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BOLETIN ECONOMICO NOTAS SOBRE EL BANCO CENTRAL DE RESERVA DE EL SALVADOR EN LA HISTORIA DE LA BANCA CENTRAL Dora María de Pérez Calles1 INTRODUCCION Antiguamente, la gente guardaba el dinero en sus casas, lo escondía en cofres o botijas o lo enterraba, pues a nadie le gustaba la idea de que un extraño se lo cuidara. Sin embargo, durante la Edad Media, aparecieron los primeros bancos que se dedicaron a guardar y prestar dinero. Los gobernantes comenzaron a pedir préstamos y a confiar su dinero a los dueños de bancos. Viendo que los gobernantes confiaban en los bancos, las personas siguieron su ejemplo y también lo hicieron; al dejar su dinero depositado en los bancos, se les entregaba un recibo por parte de los banqueros. Con el tiempo, esta práctica se generalizó y trajo muchas ventajas, pues ya no tenían que preocuparse por esconder su dinero, ni tampoco por recibir monedas falsas. Los banqueros aceptaban todas las monedas, de su país o de otros, y cuando algunas estaban desgastadas o partidas, las fundían y sacaban buenas monedas con un peso y valor fijo, por el contenido de metal que llevaban. También reconocían cuáles eran las monedas falsas y las rechazaban o eliminaban. Así con el surgimiento de los bancos, el comercio no sólo se hizo más seguro, sino también fácil, porque la gente ya no tenía que cargar tantas monedas. Las personas que tenían dinero en los bancos pagaban a otros con los recibos que les dejaban los banqueros y podían comprar mercancías de otra ciudad y pagarlas por medio de su banco. Los recibos que daban los banqueros a sus clientes por las monedas que les guardaban se hicieron populares como forma de pago y fueron sustituyendo, en parte, a las monedas de metal. El nuevo dinero de papel pasó a llamarse billete y los bancos comenzaron a emitirlos respaldando su valor con las monedas de oro y otros metales que tenían en depósito, con el permiso de los gobiernos. De este modo, al aumentar el número de personas que aceptaban y usaban el billete, éste se convirtió en la principal forma de dinero. En la medida en que circularon más billetes, la gente empezó a guardarlos en los bancos. Por esta razón, los bancos se expandieron por pequeñas y grandes ciudades y pusieron en circulación billetes de muy diferente valor, color y tamaño, ganando la confianza de la población. Pero en Suecia e Inglaterra y otros países de Europa, sucedió que reyes y gobernantes necesitaban mucho más dinero del que tenían para emprender viajes a tierras lejanas, conquistar otros pueblos o afrontar los gastos de las guerras con otras naciones. Entonces, a cambio de que un banco les prestara grandes sumas de dinero, los reyes y gobernantes les concedían el privilegio de emitir más billetes que los demás bancos o de que los suyos fueran los únicos aceptados en una ciudad o región. De esta manera, los bancos que habían recibido este privilegio, llegaron a ser tan importantes que los demás bancos de las naciones abrieron cuentas en ellos para usar sus billetes y disfrutar de sus nuevos servicios: pagar las deudas que unos bancos tenían con otros y concederles u obtener préstamos. Así fue como en el siglo XIX, algunos de los bancos privilegiados de Europa se convirtieron en lo que hoy en día llamamos bancos centrales y, más tarde, durante el siglo XX, se crearon la mayoría de los que existen en el mundo. I HISTORIA DE LOS BANCOS CENTRALES EN EL MUNDO Los bancos centrales no existieron desde siempre, sino que fueron fundándose en la medida en que los países identificaban la necesidad de ordenar sus economías. 1 Analista del Departamento de Comunicaciones del BCR 3 BOLETIN ECONOMICO Los bancos centrales europeos son los más antiguos pues en su mayoría fueron fundados hace 200 ó 300 años. En Europa surgieron como monopolios de emisión privada para financiar el déficit de las monarquías. En otros países como Canadá, Corea, Australia o República Popular China los bancos centrales fueron fundados el siglo pasado entre 1934 y 1983. A. EL BANCO CENTRAL MÁS ANTIGUO DEL MUNDO: BANCO CENTRAL DE SUECIA El Sveriges Riksbank o Banco Central de Suecia, es considerado el banco central más antiguo del mundo y fue fundado en 1668. Sus orígenes se remontan a 1656, cuando el Rey Karl Gustav X firmó los dos primeros capítulos en la historia de la banca sueca: una para el banco de cambios y otra para el banco de préstamos. El primero ayudaría a estabilizar la moneda y a facilitar los pagos y el segundo a prevenir la usura. Así, el Banco de Estocolmo fue fundado como una empresa privada como un monopolio por 30 años, para operaciones bancarias. Fue el emisor de las primeras notas bancarias de Europa y, por ser una institución estatal, el Banco de Estocolmo fue el candidato ideal para convertirse en 1668 en Banco Central de Suecia. En 1904, se le otorgó el monopolio de emisión de billetes y monedas, sin embargo, su autonomía o total independencia del Gobierno la obtuvo hasta el 1 de enero de 1999. B. BANCO DE INGLATERRA El Banco de Inglaterra, cono- 4 cido mundialmente como el modelo o prototipo de los bancos centrales, fue creado en 1694 para salvar una situación de quebranto de la corona de William III. Desde esa fecha, tuvo como objetivo actuar como banquero del Gobierno y administrador de la deuda pública. Evolucionó y se desarrolló centrándose en el manejo de la moneda de la nación y en su