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Capitulo III
Las teorías de la distribución del ingreso
1. La distribución del ingreso es un tema de gran relevancia para la fundamentación de la
disciplina económica. Las teorías sobre este punto examinan la determinación de las
“variables distributivas”, es decir, de las tasas de salario o de remuneración de la
actividad laboral, de las tasas de interés y de ganancia a pagar sobre los capitales
prestados o invertidos en actividades empresariales, de las tasas de renta o de
remuneración de la tierra, de las minas, del espacio urbano y de los otros recursos
naturales.
Sobre este tema la literatura económica ha propuesto, desde su origen, un debate entre
distintas concepciones. Un problema en discusión es el rol de las “restricciones
materiales”, ligadas a la disponibilidad de recursos y al conocimiento tecnológico, y el de
la organización político-institucional en la determinación de las variables distributivas.
¿Hasta qué punto estas variables dependen de las restricciones materiales y en qué
medida los acuerdos político-institucionales, que prevalecen en un cierto periodo
histórico, puedes influir en ellas?
Todas las teorías propuestas reconocen la relevancia de las restricciones materiales
concordando que influyen en las relaciones que ligan entre ellas las variables
distributivas: cuando una variable distributiva cambia autónomamente, las otras varían
también según las restricciones impuestas por la disponibilidad de recursos y el
conocimiento tecnológico.
Según algunas teorías, sin embargo, las restricciones materiales influyen solo en la
relación entre las variables distributivas, sin determinar sus niveles. En estas teorías los
acuerdos político-institucionales entre los grupos sociales en conflicto sobre la repartición
del ingreso producido juegan un rol relevante en determinar los niveles de estas variables:
tanto directamente, fijando algunas tasas de remuneración de referencia, como
1
indirectamente, estableciendo reglas para el contenido de los contratos y contribuyendo a
la formación de “convenciones” sobre lo que es normal o equitativo pagar por los
servicios laborales y por el uso del capital y de los recursos naturales.
En otras teorías, al contrario, las restricciones materiales definen ya sea la relación entre
las variables distributivas, o bien los niveles de las mismas. Estas teorías acentúan el rol
de las fuerzas materiales en la determinación de estas variables y reducen el espacio de
regulación político-institucional. Algunas de ellas hacen referencia a las tasas “naturales”
de salario y de interés con el fin de negar la utilidad (o afirmar los daños que derivan) de
las intervenciones político-institucionales, que dependen de los acuerdos entres las partes
sociales en conflicto sobre la repartición del ingreso producido. En estas teorías los
elementos naturales, y no aquellos histórico-convencionales, fijan lo que se debe
considerar equitativo pagar por los servicios laborales y por el uso del capital y de otros
recursos.
En lo que sigue describiremos las principales teorías de la distribución con el objetivo de
evidenciar los elementos comunes y las diferencias entre ellas. Para alcanzar este
resultado introduciremos algunos supuestos que simplifican el análisis y evitan que el
lector tenga que entrar en los complejos detalles de cada teoría. En primer lugar,
asumiremos que el marco contable e institucional de la economía no prevé intervención
pública ni relaciones con el extranjero. Además, asumiremos que los recursos naturales
(tierras, minas, etc.) no son escasos, lo que implica que los productores no deben pagar
por su uso1, que el sistema bancario no otorga préstamos al consumo ni financiación a
largo plazo para gastos de inversión, y que el trabajo es homogéneo, es decir, existe un
solo tipo de trabajo. Estos supuestos permiten considerar la existencia de sólo dos
variables distributivas, la tasa de salario y la tasa de ganancia.
Finalmente, asumiremos que en la economía se produce una sola mercancía, la cual
puede ser usada como bien de consumo y de inversión. Este supuesto, que se encuentra
1
El precio del aire y de la luz del sol es cero porque son recursos naturales “libres”, es decir “no
escasos”. En este escrito asumimos que también la tierra y los otros recursos naturales son “libres”.
2
comúnmente en los libros de texto de macroeconomía, simplifica notablemente la
exposición analítica evitando los complejos problemas de coherencia lógica de las
teorías, ligados a la relación entre los precios relativos de las distintas mercancías y las
variables distributivas. La utilidad de este último supuesto también se debe a que, como
la literatura ha demostrado, cuando asumimos que en la economía existe una sola
mercancía, todas las teorías de la distribución tienen igual validez desde el punto de vista
lógico-formal.
Las consecuencias de la introducción en el análisis de tasas de renta positivas y de un
sistema bancario que otorga prestamos a las familias y a las empresas son a veces
mencionadas aquí describiendo las posiciones de aquellos economistas que centraron la
atención sobre estos puntos.
Las consecuencias de la eliminación del supuesto que existe una sola mercancía en la
economía serán sintéticamente descritas en la parte final del documento, donde se notará
que las conclusiones que se obtienen de los análisis del comportamiento de este tipo de
economía no siempre se confirman en los análisis de una economía con más mercancías.
En estos casos, el supuesto de una sola mercancía no se puede considerar una mera
simplificación analítica. Este resultado tiene implicaciones relevantes para el debate de
teoría y de política económica, implicaciones que los libros de texto pasan muy
frecuentemente por alto.
2. Respetando el procedimiento lógico que se usa en la construcción de cada teoría,
empezamos la exposición describiendo el marco contable (en este caso, la contabilidad
nacional) y recordando que, por los supuestos antes introducidos, el ingreso producido, X,
medido en términos reales como unidades de la única mercancía existente, es
idénticamente igual al ingreso distribuido (es decir, a la suma de los salarios, W, y de las
ganancias totales, Π, pagados en la economía, ambas medidas en términos reales) y al
ingreso gastado, es decir, a la suma de los gastos en consumo, C, e inversión, I, ambos
medidos también en términos reales:
3
X≡ W+Π≡C+I
Recordando que, por los supuestos antes introducidos, el ahorro, S, es igual a X–C,
podemos también escribir que
S≡I
Del cuadro contable derivamos las siguientes condiciones de equilibrio de la economía:
X=W+Π=C+I
S=I
Además, indicando la tasa de salario real con w, la cantidad de trabajo empleada en la
economía con L, la tasa de ganancia con r y la cantidad de capital empleada en la
economía con K, también medida en términos reales, podemos escribir
X=W+Π=wL+rK
y dividiendo por L ambos términos de la igualdad, obtenemos
X/L = w L/L + r K/L
!
x=w+rk
y
w=x-rk
(1)
donde x = X/L es la productividad media de los trabajadores y k = K/L es la cantidad de
capital por trabajador.2
2
Si introducimos el supuesto de que las tasas de renta son positivas, X se vuelve igual al ingreso
producido menos las renta total pagada. Por esta razón, x=X/L no representaría ya mas la productividad
media del trabajo.
4
3. Siguiendo la aplicación de los procedimientos lógicos que se usan en la construcción
de las teorías, explicitamos las ecuaciones de comportamiento de las variables que se
encuentran en la ecuación de equilibrio, identificada arriba con el número (1).
Empezamos con el comportamiento de las variables x y k, profundizando en el
conocimiento de algunos elementos analíticos que se pueden derivar del estudio de las
elecciones de cada productor, tendientes a maximizar la tasa de remuneración del propio
agente. Estos elementos analíticos pueden considerarse como comunes a todas las teorías
de la distribución que aquí examínanos.
Procediendo gradualmente en el estudio, asumimos en primer lugar que los productores
conozcan una sola técnica de producción (es decir, asumimos que conozcan una sola
manera de producir la única mercancía existente). Luego, introducimos la posibilidad que
los productores conozcan más de una técnica para producir la misma mercancía.
Finalmente, veremos que en el primer caso los valores de las variables x y k se pueden
considerar como datos en las ecuaciones de comportamiento correspondientes, mientras
que, cuando existen mas técnicas de producción, los valores de las variables x y k
dependen de las variables distributivas.
4. Profundicemos ahora el conocimiento de los elementos analíticos relativos al
comportamiento de x y k cuando los productores conocen una sola técnica de producción,
la cual combina los insumos, capital y trabajo, en una proporción dada y obtiene de su
empleo una cierta cantidad de producto. Ya que estamos asumiendo que en la economía
existe una sola mercancía, podemos calcular los valores de x y k sin considerar los
precios de las mercancías que normalmente componen el producto y el capital y afirmar
que para el productor individual estos valores son las cantidades dadas, x* y k*, las cuales
dependen de los conocimientos tecnológicos. En otras palabras, cuando asumimos que en
la economía existe una sola mercancía, el conocimiento disponible indica los valores de x
y k para cada técnica productiva, es decir, cuánto produce cada trabajador y qué cantidad
de capital necesita en su actividad. Estos valores, recordamos, no dependen de aquellos
5
de w y r. Por esta razón, la ecuación que pone en relación las variables distributivas tiene
la forma lineal
w = x* – rk*
la cual describe una recta con ordenada igual a x*, pendiente negativa y coeficiente
angular igual a k*.
