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EL LÉXICO GENERATIVO: La naturaleza del conocimiento léxico, por
James Pustejovsky
Introducción y traducción de Ramiro Chanes, Yamila Sevilla y Augusto M. Trombetta
Buenos Aires, agosto de 2003 (última revisión: noviembre de 2003)
La reproducción de este material tiene una finalidad estrictamente académica y su uso está dirigido de
manera principal a los estudiantes de la carrera de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la
Universidad de Buenos Aires. Los traductores agradecen los comentarios que merezca el texto puesto a
consideración, los que pueden ser enviados electrónicamente a <[email protected]>,
<[email protected]> y <[email protected]>.
Nuestra definición [de gramática como descripción de un estado de lengua] no concuerda con la más
restringida que se da generalmente. En efecto, se ha convenido en llamar gramática a la morfología y la
sintaxis reunidas, con exclusión de la lexicología o ciencia de las palabras (Ferdinand de Saussure, Curso
de lingüística general, II:7:1).
INTRODUCCIÓN
El léxico en la teoría lingüística
Si la cita de Ferdinand de Saussure tuviera algún sentido, sería el de señalar al léxico como un ámbito
tradicionalmente ajeno a la reflexión lingüístico-gramatical y frecuentemente próximo a la especulación de
carácter filosófico. Tal vez sea este el motivo por el que se puede afirmar que el estudio del léxico de la
lengua (teoría léxica o lexicología) representa, ya dentro de la lingüística, uno de los niveles de análisis que
mejores vínculos ha establecido con dos importantes disciplinas filosóficas: la teoría del conocimiento y la
filosofía del lenguaje. Aunque no es propósito del presente trabajo realizar tales vinculaciones, la aclaración
resulta necesaria por cuanto estas pueden surgir en forma espontánea a lo largo del mismo.
Las numerosas maneras de encarar el estudio del léxico presentan diferencias y aspectos comunes entre
sí. Entre las primeras deben señalarse las distintas formas de considerar la realidad extralingüística y los
diversos modos de formalizar los respectivos análisis. En cuanto a los elementos comunes, las diversas
perspectivas lexicológicas se vinculan con la categorización: cada una resuelve, a su manera, la cuestión de
qué y cómo categoriza el léxico de una lengua.
Desde el punto de vista de la lexicología tradicional —derivada, en última instancia, de la visión
plasmada por Platón en el diálogo Cratilo—, el léxico de la lengua se convierte en una etiqueta de la
realidad extralingüística: las palabras se encuentran en lugar de las cosas (i. e., las palabras sustituyen a las
cosas en toda expresión significativa). Eugenio Coseriu, que se opone a esta perspectiva, caracteriza dicho
tratamiento del léxico lingüístico de la siguiente manera:
La lexicología tradicional no ha sido nunca estructural, es decir, fundada, al menos implícitamente, en las
oposiciones funcionales [...] Tres son, a nuestro parecer, las razones de esta situación de la lexicología y, en
particular, de la semántica: a) la frecuente identificación entre el significado lingüístico y la realidad
extralingüística; b) el considerar como hecho lexicológico por excelencia el enlace entre el plano de la expresión y
el plano del contenido; y c) el carácter diferente (real o supuesto) del léxico comparado con la gramática (y la
fonología) (Coseriu 1991, 18-9).
El punto de vista que tal concepción lexicológica está expresando puede caracterizarse como objetivista,
ya que hace hincapié en las cosas del mundo extralingüístico: estas son las que determinan el significado de
las palabras que, por su parte, solo nombran esa realidad. El apego a lo extralingüístico da lugar, a su vez, a
un tipo de categorización objetiva y rígida dentro del plano lingüístico. Si se quisiera resumir en un solo
enunciado el pensamiento lexicológico tradicional, se podría concebir el lenguaje como un espejo de la
naturaleza.
El tratamiento que recibe el léxico desde la lingüística cognitiva constituye una perspectiva opuesta a la
anterior. Aunque la obra Women, fire and dangerous things, de George Lakoff, no constituye una teoría léxica
—se trata, en cambio, de una investigación acerca de la capacidad humana para categorizar—, de ella se
pueden derivar observaciones interesantes para encarar el estudio del léxico lingüístico. Si fuera preciso
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expresar en una sola frase la oposición que media entre este punto de vista y el anterior, cabría concebir la
naturaleza como un espejo del lenguaje.
En la primera parte de su texto, Lakoff (1990, 5-154) trata de demostrar, a partir de la revisión de
distintos estudios, que las categorías conceptuales (en tanto representaciones mentales de la realidad) no
pueden ser simplemente determinadas a partir de las propiedades objetivas de los miembros de cada una
de ellas. Frente a esto, señala que los ámbitos de dependencia de tales categorías son la «naturaleza
corporal» de quien categoriza y sus «procesos imaginativos». Para expresarlo con sus palabras:
Las categorías conceptuales no se caracterizan meramente a partir de las propiedades objetivas de los miembros
de la categoría. Difieren en dos aspectos:
-Las categorías conceptuales humanas tienen propiedades que, al menos en parte, están determinadas por la
naturaleza corporal de la persona que hace la categorización y no solamente por las propiedades de los miembros
de la categoría.
-Las categorías conceptuales humanas tienen propiedades que resultan de procesos imaginativos (metáfora,
metonimia, imaginería mental) que no son un reflejo de la naturaleza (Lakoff 1990, 371; nuestra traducción).
La observación anterior es de extrema importancia para el análisis lexicológico porque la expresión de
distintas categorías conceptuales se va a realizar, huelga decirlo, por intermedio de las palabras. La
estructura léxica (la categorización de los lexemas) aparece vinculada, por consiguiente, con la naturaleza
de la mente humana y con su capacidad imaginativa. El punto de vista representado por una teoría
lexicológica cognitiva se halla bien lejos del objetivismo de la tradicional; Lakoff mismo la ve como una
forma de relativismo derivada de un «realismo experimental» (experiencial realism). Sin caer en un idealismo
extremo, el énfasis puesto en las capacidades del sujeto claramente desplaza el eje de la estructuración
lingüística desde las cosas hacia las personas: desaparece el apego al componente extralingüístico, cuyo
papel queda relativizado por la preponderancia del componente humano.
Aun en sus diferencias, ni desde la perspectiva tradicional ni desde la perspectiva cognitiva se intenta
formalizar los resultados del análisis lingüístico. En este sentido, si la realidad «objetiva» y la capacidad
«imaginativa» se imponen como criterios de organización para el lenguaje, el análisis léxico no podría
aspirar a una formalización propiamente lingüística (i. e., autónoma), sino a una reproducción de los
factores extralingüísticos que lo determinan. Para otros tratamientos del léxico lingüístico, en cambio, la
capacidad de formalización constituye un aspecto clave, ya sea porque se pretende mostrar el entramado
de relaciones que vinculan a los distintos elementos dentro de un sistema lingüístico (perspectiva
estructuralista), ya sea porque se intenta explicar el mecanismo mental por el cual resultan posibles las
estructuras observables en las diversas lenguas naturales (perspectiva generativa).
La semántica estructural o lexemática
Los propósitos de la obra Principios de semántica estructural, de Eugenio Coseriu, apuntan explícitamente
hacia la construcción de «una teoría y metodología del estudio funcional del léxico» (Coseriu 1991, 7). Se
puede decir que, de alguna manera, la visión estructuralista que propone el autor coloca a su lexemática en
un estadio intermedio entre los extremos marcados por las perspectivas tradicional y cognitiva.
Dentro del campo de la lexemática, Coseriu establece el sentido en que es posible referirse a una
estructura léxica: el léxico lingüístico es concebido como una sustancia delimitada y organizada a partir de
unidades funcionales que forman grupos en los que actúan como miembros opositivos (oposiciones
distintivas) y que son analizables en términos de elementos diferenciales (rasgos distintivos). Coseriu
intentará mostrar que el léxico de una lengua funcional determinada puede ser estructurado
sincrónicamente al igual que cualquier otro nivel de ella (fonología, morfología, sintaxis). Para poder
hacerlo debe determinar cuál es el alcance del léxico lingüístico.
La primera delimitación que realiza emana de un supuesto implícito: la existencia de una realidad
extralingüística con la que el lenguaje se relaciona de una u otra manera. A partir de este principio, secciona
el material léxico en dos grandes áreas:
a) Palabras lexemáticas. Son aquellas que aportan «función léxica», definida a su vez como «la estructuración
primaria de la experiencia por medio de 'palabras', idealmente anterior a las funciones necesarias para la
combinación de las palabras en el discurso» (Coseriu 1991, 88).
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b) Palabras no lexemáticas. Son aquellas que carecen de dicha «función léxica». Aquí se incluyen los
equivalentes oracionales (las interjecciones y las partículas afirmativas y negativas), las palabras
morfemáticas (los artículos y las proposiciones) y las palabras categoremáticas (los deícticos y los
pronombres).
Sin embargo, las palabras lexemáticas —su objeto de estudio— no conforman un todo homogéneo,
razón por la cual debe realizar nuevas discriminaciones. En primer término, deja de lado los nombres
propios y los numerales. En segundo lugar, practica una serie de distinciones que van recortando el
espectro del léxico lingüístico estructurable. Para ello, procede a separar ordenadamente el material léxico
según los siguientes pares de conceptos:
a) Lenguaje y cosas. Distingue entre aquello que es debido al conocimiento de las cosas y aquello que es
debido al conocimiento del propio lenguaje. Desaparecen: las terminologías científicas y técnicas (por ser
delimitaciones de la realidad objetiva), las nomenclaturas usuales (los meses del año, los días de la
semana, los sistemas de pesas y medidas, y otras), las terminologías convencionales (de carácter jurídico,
administrativo, militar, u otras), las terminologías y nomenclaturas populares (relacionadas con los
oficios, con la actividad agropecuaria, con la botánica, con la zoología, o con otras áreas).
b) Lenguaje primario y metalenguaje. Diferencia el lenguaje cuyo objeto es la realidad extralingüística de
aquel cuyo objeto es un lenguaje de ese tipo. Desaparecen: todos los empleos metalingüísticos del
lenguaje.
c) Sincronía y diacronía. Marca la separación que existe entre la descripción y la historia del lenguaje.
Desaparecen: los elementos extraños a cada estado de lengua estudiado.
d) Técnica de discurso y discurso repetido. Divide, dentro de la sincronía, lo que es técnica (las unidades
gramaticales y las reglas de formación de oraciones) y lo que es discurso ya hablado. Desaparecen: las
expresiones hechas (giros idiomáticos, modismos, frases, locuciones, proverbios, refranes y demás).
e) Arquitectura y estructura de la lengua. Separa la lengua funcional —aunque destacando la ausencia de una
técnica unitaria frente a la configuración de un diasistema lingüístico— como objeto de estudio de la
lexicología estructural por cuanto se trata de una lengua homogénea desde el punto de vista geográfico,
sociocultural y expresivo. Desaparecen: todas las consideraciones que están por fuera de la lengua
funcional.
f) Sistema y norma de la lengua. Distingue entre el discurso (la realización concreta de una técnica lingüística
en el habla) y los tres planos de formalización de la técnica: norma (todo lo que se encuentra socialmente
fijado dentro de una técnica de discurso, sea funcional o no), sistema (solo aquello que es funcional
dentro de lo establecido como norma) y tipo (todo lo que constituye una «preferencia» dentro de una
lengua determinada). Desaparecen: todas las consideraciones sobre tipo y discurso en tanto están fuera
de la norma (y del sistema).
g) Relaciones de significación y de designación. Diferencia las relaciones entre los significados de los signos
lingüísticos (relaciones de significación) de las relaciones entre los signos lingüísticos y la realidad
extralingüística a la que refieren (relaciones de designación). Desaparecen: las consideraciones acerca del
vínculo entre el signo lingüístico y el mundo extralingüístico.
