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D. José María Serra
Esta conferencia de hoy tiene muchísimo interés por una razón muy simple:
estamos en un proceso económico cada día más global y el reto que tienen las
empresas familiares españolas y, sobre todo, las empresas que tienen sus centros
de decisión en España, es hacer frente a la globalización de la economía.
Una de las alternativas ante este tipo de situaciones es la internacionalización de
las empresas. No solamente entendida ésta como exportación sino como un
proceso de inversión e implantación en otros países creando, por ejemplo,
filiales.
En este tipo de situación, la coyuntura económica internacional nos tiene que
interesar cada día más, pues, de alguna manera, podríamos decir que esto es como
una especie de camino sin retorno. Nos guste o no cómo está la clientela
internacional, es en ese ambiente en el que nos tenemos que mover.
Este ha sido el motivo de organizar la conferencia de hoy, en la que contamos
con uno de los mayores expertos mundiales que, no sólo será capaz de
explicarnos qué es lo que ha pasado en esta situación de incertidumbre y de
turbulencias, sino que sabrá explicarnos lo que a los empresarios nos interesa:
qué es lo que nos pasará y cómo tenemos que actuar a partir de ahora.
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Mr. Ultano Kindelan
Para nosotros constituye todo un honor poder dirigirles la palabra ya que
ustedes son, sin duda, los líderes de la empresa familiar en Catalunya y en
España y representan los clientes que nosotros, en The Citibank Private Bank,
estamos especialmente preparados para atender. Son ustedes empresarios activos
y emprendedores, con necesidades complejas y globales.
Esta es la primera vez que aparecemos en Barcelona como Citigroup por lo que
hemos incluido un organigrama en la documentación para que les permita
situarnos. En rojo verán las actividades que aportó a Citigroup el grupo
Travellers. Y en azul las que aportó Citicorp. Una fusión con enormes sinergías y
pocos solapamientos, que colocan a Citigroup a la cabeza de las entidades
financieras globales. Y para eso estamos aquí, para hablar de globalidad, y nadie
mejor para ello que Mr. Farhan Sharaff, director de los servicios de inversión de
The Private Bank a nivel mundial.
El Sr. Sharaff, nacido en Pakistán y graduado en Inglaterra, ha trabajado varios
años en Europa y en EEUU. Hoy su trabajo le lleva a viajar por el mundo
hablando con clientes en Asia, Europa, Sudamérica y Norteamérica. Así su misión
es directa y su análisis es multidimensional. Es un privilegio tenerlo en nuestra
organización y un placer presentárselo a ustedes esta tarde.
Doc. 097 Pág. 2
Mr. Farhan Sharaff
Mi intervención tiene que ver con lo que está pasando a nivel global en lo que se
refiere a las distintas economías y cómo los diferentes acontecimientos en la
economía global se traducen en los mercados financieros.
Mi perspectiva va mucho más allá de lo sucedido en los últimos seis meses,
mirando más allá de 1999, e incluso del año 2000. Los acontecimientos
económicos llevan años en desplegarse, porque está relacionado con lo que
hacen los gobiernos, las autoridades monetarias, los bancos centrales, pero
también son una consecuencia de lo que hacen los individuos en cada país.
Hay además tendencias a largo y a corto plazo que tienen que ver con el ciclo de
los negocios. Mi puesto en el banco no es el de economista. Soy un ingeniero,
que trabajó durante años como tal, antes de trabajar para el banco; pero mis
conocimientos y mi disciplina científica y toda la información que he recogido
de los economistas se ha convertido en el desarrollo de una estrategia que me
ayuda a asesorar clientes que quieren invertir. Por tanto, voy a intentar
interpretar los acontecimientos económicos del pasado y del futuro y su
importancia en el campo de la inversión.
Hoy en día es muy importante conocer lo que está pasando en la economía global
y en los mercados financieros para saber qué importancia tiene la historia. Y para
saber la importancia de la historia hay que remontarse veinte años atrás, cuando
se dieron acontecimientos que desencadenaron el crecimiento global y que
fijaron una tendencia en los mercados financieros.
Crecimiento y prosperidad. Voy a ir punto por punto, con lo que pasó del 80 al
98, en lo que hace referencia a crecimiento y prosperidad. Se trata de una serie de
acontecimientos con su propia importancia, pero interconectados con los demás.
El primer acontecimiento en esos 18 años fue la desinflación global. Es decir,
una inflación decreciente frente al concepto de la deflación. Deflación es un
término que se usaba muy poco, hasta hace un año. La deflación quiere decir una
bajada de los precios clarísima. Cuando la inflación llega a cero y después va a
menos cero, esa es la deflación.
Desde los 60 hasta principios de los 80, la inflación nos acompañó como
consecuencia de la financiación de la guerra del Vietnam en EE.UU. -y es un
hecho de los últimos 300 ó 500 años-, todo ciclo inflacionista importante, tuvo
como motivo la financiación de una guerra.
La inflación pasó de un 2% a un 6% -tanto en los EE.UU. como en el resto del
mundo-, antes de llegar a la primera crisis del petróleo que hizo que todos los
precios -productos básicos o productos acabados- subieran.
A finales de los 80, y como consecuencia de esos tres acontecimientos: primera
crisis del petróleo en 1973, segunda crisis en 1979 y la guerra del Vietnam, la
inflación había llegado ya a un 24% y, como consecuencia, los tipos de interés
empezaron a subir. Este fue un período desastroso para el mercado de valores,
porque a lo largo de los 70, los mercados financieros cambiaban la volatilidad
altísima.