posición como rector del sistema financiero inglés. Desde sus comienzos tenía a su cargo la administración bancaria de las cuentas del Gobierno y los préstamos para financiar los gastos en tiempos de paz y de guerra. Como un banco comercial, recibía depósitos y emitía billetes y actuaba como el banco de los bancos. Además, era responsable de mantener suficiente oro para cubrir los billetes. Los eventos y circunstancias en el devenir de la historia han cambiado el rol y las responsabilidades del banco inglés. Para 1844, la Ley del Banco vinculó la emisión monetaria a las reservas de oro y se convirtió en prestamista de última instancia, promoviendo una mayor estabilidad a los bancos en las crisis financieras. En 1931, el Reino Unido abandonó el patrón oro y el oro y las reservas en divisas fueron transferidas a la Tesorería. Asimismo, después de la Segunda Guerra Mundial, en 1946, el Banco fue nacionalizado. En 1980, se le encargó la política monetaria, cuando ésta se convirtió en una parte central de la política del Gobierno. En mayo de 1997, el Gobierno le dio independencia operacional, otorgándole la responsabilidad de fijar las tasas de interés para lograr los objetivos inflacionarios establecidos por el Gobierno. C. BANCO DE ESPAÑA Al Banco de Inglaterra le siguió la fundación del Banco Nacional de San Carlos, el 2 de junio de 1782, que apoyado por la monarquía española, fue fundado como el primer banco moderno español y antecesor directo del actual Banco de España. Su fundación estuvo vinculada con el crecimiento de la deuda pública, por lo que se negoció con la Real Hacienda, la emisión y colocación de una nueva forma de deuda pública para utilizarse en operaciones al por mayor y en el pago de impuestos. En 1847, se fusionó con los bancos de San Fernando y de Isabel II, conservando el nombre de Banco Español de San Fernando. En 1850 se planteó la necesidad de extender la actividad crediticia y la emisión de billetes a toda España y se cambió su nombre a Banco de España en 1856. En 1874, se le concedió el monopolio de emisión y se retiró la facultad de imprimir billetes a los bancos comerciales. En 1921 se aprobó la Ley de Ordenación Bancaria, que reguló las relaciones entre el Banco de España y la banca privada, convirtiendo al banco emisor en un auténtico banco central. En 1962, dejó de ser sociedad privada y se le reconoció autoridad y competencia técnica para ejecutar y desarrollar medidas de política monetaria, supeditado al Ministerio de Hacienda. En la segunda mitad de la década de los setenta, se le hizo responsable de la regulación y supervisión del sistema financiero. En los años siguientes, BOLETIN ECONOMICO sendas leyes garantizaron al Banco libertad y flexibilidad en sus funciones y, especialmente, en la política monetaria. A partir de 1994, de acuerdo con lo establecido en la Unión Europea, el Banco de España quedó integrado al Sistema Europeo de Bancos Centrales, junto con los bancos centrales del resto de naciones de la Unión y el Banco Central Europeo. pendiente dándole continuidad y estabilidad a la política monetaria, liberándola de consideraciones a corto plazo y, por lo tanto, mejorando su credibilidad. Este fue un compromiso claro y solemne a favor de la estabilidad de precios. La independencia del Banco Central fue la mejor solución institucional camino a la Unión Monetaria Europea, que se hizo realidad para Francia en 1998. baja la inflación, posibilitando que Italia logre estabilidad monetaria. II HISTORIA DE LOS BANCOS CENTRALES EN AMÉRICA E. BANCO DE ITALIA D. BANCO DE FRANCIA El Banco de Francia fue creado el 18 de enero de 1800 por el Primer Cónsul Napoleón Bonaparte, con el fin de favorecer la reactivación de la actividad económica después de la fuerte recesión del período revolucionario. Fue creado como una sociedad anónima totalmente independiente de los poderes públicos, a cargo de la emisión de billetes pagaderos al portador. La banca francesa en sus primeros tiempos limitó su campo de acción a la Villa de París. Se le otorgó la facultad exclusiva de emitir billetes para la zona, por 15 años y se le renovó cuatro veces hasta 1945, extendiéndose gradualmente hasta cubrir el país. La Ley del 24 de julio de 1936 dio al Gobierno poderes para intervenir directamente en la administración del Banco y las reformas de 1945 removieron cualquier control privado prevaleciente sobre su administración. En la Ley aprobada el 3 de enero de 1973, se reformaron sus estatutos, estableciendo que el Estado sería el único accionista del Banco. Con la Ley del 4 de agosto de 1993, el Banco de Francia se tornó totalmente inde- Fundado como una empresa privada, el 10 de agosto de 1893, producto de la fusión de tres bancos privados, tomando el nombre de Banca d'Italia. En 1894 se le autorizó para actuar como cajero tesorero en las provincias. Su rol ha cambiado a través del tiempo. En 1926, el Banco se convirtió en la única institución autorizada para emitir billetes en el país. Fue el primer banco central al que se le otorgó formalmente la autoridad legal para realizar la supervisión bancaria. La Ley Bancaria aprobada en 1936 fortaleció la protección de los depósitos, aseguró la separación de la banca y el comercio, extendió el poder de la supervisión bancaria y declaró al Banco de Italia una institución pública. La interdependencia internacional de las economías en las dos últimas décadas