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Intervención del ingeniero Raúl M. Gutiérrez, Director General de Deacero y Presidente de la Canacero, en la comida de trabajo con el C. Secretario de Economía. Monterrey, N.L., 7 de septiembre de 2011. Señor secretario de Economía, doctor Bruno Ferrari, Representante del C. Presidente de la República; Señoras y señores delegados; Amigas y amigos: Sabido es por todos nosotros que la búsqueda de niveles superiores de competitividad se encuentra en el centro mismo de la economía contemporánea. Producir más y mejor, con menores costos, es requisito indispensable para conquistar mercados, conservarlos y acrecentarlos. Hay mucho que hacer para ser más competitivos como empresarios y ofrecer mejores productos a precios más competitivos, pero recordemos que la competitividad del país no sólo radica en la industria, sino también en el gobierno: En la eficiencia del cumplimiento de las leyes, en la infraestructura que provee, en la carga administrativa de la burocracia y en los servicios que proveen los monopolios estatales. La sana competencia anima y estimula el desarrollo económico y el bienestar de las naciones, pero el crecimiento y la generación de empleo suficiente requiere de una participación activa y coordinada entre el Estado y los factores de producción. Desde nuestra perspectiva, se trata de generar condiciones adecuadas para fomentar la productividad y, en conjunto, lograr una mayor competitividad del sistema económico. El concepto clave para definir este propósito es corresponsabilidad, de manera que cada quien realice la tarea que le corresponde, sin renunciar a sus responsabilidades y tareas. Los empresarios no hemos eludido la sana competencia. De hecho, hemos sido actores clave en el proceso de apertura de nuestra economía. En su momento, apoyamos el ingreso de México al GATT y la suscripción de tratados de libre comercio. Más aún, en las negociaciones con Canadá y los Estados Unidos, Canacero participó activamente, mediante el mecanismo que se denominó “El cuarto de al lado”. Gracias a este instrumento se estableció una estrecha concertación entre los negociadores y los representantes de las diversas ramas productivas. En este contexto, la industria siderúrgica de la región NAFTA creamos un Comité, el NASTC, que es modelo de coordinación y diálogo entre la industria y los gobiernos de Canadá, Estados Unidos y México con la finalidad de buscar estrategias comunes para elevar la competitividad de la industria y fortalecer los lazos de cooperación regional. En los 25 años transcurridos desde el ingreso al GATT la industria, y la siderúrgica en particular, ha realizado un enorme esfuerzo para modernizarse y competir eficazmente. 1 Hoy en día tenemos una capacidad instalada de 22 millones de toneladas de acero y, aunque nuestra producción aún no regresa a los niveles previos a la crisis económica de 2008, la industria siderúrgica de México mantiene su compromiso con la inversión y el empleo. En el periodo 2010 – 2014 invertiremos 11 mil 500 millones de dólares con los cuales se generarán 100 mil nuevas plazas de trabajo que se sumarán a los 550 mil empleos directos e indirectos que hoy tiene nuestra cadena productiva. La industria siderúrgica de nuestro país se encuentra en el número 13 del mundo por nivel de producción, pero lamentablemente hemos perdido peso a nivel mundial, ya que en los 90 representábamos 1.51% en promedio de la producción mundial y en la actualidad representamos 1.37% en promedio. En materia de sustentabilidad, aunque no lo crean, nuestras emisiones de carbono por tonelada de acero producida nos colocan como una de las industrias más limpias del mundo, superando a industrias de países desarrollados como Japón, Alemania o China. La industria siderúrgica mexicana genera 1.3 toneladas de CO2 por tonelada de acero producida, en tanto que la media mundial es de 1.9 toneladas. Para nosotros la sustentabilidad no sólo es una cuestión de responsabilidad social, sino es eje de nuestros modelos de negocio. Somos el más importante reciclador de residuos en el país y uno muy importante a nivel mundial. En materia comercial, somos actores clave en el proceso de globalización de nuestra economía. Exportamos el 32.9% de la producción y el 33.8% del consumo nacional es de productos de importación, lo cual muestra el alto nivel de competencia que prevalece en nuestro mercado. Estamos abiertos con 48 países del mundo con los que México tiene suscritos tratados o convenios de reciprocidad. En una palabra, somos una industria competitiva y abierta al mundo. Estamos plenamente a favor del libre comercio leal, pero quiero ser muy claro: No estamos de acuerdo con el libre comercio desleal, ni mucho menos con la apertura indiscriminada y unilateral, sobre todo, con países que no juegan con las mismas reglas del mercado. Grandes economías mundiales como las de los BRICs están liderando el crecimiento a nivel mundial, gracias a sus políticas industriales bien instrumentadas que les han dado una gran capacidad transformadora para generar bienes con valor agregado que exportan a todo el mundo. Lo anterior está generando, desde hace algunos años, un nuevo entorno en el orden económico internacional. Nuestra relación con estos países no debería basarse sólo en la importación de productos manufacturados, como hoy sucede. Deberíamos de aprender mucho de lo que están haciendo bien estos países para generar nosotros, aquí, el crecimiento económico y los empleos que demanda nuestra sociedad. 