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COYUNTURA ECONÓMICA ACTUAL Y PERSPECTIVAS EMPRESARIALES
Para analizar la coyuntura económica debemos entender bien su concepto. La coyuntura
es el periodo de tiempo contingente y cambiante en el que tienen lugar varios procesos
económicos, ya sea reflejados en crisis, revoluciones… cuya duración no es
determinada.
En la actualidad, y basándonos en el análisis de la evolución económica de los últimos
años a nivel mundial, podemos ratificar que pasamos por una de las últimas fases de
una coyuntura económica, con sus aspectos positivos y negativos, y con una visión que
aunque de forma moderada, nos hace ser optimistas a medio plazo.
El crecimiento de los países en desarrollo regstró un aumento del 7,3% en 2006, y por
cuarto año consecutivo estas economías superaron el 5,5%. Los países que mostraron un
crecimiento muy acelerado, como China (10,7%), India (9,2%), contribuyeron
decisivamente a lograr este resultado. Pero aún excluyéndolos del cálculo, los países de
ingreso bajo y mediano crecieron un 5,9% y el producto interior bruto (PIB) de todas las
regiones en desarrollo aumentó más del 5%. Esta firme demanda de los países en
desarrollo se reflejó en un mayor crecimiento de las exportaciones de los países de
ingreso alto, lo cual fue la principal causa del aumento del PIB en esos países, que llegó
al 3,1%. En conjunto, el crecimiento mundial ronda el 4%(5,3% si se utilizan
ponderaciones de paridad del poder adquisitivo).
Pese a estas notables cifras, es probable que el año 2006 haya representado un máximo
cíclico, ya que tanto el PIB como la producción industrial empezaban a reducirse a
mediados de año y comienzos de 2007.
La subida de las tasas de interés y el mayor rigor de las políticas fiscales constituyen el
núcleo del proceso de reequilibrio. Medidas normativas y reevaluaciones de los riesgos
a largo plazo inducidas por el mercado han hecho subir las tasas de interés a corto plazo.
En los países en desarrollo, la austeridad monetaria está más adelantada en Asia
Oriental donde ha frenado el crecimiento y ha contenido las presiones inflacionarias en
varios países. En otras economías de desarrollo, las tasas de interés han subido y las
políticas fiscales han sido menos favorables al ciclo que en el pasado, pero la
orientación general de la política macroeconómica en muchos de esos países es
relativamente acomodaticia y deja abierta la posibilidad de un regreso a tasas de
crecimiento potencial mucho más dificultoso que el previsto en la proyección de
referencia.
Aunque las tasas de interés han aumentando, las condiciones financieras siguen
recibiendo el apoyo de medidas adoptadas en el pasado y la liquidez es amplia. Como
consecuencia de ello, se espera que la transición a un crecimiento más lento sea
relativamente fácil. Según las proyecciones, la expansión de los países en desarrollo se
moderará gradualmente en torno al 6% en 2009 y se registrará una desaceleración en
todas las regiones, pero seguirán alcanzándose grandes resultados. Al mismo tiempo, se
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prevé que el crecimiento en los países de ingreso alto se moderará en 2007 ( debido
principalmente a un crecimiento más lento en EEUU) para fortalecerse de nuevo en
2008 y 2009, debido a la recuperación de los EEUU y a que las economías de Europa y
Japón seguirán en expansión casi al limite de sus tasas potenciales.
En resumen, países como China o la India, suponen a partir de ahora y en el futuro una
gran competencia en todos los sectores. La economía norteamericana sufre un
enfriamiento, y para la europea las perspectivas son más favorables siempre y cuando
consigan mantener los tipos de interés, los precios del petróleo y una buena relación con
la economía norteamericana.
Pero analicemos por separado cada zona económica:
Economía Mundial
A) Estados Unidos
Si nos fijamos en la economía mundial, cobra relevancia la situación de EEUU, quizás
por la importancia que tiene dicho país en el ámbito económico y político a nivel
internacional.
