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Transcript
VI Encuentro Nacional de Estudiantes de Economía.
Universidad de Los Andes.
Mérida, Estado Mérida.
www.enee.org.ve
Autor:
Villaquirán, Andrea 1.
[email protected]
Tutor académico:
Econ. Castillo, Dylan2.
[email protected]
1
2
Estudiante del 7mo semestre de Economía, Universidad de Los Andes.
Economista egresado de la Universidad de Los Andes.
DIVERSIFICACIÓN ECONÓMICA: POLÍTICAS SECTORIALES PARA EL
DESARROLLO PRODUCTIVO
Venezuela ha sido históricamente un país dependiente de las exportaciones de
materias primas. Inicialmente, los ingresos por exportaciones más cuantiosos provenían del
sector agrícola (cacao y café) y luego, desde la tercera década del siglo XX, se le dio paso
al producto que sigue dominando las exportaciones del país hasta el día de hoy: el petróleo.
Esta dependencia le ha dado el carácter particular a la economía venezolana de ser una
economía rentista.
La explotación del petróleo otorga una renta captada internacionalmente con cargo a
la propiedad del Estado de unos medios de producción no producidos (Gutiérrez, 2010). Al
ser esta actividad intensiva en el uso del factor capital y no del trabajo ha permitido que se
desarrolle en el país un fenómeno característico de las economías rentistas, en el cual el
salario real no es proporcional a la productividad laboral, dado que el Estado obtiene
permanentemente un ingreso adicional, de magnitud significativa en relación con el
producto total, sin tener que generar su contrapartida de esfuerzo productivo en el país.
El Estado, en Venezuela, al ser propietario de la tierra es propietario de los recursos
que en él se encuentren, por consiguiente, del recurso petrolero y la renta que este concede.
De este hecho se exprimen dos consecuencias importantes: en primer lugar, el Estado no
depende de los impuestos ciudadanos para financiarse, por lo que tiene cierto rango de
autonomía; en segundo lugar, este debe encargarse de la distribución y puesta en
circulación de la renta, como resultado el Estado rentista tiene un poder muy alto en la
economía por lo que se genera una gran diferencia entre el poder estatal y el poder
ciudadano pues reside en las decisiones políticas del gobierno de turno la repartición de la
renta, de manera que no tiende a ser inusual la discriminación a nivel político económico
por parte del gobierno.
Para cumplir con la responsabilidad de distribución de la renta petrolera el Estado
usa distintas vías directas (como transferencias, subvenciones, etc.) e indirectas (a través de
impuestos, servicios públicos a bajo costo, apreciación del tipo de cambio, entre otras). Un
importante mecanismo distributivo que pone en práctica el Estado venezolano es la
creación en exceso de empleos en el sector público, en principio, como una respuesta a las
pocas oportunidades de empleo que ofrece el mercado laboral en el país y, como
consecuencia de su autonomía con respecto a los impuestos ciudadanos tiene la capacidad
de contratar más empleados de los que realmente necesita. La problemática en cuanto a
estos empleos es que no son verdaderamente productivos sino que generan alteraciones en
la dinámica de la economía, por una parte, representan trabas burocráticas a la iniciativa
privada y por la otra, ejercen presiones inflacionarias al aumentar la demanda de bienes y
servicios en base a un salario sostenido por una renta sin contrapartida de producción.
La actividad rentista, como se ha dejado en evidencia, produce una serie de
distorsiones sobre la actividad económica, influyendo sobre distintas variables
macroeconómicas que modifican el comportamiento de los agentes económicos, tanto en el
corto como en el largo plazo. En la historia venezolana se ha experimentado como
tendencia la apreciación del tipo de cambio real, lo que ha dejado en desventaja las
exportaciones con respecto a las importaciones pues mientras las primeras se encarecen, las
segundas se abaratan; de este modo, la producción nacional no rentística se ve afectada
negativamente, al dificultarse su exportación y se favorece la proliferación de bienes no
transables (Gutiérrez, 2010). En la década de 1950, en vista de la apreciación del tipo de
cambio real, se experimentó una acumulación de capital extranjero, proceso que continuó
hasta entrados los años setenta, para mediados de esta década el capital superaba la
cantidad de trabajadores; comienza, entonces, a disminuir la inversión privada en capital y
a tomar mayor importancia el capital público, cuestión que se mantiene hoy en día, debido
a diversas políticas económicas incorrectas y más recientemente al hostigamiento y
persecución del sector privado.
