Download Publicación Santiago Quinzanos, Revista CARAS, Junio 2011

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»Todo lo que he hecho es por
vivir. Porque amo la vida, amo
despertarme, amo ser feliz, dar
y estar con mi gente. El poder
disfrutar de una comida, un
viaje y una buena plática es
lo que me mueve. Eso me ha
mantenido vivo. Me he dado
cuenta de que cuando la
gente pierde la esperanza es
cuando se muere«.
mi mamá estuvo presente en todo momento, y quiero agradecerle toda
su entrega, amor y dedicación; por su fe, fuerza y apoyo incondicional
en todo momento, ¡te quiero mucho! Mi papá y mis hermanos iban
y venían constantemente porque tenían que trabajar y seguir con su
vida, del mismo modo les agradezco toda su entrega, pasión y fuerza,
ya que siempre me han dado lo mejor”, afirma.
A los dos años, le volvieron a encontrar algo de enfermedad por
cuarta vez. “Nunca me desesperé, nunca; siempre lo veía como ‘ah,
después de dos años me dio gripa y voy por mi antibiótico’; la diferencia era que mi antibiótico era de 30 días y no de siete. A veces me sentía cansado, pero en ese momento lo sacaba de mi mente y me paraba
a trabajar y a seguir adelante. El hecho de estar feliz me hacía poder
superar los dolores o el cansancio. Yo siempre pensaba en que el tratamiento que me estaban dando mataba por completo la enfermedad, y
me empecé a dar cuenta de que lo que mi mente pensaba, mi cuerpo
lo sentía”, asegura Santiago quien, por cierto, se ve rozagante.
Cuando vivía en Houston creó, junto con José
Gómez Urquiza, Pinwin, una página de
Internet de subastas de centavo. Más
adelante se asociaron con Eugenio Peralta y
con Servando y Paulino Fernández.
para ser cada vez más grande, más fuerte y consciente de que la vida
es hoy, y que nunca sabemos cuándo acabará; si salía a un restaurante
a comer, disfrutaba al máximo, como antes no lo hacía porque mi vida
era rutinaria, y no vivía el presente, hacía lo mismo todos los días. El
cáncer hizo que me sensibilizara y disfrutara lo que más me gusta, que
es viajar, comer y convivir con la gente que quiero y que me quiere. Me
di cuenta de que si en el proceso estás feliz, lo demás pasa a un segundo plano”, nos relata Santiago.
Después de ese segundo proceso de radiación, estuvo un año y medio limpio y en uno de sus estudios recurrentes, los cuales se hacía
cada seis meses, le dijeron que le habían encontrado cáncer por tercera vez, en la parte del esternón. “Nunca me enojé con la vida por los
resultados, al contrario. Siempre pensaba que había que darle para
adelante y me enfocaba en lo positivo, sabía que había algo que no
estaba haciendo bien, pero en el fondo mi esperanza no me dejaba ver
hacia atrás, solo veía para adelante. Además, ya conocía el camino y estaba muy familiarizado con el hospital, los doctores y las enfermeras.
Pensaba: ‘Gracias a Dios estoy vivo, cómo quitamos el tumor’. Me fui
a vivir nuevamente a Houston y al poco tiempo logré superar ese reto;
LAS RECAÍDAS
Al año y medio de ese cuarto cáncer, le apareció un quinto en las
cervicales. En Houston, comenzó con un nuevo sistema de radiaciones con protones con una máquina buenísima que no daña las
células buenas, por lo que no genera efectos secundarios, y cuando
le dieron los resultados le dijeron que ya habían erradicado el cáncer.
“Ahí conocí a un investigador que estaba probando un nuevo tratamiento y decidí entrarle. En este se utilizan muchas medicinas que no tienen
nada que ver con el cáncer, como por ejemplo una pastilla para diabéticos
combinada con algo más”, relata nuestro entrevistado.
PINWIN, EL NEGOCIO QUE CAMBIÓ SU VIDA
A partir del quinto cáncer, viviendo en Houston, fue cuando comenzó
a desarrollar el proyecto de Pinwin junto con José Gómez Urquiza.
Ya en México se asociaron con Eugenio Peralta y Paulino y Servando
Fernández. “Vimos un nicho vacío en las subastas de centavo, que es
un nuevo concepto que ha sido exitoso en varios países del mundo y
que en México no se había lanzado. Las subastas de centavos son una
manera económica de comprar productos nuevos, con garantía del
fabricante, que de otra forma serían muy caros o inalcanzables (como
iPads, laptops, bolsas de diseñador, cámaras, etc.). Esta funciona igual
que una subasta tradicional, en la que la persona que hace la última
oferta y la más alta, se lleva el producto. A diferencia de una tradicional, la de centavos se hace por Internet. Cada persona oferta por el
producto pero centavo por centavo. Por ejemplo, tú ves que está a la
venta una Macbook Pro y ofertas 10 centavos (la oferta máxima), y así
el que sigue da 40, 50, 70, sucesivamente. Le llamamos una subasta
166 C ARA S.com.mx
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