En el año 2006, el PIB creció un 3,3%. La producción aumentó muy rápidamente a
principios de año, antes de que la subida de las tasas de interés a corto plazo, causada
por una política monetaria más estricta provocase una severa corrección en el mercado
inmobiliario. La expansión de la economía de los Estados Unidos fue sólo de un 1,3%
en el primer trimestre de 2007 debido a que el debilitamiento del sector inmobiliario
contrarrestó el gasto de inversión en otros sectores de la economía, al tiempo que el
descenso de la inversión en vivienda redujo los pedidos y la producción industrial en los
sectores conexos.
Según lo mencionado previamente, en esa etapa de coyuntura económica, lo que resalta
de la situación estadounidense es la crisis crediticia derivada de las hipotecas
“subprime” en el mercado inmobiliario. Los impagos de estos créditos aumentan
vertiginosamente y por ello arrastran la subida de los tipos de interés. Pero esta
situación arrastra a EEUU y a un conjunto de países que operan con él. Con esas
hipotecas de riesgo se fueron creando derivados financieros muy innovadores y cuyo
riesgo de impago se ha extendido a consecuencia de la crisis anterior. El impago se ha
generalizado y con ello el mercado interbancario soporta una gran turbulencia. Los
salarios no aumentan al mismo nivel que por la inflación se encarece la vida. La
productividad cada vez es peor y todo ello origina el incremento de precios. La gente se
hipoteca y se va originando la crisis. Esto arrastra el que los tipos de interés que
negocian las entidades a corto plazo sean elevadísimos, aprovechando que la sociedad
necesita crédito. Y los aspectos negativos de ello son: el retroceso repentino de la
riqueza inmobiliaria, la menor creación de empleo, la desconfianza generalizada entre
inversores que hace caer las Bolsas…
Todos esos problemas han obligado a los Bancos Centrales de EEUU, Europa y Asia a
inyectar sumas excepcionales para mantener la liquidez. La economía estadounidense se
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está enfriando y lo que se teme es que de seguir así se produzca un freno significativo
de la misma. Esto crea un marco de incertidumbre e inestabilidad que influye
negativamente en las relaciones de comercio exteriores. Se teme que de empeorar la
situación esto repercuta muy negativamente en el incremento de la economía de todo el
mundo, aunque otros expertos calman las tensiones al señalar que la economía de
EEUU es lo suficientemente fuerte como para absorber esas dificultades, reseñando que
únicamente son malas prácticas.
El principal problema aquí sería que la desconfianza se generalizase tanto que originase
no sólo caídas de las Bolsas, sino también retiradas de fondos de las principales
entidades, y el temido “credit crunch”, es decir, la imposibilidad de obtener crédito por
parte de un prestatario fiable debido a que la liquidez se halle congelada para protegerse
frente a la incertidumbre.
Ante la magnitud del problema, los Bancos Centrales no se han quedado parados. Sus
objetivos son frenar la crisis financiera por lo que buscan principalmente acabar con la
incertidumbre, desconfianza y volatilidad de los mercados monetarios. Lo que han
hecho ha sido inyectar (como se comentó anteriormente) grandes volúmenes de liquidez
al sistema. Esto persigue en un principio normalizar las transacciones del mercado
interbancario y así minimizar la desconfianza de las entidades de crédito.
Pero a su vez deben luchar contra la inflación que se prevé en el futuro siga
aumentando. Además, el dólar va depreciándose y el precio del petróleo sigue
aumentando, y los costes laborales también suben al desacelerarse la productividad.
Esos factores acaban con cualquier posible esperanza de evolucionar y ser competitivos,
por lo que el Banco Central Europeo debe también luchar por flexibilizar el mercado
laboral (para que los salarios no sigan aumentando) y por equilibrar el Presupuesto (para
que el Estado no detraiga recursos financieros al sector privado) abriendo así todos los
sectores a la competitividad.
b) Asia: Japón
Dejando un poco de lado el caso de EEUU, si analizamos otras zonas de relevancia a
nivel mundial vemos que la expansión económica en los últimos años no se distribuyó
uniformemente entre todas las regiones, puesto que pese a los problemas, los
crecimientos se registraron por parte de países como EEUU (sobre todo años antes de la
crisis anteriormente explicada), China y la mayoría de los mercados emergentes y los
países en desarrollo, destacando aquí también a Japón.
