
y la alimentación y el modo en el
que factores como el género, la
función profesional, las horas
extras y los patrones a la hora
de dormirse tienen un impacto en
las elecciones de alimentos en el
lugar de trabajo. También apunta
a diferencias interesantes en los
hábitos alimentarios en los mercados
de Europa occidental y sugiere áreas
para la investigación en el futuro.
Por lo general, los encuestados—trabajadores de oficina
europeos—tienen una dieta razonablemente equilibrada con
buenos niveles de proteínas en las comidas principales. Los
desayunos continentales son los menos sanos, consumiendo
los italianos, los franceses y los españoles bollos y productos
similares por la mañana. El almuerzo británico parece ser el
menos sano, ya que los británicos consumen alimentos poco
saludables a la hora del almuerzo y grandes cantidades de
pan, lo que refleja la cultura dominante del sándwich y las
ofertas de almuerzo con sándwiches, bolsa de patatas fritas,
chocolatina y refresco en un paquete con un precio atractivo.
Algo menos del 45por ciento de los trabajadores de
oficina en los cinco mercados de Europa occidental
estudiados consumen snacks fuera de la hora de las
comidas, siendo los británicos los que más consumen y
los franceses los que menos. Entre los trabajadores de
oficina que consumen snacks, hay una mayor incidencia
de snacks poco saludables que de snacks saludables.
Si bien la fruta es la categoría individual de snack más
popular, el consumo global de snacks poco saludables
es mayor, optando los trabajadores por picar fruta en la
oficina y recurrir a snacks poco saludables en casa, si bien
los altos niveles de consumo de fruta fresca que hemos
registrado pueden indicar un sesgo de la autodeclaración.
Los empleados con altos niveles de estrés tienden
a consumir más snacks poco saludables, como
bolsas de patatas fritas y chocolate.
Las mujeres afirman tener mayores niveles de estrés y
consumir más snacks que los hombres. Esto enlaza con
los estudios existentes sobre mujeres, estrés y el consumo
excesivo de comida, si bien este resultado también
puede indicar un sesgo derivado de la autodeclaración.
Según los expertos, las mujeres tienen tendencia a
expresar sus sentimientos y a comunicar sus niveles de
estrés de un modo más sincero que los hombres.
La encuesta también pone de manifiesto que los
responsables de equipo/supervisores son los más
estresados, afirmando los trabajadores más senior que
tienen menos estrés. Los trabajadores parecen ampliar su
perspectiva respecto a la vida y el trabajo a medida que
cumplen años y escalan en la jerarquía, experimentando
menos estrés incluso si trabajan más horas y hacen
más horas extras, según observan los expertos.
La encuesta revela que las personas más estresadas
tienen dificultades para dormirse, una conclusión
que apoyan los expertos y otros estudios.
Las personas con mayores niveles de estrés laboral
afirman hacer un desayuno sano, lo que sugiere que se
preparan para una dura jornada en el trabajo cuando
saben que puede que no tengan tiempo para comer
bien, de manera que empiezan el día con buenas
intenciones e intentan comer de un modo que les
mantenga a lo largo de una jornada laboral cargada.
“LOS EMPLEADOS CON ALTOS NIVELES
DE ESTRÉS TIENDEN A CONSUMIR MÁS
SNACKS POCO SALUDABLES.”
29
Análisis y
recomendaciones
3
Alimentación sana en las
oficinas europeas
De manera global, la encuesta revela
que los hábitos alimentarios entre
trabajadores de oficina europeos—que
tiene un nivel de formación bastante
alto—son razonablemente saludables.
La encuesta también parece sugerir que los
trabajadores de oficina europeos tienen una dieta
más sana que sus homólogos americanos, que, según
muestran los estudios, consumen alimentos y snacks
menos saludables. Los trabajadores de oficina con
niveles de formación más altos están más dispuestos,
por lo general, a modificar sus hábitos alimentarios
y son más receptivos a los mensajes sobre nutrición.
Sin embargo, el comportamiento
alimentario razonablemente saludable
y las elevadas de cantidades de fruta
consumidas por los trabajadores
encuestados podrían indicar un
sesgo de la autodeclaración. Por lo
general, en los estudios basados en
autodeclaraciones, los encuestados
afirman tener un comportamiento
más sano que el real si se compara
con otro tipo de estudios, según
Anna Bach-Faig, coordinadora
científica de la Fundación Dieta
Mediterránea con sede en Barcelona.
Consumo de snacks en
el trabajo y en casa
Los trabajadores afirman que
consumen snacks menos saludables
(patatas fritas, galletas, refrescos y
chocolate) en casa que en el trabajo,
lo que podría indicar un deseo de
mostrar hábitos alimentarios más
sanos—dando así la impresión de
mayor control y profesionalidad—
ante nuestros colegas que ante
familiares y amigos en casa. Sin
embargo, los expertos en nutrición
sostienen que otras motivaciones
hormonales pueden estar llevando
a los europeos a optar por consumir
32
snacks menos saludables por la noche
cuando vuelven a casa después
de una dura jornada de trabajo.
Según el experto en nutrición Miguel
Toribio-Mateas, en nuestras elecciones
de alimentos entra en juego un
elemento de autorrecompensa, que
se regula mediante el neurotransmisor
dopamina. La dopamina se libera
cuando experimentamos alegría y
excitación ante una nueva situación, o
cuando recibidos estímulos placenteros,
como un snack. Recompensándose
con una copa de vino o un snack poco
saludable después del trabajo, los
trabajadores de oficina pueden generar
malos hábitos rápidamente. Lo que
empezó como una recompensa por un
día especialmente estresante puede
convertirse en una rutina diaria de
los patrones alimentarios, en la que
el simple hecho de abrir la puerta de
casa después del trabajo activa el ansia
de dopamina. Aunque a menudo se
confunde con sensación de hambre,
esta apetencia se rige en última
instancia por un hábito individual, pero
a menudo desemboca en el consumo
innecesario y poco saludable de
snacks “de recompensa” por la noche.
En segundo lugar, teniendo en cuenta
la correlación entre latencia del sueño
y consumo de snacks poco saludables,
la mayor proporción de snacks poco
saludables consumidos en casa
también puede explicarse por un
cansancio postlaboral. Cuando nuestro
cuerpo está cansado, producimos
melatonina, la hormona del sueño. La
producción de melatonina provoca una
reducción de la leptina que, como se
ha expuesto en la sección 1, genera
a su vez una mayor propensión a
consumir alimentos poco saludables
(azucarados o grasos). Por tanto, las
personas excesivamente cansadas
por la noche, o durante todo el día,
corren un mayor riesgo de tener
apetencia por snacks poco saludables.
Diferencias por países
La encuesta apunta a interesantes
diferencias por países en términos de
consumo de snacks, niveles de estrés
y horas extras, abriendo un espacio
para posteriores investigaciones.
Los países continentales tienen
desayunos menos sanos, mientras
que los almuerzos en Gran Bretaña
incluyen mucho pan y alimentos poco
saludables, lo que seguramente es
un indicio de la cultura dominante del
sándwich, las patatas fritas, el refresco
y la chocolatina entre los trabajadores
de oficina en el Reino Unido.
“Por tanto, las
personas excesivamente
cansadas por la
noche corren un
mayor riesgo de tener
apetencia por snacks
poco saludables.”
La muestra británica es la que también
consume alimentos fuera de las
comidas principales con la mayor
frecuencia, mientras que los franceses
lo hacen con la menor frecuencia. Esto
parece apuntar a la prevalencia de la
cultura de los snacks en el Reino Unido,
al tiempo que supone una señal de
alerta para otros mercados europeos
donde consumir snacks, aunque
sigue siendo un hábito minoritario,
está afectando a una proporción
significativa de trabajadores de oficina.
El desayuno y el almuerzo en el
Reino Unido consisten en una alta
proporción de carbohidratos, en
particular azúcares simples, en
relación con las proteínas y las
grasas. Este desequilibrio podría
explicar por qué los trabajadores
de oficina británicos consumen
significativamente más snacks que sus
homólogos continentales. Muchos
carbohidratos, como las féculas y los
azúcares, aportan rápidamente energía
y, después de quemarla rápidamente,
generan una caída de la energía
y del azúcar en sangre. Consumir
carbohidratos tan refinados en la
primera mitad de la jornada laboral
envía al cerebro una señal de que la
energía para el resto del día también
se quemará rápidamente. El resultado
es un ciclo de apetencia por tipos
similares de alimentos azucarados a
lo largo del día, para mantener altos
los niveles de energía en una especie
de montaña rusa de subida y bajada
de los niveles de azúcar en sangre.