provocaron cambios en las funciones y organización del Banco de Italia. Su autonomía se incrementó al eliminarle la obligación de financiar al Gobierno y otorgarle completa libertad para que estableciera las tasas de interés oficiales. Las medidas dispuestas por el Banco, contribuyen a mantener La fundación de los bancos centrales en América Latina, al igual que en otros países del mundo, tuvo su fundamento en la necesidad de dotar a las economías de una institución que velara por la estabilidad del valor de la moneda y regulara el circulante de acuerdo a las necesidades del mercado. Muchos países recurrieron a diferentes consultores y profesores de economía de prestigio internacional como Edwin Walter Kemmerer, de la Universidad de Princeton, Estados Unidos, o Frederick Francis Joseph Powell y Gordon Victor Richdale, funcionarios del Banco de Inglaterra, para realizar estudios sobre el ordenamiento y reestructuración de los sistemas monetario y financiero de cada país. Entre 1920 y 1930 la Misión Kemmerer, liderada por Edwin Walter Kemmerer, realizó estudios en diferentes economías suramericanas para llegar a la conclusión de que "la solución a los problemas de estabilidad del valor de la moneda y al desorden en el funcionamiento de las entidades financieras que adolecían los países en cuestión era la creación de una nueva institución: un banco central". Según 5 BOLETIN ECONOMICO la Misión, los bancos centrales deberían de crearse con la suficiente capacidad para operar como entidades autónomas e independientes, especialmente de la influencia del Gobierno. Los objetivos de los bancos centrales deberían ser esencialmente de carácter monetario: velar por la estabilidad del valor de la moneda, regular el circulante de acuerdo a las necesidades de la economía y monopolizar la emisión de billetes. Con esta visión, durante la década comprendida entre 1920 y 1930, y basados en el estudio de la Misión Kemmerer, se fundaron muchos bancos centrales sudamericanos que comenzaron a funcionar como Sociedades Anónimas y que con el tiempo se convirtieron en entidades estatales: el Banco de la República, en Colombia, el Banco Central de Chile, el Banco Central de Ecuador y el Banco Central de Bolivia, entre otros. A. BANCO DE LA RESERVA FEDERAL DE LOS ESTADOS UNIDOS Un origen diferente tuvo la Reserva Federal en los Estados Unidos de América. Después de varios intentos en el siglo XIX y después de desatarse el pánico bancario en diferentes oportunidades, creció el consenso entre la población para que se creara una autoridad de banca central con el fin de asegurar un sistema bancario saludable y una moneda más flexible. En 1913, se fundó el Sistema de Reserva Federal en los Estados Unidos de América, con el objetivo de funcionar como prestamista de último recurso frente a las corridas bancarias. El 23 de diciembre de 1913, el Presidente Wilson firmó la 6 Ley de la Reserva Federal comprometiéndose a crear un banco central descentralizado que balanceara los intereses competentes de los bancos privados y el sentimiento popular. En 1914, se eligieron doce ciudades como sedes para los Bancos de Reserva Federal. En octubre de 1929 se derrumbó el mercado y la nación cayó dentro de la peor depresión de su historia. Desde 1930 a 1933, cerca de 10,000 bancos quebraron. Mucha gente culpó a la Reserva de esta crisis porque fracasó en detener los préstamos especulativos que llevaron a la quiebra del sistema bancario. En reacción a la Gran Depresión, el Congreso de los Estados Unidos aprobó la Ley Bancaria, que estableció la Corporación Federal de Seguros de los Depósitos (FDIC), poniendo las operaciones de mercado abierto bajo la dirección de la Reserva y obligando a los bancos a ser supervisadas por la Reserva. Se efectuaron reformas que abolieron los certificados de oro y plata y terminaron con el patrón oro y de cualquier otro metal. El 19 de octubre de 1987, el mercado de valores se derrumbó nuevamente en Estados Unidos, y el Presidente de la Reserva Federal declaró que la Reserva Federal estaba en disposición de servir como una fuente de liquidez para apoyar el sistema económico y financiero. Desde entonces, la Reserva ha usado la política monetaria en numerosas ocasiones para solucionar problemas financieros potenciales y no afectar adversamente a la economía real. B. BANCO DE LA REPÚBLICA COLOMBIA El Banco de la República, banco central colombiano, fue creado el 25 de julio de 1923, como resultado del estudio realizado por la Misión Kemmerer. Previamente a la creación del Banco, la Misión estudió la realidad económica de Colombia mediante el contacto y discusión con las cámaras de comercio, sociedades de agricultores y agentes oficiosos regionales. La Misión recomendó el ordenamiento de lo aprovechable en las leyes dictadas anteriormente, como base para el estatuto orgánico del Banco que estaba por nacer. El Banco de la República, se organizó como sociedad anónima. Se le confió en forma exclusiva la facultad de emitir la moneda legal colombiana, se le autorizó para actuar como prestamista de última instancia, administrar las reservas internacionales del país y actuar como banquero del Gobierno. La creación del Banco de la República constituyó un elemento fundamental en la organización económica e institucional del país. Con el paso de los años, esta institución ha experimentado cambios importantes que han buscado adecuarla a una economía