INSERTAR FIGURA 1
En la Figura 1 se puede observar que para cada productor la relación entre w y r es
decreciente porque las dos incógnitas están ligadas por el signo negativo. Además, en el
caso extremo de una tasa de ganancia igual a cero (cuando los trabajadores reciben todo
el ingreso producido), la tasa de salario alcanza su máximo nivel, x*, que es igual a la
productividad media del trabajo. En el otro caso extremo, cuando la tasa de salario es
cero y los propietarios del capital reciben todo el ingreso producido, la tasa de ganancia
alcanza su máximo nivel Rmax, que es igual a la productividad media del capital x/k.
Podemos también notar que para cada valor atribuido a w (por ejemplo w1) corresponde
un sólo valor de la tasa de ganancia (en el ejemplo considerado, r1), mientras que la
ganancia por trabajador (Π/L = r1K/L = r1k*) es igual al segmento x*-w1. Finalmente, se
observa que la pendiente de la recta que pone en relación a w y r depende del valor de k*,
que mide la amplitud del ángulo [0 – Rmax – x*].
La recta que pone en relación w y r en la Figura 1 describe tanto el comportamiento de
cada productor como el de toda la economía porque, siguiendo la literatura, asumimos
que todos los productores tienen la misma habilidad en el uso de los conocimientos
técnicos. De tal modo, esta agregación analítica no incurre en la falacia de composición.
5. Examinamos ahora lo que ocurre cuando existen mas técnicas productivas (es decir,
cuando la única mercancía existente se puede producir combinando las cantidades de
trabajo y capital en proporciones distintas). Para ayudar al lector a intuir el significado de
6
esta hipótesis, podemos momentáneamente pasar por alto el supuesto que existe una sola
mercancía y hacer referencia a la producción de trigo usando un arado sin motor o bien
un tractor. Podemos imaginar que en el primer caso (el del arado), el trigo se produce
empleando una mayor proporción de trabajo en relación al empleo del capital que la del
segundo caso (aquel del tractor), obteniendo una productividad media del trabajo menor.
En otras palabras, la primera técnica de producción se caracteriza por valores de x y k
menores que la segunda.
Regresando a la hipótesis de una sola mercancía, si en la economía existen dos técnicas
de producción A y B, la primera caracterizada por la pareja de valores xA y kA y la
segunda por la pareja de valores xB y kB, los productores pueden elegir para cada valor de
w la técnica mas conveniente, es decir, la técnica que permite obtener la tasa de ganancia
más alta. Las dos técnicas productivas se pueden representar gráficamente como sigue:
INSERTAR FIGURA 2
En el ejemplo propuesto en la Figura 2, los valores xA, xB, kA y kB se calculan sin
considerar los precios de las mercancías que componen el producto y el capital ya que
seguimos suponiendo que en la economía existe una sola mercancía. Consecuentemente,
los valores xA, xB, kA y kB no dependen de aquellos de w y r. La independencia de x y k de
los valores de las variables distributivas permite establecer cual técnica tiene una mayor
“intensidad de capital” y una menor “intensidad de trabajo” sin tener que conocer los
valores de w y r. En la Figura 2 la técnica A tiene una mayor productividad media del
trabajo que la técnica B (xA>xB) y una mayor cantidad de capital por trabajador (kA>kB).
La técnica A tiene también una mayor “intensidad de capital” y una menor “intensidad de
trabajo” que la técnica B.
El análisis de la Figura 2 muestra también que, cuando la tasa de salario es mayor que w*
(por ejemplo, w’), los productores eligen la técnica A que permite ganar una tasa de
ganancia más alta (r’A>r’B). Si, por el contrario, la tasa de salario es w”<w*, a los
productores les conviene elegir la técnica B, que permite obtener una tasa de ganancia
7
mas alta (r”B>r”A). Podemos de tal manera afirmar que, cuando se conocen dos técnicas
productivas, la relación entre w y r, que se deriva del análisis de las elecciones de los
productores, tiene la forma de una recta con quiebres, como la mostrada en la Figura 2
por la línea mas gruesa, la cual se denomina “envolvente de las técnicas productivas más
convenientes”.
Desde un punto de vista intuitivo, estos resultados sugieren que en las economía
caracterizadas por tasas de salarios mas altas prevalece el uso de técnicas productivas que
reducen el empleo de trabajo y aumentan aquel del capital, es decir, técnicas con menor
intensidad de trabajo y mayor intensidad de capital. Mientras que en las economías donde
prevalecen tasas de salarios más bajas, predomina el uso de técnicas productivas que
adoptan un mayor empleo de trabajo en relación a aquel del capital, es decir, predominan
técnicas con mayor intensidad de trabajo y menor intensidad de capital.
6. Se puede ampliar el análisis hasta ahora presentado introduciendo la hipótesis de que
en la economía se conocen más de dos técnicas, por ejemplo, cinco, como ocurre en la
Figura 3, para producir la única mercancía existente. En este caso, las elecciones de los
productores que buscan maximizar su tasas de remuneración, también conducen a usar las
técnicas productivas en la manera descrita por la línea mas gruesa de la Grafica. Como se
dijo antes, esta línea con quiebres se llama “envolvente de las técnicas productivas mas
convenientes”. Una vez más se puede observar que, cuando se asume que en la economía
existe una sola mercancía, las relaciones entre w y r generadas por cada técnica
productiva son lineales y que a tasas de salario menores predomina el uso de técnicas
productivas con mayor intensidad de trabajo y menor intensidad de capital, mientras que,
a tasas de salario mayores, predomina el uso de técnicas productivas con más baja
intensidad de trabajo y mas alta intensidad de capital.
INSERTAR FIGURA 3
8
7. Este resultado vale también en el caso extremo en que los productores conocen un
numero infinito de técnicas productivas, las cuales permiten producir la misma mercancía
variando de manera infinitesimal el valor de k, es decir, la proporción entre las cantidades
empleadas de capital y trabajo. En este caso, como se observa en la Figura 4, la
“envolvente de las técnicas productivas mas convenientes” se transforma en una curva
continua.3
INSERTAR FIGURA 4
Si mantenemos la hipótesis que en la economía existe una sola mercancía, a cada punto
de la “envolvente” corresponde una distinta técnica productiva y una sola pareja de
valores de x y k, es decir, una sola intensidad de capital (y de trabajo) de la técnica
elegida. Además, a cada pareja de valores de x y k corresponde un solo punto de la
“envolvente” y, conforme se pasa de un punto más alto a uno más bajo de esta
“envolvente”, la intensidad de capital de la técnica elegida disminuye, mientras que la
intensidad de trabajo aumenta. Se confirma entonces que, cuando las tasas de salario
aumentan, se usan técnicas productivas con mayor intensidad de capital, mientras que,
cuando las tasas de ganancia aumentan, se usan técnicas productivas con mayor
intensidad de trabajo.
En conclusión, cuando asumimos que en la economía existe una sola mercancía y los
productores conocen un número infinito de técnicas de producción, el análisis de las
elecciones de los productores permite afirmar que ambas relaciones entre x y r y entre k y
r son continuas, monótonas y decrecientes.4 El lenguaje formal de la matemática define
estas relaciones como “funciones biyectivas”. 5 Ellas se pueden representar por la
siguientes dos ecuaciones:
3
4
5
Una curva continua no presenta saltos ni ángulos en su recorrido.
“Monótona” significa que la relación sigue siempre la misma pauta: en este caso, decreciente.
Recordando que la relación entere w y r es también monótona decreciente, podemos inferir que las
relaciones entre x y w y entre k y w son ambas monótonas y crecientes.
La función que liga x a r es biyectiva porque a cada valor de x corresponde un solo valor de r y a cada
valor de r corresponde un sólo valor de x. Análogamente, en la función que liga k a r, a cada valor de k
corresponde un sólo valor de r y a cada valor de r corresponde un sólo valor de k. A tales funciones se
les conoce también como one-to-one.
9
x = x (r)
(2)
k = k (r)
(3)
donde:
0 ≤ r ≤ Rmax
r k(r) < x
si
0 ≤ r <Rmax
Rmax k(Rmax) = x
x’(r) ≤ 0
k’(r) ≤ 0
Las primeras tres expresiones indican los valores mínimo y máximo que las variables x, k
y r pueden tener en las ecuaciones (2) y (3). La últimas dos representan las derivadas
primas, x’(r) y k’(r), de las funciones x=x(r) y k=k(r). Sus valores no son positivos
porque las relaciones entre x y r y entre k e r son decrecientes.
Los resultados de esta sección confirman aquellos intuitivos de la sección 5 anterior,
cuando hemos examinado el caso en que los productores conocen solo dos técnicas
productivas. Se ratifica la idea que en las economías caracterizadas por tasas de salario
mayores predomina el uso de técnicas productivas que limitan el empleo de trabajo e
incrementan de capital, es decir, técnicas con menor intensidad de trabajo y mayor
intensidad de capital. Mientras que en las economías donde las tasas de salario son
menores predomina el uso de técnicas productivas con mayor intensidad de trabajo y
menor intensidad de capital, es decir técnicas que emplean más trabajo en relación al
capital.