A pesar de presentar, en general,
hábitos alimentarios más sanos que
los británicos, los franceses registran
los niveles de estrés vital más altos,
el segundo nivel de estrés laboral,
después de los británicos, y el mayor
número de horas extras en el trabajo,
observa la Dra. Stewart-Knox, psicóloga
de la alimentación en el Northern
Ireland Centre for Food & Health
(NICHE) (Centro para la Alimentación
y la Salud de Irlanda del Norte) en
la University of Ulster, añadiendo
que podría resultar interesante
estudiar más a fondo la muestra
francesa en relación con el estrés.
Edad y variables de género
Un análisis descriptivo de los resultados
también sugiere diferencias en
función del género y de la edad en los
patrones de trabajo y estrés, afirma la
Dra. Stewart-Knox. Los hombres y las
personas de más edad registran más
horas extras en el trabajo. Quienes
trabajan más de cinco horas extras
tardan más en dormirse. Trabajar
considerablemente más que las horas
fijadas por contrato puede, por tanto,
estar asociado con el estrés. Los
trabajadores más jóvenes registran los
niveles más altos de estrés laboral pero
dichos niveles disminuyen con la edad.
La transición de la juventud a la
mediana edad (26 a 35 años) parece
inducir los niveles más altos de estrés
y, a su vez, los trabajadores de este
grupo de edad presentan los hábitos
alimentarios menos sanos. En su
experiencia clínica, el experto en
nutrición Miguel Toribio-Mateas ha
observado que, como las personas
de este grupo de edad se enfrentan
a muchas “primera vez” (primera
función como responsable, primera
vivienda en propiedad, primeros
años de matrimonio y primeros hijos),
sienten una presión por encima de
la media para rendir en el trabajo.
Los trabajadores pueden percibir sus
niveles de estrés de manera diferente
en función de la antigüedad, según
los expertos. Quienes están en lo
más alto de la jerarquía pueden
considerar el estrés como parte de
su puesto de trabajo por lo que no
comunican altos niveles de estrés,
afirma Jane White, responsable
de servicios de información e
investigación en la división de política
de la the Institution of Occupational
Safety and Health (Institución de
Salud y Seguridad Laboral).
El personal más junior y administrativo,
sin embargo, puede sentir una carga
excesiva en relación con su puesto
de trabajo o su nivel salarial y ser
más expresivos en relación con el
estrés. Los trabajadores de más
edad suelen tener más experiencia
y una mejor perspectiva acerca de
la vida, de manera que pueden
trabajar horas extras y no sentirse
estresados por ello, comenta White.
Las personas de más edad, las que
ocupan puestos senior y quienes
registran un alto estrés laboral
consumen con la mayor frecuencia
snacks como fruta o fruta deshidratada
y frutos secos. El hecho de que quienes
consumen fruta frecuentemente
suelan registrar, sin embargo, una
menor latencia del sueño podría
sugerir, también, que el consumo
de fruta favorece el estrés.
La encuesta sugiere que los
trabajadores de más edad cuidan
su salud y su bienestar más que los
trabajadores junior. Los expertos
afirman que los trabajadores junior a
menudo tienen una actitud “invencible”
en relación con su salud, y consideran
que enfermedades como la diabetes
o las enfermedades cardiacas no son
relevantes en su grupo de edad y que
no deben preocuparse por ello hasta
mucho más adelante en su vida. Esto
sugiere la importancia de educar a
todos los grupos de edad sobre los
efectos de la dieta en su salud y en
su desempeño en el trabajo. Una
forma eficaz de hacerlo, según los
expertos, es ofrecer a los trabajadores
más jóvenes revisiones y chequeos
regulares, ya que el control regular de
la salud hace que las personas sean
mucho más conscientes del impacto
de su estilo de vida en la salud, lo
que también puede ser un factor para
que las personas de más edad sean
más conscientes de su salud. En la
mayoría de los países europeos, los
controles de la salud son mucho más
comunes a partir de los 40 años.
“los franceses
registran los niveles
de estrés vital más
altos, y el mayor
número de horas
extras en el trabajo.”
33
Aliviar el estrés
La Dra. Stewart-Knox afirma que las
conclusiones sugieren la necesidad de
reducir el estrés entre los trabajadores
más jóvenes que comunican un mayor
nivel de estrés. Como cabía esperar, la
encuesta también revela que fomentar
la actividad física durante la jornada
laboral podría contribuir a reducir
el estrés, ya que las personas que
registran menos actividad física suelen
registrar altos niveles de estrés laboral.
Las mujeres registran mayores niveles
de estrés y son más propensas a
consumir snacks poco saludables, lo
que enlaza con las conclusiones de la
investigación sobre mujeres y consumo
de alimentos durante episodios de
estrés. Es importante observar, no
obstante, que las mujeres son más
propensas que los hombres a expresar
con sinceridad sus sentimientos sobre
niveles de estrés sin sentirse violentas,
afirma White.
Snacks saludables
y snacks poco saludables
En el conjunto de la muestra de los
cinco países, una alta proporción
de trabajadores consumían snacks
tipo fruta, fruta deshidratada y
frutos secos o yogur, dicho de otro
modo, snacks saludables. Según los
expertos, entender por qué algunas
personas eligen snacks saludables
podría proporcionar una valiosa
información en términos de política
de salud pública. Puede resultar
interesante estudiar más a fondo
a este grupo de consumidores de
snacks aparentemente “sanos” para
determinar factores demográficos
(sexo, edad, profesión, clase social
y nivel de formación) y psicológicos
(estrés percibido, estrés laboral,
sueño) asociados con este patrón
más saludable de consumo de snacks,
sugiere la Dra. Stewart-Knox.
Los integrantes de la muestra
correspondiente al Reino Unidos, las
Estas conclusiones implican que la
mujeres y las personas que registran
intervención para aliviar el estrés
más estrés –debido a una mayor
laboral debería dirigirse a las mujeres
latencia del sueño, más horas extras
y a los más jóvenes, en particular
y más estrés ocupacional– son las
a quienes hacen horas extras. Es
que registran un consumo de snacks
importante observar que el estrés
“poco saludables” más frecuente.
suele tener efectos de “ciclo vicioso”:
Combinados, estos datos descriptivos
las personas más estresadas suelen
implican que las personas que residen
ser, por lo general, menos sanas,
en el Reino Unido, las mujeres y las
afirma White. Los trabajadores más
personas con estrés serían las que
estresados tiene una menor autoestima, más se beneficiarían de intervenciones
lo que, a su vez, tiene un impacto en
para fomentar una alimentación sana y
las elecciones de su estilo de vida,
reducir el comportamiento de consumo
incluyendo el consumo de azúcar
de snacks poco saludables, según la
y alcohol, el ejercicio y la atención
Dra. Stewart-Knox.
prestada al bienestar y la apariencia.
“la intervención
para aliviar el
estrés laboral
debería dirigirse a
las mujeres y a los
más jóvenes, en
particular a quienes
hacen horas extras.”
34
Los expertos también advierten de
que los trabajadores de oficina que
necesitan mantener niveles constantes
de energía a lo largo de toda la jornada
deberían evitar consumir demasiada
fruta en el trabajo, ya que puede tener
los mismos efectos negativos que
otras opciones azucaradas como el
chocolate y las galletas. Cuando se
consume sola, la fruta puede hacer
subir los niveles de azúcar en sangre
al absorber el flujo sanguíneo altas
cantidades de fructosa. Esto genera un
incremento en los niveles de energía
seguido de un descenso y cansancio, lo
que hace, a su vez, que los trabajadores
consuman otro snack para hacer frente
al cansancio. Esto explicaría que las
personas que padecen un alto estrés
laboral son también más propensas a
comer más fruta.
Otros factores
Existen otros factores que afectan
al consumo de alimentos y snacks,
que pueden estar presentes en los
resultados de la encuesta.
Un factor significativo es el
aburrimiento. Según la Dra. Sandi
Mann, profesora en la University
of Central Lancashire, los hábitos
alimentarios poco saludables son
una consecuencia del aburrimiento
y una deficiente implicación del
empleado. Sus estudios revelan que el
aburrimiento lleva a comer de manera
poco saludable, independientemente
del nivel profesional o de la profesión
del individuo. El hecho de que los
empleados de rango medio y los que
hacen menos horas extras en nuestra
encuesta consumieran más snacks
que los que ocupan puestos de mayor
rango sugiere que existe un factor
relacionado con el aburrimiento.
