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RESEÑA HISTÓRICO-ECONÓMICA DE SANTANDER
Santander es Mi Marca
I. CARACTERISTICAS PRODUCTIVAS PRECOLOMBINAS.
En la primera mitad del Siglo XVI, cuando los sorprendió la conquista española, los habitantes del actual
territorio Santandereano, estaban divididos en varios grupos de indígenas: Los Guanes, desde Vélez a Bucaramanga. Sobre las riberas del río Magdalena estaban los Yariguies, Carares y Agataes. En García Rovira,
estaban los Chitareros. Los Guanes y los Chitaresos fueron los pueblos que modelaron el ancestro santandereano: la sobriedad, la honradez, la seriedad y el trabajo.
Los primitivos habitantes de la región fueron pueblos laboriosos. Los Guanes, agricultores, diestros hiladores
y tejedores. Desarrollaron igualmente la alfarería y el intercambio comercial con sus vecinos.
II. LA ECONOMÍA COLONIAL A LO LARGO DE LOS SIGLOS XVI Y XVII.
- La economía provincial o comúnmente denominada Colonial que se estableció en los territorios que conforman el actual Departamento de Santander, lo hizo en la región de Vélez, Pamplona, Girón, San Gil, Ocaña y
El Socorro.
- La primera invasión a tierras santandereanas, la hizo un grupo de españoles comandados por el alemán
Ambrosio Alfinger, en 1532. Martín Galeano, el 3 de julio de 1539, fundó Vélez. Dominadas las tribus, los
Capitanes procedieron a repartir las tierras, entre los más meritorios soldados, creándose el sistema de los
resguardos y las encomiendas. Los indios de toda una comarca quedaban bajo el padrinazgo espiritual del
encomendero. La propiedad absoluta era del Rey y el goce propio de los tributos lo tenía el encomendero.
- Las nuevas instituciones y usos económicos, además de los inusuales ritmos de trabajo, la explotación y los
desplazamientos forzosos a las minas y haciendas hirieron de muerte los pueblos indígenas y sus economías.
Florecieron nuevas formas de explotación. Parte de la tradición económica prehispánica como la agricultura
y producción de tejidos, pudo mantenerse. Emergieron las haciendas, los cañadulzales y trapiches en Vélez
y los trigales y molinos en Pamplona.
- La minería: El Río de Oro, descubierto por Alfinger en 1532, fue explorado en 1547 por el Capitán Gregorio Suárez de Deza, quien reconoció la riqueza de sus aluviones. Las minas de Suratá y del Páramo Rico,
Alta, Baja, Vetas, La Montuosa fueron también campo de una febril actividad. El Agro: Junto con el laboreo
de las minas, los indígenas se ocupaban de sus antiguas industrias. Seguían cultivando el algodón y fabricando las famosas mantas guaneras, además de las alpargatas de fique. Los españoles no se descuidaban en el
propósito de hacer prosperar sus haberes, con la ganadería y el agro. El ciclo del oro no fue muy largo. Para
mediados del siglo XVII la abundancia de indios y de oro y el esplendor de Vélez y Pamplona no eran más
que un recuerdo.
III. EL SIGLO XVIII & LA NOTORIA DINÁMICA ECONÓMICA.
- Hacia 1750, se encuentra una notable transformación del panorama de la tierra santandereana. Se hallan
fundadas cerca de 28 poblaciones y la explotación del trigo, del cacao, del añil, del algodón, de las mieles y
azúcares y del tabaco representaban fuentes de economía y desarrollo.
- El proceso de mestizaje fue relativamente rápido y general en esta tierra, lo que hizo que la población hubiese logrado cierta homogeneidad desde tiempos muy tempranos e hizo del elemento indígena puro como algo
no observable, solo quizás en algunas características tradicionales de las costumbres.
- El período que va de 1780 a 1810, se denominaría la “Época Precursora”. En este lapso se suceden acontecimientos que van preparando y precipitando el movimiento autonómico de la revolución de Independencia.
Los pueblos indígenas conquistados se sometieron al tributo, en calidad de vencidos, pero parecieron no
someter su alma a las arbitrariedades del vencedor. Aunque perdidas, existen reseñas históricas de varios
levantamientos de los indios contra la injusticia y la explotación. Entre otros, el levantamiento del Cacique
Chanchón y la sublevación de los indios lavadores del Río de Oro.
