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Taller de Testimonios para el Symposio 2012 de APdeBA
Autores
Myriam Carrasco
Susana Diringer
Eva Dukasz
Alejandra Maula
Renzo Pasqualini
Coordinadora: Myriam Carrasco
Tiempo y huella.
De ficciones y versiones
Japón, siglo XII.
En un lugar llamado Rashomon y cobijados de una tormenta, tres personas: un sacerdote,
y un leñador cuentan lo acontecido en un bosque, un día soleado. Relatan la violación de
una mujer y el asesinato de un hombre, a un peregrino. Los que cuentan lo sucedido,
están implicados en el acontecimiento como testigos, y lo hacen una vez hecho las
declaraciones en la comisaría de policía, donde declaran también la mujer y el supuesto
asesino. Vamos a tener el retado del asesinado por boca de una médium. No es sino una
secuencia de dos escenas en las que participan tres personas en cada una y como los
que cuentan la historia han participado de la escena en el bosque, podemos hablar que
estas dos escenas forman una estructura y lo que produce el efecto buscado es la suma
de las dos escenas, su secuencia.
¿Por qué traer acá una película de 1950? Rashomon es una obra de arte del cine
japones realizada por Akira Kurosawa y que le valiera el Oscar al mejor film extranjero,
entre otros premios internacionales. Akira Kurosawa nos muestra su versión de un libro
escrito por Ryunosuke Akutagawa en 1915. Es decir que ya tenemos un relato de relato.
Cada uno contará la versión de lo sucedido y ninguna va a coincidir con las de los otros.
¿pero que quiere decir que no coincide?.
No se trata de hacer un análisis psicoanalítico de esta película, sino de advertir el modo
en que ella muestra lo que estamos pensando acerca del tiempo, de la verdad, del sujeto,
de la huella.
Kurosawa como todo buen artista nos pone de manifiesto de modo magistral muchos de
nuestros interrogantes. Es una forma de mostrar cómo sólo contamos con el relato,
puesto que el acontecimiento está perdido.
Si bien sabemos que en el bosque algo ocurrió, la muerte de un hombre y la violación de
una mujer, no podremos saber exactamente cómo pasó porque de eso tendremos sólo
versiones.
1
Lo que dice el peregrino acerca de la versión más creíble, tiene que ver no con que sea la
verdadera sino la más verosímil, y esto es lo que marca el litoral entre la realidad y la
fantasía.
Freud intenta explicarse muy tempranamente por qué los sucesos de la infancia tienen la
capacidad de volverse traumáticos. La experiencia de su clinica le confirmó que lo
traumático no debía buscarse en los sucesos realmente acontecidos, sino en su recuerdo.
Planteaba que debe haber por lo menos dos escenas para que el recuerdo se produzca.
Con esto, Freud nos dice que la memoria no es el registro discreto de los sucesos - el
recordar no trae a la memoria una marca que un suceso pasado dejó registrada - sino que
la asociación y la diferencia con una escena actual la produce, como recuerdo en el aquí y
ahora.
La memoria queda siempre sin clausura, lo traumático no se agota en ningún recuerdo y
la memoria está sujeta a permanentes transcripciones. Dicho de otro modo, la diferencia
no es entre una escena y la otra, la diferencia se produce entre dos que se fundan en su
articulación.
Esto nos muestra que las huellas como memoria no son simples marcas que se suceden
cronológicamente. La memoria no recupera un pasado anterior ni identifica una realidad
preexistente, prediscursiva. Es por eso que no podemos decir que esto es mentira o lo
otro es verdad, como por ejemplo lo hacía el personaje del leñador en la película.
Lo acontecido es el relato mismo y ésta es ya una reconstrucción. Es aquí que podemos
escuchar desde donde se relata, cuales son las identificaciones en juego, y cuales son los
ideales, ya que de lo que se trata es de escuchar no el enunciado sino su enunciación.
Es decir, cual es la relación al deseo, ya que este define la focalización del lugar
improbable de las escenas que el sujeto gesta, para ubicarse en relación a sus objetos.