en permanente proceso de crecimiento y actualización. C. BANCO CENTRAL DE CHILE El Banco Central de Chile fue creado en virtud del decreto Ley No. 486, del 21 de agosto de 1925, promulgado bajo el Gobierno de don Arturo Alessandri Palma. La iniciativa surgió a partir de uno de los cuatro proyectos presentados por la Misión Kemmerer. El Banco Central se creó como una entidad autónoma e independiente, con capital predominantemente privado. Sus ob- BOLETIN ECONOMICO jetivos fueron de carácter monetario: velar por la estabilidad del valor de la moneda bajo el régimen de patrón oro de plena convertibilidad y regular el circulante de acuerdo con las necesidades del mercado monetario, para lo cual la Ley Orgánica le asignó el monopolio de la emisión de billetes. Los cambios estructurales políticos y económicos sucedidos desde su creación le han llevado hacia una mayor y efectiva autonomía. El artículo 97 de la Constitución Política de Chile confirió rango constitucional a la existencia de un Banco Central autónomo. Otro artículo le prohíbe otorgar garantías o adquirir documentos emitidos por el Estado, sus organismos o empresas. El 10 de octubre de 1989 fue publicada la Ley Orgánica Constitucional del Banco Central de Chile, la cual definió sus objetivos: la estabilidad del valor de la moneda y el normal funcionamiento de los pagos internos y externos. D. BANCO CENTRAL DE ECUADOR El Banco Central de Ecuador fue fundado el 12 de marzo de 1927. El establecimiento del Banco Central de Ecuador también se dio como consecuencia de la Misión Kemmerer, que preparó un extenso conjunto de medidas económicas modernizantes del sistema económico del país. Surgió como una sociedad anónima autorizada para emitir dinero durante 50 años. Estabilizar y unificar la moneda fueron sus objetivos iniciales y para lograrlo se valió del patrón oro de cambio, régimen monetario que fijaba el precio de la moneda nacional en términos de oro. En mayo de 1992 se aprobó la Ley de Régimen Monetario y Banco del Estado que le facultó para intervenir en el sistema financiero mediante operaciones de mercado abierto, para controlar la inflación. Además, se le prohibió otorgar crédito al fisco y se le autorizó para operar como prestamista de última instancia. En la actualidad, el principal compromiso del Banco es velar por la estabilidad de precios y por la viabilidad externa. E. BANCO CENTRAL DE MÉXICO El Banco de México, también fundado en 1925, durante la Presidencia de Plutarco Elías Calles, inauguró sus operaciones el 1 de septiembre. Se le otorgó en exclusiva la facultad de crear moneda, tanto mediante la acuñación de piezas metálicas como a través de la emisión de billetes. Asimismo, se le estableció la responsabilidad de regular la circulación monetaria, los tipos de interés y el tipo de cambio sobre el exterior. El Banco Central de México se convirtió en agente, asesor financiero y banquero del Gobierno Federal. En 1993, se aprobó una reforma constitucional que le otorgó autonomía, siendo su principal misión es procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional. Esta autonomía se apoya en tres fundamentos: su independencia para determinar el volumen del crédito primario que pueda ser concedido, la independencia que se ha otorgado a las personas que integren su Junta de Gobierno y la independencia administrativa de la Institución. F. BANCO CENTRAL DE LA REPÚBLICA ARGENTINA El Banco Central de la República Argentina nació el 28 de mayo de 1935. Ese mismo día dejó de existir formalmente la Caja de Conversión vigente desde 1899, a consecuencia de la reforma monetaria y bancaria. La iniciativa para crear el Banco Central se basó en el dictamen emitido en 1933 por la Misión encabezada por el perito británico Otto Niemeyer, y en el proyecto de Raúl Prebisch que se convirtió en el primer gerente del Banco. El propósito de esta iniciativa fue crear una política monetaria y financiera que respondiera a las auténticas conveniencias nacionales y promoviera la liquidez y el buen funcionamiento del crédito, prohibiéndole a los bancos operaciones que comprometieran esa liquidez. G. BANCO CENTRAL DE BRASIL El Banco Central de Brasil, fue creado el 31 de diciembre de 1964 como una institución federal autónoma y como parte del sistema financiero nacional. En un proceso continuado desde su fundación hasta 1988, las funciones monetarias de las autoridades monetarias anteriores fueron progresivamente transferidas al Banco Central de Brasil. La Constitución de 1988 le confiere responsabilidad en asuntos de banca central, tales como la emisión exclusiva de billetes y la prohibición de otorgar directa o indirectamente préstamos al Gobierno. H. BANCO CENTRAL DE CUBA El Banco Nacional de Cuba, creado en 1950, fue el fruto de una iniciativa que duró 8 años por crear 7 BOLETIN ECONOMICO un banco central en Cuba. Sin embargo, en febrero de 1961, el Banco Nacional de Cuba centralizó toda la actividad comercial existente entonces en el país, ya que en 1960 se habían nacionalizado las entidades bancarias nacionales y extranjeras que existían en Cuba. A partir de 1992, se hizo necesario adoptar decisiones legislativas y organizativas en el sistema bancario y financiero nacional, para propiciar su adecuación a la situación económica del momento y nació una nueva iniciativa para la creación de un banco con las funciones propias de banca central. La creación del