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 Causas y Consecuencias del Aumento en la Brecha Entre el Dólar “Blue” y Oficial Por Alfredo Aciar En estos días la gran preocupación del Gobierno, el periodismo especializado y de mis colegas economistas, es prever las consecuencias del incremento en la brecha entre el dólar paralelo, denominado “blue” y el oficial, que viene marcando actualmente diferencias del 37%. Veamos las causas de esta situación. El incremento de la brecha fue motorizada, básicamente, por las mayores trabas que impuso el Gobierno, a través de la AFIP, para que los agentes económicos puedan comprar dólares al precio oficial. Evidentemente, esto llevó a que muchas personas necesitadas de comprar dólares (por la razón que sea) se desplazarán al mercado paralelo, incrementando la demanda y por ende, haciendo subir la cotización del “blue” muy por encima de lo que justificarían las condiciones macroeconómicas actuales. Por tanto, la solución es simple: EL GOBIERNO DEBE RELAJAR EL “CEPO” CAMBIARIO Y DESCOMPRIMIR ESTA SITUACIÓN. El costo de la medida será perder reservas del BCRA o asumir una devaluación de nuestra moneda, o un mix entre ambas. Ahora bien, ¿Cuál es el temor del Gobierno de encarar esta solución? En primer lugar, el traslado de la potencial devaluación de la moneda local a los precios internos, potenciando aún más la ya elevada tasa de inflación “real” argentina, lo que reduce el poder adquisitivo, principalmente, de los asalariados y los beneficiarios de planes sociales. Segundo, el costo político de tener que asumir que se equivocaron y dar marcha atrás con una medida, algo que parece inaceptable en el seno más puro del Kirchnerismo (“Nunca menos”). Sumado al impacto que tendrá en los ingresos de los estratos sociales, probablemente, más simpatizantes con las políticas gubernamentales. El tercer problema es que hay procesos de paritarias que todavía no se definen y un incremento del tipo de cambio oficial podría llevar a darle más razones a las aspiraciones de los sindicatos, las cuales están por encima de la pauta que se fijo el Gobierno a principios de año. Para ponerlo en términos futboleros, entiendo que el Gobierno está llevando adelante una estrategia similar a “colgarse del travesaño”. Es decir, que su equipo trata de defenderse a ultranza de modo de “aguantar” un resultado hasta que el árbitro determine que el partido ha finalizado. Es acá donde se generan las principales dudas acerca de esta estrategia. ¿El árbitro pitará la finalización del juego cuando se cierren las paritarias, al menos las más relevantes para la economía? ¿Después de eso, qué pasará? ¿Se permitirá que el dólar oficial se devalúe para devolverle la competitividad perdida a la economía y de este modo, encarar un nuevo partido donde la providencia sea más grata con el Gobierno? Seguir esta estrategia es equivocado porque es patear los problemas para adelante cuando todavía quedan varios minutos por jugar. Como conclusión, vale decir que el Gobierno todavía dispone de la posibilidad de hacer algunos cambios en el equipo. Hay jugadores cansados y obnubilados por seguir jugando de igual forma, cuando el partido está para otra cosa. Espero que el DT pueda recapacitar en esta posibilidad y reformular la estrategia metiendo algunos cambios. Todavía hay tiempo.