Así presentada, esta teoría lexicológica en nada parece asociable a las dos propuestas vistas
anteriormente. Sin embargo, la partición que efectúa Coseriu en el ámbito de las palabras da lugar a dos
grandes subconjuntos. En primer término, queda delimitado el léxico lingüísticamente estructurado, cuya
forma de estructuración es compatible con las explicaciones que brinda una propuesta como la de Lakoff.
En efecto, las características de los campos léxicos a los que se refiere Coseriu (representaciones intuitivas de la
realidad con fronteras no siempre bien delimitadas) caben perfectamente dentro del marco explicativo brindado
por Lakoff quien, más aún, defiende la necesidad de pensar las categorías conceptuales como elementos no
acabados (en contraposición al paradigma clásico que está rechazando). En segundo término, aparece una
cantidad de palabras que van quedando fuera de aquel léxico pero sobre cuya forma de estructuración
también debe señalar algo. Particularmente para el caso de las terminologías y nomenclaturas, Coseriu
destaca que, al ser estas equivalentes de las cosas, poseen una estructuración objetiva (no lingüística),
aspecto que las relaciona decididamente con el enfoque lexicológico tradicional. En otras palabras,
mantiene el poder explicativo de tal perspectiva para poder dar cuenta de una parte importante de los
elementos marginados de la estructura léxica.
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De acuerdo con lo anterior, la distinción entre las cosas y el lenguaje le permite a Coseriu dejar fuera del
léxico lingüístico todos aquellos elementos cuyo conocimiento se debe al mundo real y no a una
determinada lengua. Por consiguiente, quedan excluidos del léxico aspectos tales como: a) las terminologías
y nomenclaturas científicas o técnicas; b) los meses del año y días de la semana; c) los sistemas de pesos y
medidas; d) las nomenclaturas convencionales de todo tipo (jurídicas, administrativas, militares y otras); e)
las terminologías filosóficas; y f) las nomenclaturas populares de diversa índole (las de artes y oficios, las
agrícolas, las de la botánica y las de la zoología, entre otras).
Coseriu va a desarrollar el tema con cierta amplitud en el segundo capítulo de la obra citada. Aquí, tras
destacar la distinción entre las cosas y el lenguaje reconoce que, si bien es teóricamente fácil de establecer,
cuando se la lleva al campo de la lexicología «la proximidad entre la función léxica y la realidad designada
por los lexemas» torna mucho más dificultosa esta tarea de separación (Coseriu 1991, 95). Desde un punto
de vista teórico, establece que las terminologías representan «utilizaciones del lenguaje para clasificaciones
diferentes (y, en principio, autónomas) de la realidad o de ciertas secciones de la realidad». No hay, por
tanto, estructuración lingüística alguna en ellas: la existencia de una estructuración responde «a los puntos
de vista y a las exigencias de las ciencias y técnicas respectivas, que se refieren a la realidad misma de las
cosas» (Coseriu 1991, 96). Dicho en otros términos, no se trata de estructuras semánticas que relacionan
significados sino de clasificaciones de los objetos de la realidad. Más aún, añade el autor:
Para las ciencias y las técnicas, las palabras son efectivamente «substitutos» de las «cosas», es decir que, desde
su punto de vista, la «significación» coincide con la «designación», lo que no ocurre en el lenguaje como tal
(Coseriu 1991, 96).
La presentación que realiza Coseriu apunta a ratificar la diferencia básica que existe entre las
terminologías y las estructuras lingüísticas: las primeras delimitan la realidad objetiva, las otras dan cuenta
de una intuición acerca de cómo es la realidad. Este hecho sirve para explicar dos de los rasgos
característicos de las delimitaciones terminológicas: la precisión de las mismas y el carácter excluyente de
las oposiciones en que entran los términos. El léxico lingüístico, en cambio, presenta delimitaciones que no
son precisas; además, sus oposiciones frecuentemente son inclusivas, hecho que posibilita la ocurrencia de
neutralizaciones entre los elementos que lo constituyen. La posibilidad de traducir los términos a distintas
lenguas apunta a un nuevo aspecto diferencial: en el caso de las terminologías, la traducción es un mero
cambio de significantes; en el caso del léxico, la traducción implica toda una transposición de significados.
El cuadro que sigue permite tener una clara sinopsis de la separación que percibe Coseriu entre las
terminologías y el léxico lingüísticamente estructurado.
Terminologías y nomenclaturas
Léxico de la lengua
No pertenecen al lenguaje.
Pertenece al lenguaje.
No están estructuradas lingüísticamente: se estructuran
objetivamente.
Está estructurado lingüísticamente: se estructura
semánticamente.
No organizan los significados.
Organiza los significados.
Coinciden significación y designación.
No coinciden significación y designación.
Presentan la realidad tal cual es.
Presenta una intuición de cómo es la realidad.
Sus delimitaciones son precisas.
Sus delimitaciones son vagas.
Sus oposiciones son excluyentes.
Sus oposiciones frecuentemente son inclusivas.
Su traducción es un simple cambio de significantes.
Su traducción es una transposición de significantes.
(Afín a la perspectiva tradicional.)
(Afín a la perspectiva cognitiva.)
Como motivación adicional para avalar su propuesta de que las terminologías sean eliminadas del léxico
estructurado de la lengua, Coseriu expone la ventaja implícita en el hecho de limitar el número de unidades
léxicas a analizar. Señala, sin embargo, que el reconocimiento de las terminologías es importante, sobre
todo para el estudio diacrónico del lenguaje, porque «un término técnico puede convertirse en palabra
usual y entrar en oposiciones semánticas de la lengua» (Coseriu 1991, 99).
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La formalización que propone el autor se articula alrededor del concepto de campo léxico: «un conjunto
de lexemas unidos por un valor léxico común (valor del campo), que esos lexemas subdividen en valores
más determinados, oponiéndose entre sí por diferencias mínimas de contenido léxico ('rasgos distintivos
lexemáticos' o semas)» (Coseriu 1991, 135). Este tratamiento muestra, por un lado, que el comportamiento
del léxico es el mismo que el de los restantes niveles de la lengua (fonología, morfología, sintaxis) y, por el
otro, que los análisis fundados en oposiciones funcionales describen de manera consistente el mecanismo
del sistema lingüístico.
El léxico en la gramática generativa
En los distintos modelos que responden al programa generativo inaugurado por Noam Chomsky en la
segunda mitad de la década del 50, la consideración del léxico ha ido migrando desde una posición
relativamente marginal hacia una mucho más prominente. Conviene señalar, sin embargo, que el carácter
mismo de esta tradición gramatical ubica a la sintaxis en el centro de sus indagaciones y de los modelos
explicativos mismos (se trata de una teoría sintáctico-céntrica), sintaxis que debe ser entendida, a su vez,
como un dispositivo mental abstracto que, operando con símbolos complejos, permite la formación de
todas las oraciones gramaticales (i. e., bien formadas) de la lengua.
En una reciente obra, Foundations of language: Brain, meaning, grammar, evolution, Ray Jackendoff evalúa
los aciertos y los errores que, desde su perspectiva, resultan de la gramática generativa. Cuando se refiere al
carácter sintáctico-céntrico de esta teoría, el autor lo presenta como un verdadero error, «un error que,
retrospectivamente, se encuentra detrás de gran parte de la separación entre la teoría lingüística y las
ciencias cognitivas» (Jackendoff 2002; en todas estas citas, nuestra traducción). En este contexto crítico, el
autor describe los aspectos centrales de los diferentes modelos chomskianos en los siguientes términos:
Chomsky demostró que el lenguaje requiere de un sistema generativo que haga posible una variedad infinita de
oraciones. Sin embargo, supuso explícitamente, sin argumentos, que el carácter generativo está localizado en el
componente sintáctico de la gramática —la construcción de frases a partir de palabras— y que la fonología (la
organización de los sonidos del habla) y la semántica (la organización del significado) son puramente
'interpretativos', es decir, que sus propiedades combinatorias derivan estrictamente del carácter combinatorio de
la sintaxis. [...]
[Pese a los cambios en la tendencia dominante de la gramática generativa, según se destaca en el
gráfico Nº1,] un aspecto que se mantuvo inalterado fue el supuesto de que la sintaxis es la única fuente
combinatoria. [...] Tales cambios alteran los componentes de la sintaxis y sus relaciones con el sonido y el
significado. Lo que permanece constante en todas partes, sin embargo, es que (a) existe un estadio inicial de la
derivación en el que las palabras o los morfemas se combinan en estructuras sintácticas; (b) estas estructuras
entonces son tratadas por varias operaciones sintácticas y (c) ciertas estructuras sintácticas son transportadas a
la fonología/fonética para ser pronunciadas y otras estructuras sintácticas son transportadas a la 'interpretación
semántica' para ser entendidas. En resumen, la sintaxis es la fuente de toda organización lingüística
(Jackendoff 2002).
Gráfico Nº1. Arquitectura de las teorías de Chomsky
a) Gramática generativo-transformacional (1957)
Reglas de estructura
de frase
Léxico
!
"
Transformaciones
obligatorias
"
Oración kernel
"
Transformaciones
optativas
"
Oración compleja
"
Reglas
morfofonémicas
b) Teoría estándar (1965)
Reglas de estructura
de frase
"
Reglas
!
Léxico
de inserción léxica
"
Estructura
# Semántica
Profunda
"
Componente
transformacional
"
Estructura
Fonología !
Superficial
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c) Teoría de principios y parámetros (1981)
Teoría de X-barra
Léxico
Teoría Temática
(estructura de frase)
"
(estructura semántica)
$ Estructura-P %
"
Mueva α
"
Estructura-S
%
$
Forma Fonética
Forma Lógica
"
Representación
semántica
d) Programa minimalista (1995)
L é x i c o
$ " %
... Fusión
"
y movimiento
Materialización ...
"
%
$
... Movimiento en FL
Forma Fonética
$
(encubierto)
Forma Lógica
"
Representación
semántica
Los esquemas anteriores siguen los lineamientos básicos que usa Jackendoff para mostrar «la
arquitectura de los componentes» en los cuatro momentos centrales de la teoría chomskiana. Sin embargo,
están ligeramente modificados para destacar, además de tal aspecto, el desplazamiento del léxico, que
siempre queda ubicado fuera del «centro» sintáctico. En estos modelos, el léxico provee palabras (i. e.,
complejos de rasgos fonológicos, sintácticos y semánticos) que se insertan «al principio de la derivación
sintáctica, en el punto donde los árboles sintácticos se están construyendo, antes de empezar a ser
manipuladas y de alimentar a la fonología y a la semántica» (Jackendoff 2002). Así, el componente
sintáctico debe cargar con una serie de rasgos fonológicos y semánticos a los que no puede tener acceso, ya
que solo van a poder ser tratados gramaticalmente cuando sean interpretados por el componente
correspondiente.
La mirada crítica de Jackendoff, desde una semántica cognitiva, solo alcanza al aspecto sintácticocéntrico de la teoría chomskiana y de ninguna manera supone un rechazo a la formalización ni, mucho
menos, de sus restantes aspectos (considera, por el contrario, que el gran logro del programa generativo ha
sido el intento por hacer de la lingüística una disciplina próxima a la psicología y a la biología). El autor
propone un modelo con una arquitectura paralela formada por distintas capacidades generativas que
cooperan entre sí (gráfico Nº2). Expresado en sus términos:
La perspectiva correcta es entender que la estructura lingüística es el producto de una cantidad de capacidades
generativas paralelas pero que interactúan, por lo menos, una para la fonología, una para la sintaxis y una para
la semántica (Jackendoff 2002).