Otro factor es de carácter psicológico,
según Iva Maklova, investigadora en
Stop Obesity Project (Proyecto Stop a
la Obesidad) (STOP). Si una persona
aprendió en la infancia a asociar los
alimentos azucarados o ricos en grasas
con un alivio del estrés, el aburrimiento
o la infelicidad, mantendrá este
comportamiento en la edad adulta y
recurrirá a ello en el trabajo cuando
se activen esos sentimientos. Según
el experto en nutrición Miguel
Toribio-Mateas, puede ocurrir con
mayor probabilidad en mujeres muy
estresadas que, como se describe
en la literatura, son más propensas
a responder ante desencadenantes
emocionales para comer que los
hombres.
Las personalidades perfeccionistas
también pueden tener una relación
poco saludable con los alimentos y con
la alimentación, según los psicólogos.
Un perfeccionista puede esforzarse
por mantener una dieta perfecta, sin
comida basura ni comida con alto
contenido en grasas, pero sentirse
fracasado si no alcanza la perfección
y puede entonces recurrir a darse un
atracón de comida en cuanto siente
que ha roto su régimen perfecto,
según los psicólogos y los expertos en
nutrición. Si añadimos a esto la presión
que los perfeccionistas ejercen sobre
sí mismos en el trabajo, está claro que
dichas personalidades pueden verse
en una espiral poco saludable de horas
extras, consumo excesivo de alimentos
y snacks poco saludables.
La seguridad económica y los niveles
de ingresos pueden también tener un
impacto en los hábitos alimentarios
y en la elección de alimentos de una
persona. La comida rápida salada,
azucarada con bajo valor nutritivo
puede aliviar la sensación de hambre
a un menor precio que snacks
equivalentes con un mayor contenido
nutritivo, un factor que puede llevar a
empleados con bajos ingresos a elegir
alimentos poco saludables.
Conclusiones generales
Habida cuenta del sesgo de las
muestras de la encuesta hacia clases
sociales altas y medias, resulta difícil
extraer conclusiones para la población
en general. Esta encuesta, no obstante,
nos proporciona información sobre
las prácticas en materia de salud y
el bienestar psicológico de amplios
segmentos de trabajadores de los
sectores público y privado. Las
conclusiones son relevantes no solo
para la salud laboral y la salud pública,
sino también para la economía
europea, afirma la Dra. Stewart-Knox.
Nuestro estudio revela que hay una
incidencia relativamente mayor del
consumo de snacks poco saludables
entre los empleados más jóvenes con
empleos de rango medio o senior,
mientras que los trabajadores de más
edad, y en particular los trabajadores
de más edad con funciones más junior,
están mucho menos estresados y son
menos propensos a consumir snacks
poco saludables. Esto también apunta
a una mayor sensibilización de los
trabajadores de más edad respecto a
la relación entre alimentación y salud,
lo que no resulta sorprendente. Sin
embargo, las conclusiones muestran
una necesidad crítica de ayudar a
los trabajadores más jóvenes, y
especialmente a los que ocupan
puestos de responsabilidad, a eliminar
en mayor medida cualquier elección
de alimentos poco saludables para
poder gestionar el estrés laboral,
manteniendo así la productividad
sin sacrificar su salud a largo plazo.
Los trabajadores de más edad
también duermen mejor que los
más jóvenes, a pesar de la idea
que prevalece de que las personas
mayores tienen dificultades para
dormir. En este sentido, es posible
que los trabajadores más jóvenes
puedan en realidad aprender o
beneficiarse de la mayor sensibilización
y experiencia de los trabajadores de
más edad. Los estudios anteriores
sobre estrés y salud no han revelado
diferencias tan claras entre grupos de
edad, lo que supone una importante
contribución de este estudio.
Promover eficazmente la salud y
el bienestar entre trabajadores de
oficina tiene el potencial de mejorar la
eficiencia en el trabajo, de reducir las
horas de trabajo perdidas debido a
problemas de salud y a accidentes y
de reducir, para empresas y gobiernos,
la carga financiera que suponen
las enfermedades relacionadas
con el estrés, la salud mental, la
obesidad y el estilo de vida.
Estudios de caso de
mejores prácticas
Conscientes de los costes potenciales
de las enfermedades relacionadas con
la dieta en términos de productividad
de los trabajadores y, por consiguiente,
de beneficios, las empresas están
empezando a introducir cambios
para fomentar que sus empleados
consuman alimentos más sanos en
el trabajo, en particular en el caso
de las grandes multinacionales que
disponen de más dinero y que también
corren un mayor riesgo asociado al
absentismo y las enfermedades de los
trabajadores debido al número elevado
de empleados.
Christopher Wanjek destacaba algunas
empresas que habían introducido
innovadoras estrategias en materia de
alimentación. Uno de los ejemplos que
cita es Dole Food Co., una empresa de
California que subvenciona un comedor
saludable para empleados en su sede
central en Westlake Village, California.
Ofrece un buffet de ensaladas por 1,50
dólares, fruta gratis para picar por la
mañana, verduras gratis por la tarde
y fomenta que los trabajadores vayan
al gimnasio y hagan ejercicio. Al cabo
de seis meses, los análisis a los que se
sometieron 60 voluntarios revelaron un
nivel más bajo de colesterol, un nivel
más bajo de determinadas proteínas
que predicen futuras enfermedades
cardiacas, niveles reducidos de
triglicéridos y glucosa, según afirmó
en una entrevista con Reuters Jennifer
Grossman, directora del Dole Nutrition
Institute (Instituto de Nutrición Dole).
El libro de Wanjek también cita el caso
de Husky Injection Molding Systems
Ltd, una empresa de Ontario, Canadá.
Husky introdujo un comedor saludable
en la empresa, donde no había carne
roja ni fritos, y las comidas se servían
con tres guarniciones de verduras.
En el año 2000, Dinamarca implantó
una iniciativa para introducir frutas
a bajo precio o gratis en el trabajo y
miles de empresas se han sumado al
programa que se denomina firmafrugt.
Las empresas reparten fruta fresca
varias veces a la semana en las oficinas
de manera gratuita o a un precio muy
reducido para los empleados, que
indefectiblemente optan por picar fruta
en lugar de otros snacks alternativos
azucarados o grasos. Las empresas
danesas también están educando a sus
trabajadores en materia de nutrición en
paralelo a la iniciativa de la fruta.
En su libro de 2005, Food at Work (La
alimentación en el trabajo), el escritor
especializado en salud y ciencia
35
Recomendaciones
Los resultados de nuestra encuesta y las entrevistas
con una serie de expertos apuntan a determinadas
recomendaciones para los empleadores que quieran
mejorar los hábitos alimentarios de su plantilla.
Recomendaciones
para empleadores
1) Considere la posibilidad de ofrecer
fruta fresca gratis o a un precio muy
reducido durante la jornada laboral.
2) Reduzca la oferta de alimentos
poco saludables y de snacks en
el lugar de trabajo. Los expertos
afirman que los trabajadores
optarán a menudo por consumir
snacks poco saludables si se
les da la opción. Esfuércese
por limitar esta opción.
3) Considere la posibilidad de
prohibir que los empleados coman
en sus mesas de despacho.
4) Implemente una política de respeto
de la hora de la comida en toda
la empresa. Fomente que los
trabajadores disfruten de todo el
tiempo que les corresponde para
comer y salgan de la oficina.
5) Considere la posibilidad de
introducir un programa de tickets
para restaurantes locales que
fomente que los trabajadores
hagan una comida sentados y
que también permita dedicar
tiempo a establecer lazos con
los colegas y reducir los niveles
de estrés. Fomente que los
directivos y otros miembros
senior del personal coman con
empleados en restaurantes
locales o en restaurantes de la
empresa semanalmente o cada
dos semanas para mostrar respeto
por la hora de la comida.
6) Ofrezca instalaciones de cocina
adecuadas en la empresa para
36
poder preparar y calentar
alimentos y asegúrese de que
hay lugares agradables para
que los trabajadores coman
alimentos que se han preparado:
comedores, zonas de relax.
7) Permita que proveedores externos
ofrezcan snacks saludables y
alimentos como bolsitas de
frutos secos, aceitunas, pan
integral, galletas integrales,
zumos y ensaladas en la empresa
y reevalúe los contratos de
catering con grandes empresas
que pueden ser un obstáculo
a opciones más saludables.
8) Considere la posibilidad de prohibir
las máquinas expendedoras
de refrescos—nuestro estudio
revela que los trabajadores
muy estresados son dos veces
más propensos a consumir
refrescos que los trabajadores
con un bajo nivel de estrés—.
