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LA FENOMENOLOGÍA COMPRENSIVA Y SU ENVISTE FURIOSO Y DECIDIDO CONTRA EL PENSAMIENTO FUNDACIONALISTA Advertencia: Por su naturaleza, este trabajo contiene errores. Se pueden hallar -incluso- más de los normales, unidos a diferentes vacíos. Deben atribuirse en primera instancia a las limitaciones en nuestros conocimientos, aumentados por la magnitud misma del tema tratado y la necesidad de reducir las palabras contenidas y su extensión. A pesar de esto, confiamos en que se haya podido cumplir el propósito central de este trabajo: colaborar en la comprensión de diversos términos, expresiones y hechos de frecuente uso en la literatura fenomenológica. Wilson Soto Gustavo Moreno Desde Hasper a Heidegger, desde Kierkegaard a Chestov , desde la fenomenologìa hasta Scheler, en el plano lógico y en el plano moral , toda una Familia de espíritus, en estrecho parentesco de nostalgia, opuestos por sus métodos o sus objetivos, se han empeñado en obstaculizar el camino real de la razón y en volver a encontrar los rectos caminos de la verdad. Albert Camus PREFACIO La fenomenología reflexiva como estudio de las esencias o formas, es decir como puro ser en la conciencia, conduce por solución de continuidad, a la conciencia monológica. Esta conciencia monológica convierte el mundo objetivo en correlato de su intencionalidad. En consecuencia, el mundo objetivo es uno con la conciencia monológica; el mundo objetivo no se percibe como distinto de la 1 conciencia, tanto más cuanto que el sujeto es considerado como conciencia y, la conciencia a su vez, como “todas la vivencias”. El mundo objetivo, más aún, la creación del objeto, corre a cargo de la intencionalidad, ya que es la intencionalidad quien crea y da origen al objeto en la conciencia del sujeto. Así las cosas, la conciencia intencional (lo propio de la conciencia intencional –noesis, según Husserl– es consistir en un haz de intenciones o actos proyectados hacia objetos) define la proyección del objeto (noema). Pues bien, esta fenomenología reflexiva conduce, indefectiblemente, a una serie de aporías en el sujeto que terminan fragmentándolo en una miríada de actos según una ilustración sucesiva e incoherente, tanto más cuanto que en dicha sucesión de actos que caracterizan la conciencia, no es posible establecer el primado de un acto que por su capacidad de dar cuenta del mundo objetivo y subjetivo se erija como principal, como fundacional. Antes bien, las funciones de aprehensión a través de las cuales proyectamos los objetos son equivalentes. Así por ejemplo, las funciones de aprehensión cognoscitiva, emotiva y volitiva son jerárquicamente iguales. Así es que ”...a las diversas clases de actos de la conciencia corresponden diversas clases de intenciones. Querer captar algo con la intención distanciadora del conocimiento es solamente una de las posibles formas de conciencia intencional. Junto a esta intención, con la que en forma tan frecuente como falsa se identifica el fenómeno de la conciencia, hay muchas otras modalidades de intención,... un mismo `objeto ´ es otro objeto para la conciencia según que yo lo capte con curiosidad, con esperanza, con ansiedad, con intención ya practica, ya teórica”. Esto según Husserl, citado por R. Safransky. Desde aquí se van perfilando con más claridad las aporías del sujeto de la reflexión fenomenológica que venimos comentando. Por un lado, tenemos al sujeto trascendental encerrado en su conciencia monológica, para quien la comunicación y la constitución de sentido del mundo se hacen desde sí mismo -evidente manifestación de un claro solipsismo monològico. 2 Del otro lado, una fenomenologìa que alcanza –como a dicho Camus– al pensamiento absurdo en su afirmación inicial de que no hay verdad, sino solamente verdades – evidente manifestación de un sujeto que vive en sí mismo un pluralismo descentrado e inconsecuente de sus actos o intenciones que caracterizan su conciencia. Ahora bien: somos sujetos que pensamos, queremos, deseamos, simpatizamos, amamos, etc; es decir, el mundo nos importa como objeto de conocimiento para indagar por sus propiedades, sus leyes, sus transformaciones, etc., pero también nos importa como objeto de deseo, como móvil de la voluntad. Si bien todas las funciones psíquicas son intencionales, no podemos olvidar la preeminencia y precedencia de la función aprehensiva cognoscitiva, ya que a partir de dicha función se refleja correctamente el objeto; Y lo volitivo y lo emocional operan sobre el discernimiento cognoscitivo. Es más, recordemos que el entendimiento (correspondiente a la función cognoscitiva) analiza, discierne y conoce el objeto que se le pone presente y sobre el cual el hombre vacía su voluntad. La voluntad, en consecuencia, se adhiere a lo aprendido por el entendimiento; por tanto, la voluntad apetece lo que es conocido. Así marcha la razón: conociendo, explicando las propiedades, las leyes y transformaciones de los objetos. Negar esta certeza fundamental es, sin lugar a duda, desposeer – mal intencionadamente- a los saberes humanos (fundamental mente el filosófico) de su status fundacional. El corolario de fondo que nos va quedando, podría ser: Que tanto sujeto trascendental y su conciencia monológica, como el paradigma de la acción comunicativa que retoma la propuesta fenomenológica ( la constitución de sentido del mundo ), desean ser únicamente una descripción de las vivencias de la conciencia por un lado, y un discernimiento de las pretensiones de validez sobre la constitución de sentido del mundo por el otro. Así las cosas, la tarea que se impone es, ¿cómo superar las aporías en que irremediablemente cae el sujeto de la fenomenología reflexiva cuyo foco de atención son las esencias o formas de la con3 ciencia?. Pues bien, resulta que para la puesta en obra que la fenomenologìa requiere, se necesita un cambio de paradigma. Es decir, “pasar de la conciencia monológica a la razón discursiva dialogal entre mundo de la vida y acción comunicativa... O sea, retomar la propuesta fenomenológica desde el paradigma de la comunicación”. Así la “filosofía puede a sumir su tarea: No ya desde la conciencia y la reflexión, desde la epistemología y la teoría del conocimiento, sino desde la acción comunicativa, el dialogo razonable y la participación publica” (según Guillermo Hoyos Vásquez. En Razón Pura versus Razón Practica: Un debate contemporáneo en la enseñanza de la filosofía. En: cuadernos e filosofía latinoamericana. # 74 – 75. Enero – Junio de 1999). Desde aquí el termino acción comunicativa (J. Habermas) se utiliza para aquellas expresiones (lingüísticas y no lingüísticas) con las que sujetos capaces de habla y acción asumen relaciones con intención de entenderse acerca de algo y coordinar así sus actividades; a su vez, el mundo de la vida es un mundo en perspectivas donde toda situación remite a otra, toda opinión puede ser relativizada por otra. Si bien es cierto que la propuesta fenomenológica (...) que se retoma desde el paradigma de la acción comunicativa representa un avance respecto de la fenomenología que se toma desde la conciencia y la reflexión, no menos cierto es que dicha propuesta retomada desde el paradigma de la comunicación – al reivindicar la pretensión de validez sobre la verdad no ya desde el sujeto, sino desde los sujetos - , puede representar un retroceso, en tanto en cuanto La fenomenología comprensiva se puede encuadrar como método de pensamiento anti-fundacionalista,1 método que niega expresamente la posibilidad sensata y legitima de establecer el fundamento último del saber filosófico. Esta tesis viene rubricada por el hecho mismo de que para la fenomenología lo que realmente cuenta es la intención de la consciencia o consciencia intencional, cuyo reducto 4 irreductible es la consciencia pura, es decir, (todo esta encerrado en el ámbito de la