Como previsibles riesgos a corto plazo, destacar que el precio del petróleo es una
variable de riesgo ya que es elevado, y pese a ello el crudo de sigue demandando
muchísimo, especialmente por parte de países como China o EEUU. Pero se teme que la
OPEP no pueda hacer frente a la creciente demanda.
Existe también un riesgo de endurecimiento de las condiciones de los mercados
financieros como consecuencia de la inflación. Si esta siguiera aumentando, se subirían
los tipos de interés y ello incidiría directamente en el consumo de las familias.
En el largo plazo existe el riesgo de inestabilidad macroeconómica si no se consigue
llegar a una estabilidad en las finanzas públicas de muchos países. Algunos deben
esforzarse en bajar a niveles sostenibles la relación entre la deuda pública y el PIB:
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Los países se enfrentan a grandes retos, como el que supone la rigidez del mercado de
trabajo y productos en la zona euro y Japón, las debilidades de las economías
emergentes de Asia, el entorno desfavorable para la inversión en los países
latinoamericanos, los sistemas débiles de supervisión bancaria de Europa Central y
Oriental, la necesidad de buscar la consolidación fiscal en EEUU, de crecer más en la
eurozona y Japón…
En China se está reduciendo el superávit comercial, y el PIB y el IPC están
aumentando. El yuan ha alcanzado su paridad más elevada y ya cuatro bancos
extranjeros han comenzado a operar con él.
Un caso a destacar es de Japón. El PIB creció en 2006 un 2,2%, impulsado por el gasto
de inversión y por una modesta recuperación de la demanda de los consumidores. Lo
mismo que en Europa, el crecimiento fue muy fuerte a comienzos del año, se debilitó
hacia el tercer trimestre y se fortaleció en el cuarto. Debido a la reducción de desempleo
y al aumento de los sueldos, la demanda de los consumidores aumentó un 4,2% en el
cuarto trimestre al tiempo que la inversión privada creció también rápidamente. El
aumento de las exportaciones, que había provocado una expansión a comienzos del año,
se redujo en el cuarto trimestre, como consecuencia del estancamiento del mercado de la
alta tecnología y del debilitamiento de la demanda de importación de los EEUU y
Oriente Medio. Los datos del 2007 denotan que las exportaciones han repuntado
mientras los indicadores de la demanda de los consumidores y de las importaciones
sugieren que sea estancado la demanda interna.
c) Europa
En la eurozona se estiman riesgos inflacionarios y posibles efectos negativos para la
estabilidad financiera causados por un uso excesivo de los derivados de crédito. Por otro
lado se está reduciendo el déficit público y mejorando el déficit comercial, pero la tasa
de inflación sigue empeorando.
En relación con la situación de las tasas de interés de EEUU, podríamos decir que la
crisis de las hipotecas de alto riesgo, ha afectado al mercado interbancario,
principalmente porque ha caído el grado de confianza entre las entidades financieras.
La situación de la zona euro desde su creación ha sido bastante favorable, en tanto en
cuanto ha sabido aprovechar las oportunidades de la unión para dejar crecer su
economía. Pero aún así, sin tener en cuenta la crisis actual, Europa aún se encuentra
lejos de EEUU, sobre todo en cuanto a aspectos de productividad del trabajo (Europa
tiene menores tasas de participación sobre todo por las mujeres y ancianos), el paro, el
número de horas trabajadas por empleado… en cierto modo sufre el efecto del
envejecimiento poblacional.