No fue hasta finales de los 80 cuando se dió un cambio importante en la forma
que se gestionó la política monetaria con la llegada de las nuevas autoridades de
la Reserva Federal que, teniendo en cuenta la política del Bundesbank y del
Banco de Japón, inició la bajada de ese ciclo de la inflación. Desde aquel
entonces los bancos centrales han tendido a procurar la estabilidad de los
precios.
Es un hecho que aquellas economías que disfrutan de una inflación baja y
estable, son las economías que han mostrado un crecimiento a lo largo de más
tiempo. Un crecimiento sostenido, creando un entorno en el que prosperan las
empresas y las ganancias son más duraderas.
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Las economías que no han sabido resolver el problema de la inflación han tenido
un crecimiento rápido pero, después -como un buen ciclo corto-, llega el desastre
y vuelven a bajar. El Reino Unido, por ejemplo, crecía dos años y bajaba. O
Nueva Zelanda, esa economía que tenía ciclos demasiado cortos de crecimiento y
de crisis. Este entorno ha ido cambiando. La bajada de la inflación ha supuesto al ser una inflación decreciente y sostenida-, unos tipos de interés igualmente
decrecientes. De esta forma, vemos cómo a medida que bajan los precios, el
precio del dinero baja.
Hemos visto beneficios importantes en los últimos diez años, especialmente en
los últimos cinco. ¿Verdad que hace dos años ustedes tenían unos tipos de
interés de dos dígitos?. En Italia también. Mientras que, en este momento, los
tipos a corto estan en un 3% y, a largo, en un 4%. Es una tendencia que sigue y
que se da de manera exagerada en Latinoamérica, en Argentina o en Brasil.
Países que antes tenían inflación del 100% al mes, pudieron controlar -a través
de mucho dolor y de muchos esfuerzos- la inflación. Una inflación que, en
algunos de estos países, en este momento, está en un 2%.
Un tercer acontecimiento importante que se ha dado en este período de tiempo,
ha sido la gestión y la dirección de la política fiscal. Hubo un tiempo en que los
gobiernos lo único que hacían era pedir dinero y gastar. Y el juego era el déficit y
se acababa despilfarrando. Se gastaba en asistencia sanitaria y no de manera
eficiente -como en seguridad social-, infraestructura que no proporcionaba -dada
la situación económica- beneficios a corto ni a largo plazo.
No se sacaba beneficios del gasto y el déficit que se fue creando suponía más
préstamos y, cuanto más dinero se pedía, más intereses se tenían que pagar.
Los gobiernos eran los mayores competidores en el mercado crediticio. Ahora
esto ha desaparecido, vivimos una época de austeridad fiscal y el objetivo
consiste en reducir el déficit a niveles adecuados de PIB en los EE.UU.
EE.UU. tenía una fama tremenda de un déficit altísimo. Hoy, sin embargo, tienen
un presupuesto equilibrado. Los déficits también han bajado en Europa. Era una
prerrogativa de la política fiscal y monetaria.
Los países que permitieron que los déficits fueran creciendo como consecuencia
de una balanza comercial deficitaria, les fue muy mal.
Del 80 al 98 ha habido otra cosa de mucha importancia, especialmente para el
mercado global de valores. Ha sido la reorganización de las empresas
corporativas. Este es un fenómeno que se inició en EE.UU. en los 70, en que las
empresas americanas no eran nada competitivas. Los productores más eficientes
y más competitivos mundialmente estaban en Japón, con productos de consumo
electrónicos, servicios financieros. El sector de la automoción de EE.UU. sufrió
una barbaridad. La calidad que sacaban era malísima, es más, en los 80 los EE.UU.
ya no pintaban nada en la tecnología, ni en el sector de la automoción, ni en el de
la electrónica. Pasó todo a Taiwan, Hong-Kong, etc. Especialmente porque el
dólar americano del 81 al 85 estaba altísimo.
No sé si recordarán que a finales de los 70, el dólar estaba cerca de ser un marco
alemán. En este momento es cuando yo empecé a trabajar en los servicios
financieros. En aquel entonces todo el mundo sabía que habría una paridad del
dólar con el marco alemán que sería dos dólares para un marco alemán. Por
extrapolación lo sabíamos, pero después hubo un cambio enorme por la política
del presidente Reagan. La ventaja competitiva de los demás iba desapareciendo,
gracias a que se dio una reestructuración empresarial tremenda en los EE.UU.
En estos momentos, los EE.UU. es uno de los tres países más competitivos a
nivel mundial, al lado de Singapur y Suiza. Es competitivo porque puede
producir bienes de muy alta calidad y a unos precios capaces de competir con
cualquier otro país. Por lo tanto, ha sufrido una enorme transformación.
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Lo que pasó en los 80 en los EE.UU. está pasando en Europa. La Europa
empresarial está pasando por la misma transformación, más calidad a precios más
bajos. La carta social, sin embargo, hará que esto se retrase y llevará mucho más
tiempo en Europa que en los EE.UU. Es una tendencia inevitable.
La revolución tecnológica de los últimos 15 años ha sido tremenda. Los cambios
tecnológicos han sido más rápidos en este período que en el último siglo.
Ejemplo equivalente a la revolución de la electricidad, del motor de combustión
interna que cambió nuestro modo de vivir y de hacer negocios y que creó una
riqueza impensable.
