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RegionEs
RegionEs es una revista patrocinada por el Centro de Estudios Regionales, Cafeteros y
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© 2012 RegionEs
ISSN 1692/939X
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Volumen 7
Nº 1
Junio 2012
ISSN 1692/939X
Artículos
‡ (O HIHFWR GH OD FD¿FXOWXUD HQ ODV FRQGLFLRQHV GH YLGD GH ORV
SURGXFWRUHVGH&RORPELD
Carlos A. García R y Yair Soto B… ……………….………………. 5
‡ &DIpVGHODVPRQWDxDVFDIpVGHODVOODQXUDV
François Bart……………………………………………………… 25
‡ /DHFRQRPtDGH5LVDUDOGDGHVSXpVGHOFDIp¢+DFLDGyQGHYD"
Laura Cepeda……………………………………………………. ..43
‡ (OJDVGH/D*XDMLUD\VXVHIHFWRVHFRQyPLFRVVREUHHOGHSDUWDPHQWR
Andrés Sánchez J………………………………………………… 69
‡ &UHFLPLHQWR \ ORFDOL]DFLyQ GH OD SURSLHGDG KRUL]RQWDO HQ
0DQL]DOHV
Edisson Castro E, Mónica Gutiérrez T., Óscar A. Jiménez O….… 97
Reseña de libros ............................................................................... 117
Revista de revistas ............................................................................123
RegionEs - Volumen 7 Número 7 - Junio 2012
3
3UHVHQWDFLyQ
El primer número de RegionEs del año 2012 incluye cinco artículos, tres de los cuales
relacionados con el café, el cuarto artículo con gas natural y el último con la expansión
urbana de Manizales.
El primer artículo, de los investigadores del CRECE Carlos A. García y Yair Soto,
HYDO~DHOLPSDFWRGHODFD¿FXOWXUDHQODVFRQGLFLRQHVGHYLGDGHORVKRJDUHVHQORV
municipios cafeteros del país y lo compara los hogares de municipios no cafeteros, con
la utilización de la técnica Propensity Score Matching con diferencia en diferencias
y las bases de datos del Sistema de Información Cafetera –SICA- de la FNCC y el
SISBEN (DNP).
El segundo artículo es una traducción de un texto de François Bart –conocido
geógrafo de la Universidad Michel de Montaigne- sobre las diferencias entre las dos
más importantes variedades del café en el mundo: Coffea arabica y Coffea robusta
en las dimensiones agronómica, agroecológica y agroeconómica de varios países
de África, Asia y Latinoamérica. La traducción es de la investigadora del CRECE
Mónica Ramírez y se publica con autorización de Études Rurales, 2008/2 n° 180.
El tercer artículo, de Laura Cepeda, presenta evidencia descriptiva acerca de la
evolución económica reciente de Risaralda en el contexto del cambio ocurrido en la
economía del departamento en el siglo XX, de agrícola con predominio cafetero a una
basada en el comercio y los servicios. La autora encuentra que si bien la actividad
comercial ha sido una vocación tradicional de su población, ésta no es capaz de
generar un alto valor agregado ni empleo de calidad.
En el artículo siguiente, Andrés Sánchez, examina los efectos económicos de la
extracción de gas natural en el departamento de La Guajira. El autor destaca que
el impacto de esta actividad sobre el desarrollo y el crecimiento económico ha sido
OLPLWDGR \ DGHPiV KD JHQHUDGR XQD DOWD GHSHQGHQFLD ¿VFDO DGHPiV GH QR WHQHU
un efecto sustancial sobre los indicadores sociales de cobertura o la generación
de encadenamientos productivos. Sánchez llama la atención sobre la necesidad de
crear las condiciones necesarias para la inversión en el desarrollo de tecnologías que
permitan la explotación de gas no convencional, ya que se prevé una aguda caída de
la extracción a partir del año 2015.
El último artículo, de Edisson Castro, Mónica Gutiérrez y Óscar Jiménez, explica
que el crecimiento urbano de la ciudad de Manizales en los últimos años se ha dado
PHGLDQWHXQDFRPELQDFLyQGHGLQiPLFDVGHGHQVL¿FDFLyQ\H[SDQVLyQWHQLHQGRHQ
FXHQWDODVFRQGLFLRQHVJHRJUi¿FDVGHODFLXGDG/RVDXWRUHVFRQFOX\HQTXHHOSURFHVR
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Diciembre 2012
4
GHGHQVL¿FDFLyQVHKDQGDGRDOUHGHGRUGHODV]RQDVFHQWUDOHVGHODFLXGDGPLHQWUDV
que los proyectos de expansión urbana se han localizado en las zonas periféricas hacia
el oriente de la ciudad y el vecino municipio de Villamaría.
(L (DITOR
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012 - Páginas 5 - 24
5
(OLPSDFWRGHODFD¿FXOWXUDHQODVFRQGLFLRQHVGHYLGDGHORV
SURGXFWRUHVGH&RORPELD1
Carlos A. García R. y Yair Soto B.2
5HVXPHQ
(VWHDUWtFXORSUHVHQWDHVWLPDFLRQHVGHOLPSDFWRGHODFD¿FXOWXUDHQODVFRQGLFLRQHVGH
vida de los hogares en los municipios cafeteros del país, estableciendo comparaciones
con un contrafactual conformado por los hogares de municipios no cafeteros. Para
analizar los efectos de largo plazo se estimó una función para explicar los niveles de
indicadores agregados de condiciones de vida (el Índice de Condiciones de Vida, el
Índice de Necesidades Básicas Insatisfechas y el Índice de Pobreza Multidimensional)
de los municipios cafeteros en comparación con los municipios no cafeteros entre
los años 1993 y 2005, para los cuales se dispone de microdatos. Los datos provienen
GHHPSDOPDUODLQIRUPDFLyQDQLYHOGH¿QFDSURFHGHQWHGHO6LVWHPDGH,QIRUPDFLyQ
Cafetera SICA de la FNC y SISBEN administrado por el DNP. Las estimaciones se
basan en una combinación de la técnica Propensity Score Matching con Diferencia
HQ 'LIHUHQFLDV /RV UHVXOWDGRV PXHVWUDQ XQ HIHFWR SRVLWLYR \ VLJQL¿FDWLYR GH OD
FD¿FXOWXUDHQODVFRQGLFLRQHVGHYLGDTXHVHPDQL¿HVWDHQXQDPD\RUYHORFLGDGGH
reducción en las necesidades básicas y en mayor crecimiento de la educación. También
VHLGHQWL¿FDQFRPRSRVLEOHVHIHFWRVODVGLIHUHQFLDVVLVWHPiWLFDVHQLQIUDHVWUXFWXUDH
LQVWLWXFLRQDOLGDGTXHVHDSUHFLDQHQXQDPHMRUVLWXDFLyQGHORVPXQLFLSLRVFDIHWHURV
3DODEUDV FODYH Economía agrícola, política agrícola, modelos econométricos,
hogares cafeteros, economía regional.
-(/ C50, Q12, Q120, Q180, R23
$EVWUDFW
This article presents estimates of the aggregated impact of coffee growing in the living
conditions of households in Colombian coffee municipalities, drawing comparisons
1
2
(VWHDUWtFXORKDVLGRHODERUDGRFRQEDVHHQXQWUDEDMRFRQWUDWDGRSRUHO&RPLWpGH&DIHWHURVGH&DOGDV
TXH IXH DVHVRUDGR SRU$UWXUR *DUFtD \ *XLOOHUPR /OLQiV 1R VH VXPLQLVWUDQ EDVHV GH GDWRV SRU VHU
LQIRUPDFLyQ FRQ¿GHQFLDO GH OD )HGHUDFLyQ 1DFLRQDO GH &DIHWHURV \ HO 'HSDUWDPHQWR 1DFLRQDO GH
Planeación
C.A. García, investigador del CRECE (e-mail: [email protected].). Yair Soto, investigador del
CRECE hasta Septiembre del 2012 y en la actualidad funcionario de la FNCC.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
6
with counterfactual households comprised of not coffee municipalities located in
coffee growing Departments. In order to analyze long term impacts, a function was
estimated to account for levels of aggregate indicators of living conditions (Life
&RQGLWLRQV ,QGH[ 8QVDWLV¿HG %DVLF 1HHGV ,QGH[ DQG 0XOWLGLPHQVLRQDO 3RYHUW\
Index) of coffee municipalities compared to no coffee ones between 1993 and 2005,
for which microdata is available. Data come from linking up the Coffee Information
System and governmental database. The estimates are based on a combination of
3URSHQVLW\ 6FRUH 0DWFKLQJ DQG 'LIIHUHQFHLQ'LIIHUHQFHV WHFKQLTXHV 7KH UHVXOWV
VKRZ D SRVLWLYH DQG VLJQL¿FDQW HIIHFW RI FRIIHH JURZLQJ LQ WKH OLYLQJ FRQGLWLRQV
manifested in a faster reduction in the basic needs and higher education growth. Also
V\VWHPDWLF GLIIHUHQFHV LQ LQIUDVWUXFWXUH DQG LQVWLWXWLRQV ZHUH LGHQWL¿HG DV SRWHQWLDO
effects, seen in a better situation in the coffee growing municipalities.
.H\ZRUGV Agricultural Economics, Agricultural Policy, Econometric Modeling,
&RIIHH)DUP+RXVHKROG3URMHFW(YDOXDWLRQ5HJLRQDO(FRQRPLFV
-(/ C50, Q12, Q120, Q180, R23
$WUDYpVGHODHMHFXFLyQGHSURJUDPDVJUHPLDOHV\GHRWUDVDFFLRQHVOD)HGHUDFLyQ
Nacional de Cafeteros de Colombia FNC busca el incremento de la calidad de vida
GH ORV SURGXFWRUHV FRORPELDQRV GH FDIp$GHPiV GH YHODU SRU HO PHMRUDPLHQWR GH
las condiciones técnicas y biológicas de los cultivos, los Comités Departamentales
GH &DIHWHURV LPSOHPHQWDQ SUR\HFWRV SDUD PHMRUDU OD LQIUDHVWUXFWXUD FRPXQLWDULD \
domiciliaria, la educación, la salud alimentaria y los ingresos de los hogares cafeteros.
/DV HVWUDWHJLDV LQVWLWXFLRQDOHV DSXQWDQ DO PHMRUDPLHQWR GH ORV SURFHVRV HGXFDWLYRV
HQODFRPXQLGDGFDIHWHUDHODSR\RDSURJUDPDVSDUDHOPHMRUDPLHQWRGHODVDOXGOD
JHVWLyQGHSUR\HFWRVSDUDPHMRUDUODLQIUDHVWUXFWXUDYLDO\GHVHUYLFLRV
El cumplimiento del propósito gremial de incrementar la calidad de vida de los
FD¿FXOWRUHVKDVLGRUHVSDOGDGRSRUYDULRVHVWXGLRVHQWUHORVFXDOHVFDEHPHQFLRQDU
FRPRUHIHUHQWHHO,QIRUPHGHOD&RPLVLyQGHDMXVWHGHODLQVWLWXFLRQDOLGDGFDIHWHUD
5DPLUH] HW DO TXH SXVR FRPR HMHPSOR OD LQWHUYHQFLyQ GH ORV &RPLWpV
'HSDUWDPHQWDOHV GH &DIHWHURV HQ OD FRQVWUXFFLyQ GH WHMLGR VRFLDO HQ ODV UHJLRQHV
cafeteras del país. No obstante, como señala el mismo estudio, el resultado de las
estrategias de intervención puede ser contrarrestado por las situaciones de crisis:
“factores como la reducción en el ingreso regional, el aumento del desempleo,
la informalidad y la deserción escolar, podrían estar acelerando el proceso de
convergencia de los indicadores sociales en las regiones cafeteras con los de las otras
regiones del país” (Ramirez et al., 2002, 44). De darse este proceso de convergencia
podrían anularse los efectos de los programas institucionales sobre la población
cafetera.
En este artículo se calculan indicadores agregados de condiciones de vida y se
UHDOL]DQHMHUFLFLRVHFRQRPpWULFRVFRQHOSURSyVLWRGHHYDOXDUHOHIHFWRGHODUJRSOD]R
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
7
GHODFD¿FXOWXUDHQODVFRQGLFLRQHVGHYLGDGHORVPXQLFLSLRVFDIHWHURVGHOSDtV3DUD
la estimación del impacto sobre las condiciones de vida se emplearon técnicas de
tipo cuasi experimental, buscando aislar los efectos atribuibles a la intervención
institucional sobre los municipios y los hogares cafeteros.
I. Metodología
/D HVWUDWHJLD PHWRGROyJLFD GHO WUDEDMR FRQVLVWLy HQ L OD FRQIRUPDFLyQ GH XQD
base de datos empalmada con observaciones a nivel de hogar para los hogares de
los municipios cafeteros y no cafeteros de los departamentos cafeteros del país; (ii)
el cálculo de diferentes índices para la medición de las condiciones de vida; (iii)
OD FXDQWL¿FDFLyQ GH ODV GLIHUHQFLDV HVWDGtVWLFDV HQ ODV FRQGLFLRQHV GH ORV KRJDUHV
cafeteros y no cafeteros; y (iv) la estimación de los impactos sobre los indicadores
de condiciones de vida aplicando técnicas cuasi experimentales, empleando los
municipios no cafeteros como contrafactual.
Las bases de datos fueron preparadas a partir de las bases Sisben II (842.000 hogares)
y Sisben III (1.695.346 hogares), suministradas por el DNP y la base SICA 2011,
propiedad de la Federación Nacional de Cafeteros. El primer paso en la preparación
GHODLQIRUPDFLyQFRQVLVWLyHQXQL¿FDUORVGDWRVDQLYHOGHKRJDUORTXHLPSOLFyGHXQ
lado, realizar procedimientos de agregación de las bases Sisben, cuyas unidades son
los individuos, y de otro, la transformación de los datos de la base SICA, agregando
ODLQIRUPDFLyQSDUDREWHQHUODDQLYHOGH¿QFD\OXHJRSRUSURGXFWRUSDUDJHQHUDUORV
microdatos por hogar. Luego de los diversos procedimientos de empalme se depuró
ODEDVHGHWUDEDMRPHGLDQWHDQiOLVLVGHFRPSDWLELOLGDGGHORVGDWRV\HOLPLQDFLyQGH
observaciones inconsistentes.
7DEOD
&RORPELD&RPSRVLFLyQGHODEDVHGHGDWRVHPSDOPDGDVHJ~QGHSDUWDPHQWR
'HSDUWDPHQWR
$QWLRTXLD
Boyacá
Caldas
&DTXHWi
Cauca
Cesar
Chocó
Cundinamarca
Huila
0XQLFLSLRVQR
&DIHWHURV
84.292
5.006
4.511
12.681
15.856
16.131
26.256
1.757
0XQLFLSLRV
&DIHWHURV
294.913
62.969
25.624
88.374
82.664
626
1.198
115.387
Total
379.205
5.006
67.480
38.305
104.230
98.795
26.882
1.198
117.144
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
8
'HSDUWDPHQWR
/D*XDMLUD
Magdalena
Meta
Nariño
Norte de Santander
Quindio
Risaralda
Santander
Tolima
Valle del Cauca
7RWDOSHUVRQDV
0XQLFLSLRVQR
&DIHWHURV
0XQLFLSLRV
&DIHWHURV
Total
26.612
69.076
24.930
53.235
2.586
43.722
4.268
19.393
118.894
88.011
46.387
25.111
1.360
107.679
188.461
1.315.041
70.334
73.344
44.323
172.129
90.597
46.387
25.111
1.360
127.650
205.866
1.695.346
19.971
17.405
380.305
Fuente: DNP-SISBEN, FNC-SICA; elaboración CRECE
/DEDVH¿QDOUHVXOWDQWHGHOHPSDOPHFRQWLHQHPLOORQHVGHKRJDUHVGLVWULEXLGRV
en los municipios cafeteros y no cafeteros, como se muestra en la tabla siguiente. La
unidad de análisis son los municipios cafeteros y no cafeteros de los departamentos
FDIHWHURVGHOSDtVPLHQWUDVTXHODXQLGDGGHREVHUYDFLyQVRQORVKRJDUHVFDIHWHURV\
QRFDIHWHURVGHODVPLVPDV]RQDVJHRJUi¿FDV
3DUDODLGHQWL¿FDFLyQGHORVLPSDFWRVVHDGRSWDURQSHUVSHFWLYDVGHFRUWR\GHODUJR
plazo. En la perspectiva de corto plazo sobre los cambios en las condiciones de vida
de la población de los municipios cafeteros y no cafeteros en los departamentos
FDIHWHURVVHWRPyFRPRUHIHUHQFLDHOSHUtRGRTXHIXHGHWHUPLQDGRSRU
la disponibilidad de información. Por su parte, los efectos de largo plazo se evaluaron
SRUPHGLRGHXQDIXQFLyQTXHH[SOLFDORVQLYHOHVGHORVLQGLFDGRUHVGHFRQGLFLRQHV
de vida de los municipios cafeteros en comparación con los municipios no cafeteros
entre los años censales 1993 y 2005, para los cuales se dispone de información a nivel
de los productores.
La información empleada proviene de los censos de población del DANE, la
Encuesta Nacional Cafetera y el Sistema de Información Cafetera SICA de la FNC,
complementada con información de otras fuentes gubernamentales, según se relaciona
en la tabla siguiente.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
9
7DEOD
&RORPELD9DULDEOHVHLQGLFDGRUHVGHODGLQiPLFDVRFLRHFRQyPLFDGHFRUWRSOD]R
Variable
Socioeconómicas
&D¿FXOWXUD
Municipales
Indicador
&DUDFWHUtVWLFDVGHPRJUi¿FDV
Asistencia escolar por rangos de edad
Años promedio de escolaridad
Disponibilidad de servicios públicos
Cobertura en salud
Mercado laboral
Ingresos
Indice de condiciones de vida (ICV)
Necesidades básicas insatisfechas
(NBI)
Indice de pobreza multidimensional
(IPM)
Indice Gini
Área total y área en café
Variedad
Tipo de luminosidad
7LSRGHFD¿FXOWXUD
Edad
Densidad
Grado de especialización
Población total y rural
Altura
Distancia a la capital
Densidad de población
Formación bruta de capital
Ingresos tributarios per cápita
Fuente
SISBEN II (2003),
SISBEN III (2009),
DANE,
DNP,
Mineducación,
Vicepresidencia de
la República
FNC - SICA
DANE
IGAC
IGAC
DANE
DNP
Fuente: CRECE.
El grupo de comparación de municipios no cafeteros se seleccionó mediante el
procedimiento de Propensity Score Matching PSM, mediante el cual se busca contar
con observaciones para representar la situación de los municipios cafeteros en el
FDVRKLSRWpWLFRHQTXHQRKXELHUDQWHQLGRHVWDFRQGLFLyQ'HHVWDPDQHUDVHLQWHQWD
asegurar un grupo de control comparable y válido. Para el efecto, se implementó un
modelo teórico de la participación, el cual explica la probabilidad de ser un municipio
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
10
FDIHWHURDWUDYpVGHXQFRQMXQWRGHYDULDEOHVTXHUHSUHVHQWDQFDUDFWHUtVWLFDVGHORV
municipios, como se muestra en la ecuación [1].
[1]
Pi ( X ) = Pr ( Ti = 1 | X )
i = 1,2…n Hogares
Donde X corresponde a:
Vector Productor:Sexo,Edad,Experiencia,Educación,Propietario residente
Vector Hogar: Hogares Finca,Miembros Hogar
Vector Finca: Porcentaje área café,densidad café,edad promedio cafetal
Las estimaciones del PSM fueron realizadas asegurando tanto la propiedad de
EDODQFHRFRPRODSURSLHGDGGHVRSRUWHFRP~QFRQHOREMHWRGHHOLPLQDUODVGLIHUHQFLDV
VLJQL¿FDWLYDV HQWUH ORV JUXSRV GH PXQLFLSLRV 0HGLDQWH OD VHJXQGD SURSLHGDG VH
H[FOX\HQWRGDVODVREVHUYDFLRQHVTXHWHQJDQXQDSUREDELOLGDGGHSDUWLFLSDFLyQSRU
IXHUDGHOUDQJRGHLQWHUFHSWRGH¿QLGRSRUHOPRGHOR
Posteriormente se estimaron regresiones para datos en panel, aplicando la técnica
Diferencias en Diferencias. Para esta estimación se utilizaron las observaciones
comparables seleccionadas en el paso anterior, y se implementó el modelo teórico de
LPSDFWRTXHVHUHSUHVHQWDHQODHFXDFLyQ>@/DYDULDEOHGLFRWyPLFD'1 representa
DORVPXQLFLSLRVFDIHWHURV\ORVYHFWRUHV;VRQYDULDEOHVREVHUYDEOHVTXHWLHQHQHO
papel de controlar por características preexistentes.
>@¨<i ȕ0ȕ1D1ȕ2 X1I «ȕK+1 X kI+vi
Para lograr una mayor robustez en el análisis, el método de Diferencia en Diferencia
se combinó con la técnica Propensity Score Matching PSM. Este método tiene la
YHQWDMDGHHTXLOLEUDUODVREVHUYDFLRQHVGHDFXHUGRFRQODVYDULDEOHVQRREVHUYDEOHV
ponderando las estimaciones con la distribución de variables condicionantes de
los municipios cafeteros e imponer la condición de rango común, restringiendo la
LQIRUPDFLyQVyORDPXQLFLSLRVFDIHWHURVSDUDORVTXHH[LVWDXQPXQLFLSLRVLPLODUHQHO
grupo de control (no cafeteros).
,,&RQGLFLRQHVGHYLGDHQPXQLFLSLRVFDIHWHURV\QRFDIHWHURV
/RVKRJDUHVGHOFRQMXQWRGHORVPXQLFLSLRVFDIHWHURVGHODPXHVWUDWLHQHQXQQ~PHUR
PHQRU GH SHUVRQDV HQ SURPHGLR FRQ XQD SREODFLyQ UHODWLYDPHQWH PHQRV MRYHQ \
presentan diferencias en la mayoría de los indicadores de las condiciones de vida
en relación a los municipios no cafeteros. Las mayores diferencias a favor de los
municipios cafeteros se observan en los indicadores de acceso a servicios públicos y
ODVFRQGLFLRQHVJHQHUDOHVGHODVYLYLHQGDVDXQTXHFRQPDWLFHVHQORVLQGLFDGRUHVGH
salud y educación, según se observa en el cuadro siguiente.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
11
7DEOD
&RORPELD ,QGLFDGRUHV GH FRQGLFLRQHV GH YLGD HQ PXQLFLSLRV FDIHWHURV \ QR
FDIHWHURV
Indicador
Municipios
cafeteros
Urbano Rural
Municipios
Diferencia
no cafeteros
Urbano Rural Urbano Rural
% Población menor de 20
años
45,6%
% de hogares propietarios
de vivienda
48,5%
50,1%
51,8%
53,2%
-3,3%
-3,1%
Tamaño medio del hogar
3,7
3,6
3,9
3,8
-20,0%
-20,0%
No. personas por cuarto
1,5
1,7
1,8
1,8
-30,0%
-10,0%
5 a 6 años
94,0%
69,0%
80,0%
72,0%
14,0%
-3,0%
7 a 11 años
97,0%
94,0%
95,0%
93,0%
2,0%
1,0%
12 a 17 años
85,0%
72,0%
85,0%
77,0%
0,0%
-5,0%
18 a 24 años
26,0%
14,0%
26,0%
16,0%
0,0%
-2,0%
Cobertura del hogar en
salud
80,4%
80,3%
79,5%
71,2%
0,9%
9,1%
GHMHIHVGHKRJDU
D¿OLDGRVDVDOXG
17,0%
18,8%
18,5%
26,4%
-1,5%
-7,6%
Energía eléctrica
99,0%
85,0%
98,0%
70,0%
1,0%
15,0%
Acueducto
98,0%
46,0%
80,0%
41,0%
18,0%
5,0%
Alcantarillado
93,0%
18,0%
60,0%
13,0%
33,0%
5,0%
Teléfono
43,0%
7,0%
17,0%
4,0%
26,0%
3,0%
Gas domiciliario
51,0%
3,0%
32,0%
5,0%
19,0%
-2,0%
Recolección de basuras
96,0%
23,0%
83,0%
17,0%
13,0%
6,0%
Paredes con material de
buena o mediana calidad
96,8%
85,7%
85,7%
67,4%
11,1%
18,3%
Pisos con material de buena
o mediana calidad
47,6%
9,3%
18,7%
9,0%
28,9%
0,3%
50,5%
-4,9%
Tasa de asistencia escolar
Cobertura de servicios
públicos
Condiciones de la vivienda
Notas: /10DWHULDOHVGHSDUHGHVFDOLGDGEORTXHODGULOORWDSLDSLVDGDEDKDUHTXHSUHIDEULFDGRSLHGUD
/2
Materiales de pisos calidad: baldosa, tapete, laminado
Fuente: DNP-SISBEN II y III, elaboración CRECE
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
12
En particular, los servicios de energía, acueducto y alcantarillado registran tasas
GH FREHUWXUD VLJQL¿FDWLYDPHQWH PD\RUHV HQ ORV PXQLFLSLRV FDIHWHURV DVt FRPR ODV
condiciones de las viviendas –material de paredes y pisos-, tanto entre las zonas
urbanas como rurales. La tasa de asistencia escolar sin embargo es favorable solamente
SDUDODSREODFLyQLQIDQWLOHQWUHFLQFR\VHLVDxRVGHODV]RQDVXUEDQDVPLHQWUDVTXH
para el resto de edades escolares la asistencia escolar tiende a ser levemente más
EDMDHQORVPXQLFLSLRVFDIHWHURV(QFXDQWRDODD¿OLDFLyQDVDOXGVHREVHUYDHQORV
PXQLFLSLRV FDIHWHURV GH XQ ODGR XQD PD\RU SURSRUFLyQ GH SHUVRQDV GHO KRJDU TXH
HVWiQFXELHUWDVSHURXQDSURSRUFLyQPHQRUGHMHIHVGHKRJDUFRQD¿OLDFLyQDVDOXG
respecto a los municipios de comparación.
En comparación con el año de referencia 2003, ambos grupos de municipios han
hecho progresos en los indicadores, con algunas diferencias a favor de los municipios
FDIHWHURV/DVPHMRUDVVRQDSUHFLDEOHVSHURVLPLODUHVHQODVFRQGLFLRQHVGHODYLYLHQGD
TXHDKRUDFXHQWDQFRQPHMRUHVPDWHULDOHV/DFREHUWXUDHQVDOXGGHORVLQWHJUDQWHVGHO
hogar ha crecido +8.4 puntos porcentuales en los municipios cafeteros con respecto
DORVQRFDIHWHURVPLHQWUDVTXHODSURSRUFLyQGHMHIHVGHKRJDUVLQD¿OLDFLyQVHKD
reducido en una magnitud similar (-36,8% en los municipios cafeteros y -28,6% en
los no cafeteros). Por su parte, los progresos en la asistencia escolar han tenido en
general cambios positivos pero similares a los municipios de comparación, excepto en
los grupos de población de cinco a seis años, en edad de estudiar primaria, y de siete
DRQFHDxRVVHFXQGDULDEiVLFDTXHSUHVHQWDQPD\RUHVGLIHUHQFLDOHV\
respectivamente) a favor de los municipios cafeteros.
Con el propósito de comparar las condiciones de vida de los hogares cafeteros y no
cafeteros de manera agregada se calcularon tres indicadores sintéticos con diferentes
aproximaciones y componentes, según se muestra en la tabla a continuación. Estos
son, un índice agregado de calidad de vida –el Índice de Condiciones de Vida ICVy dos índices de pobreza -el Índice de Necesidades Básicas Insatisfechas NBI y el
ËQGLFH GH 3REUH]D 0XOWLGLPHQVLRQDO ,30 (O ,&9 VH FODVL¿FD FRPR XQ LQGLFDGRU
VLQWpWLFRRULHQWDGRDODYHUL¿FDFLyQGHORJURVVRFLDOHVXRUGHQDFLyQGHOQLYHOGHYLGD
PLHQWUDVTXHHO1%,PLGHODSREUH]DHQIRFDGRHQODVFDUHQFLDVGHORVKRJDUHV\HO
IPM lo hace desde la perspectiva de las capacidades de las personas.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
13
7DEOD
&RORPELD&RPSRQHQWHVGHORVËQGLFHVDJUHJDGRVGHFRQGLFLRQHVGHYLGD
,QGLFHGH
1HFHVLGDGHV%iVLFDV
,QVDWLVIHFKDV
1%,
,QGLFHGH3REUH]D
0XOWLGLPHQVLRQDO
IPM"
,QGLFHGH&RQGLFLRQHV
GH9LGD
,&9
Clima educativo del
KRJDUEDMRORJUR
académico, rezago
escolar, analfabetismo
Capital humano:
(VFRODULGDGGHOMHIHGH
hogar; escolaridad del
cónyugue; inasistencia
a educación primaria de
personas de 5 a 11 años;
inasistencia a educación
secundaria de personas de
12 a 17 años; número de
personas analfabetas
Condiciones de la
QLxH]\MXYHQWXG
atención integral a
la primera infancia,
inasistencia escolar,
WUDEDMRLQIDQWLO
Características
GHPRJUi¿FDV(GDG\
VH[RGHOMHIHGHKRJDU
Q~PHURGHKLMRVPHQRUHV
de 6 años; presencia de
incapacitados permanentes
n.d.
Ocupación:
desempleo de larga
duración
n.d.
n.d.
Salud: sin seguridad
social, uso de
servicios de salud
n.d.
n.d.
Capital
humano y
educación
Condiciones
económicas
del hogar
Hogares con niños
en edad escolar
TXHQRDVLVWHQD
la escuela: Mide
la satisfacción
de necesidades
educativas mínimas
para la población
infantil.
Viviendas con
alta dependencia
económica: hogares
con más de tres
personas por
miembro ocupado y
MHIHGHKRJDUFRQGRV
años de educación
primaria aprobados
como máximo.
n.d.
Tenencia de bienes:
número de bienes durables
TXHSRVHHHOKRJDU
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
14
,QGLFHGH
1HFHVLGDGHV%iVLFDV
,QVDWLVIHFKDV
1%,
Viviendas
inadecuadas:
Características
físicas de las
viviendas como
pisos, paredes,
techos
Viviendas con
Condiciones
hacinamiento crítico:
de la vivienda
viviendas con más
de tres personas por
cuarto.
Viviendas
con servicios
inadecuados:
falta de acceso a
servicios públicos
y condiciones
sanitarias mínimas.
,QGLFHGH3REUH]D
0XOWLGLPHQVLRQDO
IPM"
Servicios públicos
y condiciones de
la vivienda: sin
acueducto, sin
electricidad, sin
alcantarillado, sin
aseo, piso en tierra,
malas paredes,
hacinamiento
,QGLFHGH&RQGLFLRQHV
GH9LGD
,&9
Condiciones y servicios
de la vivienda: Material de
pisos y paredes; servicios
públicos (energía, teléfono,
basuras); combustible para
cocinar; tipo de sanitario;
hogares por vivienda;
hacinamiento
n.d.
n.d.
n.d.
Localización de la
vivienda: Región; Tamaño
de la cabecera municipal;
estrato de energía; tipo de
zona rural
Fuente: PNUD; Oxford Poverty & Human Development Initiative; CEPAL; DNP; Elaboración CRECE
(OËQGLFH1%,FRQVWLWX\HXQPpWRGRGLUHFWRSDUDLGHQWL¿FDUFDUHQFLDV\FDUDFWHUL]DUOD
pobreza en dimensiones del bienestar tales como condiciones de la vivienda, acceso a
servicios públicos, espacio habitacional, asistencia escolar y dependencia económica.
&RQIRUPDXQLQGLFDGRUFRPSXHVWRTXHFODVL¿FDFRPRSREUHVDDTXHOORVKRJDUHVTXH
tengan al menos una de las carencias expresadas por los indicadores simples, y en
FRQGLFLyQGHPLVHULDORVKRJDUHVTXHWHQJDQGRVRPiV
El ICV abarca dimensiones materiales del bienestar, como la calidad de la vivienda y
el acceso a servicios públicos, y dimensiones no materiales como el capital humano
\ODGHPRJUDItD3XHGHWRPDUYDORUHVHQXQDHVFDODGHFHURDFLHQHQODTXHYDORUHV
PiVDOWRVVLJQL¿FDQPHMRUHVFRQGLFLRQHVGHYLGD3
El IPM mide el tipo y la intensidad de la pobreza a nivel individual en tres dimensiones
HGXFDFLyQVDOXG\HVWiQGDUGHYLGD\SULYDFLRQHVFODVL¿FDQGRFRPRSREUHVODV
3
(Q HVWH HVWXGLR VH FDOFXOy HO ,&9 EDVDGR HQ ORV FULWHULRV SURSXHVWRV HQ '13 \ '$1( TXH
LQFOX\HQFLQFRGLPHQVLRQHV\YDULDEOHV\SRQGHUDGRUHVHVSHFt¿FRVSDUDOD]RQDXUEDQD\UXUDO
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
15
SHUVRQDVTXHUHJLVWUDQDOPHQRVWUHVGHODVSULYDFLRQHV(Q&RORPELDHO'13DGDSWy
HO,30DFLQFRGLPHQVLRQHV\SULYDFLRQHVFODVL¿FDQGRFRPRSREUHVDORVKRJDUHV
TXHUHJLVWUHQFLQFRSULYDFLRQHV
Desde la perspectiva del NBI, los municipios cafeteros evidencian una menor
incidencia de la pobreza (31.4% de los hogares) en comparación con los no cafeteros
UHODFLyQTXHVHPDQWLHQHSDUDWRGRVORVLQGLFDGRUHVVLPSOHVHQHVSHFLDOORV
GH YLYLHQGDV LQDGHFXDGDV \ YLYLHQGDV FRQ DFFHVR LQVX¿FLHQWH D VHUYLFLRV S~EOLFRV
&RQUHVSHFWRDODxRVHKDUHGXFLGRDSUHFLDEOHPHQWHHOSRUFHQWDMHGHKRJDUHV
HQFRQGLFLRQHVGHSREUH]DHQORVPXQLFLSLRVFDIHWHURVHQHOGREOHTXHORVQR
cafeteros (-9.1%).
*Ui¿FD
&RORPELD&RPSRQHQWHVGHO1%,SRUWLSRGHPXQLFLSLR
Fuente: Sisben II y III; cálculos CRECE.
De acuerdo con el ICV calculado, las condiciones de vida en los municipios cafeteros
SXQWRVVRQPHMRUHVTXHVXJUXSRGHFRPSDUDFLyQSXQWRVHVSHFLDOPHQWH
HQ FXDQWR D ODV FRQGLFLRQHV \ VHUYLFLRV FRQ TXH FXHQWD OD YLYLHQGD \ HQ HO FDSLWDO
KXPDQR DXQTXH ODV GLIHUHQFLDV HQ ORV WRGRV FRPSRQHQWHV VRQ VLJQL¿FDWLYDs.4 En
4
Los activos incluidos fueron Nevera o enfriador, lavadora, televisión a color, televisión por cable,
calentador de agua o ducha eléctrica, horno y aire acondicionado.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
16
FRPSDUDFLyQFRQHODxRORVPXQLFLSLRVFDIHWHURVKDQPHMRUDGRVXVFRQGLFLRQHV
HQ SXQWRV GHO tQGLFH PiV TXH VX JUXSR GH FRPSDUDFLyQ SXQWRV (VWRV
LQFUHPHQWRVFRUUHVSRQGHQDPHMRUHVFRQGLFLRQHVGHODYLYLHQGD\DODXPHQWRHQOD
WHQHQFLDGHELHQHVGXUDEOHV(QWUHORVFLQFRFRPSRQHQWHVVRODPHQWHHOSXQWDMHGHO
capital humano ha cambiado a un ritmo similar entre ambos grupos (+1.7 puntos). El
nivel y la tendencia de crecimiento del ICV son favorables a los municipios cafeteros
respecto a los municipios no cafeteros.
*Ui¿FD
&RORPELD&RPSRQHQWHVGHO,&9SRUWLSRGHPXQLFLSLR
'LIHUHQFLDVVLJQL¿FDWLYDVDODODO
Fuente: Sisben II y III; cálculos CRECE.
Desde la perspectiva del IPM, la incidencia de la pobreza es bastante menor en
ORV PXQLFLSLRV FDIHWHURV GRQGH HO GH ORV KRJDUHV VH FODVL¿FD FRPR SREUHV
UHVSHFWRDVXJUXSRGHFRPSDUDFLyQHQORVTXHHOGHORVKRJDUHVUHJLVWUDFXDWUR
o más carencias.5&RPRVHREVHUYDHQODJUi¿FDORVFRPSRQHQWHVTXHPiVGHWHUPLQDQ
el nivel de pobreza en ambos grupos están asociados al capital humano y el acceso a
VHUYLFLRVS~EOLFRV(QSDUWLFXODUHOEDMRORJURDFDGpPLFRGHORVPLHPEURVGHOKRJDU
el cual se considera una privación si los miembros del hogar con 15 años o más tienen
PHQRVGHQXHYHDxRVGHHVFRODULGDG\ODVSURSRUFLRQHVGHKRJDUHVTXHQRFXHQWDQ
con servicios de recolección de basuras, acueducto y alcantarillado. La diferencia en
5
'HELGR D TXH OD LQIRUPDFLyQ GHO 6LVEHQ QR SHUPLWH FDOFXODU OD WDVD GH DQDOIDEHWLVPR OD DWHQFLyQ
integral a la primera infancia y el uso de los servicios de salud necesarios para el IPM, en este estudio
HOËQGLFHLQFOX\HSULYDFLRQHVSRUORTXHVHFODVL¿FDQFRPRSREUHVORVKRJDUHVTXHUHJLVWUHQFXDWUR
o más privaciones.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
17
el índice a favor de los municipios cafeteros se explica por las mayores coberturas
GH VHUYLFLRV S~EOLFRV PHMRUHV FRQGLFLRQHV GH ODV YLYLHQGDV PD\RU FREHUWXUD GH
seguridad social y menor inasistencia escolar.
*Ui¿FD
&RORPELD&RPSRQHQWHVGHO,30SRUWLSRGHPXQLFLSLR
Fuente: Sisben II y III; cálculos CRECE.
En comparación con el año 2003, tanto en los municipios cafeteros como en los no
FDIHWHURV VH YLHQH UHGXFLHQGR GH PDQHUD DSUHFLDEOH HO SRUFHQWDMH GH KRJDUHV FRQ
privaciones. Sin embargo en los municipios cafeteros se han alcanzado mayores
reducciones en la proporción de hogares pobres durante el período considerado, al
pasar de 57.6% a 27.2% (-30.4%) en comparación con los municipios no cafeteros
(-24.6%). Estos logros se deben principalmente a los cambios diferenciales en la
cobertura de seguridad social y a las mayores coberturas de acueducto y alcantarillado.
,,,,PSDFWRGHODFD¿FXOWXUDHQODVFRQGLFLRQHVGHYLGD
3DUD HVWLPDU HO HIHFWR GLIHUHQFLDO GH OD FD¿FXOWXUD HQ ODV FRQGLFLRQHV GH YLGD GH ORV
municipios cafeteros en el largo plazo se consideró un período de trece años empleando
la información disponible, correspondiente a los años 1993 y 2005, agregando variables
cafeteras y de nivel municipal. En primer lugar se estimaron las diferencias iniciales
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
18
entre los dos grupos de municipios y posteriormente se evaluaron los cambios temporales
empleando el método de Diferencia en Diferencias, empleando diferentes indicadores
de condiciones de vida, entre ellos los de necesidades básicas insatisfechas, acceso a
HGXFDFLyQLQIUDHVWUXFWXUD\UHVSRQVDELOLGDG¿VFDO
/RV UHVXOWDGRV GH ODV HVWLPDFLRQHV HFRQRPpWULFDV TXH VH SUHVHQWDQ HQ OD WDEOD D
FRQWLQXDFLyQ DSRUWDQ HYLGHQFLD VREUH HO HIHFWR SRVLWLYR GH OD FD¿FXOWXUD HQ GLIHUHQWHV
YDULDEOHV TXH VH DSUR[LPDQ D ODV FRQGLFLRQHV GH YLGD GH OD SREODFLyQ 3DUD HO SHULRGR
considerado, este efecto promedio se traduce en un -4.2% de hogares con necesidades
EiVLFDVLQVDWLVIHFKDV\XQGHODSREODFLyQHQHGDGGHHVWXGLDUTXHDVLVWHDOVLVWHPD
escolar. No obstante, en el largo plazo no se mantienen las diferencias observadas (ver
sección anterior) en cuanto a la cobertura de servicios públicos y los años de educación,
SDUD ORV TXH VH HVWDUtD SUHVHQWDQGR XQD FLHUWD FRQYHUJHQFLD HQWUH DPERV JUXSRV GH
municipios.
La aparente contradicción entre las mayores tasas de cambio entre la población en edad de
estudiar asistiendo a instituciones educativas y el menor promedio de años de educación en
ORVPXQLFLSLRVFDIHWHURVVHH[SOLFDUtDSRUHOSURFHVRPLJUDWRULRTXHVHREVHUYDHQDOJXQRV
GHHOORVHQHOFXDOPLJUDHOFDSLWDOKXPDQRPiVFDOL¿FDGR&UX]DQGRORVUHVXOWDGRVGHORV
LQGLFDGRUHVGHFRUWR\GHODUJRSOD]RVHREVHUYDTXHODFD¿FXOWXUDFRQWULEX\HDLPSXOVDU
HOPHMRUDPLHQWRGHOFDSLWDOKXPDQRHQXQDSULPHUDHWDSDSHUROXHJRHVWHPLJUDKDFLDODV
capitales departamentales y municipios más grandes. Al realizar algunas estimaciones de
HVWHSURFHVRPLJUDWRULRVHHQFRQWUyTXHKD\XQÀXMRGHSHUVRQDVGHVGHORVPXQLFLSLRV
FDIHWHURVDODVFLXGDGHVSHURTXHpVWHVHYHFRQWUDUUHVWDGRHQORVPXQLFLSLRVGRQGHOD
productividad del café es mayor.
/DV GLIHUHQFLDV QR VLJQL¿FDWLYDV HQ HO ODUJR SOD]R HQ HO FDPELR GH DFFHVR D DFXHGXFWR
y a alcantarillado entre los municipios cafeteros y no cafeteros, son coherentes con los
altos niveles de estos indicadores al comienzo del período. Al no haber diferencias en el
FDPELRLPSOLFDTXHODVGLIHUHQFLDVLQLFLDOHVVHPDQWLHQHQ,JXDOVLWXDFLyQRFXUUHFRQORV
LQGLFDGRUHVGHUHVSRQVDELOLGDG¿VFDOGHORVPXQLFLSLRVTXHVHFRQWUDVWDURQHQORVPRGHORV
(Q VtQWHVLV HO HIHFWR VLJQL¿FDWLYR GH OD FD¿FXOWXUD HQ ODV FRQGLFLRQHV GH YLGD GH ORV
municipios cafeteros, se da vía una mayor velocidad de reducción en las necesidades básicas
insatisfechas y un mayor crecimiento en las tasas de acceso a la educación. Igualmente,
constituyen posibles efectos las diferencias sistemáticas en términos de infraestructura e
LQVWLWXFLRQDOLGDGTXHSRQHQHQXQDPHMRUVLWXDFLyQDORVPXQLFLSLRVFDIHWHURVGHVGH
Para complementar las estimaciones vinculando variables cafeteras, se implementaron
PRGHORVDGLFLRQDOHVFRQHOREMHWRGHFRQWUDVWDUODUHODFLyQHQWUHODVFRQGLFLRQHVGH
YLGDGHORVPXQLFLSLRVFDIHWHURV\ODSURGXFWLYLGDGGHODFD¿FXOWXUD3DUDHVWHHIHFWR
se instrumentó el cambio de la productividad mediante el cambio en la edad del
FXOWLYR\PHGLDQWHHOiUHDVHPEUDGDGHFDIpGHODV¿QFDVGHODPXHVWUD\VHHVWLPyHO
efecto del cambio en la productividad instrumentalizado.