Gráfico Nº2. Arquitectura paralela del modelo de Jackendoff
Múltiples componentes generativos
Reglas
Reglas
Reglas
de Formación
de Formación
de Formación
Fonológica
Sintáctica
Semántica
"
"
"
Estructuras
Estructuras
Estructuras
Fonológicas
Sintácticas
Semánticas
Interfaz
Interfaz
Interfaz
Dentro de un modelo lingüístico dotado de distintos componentes generativos específicos (fonología,
sintaxis y semántica), Jackendoff puede afirmar que los rasgos, según sus distintas naturalezas, pertenecen
a una estructura particular. De esta manera, los ítems léxicos que se insertan en una estructura sintáctica
solo lo harán de manera parcial (i. e., como complejos de rasgos sintácticos) y no de manera completa (i. e.,
como complejos de rasgos de clases diversas). Lo señalado no significa que el léxico carezca de existencia
unitaria. Desde su perspectiva, las palabras vienen a constituir un tipo especial de regla, por la cual se pone
en contacto la información proveniente de cada una de las tres estructuras que las constituyen:
Así, una palabra se entiende mejor como un tipo de regla de interfaz que establece correspondencias parciales
entre partes de estructuras fonológica, sintáctica y semántica (cada parte, a su vez, obedece a las reglas de
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formación de su componente). En otras palabras, el lenguaje no consta de un léxico y de las reglas de la
gramática; mejor, los ítems léxicos se encuentran entre las reglas de la gramática, reglas muy particulares, por
cierto, pero reglas al fin (Jackendoff 2002).
En resumen, dentro de la tradición generativa (tanto para la corriente principal, representada por
Chomsky y sus seguidores, como para una corriente periférica, representada por Jackendoff), el léxico
recibe algún tipo de consideración. Desde esta perspectiva, sin embargo, ya no se trata de indagar el
vínculo que media entre el léxico lingüístico y la realidad extralingüística (problema común a la lexicología
tradicional, la lingüística cognitiva y la lexemática, según los aspectos destacados en los apartados
anteriores). Inscriptas dentro del dominio de las ciencias cognitivas, las distintas corrientes generativas
plantean el estudio de la lengua como el de un objeto mental (i. e., un dispositivo especializado cuya
naturaleza es ajena al entorno extralingüístico) que puede ser formalizado en términos de reglas o de
principios generales y que resulta responsable de la buena formación de las construcciones del lenguaje. En
este contexto, la formalización generativa, a diferencia de la estructural, no pretende descubrir las
relaciones que guardan entre sí los elementos del sistema de la lengua, sino que busca mostrar por qué las
estructuras lingüísticas son como son y no de otra manera.
El léxico generativo
La obra de James Pustejovsky, The generative lexicon, objeto específico de este trabajo, se entronca, según se
advierte desde su título, dentro de la tradición generativista. Sin que su propuesta contradiga a las
corrientes mencionadas en el apartado anterior (tal vez más cercano a la perspectiva de Jackendoff que a la
de Chomsky), el autor concibe el léxico como un componente generativo del lenguaje y desarrolla una
original concepción acerca de cómo se organiza la información léxica en él, de manera de poder explicar
«la naturaleza generativa de la creatividad léxica y los fenómenos de extensión de sentido» (Pustejovsky
1995, 61; en todas estas citas, nuestra traducción).
Antes de desarrollar brevemente algunas de las consideraciones anteriores, un señalamiento que retoma
la comparación realizada al final del apartado previo. Como se desprende de lo allí expuesto, desde una
perspectiva generativa, el léxico deja de concebirse como una lista de palabras que reflejan un estado de
cosas del mundo (perspectiva tradicional) o que instauran un cierto ordenamiento entre las cosas del
mundo (perspectivas cognitiva y estructural). Pero además, que el léxico sea generativo añade como nuevo
significado que este componente constituye un dispositivo mental que forma parte de un mecanismo más
complejo (mental y relacionado con sistemas físicos): el mecanismo del lenguaje; su tratamiento, en
consecuencia, no va a ser el mismo que el propuesto hasta entonces.
Cuando Pustejovsky presenta el propósito general de su obra (ocuparse «de la semántica del lenguaje
natural, y en particular de la semántica de las palabras, aisladas y en combinación, i. e., del problema de la
composicionalidad»), generaliza sobre el alcance de las soluciones dadas a los problemas planteados desde
la semántica léxica («el estudio de qué denotan y cómo lo hacen las palabras de una lengua»):
Los especialistas en lingüística teórica y los expertos en lingüística computacional han tratado el léxico, por lo
general, como un conjunto estático de sentidos de palabras, etiquetados con rasgos correspondientes a
información sintáctica, morfológica y semántica. Desde este punto de vista, los diferentes significados de las
palabras fueron asociados generalmente con ítems léxicos distintos (Pustejovsky 1995, 1).
Esta especie de rigidez en el tratamiento del léxico de la lengua por parte de las teorías formales se
correlaciona con el relativo abandono de dos cuestiones centrales para el autor: 1) el uso creativo de las
palabras en contextos nuevos y 2) la evaluación de los modelos de semántica léxica a partir de la composicionalidad.
Desde su perspectiva, la primera de estas cuestiones es muy importante porque «explicando de manera
adecuada el problema de los significados creativos de las palabras, enfrentamos directamente el asunto de
la composicionalidad» (Pustejovsky 1995, 1).
En efecto, Pustejovsky supone que la estructura semántica de los ítems léxicos es relativamente compleja
y que los nuevos significados de las palabras se generan por composición a partir de un conjunto básico de
significados:
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Bajo una teoría como la que imaginamos, un conjunto nuclear de significados de palabras, típicamente con una
estructura interna más rica que la que se había supuesto en teorías previas, se utiliza para generar un conjunto
mayor de significados de palabras cuando los ítems léxicos individuales se combinan con otros en sintagmas y
cláusulas. Llamaré a esta organización léxico generativo, y a las operaciones que generan estos «significados
extendidos», dispositivos generativos, incluidas operaciones tales como coerción de tipos y cocomposición (Pustejovsky 1995, 2).
De acuerdo con la tradición generativista, incorpora el concepto de semanticidad (paralelamente al de
gramaticalidad, debería entenderse como la buena formación semántica de los nuevos significados) como
pieza clave en el conocimiento del léxico: «nuestro marco de conocimiento para los ítems léxicos debe
guiarse por una preocupación por la semanticidad, además de por la gramaticalidad» (Pustejovsky 1995, 2).
En términos de Pustejovsky (1995, 61), el léxico generativo se puede caracterizar como un sistema
computacional conformado por al menos «cuatro niveles de representación» (estructura argumental,
estructura eventiva, estructura de qualia, estructura de herencia léxica), en los que se organiza la información
léxica. Dicho sistema cuenta, además, con una serie de «dispositivos generativos» (coerción de tipos,
ligamiento selectivo, co-composición), es decir, operaciones o transformaciones semánticas que vinculan estos
niveles y proveen «la interpretación composicional de las palabras en su contexto».
El autor presenta brevemente los cuatro niveles de representación, cada uno de los cuales da cuenta de
un tipo diferente de información léxica, de la siguiente manera:
1) ESTRUCTURA ARGUMENTAL (argument structure). «La especificación del número y tipo de argumentos lógicos,
y cómo se realizan sintácticamente» (Pustejovsky 1995, 61). El punto destacable en la caracterización del
autor es que, además de considerar la existencia de argumentos cuya realización sintáctica está
requerida obligatoriamente por el predicado (i. e., argumentos verdaderos), señala la existencia de
argumentos cuya realización sintáctica es optativa (i. e., argumentos por omisión) o se sobreentiende (i.
e., argumentos escondidos).
2) ESTRUCTURA EVENTIVA (event structure). «La definición del tipo de evento de un ítem léxico y de una frase.
Las clases incluyen ESTADOS, PROCESOS y TRANSICIONES, y los eventos pueden tener una estructura
subeventiva» (Pustejovsky 1995, 61). En esta estructura el autor recoge la tipificación de los eventos
según el aspecto léxico (o modo de acción) del predicado verbal correspondiente y desarrolla la idea de
que el evento puede estar formado por dos subeventos, que respetan un determinado orden temporal y
de los cuales uno resulta más prominente que el otro.
3) ESTRUCTURA DE QUALIA (qualia structure). «Los modos de predicación, compuestos por los papeles FORMAL,
CONSTITUTIVO, TÉLICO y AGENTIVO» (Pustejovsky 1995, 61). Mediante este formalismo el autor relaciona los
elementos de las dos estructuras anteriores (i. e., argumentos y eventos) como argumentos de estos
cuatro predicados lógicos (i. e., los papeles de qualia) para representar o explicar las diferentes formas de
significar (predicar) que puede tener el ítem léxico.
4) ESTRUCTURA DE HERENCIA LÉXICA (lexical inheritance structure). «La identificación de cómo se relaciona una
estructura léxica con otras estructuras en la trama de tipos, y su contribución a la organización global del
léxico» (Pustejovsky 1995, 61). Es decir, el léxico de una lengua tiene una organización global, a la que
contribuyen las diferentes estructuras léxicas mediante las relaciones que guardan entre sí.
Los diferentes valores asignados a los rasgos (argumentos, eventos, papeles y estructuras) representados
en las distintas estructuras de una entrada léxica determinan las posibilidades interpretativas del ítem.
Desde la perspectiva de Pustejovsky, entonces, la semántica de un ítem léxico α se puede definir como una
estructura compleja que consta de los cuatro componentes anteriores:
α = <A,E,Q,H>
(donde A es la estructura argumental del ítem léxico, E simboliza el tipo de evento, Q liga los dos
parámetros anteriores en la estructura de qualia y H es una transformación que ubica al ítem léxico dentro
de una trama de tipos, lo que determina qué información se hereda de la estructura léxica global).
La estructura argumental especifica, en relación con los predicados, «la cantidad y tipo de argumentos
lógicos, y cómo se realizan sintácticamente». Se trata del aspecto mejor estudiado de todos y constituye «la
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mínima especificación de la semántica léxica de una palabra», ya que, si bien no alcanza para caracterizar el
significado de los ítems léxicos, «es un componente necesario» de este (Pustejovsky 1995, 62-3). De acuerdo
con el autor, existen cuatro tipos de argumentos, a saber:
1) ARGUMENTOS VERDADEROS (true arguments). Se realizan sintácticamente de manera necesaria, como los
subrayados en «Juan llegó tarde» y «Juan mira la tele».
2) ARGUMENTOS POR OMISIÓN (default arguments). Participan en la buena formación lógica de la frase sin que
tengan una realización sintáctica necesaria, como el subrayado en «Juan construyó su casa con ladrillos».
3) ARGUMENTOS ESCONDIDOS (shadow arguments). Se encuentran semánticamente incorporados en el ítem léxico,
lo que permite contrastar «Juan embotella cerveza en finas botellas de cristal» con «*Juan embotella
cerveza en botellas».
4) ADJUNTOS VERDADEROS (true adjuncts). Modifican la expresión lógica pero como parte de la interpretación de
una situación, sin encontrarse ligados a la representación semántica de un ítem léxico en particular,
como el subrayado en «Juan vino a la Facultad el viernes».
A continuación, siguiendo a Pustejovsky (1995, 67), se presentan la formalización general de la
estructura argumental, su glosa (al lado, en bastardilla) y dos ejemplos glosados (el del castellano es
adaptación del de Climent Roca 2000):
α
ESTARG =
ARG1 = ...
ARG2 = ...
ARG-O1 = ...
ARG-E1 = ...
El ítem léxico es «alfa».
La estructura argumental del ítem léxico consta de un argumento verdadero que es
tal, otro argumento verdadero que es tal otro, un argumento por omisión que es tal
y un argumento escondido que es tal.