La tecnología está creando exactamente la misma situación. Hace diez años,
¿quién era Microsoft?. Ni idea. O, por ejemplo, Airtel. Hoy día se trata de las
empresas más grandes del mundo en cuanto a capitalización del mercado y su
influencia en nuestra vida es tremenda. La tecnología está podríamos decir “en
pañales”. Como ingeniero electrónico quizás entienda más. Hace tan sólo 25
años jugábamos con una cosa que se llamaba el transistor. Yo recuerdo muy bien
en mis días, cuando estudiaba en la universidad, que se me obligaba a montar
transistores. ¿Recuerdan lo de los circuitos cerrados?. Hoy día tenemos en una
cosa muy pequeña con millones y millones de transistores. Esto tiene un
impacto tremendo.
Microsoft -que no era nada y ahora es mucho- a lo mejor en el futuro puede ser
más y habrá otros a su altura. Pero la revolución tecnológica se da en las
empresas que saben aprovechar esa tecnología para ganar ventajas competitivas.
Además, en los últimos 20 años, cada vez competimos más a nivel mundial. Hay
más empresas compitiendo a nivel global, pero más oportunidades para
competir.
Hay, países como Bangladesh, que hace 10 años no era nada, en este momento ya
es un protagonista. Bangladesh es el que más camisetas exporta a toda Europa.
Aquello de la microfinanciación no es una broma. Se le da pequeñas cantidades a
la gente, lo utilizan de manera productiva y ganan un dinero. Hay un banco en
Bangladesh que presta 10, 20 dólares, y que gana dinero con esos préstamos. Y
esos 20 dólares, pero con la moneda local, es suficiente para que alguien monte
una empresa. Una empresa capaz de ganar poco, pero la crea. Un gran cambio.
Por lo tanto, la competencia global, lo que ha hecho es aumentar el lado de la
oferta: más bienes, más servicios. Y esto va subiendo y subiendo, hecho que
quiere decir que, contra más bienes y servicios, bajan los precios, más
desinflación, más productos, más competencia. Creo que eso es la naturaleza de
los acontecimientos que hemos visto.
Toda Latinoamérica está compitiendo. Y así, pese a la crisis, sigue compitiendo.
Hay la emergencia de China y de Rusia que ahora formará parte también de esa
ecuación económica. Fíjense que, ante todo, eso va a seguir. La competencia
global y lo que ayudó a que haya esa economía global compitiendo fue la libre
circulación de capitales y comercio. Y además es el capital de inversión, es decir,
el dinero que va e invierte montando plantas y equipo, pero después tenemos el
flujo de la cartera de valores, que entran y salen.
Tiene ventajas y desventajas. El flujo de capital quiere decir mucha liquidez y
hace posible ir de una región a otra rápidamente. A veces, el exceso de liquidez lo
que hace es crear una exageración con la estructura de precios, lo cual quiere
decir que cuando crece, los mercados crecen en exceso y que cuando cae, cae
estrepitosamente. Y la característica de los mercados impulsados por la liquidez
es que los precios pueden bajar muchísimo, pero el ciclo del "boom" económico
es mucho más corto. Y esto es lo que hemos visto.
Recordarán que en el 87 hubo una corrección importante, el gran "crash" en la
bolsa. En EE.UU. también hubo otra crisis , pero duró tres meses. La crisis del 91
al 92, por ejemplo, la crisis del golfo, pasó exactamente lo mismo.
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Si hay un riesgo hoy en día no es el riesgo de la inflación, sino que pase a ser
negativa para convertirse en deflación, que es un problema. Cuando los precios
empiezan a bajar, cuando la inflación ya es negativa, la evolución de los precios
de los bienes y servicios hacen que cambie el comportamiento. Si yo soy
consumidor, y espero a que mañana esté más barato, voy a posponer mi decisión
de comprarlo. Y, a medida que lo hago yo, lo hacen todos los demás. Nadie
compra. Se convierte en un comportamiento global. Eso es un problema para las
empresas. hay menos demanda y menos producción. Por lo tanto, la producción
baja, menos stocks y menos producción real. Y estas empresas al final tienen que
empezar a reducir mano de obra, con lo cual hay más paro. O sea que, todos los
que hemos pospuesto la decisión de comprar, ya no puedes comprar mañana
porque sea más barato, porque ya no tienes un empleo.
Japón precisamente está cogido en esta espiral de la deflación y, para salir de la
deflación, hace falta diez veces más esfuerzo que el relentizar la inflación. Y no es
de sorprender porque, pese a todas las iniciativas en el Japón con iniciativas de
política fiscal, tipos de interés, etc., corren el riesgo en Japón, donde puede vivir
un ciclo negativo más largo.
Nuestro riesgo es que, si lo que pasó en el Japón pasa en el resto del mundo, no
es un escenario deseable, porque hace que caiga el mercado de capitales y en las
acciones hace que su rendimiento sea más bajo.
Hablemos un poco de lo que pasó en Asia porque, gran parte de lo que ha pasado
en los últimos tres meses y ese enfriamiento de la economía global, tiene su raíz
allí. Creo que la deflación que se está dando hoy en Asia se nos acerca.
Hasta el 94 el crecimiento asiático era excelente. China no era todavía
protagonista, sólo estaba emergiendo. Después pasaron unas cuantas cosas,
China devaluó en un 50% su moneda en el 94 y, de repente, los aranceles en las
importaciones subieron. Por lo tanto, ésta comenzó a competir con Tailandia,
Indonesia, Malasia, Singapur, Corea y Taiwan. Después, en 1995 -y tras muchos
años de ir subiendo- se invierte la tendencia del Yen y hubo una depreciación.
Durante el periodo de la depreciación las empresas japonesas intentaron
reestructurarse para hacerse más eficaces, para poder permanecer competitivas a la
vez que reflotaba el yen.
