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ARGENTINA EN EL MOVIMIENTO DE NO ALINEADOS
Alberto J. Sosa
1988
Introducción
El objetivo de este trabajo es analizar el comportamiento argentino en el Movimiento de No
Alineados (MONOAL), en el período comprendido entre 1973 (ingreso como miembro pleno en
la IV Cumbre de Argel) y 1983 (VII Cumbre en Nueva Delhi). Dicho comportamiento se estudia
en relación con el funcionamiento del MONOAL y con algunos de sus principales principios y
propósitos, así como con la política exterior global de la Argentina, formulada y ejecutada en el
período.
La hipótesis de este trabajo es que la incorporación de la República Argentina como miembro
pleno al MONOAL, no constituyó una excepción a su visión anticuada del mundo, ya que
mantuvo, hasta 1982/1983, un nivel de participación difuso y de escaso compromiso respecto
de los principales problemas y aspiraciones del MONOAL.
Dentro de los principios y propósitos que guiaron el desenvolvimiento del MONOAL, en el
período objeto de estudio, se concentra la atención sobre los siguientes temas: 1)
descolonización; 2) racismo; 3) bases militares y zonas de tensión; 4) desarme; 5) Nuevo
Orden Económico Internacional (NOEI) ; y 6) Antártida.
Respecto del comportamiento argentino en MONOAL se considera el desempeño del
Ministerio de Relaciones Exteriores (MRREE), aunque también el de otras instancias de poder
político, como la “diplomacia militar”. Se analiza el nivel de las representaciones oficiales que
participaron en las reuniones y el compromiso argentino respecto de las temáticas planteadas
por sus representantes.
En el tratamiento de la política exterior, se detectan los problemas que demandaron el interés
prioritario de las relaciones exteriores, analizando la incidencia del carácter constitucional o de
facto de los gobiernos argentinos. También se pretende caracterizar el perfil del
comportamiento argentino en el MONOAL, en función de la visión del mundo que tenían sus
actores hegemónicos domésticos. Asimismo, se sistematiza la información sobre la
participación de la Argentina en dicho Movimiento, detectando las ideas que guiaron la
conducta de los sucesivos gobiernos argentinos en el organismo.
El presente consta de tres apartados.
Un primer apartado, sobre el significado y orígenes del MONOAL; sus principales etapas y
algunas precisiones conceptuales.
El segundo, analiza a escala global la política exterior de la República Argentina y su conducta
en el seno de -y respecto del- MONOAL.
Finalmente, en el tercero, se incluyen algunas consideraciones y perspectivas respecto de la
participación argentina en el MONOAL y sobre el propio Movimiento.
1. Significado y orígenes
1
No hay uniformidad de criterio respecto de los orígenes doctrinarios en los que abrevó el
MONOAL, ya que diversos países -o grupos sociales de éstos últimos-, reivindican su
paternidad. Sectores de Estados Unidos de América (EUA), consideran que la génesis del
Movimiento se halla en los “14 puntos del presidente Wilson”, recogidos en el Mensaje al
Congreso de su país (1918), en lo que atañe a “la autodeterminación de los pueblos” que, en
aquella época, se relacionaba con la dominación colonialista europea. Por su parte, el Partido
Comunista de la Unión Soviética (PCUS), estima que la Revolución Bolchevique cumplió un rol
precursor en la atención y tratamiento de los movimientos de liberación asiáticos y de los
países de la periferia del sistema internacional, estructurados en la primera posguerra, no sólo
a través de la labor intelectual del jefe del partido bolchevique (“El imperialismo fase superior
del capitalismo”; “El derecho de las naciones a la autodeterminación”), sino con acciones como
la convocatoria del Congreso de Baku1 (1920), en el que se vincularon reivindicaciones
sociales y nacionales (“proletarios y pueblos oprimidos uníos”). También tercian en la disputa
países del Tercer Mundo, reivindicando la autoría político intelectual del Movimiento ya que el
Kuomintang chino y el Partido de la Revolución Mexicana convocaron en Bruselas (1927), a
partidos y movimientos de liberación, que pugnaban por la independencia de sus países,
creando la llamada “Liga antiimperialista”2.
Un dato común a todas estas tentativas de la primera posguerra, es que aluden a países y
pueblos oprimidos, desbordando el marco estatal surgido en el Congreso de Westfalia (1648).
El Estado no es el único sujeto o actor político del sistema internacional sino que los pueblos,
partidos, frentes o movimientos anticoloniales, son homologados a los países y se les reconoce
un status jurídico-político internacional3. Además de la administración colonialista localizada en
el Tercer Mundo coexiste, según esta perspectiva, el pueblo organizado políticamente que está
en conflicto con aquélla y que pugna por su emancipación.
El Partido del Congreso Indio, evoca la conexión doctrinaria entre los principios contenidos en
el Pancha Shila budista (no violencia, neutralismo positivo, etc.) y los principios fundacionales
del MONOAL coexistencia, descolonización, neutralismo activo, etc.4.
Asimismo, el Movimiento es tributario de los “padres fundadores del MONOAL“, que impusieron
su impronta personal en la etapa de su creación, como los primeros mandatarios Ahmed
Sukarno de Indonesia (1945/1967); Gamal Abdel Nasser (1956/1970); Joseph Broz o Mariscal
Tito de Yugoslavia (1953/1980); y el Pandit Nehru de la India (1947/1964), en Bandung
(Indonesia) y Brioni (Yugoslavia5), donde se celebraron las dos primeras reuniones del
MONOAL6.
La oleada anticolonialista asiática (Indonesia, India, etc.) sumada a situaciones de
independencia y equilibrio que debían resguardar algunos países (Egipto y Yugoslavia),
contribuyeron a que un grupo de ellos decidiesen no implicarse en la política de guerra fría,
contención y seguridad regional, formulada y ejecutada por las potencias hegemónicas (EUAURSS), vigentes durante la segunda posguerra.
La institucionalización de la políticas de bloques militares, que implicó a EUA y sus aliados en
la Organización del Atlántico Norte (OTAN) y a la URSS y las denominadas “democracias
1
Bondarevski G. y Sofinski V. “La no alineación. Lucha por la liberación y el desarrollo”. Editorial Estudio. Buenos Aires.
1983, págs.16/17.
2
Pérez Llana, Carlos. “América Latina y los no alineados” en “Política de poder en América Latina” (varios autores),
Editorial Pleamar. Bs. As. 1974, pág.157.
3
Jouve Edmund “Du Tiers Monde des Etats au Tiers Monde des peuples” en Le Tiers Monde dans la vie internationale ,
Berger – Lavrault – Mondes en devenir... París. Novembre 1983, págs. 161/170.
4
Bondarevski G. et al. –ob. Cit. en 1-, págs. 43/44; Worsley, Peter –“El Tercer Mundo: una nueva fuerza vital en los
asuntos internacionales”. Editorial Siglo XXI. México 1971, págs. 237/239.
5
Ex Yugoslavia, actual Croacia.
6
En Bandung (Indonesia) se celebró la reunión preparatoria y fundacional del MONOAL (desde el 18 hasta el 24 de
Abril de 1955), con el objetivo de favorecer la cooperación económica y cultural afroasiática, en oposición al
colonialismo y al neocolonialismo de las antiguas metrópolis europeas, de los EUA, así como de la URSS. En la citada
Conferencia se acordaron los principios que debían guiar las relaciones internacionales de los integrantes del
Movimiento de No Alineados.
2
populares” de Europa Oriental en el Pacto Varsovia, amenazó y restringió los márgenes de
maniobra de los países que acuñaron los conceptos de no alineación y neutralismo activo7.
Probablemente todas las vertientes aquí señaladas, contribuyeron a la sistematización de un
conjunto de principios y a la formulación de estrategias, que permitieron el surgimiento del
MONOAL como un actor internacional.
Las elites de los países del denominado Tercer Mundo generalmente analizan al sistema
internacional de acuerdo con las pautas y criterios elaborados en EUA, en Europa Occidental y
en su momento también en la ex URSS. En ese sentido, el MONOAL implicó una tentativa de
lectura del sistema mundial desde la periferia del mismo, con una perspectiva que resguardase
el interés de sectores sociales y grupos corporativos predominantes en los países del Tercer
Mundo8.
El objetivo central de los No Alineados fue procurar, a partir de una visión propia de los
problemas mundiales, un conjunto de principios de política internacional que permitiesen el
desarrollo de los Estados –pueblos del Tercer Mundo y la descolonización emprendida por los
Movimientos y/ o Frentes de Liberación- , con la intención de alcanzar una participación relativa
en el sistema mundial.
Las categorías “no alineamiento” y “neutralismo positivo” fueron el anverso y reverso de una
misma moneda. El “no alineamiento” es la no participación en ninguno de los bloques de
seguridad colectivos de la guerra fría y el “neutralismo positivo”, una participación activa para
promover y expandir las zonas de paz. La combinación de estas dos ideas tendía a boicotear a
los bloques de seguridad Regional, institucionalizados por las grandes potencias, que
mediatizaban el desempeño internacional de los países localizados en la periferia del planeta;
ensanchando los espacios de paz, a través de la vigencia de principios y propósitos
relacionados con la coexistencia y la descolonización.
El pensamiento que guiaba estos comportamientos estimaba que debía desecharse el
neutralismo o neutralidad, en los términos históricos en que se lo conocía, ya que no se trataba
de no inmiscuirse o de permanecer ajeno a los problemas del mundo, sino de no involucrarse
en políticas diseñadas por potencias metropolitanas, que no coincidían con los intereses de los
grupos hegemónicos de los países del Tercer Mundo. Dicho neutralismo poco tenía que ver
con el status suizo (1815) o el austriaco (1955) y mucho con una lectura auto-centrada, que
aspiraba a resguardar el interés de los países y pueblos, que habían carecido de voz y voto
hasta la 2ª posguerra y pugnaban por ensanchar los espacios de paz y desarme a escala
mundial. El “neutralismo activo” era un rechazo a la guerra fría y también un compromiso con
la coexistencia pacifica, el pluralismo ideológico, la descolonización y la democratización de las
relaciones internacionales9.
Conforme a las ideas fundacionales del MONOAL, no se pretendía crear una tercera fuerza o
conglomerado competidor de los dos existentes, sino que, a través de un “discurso no
violento”, se promovían ideas tendientes a crear un escenario internacional distendido que
favoreciese la emancipación de países y pueblos del Tercer Mundo10.
1.1. Etapas
La fecha de surgimiento del MONOAL (Belgrado, 1961) coincidió con el establecimiento de la
coexistencia entre las grandes potencias, la profundización del proceso descolonizador y la
7
Broz J. Tito. “Principios genuinos del no alineamiento – inspiración y visión duraderas”. Editorial Izdaje, Belgrado 1979,
pág. 4; Cusic, M. “La libertad, independencia e integridad de los no alineados”. Editorial Izdaje. Belgrado 1979, págs.
11/13; Kardelj, E. “Raíces históricas de la no alineación”. Editorial Izdaje. Belgrado 1979, págs. 21/27.
8
Dallanegra, Luis. “Principios de política internacional desarrollados por los países no alineados”. Mimeo inédito. Bs.
As., pág. 11.
9
Vukadinovic, R. “Los países no alineados y la distensión”. Editorial Jugoslovenska Stvarnost. Belgrado 1979, págs.
26/29 y 53/55.
10
Kardelj, E. “Yugoslavia en las relaciones internacionales y en el Movimiento de No Alineación”. Editorial Izdaje.
Belgrado 1979, págs. 113/118.
3
expansión de las empresas transnacionales -con anclaje en los países capitalistas
desarrollados- hacia los países del Tercer Mundo.
En los 60´ (XX), el motor de la expansión capitalista se desplaza de la industria de bienes
homogéneos (siderurgia, bienes de equipamiento) hacia la producción de bienes de consumo
diferenciado, modificando las condiciones del proceso de acumulación de los países
industrializados de economía de mercado y el funcionamiento de la economía mundial.
La competencia respecto del mercado consumidor de los países centrales, acarrea gastos en
función de las modas o de la introducción de innovaciones en los bienes durables. Una
manera de disminuir costos y de ampliar el ciclo del producto en el mercado, es que las
matrices de estos grupos empresariales expandan sus actividades, localizándose en países del
Tercer Mundo, ofreciendo productos amortizados y considerados técnicamente obsoletos en
los países centrales. A su vez, los países periféricos dictan políticas tuitivas de las industrias
allí localizadas y de desaliento a las importaciones. La localización de dichos grupos
corporativos en el Tercer Mundo, transnacionaliza la actividad productiva y prolonga el lapso de
utilización de equipos y de tecnologías, en proceso de obsolescencia11.
En el MONOAL coexisten países muy heterogéneos. Algunos de ellos se emanciparon de la
dominación colonial a principios o durante el siglo XIX y otros a posteriori de la 2ª Guerra
Mundial.
El ingreso de países recientemente descolonizados a las Naciones Unidas y su participación en
el examen de los asuntos mundiales, fue homologado al otorgamiento del voto al conjunto de la
ciudadanía, en el nivel doméstico12. Dentro del marco de lo que se denominó “La 1ª Década del
Desarrollo”, impulsada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, nace la Organización
de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) y se organiza en su interior
el “Grupo de los 77”, especie de correlato económico de lo que era el MONOAL en el nivel
político.
