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Guía de diseño Proyectos de AprendizajeServicio Introducción La presente guía busca contribuir al desarrollo de proyectos de Aprendizaje-Servicio en los establecimientos educativos maristas. En este sentido, es una guía de consejos a considerar y/o seguir para la elaboración de dichos proyectos. Para lograr lo anterior, dividiremos la guía en cuatro momentos: 1) “A tener en cuenta...”: se mencionarán aquellos elementos que se deben tener en cuenta para concebir un correcto proyecto de Aprendizaje-Servicio. 2) “Preguntas iniciales”: abordará las preguntas que debemos hacernos para diseñar un proyecto de Aprendizaje-Servicio. 3) “Fases del proyecto”: Se describirán las distintas fases de un proyecto (diagnóstico, difusión, ejecución y evaluación) y la contribución que ellos tienen para el mismo. A su vez, se darán consejos prácticos para abordar cada fase. 4) “Tipos y Ejemplos de iniciativas”: Se señalarán tipos de proyectos (campañas, proyectos culturales, etc.) y algunos ejemplos de iniciativas de Aprendizaje-Servicio. A tener en cuenta... La metodología Aprendizaje-Servicio se desarrolla mediante proyectos, es decir, mediante un conjunto de acciones planificadas y organizadas. Éstas deben presentar un orden coherente y ser posibles de realizar. Los proyectos de Aprendizaje-Servicio tienen un doble objetivo: a) generar un impacto positivo en los beneficiarios, b) desarrollar nuevos aprendizajes en los estudiantes; por lo cual, al diseñar estos proyectos se debe contemplar dos públicos objetivos distintos: los beneficiarios y los estudiantes. Los proyectos de Aprendizaje-Servicio tienen, a lo menos, dos grandes momentos: a) la acción social y b) el desarrollo de los contenidos con los estudiantes. En este sentido, los proyectos deben contemplar que estos dos momentos tendrán, posiblemente, tiempos y objetivos distintos, y se desarrollarán en lugares distintos. En los proyectos al haber aprendizaje, se debe considerar la posibilidad del error o de la equivocación en los estudiantes; pero como también son proyectos de servicio, se deben prever mecanismos para que dicha posibilidad no sea perjudicial para los beneficiarios. Lo importante es que los estudiantes aprendan de sus errores, no que perjudiquen a la comunidad que se atiende. Los proyectos pueden ser concebidos hacia dentro o fuera del establecimiento, es decir, la acción social puede realizarse en el interior y/o en el exterior del establecimiento; por ejemplo, una campaña de reciclaje puede ser pensada hacia los estudiantes del colegio o hacia la comunidad circundante. Los proyectos de Aprendizaje-Servicio deben contar con todos los apoyos y permisos necesarios. Entre ellos conviene señalar: el permiso institucional, el permiso de los padres, el permiso del lugar donde se hará el apoyo social, etc. Se espera que sean los estudiantes los que desarrollen el servicio social, por lo cual se debe contemplar cual es el nivel de protagonismo que esperamos que tengan; es decir, aportarán desde la elaboración del proyecto o serán meros ejecutores de una planificación anterior preparada por el profesor. Preguntas iniciales Para diseñar un proyecto de Aprendizaje-Servicio, conviene tener presente las siguientes preguntas: A nivel general: ¿Cuál es la idea central del proyecto? ¿A quién espero ayudar con el proyecto? ¿Cuál es o son los contenidos que deseo reforzar con el proyecto? ¿En qué periodo del año realizaré el proyecto? (ciertos proyectos son más factibles de realizar en primavera o verano, por ejemplo, todo proyecto que involucre el desplazamiento al aire libre) Planificación: ¿Cuál es el objetivo de aprendizaje del proyecto? ¿Cuál es el objetivo de la acción social? ¿Cuántas horas pedagógicas dedicaré al desarrollo de los contenidos? ¿Cuántas horas pedagógicas dedicaré al servicio social? ¿Cuántas horas pedagógicas dedicaré al proyecto completo? ¿Puedo vincular el proyecto (o una etapa de él) con otro subsector? ¿Qué permisos o respaldos institucionales tengo para ejecutar el proyecto? ¿Qué