consciencia, sitio donde se dan los hechos humanos; Espacio espiritual, del cual el otro, el espacio real, no es mas que su imagen encarnada). Así las cosas, para la fenomenología, la única tarea del auténtico conocimiento es la investigación de la estructura de la consciencia pura, esto es, el análisis de los fenómenos de la consciencia como tal,2 análisis que implica -a través de la reducción fenomenológica como método formal- descartar todo lo empírico, es decir, lo concretamente real, lo existente, en aras de lo lógico formal sin contenido material, o sea, se omite la consideración de todos los conceptos sobre la realidad objetiva. A resultas de lo anterior, se sedimenta la certeza indubitable del cogitare (pura actividad de la consciencia), cuyos modos o cogitationes (percepción, juicios, recuerdos, etc.,) no sólo constituyen las cosas, sino que se decreta la imposibilidad misma de establecer un orden jerárquico, determinante, entre las cogitationes del cogitare. En efecto, si esto acontece con las cogitationes del yo de la Apercepción trascendental , otro tanto acontece -por extensión- con los ámbitos o esferas de la cultura que son objeto de comprensión y valoración plural, excéntrica, desarticulada e inorgánica 3 . Pues bien, de la mano de esta critica de claro cuyo fenomenológico, se termina dándole pábulo a un pluralismo indiferente y amorfo. Ahora bien, -se nos dice- esta critica o dibling sólo es posible en un individuo que no vive ni siente ya una rigurosa jerarquía ontológica de sus facultades - y en un mundo plural y heteróclito donde se mezclan, cruzan, contraponen, complementan y solapan las diversas esferas o ámbitos culturales a los que pertenece (religioso, político, familiar, nacional, profesional) y entre los que puede hacerse un espacio personal 4 . 5 Así la cosas, la doctrina fenomenológica a través de Husserl plantea que la consciencia es siempre un estar dirigido a algo. A esta estructura fundamental de la consciencia él le da el nombre de intención. A las diversas clases de actos de la consciencia corresponden diversas clases de intenciones. Querer captar algo con la intención distanciadora del conocimiento es solamente una de las posibles formas de consciencia intencional. Junto a esta intención, con la que en forma tan frecuente como falsa se identifica el fenómeno de la consciencia, hay muchas otras modalidades de intención, o sea, formas de estar dirigido a algo. Y a este respecto, la cosa no se comporta como si un objeto primero fuera captado neutralmente, para luego, en un acto adicional, ser querido, temido, amado, etc,. El querer, el valorar, el amar, tienen en cada caso su relación enteramente propia con el objeto. En esos actos el “objeto” está dado respectivamente bajo formas distintas por completo. Un mismo “objeto” es otro objeto para la conciencia según que yo lo capte con curiosidad, con esperanza, con ansiedad, con intención ya práctica, ya teórica 5 . A partir de esta argumentación en clave fenomenológica, se opera un desbancamiento de la ontología clásica, ontología que percibía el ser como presencia permanente, presencia revestida con los caracteres del devenir6. En consecuencia, el ser visto como presencia permanente implicaba el mostrarse de algo desde las propiedades que constituyen a ese algo como tal. Con la ontología moderna ( descartes, kant, hegel), pero fundamentalmente con la posmoderna el presentar (mostrar de las cosas) se hace desde la subjetividad (permanencia constante) que fundamenta lo existente desde la Apercepción trascendental (conciencia pura), dando lugar a un estado de pura transitividad de la conciencia, transitividad que elimina la posibilidad de constituir el ser de los entes desde la presencia (propiedades) permanente (realidad objetiva). Así las cosas, 6 estamos ante una epistemología “pura” que se traduce en un auténtico dumping ontológico, es decir, el quebrantamiento de las estructuras fuertes y estables del ser; Estamos ante un aberrante caso de deficiencia ontológica, deficiencia donde al ser ya no se lo piensa como plenitud, presencia, fundamento, sino, por el contrario, fractura, ausencia de fundamento, 7... Ahora bien, sólo nos queda hacer de la falta de fundamento el fundamento mismo, o, como suele campear en estos tiempos de nitroglicerina conceptual posmoderna, hacer de la “falta de sentido el sentido mismo”, hasta el extremo de proferir -según la posteridad nietzscheana - que el arte puede decir lo que dice porque el ser mismo en su lánguida debilidad y generosidad, es que acepta esta definición, y disfruta de verse visto como mudable, soñador, extenuadamente vigoroso y victoriosamente débil 8 . Desde la fenomenología, por tanto, ya no podrá hablarse del ser como objeto de ciencia (to on), ni mucho menos de su esencia (quididad) en términos de lo que el ser es establemente. En efecto, las recusaciones en torno a la esencia del ser (estancia del objeto) adquieren un tono liberal, nihilista y hasta neoconservador, puesto que se apunta a pensar la disolución y fragmentación de la tradicional concepción del ser del mundo y de la historia unitaria. Así las cosas, la Vulgata de la cantinela fenomenológica se podría sintetizar en los siguientes términos: 1. Pérdida de peso de las grandes palabras que movilizaron a los hombres y mujeres...(verdad, libertad, racionalidad, justicia), por el desencanto, en suma, ante nociones como la razón, la historia, el progreso o la emancipación. 2. Ahora predomina mayormente la identidad por referencia a pequeños grupos cercanos, los consensos locales, coyun- 7 turales y rescindibles, las visiones fragmentadas, escépticas de la realidad. 3. Las concepciones objetivas, rigurosas, huyen avergonzadas con la razón... Y son sustituidas por la episteme más plástica y flexible de la diferencia, la discontinuidad, la deconstrucción... 4. La cuestión fundamental que nos planteamos es si tenemos la posibilidad de fundar unos principios orientadores de nuestras convicciones y afirmaciones que trasciendan los contextos locales. 5. Nos hallamos ante el problema de inventar una humanidad capaz de existir en un mundo en el que la creencia en una historia unitaria, dirigida hacia un fin (la salvación, la racionalidad científica, etc,.), ha sido sustituida por la perturbadora experiencia de la multiplicación indefinida de los sistemas de valores y de los criterios de legitimación 9 . Este es, en último término, el sujeto fenomenológico de la hermenéutica deconstruccionista y del pensamiento débil que, sin lugar a duda, somete a los sujetos individuales y colectivos de la historia a una cura de adelgazamiento, cura que se opera a través de la multiplicación de horizontes de sentido, de sistemas de valores compartidos y criterios de legitimación. Éste, en consecuencia, es el sujeto pelado, vaciado de categorías constitutivas (históricas), fundacionalistas. Pues bien, hermeneutas y fenomenólogos nos anteponen, como paradigma de la acción y del pensamiento, el sujeto deleznable, A-histórico y “globalizado” , es decir, el sujeto diseñado por los intelectuales orgánicos del imperialismo planetario, el imperialismo de las instancias académicas regentadas por esa especie de Leviatán filosófico (las autoritas del campo determinante de la producción filosófica misma). Suficiente razón tenía el pensador francés Albert Camus –a propósito de lo que venimos diciendo-, cuando afirmaba que “jamás 8 quizá en ningún tiempo como en el nuestro el ataque contra la razón ha sido más vivo”. Pues bien, acordémonos que allí donde el Leviatán aparece, crece insaciablemente, y crece imponiéndose como tirano interior y exterior. Así las cosas, la fenomenología - así lo nieguen sus portavoces- es una corriente de pensamiento que sirve los intereses de la burguesía en el poder; Es una “ciencia” puramente descriptiva de las formas de la consciencia que, desde la