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Unidad III - La Cooperación y Solidaridad en el Desarrollo Social La Cooperación y la Solidaridad en la Economía Solidaria 3.1.1. El desarrollo y el pensamiento del Sacerdote José María Arizmendiarrieta Madarriaga Azurmendi J. (1.984, p.551), presenta el pensamiento del sacerdote Arizmendiarrieta, orientador y fundador del complejo cooperativo de Mondragón en el país Vasco, quien hace alusión al desarrollo así: “Es la era de estructuras en movimiento, la era de las transformaciones continuas” y de esta manera el hombre se encuentra sujeto a estos cambios. El desarrollo en esta experiencia de cooperación, es la industrialización de las actividades cooperadas que marca un hito no sólo en el desarrollo del movimiento cooperativo mundial, sino a la solución del dilema de conjugar las exigencias del sector industrial con la humanización de la empresa. En este sentido manifiesta, en la obra citada (ob. cit, p.551.) “El viejo mundo ha roto las viejas barreras, sociales y nacionales, imponiendo la colaboración entre los hombres. El mismo desarrollo tecnológico ha superado los viejos individualismos”. De otra parte, se deduce la necesidad de organizar adecuadamente el trabajo, en el doble sentido: ajustado al hombre moderno, con su nivel de conciencia y apropiado a las necesidades de la productividad. Se impone en este sentido la planificación, la racionalidad e inteligencia. La racionalización, es el recurso poderoso del hombre en la satisfacción de sus necesidades y persecución de sus metas. Mediante la previsión y la consiguiente planificación conjuga el presente con el futuro, jerarquiza sus necesidades y emplea adecuadamente las fuerzas y recursos. Las primeras exigencias para los integrantes del sector cooperativo y solidario es la formación y preparación técnica, quien conoce la empresa y los procesos podrá aportar con su experiencia a consolidar los conocimientos funcionales para fortalecerla y proyectarla hacia el futuro. Para lograr esta integración, el desarrollo ha impuesto la necesidad de coordinar acciones con la investigación misma. Hoy en día se trabaja en equipo, organizando el trabajo, las investigaciones. Las nuevas dimensiones en la aplicación de los descubrimientos para la producción en el mercado conducen a inversiones de tal magnitud que también en este campo se impone la colaboración en distintos niveles. Así la cooperación moderna es la forma de organización social, la que exige la moderna tecnología, como su reflejo teórico y social, debe ser inteligente, racional e innovador. Con la investigación se innova, se mejoran procesos y se impulsan el desarrollo de proyectos cada vez más apropiados a las necesidades de la comunidad y a las exigencias de competitividad social. Los recursos económicos son necesarios para la expansión de las empresas cooperativas y solidarias, aplicando la racionalidad de las inversiones, debido a que los colectivos exigen actuar con sentido humanitario y social hacia estados de bienestar común. Los fundamentos sobre los que habrá de labrarse el futuro para el hombre cooperativo: • Hombres, cada vez más preparados y más formados. • La investigación y la técnica, cada vez más depurada, ágil y dinámica. • La financiación, capaz de responder a las necesidades crecientes de inversión. 58