Dada la preponderancia del petróleo dentro de la estructura exportadora venezolana
y considerando las distorsiones económicas generadas por la apropiación de la respectiva
renta petrolera, otros sectores productivos se vieron afectados negativamente,
disminuyendo su contribución al PIB de la nación, así, hoy en día las exportaciones
petroleras y de derivados del petróleo representan más del 90% de los ingresos totales por
exportaciones, lo que coloca al país en una situación vulnerable a los vaivenes de la
demanda y oferta internacional del petróleo, puesto que tienen un efecto directo sobre el
precio del mismo.
La diversificación económica ha sido un objetivo de gobiernos venezolanos en los
últimos 75 años pues la producción generada en distintos sectores amortigua el efecto que
puede tener un shock negativo sobre un sector específico de modo que se mantiene la
estabilidad económica, asimismo, al existir distintos sectores productivos existe una mayor
cantidad de empleos diversos lo cual produce un efecto positivo disminuyendo la
dependencia de los ciudadanos hacia el Estado, es decir, reside más poder en los
ciudadanos que en el Estado, algo característico de una democracia; esto se refleja en una
disminución de los niveles de pobreza, en vista de que, contando con una oferta mayor de
empleos de calidad en el mercado, los empleos en el sector informal disminuirían,
ofreciendo oportunidades de superación a personas de sectores bajos y medios.
Más allá de los problemas causados por una estructura exportadora que depende
primordialmente de un solo producto (que además no se produce), surge una pregunta
impostergable: ¿Cuál es el futuro del petróleo? La actual búsqueda de fuentes de energía
alternativas, sustentables y más baratas, que se verá fortalecida a finales de este año con la
entrada en vigor de los objetivos de Desarrollo Sustentable promulgados por la ONU, hace
pensar que la opción de continuar postergando la modernización de otros sectores
productivos puede terminar siendo una apuesta de alto riesgo y bajo retorno. La
diversificación de la economía hacia productos que generen mayores derrames tecnológicos
y la maduración de nuevos sectores productivos, permitirá a los países petroleros hacerse
resilientes ante las dificultades que podría enfrentar la industria petrolera en el futuro.
Todas estas son razones para que un objetivo fundamental de la política económica
venezolana sea el de disminuir la dependencia del petróleo aumentando la productividad de
sectores ya existentes pero con poco desarrollo tal como el sector agropecuario con sus
potencialidades ya conocidas en la historia venezolana con rubros como el cacao, café y
actividades como la ganadería; el sector industrial apoyándose en los encadenamientos
productivos que pueden generar actividades del sector primario; el sector turismo
aprovechando la diversa gama de ambientes que posee el país; también otro tipo de sectores
que bien si no existen ventajas comparativas dinámicas en los mismos se hacen muy
importantes en la actualidad mundial como lo es el sector de telecomunicaciones y
tecnologías de la información, y de tecnología en general.