Apercepción trascendental diseña y legisla sobre la realidad objetiva - y ello, a pesar de la pretendida neutralidad de la reducción fenomenológica misma – Acordémonos que la epoje fenomenológica se efectúa, precisamente, para hallar las esencias requeridas, y que una vez encontradas, se constituyen en fundamento de lo existente mismo . El yo de la Apercepción trascendental -podemos decir- tiene el mundo en la cabeza, pero esa cabeza ya no esta propiamente en el mundo. No obstante, ejerce (el yo de la Apercepción trascendental) efectos astringentes -la actitud fenomenológica exige desprendernos de los prejuicios y, en consecuencia, atender al simple ver, reteniendo lo visto, pero - según husserl - sin la pregunta curiosa de qué ha de hacerse, emprenderse, con ello. Ahora, esta “objetividad” sin prejuicios del fenomenólogo, -continua husserl- es tan difícil porque el hombre tiene centrada su existencia en lo artificial, en lo engañoso, en aquello con lo que nos engatusan siempre 10 . Desde esta avenida del pensamiento ya no se puede creer en una historia humana como historia universal de la emancipación 11 . Así las cosas, esto no es más que el embiste furioso y decidido contra las vigencias universales, el marxismo, por ejemplo. En último término, se niega valor a los conceptos universales y sólo se afirma el precio absoluto de lo particular y concreto, esa especie de micrología que atomiza el acontecer humano en pequeños relatos. En consecuencia, la ventaja del relato -nos dice lyo- 9 tard- es que puede suponer en sí mismo una multiplicidad de familias heterogéneas de discursos 12 ... De modo que no puede haber – según la cantinela fenomenológica - una fórmula (metarrelato) universal. No la puede haber en política, en literatura, en religión, es decir, en nada. Y no la puede haber en nada porque no hay fundamento vinculante común, en otros términos, no es posible -al decir de popper- centralizar las conciencias ni las voluntades. El mundo y el proyecto que lo hace significativo no depende -en lo sucesivo- de un fundamento vinculante; Antes bien, con la fenomenología el mundo pasa a depender de los procesos mentales, esto es, de la conciencia intencional. Harto suficiente razón tenía el fundador del psicoanálisis (S. Freud) cuando decía que nuestros conocimientos debían apoyarse en la realidad objetiva13,De no ser así, se cae, indefectiblemente, en el idealismo subjetivo, idealismo que asocia el mundo real con un mundo de ideas a priori que existen por sí mismas; Idealismo que hace del proceso de pensamiento (la idea) el creador de lo real, lo real que pasa a ser un simple apéndice, una escueta manifestación de la idea. Cuando la fenomenología -en otro de sus giros- haga depender la realidad objetiva de los juegos de lenguaje y las maneras de vida, establecerá que lo que confiere significado a los lenguajes concretos -al decir de wittengenstein- es su uso en el seno de una forma de vida, en la que están indisolublemente entretejidos actividades sociales, comprensión del mundo y usos lingüísticos . Estas formas de vida son múltiples e irreductibles a una forma de vida o juego de lenguaje último. Esto significa -en clave fenomenológica, un claro rechazo del fundamento vinculante, del principio fundacionalista. Y no puede haber un juego de lenguaje último, ya que la realidad - por efecto de transfiguración de lenguaje- es convertida en pluralidad de formas de vida y juego de lenguajes heterogéneos sin una autoridad, supra autoridad -nos dice Lyotard- que ponga 10 limites y marque funciones. Sí bien esto es así para los fenomenólogos, no podemos caer en la “esquizofrenia”, y olvidar que “cualesquiera que sean -como dice camus- los juegos de palabras y las acrobacias de la lógica, comprender es ante todo unificar”, unificación que se cristaliza en y a partir de la razón objetiva, de la razón como fundamento de la res extensa. Aquí podemos apreciar en toda su real dimensión el embiste furioso y decidido en contra de las vigencias universales -la posible reglobalización de la política desde el marxismo, por ejemplo 14 . Entendámonos, para la fenomenología, como para la hermenéutica, cuyo propósito ha cambiado, se trata de establecer conocimientos y juegos del lenguaje que sean comprensivos más que explicativos. Esto acontece cuando la hermenéutica de epistemológica pasa a convertirse en comprensiva. En efecto, “la hermenéutica tiene una preocupación fundamentalmente epistemológica: Trata de constituirse en un saber de auténtico rango científico. Esta primera etapa de generalización da paso a una de radicalización, en la que comprender deja de ser un modo de conocer para convertirse en una manera de ser y comportarse respecto de los entes y del ser” 15. Con la etapa de radicalización de la hermenéutica, de lo que se trata es de renunciar al saber científico16. De nuevo nos encontramos con la ya clásica formulación fenomenológica: “ A las diversas clases de actos de la consciencia corresponden diversas clases de intenciones. Querer captar algo con la intención distanciadora del conocimiento es solamente una de las posibles formas de consciencia intencional”. Así pues, para la fenomenología, la intención distanciadora del conocimiento es sólo una modalidad de intención, entre otras . En consecuencia, hermenéutica y fenomenología ya no se constituyen como un saber de auténtico rango científi- 11 co; Antes bien, se constituyen como comprender, o sea, una manera de ser y comportarse respecto de los entes y del ser. Ahora bien, resulta que el ser es, sino y destino; Acontecer -según Heideggerque sencillamente se da. Y es este ser el que lleva al hombre al encuentro de su propio ser; Por ende, el hombre pertenece al acontecer. Si comprender es comportarse..., no queda otra posibilidad que plegarse a la zaga del acontecer, es decir, la existencia individual y colectiva queda inmersa, imbricada, en el acontecer de la comunidad, del pueblo -adviértase el marcado tinte corporativista que encierra dicha formulación. El comprender como comportarse, implica, para el hombre, un estar ahí sin más, cuyo destino consiste en adaptarse a su condición de estar dado. Esto lo podemos emparentar con la sentencia de los hermeneutas y fenomenólogos, a saber: “Jamás podemos poner el acontecer ante nosotros como algo que este delante ni como algo abarcante”. Hermeneutas y fenomenólogos llegan – como dice León Vallejo- a la misma receta: No podemos conocer el mundo, dejemos las cosas como están”. Si como dice Safransky, es merito de la fenomenología haber mostrado cuan sutil y multiformemente trabaja de hecho nuestra conciencia, también es cierto que esa multiformidad se erige como un obstáculo para la constitución de una auténtica jerarquía ontológica respecto de las modalidades de la conciencia; Es un obstáculo, ya que se establece el primado de la conciencia intencional sobre la realidad objetiva. Por ende, Establecemos un claro rechazo respecto de la actitud fenomenológica de volver a buscar un acercamiento enteramente nuevo a las cosas 17 . En efecto, dicho acercamiento sumado a la idea de desprenderse de los prejuicios y el atender al simple ver, reteniendo lo visto, aleja de todo horizonte la posibilidad de transformar la realidad, de incidir en su devenir histórico. No se pude incidir, ya que la fenomenología toma como punto de partida las distintas modalidades de la conciencia, modalidades en cuya constitución se excluye toda intervención del sujeto histórico. 