- El más importante movimiento contra el régimen colonial, lo constituyó en esta tierra la Rebelión de los
Comuneros. Hacia mediados del siglo XVIII, el actual departamento de Santander constituía un territorio en
el cual la agricultura y la pequeña industria habían logrado un desarrollo considerable. En 1780, el pueblo
estaba agobiado por la carga de impuestos. Veintinueve de ellos recaían sobre el comercio exterior, la agricultura, la minería e industria en general, las transacciones, los monopolios, los tributos personales, etc.
- El 29 de octubre de 1780, ocurre el primer motín contra los guardas de las rentas. Pocos días después se
rebeló Charalá, Simacota, San Gil, Barichara, Pinchote y Guadalupe. El 16 de marzo de 1781, ocurren en el
Socorro. El fuego de la insurrección iba llegando a regiones como Sogamoso, Casanare, Norte de Santander,
Venezuela, Antioquia. A una dimensión creciente, por todas partes se fue alzando la protesta contra los tributos y el mal gobierno. Un día del año de 1781, partieron del Socorro los comuneros de la provincia. Fueron
engrosando la expedición a su paso por los pueblos. Acamparon en Zipaquirá veinte mil hombres. Las autoridades Santafereñas enviaron delegados a dialogar con ellos y aceptaron unas capitulaciones. El indulto no
se cumplió para José Antonio Galán, para Ortiz, Alcantuz y Molina, y volvió a pesar la mano del Gobierno
Español.
- La idea revolucionaria no se ahogó en la sangre de los cabecillas comuneros. En el mes de julio de 1810,
tras más de una década de la difusión de las ideas de autonomía en los nacientes periódicos nacionales y de
las letras entre el criollismo neogranadino, se dieron tres movimientos revolucionarios en Santander: el de
Pamplona el 4; el del Socorro el 10 y el de Girón el 30. La jornada revolucionaria del 10 de julio de 1810,
fue génesis de la independencia santandereana y suceso de influencia decisiva en la revolución santafereña
del 20 de julio.
IV. LA APERTURA ECONÓMICA DEL SIGLO XIX.
- El Estado Federado de Santander, fue creado por la Ley del 13 de mayo de 1857, contemplando el territorio
que hasta entonces tenían las provincias de Pamplona y Socorro. Seis años después, este Estado se hizo Soberano, conforme a la Carta de Rionegro. Desde el 7 de septiembre de 1886, se redujo a la condición de departamento de la República de Colombia, con el asentamiento definitivo del sistema centralista en el país. A
partir del 20 de julio de 1910, este grupo humano se redujo territorialmente, cuando se erigió un nuevo departamento del que tradicionalmente llevó su denominación, comenzando a existir legalmente los dos departamentos de Santander, el del sur, denominado simplemente como Santander, y el del norte, Norte de Santander.
- El 11 de noviembre de 1857, los legisladores reunidos en Pamplona, le dieron a los Santandereanos su
primera Carta Constitucional. Como atributos, se definieron los de igualdad de derechos individuales ante la
ley, extendidos a la vida, la libre expresión del pensamiento, la libertad para profesar cualquier culto religioso, la asociación con otros, la libertad de industria, la seguridad personal, la propiedad, la inviolabilidad del
domicilio y la correspondencia, así como el derecho a la defensa en juicios por jurados y la libertad de enseñanza.
- Santander fue una tierra de perpetua convulsión a lo largo del siglo XIX. Levantamientos y guerras civiles
se sucedieron en el marco nacional, hasta la Guerra de los Mil Días, iniciada el 17 de octubre de 1899 en
Santander y que terminó en el mismo territorio el 21 de noviembre de 1902, con la batalla de Palonegro.
- Consolidada la Independencia, los orientadores de la política y la economía se enfrascaron en una discusión
sobre la necesidad del proteccionismo o del libre cambio. En Santander el movimiento económico siguió
ampliándose a todo lo largo del siglo XIX, a pesar de las continuas guerras que azotaron el territorio. En
1821, se siembraron las primeras pepas de café en Santander. El cultivo de este ramo de la economía tomó
gran auge en los años de 1860 a 1870. El cacao y el tabaco tenían gran prestigio. Se cultivaba el algodón, la
caña de azúcar, el arroz, el añil, la quina y el fique. Se desarrolló la pequeña industria manufacturera, con los
tejidos. La industria de los sombreros, llamados jipijapas, tuvo una época de gran prosperidad en el siglo
XIX.
- El triunfo del libre cambio a mediados del siglo XIX, tuvo efectos diferenciados sobre los sectores en que
se dividía la producción artesanal:
1848 – 1858: Decadencia de los tejidos de algodón.
