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Oportunidad para volver a comenzar
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El Nuevo Dia
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13 jun. 2016
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Gustavo Vélez Economista
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El pasado 9 de junio pasará a la historia como un día histórico. Por primera vez, los tres
cuerpos constitucionales del gobierno de Estados Unidos, se sincronizaron para atender la
crisis fiscal de Puerto Rico.
El Presidente Barack Obama, ejerció su liderazgo y envió un claro mensaje de apoyo al
HR 5278, para asegurar los votos de los legisladores demócratas. El mismo día que iba a
votación, el Tribunal Supremo Federal resolvió el controversial caso de Sánchez Valle,
dejando claro que la soberanía de Puerto Rico descansa en el Congreso.
Claramente, el máximo foro judicial, al tomar dicha decisión envío un mensaje de que la
aprobación de Promesa no violentaba la relación jurídico-política entre Puerto Rico y los
Estados Unidos fundamentada en la Ley 600.
Conscientes de las consecuencias que hubiese tenido dejar a la Isla a la deriva con su
grave problema fiscal y económico, el Congreso aprobó de forma contundente el HR 5278. La
legislación que recibió el apoyo de los legisladores demócratas, incluso el de los legisladores
boricuas (excepto Luis Gutiérrez), no es perfecta, pero provee dos componentes
fundamentales para atender la crisis fiscal de Puerto Rico. Reestructura la deuda y
reorganizar las finanzas públicas.
La entrada en vigor de una Junta de Control Fiscal Federal (JCFF), va a permitir,
también, que Puerto Rico vuelva a tener acceso a los mercados y eso será clave para
devolverle la estabilidad fiscal y macroeconómica a la Isla. La JCFF impone control y
disciplina fiscal, lo que evitará que la clase política continúe tomando medidas fiscales
incorrectas como gastos excesivos y nuevos impuestos que lastiman al consumidor y al sector
privado.
En segundo lugar, la JCFF permitirá un proceso ordenado de reestructurar la deuda,
evitando el caos que pudiera crear un proceso de demandas por parte de los acreedores, una
vez ocurran los impagos de la deuda. Estos dos componentes, en sí mismos, van a crear las
bases para que la JCFF, pueda llevar a cabo el proceso de reestructuración fiscal y
operacional del Gobierno local, implementando medidas de eficiencia y gerencia necesarias
para el País. UNA REFLEXIÓN COLECTIVA. Sin embargo, para que como pueblo podamos
sacarle provecho a las nuevas coordenadas que nos envía el gobierno federal, el primer paso
es que llevemos una reflexión colectiva.
Todos deberíamos reflexionar cómo llevamos a Puerto Rico a este punto tan crítico, y
por qué no hemos sido capaces de encontrar una solución propia a esta crisis manufacturada
localmente. Luego de hacer esa reflexión podemos transitar hacia una reconciliación nacional
que nos permita reconstruir al País.
Resulta obvio, que la JCFF en sí misma, no será una vara mágica para resolver todos
nuestros problemas, sino un instrumento cuyo éxito va a depender de que todos decidamos
trabajar en equipo para implementar las reformas estructurales que requiere Puerto Rico. El
componente de desarrollo económico, aspecto esencial para que la Isla vuelva a ser funcional,
debe ser responsabilidad del sector empresarial y todos aquellos que tengan algo que aportar
a este importante proceso.
Desde hoy, el sector privado debe comenzar a recopilar todas aquellas propuestas que
por tiempo lleva presentando y que han sido ignoradas por los diferentes gobiernos, para
diseñar el tan anhelado plan de desarrollo económico. Las condiciones son ideales para que
el sector empresarial trabaje con la JCFF en un proceso dual de reconstrucción financiera y
de rehabilitación económica de Puerto Rico.
A continuación, presento cinco recomendaciones para maximizar las funciones de la
JCFF:
1. Los partidos políticos deberían crear un comité de trabajo para proveer apoyo e
insumo a la Junta en su gestión en la reestructuración de la deuda y las finanzas públicas.
2. El sector empresarial debe organizarse y crear un grupo multisectorial para trabajar
en coordinación con la JCFF y debe confeccionar un plan económico con objetivos de corto,
mediano y largo plazo. Las empresas locales deben comenzar a organizar sus proyectos y
nuevas inversiones que ayuden a reactivar la economía.
3. Las organizaciones que representan los pensionados del Gobierno deberían comenzar
a preparar alternativas para rehabilitar los dos sistemas de retiro (Gobierno central y
maestros) y que enfrentan un déficit actuarial combinado de $40,000 millones.
4. Los bonistas locales, claramente afectados por la devaluación de los bonos, deberían
presentar alternativas para reestructurar la deuda de mayor impacto a los acreedores locales.
5. El sector financiero, entiéndase bancos y cooperativas debería comenzar a prepararse para
financiar proyectos y nueva inversión que debe surgir del proceso gradual de estabilización
de la situación fiscal y económica. La inversión será clave para acelerar la recuperación de la
economía.
Estoy plenamente convencido de que los eventos recién ocurridos nos dan una nueva
oportunidad, para repensar y construir un nuevo Puerto Rico. Esa responsabilidad es de
todos, y debemos asumirla con el mayor grado de responsabilidad posible.