9) Cree una cultura saludable en
toda la empresa, empezando
por los niveles más altos de la
organización. Informe al personal
—a través de anuncios, correos
electrónicos, tablón de anuncios,
etc.—de que el bienestar de los
trabajadores es más importante
que la productividad en el trabajo y
los objetivos. Implemente mensajes
que animen a los trabajadores
a tomarse una pausa—salir a
pasea /ir al gimnasio/correr—en
lugar de “tomar un snack”.
10)Fomente la sensibilización y la
implicación de los empleados en
relación con una alimentación sana
y los riesgos que el estrés, dormir
mal y consumir snacks tienen para
la salud y el rendimiento en el
trabajo mediante formación en
la empresa, cursos por Internet
y recordatorios en Outlook.
11) Presione al gobierno para obtener
desgravaciones fiscales sobre
equipamientos (por ejemplo,
batidoras y licuadoras) y hábitos
alimentarios más saludables,
como se ha hecho en el programa
del Reino Unido Cycle to Work
(“En bicicleta al trabajo”), a
través del cual los empleadores
pagan un parte del coste de
una bicicleta que los empleados
usan para ir a trabajar.
12) Diríjase específicamente a los
jóvenes y recién licenciados
que, según nuestro estudio,
son más vulnerables a las malas
prácticas alimentarias.
13) Para las PYME: Introduzca
clubs “after hours” en los
que los empleados preparen
comida de manera rotativa.
14) Introduzca una auditoría anual
sobre alimentación saludable/estrés
realizada por expertos externos
en nutrición y financiada por el
empleador. Dicha auditoría podría
dar lugar a un Plan de Nutrición
Personalizado (PNP) que incluyera
asesoramiento para desconectar
y para un comportamiento
saludable a la hora de dormir.
15)Cree una Dieta o Plan de Energía
en el Trabajo con sugerencias
sobre alimentos que regulan el
estado de ánimo, dan energía y
reducen el estrés sustituyendo
a los snacks azucarados.
16) Cree un Programa de Desafío en el
Trabajo que integre alimentación,
ejercicio y estilo de vida y premie
los mejores resultados.
17)Introduzca pruebas regulares y
controles de los indicadores de
salud clave, como el colesterol,
para sensibilizar a los trabajadores
sobre los riesgos para la salud.
18)Permita que los empleados
voten modificaciones anuales
de los menús estándar del
comedor para motivar al
personal a elegir los alimentos
que quieren comer. Asegúrese
de la educación sobre nutrición
forma parte de dicho proceso.
19)Muestre las calorías, el contenido
en grasa, sal y azúcar en todos
los alimentos del comedor y
máquinas expendedoras.
20)Asegúrese de que las revisiones
anuales de los trabajadores evalúan
el estrés, la implicación y los niveles
de aburrimiento de los empleados.
Aplique políticas que garanticen
que los trabajadores están en
puestos de trabajo que aprovechan
sus fortalezas y les dan energía.
Investigación futura
Los gobiernos, las instituciones
académicas y las empresas
deberían seguir investigando el
impacto de los niveles de estrés
en los hábitos alimentarios de los
europeos, en particular dirigiéndose
a los trabajadores más jóvenes, a
responsables de rango intermedio
y junior y a las mujeres. A medida
que las empresas introducen
políticas de alimentación sana,
los estudios deberían medir los
beneficios inmediatos y potenciales
a largo plazo de una plantilla más
saludable en términos de mayor
productividad, reducción de costes,
disminución del absentismo y
reducción de accidentes laborales.
Los expertos en nutrición y las
empresas de alimentación deberían
seguir investigando alimentos y
snacks que regulen el estado de
ánimo y liberen energía lentamente,
aumentando la oferta de snacks más
saludables y reduciendo, al mismo
tiempo, la oferta de snacks con un alto
contenido en grasas, azúcar y sal.
“LOS ESTUDIOS DEBERÍAN
MEDIR LOS BENEFICIOS
INMEDIATOS Y
POTENCIALES A LARGO
PLAZO DE UNA PLANTILLA
MÁS SALUDABLE EN
TÉRMINOS DE MAYOR
PRODUCTIVIDAD,
REDUCCIÓN DE
COSTES, DISMINUCIÓN
DEL ABSENTISMO
Y REDUCCIÓN DE
ACCIDENTES LABORALES.”
37
Referencias/
Appendices
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of mood, food and
mood enhancing foods. Journal
of Nutriceuticals, Functional &
Medicinal Food 4, 61-84.
Weidner G, Kohlmann CW, Dotzaur E,
Burns LR (1996) The effects of academic
stress on health behaviors
in young adults. Anxiety, Stress &
Coping 9, 123-133.
Zellner DA, Loaiza S, Gonzalez Z,
Pita J, Morales J, Pecora D et al (2006)
Food selection changes under stress.
Physiology & Behavior 87, 789-793
Apéndice I
Apéndice II
Método de investigación
académica
Las entrevistas en profundidad
realizadas con las personas que se
detallan a continuación han contribuido
a las conclusiones de este informe.
Se ha realizado una búsqueda
sistemática en la Web of Science,
limitándonos a artículos de
investigación originales recogidos
en las bases de datos de ciencias
y ciencias sociales y publicados en
publicaciones académicas sometidas
a revisión por pares entre 1990 y 2012.
Se han excluido las actas de congresos.
Se introdujeron como palabras clave
Alimentos/Dieta/Nutrición (Food/
Diet/Nutrition) junto con Psicológico/
Empleo/Trabajo/Estrés laboral
(Psychological/Job/Work/Occupational
Stress).
Anna Bach
Coordinadora Científica, Fundación
Dieta Mediterránea (FDM)
Iva Malikova
Fundadora, The STop OBesity project
(STOB), Asociación “Healthy Living
the Easy Way”
Sandi Mann
Profesora de psicología laboral,
Facultad de Psicología de la University
of Lancaster
Miguel Toribio-Mateas, MSc BSc
(Hons) NMed PgDip MBANT NTCC
CNHC Registered Director,
Director, The British Association
for Applied Nutrition and
Nutritional Therapy
Christopher Wanjek
Autor de Food at Work (La
alimentación en el trabajo),
publicado por la Organización
Mundial de la Salud
Jane White
Responsable de Servicios de
Información e Investigación,
División de Políticas, Institution of
Occupational Safety and Health
43
Appendice III
Otros resultados del estudio de 4.980 trabajadores de oficina con edades
comprendidas entre los 18 y los 75 años, en el Reino Unido, Francia, Alemania,
España e Italia (algo menos de 1.000 en cada país) sobre el contenido de sus
comidas, su consumo de snacks, sus hábitos a la hora de dormir y el nivel de estrés
laboral durante una jornada normal en la oficina.
Los snacks consumidos
¿COMISTE ALGO FUERA DE LAS PRINCIPALES COMIDAS AYER?