1850 – 1875: Auge de los sombreros jipijapa.
1850 – 1920: Auge de los costales de fique
Naturalmente, la quiebra de los textiles significó la ruina para numerosas familias de agricultores y artesanos.
Con el triunfo del libre comercio, amplios sectores de la economía santandereana debieron orientarse hacia
la explotación y comercialización de productos agrícolas, con una mayor demanda en el mercado internacional.
Los ciclos de bonanza de cada producto podrían sintetizarse así:
1848 – 1875: Auge del tabaco
1860 – 1882: Auge de la quina.
1865 – 1030: Auge del café.
El ciclo del café se constituyó en un sólido puntal del desarrollo económico regional santandereano. Desafortunadamente, las guerras civiles y la falta de infraestructura vial privaron a Santander a comienzos del siglo
XX, de un lugar de privilegio en la producción cafetera nacional. Los más beneficiados por la apertura fueron
los intermediarios del comercio y el sector financiero.
V. LAS INICIATIVAS DEL SIGLO XX.
Este siglo no tuvo un comienzo generoso para Santander, por su compromiso en la Guerra de los Mil Días.
Los efectos sobre la economía y la población fueron desastrosos. Gran parte de los pioneros industriales y
cabezas de familia perecieron en la guerra civil, dejando huérfanos los obrajes y los destinos de las familias
santandereanas. El progreso intelectual, industrial y experiencial de la región pareció estancarse, su progreso
se enmarcó en una situación relativa en la que se modificó drásticamente el rumbo de la tradición económica
y familiar.
Terminada la Guerra, vino para Santander una decadencia política y las posibilidades de crecimiento, comenzaron a descender en términos relativos.
Ya en 1920, se inició la explotación petrolera. En poco tiempo, Barrancabermeja se convirtió en un activo
puerto petrolero y más tarde en la sede de la primera refinería nacional.
En Santander, se concentró la elaboración de cigarros y cigarrillos.
En Suáita, se desarrollan actividades agropecuarias y manufactureras. En 1910 se creó la Fábrica de Tejidos
de San José de Suáita, una fábrica de hilados y tejidos de algodón, proyecto imaginado por Lucas Caballero
Barrera. Intentaron procesarse el cacao y el trigo, pero el proyecto resultó infructuoso. El 2 de febrero de
1981, fueron suspendidas para siempre las actividades de la fábrica de hilados y tejidos.
La Violencia retornó al territorio en 1946, desatándose las grandes migraciones rurales a los centros urbanos.
En 1947, la Cooperativa, el Sindicato, la Asociación, en diversas formas, fue desmoronando a la vieja costra
individualista y egocéntrica de la economía regional, y se va ya poniendo al descubierto el auténtico carácter
santandereano, aquel humano, cordial, sensible, vinculado a la tolerancia y generosidad.
Especialmente alrededor de la segunda mitad de siglo, surgió la agroindustria y se produjo una alta concentración del empleo industrial la capital departamental, Bucaramanga, donde predominó, en el desarrollo
industrial, la producción de bienes de consumo, de alimentos, bebidas, textiles, tabaco, entre otros.
La historia de la industria en Santander está ligada a Pedro María Buitrago, quien habría de marcar el ritmo
de la industria en Santander. Están vinculados a ese proceso Isaías Soler, comerciante y transportador de San
Gil, Guillermo Ronderos Durán, Gustavo Liévano Fonseca, Saúl Díaz Sarmiento y Zoilo Guarín Plata, entre
otros.
Se desarrolló la industria del cemento, las cervezas, alimentos, confecciones y la metal mecánica.
Hasta 1980, la industria mostró un relativo crecimiento, año a partir del cual la estructura industrial se deprimió sustancialmente, hasta llegar al cierre de más de cien factorías. Incidieron en esta situación las políticas
monetarias restrictivas y los ajustes macroeconómicos adoptados por el gobierno, además de la apertura de
la economía impulsada por el presidente Carlos Gaviria, en la década de los noventa.
VI. EL SIGLO XXI: UNA REFLEXIÓN POLÍTICA
A septiembre de 2014, el Departamento de Santander tenía 72.057 empresas inscritas en la Cámara de
Comercio, de las cuales el 53.57% son menores de tres años.
Las exportaciones en el primer semestre 2013-2014, bajaron 7.9 % y las importaciones crecieron en un
17.0%. Si miramos las exportaciones, excluyendo el petróleo y sus derivados, la situación es bastante dramática. Estas disminuyeron en 34. 9 %. Venezuela redujo fuertemente su nivel de compra en un 78.74 %, aunque
este país se mantuvo como primer destino de las exportaciones no petroleras. En éste periodo, el cacao fue
uno de los bienes de mejor dinámica durante el 2014, aumentando sus exportaciones en un 71%.