...
build
ESTARG =
ARG1 = individuo_animado
ARG2 = artefacto
ARG-O1 = material
...
salar
ESTARG =
...
ARG1 = humano
ARG2 = alimento
ARG-E1 = sal
El ítem léxico es «build» ('construir').
La estructura argumental del ítem léxico consta de un argumento
verdadero que es 'individuo_animado', otro argumento verdadero
que es 'artefacto', y un argumento por omisión que es 'material'.
Ejemplo: Mary built a house (with wood).
El ítem léxico es «salar».
La estructura argumental del ítem léxico consta de un argumento verdadero
que es 'humano', otro argumento verdadero que es 'alimento', y un argumento
escondido que es 'sal'.
Ejemplo: Juan saló la carne (con sal gruesa / *con sal).
La estructura eventiva clasifica a los predicados según el «tipo de evento del ítem léxico y de la frase» y
define la estructura «subeventiva» del evento. Para Pustejovsky, en efecto, la semántica de un evento queda
definida no solo por las tipologías de predicados verbales que se usan para expresar diferencias aspectuales
(i. e., distintos modos de acción), sino también por la configuración interna que le otorgan al evento sus
elementos constitutivos (subeventos). Desde su perspectiva, el autor señala la necesidad de extender el
análisis de la estructura del evento considerando tres dimensiones:
1) Una tipología de eventos. Admite una clasificación de los eventos en al menos tres tipos básicos: ESTADOS
(eventos que se dan, y de manera homogénea, en cierto período de tiempo; no ocurren, no expresan
cambios ni se dirigen hacia un límite; por ejemplo saber), PROCESOS (eventos que ocurren, manifestando un
cambio o progresión a lo largo del tiempo, pero que no se dirigen a un límite interno; por ejemplo,
estudiar) y TRANSICIONES (eventos que ocurren, manifestando un cambio o progresión en el tiempo, y que
se dirigen a un límite interno; son «transiciones» que van de un acto inicial o proceso a un estado final
resultante de él; por ejemplo, entender). Algunos predicados (las transiciones) son complejos en el sentido
de que tienen una estructura interna formada por dos subeventos.
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2) Un ordenamiento temporal entre subeventos. Los subeventos que forman el evento se ordenan
temporalmente entre sí según alguna de las tres relaciones que reconoce el autor: precedencia (relación de
exhaustive ordered part of, simbolizada como <α, por la que un subevento precede al otro en la estructura
lógica del evento), simultaneidad (relación de exhaustive overlap part of, simbolizada como oα, por la que
ambos subeventos son completamente simultáneos) y simultaneidad parcial (relación de exhaustive ordered
overlap, simbolizada como <oα, por la que ambos subeventos son básicamente simultáneos, aunque uno
empieza después que el otro).
3) La noción de «nuclearidad eventiva». El autor desarrolla este concepto para señalar que, además de su
ordenamiento temporal, los subeventos se ordenan por su «prominencia relativa» (Pustejovsky 1995, 72),
lo que viene a significar que en la estructura eventiva del predicado hay un subevento que contribuye a
establecer el «foco» de interpretación de todo el evento y que recibe la marca de núcleo (simbolizado
como *, por ejemplo en e1* <α e2, donde se expresa que el primer subevento precede al segundo y está
focalizado como núcleo de la estructura eventiva).
Como en el caso anterior, se presentan la formalización general de la estructura eventiva, de acuerdo con
Pustejovsky (1995, 71-2), su glosa y dos ejemplos glosados (el del castellano está tomado de Climent Roca
2000):
α
ESTEVENT =
E1 = ...
E2 = ...
Restr = ...
Núcleo = Ei
El ítem léxico es «alfa».
La estructura eventiva del ítem léxico consta de un subevento de tipo tal, de otro
subevento de tipo cual, de una restricción de ordenamiento temporal de tipo tal y
de un núcleo que es alguno de tales subeventos.
...
build
ESTEVENT =
E1 = e1:proceso
E2 = e2:estado
Restr = <α
Núcleo = e1
El ítem léxico es «build» ('construir').
La estructura eventiva del ítem léxico consta de un subevento 'proceso', de
otro subevento 'estado', de una restricción de ordenamiento temporal
'precedencia' y de un núcleo que es el subevento 'proceso'.
...
Ejemplo: Mary is building a wooden house.
escribir
El ítem léxico es «escribir».
La estructura eventiva del ítem léxico consta de un subevento 'proceso', de
otro subevento 'estado', de una restricción de ordenamiento temporal
'precedencia' y de un núcleo que es el subevento 'proceso'.
ESTEVENT =
...
E1 = e1:proceso
E2 = e2:estado
Restr = <α
Núcleo = e1
Ejemplo: Escribo libros por encargo.
La estructura de qualia representa los atributos (partes constitutivas, propósito, función, modo de
creación, etcétera) pertenecientes a los sustantivos (semánticamente, objetos) y, en general, a un ítem léxico
de cualquier categoría (semánticamente, predicados). Este aspecto de la descripción del significado de las
palabras, que «ha sido largamente ignorado por los tratamientos formales de la semántica léxica»
(Pustejovsky 1995, 76), se organiza formalmente en cuatro tipos de papeles, a saber:
1) QUALE CONSTITUTIVO (constitutive). Indica «la relación entre un objeto y sus partes constitutivas»
(Pustejovsky 1995, 76). En otros términos, marca las diferencias estructurales internas entre los objetos,
por ejemplo, las que separan a las «novelas» (tienen una estructura narrativa) de los «diccionarios»
(constituyen listados de palabras).
2) QUALE FORMAL (formal). Señala «aquello que distingue al objeto dentro de un dominio más amplio»
(Pustejovsky 1995, 76). Así, por ejemplo, las «novelas» y los «diccionarios» coinciden en su
caracterización como libros (y no como alimentos o bebidas).
3) QUALE TÉLICO (telic). Indica «el propósito y la función del objeto» (Pustejovsky 1995, 76). Es la codificación
de los aspectos funcionales del objeto; por ejemplo, las «novelas» se leen y los «diccionarios» se consultan.
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4) QUALE AGENTIVO (agentive). Señala «los factores involucrados en el origen o la causa del objeto»
(Pustejovsky 1995, 76). Se distinguen así las clases naturales de los artefactos y, dentro de estos, los
distintos modos de creación; por ejemplo, las «novelas» se escriben y los «diccionarios» se compilan.
Los qualia constituyen, para el autor, «el conjunto de propiedades o eventos asociados con un ítem léxico
que mejor expresa lo que significa la palabra», sin que esto quiera decir que se trata de un mero «listado de
hechos interesantes acerca de un objeto o ítem léxico». O sea, lejos de conformar una descripción estática,
este conjunto de propiedades o eventos provee el punto de partida «para las operaciones de reconstrucción
semántica y de cambio de tipo, lo que a su turno contribuye a nuestro objetivo general de caracterizar las
lenguas naturales como polimórficas» (Pustejovsky 1995, 77).
Al igual que en los casos anteriores, se presentan la formalización general de la estructura de qualia, de
acuerdo con Pustejovsky (1995, 78-80), su glosa, algunos ejemplos glosados (los ítems léxicos pertenecen a
distintas clases, ya que el autor extiende el análisis de los objetos al resto de las clases léxicas) y algunos
comentarios adicionales al pie de cada representación; también aquí el ejemplo del castellano proviene de
Climent Roca (2000):
α
...
QUALIA =
El ítem léxico es «alfa».
CONS = ...
FORM = ...
TÉLI = ...
AGEN = ...
La estructura de qualia del ítem léxico está formada por tales y cuales papeles
constitutivo, formal, télico y agentivo.
Una representación general de este tipo no dice nada acerca de la denotación de los ítems léxicos. Así, si
bien es cierto que una «novela» tiene como finalidad el ser leída e involucra la acción de escribir, el autor no
pretende afirmar que «el sustantivo común novela realmente denote tales actividades». En este sentido, el
papel télico de «novela» no podría ser 'leer', ni su papel agentivo, 'escribir': estos predicados tienen que
estar ligados de alguna manera, y para ello propone considerar «los valores de los qualia como expresiones
con tipos bien definidos y estructuras relacionales» (Pustejovsky (1995, 78). La estructura de qualia viene a
constituirse, por lo tanto, en el nivel de representación que vincula las estructuras argumental y eventiva.
El ítem léxico es «novel» ('novela', un objeto).
novel
...
QUALIA =
CONS = narrativa
FORM = libro (x)
TÉLI = leer (y,x)
AGEN = escribir (z,x)
La estructura de qualia del ítem léxico está formada por el papel
constitutivo 'narrativa', el formal 'libro', el télico 'leer' y el agentivo
'escribir', con indicación de cómo se ligan los términos predicativos.
Para los sustantivos, la estructura de qualia permite «codificar información sobre propiedades particulares
y actividades relacionadas con ellos» (Pustejovsky 1995, 79), de manera que el verbo que gobierne el
correspondiente sintagma nominal toma de allí la información necesaria para contextualizar su sentido. Por
ejemplo, en «María comenzó / terminó la novela» va a tomar el significado de 'comenzó a / terminó de
leer' o el de 'comenzó a / terminó de escribir' según se seleccionen, dentro del sintagma nominal, los
predicados de los qualia télico o agentivo, respectivamente.
tall
ESTEVENT =
E1 = e1:estado
QUALIA =
FORM = alto (e1,x)
...
El ítem léxico es «tall» ('alto', un estado).
La estructura eventiva del ítem léxico consta de un solo subevento
'estado'.
La estructura de qualia del ítem léxico está formada por el papel formal
'alto', entre otros, con indicación de cómo se liga el término predicativo.
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Un evento de estado se corresponde con un papel formal en la estructura de qualia, es decir con un cierto
estado de cosas, independientemente de cómo se haya llegado a él. En particular, los predicados de
individuo (como alto) solo involucran el quale formal, mientras que los predicados de estadio (como
enfermo en «está enfermo») van a involucrar una referencia al origen o causa de tal estado de cosas a través
del quale agentivo (Pustejovsky 1995, 79).
ESTEVENT =
E1 = e1:proceso
E2 = e2:estado
Restr = <α
El ítem léxico es «break» ('romper', una transición).
La estructura eventiva del ítem léxico consta de un subevento
'proceso', de otro subevento 'estado' y de una restricción de
ordenamiento temporal 'precedencia'.
QUALIA =
FORM = roto (e2,y)
AGEN = acto_romper (e1,x,y)
...
La estructura de qualia del ítem léxico está formada por el
papel formal 'roto' y el agentivo 'acto_romper', entre otros,
con indicación de cómo se ligan los términos predicativos.
break
Los dos momentos en que se analiza un evento de transición (el acto inicial o proceso y el estado final
resultante) se proyectan en los papeles formal (el estado) y agentivo (el proceso) de la estructura de qualia.
El ítem léxico es «run» ('correr', un proceso activo).
La estructura eventiva del ítem léxico consta de un solo
subevento 'proceso'.
run
ESTEVENT =
E1 = e1:proceso
QUALIA =
AGEN = acto_correr (e1,x)
...
sleep
ESTEVENT =
E1 = e1:proceso
QUALIA =
FORM = dormir (e1,x)
...
La estructura de qualia del ítem léxico está formada por el papel
agentivo 'acto_correr', entre otros, con indicación de cómo se liga
el término predicativo.
El ítem léxico es «sleep» ('dormir', un proceso pasivo).
La estructura eventiva del ítem léxico consta de un solo subevento
'proceso'.
La estructura de qualia del ítem léxico está formada por el papel formal
'dormir', entre otros, con indicación de cómo se liga el término
predicativo.