Ingresos municipales
no tributarios
% Población rural
Distancia a la capital
departamental
Área del municipio
(Ha)
Población
Dummy Café
(1=Cafetero)
Variables
0.0243**
(0.0117)
-3.95e-08**
(1.97e-08)
3.05e-08
(9.08e-08)
4.51e-05
(6.35e-05)
0.163***
(0.0245)
0.00962**
(0.0120)
-1.01e-08
(1.12e-08)
6.94e-08
(5.02e-08)
0.000126**
(5.73e-05)
0.191***
(0.0238)
-0.0202***
(6.54e-05)
0.187***
(0.0252)
0.0130***
(8.46e-08)
1.46e-05
(2.29e-08)
-3.79e-08
(0.0120)
-4.29e-08*
0.0490***
(2)
(3)
'%
'%
Asistencia
Asistentes
escolar
a Inst.
(% población
Educativas
(% población) en edad de
estudiar)
-0.0422***
(1)
' % NBI
(5.12e-05)
0.132***
(0.0187)
-0.00702**
(3.78e-08)
2.31e-05
(0.00986)
-9.66e09***
(3.73e-09)
6.97e-08*
-0.0356***
(4)
'%
Educación
Promedio
7DEOD0RGHORVGHLPSDFWRGHODFD¿FXOWXUDHQLQGLFDGRUHVVRFLRHFRQyPLFRV
(0.00248)
-5.539
-4.150
0.755
(1.74e-06)
-0.00294
(1.96e-07)
-2.78e-06
-1.346
-4.30e-08
1.541
(0.00744)
-11.57***
-3.336
-1.207
(2.97e-06)
-0.00342
(5.22e-07)
-4.58e-06
(0.955)
9.69e-07*
-1.207
(5)
(6)
' % Acceso a
'%
Acceso a Alcantarillado
Acueducto
(0.00864)
3.963
-3.495
0.414
(3.53e-06)
-0.0101
(6.09e-07)
-2.47e-06
-2.581
-4.71e-08
-2.753
(7)
' % relación
'p¿FLW
Ingresos
Municipales
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
19
988
0.117
Observations
5VTXDUHG
992
0.067
0.0279
(0.0298)
(0.00437)
992
0.101
0.137***
(0.0295)
(0.00442)
(2)
(3)
'%
'%
Asistencia
Asistentes
escolar
a Inst.
(% población
Educativas
(% población) en edad de
estudiar)
Robust Standard Errors in parentheses. *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1
Fuente: Cálculos CRECE.
-0.397***
(0.0260)
(0.00421)
Constant
Alcantarillado (1993)
Acueducto (1993)
Variables
(1)
' % NBI
981
0.069
0.262***
(0.0178)
(0.00320)
(4)
'%
Educación
Promedio
977
0.029
14.67
-9.810
(0.585)
-12.83
-8.121
970
0.059
-21.22***
-4.345
12.72***
-4.474
-1.050
(5)
(6)
'%
' % Acceso a
Acceso a Alcantarillado
Acueducto
940
0.005
2.698
-4.368
(0.548)
(7)
' % relación
'p¿FLW
Ingresos
Municipales
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
20
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
21
7DEOD ,PSDFWR GH OD SURGXFWLYLGDG GH OD FD¿FXOWXUD HQ LQGLFDGRUHV GH
FRQGLFLRQHVGHYLGD6HJXQGD(WDSD
(1)
' % NBI
(2)
' % Asistente a
educación
(% población)
(3)
' % Asiste a
educación
(% población en
edad de estudiar)
-0.182**
0.309***
0.299***
(0.0889)
0.000155*
(0.0875)
7.97e-05
(0.0902)
7.74e-05
(8.30e-05)
0.232***
(0.0346)
0.000157
(0.00102)
-1.02e-05
(8.22e-05)
0.200***
(0.0343)
-0.00104
(0.00102)
2.00e-05
(8.47e-05)
0.219***
(0.0353)
-0.00154
(0.00105)
2.34e-05*
(1.24e-05)
-0.130***
(1.23e-05)
0.153***
(1.27e-05)
0.164***
Constant
(0.0309)
-0.345***
(0.0289)
(0.0300)
-0.0386
(0.0287)
(0.0310)
0.0655**
(0.0296)
Observations
5VTXDUHG
549
0.127
550
0.108
550
0.143
Variables
Cambio en
productividad
Distancia a la capital del
departamento
% Población rural
Densidad de población
Altura sobre el nivel
medio del mar
Ingresos municipales per
cápita
Standard errors in parentheses. *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1
Fuente: Cálculos CRECE.
/RV PXQLFLSLRV GRQGH HO FDIp HV PiV SURGXFWLYR WLHQHQ PHMRUHV LQGLFDGRUHV GH
FRQGLFLRQHV GH YLGD \ PHMRUHV WDVDV GH DFFHVR D HGXFDFLyQ YHU FXDGURV DQH[RV
Asimismo, los municipios con mayores tasas de renovación del café tienen
productividades más altas, mayor acceso a educación y menores índices de pobreza.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
22
,9&RQFOXVLRQHV
La comparación de los municipios cafeteros y no cafeteros localizados en los
departamentos cafeteros del país, evidencia en el corto plazo (período 2003, 2009)
GLIHUHQFLDV VLJQL¿FDWLYDV HQ ODV FRQGLFLRQHV GH YLGD GH OD SREODFLyQ D IDYRU GH
los municipios cafeteros respecto a su grupo de comparación. Estas diferencias se
FRQ¿UPDQGHVGHGLIHUHQWHVHQIRTXHVWDOHVFRPRHOËQGLFHGH&RQGLFLRQHVGH9LGDHO
Índice de Necesidades Básicas Insatisfechas y el Índice de Pobreza Multidimensional.
Las condiciones favorables a los municipios cafeteros están marcadas principalmente
SRU PHMRUHV FDUDFWHUtVWLFDV \ FDOLGDG GH ORV PDWHULDOHV GH ODV YLYLHQGDV HO PD\RU
acceso a servicios públicos, la mayor cobertura de seguridad social de los miembros
del hogar y las mayores tasas de asistencia escolar de la población, especialmente
a educación primaria y básica secundaria. Gracias a la evolución favorable de los
servicios públicos domiciliarios y la cobertura de seguridad social, durante este
período en los municipios cafeteros se ha reducido el nivel de pobreza con mayor
YHORFLGDGTXHHQTXHORVPXQLFLSLRVQRFDIHWHURV
El análisis de largo plazo, realizado para el período 1993, 2009, muestra un impacto
VLJQL¿FDWLYRDWULEXLEOHDODFD¿FXOWXUDVREUHODVFRQGLFLRQHVGHYLGDGHORVKRJDUHV
en los municipios cafeteros. Este efecto ocurre a través de una mayor velocidad de
reducción en las necesidades básicas insatisfechas y un mayor crecimiento en las tasas
de acceso a la educación.
(OLPSDFWRGHOFDPELRHQODSURGXFWLYLGDGGHODFD¿FXOWXUDVREUHODVFRQGLFLRQHVGH
vida resulta positivo, al reducir en 18 puntos el indicador de pobreza y presenta una
DVRFLDFLyQ SRVLWLYD FRQ ODV FRQGLFLRQHV HGXFDWLYDV (Q JHQHUDO ORV PXQLFLSLRV TXH
UHJLVWUDQPD\RUSURGXFWLYLGDGGHODFD¿FXOWXUDWLHQHQWDPELpQODVPHMRUHVFRQGLFLRQHV
GHYLGDUHSUHVHQWDGDVSRUORVLQGLFDGRUHV\PHMRUHVWDVDVGHDFFHVRDODHGXFDFLyQ
5HIHUHQFLDV
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FDIpFDSLWDOVRFLDO\HVWUDWpJLFR%RJRWi&RPLVLyQGHDMXVWHGHODLQVWLWXFLRQDOLGDG
cafetera.
$QH[RV
7DEOD$360±$OWD%DMD3URGXFWLYLGDG
ATT
Cambio NBI
&DPELRGHODSREODFLyQTXHDVLVWHD,QVWLWXFLRQHV(GXFDWLYDV
-0.035*
0.044*
&DPELR GH OD SREODFLyQ HQ HGDG GH HVWXGLDU TXH DVLVWH D
Instituciones Educativas
Educación Promedio
0.051*
0.001
Acceso Acueducto
-2.2
Acceso Acueducto
-1.31
Standard errors in parentheses. *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1
Fuente: Cálculos CRECE
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
24
7DEOD$'HWHUPLQDQWHVGHO&DPELRHQOD3URGXFWLYLGDG,9
Variables
Cambio Edad
Cambio % Área Sembrada
Distancia a la capital departamental
Porc. Población Rural
Densidad de población
Altura sobre el nivel medio del mar
Ingresos municipales per cápita
Constant
Observations
5VTXDUHG
Standard errors in parentheses. *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1
Fuente: Cálculos CRECE
Cambio en Productividad
-0.0222***
(0.00205)
0.0620***
(0.0213)
0.000188**
(7.43e-05)
-0.0703**
(0.0311)
0.000395
(0.000928)
-3.27e-05***
(1.13e-05)
-0.0673***
(0.0257)
-0.0600**
(0.0243)
551
0.268
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012 - Páginas 25 - 42
25
Cafés de las montañas, cafés de las llanuras 6
François Bart 7
Resumen
(VWD EUHYH VtQWHVLV HYRFD OD GLYHUVLGDG GH SDLVDMHV GH OD FD¿FXOWXUD PXQGLDO HQ XQ
FRQWH[WRPDUFDGRQRVyORSRUODGXDOLGDGFDIpGHODVWLHUUDVDOWDV(Arábica)±FDIpGH
tierras bajas (Robusta)VLQRWDPELpQSRUODFRPSOHMLGDGGHORVIDFWRUHVTXHLQWHUYLHQHQ
HQHVWDSUREOHPiWLFDODGLPHQVLyQSDWULPRQLDOGHHVWDDFWLYLGDGODPRGHUQL]DFLyQGH
ODVWpFQLFDV\ODFUHFLHQWHGHPDQGDGHSURGXFWRVGHFDOLGDGHVSHFt¿FD'HVSXpVGHXQD
EUHYHGHVFULSFLyQGHODFRPSOHMLGDGGHORVFRQWH[WRVGHODFD¿FXOWXUDFRQWHPSRUiQHD
VHDQDOL]DQYDULRVHMHPSORVHQÈIULFD(WLRStD7DQ]DQLD.HQLD$VLD\HO3DFt¿FR
,QGLD7LPRU2ULHQWDO\9LHWQDP\$PpULFD/DWLQD&RVWD5LFD1LFDUDJXD%UDVLO
Palabras clave: ÈIULFD /DWLQRDPpULFD $VLD PHUFDGRV DJUtFRODV FDIp PHGLR
DPELHQWHWHFQRORJtDDJUtFRODPRGHUQLGDGFDOLGDGGHOSURGXFWR
JEL:222445=
Abstract
7KH GLYHUVLW\ RI FRIIHHJURZLQJ ODQGVFDSHV DURXQG WKH ZRUOG LV SUHVHQWHG WKURXJK
WKH GXDOLW\ EHWZHHQ FRIIHHV IURP KLJK DQG ORZ DOWLWXGHV UHVSHFWLYHO\ Arabica
and Robusta =RQHV RI LQWHUIHUHQFH EHWZHHQ YDULRXV TXHVWLRQV DUH SRLQWHG RXW
WKH SDWULPRQLDO TXHVWLRQ WKH SUREOHP RI PRGHUQL]DWLRQ DQG WKH JURZLQJ GHPDQG
IRU SURGXFWV RI D JLYHQ TXDOLW\ 6HYHUDO H[DPSOHV IURP$IULFD (WKLRSLD7DQ]DQLD
.HQ\D$VLD ,QGLD 9LHWQDP 7LPRU DQG /DWLQ$PHULFD &RVWD 5LFD 1LFDUDJXD
%UD]LOLOOXVWUDWHWKHFRPSOH[LW\RIFRQWHPSRUDU\FRIIHHSURGXFWLRQ
Keywords: $IULFD/DWLQ$PHULFD$VLD$JULFXOWXUDO0DUNHWVDQG0DUNHWLQJ&RIIHH
(QYLURQPHQW$JULFXOWXUDO7HFKQRORJ\PRGHUQLW\SURGXFWTXDOLW\
(ODUWtFXORIXHSXEOLFDGRRULJLQDOPHQWHHQIUDQFpVFRQHOWtWXOR©&DIpGHVPRQWDJQHVFDIpGHVSODLQHVª
HQHOQ~PHURWHPiWLFR©&DIpVHWFDIpLHUV6LQJXODULWpVHWXQLYHUVDOLWpG¶XQHSURGXFWLRQPRQGLDOLVpHª
Études Rurales Qƒ S (GLFLRQHV GH O¶(+(66 (VFXHOD GH$OWRV (VWXGLRV HQ
&LHQFLDV6RFLDOHV(VWDWUDGXFFLyQIXHDXWRUL]DGDSRUHOHGLWRUGHÉtudes RuralesHWXGHVUXUDOHV#
HKHVVIU7UDGXFFLyQGH0yQLFD5DPtUH]*XHUUHURLQYHVWLJDGRUDGHO&5(&(
3URIHVRUGHJHRJUDItDHQOD8QLYHUVLGDG0LFKHOGH0RQWDLJQH%RUGHDX[
7
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
26
JEL:222445=
6LODGLPHQVLyQELQDULDGHODFD¿FXOWXUDArábica \ RobustaVHKDFRQYHUWLGRHQXQ
KHFKRHVHQFLDOHQWDQWRTXHDEDUFDDVSHFWRVGHFDOLGDGGHSUHFLRGHQRWRULHGDG\
GHSROtWLFDFRPHUFLDOHVDOFRQWUDULRGLItFLOGHDSUHKHQGHUFRQSUHFLVLyQSDUDHVWH
SURSyVLWRVHSXHGHQHYRFDUGHXQDSDUWHODVODJXQDVGRFXPHQWDOHV\HVWDGtVWLFDV\
GHRWUDSDUWHHOKHFKRGHTXHFLHUWDVFODVL¿FDFLRQHVRFXOWDQSDUFLDORWRWDOPHQWHHVWH
DVSHFWR GH OD SURGXFFLyQ$GHPiV HVWD GLPHQVLyQ ELQDULD QR VH UHYHOD VLHPSUH GH
PDQHUD FODUD \ QR SDUHFH VXVFLWDU GLQiPLFDV SDLVDMtVWLFDV HVSHFt¿FDV$O FRQWUDULR
RFXUUHFRQIUHFXHQFLDTXHHOArábica\HORobustaFRH[LVWHQVHPH]FODQGHDFXHUGR
a los terroirs\DODVRSFLRQHVGHFXOWLYRGHWHUPLQDGDVWDPELpQSRUODVH[LJHQFLDV
GHFXLGDGRVGHODVSODQWDV\GHFRPHUFLDOL]DFLyQGHOJUDQR6LELHQHOArábica es casi
H[FOXVLYRHQSDtVHVFRPR&RORPELDR(WLRStDHVDVRFLDGRFRQHORobustaHQPXFKRV
RWURV FRPR %UDVLO &DPHU~Q 8JDQGD ,QGLD R 9LHWQDP (O Robusta SUHGRPLQD HQ
SDtVHVFRPR&RVWDGH0DU¿O,QGRQHVLD\0DGDJDVFDU
I. Algunos fundamentos e implicaciones del díptico Arábica-Robusta
(Q OD RSRVLFLyQ ArábicaRobusta VH HQFXHQWUDQ UHIHUHQFLDV IDPLOLDUHV OR DOWR \ OR
EDMR OR VXWLO \ OR LQWHQVR OR FRVWRVR \ PHQRV FRVWRVR WDQWRV GtSWLFRV TXH SRGUtDQ
LQÀXLUODVUHSUHVHQWDFLRQHVGHORVFRQVXPLGRUHV%DVWDFRQOHHUODVGHVFULSFLRQHVGH
ORVHPSDTXHVGHFDIpSDUDFRQVWDWDUTXHHOPDUNHWLQJQRFHVDGHMXJDUFRQHVWRVGRV
FXDGURVUHODFLRQDQGRHODUiELJRFRQODVWLHUUDVGHPRQWDxDFRQORVDURPDV³VXWLOHV´
³GXOFHV´ \ ³VXDYHV´ HQ WDQWR TXH HO Robusta VH DVRFLD GH PDQHUD VLVWHPiWLFD D OD
³HQHUJtD´ D OD ³IXHU]D´ \ D XQ ³JXVWR SURQXQFLDGR´ /D QRFLyQ GH OR GH DEDMR GH
OODQXUD FRQVLGHUDGD FRPR GHVSUHFLDWLYR VH HYLWD FXLGDGRVDPHQWH \ VyOR DSDUHFH
HQWUHOtQHDVFRPRHOODGRRVFXURGHODUiELJR
A. La dimensión agronómica
(OJpQHURCoffeaHVGHJUDQFRPSOHMLGDG6HFRQRFHQPiVGHXQDFHQWHQDGHHVSHFLHV
SHUR VyOR GRV VRQ FXOWLYDGDV \ DSURYLVLRQDQ HO PHUFDGR Coffea arabica \ Coffea
canephora'HQWURGHHVWDVHJXQGDHVSHFLHODYDULHGDGRobustaHVGHOHMRVODPiV
H[WHQGLGDCoffea arabicaHVRULJLQDULRGHORVDOWLSODQRVGH(WLRSLDPHULGLRQDOTXH
DORMDLPSRUWDQWHVSODQWDFLRQHVGHHVWHDUEXVWRHQWUH\PHWURVGHDOWLWXG
/D HVSHFLH Coffea canephora WDPELpQ GH RULJHQ DIULFDQR FUHFH QDWXUDOPHQWH HQ
ÈIULFDVXEHFXDWRULDO
/DQRFLyQGHterroirUHPLWHSRUORFRP~QDXQDH[WHQVLyQJHRJUi¿FDELHQGHOLPLWDGD\KRPRJpQHD
TXH QR FRUUHVSRQGH D XQD GHOLPLWDFLyQ JHRSROtWLFD 6H UH¿HUH JHQHUDOPHQWH D DOJXQD SDUWLFXODULGDG
OODPDWLYDTXHRWRUJDFDUDFWHUtVWLFDVHVSHFLDOHVDODSURGXFFLyQDJUtFRODODJHRJUDItDODJHRORJtDHO
FOLPD\ODFXOWXUDGHXQGHWHUPLQDGROXJDU'HELGRDODGL¿FXOWDGGHXWLOL]DUXQDSDODEUDTXHHQHVSDxRO
DEDUTXHVDWLVIDFWRULDPHQWHHOVHQWLGRGHODSDODEUDIUDQFHVDHQHOWH[WRVHPDQWHQGUiJHQHUDOPHQWHHO
WpUPLQRRULJLQDOIUDQFpV(N del T)
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
27
/DV SREODFLRQHV QDWXUDOHV GH FDIHWRV FRQ IUHFXHQFLD FDOL¿FDGRV GH ³VLOYHVWUHV´
LQWHUHVDQFDGDYH]PiVDORVSUR\HFWRVGHGHVDUUROORTXHHVWiQHQE~VTXHGDGHVHOORV
GHFDOLGDG³GHRULJHQ´\GHQLFKRVGHPHUFDGRHVWHSDUHFHVHUSDUWLFXODUPHQWHHOFDVR
GH(WLRSLD9
/DHVSHFLHCoffea arabicaFX\RVJUDQRV\GHFRFFLRQHVGHVXVKRMDVVRQFRQRFLGDV
GHVGHKDFHPXFKRWLHPSRHQWUHFLHUWDVSREODFLRQHVGH(WLRSLDFRPSUHQGHP~OWLSOHV
YDULHGDGHV TXH VRQ HO SURGXFWR GH XQD ODUJD KLVWRULD GH VHOHFFLyQ PXWDFLyQ
KLEULGDFLyQ \ WUDQVIHUHQFLDV :HOOPDQ &RVWH D \ E (QWUH ODV PiV
FRQRFLGDV SRGHPRV FLWDU Bourbon, Typica, Maragogype, Mondo Novo, HWF (Q
HVWH VHQWLGR XQR GH ORV SULQFLSDOHV IHQyPHQRV FRQWHPSRUiQHRV HV HO GHVDUUROORGH
variedades enanas (Caturra)GHKtEULGRVGHSRUWHEDMR(Catuai)\GHRWURVKtEULGRV
(Catimor) TXH RIUHFHQ SRVLELOLGDGHV GH DOWR UHQGLPLHQWR R GH PHMRU UHVLVWHQFLD D
HQIHUPHGDGHVWDOHVFRPRODDQWUDFQRVLV
/DHVSHFLHCoffea canephoraFRPSUHQGHSULQFLSDOPHQWHODVYDULHGDGHVRobustaTXH
HVODPiVFXOWLYDGD\KauilouHVSRQWiQHDHQ&RQJR*DEyQ\&RVWDGH0DU¿O
B. La dimensión agroecológica
(O FDIHWR HV IXQGDPHQWDOPHQWH XQ iUERO GH ORV WUySLFRV K~PHGRV FX\R FLFOR
YHJHWDWLYRHVWiHVWUHFKDPHQWHOLJDGRDODVSUHFLSLWDFLRQHVTXHGHEHQVHUDEXQGDQWHV
SDUD SURYRFDU XQD EXHQD ÀRUDFLyQ \ TXH GHVSXpV GHEHQ GLVPLQXLU SDUD SHUPLWLU
XQD PDGXUDFLyQ ySWLPD GH ODV FHUH]DV$Vt VH HVWLPD TXH XQD SOXYLRPHWUtD DQXDO
GH D PLOtPHWURV UHSDUWLGRV HQ RFKR PHVHV UHSUHVHQWDQ ODV FRQGLFLRQHV
SOXYLRPpWULFDV LGHDOHV /DV GRV YDULHGDGHV SULQFLSDOHV GH FDIHWRV GL¿HUHQ SRU VXV
H[LJHQFLDV\QHFHVLGDGHVWpUPLFDV
Coffea arabica HV WDQ VHQVLEOH D ODV KHODGDV FRPR Coffea robusta SHUR UHTXLHUH
PHQRVFDORUODSULPHUDVRSRUWDPDOODVWHPSHUDWXUDVVXSHULRUHVDƒ&PLHQWUDVOD
VHJXQGDVXIUHFXDQGRODWHPSHUDWXUDFDHSRUGHEDMRGHR&(VWDFRPELQDFLyQGH
SDUiPHWURVWpUPLFRVKDFHTXHHOFDIHWRArábicaHQFXHQWUHVXVFRQGLFLRQHVySWLPDVGH
FUHFLPLHQWRHQHOQLYHODOWLWXGLQDOGHODVWLHUUDVWHPSODGDVHVGHFLUDOWXUDVSURPHGLR
FRPSUHQGLGDVHQWUH\PHWURVQRUPDOPHQWHH[HQWDVGHKHODGDVQRFWXUQDV
6HJ~QODVODWLWXGHV\ODVFRQGLFLRQHVFOLPiWLFDVORFDOHVHQSDUWLFXODUGHKLJURPHWUtD
el piso del ArábicaVHVLW~DHQWUH\PHWURVHQORV(VWDGRVEUDVLOHxRVGH6mR
3DXOR\3DUDQiHQWUH\PHWURVHQ&RVWD5LFD\HQWUH\PHWURV
HQÈIULFDRULHQWDO
$ODLQYHUVDHOFDIpRobustaHVXQLQGLFDGRUGHWLHUUDVEDMDVFiOLGDV\K~PHGDVD
PHQRV GH PHWURV GH DOWXUD GRQGH VH HQFXHQWUD FRQ IUHFXHQFLD FRQ HO FDFDR
9
,QIRUPDFLyQSURSRUFLRQDGDSRUHOJHyJUDIR-XOLHQ'XSX\
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
28
&RVWDGH0DU¿O*DQD%UDVLO0DGDJDVFDU(QODVUHJLRQHVPiVK~PHGDVGRQGHODV
DPSOLWXGHVWpUPLFDVGLDULDVVRQPHQRUHVDOFDQ]DKDVWDORVPHWURVFRPR
VREUHODVULYHUDVXJDQGHVDVGHOODJR9LFWRULDGRQGHFRQVWLWX\HHOIXQGDPHQWRGHOD
FD¿FXOWXUDGHO%XJDQGD(VWHHQFDGHQDPLHQWRGHFDIHWRVHVSDUWLFXODUPHQWHFODURHQ
ORTXHTXHGDGHODFD¿FXOWXUDFDPHUXQHVDGRQGHORVArábicaRFXSDQODVSHQGLHQWHV
GHOPRQWH2NXHQODUHJLyQbamilekeDPiVGHPHWURVPLHQWUDVHORobusta
SUHGRPLQDHQODUHJLyQbamounDPHQRVGHPHWURV8QHVFDORQDPLHQWRVLPLODU
VH REVHUYD WDPELpQ HQ 9LHWQDP FRQYHUWLGR HQ XQR GH ORV PD\RUHV SURGXFWRUHV
PXQGLDOHVGHFDIpDSURYHFKDQGRODVFRPSOHPHQWDULHGDGHVGHDPEDVYDULHGDGHV
'H PDQHUD JHQHUDO HO Robusta FRPR VX QRPEUH OR LQGLFD HV PiV UHVLVWHQWH D ODV
HQIHUPHGDGHVTXHHOArábicaWROHUDWDPELpQORVVXHORVPiVSHVDGRV
C. La dimensión agroeconómica
/DGLPHQVLyQDJURHFRQyPLFDGHSHQGHHQSULPHUOXJDUGHXQDGLIHUHQFLDJXVWDWLYD
los ArábicaUHSXWDGRVSRUVXVXDYLGDGVRQORVFDIpVPiVGHPDQGDGRVHQHOPHUFDGR
VXSHUDQDORVRobustaPiVIXHUWHVLQFOXVRXQSRFRDPDUJRV
/D VHJXQGD GLIHUHQFLD YLQFXODGD D OD DQWHULRU HV UHODWLYD D OD WDVD GH FDIHtQD
los Robusta FRQWLHQHQ GRV D WUHV YHFHV PiV TXH ORV Arábica OR TXH ORV KDFH PiV
HVWLPXODQWHV
1XPHURVRV HQVDPEODMHV FRPR VH GLFH SDUD HO YLQR VDFDQ SURYHFKR GH HVWDV
FRPSOHPHQWDULHGDGHVSHURHOPHUFDGRLQWHUQDFLRQDOUHYHODXQGLIHUHQFLDOGHSUHFLRD
IDYRUGHODUiELJR'HDFXHUGRFRQOD2,&2UJDQL]DFLyQ,QWHUQDFLRQDOGHO&DIpORV
SUHFLRVPHGLRVSRQGHUDGRVGHORVDUiELJRVKDQVLGRHVWRV~OWLPRVDxRVKDVWDFHUFD
GHGRVYHFHVPiVHOHYDGRVTXHORVSUHFLRVGHORVRobusta7DEOD
Tabla 1
Precios promedios ponderados de los principales tipos de cafés (En $ USc/libra)
3URPHGLR
3URPHGLR
$EULO
$UiELFDVXDYH
&RORPELD
2WURVDUiELFD
VXDYH
$UiELFD%UDVLO
5REXVWD
)XHQWH2,&
(Q HVWH FRQWH[WR OD ³UHYROXFLyQ´ TXH SURYRFDQ ODV YDULHGDGHV GH DUiELJR GH DOWR
UHQGLPLHQWR9$5HVVLJQL¿FDWLYDHQHOSODQRHFRQyPLFRSHUPLWHQHQSDUWLFXODU
HQ ORV SDtVHV GH $PpULFD &HQWUDO DXPHQWDU ORV LQJUHVRV GH DOJXQRV SURGXFWRUHV
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
29
DVHJXUDQGRXQDQXHYDYLDELOLGDGDODVSODQWDFLRQHVSHVHDSUiFWLFDVGHFXOWLYRPiV
H[LJHQWHVDODLQYHUVDHQHOSODQRPHGLRDPELHQWDOODOyJLFDGHLQWHQVL¿FDFLyQTXH
SUHYDOHFH GHQVL¿FDFLyQ GH ODV SODQWDFLRQHV HOLPLQDFLyQ R SRGD GH ORV iUEROHV GH
VRPEUtRQHFHVDULDVSDUDODVYDULHGDGHVPiVKHOLy¿ODVFRQWULEX\HDODGHJUDGDFLyQ
GHOPHGLRDPELHQWH
D. ¿Cuáles son las dimensiones paisajísticas de esta dualidad?
(O GtSWLFR ³FDIp GH WLHUUDV DOWDVFDIp GH WLHUUDV EDMDV´ SRU PXFKR TXH WHQJD
IXHUWHV LQFLGHQFLDV HQ WpUPLQRV GH SUHFLR GH FDOLGDG GH PDUNHWLQJ SDUHFH PHQRV
IXQGDPHQWDOHQFXDQWRDODVGLQiPLFDVWHUULWRULDOHV\SDLVDMtVWLFDVDODVTXHFRQWULEX\H
/DGLYHUVLGDGGHORVSDLVDMHVGHOFDIpVHGHEHSULQFLSDOPHQWHDODGLYHUVLGDGGHORV
DFWRUHVSHTXHxDVH[SORWDFLRQHVRJUDQGHVKDFLHQGDVDODVFDUDFWHUtVWLFDVItVLFDVGH
los terroirsSHQGLHQWHVVXHORVUHFXUVRVGHDJXD\WRGDYtDPiVDODVPRGDOLGDGHV
GHLQVHUFLyQGHORVFDIHWRVHQHOHQWUDPDGRYHJHWDO\DODVSUiFWLFDVDJUDULDV\GH
FXOWLYR2WURHOHPHQWRFRQVWLWXWLYRGHORVSDLVDMHVGHOFDIpHVHOHQWRUQRTXHURGHD
HOFDIHWRWLHQHQWDQWRRPiVLQÀXHQFLDTXHORVPDWLFHVYDULHWDOHVODVFDUDFWHUtVWLFDV
WRSRJUi¿FDV YHUWLHQWHV ORV DFRQGLFLRQDPLHQWRV DJUtFRODV ]DQMDV WHUUD]DV \ ODV
SUiFWLFDV GH FXOWLYR SRGDV DVRFLDFLRQHV GH FXOWLYRV 1R REVWDQWH OD SULQFLSDO
PRGL¿FDFLyQSDLVDMtVWLFDHVWiOLJDGDDODGLIXVLyQVREUHWRGRHQ$PpULFD/DWLQDGH
QXHYDVYDULHGDGHVGHOArábicaGHDOWRUHQGLPLHQWRCaturra, Catuai,HWFODVFXDOHV
VRQPiVH[LJHQWHVHQOX]UHTXLHUHQSRGDVPiVEDMDV\PD\RUGHQVLGDGGHVLHPEUD
/RTXHHVWiHQMXHJRHQFXDQWRDOSDLVDMH\HOPHGLRDPELHQWHHVHQWRQFHVHOSDVRGH
XQDFD¿FXOWXUD³WUDGLFLRQDO´FRQVRPEUtRDXQDFD¿FXOWXUD³PRGHUQD´GHVSURYLVWDGH
iUEROHV6HDERUGDDTXtODPX\DQWLJXDFRQWURYHUVLDHQORVPHGLRVDJURQyPLFRVGHO
FDIpUHODWLYDDODVYHQWDMDV\ORVLQFRQYHQLHQWHVGHODDVRFLDFLyQGHOFDIHWRFRQiUEROHV
\DUEXVWRV\VXDVRFLDFLyQFRQFXOWLYRVGHSDQFRJHU/RVSDLVDMHVOOHYDQWRGDYtDOD
LPSURQWDGHHVWDVFRQFHSFLRQHVGLIHUHQWHVHQXQRVSDtVHVHOFDIHWRVHSODQWyVROR\HQ
RWURVODVGLUHFWULFHVGHORVDJUyQRPRVSUHJRQDURQHLQFOXVRLPSXVLHURQHOVRPEUtR
DUEXVWLYR(QHO(VWHDIULFDQRHVORTXHKDFHODGLIHUHQFLDHQWUH5XDQGD\%XUXQGL
GHXQODGRTXHSHUWHQHFHQDODSULPHUDWUDGLFLyQ\GHORWUR7DQ]DQLDYHUWLHQWHVGHO
.LOLPDQMDUR GRQGH ORV FDIHWRV VH RFXOWDQ FDVL VLVWHPiWLFDPHQWH HQ ODV SODWDQHUDV
DVRFLDGDVFRQJUDQGHViUEROHV
7DPELpQKD\TXHUHFRUGDUTXHODVSODQWDFLRQHVGHFDIpLQGHSHQGLHQWHPHQWHGHVXV
GLPHQVLRQHV ODV YDULHGDGHV FXOWLYDGDV ORV WLSRV GH DGPLQLVWUDFLyQ \ SUiFWLFDV GH
FXOWLYRSUHVHQWDQDOJXQRVHOHPHQWRVFRPXQHVTXHSHUPLWHQUHFRQRFHUORVIiFLOPHQWH
1RVREUHSDVDQGRORVWUHVPHWURVGHDOWXUDHVWRVDUEXVWRVVHPEUDGRVFRQUHJXODULGDG
(VWHWHPDKDVLGRGHVDUUROODGRSRUHOJUXSR02&$GHVGHHQHO1RGHGÉODOC8QLYHUVLGDG
GH7RXORXVH/H0LUDLOWLWXODGREl café y su medioambiente alimentario. Paisajes y campesinos frente
a la crisis.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
30
\FX\RIROODMHSUHGRPLQDQWHHVYHUGHRVFXURFXEUHQOLWHUDOPHQWHODVSODQLFLHV\ODV
ODGHUDVDGRUQDQVHJ~QODVWHPSRUDGDVXQDVYHFHVFRQHOUHVSODQGRU\SHUIXPHGH
VXVÀRUHVEODQFDVRWUDVYHFHVFRQHOFRORUDPDULOOROXHJRURMRGHODVFHUH]DVTXH
FXEUHQODVUDPDVPiV¿QDV$JUHJXHPRVTXHFRQODQRWDEOHH[FHSFLyQGH%UDVLO\
GHDOJXQDVUHJLRQHVSURGXFWRUDVHOFXOWLYRGHOFDIpHVPD\RULWDULDPHQWHFDPSHVLQR
SRFRPHFDQL]DGRLQWHJUDGRDSHTXHxDVH[SORWDFLRQHVIDPLOLDUHVTXHSUDFWLFDQFRQ
IUHFXHQFLDHOSROLFXOWLYRDYHFHVDVRFLDGRFRQJDQDGHUtD
0iVDOOiGHORVSXQWRVGHUHIHUHQFLDSDLVDMtVWLFRVXQLYHUVDOHVGHHVWHFXOWLYRTXHVH
H[WLHQGHHQHOYLHMR\HOQXHYRPXQGRWURSLFDO7XOHWH[LVWHXQDJUDQGLYHUVLGDG
SRU SRFR TXH VH FRQVLGHUH OD LQWHUUHODFLyQ GH GLYHUVDV HVFDODV GH REVHUYDFLyQ
ODV FXDOHV VRQ IXQGDPHQWDOHV SDUD HO DQiOLVLV GH ORV PRVDLFRV TXH FRQVWLWX\HQ ORV
SDLVDMHVFDIHWHURV$OJXQRVHMHPSORVGLVSHUVRVDOUHGHGRUGHOPXQGR\HQFRQWUDGRV
HQLQYHVWLJDFLRQHVUHFLHQWHVPXHVWUDQODGLYHUVLGDGGHORVSDLVDMHV\ODVGLQiPLFDV
DFWXDOPHQWHHQFXUVR
II. Paisajes cafeteros patrimoniales: entre el origen, el letargo y el despertar
([LVWHQ]RQDVGHPRQWDxDRWLHUUDVEDMDVGRQGHHOFDIpHVWiYHUGDGHUDPHQWHLQVWDODGR
HLQWHJUDGRDOSXQWRGHKDFHUSDUWHGHXQDWUDGLFLyQGHVHUSRUWDGRUGHXQDKLVWRULD
(VWDVFDUDFWHUtVWLFDVVHH[DOWDQ\VHHYRFDHYHQWXDOPHQWHHORULJHQSDUDHQIDWL]DUOD
FDOLGDG
$(WLRStDGHOFDIpVLOYHVWUHDODFD¿FXOWXUDGHFDOLGDG
&RPHQ]DU HVWH UHFRUULGR SRU ORV SDLVDMHV GH OD FD¿FXOWXUD HQ (WLRSLD %DUW *DVFRQVHLQVFULEHHQXQDOyJLFDKLVWyULFDVHJ~QODFXDOODVPRQWDxDVK~PHGDV
GHOVXURFFLGHQWHGHOSDtVGRQGHSRUORGHPiVVHHQFXHQWUDQSREODFLRQHVHVSRQWiQHDV
de Coffea arabicaIXHURQODFXQDGHOFDIpGHDOOtKDEUtDFUX]DGRHOPDU5RMRKDFLD
<HPHQ
/RVSDLVDMHVGHODFD¿FXOWXUDHWtRSHHVWiQIXHUWHPHQWHPDUFDGRVSRUHOSUHGRPLQLRGH
ODSHTXHxDH[SORWDFLyQIDPLOLDU\SRUODLPSRUWDQFLDGHODFXELHUWDDUEXVWLYDDUEyUHD
LQFOXVRIRUHVWDO
/DÀRUGHOFDIpSRUVXGHOLFDGH]DVXIUDJLOLGDGHOSHUIXPHTXHH[KDODODSURPHVDTXHFRQOOHYDVX
FDUiFWHUHItPHURPX\OLJDGRDORVHSLVRGLRVGHOOXYLDVHVXQIXHUWHVtPERORGHHVWHFXOWLYR&RPR
WHVWLPRQLRHOWtWXOR\ODFXELHUWDGHXQDREUDGHVtQWHVLVVREUHODFD¿FXOWXUDGH$PpULFD/DWLQD-&
7XOHW \ - *LODUG HGV /D ÀRU GHO FDIp &D¿FXOWXUD GH $PpULFD KLVSDQyIRQD (Q HVWH OLEUR
5REHUW9D]TXH]HVFULEH³(VHVSHFLDOPHQWHHQORVWH[WRVSRpWLFRVTXHHOURMRGHVXVJUDQRVHOYHUGH
LQWHQVRGHVXVKRMDV\ODEODQFXUDGHVXVÀRUHVGDQXQVRSRUWHVHGXFWRUDODVH[DOWDFLRQHVGHODpSRFD
GHFRVHFKD´S
1RV EDVDPRV SULQFLSDOPHQWH HQ ORV WUDEDMRV GH ORV PLHPEURV GHO JUXSR 02&$ *'5 *UXSR GH
LQYHVWLJDFLyQXELFDGRHQ7RXORXVHHQORVDxRVSHURVHXWLOL]DURQWDPELpQRWURVWUDEDMRVPiV
UHFLHQWHV
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
31
(Q ODV UHJLRQHV SURGXFWRUDV GHO RFFLGHQWH GHO VXU \ GHO VXURFFLGHQWH ,OOXEDERU
:lOD\WD6LGDPR*HGlR\HQHOPLVPR+DUDUQRKD\JUDQGHVSODQWDFLRQHVVLQR
GHQWURGHODVH[SORWDFLRQHVSDUFHODVFDIHWHUDVSUy[LPDVDODVFDVDVELHQDERQDGDV
\EDMRODVRPEUDGHERVTXHFLOORV\GHJUDQGHViUEROHVGHIUDJPHQWRVGHERVTXH\D
YHFHVGHEDMRGHORVSOiWDQRVGH$ELVLQLD>@6HWUDWDGHERVTXHVDPHQXGRUHVLGXDOHV
TXHSURWHJHQORVFDIHWRVRDYHFHVGHERVTXHVGHJDOHUtD\PDWRUUDOHVGHQVRV*DVFRQ
/RV SDLVDMHV FDIHWHURV GH (WLRStD VH FDUDFWHUL]DQ WDPELpQ SRU OD FRH[LVWHQFLD \ OD
FRPSHWHQFLD FRQ RWURV GRV FXOWLYRV HO GHO SOiWDQR GH $ELVLQLD o ensät SODQWD
QXWULWLYDHVHQFLDOGHOVXURFFLGHQWH\VREUHWRGRHQODUHJLyQGH+DUDUHOtchatTXH
WLHQGHDH[FOXLUHOFDIpGHODVWHUUD]DVFXOWLYDGDVGHHVWDUHJLyQPiVVHFD
&RQ OD PHWD GH SURGXFLU FDOLGDG OD GH ORV IDPRVRV 0RND GHO QRPEUH GHO SXHUWR
\HPHQt GH GRQGH HO FDIp SDUWLy KDFLD (XURSD TXH FRPSDUWHQ KR\ PXFKRV SDtVHV
SURGXFWRUHV (WLRStD DSURYHFKD SDUD XQD FOLHQWHOD FDGD YH] PiV DO DFHFKR GH OR
³QDWXUDO´HVWDYHQWDMDTXHFRQVWLWX\HQORVFDIpV³VDOYDMHVVLOYHVWUHV´ recolectados
EDMRODVVRPEUDVGHODV³VHOYDVYtUJHQHV´(VWDGLPHQVLyQHVGHOLEHUDGDPHQWHUHVDOWDGD
HQHOPDUNHWLQJFRPRORPXHVWUDHVWDSUHVHQWDFLyQGHXQFDIp³PRNDVDOYDMH´HWtRSH
FRPHUFLDOL]DGRSRUODWRVWDGRUDGHXQDSHTXHxDFLXGDGIUDQFHVD
(Q(WLRStDWLHUUDGHOH\HQGD\FXQDGHOArábicaFUHFHHOFDIpGHORVRUtJHQHV6XDYH\
GXOFHHVWHFDIpHVUHFRJLGRGHDUEXVWRVVLOYHVWUHVHQHOFRUD]yQGHORVERVTXHVTXHFXEUHQ
ODVPRQWDxDVGHODUHJLyQGH'MLPPDKDPiVGHPHWURVVREUHHOQLYHOGHOPDU
/DKLVWRULD\HOSDLVDMHHVWiQDVtSXHVWRVDOVHUYLFLRGHODFDOLGDG
B. El Kilimanjaro o “el café en el bosque durmiente”14
8QSRFRPiVDOVXUVREUHODVODGHUDVSHQGLHQWHVDOVXU\HVWHGHODPRQWDxDPiVDOWD
GHÈIULFDHQHOQRUWHGH7DQ]DQLDODFD¿FXOWXUDHVHQFDPELRHOSURGXFWRGHXQD
KLVWRULD FRORQLDO 'HYHQQH %DUW HW DO HGV ,QWURGXFLGD HQWUH ODV GRV
JXHUUDVPXQGLDOHVODFD¿FXOWXUDVHKDFRQYHUWLGRHQHOVtPERORGHXQPRGHORchagga
TXHDVRFLDHOSROLFXOWLYRGHSDQFRJHUODFUtDGHDQLPDOHV\HOFXOWLYRGHH[SRUWDFLyQ
(OWH[WRIUDQFpVMXHJDFRQHOGREOHVHQWLGRGHODSDODEUD³VDXYDJH´SDUDORVERWiQLFRV³VLOYHVWUH´\
SDUDORVFOLHQWHViYLGRVGHORH[yWLFR³VDOYDMH´(N del T)
(OWtWXORDOXGHDODPHWiIRUDGH³/D%HOODGXUPLHQWH´ODFD¿FXOWXUDHQHO.LOLPDQMDURHVWi³GRUPLGD´
QHFHVLWDGHXQDUGXRWUDEDMRGHUHQRYDFLyQSDUDTXH³GHVSLHUWH´VXFDSDFLGDGGHGLQDPL]DUHOGHVDUUROOR
(N del T)
9HUWDPELpQ%&KDUOH\GHODMasselièreet al. : Kilimandjaro, le café au bois dormant.'RFXPHQWDO
PLQ7RXORXVH&HQWUR0XOWLPHGLDGHOD8QLYHUVLGDGGH7RXORXVH/H0LUDLO
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/RVUHFXUVRVSURFHGHQWHVGHOFDIpKDQVLGRXQYHUGDGHURPRWRUGHGHVDUUROORYHFWRU
GHPRGHUQLGDGKR\VRFDYDGRSRUODVGL¿FXOWDGHVTXHHQIUHQWDQHOVHFWRU\HOPHUFDGR
(Q HO .LOLPDQMDUR ORV SDLVDMHV GHO FDIp GLVWULEXLGRV HQWUH \ PHWURV
VREUHHOQLYHOGHOPDUHQFDMDQHQHOSLVRPiVGHQVDPHQWHSREODGRGHODPRQWDxD
FRP~QPHQWH FRQRFLGR FRPR HO ³FLQWXUyQ FDIpSOiWDQR´ (VWRV SDLVDMHV H[SUHVDQ OD
IXHUWHLQWHJUDFLyQGHXQDFD¿FXOWXUDIDPLOLDUHQGLPLQXWDVSDUFHODVGLVSHUVDV0XHVWUDQ
WDPELpQODLQVHUFLyQGHOFDIpHQXQDOyJLFDFDPSHVLQDGHSROLFXOWLYRHQODTXHQRVyOR
VHDSURYHFKDDOPi[LPRiUHDVOLPLWDGDVGHQVLGDGHVUXUDOHVGHYDULRVFHQWHQDUHVGH
KDELWDQWHVSRUNLOyPHWURFXDGUDGRVLQRWDPELpQYDULRVHVWUDWRVTXHKDFHQGHOFDIpHQ
HO.LOLPDQMDURXQFXOWLYRGHVRPEUtRHQFLPDGHpOHOSOiWDQRHVFDVLRPQLSUHVHQWH
HO FXDO D VX YH] HVWi GRPLQDGR SRU XQD FDSD DUEyUHD GLVFRQWLQXD FRPSXHVWD HQ
SURSRUFLRQHVYDULDEOHVGHHVSHFLHVDXWyFWRQDV\GHHVSHFLHVLQWURGXFLGDVGHEDMRGH
pODYHFHVDVRFLDGRVHJ~QPRGDOLGDGHVYDULDEOHV\FRPSOHMDVHOPDt]HOWDURXQRV
SRFRVIUtMROHV
$VtHOFDIHWRGLIXQGLGRFDVLSRUWRGDVSDUWHVVHRFXOWD\DVXYH]RFXOWD(QYHMHFH
VLQ HVWDU VX¿FLHQWHPHQWH ]RTXHDGR R WUDVSODQWDGR HQ OD DWPyVIHUD WLELD K~PHGD \
YHUGRVDGHODVRPEUDTXHSURSRUFLRQDQODVQXEHV\ORViUEROHVGHHVWDDJURVLOYLFXOWXUD
GHPRQWDxDFX\RVWHUULWRULRVVRQUHFRUULGRVVREUHODODGHUDPHULGLRQDOSRUP~OWLSOHV
SHTXHxRVFDQDOHVGHULHJRTXHSHUPLWHQPLWLJDUHOHVWUpVKtGULFRGHODVWHPSRUDGDV
VHFDV
$OJXQDV KDFLHQGDV (estates) DQWHV GH SURSLHGDG GHO (VWDGR KR\ UHSULYDWL]DGDV
FRQWUDVWDQ FRQ HVWH SDLVDMH FDPSHVLQR \ FRQVWLWX\HQ YHUGDGHURV DJXMHURV HQ HO
³FLQWXUyQFDIpSOiWDQR´VXWDPDxRVXVSUiFWLFDVRULHQWDGDVKDFLDHOPRQRFXOWLYROD
SHUIHFWDDOLQHDFLyQGHORViUEROHVGHFDIpFUHDQSDLVDMHVPiVJHRPpWULFRVGHFDUiFWHU
LQVyOLWR$XQTXHWDPELpQVHKDFHIUHFXHQWHPHQWHXVRGHOVRPEUtRDYHFHVVHVLHPEUD
DOLEUHH[SRVLFLyQVREUHWRGRFXDQGRORVHVIXHU]RVGHUHDFWLYDFLyQGHODSURGXFFLyQ
VHWUDGXFHQHQXQDUHQRYDFLyQGHODVSODQWDV
$FRPLHQ]RVGHOVLJOR;;,ORVSDLVDMHVGHFDIpGHO.LOLPDQMDURSDUHFtDQSHWUL¿FDGRV
FRPRDODHVSHUDGHXQKLSRWpWLFRUHQDFLPLHQWRVLQHPEDUJRHVWRVSDLVDMHVQRHVWiQ
PDUFDGRVFRQHOVHOORGHODHWHUQLGDG\DTXHLQGLFLRVGHDEDQGRQRGHODDFWLYLGDG
DXQTXHGLVFUHWRVVRQIUHFXHQWHVDODVRPEUDGHORVSOiWDQRV
C. Machakos o el mosaico café-cultivos de pancoger,
símbolo de identidad campesina
(QHVWDUHJLyQGH.HQLDXELFDGDDNLOyPHWURVDOVXUHVWHGH1DLUREL\RUJDQL]DGD
DOUHGHGRU GH XQ DUFR GH FROLQDV GHQVDPHQWH SREODGDV GH D KDE.P OD
FD¿FXOWXUD VH LQWHJUD HQ HO VLVWHPD GHO FDPSHVLQDGR kamba SROLFXOWLYR FRPSOHMR
SDLVDMHVDJUDULRVGHQVRV7LIIHQHWDO%DUW&KDUOHU\GHOD0DVVHOLqUHHW
%DUW
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(VXQFOiVLFRHMHPSORGHODVWLHUUDVDOWDVGHÈIULFDRULHQWDOGRQGHODSURGXFFLyQGH
FDIp DSDODQFy HO GHVDUUROOR \ VH FRQYLUWLy HQ XQ IXHUWH FRPSRQHQWH GH ORV SDLVDMHV
DJUtFRODV (VWRV SDLVDMHV HVWUXFWXUDGRV HQ XQ PRVDLFR GH SDUFHODV TXH FXEUH OD
PD\RUSDUWHGHODVODGHUDVLOXVWUDQ³HOHVSDFLRIUDJPHQWDGRGHXQDFD¿FXOWXUDSOXUDO´
&KDUOHU\GHOD0DVVHOLqUH\%DUW@
(QHVWHKiELWDWGHQVR\GLVSHUVRHOHQWUDPDGRGHFDPSRVFXOWLYDGRVHQWUHORVFXDOHV
VHHQFXHQWUDQQXPHURVDV\SHTXHxDVSDUFHODVGHFDIpHQJHQHUDOVLQVRPEUtRWLHQH
FLHUWDVFDUDFWHUtVWLFDV
‡ /DH[WUHPDGLYHUVLGDGGHODVIRUPDVGHDGPLQLVWUDFLyQGHORVFDIHWDOHVUHYHODGD
SRUODVGLIHUHQFLDVGHGHQVLGDG\HGDGGHODVPDWDVODFDOLGDGGHODSRGD\SRUOD
SUHVHQFLDRDXVHQFLDGHFXOWLYRVDVRFLDGRVSOiWDQRPDt]IUtMRO\XFDRFDODED]D
(OSDLVDMHPXHVWUDFODUDPHQWHODLQGLYLGXDOLGDGGHHVWUDWHJLDVGHORVFDPSHVLQRV
³HO GHVTXLWH GH ORV LQGLYLGXRV´ > EtG @ &DGD SURGXFWRU GHWHUPLQD VXV
RSFLRQHVGHFXOWLYRGHPDQHUDTXHpVWDVOHSHUPLWDQXQPi[LPRGHDOWHUQDWLYDV\
XQDPLQLPL]DFLyQGHOULHVJRHOFDIpDYHFHVFRQTXLVWDQXHYRVHVSDFLRV\DYHFHV
HQWUDHQUHWURFHVR
‡ /DSUHVLyQFUHFLHQWHGHFXOWLYRVGHKRUWDOL]DVHQSDUWLFXODUGHWRPDWHVHVWLPXODGRV
SRUODSUR[LPLGDGGHOPHUFDGRXUEDQRSHURIUHQDGRVSRUORVSUREOHPDVGHDFFHVR
DODJXD
‡ /DSUHVHQFLDRFDVLRQDOGHJUDQGHVH[WHQVLRQHVGHFDIpHQPRQRFXOWLYRKHUHGDGDV
GHODVDQWLJXDVJUDQGHVSODQWDFLRQHVRTXHVHGHEHQDODSUHVHQFLDGHXQDpOLWHD
YHFHVXUEDQDTXHKDLQYHUWLGRHQODFD¿FXOWXUD
‡ 8QD VLHPEUD LUUHJXODU GH SHTXHxDV SODQWDFLRQHV GH ERVTXHV HXFDOLSWR \ GH
iUEROHVIUXWDOHVPDQJRDJXDFDWH
(O PRVDLFR SDLVDMtVWLFR OD GL¿FXOWDG SDUD DSUHKHQGHU FRQ SUHFLVLyQ HO OXJDU GH ORV
FDIHWRVHQODWUDPDGHOSROLFXOWLYR\HOJUDQQ~PHURGHGLQiPLFDVHQMXHJRH[SUHVDQ
FRQIXHU]DODVLQFHUWLGXPEUHVTXHVHFLHUQHQVREUHHOVHFWRU³FDIp´¢HVSRVLEOHKDEODU
GH³WUDQVLFLyQFDIHWHUD´?