El acuerdo en la Cumbre, si bien estipula reglas de juego que flexibilizan las relaciones de las
superpotencias entre sí, no ocasiona el mismo efecto, respecto de las relaciones de éstas con
los países del Tercer Mundo.
En Asia se legitiman los procesos de emancipación pero, simultáneamente, se crean
Organismos de seguridad colectiva (SEATO, ANZUS, CENTO) que implican a países de dicha
Región –dentro de un clima de guerra fría-, en una política de contención del comunismo13.
África negra accede a su independencia política, en algunos casos, a través de negociaciones
entre los movimientos anticoloniales y las administraciones metropolitanas; en otros, a través
de la acción armada emprendida bajo la hegemonía de los movimientos de liberación, cuando
la reluctancia del poder colonial no deja alternativa.
La descolonización de África negra significa la retirada del poder colonial europeo y su
reemplazo por relaciones que implican -para las ex colonias- nuevos lazos de subordinación;
así como la influencia soviética, a través del apoyo brindado a los movimientos de liberación en
su lucha por la independencia política.
La Organización de la Unidad Africana (OUA), creada por distintos líderes africanos14en Addis
Abeba, Etiopía (25/05/1963), tenía como principales objetos la erradicación del colonialismo, la
lucha contra el apartheid y la promoción de la cooperación internacional. En este sentido,
contribuyó a que los países y pueblos del Magreb y del África Subsahariana adopten sus
11
Ikonicoff, M. “De la cultura de la renta a la economía de producción”. Editorial Legasa. Buenos Aires 1989, pág. 118.
Pellet, Alain.“Le droit international du développement”. Ed. PUF. Francia 1978, pág. 124.
13
Guitard, O. “Bandung y el despertar de los pueblos coloniales”. Eudeba. Buenos Aires. 1962, págs. 18/20.
14
Kwame Nkrumah, líder independentista y presidente de Ghana (1960/1966); Gamal Abdel Nasser, presidente de
Egipto (1956/1970); y el emperador de Etiopía Haile Selassie (1941/1974). La OUA fue reemplazada por la Unión
Africana
(UA).
(09/07/2002).
Cfr.
página
oficial
de
la
UA:
http://www.africaunion.org/root/au/AboutAu/historical_Docments.htm
12
4
propios puntos de vista, reafirmando el “no alineamiento” y evitando el establecimiento de
organismos de seguridad colectiva15.
En América Latina el acceso al poder de la revolución castrista en Cuba y el discurso de la II
Declaración de la Habana (04/02/1962), dentro de la zona de influencia de EUA, producen la
reformulación de los contenidos del Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca (TIAR). Si
al momento de suscribirse el Tratado de Río de Janeiro, la hipótesis de conflicto estaba
representada por la URSS, localizada a miles de kilómetros de América Latina, la revolución
cubana interioriza el conflicto ya que el enemigo, conforme al nuevo discurso de seguridad
colectiva, opera en el interior de los países de la Región. Así como la Revolución Cubana era el
paradigma de la expansión soviética en el Caribe hispano, los movimientos guerrilleros y los
diversos movimientos políticos, sociales y estudiantiles de América Latina fueron considerados
como un reflejo de la penetración soviético-cubana en el continente16.
Las Fuerzas Armadas de América Latina, a la sazón, no debían combatir contra el ejército
soviético, auxiliando a los EUA, en el hipotético caso de invasión, sino contra los enemigos
infiltrados en el interior de sus países.
Los 60´ (XX) implicaron para América Latina y el Caribe el ingreso pleno a la etapa de guerra
fría, caracterizada por un mayor control militar sobre los gobiernos y las ciudadanías.
Los convenios de asistencia bilateral, con EUA, perfeccionaron y complementaron el TIAR17.
Si bien los acuerdos entre las superpotencias y la “Resolución 1514 (XV), Sobre la Concesión
de la Independencia a los Países y Pueblos coloniales”, coincidían con los propósitos iniciales
del MONOAL (coexistencia y descolonización), de facto ignoraron -o soslayaron- las
transformaciones operadas en el nivel político y económico, así como su impacto sobre los
países del Tercer Mundo. Dicha circunstancia produjo una crisis en el Movimiento que va
desde la Cumbre del Cairo (1964) hasta la Cumbre de Argel (1973), en la que se incorporó la
problemática del Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI), de carácter global y no
particularista18.
A principios de los 70´ (XX), la URSS y EUA iniciaron el proceso de distensión, con la firma del
SALT I, sobre la limitación de armas estratégicas. La República Federal Alemana, bajo el
comando de su Canciller Willy Brandt (1969/1974), inauguró la “Ospolitik”, mediante la
normalización de relaciones diplomáticas y la intensificación de los intercambios comerciales
con los países socialistas del Este europeo. El momento cenital de la “distensión”, se vivió en
ocasión de la Conferencia de Helsinki (1975). Sin embargo, a fines de la década, diversas
circunstancias contribuyeron a obstaculizar la citada política.
En lo económico se asistió, en el primer lustro de la década del 70´, a la crisis del orden
financiero y monetario institucionalizado en Bretton Woods y a la finalización de la “era
keynesiana y del crecimiento sostenido”.
La crisis energética favoreció el surgimiento de los países miembros de la Organización de
Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y de la banca privada transnacional. Los recursos
financieros -apropiados por los países de la OPEP-, se depositaron en bancos privados de
alcance transnacional, que ocasionan la desregulación del régimen de Bretton Woods y el
aparente debilitamiento de los Organismos multilaterales de crédito (FMI-BM).
A mediados de la citada década se inicia, en determinados países capitalistas industrializados,
una mutación tecnológica que da prioridad a las inversiones en la producción de bienes
diferenciados de alta complejidad tecnológica, como los nuevos materiales (sucedáneos de
materias primas), la informática, la biotecnología, las telecomunicaciones, etc.
15
Carta de la OUA en “Tratados y documentos internacionales”. Víctor de Zavalia Editora. Buenos Aires. 1971, pág.
246/254.
16
Veneroni, Horacio –“EUA y las FFAA en América Latina”. Editorial Periferia, Buenos Aires. 1973, pág. 65/86.
17
Lanús, Juan Archibaldo.“De Chaputelpec al Beagle”. Emecé Editora. Buenos Aires. 1984, pág.154.
18
Moita, L. “El Movimiento de los No Alineados: Historia y doctrina”. Editorial Revolución. Madrid 1983, pág. 55.
5
La dinámica del crecimiento de los países industrializados de economía de mercado, encuentra
algunos obstáculos. Uno de ellos, está representado por la saturación de la demanda de los
bienes de consumo durable, producidos por las ramas motoras del crecimiento económico.
Otro, por el incremento de los costos de producción: el salarial y el energético. Así es que las
grandes firmas se ven obligadas a definir nuevas estrategias de acumulación, tendientes a
disminuir costos, descomponiendo el proceso de producción en operaciones simples o
complejas, dispersas en el espacio del mercado mundial. La minimización de costos de
producción y especialmente los salariales, contribuyen a la desconcentración de la gran unidad
de producción, reubicándola en países del Tercer Mundo que disponían de mano de obra
barata y abundante19. Simultáneamente, los países del Tercer Mundo contratan préstamos
incondicionados, con la banca privada transnacional, provocando el fenómeno del
endeudamiento externo.
Así como en los 60´ (XX) la transnacionalización, operó a través de la inversión extranjera
directa de las ETs; el nuevo ciclo combina el empréstito financiero, los créditos y la inversión
productiva, en países donde se lleva a cabo una fase del proceso productivo, aprovechando el
régimen de flexibilización de la mano de obra.
Las transformaciones económicas, financieras y tecnológicas de los 70´ (XX), produjeron
ajustes en el sistema interestatal. Los países que lideraron la revolución tecnológica como
Japón, la República Federal Alemania y los EUA, lograron ventajas respecto de la entonces
URSS y los países del “socialismo real”.
El destino que los países del Tercer Mundo dieron a los empréstitos y demás flujos financieros,
produjeron clivajes en su interior, que cuestionaron la hipotética homogeneidad y solidaridad
de aquél20.
Los NICs asiáticos y Brasil utilizaron el endeudamiento para reorganizar sus respectivas
economías y conectarse de manera relativamente activa al mercado mundial. Sin embargo, la
mayoría de los países del Tercer Mundo, no invirtió provechosamente los empréstitos, ya que
el endeudamiento agravó el retroceso de los mismos, respecto de los países industrializados
de economía de mercado21.
El MONOAL, repetía sus errores de diagnóstico. Así como en los 60´ “descuidó” -en sus
análisis- la operatoria de las ETs; en los 70´, concentró su atención crítica en ellas, pero ignoró
la mutación tecnológica, la reestructuración industrial y su nueva operatoria en sus respectivos
mercados domésticos, así como la transnacionalización financiera privada.
1.2. Precisiones conceptuales
1.2.1. Tercer Mundo y No Alineamiento
Es común que se utilicen como sinónimos las expresiones Tercer Mundo y MONOAL, cuando
tienen distintos significados. La expresión “Tercer Mundo” fue acuñada por Alfred Sauvy22 para
caracterizar a los países y pueblos de Asia, África, América Latina y el Caribe. La noción Tercer
Mundo, designa a todo aquel conjunto de países y pueblos que no encuadran dentro de los
parámetros que caracterizan a los países industrializados de economía de mercado (1er.
Mundo); ni tampoco dentro de los parámetros que caracterizan a los países de economía
colectivista (2º Mundo).
El Tercer Mundo, a escala internacional, es el Tercer Estado del Abate Emmanuel-Joseph
Siéyes, o sea el conjunto de países que componen la periferia el sistema mundial y que actúan
como recipiendarios de las decisiones que se adoptan en los mundos 1° y 2°. Se trata, de un
concepto que pretende englobar a países y pueblos con tradiciones y culturas diferentes y
sujetos a dominaciones diversas.
Ikonicoff, M. –op. cit. en 11), págs. 120/122.
Sosa, Alberto J. –“Aspectos de la política exterior del gobierno argentino”. Consejo FederaI de Inversiones. Buenos
Aires. Diciembre 1988, pág. 5.
21
Sosa, Alberto J. “Argentina y su reinserción en el mundo”. Cfr. Parte II, Capítulo 23 de este libro.
22
Jouve, Edmund. “Le Tiers Monde et la conscience de soi” en “Le Tiers Monde dans...”. Berger – Lavrault. Mondes en
devenir. París. Novembre 1983, pág. 17.
19
20
6
El MONOAL, a diferencia del concepto Tercer Mundo, no es un criterio geográfico sino político,
ya que “no alineado” es todo aquel país que pugna por el logro de la coexistencia, la
descolonización, el antirracismo, el pluralismo ideológico, la democratización de las relaciones
internacionales y además pretende tener una visión propia del sistema mundial y de los
problemas que le atañen. Así es que un país del Tercer Mundo puede ser alineado respecto de
una superpotencia y – a la inversa – un país no tercermundista (europeo) puede ser “no
alineado” (Yugoslavia, Malta)23.
No todos los países del Tercer Mundo pertenecen a los “no alineados” y no todo país “no
alineado” pertenece al Tercer Mundo.
La noción de “no alineado” admite múltiples lecturas, quizás tantas como países que se
reivindican como tales, ya que depende de su propia visión respecto de aquellos problemas y
temáticas que influyen en su desempeño internacional24.
1.2.2. Distintas lecturas del No Alineamiento
A pesar de que las Conferencias de Bandung (Indonesia), Bogor (Indonesia), Brioni
(Yugoslavia25) y la I Cumbre de MONOAL, estipularon una serie de requisitos a los que debía
darse cumplimiento para el ingreso y permanencia en el MONOAL, comprobamos que pocos
son los que observan los “principios del no alineamiento”.
Las dos reglas básicas que deben respetar los países miembro son: 1) no formar parte de
esquemas de seguridad colectiva, en los que esté implicada una de las superpotencias; 2) no
firmar y/ o aprobar tratados de cooperación y asistencia militar, de carácter bilateral inscriptos
dentro del clima de guerra fría26.
Si efectuamos un examen de todos y cada uno de los países miembros, comprobamos que
pocos son los que cumplen con estas dos reglas.
Yugoslavia, no es miembro pleno de la OTAN o del Pacto de Varsovia, puesto que considera
que, tanto la URSS como EUA, constituyen un riesgo para el interés nacional del país.
Asimismo, estima que la política de distensión y de descolonización, desacelera la carrera
armamentista y amplía el espectro de países que se incorporan al sistema de las Naciones
Unidas. El “no alineamiento”, pergeñado por Tito, guarda equidistancia tanto respecto del
“imperialismo estadounidense” como del “hegemonismo soviético”. Para la “concepción
titoísta”, existe un 1er .Mundo capitalista – imperialista; un 2º Mundo, hegemonizado por la
URSS; y un Tercer Mundo, “no alineado”, que pretende romper la política de bloques
militares27.
