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6 de febrero de 2015
Nº 83
1. ¿China puede evitar la deflación?, por Yao Yang
1 2. Los tiem pos de incertidum bre económ ica ofrecen oportunidades de avance a
escala m undial, por Jim Yong Kim
3 3. Perspectivas económ icas m undiales m ejorarán en 2015, aunque tendencias
divergentes generan riesgos hacia la baja
5 4. Crecim iento m undial revisado a la baja, pese al abaratam iento del petróleo y la
aceleración del crecim iento estadounidense
8 5. Perspectivas m acroeconóm icas globales
12 6. Perspectivas laborales y sociales en el m undo. Tendencias 2015
16 7. El 1% m ás rico tendrá m ás que el resto de la población m undial en 2016
18 1. ¿CHINA PUEDE EVITAR LA DEFLACIÓN?, POR YAO YANG
En su discurso en la reunión del Foro Económico Mundial de 2015 en Davos, el premier chino,
Li Keqiang, reconoció que la economía de China está enfrentando fuertes vientos en contra. El
crecimiento anual del PIB en 2014 fue de 7,4%, la tasa más baja desde 1990. Pero, para
estabilizar el crecimiento económico, prometió que China "continuará aplicando una política
fiscal proactiva y una política monetaria prudente".
La desaceleración actual de China fue inducida por las políticas. Durante los dos últimos años,
el gobierno ajustó la política fiscal y monetaria, con la esperanza de compensar los efectos
adversos del enorme paquete de estímulo que se aplicó en respuesta a la crisis financiera global
de 2008. La intención del discurso de Li en Davos fue la de dar una señal de que el gobierno
chino no permitirá que la tasa de crecimiento caiga más.
El paquete de estímulo de China fue, por lejos, el más grande del mundo y el que se implementó
de manera más efectiva. Estabilizó el crecimiento en China y moderó la contracción económica
global. Pero dejó como secuela algunos problemas serios para la economía china.
Más importante aún, la economía del país se ha vuelto sumamente apalancada. Los precios de la
vivienda se dispararon, los constructores de bienes raíces pidieron dinero prestado de manera
negligente y los gobiernos locales se endeudaron muchísimo. En consecuencia, la masa
monetaria en sentido amplio (M2) aumentó rápidamente y hoy es más del doble del PIB de
China -uno de los niveles más altos del mundo.
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Esta inundación de dinero hizo sonar las campanas de alarma para Li y el presidente Xi Jinping
cuando asumieron el cargo a comienzos de 2013. El gobierno desde entonces le puso un freno al
crecimiento del dinero en circulación y comenzó a imponer límites al endeudamiento de los
gobiernos locales. Se desaceleró la expansión monetaria. Se revisó la ley de presupuesto para
permitir que los gobiernos locales emitan bonos de gobierno y su endeudamiento con los bancos
comerciales se pueda monitorear bien de cerca.
Estas políticas hicieron subir los costos de capital y el ajuste monetario, en particular, implicó
un precio muy caro para los gobiernos locales y los constructores de bienes raíces. Como un
crecimiento más lento los obliga a pedir más dinero prestado para pagar sus deudas, las tasas de
interés suben y los empresarios en la economía real resultan perjudicados, lo que crea un mayor
freno al crecimiento.
Mientras tanto, los precios de la producción han venido cayendo, a la vez que los precios al
consumidor se mantienen estables. Así, como gran parte del resto del mundo, China enfrenta el
riesgo de una deflación. Por cierto, la presión deflacionaria global habría surgido mucho antes si
China no hubiera lanzado su plan de estímulo de dos años en 2008, que impulsó la demanda de
inversión y, por ende, demoró la caída de los precios mundiales de las materias primas. Ahora
que finalmente se produjo la caída, la deflación doméstica se convirtió en una verdadera
amenaza, particularmente en vista de la expansión fiscal interna más lenta.
Esta es la razón por la cual el gobierno de China haría bien en recordar la crisis financiera
asiática de 1997. En respuesta al famoso viaje al sur de Deng Xiaoping, que ofreció el impulso
necesario para el proceso de reformas, la inversión aumentó rápidamente en la primera mitad de
los años 1990. Como resultado, la tasa de inflación anual de China se disparó a un pico sin
precedentes de 24% en 1994. Las subsiguientes medidas del gobierno para frenar la inflación
podrían haber pergeñado un aterrizaje suave, pero la crisis financiera afectó a China duramente,
lo que derivó en seis años de deflación.
La principal lección de la crisis financiera asiática -o, si vamos al caso, de cualquier crisis
financiera- es que la deflación es la mayor amenaza para la recuperación. Como la crisis de
1997 estuvo confinada al este de Asia, China pudo escapar de la deflación después de unirse a la
Organización Mundial de Comercio.
Sin embargo, hoy las cosas son diferentes. Todo el mundo se encuentra atrapado en las garras
de fuerzas deflacionarias. Si China entra en el vórtice, sus socios comerciales esta vez no
podrán sacarla. De modo que el interrogante clave para el gobierno de China es si el país puede
o no hacerlo por cuenta propia.
La política fiscal proactiva que Li prometió en Davos ayudará, pero la política monetaria
también tiene que cambiar. El enigma que enfrentan las autoridades chinas es que la expansión
monetaria no haría más que alimentar un alza de los precios de los activos, en lugar de resultar
en mayores flujos de crédito para la economía real.
Los obstáculos solían ser los gobiernos locales y los constructores de bienes raíces zombis. Pero
eso probablemente cambie este año. El endeudamiento de los gobiernos locales estará
controlado de manera estricta, y el financiamiento de su nueva deuda provendrá principalmente
de bonos del gobierno. Y, si bien la mayoría de los observadores creen que las ciudades de
primer nivel de China (Beijing, Shanghái, Guangzhou y Shenzhen) todavía tendrán problemas
en 2015 para digerir la enorme cantidad de viviendas que construyeron en los últimos años,
algunas ciudades del segundo y tercer escalón ya tocaron fondo y empezaron a recuperarse.
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China es el mayor país comercial en el mundo, lo que exige que los líderes chinos asuman una
mayor responsabilidad para la salud general de la economía global. El paquete de estímulo postcrisis de China demostró la voluntad de las autoridades de hacerlo. De la misma manera, el
esfuerzo anti-deflacionario del gobierno ayudará no sólo a China, sino también al resto del
mundo.
Fuente: Yao Yang es decano de la Escuela Nacional de Desarrollo y Director del Centro Chino
de Investigación Económica de la Universidad de Pekín. Este artículo de opinión fue publicado
el 26 de enero de 2015 y se encuentra disponible en el sitio web: http://www.projectsyndicate.org/
2. LOS TIEMPOS DE INCERTIDUMBRE ECONÓMICA OFRECEN OPORTUNIDADES DE AVANCE A
ESCALA MUNDIAL, POR JIM YONG KIM
La economía mundial está creciendo, pero un ataque de ansiedad de año nuevo se ha instalado,
imponiendo desafíos a nuestra misión mundial: aumentar la prosperidad del 40 % más pobre de
la población, poner fin a la pobreza extrema para 2030, y evitar un colapso climático.
Cuando los líderes mundiales de los Gobiernos, la industria y sectores que van desde el
entretenimiento a los medios de comunicación se reúnan en Davos esta semana, uno de los
principales temas de debate serán los diversos factores que afectan a la economía mundial.
Ahora vivimos en un mundo con caída del precio del petróleo, tipos de cambio volátiles, y
debilidad en muchos países de ingreso alto que todavía están luchando por dejar detrás de sí las
secuelas de la crisis financiera mundial. Además, las economías emergentes en su conjunto son
menos dinámicas que en el pasado.
En nuestro informe Perspectivas de la economía mundial, recién publicado, redujimos nuestras
estimaciones de crecimiento y mostramos que la economía mundial sigue creciendo, aunque un
poco más lentamente de lo que habíamos proyectado en junio pasado. El crecimiento mundial
registró un modesto 2,6 % en 2014 y se espera que aumente un 3 % en 2015. Este año se espera
un crecimiento del 4,8 % para los países en desarrollo y es probable que las economías de
ingreso alto crezcan unos 2,2 %, impulsadas por los Estados Unidos.