Banco Central de Cuba fue dispuesta por el Consejo de Estado, mediante un decreto de Ley de fecha 28 de mayo de 1997, con los objetivos de emitir la moneda nacional y velar por su estabilidad. Dejó establecido un sistema bancario de dos niveles, integrado por el Banco Central de Cuba y un grupo de bancos e instituciones financieras no bancarias, capaces de dar respuesta a las necesidades que surgen del desarrollo de nuevas formas de estructurar las relaciones económicas internas y externas del país. Por esta razón, uno de los bancos centrales de más reciente fundación en América Latina es el Banco Central de Cuba. III HISTORIA DE LOS BANCOS CENTRALES EN CENTRO AMÉRICA Los bancos centrales de Centroamérica comenzaron a fundarse a 8 partir de 1926. El primer país en crear un banco central fue Guatemala, que el 30 de junio de 1926, como resultado de la reforma monetaria y financiera de 1924-1926. Creó su Banco Central como un establecimiento de emisión, giro y descuento, de carácter privado y con participación del Estado como accionista. La creación del Banco fue el resultado del trabajo liderado por el Ministro de Hacienda y realizado sobre la base de los estudios técnicos elaborados por el profesor Edwin Walter Kemmerer de la Universidad de Princeton, Estados Unidos, quien recomendó su creación a imagen de los bancos de la Reserva Federal que habían sido establecidos en Estados Unidos en 1913. En la década de los años 40 se emitió la estructura básica de la legislación financiera guatemalteca, que permitió el ordenado funcionamiento del sistema y del Banco Central durante cuarenta años. En 1993, se aprobó el Programa de Modernización del Sistema Financiero Nacional, actualizando el marco regulatorio vigente con reformas que favorecieran la estabilidad macroeconómica y que propiciaran una mayor apertura del mercado financiero, entre las cuales se encuentra la prohibición de que el Banco Central financie al Gobierno. La Ley Orgánica del Banco Central de Guatemala, aprobada en 1993, está orientada a favorecer la estabilidad macroeconómica que permita a los agentes económicos la correcta toma de decisiones referentes al consumo, al ahorro y a la inversión productiva. Para esto fue necesario fortalecer su autonomía financiera y exigirle transparencia y rendición de cuentas a la sociedad. Con las modificaciones al marco legal se facilitó el control de la inflación, se crearon las condiciones para que las tasas de interés sean competitivas y favorables al crecimiento económico, se fortaleció el sistema bancario, evitando las malas prácticas bancarias y se fortaleció la supervisión financiera. Años después de la fundación del Banco Central de Guatemala, nació la iniciativa en Costa Rica para fundar un banco central. El 28 de enero de 1950 se estableció el Banco Central de Costa Rica con características definidas y propias que le permitieron actuar como Órgano Central de la economía del país. En sus comienzos, el Banco tuvo las mismas funciones y facultades del Departamento Emisor del Banco Nacional de Costa Rica, hasta su desaparición, cuando éstas funciones se trasladaron por completo al Banco Central. Su primera Ley Orgánica fue aprobada el 23 de abril de 1953, tres años después de su creación. El mismo año de 1950, fue fundado el Banco Central de Honduras, por aprobación del Decreto Legislativo del 3 de febrero de ese año, que le autorizó a iniciar operaciones a partir del 1 de julio. Este esfuerzo del Gobierno representó un avance en el país, pues solamente existían dos bancos que cubrían las actividades financieras y aunque el Congreso Nacional había aprobado el Lempira como moneda oficial, el Gobierno no había podido instituirlo BOLETIN ECONOMICO como patrón monetario. Esto se logró con la creación del Banco Central de Honduras. En diciembre de 1996, el Congreso Nacional aprobó reformas a la Ley del Banco Central de Honduras para armonizar su quehacer con las condiciones y exigencias del mercado financiero. Estas fortalecieron la autonomía e independencia de la máxima autoridad monetaria hondureña para el cumplimiento de su nuevo rol. Asimismo, en 1960, fue creado el Banco Central de Nicaragua por Decreto Legislativo aprobado el 16 de septiembre, e iniciando operaciones el 1 de enero de 1961, como una institución del Estado con autonomía funcional, duración indefinida, patrimonio propio y personalidad jurídica. La Constitución Política de Nicaragua establece que el Banco Central es el ente estatal regulador del sistema monetario y en la Ley Orgánica del Banco se le define como una institución descentralizada de carácter técnico. A partir de 1961, y después de la fundación del Banco Central de Nicaragua, todos los países centroamericanos contaron con su banco central, siendo uno de los más antiguos en Centro América, el Banco Central de Reserva de El Salvador. IV FUNDACIÓN DEL BANCO CENTRAL DE RESERVA DE EL SALVADOR En El Salvador durante algún tiempo hubo tres bancos emisores: los bancos Salvadoreño, Occidental y Agrícola comercial fundados en 1885, 1889 y 1895, respectivamente. Las actividades de estos bancos eran vigiladas por el Estado mediante una serie de leyes y reglamentos como la Ley de Bancos de Emisión del 4 de mayo de 1889, la Ley del 6 de mayo de 1910, que establecen que los bancos están en obligación de suministrar al Gobierno los datos que sean necesarios para arqueos y balances, la Ley Moratoria y