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Controvertido y soberano
El Presidente de la Oficina Europea de patentes quiere reformas y el personal en Múnich están en pie de
guerra
por CHRISTIAN THIELE
Juega un papel importante en la competencia entre Siemens y Samsung. Así como en el peregrinaje de
campesinos en Altötting. Y algunos empleados hablan sólo de él, si han desenchufado el cable de teléfono
en la oficina. Hasta tal extremo se extiende su influencia: Benoît Battistelli, 63 años, desde 2010 director de
la Oficina Europea de Patentes (OEP) en Múnich.
»El coloso negro«, así llamaron al principio los vecinos de Múnich el edificio que los arquitectos Gerkan,
Marg und Partner construyeron entre 1975 y 1979 en la orilla oeste del río Isar. En la capital bávara, famosa
por sus pintorescos trasfondos, el estéril edificio sigue marcando un fuerte contraste con las típicas torres
redondas de las iglesias, con los tejados rojos, con el cielo blanco azulado.
En el décimo piso, sin vistas al sur, a las estaciones de esquí de las montañas Alpspitze y Zugspitze, a las que
están orientados prácticamente todos los principales edificios en Múnich, sino con vistas al centro histórico,
está sentado Benoît Battistelli. Gafas sin montura, bien afeitado, con una corbata discreta sobre una camisa
discreta, una apariencia tan correcta que se olvida pronto.
En el escritorio hay un globo, en la pared una foto del puente de Bellas Artes en París y el certificado que
acredita que Battistelli es miembro del Gran Conseil de l'Ordre des Compagnons du Beaujolais. ¿Cuál alto
funcionario o jefe corporativo alemán ostentaría en su despacho su membresía de una asociación de
borrachines? Pero aquí tenemos que ver con un francés.
Y de la misma manera que un francés piensa sobre Europa, que un francés dirige una oficina, que un francés
ha conseguido un cargo como este y que un francés habla sobre todo esto, así piensa, actúa y habla
Battistelli. Sobre su oficina dice: "En lo que respecta a las patentes, somos la voz de Europa. Y formamos
parte del Poder Blando de Europa. Y somos una organización líder en el ámbito de la armonización
internacional. "Europa como un medio para lograr una mayor importancia o pertenencia global. Esto es, al
menos desde Charles de Gaulle, la razón de ser del estado francés. Su carrera profesional es típica: primero
estudió en el Instituto de Estudios Políticos de París, Sciences Po. Luego en la Escuela Nacional de
Administración, la ENA. De esta fábrica de ejecutivos, los gobiernos, tanto socialistas como conservadores,
reclutan generalmente su personal superior, así como las grandes empresas, institutos y autoridades.
Battistelli fue agregado comercial en varias embajadas, asesor principal de la ministra de Industria, jefe de la
Oficina Nacional de Patentes en París y desde mediados de 2010 es el jefe de la OEP en Múnich. Además es,
típico para un funcionario superior o político francés, teniente de alcalde. Y concretamente en SaintGermain-en-Laye, el lugar de nacimiento de Luis XIV, el municipio periférico más suntuoso que París puede
ofrecer.
El Rey Sol se ha desvanecido un poco. Según la gente en la oficina que está a favor de él, Battistelli suele ser
un jefe bastante centralista, como es habitual en Francia. Los que están menos dispuestos hacia él,
comparan su estilo de liderazgo con el de un dictador africano.
Cuando Battistelli habla sobre sus tareas y su cargo, lo hace en unas frases técnica y gramaticalmente
complejas, pero correctas. El estilo en el que la élite educativa y burocrática francesa se suele expresar
desde que Luis XIV entró en funciones. Y, cuando se trata de expresiones anglosajonas, con esos problemas
de la "tee aitch" y la R gutural, que son tan típicos de los franceses que hablan inglés.
"Lo interesante de este trabajo es que se encuentra en la intersección de la ley, la tecnología, la
competitividad, la política y los negocios. Si uno es jefe de una oficina nacional de patentes, tiene la
obligación de informar a los ministerios y al parlamento. Aquí dirijo una institución políticamente
independiente", dice. Como jefe de 7.000 examinadores de patentes es al mismo tiempo un actor político
de peso y en ciertos asuntos importantes es él quien determina la pauta. La patente es una anomalía en la
economía de mercado. Restringe el libre comercio y la libre competencia. Quien registra una patente sobre
una invención, obtiene un monopolio oficialmente garantizado. Siempre que haya inventado algo nuevo y
revele los detalles de la invención. Por este motivo, empresas como Siemens (en 2012 con 2193 nuevas
patentes el segundo solicitante de patentes en la OEP, justo detrás de Samsung y antes de BASF) se lo
piensan primero bien si es conveniente presentar una invención como patente o si prefieren conservar los
detalles tecnológicos para sí.
