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E L M U N D O, J U E V E S 5 D E J U N I O D E 2 0 0 8
E S PA Ñ A
La Princesa Letizia
inaugura en Madrid
una cumbre sobre
prensa y cooperación
DAVID SANZ EZQUERRO
El músico y activista contra la pobreza Bob Geldof se dirige al auditorio durante la presentación del programa ‘Proniño’, ayer en Madrid. / JAIME VILLANUEVA
ALEJANDRO UGARRIO
MADRID.– «Igual que una maceta
impide crecer a una semilla, aunque sea de un gran árbol, la sociedad veta a los pobres la posibilidad de progresar». Muhammad
Yunus, Premio Nobel de la Paz e
impulsor de los microcréditos que
han permitido mejorar la vida de
más de tres millones de desfavorecidos en todo el mundo, tiró ayer
de metáforas, durante la presentación del programa Proniño 2008,
contra el trabajo infantil, de la
Fundación Telefónica.
Yunus compareció en Madrid,
junto al Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, y los músicos
Bob Geldof y Alejandro Sanz, para apadrinar una iniciativa que ya
ha ayudado a casi 66.000 niños a
escapar del trabajo infantil en Latinoamérica y que aspira a alcanzar la cifra de 100.000 niños becados a final de año. Dos premios
Nobel y dos artistas significados
con las causas humanitarias para
constatar que estos números aún
están muy lejos de los 5,1 millones
de menores latinoamericanos que
trabajan y los más de 200 millones
de niños que lo hacen en todo el
mundo, según la Organización Internacional de Trabajo Infantil.
«Falta mucho por hacer, pero
estamos en el buen camino», des-
Cuando los niños
no van a la escuela
Intelectuales y artistas respaldan un
programa educativo para acabar con
el trabajo infantil en Latinoamérica
tacó el presidente de Telefónica,
César Alierta, que abrió el acto en
su papel de anfitrión junto al vicepresidente de la Fundación, Javier
Nadal. Ambos incidieron en la
educación como base esencial para el progreso de cualquier comunidad y mostraron el compromiso
de la compañía para hacer llegar
las nuevas tecnologías a los desfavorecidos. «Muchos niños en
América Latina no están donde deben estar, que es en la escuela»,
afirmó Alierta, y recordó el compromiso del programa para que la
erradicación del trabajo infantil en
esta zona sea una realidad antes
de 2020.
Previo paso por el estrado de
Muhammad Yunus, al que el conductor del acto, Imanol Arias, pre-
sentó con una de las frases más
célebres del banquero: «Si conseguimos nuestro objetivo, quizá las
nuevas generaciones de niños,
con los años, vayan a ver la pobreza a los museos», fue el turno del
premio Nobel de Economía estadounidense Joseph Stiglitz.
Muy crítico con la actuación de
su país, Stiglitz denunció que la administración americana se haya
negado a firmar el convenio internacional contra el trabajo infantil,
y criticó la política de subvenciones
a los agricultores de EEUU y Europa porque empobrecen a los países
en desarrollo. El estadounidense
defendió que el trabajo infantil debe ser enfocado desde una «experiencia más global», la de pobreza,
y apostó por el programa Proniño
como una forma de impedir que las
familias tengan que enfrentarse a
«elecciones desagradables» como
las de vender o poner a trabajar a
sus hijos.
Bob Geldof cogió el testigo de
Stiglitz. El músico irlandés, una
referencia en el activismo contra
la pobreza en África, se sintió más
cómodo caminando de un lado a
otro del escenario. «La pobreza es
moralmente repugnante y económicamente absurda», comenzó
Geldof, que apostó por «negociar,
no competir», con los países pobres para implantar los derechos
humanos. El «compromiso», defendió Geldof, es la base para
cambiar el mundo. «Si dejamos
que la gente muera, somos cómplices», incidió. Imanol Arias,
embajador de Unicef, resumió el
drama en una frase: «Mantener
con vida a un niño cuesta 140 euros al año, 12 euros al mes y 40
céntimos al día».
Sin embargo, los últimos mensajes del acto apostaron por el optimismo. «La solidaridad es ya una
epidemia», advirtió Alejandro
Sanz, antes de que César Alierta
tomara la palabra para cerrar el
acto recordando el lema del programa Proniño 2008, que es también una declaración de intenciones: «Juntos podemos».
MADRID.– La Princesa de Asturias
tuvo oportunidad ayer de rememorar su antigua profesión y reflexionar sobre la función social del periodismo con motivo de la celebración en Madrid de la XXIII Reunión
Bianual de la red internacional ALNAP. Se trata de un foro de debate
que se desarrolla entre ayer y hoy
bajo el título Medios de Comunicación y Ayuda Humanitaria, y al que
asisten representantes de un total
de 57 organizaciones, incluidos varios organismos de la ONU –ACNUR, FAO, OMS o UNICEF entre
otros– y asociaciones humanitarias
de todo el mundo.
La conferencia internacional, que
se celebra por primera vez en Madrid –la Real Fábrica de Tapices
acoge el evento–, tiene como objetivo en esta ocasión, según los organizadores, «analizar, reflexionar y
mejorar las relaciones entre la prensa y los organismos de cooperación» durante las situaciones de crisis en el mundo, con el fin de compaginar el trabajo de ambos sectores «de forma más eficaz», y consolidar «los mecanismos de respuesta
colectiva» a la hora de poner en
marcha la ayuda internacional.
Doña Letizia Ortiz fue la encargada de inaugurar el evento con un
discurso en el que recordó que «las
crisis humanitarias requieren una
actuación inmediata» y agradeció a
la red ALNAP «su trabajo y compromiso» con la asistencia a los afectados en situaciones de emergencia.
Asimismo, señaló la importancia de
trasladar esta conciencia solidaria a
toda la sociedad. «Somos todos, cada uno de nosotros, los que debemos entender la magnitud que tiene
algo tan esencial como es ayudar a
quienes sufren», afirmó.
La Princesa de Asturias también
abordó el tema central del encuentro: los problemas entre los medios
de comunicación y las organizaciones de cooperación que a veces surgen sobre el terreno, y que pueden
complicar el éxito de la ayuda. «Como en la mayoría de ocasiones se
trata de salvar vidas, creo que no
hay que reparar esfuerzos para definir bien esa relación», afirmó Doña
Letizia, quien además expuso algunas cuestiones para el debate. Entre
otras, la Princesa planteó ante el auditorio la siguiente pregunta: «¿Cómo se debe utilizar, en el buen sentido, a los medios para que haya una
movilización social?».
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