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TENDENCIAS EDUCATIVAS ACTUALES
SIGNIFICATIVAS PARA LA EDUCACION POPULAR DE “FE Y ALEGRÍA”
Gabriel Codina, S.J.
Secretario para la Educación
Compañía de Jesús
Roma
En el Documento Base de este Congreso, Raúl Mora ha descrito los procesos que se están viviendo en el
mundo en este fin de milenio, y que constituyen como la trama del contexto en el que tiene que
desenvolverse la acción educativa de Fe y Alegría.
El Documento señala los retos que esta nueva coyuntura plantea a la educación, particularmente el
fenómeno de la globalización, y deja abierta la cuestión de las alternativas y respuestas que
corresponderían a Fe y Alegría.
En este marco, y a partir del puesto de observación en que actualmente me encuentro, quisiera señalar
algunas de las tendencias que se están imponiendo a nivel mundial, y que me parece han de tener mayor
impacto tanto en la educación en general, como de modo particular en Fe y Alegría. Indicaré luego
algunas pistas que puedan ser útiles para estos tiempos de globalización
1. SEIS TENDENCIAS GLOBALES
La globalización constituye uno de los hechos mundiales que más afectan a la educación, y a la
educación de los pobres. La supresión de barreras de los mercados financieros no solo está configurando
un nuevo mapa económico del mundo, sino que conlleva un nuevo modo de ver y de actuar, una
verdadera nueva cultura. La educación no escapa a este impacto.
Un bestseller sobre la economía de los “tigres asiáticos“ 1, describe ocho tendencias globales que están
transformando el mundo. Todas ellas tienen una incidencia directa en la educación. Aunque el autor se
refiere directamente al Asia, la mayor parte de las tendencias que él describe tienen un alcance mundial.
1.1. De las naciones-estado a las redes económicas. Hoy en día, ya no son las naciones-estado, o los
países en particular, quienes toman las decisiones, sino las grandes redes y poderes económicos. Ya
no es el Estado: es el capital. El margen de decisión, de autoridad y de autonomía de cualquier
nación-estado, especialmente en los países en desarrollo, es cada vez más restringido.
El dinero es el que manda, y manda también en el ámbito de la educación. Dinero volátil, que no
conoce fronteras, capital golondrina, que se posa o levanta vuelo según las conveniencias e
intereses de poderes sin rostro. Cuando no es la simple especulación la que desequilibra a los
Estados, como ocurrió con el desfonde de las monedas de los países del Sudeste Asiático el pasado
mes de agosto, y hace apenas una semana con la caída de la bolsa de Hong Kong.
Cada vez más cabe preguntarse: ¿quién tiene la última palabra, en política general y en política
educativa?, ¿quién decide qué?, ¿dónde está realmente el poder: en el Palacio de Gobierno; o en la
banca; o en los inversores; en el país o fuera del país?, ¿quiénes están detrás de las decisiones que
afectan a la economía, la política y la educación?, ¿qué objetivos pretenden?
1 John Naisbitt, Megatrends Asia. Nicholas Brealey, London, 1995.
La economía impera sobre el Estado, y las mismas políticas educativas obedecen claramente a
decisiones de carácter global, que escapan al control de los gobiernos. El margen de movimiento de
Fe y Alegría en la fijación de sus propias políticas educativas estará en buena parte cada vez más
condicionado a este fenómeno.
1. 2. Del campo a las super-ciudades. La tendencia migratoria de las áreas rurales a las ciudades es
no sólo incontenible, sino irreversible, a un ritmo que todos conocemos. Las estadísticas están de
más: basta abrir los ojos y circular por cualquiera de nuestras capitales, convertidas en pocos años
en “mega-ciudades”.
La urbanización y la sub-urbanización traen consigo impresionantes choques y cambios de patrón
cultural. Se deja atrás la agri-cultura (la cultura del agro: la palabra cultura tiene etimológicamente
relación directa con el cultivo de la tierra), para adentrarse en la nueva cultura de la ciudad. Se trata
casi de una mutación genética: se está dando a luz una nueva especie humana. La pobreza se
traslada del campo a la ciudad.
Es ésta una problemática con la que se enfrenta a diario Fe y Alegría, suburbana de nacimiento.
Cada vez más, los migrantes irán al encuentro de Fe y Alegría, y Fe y Alegría, sin abandonar el
campo, va a tener que salir cada vez más al encuentro de los migrantes.