44%
TODOS LOS
PAÍSES
34%
56%
66%
45%
55%
FRANCIA
56%
39%
44%
ALEMANIA
54%
46%
61%
ITALIA
ESPANA
REINO UNIDO
SI
NO
% de todas las respuestas, n= 4980
LUGARES DE CONSUMO DE SNACKS (Total de la población que los consume)
Snacks saludables
0%
10%
Fruta
fresca
20%
30%
40%
60%
61%
45%
5%
Frutos
secos
50%
EN CASA
57%
40%
9%
39%
58%
Yogurt
0%
Snacks no saludables
Patatas
fritas
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
39%
56%
3%
47%
Chocolate
6%
54%
50%
Refrescos
15%
43%
Galletas
9%
Patatas
fritas
28%
27%
44
EN EL TRABAJO
47%
58%
54%
OTROS SITIOS
SNACKS TOMADOS FUERA DE LAS COMIDAS PRINCIPALES
España
SNACKS TOMADOS FUERA DE LAS COMIDAS PRINCIPALES
TODOS LOS PAÍSES
0%
10%
20%
30%
40%
31.5%
Fruta
fresca
13.1%
Patatas
fritas
Patatas
fritas
13.1%
Yogurt
12.8%
50%
21.7%
15.2%
14.6%
10.9%
5.9%
Frutos
secos
5.4%
Frutos
secos
40%
27.8%
Refrescos
6.9%
Patatas
fritas
30%
32.2%
Chocolate
Refrescos
Chocolate
20%
Galletas
20.0%
Yogurt
10%
Fruta
fresca
20.8%
Galletas
0%
50%
3.4%
Patatas
fritas
% de personas que han consumida snacks en España, n=335
% de personas que han consumida snacks en todos los países, n=2178
SNACKS TOMADOS FUERA DE LAS COMIDAS PRINCIPALES
SNACKS TOMADOS FUERA DE LAS COMIDAS PRINCIPALES
Italia
Francia
0%
10%
20%
30%
40%
28.2%
Fruta
fresca
23.2%
Galletas
20.8%
Yogurt
50%
0%
10%
20%
23.6%
Chocolate
7.8%
14.4%
Patatas
fritas
14.4%
Frutos
secos
6.6%
Yogurt
6.6%
Frutos
secos
Patatas
fritas
5.3%
4.4%
% de personas que han consumida snacks en Italia, n=457
Refrescos
Patatas
fritas
50%
28.4%
Fruta
fresca
Chocolate
8.3%
40%
37.6%
Galletas
Patatas
fritas
Refrescos
30%
5.1%
1.5%
% de personas que han consumida snacks en Francia, n=335
45
SNACKS TOMADOS FUERA DE LAS COMIDAS PRINCIPALES
SNACKS TOMADOS FUERA DE LAS COMIDAS PRINCIPALES
ALEMANIA
REINO UNIDO
0%
10%
20%
30%
40%
0%
36.2%
Fruta
fresca
29.8%
26.7%
15.2%
8.8%
Yogurt
3.8%
Frutos
secos
30.7%
Refrescos
5.0%
Patatas
fritas
Frutos
secos
2%
Patatas
fritas
% de personas que han consumida snacks en Alemania, n=442
8.1%
2.5%
% de personas que han consumida snacks en Reino Unido, n=554
SNACKS SALUDABLES VS NO SALUDABLES - % DE EJEMPLOS TOTALES
0.0
5.0
10.0
15.0
20.0
SNACKS NO
SALUDABLES
SNACKS
SALUDABLES
46
25.0
30.0
26.4%
19.6%
40%
50%
35.2%
Chocolate
10.9%
Refrescos
30%
Patatas
fritas
16.5%
Yogurt
20%
Galletas
27.6%
Galletas
10%
Fruta
fresca
29.2%
Chocolate
Patatas
fritas
50%
CONSUMO DE SNACKS SALUDABLES/ NO SALUDABLES POR PAÍSES (% de ejemplo nacional)
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%
40%
SNACKS NO SALUDABLES
24%
21%
ITALIA
SNACKS SALUDABLES
27%
22%
ALEMANIA
20%
19%
ESPANA
21%
FRANCIA
12%
41%
25%
REINO UNIDO
MEDIA DE CONSUMO DE SNACKS NO SALUDABLES SEGÚN PAÍSES
Rango de 1 a 8 snacks no saludables consumidos al día, durante las
comidas y entre ellas, n= 2151
6.95
Snacks no saludables como galletas,
chocolates, patatas fritas, refrescos y
comida rápida, pasteles o bollos y
dulces dentro y fuera de las comidas
ITALIA
ALEMANIA
6.65
6.9
ESPANA
FRANCIA
REINO UNIDO
7.15
7.85
47
Comidas equilibradas
COMPOSICIÓN DEL DESAYUNO | TODOS LOS PAÍSES
35%
30%
29%
25%
21%
23% 22%
16% 16%
20%
15%
5% 4%
10%
5%
0%
PAN
(inc. pizza)
CEREALES
QUESO,
YOGURT
U OTROS
LÁCTEOS
OTROS
FRUTA
FRESCA
PASTELES,
AVENA
CHOCOLATE,
GALLETAS, BOLLOS
U OTROS DULCES
HUEVOS, CARNE,
POLLO U OTRAS
FUENTES DE
PROTEÍNAS
% de todas las respuestas, n= 4980
DESAYUNO CON SNACKS V SIN SNACKS
% personas que consumen/no consumen snacks en el desayuno Consumen= 2178 No consumen=2802
CONSUMEN
NO CONSUMEN
35%
30%
29%30%
25%
25%
21%
20%
23%
21% 20%22%
17%
15%
15% 15%
14%
10%
6%
5%
4%
5%
4%
2% 1%
0%
PAN
48
CEREALES
YOGURT
OTROS
FRUTA
FRESCA
POSTRE
AVENA
CARNE
FRUTOS
SECOS
2%2%
ENSALADAS
2% 1%
PASTA,
PATATAS,
ARROZ
1%
0%
PESCADO
1%1%
SOPA
COMPOSICIÓN DEL DESAYUNO |
Reino Unido
38%
40%
35%
30%
25%
22%
20%
15%
7% 6%
10%
13%
13%
0%
PAN
(inc. pizza)
CEREALES
QUESO,
YOGURT
U OTROS
LÁCTEOS
OTROS
6%
2%
5%
FRUTA
FRESCA
PASTELES,
AVENA
CHOCOLATE,
GALLETAS, BOLLOS
U OTROS DULCES
HUEVOS, CARNE,
POLLO U OTRAS
FUENTES DE
PROTEÍNAS
% de respuestas Reino Unido, n=999
COMPOSICIÓN DEL DESAYUNO |
España
35%
30%
26%
25%
23%
27%
24%
17%
20%
21%
15%
10%
3% 2%
5%
0%
PAN
(inc. pizza)
CEREALES
QUESO,
YOGURT
U OTROS
LÁCTEOS
OTROS
FRUTA
FRESCA
PASTELES,
AVENA
CHOCOLATE,
GALLETAS, BOLLOS
U OTROS DULCES
HUEVOS, CARNE,
POLLO U OTRAS
FUENTES DE
PROTEÍNAS
% de respuestas españolas, n=994
49
COMPOSICIÓN DEL DESAYUNO |
Italia
30%
23%
25%
20%
19%
10%
15%
10%
5%
32%
32%
35%
6%
4%
0%
PAN
(inc. pizza)
CEREALES
QUESO,
YOGURT
U OTROS
LÁCTEOS
OTROS
FRUTA
FRESCA
PASTELES,
AVENA
CHOCOLATE,
GALLETAS, BOLLOS
U OTROS DULCES
2%
HUEVOS, CARNE,
POLLO U OTRAS
FUENTES DE
PROTEÍNAS
% de respuestas italianas n=997
COMPOSICIÓN DEL DESAYUNO |
60%
Alemania
54%
50%
40%
29%
30%
14%
20%
15% 18%
8%
10%
3% 2%
0%
PAN
(inc. pizza)
CEREALES
QUESO,
YOGURT
U OTROS
LÁCTEOS
OTROS
FRUTA
FRESCA
PASTELES,
AVENA
CHOCOLATE,
GALLETAS, BOLLOS
U OTROS DULCES
% de respuestas alemanas, n=994
50
HUEVOS, CARNE,
POLLO U OTRAS
FUENTES DE
PROTEÍNAS
COMPOSICIÓN DEL DESAYUNO |
40%
Francia
40%
35%
27% 28%
30%
20%
25%
16%
20%
15%
15%
10%
2% 3%
5%
0%
PAN
(inc. pizza)
CEREALES
QUESO,
YOGURT
U OTROS
LÁCTEOS
OTROS
FRUTA
FRESCA
PASTELES,
AVENA
CHOCOLATE,
GALLETAS, BOLLOS
U OTROS DULCES
HUEVOS, CARNE,
POLLO U OTRAS
FUENTES DE
PROTEÍNAS
% de respuestas francesas, n=996
COMPOSICIÓN DE LAS COMIDAS | TODOS LOS PAÍSES
40%
35%
35% 34%
30%
25%
28% 26%
19%
20%
16%
15%
9% 9% 7% 7%
10%
5%
0%