Demasiado amigo de la industria, según los críticos
¿Tiene sentido solicitar patentes en un mundo Wiki y de código abierto? Economistas como Michele Boldrin
lo dudan. Los monopolios intelectuales obstaculizan la innovación y por lo tanto el crecimiento, la
prosperidad y la libertad, argumentan. Battistelli replica por el contrario: "La patente es un instrumento
jurídico al servicio de la economía, la innovación, la competitividad." La economía europea depende de las
patentes, para poder seguir siendo competitiva. Después de años de discusiones, 25 países acordaron una
patente unitaria europea.
Beat Weibel, quien como jefe de la Propiedad Intelectual de Siemens, dirige el mayor departamento de
patentes de una empresa alemana, dice: "Para una empresa tecnológica como Siemens, la importancia de
las patentes aumenta. Al fin y al cabo, tenemos más y más competidores a escala mundial, como de Corea y
China, que saben manejar ingeniosamente los instrumentos de los derechos de la propiedad intelectual." El
hecho de que la nueva patente unitaria sea concedida por los examinadores de Battistelli significa, desde el
punto de vista de Weibel, "un gran avance para la oficina."
Las críticas de las patentes y de quienes las confieren se oyen, sin embargo, donde uno menos lo espera,
como por ejemplo durante el peregrinaje de campesinos en Altötting. Allí, el párroco Michael Witti advirtió
en su sermón: Si la base de nuestra producción de alimentos está en manos de solo unas pocas empresas, si
hay patentes sobre semillas, es decir sobre la vida, y muy pocas compañías pueden dictar los precios, esto
tendrá consecuencias sociales imprevisibles en todo el mundo.
Christoph Then, veterinario y experto de Greenpeace en materia de patentes de semillas, calcula: La OEP ya
ha concedido alrededor de 100 patentes para métodos de cultivo convencionales y más de 2000 patentes
en el ámbito de plantas y semillas genéticamente modificadas. "Battistelli es una fuerza impulsora en este
asunto y su posición es claramente en favor de los intereses de la industria", dice.
Battistelli, sin embargo, dice que la oficina es muy rigurosa en la concesión de biopatentes: Solo en el 25 por
ciento de las solicitudes se concedieron patentes. "En esta área tan delicada somos sin duda una de las
oficinas de patentes más estrictas del mundo. Además: Si ciertos grupos piensan que la Convención Europea
de patentes no es lo suficientemente precisa, deben dirigirse a los legisladores, es decir, a los parlamentos
nacionales y al parlamento europeo e introducir de esa forma los cambios deseados. Nosotros no podemos
escribir las leyes, sólo aplicarlas."
El debate ha llegado incluso a Berlín. En el acuerdo de la coalición, el gobierno federal negro-rojo opina que:
"Debe respetarse la prohibición existente de patentar métodos de cultivo convencionales, derivados de
animales y plantas, así como de sus productos y del material utilizado para su elaboración y, además, deben
clarificarse las normas europeas pertinentes."
Durante mucho tiempo, Battistelli ha mantenido una visión mucho menos crítica frente a los biopatentes,
dicen los críticos. Es acusado de haber aprobado patentes de brócoli, pimientos y tomates, a pesar de las
críticas del Parlamento Europeo, al fin y al cabo, su oficina se financia exclusivamente de las cuotas de las
patentes concedidas.
Solo cuando se alzaron las críticas en Alemania y en otros países, Battistelli puso el freno. Sobre todo,
porque quería asegurarse de una mayoría entre los representantes nacionales del Consejo de la
administración de la OEP para su reelección en 2015. La OEP fue fundada en 1980 en un tiempo en que los
permisos de trabajo, transferencias bancarias, llamadas telefónicas e intercambios escolares internacionales
eran asuntos complicados. Con el fin de atraer a suficientes ingenieros, físicos, expertos en
telecomunicaciones y otros profesionales como examinadores en la oficina en Múnich, se le otorgó al
personal de la OEP unos privilegios exuberantes: salarios prácticamente libres de impuestos, un plan de
pensiones privado, guarderías y escuelas gratuitas, días libres para el viaje a casa y y, y. Battistelli quiere
suprimir algunos de estos privilegios. Su argumento: Trabajamos a instancias de la economía europea y no
deberíamos cargar la industria europea con costos excesivos." De esta forma no se hace popular entre los
empleados. Quién quiere hablar con los sindicalistas y representantes del personal sobre Battistelli, tiene
que hacerlo en el bar. O en la oficina, con las puertas cerradas, después de una rápida mirada en el pasillo.