En la parte final de este escrito se verá que, cuando se abandona el supuesto que en la
economía existe solo una mercancía, las relaciones entre w y r correspondientes para cada
técnica productiva no serán ya lineales porque los valores de x y k se deben calcular
tomando en consideración los precios de las mercancías que componen el producto y el
capital y, consecuentemente, dependerán de los valores de w y r. Por lo tanto, se verá
que:
10
•
las intensidades de capital y trabajo de cada técnica productiva cambian cuando
varían los valores de w y r,
•
no se puede mas atribuir a cada técnica productiva una sola pareja de valores de x
y k, es decir, un solo grado de intensidad de capital y trabajo,
•
no se puede ya construir relaciones monótonas entre las técnicas productivas
usadas y las tasas de remuneración del capital y del trabajo, ni afirmar que a tasas
de salario menores se usan técnicas productivas con menor intensidad de capital y
mayor intensidad de trabajo, mientras que a tasas de salario mayores se utilizan
técnicas productivas con mayor intensidad de capital y menor intensidad de
trabajo.
8. La ecuación que describe la “envolvente de las técnicas productivas mas convenientes”
y que se presenta en la Figura 4 tiene la forma
w = x(r) – r k(r)
La ecuación se deriva sustituyendo en la ecuación de equilibrio (1) e contenido de las
ecuaciones de comportamiento identificadas con los números (2) y (3). En estas tres
ecuaciones se encuentran cuatro incógnitas (w, r, x, k). Las ecuaciones (1), (2) y (3), que
describen la parte analítica que es común a todas las distintas teorías de la distribución,
no pueden determinar los valores de las variables porque el numero de las incógnitas es
mayor de aquel de las ecuaciones.
Por ello, para completar el análisis, tenemos que introducir al menos otra ecuación de
comportamiento. En las secciones siguientes presentamos algunas de las teorías de la
distribución que se encuentran en la literatura, distinguiendo la ecuación que cada teoría
ha propuesto para igualar el número de las ecuaciones y de las incógnitas, y poder así
calcular el valor de equilibrio de las variables distributivas.
11
9. Las obras de los economistas clásicos ingleses, como Adam Smith y David Ricardo,
publicadas entre la segunda mitad del siglo XVIII y el principio del siglo XIX, no usaban
el lenguaje formal de las secciones anteriores. Sin embargo, podemos considerar que las
ecuaciones identificadas con los números de (1) a (3) y la “envolvente de las técnicas
productivas más convenientes” presentadas en la Figura 4 resultan adecuadas para
describir sus contenidos. En ellas, como en las obras de Adam Smith y David Ricardo,
los conocimientos tecnológicos y la disponibilidad de los recursos suponen restricciones a
las tasas relacionadas de salario y de ganancia.
Smith y Ricardo individúan los valores de equilibrio de las variables distributivas
asumiendo que la tasa de salario depende de las condiciones históricas prevalecientes.
Ambos hacen referencia al concepto de “salario de subsistencia”, el cual ha una
connotación histórica y no fisiológica y se puede definir como el nivel de remuneración
que permite a los trabajadores mantener un nivel de consumo conforme a aquel de la
clase social a la cual pertenecen, sin ahorrar. En otras palabras, el salario de subsistencia
permite a los trabajadores vivir y reproducirse a los niveles históricos prevalecientes de
fuerza
física,
contenidos
nutricionales,
conocimiento,
habilidades,
educación,
comodidades, recreo, etc.
Desde el punto de vista formal, las posiciones de Smith y Ricardo pueden ser descritas
por la ecuación de comportamiento:
w = w*
(4)
Así, el sistema compuesto por las ecuaciones identificadas por los números (1), (2), (3) y
(4) contiene ahora cuatro incógnitas y puede ser usado para analizar la existencia de
soluciones de equilibrio. En él, como se describe en la Figura 5, la determinación de la
tasa de ganancia es “residual”, en el sentido que es posterior a la identificación de la tasa
de salario y de su correspondiente punto en la “envolvente de las técnicas productivas
más convenientes”.
INSERTAR FIGURA 5
12
Para Ricardo el salario de subsistencia depende de lo que “convencionalmente” se
considera normal o equitativo pagar para las actividades laborales en un cierto periodo
histórico. Deteniéndose sobre como estos elementos convencionales se modifican en el
tiempo, Smith hace también referencia a los conflictos entre los capitalistas y los
trabajadores, afirmando que los segundos no logran salir de las condiciones de
subsistencia porque, siendo numerosos, pobres y teniendo que satisfacer necesidades
básicas, tienen una escasa probabilidad de tener éxito en las reivindicaciones salariales.
Las teorías de la distribución de Smith y Ricardo, en sintonía con el periodo histórico en
el cual fueron elaboradas, centran la atención en el conflicto entre aristocracia y burguesía
capitalista y se relacionan por esta vía con la teoría del desarrollo. En aquella época las
posiciones de estos autores representaban una postura progresista y reformista pues
apoyaban los intereses de la burguesía capitalista contra aquellos de la aristocracia. Según
Smith y Ricardo, los intereses de los primeros coinciden con los de la nación porque sólo
la burguesía capitalista podía en aquella época promover la formación del ahorro
necesario para el desarrollo.6
Smith es partidario de la libertad de comercio ya que reduce los privilegios que la
sociedad pre-capitalista otorgaba a los perceptores de rentas y fomenta la formación de
recursos materiales, morales y culturales apropiados para el desarrollo.7 La acumulación
de recursos favorece el aumento del tamaño de los mercados, lo cual promueve la
división del trabajo dentro de las empresas y entre los sectores productivos. La división
del trabajo, a su vez, permite a los capitalistas y a los trabajadores llegar a un nivel más
alto de especialización productiva, ampliando las experiencias y las habilidades que
permiten la introducción de progreso tecnológico y el incremento de la productividad.
Esta concatenación de eventos es favorecida o inhibida por la organización social e
6
7
Para Smith y Ricardo la clase trabajadora gana un ingreso de subsistencia y no ahorra, mientras que la
aristocracia es una clase en decadencia que vive de renta pero no logra ahorrar porque, por razones de
estatus social, mantiene un novel de gasto alto en relación a sus ingresos.
Smith era contrario a las reglas de las sociedades pre-capitalistas, donde para empezar una actividad
económica era necesario recibir una “concesión” por el soberano. Esta posición, sin embargo, no negaba
que el Estado podía intervenir positivamente en la economía de otras formas.
13
institucional existente. Así, la teoría de desarrollo de Smith puede considerarse evolutiva
y socio-institucional. Es evolutiva porque describe cómo los eventos presentes dependen
de los del pasado. Es socio-institucional, pues los procesos de desarrollo dependen de
cómo las interacciones sociales hacen emerger las estructuras, las instituciones, las reglas
y los ordenamientos de un área geográfica. El desarrollo tiene éxito si las estructuras
jurídico-institucionales resuelven de manera económicamente ventajosa o competitiva
problemas organizativos siempre más complejos.8
Ricardo pública su primer ensayo sobre la teoría de la distribución en 1815 criticando la
introducción de aranceles sobre el trigo por parte del Parlamento inglés, los cuales
aumentaban las rentas, reducían el ingreso posible de repartir entre trabajadores y
capitalistas, e influían negativamente sobre la formación del ahorro y el desarrollo. En sus
obras siguientes, Ricardo mantuvo esta posición y se comprometió a consolidar el
contenido analítico de su teoría tratando, sin éxito, de resolver el problema de una
“medida invariable del valor”, es decir, de una unidad de medida de los precios de las
mercancías que permitiera considerar los valores de x y k independientes de aquellos de w
y r en una economía donde se producen más mercancías.9
10. La teoría de la distribución del ingreso de Marx tiene algunos elementos en común
con la de Smith y Ricardo. En ella, como en las obras de estos dos autores, el
conocimiento tecnológico y la disponibilidad de recursos implican restricciones a la
relación entre las tasas de salario y de ganancia. Podemos describir estas restricciones por
las ecuaciones ya identificadas [(1), (2) y (3)] o por la “envolvente de las técnicas
productivas más convenientes” presentada en la Figura 4. Más aún, en las obras
8
9
Si usamos el lenguaje corriente del análisis de los “sistemas complejos”, podemos decir que para Smith
la economía es un “sistema a complejidad organizada” porque las interacciones sociales generan nuevas
reglas e instituciones, las cuales modifican el comportamiento de los individuos. Los teóricos que se
dedican a estos temas afirman que para interpretar el comportamiento de un sistema a complejidad
organizada, es necesario considerar non solo el comportamiento de cada parte, si no también su operar
conjunto cuando las interacciones sociales han ocurrido y se han generado nuevas entidades, reglas y
convenciones que influyen en el comportamiento de las partes y del sistema. Véase Weaver (1948).