POLLO, SOPA,
PASTA,
CARNE, HUEVOS ARROZ,
U OTRAS
PATATAS
FUENTES DE
PROTEÍNAS
PAN
ENSALADAS
(inc. pizza) Y VEGETALES
FRUTA
FRESCA
QUESO,
YOGURT U
OTROS
LÁCTEOS
PESCADO
OTROS
PASTELES,
SOPA
CHOCOLATE,
GALLETAS,
BOLLOS U OTROS DULCES
% de todas las respuestas, n= 4980
51
COMIDAS CON SNACKS V SIN SNACKS
% de personas que consumen/no consumen snacks en las comidas Consumen= 2178 No consumen=2802
CONSUMEN
35%
35%
30%
NO CONSUMEN
34%
33%
35%
30%
27%
27%
26%
25%
20%
18%
16% 16%
19%
15%
9%
10%
5%
9%
10%
8%
2%
1%
0%
PAN
CEREALES
YOGURT
OTROS
0%
FRUTA
FRESCA
COMPOSICIÓN DE LAS COMIDAS |
50%
POSTRE
2%
1%
AVENA
8%
6%
5%
CARNE
FRUTOS
SECOS
7%
2%
ENSALADAS
PASTA,
PATATAS,
ARROZ
PESCADO
SOPA
Reino Unido
43%
40%
30%
23%
20%
11%
18%19% 15%
4%
10%
10%
14% 12%
0%
POLLO, SOPA,
PASTA,
CARNE, HUEVOS ARROZ,
U OTRAS
PATATAS
FUENTES DE
PROTEÍNAS
PAN
ENSALADAS
(inc. pizza) Y VEGETALES
FRUTA
FRESCA
QUESO,
YOGURT U
OTROS
LÁCTEOS
% de respuestas Reino Unido, n=999
52
PESCADO
OTROS
PASTELES,
SOPA
CHOCOLATE,
GALLETAS,
BOLLOS U OTROS DULCES
COMPOSICIÓN DE LAS COMIDAS |
50%
44%
40%
España
19%
33%
29%
30%
22%
20%
11%
15%
10%
9%
4% 7%
0%
POLLO, SOPA,
PASTA,
CARNE, HUEVOS ARROZ,
U OTRAS
PATATAS
FUENTES DE
PROTEÍNAS
PAN
ENSALADAS
(inc. pizza) Y VEGETALES
FRUTA
FRESCA
QUESO,
YOGURT U
OTROS
LÁCTEOS
PESCADO
OTROS
PASTELES,
SOPA
CHOCOLATE,
GALLETAS,
BOLLOS U OTROS DULCES
% de respuestas españolas, n=994
COMPOSICIÓN DE LAS COMIDAS |
Italia
54%
60%
50%
40%
30%
26%
20%
26% 27%
19%
8% 6% 6%
10%
3% 3%
0%
POLLO, SOPA,
PASTA,
CARNE, HUEVOS ARROZ,
U OTRAS
PATATAS
FUENTES DE
PROTEÍNAS
PAN
ENSALADAS
(inc. pizza) Y VEGETALES
FRUTA
FRESCA
QUESO,
YOGURT U
OTROS
LÁCTEOS
PESCADO
OTROS
PASTELES,
SOPA
CHOCOLATE,
GALLETAS,
BOLLOS U OTROS DULCES
% de respuestas italianas, n=997
53
COMPOSICIÓN DE LAS COMIDAS |
Alemania
40%
35%
32% 33%
30%
25%
19%
20%
24%
15%
9% 8%
6% 8%
10%
5%
4%
8%
0%
POLLO, SOPA,
PASTA,
CARNE, HUEVOS ARROZ,
U OTRAS
PATATAS
FUENTES DE
PROTEÍNAS
PAN
ENSALADAS
(inc. pizza) Y VEGETALES
FRUTA
FRESCA
QUESO,
YOGURT U
OTROS
LÁCTEOS
PESCADO
OTROS
PASTELES,
SOPA
CHOCOLATE,
GALLETAS,
BOLLOS U OTROS DULCES
% de respuestas alemanas, n=994
COMPOSICIÓN DE LAS COMIDAS |
Francia
60%
50%
49%
41%
36%
34% 33%
40%
24%
30%
15%
20%
10%
10% 9%
3%
0%
POLLO, SOPA,
PASTA,
CARNE, HUEVOS ARROZ,
U OTRAS
PATATAS
FUENTES DE
PROTEÍNAS
PAN
ENSALADAS
(inc. pizza) Y VEGETALES
FRUTA
FRESCA
QUESO,
YOGURT U
OTROS
LÁCTEOS
% de respuestas francesas, n=996
54
PESCADO
OTROS
PASTELES,
SOPA
CHOCOLATE,
GALLETAS,
BOLLOS U OTROS DULCES
COMPOSICIÓN DE LAS CENAS | TODOS LOS PAÍSES
50%
40%
39%
32%
30%
28% 25%
23%
15% 13%
20%
10%
10% 8%
6%
0%
POLLO, SOPA, ENSALADAS
PAN
CARNE, HUEVOS
Y
(inc. pizza)
U OTRAS
VEGETALES
FUENTES DE
PROTEÍNAS
PASTA,
ARROZ,
PATATAS
QUESO,
YOGURT U
OTROS
LÁCTEOS
FRUTA
FRESCA
PESCADO
SOPA
OTROS
PASTELES,
CHOCOLATE,
GALLETAS,
BOLLOS U OTROS
DULCES
% de todas las respuestas, n= 4980
CENAS CON SNACKS V SIN SNACKS
% de personas que consumen/no consumen snacks en las cenas Snackers: n=2178 Non-snackers: n=2802
CONSUMEN
NO CONSUMEN
41%
40%
37%
34%
35%
30%
28%
30%
26%
24%
25%
23%
22%
20%
13%
15%
10%
5%
15%
8%
6%
30%
2%
2%
0%
PAN
CEREALES
YOGURT
13%
OTROS
FRUTA
FRESCA
POSTRE
AVENA
2%
2%
0%
1%
11%
9%
8%
6%
14%
CARNE
FRUTOS
SECOS
ENSALADAS
PASTA,
PATATAS,
ARROZ
PESCADO
SOPA
55
COMPOSICIÓN DE LAS CENAS |
60%
Reino Unido
54%
46%
50%
40%
40%
30%
14%
20%
10%
10%
7%
12%
4%
9% 9%
0%
POLLO, SOPA, ENSALADAS
PAN
CARNE, HUEVOS
Y
(inc. pizza)
U OTRAS
VEGETALES
FUENTES DE
PROTEÍNAS
PASTA,
ARROZ,
PATATAS
QUESO,
YOGURT U
OTROS
LÁCTEOS
FRUTA
FRESCA
PESCADO
SOPA
OTROS
PASTELES,
CHOCOLATE,
GALLETAS,
BOLLOS U OTROS
DULCES
% de respuestas Reino Unido, n=999
COMPOSICIÓN DE LAS CENAS |
35%
30%
25%
30%
España
27%
23%
22%
20%
19%
22%
15%
10% 9%
9%
10%
4%
5%
0%
POLLO, SOPA, ENSALADAS
PAN
CARNE, HUEVOS
Y
(inc. pizza)
U OTRAS
VEGETALES
FUENTES DE
PROTEÍNAS
PASTA,
ARROZ,
PATATAS
QUESO,
YOGURT U
OTROS
LÁCTEOS
FRUTA
FRESCA
% de respuestas españolas, n=994
56
PESCADO
SOPA
OTROS
PASTELES,
CHOCOLATE,
GALLETAS,
BOLLOS U OTROS
DULCES
COMPOSICIÓN DE LAS CENAS |
Italia
50%
40%
40%
35%
27%
30%
21%
20%
14%
19%
15%
7% 6% 5%
10%
0%
POLLO, SOPA, ENSALADAS
PAN
CARNE, HUEVOS
Y
(inc. pizza)
U OTRAS
VEGETALES
FUENTES DE
PROTEÍNAS
PASTA,
ARROZ,
PATATAS
QUESO,
YOGURT U
OTROS
LÁCTEOS
FRUTA
FRESCA
PESCADO
SOPA
OTROS
PASTELES,
CHOCOLATE,
GALLETAS,
BOLLOS U OTROS
DULCES
% de respuestas italianas = 997
COMPOSICIÓN DE LAS CENAS |
Alemania
44%
50%
40%
31%
30%
24%
20%
18%
22%
9%
10%
6% 6% 8% 4%
0%
POLLO, SOPA, ENSALADAS
PAN
CARNE, HUEVOS
Y
(inc. pizza)
U OTRAS
VEGETALES
FUENTES DE
PROTEÍNAS
PASTA,
ARROZ,
PATATAS
QUESO,
YOGURT U
OTROS
LÁCTEOS
FRUTA
FRESCA
PESCADO
SOPA
OTROS
PASTELES,
CHOCOLATE,
GALLETAS,
BOLLOS U OTROS
DULCES
% de respuestas alemanas, n=994
57
COMPOSICIÓN DE LAS CENAS |
Francia
46%
50%
40%
39%
34%34% 31%
25%
30%
20%
20%
11%
9% 8%
10%
0%
POLLO, SOPA, ENSALADAS
PAN
CARNE, HUEVOS
Y
(inc. pizza)
U OTRAS
VEGETALES
FUENTES DE
PROTEÍNAS
PASTA,
ARROZ,
PATATAS
QUESO,
YOGURT U
OTROS
LÁCTEOS
FRUTA
FRESCA
PESCADO
SOPA
OTROS
PASTELES,
CHOCOLATE,
GALLETAS,
BOLLOS U OTROS
DULCES
% de respuestas francesas, n=996
Diferencias en función del género
TOTAL DE SNACKS VS GÉNEROS
0%
5%
10%
15%
20%
25%
5%
7%
16%
15%
Patatas
fritas
21%
22%
Chocolate
11%
11%
Refrescos
27%
29%
Galletas
58
4%
3%
40%
Masculino
Femenino
% de cada grupo basados en el
ejemplo de consumo de snacks
total, n=2178
14%
15%
Yogurt
Patatas
fritas
35%
31%
33%
Fruta
fresca
Frutos