Todo esto nos presenta acaso otra concepción del tiempo: como repetición, como eterno
retorno.
¨Decir es dejar yacente delante junto, lo reunido recolectado¨, dice Heidegger traduciendo
el fragmento de Heráclito “ Logos”. Legein es decir y también es colocar.
¿En qué medida alcanza el sentido propio, el colocar, para el significado de decir y de
hablar? El decir y hablar de los mortales se verifica desde los comienzos como colocar.
Decir y hablar comportan el valor de dejar yacente delante junto, todo aquello que,
hallándose colocado en el develamiento, está presente¨[1]
Entonces tenemos que el pasado que nos está viniendo en el momento en que la palabra
presente adviene, es el tiempo del après-coup. Lo reunído recolectado habla de un
pasado, que se lo trae al presente en el decir, en el hablar.
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Teoría y fantasía
Si de articular el Psicoanálisis y la época se trata, habría que destacar que tanto Freud
como Lacan, han interpelado a la ciencia que dominaba en esos años. De la
termodinámica a la lógica matemática, la ciencia ha sido la interlocutora privilegiada en las
fronteras del Psicoanálisis.
La ciencia, decía Prygogine, piensa al instante como un recuerdo del pasado, pero no un
recuerdo integral; correlativamente ese instante representa un futuro esencialmente
abierto.
Einstein fue quien sustituyo la temporalización de la geometría a la geometrización del
tiempo. Pero para él, sin embargo, existía algo esencial acerca del Ahora que escapaba al
dominio de la ciencia. Tal vez de eso el Psicoanálisis pueda retomar lo que a la ciencia se
le escapa.
Freud, en ¨El poeta y los sueños diurnos¨, escribe: “El deseo utiliza una ocasión del
presente para
proyectar, conforme al modelo del pasado, una imagen del porvenir”. El inconsciente
ignora el tiempo, pero el acto de decir instaura el tiempo del sujeto sobre ese fondo de
intemporalidad.
El pensamiento freudiano sobre el tiempo, es solidario con la hipótesis del inconsciente
mismo. Se referirá siempre a un encuentro de demasiado placer, o de demasiado poco;
un demasiado pronto o demasiado tarde; un tiempo suspendido en la neurosis; o la
deconstrucción del cuerpo y del tiempo en la psicosis; o bien una falta eterna en la
melancolía.
A su vez, Lacan, dice que el fantasma eterniza un instante privilegiado de felicidad y lo
liga al deseo del sujeto, en relación a un momento que no puede ser reconstruído. El
objeto a - objeto causa del deseo que hace presente la falta - desregulariza el desarrollo
uniforme del tiempo. Este objeto encarna el goce que se despliega según los tiempos de
la realidad psíquica, que se manifiesta en las pasiones, las emociones, los afectos. El
Psicoanálisis consiste en hacer pasar el fuera de tiempo del inconsciente, que cifra el
goce, a la temporalidad propia del sujeto. Se debe entender, entonces, que no hay más
tiempo para el sujeto que el de el lenguaje articulado.
Todo se juega en el fantasma, pero un fantasma que es posible ser desarticulado, en la
temporalidad de una cura analítica, de modo de dar cuenta de por qué se sabe mucho
mas de lo que se cree cuando se actúa. Por eso, el Psicoanálisis no explica el mundo,
pero si nos esclarece acerca de la adecuación del síntoma a los tiempos.
No hay “la realidad”, hay el tiempo lógico de la insistencia del deseo donde la realidad se
inscribe. El acoplamiento entre lo real y el fantasma, testimonia esta hiancia pues
representa en el mismo instante, un fuera de tiempo.
3
Es necesario, dice G. Pasqualini, que lo dicho se desprenda de su referente, para que la
palabra adquiera su valor en el aquí y ahora del relato. Y de esta manera, dejar que la
palabra liberada de su referente haga su trabajo. El relato de los hechos es el único
testimonio de un acontecimiento perdido. El relato siempre es en presente, y se lo valora
con valores actuales. Lo que acontece siempre es en el aquí y ahora de la transferencia.
