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Epifanía. Reyes
06.01.2016
SEGUIR ESTRELAS Y ANDAR CAMINOS
LOS MAGOS
DIGAN LO QUE DIGAN, NO ME IMPORTA
NO SÉ SI ERAN REYES.
NO SÉ SI ERAN TRES.
LO MÁS IMPORTANTE
ES QUE FUERON A BELÉN (bis)
Alzo las manos
y miro a lo alto
porque siento y creo
que Tú extiendes las tuyas hacia abajo
y no dejas de mirarnos, noche y día.
Ellos vieron en la estrella un extraño resplandor,
y por ella descubrieron al Rey de la creación.
Y la estrella les condujo hasta el Dios que hizo la luz,
y su ciencia encontró al punto sentido y senda en Jesús.
Con la estrella y con los magos por la senda de la fe,
para hallar al Dios nacido debemos ir a Belén.
Cada hombre a cada instante una estrella ha de seguir.
Si seguimos nuestra estrella a Dios tenemos que ir.
Me inclino hasta el suelo
y beso la tierra
porque siento y creo
que Tú andas por ella sin avergonzarte
y la besas para hacerla más habitable.
Alzo las manos porque me siento alzado.
Miro a lo alto porque estoy en tu regazo.
Me inclino hasta el suelo para ver tus huellas.
Beso la tierra y tu Espíritu me llena.
Creo en ti y, digan lo que digan, no me importa.
Montero, C– Olivar, J.A.
Ulibarri, Fl.
“Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes. En esto, unos magos de Oriente se
presentaron en Jerusalén preguntando:
– ¿Dónde está ese rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y
venimos a rendirle homenaje.
Al enterarse el rey Herodes se sobresaltó, y con él Jerusalén entera; convocó a todos los
sumos sacerdotes y letrados del pueblo, y les pidió información sobre dónde tenía que nacer el
Mesías.
Ellos le contestaron:
– En Belén de Judea, así lo escribió el profeta:
Y tú, Belén, tierra de Judá,
no eres ni mucho menos la última
de las ciudades de Judá;
pues de ti saldrá un jefe
que será pastor de mi pueblo Israel (Miq 5,1).
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran cuándo había
aparecido la estrella; luego los mandó a Belén encargándoles:
– Averiguad exactamente qué hay de ese niño y, cuando lo encontréis, avisadme para ir yo
también a rendirle homenaje.
Con este encargo del rey, se pusieron en camino; de pronto, la estrella que habían visto salir
comenzó a guiarlos hasta pararse encima de donde estaba el niño. Ver la estrella les dio
muchísima alegría.
Al entrar en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas le rindieron
homenaje; luego abrieron sus cofres y como regalos le ofrecieron oro, incienso y mirra.
Avisados en sueños de que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro
camino.”
Mt 2, 1-12
Seguir la estrella: Hemos visto salir su estrella y...
a) Estamos demasiado acostumbrados al relato. Por otra parte, hoy apenas tiene nadie
tiempo para detenerse y contemplar despacio "las estrellas". Probablemente, no es sólo
cuestión de tiempo. Vivimos una época en la que es más fácil ver la oscuridad de la
noche que los puntos luminosos que brillan en medio de cualquier tiniebla. Esta
perícopa evangélica, sin embargo, respira la convicción profunda de los primeros
creyentes después de la resurrección. En Jesús se han cumplido las palabras del profeta
Isaías: "El pueblo que caminaba en tinieblas ha visto una luz grande; habitaban en una
tierra de sombras y una luz ha brillado ante sus ojos" (Is 9,1).
b) Sería una ingenuidad pensar que nosotros estamos viviendo una hora especialmente
oscura y trágica. Basta abrir las páginas de la historia para entrever "estrellas", semillas
de liberación, gestos positivos que nos conducen a la luz. Ni la vida ni el mundo son un
caso desesperado, aunque hoy sólo veamos una humilde estrella que nos guía hacia
Belén, estrella intermitente que aparece, desaparece y vuelve a aparecer.
c) "Y la estrella comenzó a guiarles" (v. 9). Dios nunca abandona a los que, dejando la
seguridad de su vida, se ponen en camino buscando y deseando la liberación, como los
Magos.
Ojalá en medio de nuestro vivir diario no perdamos nunca la capacidad de estar abiertos
a toda luz que ilumina nuestra existencia, a toda llamada que pueda dar profundidad a
nuestra vida. Ojalá ninguna buena noticia de solidaridad, justicia y universalidad nos turbe y
sobresalte, ni pase desapercibida. Ojalá las oscuridades de la vida no nos detengan ni nos
desvíen de lo que un día nos puso en camino y se nos ofrece gratuitamente.
Incapaces de adorar
La fe cristiana es, antes que nada, descubrimiento de la bondad de Dios, experiencia
agradecida de que sólo Dios salva. El gesto de los Magos ante el Niño de Belén expresa la
actitud primera de todo creyente ante Dios. Adorar es, ante todo y sobre todo, agradecer el
don recibido, sentirse agraciado y reconocer el misterio de amor que nos supera, nos
envuelve y se nos da gratis.
Cuando se olvida esto, el cristianismo corre el riesgo de convertirse en un esfuerzo
gigantesco de humanización, y la Iglesia en una empresa siempre tensa, siempre agobiada,
siempre con la conciencia de no lograr el éxito moral por el que lucha y se esfuerza.