12 El sujeto histórico no interviene, puesto que la epoje fenomenológica (suspensión del juicio) prescribe que con lo “retenido en el ver no se puede hacer ni emprender nada”. En último término, no puede haber innovación ontológica. Fenomenologicamente, somos sujetos que únicamente intervenimos en la historia como elemento estructural, como mera función dependiente, funcional, o como posibilidad de adaptación de las modalidades de la conciencia. Bien podríamos asignarle al método trascendental la infundamentacion histórica del hombre desde la fenomenología como ideología de la burguesía . Si la fenomenología y la hermenéutica comprensiva campean en los círculos académicos, es porque el universo social en el cual se producen así lo determina. Y así lo determina, puesto que la intención expresiva de los fenomenólogos no cuenta con la censura ejercida por el universo social en el cual debe producirse. Desde este universo social -necesario es repetirlo- se decreta un a dios a la ciencia, ciencia articulada a la historia humana como historia universal de la emancipación de los pueblos del mundo. De fenomenólogos y hermeneutas se podría decir -por extensiónlo que kant sentenciaba respecto de los sofistas: “son una especie de nómadas que aborrecen toda construcción duradera”. Más aún, la doctrina de los fenomenólogos puede ser concebida como un escepticismo corrosivo que no deja en pie nada de lo que el hombre intenta construir sobre bases firmes en el terreno del conocer y del obrar 18 . Al negar la razón y su poder integrante, la fenomenología termina sacrificando el intelecto, sacrificio que lo deja impotente para explicar el mundo y realizar lo trascendente. Esto hace que la fenomenología alcance al pensamiento absurdo en su negación de la razón. 13 Veamos: Examinare únicamente el tema de la “intencionalidad”, puesto de moda por Husserl y los fenomenólogos. Ya se ha hecho la alusión a él. Primitivamente el método husserliano niega la marcha clásica de la razón. Repitámonos. Pensar no es unificar, hacer familiar la apariencia bajo el rostro de un gran principio. Pensar es aprender a ver, a dirigir la conciencia, a hacer de cada imagen un lugar privilegiado. Dicho de otro modo, la fenomenología se niega a explicar el mundo, quiere ser únicamente una descripción de lo vivido. Alcanza al pensamiento absurdo en su afirmación inicial de que no hay verdad, sino solamente verdades. Desde el viento de la tarde hasta esta mano sobre mi hombro, cada cosa tiene su verdad. Es la conciencia lo que la ilumina mediante la atención que le presta. La conciencia no forma el objeto de su conocimiento,, fija solamente, es el acto de atención, ..., se parece a un aparato de proyección que se queda parado repentinamente en una imagen. La diferencia es que no hay un guión, sino una ilustración sucesiva e inconsecuente. En esta linterna mágica, todas las imágenes son privilegiadas. La conciencia pone en suspenso en la experiencia los objetos de su atención. Con su milagro los aísla. Desde entonces están fura de todos los juicios. Es esta “intención” lo que caracteriza a la conciencia. Pero la palabra no implica ninguna idea de finalidad; Esta tomada en su sentido de “dirección” : No tiene más valor que el topográfico... Si el tema de la intencionalidad no pretende ilustrar más que una actitud psicológica , mediante la cual sería agotado lo real en lugar de ser explicado, nada le separa, en efecto, del espíritu absurdo. Trata de enumerar lo que no puede trascender. Afirma únicamente que, en ausencia de todo principio de unidad, el pensamiento puede encontrar todavía su alegría en describir y en comprender cada rostro de la experiencia. La verdad de que se trata entonces para cada uno de estos rostros es de orden psicológico... Pues husserl habla también “de esencias extratemporales” que la intención alumbra, y cree uno estar oyendo a platón. No se explican todas las cosas con una sino con todas. Ciertamente que no veo la diferencia. En efecto, no se quiere todavía que estas ideas o estas esencias que la conciencia “efectúa” al cabo de cada descrip14 ción, sean modelos perfectos. Pero se afirma que ellas están presentes directamente en todo acto de percepción. Ya no hay una idea única que explique todo, sino una infinidad de esencias que dan un sentido a una infinidad de objetos. El mundo se inmoviliza, pero se ilumina... Aquí el pensamiento se arroja en un politeísmo abstracto. Todavía mejor : Las alucinaciones y las ficciones forman parte también de las “esencias extratemporales”... Para el hombre absurdo, había una verdad al mismo tiempo que una amargura en esta opinión puramente psicológica de que todos los rostros del mundo son privilegiados. El que todo sea privilegiado equivale a decir que todo es equivalente... Se le enseña, en efecto, que toda imagen supone una esencia igualmente privilegiada. En este mundo ideal sin jerarquía, el ejército formal está compuesto solamente de generales. Sin duda había sido eliminada la trascendencia19”... Ahora bien : “ Si cada cosa tiene su verdad”, nada raro que el capitalismo triunfante y el “neoliberalismo” se impongan como fórmulas en la “aldea global”, fórmulas para el bien de la humanidad; Nada raro que el fatalismo de la cantinela fenomenológica, imponga, con todo su peso, el recetario según el cual : “No podemos conocer el mundo, dejemos las cosas como están”. “Todo es equivalente”. “Hay muchas modalidades de intención”. “No se puede creer en una historia humana como historia universal de la emancipación”. “Ventaja de la multiplicidad heterogénea de discursos” “Nada de autoridad, supra autoridad que imponga limites y marque funciones”. 15 “La sociedad no es ni la creación de la historia...; Es un campo de conflictos, de negociaciones y mediaciones”. (Alain, Turaine). “Afirmar el primado de una concepción, concepción necesariamente parcial y relativa es ideoligizar el discurso”. “La neurosis de nuestro tiempo es la agorafobia” (exigencia de dar cuenta y de suministrar razones en común)”. “Impulsar una comunicación sin coerciones” (Habermas). “Las actitudes y prácticas sociales sólo pueden definirse en actos de deliberación y de consenso”. “No es posible centralizar las conciencias ni las voluntades” (Popper) 20 . He ahí en toda su extensión una metafísica apropiada para uso de verdugos : El leviatán que tan pronto se impone como tirano exterior como interior. Parafraseando la quimera del oro de Ch. Chaplin respecto de la fenomenología, podríamos establecer el siguiente símil: “ y mientras nuestros adormilados héroes dormían... ... durante la tormenta, ... el destino los guiaba ... ... hacia un lugar en donde todo estaba tranquilo. Dichosa ignorancia “ y mientras nuestros adormilados fenomenólogos dormían ... ... Durante la tormenta... la fenomenologìa los guiaba... hacia el capitalismo salvaje en donde todo estaba “tranquilo” dichosa matanza. 16 NOTAS 1. El filosofo, Bengoa Ruiz Azúa, comenta: “ Desde sus orígenes mas remotos, el pensamiento filosófico ha buscado la fundamentación última del saber humano. En la tradición racionalista, descartes encuentra este fundamento en la certeza indubitable del cogito. Kant da a esta exigencia de fundamentación última la forma clásica de una filosofía trascendental que investiga las condiciones de posibilidad de todo conocimiento y de toda acción... Frente a este proyecto filosófico prácticamente unánime ha aparecido en las ultimas décadas algo verdaderamente nuevo: En la actualidad predominan corrientes de pensamiento que no se limitan a discutir la validez de las distintas soluciones propuestas, sino que, de forma mas radical, discuten la legitimidad misma del proyecto de búsqueda de una fundamentación ultima del saber. En el origen de esta nueva comprensión de la filosofía están, sin duda, las obras de heidegger y wittgestein”. Bengoa, Javier. De Heidegger a Habermas. Editorial Herder. 