1. 3. Del trabajo intensivo a la alta tecnología. Estamos asistiendo a un salto cualitativo en la
tradicional división del trabajo. El capital parece contar más que el trabajo; y el trabajo
especializado va desplazando a la mano de obra no calificada. La mano de obra barata no
desaparecerá, especialmente en los países en desarrollo. Pero la tendencia general es la contracción
del espacio laboral, la disminución de los empleos convencionales, el aumento del desempleo y de
la economía informal; y, al propio tiempo, la creación de nuevos espacios laborales, reservados a
quienes hayan podido acceder a la especialización requerida.
Aparecen trabajos desechables, que exigen permanente reconversión del personal, amenazado de
quedarse siempre atrasado ante la constante aparición de modelos tecnológicos de última
generación. La tecnología de punta desplaza a los obreros no calificados. De la era industrial, se
está pasando a la era de la información. Los nuevos puestos de trabajo están relacionados con las
nuevas ofertas de la tecnología: no con la expansión del sector productivo tradicional. En los
sectores convencionales desaparecen puestos de trabajo, mientras faltan cerebros en Silicon Valley
de California y en Silicon Valley de Bangalore (India).
También en este punto, se da una “evolución de las especies”. Solo los más fuertes sobrevivirán.
Las oportunidades serán para quienes tengan la capacidad de adaptarse al medio y sepan responder
a las nuevas necesidades. En el ámbito escolar, el desafío es la reconversión de la escuela
tradicional. La escuela con contenidos irrelevantes y desligada del mundo laboral, que prepara de
hecho para el desempleo, irá siendo sustituida por la escuela que capacite para el tipo de
especialidad que requieren los nuevos mercados. Una escuela unidimensional y pragmática muchas
veces, preferentemente pagante.
La calidad es la consigna. Sin calidad no se compite. La medición de la calidad está llegando ya al
campo de la educación. Se publican los resultados, se comparan entre sí, y los establecimientos
quedan catalogados de acuerdo a los parámetros de rendimiento y eficiencia que se establecen. No
sólo los alumnos, sino las propias escuelas, se desesperan por obtener una buen puntaje en la
clasificación. La educación está en la picota. Los que no pasen el control de calidad serán
automáticamente des-certificados. Fe y Alegría va a estar cada vez más sujeta a la prueba de la
2
calidad, y a la demostración de su calidad. El problema es qué clase de calidad es la que Fe y
Alegría pretende en su educación, y cómo compaginarla con los “standards” de calidad vigentes.
1.4. De economías de exportación a economías en función del consumo. El consumidor manda, no
el productor. La nueva sociedad crea nuevas necesidades, y a las necesidades responden nuevas
ofertas. Reales o creadas, las necesidades deben ser satisfechas, y el aparato productivo sigue
girando sin fin, a medida que el consumo se incrementa sin límite. Y la rueda debe seguir girando.
Con la ayuda de los medios, que contribuyen poderosamente a que la rueda no se detenga.
También aquí, se introducen nuevas normas culturales, aparecen nuevos patrones de consumo. La
juventud, sobre todo, es potencial y excelente cliente, y se ve impulsada a aspiraciones de consumo
(ropa, diversiones, comida, bebida, viajes, transporte propio, etc.), que ni sus padres ni sus
antecesores soñaron jamás.
La educación entra en la rueda y se va a ver cada día más constreñida a operar en función de la
demanda más que de la oferta, por buena que ésta aparezca. El reto para Fe y Alegría será el de
definir en base a qué demanda y en función de qué criterios va a configurar su oferta educativa
1.5. Del control gubernamental al libre mercado. Se acabaron los proteccionismos y las
subvenciones, al menos en los países de economía dependiente; los grandes son excepción : ellos
hacen la ley y siguen sus propias reglas. Llegó la hora de las privatizaciones y de la transferencia de
las empresas públicas a manos privadas, al mejor postor. Hasta la China está buscando la
justificación ideológica del paso de una economía planificada a una economía de libre mercado.
Esta tendencia está llevando a la educación a entrar en la órbita del marketing. La educación es
una inversión, y la relación costo-beneficio es fundamental en toda inversión. Incluso Fe y Alegría
tendrá que demostrar que es “rentable” y que sus resultados son mejores que los de otros: si no
quiere salir del mercado, y si quiere seguir haciéndose acreedora a inversiones y subvenciones,
estatales o de otras agencias.