secos
30%
MEDIA DE CONSUMO DE SNACKS NO SALUDABLES POR GÉNERO
Rango de 1 a 8 snacks no saludables consumidos al día, durante las
comidas y entre ellas, n= 2151
Femenino
7.25
Snacks no saludables como galletas,
chocolates, patatas fritas, refrescos y
comida rápida, pasteles o bollos y
dulces dent
7.05
Masculino
Diferencias en la edad
TOTAL DE SNACKS VS GRUPOS DE EDAD
0%
5%
10%
15%
20%
25%
29%
Fruta
fresca
7%
5%
Frutos
secos
35%
40%
ENTRE 26-45
37%
ENTRE 46-65
% de todas las respuestas, n=4980
15%
15%
Yogurt
Patatas
fritas
11%
19%
22%
19%
Chocolate
Refrescos
8%
13%
28%
29%
Galletas
Patatas
fritas
30%
2%
4%
59
MEDIA DE CONSUMO DE SNACKS NO SALUDABLES SEGÚN GRUPOS DE EDAD
Rango de 1 a 8 snacks no saludables consumidos al día, durante las
comidas y entre ellas, n= 2151
6.4
56-65
Snacks no saludables como galletas,
chocolates, patatas fritas, refrescos y
comida rápida, pasteles o bollos y
dulces dent
6.9
46-55
7.45
36-45
7.2
26-35
8.1
18-25
Diferencias en la antigüedad
TOTAL DE SNACKS VS NIVELES DE TRABAJO
0%
Fruta
fresca
Frutos
secos
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%
40%
NIVEL JUNIOR /
PRINCIPIANTE
NIVEL JEFE DE QUIPO
/ SUPERVISOR
NIVEL MEDIO
Yogurt
NIVEL SENIOR
Patatas
fritas
RESPONSABLE
Chocolate
% de grupos basados en el ejemplo
global, n= 4980
Refrescos
Galletas
Patatas
fritas
60
CONSUMO DE SNACKS SALUDABLES/ NO SALUDABLES POR NIVELES DE TRABAJO
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
SNACKS NO SALUDABLES
21%
Responsable
16%
SNACKS SALUDABLES
23%
Nivel Senior
20%
26%
Nivel Medio
20%
28%
Jefe de equipo
/ supervisor
21%
29%
Nivel Junior
/Principiante
20%
MEDIA DE CONSUMO DE SNACKS NO SALUDABLES SEGÚN CATEGORÍAS PROFESIONALES
Rango de 1 a 8 snacks no saludables consumidos al día, durante las
comidas y entre ellas, n= 2151
Responsable
Nivel Senior
6.55
Snacks no saludables como galletas,
chocolates, patatas fritas, refrescos y
comida rápida, pasteles o bollos y
dulces dent
7.1
7.25
Nivel Medio
7.35
Jefe de equipo
/ supervisor
Nivel Junior
/ Principiante
7.05
61
Estrés laboral
DISTRIBUCIÓN DE LOS NIVELES DE ESTRÉS PROFESIONAL
27%
29%
ESTRÉS PROFESIONAL ALTO
ESTRÉS PROFESIONAL MEDIO
ESTRÉS PROFESIONAL BAJO
44%
% de todas las respuestas, n=4980
ESTRÉS PROFESIONAL SEGÚN LOS PAÍSES
% de todas las respuestas, n=4980
3.5 Muy alto
3.25
3.25 Alto
3.17
3.08
3.06
3. Medio
2.99
2.91
2.75 Bajo
2.5 Muy bajo
TODOS LOS
PAÍSES
REINO UNIDO
62
FRANCIA
ESPANA
ALEMANIA
ITALIA
LATENCIA DEL SUEÑO VS ESTRÉS PROFESIONAL
0%
5%
MENOS DE 5 MINUTOS
10%
15%
11%
20%
30%
ESTRÉS PROFESIONAL
BAJO
14%
6-10 MINUTOS
21%
11-20 MINUTOS
22%
26%
ESTRÉS PROFESIONAL
ALTO
26%
% de grupos basados en el
ejemplo global , n= 4980
17%
19%
21-30 MINUTOS
11%
30-60 MINUTOS
MÁS DE UNA HORA
25%
6%
15%
12%
GÉNERO VERSUS ESTRES PROFESIONAL
46%
54%
53%
Stress professional bajo
47%
Stress professional alto
Masculino
Femenino
% de grupos basados en el ejemplo global , n= 4980
63
GRUPOS DE EDAD VS ESTRÉS PROFESIONAL
0%
5%
10%
15%
20%
30%
ESTRÉS PROFESIONAL
BAJO
12%
12%
ENTRE 18 - 25
18%
ENTRE 26 - 35
ESTRÉS PROFESIONAL
ALTO
23%
21%
22%
ENTRE 36 - 45
% de grupos basados en el ejemplo
global = 4980
21%
19%
ENTRE 46 - 55
ENTRE 56 - 65
23%
26%
3%
1%
ENTRE 65 - 75
75+
25%
0%
0%
EJERCICIO HECHO AYER VS ESTRÉS PROFESIONAL
43%
57%
39%
Stress professional bajo
Stress professional alto
SI
NO
% de grupos basados en el ejemplo global= 4980
64
61%
MEDIA DE CONSUMO DE SNACKS NO SALUDABLES SEGÚN NIVELES DE ESTRÉS PROFESIONAL
Rango de 1 a 8 snacks no saludables consumidos al día, durante las
comidas y entre ellas, n= 2151
ESTRÉS
PROFESIONAL BAJO
7.55
ESTRÉS
PROFESIONAL ALTO
Snacks no saludables como galletas,
chocolates, patatas fritas, refrescos y
comida rápida, pasteles o bollos y
dulces dent
6.7
‘YO ESTOY SANO’ VS ESTRÉS PROFESSIONAL
3,400
3,420
3,440
3,460
3,480
3,500
3,520
3,540
3,560
SALUD
% de grupos basados en el ejemplo
global , n= 4980
ESTRÉS
PROFESIONAL
ALTO
ESTRÉS
PROFESIONAL
BAJO
3,556
3,459
65
ESTRÉS LABORAL / CONTENIDO DEL DESAYUNO
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%
40%
PAN
(inc. pizza)
35%
34%
ESTRÉS
PROFESIONAL ALTO
QUESO, YOGURT
U OTROS LÁCTEOS
34%
35%
ESTRÉS
PROFESIONAL BAJO
CEREALES
34%
35%
% de grupos basados en
el ejemplo global, n= 4980
28%
28%
PASTELES, CHOCOLATE,
GALLETAS, BOLLOS U
OTROS DULCES
26%
26%
FRUTA
FRESCA
20%
19%
POLLO, SOPA, CARNE,
HUEVOS U OTRAS
FUENTES DE PROTEÍNAS
8%
9%
AVENA
ESTRÉS LABORAL / CONTENIDO DEL ALMUERZO
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%
40%
PASTA, ARROZ,
PATATAS
35%
34%
ESTRÉS
PROFESIONAL ALTO
QUESO, YOGURT
U OTROS LÁCTEOS
34%
35%
ESTRÉS
PROFESIONAL BAJO
POLLO, SOPA, CARNE,
HUEVOS U OTRAS
FUENTES DE PROTEÍNAS
34%
35%
28%
28%
PAN
(inc. pizza)
26%
26%
ENSALADAS Y
VEGETALES
20%
19%
FRUTA
FRESCA
PESCADO
SOPA
PASTELES, CHOCOLATE,
GALLETAS, BOLLOS U
OTROS DULCES
66
8%
9%
6%
8%
6%
7%
% de grupos basados en
el ejemplo global, n= 4980
ESTRÉS LABORAL / CONTENIDO DE LA CENA
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%
40%
ESTRÉS
PROFESIONAL ALTO
39%
40%
POLLO, SOPA, CARNE,
HUEVOS U OTRAS
FUENTES DE PROTEÍNAS
32%
32%
ENSALADAS Y
VEGETALES
ESTRÉS
PROFESIONAL BAJO
29%
26%
PAN
(inc. pizza)
% de grupos basados en
el ejemplo global, n= 4980
22%
28%
PASTA, ARROZ,
PATATAS
QUESO, YOGURT
U OTROS LÁCTEOS
23%
22%
15%
15%
FRUTA
FRESCA
14%
13%
PESCADO
9%
11%
SOPA
5%
6%
PASTELES, CHOCOLATE,
GALLETAS, BOLLOS U
OTROS DULCES
Horas extras
¿CUÁNTAS HORAS EXTRAORDINARIASHAS HECHO?