Esto es mucho mejor que la recesión, pero los motores del crecimiento todavía están vacilantes.
Japón y la zona del euro podrían caer en un período prolongado de estancamiento o deflación y
el comercio mundial podría debilitarse aún más a menos que los responsables de formular
políticas administren bien los presupuestos y planifiquen con cuidado para estar bien preparados
cuando se produzcan crisis en el futuro.
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Además, la caída de los precios del petróleo genera incertidumbre, ganadores y perdedores, y
presión económica. De hecho, los bajos precios del petróleo presentan desafíos importantes para
los principales países exportadores de petróleo, que se verán afectados por el debilitamiento de
las perspectivas de crecimiento.
En un entorno tan incierto, ¿cómo deberán reaccionar los líderes?
En la mayoría de los países de ingreso alto, la aún frágil recuperación económica exige una
política monetaria acomodaticia continua y un enfoque flexible de la política fiscal. En otras
palabras, se necesita un delicado equilibrio entre respaldar el crecimiento y al mismo tiempo
establecer planes de consolidación y reformas estructurales a mediano plazo.
En los países en desarrollo, el crecimiento después de la crisis se ha visto obstaculizado por
persistentes tensiones geopolíticas, episodios de mayor volatilidad de los mercados de
productos básicos, y debilidades estructurales. Las debilidades estructurales varían de un lugar
a otro, pero en muchos países se relacionan con rígidas regulaciones laborales, mala calidad de
las carreteras, los puertos y los sistemas de tecnología de la información y las comunicaciones
que se necesitan para que los negocios prosperen, y servicios básicos confiables, así como
acceso al financiamiento. Todo esto es esencial para la prosperidad inclusiva y el bienestar.
Un dato positivo para el mundo son los países de ingreso bajo, que, como grupo, registraron un
sólido crecimiento de alrededor del 6 % el año pasado. Ese crecimiento fue impulsado por el
aumento de la inversión pública, fuertes influjos de capital, buenas cosechas, y la mejora de las
condiciones de seguridad en varios países en conflicto. Se espera un ritmo de crecimiento
similar para este grupo en 2015, aunque es muy probable que los precios deprimidos del
petróleo ensombrezcan las perspectivas en algunos países exportadores.
Como señalan acertadamente muchos defensores del clima y ambientalistas, ahora es el
momento de impulsar al mundo hacia un futuro de bajas emisiones de carbono, lo que significa
encontrar maneras de reducir nuestra dependencia del petróleo e invertir en energías renovables.
Debido al bajo precio del petróleo, los países importadores de este producto tienen un espacio
de oportunidades para recaudar impuestos a los combustibles y eliminar los subsidios al
combustible mal orientados. Los ingresos adicionales podrían ser usados para redes de
protección social, programas de empleo, inversiones en infraestructura que tanto se necesita y
otras inversiones que impulsan el crecimiento.
Estas inversiones en las personas también podrían reducir sustancialmente los niveles de
pobreza e impulsar la prosperidad compartida de los más vulnerables. Estimamos que tasas de
crecimiento per cápita sostenidas del orden del 4 % permitirían que el porcentaje de la
población mundial que vive con menos de US$1,25 al día se redujera al 3 % para 2030. Esto
marcaría el virtual fin de la pobreza extrema, dado que volatilidades tales como los conflictos y
los desastres relacionados con el clima siempre mantendrán una cierta cantidad de personas
empobrecidas. Pero es difícil pensar hoy con optimismo que alcanzaremos y mantendremos
niveles de crecimiento tan fuertes por los próximos 15 años.
Podemos obtener logros ahora para revertir los niveles peligrosos de contaminantes que causan
el cambio climático, y podemos reducir drásticamente el número de personas que viven en la
pobreza, incluso en estos tiempos de incertidumbre. Por primera vez en la historia humana,
tenemos la oportunidad de acabar con la pobreza extrema en el curso de una generación.
También por primera vez en la historia, los líderes mundiales se centran seriamente en
soluciones iguales al desafío de contener el cambio climático.
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Davos tiene una historia de abrir nuevos caminos al reunir a enemigos políticos, y abordar
difíciles problemas mundiales con una claridad sorprendente. Para la reunión de este año,
debemos mantenernos centrados en las cuestiones verdaderamente abrumadoras que nos rodean,
y ponernos de acuerdo para construir un mundo que impulse la prosperidad compartida, ponga
fin a la pobreza extrema, y combata el cambio climático.
Fuente: Jim Yong Kim es médico coreano nacionalizado estadounidense y actualmente es el
presidente del Banco Mundial desde el 1 de julio de 2012. Este artículo fue publicado en el
portal del Banco Mundial el 22 de enero de 2015 y se encuentra disponible en el sitio web:
http://blogs.worldbank.org/
3. PERSPECTIVAS ECONÓMICAS MUNDIALES MEJORARÁN EN 2015, AUNQUE TENDENCIAS
DIVERGENTES GENERAN RIESGOS HACIA LA BAJA
Después de otro año decepcionante en 2014, este año los países en desarrollo deberían
experimentar un alza en su crecimiento gracias en parte al impulso que generan los precios del
petróleo bajos, el fortalecimiento de la economía de EE.UU., tasas de interés mundiales que
siguen apuntando hacia la baja y a la disminución de las contrariedades en varios mercados
grandes y emergentes, señala el informe del Grupo Banco Mundial Perspectivas Económicas
Mundiales (GEP), publicado hoy.
Tras el crecimiento que bordeó el 2,6 % en 2014, las proyecciones muestran que la economía
del mundo crecerá 3 % este año, 3,3 % en 2016 y 3,2 % en el año 2017[1], según predice el
emblemático informe bianual del Banco Mundial. Las naciones en desarrollo crecieron un 4,4
% en 2014 y se espera que en 2015 bordeen el 4,8 %y se fortalezcan en 5,3 % y 5,4 % en 2016
y 2017, respectivamente.
“En ese incierto entorno económico, los países en desarrollo deben desplegar sus recursos de
manera juiciosa para apoyar programas sociales con un foco muy preciso y emprender reformas
estructurales que inviertan en la gente”, sostuvo el Presidente del Grupo Banco Mundial Jim
Yong Kim. “También es fundamental que los países retiren los obstáculos innecesarios a la
inversión del sector privado, actor que por lejos es la principal fuente de empleos y que puede
sacar a cientos de millones de personas de la pobreza”.
Tras esta débil recuperación mundial se encuentran tendencias cada vez más divergentes con
importantes implicancias para el crecimiento global. En Estados Unidos y el Reino Unido, la
actividad está tomando nuevo impulso a medida que el mercado laboral se sana y la política
monetaria sigue muy acomodaticia. Sin embargo, la recuperación ha sido más inestable en la
zona del euro y en Japón, que heredaron el retardo de la crisis financiera. China, por su parte,
está experimentando una desaceleración cuidadosamente administrada con un crecimiento lento
aunque robusto de 7,1 % este año (7,4 % en 2014), 7 % en 2016 y 6,9 % en 2017. Y el colapso
de los precios del petróleo tendrá tanto ganadores como perdedores.
Los riesgos en las perspectivas siguen inclinándose hacia la baja, debido a cuatro factores. En
primer lugar está la persistente debilidad del comercio mundial. En segundo, está la posibilidad
de que la volatilidad del mercado financiero en la forma de tasas de interés en las principales
economías aumente en diferentes momentos. Y en tercer lugar, está el nivel de tensión que
generarán los bajos precios del petróleo en los balances de los países productores. El cuarto es
el riesgo de un período prolongado de estancamiento o deflación en la zona del euro o en Japón.