Cuba considera que si bien hay tres mundos: a) capitalista, b) socialista y c) tercermundista, el
conflicto básico del sistema internacional es el que protagoniza el imperialismo con los países y
pueblos del Tercer Mundo, sujetos a lazos coloniales y/o neocoloniales respecto de aquél. El 2º
Mundo (socialista), opera como aliado de los países y pueblos oprimidos en su conflicto con el
imperialismo de los países centrales capitalistas. El “no alineamiento”, en esta lectura, pasa por
una alianza estratégica entre países y pueblos del Tercer Mundo con la URSS y demás países
socialistas en contra del imperialismo28.
La República Popular China, a pesar de que no es miembro pleno del MONOAL, aportó su
perspectiva respecto de lo que debe entenderse por “no alineamiento”. Los estándares chinos
para clasificar a los países, según su pertenencia, a uno de los tres mundos, revela una dosis
23
“Estudios: Política y Movimiento de No Alineación 1961/1979”. Editorial Jugoslavenska Stvarnost. Belgrado 1979,
pág. 44.
24
Pérez Llana, Carlos. “América Latina y los no alineados” en “Política de poder en América Latina” (varios autores),
Editorial Pleamar. Bs. As. 1974, pág. 157.
25
Actual Croacia.
26
Estudios: Política y Movimiento de No Alineación 1961/1979”. Editorial Jugoslavenska Stvarnost. Belgrado 1979, pág.
23.
27
Moita, L. “El Movimiento de No Alineados…”, pág. 92.
28
Moita, L. “El Movimiento de No Alineados…”, pág. 90.
7
de originalidad. La URSS y EUA, conforme esta visión, integran el 1er. Mundo; Europa Oriental,
Europa Occidental, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, etc., conforman el 2º Mundo; mientras
que los países de Asia (entre ellos China), África, América Latina y el Caribe integran el Tercer
Mundo.
El “no alineamiento”, según la lectura china, consiste en la alianza entre los mundos 2º. y 3º,
para contrarrestar y debilitar el condominio oligárquico del imperialismo estadounidense con el
social –imperialismo soviético29.
Argelia, a través de su mandatario Houari Boumédiène (1965/1978), explicitó en Argel su
caracterización del “no alineamiento”. Conforme a la visión argelina, el mundo tiene como
principal conflicto al económico – social que confronta a los países del Tercer Mundo
(hemisferio Sur), con los países industrializados (hemisferio Norte), cualquiera sea el signo
ideológico de éstos. La lectura argelina del “no alineamiento” considera que la pugna por un
NOEI confronta al mundo subdesarrollado (Tercer Mundo) con el orbe desarrollado (1º y 2º
Mundos)30.
A su vez, los países del Caribe anglófono, tienen otra visión del “no alineamiento”, ya que dan
prioridad a sus vínculos con el Reino Unido dentro de la Commonwealth y no a la política de
descolonización de enclaves imperiales como el archipiélago de las Malvinas31.
El gobierno argentino del Presidente Raúl Alfonsín (1983/1989), definió a la Argentina como
país occidental, “no alineado” y en vías de desarrollo. La política exterior de la Argentina se
define por su pertenencia a “occidente”, a través del respeto al régimen de propiedad privada,
garantizado por su Carta Magna; por la observancia de la democracia pluralista; por su
condición de país del Tercer Mundo (en vías de desarrollo) ; y por el “no alineamiento”, que
reivindica su propia lectura del sistema internacional y obra en resguardo del interés nacional
del país, dentro de los parámetros del capitalismo, la democracia y los compromisos de
seguridad asumidos a escala hemisférica32.
Los ejemplos citados abonan la tesis de que no existe una única versión del “no alineamiento”,
sino muchas exégesis.
1.2.3. No Alineamiento y Tercera Posición
La “Tercera Posición” fue enunciada por el Presidente Perón en 1946 y consistió en una
política exterior que pretendía guardar relativa equidistancia respecto de las superpotencias y
de sus respectivos esquemas de seguridad colectivos. Asimismo, pretendía convertirse en una
tercera fuerza en los asuntos internacionales que se relacionaban directamente con el interés
nacional de la República Argentina33.
Los gobiernos justicialistas establecieron relaciones diplomáticas con la URSS (1946),
incorporaron al país como miembro pleno en el MONOAL (1973), suscribieron acuerdos de
cooperación comercial con países de Europa del Este y con Cuba (1974). Sin embargo, esta
visión “desideologizada” de la relaciones internacionales reconocía las líneas de borde
estipuladas por la potencia hegemónica a escala hemisférico (EUA), ya que el gobierno
argentino aprueba el TIAR (1950), primer pacto militar de la guerra fría, que vincula a los
ejércitos de América Latina con el de EUA, dentro del marco de su política de contención del
comunismo en el hemisferio americano. El Presidente Perón repetía: “en el mundo somos
occidentales y en el hemisferio americano argentinos”, con lo cual dejaba en claro el alcance
del autonomismo argentino.
Las principales diferencias entre el “no alineamiento” de los “padres fundadores” y el discurso y
praxis justicialista de la “Tercera Posición” son, nuestro juicio, las siguientes: mientras que el
29
Moita, L. “El Movimiento de No Alineados…”, pág. 94.
Moita, L. “El Movimiento de No Alineados…”, pág. 92.
31
Méndez, Alberto - Sosa, Alberto J. –“Análisis de política exterior”, Ediciones FUNDARI Nº 4. Mayo 1983, pág. 17/18.
32
Argentina. Universidad de Bs. As. Carrera de Ciencias Políticas. Disertación del canciller Dante Caputo: “Treinta
meses de política exterior en democracia”, Centro Cultural San Martín, Buenos Aires. 04/06/1986.
33
Lanús, J. Archibaldo. “De Chapultepec al Beagle”. Editorial Sudamericana, pág. 78.
30
8
MONOAL rechaza a los esquemas de seguridad colectivos, la “Tercera Posición” se inscribe
dentro del TIAR. Sin embargo, el gobierno del Presidente Perón no suscribió ni aprobó
convenios de asistencia militar con los EUA, que le hubieran otorgado operatividad a dicho
Tratado. El anti-occidentalismo de los países afroasiáticos se diluye dentro del “realismo” de la
Tercera Posición que admite las líneas de borde, estipuladas por la superpotencia mundial que
ejerce una hegemonía indiscutida en el hemisferio americano. No es ésta, la situación de los
países de África, Medio Oriente o Asia, que se encuentran ubicados en áreas geográficas que
disputan los EUA-y la URSS.
El Presidente Perón durante su primera etapa de gestión gubernamental (1946/1955),
implementa Acuerdos de Complementación Económico-Comercial con Chile, Paraguay, Bolivia
y Ecuador, a pesar de que no pudo concretar su proyecto del ABC, alianza estratégica,
asentada en el eje Buenos Aires- Río de Janeiro- Santiago de Chile. Entonces, la Argentina; no
adhirió al FMI y al BM y tampoco al Acuerdo General sobre Tarifas y Comercio34 (GATT).
El anticolonialismo ortodoxo del MONOAL, se morigera en el discurso justicialista. Las
reivindicaciones anticoloniales se orientaron fundamentalmente hacia los casos de colonialismo
extra – hemisférico como las tres Guayanas y el archipiélago de las Malvinas, pero se detienen
a las puertas del colonialismo intra – hemisférico como cuando se trata del rol de los EUA en el
Canal de Panamá y en Guantánamo35.
A diferencia del “neutralismo positivo” -uno de los principales atributos
que procura evitar la tercera guerra mundial, la “Tercera Posición” cree
la misma. La neutralidad argentina durante las dos grandes guerras
dentro del modelo suizo de neutralidad, ya que la misma le permite
relaciones con todos los Estados beligerantes.
del “no alineamiento”-,
en la inexorabilidad de
del siglo XX, se sitúa
comerciar y mantener
El MONOAL (1ª.etapa) hace hincapié en la distensión militar y en el discurso anticolonial,
mientras que la “Tercera Posición Justicialista”, enfatiza la temática económico-social y la
formación de espacios de integración continental, a partir del acuerdo Argentina – Brasil – Chile
(ABC)36. La temática económico-social recién tiñe el discurso del MONOAL, a partir de la
Cumbre de Argel (1973).
La “autonomía secesionista” de los padres fundadores del MONOAL, no armoniza con la
“autonomía heterodoxa” del discurso justicialista; autonomía dentro del bloque pero no
respecto de él (independencia en los aspectos económico-sociales y políticos, pero no en los
militares)37.
La similitud que encontramos, al margen de las diferencias de percepción, entre el discurso del
MONOAL y el de la “Tercera Posición Justicialista”, es que, en ambos casos, se formula una
visión propia –auto-centrada- del sistema internacional, conforme al interés de determinados
países periféricos, en un escenario de guerra fría. No obstante, difiere el rol de cada una de las
superpotencias en las diversas latitudes del mundo. América Latina se encuentra dentro de la
zona de seguridad de los EUA, así como Europa del Este se halla dentro de la órbita soviética.
En cambio, ciertos países de África Negra, del mundo islámico o de Asia están ubicados en
áreas geográficas que no están bajo la hegemonía directa de ninguna de las superpotencias.
1.2.4. Logros y limitaciones
A pesar de la importancia relativa que cobró el MONOAL dentro del sistema internacional, es
conveniente señalar también sus limitaciones.
Los 21 países miembros del MONOAL de la Cumbre de Belgrado (1961), ascendieron a 104 en
la VIII Cumbre de Nueva Delhi (1983), deviniendo “un grupo de presión” dentro del sistema de
34
El gobierno militar surgido del golpe de estado del 16/09/1955, fue quién adhirió a la Argentina al FMI y al BM. El
presidente Frondizi, hizo lo propio con el GATT.
35
Sosa Alberto J. “Política exterior peronista y el ABC”. Parte II, Capítulo 28 de este libro.
36
Sosa, Alberto J. “Política exterior peronista y el ABC”. Parte II, Capítulo 28 de este libro.
37
Puig, Juan Carlos –“La política exterior Argentina: incongruencia epidérmica y coherencia estructural” en “América
Latina: políticas exteriores comparadas”. Editorial GEL. Buenos Aires 1983 Vol. I, pág. 137.
9
Naciones Unidas ya que la eclosión descolonizadora y el acceso de los países emancipados a
su Asamblea General, produjo una modificación en su agenda de trabajo controlada, desde
entonces, por la mayoría automática constituida por los países del Tercer Mundo, apoyados por
los países socialistas38. El cambio en las temáticas y en el contenido de las Resoluciones de la
Asamblea General, originó una normativa internacional (soft law) que -si bien carece de
coactividad- no deja de cumplir un rol doctrinario. Los países del Tercer Mundo ya no actuaban
como recipiendarios de las ideas, normas y principios de los países del mundo desarrollado
sino que contribuían, a través de su propia visión de los asuntos internacionales, a crear
normas, ideas y principios.
La influencia ejercida por los países del Tercer Mundo, el MONOAL y el Grupo de los 77 se
detuvo en la antesala de ciertos organismos especializados del sistema de las Naciones
Unidas como el FMI y el BM, que continuaron administrándose de acuerdo con los criterios y
pautas establecidos por los países que detentan un voto ponderado (EUA, Reino Unido,
Alemania, Francia, Japón, etc.). La gravitación de cada uno de dichos países es directamente
proporcional al aporte de recursos financieros que realizan en cada uno de dichos organismos.
Las representaciones diplomáticas de los países miembros del MONOAL, tuvieron un
comportamiento relativamente esquizofrénico, ya que fueron críticos respecto de las
iniquidades del sistema internacional, en la medida que éste no tomaba en cuenta sus
reivindicaciones, o mejor dicho la de los grupos hegemónicos de sus respectivos países, pero
nada dijeron respecto de las causas domésticas de las iniquidades sociales. Así fue que las
causas de todos los males se endosaron a los países desarrollados y a sus grupos
hegemónicos.
Los grupos hegemónicos de los países del MONOAL pugnaron, durante el periodo objeto de
estudio, por modificar la estructura de poder internacional dejando intocadas las injustas
estructuras domésticas de dominación. Sus reclamos y orientaciones fueron la defensa de los
precios de las materias primas; la creación de cartels de países exportadores de un mismo
commodity; un fondo de reservas para evitar la desvalorización de la producción primaria, etc.
Sin embargo, salvo excepciones, no emprendieron transformaciones estructurales domésticas
a escala político y económico – social para alcanzar niveles de justicia social.
La percepción internacional de los grupos hegemónicos de los países del MONOAL, no registró
-o no quiso registrar- que un país es autónomo no por su discurso contestatario respecto de
una potencia o superpotencia, sino por su relevancia o actuación dentro del sistema
internacional.
La inserción de un país periférico se caracteriza por la manera en que su producción se
relaciona o conecta con la economía internacional. Un país mono-productor y mono-exportador
-de determinada materia prima- padece una inserción pasiva o reactiva. Un país que diversifica
y moderniza su actividad económica y su comercio internacional, disfruta de una conexión
activa con el mercado mundial.
No siempre coinciden la “autonomía” y la “conexión activa” dentro del sistema mundial ya que
un país aparentemente “autónomo” (México), carece de independencia efectiva, para asumir un
comportamiento activo, dado que la mayor parte de la inversión extranjera directa es de origen
estadounidense y su comercio internacional es con grupos económicos domésticos de EUA.