Por otro lado, la diversificación del aparato productivo no significa que no se deban
continuar los progresos en el sector petrolero, por el contrario, la inversión en este sector
debe continuar mientras el petróleo siga siendo la fuente de energía primordial y es que no
debe dejar de ser una prioridad para Venezuela el incremento de la productividad y
competitividad del sector ya que aun siendo un país exportador de petróleo, es importador
de algunos productos derivados del mismo tales como acetona, neumáticos, algunos tipos
de polímeros, entre otros, además de productos necesarios para la refinación del petróleo
como naftas y MTBE. Existen razones económicas y oportunidades de desarrollo que
deben impulsar una política que nos lleve a ser el líder mundial en este sector, más aún
tomando en cuenta que parte de estos ingresos pueden dirigirse a apalancar otros sectores
componentes de la economía y con la búsqueda de energías alternativas ya mencionada “la
cuestión de importancia para Venezuela más bien debe plantearse de la siguiente manera:
¿tendremos tiempo suficiente como nación para replantearnos una nueva perspectiva de
desarrollo que nos permita aprender de los errores pasados y utilizar esta vez exitosa y
oportunamente los recursos petroleros antes de su reemplazo en la economía mundial por
otra fuente energética?” (Ochoa, 2008, p.7).
A pesar de que la diversificación ha sido una meta económica aproximadamente
desde los años cuarenta las distorsiones estructurales generadas por el carácter rentista de la
economía venezolana, el mal diseño e incorrecta implementación de políticas económicas
han impedido la realización palpable de este objetivo. Sin embargo, si bien es cierto que
salir de la condición de Estado monoproductor o productor de pocos bienes no es tarea
sencilla, es posible; esto es observable en experiencias similares de otros países que han
logrado mejorar considerablemente las condiciones de vida de sus ciudadanos gracias en
parte a la diversificación de la economía, un ejemplo cercano es Chile, con sus abundantes
recursos mineros, en especial, cobre. A partir de dichas experiencias y el aprendizaje de
errores pasados como bien dice Ochoa (2008), se pueden evaluar las maneras de lograr este
objetivo.
No obstante, primero, es necesario entender que es primordial realizar cambios
institucionales profundos que disminuyan la conducta rentista de los agentes económicos
pues esta impide la diversificación a pesar de las políticas que puedan ser empleadas para
lograrla. Para North (2005) las instituciones constituyen “la estructura de incentivos de la
economía”, de manera que, las economías con un pobre desempeño económico tienen un
marco institucional que no proporciona incentivos a las actividades que mejoran la
productividad, así, en una economía rentista las instituciones no solo determinan la
eficiencia y efectividad de políticas económicas, sino que, también son las que pueden
restringir o propiciar una conducta rentista.
En el caso venezolano, las instituciones han mostrado tener una trayectoria en
incentivar tanto conductas rentistas, que generan improductividad permitiendo la obtención
de beneficios sin esfuerzo por parte de los agentes económicos, como políticas clientelares
también improductivas, de esta forma se puede concluir que para economías donde existe
un recurso natural “si las rentas (del recurso) estimulan la economía productiva o inducen
maniobras para ganar ventajas en la élite depende de la calidad de las instituciones”
(Wright, 2004, citado por Ochoa, 2008). Un ejemplo de esto es Noruega , donde
instituciones eficientes evitaron que surgiera una conducta rentista y un conflicto en cuanto
a la distribución de la renta, permitiendo un alto desarrollo económico.
En segundo lugar, otro aspecto importante para el logro de la diversificación es el
conocimiento, no solo el conocimiento académico sino el conocimiento técnico obtenido a
través de la experiencia (know-how), esto es esencial para conseguir la diversidad y
además la complejidad de la base productiva, es decir, la realización de productos
complejos que requieren una gran interacción de distintos tipos de conocimiento, como por
ejemplo: carros, aviones, tecnología robótica, entre otros. Una economía diversa y compleja
implica que hay una gran variedad de conocimiento productivo, en contraste, una economía
poco diversa y simple implica que la variedad de conocimiento productivo es poca.
(Hausmann, Hidalgo et al., 2013). Los niveles de complejidad de la economía de una
nación se reflejan en sus niveles de PIB, sin embargo, para algunas economías basadas en
la exportación de recursos naturales este no es el caso, pues aunque puedan ser poco
diversas y poco complejas pueden gozar de un alto PIB debido a la explotación de estos
recursos. Esto sucede en Venezuela, la economía del país tiene una base productiva no
diversificada basada en la producción de un sector, lo que en otras palabras significa que no
existe una gran variedad de conocimiento en el país.