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“Lo más preocupante es que el estancamiento de la recuperación en algunos países de ingreso
alto e incluso de ingreso medio puede ser síntoma de males estructurales más profundos”,
sostuvo Kaushik Basu, Vicepresidente superior y economista principal del Banco Mundial. “A
medida que el crecimiento demográfico bajó su ritmo en muchos países, el grupo de
trabajadores más jóvenes es más pequeño, poniendo presión sobre la productividad. Pero hay
luz al final del túnel. El menor precio del petróleo, que se espera se mantendrá durante 2015,
está bajando la inflación en todo el mundo y es probable que retarde los repuntes en las tasas de
interés en los países ricos. Esto genera una oportunidad para los países importadores de
petróleo, como China e India; esperamos que el crecimiento de India llegue al 7 % en 2016. Lo
que es fundamental es que las naciones aprovechen esta oportunidad para impulsar reformas
fiscales y estructurales, las cuales pueden incrementar el crecimiento a largo plazo y el
desarrollo inclusivo”.
A partir de la recuperación gradual del mercado laboral, un menor ajuste presupuestario, precios
bajos de los productos básicos y costos de financiamiento aún reducido, se espera que el
crecimiento conjunto en los países de ingreso alto ascienda levemente al 2,2 % este año (1,8 %
en 2014) en 2015 y cerca de 2,3 % en 2016-2017. El crecimiento en Estados Unidos debería
acelerarse a 3,2 % este año (a partir de2,4 % el año pasado) antes de moderarse a 3 % y 2,4 %
en 2016 y 2017, respectivamente. En la zona del euro, la inflación incómodamente baja podría
prolongarse. El pronóstico para el crecimiento en la zona del euro es un lento 1,1 % en 2015
(0,8 % en 2014), que alcanzará un 1,6 % en 2016-2017. En Japón, el crecimiento se elevará a
1,2 % en 2015 (0,2 % en 2014) y 1,6 % en 2016.
Es probable que los flujos comerciales sigan siendo débiles en 2015. Desde la crisis financiera
global, el comercio se ha desacelerado significativamente, creciendo menos del 4 % en 2013 y
2014, muy por debajo del crecimiento promedio previo a la crisis, el que alcanzaba 7 % al año.
La desaceleración se debe en parte a la debilidad de la demanda y a lo que parece ser una menor
sensibilidad del comercio a los cambios en la actividad mundial, concluye el análisis en el
informe. Los cambios en las cadenas de valor a nivel mundial y una composición variable de la
demanda por importaciones pueden haber contribuido a disminuir la capacidad de respuesta del
comercio ante el crecimiento.
Las proyecciones señalan que los precios de los productos básicos permanecerán bajos en 2015.
Como se analiza en un capítulo del informe, la caída inusualmente precipitada del precio del
petróleo en el segundo semestre de 2014 podría reducir significativamente las presiones
inflacionarias y mejorar los saldos en cuenta corriente y de las arcas fiscales en los países en
desarrollo importadores de petróleo.
“La baja en el precio del crudo originará cambios notables en el ingreso real desde los países
exportadores a los países importadores de petróleo. Tanto para exportadores como para
importadores, la baja en los precios representa una oportunidad para llevar a cabo reformas que
puedan aumentar los recursos fiscales y servir a objetivos ambientales más amplios”, agregó
Ayhan Kose, Director de Perspectivas de desarrollo del Banco Mundial.
Entre los países grandes de ingreso medio que se beneficiarán de los precios más bajos del
petróleo se encuentra India, donde se espera que el crecimiento se acelere a 6,4 % este año (a
partir de 5,6 % en 2014) y alcance 7 % en 2016-2017. En Brasil, Indonesia, Sudáfrica y
Turquía, la caída en los precios del petróleo ayudará a reducir la inflación y el déficit en cuenta
corriente, una causa importante de vulnerabilidad para muchos de estos países.
Sin embargo, si se sostienen los precios bajos del petróleo, se debilitará la actividad en los
países exportadores. Por ejemplo, para la economía rusa se proyecta una contracción de [2,9] %
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en 2015, la que podría entrar nuevamente en un terreno positivo en el año 2016, cuando se
espera un crecimiento de [0,1] %.
A diferencia de los países de ingreso medio, la actividad económica en los países de ingreso
bajo se fortaleció en 2014 debido al aumento en la inversión pública, la expansión significativa
del sector de servicios, buenas cosechas y entradas importantes de capital. Se espera que el
crecimiento en los países de ingreso bajo mantenga su solidez en 6 % entre 2015 y 2017, a pesar
de que la moderación en los precios del petróleo y otros productos básicos frenará el
crecimiento en los países de ingreso bajo exportadores de estos bienes.
“Los riesgos para la economía global son considerables. Los países que cuentan con marcos de
políticas relativamente más confiables y los gobiernos que se orienten hacia las reformas estarán
en mejor posición para sortear los desafíos de 2015”, concluyó Franziska Ohnsorge, autora
principal del informe.
Aspectos regionales destacados:
La región de Asia oriental y el Pacífico continuó su ajuste gradual hacia un crecimiento más
lento, pero más equilibrado. El crecimiento regional cayó a 6,9 % en 2014 como consecuencia
del endurecimiento normativo y las tensiones políticas que compensan un aumento en las
exportaciones en línea con la recuperación actual en algunas economías de ingreso alto. El
pronóstico a mediano plazo es de un alivio adicional en el crecimiento a un 6,7 % en 2015 y un
pronóstico estable de ahí en adelante, situación que refleja una desaceleración gradual en China,
la que será compensada por un repunte en el resto de la región en 2016-2017. En China,
reformas estructurales, el retiro gradual del estímulo fiscal y medidas prudenciales permanentes
para frenar la expansión del crédito no bancario se traducirán en una desaceleración del
crecimiento a 6,9 % en 2017, en comparación con el 7,4 % en 2014. En el resto de la región, el
crecimiento se fortalecerá a 5,5 % en 2017 con el apoyo de la solidez de las exportaciones, una
mejor estabilidad política y el fortalecimiento de la inversión.
Según las estimaciones, el crecimiento en la zona en desarrollo de Europa y Asia Central
disminuyó a 2,4 %, menos de lo que se esperaba en 2014, debido a que la recuperación
intermitente en la zona del euro y el estancamiento en Rusia plantearon dificultades. Por el
contrario, el crecimiento en Turquía superó las expectativas a pesar de una desaceleración de
3,1 %. Se espera que el crecimiento regional repunte a 3 % en 2015, a 3,6 % en 2016 y a 4 % en
2017, pero con una divergencia considerable. La recesión en Rusia frena el crecimiento de la
Comunidad de Estados Independientes, aunque la recuperación gradual de la zona del euro
debería aumentar el crecimiento en Europa central y oriental y Turquía. Las tensiones entre
Rusia y Ucrania y las respectivas sanciones económicas, la posibilidad de un estancamiento
prolongado en la zona del euro y la disminución sostenida de los precios de los productos
básicos siguen siendo los principales riesgos hacia la baja en la región.
El crecimiento en América Latina y el Caribe se desaceleró notoriamente al 0,8 % en 2014, pero
con avances divergentes en toda la región. América del Sur se desaceleró bruscamente cuando
factores internos, agravados por la desaceleración económica en la mayoría de los socios
comerciales y la caída mundial de los precios de los productos básicos, causaron estragos en
algunas de las economías más grandes de la región. Por el contrario, el crecimiento en América
del Norte y Central fue sólido gracias al fortalecimiento de la actividad en Estados Unidos.
Mejores exportaciones impulsadas por la recuperación permanente entre países de ingreso alto y
flujos de capital firme deberían levantar el crecimiento del PIB regional a un promedio cercano
al 2,6 % en 2015-17. Una desaceleración más fuerte de lo esperado en China y una caída más
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pronunciada de los precios de los productos básicos representan riesgos importantes a la baja en
las perspectivas.
Tras años de agitación, algunas economías de Oriente Medio y Norte de África parecen haberse
estabilizado, aunque el crecimiento sigue siendo frágil y desigual. En los países importadores de
petróleo, el crecimiento se mantuvo prácticamente sin cambios en 2014, aunque la actividad en
los países exportadores de petróleo se recuperó ligeramente después de contraerse en 2013. El
desequilibrio externo y fiscal sigue siendo importante. Se espera un repunte gradual del
crecimiento a 3,5 % en 2017 (de 1,2 % en 2014). Los riesgos que implican la agitación regional
y la volatilidad del petróleo son considerables; persisten las transiciones políticas y los desafíos
para la seguridad. Las medidas para hacer frente a antiguos desafíos estructurales se han
retrasado en varias ocasiones y el alto nivel de desempleo sigue representando un fuerte desafío.