La tendencia a revertir la gratuidad de la educación, especialmente la superior, y convertirla en un
servicio pagado, es cada vez más generalizada. Las corrientes descentralizadoras en educación
(municipalización, u otras fórmulas) parecen ser la consigna en muchos países en desarrollo. En
otros países, la política es la de transferir parcelas enteras de la educación a manos privadas. Qué es
público y qué es privado en Fe y Alegría, va a tener que definirse claramente, de acuerdo a la
realidad de cada país.
1.6. Existe otra tendencia que no sé si se puede llamar mundial o es sólo específica del Asia. Se
formula de la siguiente manera: del dominio de los hombres al predominio de las mujeres. Esta
tendencia no ha sido añadida simplemente para complacer a las feministas y apoyar sus alegatos en
favor de la mujer, que en tantos países del Asia se ve obligada a ocultar su rostro, y es servilmente
sometida y explotada. Sin embargo, parece ser que, al menos en el sector económico, es una
realidad la creciente presencia y el importante rol desempeñado por la mujer en el mundo de los
negocios globales.
En lo social y educativo, tal vez sea más un desideratum que una realidad. Chua Jui Meng, Ministra
de Salud de Malasia, tiene una afirmación que puede tener perfecta aplicación en otros contextos:
“La verdadera esperanza para las mujeres está en la educación”. “Cuando mujeres y hombres
alcancen los mismos niveles de educación, se habrá llegado a la auténtica paridad”. También en
América Latina, la esperanza de muchas mujeres está en la educación, incluso en la simple
permanencia en el sistema escolar. Dar prioridad a la educación de la mujer marginada --niña o
adulta-- es un imperativo en Fe y Alegría.
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Hasta aquí las tendencias mundiales, ligadas con el fenómeno de la globalización, que en términos
generales son válidas a nivel mundial, y válidas también en mayor o menor medida para la realidad
latinoamericana.
Paso por alto otras dos tendencias que tienen su aplicación directa al Asia. Ambas se refieren al cambio
copernicano que estaría dando el mundo, cuyo centro de gravitación parecería estar pasando del
Occidente al Oriente, no sólo en lo económico sino en lo cultural. ¿Prevalecerán al final los valores
pragmáticos de Occidente? ¿Será el Asia capaz de preservar sus propias valores y culturas? ¿Se
occidentalizará el Oriente, o se orientalizará el mundo occidental?
Con tres cuartas partes de la población mundial y el potencial económico que encierra, el Asia se siente
no en un extremo del mundo sino en el centro. Sintomáticamente, el año 2.000 es para los chinos el año
del dragón. El dragón va a marcar al nuevo siglo.
Pero el cuestionamiento tiene también en cierto modo su aplicación a América Latina: ¿Quién prevalecerá
en el juego de mutuas influencias culturales : el Norte sobre el Sur, o el Sur sobre el Norte? ¿Será capaz
América Latina de mantener su propia cultura, o culturas, especialmente ante la avalancha de los medios?
¿Qué quedará de los llamados “tradicionales” valores latinoamericanos? La globalización tiende a arrasar
con las culturas, especialmente las más “frágiles”. En el juego de la economía le va su identidad a la
cultura.
2. DOS CLASES DE SOCIEDADES
El impacto de las tendencias mundiales que he enumerado tiene un carácter global, y afecta
directamente a todos los habitantes de esta aldea planetaria y a sus estructuras sociales, entre ellas la
educación. Pero si algún sector social es particularmente vulnerable, es el de los pobres.
El Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI, presidida
por Jacques Delors, presenta una sugerente prospectiva sobre el porvenir que espera a la educación en
el Tercer Milenio. Mencionaré solamente dos aspectos que me parece tiene particular relevancia para
Fe y Alegría.
2.1. Mundialización y exclusión. La mundialización “hace todavía más patente la separación entre
los ganadores y los perdedores del desarrollo”2. A nivel macro, el desarrollo, la calidad de vida y
el progreso que implica la nueva economía son innegables. A nivel micro, los beneficios no son
para todos, ni se reparten por igual. Y el precio que hay que pagar es muy elevado.
