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Racismo y su impacto en la identidad de las mujeres afroperuanas;
Organización y movimiento en el Perú.1
Rocío Muñoz Flores*
Volver a revisar el racismo como fenómeno y su impacto principalmente en las mujeres
afroperuanas me lleva a varias reflexiones y quiero compartirlas desde dos tensiones:
a. La necesidad de entender y repensar las diversas expresiones del racismo y su
impacto en las mujeres afroperuanas
b. La urgencia de repensar el llamado “Movimiento Afroperuano” y en ese contexto el
papel de las mujeres.
De otro lado, creo con mucha modestia y preocupación que las mujeres afroperuanas de
la última década, no hemos reflexionado con mucha precisión sobre el racismo y como
este impacta en la vida de las mujeres afroperuanas; así mismo, como este fenómeno se
relaciona con la pobreza y el sexismo, además de revisar como categorías como clase y
raza se entrelazan dramáticamente con el racismo y la exclusión.
En ese sentido quisiera dividir mi intervención en dos momentos:
1. Contextualizar el racismo y su impacto
2. ¿podemos hablar del movimiento de mujeres afroperuanas…existe un feminismo
desde las mujeres negras?
En principio creo que es básico definir el racismo como concepto. Para efectos de mi
intervención comparto la definición que propone Ochi Curiel2 cuando refiere al racismo
como un fenómeno social, complejo en su estudio. En tanto, no existe una sola teoría del
racismo; en consecuencia, debemos mirar al racismo como una categoría que nos
permite entender las relaciones de poder en razón de la consideración de la superioridad
de un grupo humano frente a otro.
De otro lado y como afirma la investigadora el racismo tiene su origen en el pensamiento
social y es ubicado entonces por muchos autores y autoras en la segunda mitad del siglo
XIX entre las I y II guerras mundiales y vinculado a la colonización europea y los horrores
del nazismo, por tanto se considera una invención occidental. Es a partir de este
momento que el racismo se convierte en ideología en base al determinismo biológico.
Raza, Racismo y su Impacto en las Mujeres Afroperuanas:
Antes de definir racismo como fenómeno social, creo que es importante recuperar la
categoría raza, desde el concepto y análisis.
Las razas son categorías de poder, construcciones imaginarias, idea, significantes que
contienen una intensión política para justificar desigualdades sociales, políticas y
culturales.
1
2
Fuente: Ponencia para CEDET, presentada en junio de 2009.
Investigadora, feminista afrodescendiente.
Según Alfonso Guimaraes3 “La “raza” adquiere diversos significados dependiendo del
contexto; además menciona, que no es sólo una categoría que sirve para articular la lucha
política, sino que sigue siendo una categoría analítica necesaria, pues es “la única que
revela que las discriminaciones y desigualdades contenidas en la noción de “color” son
efectivamente raciales y no apenas de clase”
Al respecto es importante mirar como la “categoría raza” suele rápidamente acercarnos a
la identificación de las características fenotípicas de las personas, las mismas que se
relaciona con otras categorías como clase. Sin duda, a partir de esta reflexión que
responde a criterios meramente biológicos veremos que LA RAZA profundiza prejuicios y
estereotipos que quieren establecer jerarquías y relaciones de poder de un grupo humano
frente a otro. En ese sentido, la raza es una categoría de poder que busca justificar la
subordinación y exclusión.
Al respecto es importante recuperar desde la teoría sociológica del racismo a la “raza”
como una construcción social política, a fin de entender como esta categoría se relaciona
profundamente con el racismo. Frente a Esto recogemos los aportes de la Escuela de
Chicago pues centra sus investigaciones sociológicas en el estudio del concepto de
“conciencia de raza” refiriéndose a la conciencia de los individuos a pertenecer a una
raza.
La Escuela de Chicago, no criticó la raza en sí misma, ni su construcción social y
simbólica, sino que hace de la raza una identidad. Debemos resaltar a uno de sus
investigadores Robert Park quien enfatizó el vínculo entre el prejuicio racial y las
posiciones dominantes.
De otro lado recuperamos lo que propone la UNESCO (1950) “Dentro de la especie
humana no existen diferencias basadas en la raza y condenan teorías que se apoyan en
la superioridad o inferioridad de unas y otras asumiendo que se trataban de
construcciones sociales y políticas, profundizando también en las causas económicas y
sociales del racismo”.
Por lo expuesto, consideramos que la categoría Raza nos permite usarla como una
categoría analítica para revisar el racismo. Al respecto GuimarAes nos propone la
siguiente la siguiente pregunta:
¿Cuando se puede prescindir de la raza?
