Download La quiebra de las élites urbanas.

La quiebra de las élites urbanas.
En la vida económica y social de A Coruña de estas últimas décadas se pueden distinguir claramente dos
grandes etapas, coincidiendo la primera con la fase de expansión de la economía española, y la segunda
desde 2007 en adelante. La primera etapa sigue un patrón de crecimiento muy claro: las familias jóvenes se
ubican en las afueras de la gran ciudad, expulsadas del centro urbano –donde viven sus padres—por unos
precios del suelo muy elevados. Sin embargo, la ciudad fue capaz de conservar su centralidad gracias a un
conjunto de obras públicas que permitían el fácil acceso, y el estacionamiento de vehículos, en el mismo
centro urbano. En otras palabras, aunque las nuevas generaciones se establecían en la periferia, las
principales actividades económicas y financieras continuaban en el centro de la cuidad, al cual era muy fácil
acceder desde la periferia en vehículo privado. Este modelo permitía la expansión del pequeño comercio en
el centro y la pervivencia de unas clases medias formadas por funcionarios, comerciantes, y ejecutivos de
empresas financieras, industriales, etc. Como se decía en la época, A Coruña era una ciudad de servicios.
Este modelo quiebra a partir de entrada la crisis. Quiebra por la naturaleza de la propia crisis y, además, a
causa del cambio de modelo en el sector de la distribución. La expansión de los centros comerciales ligados a
las grandes superficies se ubica en la periferia de las ciudades, dejando los centros tradicionales
prácticamente desiertos. Y esto es particularmente grave e A Coruña. En el centro de la ciudad predominan
los locales comerciales vacíos y pendientes de alquiler reflejando, tanto la caída de la demanda interna,
como el cambio en un modelo comercial que ha desplazado la distribución hacia la periferia. Y este proceso
afecta directamente a la composición social de la ciudad. Las clases medias se pauperizan por la crisis del
comercio tradicional y una crisis económica que va más allá de lo inicialmente previsto, afectando al sector
industrial y al sector financiero.
A Coruña de hoy no es lo que era hace diez años. La nuestra era una ciudad intermedia en el mapa español,
una ciudad pujante apoyada en centros financieros importantes, y en empresas industriales y de servicios
con relevancia en la economía española. El sector financiero ha desaparecido como consecuencia de la
irresponsabilidad de sus gestores y las actividades industriales lo han hecho por sus limitaciones en la carrera
tecnológica, por su incapacidad para competir en un mundo crecientemente globalizado o por no poder
soportar una demanda en franca recesión y muy duradera. En los polígonos industriales anexos a la ciudad
se encuentra el mismo paisaje urbano: se alquila o se vende nave industrial o edificio de oficinas.
En una situación de este tipo, la responsabilidad de las clases dirigentes de la ciudad es total. A mi juicio,
hemos llegado a este punto debido a que las élites urbanas han dimitido de su responsabilidad. Y estas élites
tienen que ver con el mundo de la política, con el de los negocios, con el mundo de los empresarios, con el
de las finanzas y con las cúpulas de las instituciones, tanto privadas como públicas, que tienen la obligación
de moldear la cuidad y dibujar su paisaje urbano. Han desaparecido del mapa. Dos ejemplos: el solar que
antes ocupaba la empresa industrial Emesa lo ocupa hoy un centro comercial quebrado, cerrado al público, y
sus propietarios no saben qué hacer con tanto espacio hueco. Un segundo ejemplo: estas clases dirigentes
han sido incapaces de reunir 400 millones de euros para pujar por Novagalicia banco. Deprimente.
Julio Sequeiros.