2. Véase, I. Blauberg y otros. Diccionario Filosófico Marxista. La Apercepción trascendental se puede denominar como un estar en si mismo, cuyo “si” mismo acontecen las vivencias. Aquí tenemos al hombre ensimismado, al hombre que rechaza el origen externo de su conciencia, y que surge únicamente cuando se percibe así mismo. Mas aun: el punto de partida del conocer y del obrar lo constituye la subjetividad del individuo, es decir, “el captarse así mismo sin intermediario”, como expreso sartre. Ahora bien: es perfectamente legitimo estudiar en si mismo lo que es la conciencia y sus modalidades, pero a condición de no hacer abstracción de su condiciona17 miento y de su historia. En efecto, recordemos las insustituibles palabras de Marx en las tesis sobre Feurbach y la ideología alemana. “Los individuos siempre y en todas las circunstancias han partido de si mismos, pero como no eran únicos en el sentido de que no necesitaran mantener relación alguna los unos con los otros, con sus necesidades y , por tanto, su naturaleza, y el modo de satisfacerlas, los relacionaba entre si (...), necesariamente tenían que entrar en relaciones. Y como, además, no entraban en intercambio como puros Yos, sino como individuos en una determinada etapa de desarrollo de sus fuerzas productivas y sus necesidades, tenemos que era cabalmente el comportamiento mutuo en cuanto tales individuos, lo que creaba y volvía a crear diariamente de nuevo las relaciones existentes(...)”. En las tesis sobre Feurbach podemos leer : “... pero la esencia humana no es algo abstracto inherente a cada individuo. Es, en su realidad, el conjunto de las relaciones sociales”. Desde aquí se fortalece la tesis según la cual, la esencia del hombre reside en su carácter social, y no en su “naturaleza física abstracta”. Esto es de capital interés, puesto que equivale a historizar y relativizar el concepto mismo de “naturaleza humana”. Así las cosa, es del todo imposible que el hombre pueda constituirse como un islote solitario, inaccesiblemente solitario. 3. De Eventos Xavier. Kant responde a Habermas. El viejo topo; # 63. El filosofo italiano Gianni Vattimo tiene unas tesis que vienen a complementar la concepción del mundo que venimos comentando. En efecto, “no hay verdad – nos dice – si no como interpretación, y la interpretación implica que lo que decimos no es sino la pura y simple 18 descripción del hecho, y tiene que reconocerse como una entre otras interpretaciones. Mas adelante profiere: “ me parece muy importante que una parte de los filósofos se sientan socráticos, como intelectuales con la función social de presentar discusiones sobre valores, sobre cuestiones que no se resuelven... La filosofía presenta problema, invita a la gente a intentar resolverlos, discutirlos, comprenderlos, pero no los resuelve. Y remata diciendo que “me parece que la libertad es sobre todo libertad de tener diferentes posibilidades, no solamente una, que se pretende auténtica, absoluta, verdadera “. Cf. U. de A. Periódico Alma Mater.# 483 Medellín, noviembre de 2000. 4. Ibid. Desde aquí se desvanece la posibilidad de establecer el yo. Antes bien, lo que se da es la disolución del yo, la fragmentación del mismo en una multiplicidad de modalidades. Por tanto, en el sujeto hay tantas verdades como modalidades de la conciencia existen. Ya no se trata de que cada cual tenga su verdad; No. Tanto mas cuanto que en un mismo sujeto existen muchas verdades, verdades que son todas equivalentes, equivalencia que elimina la posibilidad de que haya un guión entre las modalidades. Antes bien, lo que hay, por fuerza, es una especie de ilustración continua e incoherente. esto nos sume en una autentica “locura”, incertidumbre e incredulidad. Ahora bien: forzando un poco el epígrafe que precede uno de los ensayos de A. Camus, podríamos proferir lo siguiente: “ Si los fenomenólogos creen , no creen que creen. Si no creen, no creen que creen”. Demonios. 19 5. Husserl, citado por Safransky, Rudiger. Un Maestro de Alemania. Editorial Tusquets. Pág., 107 y siguientes. 6. Entendemos por devenir el movimiento, el cambio, la transformación, la contradicción; En último término, la historia como dirección y destino del movimiento de la lucha de clases. Las distintas épocas que marcan la imagen del mundo determinan una especifica toma de posición respecto del ser de lo existente como tal. Veamos: EPOCAS DE LA IMAGEN DEL MUNDO 1 1 2 33 1- Antiguos: se determina el ser del mundo desde el subyetum (subjetidad). 2- Medieval: se determina el ser del mundo desde Dios. 3- Modernos: se determina el ser del mundo desde el subyetum(subjetividad). Antiguos: subyetum (hipokeimenon): lo que permanece (las cosas: Astro, mineral, planta, animal, hombre) como presencia constante, frente a los cambios de sus propiedades accidentales – propiedades de las cosas: Volumen, peso, tamaño, longitud, masa, etc,.- . El ser viene a estar constituido por los entes. 20 Modernos: Subjetum ( Sujeto – yo) : Lo que permanece es el sujeto como Ego – Cogito. La presencia constante es el Ego – Cogito. El ser viene a estar constituido por el yo. 7. El filosofo Italiano, Gianni Vattimo, nos ofrece un claro rechazo de lo que podría ser una argumentación del ser como presencia permanente, como fundamento. Su monumental jerga filosófica apuesta por una ontología regida por categorías débiles; Por una concepción del ser mismo como suspensión, como substracción. Véase, Eco Humberto. Kant y el ornitorrinco. Editorial Lumen. Cáp. 1. Esto es algo como decir – en el seno de la filosofía misma que la vida es un fenómeno básicamente por fuera y mas allá de toda forma de juicio humano. O sea, la vida es neutra entendida como mas allá o mas acá de la racionalidad que nos caracteriza como especie, tanto mas cuanto quelo humano es inseparable del juicio moral, político u otro. La fenomenologìa, el ultimo termino, abogapor lo que nietszcheanamente se conoce como inocencia del devenir. 8. Ibíd., 9. Mardones, José María. El Neoconservadurismo de los Posmodernos. En: Gianni Vattimo y otros. El fundamento de lo existente desde el cogito, necesariamente va a parar en el abstraccionismo más abstruso. En efecto, el abstraccionismo de los fenomenólogos pone su producción mental en lugar del fenómeno a quien remplaza. Por eso mismo el abstraccionismo situado al comienzo del conocer reemplaza y desvirtúa el fenómeno mismo que se quiere conocer. La reducción fenomenológica, como método Purificador “ es la reducción eidética, la cual Pone entre paréntesis la facticidad de lo dado Y la reduce a la esencia... lo que estudia esta Psicología fenomenológica no es, p.ej., la Serie de procesos sico-físicos en 21 que se Produce una percepción en la trabazón del yo Con el mundo, sino la esencia de la percepción en general, la cual vale a priori para todo hecho síquico perceptivo. “en la reducción eidética, como lo indica su nombre, el reducendo es lo eidético y lo reducido lo síquico como algo fáctico, algo individual y temporal; Es, pues, mi percepción en este momento y con una figura determinada: La percepción de este árbol. Pues bien, para llevar a cabo la reducción considero otras percepciones reales... en tales variaciones hago a un lado lo variante: lo especifico de cada percepción individual, y retengo lo invariante: lo común a todas ellas. Lo que resulta de esta operación es la esencia de la percepción en general, o sea, su eidos. Lo mismo se puede hacer con todos los fenómenos síquicos (...). Mediante este nuevo paso los fenómenos síquicos quedan desligados de su facticidad y se comienza a considerarlos eidèticamente, es decir, desde el punto de vista de las esencias, que son el reino de lo universal, intemporal, apodíctico y a priori...”. Para una mayor comprensión, véase: Cruz Danilo. Filosofía sin supuestos. Safransky, op. Cit. Pág. 107 y siguientes. 10. Lyotard, Jean. La posmodernidad Explicada a los niños. Editorial Gedisa. Pág. 29. 