1. Cuando ya no haya identidades raciales, o sea cuando ya no existan grupos
sociales que se identifiquen a partir de marcadores directa o indirectamente
derivados de la idea de raza;
2. Cuando las desigualdades, las discriminaciones y las jerarquías sociales
efectivamente no correspondan a esos marcadores;
3. Cuando tales identidades y discriminaciones sean prescindibles en términos
tecnológicos, sociales y políticos, para la afirmación social de los grupos oprimidos.
EL RACISMO.
Frente a lo expuesto recogemos lo que menciona Ochi Curiel cuando refiere que el
racismo es la biologización de las diferencias que naturaliza las desigualdades y
establece jerarquías entre grupos humanos basado en el concepto de “raza”. (Igual que
3
Investigador Brasilero.
sexo y sexualidad)
De otro lado, Pierre André Taguieff (filosofo y politólogo Francés) nos dice que el racismo
como
ideología se extiende a varios niveles: en vida cotidiana, en las relaciones
interpersonales y sociales, en el lenguaje, en los medios de comunicación, en el Estado,
en las instituciones, en doctrinas, en opiniones y se expresa en hechos concretos de
discriminación, exclusión, xenofobia, prejuicios, violencia y exterminio. De ahí su carácter
pluridimensional.
El racismo se articula a otros sistemas como: clasismo, sexismo, heterosexismo
El Racismo en el Perú.
En el Perú podemos identificar que el racismo puede darse en dos niveles de intervención
claramente definidos; uno de ellos orientado al espacio cotidiano (racismo simbólico) y las
relaciones interpersonales, donde los insultos, los sobrenombres y el “desprecio” se
instalan en las formas de interrelación y diálogo entre las personas; y de otro lado el
racismo estructural (institucional), sistemático y encubierto por las prácticas de las
instituciones cuyo accionar es mucho más complejo y se traduce en una verdadera
limitación para el ejercicio de la ciudadanía, en la medida en que limita el acceso a la
educación, la salud, el empleo y la mejora de la calidad de vida de las personas. Podemos
registrar que ambas formas pueden darse de manera simultánea y están profundamente
relacionadas.
Datos sobre Perú:
Es importante anotar que en el Perú se calcula que la población afrodescendiente oscila
entre el 8 y 10% de la población total, es decir, hablamos de casi 2 millones de personas.
Esta información es producto de la observación de las organizaciones que trabajan con
dicha población, pues no existen cifras oficiales que registren este dato. De otro lado, si
tomamos en cuenta la información de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) del
cuarto trimestre del año 2003, en la que se incorporó una variable de auto-adscripción
étnica, la población afrodescendiente representaría el 1% de la población total del Perú.
Este vacío es sin duda una expresión más del racismo estructural al cual hacemos
referencia, pues identificamos que no existe voluntad política de las autoridades
correspondientes para atender a este sector de la población desde sus necesidades y
contexto.
Así mismo es importante indicar que en el Perú la discriminación, es decir, las prácticas
cotidianas que se expresan en las relaciones cara a cara, y la exclusión, entendida como
los procesos estructurales institucionalizados en el tiempo, pueden darse
simultáneamente. Esta situación afecta enormemente a la población afrodescendiente,
alrededor de la cual se generan prejuicios y estereotipos negativos orientados a la raza, lo
que abona a la hipótesis que identifica el racismo como uno de los problemas centrales
para los y las afros. El caso de los grupos indígenas, por ejemplo, es diferente pues
existen otros elementos sociales y culturales relacionados, como la vestimenta, la lengua,
el territorio, etc.
Por lo expresado, la identidad étnica de las y los afrodescendientes se basa en el
reconocimiento y percepción de las diferencias; en tanto, la discriminación racial y social
lo que hace es llevar al extremo estas diferencias basadas en prejuicios y estereotipos.
Es por ello que la discriminación juega un papel muy importante en los procesos de
definición de las identidades étnicas, raciales, etc., logrando en muchos casos
determinarlas. Frente a este contexto, es importante recuperar el pasado colonial
esclavista a fin de analizar sus efectos en nosotras y nosotros hoy en día; en ese sentido,
podemos identificar que el racismo contribuye a generar formas de interrelación
inequitativas, en las cuales el acceso a condiciones mínimas de desarrollo se ve limitado,
resultando en una violación a los Derechos Fundamentales.
Podemos identificar en ambos ejemplos cómo los prejuicios y estereotipos se instalan,
logrando determinar el espacio de interacción de la población de origen africano en una
aparente negación de ciertos espacios o actividades que serían para la población no
negra. En esta situación se ven enormemente afectadas las mujeres afrodescendientes,
pues intervienen otras formas de exclusión basadas en el género y la clase que agudizan
esta subvaloración de la ciudadanía y niegan el ejercicio de derechos4.