mecanismos de evaluación contempla el proyecto? ¿Qué reflexión espero lograr con los estudiantes? Destinatarios: ¿Quiénes son los actores clave en la comunidad que se trabajará (dirigentes vecinales, profesionales, líderes comunitarios, etc.? ¿Qué características tienen? ¿Cuál es la problemática general que los afecta? ¿Cuál es o cuáles son los problemas puntuales que diagnostican los destinatarios? ¿Qué no sé de ellos? ¿Qué experiencias tienen con grupos externos que se ofrecen para prestarles algún tipo de ayuda? Estudiantes: ¿Es posible de abordar la problemática de los destinatarios con los estudiantes? ¿Las actividades pensadas son posibles de realizar con los estudiantes? ¿Qué experiencias previas tienen en este tipo de actividades? ¿Qué aspectos debería tener en cuenta, considerando la edad en que se encuentran? ¿Qué opinión tienen sobre la comunidad y la problemática que podría ser atendida con este proyecto? Roles y Responsabilidades: ¿Cuál es el rol de los estudiantes en el proyecto? (serán todos meros ejecutores, habrá grupos pequeños que tendrán distintas responsabilidades [administración, logística, ejecución, difusión, etc.], sólo un número puntual de estudiantes coordinará y el resto sólo ejecutará, etc.) ¿Cuál es el rol de los destinatarios en el proyecto? (serán meros receptores, se les incluirá en la planificación, etc.) ¿Cuál es el rol de la institución educativa en el proyecto? (aportará con recursos, promoverá el proyecto, etc.) ¿Cuál es mi rol como profesor? Fases de un proyecto En un proyecto de Aprendizaje-Servicio los docentes pueden asumir dos responsabilidades distintas: a) guiar y ejecutar un proyecto de Aprendizaje-Servicio, y b) apoyar y acompañar el proceso del proyecto; es decir, un docente no sólo podrá guiar un proyecto de aprendizaje-servicio, sino que desde su subsector puede apoyar a otro proyecto. En concreto, los docentes podrán aportar a las cuatro fases de un proyecto: Diagnóstico, Difusión, Ejecución y Evaluación. Es importante mencionar que estas cuatro fases se encuentran totalmente concatenadas. A. Diagnóstico: Si bien todo proyecto social o idea de acción social conlleva una problemática a solucionar y, por ende, un cierto conocimiento de ella; se tiende escasamente a profundizar en ello. En este sentido, la fase de diagnóstico permite profundizar en la problemática y en lo que no se sabe de los destinatarios. Para realizar un buen diagnóstico, conviene tener presente, a lo menos, dos fuentes de información: los propios destinatarios del problema y fuentes bibliográficas. • Diagnóstico participativo: Realizar un diagnóstico participativo con los destinatarios, permite conocer las necesidades reales y prioritarias, y establecer un vínculo inicial entre los estudiantes y los destinatarios del proyecto. Para ello puede realizar encuestas, entrevistas, instancias de conversación con los destinatarios, etc. • Fuentes bibliográficas: Investigar y analizar las fuentes bibliográficas de una problemática, permite profundizar en aspectos cuantitativos o cualitativos y soluciones recomendadas para resolver el problema. En este sentido, los subsectores de Matemáticas (análisis cuantitativo), Historia, Geografía y Ciencias Sociales (aspectos históricos y sociales), etc. pueden aportar a realizar un diagnóstico de la problemática. Con toda la información recolectada, conviene realizar el primer análisis del proyecto. Éste se centrará en: Determinar si la idea central que teníamos es la correcta para solucionar la problemática de los destinatarios; en otras palabras, ¿lo que deseo hacer contribuirá realmente a la comunidad? Determinar la factibilidad del proyecto: ¿conviene realizar el proyecto contemplando el problema y la edad de los estudiantes? Determinar el alcance del proyecto: ¿este proyecto contribuirá a solucionar todo el problema o sólo será una parte de la solución? Esta pregunta es sustancial para no generar falsas expectativas ni en los estudiantes, ni en los destinatarios. B. Difusión: Si bien se tiende a no realizar difusión alguna, una