11. Lyotard, op. Cit. Pág. 42. Esa multiplicidad de familias heterogéneas de discursos termina, bajo el supuesto de negar e ir en contra de los “grandes relatos”, en la instalación de microrrelatos fragmentarios . Una cosa es negar los grandes relatos historiográficos oficiales, expoliadores y encubridores, y otra muy distinta es – en nombre de la multiplicidad de familias heterogéneas de discursos – escamotear la necesidad de una narrativa histórica que reconstruya el sentido de las luchas pasadas, presentes y futuras de los pueblos del mundo. Mas aun, esa narrativa histórica que reconstruye el sentido histórico de las luchas..., supone una cierta vi22 sión del mundo donde los problemas que en él se plantean tiene por meta el protagonismo y trascendencia de las colectividades y sus necesidades que marcan el avance histórico de la humanidad. Lejos de nosotros, pues, la utilización e imposición de la categoría de diseminación (Jaques Derrida) como la resistencia de la escritura a dejarse reducir a un centro temático y de sentido. En efecto, con la diseminación el significado se dispersa, en tanto se da origen a una corriente diversa de fuerzas distintas de significación, fuerzas que van a parar en una multiplicación de direcciones de sugerencias que se emparentan con la indeterminabilidad del contorno – así las cosas, la diseminación se torna en tuerca y tornillo del proceso de desmontaje teórico de elaboración de estructuras unitarias para determinar un sentido histórico universal. El planteamiento filosófico de la fenomenologìa no permite elaborar una narrativa histórica que trascienda los microrrelatos fragmentarios. Ahora bien, junto al pensamiento complejo y el interpretativismo Rortyano, viene a formar parte de ese movimiento profundo y lento cuyo objetivo es desposeer a la filosofía de su status fundacional. En ultimo lugar, pues, el status fundacional de la filosofía y la ciencia es objeto del embiste furioso y decidido desde el planteamiento filosófico de la fenomenologìa comprensiva, el interpretativismo Rotyano y, como si fuera poco, desde las numerosas visiones de la complejidad. Veamos: Autoconsistencia. No aparecen principios ni fundamentos ni jerarquías definidas. Los sucesos y las relaciones adquieren al menos la misma importancia... Constructivismo. Observador, fenómeno observado y proceso de observación forman una totali23 dad. El organismo constituye la realidad en el lenguaje... no hay datos, leyes de la naturaleza, objetos externos, la legalidad y certeza de los fenómenos naturales son propiedades del que describe. La lógica del mundo es la lógica del la construcción del mundo. Estamos atrapados en una paradoja: No sabemos si lo que conocemos es valido ni podemos saberlo. Correlación. No existen causas únicas... parece haber mas bien una correlación , una ocurrencia de fenómenos entre los cuales es difícil determinar los importantes. Rizomas... El rizoma es un sistema acentrado, no jerárquico y no significante... Cf. J. V. Rubio. Principios o características de la complejidad. Revista Latinoamericana de Filosofía. # 74-75. enero junio de 1999. 12. “ Si los conocimientos que poseemos no se distinguirán de otras ideas nuestras por el hecho de corresponder a la realidad, sería lo mismo construir los puentes de cartón que de piedra, o inyectar a un paciente un decigramo de morfina en lugar de un centigramo” . Freud, citado por Osborn, Reuben. Marxismo y Psicoanálisis. Ediciones Peninsular. Pág. 151. Si bien estas ideas a priori se relacionan con la realidad objetiva, no obstante se considera que dichas ideas no son el reflejo de la realidad. Antes bien, las categorías del entendimiento son el punto de partida del conocimiento, o sea, el mundo es puesto por los conceptos del entendimiento. Posmodernistas y fenomenólogos, bandidos a la moda de los salones de la burguesía y de las aulas de seminarios – según peter Mclaren-, no deberían olvidar que “si la verdad es abstracta, no es verdadera. La sana razón humana tiende hacia lo concreto (...). La filosofía es lo mas antagónico a la abstracción, conduce a lo concreto”. Ha dicho Hegel. 24 De ahora en adelante el conocimiento versará sobre proposiciones y no sobre objetos. Así las cosas, lo que realmente interesa es la posibilidad de fundar la verdad de nuestras proposiciones sobre los objetos, y no las condiciones del conocimiento, condiciones como el conjunto de los objetos de la experiencia. El conocimiento ya no estará modelado sobre la percepción, lo estará a partir de las proposiciones. Lo que aquí venimos comentando tiene una relación directamente proporcional con el positivismo lógico, tanto mas cuanto que las tesis del positivismo lógico hacen depender la realidad objetiva de la relación entre los conceptos. P.ej., el positivismo lógico dirá: el mundo es un conjunto de hechos y no de cosas. Por hechos se entiende determinados estados de la conciencia, o sea, el ya clásico enunciado de modalidades de la conciencia ( sensaciones, emociones, representaciones). La filosofía debe ocuparse de la investigación del conocimiento científico en si mismo; Es decir, estudiar la estructura lógica de las teorías científicas, cómo se construyen las tesis de la ciencia, cuál es la relación entre ellas. En ultimo lugar, estudiar e indagar el idioma de la ciencia, los conceptos que se utilizan, los signos y símbolos. Ahora bien: esto es de suyo importante. El problema es que los positivistas lógicos (así mismo los fenomenólogos) no ven que en la relación entre los conceptos y las tesis de la ciencia hay un vínculo con las cosas objetivamente existentes, cosas que se reflejan en las teorías científicas. Más aún, los positivistas lógicos no advierten el hecho de que las teorías científicas son el reflejo de la realidad objetiva existente. 13. Es V. I. Lenin Quien, de forma científica y sistemática, pone al descubierto las posturas agnósticas y subjetivas de los filósofos idealistas, ya que demuestra que la verdad objetiva existe independientemente de nosotros, es decir, de las formas ideológicas, de las formas organizadoras de la experiencia humana. Vease, V. I. Lenin. Materialismo y 25 Empirocriticismo. Ediciones en Lenguas Extranjeras. Pekín. Págs. 146 a 158. 14. Bengoa, op. Cit. P. 88. 15. Vallejo, León. Por otros Medios. Capítulos 9-10. La “intención distanciadora del conocimiento”, (el pensamiento), es sola una modalidad de intención. Y lo es puesto que la fenomenologìa hace del pensar un aprender a ver, a dirigir la conciencia, a hacer de cada cosa algo enteramente distinto. En efecto, la fenomenología se muestra renuente a explicar el mundo, tan solo desea ser “únicamente una descripción de lo vivido”. 16. Con la “ muerte” del poder trascendente de la razón, muerte decretada por la fenomenología comprensiva, se niega la posibilidad de establecer el fundamento último vinculante del saber humano y, en particular, el del saber filosófico. El filósofo y literato francés, Albert Camus, comenta : “En un plano distinto, el del método, por sus exigencias mismas, Husserl y los fenomenólogos restituyen al mundo su diversidad y niegan el poder trascendente de la razón. El universo espiritual se enriquece con ellos de manera incalculable. El pétalo de la rosa, el mojón cuentakilómetros o la mano humana, tienen tanta importancia como el amor, el deseo o las leyes de la gravedad. Pensar no es ya unificar, hacer familiar la apariencia bajo el rostro de un gran principio. Pensar es volver a aprender a ver, a estar atento, es dirigir la conciencia, es hacer de cada idea y de cada imagen, a la manera de Proust, un lugar privilegiado. Paradójicamente, todo es privilegiado... Vase Albert Camus. Obras Completas, tomo 2 : Ensayos. Págs. 130 a 144. Desde aquí se desvanece la idea de fundamentación histórica, puesto que el fundamento que debe fundamentar todo es él mismo infundamentado, reposa en el sinfondo, o abismo, y por tanto, rechaza toda fundamentación. Acordémonos que el vacío de que se trata es el vacío sin fondo que nada puede llenar. 