Ante un Dios del que sólo sabemos que es amor, no cabe sino la adoración, el gozo y la
acción de gracias. Por eso, cuando un cristiano vive la experiencia de la frustración y piensa
que ya ni siquiera es capaz de orar, debería tener, al menos, alegría. Pues, por encima de lo
que somos, de lo que nos sucede y hacemos, está el amor de Dios que nos abre y da un
horizonte de esperanza para vivir en positividad. Siempre hay estrellas que brillan en el
horizonte.
Sugerencias para orar
a) Acompañar a los magos. Acompañar en silencio, dejándose llevar; aprender de ellos,
paso a paso, en todo lugar y circunstancia. Para ello, leer el texto, introducirse en la
escena y ser uno más.
b) Ponerse en camino. He aquí algo necesario para encontrar a Jesús. Ponerse en camino
es salir de uno mismo; dejar, quizá, tierras, patria, trabajo, seguridades; es superar
miedos y lanzarse por nuevos derroteros. Ver si me he puesto en camino, o si todavía
no he salido de mi círculo, entorno, casa o chiringuito. Ponerse en camino es aceptar
rupturas, y también la aventura, la sorpresa, la novedad. Ponerse en camino cada día…,
cada vez que nos paramos o hacemos un alto.
c) Preguntar. Preguntar como los magos. Preguntar para descubrir la verdad. Preguntar
sin miedo. Preguntar manifestando la verdad. A la vez que buscamos la verdad,
manifestamos la nuestra, damos la nuestra, aunque cree sobresalto, turbe o inquiete.
Orar es buscar y preguntar por la verdad, y manifestar y dar la propia con generosidad e
ingenuidad. Como los magos.
d) Seguir la estrella. Es otra forma de orar u otro momento de la oración. En el horizonte
brillan infinidad de estrellas que pueden guiarnos hasta Belén, hasta Dios. Ver por qué
estrellas nos guiamos; ver qué luz arrojan sobre nuestro camino. Levantar los ojos bien,
discernir… y no agobiarse cuando las estrellas en las que confiamos se esconden o
desaparecen.
e) Adorar. O sea, postrarse con amor y reconocer el misterio de amor que nos supera
aunque se nos manifieste en un niño con su madre. Detenerse, contemplar y amar.
Ofrecer todo lo que somos y tenemos, todo lo que soy tengo. Descubrir qué es hoy el
oro, el incienso y la mirra que puedo ofrecer como regalo. Abrir mis cofres y ofrecer
todo lo que hay en ellos.
f) Escuchar y saber cambiar. O sea, dejarse avisar, aprender, tomar conciencia y cambiar
de planes, caminos y proyectos si es necesario; sobre todo si lo que está en juego es la
vida, son los derechos fundamentales, es Dios como niño, es el reino. Orar como los
magos, desde la vida, la búsqueda y el encuentro, es todo esto y mucho más.
ADORAMUS TE, DOMINE
Adoramus Te, Domine.
DEJA QUE TE HABLE DE MIS SUEÑOS
Deja que te hable de mis sueños
que tras el tiempo se escondieron,
pero que contigo han vuelto.
EN EL REVERSO DE LA HISTORIA
Señor:
En este mundo insolidario y frío
queremos buscarte.
En los barrios marginales y zonas periféricas
queremos encontrarte.
En los que esta sociedad esconde y olvida
queremos verte.
En los que no cuentan
para la cultura dominante
queremos descubrirte.
En los que carecen de lo básico y necesario
queremos acogerte.
En los que pertenecen
al reverso de la historia
queremos abrazarte…
En los pobres y marginados de siempre,
en los emigrantes y parados sin horizonte,
en los drogadictos y alcohólicos sin presente,
en las mujeres maltratadas,
en los ancianos abandonados,
en los niños indefensos,
en la gente estrellada,
en todos los heridos y abandonados
al borde del camino
queremos buscarte,
encontrarte,
verte,
descubrirte,
acogerte,
abrazarte.
Ulibarri, Fl.
Deja que te hable de mis sueños
que con el tiempo se perdieron
confundidos en el silencio.
Sueño con los ojos abiertos;
puede que pienses que estoy loco
porque me creo lo que sueño.
Y si tú quieres te los cuento;
los escribí en un libro abierto
en el lenguaje de los sueños.
¿QUÉ HAY DE MALO
EN PERSEGUIR LOS SUEÑOS?
¿QUÉ HAY DE MALO EN SOÑAR DESPIERTO?
Sueño en color, sueño en verso,
en historias con argumentos,
en canciones que al fin resuelvo.
Flotan guitarras en el cielo,
veo montañas en el techo;
para los sueños no hay secretos.
Creo en los sueños infinitos,
aquellos que tienen los niños,
que se acarician con los dedos.
Creo en los sueños verdaderos
que corren sin rumbo ni dueño
y a los que nadie puso un precio.
¿SON LOS SUEÑOS REALIDAD O SUEÑO?
¿ES LA REALIDAD VERDAD O SUEÑO?
¿QUÉ HAY DE MALO
EN PERSEGUIR LOS SUEÑOS?
Jarabe de Palo