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EM2
El Mundo
Fecha Publicación: lunes, 16 de septiembre de 2013
Página: 35, 36
Nº documentos: 2
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CRISTINA G. LUCIO / Madrid
Para muchos, el día no empieza cuando suena el despertador o
se abre el grifo de la ducha. Su verdadero amanecer sólo llega
tras el primer café, el único revulsivo capaz de conectarles con
la rutina. Es el caso de Raúl, que «no es persona» hasta que se
toma «un solo doble» y bien cargado. «Es mi manera de arrancar. Lo necesito para dejar de bostezar, así que si no hay en casa, tengo que parar en un bar antes de ir al trabajo», remarca.
El café que cada mañana despierta a este madrileño y a
otros millones de personas de todo el mundo es la bebida
natural más rica en cafeína, un alcaloide que estimula el
sistema nervioso central y favorece la comunicación neuronal. «Numerosos estudios han demostrado que mejora la
capacidad de atención y reduce los tiempos de respuesta»,
confirma Marcos Llanero, especialista de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
Sigue en página 36
Periodicidad: Semanal
Moda / 41
Literatura / 38
Día
grande en la pasarela
Las
nobles
intenciones
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206.007
de Madrid: Montesinos,
traicionan a la última
Ágatha, Laguna...
novela de Coetzee
SALUD
Los expertos alertan de los
riesgos de un consumo excesivo
Enganchados
al ‘chute’ de
la cafeína
El Mundo
Fecha Publicación: lunes, 16 de septiembre de 2013
Página: 35, 36
Nº documentos: 2
36
EL MUNDO. LUNES 16 DE SEPTIEMBRE DE 2013
EM2 / %CIENCIA
de ocupación: 157,91
Recorte en color
SALUD
● El consumo
diario de cafeína
no debería superar
tres tazas al día
● Las bebidas
energéticas no
reducen los
efectos del alcohol
Viene de página 35
La cafeína reduce la sensación de
cansancio, aumenta la capacidad
de realizar un esfuerzo intelectual
y es capaz de mantener un estado
de vigilia aunque exista una privación del sueño, por lo que no es de
extrañar que el consumo de los
productos con cafeína se haya expandido rápidamente por todo el
mundo. Además de en el café, la
sustancia está de forma natural en
más de 60 especies de plantas, como el té, el cacao o el mate.
También es un componente habitual de los refrescos y, en los últimos
años, se ha convertido en la esencia
de las denominadas bebidas energéticas. Aunque tienen una apariencia
similar, estos dos últimos productos
difieren mucho ya que, mientras que
en los primeros la cantidad del estimulante oscila entre los 15 y 35 mg
por 180 ml, en los últimos esta cifra
puede llegar a triplicarse (algunas
presentaciones contienen más de 80
mg de cafeína en 60 ml). Desde
2003, una normativa europea obliga
a los productos con un contenido su-
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perior a 150 mg/L de cafeína a especificarlo claramente en su etiqueta,
pero la realidad es que «mucha gente no es consciente de la cantidad de
cafeína que está consumiendo»,
apunta Llanero, coordinador del
Grupo de Estudio de Neuroquímica
y Neurofarmacología de la SEN.
Los expertos consultados por EL
MUNDO subrayan que un consumo
moderado de cafeína no entraña
riesgos para el organismo, pero los
abusos, advierten, «sí tienen consecuencias», que van desde palpitaciones, temblores, nerviosismo o insomnio a las crisis de ansiedad e incluso
las arritmias que pueden aparecer en
personas predispuestas. «La norma
general es que no se deberían superar los 300 mg de cafeína al día, lo
que equivale a tres o cuatro cafés»,
explica José Calabuig, especialista
en Cardiología y Hemodinámica de
la Clínica Universidad de Navarra,
quien aclara que los efectos de la cafeína pueden variar según la adaptación de cada uno al estimulante.
Aunque no son muy frecuentes,
las intoxicaciones por cafeína pueden producirse. De hecho, un estudio realizado en 2011 por los Servicios de Control de Abuso de Sustancias y Salud Mental (SAMHSA) de
EEUU alertó de un aumentó significativo de estos casos entre los jóvenes, muchos de los cuales habían
mezclado alcohol con una bebida
energética. Probablemente, «el fenómeno no esté tan extendido en
España como al otro lado del Atlántico», pero los expertos
coinciden en señalar que,
en nuestro país, las visitas a
urgencias por este problema no son ni mucho menos
anecdóticas. «La gente las mezcla
porque existe la falsa creencia de
que la cafeína funciona como una
especie de antídoto del alcohol,
que nos va a mantener alerta, pero
lo cierto es que no es así», señala Lla-
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Cafeína y deporte,
una popular pareja
El potencial de la cafeína como arma para reducir la
fatiga comenzó a estudiarse a principios del siglo
XX. Pero no fue hasta los 70 cuando, a raíz de varios
estudios sobre su efecto ergogénico, se popularizó su uso
entre los deportistas. Según explica Nieves Palacios, Jefa del
Servicio de Medicina, Endocrinología y Nutrición del Centro
de Medicina del Deporte del Consejo Superior de Deportes,
aunque ha habido cierta controversia al respecto «la mayoría
de las investigaciones confirman que la toma de cafeína
mejora la capacidad de resistencia», si bien es cierto que su
efecto en deportes de intensidad elevada y corta duración está
menos claro, «por lo que debe seguir estudiándose». Sin un
consenso claro sobre cuál es el mecanismo que explica que la
cafeína aumente el rendimiento deportivo, en los últimos años
ha ganado fuerza la teoría metabólica, que sugiere que el
estimulante fomenta el empleo de ácidos grasos como fuente
de energía, con lo que se produce un ahorro del glucógeno
muscular. Por otro lado, también es clave su capacidad para
disminuir el cansancio y la percepción subjetiva del esfuerzo.