La brecha entre privilegiados y desfavorecidos—por atenuar los términos—se ahonda cada día
más, particularmente la brecha del conocimiento. Los países más pobres se ven excluidos de las
redes científicas y tecnológicas que unen a centros de investigación y grandes empresas. No habrá
muchos de nuestros exalumnos que postulen a puestos vacantes en Silicon Valley...
Porque, si algo es característico de este sistema, es la exclusión de hecho. Exclusión del circuito del
conocimiento, de los bienes y servicios, del trabajo. La frontera ya no es entre Norte y Sur, o entre
Este y Oeste. La frontera atraviesa nuestras calles y barrios. Los nuevos excluidos se llaman
2 Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI, presidida por Jacques
Delors, La Educación encierra un tesoro. UNESCO, 1996, 43. (En adelante : Delors).
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migrantes, jóvenes frustrados, desplazados de la guerra y la violencia, trabajadores y mujeres
explotadas, o simplemente desempleados. Fe y Alegría ha hecho opción por los excluidos, y el
sistema crea cada vez más excluidos. El reto es cómo diseñar una educación para los nuevos
excluidos.
2.2. Comunicación universal y nueva cultura. Gracias a las nuevas tecnologías, las distancias
desaparecen. Las posibilidades que ofrece la información -—pensemos sólo en Internet-— son
literalmente prodigiosas. Delors tiene una frase tan apasionante como alarmante: “las sociedades
del mañana... no responderán a ningún modelo del pasado” 3. Vale la pena preguntarse: ¿Cuáles son
nuestros modelos de sociedad futura? ¿Qué tipo de sociedad espera a nuestros alumnos? ¿Para qué
siglo estamos educando? ¿Qué relación existe entre nuestra educación y la nueva cultura
mediática?
Pero hay que ser también realistas. Más de la mitad de la población mundial no tiene acceso al
teléfono, y son muchos todavía los que no tienen electricidad. Esto significa que más del 50% de
los aldeanos de esta aldea global (como llamamos ahora pomposamente a nuestro mundo), están
excluidos de los avances de la tecnología, mientras el resto se beneficia de ellos.
Sin necesidad de estar “on line” en Internet, el hecho es que hasta en los barrios más humildes la
libre circulación de la imagen y la palabra, el acceso instantáneo en tiempo real a lo que está
aconteciendo, está transformando la comprensión que del mundo tienen las personas, y está
actuando como acelerador de la mundialización 4. Los educadores son testigos directos de los
efectos de la nueva cultura mediática: la debilitación del pensamiento, la fugacidad de la atención,
la absolutización del momento presente, la vida convertida en una sucesión de clicks.
Estamos asistiendo al advenimiento de una supuesta cultura mundial, pobre, masificadora. La
pérdida del sentido de identidad, la alienación, la manipulación de los medios, son un hecho. El
control de los medios confiere a grupos de poder e intereses privados un “poder cultural y político
real” sobre quienes, por no tener educación apropiada, no están preparados para procesar y
clasificar este cúmulo de información 5. Información no es lo mismo que comunicación, que dice
relación entre personas. Están en juego los valores.
En el futuro, es de prever que se configuren dos clases de sociedades: las que dominen los medios,
y las que estén dominadas por los medios; las que produzcan el conocimiento, y las que se limiten a
recibir la información; las que piensen, y las que renuncien a pensar por cuenta propia; sociedades
educativas, y sociedades de la información 6.
Corresponderá a la educación dar a las nuevas generaciones las bases para hacer frente a las
mutaciones que se están produciendo.
3. UNA EDUCACIÓN PARA TIEMPOS DE GLOBALIZACIÓN. ALGUNAS PISTAS.
Estas son algunas de las tendencias que están marcando ya a la sociedad de este fin de siglo, y que van
a configurar la nueva sociedad del siglo XXI. En este escenario tiene y tendrá que desenvolverse la
educación, enfrentada a desafíos jamás vistos. ¿Será capaz la educación de responder a las nuevas
exigencias? ¿Estarán nuestros docentes y estaremos nosotros a la altura de las circunstancias? El reto
es insoslayable.
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Delors, 43.
Delors, 44.
Delors, 44.
Delors, 69-73.
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No se pueden pasar por alto en este punto las orientaciones que presenta el Informe Delors.
Especialistas mundiales con visión de futuro, han diseñado la imagen de una educación que conserve
los principios fundamentales y permanentes, y que al mismo tiempo tenga la flexibilidad de adaptarse
a tiempos de permanente cambio.
