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El consumo moderado de cafeína actúa como estimulante y
mejora el estado de ánimo
Según diversos estudios publicados recientemente, la ingesta de cafeína proporciona una mayor
capacidad de concentración y mejora el estado de ánimo
19/11/2010
La cafeína es uno de los ingredientes de la ingesta alimentaria más y mejor
estudiados, ya que durante siglos se ha consumido con total seguridad en
alimentos y bebidas.
Según un artículo publicado en el International Journal of Neuroscience, "una
pequeña dosis de cafeína es suficiente para provocar una mejora entre pequeña y
media en la respuesta a los estímulos". Asimismo, este trabajo señala el "efecto
positivo" que tiene realizar un correcto desayuno para responder mejor a cada
estímulo, acentuando la velocidad de reacción de nuestras capacidades
cognitivas.
Resultados similares se obtuvieron en otro trabajo publicado a finales del pasado
año en la revista Human Psychopharmacology, utilizando para su estudio chicles
con cafeína. En dicho trabajo, se afirma que el consumo de cafeína se asocia a
"una mejora en la rapidez de respuesta de nuestro cerebro a diferentes estímulos
de corte intelectual". Y añade: "La cafeína puede ser extremadamente beneficiosa
en diferentes situaciones de nuestra vida". Afirmación que comparte la Dra. Ana
Adan, Profesora Titular de Psicobiología del Departamento de Psiquiatría y
Psicobiología Clínica de la Universidad de Barcelona: "el consumo moderado de
cafeína puede tener efectos beneficiosos sobre la calidad de vida en individuos
jóvenes así como en los de edad avanzada".
En este trabajo, se compararon los resultados obtenidos en dos grupos diferentes
que utilizaron chicles con cafeína y placebo, respectivamente. Los científicos
reseñaron que el grupo de cafeína desarrolló una velocidad de respuesta
"notablemente superior" comparada con los participantes en el grupo al que se
administró placebo.
Los individuos que consumieron cafeína en dosis moderadas mejoraron su estado
de ánimo y su estado de alerta ante imprevistos. Estos resultados ratificaron los
ya obtenidos en diversas publicaciones científicas precedentes.
Según la Dra. Ana Adan, "el consumo de dosis moderadas de cafeína puede
aportar beneficios en situaciones de bajo estado de ánimo. Sin embargo, los
beneficios de la cafeína sobre el estado de ánimo son modestos, quedando
limitados a situaciones leves de afectación; ya que su administración en
circunstancias clínicas más severas como puede ser la depresión mayor, resulta
una estrategia terapéutica insuficiente para conseguir revertir la sintomatología
de los pacientes".
Vigor y Fatiga
"La cafeína, consumida tanto a partir de preparados como el café, el té o los
refrescos de cola o en presentaciones farmacéuticas tiene aceptada la indicación
de estados de somnolencia, astenia, fatiga o agotamiento, tanto sean éstos de
tipo físico como psíquico.
Así en un estudio recién publicado por la prestigiosa revista científica Journal of
Clinical Psychopharmacology, el consumo moderado de cafeína (300-400 mg al
día) permite un incremento del vigor y provoca una disminución de la fatiga. Este
trabajo, titulado "Efectos de los antagonistas de la adenosina 2, quercetina y
cafeína sobre la alerta y el vigor", fue desarrollado en California en base a 57
pacientes, a quienes les suministraron dosis moderadas (200 mg) de cafeína para
comprobar su respuesta en diferentes aspectos cognitivos, como rendimiento
intelectual, capacidad de reacción y respuesta a la fatiga.
Los resultados determinaron que "la administración de cafeína actúa sobre dos
parámetros de vigilancia: aumenta la capacidad de procesar estímulos y
disminuye el tiempo de reacción (respuesta a un hecho imprevisto). De manera
paralela, la cafeína actuó "aumentando el vigor y disminuyendo la fatiga".
Asimismo, el estudio reflejó que "los efectos de la cafeína en la vigilancia son
detectables sólo 30 minutos después de su administración y permanece
relativamente constante durante muchas horas después".
Efecto neuroprotector
El mecanismo de acción de la cafeína consiste en el bloqueo de los receptores de
la adenosina tipo A1 y A2A, los cuales están ampliamente distribuidos por el
encéfalo. El bloqueo de los receptores de adenosina produce incrementos
moderados en la transmisión de los sistemas de neurotransmisión dopaminérgico,
noradrenérgico, serotoninérgico y colinérgico.
"La acción sobre la actividad dopaminérgica se piensa está en la base del efecto
preventivo neuroprotector de desarrollar la enfermedad de Parkinson, tanto en
varones como en mujeres siempre que éstas no se hayan sometido a tratamiento
estrogénico", añade la Dra. Ana Adan.