Otros, quizás no asuman conductas contestatarias (Japón), respecto del hegemón pero -a
través de la diversificación de su estructura productiva y su vinculación con el mercado
mundial- operan con sentido transformador, a pesar de su “aparente disciplina diplomática”.
Las tipologías señaladas son casos extremos, dentro de los que hallamos matices, ya que
algunos países del Tercer Mundo (miembros plenos o no del MONOAL) combinaron -según las
circunstancias y posibilidades autonómicas, enmarcadas en las líneas de borde estipuladas por
la potencia hegemónica-, el discurso autonómico con una conexión relativamente activa al
sistema mundial (Brasil, India, etc. ).
38
Bedjaoui, Mohammed –“Hacía un nuevo orden económico internacional”. Editorial Sígueme UNESCO. Salamanca
1979, pág. 121/132.
10
Hay ejemplos de países que, sin haber diversificado su estructura productiva (Cuba),
aprovecharon ciertos intersticios del sistema internacional, a partir de relaciones con una
potencia extra- bloque, que les posibilitó detentar alguna capacidad de maniobra a escala
mundial. Sin embargo, dicha capacidad de maniobra, (Cuba respecto de EUA), deriva menos
del poder propio del país (modelo japonés) que de un contra poder o poder prestado, que le
provee asistencia para gestionar o resistir la confrontación. Yugoslavia, es un caso análogo a
Cuba dentro del bloque soviético. Su capacidad de maniobra deriva del liderazgo de Tito (como
de Castro, en el caso cubano) y del apoyo del occidente capitalista.
2. Política exterior argentina (PEA)
2.1. PEA global (1973/1983)
La crisis de 1930 sacudió a la República Argentina ya que durante medio siglo había exhibido
un sostenido crecimiento, basado en las ventajas comparativas de la producción agraria de la
pampa húmeda, que asoció a sus sectores dominantes con grupos económicos y políticos del
Reino Unido y otros países de Europa Occidental. La antedicha crisis contribuyó a reordenar
las relaciones internacionales, debilitando la influencia británica y la asimétrica “asociación
anglo–argentina”.
Coincidentemente con la crisis, Argentina inició una etapa de inestabilidad institucional y de
discontinuidad de sus relaciones exteriores, ya que la disminución de la renta de los sectores
agrarios implicaba el deterioro del proceso de acumulación y crecimiento inaugurado en 1880.
Los recurrentes golpes militares agudizaron la erraticidad de la política exterior de la Argentina.
A partir de mediados de los 60´ (siglo XX), hay que añadir a aquélla, una percepción parroquial
del mundo, por parte de sus grupos dominantes, que aisló al país del contexto internacional y
sus problemas más importantes. La aludida percepción abrevó en perspectivas geopolíticas
que sustantivaron cuestiones de carácter territorial y de seguridad doméstica.
El retorno del justicialismo al gobierno (1973), implicó la diversificación de las relaciones
exteriores ampliando el espectro de las vinculaciones con los países de economía socialista y
con la incorporación del país como miembro pleno al MONOAL39.
El Presidente Perón (1973/1974), pretendió conformar –a escala doméstica- un bloque de
poder, basado en la alianza Confederación General de Trabajo40 (CGT)- Confederación
General Económica41 (CGE) que, a través de la diversificación productiva, conectara a la
economía de la Argentina con la totalidad de los países del mundo, sin respetar “las fronteras
ideológicas”.
Como aconteció en otras experiencias gubernamentales el Ministerio de Economía se convirtió
en una fuente de formulación y ejecución de las políticas que vincularon al país con el mundo,
mientras que el Ministerio de RREE operó dentro del escenario que aquél engendró.
Las negociaciones económico - comerciales con la URSS y la firma de convenios bilaterales
con otros países del denominado mundo socialista, implicaron una universalización de las
relaciones exteriores de la Argentina y el ensanchamiento de su escenario de actuación42.
El Ministro de Economía José Ber Gelbard (desde el 25/05/1973 hasta el 21/10/1974),
representante de la CGE, entidad que reúne a las pequeñas y medianas empresas, contribuyó
a incrementar el espacio económico y político en el que podía y debía actuar el Ministerio de
39
Bordón José Octavio. “Política Internacional del Partido Justicialista” en Perspectiva Internacional – El pensamiento
justicialista en las RRII. Editorial. Perspectiva. Buenos Aires. Mayo 1989, pág. 12.
40
Central única de los trabajadores de la República Argentina.
41
Entidad empresarial representativa de los intereses económicos menos concentrados y de capital nacional.
42
La apertura de la política exterior de Argentina a los países socialistas, se tradujo en la suscripción de convenios con
la URSS, sobre el desarrollo de la cooperación económica, comercial y científico – técnica; convenio de suministro de
maquinarias y suministros de equipos de la URSS a la Argentina. También se acordó la participación soviética en
planes de desarrollo energético argentinos; el otorgamiento de una línea de créditos soviéticos de hasta 600 millones
de dólares y la adquisición, por parte de la URSS, de carnes argentinas. Checoslovaquia, Hungría, Polonia, Bulgaria y
Rumania, también suscribieron diversos convenios sobre cooperación económica y técnica con la República Argentina.
11
Relaciones Exteriores. En el caso de la URSS, la vinculación estaba dada por la exportación de
commodities agrarios argentinos.
Las contradicciones existentes en el interior del Movimiento Justicialista, el fallecimiento del
Presidente Perón (01/07/1974), así como el deterioro de la alianza CGE-CGT y la renuncia del
Ministro José B. Gelbard, precipitaron la crisis del gobierno constitucional.
Las cuestiones relativas a las represas del Alto Paraná; el sector de la Antártida; y el
Archipiélago de las Malvinas se transformaron en dominantes, cuando no excluyentes, en la
agenda del MRREE, desvinculando al país de las tendencias por las que discurría el sistema
internacional43.
La gestión exterior peronista coincidió con una etapa de distensión internacional global y de
críticas al sistema interamericano, instituido en la segunda post-guerra.
En la 3ª Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), se presentaron
propuestas para modificar las relaciones interamericanas, incluyendo la temática del
“pluralismo ideológico”, como presupuesto de la solidaridad hemisférica.
En la X Conferencia de Ejércitos Americanos (CEA - Caracas 1973), los gobiernos de Perú y
de Argentina reivindicaron la necesidad de reformular las bases del TIAR, concediendo espacio
a la temática de la “seguridad económica intra – hemisférica”, dado que entendían que los
países de América Latina estaban sometidos a coerciones de carácter económico44.
Este nuevo clima de ideas (coexistencia y pluralismo ideológico) vigente a escala internacional,
no pudo efectivizarse en el hemisferio americano, a pesar de suscribirse el proyecto de
Protocolo de Reformas al TIAR o del denominado “Nuevo Diálogo” que EUA inauguró respecto
de América Latina en Tlatelolco- México (1974).
A su vez, el gobierno argentino suscribió con la República Oriental del Uruguay el Tratado de
Montevideo (1973), que puso fin al diferendo sobre el Río de la Plata dejando expedito el
camino para iniciar la construcción de la represa binacional de Salto Grande y acordar en la
ALADI, un Acuerdo de Alcance Parcial de complementación económico – comercial .
El gobierno justicialista adhirió al Sistema Económico Latinoamericano (SELA) y a la
Organización Latinoamericana de Energía (OLADE).
El ente oficial de hidrocarburos, Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), firmó convenios de
cooperación horizontal, con sus homólogos de Perú, Uruguay, Bolivia y Ecuador45.
La relación de la Argentina con la República del Brasil se mantuvo en términos conflictivos por
la situación de las represas del Alto Paraná, a lo que debe añadirse la desafortunada decisión
argentina de no designar un embajador en Brasilia46.
43
Sosa, Alberto J. Cfr. Parte II, Capítulo 23 de este libro.
Mercado Jarrin, Edgardo. –“Seguridad, política, estrategia “. Editorial Shapire. Lima 1975, págs. 277/283.
Méndez, Alberto- Sosa Alberto J. et. al. “La política exterior justicialista en América Latina”. Ediciones FUNDARI.
Buenos Aires. 1983, pág. 7.
46
La cercanía de Itaipú -a 17 kilómetros de la frontera argentina- y la firma de un tratado respecto de la citada presa,
entre los gobiernos de Brasil y de Paraguay (26/04/1973), demostraba la decisión del Itamaraty de llevar a cabo el
emprendimiento hidroeléctrico, sin tener en cuenta el visto bueno de las autoridades de Buenos Aires. Para el gobierno
argentino ello constituía una violación del principio de “consulta previa” pactado con Brasil en el Acuerdo de Nueva
York 29/09/1972 y suscripto por los cancilleres de Argentina y de Brasil. Cfr. Lanús J. Archibaldo. “De Chapultepec al
Beagle”, págs. 302/304). Por otra parte, cabe destacar que, como consecuencia de las pugnas internas en el partido
gobernante, la embajada argentina en Brasil estuvo vacante durante más de un año, desde Enero de 1975, cuando se
retiró el embajador José María Álvarez de Toledo, hasta Febrero de 1976, ocasión en que presentó credenciales el
nuevo embajador, Jorge Casal, quién en realidad ya había sido designado para cubrir ese cargo a principios de
Diciembre de 1975. Sin embargo, el Dr. Ángel Federico Robledo había ocupado dicha embajada, pero sólo por dos
días, el 7 y 8 de Agosto de 1975, pues se vio obligado a abandonarla, convocado por el gobierno para integrar el nuevo
gabinete ministerial conformado el 11/08/1975. Cfr. Escudé, Carlos-Cisneros, Andrés. “Historia general de la relaciones
exteriores de la República Argentina (1806/1989)”. http://www.argentina-rree.com/14/14-036.htm . Disponible
17/04/2010.
44
45
12
La institucionalización de los militares en el poder, mediante otro golpe de estado (24/03/1976),
trató de recrear el “paraíso perdido en 1930” con la intención de garantizar una era de
acumulación y crecimiento, que reinsertase al país en el mundo. Así fue que se utilizaron el
terrorismo de Estado y la apertura de la economía con el objeto de exterminar al bloque de
poder (empresas industriales-mercado internistas – sindicatos), creado dentro del marco de la
industrialización sustitutiva de importaciones (ISI).
En este contexto, la Argentina contrajo una abultada deuda a través de créditos otorgados por
la banca privada a tasa de interés variable. El endeudamiento tuvo como destino fines
especulativos, favorecer la fuga de capitales, la adquisición de armamentos y financiar el
déficit de las empresas publicas.
El gobierno militar no efectuó inversiones que fortaleciesen y saneasen la economía del país,
posibilitando una inserción activa dentro del mercado internacional. La apertura de la
economía, la reforma financiera y el endeudamiento, debilitaron al bloque popular y agudizaron
la crisis del sector público47.
Las consecuencias de dicha política fueron el surgimiento y consolidación de grupos
económicos concentrados que diversificaron sus actividades48 y endosaron al Estado el
endeudamiento que habían contraído en el extranjero.
El gobierno militar creyó que el país se hallaba inmerso en una “tercera guerra mundial”,
producto del conflicto Este-Oeste y que la vanguardia político-militar de dicha lucha eran sus
Fuerzas Armadas, “defensoras del modo de vida tradicional”49. En este sentido, el mundo era
un campo de batalla, permanente y encubierto, entre las fuerzas del mundo libre y las del
marxismo internacional.
El gobierno militar mantuvo (a partir de Enero 1977), un desencuentro diplomático con la
Administración Carter, respecto del tema de los derechos humanos , sin perjuicio de que el
elenco civil , que controlaba el Ministerio de Economía, estableciera una estrecha vinculación
con sectores del capital financiero privado de EUA50.
La temática de los derechos humanos tiñó, casi toda la gestión militar, provocando una
conducta reactiva respecto de las críticas emitidas por gobiernos y sectores de la opinión
pública de EUA y de determinados países de Europa Occidental.
En una primera etapa, las temática geopolítica y de seguridad interna dominaron su agenda
internacional. El Canal de Beagle, el Archipiélago de las Malvinas, las represas del Alto Paraná
y la Antártida, fueron temas prioritarios.
A partir de 1979/1980, las prioridades de la política exterior fueron, además de dar respuesta a
las críticas por la violación de los derechos humanos, algunas cuestiones de seguridad
continental (Bolivia, Nicaragua y El Salvador) e internacional (Medio Oriente).
Una vez solucionada la disputa con Brasil, a través del Acuerdo Tripartito, en el que también
participó Paraguay (19/10/1979); eliminado el “enemigo interior”, por medio del terrorismo de
estado; y postergado el conflicto del Beagle con Chile; el gobierno militar estimó que la
Administración Carter era débil e impotente para contener al comunismo en el continente y
defender los valores del occidente capitalista. En este sentido, interpretó que una manera de
Azpiazu, Daniel; Basualdo, Eduardo.- Khavisse, M.-“El nuevo poder económico”. Editorial Legasa. Buenos Aires 1987,
págs. 186/189.
48
Basualdo, Eduardo –“Deuda externa y poder económico en la Argentina “. Editorial Nueva América. Buenos Aires,
Octubre 1987, págs. 78/79.