También a rasgos generales, se observa una leve mejora en la recuperación del consumo
privado, el mantenimiento de las exportaciones (se esperan sigan mejorando aunque el
euro se aprecie de forma brusca frente al dólar) que han crecido mucho hacia Rusia y
los países del Este de la Unión, la desaceleración de las importaciones (que sobretodo
provienen de China, Reino Unido y EEUU). El sector de la construcción ha alcanzado
resultados desfavorables materializándose especialmente en los bienes intermedios y de
capital. Y la crisis ha hecho que los indicadores de confianza bajen mucho, pero a pesar
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de ello siguen siendo altos. La tasa de ahorro ha disminuido, lo cual se espera beneficie
al consumo, y el déficit de los países de la eurozona se va reduciendo paulatinamente. A
pesar de ello, y aunque a rasgos generales la situación de la UE sea buena, hay que
considerar que entre los países que lo forman, hay datos dispares. Únicamente seis de
los mismos han alcanzado superávit, y aunque el sector de la construcción está
afectando entre otros a España, Alemania se ve mejorada en ese ámbito.
En cuanto a la inflación, está elevada ya que le han afectado negativamente los precios
de la energía especialmente. A esto se le suma la repercusión que la crisis de las
hipotecas de alto riesgo de EEUU ha tenido en la zona. La crisis no es un problema de
liquidez del sistema, no responde a problemas de las economías emergentes o de las
empresas; la crisis se debe a la pérdida de confianza de las entidades financieras, y para
arreglarlo debería abogarse por una mayor transparencia en el sistema.
Pese a todo, la posición de la Unión Europea no es de alarma, puesto que aunque se
tomen medidas fiscales y monetarias para paliar sus efectos, se considera que el sistema
intervencionista europeo, y el crecimiento y desarrollo económico que le respalda es
suficiente motivo como para creer que se saldrá del problema en poco tiempo y todo
volverá a la normalidad (es un ciclo de la coyuntura, que pasa por etapas de crisis y de
recuperación, por eso consideran esta crisis como algo pasajero y efímero). El FMI
también pronostica que la economía comunitaria va a seguir creciendo de forma sólida
avalados por la rentabilidad, las condiciones financieras y la demanda externa, por la
inmigración y las políticas fiscales y reformas pertinentes a aplicar. En ese sentido la
principal medida tomada ha sido la de mantener los tipos de interés al 4% e inyectar
liquidez. Y es que es curioso, pero aunque en los mercados financieros la confianza
empresarial y de los consumidores haya disminuido, los indicadores siguen
manteniéndose por encima de sus medias históricas. El crecimiento económico
sostenible registrado en la eurozona se confirma para acabar el 2007. Nuestro
crecimiento será fuerte y el menor crecimiento de EEUU se compensará con la fortaleza
de las economías emergentes proporcionando apoyo a las exportaciones e inversiones
en la zona. Igualmente no se es del todo optimista porque el marco inestable de la
economía mundial hace ser conservadores. Y se espera que la inflación continúe
creciendo desfavorecida por los precios del petróleo, de los productos agrícolas y de la
energía en general.
En otro ámbito también se deben tomar medidas destinadas a mejorar la productividad,
a incentivar la I+D, el capital humano, el progreso tecnológico, y a invertir en educación
y formación, que es lo que nos hace menos competitivos a nivel mundial.
Con respecto a la política monetaria, se debe perseguir el objetivo del Pacto de Lisboa,
y cumplir firmemente las reglas y procedimientos de forma estricta. Se quiere endurecer
la política monetaria de la zona euro, porque aunque la liquidez crece a un ritmo
dinámico, su relación con los precios es incierta.
La zona euro debe aprovechar su actual coyuntura económica.
España
Los antecedentes de la economía española dejan en evidencia que ésta no supo aprender
de sus errores hasta que se vio sumergida en plena crisis. El modelo en que se
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sustentaba en la década de los noventa, no era eficiente ni productivo, pero pese a todo
se salió adelante. Lo importante es que de la crisis que se originó en esa década (por la
cotización de la peseta, el tipo de interés y las escasas subidas salariales) se salió
adelante y se aprendió más que de cualquier experiencia pasada. Lo importante no era
crecer por crecer, y tapar los problemas como se acostumbraba a hacer, sino que había
que administrar de forma eficiente y prudente las oportunidades de negocio de la
empresa.
Se aprendió a subcontratar las actividades en las que se perdía tiempo y dinero, sin
ganar demasiado valor añadido. Y aprendieron también de la gestión de calidad,
llevando a cabo campañas de cero defectos, por lo que las pérdidas por mala calidad
empezaron a caer.
