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El significado de la labor social
Por: Boris Fajardo, II Bachillerato Tabor.
La participación estudiantil en labores sociales impulsada
por el Ministerio de Educación como uno de los requisitos
para graduarse de bachiller, lamentablemente es
asumida negativamente por muchos jóvenes quienes lo
reciben como un trabajo más que hay que cumplir para el
colegio, cuando en realidad es mucho más que eso.
Si bien trabajar en acción social es una gran oportunidad
para aplicar lo aprendido y una excelente manera de
ganar experiencia para el futuro, enriquecer con nuestro
tiempo el saber y la vida de otros seres que no gozan de
nuestras condiciones, lo vuelve más significativo.
Este es además un desafío para los jóvenes que buscan obtener un liderazgo
positivo porque haciendo esta labor, los jóvenes deben tomar decisiones y
pensar como tener en actividad al grupo que están ayudando.
Dar nuestra mano y recibir una sonrisa
Por: Ana Cristina Stacey Manrique
La labor social es una actividad en la que todos
deberíamos estar involucrados, ofreciendo en
todo momento nuestra mano a las personas que
más lo necesiten.
Una de las maneras en las que los estudiantes
tenemos la oportunidad de participar de esta labor
y crear mayor conciencia de lo que pasa a
nuestro alrededor es mediante CAS (Creatividad, Acción y Servicio) que busca
que seamos los estudiantes quienes elaboremos proyectos donde se beneficie
al prójimo y así pueda generarse un cambio en los demás y en nosotros
mismos.
Durante todo el año lectivo anterior algunas estudiantes de mi colegio
estuvimos ayudando a madres de familia de escasos recursos a desarrollar sus
habilidades manuales y de repostería para que puedan, con ese conocimiento,
crear microempresas. Muchas vendieron diademas, binchas, cajitas decoradas,
galletas o cupcakes; y así ayudaron con más ingresos en sus hogares.
Trabajar en labor social no es tarea fácil, involucra grandes desafíos y retos
personales en los que debemos mantener toda nuestra dedicación para
conseguir lo propuesto, pues existen momentos en que las cosas parecen estar
demasiado complicadas y en ocasiones: imposibles. A veces los beneficiados
no colaboran o no le dan suficiente importancia a nuestros esfuerzos,
provocando sentimientos de intromisión en quienes realizamos la labor social y
de poca valoración hacia lo que se está haciendo.
Es precisamente en esos momentos en los que toma más valor esta actividad,
pues es indispensable mantener la motivación de querer ayudar a los demás
para lograrlo. El crecimiento personal que se obtiene supera todo tropiezo y al
final de todo uno se puede dar cuenta que el esfuerzo y sacrificio que ha
realizado vale la pena porque no hay mejor manera de llenar nuestro corazón y
alma, que de la infinita alegría de ver en el rostro de las personas a las que se
ha ayudado, una gran sonrisa de satisfacción por lo alcanzado.