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Doctor Juan López Palafox,
identificador de cadáveres,
docente y dentista
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Cualquier odontólogo
clínico puede convertirse
accidentalmente en un
investigador más
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MAXILLARIS, febrero 2008
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El doctor López Palafox es una figura
indiscutible de la odontología legal
y forense en España. Durante sus más
M AXILLARIS. ¿Cómo se produjo su llegada a la odontología legal
de 30 años de trabajo como identificador y forense?
Doctor López Palafox.Soy funcionario del laboratorio de Polide cadáveres en el Laboratorio de
cía Científica desde hace más de 30 años, aunque desde el año
2000 me encuentro en la situación de “segunda actividad”,
Antropología Forense de la Policía
que es algo similar a la “reserva”; ahora únicamente colaboro
Científica ha comprobado que esta
en tareas de asesoramiento técnico y de formación.
Mi llegada a la odontología se produjo tras comprobar que
especialidad es una ciencia infalible.
era una ciencia infalible para la identificación de cadáveres. Mi
En España, ha investigado en accidentes primer destino dentro de la Policía Científica fue el Puerto de la
Cruz, en Tenerife. En aquel entonces, los trabajos de identificaaéreos y en todo tipo de desastres y
ción de cadáveres eran, casi en exclusiva, mediante el estudio
crímenes; pero su fama es internacional, de los dactilares, que sólo son válidos en caso de que existan
antecedentes policiales, y el reconocimiento directo, que en los
su colaboración ha sido indispensable
cuerpos fragmentados, quemados o putrefactos resultaba a
para clarificar, entre otros muchos
veces imposible de conseguir. En 1977 se produjo un siniestro
en Tenerife y allí conocí a un médico forense, que además
casos, las masacres de Ruanda y Kosovo. aéreo
era dentista, y gracias a él descubrí las posibilidades que ofrecía
la odontología. Así pues, me licencie en la primera promoción
En el año 2000 pasó a la “reserva”
de odontología que hubo para mejorar mi trabajo de identificay ahora se dedica casi por entero a la
dor y, posteriormente, obtuve plaza de facultativo especializadocencia. Su ilusión es inculcar su pasión do en odontología.
En 1984 pasé a la Comisaría General de la Policía Científica
por esta especialidad tan espectacular
de Madrid y, desde entonces, me he centrado en la identificación de cadáveres anónimos. En 1987 me ofrecieron crear un
como necesaria.
a memoria del doctor Juan López Palafox está repleta de
detalles sobre crímenes, accidentes y desastres naturales, y
no es para menos, dado que se ha dedicado durante más
de 30 años a identificar cadáveres en situaciones extremas para
la Policía Científica. Ha intervenido en todo tipo de accidentes
y asesinatos tanto en España como en el extranjero, en ocasiones con gran presión bélica o criminal. Su llegada a la odontología legal y forense se produjo tras comprobar los resultados
que esta ciencia aporta a las investigaciones, sobre todo cuando se trata de cuerpos quemados o esqueletizados. Hace siete
años pasó a la “reserva policial” y ahora combina la práctica clínica con la docencia como profesor titular del Departamento
de Odontología Legal y Forense en la Universidad Alfonso X El
Sabio. En sus clases recuerda cada día a los alumnos la importancia de esta especialidad, ya sea para identificar a una persona fallecida o para determinar los daños sufridos tras un accidente. Además, les insiste en que todos los días la policía visita
al odontólogo para pedir su colaboración, bien porque haya
atendido a la víctima antes de su muerte o bien para pedir su
ayuda en unos análisis o pruebas. “Algunos de estos dentistas
–recuerda el doctor López Palafox– han sentido tanta atracción por esta especialidad que luego los he tenido como alumnos en mis cursos”.