26 Ahora bien: lo que interesa a la fenomenologìa de cuño comprensivo no es, pues, adaptar los estados de la conciencia a los fenómenos, sino al revés, adaptar los fenómenos a los estados de la conciencia. Se trata, en ultima instancia, de tener consigo las intenciones de la conciencia y ver a través de ellas lo existente – de modo que si los fenómenos no se comportan según nuestra construcción a partir de los estados de la conciencia, peor para ellos. 17. Con la fenomenología, se hace del principio de incertidumbre, el “paradigma” incuestionable de toda orientación. De ahora en adelante, los principios constitutivos de la formación histórica del sujeto pasan por categorías como el vacío, lo desconocido, la ausencia de metas, etc., En último término, los fenomenólogos imponen la falta de control y predicción en materia de conocimiento, como si fuera el postulado fundamental del hacer ciencia. O sea, se pretende hacer de la ausencia de ciencia, la ciencia misma. Esto es algo idéntico alo que plantea el utilitarismo en palabras de uno de sus más connotados representantes. “ La neurosis de nuestro tiempo es la agorafobia; A los hombres les aterroriza la desintegración y la ausencia de dirección; piden, como los hombres sin amo de hobbes en estado de naturaleza, muros para contener la violencia del océano , orden, seguridad, organización, una autoridad claramente delimitada y reconocible, y se alarman ante la perspectiva de una libertad excesiva que les arroje a un inmenso y desconocido vacío, a un destino sin caminos, mojones ni metas”. Vease Mill, Jhon. Sobre la Libertad. Madrid : Alianza Editorial, Pág. 41. Trascendente como superación de lo establecido, y acceso a nuevas posibilidades. En consecuencia, superación continua de una realidad que obstaculiza el desarrollo de las facultades humanas. Así las cosas, el poder trascendente de la razón tiene que ver necesariamente, con el protagonismo y trascendencia 27 de las colectividades y sus necesidades que marca el avance histórico de los pueblos del mundo. desde aquí se desvanece la posibilidad de que la actitud racional de cuenta de lo real; en su lugar se ante pone la actitud sicológica, actitud que pone la sensación como “fundamento” explicativo – Acodémonos que la sensación es y sigue siendo subjetiva, provisional y contingente. 18. Camus, Op. Cit. Pág. 154-56. la aldea global (globalización) no pasa de ser un eufemismo mas. En efecto, como afirma Peter Mclaren “la globalización representa una fachada ideológica que camufla las diversas y variadas operaciones del imperialismo..., el concepto de globalización ha reemplazado efectivamente el termino imperialismo en el léxico de la èlite gobernante con el propósito de exagerar el carácter global del capitalismo como un poder totalmente acompasado e infatigable que aparentemente ninguna Nación- Estado tiene los medios para resistir u oponer”. Véase globalización del capital, pedagogía critica y consecuencias del once de septiembre: Entrevista con Peter Mclaren universidad de bajo California. 19. Véase Moran, Posmodernidad y ética comprensiva. Correo Pedagógico; Nov. 2005. Año 13. # 45. Es, pues, la fenomenologìa compresiva una doctrina pseudocientifica, apologética de la armadura del imperio, imperio que niega una filosofía ciencia de los valores universales. La fenomenologìa podría tipificarse como una disciplina auxiliar del proceso de expansión del imperialismo. Al respecto, son ilustrativas las palabras que José vasconcelos (1932) pronunciara como critica al positivismo, y que bien podrían ser aplicadas a la fenomenologìa como comprensión. Veamos: “ Pocas son las filosofías válidas universalmente, ..., el platonismo, el aristotelismo, el idealismo y el realismo parecen polos eternos de la conciencia. Al lado de estos, hay doctrinas de ocasión, 28 hechas para justificar una política o corolarios de planes y de prejuicios temporales “. Citado por Villegas Abelardo en panorama de la filosofía Iberoamericana. ADDENDAS Hemos podido apreciar que el yo de la reflexión fenomenológica (Husserl), al privilegiar la conciencia del sujeto trascendental, reduce el mundo objetivo a simple correlato de una conciencia monològica. Aun mas, la tematizaciòn del mundo objetivo desde el análisis fenomenológico, conduce a la conciencia de un sujeto, de suerte que el análisis fenomenológico queda inmerso en un sujeto, es decir, se hace desde un sujeto – evidente manifestación de un claro solipsismo monològico. La superación del sujeto trascendental y su conciencia monològica, necesita de un cambio de paradigma de la filosofía , esto es, “de la conciencia monològica a la razón discursiva dialogal entre mundo de la vida y acción comunicativa”.”Donde el mundo de la vida se nos da intencionalmente como horizonte de horizontes, en el que aparecen también los diversos objetos en situaciones y vivencias subjetivas, es un mundo en perspectivas, donde toda situación remite a otra, toda opinión puede ser relativizada por otra”. Guillermo Hoyos Vásquez (Razón Pura versus Razón practica: un debate contemporáneo en la enseñanza de la filosofía. En : cuadernos de filosofía latinoamericana. # 7475. enero-junio de 1999.)de cuya obra citada tomamos estos y otros datos, nos servirá para ilustrar el cambio de paradigma de la filosofía. 29 Así las cosas, la teoría del actuar comunicativo se resuelve por un uso comunicativo del lenguaje. Esto es , “ invitación a participar en la constitución de sentido del mundo y en la discusión con razones y motivos de las pretensiones de validez de expresiones con sentido, las cuales conforman la cultura...”. se aboga, en ultimo termino, a partir del uso comunicativo del lenguaje, por la búsqueda de comprensión y reconocimiento mutuo. Ahora bien, la Intersubjetividad actuante en el mundo ha de llevarse a cabo desde el paradigma de la comunicación en clave fenomenológica, es decir, desde “ la acción comunicativa, el dialogo razonable y la participación publica”. Queda claro que la esencia de la reflexión filosófica no hay que buscarla en el ego cogito y res cogitans, ni mucho menos en la conciencia monològica del sujeto trascendental. Antes bien , dicha esencia, hay que buscarla a partir de la racionalidad discursiva dialogal, o sea, desde el poder argumentativo del lenguaje o de la racionalidad comunicativa. Desde aquí la verdad es entendida como el producto de la racionalidad critico discursiva, critica de la multiplicidad de perspectivas en dirección a la creación de un equilibrio entre los hombres y los ámbitos de la razón, equilibrio mediatizado por la racionalidad discursiva dialogal. Se trata, pues, de que las racionalidades en pugna puedan ser conciliadas a través de la razón critico discursiva dialogal con la epoché fenomenológica. “Pero esta epoché fenomenológica ya no conduce a la conciencia de mis vivencias, sino a las posibles pretensiones de validez, propias de los actos de habla en actitud comunicativa”. Desde aquí, la actitud de mas propia es la apertura a las múltiples perspectivas del mundo y de los modos de vida. De ahí que lo mas propio sea “ fortalecer los procesos de comprensión y reconocimiento de situaciones, contextos y diferencias culturales”. Si bien la síntesis ( consenso) a partir de las racionalidades en pugna, tiene por principio la racionalidad discursiva dialogal, 30 no menos cierto es que la multiplicidad de perspectivas en pugna que se sintetizan a partir de la racionalidad discursiva dialogal, se constituye en una estrategia cómplice y maliciosa que termina por escamotear el concepto de lucha ideo-política como escenario principal de resolución de las contradicciones principales del pensamiento y la sociedad. De ahí que “por todas partes – según Jorge Child – se hable de acuerdos sobre lo fundamental y de la posibilidad de resolver por consenso pluri partidista y multi clasista todos los problemas de la sociedad... no podemos olvidar que, precisamente, el consenso solo es posible cuando la confrontación ideológica ha llegado a su mas bajo perfil “. (J.Child. fin del estado). Así las cosas, el