Ese momento supone un punto de corte con el pasado, y a partir de ahí, se aprecia un
cambio cultural en la economía española, basado y alimentado en especial por el cambio
informático, por la gestión del conocimiento.
Se empiezan a centrar las bases de dicha economía, y lo que se intenta hacer es aprender
a autogestionarse, movilizar el capital intelectual, ser flexibles y polivalentes. En esos
campos aún queda mucho por recorrer.
Actualmente la economía española presenta signos claros de fortalezas y debilidades
para ser o no competitivo en el mercado mundial.
Uno de los puntos fuertes en el ámbito económico que se puede observar en la
actualidad, es el fuerte crecimiento de empleo, y el superávit público. España viene a ser
el país que más empleo está creando de la zona euro, pero el problema en cuanto a eso
concierne es que el empleo que se crea no es de calidad. (Y un gran problema
relacionado con lo anterior es que el empleo que se crea en gran medida sigue siendo
temporal, aunque se va reduciendo). Pasa lo contrario a épocas atrás, en las que el
crecimiento del empleo era menor, pero los puestos de trabajo eran productivos. Y el
problema en este aspecto es que no invertimos en especialización, derivado todo ello de
la incapacidad que tenemos para adaptarnos especialmente al cambio tecnológico, a la
globalización, a la calidad y a la innovación (pues aún tenemos en nuestra cartera de
productos muchos bienes maduros). Esto limita también que nos externalicemos más
lejos, y es un campo en el que la economía española debería de trabajar.
Ahora nos estamos viendo afectados como es lógico por la crisis de los créditos
hipotecarios de EEUU. El problema aquí no es que haya hipotecas de alto riesgo en
Europa, sino que nos ha influido operar con intermediarios financieros que sí incluían
en su cartera, títulos vinculados a dichos créditos hipotecarios estadounidenses. Todo
esto repercute en la economía española en el sentido de que aumenta la desconfianza, y
las familias ven frenado su gasto y su consumo privado (disminuye la inversión en
vivienda) a la par que las empresas tienen que luchar por hacerse más competitivas,
esperando que la crisis no dificulte en demasía la capacidad de las mismas para
financiarse (pese a que aún así, están sumergidas en unas condiciones financieras y
monetarias favorables, que aún persisten de la época anterior de bonanza económica).
Los riesgos principales se derivaron del rápido aumento del crédito y de la alta
concentración de préstamos en el mercado de la vivienda.
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Aunque se considera que es pronto para poder visualizar los efectos de la crisis (se
empezarán a hacer más evidentes en el 2008), se apuesta porque dicha crisis financiera
estadounidense nos afecte pero no lo suficiente como para perjudicar gravemente
nuestra economía, porque estamos respaldados por un crecimiento económico en los
últimos años reseñable, y no se considera que el fenómeno estadounidense y el español
sean totalmente comparables. La economía española dispone de un margen de maniobra
para poder absorber esta inestabilidad financiera, y dicho margen se basa en la fortaleza
de las cuentas públicas y del sector financiero, y en la solidez patrimonial de las familias
y los buenos resultados empresariales, los favorables niveles de solvencia y estabilidad.
Ahora bien, es evidente que aunque podamos salir airosos de la situación, la misma nos
afecta en mayor o menor medida.
Así, las prioridades de la política económica para enfrentarnos a estas situaciones
adversas son: salvaguardar la estabilidad presupuestaria, incrementar la capacidad de
oferta de la economía y mejorar la competitividad. Si se consigue eso, el crecimiento de
la economía tanto española como mundial se conseguirá, aunque llegue a ser algo
inferior a los años anteriores.
Se debe abogar entonces por incrementar la transparencia en los mercados financieros y
proteger los derechos de los inversores.
Para incrementar nuestra competitividad se necesitarán reformas estructurales que
regulen las negociaciones salariales y que busquen la forma de alcanzar mayores cifras
en productividad.