L
grupo técnico dedicado exclusivamente a la investigación de
cadáveres anónimos y personas desaparecidas, con lo que se
extendió nuestro ámbito de trabajo a todo el territorio nacional. Aquel grupo, que luego sería el Laboratorio de Antropología Forense de la Comisaría General de la Policía Científica,
comenzó con tres funcionarios y ahora está formado por 15 profesionales licenciados en medicina, veterinaria y biología; todos
ellos, además, son expertos en antropología humana.
En este laboratorio se diseñaron protocolos de actuación
para identificar los cadáveres investigados mediante la aplicación de procedimientos científicos y especialmente a través de
técnicas odontológicas. Desde la implantación de estos procedimientos, nuestro prestigio fue aumentando y el número de
cadáveres anónimos se redujo sustancialmente.
M ¿Qué características tiene esta “especialidad” que no tienen
otras?
Doctor López Palafox. Todos aquellos que se dedican al estudio de los dientes con aplicaciones forenses sienten pasión por
la especialidad, por los resultados tan espectaculares que se
obtienen.
La identificación de un cadáver cuando se esperan resultados negativos es el mejor de los premios obtenidos, especialmente cuando la familia sólo desea tener el consuelo de enterrar dignamente a su ser querido. En más de una ocasión hemos
recibido la felicitación emocionada de esos familiares. Ese abrazo del padre o la madre del fallecido nos ha estimulado para
continuar en este trabajo.
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M ¿Es la odontología legal y forense una ciencia totalmente
distinta a la que se desarrolla en la práctica clínica diaria?
Doctor López Palafox. Sí, son trabajos totalmente distintos, aunque es necesaria una práctica clínica para hacer una
buena odontología legal y forense. Los resultados no van a
ser buenos si no se conoce lo que ha hecho otro dentista,
ya que va a servir para poder identificar el cuerpo. Es necesario conocer los procedimientos odontológicos, en ellos se
apoya el identificador. Muchos cadáveres se identifican gracias a los tratamientos que llevan en la boca; de este modo,
podemos determinar la edad, sus características fisiológicas
y sociológicas y la procedencia del individuo. Por ejemplo,
hay súbditos sudamericanos en los que abunda la presencia de metal con un diseño típico de su zona. Hemos comprobado que en países de la Europa del Este se hacen restauraciones con un determinado tipo de acero; en la zona
albano-kosovar es muy común que se utilicen prótesis completas con dientes que simulan estar enfundados en oro,
incluso en piezas delanteras, algo que es muy inusual en
España.
M ¿Qué cauces se utilizan para llegar a este tipo de
información?
Doctor López Palafox. Hay que ver muchos cadáveres y tener
una experiencia en la práctica de la odontología forense. Además, cuando la investigación se realiza fuera de España, se estudia mucho sobre cómo son los trabajos de restauración que se
hacen habitualmente a la población autóctona. Esta labor de
campo nos sirve en las identificaciones que hacemos en el
extranjero pero también aquí en España, ya que hay cadáveres
originarios de otros países y el recuerdo de aquella restauración
odontológica que vimos en un viaje nos permite establecer la
relación.
Generalmente, cuando encontramos un cadáver de origen
desconocido llegamos a su procedencia a través de Interpol o
de Europol. Emitimos unos formularios con los datos que buscamos y se marcan unas zonas de influencia en las que pensamos que abundan ese tipo de tratamientos odontológicos.
Interpol hace una difusión de esos formularios en el ámbito
europeo o de países asiáticos o sudamericanos, incluso puede
hacerla de forma internacional sin especificar unas zonas concretas. Posteriormente, nos facilita información de los individuos que podrían ajustarse a los datos que nosotros hemos
aportado.
M ¿Cómo fue la evolución del laboratorio de la Policía Científica durante el tiempo en el que usted participó de forma activa?
Doctor López Palafox. El trabajo siempre se centró en la identificación de cadáveres en situaciones extremas. Tenemos competencias en todo el territorio nacional, pero contamos con la
colaboración de los grupos locales de la Policía Científica.