De otro lado, creemos que como punto de partida se debe reconocer el racismo y su
impacto, incluyendo a todos los actores y contextos que intervienen en él. “La negación,
ocultamiento o subestimación del racismo y la discriminación racial y su relación con otras
categorías como clase y raza, tanto a nivel del Estado como de la sociedad, contribuye
directa e indirectamente, a perpetuar las prácticas del racismo, discriminación, xenofobia y
formas conexas de intolerancia” (documento de la Conferencia de las Américas, Santiago
de Chile, 2000).
Un estudio de GRADE5 (2006) aplicado a la población afrodescendiente menciona el color
de la piel como la principal causa de discriminación: el 54.5% indica percibir esta
discriminación en la calle, el 44.6% en algún local y el 39% en el centro de trabajo. Para
este sector de la población, los motivos principales de discriminación suelen ser “la raza o
color de piel” y, de modo secundario, la clase social u origen socioeconómico.
De otro lado, una investigación del Estudio para la Defensa de los Derechos de la Mujer
(DEMUS 2004) indica que en el Perú los grupos indígenas y afrodescendientes son objeto
de prácticas discriminatorias en mayor medida que el resto de la población.
El racismo y su impacto en la identidad de las mujeres Afroperuanas
Como anotamos en párrafos anteriores, es importante recuperar el pasado colonial
esclavista a fin de revisar su efecto actual en la identidad de las mujeres negras y
entender mejor el contexto.
Durante el período colonial en el Perú, las personas de origen africano fueron tratadas en
condiciones de esclavitud; sus derechos y beneficios eran limitados al extremo, en tanto
la condición de ciudadanas o ciudadanos no era el elemento característico. Es importante
anotar la cosificación y deshumanización de este sector de la población, en especial de
las mujeres, pues han generado una serie de prejuicios y estereotipos negativos que han
influenciado en forma determinante en el ejercicio y acceso a los Derechos
Fundamentales.
En tal sentido, debemos indicar que si bien la época determinó una gran limitación de
derechos para todas las mujeres, las afrodescendientes tuvieron una experiencia
diferenciada, pues el doble papel vivido, es decir esposa – esclava, generó una estructura
4
5
Aún podemos percibir en los periódicos anuncios de empleo que indican “Se necesita señoritas de buena
presencia”; “se necesita cocinera de preferencia de raza negra”.
Grupo de Análisis para el Desarrollo.
de opresión mayor. De otro lado y como lo refiere Sueli Carneiro6, el discurso clásico de
la opresión de la mujer, que la historia no ha recogido, no ha logrado medir su impacto en
la identidad femenina de las mujeres negras.
En tanto, se han generado estereotipos y prejuicios negativos en relación al cuerpo y la
sexualidad de la población afro, existiendo un sobredimensionamiento de la sexualidad de
los hombres y en particular de las mujeres afroperuanas, que afecta su interrelación con
el resto de la población y con los hombres afrodescendientes.
Revisar este momento de la historia nos permite tener una mejor lectura del racismo y su
impacto en las identidades. La discriminación y la exclusión (social, política y económica)
de la población afrodescendiente son factores determinantes que nos ayudarán a
entender una serie de mecanismos estructurales que impiden que ciertos grupos sociales,
accedan plenamente a las esferas políticas, sociales, económicas y culturales de la
sociedad. Estos mecanismos limitan el acceso a derechos básicos como la salud,
educación, mercado laboral, espacios de decisión política, etc.
En ese sentido, la exclusión genera mayores desventajas en la estructura social. En
consecuencia, este sector de la población queda excluido de los mercados laborales por
falta de capacidad en la acumulación de capital físico y humano; asimismo, el acceso a
las nuevas tecnologías y a los bienes públicos se traduce en un reto de gran escala.
Sobre lo expuesto, es clave revisar el tema de la exclusión y discriminación hacía la
población afrodescendiente y particularmente de las mujeres, identificando las
desventajas económicas pero además intentando mirar la pobreza y su relación con la
identidad o la cultura, pues todas las investigaciones en América Latina, han trabajado
estos aspectos de forma separada. Por lo mismo, no es posible separar las desventajas
económicas de aquellas de índole cultural, como las generadas en una situación de
exclusión étnica. De otro lado, se vulneran las posibilidades de fortalecimiento de la
identidad, pues no se proporcionan referentes positivos que contribuyan a la
identificación e integración.
Organización y Movimiento.