D. Timor Oriental o el café de cosecha
(ODQWLJXR7LPRUSRUWXJXpVTXHREWXYRVXLQGHSHQGHQFLDHQVHFRQYLUWLyHQ
SURGXFWRU GH FDIp VyOR D PHGLDGRV GHO VLJOR ;,; PXFKR PiV WDUGtDPHQWH TXH HO
UHVWRGH,QVXOLQGLD\TXHODVRWUDVLVODVGHOD6RQGD/DVH[SRUWDFLRQHVSDVDURQGH
WRQHODGDV GH FDIp FRPHUFLDO HQ D WRQHODGDV HQ OXHJR RVFLODURQ
([SUHVLyQXWLOL]DGDSRU&KDQWDO%ODQF3DPDUGHQHOFDVRGH0DGDJDVFDU
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GHSHQGLHQGRGHODFR\XQWXUDHFRQyPLFD\GHORVULHVJRV¿WRVDQLWDULRVHQWUHDOJXQRV
FHQWHQDUHV GH WRQHODGDV \ PiV GH WRQHODGDV DO DxR SDUD DOFDQ]DU FDVL WRQHODGDV HQ OD YtVSHUD GH OD LQWHUYHQFLyQ GH ,QGRQHVLD (Q OD DFWXDOLGDG
JUDFLDVDXQSODQGHUHKDELOLWDFLyQODQ]DGRHQODVH[SRUWDFLRQHVDOFDQ]DQHQ
SURPHGLRODVWRQHODGDVDODxRXQDSURGXFFLyQEDVWDQWHPRGHVWDFRPSDUDGD
D OD GH ORV SDtVHV YHFLQRV 6LQ HPEDUJR OD FD¿FXOWXUD FRQVWLWX\H XQR GHORV SRFRV
UHFXUVRV GH HVWH SHTXHxR SDtV FX\D VLWXDFLyQ SROtWLFD \ HFRQyPLFD HV PX\ GLItFLO
'XUDQG6HYLQ
/RV SDLVDMHV GH OD FD¿FXOWXUD GH 7LPRU 2ULHQWDO UHYHODQ XQ OHJDGR FRORQLDO FRQ
DOJXQDVJUDQGHVSODQWDFLRQHVKR\WRWDOPHQWHGHVDSDUHFLGDVSHURGHODVTXHTXHGDQ
KXHOODV YLVLEOHV FDVDV GH KDFLHQGD DEDQGRQDGDV FDIHWRV YLHMRV EDMR OD VRPEUD GH
JUDQGHV\PX\DQWLJXRViUEROHVSULQFLSDOPHQWHORVAlbiziaORVFXDOHVSURSRUFLRQDQ
XQVRPEUtRH[FHVLYR$FWXDOPHQWHHOSDtVDWUDYLHVDSRUXQDJUDYHFULVLVFDUDFWHUL]DGD
SRUODLQGH¿QLFLyQGHORVGHUHFKRVGHSURSLHGDG\ODDXVHQFLDGHUHFXUVRV¿QDQFLHURV
(QXQVLVWHPDHQHOTXHODFD¿FXOWXUDHVWiHQPDQRVGHSHTXHxRVDJULFXOWRUHVTXH
FXOWLYDQPXFKRPiVArábicaTXHRobustaORVFDIHWDOHVPDQHMDGRVFRQPX\HVFDVRV
FXLGDGRVVRQHOREMHWRGHXQDHFRQRPtDGHUHFROHFFLyQ8QKiELWDWDODEDQGRQRXQRV
FDIHWRV WDQ DOWRV TXH VXV FHUH]DV VRQ GLItFLOHV GH FRVHFKDU XQRV UHQGLPLHQWRV PX\
EDMRVKDFHQGHHVWHVLVWHPDXQHMHPSORPX\HVSHFt¿FRGHFD¿FXOWXUDHQOHWDUJRHQ
HVSHUDGHWLHPSRVPHMRUHV
,,,3DLVDMHVFDIHWHURVHQPRYLPLHQWRFRQTXLVWDHLQWHQVL¿FDFLyQ
(OFDIpWLHQHODSDUWLFXODULGDGGHWUDQVPLWLUDODYH]LPiJHQHVTXHKDFHQUHIHUHQFLDDO
SDVDGRFRORQLDOXRWUR\DOyJLFDVGHLQQRYDFLyQ\PRGHUQLGDG(QQLQJXQDSDUWH
KD\QHXWUDOLGDGFDIHWHUDMXQWRDODYLVLyQQRVWiOJLFDGHORV³EXHQRVYLHMRVWLHPSRV
GHOFDIp´VHGHVSOLHJDQQXHYDVIXHU]DVTXHSURSRQHQQXHYDVIRUPDVGHLQWHJUDFLyQ
DORVSURFHVRVGHJOREDOL]DFLyQ/RVHMHPSORVVLJXLHQWHVVRQWHVWLPRQLRGHHOORFDGD
XQRDVXPDQHUD
A. Kodagu: dinámicas paisajísticas entre café y bosque
(O .DUQDWDND XELFDGR HQ OD SDUWH FHQWUDO GH ORV *KDWV RFFLGHQWDOHV ,QGLD VH KD
WUDQVIRUPDGRHQun verdadero³&RIIHHODQG´UHWRPDQGRHOWtWXORCoffeeland News de
XQRGHORVGRVGLDULRVGHHVWHGLVWULWRSXEOLFDGRVHQLQJOpV(QHVWDUHJLyQTXHKR\
DSRUWDDOUHGHGRUGHODODSURGXFFLyQPXQGLDOGHFDIpFRQXQDFODUDSURJUHVLyQ
GHVGHKDFHGRVGpFDGDVDSHQDVWRQHODGDVHQFHUFDGHD¿QDOHV
_ 6HJ~QODVIXHQWHVFLWDGDVSRU26HYLQHOFDIpKDEUtDUHSUHVHQWDGRFHUFDGHWUHVFXDUWDVSDUWHV
GHODVH[SRUWDFLRQHVHQ\SHUPLWHHOVXVWHQWRGLUHFWDRLQGLUHFWDPHQWHGHDOPHQRVXQDFXDUWD
SDUWHGHODVIDPLOLDVGHOSDtV
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GHORVDxRVQRYHQWDHOGLVWULWRGH.RGDJXVHVLW~DDODFDEH]DGHWRGRVORVGLVWULWRV
FRQPiVGHWRQHODGDVHQHVHQFLDOPHQWHFDIpRobusta0RSSHUW
(QHVWDUHJLyQPRQWDxRVDGHODSHQtQVXODLQGLDHOERVTXHPX\ULFRHQELRGLYHUVLGDG
RFXSDXQOXJDUWRGDYtDLPSRUWDQWH/DFD¿FXOWXUDFRQDSUR[LPDGDPHQWHGRVVLJORV
GHDQWLJHGDGH[SHULPHQWyXQQXHYRDXJHHQODGpFDGDGHORVDxRVQRYHQWDHQXQ
FRQWH[WRGHOLEHUDOL]DFLyQGHOPHUFDGRHQODDFWXDOLGDGODFD¿FXOWXUDRFXSDPiVGH
KHFWiUHDVHVGHFLUXQDVXSHU¿FLHGRVYHFHVPD\RUTXHHQHOSHULRGR
3RU OR WDQWR OD UHODFLyQ HQWUH GLQiPLFDV IRUHVWDOHV \ GLQiPLFDV FDIHWHUDV VH
KDFRQYHUWLGRHQXQWHPDGHDFWXDOLGDGVREUHWRGRGHELGRDTXHOD,QGLDTXHVHKD
FRPSURPHWLGRFRQXQDSROtWLFDGHSURWHFFLyQ\FRQVHUYDFLyQGHODQDWXUDOH]D/H\
GH FRQVHUYDFLyQ GH ERVTXH GH KD PXOWLSOLFDQGR ODV iUHDV SURWHJLGDV HQ ORV
*KDWV2FFLGHQWDOHVGHFODUDGRVFRPRXQRGHORVRFKROXJDUHVPiVLPSRUWDQWHVGHOD
ELRGLYHUVLGDGHQHOSODQHWD'HQWURGHHVWHDPSOLRFRQMXQWRPRQWDxRVRORVERVTXHV
GH.RGDJXHVWDUtDQFRQVWLWXLGRVSRUGHHVSHFLHVHQGpPLFDV
'HVGHVXRULJHQHVWRVSDLVDMHVFDIHWHURVHQH[SDQVLyQVHLQVFULEHQHQXQDGXDOLGDG
FDIpERVTXH'RVVLJORVGHVSXpVGHVXLQWURGXFFLyQODFD¿FXOWXUDKDVLGRDGRSWDGD
SRUJUDQSDUWHGHODVRFLHGDGGH.RGDJXDOSXQWRTXHVHKDFRQYHUWLGRHQXQHOHPHQWR
FRQVWLWXWLYR GH OD LGHQWLGDG GH HVWH GLVWULWR 1RV XELFDPRV DTXt SOHQDPHQWH HQ ODV
OyJLFDV GH ORV VLVWHPDV DJURIRUHVWDOHV TXH FRPSUHQGHQ JHQHUDOPHQWH WUHV HVWUDWRV
DEDMR HO FDIp R HO FDUGDPRPR DUULED OD FDSD DUEyUHD HQ PHGLR GH ORV GRV XQD
JUDQ GLYHUVLGDG GH iUEROHV FXOWLYDGRV SDUD REWHQHU IUXWDV R PDGHUD DVRFLDGRV FRQ
QXPHURVDVHVSHFLDVSLPLHQWDMHQJLEUHF~UFXPD
$SHVDUGHODSUHVHQFLDGHDOJXQDVJUDQGHVSURSLHGDGHVKHUHGDGDVGHODpSRFDFRORQLDO
GRQGH GRPLQD HO Arábica HO FXOWLYR HV SUDFWLFDGR SULQFLSDOPHQWH SRU SHTXHxDV
H[SORWDFLRQHV IDPLOLDUHV GRQGH HO Robusta SUHGRPLQD VREUH HO Arábica D YHFHV
WDPELpQDFRVWDGHOFDUGDPRPR\GHODUUR](VWDVSRGHURVDVGLQiPLFDVFRQWULEX\HQ
DODVPRGL¿FDFLRQHVSURJUHVLYDVGHODFREHUWXUDDUEyUHDXQUDOHRGHOERVTXHPHQRU
GLYHUVLGDG
B. Las tierras altas de Vietnam o la conquista cafetera
9LHWQDP HV HO HMHPSOR FRQWHPSRUiQHR PiV HVSHFWDFXODU D HVFDOD PXQGLDO GH OD
FRQTXLVWDFDIHWHUD(QSRFRVDxRVODSURGXFFLyQGHHVWHSDtVFUHFLyKDVWDFRQYHUWLUVH
HQXQPX\LPSRUWDQWHSURGXFWRUSDVDQGRGHVyORWRQHODGDVHQD
WRQHODGDVHQORTXHUHSUHVHQWDHOGHODSURGXFFLyQPXQGLDO3LOOHERXH\
:HLVVEHUJ)RUWXQHO\7KDL
/D³¿HEUHGHOFDIp´3LOOHERXH\:HLVVEHUJDEDUFDHOSHULRGRHQHO
TXH¿QDOL]DQORVDFXHUGRVSULYLOHJLDGRVTXHXQtDQ9LHWQDPDO&20(&21HOPLVPR
SHULRGRHQHOTXHLQLFLDODOLEHUDOL]DFLyQGHOPHUFDGRPXQGLDO(VWHDXJHFRPLHQ]D
con el Robusta SHUR PiV UHFLHQWHPHQWH 9LHWQDP WDPELpQ KD SURGXFLGR DUiELJR
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(VWH SURFHVR GH FRQTXLVWD FDIHWHUD TXH FRQFLHUQH SDUWLFXODUPHQWH ODV SODQWDFLRQHV
GH ODV PHVHWDV FHQWUDOHV VH LQVFULEH HQ XQ FRQWH[WR LPSXOVDGR SRU HO (VWDGR GH
³UHFRQTXLVWD´SRUODVSREODFLRQHVQRDXWyFWRQDVSULQFLSDOPHQWHORV.LQKGHHVWDV
7LHUUDV$OWDVGRPLQLRWUDGLFLRQDOGHODVPLQRUtDVORFDOHV
(V XQD YHUGDGHUD IURQWHUD GH FRORQL]DFLyQ TXH DIHFWD HVSHFLDOPHQWH D OD SURYLQFLD
GH'DN/DN(VWDSRGHURVDRODFDIHWHUDTXHVLQGXGDKDFRQWULEXLGRDORVUHFLHQWHV
VREUHVDOWRV GHO PHUFDGR PXQGLDO WXYR HQ HO SODQR UHJLRQDO \ QDFLRQDO HQRUPHV
FRQVHFXHQFLDV WHUULWRULDOHV DOWHUDQGR ODV UHODFLRQHV HQWUH SREODFLRQHV QDWLYDV \ QR
QDWLYDV \ KDFLHQGR UHWURFHGHU HO ERVTXH HQ ODV PHVHWDV GHO FHQWUR GHO SDtV HQWUH
\KDQGHVDSDUHFLGRFDVLODVWUHVFXDUWDVSDUWHVGHODViUHDVIRUHVWDOHV\OD
SREODFLyQGHODSURYLQFLDGH'DN/DNVHKDEUtDPiVTXHFXDGUXSOLFDGRPLHQWUDVOD
SURSRUFLyQGHQRQDWLYRVSDVDEDGHODOGHODSREODFLyQWRWDO)RUWXQHO
/DV GLQiPLFDV GHO SDLVDMH TXH VH PDQL¿HVWDQ HQ HVWD SURYLQFLD VH FDUDFWHUL]DQ D
PHQXGRSRUXQDHVWUXFWXUDGXDODJULFXOWXUDDUURFHUDHQORVWHUUHQRVPiVEDMRViUHDV
SHQGLHQWHVFXELHUWDVGHFDIpDH[SHQVDVGHOERVTXHDPHQXGRHQWUHPH]FODGRFRQPDt]
\DYHFHVDVRFLDGRFRQPDUDxRQHV*HQHUDOPHQWHORViUEROHVIUXWDOHVIRUPDQSDUWH
GHOVLVWHPDDJUtFROD\SHUPLWHQDORVDJULFXOWRUHVHQIUHQWDUPHMRUODVÀXFWXDFLRQHVHQ
ORVSUHFLRVGHOFDIp(QHVWHVHQWLGRHVWDGHVFULSFLyQGHXQGLVWULWRHQ'RQJ1DLHV
VLJQL¿FDWLYD
(QWUHODVKLOHUDVGHiUEROHVGHFDIpVHSODQWDQKLOHUDVGHDQRQHVTXHIRUPDQHOSULPHU
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SLPLHQWDFRQHOFDIp7KDL
C. Costa Rica y Nicaragua: modernización cafetera y árboles de sombrío
/DVLPSOLFDFLRQHVGHODPRGHUQL]DFLyQFDIHWHUDVRQXQDFODYHHVHQFLDOSDUDODOHFWXUD
GHORVFDPELRVHQFXUVRHQHOLVWPRFHQWURDPHULFDQR(OHMHPSORGHODVGLQiPLFDV
FRQWHPSRUiQHDV GH &RVWD 5LFD \ 1LFDUDJXD 'HP\N =DQ¿QL GHVWDFD
HOSDSHOGHORViUEROHVGHVRPEUtRHQODHYROXFLyQGHORVSDLVDMHV)RUPDQSDUWHGH
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DVRFLDGR FRQ iUEROHV PiV R PHQRV GHQVRV VH KDEOD D PHQXGR GH ³DJURIRUHVWHUtD´
HQ HO PDUFR GH SHTXHxDV \ PHGLDQDV SODQWDFLRQHV IDPLOLDUHV (VWH VLVWHPD SXHGH
DVRFLDU FDIp FRQ DJXDFDWH Persea americana R LQFOXVR FRPR KD VLGR KDELWXDO
HVSHFLDOPHQWHHQ7XUULDOED±&RVWD5LFD±FRQOHJXPLQRVDV
'HKHFKRHQHVWDSDUWHGHOPXQGRODHYROXFLyQGHORVSDLVDMHVHVODH[SUHVLyQGHO
VLVWHPDGHSURGXFFLyQHVWHPLVPRHQIXQFLyQGHORVFDPELRVHFRQyPLFRV\WpFQLFRV
2EVHUYDFLyQGHFDPSRUHDOL]DGDHQ
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
37
3DUHFHTXHORViUEROHVGHVRPEUtRIXHURQLQWURGXFLGRVD¿QDOHVGHOVLJOR;,;'HVGH
¿QDOHV GH ORV DxRV FLQFXHQWD HO DXPHQWR GH ORV SUHFLRV GHO FDIp \ OD SURSDJDFLyQ
GH YDULHGDGHV GH SRUWH EDMR PiV SURGXFWLYDV PiV H[LJHQWHV HQ OX] \ FRQ PD\RU
GHQVLGDGGHVLHPEUDLPSXOVyDPXFKRVSURGXFWRUHVDFRUWDUORViUEROHVTXHIXHURQ
JUDGXDOPHQWHH[FOXLGRVGHODVSODQWDFLRQHV'HVGHSRUHOFRQWUDULR³VHFRQVWDWD
HO UHWRUQR JUDGXDO GH iUEROHV HQ ORV FDIHWDOHV SDUD KDFHU IUHQWH D OD FULVLV FDIHWHUD
GLYHUVL¿FDQGRODVIXHQWHVGHLQJUHVRVGHODSODQWDFLyQ\OLPLWDQGRHOXVRGHLQVXPRV
TXtPLFRV´=DQ¿QL
$O¿QDOGHODGpFDGDGH&RVWD5LFDSUHVHQWDEDHQWRQFHVSRUXQODGRSDLVDMHV
FDIHWHURV GH SRUWH EDMR WLSR &DWXDt &DWXUUD \ &DWLPRU FRQ SODQWDFLRQHV GH DOWD
GHQVLGDG VLQ VRPEUtR WtSLFRV SURGXFWRV GH OD PRGHUQL]DFLyQ \ SRU RWUR ODGR ORV
SDLVDMHV LQWHUPHGLRV FRQ VRPEUD UHJXODGD TXH VRQ PXHVWUD GH ODV LQFHUWLGXPEUHV
GHOVLVWHPD\SXQWXDOPHQWHGHRWUDVRSFLRQHVWHFQROyJLFDV\HFRQyPLFDVFRPROD
SURGXFFLyQRUJiQLFD
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&DIHWDOHURV SURPRFLRQD ³ORV FDIHWDOHV GHO QXHYR PLOHQLR´ VLVWHPD DJURHFROyJLFR
FRQFLQFRHVWUDWRVGRVGHHOORVSRUHQFLPDGHOFDIp(OiUEROGHVRPEUtRDSDUHFHHQHO
FHQWURGHODFXHVWLyQGHODVXSHUYLYHQFLDGHORVSURGXFWRUHVHQWLHPSRVGHFULVLV\D
TXHORViUEROHVSXHGHQSURSRUFLRQDUPDGHUDGHFRQVWUXFFLyQ\IUXWDV&RPRD¿UPD
XQFD¿FXOWRUQLFDUDJHQVH
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(Q&RVWD5LFD\HQ1LFDUDJXDHOOXJDUGHORViUEROHVHQORVSDLVDMHVFDIHWHURVHVSXHV
XQLQGLFDGRUGHODVSUiFWLFDVFDPSHVLQDVHQXQDUHJLyQGHOPXQGRGRQGHFRH[LVWHQ
SRGHURVDV GLQiPLFDV GH PRGHUQL]DFLyQ H LQFHUWLGXPEUHV OyJLFDV FRPHUFLDOHV \
OyJLFDVLGHQWLWDULDV
D. Brasil: los paisajes cafeteros entre dinámicas de frontera agrícola e
LQWHQVL¿FDFLyQ
(O%UDVLOHVXQDGHODVJUDQGHVµIURQWHUDV¶HQHOPXQGR\FLHUWDPHQWHODPD\RUIURQWHUD
DJUtFROD7KpU\
3DUDHOSULQFLSDOSURGXFWRUPXQGLDOHOFDIpTXHUHSUHVHQWDVyORXQDSHTXHxDSDUWH
GH VXV H[SRUWDFLRQHV WRWDOHV VLJXH VLHQGR XQ FRPSRQHQWH GH OD PDWUL] FXOWXUDO
\ HFRQyPLFD GHO SDtV %URJJLR et al HGV 'HVGH HO VLJOR ;,; HO FDIp HV
VLQyQLPRGH³PXWDFLyQ´³FDPELR´³IURQWHUD´
(OHVWDGRGH0LQDV*HUDLVKDH[SHULPHQWDGRGHVGHODGpFDGDGHORVDxRVRFKHQWD
XQDIXHUWHH[SDQVLyQGHODVSODQWDFLRQHVGHFDIpTXHVHKDQPiVTXHGXSOLFDGRHQ
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
38
OD ~OWLPD GpFDGD (Q HO VXU GH HVWD UHJLyQ GH DOWLWXG PHGLD UHODWLYDPHQWH HOHYDGD
PGRQGHHOERVTXHSULPDULRKDGHVDSDUHFLGRFDVLFRPSOHWDPHQWHHOSURFHVR
GHPRGHUQL]DFLyQKDSURYRFDGRXQGHVSOD]DPLHQWRGHORVFDIHWRVDODSDUWHLQIHULRU
GH ODV ODGHUDV GH WRSRJUDItD PiV SODQD SHUR WDPELpQ PiV H[SXHVWD D ODV KHODGDV
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JDQDGHUtDH[WHQVLYDVHWUDQVIRUPyHQXQDYHUGDGHUDIURQWHUDDJUtFRODHQODTXHHOFDIp
VHLQWURGXMRHQODGpFDGDGH(VWDUHJLyQFX\DVODVGHQVLGDGHVGHSREODFLyQVRQ
EDMDVHVWiGRPLQDGDSRUODPHGLDQD\JUDQFD¿FXOWXUDEDVDGDHQWpFQLFDVDJUtFRODV
PRGHUQDV$OOtVHHQFXHQWUDQSDLVDMHVSURSLRVGHODKDFLHQGD
/RV FDIHWRV HVWiQ SODQWDGRV HQ OtQHD VREUH JUDQGHV H[WHQVLRQHV VLJXLHQGR ODV FXUYDV
GH QLYHO (O HVSDFLR HQWUH ORV iUEROHV VH UHGXFH D PHWURV \ ODV H[SHULHQFLDV GH
GHQVL¿FDFLyQ GH ODV SODQWDFLRQHV VH PXOWLSOLFDQ (O XVR PDVLYR GH IHUWLOL]DQWHV
TXtPLFRVHVJHQHUDOL]DGRHOULHJRHVPiV\PiVFRP~Q>@\ODPHFDQL]DFLyQGHODV
H[SORWDFLRQHVHVLPSRUWDQWHLEtG
/D SRGHURVD FD¿FXOWXUD EUDVLOHxD FDGD YH] PiV DWHQWD D ODV FXHVWLRQHV GH FDOLGDG
HVWiPiVTXHQXQFDHQPRYLPLHQWR
/DV GLQiPLFDV SDLVDMtVWLFDV GHO FDIp VRQ LQGLFDGRUHV GH ODV HYROXFLRQHV VRFLDOHV
WpFQLFDV \ DJURQyPLFDV HQ PDUFKD HQ XQ FRQWH[WR GH UHWRV GHO GHVDUUROOR \ GH OD
JHVWLyQDPELHQWDO(VWDVGLQiPLFDVGDQWHVWLPRQLRDODYH]GHODGLYHUVLGDGGHODV
FRQGLFLRQHVORFDOHV\VXDUWLFXODFLyQHQDORVSURFHVRVGHJOREDOL]DFLyQ
(O FDIp FRPR SDUDGLJPiWLFD SURGXFFLyQ PXQGLDO YH PXOWLSOLFDU ODV PRGDOLGDGHV
GH VX LQVHUFLyQ LQGLYLGXDO ORFDO UHJLRQDO \ QDFLRQDO D HVFDOD PXQGLDO /HMRV GH
WUDQVPLWLU XQD LPSUHVLyQ GH HVWDQGDUL]DFLyQ OD YLGD GH OD FD¿FXOWXUD VH H[SUHVD
IXQGDPHQWDOPHQWHSRUODH[DOWDFLyQGHORHVSHFt¿FRDSUXHEDGHHVWRHOFUHFLHQWH
Q~PHURGH³GHQRPLQDFLRQHV´ORFDOHVTXHQRHVFDWLPDQORVDUJXPHQWRVGHQDWXUDOH]D
PHGLRDPELHQWDO \ SDLVDMtVWLFD SDUD GHIHQGHU XQ GLVFXUVR TXH DSXQWD D OD FDOLGDG
VLHQGRFRQFHELGRFRPRSURSLDGHXQPHUFDGRGHQLFKR
(QXQDHVFDODELQDULDHOYDORUGHODUiELJRHVSURPRYLGRFRQIUHFXHQFLDHQWpUPLQRV
GHDOWXUD\GHODVLPiJHQHVGHSXUH]DTXHpVWDVXJLHUH(QODHVFDODJHRJUi¿FDODV
HVSHFL¿FLGDGHVGHORORFDOVHXWLOL]DQDPHQXGRSDUDKDFHUVHXQOXJDUHQXQPHUFDGR
PXQGLDOPX\FRPSHWLWLYR
/RVSDLVDMHVGHOFDIpWLHQHQXQDGLPHQVLyQSDWULPRQLDO\FDGDYH]PiVXQYDORUTXH
HVLQVWUXPHQWDOL]DGRDOVHUYLFLRGHOPHUFDGR
3DUD OD HYROXFLyQ UHFLHQWH GH OD FD¿FXOWXUD EUDVLOHxD VH UHPLWH HQ SDUWLFXODU D ORV WUDEDMRV GH 3
*UDQGMHDQ3RURWURODGRVRQQHFHVDULDVPXFKDVUHIHUHQFLDVSDUDHVFODUHFHUHOFRQWH[WRGHOD
FD¿FXOWXUDHQ%UDVLO330RQEHLJ53HED\OH&%URJJLRHWDOHWDVt
FRPR+7KpU\
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
39
Referencias
%DUW)©eWKLRSLHXQFDIpG¶RULJLQHªLQ-&7XOHWet alHGVPaysanneries
du café des hautes terres tropicales3DULV.DUWKDOD
%DUW ) 3D\VDQV FDIpLFXOWHXUV HW JHVWLRQ GH O¶HQYLURQQHPHQW PRQWDJQDUG DX
.HQ\D /¶H[HPSOH GH OD UpJLRQ GH 0DFKDNRV LQ 6LQJDUDYHORX HG Pratiques de
gestion de l’environnement dans les pays tropicaux. 7DOHQFH '<06(7&5(7
(VSDFHVWURSLFDX[
%DUW)0-0ERQLOHHW)'HYHQQHHGVKilimandjaro : montagne, mémoire,
modernité3HVVDF3UHVVHV8QLYHUVLWDLUHVGH%RUGHDX[©(VSDFHVWURSLFDX[ª
%URJJLR & 0 'URXOHUV HW 3 *UDQGMHDQ '\QDPLTXH WHUULWRULDOH GH OD
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national GÉODOCVpULH02&$
'HYHQQH)/DFDIpLFXOWXUHDX.LOLPDQGMDUR7DQ]DQLHXQHDIIDLUHG¶KRPPH
,Q)%DUWet alHGVCaféicultures d’Afrique orientale. Territoires, enjeux et politiques.
3DULV1DLUREL.DUWKDOD,)5$
'XUDQG)7LPyU/RURV¶DHSD\VDXFDUUHIRXUGHO¶$VLHHWGX3DFL¿TXH8QDWODV
géohistorique0DUQHOD9DOOpH%DQJNRN80/9,5$6(&
)RUWXQHO ) Le café au Vietnam : de la colonisation à l’essor d’un grand
producteur mondial3DULV/¶+DUPDWWDQ
)RUWXQHO)&RPPHQWV¶DSSURSULHUXQWHUULWRLUHHQSODQWDQWGHVFDIpLHUVVXUOHV
SODWHDX[GX&HQWUH9LHWQDP"Les Cahiers d’outre-mer
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
40
)RUWXQHO ) 7UDQVIRUPDWLRQV GHV OpJLWLPLWpV WHUULWRULDOHV SDU OD FDIpLFXOWXUH
DX9LHWQDP,Q%&KDUOHU\GHOD0DVVHOLqUHHGFruits des terroirs, fruits défendus
7RXORXVH3UHVVHV8QLYHUVLWDLUHVGX0LUDLO
*DVFRQ $ Sur les hautes terres comme au ciel. Identités et territoires en
Éthiopie3DULV3XEOLFDWLRQVGHOD6RUERQQH
*UDQGMHDQ 3 Agriculture brésilienne et systèmes spatiaux 5HLPV 3UHVVHV
8QLYHUVLWDLUHVGH5HLPV
0RQEHLJ3Pionniers et planteurs de São Paulo3DULV$UPDQG&ROLQ
0RSSHUW % (QWUH FDIp HW IRUrW '\QDPLTXHV SD\VDJqUHV HW JHVWLRQ GH OD
ELRGLYHUVLWp GDQV OH .RGDJX .DUQDWDND ,QGH GX 6XG 7KqVH GH JpRJUDSKLH
8QLYHUVLWp%RUGHDX[
3HED\OH5Les Brésiliens: pionniers et bâtisseurs3DULV)ODPPDULRQ
3LOOHERXH-HW':HLVVEHUJ&DIpLFXOWXUHHWFXOWXUHGXFDIpDX9LHWQDPÉtudes
vietnamiennes
6HYLQ2/HFDIpDX7LPRURULHQWDOLes Cahiers d’outre-mer
7KDL71*/DFRQTXrWHGHODFDIpLFXOWXUHSDUOHVSHWLWHVH[SORLWDWLRQVDJULFROHV
GDQVOHGLVWULFWGH;XDQ/RFSURYLQFHGH'RQJ1DL9LHWQDPLes Cahiers d’outremer
7KpU\+Le Brésil3DULV$UPDQG&ROLQ
7LIIHQ0 0 0RUWLPRUHHW ) *LFKXNL More people, less erosion 1DLUREL
/RQGUHV$&763UHVV2',
7XOHW -& /D MHXQHVVH GH OD FDIpLFXOWXUH ODWLQRDPpULFDLQH Les Cahiers
d’outre-mer
7XOHW -& HW - *LODUGHGV /D ÀHXU GX FDIp &DIpLFXOWXUH GH O¶$PpULTXH
hispanophone3DULV.DUWKDOD
:HOOPDQ)/Coffee/RQGRQ1HZ<RUN/HRQDUG+LOO%RRNV/WG,QWHUQDWLRQDO
3XEOLVKHUV
=DQ¿QL$$UEUHVG¶RPEUDJHHWFDIpDX&RVWD5LFDHW1LFDUDJXD7KqVHG¶pWXGHV
UXUDOHV8QLYHUVLWpGH7RXORXVH/H0LUDLO
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
41
Apéndice
$OEL]LD (Albizia julibrissin) SODQWD GH OD IDPLOLD GH ODV OHJXPLQRVDV RULJLQDULD GH
$VLDHVFRQRFLGDSRUGLVWLQWRVQRPEUHVFRPXQHV$FDFLDGH&RQVWDQWLQRSOD$OEL]LD
ÈUEROGHODVHGDÈUEROGH&RQVWDQWLQRSOD
%DPLOHNH QRPEUH TXH DJORPHUD GLYHUVRV SXHEORV DXWyQRPRV GH OD 3URYLQFLD GHO
2HVWHGH&DPHU~Q
%DPRXQJUXSRpWQLFRVLWXDGRHQODVPRQWDxDVGHOHVWHGH&DPHU~QHQODUHJLyQGH
*UDVVODQG
%XJDQGDUHLQRGHORVFODQHVGHOSXHEOR%DJDQGDTXHFRQIRUPDQHOPiVLPSRUWDQWH
JUXSRpWQLFRXJDQGpV
&KDJJDSXHEORRULJLQDULRTXHKDELWDHQODVODGHUDVVXUGHOPRQWH.LOLPDQMDUR
&RPHFRQ &RQVHMR GH $\XGD 0XWXD (FRQyPLFD 2UJDQL]DFLyQ FUHDGD HQ TXH EXVFy OD FRRUGLQDFLyQ GH ODV HFRQRPtDV QDFLRQDOHV GH ORV SDtVHV PLHPEUR HQ
SULQFLSLRSDtVHVVRFLDOLVWDVGHO&HQWUR\HO(VWHGH(XURSDDODFDEH]DGHOD8QLyQ
6RYLpWLFD6HGLVROYLyHQ9LHWQDPVHDGKLULyDHVWDRUJDQL]DFLyQHQ
'XULiQ(Durio zibethinus)HVXQDPDOYiFHDRULJLQDULDGHOVXGHVWHDVLiWLFRFRQRFLGD
FRPR)UXWDGHOGXULDQR'XULD'XULyQ6XULDQRV(UL]RGHiUERO
+DUDUFLXGDGXELFDGDDOHVWHGH(WLRStDÈIULFDFDSLWDOGHHarariXQDGHODVQXHYH
UHJLRQHVSROtWLFRDGPLQLVWUDWLYDVGHOSDtV
*KDWV RFFLGHQWDOHV FDGHQD PRQWDxRVD HQ ,QGLD7LHQH XQ DOWR JUDGR GH GLYHUVLGDG
ELROyJLFD\HQGHPLVPRFDUDFWHUtVWLFDTXHOOHYyDTXH8QHVFRODGHFODUDUDFRPRXQR
GHORVRFKROXJDUHVGHOSODQHWDPiVLPSRUWDQWHVHQELRGLYHUVLGDG
Kamba:HVXQRGHORVJUXSRVpWQLFRVTXHKDELWDODVUHJLRQHVVHFDVGHOFHQWUR\RULHQWH
GH.HQLD
.RGDJX GLVWULWR GHO HVWDGR VXUHxR GH .DUQDWDND ,QGLD HQ OD UHJLyQ GH ORV *KDWV
RFFLGHQWDOHV
3OiWDQR GH $ELVLQLD R SOiWDQR GH (WLRStD (Ensete ventricosum) VH WUDWD GH XQD
PXViFHDFRQRFLGDHQ IUDQFpVFRPR ³IDX[EDQDQLHUV´HV XQ SURGXFWRIXQGDPHQWDO
HQ OD DOLPHQWDFLyQ GH PXFKDV SREODFLRQHV HWtRSHV VXV KRMDV WDPELpQ VH XWLOL]DQ
FRP~QPHQWHFRPRIRUUDMH\VXV¿EUDVHQODIDEULFDFLyQGHHVWHUDV
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
42
7DUR(Colocasia esculenta)SODQWDGHODIDPLOLDGHODVDUiFHDVTXHHQ$PpULFDUHFLEH
GLVWLQWDVGHQRPLQDFLRQHVPDODQJDFDUiRFXPRFKLQR
Tchat (Cathaedulis)WDPELpQOODPDGD&DWDNDWSODQWDFRQSULQFLSLRVSVLFRWUySLFRV
RULJLQDULDGHODV]RQDVWURSLFDOHVGHOÈIULFDRULHQWDO
,QVXOLQGLDDQWLJXRQRPEUHGHODUHJLyQJHRJUi¿FDXELFDGDHQWUHHOVXGHVWHDVLiWLFR\
$XVWUDOLDFRPSUHQGH)LOLSLQDV,QGRQHVLD%UXQpLOD]RQDLQVXODUGH0DODVLD3DS~D
1XHYD*XLQHD\7LPRU2ULHQWDO7DPELpQVHOHGHQRPLQDDUFKLSLpODJRPDOD\R
,VODV GH OD 6RQGD 8QR GH ORV WUHV JUXSRV GH LVODV TXH FRQIRUPDQ HO DUFKLSLpODJR
PDOD\R&RPSUHQGHODVLVODVPD\RUHV%RUQHR-DYD&pOHEHV\6XPDWUD\ODVLVODV
PHQRUHVGHQRPLQDFLyQTXHDEDUFD6XPEDZD)ORUHV6XPED7LPRU%DOL/RPERN
ODVLVODV%DUDW'D\D\ODV7DQLPEDU
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012 - Páginas 43 - 68
43
La economía de Risaralda después del café: ¿Hacia dónde va?