A nuevos retos, nuevos objetivos educativos. Y proponen los que llaman “los cuatro pilares de la
educación”7:
aprender a conocer
aprender a hacer
aprender a vivir juntos
aprender a ser
Quisiera brevemente glosar algunos de los elementos de estos cuatro pilares que me parecen
especialmente significativos para Fe y Alegría.
3.1. Del conocer al saber
Nuestra gente conoce, pero no sabe. El cúmulo de información que les inunda, no llega a ser asimilada y
digerida. “No el mucho saber harta y satisface al ánima --decía Ignacio de Loyola--, mas el sentir y gustar
de las cosas internamente“8. En nuestras clásicas taxonomías de objetivos educativos, predomina el
elemento cognoscitivo. Más que conocer datos y hechos, lo que importa es la adquisición de los
instrumentos para comprender al mundo, a los que nos rodean, a nosotros mismos.
Uno de los elementos clave de la Pedagogía Ignaciana, aunque no privativo de la tradición jesuita, es la
reflexión: “reflectir”. Todos pasamos por la mismas experiencias, vemos la misma televisión, escuchamos
las mismas radios, somos asaltados por los mismos estímulos, somos testigos de los mismos sucesos,
respiramos el mismo aire. Pero no todos saben “discernir”, “captar el sentido verdadero”. Entre la
experiencia y la acción —-dos elementos clave también del paradigma pedagógico ignaciano---, falta el
eslabón de la reflexión. La reflexión es el elemento personal de toda sabiduría. Ni los libros ni las
computadoras, ni siquiera los maestros, reemplazarán el pensar (Pero, sin maestro que guíe, ¡qué difícil
es aprender a pensar!). Más que una infinidad de conocimientos, importa aprender a leer la realidad,
estimular el sentido crítico y el juicio autónomo.
Pero ¿cuánto conocer y cuánto saber? Ante la creciente tendencia a la especialización, los expertos
recomiendan una amplia cultura general, y al propio tiempo ofrecer la posibilidad de estudiar a fondo un
pequeño número de materias. Lo uno no va sin lo otro. Hace falta una buena base, amplia, que prepare a
largo plazo para diversas posibilidades. Y al propio tiempo, una especialización relativamente flexible en
un sector concreto.
Enseñar a saber implica educar el pensamiento inductivo y deductivo, aprender a aprender, lo cual le
permitirá adaptarse a circunstancias no previstas y siempre cambiantes. Aprender a conocer está
íntimamente relacionado con el segundo pilar de la educación : la acción.
7 Delors, 95-109.
8 Ejercicios Espirituales [2].
6
3.2. De la reflexión a la acción
El hacer, la acción, evoca inevitablemente el mundo del trabajo y la formación profesional. Pero el
aprender a hacer va más allá del adiestramiento requerido por un “aprendiz”, que precisamente aprende
lo que necesita para desenvolverse en una actividad material determinada.
Hoy no bastan los “aprendizajes”. La preparación tradicional en un sistema de producción industrial está
tornándose cada vez más caduca. De la calificación profesional, es necesario pasar a la competencia
personal. No es el título lo que cuenta, sino la preparación real. No es el simple manejo de las máquinas.
Hoy las máquinas son inteligentes y el trabajo se desmaterializa. Es poner en juego la inteligencia, tener
la capacidad de iniciativa, de imaginación, de creatividad, de comunicación, de trabajo en equipo, de
actuar de manera ética, de afrontar problemas nuevos, de prever el futuro.
En el caso de actividades no asalariadas, o trabajo informal, como ocurre en América Latina y en países
en desarrollo, numerosos estudios realizados afirman que su futuro estará estrechamente vinculado a la
adquisición de la cultura científica indispensable que les permita acceder a la tecnología moderna. Lo
contrario es condenar a los “informales” a no poder jamás superar su situación y a quedarse para siempre
en la calle. Los pobres tienen derecho a acceder a la tecnología.
Uno de los mayores retos ha sido siempre, y lo será más en el futuro, cómo vincular la educación al
mundo del trabajo. No se trata simplemente de ofrecer una educación orientada al empleo. Hace falta
saber qué empleo: los empleos de hoy, mañana estarán saturados o dejarán de existir. Es preciso explorar
áreas no tradicionales con potencial de generar empleo, identificar nuevas oportunidades de trabajo, y
diseñar un curriculum flexible, que permita pasarelas de una a otra modalidad educativa.