Los eventos de proceso pueden ser activos (correr) o pasivos (dormir) según el modo de significar asociado
con cada una de estas clases. Pustejovsky (1995, 81) relaciona tales tipos de eventos con distintos tipos de
quale, a los que estarían vinculados los diferentes comportamientos sintácticos y semánticos observados
dentro de la misma clase.
ESTEVENT =
E1 = e1:proceso
E2 = e2:estado
Restr = <α
Núcleo = ...
El ítem léxico es «hundir» (una transición).
La estructura eventiva del ítem léxico consta de un subevento
'proceso', de otro subevento 'estado' y de una restricción de
ordenamiento temporal 'precedencia'; su núcleo no está
especificado.
ESTARG =
ARG1 = x
ARG2 = y
La estructura argumental del ítem léxico consta de un
argumento verdadero 'x' y otro argumento verdadero 'y'.
QUALIA =
FORM = hundido (e2,y)
AGEN = acto_hundir (e1,x,y)
La estructura de qualia del ítem léxico está formada por el
papel formal 'hundido' y el agentivo 'acto_hundir', con
indicación de cómo se ligan los términos predicativos.
hundir
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Una entrada léxica subespecificada como la anterior (no se encuentra especificado cuál es el núcleo
eventivo) permite formalizar un tratamiento para la polisemia de ese verbo, que admite una lectura
causativa («Los enemigos hundieron el barco») y una lectura inacusativa («El barco se hundió»): aun
cuando se trata de construcciones sintácticamente bien diferenciadas, existe una relación conceptual entre
ambas. En la lectura causativa, se va a especificar como núcleo el subevento 'proceso', lo que da
prominencia interpretativa al quale agentivo; en la lectura inacusativa, en cambio, el que queda focalizado
como subevento nuclear es el 'estado', lo que da prominencia interpretativa al quale formal. Lo anterior se
puede simbolizar de la siguiente manera (Climent Roca 2000):
Entrada léxica subespecificada
[x,e1,y,e2] (AGEN = acto_hundir (e1,x,y) & FORM = hundido (e2,y))
Lectura causativa
[Los enemigos hundieron el barco] e = e1* <α e2
[x,e1,y,e2] (AGEN* = acto_hundir (e1,x,y) & FORM = hundido (e2,y))
Lectura inacusativa
[El barco se hundió] e = e1 <α e2*
[x,e1,y,e2] (FORM* = hundido (e2,y) & AGEN = acto_hundir (e1,x,y))
Son los mecanismos de composición (o dispositivos generativos) los que permiten ambas lecturas a partir
de una entrada léxica común y los que aseguran la buena formación semántica de las construcciones
resultantes.
En cuanto a los tres dispositivos generativos, es decir los mecanismos que intervienen en las
condiciones de buena formación semántica al combinarse los ítems léxicos, Pustejovsky los describe de la
siguiente manera (los ejemplos del castellano provienen de Climent Roca 2000):
1) COERCIÓN DE TIPOS (type coercion). Un elemento del compuesto altera el tipo de interpretación semántica del
ítem (o frase) al que gobierna, pero no altera su tipo sintáctico. Por ejemplo, un compuesto como
«empecé la novela» se puede interpretar de dos maneras posibles, como 'empecé a leer la novela' o como
'empecé a escribir la novela', porque el verbo «empezar» requiere que su complemento sea,
semánticamente, un evento; sin embargo, el sustantivo «novela» es, semánticamente, un objeto, de manera
que el verbo altera la interpretación del sustantivo, obligando a un cambio de tipo semántico (i. e., de
objeto a evento), pero sin que se altere su tipo sintáctico. La estructura de qualia del sustantivo «novela»,
en particular sus papeles télico y agentivo, permite que este ítem de tipo objeto reciba una interpretación
semántica de tipo evento: 'leer la novela' o 'escribir la novela'.
2) LIGAMIENTO SELECTIVO (selective binding). Un ítem léxico o una frase opera de manera específica dentro de la
subestructura del compuesto, pero sin que se altere su tipo global. Por ejemplo, un verbo como «hundir»
manifiesta dos interpretaciones, la causativa de «Los enemigos hundieron el barco», y la inacusativa de
«El barco se hundió», sin que se produzcan alteraciones en la composición. Los subeventos
correspondientes a la estructura eventiva del verbo «hundir», más su estructura argumental y de qualia,
posibilitan esta alternancia causativa/inacusativa, que deriva de focalizar y oscurecer, de manera
alternativa, tales subeventos.
3) CO-COMPOSICIÓN (co-composition). Diferentes ítems léxicos (o frases) del compuesto actúan como funtores y
producen sentidos no lexicalizados para alguno de ellos. Por ejemplo, en el sintagma bake the cake ('hacer
el pastel'), tanto el verbo (bake, 'hacer en el horno') como el sustantivo (cake, 'pastel') intervienen, por cocomposición, para asignar al verbo el nuevo sentido de 'creación'. (Acá conviene señalar que el mismo
verbo inglés se usa, por ejemplo, en bake a potato —'cocinar una papa'—, donde resulta claro que la papa
preexiste a su cocción, de forma tal que el verbo no lexicaliza por sí mismo el sentido de 'creación'.) La
identidad de valores en el papel agentivo de las estructuras de qualia del verbo y del sustantivo hace
posible el mecanismo de la co-composición.
La importancia de estos tres dispositivos generativos radica en que permiten explicar «la relación semántica
entre expresiones sintácticamente distintas». Así, los compuestos obtenidos mediante la aplicación de tales
operaciones de composición semántica (donde se involucran los tipos argumentales, eventivos y de qualia)
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tienen que satisfacer «las condiciones de buena formación definidas por el sistema de tipos y la estructura
de herencia léxica» (Pustejovsky 1995, 62).
Al dejar de lado la concepción del léxico como un componente estático del sistema lingüístico (i. e., como
si se tratara de un listado de formas), Pustejovsky aspira a mostrar que el componente léxico tiene un papel
«activo» en la formación del significado de las oraciones de la lengua. Expresa el autor:
Definiendo el comportamiento funcional de los ítems léxicos en diferentes niveles de representación esperamos
arribar a una caracterización del léxico como un componente activo e integral en la composición de los
significados de la oración. Como los mecanismos involucrados en la composición son muy expresivos, esta
aproximación nos permitirá incorporar diferentes sentidos de una palabra en una única metaentrada [i. e.,
paradigma léxico conceptual], codificando las regularidades del comportamiento de la palabra según el
contexto, y como consecuencia de ello, reduciendo en gran medida el tamaño del léxico. La subespecificación
semántica de los ítems léxicos tiene un papel importante en la reestructuración de cómo opera la composición
(Pustejovsky 1995, 62).
Un ejemplo de una metaentrada, en la que se integran las informaciones semánticas provenientes de las
tres estructuras señaladas anteriormente, es la que ofrece el autor para el verbo inglés build (Pustejovsky
1995, 82):
build
ESTEVENT =
ESTARG =
E1 = e1:proceso
E2 = e2:estado
Restr = <α
Núcleo = e1
= x:
ARG2
artefacto
= y: CONS = z
FORM = objeto_físico
ARG-O1 = z:
QUALIA =
individuo_animado
FORM = objeto_físico
ARG1
material
FORM = masa
plc-crear
FORM = existe (e2,y)
AGEN = acto_construir (e1,x,z)
En esta formalización se indica que hay un ítem léxico cuya estructura eventiva está formada por dos
subeventos (un proceso y un estado), cuya estructura argumental consta de dos argumentos verdaderos y
un argumento por omisión (cada argumento, por su parte, tiene asociada la estructura de qualia
correspondiente) y cuya estructura de qualia reproduce la de los verbos de creación (aparece el paradigma
léxico conceptual de «crear», plc-crear); los subeventos y los argumentos se encuentran ligados en la
estructura de qualia. El proceso (uno de los subeventos) queda identificado en el quale agentivo con el acto
de construir en el que se ven involucrados el argumento que funciona como sujeto sintáctico ('individuo
animado') y el argumento por omisión ('material'), el cual, por su parte, se relaciona con el argumento que
funciona como el objeto lógico ('artefacto') mediante el quale constitutivo de este. A su vez, el estado (el
otro subevento) queda identificado en el papel formal de la estructura de qualia con el objeto existente
como resultado del proceso ('artefacto').
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Observaciones finales
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En perspectiva histórica, el tratamiento del léxico tiene un lugar relativamente marginal dentro de los
estudios lingüísticos y gramaticales; el léxico, en este sentido, siempre queda caracterizado como una
especie de instancia mediadora entre la realidad extralingüística y el lenguaje.
Desde el estructuralismo, al menos en la versión de Coseriu, se formaliza un análisis inmanente del
componente léxico desde el que se deslindan las áreas estructuradas semánticamente (léxico lingüístico)
de aquellas que reciben estructuraciones ajenas al sistema de la lengua (terminologías, nomenclaturas y
demás), aun cuando se siga manteniendo aquel papel mediador del léxico (las palabras lexemáticas son
portadoras de función léxica, es decir que brindan una estructuración primaria, una intuición acerca de
la realidad extralingüística).
La idea de que el léxico constituye un componente generativo del lenguaje humano puede verse como
una consecuencia relativamente previsible dentro del desarrollo del generativismo, sobre todo si se tiene
en cuenta el papel diferencial que va adoptando el léxico en los distintos modelos teóricos que
responden a esta corriente. En todo caso, queda por resolver la cuestión teórica de fondo que se relaciona
con determinar cuántos y cuáles son los componentes generativos de las lenguas naturales.
Pensar el léxico como un componente generativo supone abandonar la perspectiva más inmediata,
compartida por distintos enfoques (lexicología tradicional, estructuralismo, semántica formal y
lingüística computacional), según la cual el léxico constituye un listado, una mera enumeración de
unidades (i. e., un ítem léxico por cada sentido diferente de la palabra).
El léxico generativo se inscribe dentro del dominio de las ciencias cognitivas, el dominio de los procesos
mentales. El modelo propuesto por Pustejovsky constituye, en este sentido, un modelo computacional
orientado por la necesidad de contar con el menor número posible de unidades (i. e., un modelo
psicológicamente realista). De esta manera, las entradas del léxico mental, semánticamente
subespecificadas, van a tomar uno u otro de sus posibles sentidos según el contexto lingüístico donde se
incluyan.
La orientación semántica del modelo de léxico generativo (cuatro niveles de representación y tres
dispositivos generativos que aseguran la buena formación del compuesto) resignifica el valor de la
composicionalidad, concepto que pierde su papel descriptivo y estático para adquirir un carácter
explicativo (da cuenta de la creatividad y de las limitaciones de los nuevos compuestos semánticos) y
dinámico (enfoca el compuesto como el resultado de un proceso).
La estructura de qualia, el aspecto tal vez más innovador del modelo de Pustejovsky, constituye una
forma de vincular distintos valores semánticos (tipos de eventos y tipos de argumentos) que han sido
bastante desarrollados en la semántica moderna. Curiosamente, sin embargo, los contenidos semánticos
mismos que los qualia dejan ver se relacionan en gran medida con el conocimiento de mundo, aspecto
vinculado con la perspectiva del léxico como instancia mediadora con la realidad extralingüística.
Referencias
Climent Roca, Salvador. 2000. Individuación e información Parte-Todo: Representación para el
procesamiento computacional del lenguaje. Estudios de Lingüística Española 8. En línea:
<http://elies.rediris.es>.
Coseriu, Eugenio. 1991. Principios de semántica estructural. Trad. Marcos Martínez Hernández. Revisada por
el autor. 2ª ed. Biblioteca Románica Hispánica, Estudios y Ensayos 259. Madrid: Gredos.