Los precios más bajos del petróleo ofrecen una oportunidad para eliminar los fuertes subsidios a
la energía en la región, en los países importadores de petróleo.
En Asia meridional, el crecimiento se elevó aproximadamente a 5,5 % en 2014 en comparación
con un bajo 4,9 % en 2013, que duró 10 años. El repunte fue impulsado por India, la mayor
economía de la región, que resurgió después de dos años de crecimiento moderado. Las
proyecciones indican que el crecimiento regional aumentará a 6,8 % en 2017, a medida que las
reformas alivien las restricciones al abastecimiento en India, se terminen las tensiones políticas
en Pakistán, se sigan fortaleciendo las remesas en Bangladesh y Nepal y se fortalezca la
demanda por las exportaciones de la región. Ajustes anteriores redujeron la vulnerabilidad
frente a la volatilidad del mercado financiero. Los riesgos tienen principalmente un carácter
político y nacional. Mantener el ritmo de las reformas y la estabilidad política es clave para
aprovechar el reciente impulso de crecimiento.
En el año 2014, el crecimiento mejoró solo levemente en África al sur del Sahara. Se espera que
se mantenga sin cambios en 2015, en 4,6 % (menos de lo esperado anteriormente), en gran parte
debido a precios de los productos básicos más moderados, para luego repuntar gradualmente a
5,1 % en 2017, apoyado por inversión en infraestructura, mayor producción agrícola y el auge
en el sector de servicios. El pronóstico está sujeto a riesgos a la baja significativos debido a una
nueva propagación de la epidemia de ébola, insurrecciones violentas, bajos precios de los
productos básicos y volatilidad de las condiciones financieras globales. Las prioridades en
materia de políticas incluyen la necesidad de aplicar restricciones presupuestarias en algunos
países de la región y un cambio del gasto hacia fines cada vez más productivos, dadas las graves
limitaciones en cuanto a infraestructura. La selección y gestión de proyectos podrían mejorar
con mayor transparencia y rendición de cuentas en el uso de los recursos públicos.
Fuente: Comunicado de Prensa del Banco Mundial, publicado el 13 de enero de 2015 y
disponible en el sitio web: http://www.bancomundial.org
4. CRECIMIENTO MUNDIAL REVISADO A LA BAJA, PESE AL ABARATAMIENTO DEL PETRÓLEO Y
LA ACELERACIÓN DEL CRECIMIENTO ESTADOUNIDENSE
El crecimiento mundial está proyectado en 3,5% para 2015, lo cual implica una revisión a la
baja de 0,3%
El beneficio neto del colapso de los precios del petróleo está holgadamente compensado por
factores adversos
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Los riesgos para el crecimiento mundial están más equilibrados gracias a los riesgos al alza del
abaratamiento del petróleo
Aun tras el drástico descenso de los precios del petróleo —un factor positivo neto para el
crecimiento mundial—, las perspectivas de la economía mundial siguen siendo poco
alentadoras, lastradas por la debilidad en otros sectores, afirma el FMI en la Actualización del
informe WEO.
La proyección del crecimiento mundial apunta a un aumento moderado en 2015–16, de 3,3% en
2014 a 3,5% en 2015 y 3,7% en 2016 (véase el cuadro). Esto representa una revisión a la baja
de 0,3% en ambos años en comparación con la edición de octubre de 2014 de Perspectivas de la
economía mundial (WEO).
Diversos factores recientes, que han afectado a distintos países de diferentes maneras, han
moldeado la economía mundial desde la publicación de la edición de octubre del informe WEO,
afirma el informe: “Los nuevos factores que respaldan el crecimiento —la caída de los precios
del petróleo, y también la depreciación del euro y del yen— están más que compensados por
fuerzas negativas persistentes; entre ellas, las secuelas que ha dejado la crisis y la disminución
del crecimiento potencial en muchos países”.
“A nivel de los países, la contracorriente complica las cosas”, señala Olivier Blanchard,
Consejero Económico y Director del Departamento de Estudios del FMI. Es algo “positivo para
los importadores de petróleo y negativo para los exportadores de petróleo. Positivo para los
importadores de materias primas y negativo para los exportadores. Continúa la lucha para los
países cicatrizados por la crisis, y no para otros. Es algo positivo para los países más vinculados
al euro y al yen, y negativo para los que están más vinculados al dólar”.
Contracorriente en la economía mundial
En las economías avanzadas, se proyecta que el crecimiento aumentará a 2,4% en 2015 y en
2016. Sin embargo, este panorama sin grandes cambios oculta la creciente divergencia entre
Estados Unidos, por un lado, y la zona del euro y Japón, por el otro.
Para 2015, el crecimiento económico de Estados Unidos ha sido revisado al alza, a 3,6%, gran
medida gracias al robustecimiento de la demanda privada interna. El abaratamiento del petróleo
está mejorando los ingresos reales y el sentir de los consumidores; a eso se suma el respaldo
continuo que brinda la política monetaria acomodaticia, a pesar del aumento gradual proyectado
de las tasas de interés. Por el contrario, el debilitamiento de las perspectivas de inversión está
empañando el panorama de crecimiento de la zona del euro, que ha sido revisado a la baja a
1,2%, a pesar del respaldo que brindan la caída de los precios del petróleo, la mayor distensión
de la política monetaria, la orientación más neutral de la política fiscal y la reciente depreciación
del euro. En Japón, cuya economía cayó en recesión técnica en el tercer trimestre de 2014, el
crecimiento ha sido revisado a la baja a 0,6%. Las políticas de respuesta, sumadas al efecto
estimulante del abaratamiento del petróleo y la depreciación del yen, afianzarían el crecimiento
en 2015–16.
En las economías de mercados emergentes y en desarrollo, se proyecta que el crecimiento se
mantendrá más o menos estable en 4,3% en 2015 y aumentará a 4,7% en 2016, un ritmo más
débil que el proyectado en la edición de octubre de 2014 del informe WEO. Esta desmejora se
debe principalmente a tres factores.
• Primero, la proyección del crecimiento de China, —donde la expansión de la inversión se
ha enfriado y, según las previsiones, continuará a la baja—, ha sido revisada a la baja, a
menos de 7%. Se prevé en este momento que las autoridades harán más énfasis en reducir
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las vulnerabilidades generadas por el reciente crecimiento rápido del crédito y la inversión
y, por lo tanto, las previsiones contemplan una política de respuesta menos decisiva frente
a esta moderación. Sin embargo, esta disminución del crecimiento está afectando al resto
de Asia.
• Segundo, las perspectivas económicas de Rusia son mucho menos alentadoras, con una
proyección de crecimiento de –3,0% para 2015 como resultado del impacto económico de
la fuerte caída de los precios del petróleo y el recrudecimiento de las tensiones
geopolíticas.
• Tercero, en muchas economías emergentes y en desarrollo, el repunte proyectado del
crecimiento de los exportadores de materias primas es más débil o más tardío de lo
previsto en la edición de octubre de 2014, ya que el impacto de la caída de los precios del
petróleo y de otras materias primas en los términos de intercambio y los ingresos reales
está golpeando más duramente el crecimiento a mediano plazo. Para muchos importadores
de petróleo, el estímulo que genera la caída de los precios del petróleo no se siente tanto
como en las economías avanzadas, ya que los beneficios relacionados con esta bonanza
imprevista se concentran en manos de los gobiernos (por ejemplo, en forma de reducción
de los subsidios energéticos).
Riesgos para la recuperación
La distribución de riesgos para el crecimiento mundial está más equilibrada que en octubre,
señala la Actualización del informe WEO. Del lado positivo, la caída de los precios del petróleo
podría brindar un estímulo mayor del previsto. Otros riesgos que podrían empañar las
perspectivas son un vuelco del sentir y de la volatilidad de los mercados financieros
internacionales, especialmente en las economías de mercados emergentes. Con todo, la
exposición a estos riesgos ha cambiado entre las economías de mercados emergentes debido a la
fuerte caída de los precios del petróleo: ha aumentado en los países exportadores de petróleo,
cuyas vulnerabilidades se han agudizado en el ámbito externo y en el de los balances, y ha
disminuido entre los importadores de petróleo, que han podido reforzar los amortiguadores.