Este problema que atormentó a Ricardo hasta los últimos años de su vida encontrará solución, bajo
ciertas condiciones, con la “mercancía patrón” que introdujo Sraffa (1960), la cual, como unidad de
medida de los precios, permite obtener los resultados que Ricardo buscaba.
14
publicadas a lo largo de su vida, las posiciones de Marx sobre la determinación de los
niveles de las variables distributivas también se pueden describir por la ecuación (4)
anterior. El economista alemán hace referencia al “salario de subsistencia”
correspondiente a las condiciones históricas prevalecientes y determina la tasa de
ganancia en forma “residual”, tal como se ha descrito en la Figura 5.
Marx produjo un estudio crítico de las obras de los economistas clásicos ingleses y aclaró
las diferencias entre el enfoque de Smith y Ricardo y el de otros economistas ingleses del
siglo XIX, contribuyendo al desarrollo analítico del primero. Además, a la par de Smith,
Marx ligó la teoría de la distribución con la del desarrollo, consolidando el carácter
evolucionista y socio-institucional de la última, mientras que, siguiendo a Ricardo,
examinó el problema de la identificación de una medida invariable de valor que
permitiera considerar, para cada técnica productiva, los valores de x y k independientes de
w y r también en una economía donde se produce más de una mercancía. Usando como
patrón de medida las unidades de trabajo necesarias para producir las mercancías, Marx
propuso soluciones que se pueden considerar avanzadas con base en el conocimiento
matemático de la época, si bien no resultaron satisfactorias cuando, en los años
siguientes, fueron analizadas con instrumentos formales más perfeccionados. Aún más,
Marx fortaleció las perspectivas de Smith y Ricardo sobre la formación de los elementos
convencionales que influyen en los niveles de las variables distributivas, proponiendo un
enfoque histórico-materialista que evidenciaba el rol de los distintos actores y grupos
sociales y el de los acuerdos políticos en la formación de las normas y convenciones que
afectan lo que se consideraba, en un cierto periodo histórico, una remuneración normal o
equitativa para el esfuerzo laborales y para el uso del capital y de los recursos naturales.
Al mismo tiempo, Marx señaló las limitaciones de las teorías de Smith y Ricardo, que si
bien consideraban favorablemente la transformación de la sociedad pre-capitalista,
ignoraban sin embargo que también el modo de producción capitalista puede ser rebasado
por formas de organización en que grupos sociales distintos de la burguesía capitalista
pudieran jugar un rol relevante en el desarrollo de la economía. Marx observó que para
Smith y Ricardo la historia acaba con el modo de producción capitalista, mientras que,
15
según él, la evolución del conocimiento técnico y organizativo puede permitir a los
trabajadores promover un modo de producción satisfactorio y conforme a sus intereses.
Consecuentemente, para Marx la generación de la ganancia es resultado de una
explotación que se realiza en el proceso productivo y no una condición indispensable para
el desarrollo de la economía y de la sociedad. El crecimiento de las organizaciones que
defendían los intereses de los trabajadores; los movimientos de protesta de 1848 y 1871
(la Comuna de París); la evolución del sistema financiero basado cada vez más en el
accionariado público, y la formación de las cooperativas de los trabajadores, todo estos
eran para Marx indicadores de una evolución de la economía y de la sociedad que
señalaban el advenimiento de modos de producción más favorables a los intereses de los
trabajadores.
Marx fue un lector insaciable, atento y crítico de la literatura de su tiempo y muchos de
sus escritos se presentan en la forma de notas sobre los textos que iba leyendo. En su vida
produjo una cantidad de escritos más amplia de la obra suya que se publicó. Una parte de
ellos fue editada y publicada por Engels después de su muerte. Estas notas muestran que
Marx apreciaba las obras que contribuían al mejoramiento del conocimiento, criticaba los
elementos de imprecisión presentes en ellas y estigmatizaba las obras que mostraban
confusión analítica e ideológica. Su trabajo puso énfasis en el lenguaje usado por los
economistas, que traicionaba sus posturas ideológicas. Además, se detuvo en las obras
que examinaban la evolución y la necesidad de regulación del sistema financiero inglés
que, según él, representaban la parte mejor de la literatura económica después de 1830.
Esos estudios críticos mostraban el peso creciente que el sector financiero iba
adquiriendo y proponían una teoría de la distribución que comenzaba por la
determinación de la tasa de interés, en lugar de la determinación de la tasa de salario. Esta
propuesta teórica se encuentra en la Parte V del Tomo III del Capital, publicado por
Engels después de la muerte de Marx. La propuesta acercaba la teoría de la distribución
de Marx a la de otros economistas de su tiempo, las cuales consideramos en la siguiente
sección.
16
11. La formación en Inglaterra en la primera mitad del siglo XIX de un sistema crediticio
y financiero con las características de lo que hoy conocemos, animó a muchos
economistas a centrar la atención en los estudios del rol que este sistema podía jugar en la
distribución del ingreso y en favorecer el crecimiento de la economía. Además, los
expertos centraron la atención en las formas de regulación que podían evitar la ocurrencia
de las crisis financieras que estaban afectando negativamente la vida inglesa en aquellos
años.
Como ya se ha adelantado, las teorías de la distribución de los economistas clásicos
ingleses el conocimiento tecnológico y la disponibilidad de recursos ponían restricciones
a la relación entre las variables distributivas. Smith y Ricardo hacían además depender
los niveles de estas variables de la determinación de la tasa de salario real. El mismo
Ricardo y otros economistas habían sin embargo notado que los niveles de las variables
distributivas pueden ser determinados fijando la tasa de ganancia en lugar de la tasa de
salario real. Joplin (1823) y Gilbart (1834), dos economistas expertos en cuestiones
monetarias, habían explorado esta vía. Tooke, el principal representante de la Banking
School, a quien muchos consideran el más importante economista monetario de la época,
fue un autor que trabajó detalladamente sobre este punto (véase Tooke, 1844; Panico,
1988; Smith, 2011). Marx también propuso una teoría de la distribución de este tipo en
los escritos sobre el sistema crediticio que Engels introdujo en el Tomo III del Capital,
publicado de modo póstumo.
Según estos economistas, los mecanismos de funcionamiento y regulación de los
mercados financieros tienden a influir en las tasas de interés que en ellos prevalecen.
Estas tasas se relacionan con la tasa de ganancia, en el sentido que variaciones
persistentes de las primeras generan variaciones similares en la segunda. La tasa de
ganancia entonces se encuentra al centro de dos relaciones. Por un lado, por las
restricciones materiales existentes en la economía, la tasa de ganancia tiene un valor
máximo, Rmax, y sus movimientos se encuentran relacionados con aquellos de la tasa de
salario real; por otro lado, la tasa de ganancia depende de lo que ocurre en los mercados
17
crediticio y financiero. Esta segunda conexión puede ser descrita en términos formales
introduciendo la ecuación siguiente, en la cual la tasa de interés está fijada por las
condiciones prevalecientes en los mercados financieros:
r =r(i*)
(5)
donde i* es la tasa de interés que prevalece en los mercados financieros, considerada
como un dato exógeno en la teoría de la distribución aquí propuesta.
El sistema de cuatro ecuaciones formado por aquellas identificadas ahora por los números
(1), (2), (3) y (5) contiene cuatro incógnitas (x, k, w, r) y puede ser usado para examinar
la existencia de soluciones de equilibrio. Su contenido puede ser descrito por la Figura 6,
la cual muestra que, si en los mercados prevalece la tasa de interés i*, la tasa de ganancia
tiende a fijarse al nivel r* y la tasa de salario real compatible con ellas es w*.
INSERTAR FIGURA 6
En esta teoría la determinación de la tasa de salario real, y no la de la tasa de ganancia, es
“residual”, en el sentido que el valor de equilibrio de la tasa de salario real se identifica
después de haber fijado las tasas de interés y de ganancia.
12. Desde los años 30 del siglo XIX, la literatura, además de detenerse sobre los temás
crediticios y monetarios, propuso un gradual abandono de la teoría de la distribución de
Smith y Ricardo, la cual habían formulado con un análisis conflictual de la determinación
de las variables distributivas. Marx describió este cambio señalando la escasa solidez de
los análisis propuestos por autores como Bailey, Senior, Longfield, etc., y definió esta
literatura como “vulgar” porque hacia un amplio uso de la retorica, en lugar de presentar
argumentos analíticos coherentes.10 Esta innovación se relacionaba con las discusiones de
la época sobre la naturaleza de la ganancia. Algunos autores trataban de justificar su
10
Otros ensayos sobre la historia del pensamiento económico concuerdan con el juicio que Marx dio de
esta literatura. Véase Dobb (1973).
18
existencia afirmando que el capital contribuye al aumento del ingreso producido y, por lo
tanto, tiene el derecho a recibir como remuneración el “fruto” de su empleo.