La devaluación se convirtió en un problema para el resto de Asia. O sea, en un
momento donde había una gran inversión de capital en Asia y que representaba
una sobrecapacidad no utilizada y que, por lo tanto, lo que era la financiación de
esta inversión se ve desarrollada a nivel del dólar.
El dólar se había convertido un poco en la moneda y, por lo tanto, todo el capital
que influía en el país era en dólares, y los dólares lo que hacían era conseguir
préstamos a muy corto plazo. Se basaban sobre todo en las exportaciones y no
era un problema. En cuanto había una especie de diferencia entre exportación e
importación, había menores créditos y, como consecuencia, esto empezó a
suceder.
El primer país que cayó a nivel financiero vio un deterioro inmediato en sus
cuentas, las importaciones crecieron más rápidamente que las exportaciones y la
financiación se convirtió en un problema. La única solución para aliviar la
presión era admitir que la moneda se devaluara. En lugar de permitir la
devaluación natural, Tailandia decidió mantener la paridad con el dólar y quizás
lo más lógico y lo más simple era aumentar los tipos de interés.
Los tipos de interés pueden ayudar a tu moneda, pero para los que tenían que
pedir estos créditos, verdaderamente les suponía un gasto excesivo, esos tipos
de interés. Exceso de capacidad, reducción de la demanda que creó un ciclo
negativo.
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En Asia, del 80 al 98, tuvimos un flujo interno de capitales de inversión. El 28%
del PIB y el 34% hasta el 86. Además de todo esto teníamos unos servicios que
también financiaban estas inversiones.
El crecimiento en Asia estaba muy relacionado con este flujo que llenaba el país
de dinero. El período de 1991 a 1994, el crecimiento estaba correlacionado con
las inversiones que llegaban al país. O sea, ¿qué ocurre cuándo dejan de venir las
inversiones y se para el flujo?. Pues tiene que haber un colapso del crecimiento.
En 1996 había 100 millardos de dólares de capital de inversión que llegaron a
Asia. A final del 97 esta cifra se había invertido y era ya negativa.
Cuando esto se invirtió se provocó un colapso. Este es un ejemplo de toda una
región que se había visto casi atrapada en una situación que no podía resolver.
En cuanto a los que hacen la política, no estaban muy seguros de cómo
reaccionar, porque unos intentaron defender la moneda, otros fueron muy
agresivos, otros tuvieron que pasar a buscar dinero y no se actuó tan rápidamente
como se tendría que haber actuado.
China ha crecido un 10% al año y un crecimiento del 5%, dado el tamaño de su
economía, está próximo a la recesión. Sin embargo, las industrias estatales van a
tener que empezar a sacar mano de obra y el desempleo será mayor.
El gran debate es cuestionarse si se hará algo en China, porque quizás lo que
quieren es poder ganar su nivel de competitividad y lo único que pueden hacer
es devaluar su moneda una vez más.
Algunos países también ponen en vigor algunas barreras comerciales
introduciendo control de capitales. Específicamente es el caso de Malasia, pero
una emisión a la larga sería un problema para el país.
Los bancos centrales actuaron tardíamente. Teníamos una sucesión de
descontento social en Indonesia, en Corea, que probablemente podríamos decir
que tiene la mayor capacidad no utilizada actualmente.
Y en términos de lo que va a pasar en el futuro podemos decir que es un problema
para Corea. Para mí, el mayor riesgo es de que si el crecimiento económico no
vuelve a la región de Corea, y si EE.UU. entra en una rescisión, Corea puede tener
problemas muy similares a los que tenemos en Japón. Actualmente está atrapado
en una especie de círculo vicioso del menor gasto en el sector público y hay un
colapso total en cuanto a la compra y el consumo, por lo tanto, es una situación
que hay que controlar. Y la deuda global en la región, tanto en la deuda exterior
como en la doméstica, están alcanzando unos niveles del 70% -es la deuda
exterior del PIB- y 200% de la deuda interior. O sea, cuando Latinoamérica entró
en una crisis importante, la deuda exterior era el 50% del PIB. O sea, la magnitud
total todavía es mayor que la situación que tuvimos en Latinoamérica.
Es un problema, y como ejemplo de estos países, podemos decir que Indonesia
para poder cubrir su deuda exterior tiene que gastar 2/3 de sus ingresos totales. O
sea, el ingreso total del gobierno se reduce dos tercios para poder cubrir la deuda.
Por lo tanto, ¿qué le queda para la economía interior?. Muy poco.
Mirando con vistas al futuro vemos cómo los eventos en Asia traducen un
impacto de lo que ocurre en otras partes del mundo. Y esto es la exportación.
Como el resultado del retroceso de la actividad económica en la parte del mundo
en la que va más rápida, hemos visto un colapso en los precios de los artículos
básicos.
En 1996 esos precios muestran una tendencia a aumentar. Después del 90 en un
40%, en un período de tiempo muy breve. Lo han visto también en el precio de
crudo, de 24$ ahora ha pasado a 10$ el barril. Imagínense las consecuencias de
todo esto en esas economías que dependen por completo de la producción, de
vender artículos básicos.
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Vamos a cubrir unos cuantos ejemplos. El primero y el más importante es un país
como Arabia Saudí, o Venezuela. O sea, que el colapso del precio del crudo
representa una reducción inmediata en lo ingresos. Los costes no bajan, pero los
ingresos bajan. O sea, que el margen que se deja, se colapsa. Inmediatamente hay
un problema porque hay un retroceso claro.
La situación en Chile es la siguiente, el 40% de la economía en Chile depende del
cobre de una forma u otra. El declive del precio del cobre hoy es casi de un 50%.