consenso pluri partidista y multi clasista de la mano de la racionalidad discursiva dialogal, se torna en pieza clave del fortalecimiento y consolidación de las relaciones sociales de producción capitalista. Relaciones que, frente al panorama de miseria y los bolsones de pobreza que genera, es objeto – escasamente – de critica por parte del pensamiento reformista, pensamiento que consiste en el discernimiento de la racionalidades en pugna por un lado, y fortalecimiento de las tendencias que estimamos mejores por otro. En consecuencia, se trata, pues, como se ve, de optar por el reformismo como camino expedito para advenimiento de la sociedad sin clases. Así las cosas, nada raro que “el protagonismo de masas con su escenario de manifestaciones callejeras y de luchas sindicales, se sustituya por la protesta cívica inmediatista y multi clasista para pedir la prestación adecuada de los servicios públicos. Ya no se trata de luchar por el cambio del sistema... ya no es sólo el fin de la historia, sino el fin de las confrontaciones y la era del consenso”. (J.Child.Ibid). Desde aquí, lo que impera es el consenso, la desfundamentacion y el pluralismo de puntos de vista, sin una perspectiva central ordenadora. Mas aún : El posmodernismo francés y su rechazo decidido frente a lo universal cae indefectiblemente en los anegosos pantanos de la reacción en política. Así es que “como critica de la universalidad en la línea de Nietszche la fi31 losofía de Deleuze se caracteriza como un pensamiento de singularidades y, como tal, puede ser un instrumento óptimo para el pensar de las minorías sin someterse a los grandes modelos “. (Roberto Machado, citado por J. Child. Ibíd.). No se crea que el asunto termina ahí ; todo lo contrario. La racionalidad discursiva dialogal con la anuencia de la diseminación de juegos de lenguaje contribuye a la tarea disolutoria de la necesidad de construirlo todo – como dijera Freud – sobre un fundamento mas sólido y duradero. Así , Lyotard a firma que “en esta diseminación de juegos de lenguaje, el que parece disolverse es el propio sujeto social. El lazo social es lingüístico, pero no está hecho de una única fibra (...) o sea que la ciencia juega su propio juego y no puede legitimar a los demás juegos del lenguaje”. (Lyotard, Jean. Citado por J.Child. Ibíd.). Va quedando que, la fenomenología en su conjunto la mueve la intención profunda de neutralizar las cristalizaciones de un pensamiento como marxismo, p.ej,. marxismo como ideología del proletariado que hace entrar en la historia al hombre nuevo. proceso que a su vez se cristaliza a través de las confrontaciones de clase, y no del consenso mecanicista, critico discursivo dialogal y pluri partidista. Va quedando sumamente claro que la fenomenología se erige como un método de pensamiento antifundacionalista. Así, los teóricos del pensar fenomenológico, son los agentes del oscurantismo filosófico. Y lo son, puesto que su finalidad se orienta a: 1. Debilitar las estructuras fuertes . 2. Reducir las pretensiones. 3. Hacer caer las centralidad y la Hegemonía política. 4. Arribar a la verdad como consenso, escucha y participación publica en una empresa común. 5. Rechazo de afirmación de principios científicos o adhesión a modelos científicos de sociedad. 32 6. Propender por una filosofía de la universalidad secularizada, pero debilitada, que argumenta, discuta e incomode. Pensamos – no vaya a ser – que con la racionalidad discursiva dialogal se le este dando pábulo irresponsable a la propuesta de desposeer a la filosofía de su status fundacional. Desposesión que implica invertir la tarea fundamental de la filosofía : De fundamentadora que es, es decir, la filosofía como pensar original de inventar, fabricar y formar conceptos universales, pase a ser la mediadora – según Guillermo Hoyos – de la racionalidad comunicativa, o sea, la filosofía como animadora de la comunicación entre los diversos ámbitos de la razón. La filosofía, creemos, - siguiendo a Althusser - , “representa la lucha de clases en la teoría. Por tanto, es una lucha fundamentalmente política: lucha de clases”. Así las cosas, la tarea de la filosofía consiste en luchar por palabras. Ya que “las realidades de la lucha de clases son `representadas´ por las `ideas`, las que a su vez son representadas por `palabras`... En los razonamientos científicos y filosóficos, las palabras(conceptos, categorías) son `instrumentos` de conocimiento . pero en la lucha política, ideológica y filosófica las palabras son también armas: explosivos, calmantes o venenos... La filosofía, hasta en sus largos trabajos más abstractos, más difíciles, combate al mismo tiempo por palabras: contra las palabras – mentira,... por las palabras justas...”(althusser, Louis y Balibar, Etienne. Para leer el capital). Filosofía y ciencia son, básicamente, construcción de conceptos universales; conceptos que son abstraídos y organizados de acuerdo con unos intereses y en un sentido determinado – o sea, según una determinada concepción del mundo. La realización de la abstracción, no es pues, ingenua ni mucho menos neutral. Es decir, los conceptos de la abstracción no son “ meros instrumentos de conocimiento”, sin más. El qué 33 creado por la abstracción resulta del sentido inscrito en una determinada concepción del mundo. Por eso, la aprehensión epistémica por un lado, o racional discursiva dialogal por otro, no son las únicas direcciones en búsqueda de qué y por qué de la realidad. Antes bien, la lucha política constituye una aprensión de qué y por qué de la realidad en términos de producción de posibilidades a partir de la historia. A resultas de lo anterior, esta tarea de la filosofía ( eminentemente política ) constituye su autentica y más fundamental decisión en medio de la existencia histórica como tal. Ahora bien: pensamos que la racionalidad discursiva dialogal con la filosofía como animadora de la comunicación entre los diversos ámbitos de la razón, no solo se resuelve a establecer y animar el juego equilibrado entre las distintas esferas de la razón; antes bien, dicho juego equilibrado tiene por finalidad ordenar racionalmente las condiciones sociales de vida. Pues bien, por su parte, se deben crear las condiciones materiales de vida que hagan posible el juego equilibrado por un lado, y la comunicación entre las partes por otro. En consecuencia, es necesario transformar – más que reformar – la servidumbre, la injusticia, la explotación y la mentira, para que la comunicación universal de los hombres entre sí y los ámbitos de la razón sean posibles. Para asegurar, por tanto, la justicia o la libertad de los hombres y los ámbitos de la razón entre si, no basta con proponer o establecer – sin coerciones – el acuerdo mutuo entre las partes; no se trata de un asunto de falta de comunicación , más aún, de racionalidad discursiva dialogal. No. Se trata, por el contrario, de transformar la estructura política, económica, social y cultural, del capitalismo monopólico, que, desde el campo determinante de la producción científica y filosófica, obstaculiza el libre desarrollo de la comunicación sin coerciones. Racionalidad comunicativa que debería servir de fundamento para ordenar racionalmente las condiciones de vida. 34 Es necesario, pues, modificar las circunstancias a partir de la praxis humana, y no tanto a partir de la acción comunicativa exenta de coerciones, en aras de la justicia o libertad de los hombres y los ámbitos de la razón entre si. En efecto “... la coincidencia – profirió Marx – de la modificación de las circunstancias y de la actividad humana solo puede concebirse y entenderse racionalmente como practica revolucionaria “. (C. Marx. Tesis sobre Feuerbach. la negrilla es nuestra). Aún más :”... el litigio sobre la realidad o irrealidad de un pensamiento aislado de la practica, es un problema puramente escolástico”. (C. Marx. Ibíd.). 35