49
Sosa, Alberto J. Cfr. Parte II, Capítulo 26 de este libro.
50
Durante la Administración Carter el gobierno de EUA votó en contra o se abstuvo, en noventa y ocho (98)
oportunidades, por razones de derechos humanos, en organismos multilaterales de financiamiento, cuando se discutía
el otorgamiento de créditos al gobierno militar argentino. Lukez, Beatriz. “La política exterior argentina en relación a
América Latina (1976/1983). Instituto de Integración Latinoamericana. Universidad de la Plata. Mimeo. La Plata.
Agosto 1988, págs. 08 y 09.
47
13
contribuir a la defensa de dichos valores, era asumir responsabilidades directas a escala
continental (América Latina)51.
En la Xlll Conferencia de Ejércitos Americanos (CEA), celebrada en Bogotá (Noviembre
197952), el gobierno de las Fuerzas Armadas, expuso su plan de seguridad latinoamericano,
para contener al marxismo internacional. Las bases doctrinarias que sustentaron el susodicho
plan, perseguían el objetivo de romper el aislamiento diplomático de la Argentina, en base a
una activa y solidaria acción internacional, con regímenes de igual o parecido signo ideológico
(Sudáfrica, Paraguay, Uruguay, Chile, etc.).
En 1979, se produjeron dos hechos significativos en América Central. La caída de la dinastía
de los Somoza y el golpe cívico militar en El Salvador, que derrocó a la dictadura de Carlos
Humberto Romero (1977/1979).
Desde la perspectiva de los sectores hegemónicos de EUA, América Latina exhibía-para esa
época-el siguiente panorama: el Cono Sur, se hallaba bajo control de sectores locales ultraconservadores; el Pacto Andino, operando como actor contestatario respecto de EUA (evocar
XVII Reunión de Consulta); por ultimo, Centroamérica – Caribe involucrada en una situación de
conmoción social y de transformaciones, que vulneraban la hegemonía estadounidense, en
Nicaragua, El Salvador, Grenada y Panamá53.
En este contexto, se percibe una reorientación en la política exterior de EUA respecto de
América Latina. En los años 1979/1980, se desvaneció la política de la Administración Carter
en materia de derechos humanos y prosperó la nueva derecha estadounidense.
El discurso ideológico del gobierno militar de Argentina, no fue óbice para que, durante su
gestión, cobrara importancia el nivel de exportaciones respecto de la URSS. Cuando la
Administración Carter decretó el boicot cerealero a la superpotencia colectivista, en ocasión de
la invasión militar que éste país protagonizara en Afganistán, el gobierno argentino no adhirió al
mismo.
El triunfo electoral de la derecha republicana, que accedió al gobierno de EUA (Enero 1981),
significó un cambio de política respecto de la temática de los derechos humanos, en modo
especial respecto de América Latina54.
La llamada “discreción diplomática” sería, desde entonces, la norma del Departamento de
Estado en sus planteos a los gobiernos autoritarios de América Latina.
La dictadura militar de la Argentina, a pesar de su superávit comercial con la URSS, no
aprovechó dicha relación para obtener de este país equipamiento industrial y asistencia
tecnológica, adecuados a los intereses y necesidades del país.
En esa época (1980/1981), uno de los temas que preocupó a la elite empresarial – militar
argentina, fue la reestructuración industrial de los países capitalistas desarrollados. Se
consideró que, si el gobierno recomponía su relación con EUA, podía convertirse en uno de los
usufructuarios del “redespliegue industrial”, orientado hacia países del Tercer Mundo, que
actuasen como aliados de los países capitalistas desarrollados. Se evocaba la relación que las
autoridades brasileñas establecieron en los 40´ (XX), con el gobierno de Franklin D. Roosevelt.
Según esta visión, Argentina, no obstante su rol protagónico en la “3ª guerra mundial”, fue
incomprendida y reprendida por la Administración Carter. Sin embargo, EUA se encontraba en
una encrucijada ya que el marxismo internacional continuaba su avance en América Central y
el Caribe.
51
Sosa, Alberto J. Título II, Capítulo 26.
Cfr. http://www.redcea.org/HistoricalBackground.aspx?Language=2. Disponible 17/04/2010.
53
Cfr. Sosa, Alberto J. Parte II, Capítulo 26 de este libro.
54
Dentro del elenco de asesores del presidente Ronald Reagan, (área América Latina), se destacaron los autores del
“Documento de Santa Fe” y la profesora Jeane Kirkpatrick, con sus ideas sobre los conflictos de baja intensidad y la
dicotomía gobiernos autoritarios – gobiernos totalitarios, respectivamente.
52
14
Si sectores del Congreso y de la opinión pública de EUA se mostraban renuentes a las
intervenciones militares, con fuerza propia, en la zona antedicha, debido al “síndrome de
Vietnam”, la Argentina podía subrogarlo, enviando sus Fuerzas Armadas a la zona
centroamericana, con el fin de contener el avance marxista.
La cúpula militar se impuso como meta de la política exterior de la República Argentina,
recomponer el vínculo con EUA y establecer una relación especial con dicho país, para
convertirse en un aliado preferencial. La actitud contestataria del Pacto Andino, respecto de
América Central en la XVII Reunión de Consulta del órgano Interamericano y “el pragmatismo
responsable” del Itamaraty55, dejaban a la República Argentina en el papel de aliada
incondicional de los intereses estratégicos de EUA en América Latina.
Las condiciones para la alianza estaban dadas. Las Fuerzas Armadas argentinas asumirían
tareas de contrainsurgencia en América Central, dentro del contexto de la nueva doctrina de la
intervención (conflictos de baja intensidad)56 y el gobierno republicano recompensaría a la
Argentina, estimulando las radicaciones de capital estadounidense en su mercado doméstico57.
Además, los EUA respaldarían la recuperación del Archipiélago de las Islas Malvinas58,
Georgias del Sur y Sandwich del Sur, legitimando institucionalmente al gobierno de las Fuerzas
Armadas, el cual cedería el citado archipiélago al gobierno de los EUA como base militar (viaje
del general Galtieri a EUA, donde recibe respaldo político)59.
La situación de América Central se complicaba para el gobierno de EUA, que no estaba
dispuesto a convivir con las nuevas realidades de su “patio trasero”. Así fue que coordinó con
el gobierno argentino el denominado “Plan Charlie”60.
El General Leopoldo Fortunato Galtieri de EUA, quién había participado en las deliberaciones
de la XIV Conferencia de Ejércitos Americanos (Washington Diciembre 1981), desplaza de la
Presidencia de la República al general Roberto Eduardo Viola (29 Marzo 1981/11 Diciembre
1981) y nombra al Dr. Nicanor Costa Méndez, en la cartera de Relaciones Exteriores.
El flamante Canciller emitió (Enero 1982) declaraciones respecto del carácter “occidental y
alineado del gobierno de las Fuerzas Armadas”. Según su opinión era inexplicable la
pertenencia del país al MONOAL y estimaba que había llegado el momento de abandonar “las
zonas grises de la política exterior argentina”61. En el marco conceptual del Dr. Nicanor Costa
Méndez, sólo tenía cabida el conflicto Este – Oeste y la República Argentina debía alinearse
detrás de la defensa de los intereses y valores del mundo occidental.
El papel de vicario militar de EUA en América Central , el retiro del MONOAL y la recuperación
del Archipiélago de las Malvinas, constituían los primeros pasos del itinerario que reinsertarse
al país en Occidente.
Sin embargo, los sucesos acaecidos con motivo de la fallida recuperación del Archipiélago de
las Malvinas y la consecuente reacción de EUA, Europa Occidental, Japón y la OTAN, no
dejaron dudas respecto de la falaz y obsoleta visión del grupo militar – empresarial, que abrigó
la “fantasía” de replicar la conducta del varguismo durante la 2ª GM, aunque en otro contexto,
con otros actores y otra dotación de recursos.
55
Brasil suscribió un convenio nuclear con la República Federal Alemana; denunció el Tratado de Asistencia Militar
EUA – Brasil; implementó una política autónoma respecto de África negra y el mundo árabe; y desconoció la autoridad
del dictador Somoza en Nicaragua.
56
Klare, Michael. –“La nueva doctrina de la intervención norteamericana. Los conflictos de baja intensidad”. Le Monde
Diplomatique. Ediciones Latinoamericana. Año 1. Nº1. 1986, págs. 01/02.
57
Franklin Delano Roosevelt había recompensado al Brasil de Getúlio Vargas su colaboración en la 2º GM, con la
entrega de U$S 20 millones de dólares para la instalación de la planta siderúrgica estatal de Volta Redonda
(27/08/1941). Cfr. Luiz Alberto Moniz Bandeira, Luiz Alberto. “De Martí a Fidel. La Revolución Cubana y América
Latina”. Grupo Editorial NORMA. Traducción de Cristina Iriarte. Buenos Aires, Argentina. 1ª edición en lengua
española. Enero 2008, págs. 93/97.
58
Comprende a las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur.
59
Cardoso, Oscar et. Al. –“Malvinas – La trama secreta”. Editorial Sudamericana Planeta. Buenos Aires 1983, págs. 26
y 46.
60
Selser, Gregorio. “Honduras la República alquilada”. Editorial Mex – Sur S. A. México DF 1983, págs. 124/130 y
260/263.
61
Moneta, Carlos Juan. “El conflicto de las islas Malvinas en el contexto de la política exterior Argentina”, en “América
Latina y la guerra del Atlántico Sur”. Editorial Belgrano. Buenos Aires 1984, pág. 30.
15
Luego de la “Guerra de Malvinas” y como derivación de la derrota, se produjo un cambio en la
orientación de la política exterior argentina, a través de un discurso y praxis
“latinoamericanista”, “tercermundista” y “anti-occidental”.
2.2. Argentina en MONOAL
La República Argentina se incorporó en carácter de observador (con voz y sin voto) en la II
Cumbre de El Cairo (1964). El ingreso como miembro pleno (con voz y voto) en el MONOAL
data de 1973, por decisión del gobierno justicialista.
La primera participación del gobierno argentino (como miembro pleno), tuvo lugar en la Cumbre
de Argel (1973), donde el gobierno justicialista envió una delegación co -presidida por el
entonces Ministro de Bienestar Social José López Rega y por el Ministerio de Relaciones
Exteriores (Juan Carlos Vignes).
El propósito de la participación, fue lograr la inclusión de temas como el del Archipiélago de
Malvinas y las represas del Alto Paraná; los usos pacíficos de la energía nuclear; así como
evitar la discusión de proyectos de Resolución, tendientes a declarar a la Antártida “patrimonio
común de la humanidad62”.
A través del discurso remitido por el Presidente Perón (leído por el Ministro José López Rega),
se presentó a la “Tercera Posición Justicialista”, como antecedente del “no alineamiento”.
El ingreso argentino, coincidió con el “boom energético” de los países exportadores de
petróleo, así como con el rol predominante de los países árabes que acumularon capitales,
como consecuencia del incremento de la cotización del barril de petróleo.
Dicha época coincidía con la derrota de EUA en Vietnam y con las tentativas de los países del
Tercer Mundo de instaurar un NOEI, que descansase en políticas de cooperación y no de
poder.
Los grupos hegemónicos del MONOAL, lo constituían el africano -con su agenda contraria al
apartheid (Sudáfrica) y al colonialismo (Namibia)- ; y el árabe que reivindicaba la lucha contra
el “sionismo” (al que consideraban una especie, dentro del género racismo) y el derecho del
pueblo palestino a organizarse estatalmente63.
El gobierno argentino, si bien mejoró las relaciones con el mundo árabe (misión del Ministro
López Rega a Libia), no modificó su vinculación diplomática con el régimen racista sudafricano
al cual no condenó64.
La preocupación por la temática económica y el “giro a la izquierda”, fueron las tendencias
predominantes en el MONOAL, de mediados de los 70´ (XX).
Dichas tendencias se afirmaron en la Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores (Lima,
1975), en un contexto internacional de distensión entre las superpotencias. En este sentido, se
retomó la temática del NOEI, como instrumento orientado a fortalecer la solidaridad de los
miembros del MONOAL. En esta reunión, la República Argentina logró la inclusión del tema
Malvinas en la agenda de trabajo, fortaleciendo su posición en el Comité de Descolonización y
en la Asamblea General de las Naciones Unidas. La Resolución del MONOAL, respaldó los
derechos soberanos argentinos y precedió al mayoritario apoyo que sus miembros brindaron a
la Argentina, en las votaciones que se llevaron a cabo en la Asamblea General de la ONU.
Dicho apoyo no fue óbice para que el gobierno argentino formulara reservas a una serie de
temáticas prioritarias para el bloque árabe (ingreso de la Organización de Liberación de
Palestina-OLP- como miembro pleno y considerar al “sionismo” como una nueva forma de
Lanús, Juan A. “De Chapultepec al Beagle”, págs. 103/104.
Mendez, Alberto-Sosa Alberto J. “Análisis de política exterior “. Ediciones FUNDARI, Año 1, Nº 3. Diciembre 1982,
págs. 07/08.
64
La dictadura militar (1976/1983), mantuvo buenas relaciones con el régimen racista de Sudáfrica. Cuando deflagró la
“Guerra de Malvinas”, el gobierno sudafricano se declaró neutral.