Jackendoff, Ray. 2002. Precis of: Foundations of language: Brain, meaning, grammar, evolution. En Behavioral and
Brain
Sciences
(en
prensa).
En
línea:
<http://www.bbsonline.org/Preprints/Jackendoff07252002/Referees/>.
Lakoff, George. 1990. Women, fire, and dangerous things: What categories reveal about the mind. 2ª ed. Chicago:
University of Chicago Press.
Pustejovsky, James. 1995. The generative lexicon. Cambridge, Mass.: MIT Press.
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TRADUCCIÓN
James Pustejovsky. 1995. The generative lexicon. Capítulo 2: The nature of lexical knowledge. Cambridge,
Mass.: MIT Press. [Las referencias se encuentran suprimidas, lo que se denota con «r. s.»]
Capítulo 2: La naturaleza del conocimiento léxico
Hasta hace unos años era una práctica convencional, tanto en los textos de lingüística teórica como en los
de lingüística computacional, cubrir todo lo referente al léxico con un breve capítulo, antes de adentrarse en
los temas más interesantes y sustantivos de la forma sintáctica y la interpretación semántica. Hoy en día un
tratamiento tan escueto apenas reflejaría la intensidad del campo de la investigación del léxico o del papel
central que tiene el léxico en la teoría lingüística y en los modelos de procesamiento. La mayoría de los
enfoques lingüísticos (tanto teóricos como computacionales) suponen actualmente que mucha de la
información estructural de la oración se codifica mejor desde una perspectiva lexicalista1.
Creo que los principales problemas de la semántica léxica son los siguientes:
1.
2.
3.
4.
Explicar la naturaleza polimórfica del lenguaje.
Caracterizar la semanticidad de las cadenas del lenguaje natural.
Capturar el uso creativo de las palabras en contextos nuevos.
Desarrollar una representación semántica co-composicional más rica.
Estimo que hemos llegado a un interesante punto de inflexión en la investigación, donde los estudios
lingüísticos pueden informarse con las herramientas computacionales tanto para la lexicología como para
una comprensión de la complejidad computacional de grandes bases de datos léxicos. De la misma manera,
la investigación computacional puede nutrirse de las reflexiones sobre las distinciones gramaticales y
sintácticas de los ítems léxicos; los sistemas de procesamiento del lenguaje natural (PLN) deben explicar
estas diferencias en sus léxicos y gramáticas. De hecho, la unión de estas disciplinas es tan importante que,
creo, pronto será difícil llevar adelante una investigación computacional seria en los campos de la
lingüística y del PLN sin la ayuda de los diccionarios electrónicos y los recursos lexicográficos
computacionales [r. s.]. Ubicado en el centro de esta síntesis se encuentra el estudio del significado de las
palabras, la semántica léxica.
Antes de tratar estos temas, me gustaría discutir dos presupuestos que aparecerán de manera
prominente en mis sugerencias para un marco de la semántica léxica. Primero, sin la comprensión de la
estructura sintáctica del lenguaje, el estudio de la semántica está condenado a fallar. No hay manera de que
el significado pueda estar completamente divorciado de la estructura que lo contiene. Este es un punto
metodológico importante, dado que las distinciones gramaticales son una medida útil para evaluar teorías
semánticas que compiten entre sí.
El segundo punto es que el significado de las palabras debería de alguna manera reflejar las estructuras
conceptuales más profundas del sistema cognitivo y el dominio en el que operan. Esto quiere decir que la
semántica del lenguaje natural debería ser la imagen de principios de organización conceptual no
lingüística, más allá de su estructura.
La semántica léxica computacional debería guiarse por los siguientes principios. Primero, será necesaria
una noción clara de buena formación semántica con el fin de caracterizar el significado posible de una palabra.
Esto puede implicar abstraer la noción de significado léxico de otras influencias semánticas. Por ejemplo, se
podría sugerir que el discurso y los factores pragmáticos deberían manejarse de manera distinta o
separadamente de las contribuciones semánticas de los ítems léxicos en composición2. Aunque este es un
1 Quizás la excepción más notable a esta afirmación o tendencia sea el reciente movimiento de Fillmore hacia la
codificación, en tanto unidades, de estructuras de frase más grandes, conocidas como construcciones [r. s.].
Goldberg [r. s.] extiende esta perspectiva a un rango más amplio de fenómenos, mostrando cómo las
construcciones pueden explicar de manera adecuada los casos de polivalencia y polisemia. En algún sentido, esto
no resulta contradictorio con mi afirmación hecha más arriba, dado que las unidades estructurales mayores están
esencialmente lexicalizadas más que sujetas a las reglas generales de composición (ver el capítulo 8, más abajo).
2 Este sigue siendo un punto controvertido y es un asunto que no está resuelto en absoluto dentro de la comunidad.
Hobbs y Wilensky [r. s.], por ejemplo, cuestionan la distinción entre el conocimiento de sentido común y el
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presupuesto no necesario y de hecho puede estar errado, ayudará a centrar nuestro enfoque en aquello que
es importante para las descripciones semánticas del léxico.
En segundo lugar, la semántica léxica debe buscar representaciones que sean más ricas que la
descripción de los papeles temáticos [r. s.]. Como lo discuten Levin y Rappaport [r. s.], los papeles
mencionados son, como mucho, útiles para establecer de manera bastante general las estrategias de
proyección para las estructuras sintácticas del lenguaje. Las distinciones posibles con los papeles temáticos
son demasiado pobres como para proveer una interpretación semántica útil de toda una oración. Según
discutiré, se requiere de un método de descomposición léxica basado en principios. Esto presupone, para
funcionar, (1) una teoría rica y recursiva de la composición semántica, (2) la noción de buena formación
semántica mencionada más arriba, y (3) la recurrencia a distintos niveles de interpretación en la semántica
[r. s.].
En tercer lugar, y en relación con el punto anterior, la semántica léxica debe estudiar todas las categorías
sintácticas con el fin de caracterizar la semántica del lenguaje natural. Esto significa, en contra de las
tendencias recientes en la representación semántica, que el léxico debe codificar información para otras
categorías además de los verbos. Los trabajos recientes han hecho mucho para esclarecer la naturaleza de
las clases de verbos y las construcciones sintácticas que permite cada una [r. s.]. Sin embargo, todavía no
está claro si nos encontramos más cerca de entender la naturaleza subyacente del significado del verbo, ni
por qué las clases se desarrollan de la manera en que lo hacen, ni qué consecuencias tienen estas
distinciones para el resto del léxico y la gramática. Lo curioso es que se les ha prestado muy poca atención a
las otras categorías léxicas [r. s.]. Esto es, tenemos pocos acercamientos a la naturaleza semántica de la
predicación adjetiva, y mucho menos a la semántica de los sustantivos. Solamente una vez que se hayan
estudiado todas las categorías principales podremos pretender un entendimiento balanceado del léxico y
los métodos de composición.
Alejándonos del léxico por un momento, me gustaría exponer brevemente lo que, creo, debería ser el
lugar de la investigación léxica dentro del marco general de la semántica. Desde los primeros intentos de
comprensión de textos reales, uno de los problemas principales fue el del control de las inferencias
asociadas con el proceso de interpretación. En otras palabras, ¿qué tan profunda o superficial es la
comprensión de un texto? ¿Cuál es la unidad de buena formación durante la comprensión del lenguaje
natural: la oración, la emisión, el párrafo o el discurso? No existe una respuesta sencilla para esta pregunta
debido a que, con excepción de la oración, estos términos ni siquiera se pueden formalizar de una manera
que satisfaga a la mayoría de los investigadores.
En mi opinión, para representar el contexto de una emisión debe considerarse la acción de distintos
factores generativos que explican la manera en que los usuarios del lenguaje crean y manipulan el contexto
bajo constreñimientos, con el fin de ser entendidos. Dentro de tal teoría, donde muchos niveles semánticos
separados (por ejemplo, la semántica léxica, la semántica composicional, la estructura discursiva, la
estructura temporal) tienen interpretaciones independientes, el significado global de un «discurso»
constituye una estructura altamente flexible y maleable que no posee una interpretación única. Las fuentes
individuales del conocimiento semántico computan inferencias locales con un alto grado de certeza [r. s.].
Cuando todas ellas se integran, estas inferencias deben ser globalmente coherentes, un estado que se
obtiene por medio de procesos de cooperación entre módulos semánticos separados. El resultado básico de
tal visión es que la interpretación semántica procede de una manera regida por principios, siempre
consciente de cuál es la fuente de una inferencia particular y de cuál es su valor de certeza. Tal enfoque
permite a los procesos de razonamiento ser tanto maleables como computacionalmente eficientes. La
conocimiento léxico. Incluso de manera más fundamental, algunas investigaciones previas en PLN y lingüística
computacional, como las de Wilks y Schank [r. s.], no encuentran la utilidad de distinguir entre el conocimiento del
mundo y el conocimiento de cómo hablamos acerca del mundo. Más recientemente, el trabajo de Wilks [r. s.] ha
apuntado a examinar qué tan confiablemente el conocimiento léxico representa nuestro conocimiento del mundo,
codificado en formatos legibles para máquinas tales como los diccionarios, por ejemplo, LDOCE [r. s.]. Schank no
ha tratado recientemente el asunto de la representación del conocimiento en su relación con el lenguaje. Sin
embargo, sugeriré más abajo que existen buenas razones, tanto metodológicas como empíricas, para establecer esta
distinción. Trabajos de Pustejovsky y Bergler, y Pustejovsky [r. s.] contienen un buen repaso del trato que ha
recibido este asunto en la comunidad. Saint-Dizier y Viegas [r. s.] comparan algunos acercamientos recientes que
tratan esta distinción más formalmente. Ver también Atkins y Zampolli [r. s.] para los enfoques de la integración
de métodos computacionales y lexicográficos.
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representación de la semántica léxica, por lo tanto, debería ser vista como uno de muchos niveles dentro de
una caracterización más rica de la estructura contextual3.
A partir de lo que dije, examinemos más detalladamente las preguntas presentadas más arriba. Primero,
volvamos al asunto de la metodología. En este capítulo, repasaré los métodos más comunes utilizados para
la clasificación semántica de los ítems léxicos y caracterizaré la riqueza del problema de representar la
información semántica del léxico.
Cualquier teoría semántica tiene como objetivo la clasificación adecuada de los ítems léxicos de un
lenguaje en clases que predigan su expresión sintáctica y semántica. Más aún, tal teoría no debería
simplemente proyectar el significado de los ítems léxicos en cada oración, sobre una base individual; más
bien, debería capturar las relaciones semánticas entre las palabras de manera que se facilite esa proyección.
2.1. Las clases semánticas y la alternancia categorial
Dentro de la tradición de la semántica formal, el aspecto más fundamental del significado de una palabra es
quizá su tipo semántico. En esta visión, la información categorial o tipológica determina no solo el
comportamiento sintáctico de una palabra, sino también a qué refieren los elementos de la categoría. Por
ejemplo, los verbos «amar» (love) y «odiar» (hate) serían vistos como relaciones entre individuos del mundo,
mientras que el sustantivo «mujer» (woman) seleccionaría el conjunto de todos los individuos del mundo
que son mujeres. Los operadores lógicos tales como «el/la» (the) y «o» (or) pueden verse como operaciones
de conjuntos sobre clases de individuos en el mundo [r. s.] o como instrucciones de procedimientos [r. s.].
Dado que las distinciones tipológicas son generalmente tan amplias, la semántica léxica también distingue
las subclases de miembros de estas categorías. Convencionalmente, esto se logra por medio de la aplicación
del análisis distribucional estándar sobre la base de los tests de colocación y de co-ocurrencia [r. s.]. Por
ejemplo, la partición de los sustantivos «perro» (dog) y «libro» (book) en diferentes clases de selección se
realiza debido a contextos que implican lo animado, mientras que la partición de los sustantivos libro y
«literatura» (literature) en diferentes clases de selección se realiza debido, al menos, a la distinción entre
sustantivos de masa y contables [r. s.].