correcta difusión contribuye, a lo menos, en tres aspectos: Responsabiliza a los agentes involucrados en el proyecto: Al difundir un proyecto, los agentes adquieren una mayor responsabilidad del mismo, «si públicamente se ha dicho que se hará, se debe hacer y bien». Contribuye a la continuidad de una iniciativa: Al difundir un proyecto, se contribuye a que lo que comenzó como una iniciativa aislada se formalice e institucionalice, por ejemplo, todos los años un mismo nivel apoyará a un mismo destinatario. A su vez, es posible que otros agentes (cursos, colegios, etc.) puedan apreciar la factibilidad de realizar el mismo proyecto, contribuyendo a asegurar la continuidad de la ayuda. Visibiliza una situación, tal vez, desconocida para muchas personas: Al difundir un proyecto, se da a conocer las problemáticas de los destinatarios, contribuyendo a que las entidades públicas y privadas puedan contribuir a su solución. En ciertos proyectos es fundamental una correcta difusión, por ejemplo, en campañas medioambientales, en acciones culturales, etc.; pues ellas contribuyen, directamente, a la cantidad de personas beneficiadas. Conviene tener presente las siguientes preguntas: ¿Qué mecanismo de difusión utilizaré (internet, afiches, etc.)? ¿A quién quiero dar a conocer el proyecto? ¿qué características tiene? ¿Cuál es el grado de importancia de la difusión para el logro del proyecto? ¿Cuál es o cuáles son los recursos necesarios para la difusión? ¿La difusión se realizará con los estudiantes o con una agencia externa? ¿Se realizará sólo una difusión o cada cierto período se difundirá el proyecto? (esta pregunta es relevante, sobre todo, para campañas medioambientales, cursos formativos, etc.) Por último, recuerde que ciertos subsectores pueden contribuir a la difusión del proyecto, por ejemplo Lenguaje y Comunicación, Artes Visuales, etc. C. Ejecución: La ejecución de un proyecto de Aprendizaje-Servicio incluye, dos grandes etapas: a) el desarrollo de nuevos aprendizajes en los estudiantes y b) el servicio social; las cuales se encuentran totalmente entrelazadas y relacionadas. Es más, si un proyecto las abordara aisladamente, no sería un proyecto de Aprendizaje-Servicio. El desarrollo de nuevos aprendizajes tiene la peculiaridad de desarrollarse tanto en el aula, como en el servicio. Normalmente los nuevos contenidos serán tratados en el aula, pero reforzados en el servicio social; por ejemplo, la trigonometría se enseñará en la sala de clases, pero el reforzamiento de dichos contenidos se realizará en los talleres que preparen para el preuniversitario social. A su vez, la ejecución del servicio social es clave para contribuir a subsanar las problemáticas de los destinatarios; por lo que se deberá velar por no perjudicar a quienes se atiende. Una ejecución de servicio social, no sólo contempla actividades directas con la comunidad (capacitaciones, construcción de mediaguas, etc.), sino que también las actividades necesarias para preparar dichas actividades directas, por ejemplo, la preparación del material de los talleres, la capacitación en construcción de mediaguas, etc. Un proyecto de Aprendizaje-Servicio contempla actividades que se realizarán dentro y fuera del aula. En este sentido, se debe contemplar la relación entre la jornada escolar de los estudiantes y la ejecución del proyecto, es decir, si el proyecto se realizará en su totalidad en horario escolar o contemplará acciones al término de las clases o durante fines de semana. Para la ejecución de un proyecto conviene tener presente las siguientes preguntas: ¿Qué actividades pedagógicas y de servicio realizaré con el curso? ¿Cuál es el vínculo entre ambas? ¿Qué aprendizajes espero que consigan los estudiantes? ¿Cuál es o cuáles son las actividades que se realizarán en las horas pedagógicas que tengo con el curso? ¿Hay actividades que se pueden realizar en otros horarios? ¿Qué recursos son necesarios para realizar dichas actividades? ¿Qué tiempo tengo para realizar la ejecución del proyecto (días, semanas, meses, etc.)