Prioridades en materia de políticas
La corrección a la baja del pronóstico de crecimiento mundial para 2015–16 pone de relieve la
necesidad de incrementar el crecimiento efectivo y potencial en la mayoría de las economías,
subraya Actualización del informe WEO. Esto significa un firme empuje de las reformas
estructurales en todos los países, más allá de que las prioridades de política macroeconómica no
sean las mismas.
En la mayoría de las economías avanzadas, el estímulo que imprime a la demanda la caída de
los precios del petróleo es un factor positivo. Sin embargo, también hará bajar la inflación, y eso
puede contribuir a reducir más las expectativas inflacionarias y atizar el riesgo de deflación.
Entonces, la política monetaria debe seguir siendo acomodaticia para evitar que suban las tasas
de interés reales, recurriendo a otros medios en caso de que no haya más margen para recortar
las tasas de política monetaria. En algunas economías, hay razones contundentes para expandir
la inversión en infraestructura.
En muchas economías de mercados emergentes, el margen de la política macroeconómica para
apuntalar el crecimiento sigue siendo limitado. Pero el abaratamiento del petróleo puede
suavizar la presión inflacionaria y las vulnerabilidades externas, dándoles a los bancos centrales
margen para postergar el aumento de las tasas de política monetaria.
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Los
países
exportadores
de
petróleo,
cuyo
ingreso fiscal por lo
general
está
alimentado
sustancialmente por
la actividad de este
sector,
están
experimentando
shocks
más
profundos
en
proporción a sus
economías. Los que
acumularon fondos
sustanciales cuando
los precios eran
más altos pueden
permitir que los
déficits
fiscales
aumenten
y
aprovechar
esos
fondos para que el
gasto público se
ajuste
más
gradualmente a la
caída
de
los
precios.
Otros
pueden optar por
permitir
una
depreciación
sustancial del tipo
de cambio para
amortiguar
el
impacto del shock
en sus economías.
El retroceso de los
precios del petróleo
también ofrece una
oportunidad para
reformar
los
impuestos y los
subsidios
energéticos tanto en
los
exportadores
como
en
los
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importadores de petróleo. Entre estos últimos, el ahorro generado por la eliminación de
subsidios energéticos generales debería canalizarse hacia transferencias más focalizadas para
proteger a los pobres, recortes del déficit presupuestario cuando así corresponda, y un aumento
de la infraestructura pública si las condiciones son adecuadas.
Fuente: Boletín del Fondo Monetario Internacional (FMI) publicado el 20 de enero de 2015 y
disponible en el sitio web: http://www.imf.org/
5. PERSPECTIVAS MACROECONÓMICAS GLOBALES
El crecimiento mundial mejorará levemente, pero continúa en un nivel moderado
La economía mundial siguió creciendo a un ritmo moderado, a una tasa estimada del 2.6 por
ciento en 2014. La recuperación estuvo afectada por nuevos desafíos, entre los que se cuentan
algunos eventos inesperados, como los mayores conflictos geopolíticos en diferentes regiones
del mundo. Asimismo, la mayoría de las economías han evidenciado un cambio hacia menores
tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en comparación a los niveles previos a la
crisis, incrementando las posibilidades de un crecimiento económico mediocre de más largo
plazo. En las economías desarrolladas, aunque se estiman algunas mejoras para 2015 y 2016,
persisten significativos riesgos, especialmente en la zona euro y en Japón. Por su parte, las tasas
de crecimiento económico en los países en desarrollo y las economías en transición fueron más
divergentes en 2014, con una fuerte desaceleración en varias de las mayores economías
emergentes, particularmente en América Latina y en la Comunidad de Estados Independientes
(CEI). Varias de estas economías han enfrentado diversos desafíos, entre los cuales se pueden
mencionar desbalances estructurales y tensiones geopolíticas. En el periodo de proyección, la
economía mundial se expandirá a una tasa levemente superior a 2014 pero aún a un ritmo
moderado, con una expansión del Producto Bruto Mundial (PBM) de 3.1 y 3.3 por ciento en
201 5 y 2016, respectivamente.
La lenta creación de empleo y salarios bajos continúan siendo desafíos centrales
Una debilidad significativa en el panorama macroeconómico mundial continúa siendo la
situación del empleo, en particular debido a que el crecimiento del PIB todavía es lento y bajo
su potencial, y por tanto no ha sido capaz de generar suficiente cantidad de empleos
productivos. En las economías desarrolladas, las tasas de desempleo permanecen elevadas en
diversos países, especialmente en la zona euro, mientras que el nivel de salarios continúa
estando afectado por la crisis financiera. En las economías en desarrollo en tanto, a pesar de
un menor crecimiento del empleo, las tasas de desempleo se han mantenido relativamente
estables desde 2013, en parte debido a un menor crecimiento de la fuerza laboral, pero la
informalidad y el empleo precario son todavía problemas importantes. Igualmente, en varios
países persiste un alto desempleo, especialmente en el norte de África y en Asia Occidental, así
como en algunas economías en transición del sudeste de Europa.
Perspectiva benigna de inflación abarca desde riesgo de deflación en la zona euro hasta alta
inflación en algunos países en desarrollo
Si bien la inflación global continúa relativamente baja, existe una amplia gama de situaciones
específicas. Notoriamente, la inflación es elevada en cerca de una docena de países en
desarrollo y economías en transición, mientras que un número creciente de economías
desarrolladas en Europa enfrentan el riesgo de la deflación. De acuerdo a las proyecciones, se
espera que la inflación global promedio se mantenga cerca del nivel observado en los últimos
dos años, cerca de un 3 por ciento. La inflación promedio para los países desarrollados se espera
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aumente levemente hasta 2016, mientras que los países en desarrollo y las economías en
transición se espera registren una caída en sus tasas de inflación agregada.
Comercio y Finanzas Internacionales
Precios de las materias primas con tendencia decreciente, mientras el crecimiento del comercio
se incrementará levemente
Los precios internacionales de las materias primas han tenido una tendencia decreciente en los
dos últimos años, y no se prevé un alza notoria para el periodo 2015-2016. El precio
internacional del petróleo se redujo fuertemente en la segunda mitad del 2014, y se espera que
continúe esta tendencia en 2015-2016, dado que el crecimiento de la demanda se espera se
mantenga menor al incremento de la oferta. Los precios de otras materias primas también han
evidenciado una tendencia a la baja, pero se espera se mantengan relativamente altos en
comparación a los niveles de las últimas décadas.
El crecimiento del comercio ha sido lento en los últimos años, debido fundamentalmente a la
desigual recuperación en las mayores economías desarrolladas y el moderado crecimiento en los
países en desarrollo. Se estima que el comercio mundial se expandió un 3.4 por ciento en 2014,
aún por debajo de la tendencia previa a la crisis. De acuerdo a las proyecciones, se espera que el
crecimiento del comercio aumente moderadamente, en concordancia con la producción
mundial. De este modo, se prevé que el volumen de importaciones de bienes y servicios se
expanda en 4.7 por ciento en 2015 y 5.0 por ciento en 2016. Sin embargo, esta proyección está
sujeta a diversos riesgos, como las posibles perturbaciones en el comercio que puedan surgir de
un incremento de las tensiones geopolíticas en algunas subregiones.