Según esta literatura, en las economías capitalistas el ingreso producido se distribuye en
forma equitativa, atribuyendo al trabajo, al capital y a los recursos naturales una
remuneración igual a lo que estos factores confieren a la colectividad en el proceso de
producción. Esta visión no conflictual de los procesos distributivos se contrapone a
aquellas propuestas en la misma época por los autores cercanos al marxismo o a las
organizaciones de los trabajadores y por otros autores, denominados “socialistas
ricardianos” (véase Dobb, 1973), que consideraban algunas formas de pobreza, todavía
presentes en la rica Inglaterra, ofensivas para la dignidad humana. El contenido analítico
de esta visión celebrativa y no conflictual de los procesos distributivos en la economía
capitalista no fue de alto nivel. Como se verá en la sección siguiente, ella encontrará un
apoyo más sólido en los análisis de la escuela de pensamiento neoclásica, que nació
alrededor del 1870.
13. Entre 1871 y 1874 fueron publicados, en tres distintos países, los primeros tratados de
economía política de la escuela neoclásica (Jevons, 1871; Menger, 1871; Walras, 1874).
En estas obras se proponen algunas innovaciones analíticas que permiten fundamentar la
idea que los procesos distributivos no son conflictuales porque en la repartición del
ingreso producido, el trabajo, el capital y los recursos naturales reciben una remuneración
igual a la contribuciones que dan a la producción. El trabajo, el capital y los recursos
naturales toman en la teoría neoclásica la denominación de “factores productivos”.
Los autores neoclásicos proponen medir la contribución que los factores productivos dan
a la colectividad con el concepto de “producto marginal”, que será profundizado en la
sección siguiente. Según estos autores, los niveles de las variables distributivas y los
productos marginales reflejan el grado de “escasez relativa” de los factores productivos
en la economía.
19
Al igual que para cada expresión que se refiere a las dimensiones de un objeto, también la
escasez debe evaluarse en términos relativos. Una hormiga es pequeña respecto a un
elefante, pero es grande en relación a un microbio. Un individuo de un metro y setenta es
alto en una comunidad de pigmeos, pero es bajo en un equipo de baloncesto. En la
literatura económica la escasez y la abundancia de una mercancía dependen de la
cantidad disponible de la misma en relación a su demanda por parte de la comunidad. La
escasez relativa de un factor productivo refleja su disponibilidad en la economía en
relación a la de los otros factores y a los posibles usos en el proceso productivo para
satisfacer la demanda de mercancías por parte de la comunidad.
En la teoría neoclásica el grado de escasez relativa de un factor productivo determina su
precio o tasa de remuneración. Si su cantidad aumenta, mientras la de los otros factores se
mantiene constante, la escasez relativa del factor productivo disminuye y con ello
también lo hace su tasa de remuneración.
Para comparar el contenido de la teoría neoclásica con el de las otras teorías siguiendo el
análisis propuesto en este escrito, podemos notar que las ecuaciones (1), (2) y (3) de las
secciones anteriores representan la parte que la teoría neoclásica tiene en común con las
otras teorías. La parte distinta reside, en cambio, en el rol que la escasez relativa de los
factores productivos juega en la determinación de las variables distributivas.
En las ecuaciones (1), (2) y (3) el supuesto de que en la economía existe una sola
mercancía permite atribuir a cada técnica productiva un solo valor de k, que no depende
de los de w y r, y considerarlo como un indicador de la intensidad de capital de la técnica
productiva, es decir, como un indicador de la demanda de los factores productivos. El
valor de k puede, sin embargo, ser interpretado también como un indicador de la cantidad
disponible de capital y trabajo en la economía y de sus grados de escasez relativa. Una
economía donde el capital es escaso respecto al trabajo (se puede pensar en China o la
India) se caracteriza por un valor de k más bajo respecto del correspondiente a una
economía donde el trabajo es escaso respecto al capital (se puede pensar en el caso de
Canadá y de los países escandinavos).
20
Podemos entonces describir el rol de la escasez relativa de los factores productivos en la
distribución del ingreso, introduciendo la siguiente ecuación que mide la disponibilidad
de capital y trabajo en la economía:
k = k*
(6)
El sistema compuesto ahora por las ecuaciones (1), (2), (3) y (6) contiene cuatro
incógnitas (x, k, w, r) y permite examinar si existen soluciones de equilibrio.
Siempre por la hipótesis que en la economía existe una sola mercancía, podemos afirmar
que las ecuaciones (2) y (3) son biyectivas (véase la sección 7), por lo cual podemos
afirmar que en la Figura 7 a cada valor de k (por ejemplo k1) corresponde una sola técnica
productiva (que tiene una intensidad de capital igual a k1), un solo valor de r (igual a r1),
un solo valor de x (igual a x1) y un solo valor de w (igual a w1). Si el valor de k cambia,
por ejemplo a consecuencia de un flujo migratorio, pasando de k1 a k2, como se muestra
en la Figura 7, al nuevo valor corresponde, una vez más, una sola técnica productiva (con
una intensidad de capital igual a k2), un solo valor de r (igual a r 2), un solo valor de x
(igual a x2) y un solo valor de w (igual a w2).
INSERTAR LA FIGURA 7
En la teoría neoclásica, cuando el sistema económico está en equilibrio, la oferta de los
factores es igual a su demanda. En otras palabras, las cantidades disponibles de capital y
trabajo, supuestas como dadas al nivel k* en la ecuación (6), están plenamente empleadas
en la producción. En la Figura 7 esta condición se realiza cuando la economía usa la
técnica productiva identificada por la intensidad capitalista k* y por las tasas de salario y
de ganancia iguales a w* y r*.
Considerando la Figura 7 se puede observar que, a diferencia de las teorías clásicas de la
distribución, ambas variables distributivas se determinan de manera “residual”, es decir,
luego de que el valor de k ha sido fijado. Además, la introducción en la ecuación (6) de la
21
disponibilidad existente de los factores productivos causa que los valores de equilibrio de
las variables distributivas dependan sólo de elementos materiales. Así, en la teoría
neoclásica, a diferencia de las teorías clásicas y marxianas descritas con anterioridad, las
restricciones materiales determinan también los niveles de las variables distributivas,
reduciendo los espacios de regulación político-institucional. Más aún, se puede notar que
en esta teoría las tasas de salario real son menores (y las tasas de ganancia son mayores)
cuando la disponibilidad de trabajo resulta más abundante y la acumulación de capital
más escasa (en otras palabras, cuando k asume valores menores); al contrario, las tasas de
salario real son mayores (y las tasas de ganancia son menores) cuando la disponibilidad
de trabajo se puede considerar más escasa y la acumulación del capital más abundante (es
decir, cuando k asume valores mayores). Finalmente, la teoría concluye que los flujos
migratorios comportan una reducción de las tasas de salario real en los países de llegada y
su aumento en los países de salida.
14. Sin pretender los niveles de profundización de un curso avanzado sobre las teorías de
la distribución, aquí examinamos cómo la teoría neoclásica llega ulteriormente a los
resultados descritos en la sección anterior. En los escritos de sus padres fundadores
(Jevons, Menger, Walras, Marshall, J.B. Clark, Böhm Bawerk, Wicksell), la teoría
neoclásica procede construyendo una función de demanda y una función de oferta para
cada mercancía, para cada servicio y para cada factor de producción, usando los
conceptos gemelos de producto marginal y de utilidad marginal (véase Wicksell, 1901).
Los puntos de intersección entre estas dos funciones indican los precios de equilibrio y,
para los factores productivos, las tasas de remuneración de equilibrio, las cuales
dependen de los productos marginales, que a su vez son indicadores de los niveles de
escasez relativa de los factores.
La definición de producto marginal es la siguiente: el producto marginal de un factor es
la variación del ingreso producido debida a la variación en el empleo de un factor
productivo, manteniendo constantes las cantidades empleadas de los otros factores
productivos. En el caso de la economía que estamos considerando, en la cual existen dos
22
factores productivos y se produce una sola mercancía, el producto marginal del trabajo,
PmL, es la variación del producto, ΔX, debida a la variación en el empleo del trabajo, ΔL,
manteniendo constante el empleo del capital en el proceso productivo.
PmL = ΔX / ΔL
El producto marginal del capital, PmK, es, al contrario, la variación del producto, ΔX,
debida a la variación en el empleo del capital, ΔK, manteniendo constante el empleo del
trabajo en el proceso productivo.
PmK = ΔX / ΔK
El producto marginal puede ser interpretado como la contribución especifica que un
factor da a la producción. En el caso del trabajo, si su empleo aumenta manteniendo
constante el del capital, se puede atribuir todo el aumento del ingreso producido a este
factor porque el otro se lo considera constante. La misma motivación puede ser usada
para interpretar el producto marginal del capital como la contribución especifica que este
factor da a la producción.