Nuestro grupo fue el pionero en la Investigación de Víctimas
en Desastres, diseñó manuales de actuación y participó en casi
todos los siniestros ocurridos en España desde 1977 hasta nuestros días.
Cuando en 1986 Interpol creó un Comité para la Investigación de Víctimas en Desastres, nuestro grupo se incorporó al mismo de forma activa y colaboró en el diseño del que
sería el formulario oficial para el manejo de Víctimas en
Grandes Catástrofes.
Gracias al respaldo de Interpol a nuestro grupo, se solicitó
nuestra presencia en la investigación de desastres ocurridos
fuera de nuestras fronteras, en los que algunas de las víctimas
eran españolas. De este modo, nuestro grupo viajó a México en
1992, para colaborar en la investigación de un magnicidio, o a
Nepal, también en 1992. Hemos participado en investigaciones
En su despacho abundan los recuerdos
de sus múltiples viajes y muchas cámaras
fotográficas, una pasión indispensable
para su trabajo.
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en Ruanda en dos ocasiones diferentes y en Kosovo, inmediatamente después de los conflictos bélicos vividos en estas regiones.
Además, entre nuestros logros se encuentra la firma de un
convenio de colaboración con la Universidad de Alcalá de Henares, que ha tenido como consecuencia la reciente creación del
Instituto Universitario para la Investigación de Ciencias Policiales,
en el que figuramos como miembros docentes, y que centra sus
trabajos en la impartición de másteres en ciencias policiales y la
puesta en marcha de proyectos de investigación relacionados
con técnicas avanzadas de identificación personal.
El doctor López Palafox durante una identificación
en Katmandú (Nepal), en 1992.
El doctor en una identificación realizada
en Marbella, en 1991.
M ¿Qué tipo de trabajos realiza un odontólogo forense cuando
trabaja para la Policía Científica?
Doctor López Palafox. El nombre de Policía Científica, copiado
de la terminología anglosajona y tan conocido por la gente, no
define perfectamente el trabajo que se hace en este servicio,
actualmente presente en todos los cuerpos policiales. Hasta la
década de los 80 se llamó Servicio Central de Identificación y los
centros territoriales o locales se denominaban Gabinete de Identificación. El trabajo que se realiza en estos servicios es de identificación, especialmente personal, pero también de instrumentos,
armas, elementos químicos o biológicos, etcétera.
El Servicio de Identificación Personal, del cual depende el Laboratorio de Antropología Forense, tiene como objetivo prioritario
la identificación de personas, en nuestro caso individuos fallecidos sin datos conocidos. En este servicio, el odontólogo centra
su trabajo en la formulación de los elementos dentarios de estos
cadáveres anónimos, mediante el análisis de los materiales de
restauración o las patologías presentes en la boca. También participa en la identificación de rostros mediante técnicas de superposición de imágenes y colabora en la confección de bases de
datos de retrato-robot.
El trabajo puede ser más complejo de lo que a primera vista
parece, ya que es frecuente encontrar restauraciones de materiales en principio no identificados totalmente, que deben ser comparados con datos que se solicitan de otros países a través de
Interpol. Así, podemos recordar algún caso en el que la clave de
la identificación era un tratamiento periodontal y una restauración con un material no identificado, que, mediante la aplicación
de técnicas de microscopía electrónica aplicada a EDAX, se pudo
identificar como un silicato, actualmente en desuso. Este silicato
fue perfectamente descrito e identificado por su odontólogo
desde un país de Europa del Este. También podemos recordar un
cadáver identificado por las numerosas prótesis fijas fabricadas
con metal exclusivamente; era un hombre también procedente
de los países del Este de Europa muerto en un ajuste de cuentas.
En algunas ocasiones nos hemos centrado en la identificación de
una prótesis removible, con marcas que nos permitieron llegar
hasta el laboratorio fabricante, para completar la identificación
plena.
M ¿En qué situaciones el análisis bucodental es la vía más efectiva para la identificación del cadáver?