Laura Cepeda E.20
Resumen
La economía del departamento de Risaralda en el siglo XX pasó de ser una economía
agrícola, principalmente por sus cultivos de café, a una basada en el comercio y
los servicios. El declive de la economía cafetera hizo que los tres departamentos
del llamado Eje Cafetero (Caldas, Quindío y Risaralda), tomaran trayectorias
divergentes. Por esa razón, es necesario estudiar su evolución económica reciente
por separado. Este trabajo presenta evidencia descriptiva acerca de la evolución
económica reciente de Risaralda. Gracias a los recursos generados en el pasado por
el café, el departamento cuenta con una buena infraestructura y buenos índices de
capital humano, en comparación con otros departamentos. Sin embargo, se observa un
deterioro reciente de la calidad de vida de sus habitantes, evidenciado en las cifras de
pobreza y desempleo. En cuanto a su economía, se encuentra que si bien la actividad
comercial ha sido una vocación tradicional de su población, ésta no es capaz de
generar un alto valor agregado ni empleo de calidad.
JEL: R11, R58
Palabras clave: economía regional, café, servicios, desempleo, remesas.
Abstract
During the 20th century, Risaralda’s economy went from being an agricultural-based
(primarily due to coffee production) to being based on commerce and services. This
reduction of the coffee production has made the paths the economies of the so called
Eje Cafetero (Caldas, Quindío y Risaralda) diverge. Thus the study of these three
departments must be done separately. This paper’s objective is to present descriptive
evidence about Risaralda’s recent economic evolution. The department has good
infrastructure and human capital, thanks to the resources generated by the coffee
economy in the past. However, recently there has been a recent reduction of the
quality of life that can be seen through poverty and unemployment rates. Regarding its
20
Economista del Centro de Estudios Económicos Regionales (CEER) del Banco de la República.
Este documento es una versión del Documento de Trabajo sobre Economía Regional 153 publicado
por el CEER en agosto de 2011. Los comentarios son bienvenidos y pueden ser enviados a
[email protected].
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
44
economy, even though commercial activities have responded to a traditional vocation
of its people, these activities do not generate quality employment.
JEL: R11, R58.
Key words: regional economics, coffee production, service industry, unemployment,
remmittances.
Dentro de un país de la extensión de Colombia, se evidencia mucha heterogeneidad lo
que implica que vale la pena hacer análisis de cada una de sus regiones por separado
e incluso de sus departamentos. Aunque la historia del departamento de Risaralda
está estrechamente ligada con la de Quindío y Caldas, por cuenta de la economía
cafetera, desde hace ya varias décadas las economías de estos tres departamentos
han tomado caminos distintos. Esto se debe principalmente al declive de la economía
cafetera, lo cual ha llevado a que los destinos económicos de los tres departamentos
sean inciertos. El departamento también tiene relaciones cercanas con el norte del
Valle del Cauca y el Tolima, y de hecho es un centro comercial importante para los
habitantes de estas zonas.
El departamento de Risaralda en particular, puede ser un interesante estudio de caso
ya que lleva varias décadas presentando bajas tasas de crecimiento en su economía
y un incremento del desempleo en los últimos años, junto con altas tasas de pobreza.
El departamento representa el 2% de la población del país, el 7% de la población de
la región de los Andes Occidentales (compuesta, además, por Antioquia, Valle (sin
Buenaventura), Quindío y Caldas) y casi el 38% de la población del Eje Cafetero.21 Su
participación en la economía nacional es de 1,6% y dentro de los Andes Occidentales
el 6%. Pereira, su capital, junto con los municipios de La Virginia y Dosquebradas,
conforma el Área Metropolitana Centro Occidente (AMCO). En conjunto representan
en 2011 el 73,3% de la población del departamento, y por esta razón, se hará especial
énfasis en la zona22.
Sí bien las bonanzas cafeteras (tanto las derivadas de auges de producción a mediados
del siglo XX como aquellas resultantes del alza del precio del café en el mercado
internacional, ya que ambas tuvieron efectos positivos sobre la economía de Risaralda)
llevó a que se creara un andamiaje institucional sólido en toda la región cafetera,
\ TXH VH LQYLUWLHUDQ FXDQWLRVRV UHFXUVRV HQ LQIUDHVWUXFWXUD OR TXH VH UHÀHMD HQ VXV
21
3RU(MH&DIHWHURPHUH¿HURDORVGHSDUWDPHQWRVGH4XLQGtR&DOGDV\5LVDUDOGDTXHFRQIRUPDEDQHO
Antiguo Caldas El departamento de Risaralda se creó en 1966.
22
Según las proyecciones de población del DANE. En 1985, el peso combinado de estas tres ciudades
en el total departamental era de 64,6%, lo cual indica que ha habido un proceso de concentración de la
población en AMCO. Ya en 1991 Vallejo et al, habían llamado la atención sobre las implicaciones que
esta concentración podía tener sobre la planeación del desarrollo del departamento.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
45
bajos indicadores de Necesidades Básicas Insatisfechas y su alta escolaridad relativa),
esto no se ha traducido en un crecimiento económico de largo plazo ni tampoco se
encuentra que los recursos hayan servido para crear una base industrial sólida. Esta
situación genera preocupación entre los dirigentes del sector público y privado23,
DGHPiVKDVLGRHOPRWLYRGHXQDDPSOLDOLWHUDWXUDVREUHHOGHVDUUROOR\ODSODQL¿FDFLyQ
departamental24.
El objetivo de este trabajo describir la evolución económica reciente de Risaralda. En
la segunda sección se presentan los principales aspectos económicos del departamento
desde la segunda mitad del siglo XX, con especial énfasis en el rol del café, el
comercio, los servicios, las remesas y el desempleo. La tercera sección presenta los
indicadores del capital humano y de la calidad de vida del departamento y la cuarta
VHFFLyQORVFRPHQWDULRV¿QDOHV
En general se encuentra que gracias a los recursos generados por el café, el
departamento cuenta con una buena infraestructura y buenos índices de capital humano
en comparación con otros departamentos. Sin embargo, se observa un deterioro
reciente de la calidad de vida de sus habitantes evidenciado en las cifras de pobreza y
desempleo. En cuanto a su economía, se encuentra que si bien la actividad comercial
ha sido una vocación tradicional de su población, esta no es capaz de generar un alto
valor agregado, ni empleo permanente y de calidad.
I. Estructura económica
A partir de la segunda mitad del siglo XX, el departamento de Risaralda tuvo tasas
de crecimiento de su PIB, total y por habitante, inferiores al promedio nacional.
Su producto ha representado, en promedio, el 1,8% del PIB nacional y el 6% del
PIB de los Andes Occidentales. En esta sección se presenta un breve resumen de su
crecimiento desde mediados del siglo XX hasta el presente seguido de unas reseñas de
los aspectos más sobresalientes de su economía: café, comercio y servicios, remesas
y desempleo.
A. Crecimiento económico: 1960-2009
El Cuadro 1 muestra el crecimiento del PIB y del PIB por habitante para Risaralda,
los departamentos de los Andes Occidentales, Bogotá y el país. Se observa que, de los
tres departamentos del Eje Cafetero, Risaralda tuvo un desempeño superior en todo
el periodo, en el crecimiento de estas dos variables. Comparado con Antioquia, Valle,
Bogotá, y Colombia, el crecimiento del PIB del departamento fue inferior. Tomando
23
Como se evidenció en las visitas de campo en junio de 2011.
24
Véase Vallejo et al. (1996), Vega (1994), Mesa (1994).
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
46
todo el periodo, 1960-1975, el crecimiento de su PIB por habitante fue alto (2,83%),
y muy superior al de Caldas y Quindío, mientras el de Colombia creció a 2,48%
promedio anual.
Cuadro 1
Colombia y departamentos seleccionados: Crecimiento del PIB y del PIB por
habitante, 1960-1975
PIB
Risaralda
Antioquia
Caldas
Bogotá D.E.
Norte de Santander
Santander
Valle
Quindío
Colombia
1960-1975
1970-1975
4,66
5,51
2,57
7,93
3,16
4,88
5,23
2,79
5,62
5,97
5,04
2,84
7,76
3,38
5,14
5,00
3,74
6,24
PIB por habitante
1960-1975
1970-1975
2,83
2,49
1,31
1,65
-0,20
2,81
1,76
0,48
2,48
4,50
2,29
1,98
1,71
-0,28
3,18
1,59
0,92
3,15
Fuente: Inandes (1977).
La economía del departamento pasó, en relativamente poco tiempo, de ser una
economía predominantemente agrícola (principalmente por el café) a una basada
principalmente en los servicios. De hecho, mientras en 1960 el sector agropecuario
representaba el 37,2% del PIB departamental, en 1975, representó el 15,5%. En este
mismo periodo de tiempo, el comercio pasó de representar el 19% al 27,5% del PIB
YHU$QH[R JUi¿FD (Q HVWH SHULRGR OD WDVD GH FUHFLPLHQWRSURPHGLR DQXDO IXH
de 4,6%, mientras que la de Colombia fue de 5,6% (Inandes, 1977). Exceptuando el
quinquenio 1970-1975, el sector agropecuario tuvo crecimiento negativo, y su aporte
al crecimiento del PIB durante todo el periodo fue de -6,5%. El sector comercio aportó
el 36,2% del crecimiento total entre 1960 y 1975, las manufacturas el 30,0% y el
sector bancario el 11,0%.
Si se compara el crecimiento anual del PIB de Risaralda y el del resto del país en
años posteriores, se observa que entre 1985 y 1991 el crecimiento promedio del
departamento fue de 6,7% comparado con 4,3% para el resto del país. Entre 1995 y
2004, en cambio, el crecimiento de Risaralda fue de apenas 0,1% y el del país 1,5%.
Dentro de este último periodo, un aspecto a destacar es la fuerte caída que tuvo el
PIB del departamento entre 1995 y 1997, donde decreció 2,77% promedio anual (ver
anexo).
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
47
En el Cuadro 2 se descompone el crecimiento del PIB de Risaralda en los periodos
1990-2005 y 2000-200925. Entre 1990 y 2005, el sector que más aportó al crecimiento
GHOGHSDUWDPHQWRIXHURQORVVHUYLFLRVFRQFDVLHOVHJXLGRGHOVHFWRU¿QDQFLHUR
16%, el transporte, 15% y la construcción, 12,5%. Sin embargo, en 1990, el sector
que mayor porcentaje del PIB representaba era la industria, con 18,49%, seguido del
comercio con 16,85%.
(QHOSHULRGRHOVHFWRUTXHPiVDSRUWyIXHHOVHFWRU¿QDQFLHURFRQ
Le siguen la construcción, con 15,8% y los servicios, con 15,3%. En 2009, el sector
¿QDQFLHURWXYRHOPD\RUSHVRHQHO3,%FRQFDVL/XHJROHVLJXHODLQGXVWULD\
los servicios, ambos con aproximadamente el 13%.
En ambos períodos la contribución del café al PIB no fue importante. En el primero
fue incluso negativo, -2,21%, aun cuando este sector representó el 8,6% del PIB. En
este periodo, el café representó en promedio el 52% de la producción agrícola total.
En el segundo período este aporte fue de 0,62% pero ya su participación había
disminuido a 2,68% del PIB. El café participó, en promedio en el periodo, con
37% del total de la producción agrícola26. En el 2001, el café representó el 63% del
área sembrada y el 62% del área cosechada del departamento. En 2005 estas cifras
fueron 62% y 61%, es decir, no hubo grandes variaciones. En 2010 fueron levemente
inferiores, 58% y 51%. Los municipios con mayor área cosechada no han variado
durante ese período y son Belén, Santa Rosa, Santuario y Marsella.
25
El hecho de que se presente un traslapo entre estas dos series se debe a la forma en que se ha hecho
disponible la información de las cuentas departamentales, en dos series correspondientes a los periodos
aquí utlizados.
26
Vale la pena aclarar que ya en el período 1960-1975, el aporte del sector agropecuario al crecimiento
del PIB había sido negativo, -6,54%, mientras que el comercio aportó el 36,15% y las manufacturas el
(OVHFWRU¿QDQFLHURDSRUWyHO\ORVVHUYLFLRVSHUVRQDOHVHO,QDQGHV
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
48
Cuadro 2
Risaralda: Descomposición del crecimiento del PIB,
1990-2005 y 2000-2009
Sector
Café
Agropecuario
(sin café)
Minería
Industria
Servicios
públicos
Construcción
Comercio
Transporte
Sector
¿QDQFLHUR
Servicios
Administración
pública
Derechos e
impuestos
Total
1990-2005
Aporte a
cambio
Participación
porcentual
1990 (%)
total (%)
2000-2009
Aporte a
cambio
Participación
porcentual
2009 (%)
total (%)
-2,21
8,58
0,62
2,69
4,76
6,79
5,39
5,74
2,25
-0,83
0,31
18,49
2,54
4,75
0,91
12,80
2,17
1,27
2,55
4,47
12,45
6,49
15,09
7,76
16,85
8,71
15,76
7,29
6,53
8,41
11,17
8,53
15,92
11,12
22,93
18,76
29,96
13,34
15,31
12,56
7,83
1,47
7,08
5,93
6,11
5,30
9,25
8,03
100
100
100
100
Notas: a) La serie 1990-2005 está a precios constantes de 1994 y la serie 2000-2009 está a precios constantes
de 2005.
Fuente: Cuentas departamentales, DANE
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
49
*Ui¿FD
Risaralda: Composición del PIB, 1990 y 2005(a)
Aunque existe una serie de Cuentas Departamentales entre 2000 y 2009, esta no es comparable con la serie
1990-2005 y se tomo esta última para mostrar los cambios en un período más amplio.
Fuente: Cuentas Departamentales, DANE.
En cuanto a la industria, AMCO ha representado, en promedio, el 1,67% del total
del valor agregado industrial del país, entre 1992 y 2009, y se observa que esta
SDUWLFLSDFLyQ KD VLGR HVWDEOH ÀXFWXDQGR DOUHGHGRU GH XQ SXQWR SRUFHQWXDO FRQ XQ
máximo de 2,33% en 1999 y un mínimo de 1,27% en 2008.
/D JUi¿FD PXHVWUD ORV tQGLFHV GHO 3,% SRU KDELWDQWH SDUD 5LVDUDOGD &DOGDV \
Quindío, desde 1985 hasta 2007. El PIB se hace igual a uno para los tres departamentos
y se aplican los crecimientos porcentuales observados para cada una de las series.
Se observan varias cosas: primero, el PIB por habitante de Caldas fue el de mayor
crecimiento, casi duplicándose en el período (crecimiento similar al de Bogotá),
mientras que el de Risaralda se multiplicó por 1,5 y el de Quindío por 1,4. Aún así,
en 2009, el PIB por habitante de Risaralda, $8.487.984, fue superior al de Caldas,
$8.288.289 (a precios corrientes).
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
50
*Ui¿FD
Risaralda, Caldas y Quindío: Índices de PIB por habitante, 1985, 2007
(1980=1)
B. El café
La economía cafetera se inició en el Antiguo Caldas a mediados del siglo XIX, pero
se consolidó como principal renglón y base de su economía exportadora a principios
del siglo XX. Señala Palacios (2002) que los factores principales que permitieron la
consolidación de la economía cafetera en Colombia (entre 1870 y 1910) fueron el alza
en los precios internacionales del cultivo y el mejoramiento de la infraestructura de
WUDQVSRUWHGHOSDtV/RSULPHURTXHRFXUULyKDFLD¿QDOHVGHOVLJOR;,;\SULQFLSLRV
de siglo XX, no fue el resultado de un proceso de libre mercado, sino más bien del
control de los precios internacionales por parte del gobierno de Brasil, entre 1906 y
1937, Estados Unidos, entre 1940 y 1948, y diversos acuerdos entre productores y
consumidores. Lo segundo, que se hizo en función del comercio exterior para mejorar
la ventaja comparativa de los productos colombianos en el mercado mundial, permitió
disminuir los costos de transporte. Esto fue especialmente importante para el café,
ya que era el producto de exportación colombiana de menor valor/peso. A su vez, el
desarrollo de la economía cafetera impulsó el desarrollo del sistema de transportes.
El departamento de Santander fue el principal exportador de café durante el siglo
XIX; luego los cultivos se desplazaron hacia el sur de ese departamento, hacia
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
51
Cundinamarca, Meta y Tolima en la cordillera oriental. Después hacia Antioquia y de
allí a Caldas, Quindío y Risaralda y el área de la cordillera central de Tolima.
Vallecilla (2002) señala que la economía cafetera en el Antiguo Caldas empezó su
expansión a mediados del siglo XIX, con un crecimiento elevado en el periodo 18511878. Luego tuvo un periodo de crecimiento lento entre 1878 y 1892; desde 1892
hasta 1915 la economía cafetera del Antiguo Caldas tuvo otra fase de crecimiento
acelerado y a partir de 1915, el ritmo de crecimiento de la producción cafetera fue cada
vez menor. Como indica el autor, estas fases coinciden con las fases del desarrollo
exportador del país descritas por Ocampo (1984). La participación del café en el valor
de la producción agrícola fue de 22% en 1922 y casi 80% en 1951, según cálculos de
Vallecilla (2002). Entre 1950 y 1975, el autor estimó que el café representó entre el
20 y el 25% del PIB de la región. En su momento de mayor auge, el cultivo del café
no era una actividad meramente agrícola, sino una “actividad global” que involucraba
GLVWLQWRVIDFWRUHVHQVXSURFHVRLQFOX\HQGRODFD¿FXOWXUDODWULOOD\ODH[SRUWDFLyQ
Como se mostró en la sección anterior, la importancia del café en Risaralda
ha disminuido durante la segunda mitad del siglo XX y hasta el presente. Esta
disminución en el valor agregado del café dentro de la economía del departamento,
del Eje Cafetero y del país se debe al rompimiento del pacto de cuotas para los países
productores de café en 1989, que se había formado durante la década de los 40 entre
32 países productores y 212 países consumidores (primer Acuerdo Internacional del
Café) y luego en 1962, para tratar de estabilizar el precio internacional del grano y
ODFRQVHFXHQWHFDtGDHQVXSUHFLRJUi¿FD(OURPSLPLHQWRGHOSDFWROOHYyD³OR
que el gremio cafetero en Colombia considera como la más profunda crisis del café
en su historia” (Barón, 2010) y a que los principales países productores aumentaran
su producción en los años siguientes. La producción mundial pasó de 90 millones
de sacos en 1998 a 130 millones en 2008. “Este incremento de la oferta, junto con
un lento crecimiento de la demanda mundial, ha llevado a una reducción del precio
internacional del grano, lo cual, junto con la revaluación del peso colombiano ha
hecho que el precio real del café se haya reducido notablemente”.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
52
*Ui¿FD27
Precio internacional del café suave, 1980-2010
Fuente: Federación Nacional de Cafeteros, Banco de la República y cálculos de la autora.
/D*Ui¿FDPXHVWUDODSDUWLFLSDFLyQGHOFDIpGHQWURGHODHFRQRPtDGHOGHSDUWDPHQWR
y dentro del total de la producción agrícola. Se observa que ambas series presentan
una tendencia decreciente, y aunque Risaralda presentó un incremento en 1997 y 1998
(cuando el café pasó de representar del 3,6% al 8% del valor agregado, impulsado por
el precio internacional del café más elevado de la historia desde que existen datos),
posteriormente su participación se estabilizó alrededor de 5,5% (panel a). Para el resto
del país, los cambios no fueron tan bruscos y de representar aproximadamente el 2,5%
en los primeros dos años de la década de 1990, desde 1996, el café pasó a representar
el 1,7% del valor agregado nacional.
El panel bGHODJUi¿FDPXHVWUDODSDUWLFLSDFLyQGHOFDIpGHQWURGHOWRWDOGHODSURGXFFLyQ
agrícola. Esta participación también ha disminuido en el periodo examinado, de un
máximo de 64,6% en 1991 a 45,8% en 2005. Desde el 2008, el departamento del Huila
se posicionó como el primer productor de café (en términos de su valor agregado)
en el país, seguido de Caldas, Cauca, Risaralda y Quindío. Estos departamentos
representaron en conjunto casi el 20% del valor agregado del café en 2009. Esto
indica que ha habido una clara desconcentración de los departamentos productores,
ya que en 1990, los cinco primeros productores (los 3 departamentos del Eje Cafetero,
con Tolima y Huila), aportaron el 55% del valor agregado cafetero del país. Caldas,
Huila y Risaralda, también son los departamentos con un peso del café dentro de su
PIB agrícola de más del 30%, con 42,2%, 41,8% y 31,6%, respectivamente, en 2009.
Sin embargo, el departamento de Caldas aún ocupa los primeros lugares en términos
de rendimiento físico del cultivo y de la mayor cantidad de municipios productores.
27
Los precios fueron calculados convirtiendo el precio a pesos colombianos, usando el promedio anual
GHOD750\OXHJRGHÀDFWDQGRXVDQGRHO,3&EDVH
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
53
*Ui¿FD
Risaralda: Participación del café en el PIB y el PIB agrícola de, 1990-2005
Fuente: Cálculos de la autora con base en Cuentas Departamentales, DANE.
Vale la pena discutir las consecuencias del café sobre el desarrollo del departamento, las
cuales se dieron en buena medida a través de las instituciones que se crearon en torno al
grano. Estas fueron la Federación Nacional de Cafeteros (FNC) y el Fondo Nacional del
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
54
Café (FoNC), que es una cuenta que se alimentaba con los aportes del sector cafetero.
Además de usarse para mitigar los efectos de la volatilidad del precio internacional del
café, los recursos del FoNC también se invirtieron en la provisión de bienes públicos e
infraestructura en la zona cafetera (Pizano, 2001).
Es importante resaltar que existe una amplia literatura internacional sobre el efecto de las
instituciones en los siglos XVIII y XIX sobre el desempeño y desarrollo económico actual.
Dentro de estos estudios hay que reseñar un estudio que es particularmente pertinente para
el caso de economías cafeteras.
(Q XQ DQiOLVLV HQIRFDGR HVSHFt¿FDPHQWH HQ HFRQRPtDV FDIHWHUDV 1XJHQW 5RELQVRQ
(2005), exploran el impacto del sector en las regiones cafeteras de Colombia, Costa Rica,
Guatemala y El Salvador. Estos autores encontraron que en los países con un mayor
nivel de capital humano y cuya producción se basó en pequeñas parcelas y propietarios,
principalmente (Costa Rica y Colombia), la élite no dependía solamente de la tierra para
obtener sus rentas. En Guatemala y El Salvador, en cambio, las élites sí dependían en gran
medida de la tierra, y buscaron mantener el poder político y económico por medio de la
fuerza, invirtiendo menos en educación y aumentando el tamaño del ejército haciendo
menores inversiones en educación. Lo que se observa hoy en día es que las regiones
cafeteras de Colombia y Costa Rica niveles de desarrollo superiores a las de Guatemala y
el Salvador.
Estos hallazgos son consistentes con el efecto de las instituciones cafeteras sobre el
desarrollo regional. Como se mostrará, las zonas cafeteras tienen un mayor nivel de
desarrollo relativo en algunos frentes que otras regiones del país, aunque su PIB por
habitante no muestra el mismo comportamiento. Esto se puede deber a que, como se
dijo, para generar un aumento sostenido en la calidad de vida de una población, se quiere
que la inversión sea igualmente sostenida. La inversión que se dio en términos de su
LQIUDHVWUXFWXUDWLHQHHIHFWRVD~QKR\HQGtDUHÀHMDGRHQVXVEDMRVQLYHOHVGH1%,SHUR
ODFDSDFLGDGUHDOGHORVKRJDUHVSDUDJHQHUDULQJUHVRVVX¿FLHQWHVSDUDWHQHUXQDEXHQD
calidad de vida ha disminuido, en buena parte por el alto desempleo y la disminución en
las remesas, temas que se tratarán más adelante.
C. El comercio y los servicios
La transformación de la economía del departamento hacia el comercio y los servicios
sugiere que desde hace varios años ya el departamento tiene una nueva vocación económica
GLVWLQWDDODTXHWUDGLFLRQDOPHQWHVHOHLGHQWL¿FDED6LQHPEDUJRHOUHHPSOD]RGHOFDIp
por estos nuevos sectores genera preocupación en tanto estos no generan el valor agregado
que en su momento generó el café o que podría generar un sector como el manufacturero.
El comercio representa una importante vocación económica e histórica de AMCO, ya que
su ubicación estratégica, al estar en el centro comercial más importante del Eje Cafetero y
de los otros departamentos cercanos (norte del Valle y sur de Antioquia), tiene un mercado
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
55
potencial de más de dos millones de personas. Además, su ubicación también es óptima
para abastecer al llamado triángulo de oro, Bogotá-Medellín-Cali. El comercio es también
el más importante sector generador de empleo (Fenalco, 2011).
El cuadro 3 muestra la descomposición del crecimiento del sector servicios entre 1990 y
2005 y entre 2000 y 200928. En el primer periodo, el mayor aporte lo dieron los Servicios
Sociales y de salud de no mercado, con 38,67%. En el segundo, fueron las asociaciones de
esparcimiento y otros servicios de mercado.
&XDGUR
Risaralda: Descomposición del crecimiento del sector servicios
1990-2005 y 2000-2009
Sector
Sociales y de salud de
no mercado
Educación de no
mercado
Sociales y de salud de
mercado
Asociaciones de
esparcimiento y otros
servicios de mercado
Educación de
mercado
Asociaciones de
esparcimiento y
otros servicios de no
mercado
Domésticos
Total
1990-2005
Aporte a
Participación
cambio
1990 (%)
porcentual
total (%)
2000-2009
Aporte a
Participación
cambio
2009 (%)
porcentual
total (%)
38,67
13,97
*
*
28,34
28,86
18,35
28,03
14,79
20,06
26,22
27,77
9,74
21,14
30,71
23,44
6,16
8,28
16,85
9,81
2,64
2,65
1,87
4,33
-0,35
100,00
5,06
100,00
5,99
100,00
6,62
100,00
Fuente: Cálculos de la autora con base en Cuentas Departamentales, DANE.
Nota: Al igual que en secciones anteriores, los periodos aquí utilizados corresponden a las series
departamentales del DANE, las cuales no son comparables.
28
Al respecto, ver en el Anexo los resultados para el shift-share de Risaralda entre 2000 y 2009.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
56
/DJUi¿FDPXHVWUDODFUHFLHQWHLPSRUWDQFLDGHORVVHUYLFLRVGHQWURGHODHFRQRPtD
de Risaralda. La importancia de los servicios es mucho mayor para Risaralda,
comparado con el país. De 10,8% del PIB en 1990, los servicios pasaron a representar
14% del PIB en 2005, mientras en Colombia estas cifras fueron de 9,2% a 10,6%.
El comercio, por su parte, fue disminuyendo en importancia entre 1990 y 2000 (de
14% a 9,8% del PIB) para luego recuperarse lentamente. En 2005, representó el 11%
del PIB. En este mismo periodo, En este mismo período, la industria pasó del 19%
al 12,8%, mientras que la del resto del país pasó de 18% a 15%, una caída menos
dramática (ver Anexo). Barón (2010) había llamado la atención sobre el hecho de
que Risaralda fue el departamento de los Andes Occidentales que mayor caída de su
industria tuvo en este periodo. La industria de Risaralda tiene una baja participación
dentro del total nacional. Desde 1990 hasta 2001, esta representó el 2% de la industria
nacional. Desde 2002, la industria representa aproximadamente el 1,5%.
*Ui¿FD
Risaralda: Importancia de los servicios y el comercio en el PIB,
1990-2005
Fuente: Cálculos de la autora con base en Cuentas Departamentales, DANE.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
57
D. Las remesas y el desempleo
Una de las facetas de la economía del departamento que más llama la atención,
especialmente en los años recientes, son las remesas que nativos del departamento
que han ido a trabajar al exterior del país envían a sus familiares. Según el Censo
General de 2005, Risaralda es el departamento que reporta el mayor porcentaje
de personas en el exterior, 9,1%29. Dentro de Risaralda, los municipios que mayor
número de migrantes en el exterior tienen son Dosquebradas con 11,2%, Pereira con
10,6% y Santa Rosa de Cabal con 9,2%. Sin embargo, usando la encuesta de remesas
AMCO, Garay y Rodríguez (2005) encuentran que casi el 14,5 de los hogares tiene
al menos uno de sus miembros residiendo en el exterior y un 6% tiene al menos uno
de sus miembros retornados del extranjero. Estos autores también muestran que como
FRQVHFXHQFLDGHODFULVLVHFRQyPLFDTXHDWUDYHVyHOSDtVD¿QDOHVGHODGpFDGDGHORV
noventa, la población migrante de risaraldenses cambió no solo en tamaño sino en
composición30. El 68,5% del total de los emigrantes del departamento salió después
de 1998.
Entre las dos olas de emigración hubo un cambio en la composición por género,
ya que los emigrantes recientes (los que habían salido en los diez años anteriores a
cuando fue escrito el trabajo) se dividieron en iguales partes entre mujeres y hombres,
mientras en los no recientes la proporción de hombres apenas llegaba al 41,2%.
La mayoría de emigrantes se encuentran en edad de trabajar.31 Los emigrantes recientes
son menos educados que los anteriores; los primeros presentan un porcentaje de
personas con educación superior 5 puntos porcentuales menor que los segundos. Otro
cambio importante fue el país destino: la mayoría de los emigrantes recientes migra a
España, mientras anteriormente el país dominante era Estados Unidos.
La importancia de las remesas dentro de la economía de Risaralda es indiscutible. Es
el departamento con mayores remesas per cápita, las cuales se han convertido en un
LQJUHVR ³FXDVLSHUPDQHQWH´ SDUD ORV KRJDUHV eVWDV WLHQHQ XQ LPSDFWR VLJQL¿FDWLYR
sobre el empleo (Garay y Rodríguez, 2005; Arango, Montenegro y Obando, 2011), ya
que afectan el salario de reserva de los individuos. El 18,3% de los hogares de AMCO
29
Le siguen Quindío con 7,2% y Valle con 7%. El promedio nacional es de 3%.
30
Los estudios sobre migración hacia el exterior en Colombia destacan tres grandes períodos de
migración: 1) 1965-1975, 2) 1975-1985, 3) 1995-2005. Los dos últimos fueron producto de las crisis
económicas de principio de los 80s y la caída de los precios internacionales del café y de la crisis
HFRQyPLFDGH¿QGHVLJOR;;UHVSHFWLYDPHQWH
31
“Mientras que el 13,6% de la población entre 25 y 34 años en AMCO reside en el exterior, para
otros grupos de edad como los niños y los ancianos los porcentajes no superan el 1%… La migración
internacional ha traído como consecuencia el adelgazamiento de la franja poblacional correspondiente
a la población activa.” (Garay y Rodríguez, 2005).
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
58
recibe remesas y el 10% de los ingresos totales de esos hogares vienen de remesas
(Garay y Rodríguez, 2005). En el mismo estudio, los autores señalan que es altamente
probable que las remesas hayan sido incorporadas en los hábitos de consumo y gasto
de los hogares. También muestran que la pobreza y la indigencia serían mayores
en cinco puntos porcentuales si los hogares dejaran de recibir remesas. Asimismo,
encuentran que tanto la tasa global de participación (TGP) como la tasa de desempleo
son menores para los individuos que reciben remesas, con una diferencia de 10 puntos
a favor de los no receptores en la TGP (48,4 vs. 38,9), mientras la tasa de desempleo
de los no receptores duplica la de los receptores (13,5 vs 6,4)
Utilizando la misma encuesta de AMCO, Cardona y Medina (2006) encuentran que los
hogares receptores de remesas gastan aproximadamente el 10% del total del gasto más
en educación que los hogares no receptores. También encuentran que los individuos
receptores entre 5 y 30 años tienen 24% más de probabilidad de estar asistiendo a una
institución de educación secundaria, y 40% más de estar asistiendo a una institución
de educación superior.
En 2009 y 2010, las remesas que llegaron al departamento representaron el 12% y
el 12,67% del total que recibió el país en remesas, respectivamente. Risaralda es el
cuarto departamento con mayor recepción de remesas después de Valle, Cundinamarca
y Antioquia, todos los cuales tienen una población superior a la de Risaralda. No
REVWDQWHDSDUWLUGHOVHSUHVHQWyXQDGLVPLQXFLyQHQHOÀXMRGHUHPHVDVKDFLDHO
GHSDUWDPHQWRFRPRFRQVHFXHQFLDGHODFULVLV¿QDQFLHUDTXHDIHFWyD(VWDGRV8QLGRV
y a España (Osorio, 2011). Sin embargo, los datos de remesas están disponibles solo a
partir del tercer trimestre de 2008. Sumando los dos trimestres de 2008 y multiplicando
por dos32, para tener una aproximación al total anual, se encuentra que las remesas
fueron de aproximadamente $610,6 millones de dólares, mientras, en 2009 y 2010 el
departamento recibió $497,4 y $509,8 millones de dólares, respectivamente (Cuadro
4), $100 millones de dólares menos por año.
Risaralda tiene la relación remesas/habitante más alta de todos los departamentos
del país (segunda columna). En 2010, esta relación (por cada 100.000 habitantes)
fue de 55,11, lo que equivale a $551 dólares recibidos por persona en 2010. La
tercera columna muestra la participación de las remesas dentro del total de los Andes
Occidentales y dentro del total nacional. La participación de Risaralda fue de 20,75%
y 12,67%, respectivamente.
La cuarta columna muestra un indicador de la relación remesas-PIB. El cálculo se
hizo siguiendo a Barón (2010), así: i) se convierten las remesas a pesos colombianos
usando la TRM y ii) se divide por el PIB departamental de 2009 a precios corrientes.
32
(VWD DSUR[LPDFLyQ SXHGH HVWDU VREUHVWLPDGD \D TXH GHELGR D ÀXFWXDFLRQHV HVWDFLRQDOHV GXUDQWH HO
último trimestre del año se suelen recibir más remesas.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
59
El valor resultante para Risaralda es de 12,733. Para el resto de los departamentos
considerados, este valor no alcanza a 8.
&XDGUR
Departamentos seleccionados: Importancia de las remesas, 2009 y 2010
Departamento
Risaralda
Quindío
Caldas
Valle
Antioquia
Remesas (millones
US$)
2009
497,4
162,8
101,9
1.165,8
624,9
2010
509,8
156,3
96,4
1.140,0
554,8
Remesas
por
habitante
2010
55,11
28,43
9,85
26,01
9,15
Participación 2010
Regional
20,75
6,36
3,92
46,39
0,23
Nacional
12,67
3,88
2,40
28,33
13,79
Relación
remesas/
PIB
2009
12,74
7,75
2,52
4,55
1,80
Fuente: Encuesta trimestral de remesas, Banco de la República.
Pereira, y su área metropolitana (de ahora en adelante, AMCO, Área Metropolitana
Centro Occidente), ha tenido la más alta tasa de desempleo de las principales áreas
metropolitanas desde 2009.
/D *Ui¿FD PXHVWUD ODV WDVDV GH GHVHPSOHR PHQVXDOHV SDUD 3HUHLUD \ VX iUHD
metropolitana y para las trece áreas hasta junio de 2011. A principios de 2009, las
tasas de desempleo presentaban valores similares, 14% para Pereira y 13,6% para las
trece ciudades en febrero de ese año; a partir de ese momento, el desempleo en Pereira
empezó a aumentar mucho más que el de las trece ciudades, hasta llegar a 21,5% en
junio de 2010.
33
(VWRV FiOFXORV GL¿HUHQ GH %DUyQ TXLHQ HQFXHQWUD XQD UHODFLyQ UHPHVDV3,% GH SDUD
Risaralda en el año 2007. Los datos utilizados en sus cálculos son distintos a los aquí presentados. El
autor utiliza un estimativo de las remesas de 2008 y el PIB en precios corrientes de 2007, mientras en
este documento se utilizan datos de 2009.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
60
*Ui¿FD
Pereira y doce ciudades: Tasa de desempleo para 01-2002 a 06-2011
25
20
15
10
5
0
Ene2002
Feb2004
Mar2006
Pereira
Abr2008
May2010
13 ciudades
Fuente: DANE.
Agrava el problema el hecho de que la fuerza laboral en AMCO, tiene, en promedio,
una menor escolaridad que las otras doce ciudades: la proporción de la población en
AMCO con una escolaridad mayor de 12 años es menor que la de las doce ciudades
(Arango, Montenegro y Obando, 201). La diferencia entre los años de estudio de las
personas empleadas y desempleadas mayores de 15 años en AMCO, es de 0,26 años, a
favor de estos últimos (6.63 vs. 6.89 años de estudio), según datos de la Gran Encuesta
Integrada de Hogares (GEIH) para los años 2008 y 200934. Esto también nos indica
que los desempleados tienen una escolaridad superior al promedio (6,66 años). Este
es un indicio que corrobora en parte la percepción de que, a causa de las remesas, los
habitantes de la zona están dispuestos a esperar más tiempo para conseguir un empleo,
ya que su salario de reserva sería más alto.
Arango, Montenegro y Obando (2011) encuentran que la probabilidad de participar
en el mercado laboral aumenta cuando aumenta la tasa de desempleo en España o
cuando disminuyen las remesas que llegan desde ese país en AMCO35. Desde 2006,
HVWHHIHFWRHVPHQRUTXHDQWHVSHURVLJXHVLHQGRVLJQL¿FDWLYR
34
35
(VWDGLIHUHQFLDHVHVWDGtVWLFDPHQWHVLJQL¿FDWLYDDOGHFRQ¿DQ]D
Este efecto también se observa en las demás zonas del país, pero es más pronunciado en AMCO.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
61
III. Capital humano y calidad de vida
La calidad de vida es un tema clave en el estudio de cualquier región. En 1993 el NBI
de Risaralda era 26,7 y en 2005 13,2, lo que da una disminución del 50,6% (Cuadro
5). Además, de los departamentos de los Andes Occidentales, Risaralda fue el que
más redujo su porcentaje de población con NBI (-76,0%) entre 1973 y 2005, en buena
parte, gracias a los recursos generado por el café (Barón, 2010). Esto es evidencia de
que la continuidad de las políticas es necesaria para generar cambios permanentes
en la calidad de vida de una sociedad. Sin embargo, persisten grandes diferencias al
interior del departamento, siendo Pereira y Dosquebradas los únicos dos municipios
con un NBI menor a 15%. En 2009, Risaralda tuvo el 45,3% de su población por
debajo de la línea de pobreza. Es el sexto departamento con menor porcentaje de
población pobre después de Bogotá, Santander, Cundinamarca, Valle y Meta.
Cuadro 5
Risaralda: Índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) por municipio,
\
Municipio/
Departamento
Pereira
Apia
Balboa
Belén de Umbría
Dosquebradas
Guatica
La Celia
La Virginia
Marsella
Mistrato
Pueblo Rico
Quinchía
Santa Rosa de Cabal
Santuario
Risaralda
Bogotá
Caldas
Quindío
NBI, 1993
NBI, 2005
Tasa de variación
22,7
29,0
34,5
35,0
20,8
32,0
40,6
32,9
33,9
59,0
54,7
48,5
24,7
32,8
26,7
17,3
28,9
24,0
10,7
15,6
23,2
18,4
12,6
16,8
17,0
23,5
24,0
21,9
24,9
18,5
16,8
16,2
13,2
6,6
13,7
11,8
-52,7
-46,2
-32,7
-47,3
-39,4
-47,4
-58,2
-28,6
-29,1
-62,9
-54,5
-61,9
-32,1
-50,6
-50,6
-61,8
-52,6
-50,8
Fuente: Censos 1993 y 2005, DANE y cálculos de la autora.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
62
En Risaralda y el Eje Cafetero, el tema de la calidad de vida es particularmente interesante
pues la región cuenta con una mejor infraestructura física comparada con la mayoría de
regiones del país, lo que hace que su porcentaje de personas con Necesidades Básicas
Insatisfechas (NBI) sea bajo y que tenga una cobertura de servicios públicos más amplia
en comparación con otras regiones del país. Esto, sin embargo, coexiste con altos niveles
de pobreza cuando se mide por ingresos. Por ejemplo, el NBI de Manizales en 2005
fue de 10,03, uno de los más bajos del país, mientras que el 45,44% de su población se
encontraba por debajo de la línea de pobreza en 2009, lo que la hace la ciudad con mayor
porcentaje de población pobre de las 13 ciudades para las que se calcula esta información.
Asimismo, Caldas tiene un NBI de 13,7% pero su nivel de pobreza es del 56%. En el caso
de Risaralda, esta diferencia no es menos dramática36. En 2005, su NBI fue de 13,2% y su
población por debajo de la línea de pobreza 45,3% en 2009 (y 49% en 2005). Pereira tuvo
un NBI de 10,7% en 2005 pero su tasa de pobreza es de 42,8% (a 2009), lo que la hace la
segunda ciudad con mayor proporción de pobres, entre las que se calcula esta información.