Para argumentar que las tasas de remuneración de los factores productivos dependen de
los productos marginales, la teoría neoclásica introduce el supuesto que el producto
marginal de un factor disminuye cuando su empleo aumenta, manteniendo constante las
cantidades empleadas de los otros factores productivos. En la Figura 8 este supuesto se
representa midiendo el producto marginal del trabajo, PmL, en el eje de las ordenadas y la
cantidad empleada de trabajo en el eje de las abscisas, manteniendo constante al nivel K*
de empleo del capital en el proceso productivo. En otras palabras, en el eje de las abscisas
medimos el ratio L/K* = 1/k.11
INSERTAR LA FIGURA 8
11
Una figura similar puede ser construida para el producto marginal del capital midiendo en el eje de las
ordenadas el producto marginal del capital, PmK, y en el eje de las abscisas la cantidad de capital
empleada, K/L*=k, manteniendo constante la cantidad empleada de trabajo al nivel L*.
23
La curva del producto marginal del trabajo describe el conocimiento tecnológico
existente y no las elecciones de los productores sobre lo que es económicamente
conveniente para ellos. Esta curva no tiene un contenido económico. Sin embargo, la
podemos transformar en una curva con contenido económico, que llamamos curva de
demanda de trabajo, la cual describe las conveniencias económicas de los productores
porque muestra la cantidad de trabajo que los productores deben emplear según las
distintas tasas de salario real, si quieren maximizar sus tasas de ganancia. Las Figuras 9,
10 y 11 describen como la curva del producto marginal de un factor se transforma en su
curva de demanda.
INSERTARE LA FIGURA 9
Supongamos que el objetivo de los productores es maximizar su ganancia y que, para este
fin, cuando la tasa de salario es igual a w1 ellos deciden emplear la cantidad L1 de trabajo,
manteniendo constante la cantidad empleada K* de capital. Para evaluar si han elegido
correctamente, observamos que en la Figura 9 el área bajo la curva delimitada por los
puntos [0-A-B-L1] representa el producto neto cuando el número de trabajadores es L1,
mientras que el área del rectángulo [0-w1-B-L1] representa los salarios totales pagados a
los trabajadores empleados y el área residual [w1-A-B] representa las ganancias totales de
los productores.
Pasamos ahora a considerar cómo cambian las ganancias cuando, a la misma tasa de
salario w1, los productores emplean una cantidad de trabajo L2 menor de L1. La Figura 10
muestra que el producto neto correspondiente al empleo de L2 trabajadores se identifica
ahora por el área bajo la curva delimitada por los puntos [0-A-C-L2], la cual es menor que
el área [0-A-B-L1] correspondiente al producto generado por el empleo de L1 trabajadores.
El área del rectángulo [0-w1-D-L2] representa los salarios totales y el área residual [w1-AC-D], que es menor que el área [w1-A-B], representa las ganancias de los productores. Se
puede notar que, con la tasa de salario w1, a los productores no les conviene emplear L2
trabajadores porque sus ganancias serían menores de aquellas que reciben si emplean L1
trabajadores.
24
INSERTAR LA FIGURA 10
Podemos repetir el mismo razonamiento para evaluar cómo cambian las ganancias
cuando a la misma tasa de salario w1, los productores emplean una cantidad de trabajo L3
mayor de L1. La Figura 11 muestra que el producto neto correspondiente al empleo de L3
trabajadores se identifica por el área bajo la curva delimitada por los puntos [0-A-E-L3]
que es mayor del área [0-A-B-L1] generado por el empleo de L1 trabajadores. El área del
rectángulo [0-w1-E-L3] representa los salarios totales, mientras que las ganancias son
ahora representadas por la diferencia entre el área [w1-A-E] y el área [D-E-F], que es
menor del área [w1-A-B]. Se puede notar que a la tasa de salario w1 a los productores no
les conviene emplear L3 trabajadores porque sus ganancias serían menores de aquella que
ganan si emplean L1 trabajadores.
INSERTAR LA FIGURA 11
Nótese que en los tres casos hasta ahora examinados los productores maximizan sus
ganancias cuando deciden emplear una cantidad de trabajo cuyo producto marginal es
igual a la tasa de salario pagada a los trabajadores. Esta conclusión, que se puede alcanzar
también por la vía intuitiva reflexionando sobre el hecho que a los productores les
conviene aumentar el empleo del trabajo hasta que el producto marginal del último
trabajador empleado es mayor que la tasa de salario real, es confirmada por los resultados
que se obtienen usando el análisis matemático. Este último también muestra que los
productores maximizan sus ganancias cuando el producto marginal de la cantidad de
trabajo que deciden emplear es igual a la tasa de salario.12
12
De la igualdad Π = X – wL, la cual dice que la ganancia total es igual al ingreso producido menos el
salario total, podemos derivar la siguiente expresión: dΠ/dL = dX/dL – w, donde dΠ, dX y dL
representan respectivamente las variaciones infinitesimales de la ganancia, del ingreso producido y de la
cantidad de trabajo empleada. Cuando los productores deciden la cantidad de trabajo que deben emplear
para maximizar sus ganancias, ocurre que dΠ/dL = 0, por lo cual dX/dL – w = 0 y dX/dL = w, es decir,
el producto marginal del trabajo es igual a la tasa de salario real.
25
El argumento aquí desarrollado para transformar la curva del producto marginal del
trabajo en su curva de demanda puede ser repetido para construir la curva de demanda de
capital, asumiendo que las cooperativas de trabajadores (Carlo, ¿por qué referir aquí
las cooperativas, en lugar de las propias empresas capitalistas?), que pagan una
determinada tasa de rendimiento por el uso del capital, deciden emplear dosis sucesivas
del mismo.13
Para construir la curva de oferta de trabajo podemos hacer referencia al ratio L/K* = 1/k y
asumir que este indicador de escasez relativa de los factores productivos en la economía
se modifica en la misma dirección que la tasa de salario real, pues una tasa más alta del
mismo puede inducir a entrar en el mercado laboral a trabajadores que antes preferían no
participar en el proceso de producción, o bien, puede inducir a trabajadores que ya
participaban en el proceso de producción a trabajar un número de horas más elevado. Este
supuesto sobre el comportamiento de la oferta de trabajo es descrito por la Figura 12, la
cual también muestra que ante un aumento de la población que trabaja, debido a un
proceso de inmigración, la curva de oferta de trabajo se desplaza hacia la derecha, es
decir, provoca un aumento de la oferta de Ls1 a Ls2.
INSERTAR LA FIGURA 12
Conjuntando las funciones de demanda y de oferta de trabajo en una sola grafica y
asumiendo que la forma de estas funciones permita que tengan un punto de intersección,
observamos la existencia de un valor de equilibrio de la tasa de salario, w*, y de un nivel
de equilibrio del trabajo empleado, L*. La Figura 13 describe esta situación y sugiere que,
bajo las condiciones supuestas en ella, las variaciones de la tasa de salario tienden a reestablecer equilibrio entre la demanda y la oferta de trabajo. Si, de hecho, la tasa de
salario es igual a w1>w*, observamos en la Figura 13 un exceso de oferta de trabajo
porque la cantidad de trabajo ofrecida es mayor que la demandada. El exceso de oferta
tiende a reducir la tasa de salario, es decir, empuja el mercado hacia su valor de equilibrio
13
El procedimiento analítico aquí presentado para construir las curvas de demanda de trabajo y capital es
parecido al propuesto por Wicksell en sus Lecciones de Economía Política, publicadas en sueco en
1901.
26
w*. Al contrario, si la tasa de salario es igual a w1<w*, observamos en la Figura 13 un
exceso de demanda de trabajo porque la cantidad demandada es mayor que la ofrecida. El
exceso de demanda tiende a aumentar la tasa de salario. En ambos casos, las fuerzas
competitivas empujan el mercado hacia su valor de equilibrio.
INSERTAR LA FIGURA 13
En conclusión, podemos afirmar que la tasa de salario de equilibrio, determinada por el
punto en el cual las funciones de demanda y oferta de trabajo se interceptan, es igual al
producto marginal de la última unidad de trabajo disponible en la economía y empleada
con la última unidad de capital disponible. Podemos además concluir que la misma
afirmación es válida para la tasa de ganancia de equilibrio y que en la teoría neoclásica
las restricciones materiales de la disponibilidad de recursos y del conocimiento
tecnológico fijan no solo las relaciones entre las variables distributivas, sino también los
niveles de estas variables.
Regresaremos a los contenidos analíticos de esta teoría al final de este escrito, en la
sección 18, para hacer referencia a los problemas que ella debe resolver cuando el análisis
abandona el supuesto que en la economía existe una sola mercancía.
15. En el siglo XX, autores ligados a las tradiciones clásicas y keynesianas actualizaron
las viejas teorías de la distribución desarrollando nuevos análisis en oposición a los
neoclásicos.
Un primer tratamiento se asocia directamente con posiciones de Smith y Ricardo,
confirmando que la tasa de salario real se puede considerar como una variable
independiente determinada por factores histórico-convencionales, pero abandonando la
idea que esta tasa se mantiene a un nivel de subsistencia. Los factores históricoconvencionales, que en este caso se pueden también definir histórico-sociales, se
describen haciendo referencia a las normas prevalecientes en el mercado de trabajo, las
27
cuales contribuyen a determinar lo que se considera normal o equitativo pagar por los
servicios laborales. En esta teoría también, como en la descrita en la sección 9, podemos
afirmar que la tasa de ganancia se determina en forma residual y podemos hacer
referencia para ello a las ecuaciones identificadas por los números (1) a (4) y a la Figura
5.