Chile, después de casi 50 años de crecimiento económico está enfrentándose a
una recesión. Imagínense lo que ocurre en Asia. Esto es lo que yo llamo un
impacto directo. Y luego un impacto indirecto: si la actividad económica de
Venezuela retrocesa, igual que la de Chile o México, porque también dependen
del crudo, pues evidentemente van a tener un impacto importante en el socio, que
es Brasil, porque mucha de la economía brasileña depende del comercio con
aquellos paises.
Por lo tanto, cuando empiece a bajar el comercio, ¿qué ocurrirá?. Va a haber una
situación económica que empezará a sufrir un deterioro. Las economías fuertes
que tienen base importante pueden gestionar, las economías que no tienen esa
base real, tienen problemas reales. La moneda está bajo una presión enorme.
El comercio americano con Asia se ha colapsado. No es un gran problema
todavía, porque un 10% de ese comercio va a Asia. Pero lo más importante de
todo es que, como consecuencia de ese resultado, las exportaciones a EE.UU. se
han empezado a apreciar rapidísimamente. Si usted está en Corea y tiene un
negocio que está produciendo el 40% de lo que es capaz de producir, lo que
quiere es vender más. Lo que quiere es, por lo menos, reducir los precios a un
nivel dónde los fabricantes americanos no puedan competir.
El crecimiento americano en el último año estaba en el medio-oeste, en el norte y
sur de Carolina. Había negocios que no podían competir como resultado de esto.
Estaban empezando a reducir su actividad económica. El efecto neto en EE.UU. es
que el sector corporativo está empezando a retroceder con un impacto importante
en la producción industrial y esto va a tener una repercusión negativa en los
beneficios.
Las fuerzas deflacionarias de Asia deben ser absorbidas por otros y hay dos
formas de reaccionar a ello. Una, la única elección es poder devaluar. Si no se
devalúa, no se van a poder sufrir estas fuerzas deflacionarias y va a tener
consecuencias en la economía, que es lo que ha ocurrido con Brasil o con Rusia.
Las economías como Canadá o Australia permitían a sus monedas que se
devaluaran. Y, si recordamos, en los últimos 18 meses de la crisis asiática, el
dólar australiano y el canadiense bajaron de valor. Estaban afectados porque
evidentemente la presión la asumieron con la devaluación. Una economía que
decide no devaluar, sino deflacionar, fue Hong-Kong. Decidieron que querían
mantener la paridad con el dólar, los precios que tenían que pagar era una
deflación en precios financieros e inmobiliarios. Y los precios en el mercado
nacional sufrieron un declive de un 60%. Han asumido la presión de una forma
distinta.
Vemos también un retroceso en lo que son los beneficios corporativos como
resultado de la menor inflación. Podemos decir además que ha habido un declive
importante y el rendimiento de los bonos bajó. Pero los valores reales siguen
siendo altos y han caído de forma consistente. De todas maneras, el diferencial
entre los tipos de interés entre unos y otros empieza a enfriarse.
Podemos decir que, de momento, esto ha sucedido de una forma muy exagerada,
porque esta es la diferencia de los tipos de interés entre los bonos del tesoro y
las mejores acciones en el mercado.
Doc. 097 Pág. 8
Lo que intento decir es que el que invierte se da cuenta que no era de fiar. En
aquel entonces el diferencial era cada vez mayor, como fue el caso en Sudamérica
del 6 al 20. Igual que los tipos de interés a corto. A medida que los tipos de
interés subieron, el mercado de valores bajó. Esta fue una hiper-reacción.
Ahora se está estabilizando. O sea, que cuanto más fuerte es la economía, cuanto
mejor es la gestión de las políticas monetarias y fiscales, más pronto bajan los
tipos de interés, en cambio, en el caso de Rusia, esos tipos de interés nunca
volverán a bajar porque no hay política fiscal ni monetaria.
Un riesgo en cuanto a préstamos de cualquier tipo es lo que sucede con Rusia.
Mientras que, en el caso de Argentina, sabemos que la confianza de los
inversores -gracias a una mejor gestión económica-, sabemos que volveremos a
ganar la confianza del inversor. O sea, Rusia no, pero hay otros sitios donde
realmente se puede invertir. Sencillamente puedes invertir porque sabes que
volverás a ganar. Lo mejor es, ante todo, invertir, porque mientras inviertes
siempre te puedes resarcir.
En términos de la coyuntura económica asiática, pero también cuando miramos
hacia latinoamérica, nos parece que lo peor ha pasado. Cierto que puede haber un
poco más de deterioro, pero en términos de magnitud no.
Existe sin embargo el riesgo de que en el 99 la economía global -y especialmente
las economías de la OCDE-, pueden pasar por una breve recesión. Porque en los
EE.UU. la economía se ha enfriado un poco. Estaba creciendo un 4%, pero
empieza a bajar.
Tenemos un consumidor todavía entusiasta, pero no sólo un consumidor
americano es el que puede contribuir al crecimiento económico. Para empezar, los
consumidores americanos están ahorrando poquísimo y están gastando mucho
más allá de lo que se pueden permitir. Pero hay algo que pondrá punto y final a
ese consumo, que es una recesión abierta.
En Asia se necesita un líder económico y ha de ser China o Japón, pero
desafortunadamente ninguno de ellos está en posición de convertirse en líder. En
el pasado Japón ha sido el líder indiscutible en Asia. Hoy en día hay un
auténtico problema.
Después, cuando repasamos las iniciativas de política monetaria que son
indispensables, vemos que en los EE.UU. hay una política monetaria mucho más
flexible, bajando muchísimo los tipos de interés, por ejemplo, un 0,75%.