Los efectos más visibles a priori son por ejemplo la desaceleración del sector de la
construcción, del consumo final de los hogares (economía privada) que cada vez están
más endeudados (debido a la subida de los tipos de interés ligados a sus hipotecas),
desaceleración del gasto, tendencias alcistas para la inflación. Cabe destacar aquí el
grave problema de la economía española en cuanto al déficit exterior, que si bien a corto
plazo no crea grandes problemas, a largo plazo de continuar creciendo mermaría la
capacidad de crecimiento económico si el nivel de endeudamiento y la carga financiera
llegan a restringir el consumo y la inversión de los agentes privados.
Y una asignatura pendiente seguirá siendo fomentar la mejora en los idiomas y el
manejo de las TIC, la inversión en I+D, la formación y aprendizaje de los
trabajadores…
A rasgos generales podemos decir que la crisis se desarrolla para España en un buen
contexto económico, confiando así en que pueda solventarse. Lo que no se puede
predecir es si dicha crisis hará finalmente que la coyuntura económica cambie de no
superarla y se cierre el ciclo de bonanza económica que se venía experimentando.
Asturias
La situación económica asturiana siempre ha estado a la cola de España.
Generalmente su historia está marcada por crecer económicamente menos que la media
nacional, por tener un mayor déficit de actividades tecnológicas, de investigación, unas
tasas mayores de desempleo…
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Analizando su actual situación vemos que la densidad demográfica es alta con respecto
a la media española, y sin embargo, la participación de Asturias en la producción total
nacional es inferior al peso demográfico que tiene. El crecimiento real acumulado de la
comunidad es muy inferior al conjunto de España. Y es que Asturias todos los años
crece por debajo de la media nacional, especialmente debido a los retrocesos en el
sector agrícola y el energético.
En cuanto a su estructura productiva, el mayor peso recae en el sector de la
construcción, junto con la industria, y el sector servicios. Éstos son los que año a año
más contribuyen al crecimiento regional.
En cuanto a la industria, cabe destacar que la región se caracteriza por la concentración
de sectores de actividad básicos, como son la metalurgia, la minería, la alimentación y
la industria textil.
Las limitaciones de nuestra economía recaen en el sector primario y el sector energético.
El crecimiento registrado en dichos sectores es claramente inferior a la aportación que
hacen el resto de comunidades españolas al mismo. Pero pese a que el dinamismo del
sector energético es nulo, ése continúa siendo el sector asturiano con mayor peso en el
conjunto del valor añadido bruto sectorial nacional.
Veamos detalladamente cada sector:
El sector primario no consigue hacer grandes aportaciones al PIB nacional. Esto puede
deberse a la disminución de producción y comercialización de productos derivados de la
ganadería. Por otro lado, la obtención de pesca es bastante fructífera, lo que supone
bajadas considerables en los precios.
En relación a la industria, se puede ver una variación negativa en la aportación nacional,
al experimentarse retrocesos en la industria de manufacturas, en las metálicas básicas…
La explotación industrial que tenemos es muy madura, y la falta de conocimientos y
avances tecnológicos en la zona impiden desarrollar industrias nuevas. Pese a todo, los
precios de productos industriales ven una ligera recuperación, y cada vez es mayor el
consumo de energía eléctrica para usos industriales.
En cuanto al sector de la construcción, se nota una aceleración en la actividad del sector
vivienda durante el primer semestre de 2007. Con ello se relaciona el hecho de que el
empleo en este campo haya aumentado notablemente, por lo que su evolución ha sido
positiva tanto en productividad como en empleo.
Con referencia al sector servicios, los datos encontrados son muy positivos,
especialmente en cuanto a servicios hosteleros se refiere. Hay un leve retroceso en los
transportes (derivado del retroceso industrial), aunque el transporte de viajeros en avión
experimentó un crecimiento muy notable.
La tasa de paro siempre ha sido muy elevada en la zona, y últimamente el menor
dinamismo del mercado de trabajo ha provocado un descenso en la misma menos
acentuado que la media nacional.
La tasa de actividad está por debajo de la media nacional y la tasa de paro por encima, si
bien es cierto que el paro femenino ha descendido, aunque por otro lado el paro juvenil
es más elevado que en otras regiones.