2 Les pongo el caso de la relación económica México-China: En los últimos diez años, las importaciones chinas de productos manufacturados (la gran mayoría con contenido de acero) pasaron de 3 mil millones a la exagerada cifra de 45 mil millones de dólares, con un crecimiento promedio anual en ese periodo de 30%, que han generado, en parte, el proceso de desindustrialización en nuestro país, ya que el peso de las manufactureras en el PIB nacional en los últimos diez años, ha perdido tres puntos porcentuales, y hemos perdido en este mismo lapso 700 mil empleos en la manufactura. ¿Qué esto no es razón suficiente para comprobar el daño que está sufriendo la planta productiva nacional? Y por si fuera poco, esas importaciones son de las que sabemos y están registradas, porque es un hecho que la triangulación, la sub valuación y el comercio ilegal siguen siendo graves flagelos que afectan nuestra economía, y hacen que estos número crezcan aún más. No podemos cerrarnos a esta realidad y pensar que las herramientas del pasado nos servirán en el futuro. Señoras y señores: el mundo cambió. El proceso de apertura que nuestro país inició a fines de la década de los ochenta requiere un nuevo impulso modernizador, a partir del reconocimiento de esta nueva realidad. El sistema de remedios comerciales con el que hoy contamos para hacer frente a este nuevo entorno, simple y sencillamente es insuficiente. Ante esta realidad, es ilógico pensar que con salvaguardas y casos anti dumping vamos a resolver oportuna y eficazmente el problema derivado de estas gigantescas oleadas de productos manufacturados que están entrando a nuestro país de manera desleal. Este tipo de herramientas son muy costosas y nada ágiles. Debemos decirlo con toda claridad: No son ni podrán ser eficaces para remediar problemas tan grandes en las relaciones comerciales. Pretender resolver esta este nuevo entorno del comercio mundial con salvaguardas y casos antidumping, sería como tratar de curar un cáncer con una aspirina. Nosotros, los industriales mexicanos, podemos competir contra cualquier empresa, y de hecho lo hacemos. Pero lo que no podemos hacer es competir contra el capitalismo de Estado, fundado en empresas públicas, enormes subsidios, barreras arancelarias y no arancelarias, política industrial, prácticas comerciales inescrupulosas, monedas sub valuadas, exenciones y devoluciones de impuestos, etcétera. Simple y sencillamente, el campo no es parejo. Pedimos que haya apertura para observar, reconocer y actuar conforme a lo que está pasando en el mundo. Debemos ser capaces de identificar aquellas medidas oportunas y eficaces que sí podemos tomar en beneficio de nuestra planta productiva nacional, y tener valor para adoptarlas. 3 Nuestra principal preocupación es el pobre crecimiento y la escasa generación de empleos que hemos tenido en la última década, que ha sido menor del 2% promedio, con una generación de menos de 500 mil empleos anuales, cuando lo que el país requiere es más de un millón. Cuando nos preguntamos por las causas de la delincuencia e inseguridad que hoy vivimos, es imposible dejar de hacer referencia al problema del bajo crecimiento económico y escasa generación de empleo. En diversas ocasiones hemos escuchado sobre la importancia de preservar el reconocimiento de México en la organización mundial del comercio. Estamos de acuerdo. Sin embargo, pensamos que el verdadero reconocimiento y respeto que tendrá nuestro país en el plano internacional, lo obtendremos cuando resolvamos nuestros graves problemas de corrupción, ilegalidad y falta de crecimiento; y no sólo por cumplir escrupulosamente las normas de comercio de la OMC. Señores: Que lo importante, no nos haga perder de vista lo fundamental. Es correcto y deseable buscar la defensa del consumidor. Pero igualmente importante es desarrollar la capacidad para generar más crecimiento y empleo aquí en nuestro país, y no en Asia, y eso se logrará con un mercado interno más fuerte; con más inversión y más crecimiento. Los invito sumarse a esta reflexión para definir, juntos, gobierno, empresarios y académicos ¿Qué implica competir sin un acuerdo de reciprocidad, contra una economía, que en diez años, ha logrado aumentar sus exportaciones a México en 1,200%? Nuestro país registra hoy la mayor asimetría del mundo en la relación comercial con