"Aquí, nunca se sabe", dice alguien.
Tiene la actitud de un director de escuela estricto pero justo
Battistelli ha cambiado las reglas de la huelga. Quiere reducir los días de licencia por enfermedad y pagar a
los examinadores de patentes más por sus resultados. Si lo podrá hacer o no, dependerá del resultado de
los juicios pendientes. El estado de ánimo es turbulento. "Mucha inseguridad." "Se comporta como un
dictador africano." Así hablan sobre Battistelli.
En octubre de 2013, durante la celebración del 40 aniversario de la Convención Europea de Patentes, una
parte de los empleados se declararon en huelga. En diciembre, el discurso de Navidad de Battistelli se
ahogó en silbidos y abucheos. Recientemente, durante unas reuniones de personal en Múnich y La Haya, los
empleados expresaron su desconfianza en el Presidente.
Si habla con Battistelli sobre las protestas, su sonrisa amistosa no cambia ni una pizca. Relajado, pero con la
actitud de un director de escuela estricto pero justo, dice: "Estamos en una fase de cambios y reformas en
la oficina. La reacción inicial de personas a cambios, es rechazarlos. Eso es completamente normal. Pero la
situación es estable. Y los cambios son necesarios para el futuro de la oficina.
Un verdadero reformador, eso lo sabe cada escolar francés de las clases sobre la Revolución Francesa, no
puede preocuparse siempre de futilidades. Licencias por enfermedad, acuerdos de huelga, primas de
productividad. Debe concentrarse en las grandes líneas. Y a Battistelli le gusta pensar en grande. Ve la
Oficina Europea de Patentes como un actor mundial. Junto con las autoridades de patentes de los EE.UU.,
Japón, Corea y China, conocidas como IP5, quiere estandarizar las reglas para la propiedad intelectual en
todo el mundo, bajo el liderazgo de la OEP. "Somos pioneros en el campo de la armonización internacional."
Battistelli tiene ahora 63 años. En el transcurso del año dará a conocer si en 2015 irá por un segundo
mandato, algo que ha sido habitual entre los presidentes anteriores. Pero una cosa ya está clara: Cuando se
jubile, no pasará los días en Múnich. No habla alemán, le encanta la literatura francesa, el cine francés, es
miembro de la asociación de Beaujolais. Y, además dice Battistelli: "El río Isar y el Sena, no se pueden
comparar."
Oficina en Múnich, en el fondo: Las torres de la iglesia Frauenkirche
Protección de lo nuevo
Patentes
Una patente es un derecho de propiedad industrial otorgado por una autoridad oficial para una
invención. El titular de una patente puede impedir que otros utilicen o copien su invención o puede
permitir que lo hagan contra pago. Las patentes tienen como objetivo ayudar a promover la
innovación. Sin patentes, los inventores e investigadores se sentirían menos motivados para invertir
tiempo y dinero en el desarrollo técnico y otras innovaciones. En 2013 se presentaron 266.000
solicitudes de patentes ante la Oficina Europea de Patentes. Se concedieron 66.700 patentes. Unos
dos tercios de las solicitudes proceden de países de fuera de Europa, como los EE.UU., Japón, China
y Corea del Sur. El mayor aumento se produjo en las solicitudes de Asia.
La Oficina
La Oficina Europea de Patentes es una organización internacional, apoyada por 38 estados
miembros. Entre ellos se encuentran todos los países de la Unión Europea, pero también países
como Suiza, Noruega y Turquía, que no son miembros de la UE. La Oficina tiene su sede en Múnich
(foto de abajo) y cuenta con oficinas en La Haya, Berlín y Viena. Emplea a aproximadamente 7000
personas de más de 30 países.
La oficina es supervisada por un Consejo de Administración, liderado por el jefe de la Oficina de
patentes danesa, Jesper Kongstad.