Reformas de los años 1932 y 1933, entre otras. No obstante con la aplicación de estas leyes, que tenían por objeto acrecentar la confianza del público en los bancos, no pudo alcanzarse la estabilidad de la moneda del país porque faltaba una organización central capaz de regularizar el volumen total del dinero y del crédito y al mismo tiempo, mantener la estabilidad externa de la moneda nacional. Cada uno de los bancos pudo emitir billetes a voluntad siempre que mantuviera la cobertura prescrita por la ley. En los tiempos de prosperidad, si el precio del café subía, los bancos disponían de grandes recursos que hacía aumentar los créditos. Mientras que por falta de previsión, se desperdiciaba la ocasión de acumular reservas para hacer frente a los malos tiempos. Las reservas hubieran permitido regular el cambio y conceder créditos suficientes en las malas épocas, cuando más necesidad hubiera de ellos. Quedó demostrado el fracaso de esta política bancaria cuando bajaron los precios del café a consecuencia de la crisis mundial, lo que redujo la cantidad de divisas que ingresaron al país y obligó a los bancos emisores a restringir la cantidad de billetes en circulación y a reducir súbitamente el volumen del crédito, provocando de esta manera una deflación repentina. A raíz de esto, no quedó otro remedio que promulgar el decreto del 7 de octubre de 1931 declarando la inconvertibilidad de los billetes, lo que provocó fluctuaciones constantes y violentas en el precio del dólar, que llegaron a cotizarse a más del 300% de su valor en 1933. Una de las propuestas para subsanar la crisis nacional fue la fundación de un banco central. El primer intento infructuoso se dio en 1933, cuando el Gobierno de El Salvador adquirió las acciones del Banco Agrícola Comercial, empeñado en convertirlo en el Banco de El Salvador, para que hiciera las funciones de un banco central; pero para este tiempo el proyecto no llegó a concretarse. Se necesitó de la asesoría y ayuda de un delegado del Banco de Inglaterra para formular el proyecto que haría realidad la creación del Banco Central de Reserva de El Salvador. A fines de 1933, el Gobierno de la República le encargó al Señor Frederick Francis Joseph Powell y a su ayudante Gordon Víctor Richdale, el estudio de las condiciones de la economía salvadoreña y los procedimientos operativos de las instituciones de crédito en El Salvador, para que dieran un diagnóstico de la situación económica imperante en el país. El Informe Powell concluyó que la estructura bancaria salvadoreña debería ser organizada sobre la base de un banco central, concebido dentro de un sistema ortodoxo, tradicionalista, que se encargara de 9 BOLETIN ECONOMICO mantener y resguardar la moneda y el crédito y teniendo la facultad exclusiva de emitir billetes. Según el Informe Powell, el banco central debería ser creado con el objetivo principal de controlar el volumen del crédito y la demanda de medio circulante, para asegurar la estabilidad del valor externo del colón, moneda nacional. La creación del banco central comprometía al Gobierno a mantener un equilibrio del presupuesto fiscal y a que la institución debería estar libre de influencia gubernamental. Para establecer una clásica organización de la banca central en El Salvador, el Señor Powell recomendó normar las condiciones esenciales que regirían el funcionamiento de la institución, tales como el alto grado de liquidez que le permitiera realizar plenamente sus funciones, su capital que debería de estar en manos del público y de los bancos y la representatividad de los sectores de la economía en su Junta Directiva. Indicó también el Señor Powell que debería depositarse los fondos del Gobierno y de todas sus dependencias en el nuevo banco y que los bancos comerciales deberían mantener al menos 10% de sus depósitos en la Institución con el fin de formar la base para un sistema de compensación administrado por el Banco Central. También recomendó que debería mantenerse una reserva mínima en oro del 30% en respaldo a los billetes y obligaciones a la vista y que nunca compitiera en forma activa con los bancos comerciales. Este proyecto fue planteado al Gobierno el 8 de marzo de 1934. El plan presentado por el Señor 10 Powell obtuvo la aprobación de los sectores público y privado y dio paso a la reforma bancaria de El Salvador, de acuerdo a los principios diseñados por el representante del Banco de Inglaterra. Posteriormente, por recomendación del Señor Powell, el Gobierno entró en conversaciones con los bancos Salvadoreño y Occidental, en el sentido de acordar con ellos la renuncia al privilegio de emisión de billetes, lo mismo que la transferencia de las existencias de oro al BCR que respaldaban las emisiones de esos bancos. Todos estos trámites fueron indispensables antes de crear el Banco Central de Reserva de El Salvador. El 19 de junio de 1934, se promulgaron la Ley de Fundación y los Estatutos o Ley Constitutiva del Banco Central de Reserva de El Salvador, cuyas disposiciones fueron contenidas en los decretos legislativos números 64 y 65. Se le definió el objetivo de asegurar la estabilidad del valor externo del colón, para lo que se tomaron las primeras disposiciones con el fin de controlar el volumen del crédito y del medio circulante, fijando las normas para regular adecuadamente la liquidez de los bancos comerciales. Según su Ley de fundación, el Banco se constituyó