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Aún así, se esperan conseguir avances en cuanto a este tema concierne, ya que en el
último año sí que se ha experimentado un crecimiento en el número de ocupados y un
aumento de la capacidad productiva. Pero ello debe lidiar con el gran problema que
tiene Asturias en cuanto al envejecimiento poblacional.
Con ello destaca el incremento (tanto en número como en tamaño) de las empresas
asturianas.
En éste ámbito las posibles mejoras se podrán alcanzar si se pone un esfuerzo en
fomentar la productividad laboral mediante políticas de empleo, y a la vez ayudar tanto
a emprendedores como a empresas, invirtiendo en infraestructuras, subvencionando sus
planes emprendedores. Ante el envejecimiento de la población activa se debe abogar
por potenciar una mayor cualificación y un crecimiento sostenido de la tasa de empleo
femenino. Favorecer la inserción laboral tanto de la mujer como de los jóvenes.
También deberá regularse en ese aspecto cómo se reaccionará ante la entrada masiva de
emigrantes que sufre la península (aunque Asturias en menor grado) y cómo se
solucionarán las tensiones en el mercado de trabajo (debidas en su mayoría a los
procesos de deslocalización).
Las perspectivas futuras de crecimiento económico para la región venían apostando por
el sector de la construcción como principal factor motriz de la economía. Pero aquí se
teme que se llegue a depender excesivamente de dicho sector.
También se prevén crecimientos significativos de los servicios, aunque en un plano muy
lejano al de la construcción. El mismo se espera crezca bastante y aún así por debajo de
la media de España, principalmente por la debilidad que experimenta el transporte de las
mercancías.
En cuanto al sector primario se espera continúe acrecentando su aletargamiento.
CONCLUSIÓN
El análisis de la situación económica muestra que, durante los últimos cinco años, se ha
podido hablar de crecimiento a nivel mundial. No obstante, parece que la situación de
bonanza está cambiando.
El origen del cambio de coyuntura económica podría estar situado en EEUU con la
crisis crediticia derivada de las hipotecas “subprime” que han originado las subidas de
los tipos de interés.
Como consecuencia de la crisis iniciada, todos los organismos económicos
internacionales apuntan el empeoramiento de la situación económica. De momento, no
se espera estancamiento o decrecimeinto en las economías, pero sí se espera
crecimientos menores de los previstos inicialmente en todas las aéreas.
Por el momento, esta crisis se espera controlar en otras zonas como Europa en la que las
perspectivas parecen más favorables siempre y cuando se consiga mantener los tipos de
interés, los precios del petróleo, etc.
En Europa, se considera que existen riesgos inflacionarios y posibles efectos negativos
para la estabilidad financiera como consecuencia del elevado nivel de endeudamiento.
No obstante, se considera que la situación de la UE no es preocupante y que tanto el
sistema intervencionista como el crecimiento y desarrollo económico que le respalda
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permite considerar que no le afectará plenamente la crisis y que todo podrá volver a la
normalidad en un período de tiempo relativamente corto.
En lo que respecta a España, podemos afirmar que la crisis llega en un buen momento
económico puesto que el país ha experimentado un crecimiento económico en los
últimos años muy reseñable. Además, al encontrarse dentro de la UE, nos
beneficiaremos de las medidas comunes que se toman para evitarla. No obstante,
todavía no se puede predecir que la mencionada crisis no vaya a provocar un cambio de
ciclo en la medida que ya estamos viendo ciertos efectos derivados de la crisis crediticia
de EEUU como la disminución del gasto de las familias, la capacidad financiera de las
empresas,..
Finalmente, en Asturias, como se ha mencionado previamente, la situación está marcada
por un crecimiento menor respecto al resto de España. Además, las perspectivas futuras
de crecimiento económico de la Comunidad Autónoma se basaban principalmente en el
sector de la construcción que podría ser uno de los sectores más afectados en esta crisis
crediticia. Pese a todo, consideramos necesario esperar a ver cómo se evita la crisis en el
conjunto de España, así como el ritmo del crecimiento conjunto ya que la situación
podría no ser tan negativa como inicialmente parece.