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Conversación en clave: entrevista con Horacio "El Negro" Hernández
Escrito por Elio Ruiz
En un pueblito de New Jersey, vive Horacio "El Negro" Hernández, brillante percusionista
cubano que ha conquistado un lugar importante entre los más destacados bateristas residentes
en Estados Unidos y probablemente del mundo. Uno de sus aportes más importantes es la
incorporación del cencerro abakuá al set de instrumentos para tocarlo con un pedal. A los
amantes de la percusión y de la Rumba, los invito a participar en esta conversación...
ER Me gustaría que me hablaras acerca de cómo la Rumba en tanto género y en
especial el diverso uso de las claves, como métrica fundamental de la música cubana, yo
diría que del ser cubano -si nos ponemos en plan pitagórico-, ha marcado tu estilo de
tocar la batería.
HH Lo que te puedo decir es que yo aun continúo estudiando y aprendiendo, tratando de
encontrar las exactas conexiones entre las claves que llegaron a Cuba directamente de África y
cómo esas claves le dieron forma a esta clave que ahora es totalmente nuestra, que es a la
que tu haces referencia, la clave del guaguancó.
ER ¿Cómo se fue dando ese proceso de aprendizaje?
HH En mi caso fueron dos etapas. La primera etapa, creciendo en La Habana en un ambiente
donde la rumba fue bastante marginada, bastante negada. Luego pasando los años, por los
ochentas nos vimos en el patio de la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba) donde se
organizaron aquellas tardes inolvidables de la Rumba con el grandísimo Pancho "Kinto", que
en paz descanse.
ER Precisamente en ese contexto nació mi documental Quien Baila Aquí (La Rumba sin
entejuelas), del que me propongo hacer una segunda parte con el tema de la Rumba en
el exilio y la influencia que ha tenido en géneros como la Salsa y el Jazz. El grandioso
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Escrito por Elio Ruiz
Pancho "Kinto" es uno de los personajes de ese documental, como recordarás, cuando
formaba parte del grupo Yoruba Andabo que animaba aquellas tardes de la UNEAC que
mencionas.
HH Sí. Yo también pienso que la Rumba tiene una conexión única con otros muchos tipos de
música, quizás más popularmente universales. Por ejemplo yo diría que la Rumba es el género
folclórico cubano que más conexión tiene con el Jazz. Es una situación musical en la que existe
totalmente la conversación entre los elementos que las componen. Es un estilo musical donde
la improvisación es digamos el ochenta por ciento, por decirlo así, de la conexión que puede
existir entre las maneras de interpretar y escucharse a sí mismo los presentes en una Rumba.
Es la misma decisión con la que se toca en un cuarteto o quinteto de Jazz. Hay momentos en
que se escucha, hay momentos en que se conversa, hay momentos en los que tú tienes tu
propio espacio para digamos hacer un discurso un poco más prolongado, un poco más tuyo si
se quiere. Es el caso del kinto como instrumento de percusión. Creo que no sería desacertado
comparar el kinto con el saxofón en el contexto del Jazz. El kinto representa totalmente esa
misma libertad espiritual que se necesita para lograr todos esos sonidos en una improvisación.
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ER ¿Quién fue el percusionista que más te impresionó en esos años de aprendizaje en
Cuba?
HH Siempre que se menciona la palabra "Rumba" a mi me viene a la mente una persona que
fue muy especial para todos nosotros los percusionistas y los músicos en general, me refiero a
Pancho "Kinto". Pancho fue la persona que rescató a la Rumba con su espíritu, con su gracia.
Sacó la Rumba del Puerto de La Habana y de los solares (vecindades) de los barrios de La
Habana y la llevó a un plano estelar. Su nombre comenzó a sonar hasta que un día pudimos
escucharlo en el patio de la UNEAC, que era un lugar donde los rumberos nunca habían tenido
acceso.
ER Por cierto, en Quien Baila Aquí (la rumba sin lentejuelas) se muestra a Pancho
"Kinto" como el último luthier -pedimos prestada esta palabra- de tambores batás que
tuvimos en Cuba, hechos de acuerdo a la técnica africana original, a partir del tronco del
árbol, vaciándolo. En aquellos años, gracias a las gestiones del poeta afrocubano Eloy
Machado ("El Ambia"), tuvimos la oportunidad de nutrirnos del genio creativo de Pancho
"Kinto", y de sus compañeros de "Yoruba Andabo".
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Escrito por Elio Ruiz
HH Los aportes de Pancho "Kinto" a la Rumba y a la percusión cubana son innumerables.
Pancho creó una manera de tocar la Rumba, forma a la que llamaron el guarapachangueo. El
cambió todos los esquemas de la Rumba matancera, digamos, la Rumba que tiene los
tambores de cuero clásicos. Pancho se salió de esos patrones establecidos y creó nuevas
formas totalmente espectaculares. Le dio un tratamiento diverso a los tambores, mezcló la
tumbadora con el cajón, la tumbadora con el batá, con su cencerro en el piso, con su cuchara
de comer. Ver a Pancho era como ver a un saxofonista de Jazz. El estaba coloreando, él
estaba respondiendo, él estaba presente y atento a todo lo que estaba sucediendo, adornando
todo aquello.