Hausmann, Hidalgo et al. (2013) señalan que los países con un pobre desempeño
económico deben buscar la acumulación del conocimiento productivo pero surge el
problema del “huevo y la gallina”, en este caso, los conocimientos y las empresas donde
aplicar estos conocimientos, i.e., el problema es como empezar a acumular conocimiento
productivo que no existe para emplearlo en una industria que tampoco existe, lo que sucede
en países poco diversificados. Una solución propuesta es que la producción de estos países
se desarrolle en torno a su cartera de productos, en otras palabras, que la producción se
mueva hacia productos cercanos de los que ya produce ya que esto es más fácil en términos
del conocimiento necesario, pues el país al ya estar especializado en un producto en
particular, alejarse tan solo un poco de este representa agregar una pequeña cantidad de
nuevo conocimiento al que ya se tiene sobre el producto original.
Sin embargo, los países que sufren de una estructura poco diversificada no deben
conformarse únicamente con agregar valor a la materia prima que poseen sino que de forma
gradual deben separarse de su producción tradicional, tomando el ejemplo otorgado por
Hausmann(2014) se tiene a Finlandia donde los bosques son abundantes, su economía no
se basa únicamente en la exportación de madera sino que en vista de que necesitaban cortar
árboles para obtener la madera, los finlandeses se comenzaron a especializar en la
producción de máquinas para cortar madera y progresivamente hacia otro tipo de máquinas
ya automatizadas y tecnología electrónica.
La difusión del conocimiento toma un papel crucial en el proceso de diversificación
y complejización de una economía, esta ocurre gracias a los canales de comunicación
existentes hoy en día, a la formación educativa, al transcurrir del tiempo, a la interacción
del capital humano y a la organización de la sociedad pues radica en ella como el
conocimiento que puede poseer un individuo se combina con el conocimiento del resto de
los individuos para así crear una mayor cantidad de productos mucho más complejos.
Internacionalmente, la difusión del conocimiento se da gracias al intercambio comercial, a
la inversión extranjera directa, la inmigración y la relación del país con sus países vecinos
dado que la cercanía facilita la absorción del derrame del conocimiento (Ver G.Peri, 2006;
Bahar,Hausmann e Hidalgo, 2012). Para que un país aproveche los efectos de derrames de
conocimiento y de tecnología, la apertura internacional y aplicación de políticas que
promuevan el desarrollo educativo, la inversión en Investigación y Desarrollo, la existencia
de un programa de licencias tecnológicas permitirán un ambiente propicio para el alcance
de este objetivo.
En la actualidad, la economía venezolana, aún situada en un contexto rentista, es
regida por un gobierno proclive a la implementación de políticas clientelares que no
generan eficiencia en la economía ya que tienden a representar gastos corrientes y no de
capital, es decir, que no existe una verdadera inversión en el aparato productivo nacional
aunque exista el intento de la puesta en práctica de ciertas políticas económicas estas no son
efectivas pues no están integradas coherentemente al plan de la nación, además se ven
entorpecidas debido a que el factor político predomina por sobre el económico y este
mismo hecho perturba el correcto funcionamiento de las instituciones que deben ser
vigilantes de que los recursos asignados sean destinados a lo preestablecido y no a otros
fines (políticos y personales). La continuación del modelo rentista petrolero sin el respaldo
productivo de otros sectores ha impedido el crecimiento económico, según el balance
preliminar de las economías de América Latina y el Caribe (CEPAL, 2014) la economía
venezolana se contrajo en un -3.0% para el 2014. En los últimos meses el precio del
petróleo ha llegado a mínimos que han afectado la dinámica económica que junto a los
controles de precios y otros factores han terminado por causar un desabastecimiento
alimentario en todo el país, además, bajos salarios, una inflación que se estima que cerrará
el año cerca del 200%, un sector informal que crece aceleradamente, la emigración de
profesionales que deja al país con menos capacidad productiva, estas y otras variables no
hacen más que confirmar la crisis en la que se encuentra la economía venezolana.