62
63
16
racismo). Asimismo, la República Argentina, con el propósito de fortalecer el Grupo
Latinoamericano (GRULA) dentro del MONOAL, respaldó las peticiones de ingreso de Ecuador,
Panamá, Colombia, Venezuela y México con suerte variada65.
El escenario internacional caracterizado por los Acuerdos de distensión de Helsinki66 (1975); el
“retiro del hombre blanco” del sudeste asiático67; la disgregación de la política colonial
portuguesa en África negra68; y el injusto orden internacional, profundizaron el interés del
MONOAL por posturas radicales (reclamo del NOEI, declaraciones condenatorias de las
políticas de EUA e Israel en Medio Oriente, etc.).
Hasta el derrocamiento del gobierno justicialista de María Estela Martínez de Perón
(1974/1976), a través del golpe militar de 1976, la Argentina mantuvo inalterada su postura de
apoyo al MONOAL, aún cuando se plantearon reservas en temas importantes.
Como se señaló más arriba, la institucionalización de las Fuerzas Armadas en el gobierno,
provocó un alineamiento externo que reivindicó la pertenencia del país al mundo occidental. Sin
embargo, el gobierno militar durante cierto tiempo decidió permanecer en el MONOAL.
El aislamiento del gobierno militar de la Argentina, respecto de los gobiernos de los países
capitalistas desarrollados, por su política violatoria de los derechos humanos, lo llevó a
permanecer en el Movimiento, para garantizar el apoyo numérico de sus países miembros en
las votaciones de Naciones Unidas respecto de Malvinas.
Una delegación poco representativa y demostrativa del bajo perfil del país, concurrió a la V
Cumbre de Colombo, Sri Lanka (1976)69. La Conferencia se efectuó en un contexto, en el que
se estaban gestando transformaciones en determinados países industrializados de economía
de mercado, que fueron ignoradas por el MONOAL.
Cuando se examinaron y votaron las cuestiones de Palestina, Sudáfrica, Chipre, Corea y la
desmilitarización del Océano Índico, salvo en éste último punto, la delegación argentina opuso
reservas a todas ellas70.
La VI Cumbre, celebrada en La Habana (1979), agudizó el proceso de radicalización del
MONOAL y la brecha ideológica entre su discurso y la postura del gobierno militar argentino. El
Ministerio de RREE argentino, hizo saber al gobierno de Cuba, encargado de la Presidencia del
Movimiento, que la Declaración Final de la Cumbre resultaba inaceptable para nuestro país,
por su ideología marxista y su parcialidad política. En dicha Reunión, la delegación argentina
formuló reservas a la mayoría de las Resoluciones que se votaron, entre las que se encuentran
las relacionadas con las temáticas Puerto Rico, Chile, Guantánamo , Sudáfrica , “sionismo” ,
Soukiassian, Carlos. “Argentina y el Movimiento de No Alineados”. Universidad Del Salvador. Mimeo. Buenos Aires
1985, pág. 06.
66
Reunión celebrada en Helsinki (Finlandia) entre EUA, Canadá, la Unión Soviética y todos los países europeos,
incluyendo a Turquía y excluyendo a Albania y Andorra. En este sentido se realizaron varias sesiones entre el 3 de
Julio de 1973 y la decisiva tercera sesión del 30 de Julio al 1º de Agosto de 1975. Finalmente se suscribió el Acta final
de la Conferencia sobre la Seguridad y Cooperación en Europa, conocida también como Acta final de Helsinki,
Acuerdos de Helsinki o Declaración de Helsinki.
67
El 29/04/1975, Saigón, capital de Vietnam del Sur se rindió incondicionalmente.
68
Independencia de Angola 11/11/ 1975; Mozambique 25/06/1975; y Guinea Bissau declarada 24/09/ 1973, pero
reconocida casi un año después 10/09/1974.
69
Los órganos principales del Movimiento son los que siguen: 1) La Cumbre o Conferencia de Jefes de Estado o de
Gobierno; 2) la Conferencia de Ministros de Relaciones Exteriores; 3) el Buró de Coordinación a nivel ministerial (con
sede en Nueva York); 4) el Buró de Coordinación a nivel de representación permanente, con sede en Naciones Unidas.
El Buró de Coordinación del MONOAL, se reúne periódicamente en Nueva York y debate la aplicación las decisiones
adoptadas por las Conferencias Cumbres y organiza trabajos y Conferencias a nivel ministerial, emitiendo
declaraciones sobre cuestiones políticas específicas. La actitud del régimen militar respecto del MONOAL, se reflejó en
su difusa y escasa participación en el mismo. Las delegaciones enviadas a las reuniones internacionales las
componían un limitado número de personas y estaban presididas por funcionarios de nivel medio y bajo. La Cumbre de
Colombo (1976), estuvo presidida por el embajador acreditado en la India; la de Jefes de Estado de la Habana por el
Subsecretario de RREE; y la Conferencia de Cancilleres de Nueva Delhi (1981) por el Director General de Política
Exterior. La excepción la constituyó la Conferencia de Ministros de RREE de Belgrado (1978), encabezada por el
Canciller Montes, en momentos en que el gobierno militar debió contrarrestar la campaña internacional, provocada por
su conducta violatoria de los derechos humanos.
70
Soukiassian, C. “Argentina y el Movimiento de No Alineados”, pág. 07.
65
17
Nicaragua , etc.71. Dichos contenciosos condujeron al Ministro de RREE de la Argentina
(Nicanor Costa Méndez) a presentar un Memorándum para que funcionarios de la Cancillería
analizaran el retiro del MONOAL (Enero 1982).
El conflicto de las Malvinas, archivó el asunto y reorientó la postura del gobierno de la
Argentina dentro del Movimiento, debido al apoyo que recibió en la Reunión del Buró de
Coordinación, La Habana (31 de Mayo/4 Junio 1982). El gobierno militar, varió el discurso y la
praxis dentro del MONOAL y éste se transformó en un pilar de su política exterior, como
recipiendario y portavoz de sus reclamos sobre Malvinas.
La “Malvinización” de la política exterior explica que la delegación que concurrió a la VII
Cumbre, realizada en Nueva Delhi (la India 1983), fuese la más importante de todas las que
participaron, desde su ingreso al Movimiento, encabezada por el Presidente de la República: el
general Reynaldo Benito Bignone (1º Julio 1982/10 Diciembre 1983). El costo político que pagó
el gobierno militar argentino para obtener respaldo diplomático para la reivindicación
malvinense fue gravoso para su concepción ideológica: condenó el apartheid, la política israelí
en Oriente Medio y el papel desempeñado por Sudáfrica en Namibia; además, se pronunció a
favor de la creación del Estado Palestino. Por otra parte, instó a que se buscase una solución
política al problema afgano y caracterizó a la cuestión centroamericana como producto de la
crisis económica y social que experimentaba el área72.
2.3. Actuación argentina en el MONOAL respecto a temática especificas
2.3.1. Descolonización.
Para la República Argentina la temática descolonizadora tiene particularidades propias en la
realidad latinoamericana, que la distinguen de las que asume en países de Asia y de África
Negra.
Para los países de América Latina, no sólo para Argentina, la problemática descolonizadora
estuvo vinculada a cuestiones de reivindicaciones soberanas de orden territorial (Malvinas para
la Argentina; la Guyana Esequibo para Venezuela; Belice para Guatemala; el Canal de
Panamá, etc.). Salvo el caso del Canal de Panamá, las posturas argentinas no reivindicaron los
reclamos de soberanía de orden territorial, que colisionaban con EUA, como Guantánamo y
Puerto Rico.
La problemática descolonizadora de países y pueblos de Asia y África tiene connotaciones
diferentes de las de América Latina -y de la Argentina en particular- , ya que concentran su
atención en las acciones de los Movimientos de Liberación, que intentan romper los lazos de
dominación colonial con los imperialismos de turno73
La República Argentina, dentro de la problemática descolonizadora, dio prioridad al tema de las
Malvinas. Desde su ingreso, planteó el reclamo sobre el citado Archipiélago. En la Cumbre de
Argel(Argelia 1973) se propuso, infructuosamente, incluir un parágrafo sobre la cuestión, en un
documento sobre neocolonialismo, debido a la oposición de las delegaciones de Guyana,
Jamaica y Trinidad y Tobago, que manifestaron que no estaban dispuestas a aceptarlo.
La V Reunión de Ministros de RREE -efectuada en Lima (1975)- aprobó por consenso una
Declaración apoyando la postura argentina, reivindicando su soberanía sobre las Islas
Malvinas. La Declaración apoyó “el justo reclamo de la República Argentina”, instando al
gobierno del Reino Unido a proseguir las negociaciones “con el objeto de restituir dicho
territorio a la soberanía argentina y poner fin a esa situación ilegal”. La Declaración
diferenciaba la situación de las Malvinas y el principio de autodeterminación de los pueblos
no aplicable, en este caso, debido a que la población de las Malvinas (los kelpers), fue a la
sazón transplantada por la potencia colonialista, una vez expulsada la nativa.
71
Lanús, Juan A. “De Chapultepec al Beagle”, págs. 107/108.
Méndez, Alberto - Sosa, Alberto J. “Análisis de política exterior”. Ediciones FUNDARI, año 1 Nº 4. Buenos Aires.
Mayo 1983, págs. 17/18.
73
Dallanegra, Luis. “Latin American and the Caribbean countries in the Non Aligned Movement” en “The Non Aligned
World”. Vol. II. Nº 2. New Delhi 1984, págs. 05/06.
72
18
En las sucesivas Reuniones del MONOAL, las delegaciones argentinas obtuvieron la
reiteración del apoyo al reclamo de soberanía sobre las islas Malvinas, “a fortiori” durante y
después de la guerra desatada en el Atlántico Sur.
2.3.2. Racismo: la lucha contra el racismo, en cualquiera de sus manifestaciones, fue uno de
los objetivos prioritarios del MONOAL a instancias de las gestiones efectuadas por el grupo
árabe y el africano.
Las temáticas anticolonialistas y antirracistas se encuentran imbricadas, en los casos de
Palestina, Sudáfrica y Namibia. La OLP, considerada legítima representante del pueblo
palestino por el Movimiento, pugna por la plena constitución del Estado Palestino y por la
reprobación de la política instrumentada por Israel, en detrimento de las poblaciones de los
territorios Árabes ocupados y respecto de los palestinos. Dicha política, aplicada de manera
coactiva y sistemática por los israelíes, fue calificada de “sionista”.
La lucha anticolonialista y antirracista de la SWAPO (Movimiento de Liberación de Namibia) y
del Congreso Nacional Africano (Movimiento de Liberación Sudafricano), en contra del régimen
racista de Pretoria fue una de las constantes del MONOAL, en el periodo 1973/1983.
Cuando la República Argentina, solicitó el ingreso como miembro pleno al Movimiento
(09/08/1973)74, dicha solicitud, tuvo un trámite accidentado. Varios gobiernos de países
africanos objetaron el ingreso por las relaciones que la Argentina mantenía con el régimen
racista sudafricano. La actitud constructiva de los Ministros de RREE de Tanzania y Zambia,
logró superar la dificultad ya que únicamente Ghana mantuvo una postura crítica respecto de
la participación argentina, por las razones apuntadas75.
A pesar de que el grupo afro-árabe hegemonizaba el MONOAL, la Argentina, durante el
periodo 1973/1983, no efectuó concesiones respecto de las reivindicaciones de aquél, ya que
opuso reservas a las Declaraciones sobre Oriente Medio, por considerarlas incompatibles con
las Resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Durante la dictadura militar (1976/1983), la Argentina, mantuvo una actitud de oposición en las
temáticas y resoluciones tendientes a caracterizar al “sionismo”, como una peculiar
manifestación de racismo; en las que se aprobaba el recurso a la lucha armada, por parte de
los Movimientos de Liberación que pugnaban por organizarse estatalmente ; por el
reconocimiento de la personería político – diplomática de los Movimientos de Liberación ; en
las que incluían la mención de países industrializados de economía de mercado , implicados en
el sostenimiento del régimen sudafricano ; y en las referidas al status de territorios bajo
dominación extranjera, no incluidos en la agenda del Consejo de Administración Fiduciaria del
Comité Especial sobre Descolonización de Naciones Unidas76.
Las relaciones del gobierno militar con Sudáfrica e Israel fueron cordiales, especialmente en el
ámbito de la cooperación militar. Con el gobierno de Sudáfrica se mantuvieron excelentes
relaciones antes , durante y después de la guerra Malvinas , a tal punto que se esbozó la
constitución del eje naval – militar Pretoria – Buenos Aires , con participación de países con
intereses en el Atlántico Sur. El gobierno militar brasileño con intereses económico –
comerciales con determinados países de África negra y el conflicto del Beagle con Chile,
desbarataron dicho proyecto77.
2.3.3. Bases militares y zonas de tensión: estos problemas constituyeron preocupación
permanente del MONOAL, dado que conspiran contra los principios y propósitos que hacen a
la sustancia de su funcionamiento , tales como la coexistencia pacifica , indivisibilidad de la paz
y la seguridad ; no injerencia y no intervención en los asuntos internos de otros países ; libertad
74
La decisión de solicitar el ingreso como miembro pleno al MONOAL fue adoptada durante la presidencia del Dr.