La composición de los productos de exportación y su participación, a 2014, es la siguiente: Café, petróleo y
sus derivados son el 90.3%, el resto de productos es solo el 9.7%. Dentro de esta misma composición, de las
exportaciones en el primer semestre 2013-2014, el café, petróleo y sus derivados crecieron en un 11,6% y el
resto de productos disminuyeron en un 56.2%.
La Violencia retornó al territorio en 1946, desatándose las grandes migraciones rurales a los centros urbanos.
En 1947, la Cooperativa, el Sindicato, la Asociación, en diversas formas, fue desmoronando a la vieja costra
individualista y egocéntrica de la economía regional, y se va ya poniendo al descubierto el auténtico carácter
santandereano, aquel humano, cordial, sensible, vinculado a la tolerancia y generosidad.
Especialmente alrededor de la segunda mitad de siglo, surgió la agroindustria y se produjo una alta concentración del empleo industrial la capital departamental, Bucaramanga, donde predominó, en el desarrollo
industrial, la producción de bienes de consumo, de alimentos, bebidas, textiles, tabaco, entre otros.
La historia de la industria en Santander está ligada a Pedro María Buitrago, quien habría de marcar el ritmo
de la industria en Santander. Están vinculados a ese proceso Isaías Soler, comerciante y transportador de San
Gil, Guillermo Ronderos Durán, Gustavo Liévano Fonseca, Saúl Díaz Sarmiento y Zoilo Guarín Plata, entre
otros.
Se desarrolló la industria del cemento, las cervezas, alimentos, confecciones y la metal mecánica.
Hasta 1980, la industria mostró un relativo crecimiento, año a partir del cual la estructura industrial se deprimió sustancialmente, hasta llegar al cierre de más de cien factorías. Incidieron en esta situación las políticas
monetarias restrictivas y los ajustes macroeconómicos adoptados por el gobierno, además de la apertura de
la economía impulsada por el presidente Carlos Gaviria, en la década de los noventa.
VI. EL SIGLO XXI: UNA REFLEXIÓN POLÍTICA
A septiembre de 2014, el Departamento de Santander tenía 72.057 empresas inscritas en la Cámara de
Comercio, de las cuales el 53.57% son menores de tres años.
Las exportaciones en el primer semestre 2013-2014, bajaron 7.9 % y las importaciones crecieron en un
17.0%. Si miramos las exportaciones, excluyendo el petróleo y sus derivados, la situación es bastante dramática. Estas disminuyeron en 34. 9 %. Venezuela redujo fuertemente su nivel de compra en un 78.74 %, aunque
este país se mantuvo como primer destino de las exportaciones no petroleras. En éste periodo, el cacao fue
uno de los bienes de mejor dinámica durante el 2014, aumentando sus exportaciones en un 71%.
La composición de los productos de exportación y su participación, a 2014, es la siguiente: Café, petróleo y
sus derivados son el 90.3%, el resto de productos es solo el 9.7%. Dentro de esta misma composición, de las
exportaciones en el primer semestre 2013-2014, el café, petróleo y sus derivados crecieron en un 11,6% y el
resto de productos disminuyeron en un 56.2%.
La industria viene siendo uno de los sectores más afectados, al demostrar la disminución de sus ingresos.
Cada día, con la firma de nuevos Tratados de Libre Comercio, la industria nacional se resiente. Directa o indirectamente, las posibilidades de crecimiento de los empréstitos locales y regionales se dificultan una enormidad, por la alta competencia en calidad y logística de las cadenas internacionales, adjunto a la falta de organización económica regional a nivel oficial y privado. Las pequeñas empresas con éxito son vendidas a empresarios internacionales y las pocas empresas con tradición, se reducen a industrias familiares y sociedades
cerradas.
Hay dificultades en el sector de autopartes, manifiesto ya con el cierre de la planta de producción de Mazda.
En la región, la disminución de las exportaciones y las ventas que se vienen haciendo de las empresas Santandereanas, como Lechesan y Freskaleche en el sector lácteo, hacen imposible competir ante mercados ampliamente subsidiados, de las multinacionales. Ante la presión de los mercados externos, sin que exista una política que defienda la producción nacional, a pesar de mantener altos niveles y calidad en la producción, la idea
misma de empresa propia está perdiendo su valioso sentido.