Los flujos de capital hacia las economías emergentes se han reducido moderadamente, pero se
espera aumentan levemente
Los ingresos netos de capital en las economías emergentes se han reducido moderadamente
desde 2013. Esto ha sido causado por la reducción de las medidas de liquidez monetaria por
parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos, el deterioro de las perspectivas de
crecimiento en las economías emergentes y las mayores tensiones geopolíticas. En 2014, los
ingresos netos de capital en estas economías emergentes se redujeron fundamentalmente debido
a la fuga de capitales desde la Federación de Rusia, en medio del debilitamiento de las
condiciones económicas y tensiones geopolíticas. Por su parte, los costos de financiamiento
externo continúan siendo relativamente bajos para la mayoría de las economías emergentes,
pero los riesgos de ajustes abruptos y de mayor volatilidad causada por cambios en la confianza
de los inversionistas se mantienen altos. Las perspectivas para los flujos de capital hacia las
economías emergentes continúan siendo moderadamente positivas. En el agregado, se espera
que los ingresos netos de capital permanezcan en los mismos niveles en 2015 y tengan un leve
aumento en 2016. Sin embargo, cambios inesperados en la confianza de los inversionistas
debido a tensiones geopolíticas, a cambios en la política monetaria de los Estados Unidos y a
una mayor divergencia de la posición monetaria en los principales bancos centrales pueden
afectar significativamente los flujos de cartera. De hecho, la divergencia de la posición
monetaria ya ha contribuido al fuerte fortalecimiento del dólar durante la segunda mitad del
2014. Una continuación de esta tendencia podría tener también consecuencias en algunos
patrones comerciales.
Riesgos e incertidumbres
Los ajustes en la política monetaria pueden generar una significativa inestabilidad
macroeconómica
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Las perspectivas económicas globales esta sujetas a diversos riesgos e incertidumbres, entre los
que se incluyen una desviación de la política monetaria de la trayectoria establecida en la actual
proyección base. Así, información macroeconómica más débil o más fuerte de lo esperado
podría apuntalar un retraso o una aceleración en la normalización de las tasas de interés de
política en los Estados Unidos, lo que traería una amplia serie de consecuencias.
En el caso de un incremento más lento de tasas de interés, los posibles efectos son una mayor
volatilidad en los mercados financieros y riesgos de inestabilidad sistémica derivados de un
nivel de precios de activos excesivo. Por el contrario, una restricción monetaria más rápida
podría derivar en mayores diferenciales de crédito, acompañado de un aumento en la volatilidad
así como de fuertes repercusiones en los mercados financieros globales. Esto traería aparejado
significativos efectos a nivel internacional, especialmente para las economías emergentes, en la
forma de una caída de la liquidez y un incremento en el rendimiento de los bonos.
La recuperación económica en la zona euro se mantiene frágil
La frágil situación económica en la zona euro constituye un riesgo adicional para la economía
mundial. Mientras que las medidas de política monetaria han llevado a mejoras importantes en
las crisis de deuda soberana, la recuperación se mantiene precariamente débil. Es así que el
crecimiento económico se ha desacelerado al punto que cualquier evento exógeno podría hacer
retornar a la región a una recesión. Las actuales tensiones respecto a Ucrania y las sanciones
asociadas ya han tenido un impacto negativo importante en la actividad económica y en la
confianza. La debilidad de la recuperación se caracteriza por los continuos bajos niveles de
inversión privada, desempleo extremadamente alto en muchos países –que se hace cada vez más
arraigado a medida que el desempleo de largo plazo aumenta-, e inflación peligrosamente baja,
con el riesgo de transformarse en deflación.
Las economías emergentes enfrentan una combinación de vulnerabilidades internas y externas
Muchas de las mayores economías emergentes continúan enfrentando difíciles condiciones
macroeconómicas, ya que las debilidades internas interactúan con vulnerabilidades financieras
externas. Actualmente, el principal riesgo para muchas economías emergentes proviene de los
potenciales efectos negativos y retroalimentados entre una débil actividad económica,
reversiones de flujos de capital y endurecimiento de las condiciones financieras domésticas, en
un contexto de aumento esperado de tasas de interés en los Estados Unidos. Aunque la
proyección base muestra una moderada recuperación en el crecimiento en 2015 y 2016 para casi
todas las economías emergentes como por ejemplo en Brasil, India, Indonesia, México,
Federación de Rusia, Sudáfrica y Turquía, y solo una suave moderación en China, existen
significativos riesgos de una mayor desaceleración o de un periodo más prolongado de débil
crecimiento. Un menor crecimiento generalizado en las economías emergentes, y especialmente
una fuerte desaceleración en China, no solo afectaría el crecimiento de países en desarrollo más
pequeños y las economías en transición, sino que también podría descarrilar la frágil
recuperación en las economías desarrolladas, especialmente en la zona euro.
Las tensiones geopolíticas constituyen un significativo riesgo
Las tensiones geopolíticas continúan constituyendo un importante riesgo a la baja para las
perspectivas económicas globales. Adicionalmente a las graves pérdidas humanas, las crisis en
Iraq, la Republica Árabe Siria y Ucrania ya han tenido considerables impactos económicos a
nivel nacional y subregional, aunque el efecto global ha sido por ahora limitado. Una razón
importante para que los efectos a nivel global sean todavía limitados es que las reducciones
materializadas o esperadas en el suministro de petróleo y asociadas a conflictos geopolíticos han
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sido compensadas por incrementos en la producción. Sin embargo, debilidades subregionales
causadas por conflictos y sanciones podrían generar una desaceleración más pronunciada de la
economía mundial. Adicionalmente a las tensiones geopolíticas, escenarios de crisis como el
actual brote de la enfermedad del Ébola también involucran un importante grado de
incertidumbre para países individuales y subregiones.
Desafíos de política
La política monetaria en Estados Unidas enfrenta el desafío de una moderada normalización
La política monetaria en los Estados Unidos se encuentra definiendo su trayectoria en medio de
una serie de desafíos. La evolución de la tasa de interés de política dependerá de una serie de
factores, especialmente de la situación macroeconómica respecto al desempleo y la inflación,
así como de los riesgos sobre la estabilidad financiera. Al mismo tiempo, las tasas de interés
serán un determinante fundamental no solo del desempeño macroeconómico sino que también
de la magnitud de los riesgos sobre la estabilidad financiera y los efectos secundarios a nivel
global. De esta manera, los formuladores de política deben determinar la magnitud óptima y el
ritmo de los cambios en la tasa de interés encarando un difícil dilema: postergar el
endurecimiento de la política monetaria podría generar problemas de precios de los activos y
crear riesgos para la estabilidad financiera; sin embargo una rápida e injustificada normalización
monetaria podría debilitar la incipiente recuperación.
Los países desarrollados enfrentan un difícil dilema respecto a la política fiscal
En el área de la política fiscal, los países desarrollados se encuentran en la difícil posición de
alcanzar un balance entre el apoyo sobre la demanda agregada en el corto plazo, y asegurar al
mismo tiempo la sustentabilidad en el largo plazo. Por su parte, muchos países en desarrollo
están enfrentado el desafío de cumplir las crecientes demandas por financiamiento público para
infraestructura, educación y otros servicios. A pesar de tener comparativamente bajos niveles de
deuda pública, los países en desarrollo también necesitan manejar su situación de deuda externa,
ya que su refinanciamiento puede ser costoso en caso de un fuerte cambio en la confianza de los
inversionistas hacia los mercados emergentes, un debilitamiento de los tipos de cambio, o
también mayores niveles de las tasas de interés de referencia.
Se necesitan políticas coherentes sobre los mercados laborales para enfrentar los problemas
sobre el empleo
En muchos países, las políticas macroeconómicas no han sido coordinadas, otorgando
solamente un limitado apoyo a la creación de empleo. Si bien las políticas monetarias
expansivas en los países desarrollados pueden haber evitado mayores pérdidas de empleo, los
efectos directos en el crecimiento del empleo son acotados. De esta manera, las políticas fiscales
y monetarias deben ser combinadas con políticas específicas sobre los mercados laborales.
Asimismo, las políticas deben ser más apropiadas para facilitar la creación de empresas y de
empleo, por ejemplo, a través de la simplificación de trámites administrativos. En muchos
países en desarrollo, además de una mayor diversificación económica, esfuerzos permanentes
para expandir el empleo formal e implementar programas de protección social podrían
contribuir a mejorar las condiciones de los mercados laborales y apoyar la demanda agregada.