La situación económica en este momento en EE.UU. y a nivel mundial, lo que
necesita es otra bajada, por ejemplo de 100 puntos básicos en los próximos tres
meses. Creemos, por lo tanto, que la Reserva Federal hará que baje un 4%, porque
es ese estímulo monetario que se necesita para potenciar un exceso de
enfriamiento. También necesitamos -aunque menos-estímulos de Europa. Es
decir, más iniciativas fiscales.
Japón necesita dos cosas: primero, una iniciativa fiscal mejor y segundo, limpiar
su sistema bancario. El sistema bancario en el Japón no puede prestar dinero
porque tienen una deuda increíble. Y esa mala deuda la tienen que condonar o
cobrar. Lo cual quiere decir que un tercio de las empresas inmobiliarias en el
Japón ya no son viables, por lo tanto, deberían cerrar, pero sin embargo se las
mantiene abiertas por esa situación económica y social del Japón tan rara.
Pero esto hay que hacerlo o de lo contrario el Japón quedará mucho más tiempo
en recesión.
En el 99 se prevé muy poco crecimiento. Por tanto hay un entorno donde es
mucho mejor el mercado de los bonos que el mercado de la acciones.
Hay mucha gente optimista porque los bancos centrales parece ser que van a crear
una política monetaria más relajada. Eso querrá decir crecimiento económico, 6
años más de crecimiento, muchas ganancias e incluso que volverán a subir a
corto plazo las acciones. No es el caso.
Doc. 097 Pág. 9
Es un ambiente muy arriesgado en los próximos 12 meses, 18 meses. Alto riesgo,
a largo plazo no. A largo plazo se recuperará. A corto hay que fiarse mucho más
de las obligaciones que de las acciones.
En Europa tienen ustedes una situación un tanto peculiar. El banco central
europeo dice que va a ser el banco central más independiente del mundo. Lo
crearon gobiernos que ya no tienen el poder y querían llegar a una disciplina, por
ejemplo de la Reserva Federal y una política monetaria muy estricta, una
inflación baja y a medida que las empresas se reestructuran las cosas mejorarán.
Pues no. Los gobiernos no son los mismos que fundaron el banco central. En el
Reino Unido se diría que sería un gobierno hacia la izquierda, e Italia o
Alemania, donde ahora las iniciativas que empezamos a oír tienen menos que ver
con la estabilidad de precios y mucho más que ver con reducir el paro, ya que el
paro es altísimo. Y el paro bajará, pero no creando falsos puestos de trabajo. El
paro bajará creando el entorno adecuado para que aparezcan nuevas empresas
como fue el caso del Japón en el 70 y 80, o en EE.UU. a mediados de los 80
principios de los 90. O sea que rebrotar una economía sólo para crear más
puestos de trabajo a largo plazo significará más problemas, porque si se enfría el
crecimiento o si se disparan los precios o Europa no es cuidadosa, puede perder
Europa su ventaja competitiva. Eso es un riesgo real.
Veo un entorno donde el dólar puede ser una moneda mucho más fuerte que el
euro a pesar de todo lo que se está diciendo ahora. Esa es una situación a vigilar
muy de cerca.
En el mercado de valores lo que hay que hacer es tener una visión a largo plazo.
Entender dónde está el valor y adjudicarle precios a ese valor y no caer en esa
trampa de reaccionar ante un precio, nos entra el pánico y lo que hacemos es ver
si podemos deshacernos de los valores porque tenemos miedo. En Europa hay
una situación un poco desconcertante. Esto es Euroland, como hoy se llama.
Euroland geográficamente es importante, abarca una población de 300 millones,
comparada con Japón y EE.UU. Tenemos una economía casi al nivel que la
americana y mayor que la japonesa, y tenemos una deuda mucho menor que la de
los EE.UU. Pero miren el tamaño de mercado de capitales de valores. Es un tercio
de lo que es EE.UU. Tienen ustedes mucho margen para capitalizar en Europa.
Europa sigue estando en manos de propietarios, del inversor privado, no hay una
cultura de acudir al mercado de valores. La cultura ha sido: vamos a financiar
nuestra empresa a través de un préstamo bancario, o de recursos propios.
En la medida en que Europa esté realmente integrada, cuando se fundan los
mercados de valores de los distintos países miembros, eso tiene que cambiar. O
sea, que es una parte del mundo tan importante como EE.UU. y, por lo tanto,
haremos que Europa sepa transformar la economía como Japón en los 70, y que
sepa engancharse al carro que cambió la economía de EE.UU. en los 80 y a
principios de los 90. Si Europa es capaz de pasar por esa reestructuración
empresarial, entonces creo que el valor futuro del mercado de valores en Europa
tiene mucho futuro.
Hace tan solo 7 años la mayoría de las empresas europeas compraban el dinero a
un 12% y ha bajado a un 4%. O sea que, los retornos del capital en el futuro serán
substancialmente distintos. Así que, todo lo que ha impulsado a los mercados
financieros del 80 al 98, toda esa evolución, hay que tenerla en cuenta porque
son cosas significativas, como por ejemplo la desinflación global. Y si el banco
central americano, europeo o japonés son capaces de seguir de cerca las políticas
que han fijado, lo peor que podemos ver es una recesión a corto plazo, un ciclo
muy breve, muy bajo, para después pasar a una coyuntura económica bastante
más próspera.
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Espero que en Europa no empecemos el ciclo de pedir mucho dinero, tener más
déficit sólo para crear más puestos de trabajo, para bajar el paro a expensas de un
crecimiento sostenido a largo plazo. y esperemos que la reestructuración
empresarial, como por ejemplo la que han hecho los suizos en los últimos 10
años, espero que siga. ¿Qué quiere decir?. Pues reestructurar y rejuvenecer la
revolución tecnológica, aunque queda mucho por hacer. Están pasando cosas
inimaginables, y se van a beneficiar nuestros hijos, es un ciclo largo.