El país no cuenta con una infraestructura adecuada. No existe un mapa de vías eficiente, no existen líneas de
tren para transporte a granel y el río Magdalena aun no es navegable, para conexiones directas con el transporte y mercado marítimo. Incluso ni el famoso puerto multimodal, en Barrancabermeja, se ha podido consolidar en Santander, en una idea de lo multimodal que aún le cuesta un trabajo inmenso dimensionar al país.
El gobierno le ha apuntado a un modelo que se sustenta en la minería. El impacto generado por la baja del
precio del petróleo a nivel mundial, está generando una falta de dimensión para responder a la coyuntura
generada por la disminución de los recursos de inversión, ante la falta de una claridad en la política de desarrollo de la industria.
La corresponde a los entes estatales iniciar un proceso de reconvención del modelo. Los recursos naturales
son finitos. No solo se acaban, sino que en el proceso de explotación se viene deteriorando el medio ambiente
en una forma acelerada, sin que los responsables elaboren informes del impacto generado. Esta situación ha
propiciado a nivel nacional un descontento de la sociedad, que se viene manifestando con movimientos
sociales en todo el país.
Se tiene que mirar la industria. Es la única alternativa para tener un desarrollo con muchas más expectativas,
que amplíe las posibilidades de mano de obra calificada, genere condiciones de trabajo dignas y posibilite
mejores condiciones de vida. Generando un uso responsable de los recursos propios.
La defensa de la producción nacional debe ser una prioridad para la sociedad misma. La exigencia por una
mejor infraestructura, por una educación de calidad, por la integración Universidad-Empresa-Estado, son
eventos que propicia el desarrollo de la investigación localizada en las realidades regionales y nacionales, la
innovación y el emprendimiento. Constituyen los ejes en el contexto de un modelo que propicie el desarrollo
fundamentado de una industria nacional sólida y dinámica.
SANTANDER ES MI MARCA
Es necesario que en la región y el país se tome conciencia sobre el papel que juega la industria regional y
nacional. Propiciar un sentido de pertenencia, apoyar el sector productivo propio es una tarea que se debe
emprender, ante la precaria situación con que se ejecutan y distribuyen las políticas económicas propiciadas
por el gobierno. Es ésta, una tarea que se ha impuesto FUSADER, que invita a conocer, a apoyar y a profundizar el sentimiento de identidad alrededor del sector productivo.
SANTANDER ES MI MARCA es una convocatoria a los Santandereanos y a los interesados en la producción regional, a encontrarse y reconocer a nivel particular lo que ha sido la gesta productiva y la dimensión
del pensamiento creativo regional. Es una forma de crear conciencia de la importancia del sector productivo.
Un mayor conocimiento de lo que ha sido la historia productiva y todas las dificultades que ha superado la
región y sus habitantes, permite entender el coraje y la fortaleza que hay al interior de ese ser de una tierra,
del Santandereano.
FUSADER adelanta desde 2014 el ciclo de conferencias y presentaciones “Empresas de Santander es Mi
Marca”, realizadas todos los jueves con la presentación de las diferentes experiencias empresariales y la
divulgación a través de los diferentes medios alternativos. Permite tener los argumentos y entender el significado y valor que tiene el sector empresarial, para la vida misma del departamento al que referencia.
SANTANDER ES MI MARCA es un llamado a aprender a defender el sector productivo regional. A mejorar
para sus productos el mercado local, que les va a permitir consolidar su producción y fortalecer su desarrollo
productivo.
El trabajo, el coraje y la libertad son valores que junto a la solidaridad deben guiar esa nueva mirada hacia un
futuro más promisorio para la región.
BIBLIOGRAFÍA SUGERIDA
ACEVEDO VILLALOBOS, María Cecilia y Juan Pablo ARAQUE GARCÍA. La industria manufacturera de
Santander en los años noventa. Bucaramanga: Universidad Industrial de Santander (UIS) – Centro de Estudios Regionales (CER) – (Sic) Editorial, 2002 (Colección “Creando Región”).
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Colombiana de Ciencias Sociales”, 4).
CHURCH JOHNSON, David. Santander Siglo XIX: cambios socioeconómicos. Bogotá: Carlos Valencia
Editores, 1984.
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regional, globalización y competitividad. Cátedra Low Maus de la Escuela de Economía, Facultad de Ciencias Humanas UIS. Bucaramanga: Universidad Industrial de Santander (Vicerrectoría Académica), 2008.
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(Sic) Editorial, 2002 (Colección “Creando Región”).