La estimulación de los sistemas noradrenérgico y colinérgico se relaciona con
incrementos en la atención y las capacidades de rendimiento cognitivo, en
especial en situaciones deficitarias como por ejemplo en estados de privación de
sueño. Finalmente, la activación del sistema serotoninérgico nos explicaría los
posibles beneficios en el estado de ánimo.
"La cafeína, además, tiene acción antioxidante sobre el organismo evidenciada
por trabajos experimentales y estudios clínicos. La acción de los antioxidantes se
ha relacionado con la capacidad preventiva de la aparición de déficits cognitivos
asociados al envejecimiento exitoso y, muy en especial, al deterioro patológico
como la enfermedad de Alzheimer. La capacidad antioxidante de la cafeína es
incluso superior a la de la vitamina C y similar a la del glutatión, el antioxidante
que nuestro organismo produce de forma natural para controlar la producción
excesiva de radicales libres o estrés oxidativo", explica la experta.
Por otra parte, el consumo de antioxidantes resulta beneficioso en situaciones que
se conoce que activan el estrés oxidativo, como aquellas en las que exista una
elevada demanda de rendimiento cognitivo (por ejemplo, época de exámenes) o
físico (práctica deportiva intensa). La actividad antioxidante de la cafeína también
sería la base explicativa de los datos que relacionan el consumo de cafeína con
menor riesgo de sufrir diversos tipos de cáncer (hígado, riñón, mama y colon).
Consumo moderado
Durante los últimos años, se ha intensificado la publicación de artículos relativos a
los posibles efectos beneficiosos de la cafeína en nuestro organismo. Sus
beneficios más comúnmente aceptados son sus efectos diuréticos y como
estimulante del sistema nervioso central.
"El consumo de dosis moderadas de cafeína, entre 300-400 mg/día, no tiene
riesgos para la salud y las evidencias disponibles en la actualidad sugieren la
posibilidad de que suponga beneficios tanto a corto plazo (aumento alerta,
capacidad de concentración y estado de ánimo) como a medio y largo plazo
(efectos preventivos en diversas enfermedades)", comenta la Dra. Ana Adan. Y
añade que "en las últimas dos décadas ha aumentado el interés por dilucidar los
efectos de la cafeína y sus potencialidades terapéuticas, siendo numerosos los
trabajos científicos publicados que evidencian efectos positivos junto a una
excelente seguridad".
La cafeína se ingiere fundamentalmente por vía oral a través del consumo de
productos como el café, el té o las bebidas refrescantes. Una lata de un refresco
de cola contiene algo menos de 50 mg de cafeína, mientras que una taza de café
contiene una concentración de cafeína de aproximadamente 100 mg.
Adición a la cafeína
"El consumo moderado o responsable de cafeína (300-400 mg./día) no crea
adicción. Si bien situándonos en una perspectiva estrictamente biológica la acción
estimulante de la cafeína sobre el sistema dopaminérgico y, en concreto en la vía
del refuerzo responsable de la gratificación y la adicción, es potencialmente
adictiva, en la mayoría de personas consumidoras no crea adicción. Su indicación
como fármaco, aunque la dosis sea elevada, tampoco tiene porqué suponer un
problema, ya que el médico manejará convenientemente la retirada del
tratamiento y ello no producirá ninguna molestia en el paciente", explica la Dra.
Adan.
"A veces en términos coloquiales hablamos de adicción al café o a la cafeína, pero
aún con consumos elevados o excesivos las personas no muestran la pérdida de
control o comportamiento compulsivo, que es el aspecto determinante de la
adicción. A diferencia de lo que sucede con muchas otras sustancias psicoactivas,
del consumo de cafeína no se derivan consecuencias negativas físicas,
psicológicas o sociales las cuales se hallan en la base de los diagnósticos clínicos
de adicción. Así, los manuales diagnósticos que en la actualidad utilizan los
profesionales de la salud -DSM-IV-R y CIE-10- no contemplan el diagnóstico ni de
dependencia ni de síndrome de abstinencia a la cafeína y tampoco la OMS
considera la cafeína dentro de la categoría de las adicciones. Ello significa que en
la práctica clínica no se observan problemas de adicción relacionados con la
ingesta de cafeína, por elevada que ésta sea. Como han sugerido diversos
expertos en el tema, el consumo moderado de cafeína debe considerarse un buen
hábito y no una adicción", concluye esta experta.
http://www.institutotomaspascual.es/reportajes/muestra.asp?id=3182