La competencia global está con nosotros para siempre. Asia está en medio de una
crisis, no es el final de Asia. Malasia es una economía que se superará, igual que
otros. Igual que en latinoamérica. Yo diría que, con el tiempo, incluso Rusia
puede convertirse en un competidor. No sé si lo veré yo, pero a largo plazo sí. Y
la circulación libre de capitales y comercio: habrá más y debe haber más.
El flujo de capital va allí donde hay demanda, y a los que lo necesitan más el
crédito serán a quienes prestemos el dinero. Porque recuerden además que a pesar
de que se ha pagado un interés alto a cambio de importar capital, se potencia la
economía, se potencia el mercado de capital a nivel doméstico, las empresas
crecen y esas acciones suben Esta es la especie de fórmula mágica de esas
economías que han funcionado bien y se han beneficiado de la potenciación.
En este momento la bolsa aquí en España ha cobrado muchísimo peso, pese a
nuestros miedos. Y a corto una estrategia defensiva cuidadosa es lo necesario.
Sin embargo hay que hacer una inversión que vaya más allá de las obligaciones y
pasar las acciones. ¿Y qué sectores se beneficiarán más en este período más allá
del 99?. La tecnología y otro sector que va a emerger que le fue muy bien en los
80 y no en los 90, los productos electrónicos de consumo. Porque los avances en
la tecnología se están aplicando a la electrónica. Y les doy un ejemplo, la
televisión digital, o las aplicaciones a la televisión más allá de ver una película.
Va a ser interactiva la manera de comunicarse un hogar con grandes bases da
datos. Otra área será la de los seguros y el área financiera. Y sobretodo seguros de
vida y todo lo que son los fondos de pensiones. Todos los servicios sanitarios,
los bancos regionales, la industria farmacéutica. Por lo tanto yo creo que hay
amigos que han empezado a fusionarse y se puede invertir a través de las
fronteras o podemos crear una cartera en empresas que van a jugar una parte
importante a través de nuestra industria, y la inversión siempre sea a largo plazo.
Hay que tener una cierta tolerancia para la volatilidad, pero hay que pagar el
precio, que es mantener la inversión por un tiempo. El tiempo es el amigo más
valiosos que tienen, una vez que hayan establecido el valor, la base, y tomando
la decisión de que van a poder vivir con la volatilidad, aunque les produzca una
úlcera de estómago. Y si siguen ustedes el principio, creo que tendrán un gran
éxito en sus inversiones.
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Pregunta. Usted ha dicho que cree que los mercados de valores van a tener un
giro hacia abajo, por así decirlo en los próximos 12 ó 18 meses. ¿No es cierto?.
¿Podría profundizar un poco más en este aspecto?
Mr. Farhan Sharaff. La preocupación que yo he expresado era con la evaluación
actual de lo que es el mercado de valores en EE.UU. y en Europa, concretamente.
La evaluación, tanto si es primas por riesgo o, por ejemplo, en la rentabilidad,
creo que están a un nivel que no está justificado por las expectativas del
descenso económico del año próximo. Habrá un descenso de los beneficios y de
las ganancias, y con ello no vamos a poder justificar los altos múltiplos. Va a
haber un ajuste a los múltiplos, y eso es lo que ocurre, que las acciones van a
bajar. Es difícil decir si pasará en tres meses o llevará más tiempo. Obviamente, si
por ejemplo las políticas de los bancos centrales bajando los tipos de interés
tienen un impacto, y esto que realmente lleva a un descenso del crecimiento,
quizás en ese caso, los mercados de valores tienen razón de mantenerse más ahí.
Nuestras expectativas es que el crecimiento económico en los EE.UU. se va a
ralentizar. Y con eso vemos un desaceleración en el crecimiento de los
beneficios. En 1999 nosotros vemos una reducción de un 5% en los beneficios
con respecto al año anterior. En Europa las expectativas son que veremos un
retroceso del crecimiento tanto en la economía así como en los beneficios de las
empresas.
Pero la diferencia que tenemos hoy, que es muy distinta de lo que habíamos
experimentado los últimos 15 ó 20 años, es que tenemos unos tipos de interés
bajísimos. Y en un entorno de bajos tipos de interés y que van bajando, en teoría
los múltiplos de precio-beneficio empiezan a ampliarse, porque los inversores
tienen mayor confianza en la tolerancia, y por ejemplo, bonos u obligaciones que
sería una forma alternativa de presión es menos atractiva. La gente desea arriesgar
más.
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Pregunta. A mi me gustaría referirme un poco a las previsiones que ha hecho
usted de lo que es la moneda europea que será quizás más débil que el dólar,
según usted, pero este marco que quizás se va a empeorar todavía, y yo creo que
no en muy corto plazo, pero quizás sí en los próximos 4, 5, 10 años, que es el
problema de la población asiática y las obligaciones que tenemos de los que es
el tema del bienestar en Europa. Es lo que veíamos en España hace 6 ó 7 años:
aunque la economía no funcionara muy bien, puede tener una moneda altísima
porque el gobierno está obligado a seguir para satisfacer todas estas
responsabilidades. Y esto que se vincula con la observación de los altos
números de gobiernos socialistas actualmente en Europa. Algunas veces, lo que
puede ser, por ejemplo, el valor del dinero en cierto momento del tiempo no tiene
tanto que ver con la economía real, que hemos visto, por ejemplo, con la
esterlina, etc.