Según un estudio de Palacios y los doctores Úbeda e Iglesias,
publicado en Medicina Clínica, la cafeína puede retrasar hasta
un 20% el inicio de fatiga en ejercicios de resistencia. Eso sí, el
estimulante no es una panacea. «Sus efectos difieren entre los
individuos dependiendo de la edad, el sexo, el tamaño, el
grado de entrenamiento y la tolerancia a esta sustancia»,
señala Palacios, quien añade que «hay personas que no
responden a la cafeína e incluso algunas sufren efectos
secundarios, como nerviosismo, cefalea o insomnio», lo que
puede repercutir negativamente en su rendimiento. Por eso,
antes de su ingesta, lo ideal sería conocer la tolerancia de cada
atleta o su grado de habituación. La mayoría de los deportistas
que recurren a la cafeína no aumentan su consumo de café o
té, sino que usan preparados (generalmente en forma de
geles, aunque también hay otras presentaciones) fáciles de
consumir durante el ejercicio. Normalmente, se opta por esta
alternativa en un momento de crisis; por ejemplo, cuando un
deportista se enfrenta al temido muro en un maratón. Se
considera que se pueden lograr efectos ergógenos a partir de
dosis muy pequeñas de cafeína (de 1 a 3 mg por kg de peso) si
se toma antes o durante la práctica de ejercicio (transcurridas
seis horas de la ingesta desaparecen sus
efectos). Aunque hasta enero de 2004, el
Comité Olímpico Internacional establecía un
límite legal permitido para la cafeína, hoy en
día la sustancia no figura en la lista de
sustancias prohibidas.
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nero. Por ejemplo, las personas bajo
la influencia de esa conjunción de
bebidas pueden tener la sensación
de que están en buenas condiciones
para conducir o incluso para seguir
bebiendo, pero es irreal. «Es como
pensar que puede arreglarse un plato al que le hemos puesto demasiada
sal con un puñado de azúcar», indica. Coincide con su
El nadador
punto de vista Marina
italiano Fabio
Díaz-Marsé, psiquiaVenturini toma
tra del Hospital Clíniun gel con
co San Carlos de Macafeína durante
drid, que ha atendido
una carrera de 10
a pacientes que llegakilómetros en
Montreal. / REUTERS ron a este centro con
«temblores en las extremidades, dificultad para hablar y
un cuadro de ansiedad tras mezclar
alcohol y bebidas energéticas».
El riesgo de esta práctica, aclara
Díaz-Marsé, «no radica tanto en la
mezcla de una sustancia estimulante con una depresora», sino en
el alto consumo de cafeína, que
puede pasar más fácilmente inadvertido en estos casos. Y el problema va más allá de una visita puntual
a urgencias, ya que consumir habitualmente grandes dosis de cafeína
puede desembocar en una dependencia. «Se va generando una tolerancia, por lo que hay que ir aumentando la dosis para conseguir los
mismos efectos», señala la especialista, que recuerda el caso de
una paciente que llegó a consumir 14 bebidas energéticas diarias.
Revertir esta adicción (no se
considera una toxicomanía) es menos costoso que acabar con la dependencia a drogas como la cocaína, asegura Díaz-Marsé, pero puede hacer necesario el uso de
fármacos y exige «un seguimiento
muy cercano y una retirada progresiva de la sustancia». Según explica, «es más fácil recurrir a otros estimulantes» a raíz de un abuso de
la cafeína, por lo que, en su opinión, sería necesario aumentar las
advertencias sobre los riesgos del
abuso de esta sustancia y las cantidades diarias recomendadas.
Por su parte, José López Miranda, del Centro de Investigación en
Red de la Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición, también reclama una diferenciación clara entre
las bebidas que contienen cafeína.
«Propiedades beneficiosas que a
menudo se citan, como los efectos
antioxidantes, la prevención de enfermedades cardiovasculares o la
reducción del riesgo de enfermedades neurológicas se han obtenido
en ensayos que en la gran mayoría
de los casos evaluaban únicamente el consumo de café, por lo que
no se pueden extrapolar sin más a
todos los productos que contienen
cafeína», subraya.
Además de este estimulante, las
bebidas naturales que tienen cafeína contienen otros alcaloides y sustancias que también podrían ser
claves en su mecanismo de acción.
Así que, hasta que no se aclare este punto «sigamos considerando
que el café es el café y la cafeína,
otra cosa», concluye.
OORBYT.es
>Análisis de Miguel G. Corral.