Un segundo tratamiento, conocido como “teoría monetaria de la distribución”, se articula
a teorías clásicas que evidenciaban la relevancia que el sistema monetario y financiero iba
adquiriendo en la economía y en la sociedad del siglo XIX. El libro de Sraffa de 1960,
Producción de Mercancías por medio de Mercancías, sugería que, cuando se estudia
cómo se fijan los niveles de las variables distributivas en el siglo XX, era oportuno
asumir que las tasas de interés se determinaban de forma independiente según las
condiciones prevalecientes en los mercados financieros. Como se ha visto en el apartado
11, esta posición, sostenida en su momento por Joplin, Tooke, Marx entre otros, se puede
presentar haciendo referencia a las ecuaciones (1), (2), (3) y (5) y a la Figura 6.
Después de la publicación del libro de Keynes, Teoría General de la Ocupación, el
Interés y el Dinero, en 1936, se reforzó la idea de una determinación convencional de la
tasa de interés. Para Keynes la tasa de interés depende de las decisiones de política
monetaria del banco central y de cómo los operadores financieros evalúan las mismas. Si
los operadores piensan que la política monetaria es creíble, las decisiones del banco
central tienen éxito en fijar las tasas de interés. Keynes criticó la idea de que las
decisiones del banco central estén basadas en el conocimiento de la tasa natural de interés
y afirmó: ‘La tasa de interés es un fenómeno altamente convencional… Cualquier nivel
de interés, que sea aceptado con suficiente convicción como probablemente durable, será
durable’ (1936, p. 345). Según Keynes, a veces los economistas y los banqueros centrales
hacen referencia a la tasa natural de interés para justificar ante el público las decisiones
de política monetaria propuestas, presentándola como “neutral” respeto a la distribución
del ingreso. Keynes expresó su oposición a esta postura desde 1932, considerando la
identificación de la tasa natural de interés como engañosa al reflejar el contenido de
algunas teorías económicas, y no algo objetivo e inherente a la realidad examinada.
28
En años recientes, otros autores han elaborado esta posición teórica, profundizando el
significado de la determinación histórico-convencional de la tasa de interés y
describiendo los mecanismos competitivos o de mercado que relacionan los niveles de las
tasas de interés, con los de la ganancia y del salario (véase Panico, 1988).
16. La tercera línea de desarrollo teórico de las tradiciones clásicas y keynesianas es la
“kaleckiana”. Según esta postura, los productores fijan los precios de las mercancías
añadiendo al costo primo directo (es decir, al costo del trabajo y de las materias primas
por unidad de mercancía producida) un “margen de ganancia” que depende del “grado de
monopolio” obtenido por la empresa (es decir, dependiente del nivel de competencia en
que opera la empresa en las distintas fases de producción y venta de las mercancías). Las
estructuras productivas y de organización de los mercados influyen en la determinación
del grado de monopolio, que, según Kalecki, también depende del nivel de la demanda
efectiva. Una fase de demanda efectiva sostenida puede favorecer la formación de precios
con márgenes de ganancia altos, mientras que una fase de demanda efectiva débil induce
a los productores a conceder descuentos, lo que reduce los márgenes de ganancia.
Usando las ecuaciones propuestas en las secciones anteriores, la teoría kaleckiana de la
distribución puede ser presentada asumiendo una sola mercancía y un número infinito de
técnicas productivas, en particular considerando las ecuaciones (1), (2) y (3) y tomando la
tasa de ganancia como un dato exógeno que depende del grado de monopolio que
caracteriza los mercados, el cual puede variar de un país a otro y de un periodo histórico a
otro:
r = r*
(7)
Con las ecuaciones (1), (2), (3) y (7), la tasa de salario se determina en forma residual, es
decir, después de que la tasa de ganancia ha sido fijada.
29
17. Finalmente, otra línea de desarrollo de las tradiciones clásicas y keynesianas es la
teoría “poskeynesiana” del crecimiento y de la distribución propuesta por Kaldor (195556) y por Pasinetti, (1962),14 la cual estudia la influencia de los niveles de las variables
distributivas en una economía que crece de manera uniforme, es decir, en una economía
que se expande manteniendo constante la proporcionalidad entre su variables
económicas.
El análisis del crecimiento uniforme se desarrolló después de la contribución de Harrod
(1939), asumiendo que, en equilibrio, además de respetar la condición de igualdad entre
las decisiones de ahorro y de inversión, la economía respeta también la condición que
todas las magnitudes crezcan a la misma tasa. Haciendo referencia a las clases de los
trabajadores y de los capitalistas y a las variaciones de su riqueza neta, esta condición se
puede describir a través de las siguientes ecuaciones:
Sw = Iw = g Kw
Sc = Ic = g Kc
donde:
Sw
es el valor de las decisiones de ahorro de los trabajadores, medido en términos
reales
Iw
es el valor de las decisiones de inversión de los trabajadores en términos reales
g
es la tasa de crecimiento de todas las magnitudes de la economía
Kw
es la cantidad de capital detenido por los trabajadores, medida en términos reales
Sc
es el valor de las decisiones de ahorro de los capitalistas, medido en términos reales
Ic
es el valor de las decisiones de inversión de los capitalistas, medido en términos
reales
Kc
14
es la cantidad de capital detenido por los capitalistas, medida en términos reales.
La teoría poskeynesiana del crecimiento y de la distribución ha sido presentada en distintas versiones.
La versión de la distribución “personal” (véase Pasinetti, 1962) elabora su análisis considerando la
existencia de clases sociales (la clase de los capitalistas, de los trabajadores, etc.). La versión de la
distribución “funcional” (véase Kaldor, 1955-56) elabora su análisis considerando la existencia de
grupos de individuos que reciben el mismo tipo de ingreso (perceptores de salario, de ganancia, etc.). La
versión de la distribución “institucional” (véase Kaldor, 1966) elabora su análisis considerando la
existencia de sectores institucionales como aquellos descritos por la contabilidad nacional (sector de las
familias, de las empresas, etc.)
30
Al igual que las teorías de Smith, Ricardo y Marx, la teoría poskeynesiana asume que
cada clase social juega un papel distinto en los diferentes momentos de la conexión
producción – ingreso – gasto. Asume que los capitalistas, como dueños de las empresas,
reciben ganancias, Πc, como única fuente de ingreso y que su propensión al ahorro, sc, es
mayor que la propensión al ahorro de los trabajadores, sw. Este último supuesto se
describe a través de la desigualdad 0 ≤ sw < sc ≤ 1. Además, siguiendo la tradición
keynesiana, la teoría poskeynesiana del crecimiento y de la distribución asume que el
valor de las decisiones de inversión, I = g K, sea una variable independiente y, por ende,
considera la tasa de crecimiento de la economía como dada, g=g*. Finalmente, la teoría
asume que la tasa de rendimiento del capital (es decir, la tasa de ganancia), r, es la misma
para los capitalistas y los trabajadores.
Estos supuestos permiten escribir las igualdades relativas al crecimiento de la riqueza
neta de los capitalistas en la forma siguiente:
Sc = sc Πc = sc r Kc = Ic = g* Kc
Dividiendo estas igualdades por Kc y despejando, obtenemos lo que la literatura llama “la
ecuación de Cambridge”
sc r = g*
r = g*/ sc
(8)
Así, podemos concluir que, en una economía donde se produce una sola mercancía con
un número infinito de técnicas productivas, la teoría poskeynesiana del crecimiento y de
la distribución puede ser descrita por las ecuaciones (1), (2), (3) y (8), en las cuales
aparecen cuatro incógnitas (w, r, x, k). La Figura 14 describe el contenido de estas
ecuaciones y muestra que la tasa de salario se determina en forma residual, después de
que la tasa de ganancia ha sido fijada en base a las decisiones de inversión y de ahorro de
los capitalistas.
31
INSERTAR LA FIGURA 14
En años recientes la literatura ha mostrado que es posible reconciliar la teoría
poskeynesiana y la teoría monetaria de la distribución, haciendo referencia al rol que el
sector público y las políticas monetaria y fiscal juegan en la economía (véase Panico,
1997).
18. Los análisis presentados en las secciones anteriores parten del supuesto que en la
economía existe una sola mercancía. Este supuesto permite medir el ingreso producido y
el capital sin tener que considerar los precios de las mercancías que los componen. En
una economía donde se produce más de una mercancía, estos precios no se pueden pasar
por alto, dependen de los valores de w y r y cambian con ellos induciendo una variación
en los valores del ingreso X y del capital k.