Como lo mencione al inicio planteo iniciar esta segunda parte de mi intervención que está
profundamente relacionada con los comentarios anteriores desde la siguiente pregunta:
¿Podemos hablar del movimiento de mujeres afroperuanas…existe un feminismo desde
las mujeres negras en el Perú?
Ciertamente es importante recuperar algunos momentos del proceso de organización de
las mujeres afrodescendientes y para ello quisiera partir del proceso de las mujeres
afrolatinas y afrocaribeñas, reconociendo el enorme aporte de las mujeres afro
norteamericanas como Angela Davis, cuando nos plantea la articulación de las categorías
raza, clase y sexo, Audre Lorde, entre otras.
Como lo menciona Ochi Curiel, el movimiento de las mujeres afrolatinas y afrocaribenas
se propone desde tres cuestiones fundamentales:
1. La necesidad de abordar el racismo en la propuesta feminista.
6
Feminista, afrodescendiente brasilera.
“Ennegrecer el
feminismo, Sueli Carneiro”
2. Abordar el sexismo en la lucha antirracista que sostenía el movimiento negro
mixto. “feminizar la lucha antirracista”.
3. Construir un sujeto político colectivo capaz de incorporar esas perspectivas a
ambos movimientos, pero también que tuviera sus propias construcciones internas
y sus puntos de vista: Racismo sexualizado o sexualización del racismo.
En ese contexto identificamos algunos personajes desde las mujeres afrodescendientes
(Sueli Carneiro, Epcy Cambell, Sergia Galván, Ochi curiel, entre otras) que han aportado
a identificar algunos momentos de proceso de movimiento:
Primer momento:
Afirmación de una política de identidad
Recuperación de la herencia africana (peinados, danzas, ropa, etc.)
Segundo momento:
Trabajo político hacía afuera del movimiento
Visibilizar el racismo y el sexismo, denunciar y combatir
La lucha contra el racismo en el marco de los DDHH
Institucionalización y relación con el Estado
Tercer momento:
Articulación nacional, regional y continental
¿En el marco de este proceso donde estamos las mujeres afroperuanas?
Para hablar del proceso de organización de las mujeres afroperuanas consideramos
importante entender que los espacios de articulación y organización han respondido a la
institucionalidad y al movimiento ambos niveles de organización mixtos, con un fuerte
liderazgo de los hombres. Sin duda, la intervención de las mujeres, de alguna manera
garantizó el proceso de articulación ahora; en ese sentido, me parece importante generar
las condiciones para identificar con mayor precisión la intervención de las mujeres
afroperuanas en los procesos de organización de los últimos 15 años. Al respecto,
debemos reconocer que las agendas del “movimiento afroperuano” no consideraron de
primera instancia a las mujeres, desde el impacto de categorías como racismo, sexismo,
además de clase y raza. Sin duda, estas han sido conquistas posteriores influenciadas
por el movimiento de mujeres afrodescendientes de la región que cuestionaron la
invisibilización de las mujeres al interior de los movimientos por la lucha contra el racismo.
Al respecto, en el caso peruano entre los 80 y 90 se identifica un movimiento efervescente
que luego se vio quebrado a finales de los 90; es aquí, donde las mujeres afroperuanas
lograron las primeras reflexiones en relación al racismo, la recuperación de la identidad y
la lucha contra la violencia. Aquí podríamos ubicar el primer momento de organización
política de las mujeres afroperuanas. Sin embargo, es importante reconocer el aporte de
Victoria Santa Cruz, principalmente a través de la Decima “Me Gritaron Negra”, en la cual
propone una profunda reflexión sombre el impacto del racismo y el autorreconocimiento;
así mismo, es una de las primera voces que desde las mujeres afroperuanas reafirma la
identidad cultural a partir de la revaloración de lo “negro”. Posteriormente, en la década
de los 90 la figura de María Elena Moyano7, activista, luchadora social y feminista, marca
7
Conocida popularmente como “Madre Coraje”, fue asesina en 1992 por el Grupo terrorista Sendero Luminoso.
un hito importante en la historia de los procesos de organización de las mujeres
afroperuanas.
Es importante considerar que en el caso peruano la organización desde las mujeres
afroperuanas es relativamente nuevo y a mi modesta opinión no ha logrado aun,
establecer una agenda mínima desde las mujeres que haya permitido cuestionar y
argumentar desde reflexiones fundamentales para las mujeres afroperuanas: El racismo y
su impacto, el cuerpo como espacio político, Derechos sexuales y Derechos
Reproductivos, sexismo y racismo, etc. De otro lado, es importante reconsiderar la
existencia del “movimiento afroperuano” y la pertinencia al hablar del mismo como un
proceso articulado y sostenido. Sin embargo, podemos resaltar que existen importantes
experiencias de articulación entre diversas organizaciones afros.