como una sociedad anónima por el término de treinta años. Del total de acciones, 6,000 tuvieron carácter de intransferibles y pasaron a ser propiedad de la Asociación Cafetalera de El Salvador; 6,000 acciones suscritas por el público y 4,500 acciones fueron colocadas entre los bancos existentes y por los que en el futuro se establecieran en el país, siendo todas transferibles con la aproba- ción de la Junta Directiva del Banco Central. El Banco Central de Reserva de El Salvador abrió sus puertas al público el 1 de julio de 1934 en el edificio situado en la segunda calle oriente, en el centro de la capital, que actualmente ocupa la Biblioteca Luis Alfaro Durán, propiedad de la Institución. El oro que los bancos comerciales poseían como respaldo del papel moneda en circulación, fue concentrado en las bóvedas del BCR, en un acto memorable presidido por un Comité integrado por el Presidente de la República, General Maximiliano Hernández Martínez, el Ministro de Hacienda, Doctor Carlos Menéndez Castro; don Agustín Alfaro Morán, el Señor William W. Renwick y don Luis Alfaro Durán, como miembros propietarios de la Junta Directiva y como suplentes, los doctores Romeo Fortín Magaña y Miguel Ángel Alcaine y don Héctor Herrera. La transferencia del oro se efectuó con la paridad de dos colones por un dólar, siguiendo la recomendación del Señor Powell. Ya en poder del Banco fue revaluado, de acuerdo con las disposiciones contenidas en la legislación de los Estados Unidos de América, promulgadas el 31 de enero de 1934. El producto de esta revaluación se empleó exclusivamente para cancelar deudas del Gobierno con los bancos y para la creación de fondos especiales para responder por deudas malas, estableciendo también una reserva específica para prevenir fluctuaciones del cambio. Conforme al desenvolvimiento de la economía el tipo de cambio se estabilizó buscando su propio nivel, BOLETIN ECONOMICO estableciendo la Junta Directiva el cambio de la moneda nacional en ¢2,50 por US$1.00, paridad que se mantuvo inalterable por más de 45 años. Se iniciaron también las gestiones para establecer en el interior de la república los servicios destinados a atender las funciones que como banco del Estado le asignaba la Ley, agencias que se establecieron en sucursales departamentales del antiguo Banco Agrícola Comercial, una en Sonsonate y otra en Santa Ana. Después fueron creándose corresponsalías en las cabeceras departamentales de todo el país. Laboró durante veintisiete años como sociedad anónima, con un modesto capital, cuyas acciones rendían dividendos limitados a un seis por ciento anual, independientemente de las utilidades obtenidas. Esta austeridad obedecía a que normado el reparto de dividendos desde su creación, el Banco no recibiría presión de los socios sobre la dirección de la entidad, impidiendo a la vez el lucro y reinvirtiendo las ganancias en líneas de financiamiento para impulsar actividades económicas en beneficio del país. Durante estos 27 años el Banco cumplió estrictamente los fines para los cuales fue establecido, asegurando sólidos fundamentos para el sistema financiero y contribuyendo a cimentar la confianza del público en el sistema. La bonanza económica de los años 50, registró un alza extraordinaria en los precios del café en los mercados internacionales, el algodón se había convertido en un cultivo de primera importancia en el país y la industria manufacturera era creciente y diversificada con una producción que encontró amplio mercado en el país y en Centro América. Sin embargo, la expansión del crédito entre 1955 y 1956 produjo una reducción gradual en el volumen de divisas que se agravó con la baja en los precios del café de 1958. Para 1960, el Banco Central no poseía un instrumento legal que le diera la suficiente autoridad para poner fin al deterioro de las reservas monetarias y no estaba en condiciones de impedir el drenaje de divisas que continuó en los primeros meses de 1961. Estas circunstancias ponían en peligro la estabilidad de la moneda y afectaban la economía en general. Así, el Directorio Cívico Militar promulgó la Ley de Regulación Temporal el 10 de abril de 1961, que se transformó el 30 de mayo del mismo año en Ley de Control de Transferencias Internacionales. Luego emitió la Ley de Reorganización de la Banca Central de la Nación, promulgada el 20 de abril de 1961. Como resultado de estas disposiciones, la Ley Orgánica decretada el 15 de diciembre de 1961, transformó al Banco Central de sociedad anónima en entidad del Estado de carácter público, con una duración indefinida, con personería propia para ejercer derechos y contraer toda clase de obligaciones. Entre las modificaciones que sufrió la estructura del Banco, estuvieron la creación de la Ley Monetaria, el establecimiento del Consejo Asesor como organismo consultor de la Institución, y la Superintendencia de Bancos y otras Instituciones Financieras, con atribuciones fiscalizadoras del sistema. Las necesidades económicas del momento obligaban a enfocar y fortalecer la expansión del sistema bancario y el surgimiento de nuevas instituciones financieras que se encargaran de hacer un llamamiento al ahorro del público y efectuaran operaciones de crédito, con el fin de sentar las bases para el desarrollo económico del país. El Banco Central se convirtió en el coordinador entre la política fiscal y la monetaria, ejerciendo control sobre el