Download EL ISLAM CONTRASTA CON LOS VALORES JUDEO

EL ISLAM CONTRASTA CON LOS VALORES JUDEO-CRISTIANOS
Históricamente, se nos ha venido diciendo que el Islam tiene raíces en el
judeo-cristianismo y, en parte, es cierto. Con el fin de determinar cual es la
verdadera naturaleza del Islam, existen diferencias fundamentales que hay que
considerar, en aras de un entendimiento cabal, en términos del alcance de la
verdadera relación entre las tres.
El Islam nació en la península Arábiga en el año 632 D.C. de la mano de
Mahoma (Muhammad). Anteriormente, la religión que prevalecía en ese lugar
era la pagana, capitaneada por una trinidad divina constituida por Allat, Manat y
El Huzza, 3 divinidades femeninas. La Meca, con la Kaaba, existía ya, como
centro de adoración mayor. Con el advenimiento del Islam, Mahoma se dispuso
a eliminar la triada divina femenina para sustituirla por un monoteísmo de género
masculino. De las tres divinidades existentes, descartó a Manat y a El Huzza y
se quedó con Allat. Debido a que Allat era de género femenino y la concepción
de Dios de Mahoma requería que fuese masculino, decidió quitarle el sufijo
constituido por la “t” final, que lo caracterizaba como femenino y convertirla en
Allah. ¿Es Allah Jehová? No parece ser así, en virtud de que el nombre de
Jehová no aparece ni una sola vez en el Coráan, como sucede con la Torá y los
Evangelios cristianos.
¿Cómo se explican las similitudes existentes entre el Coráan, la Torá y
los Evangelios?
Las similitudes mayores se advierten entre el Coráan y la Torá, en virtud
de que se narran personajes y situaciones específicos. De hecho, Mahoma, al
principio se presentó a los judíos como el Mesías esperado. Tanto es así que, al
principio, ordenó a sus seguidores que rezaran en la dirección del Templo de
Jerusalén. Además, les ordenó que observaran el día de las expiaciones o Yom
Hakipurim”, a la usanza judía. Cuando los judíos le rechazaron como Mesías,
Mahoma eliminó el día de las expiaciones como efeméride y cambió la dirección
hacia la cual rezaban, de Jerusalén hacia la Meca.
Entre el Coráan y el cristianismo, se reconoce a la virgen María y a Jesús,
aunque, este, como profeta, no como parte de ninguna trinidad, en función de
que el Islam es rigurosamente monoteísta e iconoclasta. El Corán sostiene que
el ciclo de revelación de Dios a la humanidad consistió en tres etapas: Moisés o
Musa, Jesús o Hisa y Mahoma o Muhammad. La revelación última fue la que
cerró el ciclo para siempre. De hecho, el cristianismo, cuando llamó al canon
judío: “El antiguo Testamento” y al canon cristiano “El Nuevo Testamento”, hizo
algo parecido al Islam, en el sentido de que consideró que existieron dos
revelaciones, en vez de una: La de Moisés y la de Jesús.
Desde una perspectiva teológica, el judeo-cristianismo preconiza la
conquista del espíritu humano, en términos de la incorporación de atributos
celestiales, en aras de que el humano se someta a la voluntad de Dios. En el
Islam, la concepción es bien diferente, en el sentido de que lo que se pretende
es la conquista física del mundo para Allah. Obsérvese que el judeo-cristianismo
posee una connotación espiritual mientras que el Islam, propicia una
concepción terrenal, dentro de los parámetros tiempo-espacio. El judeocristianismo no practica el sacrificio supremo de inmolarse por Jehová, mientras
que el Islam considera que la expresión de fidelidad mayor humana consiste en
ofrecer voluntariamente la vida por Allah, a la usanza de los sacrificios paganos
que se ofrecían en altares antes a sus dioses, en forma de criaturas inocentes,
vírgenes, etc. El Islam fracasa en entender que Dios creó un universo para que
reine la vida en él, no la muerte. De hecho, es mucho más difícil vivir cada
momento del día con la conciencia de la divina presencia, crear y mantener una
familia, etc., que inmolarse en un momento determinado.
El Corán parece haberse inspirado en la Torá y en los Evangelios, en
virtud de la convergencia de civilizaciones que se hallaban en aquel entonces en
Arabia. Su concepción de conquista territorial es de naturaleza tribal más que
metropolitana, la cual exhibe características compasivas de tolerancia y de
convivencia. No así el Islam, el cual es mucho más cruel por rígido, etnocentrista
y exclusivista.