Sobre lo expuesto, debemos reconocer que aun existen tensiones al interior del
“movimiento” y la agenda desde de las mujeres, entendiendo además que está agenda se
encuentra en un proceso en construcción, en la medida que no se ha logrado una
articulación sostenida desde las mujeres afroperuanas; frente a ello puedo reconocer las
siguientes tensiones:
1. Muchos de nuestros espacios de activismo son mixtos y han invisibilizado la
participación de las mujeres.
2. El reconocimiento al interior del movimiento es un tema tensión.
3. Escaso nivel de articulación con el movimiento de mujeres y el movimiento
feminista
Este último punto, merece una atención especial pues podemos identificar que la gran
mayoría de mujeres afrodescendientes de la región han coincidido en mirar al
feminismo como una propuesta política que puede generar procesos de
transformación, además de visibilizarlo como un espacio de formación de pensamiento
y de postura crítica ante el racismo, el clasismo el patriarcado y el sistema. Es sin
duda, desde el feminismo una propuesta de articulación de las mujeres
afrodescendientes, desde nuestra propia mirada y aporte.
Lo expuesto me lleva a algunas reflexiones finales:
1. Las mujeres afroperuanas hemos generado espacios de articulación importantes y
de impacto; sin embargo, estos no han sido sostenidos y no han logrado definir
una agenda desde las afroperuanas que trascienda la lucha por la identidad y el
racismo.
2. El movimiento afroperuano es una propuesta nueva en construcción; en tanto,
hablar del movimiento negro en el Perú, demandará de una nueva construcción
política donde los actores y actoras nos reconozcamos y construyamos en un
nuevo paradigma de movimiento.
3. Construcción de alianzas y consensos; las mujeres afroperuanas, hemos dado
señales de buenas condiciones para aportar al tan ansiado movimiento; en ese
sentido, creo que las posibilidades para el encuentro son mucho más cercanas.
FEMINICEMOS LA LUCHA CONTRA EL RACISMO
4. Articular y dialogar con otra expresiones del movimiento social (movimiento de
mujeres, indígenas, feministas, LGBT, entre otros)
5. Trabajar al interior del movimiento. Descentralizar y construir.
6. Fortalecer el trabajo político; Visibilizar el racismo/ sexismo y su relación con otras
categorías como clase y raza.
7. Articulaciones nacionales/ regionales
8. Renegociar con el Estado y sus instituciones
Bibliografía
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étnica y políticas de inclusión social en el Perú: el caso de la población indígena y la
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DANIEL GUTIÉRREZ;
venir”.
“Etnicidad, cultura y laicidad. Debates actuales, desafíos por
LAURA MOUTINHO; “Raza, sexualidad y salud: discutiendo fronteras y perspectivas”.
(2004)
Campaña Interamericana por la Convención de los DDSS y los DDRR. (2007).
por la Escuela de Periodismo Jaime Bausate y Mesa.
Diplomada en Orientación de Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos (UNFV –
INPPARES), Afrodescendiente, feminista, Vocera nacional de la Campaña por la Convención de
los Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos (CLADEM), actualmente Coordinadora de
programas del Centro de Estudios y Promoción Afroperuanos, LUNDU. Muñoz, lideresa
afroperuana, fue redactora y coordinadora de Boletín Voces Negras de ASONEDH durante 1998
y 1999 y conductora del programa radial del mismo nombre. Ha realizado investigaciones sobre
población afroperuana, su principal preocupación está orientada al impacto del racismo en
mujeres afrodescendientes; así mismo, tiene una importante experiencia en proyectos de
desarrollo a través del deporte con niños, niñas y adolescentes afrodescendientes. Ha sido
asistente de investigación para Proyect Policy y GRADE, su última participación fue en el proyecto
“Más allá de los promedios: afrodescendientes en América latina”, auspiciado por el Banco Mundial.
(*) Rocío
Muñoz Flores; Periodista,
Actualmente, como Coordinadora de Programas de LUNDU, viene desarrollando el proyecto
“Estética en Negro”, destinado a niños, niñas y adolescentes afrodescendientes, el proyecto
“Educación Inclusiva y Antirracista“, destinado entre otras cosas, a la capacitación de docentes de
la provincia del Callao y Chincha; además lidera el proyecto sobre Incidencia y Desarrollo en
Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos destinado a jóvenes y mujeres afroperuanas. Es
responsable de capacitación bajo el enfoque del Reflect – Action.