China. Cegarnos a esta realidad sería absurdo e indolente. En el pasado se decía con gran autoridad y autosuficiencia que “la mejor política industrial es que no haya política industrial”. Hemos seguido esta receta al pié de la letra por muchos años y los resultados están a la vista: Un promedio de crecimiento muy bajo, de menos del 2% en los últimos diez años; Una caída de tres puntos porcentuales del peso de la manufactura en el PIB Nacional, que pasó de 20% a 17% también en esta década; 700 mil empleos perdidos y 15 mil empresas cerradas; Un bajísimo crecimiento de la rama metalmecánica, que en diez años sólo creció 0.1%. Y todo esto, acompañado de una insuficiente generación de empleos, que ha sido compensada con una economía informal que crece a tasas galopantes y que ya representa, según diversos estudios, el 30% de la Población Económicamente Activa. En una palabra: un grave proceso de Desindustrialización. Creo que hoy, la situación del comercio mundial y lo que hemos escuchado hasta ahora en este congreso dan cuenta del anacronismo de este axioma que llegó a ser incuestionable. 4 Hago un llamado respetuoso a reconocer esta nueva realidad y despojarnos de dogmas y atavismos ideológicos, que son enemigos de la prosperidad. Hoy, las naciones competimos comercialmente en un nuevo campo de batalla. Las reglas han cambiado. Debemos ser capaces de mirar el entorno y darnos cuenta que la apertura comercial, por sí sola, no resolverá nuestros problemas de crecimiento, y mucho menos lo hará la apertura indiscriminada y desleal que NO nos está dando resultados. Es cierto que el país tiene que hacer reformas y que aún están pendientes en el campo político, laboral, energético, fiscal, etcétera. Pero eso, por sí solo, tampoco resolverá nuestros problemas, porque el cambio más profundo que debamos realizar está en el nivel de la consciencia. La apertura no puede reducirse a garantizar el libre flujo de mercancías. Esto jamás ha resuelto, ni resolverá por sí solo el problema de la falta de crecimiento. La política comercial tampoco es una variable autónoma en la conducción del país. Por el contrario, es un instrumento que debe manejarse con flexibilidad y reciprocidad para responder, tanto a la cambiante situación internacional, como a las exigencias que plantea el desarrollo de México. Indudablemente, el desempleo y la inseguridad son producto del débil crecimiento de la economía y debemos preguntarnos ¿En qué medida estos bajos niveles de crecimiento son consecuencia del manejo actual de la política comercial? En este sentido, nuestro planteamiento es muy claro: estamos a favor de la apertura comercial LEAL, más no estamos de acuerdo con la apertura de comercio desleal. Queremos jugar en una cancha pareja y que exista reciprocidad. Lograr que otros países sean respetuosos de las reglas internacionales de comercio, no está en nuestras manos. Pero lo que sí está en nuestras manos es el diseño y aplicación de políticas públicas que permitan adaptarnos con eficacia y oportunidad al nuevo entorno del comercio mundial, y generar crecimiento y empleos suficientes. Cuando lo defendido se convierte en dogma, el pensamiento se congela y se aleja de la verdad. La verdad debe de ser la síntesis de una interacción DIALÉCTICA entre opiniones distintas. No en vano el padre del liberalismo económico, John Stuart Mill apuntó que sólo a través de la diversidad de opiniones puede abrirse paso a la verdad. Desde su perspectiva filosófica, la libertad implica garantizar que la diversidad sea tolerada e integrada en el común debate que garantiza la paz y el progreso. Arribemos juntos a una nueva comprensión de los problemas económicos y sociales que hoy enfrentamos, y cuyos resultados están a la vista de todos. Del conflicto inevitable entre posiciones opuestas puede engendrarse una nueva visión, siempre y cuando exista tolerancia y generosidad; humildad y compromiso. Agradecemos y reconocemos, señor secretario, sus continuos llamados al diálogo. Pero debemos estar conscientes de que el diálogo debe ser constructivo, y eso implica compromiso. 5 Los empresarios industriales no queremos que el gobierno “haga lo que se nos dé la gana” como recientemente se ha dicho. Lo que los empresarios mexicanos exigimos, con respeto, pero con firmeza, es que cumplan con su compromiso de corresponsabilidad para generar mayor crecimiento en la economía y suficientes empleos para los mexicanos. Los nuevos tiempos exigen de apertura para entender el entorno y lograr una exitosa adaptación. Esta ha sido la regla de la supervivencia, tanto para los organismos como para las sociedades. Esa, es la historia de la evolución. En el año 2000, el cambio fue una poderosa idea que ayudó a consolidar la transición política a partir de la movilización de millones de mexicanos que dieron un voto de confianza a la democracia. Hoy, el mundo está cambiando rápidamente, y nosotros, nos estamos quedando rezagados