Bajo la crisis actual, es preciso entender que la intervención estatal es
completamente necesaria. Por ello, además de las necesarias reformas institucionales que se
deben realizar también están en agenda el diseño e implementación de políticas económicas
que encaminen la economía venezolana hacia la senda del crecimiento, políticas generales
que permitan recuperar el equilibrio económico y una vez alcanzado, políticas que atiendan
al entorno y problemas específicos de cada sector económico.
Las políticas sectoriales constituyen uno de los instrumentos a aplicar conocido el
rendimiento actual de un sector y su rendimiento potencial, pueden permitir la reducción
de la brecha entre uno y otro garantizando el desarrollo de los sectores para los cuales
hayan sido concebidas. Antes de diseñar e implementar estas políticas es imprescindible
que los hacedores de la mismas hagan un estudio de los sectores económicos de la nación
para determinar en cuales se hace más necesario o más útil la aplicación de dichas políticas,
según ciertos criterios, entre ellos destacan el carácter estratégico de las actividades, ya sea
por su peso en el producto, exportaciones o empleo a nivel nacional y subnacional, la
intensidad en conocimiento, el potencial de incrementar la productividad o el dinamismo
del mercado internacional. (Peres, 2004). Se procederá a realizar una evaluación, poco
profunda, del estado actual de algunos de los sectores económicos más representativos de
Venezuela, que de alguna manera u otra cumplen con estos criterios.
Sector agropecuario
El sector se encuentra gravemente debilitado a pesar de que es clave para otorgar
abastecimiento alimentario a toda la nación. Las políticas implementadas referentes a este
sector en los últimos años no han sido muy beneficiosas, por ejemplo se tienen las políticas
de control de precios, las cuales no envían las señales correctas a los actores de la actividad
agropecuaria ya que no reflejan sus verdaderos costos de producción, causando que los
mismos incurran en pérdidas por lo que se ven desmotivados a continuar la producción;
esto termina por generar escasez y mayor dependencia de las importaciones, lo que aunado
a la actual falta de divisas deja al país en una situación compleja.
Para enfrentar los obstáculos que enfrenta el sector se debe considerar que Venezuela
forma parte de una serie de acuerdos regionales que podrían impedir la imposición de
políticas de protección contra las importaciones (Gutiérrez, 2007). De manera que, se deben
implementar otro tipo de políticas que permitan aumentar la competitividad de los rubros
agrícolas y pecuarios para que puedan enfrentarse en el mercado ante productos
importados, también se deben implementar políticas en miras a mejorar la calidad de vida
de las personas que habitan en el campo a través de mejoras
en la infraestructura,
principalmente en el sistema educativo y de salubridad, para así disminuir la migración
rural hacia las ciudades, donde terminan existiendo lugares marginalizados ya que el sector
privado y/o público no ofrece suficientes empleos para captar a todas estas personas
provenientes del campo y como resultado, el sector agropecuario se ve en una deficiencia
de mano de obra.
Sector minero y metalúrgico
Este es uno de los sectores no petroleros que tiene más peso como fuente de ingresos
del país, siendo sus productos más representativos la fundición, hierro, acero, aluminio y
manufacturados de este; en los últimos años la producción del sector ha retrocedido,
disminuyendo su participación en los ingresos del país. Esto se debe a causa del deterioro
que han sufrido empresas en el área, como SIDOR, C.A. La estatal, según fuentes no
oficiales, trabaja a un 26% de su capacidad instalada y es que la falta de insumos y
repuestos para maquinarias, una nómina abultada y problemas eléctricos han afectado la
productividad de la empresa.