Cuadro 6
Departamentos y ciudades seleccionadas: Indicadores de condiciones de vida,
pobreza, pobreza extrema y desarrollo humano(a,b)
Pobrezaa
Pobreza
extrema
Departamento/
Municipio
2002
2009
2002
2009
Risaralda
Antioquia
Caldas
Quindío
Pereira
Bogotá
Manizales
Medellín
13 áreas
Nacional
48,81
57,30
58,44
51,45
44,14
35,74
54,76
49,73
40,30
53,7
45,27 11,72 11,8
46,73 21,1 16,6
55,99 16,9 17,1
53,58 16,62 20,70
42,85 7,1
8,7
22,04 8,6
4,1
45,44 12,1 11,7
38,37 12,30 10,20
30,60 9,40 7,10
45,5 19,7
7,1
Índice de
condiciones
de vida (ICV)b
2005
Índice de
desarrollo
humano (IDH)
2005
80,70
81,4
78,7
81,20
n/a
n/a
n/a
n/a
n/a
78,8
0,77
0,79
0,77
0,76
n/a
0,83
n/a
n/a
n/a
0,78
a) La información de pobreza y pobreza extrema no está disponible para Armenia.
b) El ICV y el IDH son calculados para los departamentos solamente. El ICV y el IDH de las 13 áreas
corresponde al promedio de los departamentos al cual pertenecen.
Fuente: MESEP, 2009.
36
Más preocupante aún es que el NBI para los hogares agrícolas aumentó de 31% a 53,7% entre 1996 y
2000 (Ramírez et al, 2002).
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
63
El hecho de contar con un nivel relativamente bajo de población con NBI, hace que
los giros desde el gobierno nacional a los departamentos por vía del Sistema General
de Participaciones (las llamadas transferencias) a la región sean también bajas, ya que
este índice es utilizado en la distribución de estos recursos. De hecho, Risaralda es uno
de los departamentos que menores transferencias por población pobre recibe.
El Cuadro 7 muestra algunos indicadores relacionados al capital humano de
Risaralda, el Eje Cafetero, Antioquia, Valle y para el total nacional. Aunque los Andes
Occidentales es una de las regiones del país con mayor capital humano (Barón, 2010)37,
dentro de ésta, Risaralda presenta los indicadores más bajos. En analfabetismo tiene
la segunda tasa más alta después de Antioquia y en años promedio de educación para
personas de 20 a 65 años tiene la más baja. En cuanto a la educación superior, se
observa que los títulos de educación superior otorgados por cada 100.000 habitantes
HQ5LVDUDOGDVRQVLJQL¿FDWLYDPHQWHLQIHULRUHVDOUHVWRGHORVGHSDUWDPHQWRV\
al total nacional, y en particular con respecto a Caldas, que cuenta con 4.332 títulos de
educación superior por cada 100.000 habitantes.
Cuadro 7
Colombia y departamentos seleccionados: Alfabetismo, analfabetismo y
escolaridad, 2005
Departamento
Risaralda
Antioquia
Caldas
Quindío
Valle
Nacional
Analfabetismo
(%)
Años
promedio de
educación (5
años o más)
Años
promedio de
educación (de
20 a 65 años)
Títulos de
educación
superior (por
cada 100.000
habitantes)
11,0
11,9
10,8
10,5
9,0
12,6
6,2
6,2
6,2
6,4
6,8
6,2
7,5
7,7
7,6
7,8
8,4
7,8
1.984
3.218
4.332
2.776
2.752
3.174
Fuente: Censo 2005 y Observatorio Laboral del Ministerio de Educación y cálculos del autor.
37
De hecho, en los Censos de 1918 y 1938, el antiguo Caldas tenía la segunda tasa de alfabetismo más
alta del país.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
64
,9&RPHQWDULRV¿QDOHV
Risaralda es un departamento donde el café jugó un rol fundamental en su desarrollo y
posterior a la era del café, el departamento tuvo un proceso de tercerización, pasando
el comercio y los servicios al primer plano.
Aprovechando las ventajas del sector servicios, varias compañías de BPO y call
centers se han asentado en Pereira y sus alrededores.38 Asimismo, el turismo, tanto
de recreación como corporativo, es una actividad económica que presenta grandes
oportunidades por la buena infraestructura y los parques naturales con que cuenta
la región. En este sentido, los departamentos de Quindío, Caldas y Risaralda están
haciendo esfuerzos para trabajar conjuntamente para generar planes de turismo que
atraigan turistas nacionales e internacionales y poder ofrecerles paquetes turísticos
que los lleven a los tres departamentos. Sin embargo, no existen hasta el momento
HVWDGtVWLFDVFRQ¿DEOHVDFHUFDGHORVUHFXUVRVJHQHUDGRVSRUHOODV
El panorama presentado para el departamento de Risaralda muestra que para generar
cambios permanentes en la calidad de vida de una población son necesarias inversiones
y políticas públicas sostenidas en el tiempo. Muestra de esto son los altos índices de
pobreza y desempleo debido al débil desempeño de la economía en años recientes,
coexistiendo con bajos índices de NBI, debido a recursos cafeteros bien invertidos
en décadas pasadas. Por esta razón es imperativo encontrar sectores alternativos, o
YROYHUPiVH¿FLHQWHVORVH[LVWHQWHVSDUDFRPSHQVDUHVWDGLVPLQXFLyQHQHOGLQDPLVPR
económico de este departamento.
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38
%XVLQHVVSURFHVVLQJRXWVRXUFLQJ%32VHUH¿HUHDODVXEFRQWUDWDFLyQGHIXQFLRQHVGHSURFHVRVGH
negocios en proveedores de servicios, ya sea internos o externos a la compañía, usualmente en lugares
de menores costos. BPO se traduce como “Externalización de Procesos de Negocios”.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
65
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Anexo
*Ui¿FD,&UHFLPLHQWRGHO3,%GH5LVDUDOGD\UHVWRGH&RORPELD
(pesos constantes de 1975)
Fuente: Cálculos de la autora con base en DANE.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
67
*Ui¿FD,,,PSRUWDQFLDGHODLQGXVWULD5LVDUDOGD\UHVWR
1990-2005
Fuente: Cuentas departamentales, DANE
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
68
RegionEs - Volumen 6 Número 2 - Diciembre 2011 - Páginas 69 - 96
69
El gas de La Guajira y sus efectos económicos sobre el
departamento
Andrés Sánchez Jabba39
Resumen
Los campos de gas en La Guajira suministran la mayor parte del gas comercializado
HQ&RORPELDORTXHUHÀHMDVXLPSRUWDQFLDSDUDDWHQGHUODVQHFHVLGDGHVHQHUJpWLFDV
del país. Sin embargo, en el ámbito departamental, el impacto de esta actividad sobre
el desarrollo y el crecimiento económico ha sido limitado. En los entes territoriales
JXDMLURV KLVWyULFDPHQWH EHQH¿FLDGRV SRU VX H[SORWDFLyQ ODV UHJDOtDV JDVtIHUDV KDQ
JHQHUDGRXQDDOWDGHSHQGHQFLD¿VFDODGHPiVGHQRWHQHUXQHIHFWRVXVWDQFLDOVREUHORV
indicadores sociales de cobertura o la generación de encadenamientos productivos. El
principal reto de este sector subyace en garantizar el suministro de este energético ante
los pronósticos asociados a la disminución de las reservas guajiras. Para ello es crucial
que el Gobierno Nacional promueva las condiciones necesarias para la inversión en
HOGHVDUUROORGHWHFQRORJtDVTXHSHUPLWDQODH[SORWDFLyQGHJDVQRFRQYHQFLRQDO\DVt
aumentar las reservas.
Palabras clave: Gas natural, La Guajira, encadenamientos productivos, regalías.
JEL: H72, H75, L71, L78, Q41, Q47, Q48.
Abstract
*DVZHOOVDW/D*XDMLUDVXSSO\PRVWRI&RORPELDVFRPPHUFLDOL]HGJDVZKLFKUHÀHFWV
WKHLULPSRUWDQFHLQPHHWLQJWKHQDWLRQVHQHUJ\QHHGV+RZHYHUDWDVWDWHOHYHOWKH
LPSDFWRIWKLVDFWLYLW\RQHFRQRPLFJURZWKDQGGHYHORSPHQWKDVEHHQOLPLWHG7KH
UR\DOWLHV GHULYHG IURP JDV SURGXFWLRQ KDYH JHQHUDWHG D KLJK ¿VFDO GHSHQGHQF\ DQG
KDYHQ¶WKDGDVLJQL¿FDQWHIIHFWRQVRFLDOLQGLFDWRUV$GGLWLRQDOO\LWVH[SORLWDWLRQKDV
QRWJHQHUDWHGSURGXFWLYHFKDLQVZKLFKVWLPXODWHRWKHUVHFWRUVRI*XDMLUDVHFRQRP\
*LYHQH[SHFWDWLRQRIGHFUHDVLQJWUHQGVLQJDVVWRFNVWKHPDLQFKDOOHQJHRIWKLVVHFWRU
relies in securing national provision. For this purpose, it’s important that the National
*RYHUQPHQW VHWV FRQGLWLRQV ZKLFK SURPRWH LQYHVWPHQW LQ WKH GHYHORSPHQW RI QHZ
39
Investigador del Centro de Estudios Económicos Regionales (CEER) del Banco de la República. Este
WUDEDMR VH EHQH¿FLy GH FRQYHUVDFLRQHV FRQ HO ,QJHQLHUR -XDQ )HOLSH &iUGHQDV 830($JUDGH]FR
D-RVp0RODSRUVXH[FHOHQWHWUDEDMRFRPRDVLVWHQWHGHLQYHVWLJDFLyQHQHVWHHVWXGLR\DORVGHPiV
LQYHVWLJDGRUHV GHO &((5 SRU VXV DSRUWHV \ FRPHQWDULRV 7RGRV ORV FRPHQWDULRV D HVWD YHUVLyQ GHO
documento pueden ser enviados a [email protected].
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
70
WHFKQRORJLHVWKDWDOORZWKHH[SORLWDWLRQRIQRQFRQYHQWLRQDOJDVWKXVLQFUHDVLQJWKH
country’s reserves.
Keywords: Natural Gas, La Guajira, productive chains, royalties.
JEL: H72, H75, L71, L78, Q41, Q47, Q48.
Desde hace poco más de tres décadas, en el departamento de La Guajira se vienen
H[SORWDQGRORVFDPSRVGHJDVQDWXUDOPiVLPSRUWDQWHVGH&RORPELD6HJ~QFLIUDVGHO
0LQLVWHULRGH0LQDV\(QHUJtDHVWRVSURGXFHQDSUR[LPDGDPHQWHGRVWHUFHUDVSDUWHV
de la totalidad del gas comercializado en el país, lo que evidencia la importancia de
GLFKRVFDPSRVHQHOiPELWRQDFLRQDO(VSHFt¿FDPHQWHODH[WUDFFLyQGHHVWHUHFXUVR
natural no renovable en los campos guajiros ha permitido abastecer, en gran medida,
ODGHPDQGDQDFLRQDO$OPLVPRWLHPSRKDJHQHUDGRXQDGHIXHQWHGHLQJUHVRVFUXFLDO
SDUDHOGHSDUWDPHQWR\ORVPXQLFLSLRVJXDMLURVTXHVHEHQH¿FLDQGLUHFWDPHQWHFRQVX
H[SORWDFLyQ
1RREVWDQWHORDQWHULRUODVFLIUDV\HVWDGtVWLFDVDVRFLDGDVDODDFWLYLGDGVXJLHUHQTXHVX
HIHFWRVREUHHOFUHFLPLHQWR\HOGHVDUUROORHFRQyPLFRUHJLRQDOQRKDVLGRVLJQL¿FDWLYR
Ello se debe a que esta actividad económica no ha generado encadenamientos
productivos que permitan capitalizar, en otros sectores de la base económica economía
guajira, las utilidades derivadas de dicha actividad, ya que los incrementos que han
FDUDFWHUL]DGR HO FRPSRUWDPLHQWR GH OD SURGXFFLyQ JDVtIHUD JXDMLUD D OR ODUJR GH OD
última década no parecen haber incidido sobre el comportamiento de otros sectores.
(OORJHQHUDODQHFHVLGDGGHHYDOXDUHOPDUFREDMRHOFXDOVHHVWiH[SORWDQGRHOJDVGH
La Guajira, y posiblemente otros recursos naturales no renovables de Colombia.
Adicionalmente, las regalías40GHULYDGDVGHODH[WUDFFLyQGHJDVQRVHKDQWUDGXFLGR
en un mayor desarrollo económico, como debería suceder, puesto que se evidencia
XQ HVWDQFDPLHQWR HQ OD HYROXFLyQ GH ORV LQGLFDGRUHV GH FREHUWXUD VRFLDO 0iV DOOi
GHORDQWHULRUVHKDJHQHUDGRXQDDOWDGHSHQGHQFLD¿VFDOORTXHSURGXFHLQFHQWLYRV
SHUYHUVRV\DTXHORVHQWHVWHUULWRULDOHVTXHVHEHQH¿FLDQGHODH[WUDFFLyQGHJDVQR
KDQGLYHUVL¿FDGRVXVIXHQWHVGHLQJUHVRV¿VFDOHVDSDODQFDGRVHQODVHJXULGDGDVRFLDGD
D ODV UHJDOtDV (OOR LPSOLFD TXH D ODUJR SOD]R VH SXHGH SURQRVWLFDU XQ Gp¿FLW ¿VFDO
VXVWDQFLDOHQODV¿QDQ]DVS~EOLFDVJXDMLUDV\DTXHODVUHVHUYDVGHJDVHQORVFDPSRV
guajiros se encuentran en declinación. Adicionalmente, la entrada en vigencia del
nuevo marco regulatorio de las regalías, el cual busca una mayor homogeneidad en la
distribución de estos recursos, añade un agravante a esta situación.
&RQEDVHHQORDQWHULRUVHSXHGHD¿UPDUTXHODSRFDLQFLGHQFLDGHODSURGXFFLyQGH
gas sobre el crecimiento y desarrollo económico regional constituye un problema que
40
&RQWUDSUHVWDFLyQHFRQyPLFDSRUODH[SORWDFLyQGHXQUHFXUVRQDWXUDOQRUHQRYDEOHTXHVHFDXVDHQ
IDYRUGHO(VWDGRFRORPELDQR
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
71
UHÀHMDODIRUPDFRPRVHKDFRQVWLWXLGRODRIHUWD(VWRVHGHEHDOKHFKRGHTXHHVWDVHKD
desarrollado durante varias décadas dentro de un marco institucional que ha carecido
de los incentivos que permitan integrar a otros sectores productivos de la economía
regional.
Este estudio está compuesto por seis secciones, de las cuales la primera es la presente
introducción. En la sección dos se presenta una descripción del sector de gas en
&RORPELD\ODVRSHUDFLRQHVJDVtIHUDVHQ/D*XDMLUDUHVDOWDQGRVXLPSRUWDQFLDGHQWUR
GHOFRQWH[WRQDFLRQDO(QODVHFFLyQWUHVVHSUHVHQWDQODVSHUVSHFWLYDVGHSURGXFFLyQ\
abastecimiento asociadas a esta región del país. Igualmente, se presenta un análisis de
ODHYROXFLyQGHODV¿QDQ]DVS~EOLFDVHQIXQFLyQGHODVSUR\HFFLRQHVSURGXFWLYDV(QOD
VHFFLyQFXDWURVHDQDOL]DODIRUPDHQTXHHVWDDFWLYLGDGDIHFWDHOGHVDUUROORHFRQyPLFR
regional a través de la generación regalías. En la sección cinco se discute la posible
IRUPDFLyQ GH HQFDGHQDPLHQWRV SURGXFWLYRV TXH SHUPLWDQ SRWHQFLDU HO FUHFLPLHQWR
económico regional. Finalmente, en la sección seis se presentan las conclusiones del
estudio.
I. El mercado del gas en Colombia y la producción guajira
A. El mercado colombiano de gas natural
(O PHUFDGR GHO JDV QDWXUDO HQ &RORPELD HVWi FRQIRUPDGR SRU XQD FDGHQD GH
producción y suministro que involucra a productores, transportadores, distribuidores y
FRPHUFLDOL]DGRUHV/RVSURGXFWRUHVGHJDVQDWXUDOVRQTXLHQHVVHHQFDUJDQGHH[WUDHU
el recurso directamente de los pozos. Los transportadores son los que llevan el gas
desde los campos de producción hasta las ciudades y los grandes consumidores, como
las termoeléctricas. Los distribuidores de gas, reciben el recurso en las puertas de
ciudad, en las cuales se encuentran ubicadas estaciones encargadas de disminuir la
presión del mismo para ser distribuido hacia los establecimientos residenciales,
comerciales e industriales. Finalmente, los comercializadores de gas natural son las
HPSUHVDVHQFDUJDGDVGHFRQWDELOL]DU\IDFWXUDUHOFRQVXPRGHOPLVPR
La producción de gas se concentra en la Costa Caribe y los Llanos Orientales. De
DFXHUGRFRQOD8QLGDGGH3ODQHDFLyQ0LQHUR(QHUJpWLFD830(/D*XDMLUD\
&DVDQDUHGRQGHVHHQFXHQWUDQXELFDGRVORVFDPSRVGH%DOOHQD&KXFKXSD\&XVLDQD
respectivamente), concentran el 47% de las reservas probadas de gas en Colombia41.
0iVDOOiHOYROXPHQGHSURGXFFLyQGHHVWRVGRVFDPSRVUHSUHVHQWyHOGHOWRWDO
nacional para el año 2009. La situación actual de estos dos campos es muy distinta; La
Guajira representa un campo en declinación productiva, mientras que en campos como
41
Las reservas probadas son aquellas de las cuales se tiene un alto grado de certeza que serán recuperadas
HFRQyPLFDPHQWH FRQ ODV WpFQLFDV \ FRQRFLPLHQWR H[LVWHQWHV SRU OR WDQWR HVWiQ VLHQGR H[SORWDGDV
comercialmente en la actualidad.
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Cusiana, Cupiagua, La Creciente y Gibraltar, han empezado a operar nuevos pozos y
VHHVSHUDDPSOLDUVLJQL¿FDWLYDPHQWHODFDSDFLGDGSURGXFWLYD
(QFXDQWRDODGHPDQGDGHJDVHQ&RORPELDHVWDVHKDLQFUHPHQWDGRVLJQL¿FDWLYDPHQWH
GXUDQWH ORV ~OWLPRV DxRV (QWUH \ OD GHPDQGD SDVy GH PLOORQHV GH
SLHVF~ELFRVGLDULRV03&'D03&'ORTXHUHSUHVHQWDXQLQFUHPHQWRGHO
%. Dicha demanda está compuesta por los siguientes sectores: térmico, industrial,
GRPpVWLFR*DV1DWXUDO9HKLFXODUUH¿QHUtDV\HOSHWURTXtPLFR(OVHFWRUFRQPD\RU
FRQVXPRGHJDVHVHOWpUPLFRFRQXQGHOWRWDOQDFLRQDOYHU*Ui¿FD
Dentro de los sectores que componen la demanda por gas, se destaca el doméstico
por su crecimiento en los últimos años. El precio del gas se encuentra entre los más
bajos del mercado de energía primaria, razón por la cual su demanda entre los hogares
FRORPELDQRV KD FUHFLGR H[SRQHQFLDOPHQWH SXHV FRQVWLWX\H XQ EXHQ VXVWLWXWR IUHQWH
D IXHQWHV GH HQHUJtD FRQYHQFLRQDOHV 'XUDQWH OD ~OWLPD GpFDGD OD FREHUWXUD VH KD
GXSOLFDGRDOSDVDUGH¶XVXDULRVHQD¶HQYHU*Ui¿FD
*Ui¿FD'LVWULEXFLyQGHODGHPDQGDQDFLRQDOGHJDV
Fuente: Naturgas, 2010.
1RWD(VWDGLVWULEXFLyQQRWLHQHHQFXHQWDODVH[SRUWDFLRQHVD9HQH]XHOD
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*Ui¿FD&RPSRUWDPLHQWRFREHUWXUDGHJDVQDWXUDOVHFWRUGRPpVWLFR
)XHQWH0LQLVWHULRGH0LQDV\(QHUJtD
B. La producción de gas natural en La Guajira
/DSURGXFFLyQGHJDVHQ/D*XDMLUDVHLQLFLyKDFLD¿QDOHVGHODGpFDGDGHORVV
y se encuentra concentrada en los campos de Chuchupa y Ballena, los cuales están
localizados en el litoral Caribe colombiano, con la particularidad de que el campo
GH&KXFKXSDHVXQFDPSRFRVWDDIXHUDHVGHFLUVHHQFXHQWUDXELFDGRHQHOPDUYHU
0DSD
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
74
0DSD&DPSRVGHJDVHQ/D*XDMLUD
)XHQWH (ODERUDFLyQ GHO DXWRU FRQ EDVH HQ LQIRUPDFLyQ GHO ,QVWLWXWR *HRJUi¿FR$JXVWtQ &RGD]]L \ OD
8QLGDGGH3ODQHDFLyQ0LQHUR(QHUJpWLFD
Como se puede observar, las operaciones se desarrollan principalmente en el
PXQLFLSLRGH0DQDXUHHVGHFLUHQODPHGLDJXDMLUD(OFDPSRGH%DOOHQDHVHOFDPSR
PiVDQWLJXRLQDXJXUDGRHQPLHQWUDVTXH&KXFKXSDHVXQFDPSRFRQVWLWXLGR
SRUGRVSODWDIRUPDVGHSHUIRUDFLyQPDULQDV&KXFKXSD$\&KXFKXSD%ODVFXDOHV
IXHURQLQDXJXUDGDVHQ\UHVSHFWLYDPHQWH/DDGLFLyQGH&KXFKXSD%D
este campo de gas se produce como resultado del crecimiento de la cobertura, a nivel
QDFLRQDOGHULYDGDGHODLGHDGHPDVL¿FDUHOFRQVXPRGHJDVHQ&RORPELD3ODQGH
0DVL¿FDFLyQGHO*DV1DWXUDOHQ&RORPELD(QODVRSHUDFLRQHVGHJDVJXDMLUDVHO
JDVHVH[WUDtGRGHORVSR]RVXELFDGRVHQHVWRVGRVFDPSRVSDUDVXHQYtRDOD(VWDFLyQ
Ballena, desde la cual parten los tres gasoductos que transportan el gas hacia la Costa
Caribe, el interior del país y Venezuela, respectivamente42.
42
(QDxRVDQWHULRUHVODDPSOL/DH[SHGLFLyQGHO'HFUHWRGHREOLJDDORVSURGXFWRUHVGHJDV
natural a declarar y actualizar anualmente el potencial de producción asociado a cada campo para los
10 años posteriores a la declaración.
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75
Para el año 2009, el complejo de campos de gas de La Guajira produjo conjuntamente
03&'ORTXHUHSUHVHQWyXQGHODRIHUWDWRWDOQDFLRQDO830(/R
DQWHULRUUHÀHMDODLPSRUWDQFLDGHHVWRVFDPSRVSDUDHOVXPLQLVWURGHJDV\DTXHHOSDtV
GHSHQGHQRWDEOHPHQWHGHODSURGXFFLyQSURYHQLHQWHGHORVPLVPRVSDUDVDWLVIDFHUODV
necesidades de consumo de los distintos usuarios. De hecho, la producción asociada
DOJDVGH/D*XDMLUDKDUHSUHVHQWDGRHQWUHHO\HOGHOWRWDOQDFLRQDOHQHO
SHULRGRWDOFRPRORPXHVWUDOD*Ui¿FD1R
*Ui¿FD3DUWLFLSDFLyQGHODSURGXFFLyQHQHOWRWDOQDFLRQDOVHJ~QFDPSR
)XHQWH8QLGDGGH3ODQHDFLyQ0LQHUR(QHUJpWLFD
1RWD(QHO$QH[RVHSXHGHFRQVXOWDUODSURGXFFLyQDVRFLDGDDFDGDFDPSRGHJDV
II. Perspectivas de producción
El abastecimiento y suministro de gas es un tema crucial en este sector y, debido
DO YROXPHQ GH VX SURGXFFLyQ /D *XDMLUD GHVHPSHxD XQ SDSHO IXQGDPHQWDO SDUD
garantizar el cubrimiento de la creciente demanda por este recurso. De acuerdo con las
SUR\HFFLRQHVGHSURGXFFLyQDVRFLDGDVDORVFDPSRVJDVtIHURVGH/D*XDMLUD43, hacia el
DxRGLFKRVFDPSRVHVWDUiQSURGXFLHQGR03&'ORTXHHTXLYDOHDOGH
ODSURGXFFLyQDFWXDOVLWXDFLyQTXHHVLOXVWUDGDSRUOD*Ui¿FD44
43
(OSRWHQFLDOGHSURGXFFLyQSXHGHVHUFRQVXOWDGRHQOD5HVROXFLyQGHGHO00(
44
&DSDFLGDGGHSURGXFFLyQGHHVWRVFDPSRVKDSHUPLWLGRQRVyORVDWLVIDFHUODGHPDQGDQDFLRQDOVLQR
TXHKDSHUPLWLGRJHQHUDUH[FHGHQWHVGHSURGXFFLyQTXHVRQH[SRUWDGRVD9HQH]XHOD
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*Ui¿FD3URGXFFLyQKLVWyULFD\SUR\HFFLRQHVGHRIHUWDHQ/D*XDMLUD
)XHQWH830(\5HVROXFLyQGHGHO00(
Como se puede observar, es evidente que la producción de gas en La Guajira
VH HQFXHQWUD HQ XQ SXQWR GH LQÀH[LyQ \ SUy[LPD D OD GHFOLQDFLyQ OR FXDO WLHQH
implicaciones importantes si se tiene en cuenta que el abastecimiento nacional depende
VLJQL¿FDWLYDPHQWHGHODSURGXFFLyQSURYHQLHQWHGHHVWDUHJLyQGHOSDtV(QWRGRFDVR
ORTXHGHMDQFODURODVSUR\HFFLRQHVGHRIHUWDHVTXHHQ/D*XDMLUDVHSUHVHQWDUiXQD
disminución sostenida de la producción, lo que generará dos tipos de amenazas, tanto
HQORVUHFXUVRV¿VFDOHVFRPRHQODJHQHUDFLyQGHOHQHUJpWLFR
En primer lugar, las regalías disminuirán proporcionalmente con la producción de
gas natural debido a la tendencia decreciente en la producción, lo que implica una
WHQGHQFLDVLPLODUHQORVUHFXUVRV¿VFDOHVTXHJHQHUDHVWDDFWLYLGDGHFRQyPLFDSDUDORV
PXQLFLSLRV\GHSDUWDPHQWRVFRORPELDQRV(VWDVLWXDFLyQHVH[SXHVWDSRUHO*Ui¿FD
HQHOFXDOVHSUR\HFWDQODVGLVPLQXFLRQHVHQODVUHJDOtDVGHULYDGDVGHODH[WUDFFLyQ
GHJDVQDWXUDOJXDMLURHQIXQFLyQGHODSURGXFFLyQSRWHQFLDOLQGLFDGDOD5HVROXFLyQ
GHO0LQLVWHULRGH0LQDV\(QHUJtD45.
45
Para dicho propósito se realizaron proyecciones en los precios regulados del gas natural en La Guajira
YHU$QH[RFRQHOREMHWLYRGHFDOFXODUHOYDORUQRPLQDOGHODSURGXFFLyQ\SRUHQGHGHODVUHJDOtDV
GHULYDGDVGHODSURGXFFLyQGHJDVVHJ~QORHVWDEOHFLGRSRUOD/H\GH
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*Ui¿FD 3UR\HFFLRQHV GH UHJDOtDV GHULYDGDV GH OD SURGXFFLyQ GH JDV HQ /D
Guajira
Fuente: Cálculos del autor con base en proyecciones de producción de la Resolución 180757 de 2010 del
0LQLVWHULRGH0LQDV\(QHUJtD
Lo más preocupante, sin embargo, es que con la entrada en vigencia del nuevo
UpJLPHQGHUHJDOtDVODV¿QDQ]DVS~EOLFDVGHORVHQWHVJXDMLURVTXHWUDGLFLRQDOPHQWH
VH KDQ EHQH¿FLDGR GH ODV PLVPDV VH YDQ D YHU SHUMXGLFDGDV GHELGR XQD PD\RU
homogeneidad en la repartición de estos recursos. En ese orden de ideas se puede
esperar una reducción sustancial en los ingresos de los entes territoriales guajiros que
históricamente han dependido de la producción de gas natural para la ejecución de
VXVLQJUHVRV¿VFDOHV(OORSHUPLWHSURQRVWLFDUXQGp¿FLW¿VFDOFRQVLGHUDEOHHLQFOXVR
SRGUtDGLVPLQXLUHOELHQHVWDUGHODSREODFLyQ\DTXHVLELHQHVFLHUWRTXHHOHIHFWRGH
las regalías sobre el mismo no ha sido el esperado, la situación podría ser peor si no se
KXELHUDFRQWDGRFRQGLFKRVUHFXUVRV0HLVHO
(QVHJXQGROXJDUHODJRWDPLHQWRGHJDVQDWXUDOJXDMLURLPSOLFDTXHODRIHUWDQDFLRQDO
SRGUtDYHUVHDIHFWDGDVLJQL¿FDWLYDPHQWHVLQRVHGHVFXEUHQQXHYRV\DFLPLHQWRVRKD\
UHFODVL¿FDFLRQHVGHUHVHUYDVGHSUREDEOHVDSUREDGDVSXHVWRTXHODSURGXFFLyQGH
esta región representa dos terceras partes del total nacional. En ese sentido se podría
generar una escasez de gas a nivel nacional en el mediano plazo, especialmente si se
tiene en cuenta que la evolución reciente del mercado se ha caracterizado por presentar
DXPHQWRVHQODGHPDQGDYHU$QH[R
$PHGLDQRSOD]RVHSRGUtDSURGXFLUXQGp¿FLWGHRIHUWD'HDFXHUGRFRQORVFiOFXORV
GHOD8QLGDGGH3ODQHDFLyQ0LQHUR(QHUJpWLFD830(HOSDtVHVDXWRVX¿FLHQWHHQ
el suministro de gas hasta el año 2015.$SDUWLUGHHVHDxRODRIHUWDQDFLRQDOVHUtD
&RQVXOWDUHO3ODQGH$EDVWHFLPLHQWRSDUDHO6XPLQLVWUR\7UDQVSRUWHGH*DV1DWXUDOHODERUDGR
SRUOD830(
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LQVX¿FLHQWHSDUDDWHQGHUODGHPDQGDORTXHJHQHUDUtDODQHFHVLGDGGHLPSRUWDUJDV
lo cual resultaría más costoso. Esto podría desencadenar un aumento en los precios de
FRPHUFLDOL]DFLyQGHELGRDODHVFDVH]\ODOLEHUDFLyQGHSUHFLRVKDFLDODVUHIHUHQFLDV
de mercados internacionales.
El incremento en el precio del gas perjudicaría notablemente a los consumidores.
3DUWLFXODUPHQWHUHGXFLUtDHOH[FHGHQWHGHOFRQVXPLGRUGHORVXVXDULRVUHVLGHQFLDOHV
que sustituyen la energía eléctrica por gas natural. El aumento en los precios del gas
DIHFWDUtDFRQVLGHUDEOHPHQWHDORVHVWUDWRV\ORVFXDOHVUHSUHVHQWDQHOGHO
mercado residencial de gas natural en Colombia.47
Para prevenir este tipo de escenarios es necesaria la promoción de estrategias que
IDYRUH]FDQ HO DEDVWHFLPLHQWR GH JDV QDWXUDO D PHGLDQR \ ODUJR SOD]R 3DUD HOOR HV
crucial que el Gobierno Nacional genere incentivos y condiciones que incentiven
OD LQYHUVLyQ HQ H[SORUDFLyQ \ HO GHVDUUROOR GH QXHYDV WHFQRORJtDV TXH SHUPLWDQ HO
DXPHQWRGHODVUHVHUYDV(VWR~OWLPRHVGHYLWDOLPSRUWDQFLD\DTXHODH[SORWDFLyQGH
JDVHVQRFRQYHQFLRQDOHVSRGUtDDXPHQWDUVLJQL¿FDWLYDPHQWHODRIHUWDWDOFRPRORKD
KHFKRHO0LQLVWHULRGH0LQDV\(QHUJtDFRQODH[SHGLFLyQGHO'HFUHWRGH
3RUHMHPSORVHJ~QOD830(FRQEDVHHQLQIRUPDFLyQGHOD$JHQFLD1DFLRQDO
de Hidrocarburos, a 31 de diciembre de 2009 el país contaba con un total de reservas
GHJDVQDWXUDOTXHDVFHQGtDQD7HUD3LHV&~ELFRV73&HQWUHSUREDGDVSUREDEOHV
y posibles. Por otro lado, Arthur D. Little (2008) ha estimado que las reservas de
gas asociadas al Shale Gas DUFLOODV FRQ JDV XQD IRUPD GH JDV QR FRQYHQFLRQDO
DVFLHQGHQD73&ORTXHFXDGULSOLFDODVUHVHUYDVDFWXDOHV
,,,5HJDOtDVGHOJDVQDWXUDO\GHVDUUROORHFRQyPLFR
En la sección anterior se presentó la importancia de la producción de gas en La
Guajira. En la siguiente sección se presenta un análisis asociado a la contribución
TXH OD H[SORWDFLyQ GH JDV KD GHMDGR DO GHVDUUROOR HFRQyPLFR GHO 'HSDUWDPHQWR \
VXVPXQLFLSLRVDWUDYpVGHODVUHJDOtDVTXHVHGHULYDQGHODH[WUDFFLyQGHOUHFXUVR
9DOHODSHQDDFODUDUTXHDXQTXHHO$FWR/HJLVODWLYRGHPRGL¿FyORVDUWtFXORV
\ GH OD &RQVWLWXFLyQ 3ROtWLFD UHODFLRQDGRV FRQ HO 5pJLPHQ GH 5HJDOtDV \
Compensaciones, la creación del Sistema General de Regalías constituye un marco
OHJDOUHFLHQWHTXHUHTXLHUHGHODJHQHUDFLyQGHLQIRUPDFLyQVX¿FLHQWHSDUDSRGHUVHU
HYDOXDGRORFXDOFRQVWLWX\HXQHMHUFLFLRLPSRUWDQWHSDUDIXWXURVHVWXGLRVUHODFLRQDGRV
con el tema. Por ende, en esta sección nos limitamos a analizar la importancia de las
UHJDOtDVSDUDODV¿QDQ]DVS~EOLFDV\HOGHVDUUROORHFRQyPLFRJXDMLUREDMRHOPDUFR
legal que había regido la repartición de estos recursos hasta que se aprobó dicho Acto.
47
;,,,$VDPEOHD\&RQJUHVR$QXDO1DWXUJDV,QGLFDGRUHV0HUFDGR5HVLGHQFLDOGH*DV1DWXUDOPDU]R
\GH
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$5HJDOtDVFRPRIXHQWHGHLQJUHVRV¿VFDOHV
De acuerdo con el marco legal asociado a la Ley 141 de 1994,48 el pago de las
FRQWUDSUHVWDFLRQHV HFRQyPLFDV HQ IDYRU GHO (VWDGR SRU OD H[SORWDFLyQ GH UHFXUVRV
naturales no renovables se dirigía hacia los entes territoriales en cuyo territorio se
DGHODQWDQ H[SORWDFLRQHV GH HVWRV UHFXUVRV DVt FRPR ORV PXQLFLSLRV \ GLVWULWRV FRQ
SXHUWRVPDUtWLPRV\ÀXYLDOHVSRUGRQGHVHWUDQVSRUWDQORVPLVPRVRVXVGHULYDGRV49.
La misma ley indicaba que estos recursos debían ser invertidos en proyectos dirigidos
a incrementar la cobertura de los indicadores sociales, tales como salud, educación,
DFXHGXFWR\DOFDQWDULOODGR\DGLVPLQXFLyQGHODPRUWDOLGDGLQIDQWLO
Según la antigua normatividad asociada al pago de las regalías, esta correspondía a
un porcentaje que se encontraba entre el 8% y el 25% del valor de la producción50,
\VHGLVWULEXtDHQWUHHOGHSDUWDPHQWR\ORVPXQLFLSLRVRGLVWULWRVGRQGHVHH[WUDHHO
recurso, el Fondo Nacional de Regalías (FNR)51 y los municipios o distritos portuarios
vinculados al transporte del recurso. De dicho monto, al departamento le correspondía
el 47,5% de las regalías; a los municipios productores el 12,5%; al FNR el 32% y el
porcentaje restante a los municipios o distritos portuarios.
El valor de las regalías está determinado por el volumen de producción del
hidrocarburo. Por ende, el hecho de que en La Guajira sea el mayor productor del
gas comercializado en Colombia implica que este departamento y sus municipios
IXHUDQ ORV SULQFLSDOHV EHQH¿FLDULRV GH OD H[SORWDFLyQ GH HVWH UHFXUVR 3RU HMHPSOR
para el Departamento las regalías del gas han representado, en algunos años, la mayor
SURSRUFLyQGHODVUHJDOtDVWRWDOHVYHU*Ui¿FDDSHVDUGHTXHHQHVWHGHSDUWDPHQWR
se produce una cantidad importante de carbón.
48
'LFKDOH\IXHPRGL¿FDGDSRUOD/H\GH
49
6HJ~QHO$UWGHOD/H\GHVHFODVL¿FDQFRPRPXQLFLSLRVRGLVWULWRVSRUWXDULRVDTXHOORV
en cuya jurisdicción se hallen ubicadas instalaciones permanentes, terrestres y marítimas, construidas
y operadas para el cargue y descargue ordinario y habitual en embarcaciones, de dichos recursos o sus
derivados.
50
$UWtFXORGHOD/H\GH
51
(O)RQGR1DFLRQDOGH5HJDOtDVIXHVXSULPLGRDSDUWLUGHOGHHQHURGH
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*Ui¿FD5HJDOtDVVHJ~QUHFXUVRQDWXUDOQRUHQRYDEOH/D*XDMLUDSRUFHQWDMH
GHOWRWDO
)XHQWH&iOFXORVGHODXWRUFRQEDVHHQLQIRUPDFLyQVXPLQLVWUDGDSRUOD*REHUQDFLyQGH/D*XDMLUD
1RWD(QHO$QH[RVHSXHGHQHQFRQWUDUODVUHJDOtDVDVRFLDGDVDFDGDXQRGHORVUHFXUVRVQDWXUDOHVQR
UHQRYDEOHVTXHVRQH[SORWDGRVHQ/D*XDMLUD
1RWD(QHVWH*Ui¿FDVHH[FOX\HQODVUHJDOtDVGHULYDGDVGHODH[SORWDFLyQGHVDO\PHWDOHVSUHFLRVRV\D
TXHHVWDVVRQPtQLPDVHQFRPSDUDFLyQFRQODVUHJDOtDVGHULYDGDVGHODH[SORWDFLyQGHFDUEyQ\JDV
No obstante, los municipios productores o aquellos en cuya jurisdicción se transporta
HVWH KLGURFDUEXUR WDPELpQ VH EHQH¿FLDEDQ GLUHFWDPHQWH GH OD DFWLYLGDG &RPR VH
REVHUYDHQHO0DSDHQ0DQDXUHVHFRQFHQWUDQODVRSHUDFLRQHVJDVtIHUDVUD]yQSRUOD
FXDOHVWHPXQLFLSLRKDVLGRHOPD\RUEHQH¿FLDULRGHODVUHJDOtDVGHOJDV6LQHPEDUJR
RWURV PXQLFLSLRV FRPR 5LRKDFKD 'LEXOOD \ 8ULELD WDPELpQ KDQ UHFLELGR UHJDOtDV
derivadas del gas por ser territorios por los cuales se transporta el hidrocarburo. Ello
VHLOXVWUDHQHO*Ui¿FDHOFXDOPXHVWUDODVUHJDOtDVJDVtIHUDVJLUDGDVSRUOD$JHQFLD
1DFLRQDOGH+LGURFDUEXURVHQIDYRUGHODVHQWLGDGHVWHUULWRULDOHVGH/D*XDMLUDSDUD
HOSHULRGR52
52
'HELGRDTXH/D*XDMLUDQRSRVHHUHVHUYDVGHSHWUyOHRORVJLURVGHOD$1+HQIDYRUGHODVHQWLGDGHV
WHUULWRULDOHVHQHVWDUHJLyQFRUUHVSRQGHQH[FOXVLYDPHQWHDDTXHOODVDVRFLDGDVDOJDVQDWXUDO
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
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*Ui¿FD5HJDOtDVGHOJDVVHJ~QHQWLGDGWHUULWRULDO/D*XDMLUDPLOORQHVGHSHVRV
Fuente: Agencia Nacional de Hidrocarburos.
Al analizar los montos girados a cada entidad territorial de La Guajira se podría
HVSHUDUTXHODVUHJDOtDVFRQVWLWX\DQXQDSURSRUFLyQVXVWDQFLDOGHVXVLQJUHVRV¿VFDOHV
HQ SDUWLFXODU SDUD 0DQDXUH (IHFWLYDPHQWH GLFKRV UHFXUVRV KDQ UHSUHVHQWDGR XQD
proporción importante de los ingresos totales en este municipio, pues el 57,7% de
HVWRVHQHOSHULRGRVHGHEHQDODVUHJDOtDVGHOJDV(OORVHSXHGHFRQVWDWDU
al mirar el Cuadro 1, el cual muestra el índice de dependencia de los ingresos
DVRFLDGRVDODVUHJDOtDVGHOJDV(OtQGLFHVHGH¿QHFRPRODWDVDGHSDUWLFLSDFLyQGH
las regalías dentro de los ingresos totales en una vigencia determinada53. Se evidencia
TXHODGHSHQGHQFLDKDVLGRFRQVLGHUDEOHPHQWHDOWDWDQWRSDUD0DQDXUHFRPRSDUDHO
Departamento de La Guajira. Ello resalta la importancia de esta actividad sobre las
¿QDQ]DVS~EOLFDVUHJLRQDOHV
53
Formalmente, el Índice de Dependencia (ID) para la vigencia tVHGH¿QHFRPR,'t = Regalíast/Ingresost
*100. Donde Regalíast corresponde a las regalías incorporadas a la vigencia en el periodo t, mientras
que Ingresost corresponde a los ingresos totales ejecutados en el periodo t.
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&XDGURËQGLFHGHGHSHQGHQFLDVHJ~QHQWLGDGWHUULWRULDO/D*XDMLUD
2004
2005
2007
2008
0DQDXUH
La Guajira
72,22
50,51
49,53
55,90
27,00
22,58
)XHQWH&iOFXORVGHODXWRUFRQEDVHHQLQIRUPDFLyQGHO'HSDUWDPHQWR1DFLRQDOGH3ODQHDFLyQ\OD$JHQFLD
Nacional de Hidrocarburos.