crédito, con facultades para actuar como intermediario del crédito externo a largo plazo y para ejercer un control sobre las transferencias internacionales de fondos. Con la creación del Fondo de Desarrollo Económico, en noviembre de 1966, se le permitió al Banco Central otorgar créditos a plazos mayores de un año a entidades de utilidad pública, así como a bancos o instituciones financieras, aunque sólo con fondos del exterior. Estos préstamos a mediano y largo plazo eran destinados a impulsar proyectos o actividades orientadas a promover el desarrollo del país, especialmente en los sectores agropecuario, industrial, turismo, salud y educación. Por otra parte, el control de transferencias internacionales de fondos evitó transitoriamente la fuga de divisas que hacía peligrar la balanza de pagos y el valor externo de la moneda. En 1973, se creó la Junta Monetaria mediante Decreto Legislativo aprobado el 23 de agosto de 1973. Esta Ley retira al Banco Central la coordinación de la política monetaria, convirtiéndose en ejecutor de acuerdos y dejando su formulación en manos de los miembros de la Junta encabezada por el 11 BOLETIN ECONOMICO Presidente de la República, y a la que pertenecían los ministros de Económica, Hacienda, Agricultura y Ganadería, el Secretario Ejecutivo del Consejo Nacional de Planificación y Coordinación Económica y el Presidente del Banco Central de Reserva de El Salvador. En Marzo de 1980, después de acontecimientos de orden político que se registraron a finales de 1979, la banca comercial y las instituciones financieras privadas fueron nacionalizadas mediante la Ley de Nacionalización de los Bancos Comerciales e Instituciones de Ahorro y Crédito, con el objetivo de democratizar el crédito. El Banco Central continuó trabajando durante la década de los 80 como ejecutor de las políticas dictadas por la Junta Monetaria. En 1989, después de una década de guerra civil y de nacionalización bancaria, la economía salvadoreña se encontraba inmersa en una aguda crisis económica y social reflejada en graves desequilibrios macroeconómicos, bajo crecimiento, limitación de la actividad productiva privada, situación de violencia y dependencia externa. Dentro de este contexto, fue necesario reestructurar el marco legal en que se desarrollaba el sistema monetario y financiero del país. El Banco Central de Reserva desarrolló un papel protagónico en la modernización del marco legal financiero del país, así como en el fortalecimiento y privatización del sistema financiero y el programa de reformas a dicho sistema. 12 El Banco Central presentó anteproyectos para la aprobación de una nueva legislación que rigiera el sistema financiero salvadoreño. Las leyes aprobadas por la Asamblea Legislativa, incluyeron entre otras, la Ley Orgánica del Banco Central de Reserva de El Salvador, promulgada el 12 de abril de 1991, que define a la Institución como una institución pública y de carácter técnico, que vela por la estabilidad de la moneda y coordina la política monetaria y mantiene las condiciones favorables para la estabilidad de la economía nacional. La Ley fija como sus objetivos fundamentales, ejercer con carácter exclusivo la facultad de emitir moneda, mantener la estabilidad del valor interno y externo de la moneda y su convertibilidad, prevenir o moderar las tendencias inflacionarias y deflacionarias, regular la expansión del crédito, velar por el normal funcionamiento de los pagos internos y externos y propiciar el desarrollo de un sistema financiero eficiente, competitivo y solvente, entre otros. Asimismo, durante la década de 1990, el Banco Central promovió el fortalecimiento del marco legal que norma las actividades financieras, elaborando anteproyectos y proponiendo reformas a las diferentes leyes existentes. Así, fueron aprobadas las leyes de Bancos, del Mercado de Valores, Orgánica de la Superintendencia del Sistema Financiero, de Creación del Banco Multisectorial de Inversiones, entre otras, que contribuyeron a modernizar los servicios financieros y a fortalecer la supervisión del sistema. Para entrar en el nuevo siglo y con la aprobación de la Ley de Integración Monetaria, el 30 de noviembre de 2000 y su entrada en vigencia, a partir del 1 de enero de 2001, se modificaron los objetivos y funciones del Banco Central con el fin de adecuarlo nuevamente a las circunstancias. Esta Ley le retiró la facultad de emitir billetes y monedas y la función de coordinar la política monetaria, así como también, le prohibió otorgar préstamos a los bancos, quedando sin cambio el resto de sus funciones. Durante sus 70 años de historia, el Banco Central de Reserva de El Salvador ha propiciado las condiciones macroeconómicas necesarias para el buen desarrollo de la actividad económica del país, cumpliendo los objetivos para los cuales fue creado. El personal de la Institución, fundamentando sus funciones en su plataforma de valores, honestidad, lealtad, responsabilidad, productividad y respeto, ha contribuido día a día a hacer del Banco Central una institución sólida y eficiente en el cumplimiento de su misión de promover la estabilidad y el desarrollo del sistema financiero, consolidar la integración monetaria y generar y divulgar información económica, en beneficio de la población salvadoreña. BOLETIN ECONOMICO BIBLIOGRAFÍA Banco Central de Reserva de El Salvador. 1974. 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