en la autocomplacencia del control de las variables macroeconómicas, y en la justificación y búsqueda de responsables. Todo esto con tasas de crecimiento menores al 2%, que no alcanzan para sacar de la pobreza a 50 millones de mexicanos. El buen manejo de la macroeconomía es un elemento indispensable que reconocemos y aplaudimos, pero no es suficiente para lograr lo que necesitamos. Mi mensaje está orientado a hacer un llamado a que retomen el liderazgo del cambio a partir del optimismo, pero también de la humildad; reconociendo lo que sí ha funcionado y debe continuar; pero modificando aquello que simple y sencillamente no nos está dando resultado. La DICOTOMÍA liberalismo versus proteccionismo hoy está superada, y la síntesis debe ser un nuevo modelo de coordinación entre los factores de producción y el Estado, para poder generar los empleos que requerimos aquí en México, y no en Asia. Cuando se abrió la economía mexicana al exterior, y se suscribieron los tratados de libre comercio, se cuidó de incluir las disposiciones contra las prácticas desleales de comercio. Gracias a ello, la economía mexicana pudo crecer sustancialmente, en condiciones de competencia leal; no así, cuando se han roto los compromisos en forma unilateral. Ante situaciones como ésta, los Estados afectados deben responder oportuna y eficazmente. Lo están haciendo nuestros hermanos brasileños y colombianos, países que junto con México fueron objeto de estudio del trabajo sobre desindustrialización de Canacero, que más adelante les compartirá el Dr. Germano Mendes de Paula. Ambos países están tomando medidas muy puntuales para adaptarse a esta nueva realidad. Y estos países lo han hecho porque no hay indicio alguno de que el Capitalismo de Estado en China y las políticas de apoyo a la industria de otros países vayan a desaparecer. Más aún, los planes anunciados por el gobierno Chino advierten que, de ahora en adelante, su objetivo estará centrado en aumentar más sus exportaciones de bienes 6 manufacturados con alto valor agregado, y esto pretenden lograrlo mediante políticas industriales bien definidas para aquellos sectores que consideran estratégicos, como el acero. Necesitamos contar con insumos energéticos a precios competitivos. Por más productivos que seamos, no podemos competir exitosamente cuando pagamos la energía eléctrica 50% más cara que nuestros principales socios comerciales. No podemos competir exitosamente, cuando la debilidad de nuestro sistema de procuración e impartición de justicia eleva la incertidumbre y provoca las pérdidas cuantiosas por robos, ya sea de materias primas o productos terminados. La competitividad es una tarea conjunta que tenemos que afrontar con decisión y compromiso, gobiernos e iniciativa privada. Se trata de una tarea que implica una gran corresponsabilidad y disposición a trabajar en equipo. La grave inseguridad que hoy padecemos está asociada a toda esta problemática de desempleo y falta de opciones para millones de mexicanos, por lo que me atrevo a decir que, desde nuestra perspectiva, el saldo en materia de desempleo y pobreza asociado de alguna forma al manejo de la política comercial, se ha constituido ya en un problema de seguridad nacional. Señor Secretario: Nuestra apuesta no es por la descalificación, ni mucho menos una vuelta al pasado proteccionista. Nuestra apuesta es a construir, en conjunto, una visión de futuro acorde a las nuevas circunstancias del entorno económico mundial Una visión de país a tono con lo que hemos podido lograr y lo que no hemos logrado; una visión de país que nos ayude a construir no sólo nuevas fuentes de trabajo, sino a reponer las que hemos dejado de crear. Nos preocupa nuestro sector manufacturero porque es en el que trabajamos, pero más preocupante es la falta de crecimiento y generación de empleo que está asociada a esta pérdida de dinamismo en el sector. Está demostrado: Los países que han logrado salir de graves crisis, lo han hecho apoyando a su industria. Y lo estamos viendo nuevamente hoy: Los países que van a liderar el crecimiento económico en los próximos años, son aquellos que están impulsando decididamente a sus industrias. Es mucho lo que está en juego. Es nada menos que el futuro del país que se ve amenazado por el desánimo de unos, y la desesperación de otros, con resultados que están a la vista. No podemos ni debemos cegarnos a la realidad, en aras de mantener el ánimo y ganar voluntades. Gobierno y sociedad necesitamos sumar esfuerzos y trabajar en equipo para superar las adversidades. Lo hemos hecho en el pasado y sabremos hacerlo ahora. Como empresarios, tiene nuestro compromiso de que seguiremos hablando con respeto y franqueza, orientados siempre por la búsqueda de mejores horizontes de desarrollo para nuestro país. Así, gana México y ganamos todos. 7 Agradezco señor Secretario, que nos haya acompañado en esta reunión y haya escuchado nuestros planteamientos. Muchas gracias. 8