Mr. Farhan Sharaff. Esta es una pregunta excelente. Creo que el punto que usted
ha planteado es cierto para que va a llevar muchos años hasta que esto sea una
realidad. La previsión que he hecho para las monedas era más para el año
próximo y el punto que usted plantea, es el tipo de situación que puede surgir,
digamos más adelante, en la próxima década inclusive. Creo que una vez que
salgamos de esta corrección se verán oportunidades, que veamos un crecimiento
mundial. Un entorno donde Japón crecerá de nuevo, más o menos de forma
simultánea con Asia, Europa y EE.UU., y a medida que haya ese crecimiento va a
llevar inflación. Y el coste del dinero subirá, y es en ese momento donde
empezaremos a ver que esta situación se desarrolla, va a haber una competencia
en los gobiernos por las empresas para poder conseguir nuevas inversiones y
flujos de capital y para los consumidores. Pero lo que usted ha descrito está lejos
todavía, y creo que la reflexión que hago yo a nivel del valor de la moneda es
para el año próximo. O sea, que se amplia más el tiempo que usted menciona.
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Pregunta. Entonces, por ejemplo, lo que se refiere a España y a Europa, parece que
los tipos de interés van a seguir a la baja, seguirán estando bajos, ve algún
peligro inminente de que vuelvan a subir.
Mr. Farhan Sharaff. Con la situación actual, con la mezcla en donde los gobiernos
no compiten por dinero como lo hacían antes y en donde podríamos decir que las
empresas tienen mucha liquidez, tenemos un entorno donde la oferta parece ser
un poco como digamos el petróleo, el coste del dinero va bajando. O sea,
mientras prevalezca este entorno y tengamos un entorno de crecimiento lento,
los tipos de interés, permanecerán bajos. Si la inflación sigue cayendo y se aleja
de la tendencia actual, puede reducir un poco los tipos de interés reales. En
EE.UU. tenemos los tipos de interés reales que son los nominales menos la
inflación, a un alto nivel. Y si vemos, por ejemplo, el rendimiento de los bonos
al 5%, la inflación es al 1%, Y por lo tanto el interés real es un 4%. Hay momentos
en donde los tipos de interés reales son más bajos. En términos teóricos los tipos
de interés reales tendrían que ser iguales al índice potencial del crecimiento de la
economía global. Hoy ese crecimiento potencial, que es el crecimiento donde no
hay inflación, es de un 2,5%. Y lo mismo ocurre en EE.UU., que el índice
potencial de crecimiento para la economía americana a la vez suele ser de un
2,5%. Se puede discutir tal vez que los tipos reales tendrían que estar próximos a
un 2,5% en contra a un 4%, y la razón de que esa sea la respuesta es la situación.
O sea, la combinación de real-nominal en el entorno que estamos veremos que
quizás va a haber una tendencia a bajos tipos de interés. Pero empezarán a crecer
sólo cuando tengamos evidencia concreta que el crecimiento económico vuelve.
Y cuando vuelva el crecimiento económico la presión en artículos básicos y
evidentemente en costes, y esto quizás hablo de dos años aproximadamente.
Quiero añadir una cosa, Europa -como ya he mencionado- tiene la particularidad
de una economía integrada y una moneda única, esto va a ofrecer beneficios del
lado de la oferta, y ayudará a reducir la inflación, habrá más demanda y el
beneficio quizás irá en más también a las empresas.
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Pregunta. ¿Puede ver usted una forma o manera de que el precio del petróleo
vuelva a bajar?. Y el sistema del cártel.
Mr. Farhan Sharaff. Si estamos viendo un poco lo que ocurre con los productores
del petróleo vemos que ellos actúan conjuntamente, pero el problema que tienen
es que las bases han cambiado. Podemos decir que ahora la situación es distinta.
En lo que es el 40% aproximadamente de la OPEP, menos Irak, tenemos una
situación donde la situación en estos países es mala. Por lo tanto, hay una
propensión a producir más cuando pueden. El problema no tiene que ver con la
oferta. El problema es la demanda. La demanda de petróleo y de gas ha bajado
muchísimo por muchas razones: por la situación económica, Asia y disminuya
también en EE.UU., y luego nos faltan fondos. O sea, la utilización del
combustible ha mejorado muchísimo en los últimos 20 años, y hay todo: la
producción de electricidad, conversión de combustible en calor y la utilización
del combustible en el transporte. En los coches, camiones, aviones, son más
eficaces que antes porque consiguen el mismo rendimiento con menos consumo.
Hay algo que ha ocurrido que es importante. Ha habido muchas sustituciones.
Gas natural se ha convertido en el sustituto más significativo del petróleo en los
últimos 10 años. La cantidad de gas natural es enorme. Las reservas bajo Irán y en
Rusia, por ejemplo, no se han tocado todavía. O sea, que va a haber una mejoría
en la utilización a través de la sustitución y a través de ese entorno de
crecimiento lento, va a haber un declive en la demanda. O sea, la ecuación de
oferta que era muy crítica y eficaz, ya no es tan crítica como era anteriormente. Y
ahí es donde está el problema por lo tanto.
Doc. 097 Pág. 15
Instituto de la Empresa Familiar
Documento 097
Perspectivas de los Mercados Globales para 1999:
repercusión de la crisis económica de Japón y Países
Emergentes
Mr. Farhan Sharaff
Conferencia organizada por el Instituto de la Empresa
Familiar y The Citibank Private Bank.
Diciembre
1998
Instituto de la Empresa Familiar
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08036 Barcelona
Tel. 93 419 97 22
Fax 93 419 71 57
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