ER En Cuba ocurren cosas tan increíbles como contar con la monumental obra de Don
Fernando Ortiz, que dedicó cinco volúmenes de ardua y detallada investigación
solamente a "Los instrumentos de la música afro cubana", además de la "Africanía de la
música en Cuba" y otros muchos trabajos; y que este acervo fuese al mismo tiempo
deliberadamente soslayado, lo cual habla del racismo implícito que hay en la mente de
mucha de la gente que toma decisiones en nuestro país y en particular en lo que
respecta al sistema educativo y cultural. Se estudiaba música europea o al estilo
soviético, como tú sabes que ocurrió, y se le daba la espalda, o encajonaba en ciertos
espacios marginales, al enorme acervo musical que nos legaron nuestros ancestros
africanos. ¿Cómo te afectaron estas contradicciones, mientras te formabas?
HH En la escuela de música no existían las tumbadoras, no existían los tambores batás, ni
existía el bongó, ni existían las claves, no existía la cáscara, ni existían los cencerros…Todos
eran instrumentos marginados, ni se podían mencionar. Nunca ellos, los que mandaban en
todo aquello, se quisieron dar cuenta de que existía en las calles de los barrios una fuente
cultural auténtica, genuina, propia, una cosa tan cubana como las palmas reales.
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ER O sea, ellos estaban alienados de la esencia del país que decían construir. Menos
mal que todos ustedes se dieron cuenta y fueron a beber de la fuente de la música
popular.
HH Por supuesto, como dijo quien lo dijo, no se puede tapar el sol con un dedo. La Rumba
estaba marginada, pero estaba ahí, en un lugar donde nosotros la encontramos. Estaba ahí,
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Escrito por Elio Ruiz
maltratada, se hablaba muy mal de ella, peyorativamente, como cosa de gente baja, sin
educación. Un poco la Rumba se trataba como un número folclórico arcaico, de cabaret, con la
mulata típica, espectacular, la imagen del rumbero con sus guaracheras y la sonrisa perenne, y
aquello era un poco ridículo, un poco cómico, digamos. Ver todas esas situaciones con una
rumba detrás, que en muchos casos era una rumba fantástica. Supongo que por eso tu
documental se subtitula La Rumba sin lentejuelas.
ER "Un golpecito na más", tu composición que aparece en el disco "Robby and Negro
at the Third World War"*, resulta particularmente interesante porque tiene una métrica
5/4 que lo saca del patrón convencional del guaguancó. ¿Qué me dices de eso?
HH En el caso de este numero, es una muestra yo diría que bonita de la mezcla de la
Academia y la Calle. Yo encuentro que este número es el medio, la mitad entre esa escuela
nuestra de música y lo que se daba en la calle, en el solar en el ambiente popular. 5/4, 7/4, 9/4,
son compases más difíciles de entrarle, pero también eso implica que la música que resulta es
más complicada. Lo que me gusta de “Un golpecito …” es que no pierde la sencillez que la
Rumba tiene adentro. También es importante en este número la conexión entre la música y la
letra. La letra dice: "si a mi clave se le agrega un golpecito na más". Es decir si al 4 por 4 le
agregamos 1, tenemos un 5 por 4.
ER Es de una sencillez conmovedora, porque también es compleja. Por otra parte las
voces de Orlando "Puntilla" como solista y de la inconfundible Xiomara Laugart en el
coro le dan un soporte fundamental y la convierten en una rumba antológica. Además,
es un homenaje al ya mencionado y echado de menos Pancho "Kinto".
HH Exacto. El vocal es otro aspecto que establece un parentezco entre la Rumba y el Jazz.
Músicos hay muchos, pero un saxofonista muy bueno, alante, con una voz muy propia, un
sonido personal, una manera individual de tocar, no son muchos los que existen. La Rumba es
lo mismo. Hay muchos tamboreros muy buenos, muchos tamboreros que pueden ser partes de
una agrupación, pero los hay que son únicos como Pancho y hay voces que desde el primer
momento en que tú escuchas una nota, tú sabes que esa voz pertenece por completo a la
Rumba, que es la Voz de la Rumba. Es la voz que crudamente empasta con el tambor. No
necesita efectos, no necesita nada más. Esa es también la voz de nuestro Orlando Puntilla,
una de esas voces que nos dice: "Yo soy la Rumba".
Web de Horacio "El Negro"
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Escrito por Elio Ruiz
Hernández:
www.elnegro.com
Artículo extraido de Revista Quilombo (num. 23 - Mayo 2007)
Los derechos sobre este material NO son propiedad de Mundo Percusión.
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