? ¿Tengo contemplado la posibilidad de error o equivocación en los estudiantes? ¿Qué mecanismos tengo pensados para que ello no perjudique a los beneficiarios? Por último, recuerde que todos los subsectores pueden guiar y ejecutar proyectos de AprendizajeServicio. D. Evaluación: Un proyecto de Aprendizaje-Servicio contempla cuatro evaluaciones distintas. • Antes: La primera evaluación refiere a los aprendizajes desarrollados, es decir, tiene relación directa con los contenidos y habilidades que se espera que adquiera el estudiante. Cabe destacar que la metodología Aprendizaje-Servicio permite que el instrumento a evaluar contribuya al proyecto mismo, por ejemplo, los contenidos del eje Datos y Azar del subsector Matemáticas, puede ser evaluados mediante un informe estadístico que sirva de diagnóstico del proyecto. • Durante: La segunda evaluación refiere a la ejecución del servicio social. Se realiza cuando el proyecto se está llevando a cabo; de ahí que se llame evaluación durante. Involucra, tanto la preparación, como la ejecución misma del servicio. • Proceso: La tercera evaluación refiere a la realización del proyecto Aprendizaje-Servicio, es decir, mide todo el proceso realizado una vez que ha concluido el proyecto. En esta evaluación se debe contemplar los aspectos positivos y negativos que se han vislumbrados: planificación, fases del proyecto, dificultades percibidas, logros obtenidos, etc. • Experiencial: Por último, los proyectos de Aprendizaje-Servicio buscan formar personas solidarias, de ahí que sea necesario permitir que los estudiantes evalúen y reflexionen sobre la experiencia vivida. A su vez, estos proyectos deben contribuir a fomentar un vínculo entre los valores del Evangelio y las acciones ejecutadas, por lo que es recomendable realizar actividades que les ayuden establecer estas relaciones. Siguiendo todo lo anterior, para la evaluación de un proyecto de Aprendizaje-Servicio conviene tener presente: ¿Qué deseo que los estudiantes aprendan con este proyecto? ¿Cómo mediré los contenidos y las habilidades desarrolladas en los estudiantes? ¿Contribuye dicha evaluación al proyecto? ¿Cómo y con quién se evaluará la preparación del servicio social? ¿Cómo y con quién se evaluará el servicio social? ¿Cómo y con quién se evaluará el proyecto completo? ¿Qué logros percibo en los estudiantes, luego de haber realizado el proyecto? ¿Contribuye esta metodología al desarrollo de los estudiantes? ¿Con qué dificultades me encontré y cómo pueden ser evitadas en un nuevo proyecto? ¿Sobre qué deseo que reflexionen los estudiantes? ¿Cómo motivaré la reflexión de la experiencia vivida? Por último, recuerde que existen ciertos subsectores que pueden contribuir a otorgar sentido a la experiencia vivida, por ejemplo, Religión, Filosofía y Psicología, Tutoría, etc. Tipos y ejemplos de iniciativas Comprendiendo que Aprendizaje-Servicio es la metodología que involucra generar “proyectos pedagógicos de servicio comunitario, integrados al currículo escolar, en que los estudiantes aplican, verifican y profundizan los aprendizajes escolares aportando a la solución de un problema comunitario” (MINEDUC 2007: 6), se señalarán diversos ejemplos de iniciativas: 1. Campañas: Toda campaña que busque generar conciencia social, respecto de algún tema que previamente sea estudiado por los alumnos, por ejemplo, realizan una campaña sobre la importancia de donar sangre luego de haber estudiado sobre los componentes de la sangre y la relevancia de las donaciones sanguíneas. 2. Preuniversitarios Sociales: Los preuniversitarios y los reforzamientos sociales son instancias propicias para que los estudiantes compartan y entreguen los conocimientos adquiridos en sus aulas. Además, es un tipo de iniciativa que fácilmente puede incluir diversos subsectores. 