Es imperativo fortalecer la coordinación y cooperación de políticas a nivel internacional
Para mitigar los riesgos y cumplir con los diversos desafíos de la economía global, es
imperativo fortalecer la coordinación y cooperación de políticas en el ámbito internacional. En
particular, las políticas macroeconómicas a nivel global deben estar alineadas para apoyar un
crecimiento robusto y balanceado, la creación de empleos productivos y el mantenimiento de la
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estabilidad financiera y económica en el largo plazo. En tanto, la cooperación y coordinación de
políticas a nivel internacional es igualmente importante para distender las tensiones geopolíticas
y contener crisis como la epidemia del Ébola. Otras áreas donde los enfoques internacionales y
multilaterales son indispensables son el fortalecimiento de la resiliencia del sector financiero a
través de nuevas reformas regulatorias, la profundización de la cooperación en aspectos
tributarios, la reforma a la gobernanza de instituciones financieras internacionales, la
facilitación de las negociaciones de la Ronda de Doha de la Organización Mundial de
Comercio, la consecución de acciones concertadas para enfrentar el cambio climático, el
cumplimiento con el compromiso de ayuda oficial para el desarrollo a los países menos
desarrollados, y la formulación e implementación de una nueva agenda de política global de
desarrollo posterior a 2015, incluyendo los objetivos de desarrollo sostenible.
Fuente: Documento elaborado por la Organización de Naciones Unidas, publicado el 19 de
enero de 2015 y disponible en el sitio web: http://www.un.org/
6. PERSPECTIVAS LABORALES Y SOCIALES EN EL MUNDO. TENDENCIAS 2015
La economía mundial sigue progresando, aunque registra tasas muy inferiores a las previas a la
crisis global de 2008 y no permite colmar las amplias brechas laborales y sociales que han
surgido.
Actualmente, el desafío de recuperar los niveles de desempleo y subempleo anteriores a la crisis
sigue siendo una ardua tarea, con los considerables riesgos sociales y económicos que entraña la
situación.
La brecha global de empleo causada por la crisis sigue ampliándose
El presente informe revela que las perspectivas laborales en el mundo empeorarán durante los
próximos cinco años. En 2014 más de 201 millones de personas estaban desempleadas,
31 millones más que antes de que irrumpiese la crisis global. Se prevé asimismo que el
desempleo mundial aumente en 3 millones de personas en 2015 y en 8 millones durante los
siguientes cuatro años.
La brecha mundial de empleo, que mide el número de puestos de trabajo perdidos desde el
inicio de la crisis, se sitúa, hoy, en 61 millones de personas. Si se incluye a las personas que se
incorporarán al mercado de trabajo durante los próximos cinco años, para colmar la brecha en el
empleo que ha generado la crisis será preciso crear 280 millones de empleos nuevos para 2019.
Los jóvenes, en particular las mujeres jóvenes, siguen viéndose afectadas por el desempleo de
manera desproporcionada. En 2014, cerca de 74 millones de personas (de entre 15 y 24 años)
buscaban trabajo. La tasa de desempleo de los jóvenes casi triplica la de los adultos. El aumento
del desempleo de los jóvenes es común a todas las regiones y prevalece a pesar de la mejora del
nivel de educación, lo que fomenta el malestar social.
La situación del empleo está mejorando en algunas economías avanzadas, si bien sigue
siendo difícil en gran parte de Europa...
En las regiones, la perspectiva laboral ha experimentado un cambio drástico. La recuperación
del empleo continúa en las economías avanzadas en conjunto, aunque con importantes
diferencias entre los distintos países. En el Japón, los Estados Unidos de América y algunos
países europeos, el desempleo está disminuyendo y en ocasiones recupera los niveles anteriores
a la crisis. En Europa meridional el desempleo decrece lentamente, aunque respecto de tasas
excesivamente elevadas.
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.... y empeora en economías emergentes y en desarrollo
En cambio, tras un período de mejores resultados en comparación con la media global, la
situación se está deteriorando en algunas regiones y economías de ingresos medianos y en
desarrollo, como América Latina y el Caribe, China, Federación de Rusia y algunos países
árabes. La situación laboral no ha mejorado mucho en el África Subsahariana a pesar de
registrar mejores resultados en el crecimiento de la economía hasta fechas recientes. En la
mayoría de esos países, se prevé que el subempleo y el empleo informal se mantengan
persistentemente altos durante los próximos cinco años.
La considerable caída de los precios del petróleo que ha continuado a principios de 2015, de
mantenerse, mejorará algo las perspectivas de empleo en los países importadores. No obstante,
es poco probable que compense las repercusiones de una recuperación todavía frágil y desigual
que no favorecerá a los exportadores de petróleo.
En consecuencia, las mejoras en el empleo vulnerable se han estancado en países emergentes y
en desarrollo. Se prevé que la incidencia del empleo vulnerable se mantenga constante en
términos generales en torno al 45 por ciento del empleo total durante los próximos dos años, en
marcado contraste con las reducciones observadas durante el período anterior a la crisis. El
número de trabajadores con empleos vulnerables en el mundo ha aumentado en 27 millones
desde 2012, y actualmente se cifra en 1440 millones. El África Subsahariana y Asia Meridional
registran más de la mitad del empleo vulnerable en el mundo, donde esa situación afecta a tres
de cada cuatro trabajadores.
Asimismo, se han ralentizado los progresos para reducir el número de trabajadores pobres.
A finales de este decenio, según las previsiones, todavía uno de cada catorce trabajadores vivirá
en condiciones de extrema pobreza.
Las desigualdades en los ingresos han aumentado, retrasando la recuperación mundial de
la economía y el empleo.
En promedio, en los países sobre los que se dispone de datos, el 10 por ciento más rico gana un
30-40 por ciento de los ingresos totales. En cambio, el 10 por ciento más pobre gana alrededor
del 2 por ciento de los ingresos totales.
En algunas economías avanzadas, en las que tradicionalmente las desigualdades han sido muy
inferiores a las de los países en desarrollo, las desigualdades en los ingresos han empeorado
rápidamente después de la crisis y, en algunos casos, se están acercando a niveles registrados en
algunas economías emergentes. En economías emergentes y en desarrollo donde, en general, las
desigualdades han venido disminuyendo, los niveles se mantienen elevados y el ritmo de mejora
se ha reducido considerablemente.
Algunos de estos acontecimientos obedecen a la reducción durante los últimos años de los
puestos de trabajo rutinarios que requieren calificaciones medias. Esto se ha producido
paralelamente a la demanda creciente de puestos de trabajo en los extremos superior e inferior
de la escala de calificaciones. En consecuencia, trabajadores relativamente formados que solían
ocupar estos puestos de trabajo que requerían calificaciones medias, se ven ahora cada vez más
obligados a competir por ocupaciones que requieren pocas calificaciones. Estos cambios
ocupacionales han configurado pautas de empleo y también han contribuido a ampliar la
desigualdad en los ingresos registrada durante los últimos decenios.
Las crecientes desigualdades han socavado asimismo la confianza en los gobiernos, con unas
pocas excepciones. La confianza en los gobiernos ha venido disminuyendo con particular
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celeridad en países del Oriente Medio y de África del Norte, aunque también en economías
avanzadas, Asia Oriental y América Latina.
Cuestionamientos de esta magnitud, en particular si van acompañados por un estancamiento o
una reducción de los ingresos, pueden contribuir al malestar social. El presente informe
considera que el malestar social ha aumentado progresivamente debido a la persistencia del
desempleo, tendía a disminuir antes de la crisis global y ha aumentado desde entonces. Los
países que registran tasas altas o rápidamente crecientes de desempleo de los jóvenes son
especialmente vulnerables a ese malestar social.
Es posible promover las perspectivas laborales y sociales
Este panorama turbulento puede cambiar si se abordan las principales deficiencias subyacentes.
Como ya se ponía de relieve en anteriores análisis de la OIT, es preciso impulsar la demanda
agregada y la inversión empresarial, inclusive mediante políticas laborales, de ingresos,
empresariales y sociales. Los sistemas crediticios deben reorientarse para apoyar la economía
real, en particular las pequeñas empresas. Es necesario hacer frente con convicción a las
deficiencias de la zona del euro y las crecientes desigualdades deben abordarse con políticas del
mercado de trabajo y fiscales bien diseñadas.