Venezuela dispone de una amplia riqueza minera, aun así el sector está en crisis
afectando seriamente al sector construcción. Algunos creen que se debe revertir el proceso
de nacionalización, garantizar la libre iniciativa y las inversiones privadas mientras que
otros siguen creyendo en la nacionalización.
Sector Turismo:
Es claro que en términos económicos, debido al impacto que puede generar en
actividades
relacionadas
como
aeroportuarias,
portuarias,
construcción
y
telecomunicaciones generando puestos de empleo de forma directa e indirecta, el turismo es
una actividad altamente beneficiosa y desde luego, también desde el punto de vista
ecológico alentando a los gobiernos a promover actitudes de protección del ambiente. En
Venezuela, existen una variedad de ambientes (playas, selva, montañas) que pueden llamar
la atención a aquellas personas que busquen unas vacaciones de relajación o de aventura,
sin embargo, estas potencialidades no son explotadas. Según estadísticas de la OMT para
2013 la llegada de turistas internacionales a Venezuela fue de 986 mil personas siendo el
4to país menos visitado de Sudamérica, los primeros lugares siendo ocupados por Guyana,
Suriname y Bolivia, respectivamente.
Necesariamente, el gobierno venezolano y el sector privado deben cooperar para
fomentar una cultura turística en las zonas de interés en el país. El gobierno como
responsable de las obras públicas se ve obligado a mantener una infraestructura que
embellezca la zona turística y facilite el traslado, mientras que desde el punto de vista
privado, los hoteles y otras atracciones son un fuerte estímulo para los turistas. De esta
forma, es evidente la relevancia de la inversión pública y privada, a su vez de otras políticas
como, por ejemplo, el otorgamiento de beneficios fiscales por un período determinado a
hoteles internacionales, préstamos a pequeñas y medianas empresas con una iniciativa hacia
el desarrollo del sector, preservación de la cultura propia de una región y de su naturaleza,
capacitación en trato al turista, promoción a través de la mercadotecnia, entre otras, que en
un largo plazo pueden generar altos beneficios.
Sector Industrial
La falta de divisas, materias primas, repuestos para maquinarias y la inflación ha
golpeado fuertemente este sector, en especial a las pequeñas industrias. Para el cierre del
2014 las industrias más afectadas fueron la de papel y cartón conjunto con la de madera y
muebles según la “encuesta de coyuntura industrial” elaborada por CONINDUSTRIA; la
industria alimentaria también sufre los efectos de la crisis viendo su producción disminuida
lo que empeora la situación de desabastecimiento alimentario.
Se deben abandonar las políticas que atenten contra la iniciativa privada, y dirigir los
esfuerzos al fortalecimiento del diálogo público privado y a la implementación de aquellas
políticas que promuevan a pequeñas, medianas y grandes empresas, con énfasis en las que
sean intensivas en el empleo de mano de obra, como políticas de financiación,
desregulación, capacitación y formación de capital humano, promoción de exportaciones,
atracción de inversiones extranjeras, entre otras; que bien implementadas bajo un concepto
macroeconómico estable traerán resultados positivos a la economía en conjunto.
Sector Petrolero
La práctica del Fracking como método de extracción en Estados Unidos provocó un
aumento de la oferta mundial de petróleo causando la baja de los precios del petróleo que
ha afectado tanto a la economía venezolana. Además de esto, PDVSA,S.A ha reportado
caídas en la producción de barriles por día. Para 2013 la producción fue de 3 M(b/d) y para
2014 de 2.8M(b/d), bajo este panorama, el gobierno buscó apoyo en la República Popular
China obteniendo préstamos de esta, recientemente de 5000 millones $ con objetivo de
aumentar la producción petrolera en el país y los ingresos del mismo. Estos préstamos son
y serán pagados con envíos de barriles de petróleo, comprometiendo producción e ingresos
al país en el futuro, ingresos que no podrán ser usados para promover otras actividades
productivas.