En esta sección haremos algunas referencias breves a los complejos problemas que
surgen al analizar una economía donde se produce más de una mercancía, sin tener la
pretensión de presentar un análisis completo. Estos problemas complejos han sido
examinados en muchos debates presentes en la literatura económica desde su origen.
Entre ellos, el debate sobre la teoría del capital, que tuvo un auge en los años 1960,
después de la publicación del libro de Sraffa (1960), Producción de Mercancías por
medio de Mercancías, llegó a conclusiones que, como se argumentará en esta sección,
afirman la imposibilidad de dar una solución positiva a algunos de los problemas que la
existencia de más mercancías representa para la teoría neoclásica. El mismo debate
mostró también que era posible dar una solución positiva a los problemas del análisis del
capital en las teorías clásica, marxiana, kaleckiana y poskeynesiana. Esta parte del debate,
sin embargo, no será presentada en este escrito.
Los problemas que surgen cuando se tiene que considerar a los precios de las distintas
mercancías para evaluar los agregados “capital” e “ingreso producido” en las teorías de la
32
distribución han sido siempre centrales en la literatura económica. Smith, Ricardo y Marx
habían tratado de resolverlos buscando determinar una medida invariable del valor; la
teoría neoclásica puso en el centro de sus elaboraciones analíticas la cuestión desde su
origen, proponiendo para ellos varias soluciones.15
El libro de Sraffa (1960) muestra que algunas afirmaciones, consideradas validas para
una economía donde se produce una sola mercancía y referidas a la medición de los
agregados “capital” e “ingreso producido” y a su relación con las variables distributivas,
no se confirma en los análisis de una economía donde se producen más mercancías. Este
resultado alimentó un amplio debate, conocido como la “controversia sobre la teoría del
capital”, que llenó las páginas de la literatura económica en los años Sesenta y Setenta.
Prestigiosos autores neoclásicos admitieron la relevancia de los problemas levantados.
Entre ellos, el premio Nobel Paul Samuelson se expresó en un Simposio sobre el tema en
la revista Quarterly Journal of Economics confirmando la validez de los resultados de
Sraffa, concluyendo: ‘Si todo esto da dolor de cabeza a los nostálgicos de las
tradicionales parábolas neoclásicas, debemos recordarnos a nosotros mismos que los
investigadores no han nacido para tener una existencia fácil. Tenemos que respetar, y
considerar con atención, los hechos de la vida’. (Samuelson, 1966, p. 583, traducción
propia, CP).16
La controversia sobre la teoría neoclásica del capital evidenció la existencia de un
conjunto de dificultades. Los primeros problemas conciernen al análisis de la oferta de
los factores productivos y se refieren a la medición de la cantidad de capital disponible en
la economía y al producto marginal de los factores. A diferencia del caso en el cual existe
una sola mercancía, el valor de la oferta de capital depende de los precios de las
mercancías que lo componen y puede, consecuentemente, cambiar cuando varían los
niveles de w y r. Por esta razón, en los análisis de una economía donde se producen más
15
16
Las soluciones propuestas por Böhm Bawerk (1889), en términos de “periodo medio de producción”, y
por Wicksell (1901), en términos de “cantidades datadas de tierra y trabajo”, son las más conocidas.
Texto original: ‘If all this causes headaches for those nostalgic for the old time parables of neoclassical
writing, we must remind ourselves that scholars are not born to live an easy existence. We must respect,
and appraise, the facts of life.’ (Samuelson, 1966, p. 583)
33
mercancías se vuelve problemático identificar el grado de escasez relativa de los factores
productivos a través de los valores del indicador k.
Otras dificultades, algunas de las cuales ya han sido recordadas en la sección 7 anterior,
conciernen a la demanda de los factores productivos. En primer lugar, cuando en la
economía se producen más mercancías, no es posible atribuir a cada técnica productiva
una sola pareja de valores de X y k, es decir un grado único de intensidad de capital o de
trabajo. En este caso, la relación funcional que liga w y r con cada técnica productiva no
es lineal y los valores que tuvieran que indicar las intensidades de capital y de trabajo de
la técnica usada cambian al variar w y r. La Figura 15 describe dos posibles pautas, una
cóncava hacia arriba y otra cóncava hacia abajo, ambas posibles de asumir por la relación
funcional que liga w y r cuando se analiza una economía donde se producen más
mercancías.
En segundo lugar, la envolvente de las técnicas productivas usadas no muestra una
relación monótona entre las intensidades de capital y trabajo –correspondientes a tales
técnicas- y las tasas de remuneración de los dos factores productivos. Como consecuencia
de ello, no se puede afirmar que cuando las tasas de salario se reducen se utilizan técnicas
productivas con mayor intensidad de trabajo y menor intensidad de capital, ni que se
utilizan técnicas productivas a menor intensidad de trabajo y mayor intensidad de capital
cuando las tasas de salario aumentan. La Figura 15, que deriva la envolvente asumiendo
que los productores sólo conocen dos técnicas productivas, muestra que cuando la tasa de
salario es mayor que w3 la técnica A es la más conveniente para los productores (es decir,
maximiza su tasa de ganancia). Si la tasa de salario se reduce volviéndose menor que w3,
la técnica A es substituida por la técnica B, la cual maximiza la tasa de ganancia de los
productores cuando la del salario tiene un valor entre w3 y w4. Sin embargo, cuando la
tasa de salario asume valores menores que w4, la técnica A vuelve a ser la más
conveniente para los productores, señalando un fenómeno conocido en literatura como
“retorno de las técnicas”, que no se manifiesta en los análisis de las economías que
producen una sola mercancía. En estos casos, como se observa en la Figura 15, puede
suceder que, cuando la tasa de salario disminuye, pasando de w1 a w2, y la tasa de
34
ganancia aumenta, pasando de rB1 a rA2, el valor del capital empleado en la producción
aumenta, pasando de k1 a k2,17 en lugar de disminuir, como se ha indicado en las
secciones anteriores en la ecuación (3). Este fenómeno, conocido como “reversión del
valor del capital” (en inglés, “reverse capital deepening”), comporta que, cuando se
analiza una economía donde se producen más mercancías, la relación entre el producto
marginal de un factor y su tasa de rendimiento no es monótona, es decir, no es siempre
decreciente.
Las implicaciones de esta ultima dificultad están consideradas en la Figura 16, donde se
describe una pauta no monótona del producto marginal del trabajo. A diferencia de lo que
sucede cuando la pauta es decreciente, no podemos hacer corresponder a cada valor del
producto marginal del trabajo un solo valor L de trabajo empleado. En la Figura 16, al
nivel w* de la tasa de salario y del producto marginal corresponden cinco valores de L.
Esta ausencia de bi-univocidad en la relación entre el producto marginal del trabajo y su
empleo, L, no permite afirmar, en el caso de una economía donde se producen más
mercancías, que el producto marginal de un factor de producción (y por ende, su tasa de
remuneración) sea también un indicador de su escasez relativa. Además, aún si el análisis
pudiera mostrar la existencia de soluciones de equilibrio para las variables distributivas,
el hecho de que las curvas de los productos marginales de los factores productivos, y
consecuentemente sus curvas de demanda, no son monótonas y decrecientes, puede
generar problemas de estabilidad de las soluciones de equilibrio encontradas.
19. Las teorías de la distribución del ingreso siempre han representado un tema
controvertido y central en la literatura económica. El contenido de las secciones
anteriores indica que es posible distinguir entre teorías que afirman y teorías que niegan
el carácter conflictual de los procesos distributivos. En las primeras, los elementos
materiales (es decir, el conocimiento tecnológico y la disponibilidad de los recursos)
imponen restricciones a la relación entre las variables distributivas, pero no fijan los
17
Nótese que la intensidad de capital de la técnica B cuando w=w1 es igual a k1 y la intensidad de capital
de la técnica A cuando w=w2, es igual a k2, con k2>k1.
35
niveles de las mismas. En las segundas, los elementos materiales imponen restricciones a
la relación entre las variables distributivas y a sus niveles. Sin embargo, en las primeras
los acuerdos político-institucionales, donde se manifiestan los conflictos sobre la
repartición del ingreso producido, influyen en los niveles de equilibrio de las variables
distributivas. En las segundas, los espacios de regulación político-institucional son
limitados y la mediación política entre las partes sociales en conflicto por la distribución
del ingreso puede ser dañina si pasa por alto la incidencia de las restricciones materiales
sobre las variables distributivas.
Finalmente, en las páginas anteriores el análisis ha sido presentado asumiendo que la
economía produce una sola mercancía para evitar los complejos problemas de coherencia
lógica ligados a la relación entre los precios de las distintas mercancías y las variables
distributivas, las cuales surgen cuando se considera una economía en que se producen
más mercancías. En la anterior sección 18 se han levantado sólo algunos de los problemas
relativos a este caso. Un análisis detallado de estas dificultades y de sus soluciones se
hace necesario para presentar un estudio completo de las teorías de la distribución del
ingreso. Este análisis, sin embargo, nos llevaría más allá de los objetivos de este escrito.
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