También hay que afrontar las persistentes vulnerabilidades sociales vinculadas a la frágil
recuperación laboral, principalmente el elevado desempleo de los jóvenes, el desempleo de
larga duración y el abandono del mercado de trabajo, sobre todo entre las mujeres. Para ello es
preciso emprender reformas del mercado de trabajo inclusivas con objeto de apoyar la
participación, promover la calidad del empleo y actualizar las calificaciones.
Fuente: Documento elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), publicado
el 19 de enero y disponible en el sitio web: http://www.ilo.org/
7. EL 1% MÁS RICO TENDRÁ MÁS QUE EL RESTO DE LA POBLACIÓN MUNDIAL EN 2016
La organización internacional Oxfam ha advertido hoy, a pocos días de la reunión anual del
Foro Económico Mundial en Davos, que el próximo año la riqueza del 1% más rico de la
población del planeta superará la del 99% restante a menos que se revierta la actual tendencia de
desigualdad y concentración de riqueza.
La organización internacional, cuya directora ejecutiva, Winnie Byanyima, copresidirá este año
la reunión en Davos, ha advertido de que el aumento descontrolado de la desigualdad está
lastrando la lucha contra la pobreza a nivel mundial. A día de hoy, una de cada nueve personas
carece de alimentos suficientes para comer y más de mil millones de personas aún viven con
menos de 1,25 dólares al día.
Byanyima aprovechará la reunión en Davos para hacer un llamamiento para tomar medidas
urgentes que frenen el aumento de la desigualdad, empezando por poner fin a la evasión y
elusión de impuestos por parte de grandes empresas e impulsar un acuerdo global contra el
cambio climático.
Riqueza: tenerlo todo y querer más, la investigación que Oxfam publica hoy, muestra cómo la
riqueza acumulada por el 1% más rico de la población se ha incrementado, pasando de un 44%
en 2009 a un 48% en 2014. A este ritmo, para el año 2016 habrá alcanzado el 50%. En 2014, los
selectos miembros de esta élite del 1% mundial tenían de media una riqueza de 2,7 millones de
dólares por adulto.
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Del 52% restante de la riqueza mundial, la mayor parte (el 46%) está en manos del 20% más
rico. El 80% restante de la población comparte tan solo el 5,5% de la riqueza mundial: 3,851
dólares de media por adulto, lo que equivale a 1/700 parte de la riqueza media del 1% más rico
de la población mundial.
Byanyima ha apuntado: "¿De verdad queremos vivir en un mundo en el que solo un 1% de la
población posea tanta riqueza como el resto de nosotros? La magnitud de la desigualdad a nivel
global es impactante y, a pesar de todos los problemas que dominan la agenda internacional,
debemos tener en cuenta que la brecha entre ricos y pobres se está acrecentando a gran
velocidad".
"En los últimos doce meses hemos visto como líderes mundiales de la talla del presidente
Obama o Christine Lagarde han hablado sobre combatir la desigualdad extrema, pero aún
estamos esperando que muchos de ellos prediquen con el ejemplo. Ha llegado el momento de
que nuestros líderes se enfrenten a los intereses creados que impiden lograr un mundo más justo
y próspero".
"Que la élite más poderosa siga actuando como hasta ahora es una opción que supone un
elevado coste para el resto. Si no combatimos la desigualdad, la lucha contra la pobreza podría
retroceder décadas. El aumento de la desigualdad perjudica doblemente a las personas pobres:
no sólo tienen menos, sino que hay menos que repartir puesto que la desigualdad extrema frena
el crecimiento mundial".
Lady Lynn Forester de Rothschild, directora ejecutiva de E.L. Rothschild y presidenta de
Coalition for Inclusive Capitalism, que participará hoy en un evento sobre desigualdad
organizado conjuntamente por Oxfam y la Universidad de Oxford, ha hecho un llamamiento a
los líderes empresariales presentes en Davos a que asuman su responsabilidad en la lucha contra
la desigualdad extrema y ha señalado: "El informe de Oxfam es solo la última de la evidencias
que muestran como la desigualdad ha alcanzado extremos preocupantes y continúa aumentando.
Es hora de que los líderes mundiales en esta era del capitalismo moderno trabajen junto a todos
los Gobiernos para cambiar el sistema y hacerlo más inclusivo, equitativo y sostenible".
"La desigualdad extrema no es solo moralmente condenable sino que, también, mina el
crecimiento económico y, por tanto, supone una amenaza para la actividad empresarial. Todos
los participantes en Davos que ambicionen un mundo más estable y próspero deben hacer de la
lucha contra la desigualdad su principal prioridad".
El pasado año, durante el Foro Económico Mundial, Oxfam denunció que las 85 personas más
ricas del mundo poseían la misma riqueza que la mitad más pobre de la población mundial,
3.500 millones de personas. Esta cifra es ahora de tan solo 80 personas; una disminución
impresionante si tenemos en cuenta que en 2010 eran 388 personas las que concentraban la
misma riqueza que la mitad más pobre. En términos netos, la fortuna de las 80 personas más
ricas se ha duplicado entre 2009 y 2014.
La organización internacional ha hecho un llamamiento a los Gobiernos a adoptar un plan de
siete puntos para luchar contra la desigualdad:
• Frenar la evasión y la elusión fiscal por parte de grandes empresas y los más ricos.
• Invertir en servicios públicos gratuitos y universales, como la educación o la sanidad.
• Distribuir el esfuerzo fiscal de forma justa y equitativa, trasladando la carga tributaria del
trabajo y el consumo al patrimonio, el capital y las rentas.
• Fijar un salario mínimo para que todos los trabajadores alcancen un nivel de vida digno.
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• Lograr la igualdad salarial y promover políticas económicas a favor de las mujeres.
• Garantizar sistemas de protección social adecuados para las personas más pobres incluido
un sistema de garantía de ingresos mínimos
• Hacer de la lucha contra la desigualdad un objetivo internacional.
El informe, publicado hoy en el marco de la campaña internacional de Oxfam Iguales, lanzada
el pasado mes de octubre, evidencia cómo la riqueza extrema se transmite de generación en
generación y cómo los las élites dedican enormes recursos y esfuerzos a que los estándares
globales se diseñen a su favor. Más de un tercio de los 1.645 milmillonarios incluidos en la lista
Forbes heredaron gran parte o toda su fortuna.
El 20% de los milmillonarios tiene intereses en los sectores financiero y de seguros, y vieron
cómo su riqueza (en efectivo) aumentó un 11% en los doce meses anteriores a marzo de 2014.
En 2013, estos sectores de actividad emplearon 550 millones de dólares en financiar ejércitos de
lobistas para influir sobre las políticas que se deciden desde Washington y Bruselas. Durante el
periodo electoral de 2012 en Estados Unidos, el sector financiero realizó contribuciones por
valor de 571 millones de dólares a las campañas electorales.
El valor neto de la riqueza de los milmillonarios con intereses en los sectores farmacéutico y
sanitario aumentó un 47%. En 2013, estos destinaron más de 500 millones a financiar ejércitos
de lobistas para influir sobre las políticas de Washington y Bruselas.
Oxfam muestra su preocupación por que el poder de los grupos de presión de estos sectores
puede suponer una barrera significativa para reformar el sistema fiscal internacional y garantizar
que las leyes de propiedad intelectual no impidan el acceso de las personas más pobres del
mundo a medicamentos vitales.
Existen cada vez más evidencias, tanto del Fondo Monetario Internacional como de otros
organismos, de que la desigualdad extrema no sólo perjudica a los más pobres, sino que también
daña el crecimiento económico.
Fuente: Documento publicado por OXFAM Internacional el 19 de enero de 2015 y disponible
en el sitio web: http://www.oxfam.org
Tel: 591 2 2799673
Fax:591 2117326
Calle 21 de Calacoto, Edificio Lydia, Piso 2 Of. 201
La Paz – Bolivia
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Edición a cargo de Rodrigo Fernández Ortiz