(Q HO FXDGUR DQWHULRU VH HYLGHQFLD OD DOWD GHSHQGHQFLD ¿VFDO SRU HVWRV UHFXUVRV OR
TXH GLVPLQX\H OD LPSRUWDQFLD UHODWLYD GH RWUDV IXHQWHV GH LQJUHVRV ¿VFDOHV DQWH OD
PDJQLWXGGHORVLQJUHVRVGHULYDGRVGHODVUHJDOtDV8QDPXHVWUDGHHOORVXE\DFHHQ
OD UHGXFLGD SDUWLFLSDFLyQ GH ORV UHFDXGRV ¿VFDOHV DVRFLDGRV D ORV LPSXHVWRV VREUH
la industria y comercio y el predialHQORVLQJUHVRVWRWDOHVYHU*Ui¿FD(QRWUDV
SDODEUDVHVWRV HQWHV WHUULWRULDOHVKDQ DSDODQFDGRODJHQHUDFLyQGH UHFXUVRV¿VFDOHV
FRQODVUHJDOtDVSURYHQLHQWHVGHODH[SORWDFLyQGHJDV
*Ui¿FD 3DUWLFLSDFLyQ GH ORV UHFDXGRV ¿VFDOHV \ ODV UHJDOtDV HQ ORV LQJUHVRV
WRWDOHV0DQDXUHSRUFHQWDMHGHORVLQJUHVRVWRWDOHV
)XHQWH &iOFXORV GHO DXWRU FRQ EDVH HQ LQIRUPDFLyQ GHO 6LVWHPD (OHFWUyQLFR $XGLWRU GH 5HJDOtDV GHO
Departamento Nacional de Planeación.
1RWD(QHO$QH[RVHHQFXHQWUDQORVLQJUHVRVDVRFLDGRVDORVLPSXHVWRVGH,QGXVWULD\&RPHUFLR\3UHGLDO
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
83
(QOD¿JXUDDQWHULRUVHSXHGHREVHUYDUTXHHQ0DQDXUHORVLQJUHVRVFRQMXQWRVSRU
concepto de impuesto predial e industria y comercio representan un porcentaje muy
reducido en comparación con los ingresos asociados a las regalías del gas. Este
KHFKRHVHQGyJHQR\VHSURGXFHFRPRUHVXOWDGRGHXQDFRPSRVLFLyQ¿VFDODOWDPHQWH
dependiente de las regalías. Esto es consistente con lo encontrado por Benavides et
al. (2000).
8QDVLWXDFLyQVLPLODURFXUUHDQLYHOGHSDUWDPHQWDOGRQGHORVUHFDXGRVDVRFLDGRVDORV
impuestos sobre los licores, cervezas, cigarrillos y tabaco, entre otros, han presentado
un estancamiento e incluso han tenido tendencias decrecientes en la participación
HQORVLQJUHVRVWRWDOHVGHO'HSDUWDPHQWRWDOFRPRVHPXHVWUDHQOD*Ui¿FD(OOR
UHSUHVHQWDXQDSRVLFLyQGHVIDYRUDEOHSDUDHVWRVHQWHVWHUULWRULDOHVDQWHHODJRWDPLHQWR
del recurso y la entrada en vigencia del nuevo régimen de regalías y compensaciones,
\DTXHVHSURGXFLUiXQDGLVPLQXFLyQGHODVUHJDOtDVJDVtIHUDVWDOFRPRORPRVWUyOD
*Ui¿FD
*Ui¿FD 3DUWLFLSDFLyQ GH ORV UHFDXGRV ¿VFDOHV \ ODV UHJDOtDV HQ ORV LQJUHVRV
WRWDOHV/D*XDMLUDSRUFHQWDMHGHORVLQJUHVRVWRWDOHV
)XHQWH&iOFXORVGHODXWRUFRQEDVHHQLQIRUPDFLyQGHOD*REHUQDFLyQGH/D*XDMLUD%DQFRGHOD5HS~EOLFD
&RQWUDORUtD*HQHUDO5HS~EOLFD0LQLVWHULRGH+DFLHQGD\'HSDUWDPHQWR1DFLRQDOGH3ODQHDFLyQ
1RWD (Q HO$QH[R VH HQFXHQWUDQ ORV LQJUHVRV DVRFLDGRV D ORV LPSXHVWRV GH ,QGXVWULD \ &RPHUFLR \
Predial.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
84
B. Regalías como fuente de desarrollo económico
Como se ha podido ver, las regalías del gas son de vital la importancia para el
IRUWDOHFLPLHQWRGHODV¿QDQ]DVS~EOLFDV\DTXHKDQSHUPLWLGRDHVWRVHQWHVWHUULWRULDOHV
FRQWDUFRQXQDIXHQWHDGLFLRQDO\VXVWDQFLDOGHLQJUHVRV¿VFDOHV6HJ~QOD/H\GH
1994, estos recursos deben ser invertidos en el mejoramiento del bienestar social, lo
que incluye inversiones destinadas a aumentar la cobertura de indicadores sociales en
VDOXGHGXFDFLyQVDQHDPLHQWREiVLFR\GLVPLQXFLyQGHODPRUWDOLGDGLQIDQWLO
([LVWHQDOJXQRVHVWXGLRVTXHKDQDQDOL]DGRHOLPSDFWRGHODVUHJDOtDVVREUHHOGHVDUUROOR
económico, dentro de los cuales se destaca un estudio elaborado por la Secretaría de
Hacienda Distrital de Cartagena (SDHC, 2010). En este estudio se concluye que no
KD\XQLPSDFWRVLJQL¿FDWLYRGHODVUHJDOtDVVREUHHOELHQHVWDUVRFLDOHQORVPXQLFLSLRV
que concentran la mayoría de los recursos naturales no renovables. Esta conclusión
HV DItQ D RWUR HVWXGLR GHO 'HSDUWDPHQWR 1DFLRQDO GH 3ODQHDFLyQ GRQGH VH
UHVDOWDTXH³GHORVVLHWHPD\RUHVGHSDUWDPHQWRVEHQH¿FLDULRVGHUHFXUVRVGHUHJDOtDV
QLQJXQR FXHQWD FRQ HO WRWDO GH FREHUWXUDV PtQLPDV H[LJLGDV´ '13 S Finalmente, vale la pena mencionar el estudio de Benavides et al. (2000), el cual
HVWDEOHFHTXHHOHIHFWRGHODUHJDOtDVVREUHODV¿QDQ]DVS~EOLFDVHVQHJDWLYR\DTXH
LQFUHPHQWDQODGHSHQGHQFLD¿VFDO$GLFLRQDOPHQWHHQFXHQWUDQTXHHVWRVUHFXUVRVQR
se invierten en sectores de alta rentabilidad social, como educación y salud, debido a
que se prioriza su gasto en sectores no prioritarios, como el mantenimiento de vías y
pagos del servicio de la deuda.
(OFDVRUHODFLRQDGRFRQHVWHHVWXGLRQRGL¿HUHPXFKRGHHVDVFRQFOXVLRQHVSXHVHO
HIHFWRGHHVWDDFWLYLGDGVREUHHOGHVDUUROORHFRQyPLFRJXDMLURQRKDVLGRHOHVSHUDGR
(OOR D SHVDU GH TXH HQWUH \ /D *XDMLUD KD IXH XQR GH ORV SULQFLSDOHV
departamentos receptores de regalías (incluyendo regalías provenientes de la
H[SORWDFLyQGHRWURVUHFXUVRVQDWXUDOHVQRUHQRYDEOHVFRPRFDUEyQ\SHWUyOHR\TXH
0DQDXUHKDVLGRXQRGHORVPXQLFLSLRVJXDMLURVPiVEHQH¿FLDGRVFRQODWUDQVIHUHQFLD
GHHVWRVUHFXUVRVYHU$QH[R(VWROHKDSHUPLWLGRDHVWRVHQWHVFRQWDUFRQUHFXUVRV
adicionales para cumplir con las metas de cobertura.
Se esperaría que durante este periodo los indicadores sociales hubieran mejorado. No
obstante, lo que se ha observado en los últimos años es que los indicadores sociales se
han estancado a pesar de que las regalías del gas, en términos reales, han tenido una
WHQGHQFLDFUHFLHQWHWDOFRPRORPXHVWUDOD*Ui¿FD
La poca incidencia de las regalías sobre el desarrollo económico se puede constatar al
comparar los indicadores sociales con aquellos asociados al siguiente nivel jerárquico.
3RU HMHPSOR HQ WRGRV ORV FRPSRQHQWHV YLWDOHV D H[FHSFLyQ GH VDOXG 0DQDXUH
presenta indicadores rezagados con respecto al Departamento de La Guajira. Para ello
VHDQDOL]DODUD]yQHQWUHODWDVDGHFREHUWXUDPXQLFLSDOHQXQLQGLFDGRUHVSHFt¿FR\
ODWDVDGHSDUWDPHQWDO(QOD*Ui¿FDVHSXHGHREVHUYDUTXHHVWHPXQLFLSLRSUHVHQWD
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
85
XQD7DVD GH 0RUWDOLGDG ,QIDQWLO 70, TXH HV HO GREOH GH OD70, GHSDUWDPHQWDO \
una tasa de acueducto y alcantarillado que es de 0,25 veces la tasa departamental.
Análogamente, el Departamento de La Guajira presenta una cobertura en educación
TXHHVHQSURPHGLRYHFHVODFREHUWXUDQDFLRQDO\XQD70,TXHGREODODWDVD
nacional.
*Ui¿FD,QJUHVRVSURYHQLHQWHVGHUHJDOtDVGHOJDV\HYROXFLyQGHORVLQGLFDGRUHV
VRFLDOHVVHJ~QHQWHWHUULWRULDO/D*XDMLUD
Fuente: Sistema Electrónico Auditor de Regalías (SELAR) del Departamento Nacional de Planeación y
Agencia Nacional de Hidrocarburos.
1RWD/DVUHJDOtDVVHHQFXHQWUDQH[SUHVDGDVHQWpUPLQRVUHDOHVXVDQGRHOËQGLFHGH3UHFLRVDO&RQVXPLGRU
base 2008.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
86
*Ui¿FD (YROXFLyQ GH ORV LQGLFDGRUHV VRFLDOHV IUHQWH DO VLJXLHQWH QLYHO
MHUiUTXLFR0DQDXUH\/D*XDMLUD
)XHQWH&iOFXORVGHODXWRUFRQEDVHHQHO'HSDUWDPHQWR1DFLRQDOGH3ODQHDFLyQ0LQLVWHULRGH(GXFDFLyQ
Nacional y el Departamento Administrativo Nacional de Estadística.
Lo anterior resalta que la producción de gas natural en La Guajira ha generado recursos
TXHFRQVWLWX\HQXQDLPSRUWDQWHIXHQWHGHLQJUHVRVSDUDHOGHSDUWDPHQWR\DOJXQRVGH
sus municipios. No obstante, dichos recursos no han tenido un impacto sustancial sobre
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
87
el bienestar de la población, pues los indicadores sociales de cobertura evidencian un
estancamiento e incluso un rezago con respecto a los indicadores departamentales y
nacionales, respectivamente. Nuevamente, esto es consistente con las conclusiones de
Benavides et al.DVtFRPRGHO'13\OD6'+&/RDQWHULRUSRGUtDH[SOLFDUVH
DSDUWLUGHSUREOHPDVUHODFLRQDGRVFRQODFRUUXSFLyQ\ODLQH¿FLHQFLDHQHOPDQHMRGH
estos recursos, tal como lo señala Viloria (2002).
El debate en torno al impacto de las regalías sobre el desarrollo económico permanece
en el centro de atención de muchos estudios. Los análisis que buscan evaluar esta
KLSyWHVLV VH H[WLHQGHQ WDQWR D QLYHO GHSDUWDPHQWDO FRPR PXQLFLSDO H LQFOXVR GH
DFXHUGR DO UHFXUVR H[SORWDGR 3HUU\ \ 2OLYHUD UHDOL]DQ XQD HYDOXDFLyQ GHO
impacto de las regalías sobre el desarrollo y concluyen que dichos recursos han
contribuido a un mayor desarrollo, principalmente a nivel municipal. Otros autores,
FRPR0HLVHODUJXPHQWDQTXHVLQHVWRVUHFXUVRVODVLWXDFLyQVRFLRHFRQyPLFD
de los entes territoriales de La Guajira sería peor. Sin embargo, coinciden en la
QHFHVLGDGGHHYDOXDUODH¿FLHQFLDDVRFLDGDDODHMHFXFLyQGHHVWRVUHFXUVRV\HYDOXDU
su contribución al desarrollo económico.
IV. Encadenamientos productivos
(QODVHFFLyQDQWHULRUVHDQDOL]yHOHIHFWRGHODH[SORWDFLyQGHJDVVREUHHOELHQHVWDU
GH OD SREODFLyQ JXDMLUD D WUDYpV GH ODV UHJDOtDV HV GHFLU VH HYDOXy VX HIHFWR VREUH
HOGHVDUUROORHFRQyPLFRGHO'HSDUWDPHQWR6HHQFRQWUyTXHHOHIHFWRQRKDVLGRHO
esperado y que por el contrario, las regalías del gas han generado altos índices de
GHSHQGHQFLD¿VFDOORVFXDOHVUHSUHVHQWDQDPHQD]DVIXWXUDVSDUDODV¿QDQ]DVS~EOLFDV
GHODVHQWLGDGHVWHUULWRULDOHVTXHVHEHQH¿FLDQGLUHFWDPHQWHGHHVWDDFWLYLGDG
6LQHPEDUJRRWURDVSHFWRTXHYDOHODSHQDDQDOL]DUHVHOHIHFWRTXHHVWDDFWLYLGDG
tiene sobre otros sectores de la economía guajira. Esto se puede evaluar a través de un
análisis que incorpore la generación de encadenamientos productivos; medidos como
el grado hasta el cual las operaciones asociadas a la producción de gas estimulan el
crecimiento de otros sectores productivos de la economía guajira.
/DH[WUDFFLyQGHUHFXUVRVQDWXUDOHVQRUHQRYDEOHVHVXQDDFWLYLGDGHFRQyPLFDLQWHQVLYD
en el uso de capital. Por lo tanto, no genera muchos empleos en los primeros eslabones
de la cadena productiva. No obstante, a través de la generación de encadenamientos
productivos, esta actividad podría generar una buena cantidad de empleo en otros
sectores, ya que requiere de varios bienes y servicios producidos por otros sectores
de la economía.
3RUHMHPSORODH[WUDFFLyQGHJDVUHTXLHUHGHODFRQVWUXFFLyQLQVWDODFLyQ\GRWDFLyQ
de campamentos y plantas, la importación, transporte y ensamble de maquinaria
\ HTXLSRV GH SHUIRUDFLyQ \ JDVL¿FDFLyQ DVt FRPR VX PDQWHQLPLHQWR \ UHSDUDFLyQ
,JXDOPHQWH GHPDQGD PDQR GH REUD FDOL¿FDGD \ QR FDOL¿FDGD GRWDFLyQ LQGXVWULDO
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
88
DOLPHQWRV R¿FLQDV KRVSLWDOHV \ RWURV LQVXPRV HQ GLVWLQWDV IDVHV GHO SURFHVR GH
producción. Dichos requerimientos pueden ser suministrados por sectores productivos
GH OD HFRQRPtD JXDMLUD OR FXDO IDYRUHFH OD GLYHUVL¿FDFLyQ GH OD EDVH HFRQyPLFD
regional.
En La Guajira, el comportamiento del sector del gas no parece haber incidido sobre
el desempeño de las demás ramas de actividad económica departamental, tal como se
PXHVWUDHQHO&XDGUR6HSXHGHREVHUYDUTXHHOFRH¿FLHQWHGHFRUUHODFLyQHQWUHHO
YDORUDJUHJDGRDVRFLDGRDODH[WUDFFLyQGHJDV\ORVGHPiVVHFWRUHVGHODHFRQRPtD
JXDMLUDQRHVVLJQL¿FDWLYRHQODPD\RUtDGHORVFDVRVSDUDHOSHULRGR54
Además, en aquellos casos en los cuales la correlación resulta estadísticamente
VLJQL¿FDWLYDHVWDHVQHJDWLYDDH[FHSFLyQGHOFXOWLYRGHFDIpORTXHSUREDEOHPHQWH
representa una correlación espúrea.
Basado en estos resultados se podría decir que el crecimiento real del sector del gas,
UHÀHMDGRHQODWHQGHQFLDFUHFLHQWHGHODSURGXFFLyQQRKDMDORQDGRDRWURVVHFWRUHV
de la economía guajira, es decir, no ha generado encadenamientos productivos. Ello
LPSOLFD TXH OD H[SORWDFLyQ GH JDV HQ /D *XDMLUD VH KD FDUDFWHUL]DGR SRU VHU XQD
HFRQRPtDGHHQFODYHODFXDOHVDXWRVX¿FLHQWH\RSHUDDLVODGDHLQGHSHQGLHQWHPHQWH
de su entorno económico.
&XDGUR &RH¿FLHQWH GH FRUUHODFLyQ HQWUH OD SURGXFFLyQ GH JDV \ ODV GHPiV
UDPDVGHDFWLYLGDGHFRQyPLFD
&XOWLYRGHFDIp
Cultivo de otros productos agrícolas
Producción pecuaria y caza incluyendo las actividades
veterinarias
6LOYLFXOWXUDH[WUDFFLyQGHPDGHUD\DFWLYLGDGHVFRQH[DV
([WUDFFLyQGHFDUEyQFDUEyQOLJQL¿FR\WXUED
([WUDFFLyQGHSHWUyOHRFUXGR\GHJDVQDWXUDO
([WUDFFLyQGHPLQHUDOHVQRPHWiOLFRV
Alimentos, bebidas y tabaco
Resto de la industria
Generación, captación y distribución de energía eléctrica
Fabricación de gas
54
0,43
1,00
**
***
**
**
***
3DUDFDOFXODUORVFRH¿FLHQWHVGHFRUUHODFLyQVHXWLOL]DURQODVVHULHVDQXDOHVGHYDORUDJUHJDGRGHFDGD
una de las ramas de actividad económica departamental, publicadas por el Departamento Administrativo
Nacional de Estadística.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
89
Captación, depuración y distribución de agua
&RQVWUXFFLyQGHHGL¿FDFLRQHVFRPSOHWDV
Construcción de obras de ingeniería civil
Comercio
0DQWHQLPLHQWR\UHSDUDFLyQGHYHKtFXORVDXWRPRWRUHV
Hoteles, restaurantes, bares y similares
7UDQVSRUWHSRUYtDWHUUHVWUH
7UDQVSRUWHSRUYtDDpUHD
$FWLYLGDGHVFRPSOHPHQWDULDV\DX[LOLDUHVDOWUDQVSRUWH
Correo y telecomunicaciones
,QWHUPHGLDFLyQ¿QDQFLHUD
Actividades inmobiliarias y alquiler de vivienda
Actividades de servicios a las empresas
$GPLQLVWUDFLyQS~EOLFD\GHIHQVD
Educación de mercado
Educación de no mercado
Servicios sociales y de salud de mercado
Hogares privados con servicio doméstico
0,34
0,51
0,45
**
***
**
**
***
**
)XHQWH &iOFXORV GHO DXWRU FRQ EDVH HQ LQIRUPDFLyQ GHO 'HSDUWDPHQWR $GPLQLVWUDWLYR 1DFLRQDO GH
Estadística.
1RWD\GHQRWDQVLJQL¿FDQFLDHVWDGtVWLFDDQLYHOHVGH\UHVSHFWLYDPHQWH
/DUD]yQHVSHFt¿FDSRUODFXDOODH[SORWDFLyQGHJDVHQ/D*XDMLUDQRKDJHQHUDGR
encadenamientos productivos es un tema que va más allá del alcance del presente
estudio, ya que ello depende de las relaciones de la compañía productora de gas con
sus proveedores, además de la iniciativa de los industriales guajiros, y nacionales,
SDUDJHQHUDUHQODUHJLyQODRIHUWDGHELHQHV\VHUYLFLRVGHPDQGDGRVSRUHVWHVHFWRU55.
7DPELpQUHVXOWDLQÀX\HQWHHOSDSHOGHOJRELHUQRHOFXDOGHEHJHQHUDUODVFRQGLFLRQHV
QHFHVDULDV SDUD SURPRYHU OD PDWHULDOL]DFLyQ GH GLFKD RIHUWD D WUDYpV GH XQ PDUFR
regulatorio apropiado y la promoción de inversión privada.
55
8QLPSRUWDQWHDVSHFWRSDUDDQDOL]DUHQHOPDUFRGHHVWDLQYHVWLJDFLyQFRQVLVWHHQHOLPSDFWRGHOD
SURGXFFLyQGHJDVVREUHQLYHOHOHPSOHRUHJLRQDODWUDYpVGHODYLQFXODFLyQDODVRSHUDFLRQHVJDVtIHUDV
de mano de obra guajira. Sin embargo, a pesar de haber sido solicitada a la compañía encargada de
GLFKDVRSHUDFLRQHV&KHYURQQRVHFXHQWDFRQLQIRUPDFLyQDFHUFDGHODIXHU]DODERUDOGHODFRPSDxtD
7DPSRFRVHREWXYRLQIRUPDFLyQUHODFLRQDGDFRQORVSURFHVRVTXHSRGUtDQLQYROXFUDUODGHPDQGDGH
bienes y servicios provenientes de otros sectores de la economía guajira.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
90
/D JHQHUDFLyQ GH HQFDGHQDPLHQWRV SURGXFWLYRV DVRFLDGRV D OD H[SORWDFLyQ GH
un recurso natural no renovable, como el gas natural, es un aspecto crucial para
DVHJXUDU OD VRVWHQLELOLGDG GH GLFKD DFWLYLGDG (VWR SURPXHYH OD GLYHUVL¿FDFLyQ GH
la base económica del Departamento y por consiguiente disminuye, a largo plazo, la
DPHQD]DVREUHODV¿QDQ]DVS~EOLFDVSXHVODH[SORWDFLyQGHOUHFXUVRSHUPLWHHVWLPXODU
el crecimiento de otros sectores económicos y así, aumentar la base gravable y por
HQGHORVUHFDXGRV¿VFDOHVDXQFXDQGRORVLQJUHVRVDVRFLDGRVDODVUHJDOtDVHVWDUtDQ
disminuyendo.
(QHVHRUGHQGHLGHDVHOTXHODSURGXFFLyQGHJDVHQ/D*XDMLUDQRKD\DIDYRUHFLGR
VLJQL¿FDWLYDPHQWHHOFUHFLPLHQWR\GHVDUUROORHFRQyPLFRGHOGHSDUWDPHQWRJHQHUDOD
QHFHVLGDGGHHYDOXDUODIRUPDFyPRVHHVWiGHVDUUROODQGRHVWDDFWLYLGDG6LELHQORV
EHQH¿FLRVVRQFODURVHQHOiPELWRQDFLRQDOHQWpUPLQRVGHVXPLQLVWUR\DEDVWHFLPLHQWR
D QLYHO UHJLRQDO HVWD DFWLYLGDG QR KD GHMDGR JHQHUDGR PD\RUHV EHQH¿FLRV FXDQGR
HO GHVDUUROOR GH HVWH VHFWRU UHSUHVHQWD XQD H[FHOHQWH RSRUWXQLGDG SDUD SRWHQFLDU HO
FUHFLPLHQWRHFRQyPLFRJXDMLUR(VWRVHYHUHÀHMDGRHQHOKHFKRGHTXHDSHVDUGH
contar con el complejo de gas natural más importante del país durante cuatro décadas,
/D*XDMLUDVLJXHVLHQGRXQDUHJLyQVXPDPHQWHDLVODGDTXHH[KLEHXQHVWDQFDPLHQWR\
UH]DJRHFRQyPLFRTXHODKDFDUDFWHUL]DGRGXUDQWHYDULRVVLJORV0HLVHO
V. Conclusiones y recomendaciones
El gas de La Guajira ha jugado un papel crucial para garantizar el suministro de este
HQHUJpWLFRHQHOSDtVSHUPLWLHQGRDPLOORQHVGHFRQVXPLGRUHVGLVIUXWDUGHXQDIXHQWH
GHHQHUJtDSULPDULDFX\RSUHFLRHVFRPSHWLWLYRIUHQWHDODVGHPiV6LQHPEDUJRHQ
el mediano y largo plazo, el principal reto de este sector consiste en garantizar el
abastecimiento y suministro ante la inminente disminución de las reservas de gas
HQHVWDUHJLyQGHOSDtVODFXDOJHQHUDGRVWHUFHUDVSDUWHVGHODRIHUWDQDFLRQDO/DV
proyecciones de los campos ubicados en esta región indican que es necesaria la
E~VTXHGDGHQXHYDVIXHQWHVGHJDVVREUHWRGRGHJDVQRFRQYHQFLRQDOSDUDSUHYHQLU
XQDHVFDVH]TXHGHULYDUtDHQODLPSRUWDFLyQGHJDVORTXHLQFUHPHQWDUtDODVWDULIDV
Para ello es importante que el Gobierno Nacional genere incentivos y condiciones
TXHSURPXHYDQODLQYHUVLyQHQH[SORUDFLyQ\HOGHVDUUROORGHQXHYDVWHFQRORJtDVTXH
SHUPLWDQODUHFODVL¿FDFLyQGHSUREDEOHVDSUREDGDV\HODXPHQWRGHODVUHVHUYDV
/RVHIHFWRVGHODSURGXFFLyQGHJDVVREUHHOFUHFLPLHQWR\GHVDUUROORHFRQyPLFRGHO
'HSDUWDPHQWRKDQVLGRSRFRVLJQL¿FDWLYRV/DVUHJDOtDVSURYHQLHQWHVGHVXH[SORWDFLyQ
KDQJHQHUDGRXQDDOWDGHSHQGHQFLD¿VFDOSXHVORVHQWHVWHUULWRULDOHVKDQDSDODQFDGR
ODJHQHUDFLyQGHUHFXUVRV¿VFDOHVHQODVPLVPDVORFXDOUHSUHVHQWDXQDDPHQD]DSDUD
ODV¿QDQ]DVS~EOLFDVUHJLRQDOHVDQWHODVSUR\HFFLRQHVGHFUHFLHQWHVHQODSURGXFFLyQ
de los pozos ubicados en La Guajira y por ende, de las regalías. En todo caso, con
la entrada en vigencia del nuevo Régimen de Regalías y Compensaciones, se espera
TXHSDUDORVHQWHVJXDMLURVTXHVHKDQEHQH¿FLDGRGLUHFWDPHQWHFRQODH[SORWDFLyQ
de gas, dichos recursos disminuyan. Además, las regalías del gas no han tenido un
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
91
LPSDFWRVLJQL¿FDWLYRVREUHHOGHVDUUROORHFRQyPLFR\DTXHORVLQGLFDGRUHVVRFLDOHV
de cobertura han presentado una evolución caracterizada por el estancamiento, en un
periodo caracterizado por la tendencia creciente en la producción y por ende, en las
UHJDOtDVJDVtIHUDV
3RURWURODGRODH[SORWDFLyQGHJDVQRKDJHQHUDGRHQFDGHQDPLHQWRVSURGXFWLYRVTXH
estimulen el crecimiento de otras ramas de la economía guajira mediante la provisión,
por parte de sectores productivos guajiros, de algunos de los insumos demandados en
ODVGLVWLQWDVIDVHVGHODSURGXFFLyQGHJDV/RVUHVXOWDGRVVXJLHUHQTXHHOFUHFLPLHQWR
UHDO GHO VHFWRU GHO JDV UHÀHMDGR HQ OD WHQGHQFLD FUHFLHQWH GH OD SURGXFFLyQ QR KD
incidido sobre el comportamiento los demás sectores de la economía guajira. Ello
LPSOLFD TXH OD H[SORWDFLyQ GH JDV HQ /D *XDMLUD VH KD FDUDFWHUL]DGR SRU VHU XQD
HFRQRPtDGHHQFODYHODFXDOHVDXWRVX¿FLHQWH\RSHUDDLVODGDHLQGHSHQGLHQWHPHQWH
de su entorno económico.
Esto vale la pena tenerlo en cuenta a largo plazo, pues la generación de encadenamientos
SURGXFWLYRVSHUPLWHDVHJXUDUODVRVWHQLELOLGDGGHODDFWLYLGDG\DTXHGLYHUVL¿FDOD
EDVH HFRQyPLFD GHO 'HSDUWDPHQWR (VWR GLVPLQX\H OD DPHQD]D VREUH ODV ¿QDQ]DV
S~EOLFDVDODXPHQWDUORVUHFDXGRV¿VFDOHVORTXHUHGXFHODGHSHQGHQFLD¿VFDO1R
REVWDQWHSDUDHOORUHVXOWDIXQGDPHQWDOHOSDSHOGHOJRELHUQRHOFXDOGHEHJHQHUDUODV
FRQGLFLRQHVQHFHVDULDVSDUDSURPRYHUODPDWHULDOL]DFLyQGHGLFKDRIHUWDDWUDYpVGHXQ
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5HS~EOLFD&((5
$QH[R3URGXFFLyQGHJDVSRUFDPSRV03&'
Campo
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2007
2008
2009
La Guajira
432
432
374
489
508
473
450
459
Otros Costa Caribe
42
31
23
11
10
9
7
5
4
4
35
49
Cusiana, Cupiagua
13
14
13
14
19
74
114
170
197
194
200
Otros interior
89
127
88
80
75
75
84
88
7RWDOSDtV
)XHQWH8QLGDGGH3ODQHDFLyQ0LQHUR(QHUJpWLFD
$QH[R3UR\HFFLRQHVHQORVSUHFLRVGHOJDVGH/D*XDMLUD
)XHQWH&iOFXORVGHODXWRUFRQEDVHHQLQIRUPDFLyQGHOD&RPLVLyQGH5HJXODFLyQGH(QHUJtD\*DV
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
93
$QH[R'HPDQGDWRWDOGHJDVQDWXUDOHQ&RORPELD
)XHQWH6LVWHPDGH,QIRUPDFLyQGH3HWUyOHR\*DVGH&RORPELD
$QH[R 5HJDOtDV VHJ~Q UHFXUVR QDWXUDO QR UHQRYDEOH 'HSDUWDPHQWR GH /D
*XDMLUDPLOORQHVGHSHVRVGH
Cuenta
Regalías por
carbón
Regalías por gas
Regalías por sal
Regalías metales
preciosos
Total
2007
2008
2009
111851,83 140443,52 174977,37
2010
91380,81 135944,05
0
400
121,40
0
0
0
0
0,04
Fuente: Gobernación de La Guajira.
$QH[R5HFDXGRGHLPSXHVWRVHQHO0XQLFLSLRGH0DQDXUHPLOORQHVGHSHVRV
GH
Cuenta
2004
2005
2007
2008
Predial
Industria y Comercio
84,0
329,7
141,3
4517
555,3
720,2
42,1
)XHQWH&iOFXORVGHODXWRUFRQEDVHHQLQIRUPDFLyQGHO'HSDUWDPHQWR1DFLRQDOGH3ODQHDFLyQ
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
94
$QH[R5HFDXGRGHLPSXHVWRVHQHO'HSDUWDPHQWRGH/D*XDMLUDVHJ~QUXEUR
PLOORQHVGHSHVRVGH
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2007
2008
Cerveza
9938,9
29923,3
27978,9
25870,0
21418,3
30501,9
31791,8
38759
Licores
5245,8
5029,3
7320,0
9580,8
13471,7
13122,8
12399,1
12758
Cigarrillos
\7DEDFR
1872,9
1085,9
2082,3
1140,2
427,9
857
Registro y
Anotación
249,7
5719,2
19128,3
1249,7
1595,9
1947,0
1578,5
1389
7LPEUHGH
Vehículos
1009,3
718,3
1014,9
941,3
888,5
439,7
1053,2
Ingresos
7RWDOHV
189345,2
284085,5
344215,2
445337,4
393274,5
499933
Impuesto
)XHQWH*REHUQDFLyQGH/D*XDMLUD%DQFRGHOD5HS~EOLFD&RQWUDORUtD*HQHUDO5HS~EOLFD0LQLVWHULRGH
Hacienda y Departamento Nacional de Planeación.
$QH[R 5HJDOtDV GHSDUWDPHQWDOHV \ PXQLFLSDOHV /D *XDMLUD PLOHV GH
PLOORQHV
5HJDOtDVSRUGHSDUWDPHQWR
Antioquia
Arauca
Bolívar
Boyacá
Casanare
Cesar
Chocó
Córdoba
Cundinamarca
Huila
La Guajira
0HWD
Nariño
Norte de Santander
Putumayo
San Andrés
Santander
Sucre
7ROLPD
2007
2008
2009
2,11
55,59
425,54
0,88
0,57
34,00
9,82
0,39
0,81
23,57
0,03
98,99
5,10
14,01
2,81
58,82
88,89
0,74
71,80
75,17
139,42
77,52
0,00
14,52
0,00
112,43
5,28
57,04
111,95
1,07
51,32
9,90
222,35
247,49
481,95
22,27
0,00
183,94
12,53
128,30
0,00
221,73
24,30
57,70
207,52
0,45
32,75
8,51
0,00
317,38
382,81
0,49
14,20
0,00
121,41
10,37
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
95
5HJDOtDVSRUPXQLFLSLR/D*XDMLUD
2007
2008
2009
Albania
Barrancas
Dibulla
Hatonuevo
0DLFDR
0DQDXUH
9,58
1,27
20,74
21,39
32,79
17,10
5,09
40,58
5,22
20,91
72,38
48,73
0,37
35,58
0,00
Riohacha
8ULEtD
0,00
29,52
15,00
52,20
1,15
Fuente: Departamento Nacional de Planeación.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
96
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012 - Páginas 97 - 116
97
Crecimiento y localización de la propiedad horizontal en
Manizales: 2007-2012
Edison Castro E. Mónica Gutiérrez T. - Oscar Andrés Jiménez O.56
Resumen
El crecimiento urbano de la ciudad de Manizales en los últimos años se ha dado través
GHXQDFRPELQDFLyQGHGLQiPLFDVGHGHQVL¿FDFLyQ\H[SDQVLyQ/DFRQVWUXFFLyQGH
YLYLHQGDHQDOWXUDKDVLGRXQUHVXOWDGRGHGLIHUHQWHVFLUFXQVWDQFLDVFRPRHOSUHFLR
GHO VXHOR \ ODV FRQGLFLRQHV JHRJUi¿FDV GRQGH WRGDV ODV SUHVLRQHV JHQHUDGDV SRU HO
FUHFLPLHQWRSREODFLRQDO\HFRQyPLFRVHWUDGXFHQHQSUHVLRQHVVREUHHOXVRVXHOR/RV
SURFHVRVGHGHQVL¿FDFLyQVHKDQGDGRDOUHGHGRUGHODV]RQDVFHQWUDOHVGHODFLXGDG
FRQXQDWHQGHQFLDPX\QRWDEOHVREUHODVFRPXQDV3DORJUDQGH\OD(VWDFLyQPLHQWUDV
TXHORVSUR\HFWRVGHH[SDQVLyQXUEDQDVHKDQORFDOL]DGRHQODV]RQDVSHULIpULFDVKDFLD
HORULHQWHGHODFXLGDG\HOPXQLFLSLRGH9LOODPDUtD/RVUHVXOWDGRVVREUHORVSUHFLRV
GHO VXHOR VH WUDGXFHQ HQ XQD PD\RU FRQFHQWUDFLyQ HQ HVDV PLVPDV ]RQDV GRQGH OD
GHPDQGDHVDOWDGDGDODSUR[LPLGDGJHRJUi¿FDDOVHJXQGRFHQWURHFRQyPLFRGHOD
ciudad.
3DODEUDV FODYH (FRQRPtD XUEDQD 0HUFDGRV GH OD YLYLHQGD &UHFLPLHQWR GH ODV
ciudades
JEL:555
Abstract
7KHXUEDQJURZWKRI0DQL]DOHVLQWKHODVW\HDUVKDVKDSSHQHGWKURXJKDFRPELQDWLRQ
RI H[SDQVLRQ DQG GHQVL¿FDWLRQ G\QDPLFV 7KH FRQVWUXFWLRQ RI KLJKULVH KRXVLQJ
KDYHRFFXUUHGGXHWRGLIIHUHQWFLUFXPVWDQFHVOLNHWKHODQGSULFHDQGWKHJHRJUDSKLF
FRQGLWLRQVRIWKHDUHDVZKHUHDOOWKHFRQVHTXHQFHVJHQHUDWHGE\WKHSRSXODWLRQDQG
HFRQRPLFJURZWKKDYHSXWSUHVVXUHRQWKHODQGXVDJH7KHGHQVL¿FDWLRQSURFHVVHV
KDYH EHHQ DURXQG WKH FLW\¶V¶ FHQWUDO ]RQHV UHPDUNDEO\ LQ WKH 3DORJUDQGH DQG /D
(VWDFLyQ FRPPXQLWLHV ZKLOH WKH XUEDQ H[SDQVLRQ SURMHFWV KDYH KDSSHQHG LQ WKH
56
( &DVWUR 'RFHQWH ,QYHVWLJDGRU )XQGDFLyQ 8QLYHUVLWDULD /XLV$PLJy &RPHQWDULRV D HGLVRQ
FDVWUR#DPLJRHGXFR0*XWLpUUH](VWXGLDQWHGHGpFLPRVHPHVWUHGH$GPLQLVWUDFLyQGH(PSUHVDV±
)XQGDFLyQ8QLYHUVLWDULD/XLV$PLJyÏ-LPpQH](VWXGLDQWHGH0DHVWUtDHQ(FRQRPtD±8QLYHUVLGDG
de Manizales.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
98
SHULSKHUDODUHDVWRZDUGVWKHFLW\¶VHDVWDQG9LOODPDULDPXQLFLSDOLW\7KHUHVXOWVRYHU
WKHSULFHVWXUQLQWRDJUHDWHUFRQFHQWUDWLRQLQWKHVHYHU\]RQHVZKHUHWKHODQGGHPDQG
LVKLJKGXHWRDJHRJUDSKLFDOSUR[LPLW\WRWKHVHFRQGELJJHVWHFRQRPLFFHQWHURIWKH
WRZQ
Key words:8UEDQHFRQRP\+RXVLQJPDUNHWV*URZWKRIFLWLHV
JEL:555
(Q HO SUHVHQWH GRFXPHQWR VH DERUGDQ DOJXQDV GLVFXVLRQHV VREUH HO FUHFLPLHQWR GH
ODFLXGDGGH0DQL]DOHVHQORV~OWLPRVDxRVKDFLHQGRXQFRQWUDVWHGHORVSRVWXODGRV
WHyULFRV TXH H[SOLFDQ OD FRQVROLGDFLyQ XUEDQD HQ SURSLHGDG KRUL]RQWDO IUHQWH D OD
relación de la construcción de vivienda multifamiliar como un resultado del modelo
GHGHQVL¿FDFLyQXUEDQD
(O GRFXPHQWR VH LQWHJUD GH FLQFR DSDUWDGRV HO SULPHUR SUHVHQWD XQ SODQR GH ORV
DQWHFHGHQWHV \ FDUDFWHUtVWLFDV GH FUHFLPLHQWR GH OD FLXGDG KDFLHQGR pQIDVLV HQ ORV
SUREOHPDV\UHVWULFFLRQHVHQHOXVRGHVXHORSDUDODFRQVWUXFFLyQGHYLYLHQGD(QHO
VHJXQGRDSDUWDGRVHSUHVHQWDQODVGLVFXVLRQHVWHyULFDVTXHH[SOLFDQHOFUHFLPLHQWR
GHODSURSLHGDGKRUL]RQWDO\ODVGHQVLGDGHVFRQTXHVHXWLOL]DHOVXHORXUEDQRFRPRXQ
IHQyPHQRTXHHVWiLQÀXHQFLDGRSRUGLYHUVRVDVSHFWRVGHFDUiFWHUS~EOLFR\SULYDGR\
DGHPiVSRUDVSHFWRVGHPRJUi¿FRVHFRQyPLFRV\HOHPHQWRVGHWLSRQRUPDWLYR
(Q HO WHUFHU DSDUWDGR VH GHWDOOD HO DERUGDMH PHWRGROyJLFR \ HQ HO FXDUWR HO
SODQWHDPLHQWR HPStULFR FRQ ODV HODERUDFLRQHV HVWDGtVWLFDV D SDUWLU GH LQIRUPDFLyQ
GHODVFXUDGXUtDVXUEDQDVGH0DQL]DOHVHQORVSHULRGRV(QHVWDVHFFLyQ
VHGHVDUUROODQDOJXQDVUHYLVLRQHVHQWRUQRDODV]RQDVGHODFLXGDGGRQGHVHYLHQHQ
DVLJQDGRODViUHDVSDUDSUR\HFWRVGHYLYLHQGD\VXUHODFLyQIUHQWHDODHVWUXFWXUDGH
SUHFLRV)LQDOPHQWHVHSUHVHQWDQODVSULQFLSDOHVFRQFOXVLRQHVGHOHVWXGLR
I. Antecedentes
0DQL]DOHVHVODFDSLWDOGHOGHSDUWDPHQWRGH&DOGDVHVWiXELFDGDHQHOFHQWURRFFLGHQWH
GH&RORPELDVREUHOD&RUGLOOHUD&HQWUDODXQDDOWXUDSURPHGLRGHPVQPWLHQH
DSUR[LPDGDPHQWH KDELWDQWHV GLVWULEXLGRV HQ EDUULRV TXH VH DJUXSDQ
HQFRPXQDV$OJXQRVLQGLFDGRUHVHVWLPDGRVFRQEDVHHQOD(QFXHVWDGH&DOLGDG
GH9LGDGH0DQL]DOHV±(&90PXHVWUDQTXHFHUFDGHOGHORVKRJDUHVWLHQHQ
DOJXQD QHFHVLGDG EiVLFD LQVDWLVIHFKD 1%, HVSHFLDOPHQWH HQ PDWHULD HFRQyPLFD
3UR\HFFLRQHVGHPRJUi¿FDVGHO'HSDUWDPHQWR1DFLRQDOGH(VWDGtVWLFD'$1(SDUD
$SDUWLUGHODFXHUGRGHDJRVWRGH\HOGHFUHWRH[WUDRUGLQDULRGHIHEUHURGHVH
HVWDEOHFHODGLYLVLyQGHOPXQLFLSLRGH0DQL]DOHVHQFRPXQDV\FRUUHJLPLHQWRV
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
99
o de hacinamiento.$GHPiVHOGHORVKRJDUHVGH0DQL]DOHVVHHQFXHQWUDQ
SRUGHEDMRGHOtQHDGHSREUH]D\HOHQODOtQHDGHLQGLJHQFLD(OUHVXOWDGR
GHO ËQGLFH GH FRQGLFLRQHV GH GH YLGD ,&9 SDUD 0DQL]DOHV HV GH SXQWRV HQ
SURPHGLRXELFiQGRVHFHUFDGHOSURPHGLRQDFLRQDOSXQWRV\PX\SRUGHEDMRGHO
SURPHGLRGH%RJRWiSXQWRV
,JXDOPHQWH VH HVWLPD TXH HO GH ORV KRJDUHV GH OD FLXGDG VH HQFXHQWUD HQ
VLWXDFLyQ GH Gp¿FLW GH YLYLHQGD TXH GH DOJXQD PDQHUD HVWi DVRFLDGR D OD IDOWD GH
DVHTXLELOLGDGDQXHYRVSUR\HFWRVGHWHUPLQDGRSRUORVHOHYDGRVSUHFLRVTXHJHQHUD
ODUHGXFLGDRIHUWDGHOVXHORSDUDODFRQVWUXFFLyQ(QHOVLJXLHQWHFXDGURVHSUHVHQWDQ
DOJXQRVLQGLFDGRUHVGHODFLXGDGSRUFRPXQDVHQPDWHULDGHKDFLQDPLHQWR\Gp¿FLW
GH YLYLHQGD SRU KRJDU /RV UHVXOWDGRV LQGLFDQ TXH ODV FRPXQDV PiV SREUHV WLHQHQ
VHULRVSUREOHPDVGHKDFLQDPLHQWR\Gp¿FLWGHYLYLHQGDFRPRHVHOFDVRGHODFRPXQD
&LXGDGHODGHO1RUWH\6DQ-RVp
Cuadro 1
Manizales. Características de la ciudad por Comunas
%DUULRV 9LYLHQGDV
3REODFLyQ
3HUVRQDV
9LYLHQGD
ÁREA
+DV
1UR
+RJDUHV
'p¿FLW
vivienda
Atardeceres
6DQ-RVp
&XPDQGD\
6
/D(VWDFLyQ
Ciudadela
GHO1RUWH
Ecoritusmo
Cerro de Oro
Tesorito
3DORJUDQGH
8QLYHUVLWDULD
/D)XHQWH
/D0DFDUHQD
6LQ
&ODVL¿FDU
Total
)XHQWH3ODQGH0RYLOLGDGSDUDHO0XQLFLSLRGH0DQL]DOHV,QIRUPHGHO(VWXGLR2ULJHQ±
'HVWLQR$OFDOGtDGH0DQL]DOHV8QLYHUVLGDG1DFLRQDOGH&RORPELD2FWXEUH
5HDOL]DGDSRUHO&HQWURGH(VWXGLRV5HJLRQDOHV&DIHWHURV\(PSUHVDULDOHV±&5(&(HQ
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
100
$OJXQRV SUREOHPDV HQ HO XVR GHO VXHOR HQ 0DQL]DOHV VH GHULYDQ GH XQD DOWD
FRPELQDFLyQ GH DFWLYLGDGHV HFRQyPLFDV HQ YDULRV SXQWRV GH OD FLXGDG TXH JHQHUD
FRQÀLFWRVHVSHFLDOPHQWHFRQORVXVRVUHVLGHQFLDOHVFRPHUFLDOUHVLGHQFLDORLQGXVWULDO
UHVLGHQFLDOGHKHFKRVHHVWLPDTXHODFRPSHWHQFLDGHODVDFWLYLGDGHVSRUHOXVRGH
pVWHVHFRQYLHUWHHQHOPRWRUFHQWUDOHQODGHWHUPLQDFLyQGHSUHFLRV60
8QKHFKRUHODFLRQDGRGHPD\RUHQYHUJDGXUDVHGHEHDIDOWDGHOXJDUHVDSURSLDGRV
SDUDORVSUR\HFWRVGHH[SDQVLyQXUEDQD\DTXHORVWHUUHQRVHVWDEOHV\FRQVXSHU¿FLHV
GH PHQRU LQFOLQDFLyQ VH HQFXHQWUDQ VDWXUDGRV GHO iUHD GH OD FXLGDG
$SDUHQWHPHQWHODJHRJUDItDPRQWDxRVDGHODFLXGDGWDPELpQWLHQHTXHYHUFRQHVWH
WHPDSXHVHOGHODVXSHU¿FLHGH0DQL]DOHVHVWiORFDOL]DGDHQ]RQDVHQWUHž\
ƒ\ORVVLWLRVSHULIpULFRVSUHVHQWDQVXSHU¿FLHVFRQDOWDVSHQGLHQWHVRVRQ]RQDVGH
ODGHUDVFRQDOJ~QWLSRGHULHVJRSRUGHVOL]DPLHQWR\HQDOJXQRVFDVRVVHFRQVWLWX\HQ
FRPRHVSDFLRVGHUHVHUYDDPELHQWDO
&RQEDVHHQORDQWHULRUVHFUHHTXH0DQL]DOHVQRWHQGUtDODFDSDFLGDGGHGHVDUUROODU
SODQHVGHYLYLHQGDEDMRHOXQPRGHORGHH[SDQVLyQXUEDQDSRUODVUHVWULFFLRQHVHQHO
XVRGHOVXHORSDUDFRQVWUXFFLyQGHYLYLHQGDQXHYDORFXDOH[LJHXQDRULHQWDFLyQGHOD
FRQVWUXFFLyQHQDOWXUDTXHSUHVLRQDDODGHQVL¿FDFLyQDOLQWHULRUGHOSHUtPHWURXUEDQR
(VWHKHFKRKDJHQHUDGRXQDSUHVLyQHQHOPHUFDGRGHOVXHORTXHRULHQWDODFRQVWUXFFLyQ
GH YLYLHQGD QXHYD KDFLD SUR\HFWRV GH UHVLGHQFLD PXOWLIDPLOLDU HQ SURSLHGDG
KRUL]RQWDO $XQTXH HQ OD FLXGDG SUHGRPLQD OD YLYLHQGD WLSR FDVD VH KD
SRWHQFLDOL]DGRODFRQVWUXFFLyQHQDOWXUDORFXDOGDXQEDODQFHGHDSUR[LPDGDPHQWH
HO GH YLYLHQGD WLSR DSDUWDPHQWR TXH HV FDUDFWHUtVWLFR GH ODV FLXGDGHV FRQ
UHVWULFFLRQHV GH VXHOR R FRQ HOHYDGRV SUHFLRV SRU PHWUR FXDGUDGR FX\RV UHVXOWDGRV
KDQGHMDGRXQDGHQVL¿FDFLyQSREODFLRQDOGHDOUHGHGRUGHKDELWDQWHVSRUNP.