31.1%
64.3%
27.8%
69.7%
27.6%
Menos de 2 horas
De 2 a 5 horas
Menos de 2 horas
De 2 a 5 horas
Menos de 2 horas
De 2 a 5 horas
64.8%
33.3%
13.8%
33.7%
Menos de 2 horas
De 2 a 5 horas
Menos de 2 horas
De 2 a 5 horas
47.1%
TODOS LOS
PAÍSES
% de todas las respuestas n=4980
67
GRUPOS DE EDAD VS ESTRÉS PROFESIONAL
0%
5%
10%
15%
20%
25%
ESTRÉS PROFESIONAL
BAJO
12%
12%
ENTRE 18 - 25
18%
ENTRE 26 - 35
% de grupos basados en el ejemplo
global = 4980
21%
19%
ENTRE 46 - 55
ENTRE 56 - 65
75+
ESTRÉS PROFESIONAL
ALTO
23%
21%
22%
ENTRE 36 - 45
ENTRE 65 - 75
30%
23%
26%
3%
1%
0%
0%
¿TRABAJASTE AYER MÁS HORAS DE LAS PREVISTAS?
26.6%
50.0%
TODOS LOS
PAÍSES
50.0%
40.8%
73.4%
FRANCIA
41.4%
41.0%
58.6%
59.0%
46.1%
SI
NO
53.9%
ITALIA
ESPANA
REINO UNIDO
68
59.2%
ALEMANIA
% de todas las respuestas n=4980
MEDIA DE CONSUMO DE SNACKS NO SALUDABLES SEGÚN HORAS EXTRA REALIZADAS
Rango de 1 a 8 snacks no saludables consumidos al día, durante las
comidas y entre ellas, n= 2151
5 horas
o más
2-5 horas
Menos de
2 horas
5+
7.55
2-5
Snacks no saludables como galletas,
chocolates, patatas fritas, refrescos y
comida rápida, pasteles o bollos y
dulces dentro y fuera de las comidas
7.4
-2
7.25
CONSUMO DE SNACKS VS HORAS EXTRA
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
31%
34%
Fruta
fresca
6%
6%
Frutos
secos
40%
SI, TRABAJO
HORAS EXTRA
NO, NO TRABAJO
HORAS EXTRA
12%
14%
Yogurt
% de cada grupo basados en el
ejemplo de consumo de snacks
total, n=2178
16%
16%
Patatas
fritas
Chocolate
22%
26%
10%
11%
Refrescos
29%
30%
Galletas
Patatas
fritas
35%
3%
3%
69
HORAS EXTRA VS EJERCICIO QUE REALIZASTE AYER
¿Realizaste ayer alguna actividad física durante más de 20 minutos?
¿Cuántas horas extra hiciste?
39%
61%
42%
2-5 HORAS
58%
MENOS DE 2 HORAS
NO HICE EJERCICIO
HICE EJERCICIO
Dormir
¿CUÁNTAS HORAS REALES DORMISTE ANOCHE?
% de todas las respuestas n=4980
3% 3%
5%
11%
17%
15%
37%
33%
10%
29%
34%
ESPANA
4% 3%
13%
14%
13%
TODOS LOS
PAÍSES
31%
FRANCIA
MÁS DE 8
HORAS
70
12%
14%
9%
37%
5% 4%
5% 4%
29%
14%
34%
ALEMANIA
ITALIA
12%
4% 2%
2%
36%
8 horas
7 horas
REINO UNIDO
34%
6 horas
32%
5 horas
35%
3 - 4 horas
CUÁNTO TIEMPO (EN (MINUTOS) TARDASTE EN DORMIRTE ANOCHE?
6% 9%
11%
12%
24%
20%
6% 13%
9% 14%
13%
23%
27%
15%
ALEMANIA
ITALIA
20%
27%
30%
12%
13%
11%
24%
22%
18%
FRANCIA
Menos de
5 minutos
18%
REINO UNIDO
24%
25%
6 - 10
Minutos
11 - 20
Minutos
ESPANA
22%
9% 12%
11% 14%
17%
% de todas las respuestas n=4980
8% 12%
TODOS LOS
PAÍSES
24%
25%
21 - 30
Minutos
30 - 60
Minutos
MÁS DE
8 HORAS
MEDIA DE CONSUMO DE SNACKS NO SALUDABLES POR LATENCIA DEL SUEÑO
Rango de 1 a 8 snacks no saludables consumidos al día, durante las
comidas y entre ellas, n= 2151
LATENCIA DEL
SUEÑO BAJA
(1-10 min)
7.45
LATENCIA DEL
SUEÑO MEDIA
(11-30 min)
LATENCIA DEL
SUEÑO ALTA
(+ 31 min)
Snacks no saludables como galletas,
chocolates, patatas fritas, refrescos y
comida rápida, pasteles o bollos y
dulces dentro y fuera de las comidas
7.15
6.95
71
TOTAL SNACKS VS LATENCIA DEL SUEÑO
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%
40%
LATENCIA DEL SUEÑO BAJA
(1-10 min)
Fruta
fresca
LATENCIA DEL SUEÑO MEDIA
(11-30 min)
Frutos
secos
LATENCIA DEL SUEÑO ALTA
(+31 min)
Yogurt
% de cada grupo basados en el
ejemplo de consumo de snacks
total, n=2178
Patatas
fritas
Chocolate
Refrescos
Galletas
Patatas
fritas
LATENCIA DEL SUEÑO POR GÉNERO
0
10
20
30
40
50
56.5
LATENCIA DE
SUEÑO BAJA
43.5
49.9
LATENCIA DE
SUEÑO MEDIA
50.1
47.7
LATENCIA DE
SUEÑO ALTA
52.3
Masculino
72
Femenino
60
% de grupos basados
en el ejemplo global,
n= 4980
LATENCIA DEL SUEÑO POR GRUPO DE EDAD
0%
5%
10%
15%
9%
Entre 18 - 25
20%
25%
30%
LATENCIA DEL
SUEÑO BAJA
14%
12%
17%
Entre 36 - 45
Entre 46 - 55
23%
23%
Entre 56 - 65
Entre 65 - 75
75+
LATENCIA DEL
SUEÑO MEDIA
22%
23%
22%
22%
23%
22%
19%
20%
Entre 26 - 35
LATENCIA DEL
SUEÑO ALTA
% de grupos basados en el
ejemplo global, n= 4980
27%
2%
2%
1%
0.1%
0.2%
0.1%
LATENCIA DE SUEÑO VS EJERICICIO HECHO AYER
41%
59%
LATENCIA DE SUEÑO BAJA
42%
58%
LATENCIA DE SUEÑO MEDIA
SI
40%
60%
LATENCIA DE SUEÑO ALTA
NO
73
74
3,3500
3,4000
3,4500
3,5000
LATENCIA DEL
SUEÑO MEDIA
(11-30 min)
3,5500
3,6000
LATENCIA DEL
SUEÑO BAJA
(1-10 min)
CONSUMO DE SNACKS SALUDABLES/ NO SALUDABLES POR SECTORES
Co
ns
tru
cc
ión
Bo Ag
sq
r
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s y ur
Pe a,
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A
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mi Ga
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V
a
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on
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ad
os
LATENCIA DEL
SUEÑO ALTA
(+ 31 min)
3,3000
Se
rvi
cio
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eg nz
ura as
do y
ras
Se
rvi Aloj
cio am
de ient
Co os
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s
Fa
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ica
ció
n
3,2500
Ot
ro
s
3,2000
Ot
ro
s,
Se
cto
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Ed
uc
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Ar
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E
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Re
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Inf
Co orma
mu ci
nic ón
ac y
ión
LATENCIA DEL SUEÑO VS “YO ESTOY SANO”
3,6500
SALUD
% de grupos basados en el ejemplo
global = 4980
3,6415
3,5081
3,3613
Los sectores de trabajo
SNACKS NO SALUDABLES
35%
SNACKS SALUDABLES
30%
25%
20%
15%
10%
5%
0%