Doctor López Palafox. La odontología es fundamental en cadáveres quemados, que hay muchos, y también cuando los cuerpos aparecen ya esqueletizados. En 1998 hubo un caso de estafa
de unas funerarias en Málaga, en donde se realizaban exhuma-
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ciones, luego se hacían incineraciones colectivas, pero que se
pagaban como una sola, y los restos se entregaban a los familiares sin la seguridad de que correspondieran al individuo que
decían pertenecer. Durante la investigación aparecieron 38
cajas con restos, hicimos una selección minuciosa y se contabilizaron 58 cadáveres, de ellos 39 fueron identificados. Del resto
no se consiguió porque las familias quisieron olvidarse del tema.
A muchos se les identificó por la dentición, ya que había prótesis marcadas por los fabricantes, lo que nos recuerda lo positivo
que sería que todos los pacientes tuvieran marcada su prótesis.
M ¿Son decisivos los datos extraídos del análisis bucodental
para determinar las causas de una muerte?
Doctor López Palafox. Pueden ser bastante esclarecedores,
especialmente cuando encontramos signos de violencia, que
pudieran estar relacionados con las circunstancias que rodearon a la muerte. Sin embargo, estos datos no son competencia
del laboratorio de identificación personal, sino que deben ser
analizados por el médico forense que en la autopsia estudia y
determina las causas de la muerte.
M Ha mencionado su participación en trabajos de investigación sobre crímenes en Ruanda y Kosovo. ¿Nos podría explicar
en qué consistieron estas investigaciones y qué resultados se
obtuvieron?
Doctor López Palafox.En Ruanda, en 1994, participé junto con
un especialista de la Guardia Civil en un trabajo dirigido por dos
médicos forenses, los doctores Abenza y Pérez Pujol. Se trataba
de investigar el genocidio ocurrido aquel año. La petición la hizo
el Tribunal de La Haya y permanecimos en Ruanda durante tres
meses, en los que recorrimos la totalidad del país buscando
muestras obtenidas de los cadáveres para establecer las circunstancias determinantes del genocidio.
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En nuestra segunda visita a Ruanda
quienes nos escoltaban eran
soldados ruandeses de los que
se sospechaba que eran los que
habían matado a los cooperantes
españoles. El trabajo se hizo con
mucha presión y fue bastante difícil
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En 1997, tras el asesinato de tres cooperantes españoles pertenecientes a Médicos del Mundo, regresamos a Ruanda el mismo funcionario de la Guardia Civil y yo para investigar las circunstancias del suceso. En aquella ocasión, la petición la hizo el
Ministerio de Asuntos Exteriores español.
Aquellas dos experiencias en Ruanda fueron muy diferentes
entre sí. En la primera ocasión estuvimos escoltados por militares de la ONU, y eso nos daba tranquilidad, pero en la segunda
visita quienes nos escoltaban eran soldados ruandeses, de los
que se sospechaba que eran los que habían matado a los cooperantes españoles. El trabajo se hizo con mucha presión y fue
bastante difícil.
En 1999, me nombraron coordinador del equipo de investigación de crímenes de guerra que se trasladó a Kosovo. En esta
ocasión, y con las experiencias adquiridas en Ruanda, se diseñó
un equipo multidisciplinar formado por especialistas del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil y médicos forenses.
Allí exigimos dormir en el cuartel del ejército español y estar
escoltados por militares españoles. Estuvimos dos meses en
Kosovo, con resultados muy positivos, ya que se llegaron incluso a identificar muchas de las víctimas de los crímenes de guerra, a pesar de que el interés principal del Tribunal de La Haya
era la determinación de la causa de la muerte para concretar
los delitos de crímenes de guerra. En esta investigación se logró
la conjunción de los expertos de los distintos grupos, de tal forma que coincidimos nuevamente con el médico forense doctor
Pérez Pujol y como resultado se fomentaron las relaciones profesionales, especialmente en los aspectos docentes; después
hemos colaborado en nuevos proyectos.