60
$GHPiVGHHVRVHQRWDXQDIXHUWHLQYDVLyQGHOHVSDFLRS~EOLFRSRUIDOWDGHVLWLRVDGHFXDGRVFRPR
SDUTXHDGHURVFHUFDGHODV]RQDVFRPHUFLDOHVRGHVHUYLFLRVVRFLDOHV
(QWUHƒ\ƒFRPSUHQGHODSDUWHFHQWUR\VXURULHQWHGHODFLXGDG
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
101
*Ui¿FD
Colombia: porcentaje de vivienda tipo apartamento en principales ciudades
)XHQWH(ODERUDFLyQFRQEDVHHQ'$1(&HQVR
/D GHPDQGD GH YLYLHQGD HQ 0DQL]DOHV HVWi IXHUWHPHQWH DVRFLDGD DO FUHFLPLHQWR
SREODFLRQDOTXHKDVLGRGHOPDUJHQGHODQXDO/DFLXGDGKDWHQLGRXQSURFHVR
GHH[SDQVLyQKDFLDHORULHQWHTXHVHKDDFHOHUDGRDSDUWLUGHKDVWDHODxR
SHULRGRHQHOFXDOVHWULSOLFRODSREODFLyQGHODFLXGDG(VWHIHQyPHQRVHH[SOLFDSRU
ODWHQGHQFLDGHXUEDQL]DFLyQHLQGXVWULDOL]DFLyQTXHWXYRHOSDtVDSDUWLUGHODGpFDGD
de los cincuenta.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
102
Mapa 1. Crecimiento de la mancha urbana de la ciudad de Manizales (1848-2006)
)XHQWH(VFREDU
(VWRV UHVXOWDGRV SODQWHDQ OD QHFHVLGDG GH FRQRFHU FyPR KD VLGR OD GLQiPLFD GH
FUHFLPLHQWR GHO VLVWHPD LQPRELOLDULR HQ OD FLXGDG GH 0DQL]DOHV SDUWLFXODUPHQWH
GH OD FRQVWUXFFLyQ HQ SURSLHGDG KRUL]RQWDO (Q HVH VHQWLGR HVWH WUDEDMR DERUGD ODV
WHQGHQFLDV HQ HO FUHFLPLHQWR SREODFLRQDO \ HO PRGHOR GH FUHFLPLHQWR XUEDQR GH OD
FLXGDGGH0DQL]DOHV$VLPLVPRODGLQiPLFDGHOVHFWRUGHODFRQVWUXFFLyQGHYLYLHQGD
QXHYDHQODFLXGDGEDMRODVUHVWULFFLRQHVGHOFUHFLPLHQWRXUEDQRTXHVHUHÀHMDQHQHO
FRPSRUWDPLHQWRGHODRIHUWD\ODGHPDQGDGHYLYLHQGD
(Q OD VLJXLHQWH VHFFLyQ VH SUHVHQWDQ ODV GLVFXVLRQHV WHyULFDV TXH H[SOLFDQ OD
FRQ¿JXUDFLyQ GH ODV FLXGDGHV HQ HO FRQWH[WR GH ORV PRGHORV FUHFLPLHQWR XUEDQR
'H LJXDO IRUPD VH SUHVHQWD XQD EUHYH UHYLVLyQ GH ORV WLSRV GH PRGHORV GH FLXGDG
FHQWUDQGR HO DQiOLVLV HQ OD GLVWLQFLyQ GHO WLSR GH FLXGDG FRPSDFWD YHUVXVOD FLXGDG
GLIXVD )LQDOPHQWH VH DQDOL]D DOJXQRV GHWHUPLQDQWHV GHO FUHFLPLHQWR HQ SURSLHGDG
KRUL]RQWDODVRFLDGRVDODVDFWLYLGDGHVHFRQyPLFDV\ODVUHODFLRQHVVRFLDOHV
II. Revisión de literatura
(O FUHFLPLHQWR GH OD SURSLHGDG KRUL]RQWDO HVWi LQÀXHQFLDGR SRU GLYHUVRV DVSHFWRV
GHFDUiFWHUS~EOLFR\SULYDGR$VSHFWRVGHPRJUi¿FRV\HFRQyPLFRVTXHSUHVLRQDQ
HOXVRGHOVXHORXUEDQR\HOHPHQWRVGHWLSRQRUPDWLYR\GHOQHJRFLRSULYDGRGHOD
FRQVWUXFFLyQ TXH GHWHUPLQDQ HO WLSR GH HGL¿FDFLRQHV HQ TXH VH SURGXFH HO HVSDFLR
FRQVWUXLGR \ ODV GHQVLGDGHV FRQ TXH VH XWLOL]D HO VXHOR XUEDQR$ FRQWLQXDFLyQ VH
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
103
SUHVHQWDQDOJXQRVDUJXPHQWRVWHyULFRVVREUHFyPRVHSURGXFHQHVDVSUHVLRQHV\FyPR
VHFRPELQDQODQRUPDWLYLGDG\HOEHQH¿FLRGHORVFRQVWUXFWRUHVSDUDHOFUHFLPLHQWRGH
ODSURSLHGDGKRUL]RQWDO
A. Crecimiento de las ciudades y renta del suelo
3DUD ODV FLHQFLDV VRFLDOHV OD FLXGDG HV OD H[SUHVLyQ ItVLFD GH OD FRPSOHMLGDG (Q
HOOD FRQÀX\HQ PLOHV GH SHUVRQDV TXH HQ XQ PLVPR HVSDFLR SURGXFHQ UHODFLRQHV
LQWHUVXEMHWLYDV GH P~OWLSOHV DVSHFWRV FXOWXUDOHV HQ ORV TXH SHUPDQHQWHPHQWH VH
SURGXFHQWUDQVIRUPDFLRQHVHQODVSUiFWLFDV\H[SUHVLRQHVVRFLDOHVGHIRUPDTXHVH
GDFRQWHQLGRDOHVSDFLRItVLFRTXHFRQVWLWX\HODFLXGDG&XHUYR\*RQ]iOH]
'H HVWD IRUPD HO VHQWLGR FRQ TXH VH KDELWDQ ORV HVSDFLRV HO XVR \ QHFHVLGDG GH
HVSDFLRV S~EOLFRV \ HTXLSDPLHQWRV FROHFWLYRV \ OD UHODFLyQ ItVLFD HQWUH HO HVSDFLR
SULYDGRYLYLHQGD\VLWLRVGHWUDEDMR\HOHVSDFLRS~EOLFRWRPDXQDIRUPDHVSHFt¿FD
de acuerdo con las relaciones entre los actores sociales de la ciudad.
'HVGH HO SXQWR GH YLVWD HFRQyPLFR OD FLXGDG HV YLVWD FRPR XQLGDG GH FRQVXPR \
FRPRXQLGDGGHSURGXFFLyQ$OH[DPLQDUVHFRPRXQLGDGGHFRQVXPRODVYDULDEOHV
UHOHYDQWHV VRQ HO Q~PHUR GH KDELWDQWHV GH OD FLXGDG \ HVSHFLDOPHQWH HO WDPDxR
FRPSRVLFLyQ\Q~PHURGHORVKRJDUHV&XHUYR\*RQ]iOH]&RPRXQLGDGGH
SURGXFFLyQODFLXGDGHVODHVHQFLDGHOVLVWHPDGHSURGXFFLyQFDSLWDOLVWD(QpVWDVH
SURGXFHQ ODV LQQRYDFLRQHV WpFQLFDV \ FRQ HOORV OD SURGXFWLYLGDG GH ODV DFWLYLGDGHV
HFRQyPLFDVGHWDOIRUPDTXHFXDQGRODVUHJLRQHVDYDQ]DQHQHOSURFHVRGHGHVDUUROOR
HFRQyPLFR WRPDQGR PD\RU UHOHYDQFLD DFWLYLGDGHV GH ORV VHFWRUHV VHFXQGDULR \
WHUFLDULR OD FLXGDG FUHD HIHFWRV PXOWLSOLFDGRUHV VREUH HO FUHFLPLHQWR GHO SURGXFWR
LQWHUQR-DFREV
$Vt OD FLXGDG FDSLWDOLVWD VH ULJH EDMR SULQFLSLRV EiVLFRV FRPR OD DJORPHUDFLyQ OD
DFFHVLELOLGDGODLQWHUDFFLyQHVSDFLDOODMHUDUTXtD\ODFRPSHWLWLYLGDG&DPDJQL
6HJ~QHOSULQFLSLRGHDJORPHUDFLyQHQODPHGLGDHQTXHODVSHUVRQDV\ODVHPSUHVDV
VHDFXPXODQ\VHORFDOL]DQSUy[LPDVHQWUHVtORVLQWHUFDPELRVGHLQIRUPDFLyQVRQ
PDV ÀXLGRV JHQHUDQGR DXPHQWRV HQ OD SURGXFWLYLGDG 1R REVWDQWH SDUD TXH HVWRV
LQWHUFDPELRVVHSURGX]FDQHVQHFHVDULRTXHVHHVWDEOH]FDQFRQWDFWRVGLUHFWRVface to
faceSRUORTXHWRPDQUHOHYDQFLDORVVLWLRVHVSHFt¿FRVGRQGHVHORFDOL]DFDGDDFWLYLGDG
IRUPDQGRHOSULQFLSLRGHDFFHVLELOLGDGORVOXJDUHVPHMRULQWHUFRQHFWDGRVJHQHUDQODV
PHMRUHVUHQWDELOLGDGHVDOFDSLWDO8QDYH]VHIRUPDHOHVSDFLRXUEDQRODLQWHUDFFLyQ
HQWUH DFWLYLGDGHV GH SURGXFFLyQ \ FRQVXPR HVWDEOHFH PHFDQLVPRV GH FRPSHWHQFLD
SRUORVPHMRUHVOXJDUHVDOLQWHULRUGHODFLXGDGKDFLHQGRTXHHOVXHORWRPHHVSHFLDO
UHOHYDQFLD SRU OR TXH OD UHQWD GHO VXHOR VH YXHOYH OD YDULDEOH GHWHUPLQDQWH GH OD
ORFDOL]DFLyQGHODVYLYLHQGDVXUEDQDV*DYLULD
*DU]D H[SOLFD VLJXLHQGR D %UDXGHO FyPR HQ OD PHGLGD HQ TXH
OD SURGXFWLYLGDG HFRQyPLFD DXPHQWD HO JDVWR GH ODV SHUVRQDV HQ DOLPHQWRV FRPR
SURSRUFLyQGHOWRWDOGLVPLQX\HSUHVLRQDQGRODVPLJUDFLRQHVGHSHUVRQDVGHVGH]RQDV
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
104
UXUDOHVKDFLD]RQDVXUEDQDV&RQHODXPHQWRHQODSURSRUFLyQGHSREODFLyQXUEDQD
\ HO DXPHQWR GH JDVWR HQ ELHQHV GLVWLQWRV GH DOLPHQWRV ODV DFWLYLGDGHV WHUFLDULDV
FRPHUFLR\VHUYLFLRVDXPHQWDQHQVXWDPDxRHQHOWRWDOGHO3,%\FRQHOORVJDQDQHQ
SURGXFWLYLGDGJHQHUDQGRPD\RUHVSUHVLRQHVVREUHHOSUHFLRGHOVXHOR(VWDSUHVLyQ
KDFH TXH ODV FLXGDGHV DXPHQWHQ GH WDPDxR JHQHUDQGR P~OWLSOHV IHQyPHQRV FRPR
OD VHJUHJDFLyQ UHVLGHQFLDO HO VXUJLPLHQWR GH PHUFDGRV LQIRUPDOHV GH YLYLHQGD OD
RFXSDFLyQGHVXEXUELRV\ODGHQVL¿FDFLyQGHODVFLXGDGHVRFUHFLPLHQWR³KDFLDDUULED´
&DPDJQL
B. Modelos de ciudad: ciudad compacta vs ciudad difusa
/DFLXGDGFDSLWDOLVWDHVHOUHVXOWDGRGHOFRPSOHPHQWRHQWUHORVVLVWHPDVIXQFLRQDOHV
RDFWLYLGDGHVYLYLHQGDFRPHUFLRLQGXVWULD\VHUYLFLRV\ORVVLVWHPDVHVWUXFWXUDQWHV
WUDQVSRUWH FRPXQLFDFLRQHV \ VHUYLFLRV S~EOLFRV (O Q~FOHR GH WRGD FLXGDG HV HO
FHQWUROXJDUGRQGHVHORFDOL]DQODVDFWLYLGDGHVGHQHJRFLRVHOFXDOSXHGHHVWDUHQXQ
VROROXJDURGLYLGLUVHGLVWLQWRVDVHQWDPLHQWRVHQWUHORVFXDOHVVHGLVWULEX\HHOHPSOHR
JHQHUDGRSRUXQDFLXGDG&DPDJQL
&RPRORPXHVWUDQ6DEDWLQL6PROND\/XQJRODIRUPDTXHWRPD
XQDFLXGDGSXHGHUHVXPLUVHHQXQDWHQVLyQHQWUHGRVPRGHORVEiVLFRVGHFLXGDGOD
FLXGDGFRPSDFWD\ODFLXGDGGLIXVD(QODFLXGDGFRPSDFWDODDXWRULGDGHQPDWHULD
GHRUGHQDPLHQWRHVWDEOHFHXQOtPLWHDOSHUtPHWURXUEDQRORFXDOSURYRFDTXHWRGR
HOSHVRGHOFUHFLPLHQWRHFRQyPLFR\GHPRJUi¿FRVHWUDGX]FDHQSUHVLRQHVVREUHHO
SUHFLRGHOVXHOR*DU]D3DUDTXHODDFWLYLGDGFRQVWUXFWRUDVHDUHQWDEOHFRQORV
DOWRVSUHFLRVGHOVXHORHVQHFHVDULRJHQHUDUPiVHVSDFLRFRQVWUXLGRSRUFDGDXQLGDG
GHVXHORGDQGROXJDUDOFUHFLPLHQWRHQDOWXUDRGHQVL¿FDFLyQGHODFLXGDG
/DVYHQWDMDVGHOSDWUyQGHXUEDQL]DFLyQFRPSDFWDVRQORVPHQRUHVFRVWRVSDUDSURYHHU
LQIUDHVWUXFWXUDVGHVHUYLFLRVODVPHQRUHVGLVWDQFLDVSDUDWUDQVSRUWDUVHHOPHQRUXVR
GHODXWRPyYLO\FRQHOORPHQRUHVHPLVLRQHVGHJDVHV\ODPD\RUQHFHVLGDG\XVR
GHHVSDFLRVS~EOLFRVSHUPLWLHQGRHOHQFXHQWUR\GLVIUXWHGHORVFLXGDGDQRV6DEDWLQL
(QFRQWUDVWHODFLXGDGGLIXVDHVXQSDWUyQXUEDQtVWLFREDVDGRHQHOFRQVXPRH[WHQVLYR
GHVXHORHOFUHFLPLHQWRHQEDMDVGHQVLGDGHVORVWUD\HFWRVODUJRV\HOXVRLQWHQVLYR
GHO DXWRPyYLO FRQ ODV LPSOLFDFLRQHV DPELHQWDOHV TXH HOOR WLHQH eVWH HV HO SDWUyQ
WtSLFRGHODVFLXGDGHVQRUWHDPHULFDQDV*DU]D(QpVWDVHOFRVWRGHSURYHHU
LQIUDHVWUXFWXUDV \ VHUYLFLRV S~EOLFRV HV HOHYDGR HO LPSDFWR DPELHQWDO HV PX\ DOWR
\HOXVRGHHVSDFLRVS~EOLFRVHVHVFDVRSXHVORVPRYLPLHQWRVHQWUHORVOXJDUHVGH
YLYLHQGD\WUDEDMRVHUHDOL]DQSULQFLSDOPHQWHHQHODXWRPyYLOSULYDGR(QHVWHWLSRGH
FLXGDGODVUHQWDVGHOVXHORQRVRQWDQHOHYDGDVVLQHPEDUJRHVHOSDWUyQSUHIHULGRSRU
ORVXUEDQL]DGRUHVSULYDGRVTXLHQHVDOWRPDUJUDQGHVH[WHQVLRQHVGHVXHORSHULIpULFR
UXUDO \ WUDQVIRUPDUODV HQ XUEDQDV FRQ SHTXHxRV GHVDUUROORV XUEDQtVWLFRV FRPR
FOXEHVGHVHUYLFLRVFHQWURVFRPHUFLDOHVHWFREWLHQHQHQRUPHVSOXVYDOtDV\FRQHOOR
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
105
PD[LPL]DQVXUHQWDELOLGDG6PROND(QHVWDVFLXGDGHVHOOXJDUDOFUHFLPLHQWR
HQDOWXUDHVSRFR\TXHGDUHOHJDGRH[FOXVLYDPHQWHDORVFHQWURVGHQHJRFLRVGRQGHOD
LPSRUWDQFLDGHODORFDOL]DFLyQHVDOWD
C. El crecimiento en propiedad horizontal
(OFUHFLPLHQWRGHODSURSLHGDGKRUL]RQWDOHVHOUHVXOWDGRGHGRVJUXSRVGHIDFWRUHV
FRQGLFLRQDQWHVGHODDFWLYLGDGFRQVWUXFWRUD\GHXQJUDQSULQFLSLRGHODORFDOL]DFLyQ
GHODVYLYLHQGDVXUEDQDV(OSULPHUJUXSRGHIDFWRUHVVRQODVQRUPDWLYDVXUEDQtVWLFDV
\ORVFyGLJRVGHFRQVWUXFFLyQTXHGHDFXHUGRFRQHOPRGHORGHFUHFLPLHQWRXUEDQR
DGRSWDGRSRUFDGDDXWRULGDGORFDOSXHGHQSURSLFLDUXREVWDFXOL]DUHOFUHFLPLHQWRGH
ODSURSLHGDGKRUL]RQWDO\HOVHJXQGRJUXSRGHIDFWRUHVHVODDFWLYLGDGSULYDGDGHOD
LQGXVWULDGHODFRQVWUXFFLyQ-DUDPLOOR
(QDPERVFDVRVODFRQVWUXFFLyQGHYLYLHQGDUHVSRQGHDODQHFHVLGDGGHORVKDELWDQWHV
GHODFLXGDGSRUORFDOL]DUVHORPiVSUy[LPRSRVLEOHDVXOXJDUGHWUDEDMRSULQFLSLR
EiVLFRGHODFLXGDGFDSLWDOLVWD&DPDJQL6HJ~QODYHUVLyQXUEDQDGHOPRGHOR
FOiVLFR GH ORFDOL]DFLyQ H[LVWH XQ ~QLFR OXJDU (O 'LVWULWR &HQWUDO GH 1HJRFLRV R
&%' GRQGH HVWiQ ORV SXHVWRV GH WUDEDMR TXH VH JHQHUDQ HQ XQD FLXGDG (Q YLVWD
TXHWUDQVSRUWDUVHKDVWDDOOtWLHQHFRVWRVHQWLHPSR\HQGLQHURODVSHUVRQDVEXVFDQ
ORFDOL]DUVHORPiVFHUFDQRSRVLEOHDHVWHOXJDUGDQGRSDUWHDXQDFRPSHWHQFLDSRU
ORFDOL]DFLyQTXHHOHYDHOSUHFLRGHOVXHORFHUFDQRDOFHQWURSUHFLRTXHGLVPLQX\HD
PD\RUGLVWDQFLDGHpVWHGRQGHODUHQWDQRVHJDVWDHQUHQWDGHOVXHORVLQRHQFRVWRVGH
WUDQVSRUWHSDUDOOHJDUDpO
&RPRHQODPD\RUtDGHORVFDVRVODFODVHWUDEDMDGRUDQRSRVHHLQJUHVRVVX¿FLHQWHV
SDUD FRPSHWLU SRU VXHOR FRQ ODV DFWLYLGDGHV HFRQyPLFDV XQD GH ODV UHVSXHVWDV GH
ODLQGXVWULDGHODFRQVWUXFFLyQHVODFUHDFLyQGHYLYLHQGDVPXOWLIDPLODUHVGRQGHOD
SUHVLyQ GH UHQWDV GHO VXHOR VREUH FDGD KRJDU HV VyOR XQD SDUWH GH OD SUHVLyQ WRWDO
-DUDPLOOR
-DUDPLOORHQVXWHRUtDGHODUHQWDGHOVXHORXUEDQRSUHVHQWDDOJXQRVHOHPHQWRV
VREUHFyPRRSHUDODLQGXVWULDGHODFRQVWUXFFLyQORVFXDOHVVRQ~WLOHVSDUDH[SOLFDU
SRUTXpORVXUEDQL]DGRUHVSULYDGRVWLHQGHQDRIUHFHUYLYLHQGDHQSURSLHGDGKRUL]RQWDO
FHUFDGHORVOXJDUHVFHQWUDOHV/RVXUEDQL]DGRUHVSULYDGRV\ORVFRQVWUXFWRUHVWLHQHQ
SRUQHJRFLRODSURGXFFLyQ\YHQWDGHHVSDFLRFRQVWUXLGR&RPRFXDOTXLHUSURGXFWRU
SULYDGR HO FRQVWUXFWRU WUDVODGD DO SUHFLR ¿QDO GH YHQWD ORV FRVWRV GH SURGXFFLyQ
FDSLWDOLQYHUWLGR\XQDJDQDQFLDTXHGHQWURGHODLQGXVWULDVHFRQVLGHUDQRUPDO1R
REVWDQWHHQHOFDVRGHORVELHQHVLQPRELOLDULRVHVSDFLRFRQVWUXLGRDOSUHFLR¿QDOVH
WUDVODGDQWDPELpQGRVFRPSRQHQWHVDGLFLRQDOHVODUHQWDSHULyGLFDGHODWLHUUDTXHGHMD
GHSHUFLELUVHPLHQWUDVVHOOHYDDFDERHOSURFHVRGHFRQVWUXFFLyQ\ODUHQWDGHOVXHOR
(QHOFDVRGHODVUHQWDVSHULyGLFDVVHWUDWDGHXQFRVWRPHQRUTXHGHSHQGHGHOWLHPSR
TXHVHWDUGHHQWHUPLQDUODFRQVWUXFFLyQGHOLQPXHEOH3RUHOFRQWUDULRODUHQWDGHO
VXHORGHSHQGHGHODSUHVLyQTXHWHQJDVXHORGHELGRDVXORFDOL]DFLyQSULQFLSLRGH
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
106
DFFHVLELOLGDG R D IDFWRUHV QRUPDWLYRV TXH ORV KDJDQ HVFDVR 6LQ HPEDUJR FXDQGR
HOVXHORWLHQHXQYDORUHOHYDGRVHJXUDPHQWHQRVHUiSRVLEOHTXHXQVRORFRPSUDGRU
LQGLYLGXDO SXHGD FXEULU HVH FRVWR HQ HO SUHFLR TXH SDJD SRU HO LQPXHEOH (Q HVWRV
FDVRV SDUD TXH OD FRQVWUXFFLyQ \ VX FRPHUFLDOL]DFLyQ VHDQ YLDEOHV HV QHFHVDULR
FRQVWUXLUYLYLHQGDVPXOWLIDPLOLDUHVGRQGHHOSUHFLRGHOVXHORHVDVXPLGRSRUGLYHUVRV
FRPSUDGRUHV GH HVD IRUPD VH SXHGH FRPHUFLDOL]DU D PHQRUHV SUHFLRV OD YLYLHQGD
construida.
/RV FRQVWUXFWRUHV SXHGHQ WHQHU GRV PRWLYDFLRQHV GH WLSR HFRQyPLFR SDUD OD
FRQVWUXFFLyQHQYLYLHQGDVHQSURSLHGDGKRUL]RQWDORHQDOWXUD6LHOORVVRQORVGXHxRV
GH OD WLHUUD SXHGHQ DXPHQWDU H[WUDRUGLQDULDPHQWH VX WDVD GH JDQDQFLD VL JHQHUDQ
PD\RUHV SOXVYDOtDV VREUH OD WLHUUD $O FUHDU P~OWLSOHV YLYLHQGDV VREUH OD PLVPD
SRUFLyQGHWHUUHQRSXHGHQFREUDUSRUODUHQWDGHODWLHUUDXQPD\RUYDORUWRWDODXQTXH
FDGDYLYLHQGDLQGLYLGXDOWHQJDXQSUHFLRUHODWLYDPHQWHEDMR/DRWUDRSFLyQHVTXHORV
FRQVWUXFWRUHVQRVHDQGXHxRVGHODWLHUUD(QHVWHFDVRVHYHQREOLJDGRVDSURPRYHU
YLYLHQGDV PXOWLIDPLOLDUHV SDUD SRGHU VRSRUWDU ORV DOWRV SUHFLRV GHO VXHOR \ GH HVD
IRUPDKDFHUYLDEOHVORVSUR\HFWRVLQPRELOLDULRV
'HDFXHUGRFRQORVSODQWHDPLHQWRVSUHVHQWDGRVODYLYLHQGDPXOWLIDPLOLDUHQDOWXUD
R SURSLHGDG KRUL]RQWDO FUHFHUiQ SULQFLSDOPHQWH HQ ORV PRPHQWRV GRQGH H[LVWD XQ
H[FHVRGHFDSLWDO¿QDQFLHURGLVSRQLEOHHQODHFRQRPtDHQORVEDUULRVR]RQDVGHODV
FLXGDGHV GRQGH H[LVWD PD\RU GHPDQGD SRU ORFDOL]DFLyQ ORV PHMRU LQWHUFRQHFWDGRV
RFRQPHMRUHVVHUYLFLRVDPELHQWDOHVRHQDTXHOORVOXJDUHVGRQGHORVFRQVWUXFWRUHV
SRVHDQ OD WLHUUD \ OD GHPDQGD SRU YLYLHQGD OHV SHUPLWD JHQHUDU PD\RUHV SOXVYDOtDV
EDMRHOHVTXHPDGHSURSLHGDGKRUL]RQWDO
(Q VtQWHVLV OD FRQVWUXFFLyQ GH SURSLHGDG KRUL]RQWDO VH WRUQD FRPR XQD VROXFLyQ
LQPHGLDWDDORVSUREOHPDVGHHVSDFLRDQLYHOJHRJUi¿FR\HVWUXFWXUDOGHODFLXGDG
$GHPiVVHFRQFLEHFRPRXQDVROXFLyQIUHQWHDORVFRQÀLFWRVGHXVRGHOVXHORTXH
trae la ciudad moderna.
III. Diseño metodológico
(VWHWUDEDMRKDFHXQDERUGDMHGHFDUiFWHUGHVFULSWLYRHQWUHJDQGRLQIRUPDFLyQDQLYHO
GH FRPXQDV \ EDUULRV HQ UD]yQ GH HQWHQGHU HO FUHFLPLHQWR GH OD HVWUXFWXUD XUEDQD
GH 0DQL]DOHV HQ ORV ~OWLPRV DxRV GHVGH OD SHUVSHFWLYD GH OD SURSLHGDG KRUL]RQWDO
FRPRXQUHVXOWDGRDVRFLDGRDOPRGHORGHGHQVL¿FDFLyQXUEDQDTXHVHFRQ¿JXUDHQOD
FLXGDG(ODQiOLVLVGHVFULSWLYRVHFRPSOHPHQWDFRQDOJXQRVLQGLFDGRUHVHVWDGtVWLFRV
\PDSDVTXHGDQFXHQWDGHIRUPDSDUFLDOVREUHORVJUDGLHQWHVGHSUHFLRV\ORVIRFRV
TXHFRQFHQWUDQODFRQVWUXFFLyQHQDOWXUDHQUHODFLyQFRQHOSUHFLRGHOVXHORDQLYHO
JHRJUi¿FR
3DUDODFRQWUDVWDFLyQHPStULFDVHXWLOL]yODLQIRUPDFLyQGHODVGRVFXUDGXUtDVXUEDQDV
GH 0DQL]DOHV HQ DVLJQDFLRQHV GH OLFHQFLDV SDUD OD FRQVWUXFFLyQ \ UHPRGHODFLyQ GH
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
107
YLYLHQGD GH WLSR XQLIDPLOLDU ELIDPLOLDU \ PXOWLIDPLOLDU /D LQIRUPDFLyQ FRQWLHQH
DGHPiVHOGHWDOOHGHODViUHDV\ORVSUHFLRVSRUPHWURFXDGUDGRGHVGHORVSHULRGRV
DPDU]RGH6HHVWLPDTXHGXUDQWHHVWHSHULRGRVHDVLJQDURQDOUHGHGRUGH
OLFHQFLDVGHODVFXDOHVHOIXHURQSDUDODFRQVWUXFFLyQGHYLYLHQGDQXHYD
(VWDiUHDFRUUHVSRQGHDPGRQGHHOIXHRWRUJDGDSDUDODVXQLGDGHVGH
YLYLHQGDPXOWLIDPLOLDUHOSDUDXQLIDPLOLDU\HOUHVWRSDUDXQLGDGHVELIDPLOLDUHV
$VLPLVPRVHKDFHXQDUHYLVLyQGHODVOLFHQFLDVRWRUJDGDVSDUDHOFDVRGHOPXQLFLSLR
GH9LOODPDUtDSDUDFRQWUDVWDUHOVDOGRSRVLWLYRTXHKDWHQLGRODFRQVWUXFFLyQHQHVWH
PXQLFLSLRFRPRXQUHVXOWDGRGHODPHWURSROL]DFLyQGHOiUHDXUEDQD
IV. Abordaje empírico
0DQL]DOHV FXHQWD FRQ XQD VLWXDFLyQ SDUWLFXODU \ HV TXH VX IRUPD \ HVSDFLRV SDUD
FRQVWUXFFLyQSHUPLWHQSHQVDUHQHOGHVDUUROORGHODSURSLHGDGKRUL]RQWDOFRPRXQD
VROXFLyQKDELWDFLRQDODORVSUREOHPDVGHRIHUWDGHVXHORSXHVODYLYLHQGDWLSRFDVD
H[LJHFRQGLFLRQHVGHHVSDFLRTXHVRORSXHGHQVHUVDWLVIHFKDVHQDOJXQDV]RQDVGHOD
ciudad.