3.3. Del estar con los demás al ser-para-los-demás
El Informe Delors habla de “enseñar la diversidad”, de la “toma de conciencia de las semejanzas y la
interdependencia entre todos los seres humanos”, del “ponerse en el lugar de los demás”, de “adoptar el
punto de vista de otros grupos étnicos o religiosos”, de “aceptar la alteridad”, del “diálogo”. Hay que
enseñar a convivir con los demás.
Y para aprender a vivir juntos, hay que “iniciar desde temprano a los jóvenes en proyectos cooperativos”
(actividades deportivas, culturales, sociales, servicios de solidaridad...), “enseñar la no violencia en la
escuela”, entablar relaciones en un “contexto de igualdad”, e incluso enseñar métodos para la solución de
conflictos.
¿No encontramos aquí un eco de nuestros propios idearios y declaraciones de principios? ¿No hay latente
en el ideal de vivir juntos un profundo espíritu cristiano? Cuando hablamos de ser para los demás, o ser
con los demás, a ejemplo de Jesucristo, el hombre para los demás por excelencia; o cuando nos
proponemos -—de nuevo en el esquema de la pedagogía ignaciana-- la formación de hombres y mujeres
competentes, conscientes, compasivos y comprometidos, ¿no nos sentimos dentro de la misma
inspiración? Nuestra fe cristiana es también “globalizadora” y tiene mucho que decir a los hombres y
mujeres de este siglo y del siglo XXI.
3.4.
Aprender a ser
Este era el título del famoso Informe Faure (1972), el predecesor del Informe Delors. No sé si habremos
avanzado mucho en esta perspectiva durante el último cuarto de siglo. Hace ya 25 años, el Informe Faure
7
ponía en guardia sobre el riesgo de deshumanización del mundo, vinculada a la revolución tecnológica.
Hoy vemos que lo que entonces se anunció como peligro, es una realidad de cada día.
Dotar a cada cual de fuerzas y puntos de referencia permanentes que le permitan comprender el mundo
que le rodea y comportarse de manera justa y solidaria, es el ideal que hoy propone este nuevo Informe.
El tema de los valores es ineludible. La educación debe contribuir al desarrollo de la persona: “cuerpo y
mente, inteligencia, sensibilidad, sentido estético, responsabilidad individual, espiritualidad” 9. La
conducta individual y social, la ética, entran en la educación. Y no sólo para los cristianos.
Nuestra tradición y nuestra práctica, como Fe y Alegría, como Congregaciones religiosas y como laicas y
laicos comprometidos, nos ponen en situación privilegiada en este punto. Con su inspiración evangélica,
Fe y Alegría ha aportado mucho y tiene todavía mucho que aportar para ayudar a nuestros semejantes a
ser. Para nosotros, la plenitud del ser está en la persona de Jesús: Él, que es plenitud de Vida, nos enseña a
amar, a servir y a dar la vida por los demás. En esto consiste la plenitud del ser.
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4. CONCLUSION
Estas son algunas de las grandes corrientes que marcarán la educación del Tercer Milenio. Si para
nosotros, cristianos, es cierto que el Señor habla a través de los signos de los tiempos, estas tendencias
mundiales son una voz de Dios. Debemos prestar “una particular sensibilidad a lo que el Espíritu dice a la
Iglesia y a las Iglesias” (Apoc.2,7ss)10.
En estos tiempos de cambio y en este cambio de tiempo, en este nuevo paradigma cultural, le toca
desenvolverse a Fe y Alegría. A Fe y Alegría no le viene de nuevo: desde hace años Fe y Alegría ha
venido trabajando en la búsqueda de un proyecto educativo para el año 2000. Con su cercanía a los
sectores populares, Fe y Alegría está en buen pie para inculturarse en la nueva realidad. Fe y Alegría
siempre ha bajado a la calle y ha entrado a “la casa del pueblo”.
Que el Espíritu nos dé un oído atento y un corazón de discípulos, para saber oír lo que estos signos nos
quieren decir, y poder encontrar respuestas imaginativas y creativas a las nuevas tendencias y a los
nuevos desafíos globales.
Octubre, 1997.
9 Delors, 106.
10 Juan Pablo II, Tertio Millennio Adveniente, n.23.
8