M ¿Fue la experiencia de Ruanda su peor recuerdo de los trabajos que realizó fuera de España?
Doctor López Palafox. Hay grandes diferencias en la forma de
trabajar en función de que se trate de un conflicto bélico, con
crímenes contra la humanidad, o después de un desastre del
tipo que sea. En los casos de conflictos, lo que se busca es determinar las causas de la muerte para poder inculpar a los asesinos, mientras que en casos de desastres, ya sean naturales o
accidentales, la prioridad es identificar a las víctimas.
Además, tanto en Ruanda como en Kosovo nuestro trabajo
se realizó en medio de un clima de represalias continuas entre
bandos. Las guerras no se terminan cuando las partes o la
comunidad internacional llega a un acuerdo, después se suceden muchos crímenes, como fue el caso de los cooperantes
españoles en Ruanda, que fueron asesinados por ayudar a presos hutus; algo que los militares tutsi no admitieron.
También recuerdo negativamente una experiencia en México. En 1992 estuvimos colaborando con los servicios periciales
mexicanos en la identificación de los autores directos e indirectos de la muerte del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio. En nuestros análisis de rostros llegamos a ciertas conclusiones molestas para algunos mandatarios mexicanos. En la misma línea de nuestra investigación trabajaba el jefe de policía de
Tijuana, que una noche fue tiroteado por desconocidos; un incidente en el que desaparecieron algunas de las pruebas que nos
debía facilitar a la mañana siguiente. Desde entonces hasta
nuestro regreso nos pusieron unos guardaespaldas con los que
no estábamos muy tranquilos, ya que ignorábamos si realmen-
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te nos protegerían o, en el caso de que nuestras conclusiones
no fueran muy agradables, harían todo lo contrario. Sin embargo, nuestros temores parece ser que eran infundados, ya que
terminamos nuestro trabajo brillantemente y aquella experiencia fue el inicio de unas relaciones que me han llevado a visitar
casi anualmente aquel país para impartir conferencias sobre
temas de odontología forense e identificación personal.
En el plano de la emoción, uno de los momentos que
recuerdo especialmente fue en Roma (Italia), en 1999, después
de lograr la identificación de los españoles que viajaban en el
avión de la ONU que se estrelló en su recorrido desde Roma a
Pristina (Kosovo). Al comunicar la identidad positiva de un
guardia civil y confirmar que podría repatriarse el cadáver casi
inmediatamente, el padre, también guardia civil, se abrazó
emocionado a nosotros dándonos las gracias por el trabajo
realizado. Más tarde me invitó varias veces a su casa y durante
varios años recibí tarjetas de felicitación navideña, en las que
me recordaba su agradecimiento.
M Pese a su formación y gran experiencia, ¿le siguen afectando estas situaciones de gran emoción con los sentimientos a
flor de piel?
Doctor López Palafox. Generalmente no pensamos en la vida
que pudieran tener esos cadáveres que identificamos, debemos tener la suficiente frialdad como para pensar que nuestro
trabajo es necesario para devolver la identidad. Sí es verdad que
al principio de mi carrera como identificador me impresionaba;
el primer cadáver que vi fuera del laboratorio era el de una
mujer ahorcada, y fue duro, pero con el paso del tiempo sólo El doctor López
piensas que es un cuerpo muerto.
Palafox en su clínica
Personalmente, también viví un momento duro durante la de San Sebastián de
investigación del accidente aéreo ocurrido en el Monte Oiz, cer- los Reyes (Madrid).
ca de Bilbao, en 1985. Entre los primeros cadáveres que tenía
que investigar había uno con una prótesis removible que identifiqué como perteneciente a un íntimo amigo; había sido compañero de juegos y de colegio desde la infancia, vecino de casa
y casi como un hermano. Me enteré de su presencia en el acci- deshacían al tocarlos. Logramos reconstruir los dientes, luego
hacer radiografías seriadas de todas las piezas y encontrar
dente en el momento de identificarle.
endodoncias realizadas sobre esos dientes. Hicimos coincidir
M ¿Tiene el odontólogo de la Policía Científica un contacto aquellos datos con los de la posible víctima y se le identificó, se
trataba de un ajuste de cuentas. También en Barcelona tuvimos
directo con los familiares de las víctimas?