Internamente, desde los eventos en las refinerías de Amuay y el Palito en el 2013 la
falta de inversión y mantenimiento en las mismas parecen ser incuestionables, se dan
continuas fallas en plantas de producción o unidades de conversión que afectan el
funcionamiento operativo de la empresa, por si fuera poco, las actividades sociales que
lleva a cabo la estatal la han desviado de sus funciones principales convirtiéndola en una
empresa ineficiente.
PDVSA está en decadencia, siendo uno de los factores causantes los bajos precios del
petróleo se debe tomar en cuenta que estos pueden volver a recuperarse, quizás no este año.
Algunos estudios estiman que el petróleo será reemplazado por otra energía
paulatinamente, apuntan que para el 2050 el petróleo todavía será una fuente de energía
importante pero compartirá el mercado con otras energías renovables como la eólica, solar,
biomasa, entre otras (Escenarios energéticos 2050 Shell, 2008). En el supuesto de que estas
estimaciones lleguen a ser ciertas, Venezuela aún tiene tiempo para continuar explotando la
actividad petrolera, por ello, PDVSA y empresas relacionadas deben administrarse
eficazmente teniendo claro las funciones de las mismas sin motivos políticos de por medio.
Sector Tecnológico
Un objetivo claro del gobierno nacional debe ser el desarrollo en materia tecnológica ya
que es transversal a todos los sectores, en este sentido, el gobierno debe impulsar la
investigación e inversión privada en la creación y transferencia de nuevas tecnologías.Los
avances tecnológicos permiten el aumento de la productividad de todos los actividades
económicas y de los niveles de vida de las personas. En distintas partes del mundo se
trabaja en robótica, biotecnología, nanotecnología, tecnología de comunicaciones e
información, diseño de ciudades inteligentes y un sinfín de cosas; la brecha tecnológica se
amplía cada vez más entre países desarrollados y subdesarrollados a su vez ampliando la
agenda de estrategias nacionales en este tema.
**
Antes de implementar políticas de tipo sectorial se debe superar la crisis actual para
que estas puedan llegar a producir verdaderos efectos en la economía pues como se ha
dejado en evidencia, ésta afecta la productividad de todas las actividades económicas así
como también el estilo de vida de la población. Otra consideración importante sobre las
políticas sectoriales es que los formuladores deben establecerlas en base a la capacidad de
las instituciones para la implementación de las mismas, y a objetivos cuantificables de
manera que en un tiempo estipulado se puedan evaluar los resultados de la puesta en
práctica de dichas políticas y determinar si estas fueron eficaces o no. En caso de que sean
eficaces, pueden incluso generar un impacto sobre el conjunto del sistema económico,
posibilitando la diversificación de la economía en un largo plazo.
La economía venezolana se enfrenta ante múltiples obstáculos, la forma de
superarlos se encuentra en un cambio hacia un modelo que garantice libertades económicas
y la reforma de las instituciones hacia unas de mayor calidad, de forma que se estimulen el
emprendimiento, la innovación, la creatividad, el trabajo, que se retenga el personal
calificado en el país dándole oportunidades de desarrollo y a su vez desestimule el
clientelismo, el nepotismo, la especulación en el cambio de divisas y en el tráfico de
mercancías; que de confianza a los habitantes, inversores privados nacionales e
internacionales al entender que las leyes son justas y los acuerdos amparados en esas leyes
son respetados; que todos los ciudadanos a través de mecanismos democráticos puedan
participar e intervenir en el accionar estatal sin distingo político. Esto, junto con la
implementación de políticas acordes a la consecución del crecimiento con un uso sensato
de los ingresos petroleros, y no con políticas de corto plazo que solo ofrecen una solución
temporal a problemas de orden estructural, prometen un incremento de los ingresos de la
nación, por tanto, la meta del aumento de los niveles de vida de la población se convierte en
un horizonte alcanzable al permitir que políticas sociales que buscan distribuir los recursos,
a través del suministro de servicios de salud, vivienda digna, educación de calidad y
seguridad, sean sustentables y generen efectos permanentes.
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