3DUDHOKDELWDQWHSXHGHVHUPiVVDWLVIDFWRULRHQFRQWUDUXQDYLYLHQGDFRQPHQRUHVFRVWRV
\XQDUHODFLyQGHEHQH¿FLRVGLYLGLGRVHQODV]RQDVFRPXQHVGHODVFRQVWUXFFLRQHVHQ
SURSLHGDGKRUL]RQWDOHQDGHODQWH3+\DTXHDOXWLOL]DUPHQRVHVSDFLRVSRUPHWUR
FXDGUDGR FDUDFWHUtVWLFR GH OD YLYLHQGD PXOWLIDPLOLDU WLSR DSDUWDPHQWR VH OLEHUDQ
HVSDFLRV SDUD VHU GHVWLQDGRV FRPR ]RQDV FRPXQHV ]RQDV YHUGHV \ SDUTXHV (O
DSURYHFKDPLHQWRGHORVHVSDFLRVVHKDFHGHXQDPDQHUDXWLOLWDULDFRQPD[LPL]DFLyQ
GHEHQH¿FLRVHQOD3+
(OFUHFLPLHQWRGHODFLXGDGGH0DQL]DOHVHQORV~OWLPRVDxRVSHUPLWHSHQVDUTXHHVWD
VHKDVDWXUDGRHQORVSXQWRVFHQWUDOHVGHMDQGRFRPRUHVXOWDGRXQDPD\RUGHQVLGDGGH
ODFRQVWUXFFLyQ0LHQWUDVWDQWRHQODVSRFDV]RQDVSHULIpULFDVDSWDVSDUDSUR\HFWRV
KDELWDFLRQDOHV H[SDQVLyQ XUEDQD VH KD SRWHQFLDGR OD FRQVWUXFFLyQ GH YLYLHQGD \
SDUWLFXODUPHQWHHQ9LOODPDUtDTXHKDFHSDUWHGHOiUHDPHWURSROLWDQDVHKDPDWL]DGR
HOIHQyPHQRFRPRXQDH[WHQVLyQSHULIpULFDGHODFLXGDGFHQWUDO/DVHYLGHQFLDVVH
FRQWUDVWDQFRQODFUHFLHQWHDVLJQDFLyQGHiUHDVSDUDFRQVWUXFFLyQGHYLYLHQGDHQOD
FDEHFHUDPXQLFLSDOGH9LOODPDUtDIUHQWHDOGHFUHFLPLHQWRTXHKDPRVWUDGR0DQL]DOHV
HQWUH\
(VWDHYLGHQFLDVHFRPSOHPHQWDFRQORVVDOGRVPLJUDWRULRVGHSREODFLyQTXHUHJLVWUDHO
'$1(GXUDQWHORV~OWLPRVDxRVSDUD0DQL]DOHV\9LOODPDUtD0LHQWUDVHQ0DQL]DOHV
HO VDOGR PLJUDWRULR KD WHQLGR XQD WHQGHQFLD QHJDWLYD HQ 9LOODPDUtD HO EDODQFH KD
VLGR SRVLWLYR \ FRQ XQD WHQGHQFLD FUHFLHQWH ³(VWH IHQyPHQR SXHGH HVWDU DVRFLDGR
D OD LQWHJUDFLyQ XUEDQD GHO iUHD PHWURSROLWDQD \D TXH ODV UHVWULFFLRQHV GH XVR GHO
VXHORSDUDODFRQVWUXFFLyQGHYLYLHQGDHQ0DQL]DOHVKDQLPSXOVDGRXQDGLQiPLFDGH
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
108
H[SDQVLyQXUEDQDHQ9LOODPDUtD´250(7(QODVLJXLHQWHJUi¿FDVHSUHVHQWD
una relación entre las tendencias de crecimiento de las áreas licenciadas en Manizales
IUHQWHDODViUHDVOLFHQFLDGDVHQHOPXQLFLSLRGH9LOODPDUtD
*Ui¿FD
Manizales - Villamaría. Áreas asignadas para construcción de vivienda (20072012)
)XHQWH(ODERUDFLyQSURSLD
3DUDHOFDVRGHORVSUR\HFWRVGHGHQVL¿FDFLyQXUEDQDDSDUHQWHPHQWHODVXPDGHiUHDV
OLFHQFLDGDVSDUDFRQVWUXFFLyQGHYLYLHQGDQXHYDHQ0DQL]DOHVKDVLGRSUHGRPLQDQWH
VREUH OD ]RQD GHO VHJXQGR FHQWUR GH OD FLXGDG TXH FRUUHVSRQGH FRQ ODV FRPXQDV
3DORJUDQGH\OD(VWDFLyQ/RVSURFHVRVGHFUHFLPLHQWRLQGLFDQTXHODFLXGDGWDPELpQ
VHKDGHQVL¿FDGRKDFLDOD]RQDSHULIpULFDGHORULHQWHFRPXQDV7HVRULWR\(FRWXUtVWLFR
FHUURGHRURGRQGHORVEDUULRVOD$OWD6XL]D0LOiQ%RVTXHVGHOD(QHDOD7RVFDQD\
&ROVHJXURVKDQVLGRSURWDJRQLVWDVLPSRUWDQWHV$VLPLVPRHQOD]RQDSHULIpULFDGHOVXU
FRPXQDVOD)XHQWH\8QLYHUVLWDULDVREUHORVEDUULRV(XFDOLSWXV&DPHOLD*XDPDO\
9pOH]VHKDGHVWDFDGRHOiUHDDVLJQDGDSDUDFRQVWUXFFLyQGHYLYLHQGDPXOWLIDPLOLDU
3RU VX SDUWH HQ OD ]RQD GHO RFFLGHQWH FRPXQD$WDUGHFHUHV &KLSUH \ 9LOOD 3LODU
VRQORVEDUULRVFRQPiVGLQiPLFDGHFRQVWUXFFLyQHQDOWXUD3DUDHOFDVRGHOD]RQD
SHULIpULFD GHO QRUWH FRPXQD &LXGDGHOD GHO QRUWH OD SURSLHGDG KRUL]RQWDO KD VLGR
(VGHUHVDOWDUTXHSDUWHGHODYLYLHQGDFRQVWUXLGDHQDOJXQRVGHHVWRVEDUULRVFRUUHVSRQGHFRQXQLGDGHV
GHLQWHUpVVRFLDOWLSR9,68
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
109
PHQRU\~QLFDPHQWHHOEDUULROD&DUROD\3XHUWDGHO6ROWLHQHQUHJLVWURVLPSRUWDQWHV
GHDVLJQDFLRQHVGHYLYLHQGDPXOWLIDPLOLDU
*Ui¿FD
Manizales. Áreas asignadas para construcción de vivienda nueva frente a los
precios / m2 en las zonas de la ciudad (2007-2012)
)XHQWH(ODERUDFLyQSURSLD
6LQ GXGD OD FLXGDG FUHFH HQ DOWXUD HQ ODV ]RQDV FHQWUDOHV SDUWLFXODUPHQWH HQ HO
VHJXQGR FHQWUR TXH FRPSUHQGH ODV FRPXQDV OD (VWDFLyQ \ 3DORJUDQGH /RV EDUULRV
FRQODPD\RUSDUWLFLSDFLyQHQDVLJQDFLRQHVGHiUHDVSDUDYLYLHQGDPXOWLIDPLOLDUHQ
HVWD]RQDGHODFLXGDGVRQ6DQ&DQFLR/DXUHOHV9HUVDOOHV*XD\DFDQHV3DOHUPR
6DQWD+HOHQDOD$UJHQWLQDOD$UEROHGD\OD(VWUHOODHQWUHRWURV
(VWDV iUHDV HVWiQ DVRFLDGDV D ODV HGL¿FDFLRQHV PiV DOWDV GH OD FLXGDG VH WUDWD GH
FRQVWUXFFLRQHV GH KDVWD SLVRV GH DOWXUD GRQGH ORV SUHFLRV SRU PHWUR FXDGUDGR
VXSHUDQORVPLOORQHVGHSHVRV
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
110
Mapa 2. Manizales: áreas licenciadas para vivienda multifamiliar (2007-2012)
)XHQWH(ODERUDFLyQSURSLD
0DSD0DQL]DOHV/RFDOL]DFLyQGHODVFRQVWUXFFLRQHVHQDOWXUDiUHDV
)XHQWH(ODERUDFLyQSURSLD
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
111
(VWHSDQRUDPDLQGLFDTXHHOFUHFLPLHQWR\ORFDOL]DFLyQUHFLHQWHGHODFRQVWUXFFLyQ
HQ DOWXUD HQ OD FLXGDG GH 0DQL]DOHV KD VHJXLGR XQ SDWUyQ GH GHQVL¿FDFLyQ \ SRU
WDQWRVLJXHHOPRGHORGHFLXGDGFRPSDFWDGRQGHORVQ~FOHRVGHODFLXGDGVRQORV
GRV FHQWURV HFRQyPLFRV GRQGH VH XELFDQ ODV DFWLYLGDGHV ¿QDQFLHUDV GH VHUYLFLRV
JXEHUQDPHQWDOHVGHVDOXGHGXFDFLyQ\ODDJORPHUDFLyQGHOFRPHUFLR
/DHVWUXFWXUDGHSUHFLRVGHODYLYLHQGDHQ0DQL]DOHVVHFRUUHVSRQGHGHPDQHUDGLUHFWD
FRQODViUHDVDVLJQDGDVSDUDFRQVWUXFFLyQGHYLYLHQGDPXOWLIDPLOLDUHVGHFLUSDUDORV
VHFWRUHVGRQGHFUHFHODFLXGDGHQDOWXUDTXHVRQYHFLQDVGHODV]RQDVFHQWUDOHVHV
GRQGHVHHYLGHQFLDQORVSUHFLRVPiVDOWRVSRUPHWURFXDGUDGRSDUDODVDVLJQDFLRQHV
GHVXHORUHVLGHQFLDO3DUDHOFDVRVHQRWDTXHHQOD]RQDGHOVHJXQGRFHQWUR\SDUWH
RULHQWDOGHODFXLGDGORVSUHFLRVVRQPiVDOWRVSDUDODYLYLHQGDPXOWLIDPLOLDU
Mapa 4
Manizales. Precios corrientes de la vivienda multifamiliar por m2 (2007-2012)
)XHQWH(ODERUDFLyQSURSLD
(QHOFDVRVHODYLYLHQGDXQLIDPLOLDU\ELIDPLOLDUODHVWUXFWXUDGHSUHFLRVQRVLJXHXQ
SDWUyQGHVHJUHJDFLyQWDQHYLGHQWHFRPRHOFDVRGHODYLYLHQGDPXOWLIDPLOLDU$XQTXH
KD\EDUULRVFRPROD&DPHOLDOD)UDQFLD6DQ/XLV$OWD6XL]D%HOpQ3DOHUPR6DQ
0DUFHO$OKDPEUD\5LQFyQGHO7UpEROHQWUHRWURVTXHFRQFHQWUDQJHRJUi¿FDPHQWH
XQRV SUHFLRV SRU PHWUR FXDGUDGR PX\ DOHMDGRV GHO SURPHGLR GH OD FLXGDG GDGDV
ODV FDUDFWHUtVWLFDV GH HQWRUQR \ ODV FRQGLFLRQHV VRFLRHFRQyPLFDV GH OD SREODFLyQ
UHVLGHQWH(VWDV]RQDVVHFDUDFWHUL]DQSRUDOEHUJDUORVKDELWDQWHVGHODFLXGDGFRQHO
PD\RUQLYHOGHLQJUHVR\PHMRUHVFRQGLFLRQHVGHYLGD
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
112
Mapa 5. Manizales. Precios de la vivienda Unifamiliar y Bifamiliar por m2 (2007-2012)
)XHQWH(ODERUDFLyQSURSLD
/DUHODFLyQGHSUHFLRVSRUPHWURFXDGUDGRIUHQWHDOWLSRGHYLYLHQGDDVLJQDGDPXHVWUD
XQDUHODFLyQGLUHFWDTXHH[SUHVDODFXUYDGHRIHUWDGHYLYLHQGDHQODFLXGDG3DUDHO
FDVRGHODYLYLHQGDXQLIDPLOLDUODRIHUWDWLHQHXQDSHQGLHQWHPiVDOWDTXHUHSUHVHQWDOD
HODVWLFLGDGSRUPHWURFXDGUDGRDGLFLRQDOHVGHFLUSRUFDGDTXHDXPHQWDHOVXHOR
RIHUWDGRSDUDHVWHWLSRGHYLYLHQGDORVSUHFLRVLQFUHPHQWDQDSUR[LPDGDPHQWHHQXQ
PLHQWUDVTXHSDUDODYLYLHQGDPXOWLIDPLOLDUVyORLQFUHPHQWDQHQXQ
*Ui¿FD
Manizales. Precios por metros cuadrado y áreas asignadas de acuerdo al tipo de
vivienda
)XHQWH(ODERUDFLyQSURSLD
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
113
(VWRVUHVXOWDGRVSODQWHDQXQDSUHIHUHQFLD\PD\RUGHPDQGDGHOVXHORHQODV]RQDVGH
ODFLXGDGPHMRULQWHUFRQHFWDGDV\FRQPD\RUFREHUWXUDHQVHUYLFLRVTXHVHUHÀHMDHQOD
HVWUXFWXUDGHSUHFLRV6LELHQODGHQVL¿FDFLyQXUEDQDKDVLGRVHJUHJDQWHHQOXJDUHVPiV
SULYLOHJLDGRVDSDUHQWHPHQWHH[LVWHPHMRUDVLJQDFLyQGHEHQH¿FLRVHQODFRQVWUXFFLyQ
HQDOWXUDSRUTXHIDYRUHFHODLQWHJUDFLyQGHOPHUFDGRGHOVXHORFRQXQDHVWUXFWXUDGH
SUHFLRVPiVDVHTXLEOHV'HKHFKRSDUWHGHOFUHFLPLHQWRGHODFRQVWUXFFLyQHQDOWXUD
VHGHEHDOFUHFLPLHQWRTXHKDQWHQLGRORVSUR\HFWRVGH9,68HQODFLXGDG
(VWDUHODFLyQSODQWHDXQXVRPiVH¿FLHQWHGHOVXHOREDMRHOPRGHORGHFUHFLPLHQWR
HQ DOWXUD SDUD ODV FRQGLFLRQHV GH H[SDQVLyQ XUEDQD GH OD FLXGDG GH 0DQL]DOHV \D
TXHODSURSLHGDGKRUL]RQWDORSWLPL]DHOHVSDFLRSDUDODFRQVWUXFFLyQ\PD[LPL]DORV
EHQH¿FLRVGHORVGHPDQGDQWHVGHYLYLHQGD
V. Conclusiones
/DFLXGDGGH0DQL]DOHVWLHQHXQPRGHORGHFUHFLPLHQWRXUEDQRTXHVHGDDWUDYpVGHOD
GHQVL¿FDFLyQSURGXFLGDSRUODFRQVWUXFFLyQGHYLYLHQGDPXOWLIDPLOLDU/DHGL¿FDFLyQ
GHYLYLHQGDHQDOWXUDVHGDSRUODVGLIHUHQWHVFLUFXQVWDQFLDVFRPRHOSUHFLRGHOVXHOR\
ODVFRQGLFLRQHVJHRJUi¿FDV\DTXH0DQL]DOHVVHHQFXHQWUDURGHDGDGH]RQDVSHULIpULFDV
FRQ SUHGRPLQDQFLD GH ODGHUDV \ HQ DOJXQRV FDVRV GH UHVHUYDV DPELHQWDOHV (Q WDO
VHQWLGRVLJXHXQPRGHORGHFLXGDGFRPSDFWDGRQGHWRGDVODVSUHVLRQHVJHQHUDGDVSRU
HOFUHFLPLHQWRSREODFLRQDO\HFRQyPLFRVHWUDGXFHQHQSUHVLRQHVVREUHHOXVRVXHOR
/RV UHVXOWDGRV GH HVWD SUREOHPiWLFD GDQ FXHQWD TXH HO GH ORV KRJDUHV GH OD
FLXGDG VH HQFXHQWUDQ HQ VLWXDFLyQ GH Gp¿FLW GH YLYLHQGD TXH SXHGH HVWDU DVRFLDGD
DODIDOWDGHDVHTXLELOLGDGDQXHYRVSUR\HFWRV\ORVHOHYDGRVSUHFLRVTXHJHQHUDOD
UHGXFLGDRIHUWDGHOVXHORSDUDODFRQVWUXFFLyQ
$OSDUHFHUORVSUR\HFWRVGHH[SDQVLyQXUEDQDHQOD]RQDVSHULIpULFDVVHKDQHQFDPLQDGR
KDFLD HO RULHQWH GH OD FXLGDG \ SDUWLFXODUPHQWH KDFLD HO PXQLFLSLR GH 9LOODPDUtD
GRQGHODFUHFLHQWHDVLJQDFLyQGHiUHDVSDUDFRQVWUXFFLyQGHYLYLHQGDHQODFDEHFHUD
PXQLFLSDOKDVLGRQRWRULDIUHQWHDOGHFUHFLPLHQWRTXHKDPRVWUDGR0DQL]DOHVHQWUH
\
3DUD HO FDVR GH ORV SUR\HFWRV GH GHQVL¿FDFLyQ VH QRWD XQD WHQGHQFLD FUHFLHQWH
UHFRQRFLGDHQHOVHJXQGRFHQWURGHODFLXGDGTXHFRPSUHQGHODVFRPXQDV3DORJUDQGH
\OD(VWDFLyQ/RVEDUULRVFRQODPD\RUSDUWLFLSDFLyQHQDVLJQDFLRQHVGHiUHDVSDUD
YLYLHQGD PXOWLIDPLOLDU VRQ 6DQ &DQFLR /DXUHOHV9HUVDOOHV *XD\DFDQHV 3DOHUPR
6DQWD+HOHQDOD$UJHQWLQDOD$UEROHGD\OD(VWUHOODHQWUHRWURV(QHVWRVEDUULRVHV
GRQGHVHHQFXHQWUDQODVHGL¿FDFLRQHVPiVDOWDVGHODFLXGDG
(OUHVXOWDGRGHHVWHKHFKRVHWUDGXFHHQXQDPD\RUFRQFHQWUDFLyQGHORVSUHFLRVHQ
HVDVPLVPDV]RQDVGRQGHODGHPDQGDGHOVXHORHVDOWDGDGDODSUR[LPLGDGJHRJUi¿FD
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
114
DO VHJXQGR FHQWUR HFRQyPLFR GH OD FLXGDG HO FDEOH (Q HO FDVR GH OD YLYLHQGD
XQLIDPLOLDU\ELIDPLOLDUODHVWUXFWXUDGHSUHFLRVQRVLJXHXQSDWUyQGHVHJUHJDFLyQWDQ
evidente como el caso de la vivienda multifamiliar.
/DFRQVWUXFFLyQGHSURSLHGDGKRUL]RQWDOVHWRUQDFRPRXQDVROXFLyQLQPHGLDWDDORV
SUREOHPDVGHHVSDFLRDQLYHOJHRJUi¿FR\HVWUXFWXUDOGHODFLXGDG$GHPiVVHFRQFLEH
FRPRXQDPHGLGDTXHFRQWUDUUHVWDORVHIHFWRVGHODDJORPHUDFLyQDSURYHFKDQGRORV
HVSDFLRVGHXQDPDQHUDXWLOLWDULDFRQPD[LPL]DFLyQGHEHQH¿FLRVGHVGHHOSXQWRGH
YLVWDGHODRIHUWD\ODGHPDQGDGHYLYLHQGD
Referencias
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&DPDJQL5Economía Urbana.%DUFHORQD$QWRQL%RVFK
&XHUYR/0\*RQ]iOH]-Industria y ciudades en la era de la mundialización:
Un enfoque socioespacial.%RJRWi7HUFHU0XQGR
(VFREDU',QVWUXPHQWRV\PHWRGRORJtDGHSODQHVGHPRYLOLGDG\WUDQVSRUWH
HQ ODV FLXGDGHV PHGLDV FRORPELDQDV 7HVLV 'RFWRUDO 8QLYHUVLGDG 3ROLWpFQLFD GH
&DWDOXxD%DUFHORQD
*DU]D 1 'LOHPD HFRQyPLFR DPELHQWDO GHO XUEDQLVPR HQ FLXGDGHV
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*DYLULD = /D H[SDQVLyQ XUEDQD VREUH ODV SHULIHULDV UXUDOHV GHO HQWRUQR
LQPHGLDWRDODFLXGDGPHWURSROLWDQDRevista soluciones de posgrado(,$
-DFREV-La economía de las ciudades%DUFHORQD(GLFLRQHV3HQtQVXOD
-DUDPLOOR6Hacia una teoría de la renta del suelo urbano%RJRWi(GLFLRQHV
8QLDQGHV
/XQJR0&LXGDGJUDQGHSDtVSHTXHxRORVGHVDItRVGHODJHVWLyQPHWURSROLWDQD
en Centroamérica. En Repensando a experiencia urbana da América Latina: questões,
conceitos e valoresHGLWDGRSRU$QD&ODUD7RUUHV5LEHLUR%XHQRV$LUHV&/$&62
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
115
2EVHUYDWRULR GHO 0HUFDGR GH 7UDEDMR GH 0DQL]DOHV 250(7 'LDJQyVWLFR
VRFLRHFRQyPLFR \ GHO PHUFDGR WUDEDMR ÈUHD 0HWURSROLWDQD 0DQL]DOHV9LOODPDUtD
0DQL]DOHV8QLYHUVLGDGGH0DQL]DOHV
6DEDWLQL)0HGLFLyQGHODVHJUHJDFLyQUHVLGHQFLDOUHÀH[LRQHVPHWRGROyJLFDV
GHVGH OD FLXGDG ODWLQRDPHULFDQD 3RQWL¿FLD 8QLYHUVLGDG &DWyOLFD 7KH /LQFROQ
,QVWLWXWHRI/DQG3ROLF\
6PROND0,QIRUPDOLGDGSREUH]DXUEDQD\SUHFLRVGHODWLHUUDLand Lines
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
116
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
117
Reseña de libros
Esta sección tiene como propósito reseñar libros y publicaciones sobre temas
regionales o locales que son resultado de la investigación económica o de las
ciencias sociales relacionadas. También se reseñarán libros destinados a un público
más amplio que sean de interés para estas disciplinas. No se reseñarán libros de
texto ni sólo ilustrativos.
La ruta del oro. Una economía exportadora: Antioquia 1850 – 1890. María Mercedes
Botero. 2007. Medellín: Fondo Editorial Universidad EAFIT. 289 pp.
(OVLJOR;,;VLJQL¿FySDUD&RORPELDXQSHULRGRGHWUDQVIRUPDFLyQGHVXVHVWUXFWXUDV
sociales y de sus instituciones, con algunas continuidades en los ámbitos políticos y
económicos. Junto con los cambios internos generados por la ruptura con la metrópoli
española, y la sombra que este proceso proyectó sobre gran parte del siglo, la economía
mundial después de 1800 nunca sería la misma con el auge industrial de Inglaterra,
OD HOLPLQDFLyQ GH ODV WUDEDV DO FRPHUFLR \ DO ÀXMR LQWHUQDFLRQDO GH WUDEDMDGRUHV \
capitales y la adopción del oro como patrón internacional de pagos. Es este contexto
TXHVLUYHGHWUDVIRQGRDODKLVWRULDTXHSUHVHQWDODSURIHVRUD0DUtD0HUFHGHV%RWHUR
en este libro.
(QHVWHWUDEDMRODSURIHVRUD%RWHURVHSURSRQHHVWXGLDUODFLUFXODFLyQGHORVPHWDOHV
SUHFLRVRV \D IXHUD FRPR PHUFDQFtD R FRPR GLQHUR DQWHV GH VHU FRQGXFLGRV D
los centros comerciales europeos, en particular Londres. Esto se aborda en nueve
capítulos, iniciando con una contextualización de las condiciones internacionales
de producción y comercialización del oro en el siglo XIX y la importancia relativa
de la producción local, los cuales son temas del primer capítulo. En el segundo se
HVWXGLDQODVSROtWLFDVGHOLEHUDOL]DFLyQGHODSURGXFFLyQDXUtIHUDDPHGLDGRVGHOVLJOR
XIX, y en los siguientes dos capítulos se analizan algunas condiciones asociadas
D OD SURGXFFLyQ FRPR OD XELFDFLyQ JHRJUi¿FD GH ODV PLQDV HO URO TXH WXYLHURQ ODV
FRPSDxtDVH[WUDQMHUDVHQODDPSOLDFLyQGHODIURQWHUDPLQHUD\ODPDQHUDFRPRORV
ODERUDWRULRVGHIXQGLFLyQ\HQVD\HD\XGDURQDFUHDUXQPHUFDGRGHORURHQ0HGHOOtQ
convirtiendo a esta ciudad en un centro importante de comercialización del oro, esto
último tema del capitulo sexto. El séptimo capitulo se concentra en la descripción
GHO FDPLQR TXH VHJXtD HO RUR GHVGH ODV ]RQDV GH H[SORWDFLyQ KDVWD HO PHUFDGR GH
0HGHOOtQ\ORVDJHQWHVTXHLQWHUYHQtDQHQODVQHJRFLDFLRQHVSDUDFRQGXFLUHORURKDFLD
HOPHUFDGRH[WHUQR\VXGHVWLQR¿QDOHQ/RQGUHVORFXDOHVWHPDGHFDSLWXORRFWDYR
El libro cierra con un recuento de los principales resultados del libro a manera de
conclusión.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
118
Este estudio se sustenta en las estimaciones publicadas en el Parliamentary Papers de
/RQGUHV\ODVGH$GROI6RHWEHHUTXHHVWiQFLWDGDVHQHOFRQRFLGRWUDEDMRGH9LFHQWH
5HVWUHSRVREUHODVPLQDVGHRUR\SODWDHQ&RORPELDTXHWDPELpQHVIXHQWHGHHVWD
LQYHVWLJDFLyQ2WUDVIXHQWHVHQODVTXHVHVXVWHQWDHVWHHVWXGLRVRQORVDUFKLYRVGH
varias casas mercantiles de Medellín que tuvieron nexos con el exterior y que se
HQFXHQWUDQHQHODUFKLYRGHOD)XQGDFLyQ$QWLRTXHxDSDUDORV(VWXGLRV6RFLDOHV)$(6
y en la biblioteca de la Universidad EAFIT.
/D SUHVHQWH REUD VH LQVFULEH HQWUH GRV WUDGLFLRQHV KLVWRULRJUi¿FDV SRU XQD SDUWH
aquella línea de estudios dedicados a la organización de la producción minera en las
minas de veta y aluvión y, por otra parte, aquellas investigaciones en las que se aborda
el proceso de exportación del mineral y su uso para el intercambio local y externo.
6LQ HPEDUJR HQWUH HVWDV GRV WUDGLFLRQHV TXH VH FRQFHQWUDQ HQ OD SURGXFFLyQ \ OD
FRPHUFLDOL]DFLyQKD\SDVRVLQWHUPHGLRVTXHHVWHOLEUREXVFDDQDOL]DUHQIRFiQGRVH
en los actores que llevaron a cabo las exportaciones de metales preciosos a los centros
de comercio internacional, indagando por la manera en que estos conseguían el metal
y los mecanismos de amonedación, entre otros.
La minería colombiana a mediados del siglo XIX, como otras ramas de la producción
ORFDO VH YLR DIHFWDGD SRU XQD VHULH GH UHIRUPDV TXH WRPDURQ GLVWLQWRV JRELHUQRV
OLEHUDOHVTXHSHUPLWLHURQDEROLUJUDQSDUWHGHODVLQVWLWXFLRQHVKHUHGDGDVGHODFRORQLD
\TXHUHSUHVHQWDEDQXQIUHQRSDUDODLQLFLDWLYDSULYDGD'HQWURGHHVWDVUHIRUPDVVH
encuentra la ley del 12 de mayo de 1846 que liberalizó la exportación de oro, dando
LQLFLRDXQIXHUWHSHULRGRGHH[SDQVLyQGHODSURGXFFLyQPLQHUD
Entre 1852 a 1881 la producción de oro colombiana pasó de 483.000 a 621.000 libras
esterlinas. No obstante, la participación porcentual de la producción colombiana en el
WRWDOPXQGLDOQXQFDVXSHUyHOPX\OHMRVGHORVSDtVHVTXHOLGHUDEDQODSURGXFFLyQ
para la época y que se repartían casi la totalidad del mercado mundial, es decir, Estados
8QLGRV$XVWUDOLD\5XVLD9DOHODSHQDUHFRUGDUTXHODLPSRUWDQFLDGH&RORPELDHQHO
PHUFDGRLQWHUQDFLRQDOGHPHWDOHVIXHPDUJLQDOLQFOXVRHQpSRFDVFRORQLDOHV\QRVH
compara con la producción y exportación de plata de los actuales México y Perú, ni
con la experiencia brasilera en el caso del oro.
6LQHPEDUJRHQHOiPELWRORFDOODSURGXFFLyQPLQHUDIXHHOVHFWRUTXHLPSXOVyHO
crecimiento económico que experimentó el virreinato de la Nueva Granada en la
VHJXQGDPLWDGGHOVLJOR;9,,,\VHUtDGHJUDQLPSRUWDQFLDSDUDHOGHVSHJXHHFRQyPLFR
GH$QWLRTXLDHQHOVLJOR;,;/DUHJLyQVHYHQtDSHU¿ODQGRFRPRXQFHQWURPLQHUR
de importancia desde las postrimerías del periodo colonial, cuando la producción
DQWLRTXHxDGHRURGHVSOD]yODVSURGXFFLRQHVGHODVPLQDVGH&KRFR\3RSD\iQ
&RQOD,QGHSHQGHQFLDODSURGXFFLyQDXUtIHUDVHHVWDQFyDXQTXHODVH[SRUWDFLRQHVGH
oro mantuvieron relativa importancia en el total, y Antioquia sería quizás la región
PHQRVDIHFWDGDSRUHOSURFHVRGHHPDQFLSDFLyQHVWRVHYHUL¿FDFRQHODOWRFUHFLPLHQWR
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119
SREODFLRQDO DQWLRTXHxR HQWUH \ TXH IXH GH PX\ SRU HQFLPD GHO
FUHFLPLHQWRSREODFLRQDOFRORPELDQRTXHIXHGH)OyUH]\5RPHUR3DUWH
GHHVWHFUHFLPLHQWRVHH[SOLFDSRUTXHODPLQHUtDHQ$QWLRTXLDIXHIXQGDPHQWDOPHQWH
de aluvión y la mano de obra que se empleaba en su producción en su mayoría eran
mestizos libres, razones por las cuales la desarticulación de las relaciones esclavistas
que se suscitaron con el proceso iniciado en 1810 no deterioró de manera importante
la producción minera en la región.
/DPLQHUtDTXHKDEtDSDVDGRGHVHUXQVHFWRUOtGHUQHRJUDQDGLQRHQHOSHULRGR
DHVWDQFDGRKDVWDORVDxRVVHVHQWDGHOVLJOR;,;H[SHULPHQWDDSDUWLUGHHVWD
GpFDGDXQDIXHUWHUHFXSHUDFLyQSURWDJRQL]DGDSRUHODYDQFHGHODPLQHUtDDQWLRTXHxD
A la minería tradicional de los mazamorreros, se suman las grandes compañías mineras
GHODpSRFDFRPR3XULQD(O*XDGXDORODHPEOHPiWLFD6RFLHGDG(O=DQFXGROLGHUDGD
SRU &RUROHDQR $PDGRU GHVFHQGLHQWH GH XQD LPSRUWDQWH IDPLOLD GH HPSUHVDULRV
JDGLWDQRV HVWDEOHFLGRV HQ &DUWDJHQD D ¿QDOHV GHO VLJOR ;9,,, 'H LJXDO PDQHUD OD
PLQHUtDGHYHWDIXHJDQDQGRLPSRUWDQFLDDODSDUTXHORVFDSLWDOHVH[WUDQMHURVÀXtDQ
a la región por medio de la Frontino & Bolivia Gold Mining Company y la Compañía
Minera Francesa de Segovia. Este resurgimiento de la minería colombiana se debe
entender también en un contexto en el cual un gran número de países adoptaron el oro
como patrón monetario a partir de 1870.
/DUHDFWLYDFLyQGHODSURGXFFLyQDXUtIHUDDQWLRTXHxDDPHGLDGRVGHOVLJOR;,;LPSXOVy
otros sectores de la actividad económica como la naciente banca y el comercio. Ante la
ausencia de un banco central, Medellín se convirtió en una plaza para el control de las
distintas etapas de la producción y comercialización del metal. En primer lugar, con la
comercialización de oro, la capital antioqueña se convierte en un centro mercantil y de
distribución de mercancías importadas, así como de acuñación mediante la creación de
XQDFDVDGHPRQHGDHQTXHDWUDMRWDPELpQHORUR\ODSODWDGHO(VWDGRGHO&DXFD
'HODPLVPDPDQHUDODFLXGDGHPHUJHFRPRXQFHQWUREDQFDULRGHLPSRUWDQFLDHQHO
occidente colombiano al ser sede de tres casas bancarias y cinco bancos privados que
¿QDQFLDURQODDFWLYLGDGPHUFDQWLO\ODFRPSUDGHRUR
/DVHPLVLRQHVEDQFDULDVLPSXOVDURQHOFRPHUFLR\PDQWXYLHURQXQLPSRUWDQWHÀXMR
GHOLTXLGH]HQODUHJLyQORFXDOVHLQWHUUXPSLyIXHUWHPHQWHFRQODVSROtWLFDVDGRSWDGDV
HQSRUHOJRELHUQRUHJHQHUDGRUGH5DIDHO1XxH]HQSDUWLFXODUODFUHDFLyQGHO
%DQFR1DFLRQDOTXHLQVWDXUySRUSULPHUDYH]HQODKLVWRULDGHOSDtVHOFXUVROHJDO\
IRU]RVR (VWH HUD XQ GXUR JROSH SDUD OD EDQFD \ HO FRPHUFLR GH XQD UHJLyQ PLQHUD
donde los metales se destinaron a la exportación y que permitía los intercambios
PHUFDQWLOHVHQWUHGLYHUVDVSREODFLRQHVGH$QWLRTXLD\GHHVWDVFRQRWUDVUHJLRQHV6LQ
embargo, el poder de los agentes vinculados al sector externo continuó siendo muy
IXHUWH\DTXHODVPHGLGDVPRQHWDULDVGHOD5HJHQHUDFLyQQRHVWXYLHURQDFRPSDxDGDV
de la regulación del comercio y la exportación del oro.
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
120
(QVtQWHVLVSHVHDODLPSRUWDQFLDPDUJLQDOGH&RORPELDHQHOPHUFDGRLQWHUQDFLRQDO
GHPHWDOHVSUHFLRVRVHQWUH\HVWDDFWLYLGDGSHUPLWLyDXQJUXSRGH¿UPDV
mercantiles insertarse en el dinámico comercio internacional de la época y vincularse
FRQHOVLVWHPD¿QDQFLHUREULWiQLFRHSLFHQWURGHOSURFHVRJOREDOL]DGRUGHODVHJXQGD
PLWDGGHOVLJOR;,;&RQODPLQHUtDJUDQGHVFRPHUFLDQWHV\PLQHURVGHORFFLGHQWH
colombiano pudieron acumular capitales y acceder al crédito externo que les abrieron
la posibilidad de importar mercancía y operar como intermediarios en el negocio
FDPELDULRFRQYLUWLHQGRD$QWLRTXLDHQHOSULQFLSDOFHQWURHFRQyPLFRGH&RORPELD
en el siglo XIX.
(OWHPDTXHDERUGDODSURIHVRUD%RWHURHQVXOLEURHUDUHODWLYDPHQWHLQH[SORUDGRHQ
ODKLVWRULRJUDItDHFRQyPLFDFRORPELDQD&RPRVHPHQFLRQyDQWHULRUPHQWHHUDSRFR
ORTXHVHFRQRFtDVREUHODFLUFXODFLyQPRQHWDULDLQWHUQDDQWHVTXHORVPHWDOHVIXHUDQ
HQYLDGRVD(XURSD\DIXHUDD(VSDxDHQpSRFDVFRORQLDOHVRD,QJODWHUUDHQHOVLJOR
;,;DOJRTXHFRQWUDVWDFRQODVWUDGLFLRQHVKLVWRULRJUi¿FDVGHHVSDFLRVHQORVFXDOHV
OD PLQHUtD IXH PiV LPSRUWDQWH FRPR 0p[LFR \ 3HU~ GRQGH HVWH WHPD KD VLGR PDV
H[SORUDGR5RPDQR
6LQHPEDUJRXQLQWHUURJDQWHTXHVXUJHFRQODOHFWXUDGHHVWHOLEURHVTXpSDUWHGHORV
PHWDOHVDFXxDGRVHQODFDVDGHPRQHGDGH0HGHOOtQGXUDQWHVXIXQFLRQDPLHQWRHVWR
HVPLOORQHVGHSHVRVRUR\GHHVRVPLOORQHVGHSHVRVSODWDSVLUYLySDUD
DOLPHQWDUORVFLUFXLWRVPHUFDQWLOHVORFDOHVDQWHVGHTXHHVWRVPHWDOHVIXHUDQH[SRUWDGRV
D(XURSD/DSUHJXQWDVHMXVWL¿FDSRUTXHDGLIHUHQFLDGHODVH[SHULHQFLDVFRORQLDOHV
de México y Perú en las que la plata producida alimentaba el comercio local antes de
ser exportada, el oro antioqueño al parecer se destinaba principalmente al comercio
H[WHULRUVLQWHQHUPD\RUFLUFXODFLyQODLQWHUQD$GHPiVHQHOLQÀX\HQWHWUDEDMRGH
José Antonio Ocampo sobre la economía exportadora colombiana en el siglo XIX, se
D¿UPDTXHGXUDQWHJUDQSDUWHGHHVWHVLJORHOSDtVWXYRXQSDWUyQSODWDGHIDFWRHQHO
cual se exportaba oro pero se importaba plata para alimentar la circulación interna.
Por lo tanto, es probable que la circulación de la plata tenga un papel protagónico en
la respuesta a este interrogante.
Pese a esto, el presente libro permite tener un panorama bastante completo de la
PLQHUtDHQ$QWLRTXLDHQHOVLJOR;,;EDVDGRHQXQDUHFRSLODFLyQH[KDXVWLYDGHIXHQWHV
SULPDULDV\VHFXQGDULDV&RQODVFRQWULEXFLRQHVGHODSURIHVRUD%RWHURFRQRFHPRV
DKRUDXQSRFRPiVVREUHODFLUFXODFLyQPRQHWDULD\FRQWRGDVHJXULGDGVXOHFWXUD
SURSLFLDUiHOLQWHUpVSRUUHWRPDUHVWHWHPDGHODHYROXFLyQKLVWyULFDGHODPLQHUtDHQ
&RORPELDWDQLPSRUWDQWHHQORVLQLFLRVGHODGHQRPLQDGDQXHYDKLVWRULD\HQHOFXDO
WRGDYtDKD\PXFKRVDVSHFWRVSRUHVWXGLDUVREUHODSURGXFFLyQ\FRPHUFLDOL]DFLyQGH
PHWDOHV SUHFLRVRV HQ HO iPELWR ORFDO \ H[WHUQR 'H LJXDO PDQHUD VHUtDPX\ EXHQR
HPSUHQGHUWUDEDMRVVLPLODUHVHQHOFRQWH[WRGHODXJHPLQHURDQWLRTXHxRGH¿QDOHVGHO
VLJOR;9,,,
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
121
(VWHOLEURHVXQJUDQDSRUWHDXQSURIXQGRGHEDWHHQQXHVWUDKLVWRULRJUDItDSURSLFLDGR
SRU ODV GLVWLQWDV KLSyWHVLV TXH EXVFDQ H[SOLFDU ORV RUtJHQHV KLVWyULFRV GHO QRWDEOH
desarrollo económico de Antioquia, discusión que no está del todo saldada.
Referencias
)OyUH]&DUPHQ(OLVD\2OJD/XFtD5RPHUR³/DGHPRJUDItDFRORPELDQDHQHO
VLJOR;,;´(Q0HLVHO$GROIR\0DUtD7HUHVD5DPtUH]Economía Colombiana del
Siglo XIX%RJRWi)RQGRGH&XOWXUD(FRQyPLFD\%DQFRGHOD5HS~EOLFD
Romano Ruggiero, 1999. Monedas, seudomonedas y circulación monetaria en las
economías de México0p[LFR'))RQGRGH&XOWXUD(FRQyPLFD
Edwin López Rivera
3URIHVRU
Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano
RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
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RegionEs - Volumen 7 Número 1 - Junio 2012
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Revista de revistas
El propósito de esta sección es informar a los investigadores en ciencias sociales
interesados en aspectos regionales y locales acerca de los artículos pertinentes
publicados en fecha reciente en algunas de las más importantes revistas económicas
y ciencias sociales relacionadas de Colombia
) Rubiano P., Néstor. 2011. Ciclo político de los negocios y tamaño municipal:
Colombia 1989-2008. Economía Institucional 15 (25): 105-136.
El propósito de un grupo político de hacerse reelegir en el gobierno por medio de
medidas coyunturales de política en periodos preelectorales como aumento del gasto
S~EOLFR \ GHO Gp¿FLW ¿VFDO VH GHQRPLQD ³FLFOR SROtWLFR GH ORV QHJRFLRV´ (O DXWRU
examina la evidencia de este ciclo en 547 municipios de Colombia entre 1989 y 2008,
diferenciando siete categorías de municipios según su población y el tamaño del
sector público. Concluye que existe sólida evidencia de un ciclo político de negocios
en las categorías 6 de los municipios (población menor de 10 mil habitantes) y 4 (entre
20 y 30 mil habitantes).
) Medina, Carlos A. y Carlos E. Vélez. 2011. Aglomeración económica y congestión
YLDOORVSHUMXLFLRVSRUUDFLRQDPLHQWRGHOWUi¿FRYHKLFXODURevista del Banco de la
República 84 (1004): 16-69.
Los autores examinan los efectos de las medidas implantadas por los gobiernos locales
HQGRVDJORPHUDFLRQHVXUEDQDVGH&RORPELD%RJRWi\0HGHOOtQFRQHO¿QGHUHGXFLU
la creciente congestión vial de estas urbes. Como es conocido, las medidas tomadas
³UDFLRQDQ´HOXVRGHYHKtFXORVHQGHWHUPLQDGDVKRUDV\GHWHUPLQDGRVGtDVTXHUHWLUDQ
de la circulación en ese lapso alrededor del 40% (en Bogotá). Con la utilización de
un modelo de calidad de vida (life satisfaction), el artículo muestra que tales medidas
son perjudiciales tanto para la ciudad de Bogotá en su conjunto equivalente a 6% del
ingreso de los hogares, como para los hogares de ingresos altos y también para los
de bajo ingreso. Por lo demás, los autores concluyen que las medidas implantadas
UHVXOWDQ³LQH¿FLHQWHVHLQH¿FDFHV´HQUHODFLyQFRQORV¿QHVTXHVHSURSRQHQ0HGLGDV
alternativas, como las tomadas en algunas ciudades de países desarrollados (peajes
por congestión en zonas céntricas), deberían ser estudiadas e implantadas si es el caso.
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) Cárcamo, Carolina y José A. Mola. 2012. Diferencias por sexo en el desempeño
académico en Colombia: Un análisis regional. Economía & Región 6 (1): 133-169.
Con la utilización de una muestra de las pruebas SABER-11 del ICFES los autores
examinan las brechas en el desempeño académico de los estudiantes de educación
media de las regiones de Colombia. Los datos se analizaron mediante una prueba de
medias (t Student) y regresiones por cuantiles en los componentes de matemáticas y
lenguaje. Los resultados muestran que, en promedio, los hombres registran puntajes
más elevados en matemáticas y más bajos en lenguaje; lo contrario ocurre en las
mujeres. Por regiones, la diferencia en matemáticas es mayor en los departamentos
del interior, mientras que en lenguaje la brecha es mayor en los de la Región Caribe.
Un aspecto importante del estudio es el efecto de localización. Los estudiantes que se
educan en lugares diferentes a Bogotá tienden a tener un desempeño inferior en los
componentes mencionados.
‡‡‡‡‡‡
Guía editorial para los colaboradores
Los artículos enviados a Regiones deben ser inéditos y no deben estar siendo
presentados simultáneamente para su publicación en otras revistas. Es importante
indicar si es una versión más elaborada de un trabajo anterior publicado, junto con el
lugar y fecha de su publicación.
Dirección para envío de manuscritos
Los manuscritos deberán ser enviados en medio electrónico a la siguiente dirección:
[email protected] (asunto: Revista Regiones) o a [email protected]
En casos excepcionales se admitirán manuscritos impresos, en cuyo caso se remitirán
dos (2) ejemplares a: Editor Revista Regiones, CRECE - Recinto del Pensamiento
Kilómetro 11 Vía al Magdalena, Manizales, Colombia. No obstante, si el artículo es
aprobado para publicación deberá enviarse una versión en medio electrónico.
Hoja de presentación
Se adjuntará una hoja de presentación separada del texto del artículo con el siguiente
contenido.
‡ 7tWXORFRPSOHWRGHODUWtFXOR
‡ 1RPEUH FRPSOHWR GHO ORV DXWRUHV D¿OLDFLyQ LQVWLWXFLRQDO VL OD KD\ FRUUHR
SRVWDO\HOHFWUyQLFR(QHOFDVRGHYDULRVDXWRUHVVHHVSHFL¿FDUiHOLQWHUORFXWRU
con la revista para efectos de edición e impresión.
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‡ 5HVXPHQDQDOtWLFRHQFDVWHOODQR\HQLQJOpVDEVWUDFWGHODUWtFXORTXHQRH[FHGD
cada uno de 150 palabras.
‡ $OPHQRVGRVGHVFULSWRUHVGHODFODVL¿FDFLyQ-(/Journal of Economic Literature;
www.aeaweb.org/jel/guide/jel.php) y tres palabras clave (key words).
‡ $JUDGHFLPLHQWRVVLHVGHOFDVR6HVXJLHUHFRPXQLFDUHQHVWDKRMDVLHODUWtFXOR
IXH¿QDQFLDGRWRWDORSDUFLDOPHQWHSRUDOJXQDHQWLGDGRHQWLGDGHV\VXVUHVSHFWLYRV
nombres.
Formato y extensión de los manuscritos
Los artículos deberán ser elaborados a doble espacio, tamaño 12, márgenes
FRQYHQFLRQDOHV \ VH VXJLHUH FRPR WLSR GH OHWUD 7LPHV 1HZ 5RPDQ DVt FRPR XQD
H[WHQVLyQPi[LPDGHFLQFXHQWDSiJLQDVFXDGURV\JUi¿FDVLQFOXLGDV(OQRPEUHGHO
DXWRURDXWRUHVQRGHEHUiQVHULGHQWL¿FDGRVHQSDUWHDOJXQDGHODUWtFXOR
Las ecuaciones o fórmulas deben ir centradas en la página y numeradas
FRQVHFXWLYDPHQWH HQWUH SDUpQWHVLV D OD L]TXLHUGD /RV JUi¿FRV GLDJUDPDV H
LOXVWUDFLRQHV SXHGHQ LU LQVHUWRV HQ HO FXHUSR SULQFLSDO GHO WH[WR R DO ¿QDO \ GHEHQ
enviarse en archivos separados en Excel-Microsoft o en el programa original con los
GDWRVFRUUHVSRQGLHQWHV6HVXJLHUHTXHODVJUi¿FDVSXHGDQVHUOHtGDVFODUDPHQWHHQ
dos tintas.
Fuentes de información
Es política editorial que los datos utilizados en el análisis sean clara y precisamente
documentados y estén disponibles por solicitud de cualquier investigador que desee
replicar el análisis o por solicitud del evaluador. Si la información no es de dominio
público y no puede ser suministrada el(los) autor(es) deben comunicarlo previamente.
5HIHUHQFLDVELEOLRJUi¿FDV
Las citas de autores deben seguir el siguiente modelo.
1. En el cuerpo principal del texto: Autor (año de edición), por ejemplo: McGreevy
(1982); Geller (1970); O´Rourke and Williamson (2000).
(QODVUHIHUHQFLDVELEOLRJUi¿FDV
‡ /LEURV$SHOOLGR1RPEUH$xRTítulo en cursiva. Lugar de edición: Editorial.
Ejemplo: McGreevy, William P. 1982. Historia económica de Colombia 18451930%RJRWi7HUFHU0XQGR
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‡ /LEURV SXEOLFDGRV HQ HGLFLyQ HOHFWUyQLFD ,JXDO DO DQWHULRU \ GHVSXpV GH OD
editorial se añade la página web y ruta de acceso.
Ejemplo: Palomar, Joaquina., Nuria Lanzagorta y Jorge Hernández. 2004.
Pobreza, recursos psicológicos y bienestar subjetivo. México: Universidad
Iberoamericana.
http://www.uia.mx/campus/publicaciones/IIDSES/pdf/investigacion/idses3.
pdf
‡ 5HYLVWDV$SHOOLGR1RPEUH$xR7tWXORGHODUWtFXORVLQFXUVLYDNombre de
la revista (en cursiva), Volumen, (número): paginación del artículo.
Ejemplo: Geller, Lucio. 1970. El crecimiento industrial argentino hasta 1914
y la teoría del bien primario exportable. El Trimestre Económico 37 (4): 763811.
‡ 'RFXPHQWRV GH WUDEDMR :RUNLQJ SDSHUV $SHOOLGR 1RPEUH $xR 7tWXOR
del documento (sin cursiva). Nombre de la serie del documento y número.
[opcional] Lugar: editor.
Ejemplo: O´Rourke, Kevin H. and Jeffrey G. Willliamson. 2000. When Did
Globalization Begin? NBER Working Papers No. 7632. Cambridge, MA:
NBER.
‡ 3DSHU R SRQHQFLD SUHVHQWDGR HQ XQ VHPLQDULR R UHXQLyQ VLPLODU$SHOOLGR
1RPEUH$xR7tWXORVLQFXUVLYD3DSHUSUHVHQWDGRHQQRPEUHGHODUHXQLyQ
seminario, foro, etc., fecha, ciudad, país.
Ejemplo: Leyva, Sandra J. 2009. Estado Actual y Perspectivas de los
Biocombustibles en Colombia. Ponencia presentada en el IV Simposio
de Química Aplicada SIQUIA 2000, Universidad del Quindío, Armenia,
septiembre.
‡ 7HVLV R GLVHUWDFLyQ $SHOOLGR 1RPEUH $xR 7tWXOR VLQ FXUVLYD 1LYHO
Universidad. Lugar.
Ejemplo: Murgueitio E., Carolina. 2001. La Federación de Cafeteros: la
interrelación entre la organización y las instituciones. El caso de la tasa de
FDPELR7HVLV0DJtVWHU8QLYHUVLGDGGHORV$QGHV%RJRWi
‡ :HEVLWHV1RPEUHGHODHQWLGDG\OXJDU
(MHPSOR7KH(FRQRPLVW/RQGRQ
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(QDOJXQRVFDVRVSXHGHVHU~WLOHVSHFL¿FDUODUXWDGHDFFHVR\IHFKD
Economist.com/markets/indicators/displayhistory.cfm?story (consulta 20 de
agosto 2008)
Si requiere más explicaciones, puede escribir a [email protected]
Evaluación
El editor y un miembro del consejo editorial realizarán una evaluación preliminar de
ORVPDQXVFULWRVFRQHO¿QGHH[DPLQDUVLVHDMXVWDQDORVWHPDVGHLQWHUpVGHODUHYLVWD
y si su calidad es adecuada. Una vez aprobado, el artículo seguirá el procedimiento de
evaluación doblemente anónimo (double-blind refereeing process) por el que el autor
desconoce el nombre del referee y éste desconoce el nombre del autor.
El resultado de la evaluación tendrá cuatro posibilidades: 1) publicación sin cambios;
2) publicación con cambios (a juicio del autor); 3) publicable sólo si son efectuadas
los cambios propuestos y 4) no apto para publicación.
La evaluación será comunicada al autor no más de seis semanas después de recibir
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Las reseñas de libros serán evaluadas sólo por el editor y/o un miembro del Consejo
Editorial.
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en el mes de Junio de 2012