Doctor López Palafox. Nuestro grupo se divide en dos equi- un caso muy interesante en 1991: en aquella ocasión apareció
pos, uno posmorten, que recoge datos del cadáver para su iden- un cadáver carbonizado en un coche abandonado y las primetificación, y otro antemorten, que se ocupa de conseguir infor- ras sospechas apuntaban a que era un vagabundo que había
mación a través de la familia; mi participación siempre se ciñó sido asesinado, era una época en la que había habido otros
al primero de ellos. Pero tanto en uno como en el otro hay espe- casos de este estilo. Al limpiar los dientes descubrimos que no
cialistas en odontología porque hay que saber lo que se busca podía ser un vagabundo porque en los posteriores tenía un
y qué información puede ser de utilidad. Tras mi paso a la “reser- composite muy reciente; hicimos una radiografía y vimos que
va”, en el grupo se han quedado una médica y una antropólo- estaba muy bien endodonciado. En esta ocasión, no había
radiografías antemorten, porque el dentista se había deshecho
ga, ambas con formación en odontología forense.
ya de ellas, pero nuestro laboratorio localizó unas radiografías
M Dentro de sus trabajos de identificación realizados en Espa- laterales anteriores, por un accidente de tráfico que había teniña, ¿cuáles serían los más destacados por la influencia que tuvo do aquel individuo; comparamos aquellas radiografías con las
nuestras periapicales y logramos identificarle plenamente. Tamel aspecto dental?
Doctor López Palafox. En España he participado en todos los bién había sido un ajuste de cuentas.
Otro de mis mejores recuerdos, profesionalmente hablanaccidentes aéreos que han ocurrido desde 1977 hasta el año
2000. En cuanto a casos individuales, también hemos tenido do, fue un cadáver carbonizado encontrado en Almería. En
algunos muy curiosos. Recuerdo un cadáver encontrado en Cer- aquella ocasión la clave fue un tratamiento periodontal que le
danyola (Barcelona) que estaba tan quemado que sólo queda- habían realizado a la víctima y que así nos lo confirmó su denban fragmentos de dientes totalmente carbonizados, que se tista desde Alemania.
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Si hay un tratamiento dental en la víctima es mucho más fácil
la identificación; si no lo hubiera, la otra opción es hacer superposiciones fotográficas de los dientes.
Otro caso curioso sucedió en el año 2000, cuando desapareció un niño de etnia gitana en Coslada (Madrid). El cadáver apareció esqueletizado, en bastante mal estado, con los huesos
fracturados e incluso roídos por los animales, por lo que no
había manera de sacar ADN. Pero tras ver las radiografías, vimos
que podíamos perforar el maxilar y sacar el germen dentario
que estaba protegido; aquello nos sirvió perfectamente para
sacar ADN e identificar el cuerpo. Previamente, en 1996, hice
una tesis doctoral sobre la extracción de ADN nuclear de la pulpa de los dientes de cadáveres quemados, en 14 casos forenses
y 67 muestras provenientes de accidentes aéreos; en todos los
casos, salvo en dos, salió el ADN perfectamente.
M ¿Cómo se produjo su paso de la Policía Científica a la
docencia?
Doctor López Palafox. Los cuerpos de seguridad del Estado se
rigen por un sistema de escalafones muy jerarquizado. En el año
2000 me vi en la tesitura de tener que renunciar a mi plaza de
facultativo, regresar a mi plaza dentro del Cuerpo Nacional de
Policía y hacer un curso de ascenso a comisariado para asumir
labores de mando.Tenía que renunciar a todo el trabajo del laboratorio, así que rechacé esta opción, pasé a la “reserva” y me dediqué por entero a la docencia. Antes ya había impartido cursos a
los mossos d’esquadra, a especialistas de la Policía Nacional y
había colaborado con diversas universidades, como la Complutense, la Autónoma de Madrid y la de Alcalá de Henares.