3. Proyectos sobre protección del medio ambiente: Dependiendo de la arista que se mire, esta iniciativa puede incluir a varios subsectores, por ejemplo, una campaña de reciclaje y pintura de basureros por parte de Artes Visuales, análisis de las aguas de regadío en la clase de Química, etc. 4. Proyectos de Difusión Cultural: estos proyectos pueden incluir subsectores como Lenguaje y Comunicación (entrevistas para recopilar relatos orales de una comunidad rural), Artes Musicales (presentar bailes folclóricos en jardines infantiles), etc. 5. Proyectos de promoción y cuidado de la salud: Estos proyectos pueden incluir a subsectores como Educación Física (talleres de gimnasia rítmica para adultos mayores), Biología (campaña para difundir una alimentación sana y prevenir el sobrepeso), etc. 6. Proyectos sobre patrimonio cultural y social: Estos proyectos pueden incluir subsectores como Historia, Geografía y Ciencias Sociales, Artes Visuales (pintar murales sobre hechos o personas significativas para la comunidad), Lenguaje (contar cuentos y leyendas típicas a niños de escuelas municipales), etc. Por otro lado, algunos ejemplos de proyectos de Aprendizaje-Servicio son: Lenguaje y Comunicación Promoción de la lectura. Proyectos de alfabetización. Apoyo escolar, tutorías entre pares. Preservación del acervo cultural local. Bibliotecas comunitarias y bibliotecas móviles. Teatro comunitario. Recuperación de narraciones, recetarios y medicinas en lenguas originarias Recuperación de la toponimia de pueblos originarios. Lengua Extranjera Traducción de materiales, folletería e itinerarios turísticos en lengua extranjera. Producción de material educativo bilingüe. Historia, Geografía y Ciencias Sociales Proyectos que implican un análisis de la pobreza y una respuesta frente a las situaciones concretas que de ella se derivan. Recuperación del patrimonio histórico y cultural. Participación ciudadana y comunitaria. Recuperación y/o difusión de tradiciones locales. Diálogo intergeneracional y atención a personas mayores. Educación vial. Ciencias Naturales Preservación del ambiente. Prevención de la contaminación y manejo racional de recursos naturales. Producción de energías alternativas. Microemprendimientos productivos sustentables. Mejora de la calidad de vida en áreas urbanas y rurales: recuperación de espacios verdes, tratamiento de la basura, contaminación visual y auditiva, manejo racional de recursos naturales: agua, aire, suelo, vegetación, fauna. Educación para la salud y campañas sanitarias. Prevención o atención de los trastornos alimentarios y de la desnutrición infantil. Apoyo a campañas de control sanitario (dengue, mal de Chagas, otros) y vacunación. Campañas de donación de sangre y de órganos. Prevención de enfermedades y de adicciones. Educación para la salud. Matemática Apoyo escolar, tutorías entre pares. Compilación y análisis estadístico de datos necesarios para el desarrollo de un proyecto solidario (como estadísticas sanitarias, diagnóstico de conocimientos previos de la comunidad destinataria, y otras). Computación Proyectos de apoyo informático a pares, organizaciones e instituciones educativas. Proyectos de educación y capacitación informática para adultos mayores, niños/as sin acceso a nuevas tecnologías, personas desocupadas, comunidad en general. Educación Física Proyectos de animación sociocultural y/o recreación. Promoción comunitaria del deporte y el uso positivo del tiempo libre. Promoción de la actividad física para la mejora de la calidad de vida de niños, jóvenes, embarazadas, adultos y ancianos. Campañas de difusión de prácticas de vida saludables, cuidado de sí mismo, de los otros y del ambiente. Proyecto de educación para la salud y prevención de adicciones. Artes Diseño de campañas de difusión y concientización: folletería, páginas web. Diseño de materiales didácticos para niños y niñas con necesidades especiales. Producción de señalética para instituciones comunitarias. Construcción y preservación de murales en organizaciones, escuelas y hospitales. Restauración de obras artísticas de la localidad. Producción de vajilla, enseres domésticos, etc. para hospitales, geriátricos, etc. Actividades artísticas y culturales al servicio de la comunidad. Fuente: Orientaciones para el desarrollo institucional de propuestas de enseñanza sociocomunitarias solidarias, 2011