El Psicoanálisis desarma la causalidad histórica y hace caer la ilusión neurótica de que el
pasado es causa de su presente.
Al no poder dar cuenta de la realidad como si fuera lo real, se recupera la función
creadora del lenguaje. Se trata de hacer hablar a la falta.
Si bien el inconsciente no conoce el tiempo ni la contradicción, por el contrario un discurso
requiere un ordenamiento temporal de la cadena significante. Tiene una dimensión
temporal. Pero al mismo tiempo, el sujeto en su evanescencia es el presente del cual se
sustrae toda duración.
La dimensión imaginaria del decir hace lazo entre lo Real y lo Simbólico, o sea, entre la
palabra y la cosa. Si “la palabra hace a la cosa”, es sin embargo, con la inadecuación de
las palabras a las cosas con lo que nosotros tenemos que vérnoslas.
El concepto de tiempo que el Psicoanálisis ha sostenido desde Freud tiene que ver con la
novedad de la “noción de realidad” que introdujo el descubrimiento del inconsciente.
-“¡Dos días de atraso!”- Suspiro el Sombrerero- “Te dije que la manteca no les iba a hacer
bien a los engranajes”- Agrego mirando con reproche a la Liebre de Marzo. –“No debiste
untarlo con el cuchillo del pan, seguro que también le habrás puesto miguitas”.
La Liebre de Marzo tomó el reloj y lo miró con aire abatido, luego lo sumergió en la taza
de te y dijo –“Era manteca de la mejor calidad”.
-“¡Que reloj más raro!” – Exclamó Alicia – “Dice el día del mes pero no dice la hora”.
-“¿Y por que debería hacer eso” – Murmuro el Sombrerero - ¿”Acaso tu reloj te dice en
que año estás?”.
-“No, claro que no” – Respondió Alicia – “Pero eso es porque pasa mucho tiempo sin que
el año cambie”.
- “Si tu conocieras al Tiempo tan bien como lo conozco yo, hablarías de él con más
respeto” – Dijo el Sombrerero – “Supongo que ni siquiera le habrás dirigido jamás la
palabra”……”Si te mantienes en buenas relaciones con el, es capaz de hacer lo que
quieras con el reloj”…….”Pero durante el Gran Concierto, la Reina de Corazones bramo
eso de ¡“Esta destrozando el Tiempo! ¡Que le corten la cabeza!”…..”Y desde entonces el
Tiempo se niega a hacer lo que le pido. Ahora son siempre las seis de la tarde”…….
[1]
Logos (Heráclito, Fragmento 50 Martín Heidegger Traducción Guillermo Koop.
Revista Redes de la Letra. Número 4.
4
Bibliografía
Carroll, L. (1865): Alicia en el país de las maravillas, traducción de Delia Pasini Ed.
Losada, Bs. As., 2007.
Sigmund Freud. ¨El poeta y los sueños diurnos¨. Ed. Biblioteca Nueva Tomo ll
Jaques Lacan. Seminario 20 ¨Aún¨¨Función de lo escrito¨Ed. Paidós
Jacques Lacan. ¨Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanalisis.¨ Ed. Paidós
Gerardo Pasqualini. ¨La clínica como relato¨. Ed. Letra Viva
Mustapha Safouan. Lacaniana 2 Ed. Paidos.
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Resumen
El presente es el tiempo en que hablo, y con ese tiempo presente puesto allí, dicho allí,
traigo el pasado y es aquí en éste presente en el que hablo que se va a resignificar
abriéndose al futuro.
Que el pasado esté en el ahora que hablo nos indica que hay una pérdida, o mejor dicho,
está lo perdido. No hay pasado puro como no hay posibilidad de encontrarnos con un dato
puro dado que el origen está perdido. ¿Qué del acontecimiento? No hay acontecimientos
igualmente compartidos por todos dado que del acontecimiento sólo tendremos una
transcripción, que será siempre singular.
Descriptores
ficción; fantasía; versión; verdad; huella; tiempo
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