Pero con mi paso a la docencia a tiempo completo mantengo la misma pasión que tenía durante mi etapa en el laboratorio, sigo en contacto permanente con los funcionarios actuales,
les visito muy frecuentemente para estar al día de los últimos
avances y aún sigo asesorando y haciendo trabajos puntuales.
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Generalmente no pensamos en
la vida que pudieran tener esos
cadáveres que identificamos,
debemos tener la suficiente
frialdad como para pensar que
nuestro trabajo es necesario
para devolver la identidad
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M ¿Existe interés suficiente por parte de los estudiantes para
especializarse en esta materia?
Doctor López Palafox. El interés de los estudiantes depende en gran manera de los conocimientos que se les inculquen durante la formación en esta especialidad. En la Universidad Alfonso X El Sabio, donde ejerzo de profesor titular
del Departamento de Odontología Legal y Forense, se hace
mucho hincapié en el hecho de que cualquier odontólogo
clínico puede convertirse accidentalmente en un investigador más. Les cuento a los alumnos que, en numerosas ocasiones, la identificación se consigue a través de la colaboración con el dentista que atendió en vida a la víctima. Además, les recuerdo que, en bastantes situaciones, nos hemos
trasladado a lugares más o menos alejados de nuestro centro de trabajo y hemos tenido que pedir ayuda a los dentistas de la ciudad donde estábamos investigando el caso. Una
de estas situaciones sucedió en Santander, a finales de los
años 80; teníamos unas radiografías antemortem remitidas
desde Estados Unidos y tuvimos que pedir la colaboración
de un dentista local para obtener otras radiografías del
cadáver y así lograr la identificación plena. Algunos de los
colegas que nos han ayudado en casos similares los hemos
tenido después como alumnos en cursos de especialización,
un hecho que se repitió varias veces en el curso que durante varios años se impartió en Madrid con el respaldo de la
Universidad de Toulouse.
M Pese a lo atractivo de la odontología legal y forense, ¿aún
sigue siendo un campo minoritario tanto en el ámbito formativo como en sus salidas laborales?
Doctor López Palafox. Hay mucho interés entre los jóvenes,
pero el handicap surge cuando preguntan cuánto van a ganar
con este tipo de trabajo. Ante esta cuestión hay que reconocerles que si lo que buscan es ganar dinero lo mejor es la práctica
clínica. En odontología legal y forense existen dos opciones: ser
funcionario o dedicarse a la peritación. Es cierto que no hay
demasiadas ofertas de trabajo como funcionario, pero la odontología legal sí tiene cada vez más salidas: en muchos accidentes de tráfico se producen lesiones en la boca y es muy importante hacer una buena pericia.
M Con su dilatada experiencia profesional, ¿son muchos los
premios profesionales recibidos por los trabajos realizados?
Doctor López Palafox.Sí, he tenido varios reconocimientos. En
Tenerife me fue concedida la Medalla de Plata de Cruz Roja después de mis trabajos en los accidentes aéreos ocurridos en
aquella isla entre 1977 y 1980.
En 1992 me concedieron la Cruz Blanca al Mérito Policial por
mi trayectoria profesional, en concreto por la puesta en marcha
y la evolución positiva del laboratorio de identificación de cadáveres y desaparecidos, que luego se llamaría Laboratorio de
Antropología. En 1997 me fue concedida la misma condecoración, pero ya con distintivo rojo, por los trabajos realizados en
Ruanda, Kosovo y México.
Además, en 1999, una cadena nacional de revistas de seguridad me concedió el premio al Mejor Trabajo de Investigación
por el desarrollo de las tareas de identificación en el accidente
aéreo ocurrido en Melilla ese mismo año.