Héctor José Cámpora y su Ministro de Relaciones Exteriores Juan Carlos Puig. Sin embargo, se formalizó durante la
presidencia interina de Raúl Alberto Lastiri.
75
Ferrari Freyre, J.“Argentina y el Movimiento de países No Alineados”. Universidad del Salvador. Mimeo. Buenos Aires.
Julio 1986, pág.12.
76
Lanús, Juan A. “De Chapultepec al Beagle”, págs. 103/108.
77
Alencastre, Amilcar –“América Latina, Africa e Atlántico Sur”. Editora Paralelo. Río de Janeiro 1980, págs. 12/22.
19
de todos los Estados para determinar sus sistemas políticos y realizar su desarrollo económico
, social y cultural sin intimidaciones , obstáculos ni presiones ; oposición a la división del mundo
en alianzas, a los bloques político – militares antagónicos y rechazo de doctrinas tales como
“esferas de influencia” y “equilibrio del terror” ; arreglo pacifico de las controversias ; derecho de
todos los pueblos sometidos a la dominación colonial y extranjera, a la libre determinación e
independencia y apoyo constante a la lucha de los Movimientos de Liberación Nacional , etc.
La cuestión de las bases militares en las colonias, territorios no autónomos o Estados
sometidos a algún tipo de vinculación neocolonial, fue estimado por el Movimiento, como
obstáculo al cumplimiento de la Resolución 1514 (XV), sobre la Concesión de la Independencia
a los Países y Pueblos coloniales.
La actitud argentina respecto de las bases militares localizadas en Guantánamo, Puerto Rico y
Panamá fue de desinterés, quizás porque la reprobación implicaba a la potencia hemisférica.
Respecto de la problemática de las zonas de tensión, durante la gestión justicialista
(1973/1976), la Argentina, contribuyó con su voto a condenar la expansión militar de la base
anglo-norteamericana en la isla Diego García78.
El régimen militar (1976/1983), se despreocupó por esta problemática hasta la crisis de
Malvinas, que reafirmó la presencia colonial británica en el Atlántico Sur, mediante la
instalación de una base militar , con el silencio cómplice de los demás países miembros de la
OTAN .
El gobierno militar mantuvo un conflicto con las posiciones del MONOAL ya que consideró a los
Movimientos de Liberación del Tercer Mundo, que pugnaban por el acceso a la independencia
o por el quebrantamiento de los lazos de dominación neocolonial, -especialmente a los que
actuaban en países de América Latina-, como consecuencia de la política expansionista
soviético – cubana, en desmedro del mundo libre. Su perspectiva de guerra fría, a pesar de su
permanencia en el Movimiento, lo condujo a adoptar actitudes anti-tercermundistas, alineadas y
de espaldas a América Latina, hasta el conflicto de Malvinas. Dicha percepción, llevó al
gobierno a inmiscuirse en “políticas de contención del comunismo” en América Central y
Bolivia, así como a intentar involucrarse en la fuerza internacional que debía constituirse (fuera
del ámbito de las Naciones Unidas), como consecuencia de la celebración de los acuerdos de
Camp David y del Tratado de Paz (1979), entre Egipto e Israel79.
La guerra del Atlántico Sur modificó la estrategia, buscando respaldo en el MONOAL y en
América Latina contra las políticas implementadas por el Reino Unido, EUA y la CEE.
2.3.4. Desarme: la Argentina ha participado en el grupo de trabajo sobre desarme y seguridad
internacional y en el de los países coordinadores en materia de usos pacíficos de la energía
nuclear, cuya primera sesión se realizo en Buenos Aires (1980). En esta última temática
desempeñó un rol preponderante ya que logró que el MONOAL asumiese la mayoría de las
posiciones sostenidas por la Argentina. Dicha postura comprende tanto al gobierno justicialista
como al militar.
La República Argentina, mantuvo en el MONOAL una política que reivindicó el uso pacifico de
la energía nuclear, el derecho al desarrollo de tecnologías propias (científicas e industriales) y
la protección de los procesos de origen nacional80. En su carácter de Presidente del grupo de
países coordinadores en materia de usos pacíficos de la energía nuclear, la delegación
argentina (Cfr. Ministros de RREE, Nueva Delhi, Febrero 1981), convocó a una serie de
reuniones que fueron atendidas por la mayoría de los Estados miembro de dicho Grupo y
obtuvo la inclusión de los párrafos 39 y 40 (Declaración Política), 155 (Declaración Económica)
y 253, 254 y 255 (Programa de Acción en Materia de Cooperación Económica). Todos los
párrafos recogieron la posición que la Argentina sostuvo en esta temática.
78
Dallanegra, Luis “Latin American and the Caribbean countries in the Non Aligned Movement” en “The Non Aligned
World”. Vol. II. Nº2. New Delhi 1984, págs. 27/28.
79
Sosa, Alberto J. Parte II, Capítulo 26 de este libro.
80
Ferrari Freyre, J.”Argentina y el Movimiento de Países No Alineados”, pág. 13.
20
A pesar de no haber suscripto el Tratado de No Proliferación (TNP)81 y de no haber aprobado
el Tratado de Tlatelolco82, por estimar que no estaban dadas las condiciones que permitieran
su observancia, por parte de las potencias nucleares, suministró, a través de convenios de
cooperación técnica, asistencia a casi todos los países de América Latina. La Comisión
Nacional de Energía Atómica (CNEA), a través de Investigaciones Aplicadas Sociedad de
Estado (INVAP S.E.) conquistó mercados, -exportando tecnología-, en países capitalistas
desarrollados y del Tercer Mundo.
La República Argentina, a fines de 1983 completó el ciclo de enriquecimiento del uranio,
conquistado una posición de liderazgo en materia de unos pacíficos de la energía nuclear en
América Latina y de relevancia dentro del Tercer Mundo.
Respecto de la seguridad internacional, había mantenido una política de no agresión, no
injerencia en los asuntos internos de otros Estados y de solución pacifica de las controversias,
de la cual renegó durante la gestión del denominado “Proceso de Reorganización Nacional”
(1976/1983).
2.3.5. NOEI: el establecimiento de un NOEI fue el principal tema de debate del MONOAL en el
periodo 1973/1983. Desde la Cumbre de Argel hasta la de la Nueva Delhi, pasando por las de
Colombo y La Habana, se desplegó una intensa actividad, en concordancia con el Grupo de los
77, a fin de diseñar estrategias que fortaleciesen el poder de negociación de los países del
Tercer Mundo.
Hipótesis de trabajo como el rol del Estado para el logro del desarrollo económico – social; la
creación de asociaciones de países productores de materias primas; así como los mecanismos
de solidaridad y ayuda entre los países no alineados, que favoreciesen la seguridad económica
y la acción colectiva, para confrontar con los países industrializados de economía de mercado,
no resultaron suficientes para lograr el establecimiento del NOEI.
La República Argentina durante la gestión justicialista y aún durante la militar respaldó las
Resoluciones y Declaraciones del MONOAL respecto del NOEI. No obstante, en este ultimo
periodo (1976/1982) si bien no formuló reservas a las resoluciones y declaraciones NOEI, su
política económica neoliberal aperturista y los lineamientos de su política exterior, contradijeron
dicha posición.
El grupo hegemónico doméstico estimó, -a pesar de la declinación argentina -, que el país se
hallaba dentro del conjunto de “potencias medianas”, y por ello podía desempeñar un rol de
intermediario entre los países del mundo desarrollado y los del Tercer Mundo83.
2.3.6. Antártida: este tema se debatió, por vez primera, en el ámbito del MONOAL en la VI
Cumbre de Colombo (1976), cuando el gobierno de Sri Lanka pretendió, infructuosamente, que
se aprobase una propuesta que declarase a la Antártida “patrimonio común de la humanidad”.
Dicha propuesta fue presentada ante la Comisión Económica y Política y se reiteró en la sesión
de clausura.
La delegación Argentina neutralizó la iniciativa, contando con el respaldo de varios Estados
africanos y árabes.
Como consecuencia de dicho antecedente, los países miembros consultivos del Tratado
Antártico (1959) decidieron favorecer el ingreso de nuevos miembros consultivos y adherentes,
con el objeto de mantener el statu quo. Asimismo, informaron a la opinión pública internacional
sobre el contenido del Tratado y sobre las actividades desplegadas por las partes; efectuando
una labor docente entre los Estados Parte del Tratado de 1959 y los demás países del mundo.
81
La ley 24.272 aprobó el Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP), abierto a la firma en
Londres, Washington y Moscú el 01/07/1968. Boletín Oficial de la República Argentina (14/12/1993)
82
Ley 23.731 aprobó el Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina y El Caribe, adoptado
en México, el 14 de Febrero de 1967, con las enmiendas introducidas el 03 de Julio de 1990, el 10 de Mayo de 1991 y
el 26 de Agosto de 1992. (Tratado de Tlatelolco). Boletín Oficial de la República Argentina (13/10/1989).
83
Dallanegra, Luis. “Latin American and the Caribbean countries in the Non Aligned Movement” en “The Non Aligned
World”. Vol. II. Nº 2. New Delhi 1984, pág. 40.
21
A tales fines, la República Argentina, dada su doble condición de parte consultiva del Tratado
Antártico y miembro activo del MONOAL, se ocupó de este tema en el Movimiento, con el
propósito de neutralizar cualquier presentación tendiente a declarar al Continente Blanco
“patrimonio común de la humanidad84”.
3. Consideraciones y perspectivas
La República Argentina, a partir de 1975 y en coincidencia con la reestructuración industrial y
la mutación tecnológica de ciertos países del mundo industrializado, inició una etapa
caracterizada por el estancamiento de su economía y un creciente endeudamiento externo, que
vulneró las condiciones de vida y de trabajo de su población.
La participación en el MONOAL fue difusa y de escaso compromiso. Temáticas como las de
NOEI, bases militares y zonas de tensión, racismo y descolonización, no fueron de su interés.
Si la lectura del sistema internacional efectuada por el MONOAL devino obsoleta, por no
registrar las transformaciones económico – financieras de un mundo en transición; la visión de
los sectores dominantes de la Argentina constituyó una retrospección a-histórica porque el país
se desempeñó como si actuase en un contexto de guerra fría, en el que se desarrollaba “la
tercera guerra mundial”. Dicha visión, caracterizó al país como una “potencia mediana” dentro
del sistema interestatal mundial, aunque probablemente la adhesión argentina a las estrategias
y propósitos del Movimiento tampoco hubiesen mejorado la actuación externa.
Si bien el comportamiento de la República Argentina dentro del sistema internacional y del
MONOAL en particular, no merece calificarse de “no alineada”, conviene precisar las
diferencias de percepción entre las administraciones Justicialistas y las de la dictadura militar
(1976/1983).
El gobierno Justicialista incorporó a la Argentina como miembro pleno en el Movimiento y
quizás como producto de su discurso “tercerista” y “latinoamericanista”, mantuvo un
comportamiento de adhesión a los postulados del MONOAL, dentro de una perspectiva
moderada. Sus prioridades fueron las relacionadas con el reclamo de soberanía territorial de
Malvinas, el uso y explotación de los ríos internacionales y la reivindicación de su porción
territorial antártica.
El gobierno surgido del golpe de estado de 1976, implementó una política exterior que se
reivindicó como “occidental y alineada”. Dicha tesitura lo llevó, en dos oportunidades (en 1976
y a fines de 1981, respectivamente), a plantearse el retiro del Movimiento. Diversas
circunstancias evitaron dicha decisión. El Movimiento no registraba antecedentes de países
que se hubiesen retirado. Sus características admitían la permanencia de gobiernos como el
argentino en sus filas, ya que conviven en él gobiernos autoritarios y democrático – pluralistas;
países de economía de mercado y países de economía colectivista; países “no alineados” y
países alineados. Además, el caso de aislamiento del gobierno chileno (general Augusto
Pinochet) sirvió como antecedente para que no se abandonase el MONOAL85, aunque sea
para responder a las críticas que se formulaban al gobierno militar, en materia de violación a
los derechos humanos; o para sostener el reclamo malvinense; u oponerse a las
Resoluciones y Declaraciones incompatibles con la ideología oficial86.
84
En defensa de la actitud adoptada por los países signatarios del Tratado Antártico, cabe evocar que el sistema creado
por el mismo está abierto a la adhesión de cualquier Estado y no se lo puede considerar excluyente o elitista. Dicho
Tratado agrupa a países industrializados de economía de mercado, a países socialistas y a países del Tercer Mundo,
sin discriminación de razas e idiosincrasias. La información científica obtenida en las investigaciones llevadas a cabo
en el Continente Blanco, están a disposición de cualquier país, sea o no miembro del sistema. El continente Antártico
es uno de los pocos lugares del planeta con un efectivo régimen de no proliferación, ya que los firmantes se
comprometen a proscribir la localización o utilización de cualquier tipo de armamento, sea convencional, nuclear,
químico o bacteriológico.
85
El gobierno militar argentino formuló reservas a las resoluciones condenatorias del régimen chileno, por su política
violatoria de derechos humanos.