2.1.1. Las alternancias verbales
Una metodología lingüística desarrollada hace poco para organizar los significados de las palabras en
clases semánticas es la de estudiar los patrones sintácticos en los que participan las palabras (por ejemplo,
las alternancias gramaticales comunes). Así, el trabajo iniciado en el Proyecto del Léxico del MIT
[Massachusetts Institute of Technology] y recién codificado por Levin [r. s.], delinea una amplia
clasificación de las alternancias del argumento del verbo en inglés, con el fin de clasificar los verbos en
clases semánticamente únicas. Por ejemplo, los verbos «hundir» (sink), «rodar» (roll) y «romper» (break)
poseen tanto formas transitivas como intransitivasa, donde los sentidos léxicos se relacionan por medio del
rasgo interpretativo de la causatividad. Existen, por supuesto, numerosos ejemplos de verbos intransitivos
que no tienen una forma de derivación causativa, por ejemplo, «llegar» (arrive), «morir» (die), «caer» (fall) [r.
s.].
(1)
a) The boat sank in the stormy weather.
[El bote se hundió en la tormenta.]
3 El contexto dentro del cual se sitúa una emisión debe reflejar el estado del discurso, como recientemente lo han
sostenido muchos autores (por ejemplo Heim, Kamp y Reyle, Asher [r. s.]) y las tendencias actuales dentro de la
semántica situacional. Igual de importante, sin embargo, es alguna noción acerca del propósito de una emisión.
Gras y Zinder, Pollack, y Cohen, Morgan y Pollack [r. s.], entre otros, han enfatizado con buen tino la importancia
de los objetivos al establecer el marco contextual para el acto comunicativo. Así, en algún sentido, la estructura
retórica del discurso define lo que el hablante busca lograr [r. s.]. Regresaré a este punto en el capítulo 10.
a [Nota de los traductores. En castellano los usos transitivos de hundir y romper se diferencian de los intransitivos
porque los últimos corresponden a formas reflexivas (hundirse y romperse), las que destacan a las entidades que
experimentan las consecuencias de tales procesos. Como se ve, no son estos los casos que trabaja el autor, quien
está operando con zero-derived causative forms, es decir, con formas causativas derivadas sin ningún agregado
morfológico («derivación cero»): una única forma para dos lecturas diferentes, la intransitiva y la transitiva
(causativa), como en el caso de rodar.]
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b) The plane sank the boat in the stormy weather.
[El avión hundió el bote en la tormenta.]
(2)
a) The ball rolled down the hill.
[La pelota rodó por la colina.]
b) Bill rolled the ball down de hill.
[B. rodó la pelota por la colina.]
(3)
a) The bottle broke suddenly.
[La botella se rompió de repente.]
b) Mary broke the bottle suddenly.
[M. rompió la botella de repente.]
(4)
a) The letter arrived on time.
[La carta llegó a tiempo.]
b) *The mailman arrived the letter on time.
[*El cartero llegó la carta a tiempo.]
(5)
a) My terminal died last night.
[Mi terminal murió anoche.]
b) *The storm died my terminal last night.
[*La tormenta murió mi terminal anoche.]
(6)
a) The block tower fell.
[La torre de ladrillos cayó.]
b) *Zachary fell the block tower.
[*Z. cayó la torre de ladrillos.]
Aunque las oraciones de (4b)-(6b) son agramaticales, son ciertamente entendibles. La semántica léxica
debería especificar qué es lo que comparten estas dos clases, de tal manera que poseen formas gramaticales
intransitivas, pero es igualmente importante la caracterización de cómo difieren, de tal manera que la
última clase no permite una forma transitiva.
Entre otras alternancias útiles se incluye la conativa, como se ilustra en (7)-(10)4:
(7)
a) Mary shot the target.
[M. disparó al blanco.]
b) Mary shot at the target.
[M. disparó en dirección al blanco.]
(8)
a) Mary scraped the window.
[M. raspó la ventana.]
b) Mary scraped at the window.
[M. raspó sobre la ventana.]
(9)
a) The cat touched my leg.
[El gato tocó mi pierna.]
b) *The cat touched at my leg.
[*El gato tocó sobre mi pierna.]
(10) a) Mary shot the arrow.
[M. disparó la flecha.]
b) *Mary shot at the arrow.
[*M. disparó sobre la flecha.]
4 Ver Dixon y Levin [r. s.] para una discusión.
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La pregunta es si resulta posible identificar los elementos semánticos que los discriminan, permitiendo la
conducta distinta de los verbos transitivos que están más arriba, y a su vez explicar por qué (9b)-(10b) no
son gramaticales5. Quizá lo más interesante sea cómo se puede representar léxicamente la polisemia de
estos verbos que toman formas múltiples.
Lo que muestran claramente estos ejemplos es que la participación en una alternancia gramatical no
determina de manera suficiente la clase semántica del verbo. De hecho, incluso una vez lograda la
catalogación completa de la participación en clases de alternancias, debemos preguntarnos qué es lo que
hemos obtenido. Descriptivamente, podremos haber logrado un gran acuerdo, en términos de cómo se
comportan los verbos a partir de clases rotuladas semánticamente. Pero debemos darnos cuenta de que
explicar la conducta de la clase semántica del verbo solamente puede provenir del reconocimiento de que
los patrones sintácticos de una alternancia no son independientes de la información que llevan los
argumentos caracterizados en los patrones mismos. En otras palabras, la diversidad de tipos de
complementos que puedan tomar el verbo u otras categorías también está determinada, en gran medida,
por la semántica de los complementos mismos. Uno de los puntos metodológicos que discutiré es que la
clasificación de alternancias no constituye una teoría. De hecho, como lo señala la misma Levin [r. s.], los
mecanismos teóricos que dan lugar a la distribución descriptiva de la conducta sintáctica no se
transparentan por sí mismos en estas clases.
Otra clase de diagnóstico sintáctico que parece tener alguna utilidad teórica es la «poliadicidad»
(polyadicity) entendida más estrictamenteb. Como lo señalan Bresnan, Fillomore y Levin [r. s.], existen no
solo alternancias de cambio de argumento tales como las discutidas arriba, sino también alternancias de
caída del argumento. La regla del «borrado del sintagma nominal indefinido» es el término utilizado para
el paradigma de las siguientes alternancias.
(11) a) The woman ate her meal quickly.
[La mujer comió su comida rápido.]
b) The woman ate quickly.
[La mujer comió rápido.]
(12) a) The dog devoured the cookie.
[El perro devoró la galletita.]
b) *The dog devoured.
[*El perro devoró.]
(13) a) John drank his beer feverishly.
[J. tomó su cerveza fervorosamente.]
b) John drank feverishly.
[J. tomó fervorosamente.]
5 La generalización, tal cual la ve Levin [r. s.], trata sobre verbos que denotan tanto contacto como movimiento (o
quizás más recientemente, el movimiento hacia el contacto). Nótese, sin embargo, que la oración de (9b) se vuelve
mejor si contextualizamos el sentido con una modificación de adjunto:
(i) ?Under the table, the cat kept touching at my leg with his front paw.
[*Bajo la mesa, el gato continuó tocando sobre mi pierna con su pata delantera.]
b [Nota de los traductores. El término poliadicidad (tal vez interpretable como «adición múltiple») refiere a la cantidad
de argumentos seleccionados por el predicado analizado. Por ejemplo, un verbo monádico como caminar
selecciona un único argumento [caminar (Agente)], mientras que uno diádico como tomar selecciona dos [tomar
(Agente, Tema)] y uno tríadico como poner selecciona tres argumentos [poner (Agente, Tema, Locativo)]. El autor
trata aquí la cuestión relacionada con las diferencias que muestran algunos verbos frente a la presencia o ausencia
de sus argumentos; así, un verbo como comer puede ser diádico [comer (Agente, Tema)] o monádico [comer
(Agente)], es decir, es poliádico (o permite «múltiples adiciones»). Contra este, un verbo próximo en significado
como devorar solamente puede ser diádico [devorar (Agente, Tema)], ya que no acepta el borrado del sintagma
nominal en posición de complemento [*devorar (Agente)].]
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(14) a) John gulped his beer feverishly.
[J. tragó su cerveza fervorosamente.]
b) *John gulped feverishly.
[*J. tragó fervorosamente.]
(15) a) Mary hummed a song while she walked.
[M. tarareaba una canción mientras caminaba.]
b) Mary hummed while she walked.
[M. tarareaba mientras caminaba.]
(16) a) Mary performed a song while she ate her dinner.
[M. ejecutó una canción mientras cenaba.]
b) *Mary performed while she ate her dinner.
[*M. ejecutó mientras cenaba.]
En estos ejemplos uno podría atribuir la posibilidad de la caída del objeto a una diferencia aspectual entre
los verbos contrastados. Esto es, mientras «comer» (eat) denota una actividad sin una duración específica (al
menos léxicamente), «devorar» (devour), se podría argumentar, denota una transiciónc. Aunque devorar se
considera generalmente como una forma de especificación del verbo comer, el primero posee una
implicatura completiva que se encuentra ausente en comer. Los mismos comentarios son aplicables para los
otros dos pares: mientras «tomar» (drink) es una actividad, «tragar» (gulp) posee la implicatura de aspecto
completivo; y finalmente, mientras «tararear» (hum) es una actividad, «ejecutar» (perform) tiene el aspecto
completivo lexicalizado6.
Si este fuera un relevamiento completo de los datos anteriores, esperaríamos explicar el patrón de
borrado para los otros casos de caída del complemento, lo que parecería ser difícil para muchos verbos que
entran en esta alternancia. Por ejemplo, como lo señala Fillmore [r. s.], hay casos donde sinónimos cercanos
parecen comportarse de manera diferente con respecto a licenciar la caída del complementod.
(17) a) Mary tried to start her car in the morning.
[M. trató de arrancar su auto en la mañana.]
b) Mary tried in the morning.
[?M. trató en la mañana.]
(18) a) Mary attempted to start her car in the morning.
[M. procuró arrancar su auto en la mañana.]
b) *Mary attempted in the morning.
[*M. procuró en la mañana.]
Como se puede ver, ningún parámetro semántico va a ser suficiente para explicar todos los casos de caída
del complemento7.
c [Nota de los traductores. Hay que entender transición en un sentido técnico, es decir, considerar que se trata de un
evento que progresa hacia un límite lógico. En este sentido, comer se puede entender como una actividad o evento
no delimitado, mientras que devorar se debe analizar como una transición o evento delimitado, cuyo cumplimiento
se verifica cuando se alcanza su límite lógico (i. e., cuando desaparece el objeto que está siendo devorado).]
6 Como se verá más abajo, sin embargo, incluso esta distinción requiere de una modificación, dado que los tres
verbos de actividad marcados léxicamente pueden aparecer en contextos transicionales (i.e. télicos) de frase o de
oración. Ver el capítulo 9 más abajo para una discusión.
d [Nota de los traductores. La caída del complemento es un fenómeno derivado, es decir, que implica una operación
aplicada sobre una forma previa. En el marco de estos modelos lexicalistas, la aplicación de una operación debe
estar justificada por algún rasgo o propiedad de los elementos léxicos.]
7 Discuto en otro lugar [r. s.] que la distinción aspectual en los casos de borrado de sintagmas nominales indefinidos
es de hecho suficiente para explicar qué verbos licencian la alternancia. Para una clase más amplia de los
fenómenos de caída del complemento, sin embargo, incluidos los casos de complemento infinitivo en (17) y (18), se
encuentra implicado algo más que el simple aspecto.