86
El MONOAL es un foro multilateral que no toma decisiones, sino que emite declaraciones. Es una herramienta que
sirve para facilitar la obtención de algunos objetivos de los Estados miembros, pero no para encauzar la totalidad de las
relaciones exteriores. Por lo tanto, las expectativas respecto del MONOAL deben ser realistas y limitadas. Carece de
Carta, Constitución o reglas formales. Actúa sobre la base de declaraciones, resoluciones y textos que son aprobados
en las reuniones por consenso. Los miembros en desacuerdo, pueden formular reservas. Ninguna decisión es
22
Percibiendo que los costos eran mayores que los beneficios -en el caso de retirarse del
Movimiento-, el gobierno militar mantuvo un bajo y deslucido perfil, a través de delegaciones de
escasa representatividad. Mientras tanto profundizó sus lazos militares con los gobiernos de
Sudáfrica y de Israel (a pesar de la condena afro- árabe) y adoptó una actitud intervencionista
en América Central, con lo cual contradecía los contenidos y la orientación del Movimiento.
La guerra de Malvinas produjo un giro copernicano en el discurso y la praxis oficial, ya que el
gobierno militar asumió un activo compromiso dentro del MONOAL, explicable por su
oportunismo y aislamiento internacional.
En el tema descolonización, la Argentina impuso su criterio de que en Malvinas, se conceda
prioridad al “principio de integridad territorial”, respecto del de “autodeterminación”. La
continuidad en este tema, refleja el interés que mereció a los sucesivos gobiernos argentinos,
constitucionales y dictatoriales.
El racismo no demandó mayor atención, por parte de la República Argentina, ya que durante el
período se constituyó en el único país miembro pleno, que mantuvo relaciones diplomáticas
con el gobierno sudafricano. La gestión militar transformó el bajo perfil justicialista -respecto de
Sudáfrica e Israel- en estrechas relaciones diplomático – militares.
Las bases militares y las zonas de tensión, como unidad, no constituyeron preocupación de los
gobiernos argentinos, sino en la etapa post – Malvinas, por la conducta del gobierno del Reino
Unido en el Atlántico Sur. Dicha circunstancia llevó al gobierno a prestar atención a otras zonas
calientes del mapa político mundial, en base a una visión ideológica y prejuiciosa de los
conflictos.
Los conflictos Regionales no demandaron la preocupación de nuestro Ministerio de Relaciones
Exteriores, salvo durante la gestión militar, para denunciar el avance marxista.
El comportamiento del gobierno militar –previo a la guerra de Malvinas – produjo suspicacia,
por parte de países africanos, que no respaldaron la recuperación militar de las islas, porque
consideraron que la Argentina podía cederla a EUA como base militar, contrariando los
objetivos de paz y de cooperación en el Atlántico Sur y la lucha antirracista y anticolonialista de
los Movimientos de Liberación del África austral y del MONOAL en su conjunto.
El tema desarme, no demandó el interés de la República Argentina, salvo en la cuestión de los
usos pacíficos de la energía nuclear. A pesar de participar en las reuniones de los grupos de
trabajo de desarme y seguridad internacional, durante el gobierno militar, adoptó una actitud
intervencionista en América Central, Bolivia y Medio Oriente, distante del “neutralismo activo”
del Movimiento.
La temática del NOEI, planteada en la IV Cumbre (1973), contó con el respaldo del entonces
gobierno constitucional argentino.
El gobierno militar, a diferencia del justicialismo, consideró que la Argentina no formaba parte
del Tercer Mundo y sí de las llamadas potencias medianas y que por ello no debía confrontar
con el mundo capitalista desarrollado, sino desempeñar un rol de intermediación en la disputa
entre el Primer y Tercer Mundo.
En el tema antártico, reivindicó su porción territorial sobre el Continente Blanco (gobierno
constitucional) y se opuso a los proyectos de internacionalización (gobierno militar), que
perjudicaban el “interés nacional” de países que tenían una prolongada presencia y años de
investigación como en el caso de la República Argentina87.
vinculante, sino que cada país procede de acuerdo con su propio interés. No posee secretariados y las reuniones son
organizadas por el país a cargo de la presidencia (país huésped de la última Cumbre).
87
El 10/10/1900 se decidió la participación en la Expedición Antártica Internacional. Para este fin se encomendó el
establecimiento de un observatorio magnético y meteorológico en la Isla de los Estados. A mediados de Noviembre de
1901 comienza la instalación de un faro y un observatorio en la isla Observatorio del grupo Año Nuevo, frente a la costa
norte de la Isla de los Estados, bajo la conducción del Teniente de Navío Horacio Ballvé. El gobierno argentino ofreció
todo su apoyo a la Expedición Sueca del Dr. Nordenskjöld y en ella participó el Alférez de Fragata José María Sobral,
23
Los temas que demandaron el interés permanente de la República Argentina en el MONOAL
(gobierno democrático o dictatorial), fueron las Malvinas, los usos pacíficos de la energía
nuclear y la Antártida. Cuestiones como el NOEI, descolonización, racismo, desarme y
seguridad internacional, bases militares y zonas de tensión, incluso usos compartidos de ríos
internacionales, demandaron un compromiso retórico o discontinuado.
Durante el período objeto de este trabajo, el MONOAL concentró su discurso y su acción en
temáticas como el rol del Estado en la economía; la regulación de la operatoria de las ETs; y la
creación de cartels de países productores de commodities, para lograr mejores precios en la
comercialización de las mismas. Dicho planteo estaba influido por la transnacionalización de
los 60´ (XX) y por la acción de la OPEP en los 70´ (XX). En esos años la acción de la banca
privada transnacional, produjo un nuevo tipo de vinculación entre los países industrializados de
economía de mercado y los del Tercer Mundo.
La mutación tecnológica y la reestructuración industrial desde mediados de los 70´ (XX); la
relativa declinación económica de las superpotencias; el surgimiento de bloques de poder
económico como la Comunidad Económica Europea; así como la transnacionalización de
grupos financieros privados; y la transitoriedad del boom de la OPEP, no fueron percibidos por
la mayoría de las elites del Tercer Mundo. Dicha miopía explica el fracaso del MONOAL,
cuando diseñó objetivos y estrategias que devinieron obsoletas.
El énfasis en los temas señalados en la 2ª Década del Desarrollo de Naciones Unidas; en la
Declaración y el Programa de Acción para el Establecimiento del NOEI; y en la Carta de
Derechos y Deberes Económicos de los Estados, evidencian que los países miembro del
MONOAL no anticiparon o previeron las transformaciones del sistema internacional y tampoco
pudieron adecuarse a dichos cambios. La problemática de la valorización de los exportables de
los países del Tercer Mundo, señala el límite de su rebeldía, ya que las elites de muchos de
sus miembros estaban más interesadas en el mantenimiento de un statu quo, que preservase
situaciones de privilegio, que en la diversificación y modernización de las estructuras
económicas domésticas, los encadenamientos productivos y la distribución de la riqueza.
El diagnóstico y los objetivos de los países del MONOAL, estaban orientados a endosar toda
la responsabilidad de las injusticias sociales, existentes a escala doméstica, al sistema
internacional, omitiendo toda crítica o autocrítica relacionada con la necesidad de implementar
reformas económicas internas. Mientras el MONOAL exigía la democratización del sistema
mundial, determinadas elites del mundo desarrollado exigían la vigencia de la democracia en
los Estados del Tercer Mundo.
Las perspectivas que se inauguran para el MONOAL, dentro del sistema internacional y para la
República Argentina dentro del mismo, no son promisorias.
Las transformaciones operadas dentro del sistema internacional - en los últimos añossugieren la necesidad de una nueva aproximación y lectura sobre el rol del MONOAL.
El Acuerdo Ronald Reagan – Mijaíl Gorbachov, tiende a revertir una situación en la que el rol
de las superpotencias y su excesivo gasto armamentista, las condujo a involucrarse en
conflictos localizados en el Tercer Mundo, distrayendo recursos y esfuerzos hacia finalidades
que significaron un desmedro para ellas, respecto de países como República Federal Alemana,
Japón e Italia que invirtieron recursos y esfuerzos en actividades productivas y tecnológicas,
desvinculadas de la carrera de armamentos.
quién cumplió trabajos de meteorología, magnetología y geodesia. La expedición invernó entre los años 1902 y 1903, y
fue rescatada por la corbeta de la República Argentina “Uruguay” .El 22/02/1904 la Argentina comenzó a ocupar tierras
antárticas al comprar la pequeña estación meteorológica del escocés doctor Bruce, en la Isla Laurie de Orcadas del
Sur. La ocupación argentina es así la más antigua y permanente del Continente Antártico. En 1950 el Observatorio de
Orcadas pasó a jurisdicción de la Fuerza Aérea y en 1952 a la del Ministerio de Marina, siendo operado como
Destacamento Naval Orcadas (decreto Nº 13.714 del 23/12/1952), denominación que actualmente mantiene.
http://www.dna.gov.ar/DIVULGAC/ HISTORIA. HTM. Disponible 17/04/2010.
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La URSS, bajo la conducción de Mijaíl Gorbachov88 ha iniciado un proceso de reestructuración
y modernización de la sociedad y el Estado soviéticos, que podría implicar una democratización
política, descentralización económica y la actuación de empresas privadas.
El acuerdo URSS-EUA podría
implicar, la reconversión de la industria militar, la
desideologización de los conflictos Regionales y la apertura de la cooperación empresarial
Este-Oeste.
Las relaciones económico – comerciales entre países desarrollados se podrían intensificar más
allá de sus diferencias ideológicas, mientras que el Tercer Mundo experimenta restricciones
financieras, tecnológicas y productivas, que influyen sobre su “desempeño pasivo” o “reactivo”,
dentro del mercado mundial.
El endeudamiento externo produjo clivajes dentro del Tercer Mundo, ya que hubo países que
diversificaron su estructura productiva doméstica y se “conectaron activamente” al mercado
mundial. Los NICs asiáticos pagan el servicio de la deuda externa; la mayoría de los
latinoamericanos pagan parcialmente los intereses de la deuda; mientras que los países de
África sub-sahariana se encuentran en situación de insolvencia.
Si se confirman las tendencias enunciadas, cuestiones como la descolonización, la
coexistencia y el neocolonialismo -en su formulación tradicional de confrontación con los
países capitalistas desarrollados-, perderían funcionalidad, como estrategias tendientes a
cambiar el sistema internacional y a mejorar el posicionamiento de los países del MONOAL.
La “radicalidad” del discurso del MONOAL, lo llevó a situarse a la izquierda de los países
socialistas, que comenzaron a transitar una etapa de cooperación con los países capitalistas
desarrollados que se encuentran a la vanguardia del proceso de reestructuración industrial y de
modernización tecnológica.
El debilitamiento del eje estratégico – militar, la revalorización del eje económico y la
heterogeneidad de los países del Tercer Mundo, constituyen datos de una realidad que no
puede ignorarse.
El MONOAL y también la Argentina como país de la periferia mundial localizado en América
Latina enfrentan una encrucijada: conectarse activamente al sistema mundial o padecer una
condición de paria a través de una inserción pasiva89.
La crisis de las estrategias multilaterales de cooperación e integración en América Latina como
es el caso de la ALALC-ALADI, deben conducir a revisar los criterios de asociación con que se
manejaron dichos países. En el caso de la República Argentina, dicho criterio asociativo
Regional o Sub-Regional debería basarse en la selectividad, por ejemplo Brasil y otros Estados
de la vecindad geográfica. Los acuerdos celebrados con Brasil y Uruguay, dentro del marco de
la ALADI, son congruentes con la estrategia señalada.
Los procesos de integración con los Estados colindantes y la convergencia Cono Sur- Pacto
Andino, podrían configurar una prioridad en la agenda de los Estados de América del Sur. El
pretendido grupo sudamericano podría relacionarse y negociar como conglomerado con EUA
(o con el TLC EUA-Canadá); con Japón; con la CEE; con la República Popular China; con los
NICs asiáticos, con ASEAN, India; etc.
La renovación del pensamiento del Movimiento, a través de la incorporación de las ideas de
integración económica, industrialización sustitutiva difícil, construcción de un polo de poder
suramericano y multipolarismo internacional, como las formuladas por la doctrina de la
88
Secretario General del Comité Central del PC de la URSS (1985/1991); además fue Presidente del Presidium del
Soviet Supremo de la URSS (1º Octubre 1988/25 Mayo 1989); Presidente del Soviet Supremo de la URSS (25 Mayo
1989/15 Marzo 1990); y Presidente de la URSS (15 Marzo 1990/25 Diciembre 1991).
89
El “western way of life “sustituye al “american way of life”, en este proceso de reordenamiento y de reoccidentalización
de la economía mundial. Los países industrializados de economía de mercado, a pesar de sus diferencias, se colegian
y reparten responsabilidades. La incógnita es ¿qué papel desempeñarán la URSS y los países socialistas? Los
Estados del Tercer Mundo? Los de América del Sur?
25
“Tercera Posición”, por el pensamiento de la CEPAL y la concepción de la reciente Alianza
Brasil-Argentina, podría nutrir desde una visión sur o latinoamericana la actualización que
requieren las estrategias y los objetivos del MONOAL.
26