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Además de la poliadicidad transitivo-intransitiva, hay
documentados, como los que aparecen entre (19) y (24) [r. s.].
cambios
ditransitivo-transitivos
bien
(19) a) John gave a book to Mary.
[J. dio un libro a M.]
b) *John gave a book.
[*J. dio un libro.]
(20) a) John gave a lecture to the academy.
[J. dio una conferencia en la academia.]
b) John gave a lecture.
[J. dio una conferencia.]
(21) a) John mailed a book to his brother.
[J. despachó un libro a su hermano.]
b) *John mailed a book.
[*/?J. despachó un libro.]
(22) a) John mailed a letter to his brother.
[J. despachó una carta a su hermano.]
b) John mailed a letter.
[J. despachó una carta.]
(23) a) Bill showed a book to Mary.
[B. exhibió un libro a M.]
b) *Bill showed a book.
[*B. exhibió un libro.]
(24) a) Bill showed a movie to the audience.
[B. exhibió una película ante la audiencia.]
b) Bill showed a movie.
[B. exhibió una película.]
Así, en algunos casos, la expresión del argumento meta, obligatorio de otra manera, cae y el verbo se
convierte en un simple transitivo. Voy a argumentar en los capítulos subsiguientes que lo que permite esta
alternancia es la interacción entre la semántica verbal y la información semántica del complemento mismo.
En la gramática de una lengua se pueden usar tales alternancias gramaticales para producir diferencias
semánticas a partir del comportamiento sintáctico. Utilizando tanto la información categorial y selectiva
como los datos de la alternancia gramatical se pueden agrupar las palabras en clases semánticas que
muestren comportamientos sintácticos más o menos predecibles. Sin embargo, es necesario explicar por qué
estas y solo estas formas gramaticales son parte de alguna clase de alternancia. Esto se desarrolla en el
capítulo 9.
Finalmente, consideremos brevemente una de las más antiguas clasificaciones semánticas de los verbos,
la de clases aspectuales o Aktionsarten. La idea central de esta clasificación es que los verbos y los sintagmas
verbales difieren en los tipos de eventualidades del mundo que denotan. Normalmente se supone que
existen por lo menos tres tipos aspectuales: «estado» (state), «actividad» (activity) y «evento» (event), y que
esta última clase muchas veces se divide en «realización» (accomplishment) y «logro» (achievement)8. Por
ejemplo, el verbo «caminar» (walk) de la oración (25) denota una actividad de duración no especificada. Es
decir, la oración misma no aporta información concerniente a la extensión temporal de la actividad, aunque
deícticamente se trata de un evento del pasado que se encuentra terminado9.
8 Para los detalles sobre este tema, véase a Dowty [r. s.].
9 Aquí resulta útil señalar la distinción entre la culminación temporal, donde un evento de cualquier naturaleza
simplemente se detiene, y la culminación lógica, por medio de la cual algo se completa o finaliza como resultado de
la actividad [r. s.].
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(25) a) Mary walked yesterday.
[M. caminó ayer.]
b) Mary walked to her house yesterday.
[M. caminó hasta su casa ayer. ('M. llegó caminando a su casa...')]
Se dice que una oración como la de (25a) denota una actividad [r. s.]. Otros ejemplos de verbos de
actividad son «dormir» (sleep), «correr» (run), «trabajar» (work) y «tomar» (drink). Una oración como la de
(25b) transmite la misma información que la de (25a), con la restricción adicional, sin embargo, de que Mary
terminó en su casa la actividad de caminar. Aunque sin hacer una referencia explícita a la duración
temporal de la actividad, en (25b) se afirma que el proceso tiene una culminación lógica, por la cual la
actividad se termina cuando Mary está en su casa. Se dice que este tipo de oraciones denotan un evento de
realización.
Así como el verbo caminar parece señalar léxicamente una actividad, hay verbos que léxicamente
parecen denotar realizaciones. Por ejemplo, los verbos «construir» (build) y «destruir» (destroy), en sus usos
típicos como transitivos, denotan eventos de realización porque hay una culminación lógica para la
actividad desarrollada.
(26) a) Mary built a house.
[M. construyó una casa.]
b) Mary destroyed the table.
[M. destruyó la mesa.]
En (26a) la existencia de la casa es la culminación del acto de Mary, mientras que en (26b), la no existencia
de algo que puede ser denotado como una mesa constituye la culminación directa o la consecuencia de su
acción.
Los verbos de «creación» (creation-verbs) son solo los mejores ejemplos de realizaciones. Los verbos de
«actuación» (performance-verbs) como «tocar/ejecutar» (play) admiten ambos usos, el de actividad (27a) y el
de realización (27b), dependiendo de la estructura del complemento10.
(27) a) Mary played the piano (for hours).
[M. tocó el piano (durante horas).]
b) Mary played the sonata in 15 minutes.
[M. tocó la sonata en 15 minutos.]
Como se ilustra en (27b), un diagnóstico clásico para detectar si un verbo o sintagma verbal denota una
realización es su modificación por frases adverbiales de tiempo como «en una hora», i. e., los así llamados
«adverbios de marco». Nótese en (28) que las realizaciones, tanto las derivadas como las léxicas, admiten tal
modificación, mientras que las actividades (29) no lo permiten.
(28) a) Mary walked to the store in an hour.
[M. caminó hasta la tienda en una hora.]
b) Mary built a house in a year.
[M. construyó una casa en un año.]
(29) a) *John drank in 20 minutes.
[*J. tomó en 20 minutos.]
b) *Mary worked in an hour.
[*M. trabajó en una hora.]
El adverbio de marco parece requerir que el verbo o sintagma verbal se refiera explícitamente a un cambio
de estado, una precondición que desaparece en (29a-b).
10 El tema de la aspectualidad variable se discute con algún detalle en el capítulo 9 en términos de polisemia y de
coerción eventiva.
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La última clasificación convencional del aspecto es la de logro. Un logro es un evento que resulta en un
cambio de estado, como lo hace una realización, pero donde el cambio se piensa como un suceso
instantáneo. Por ejemplo, en las oraciones de (30a-c) el cambio no es gradual sino algo que tiene una
cualidad de tipo puntual. Por este motivo, la modificación por «adverbios puntuales» (point adverbials)
como «a las 3 pm» (at 3 pm) sugiere que la oración denota un logro [r. s.].
(30) a) John died at 3 pm.
[J. murió a las 3 pm.]
b) John found his wallet at 3 pm.
[J. encontró su billetera a las 3 pm.]
c) Mary arrived at noon.
[M. llegó al mediodía.]
Por supuesto, la modificación por medio de adverbios puntuales no está restringida a los logros, como lo
muestran los siguientes ejemplos de verbos de realización.
(31) a) She swam the channel at 10:00 am.
[Cruzó nadando el canal a las 10:00 am.]
[Literal: Nadó el canal a las 10:00 am.]
b) The pianist performed the sonata at noon.
[El pianista tocó la sonata al mediodía.]
c) James taught his 3 hour seminar at 2:30 pm.
[J. dictó su seminario de 3 horas a las 2:30 pm.]
d) He delivered his lecture at 4:00 pm.
[Dio su conferencia a las 4:00 pm.]
Estos adverbios puntuales indican el momento de inicio de un evento de cierta duración específica.
Las aparentes propiedades léxicas del verbo pueden ser afectadas por factores que tal vez pueden no ser
léxicos. Por ejemplo, consideremos las oraciones de (32), donde vemos un cambio en el significado de comer
de una actividad (32a) a una realización (32b). De manera similar, el verbo construir, ya mencionado, que
está especificado léxicamente como realización (33a), puede aparecer tanto con un objeto plural no
especificado como con un término de masa, asumiendo una lectura como actividad (33b).
(32) a) Mary ate cookies. (actividad)
[M. come galletitas.]
b) Mary ate a cookie. (realización)
[M. come una galletita.]
(33) a) Brown and Root Inc. built the runway in Tehran.
[B&R Inc. construyó la autopista de Teherán.]
b) Brown and Root Inc. builds runways in Southwest Asia.
[B&R Inc. construye autopistas en el sudoeste asiático.]
La presencia de un objeto plural no especificado (33b) cambia la interpretación de un evento típicamente
télico (o delimitado) a un proceso no delimitado [r. s.].
Otra indicación del cambio aspectual que resulta de la pluralización del sujeto de los predicados de logro
deriva de los patrones de complementación con predicados aspectuales como «comenzar» (begin) y
«terminar» (finish). Normalmente, los logros no resultan gramaticales como complementos de estos verbos,
como se ilustra en (34), pero estos mismos predicados con sujetos plurales (35) manifiestan una distinción
aspectuale.
e [Nota de los traductores. Al pluralizar los sintagmas nominales (sujeto u objeto, según se ve en los ejemplos), la
aspectualidad verbal se entiende como la reiteración del evento de logro correspondiente (el predicado resultante se
entiende como una actividad): encontró una pulga y llegó el invitado (logros, procesos delimitados), frente a encontró
pulgas y llegaron los invitados (reiteraciones del logro, actividades, procesos no delimitados).]
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(34) a) *John began finding a flea on his dog.
[*J. comenzó a encontrar una pulga en su perro.]
b) *The guest began to arrive.
[*El invitado comenzó a llegar.]
(35) a) John began finding fleas on his dog.
[J. comenzó a encontrar pulgas en su perro.]
b) The guests began to arrive.
[Las invitadas comenzaron a llegar.]
Finalmente, examinemos el comportamiento de los estados. Siguiendo a Carlson y a Kratzer [r. s.],
podemos distinguir dos tipos de predicados estativos: los «de individuo» (individual-level) y los «de
estadio» (stage-level). Predicados tales como «alto» (tall), «inteligente» (intelligent) y «gordo» (overweight)
pueden pensarse como propiedades que un individuo conserva, más o menos, a lo largo de su vida, y
pueden identificarse con el individuo directamente. Estos son los predicados de individuo. Propiedades
como «hambriento» (hungry), «enfermo» (sick) y «limpio» (clean) suelen identificarse con estados no
permanentes de los individuos, y se denominan predicados de estadio11. Esta es la clase que aparece
típicamente en las construcciones resultativas como el predicado de culminación, según se muestra en las
oraciones de (36).
(36) a) John drank himself sick with that cheap brandy.
[J. tomó hasta enfermarse con ese brandy barato.]
[Literal: J. tomó él mismo enfermo con ese brandy barato.]
b) Watching the commercial on TV made John hungry.
[Mirar el anuncio de la TV le dio hambre a J.]
[Literal: Mirar el anuncio de la TV hizo hambriento a J.]
c) Bill wiped the counter clean before serving us our coffee.
[B. limpió con un trapo el mostrador antes de servirnos el café.]
[Literal: B. pasó un trapo al mostrador limpio antes de...]
Típicamente, ninguna de estas construcciones permite predicados de individuo, como se ilustra de manera
clara en (37).
(37) a) *Bill ate himself overweight over the years.
[*B. comió hasta ser gordo a lo largo de los años.]
b) *John read himself intelligent with the «Great Books».
[*J. leyó hasta ser inteligente con los «Grandes libros».]
Una característica final para distinguir las actividades de las realizaciones, conocida como la «paradoja
imperfectiva» [r. s.], involucra las posibles implicaciones lógicas del aspecto progresivo. Para ilustrar la
naturaleza de esta paradoja, consideremos las oraciones de (38).
(38) a) John is running. (Therefore, John has run.)
[J. está corriendo. (Por lo tanto, J. ha corrido.)]
b) John is building a house. (*Therefore, John has built a house.)
[J. está construyendo una casa. (*Por lo tanto, J. ha construido...)]
Lo que indica esta diferencia de implicaciones lógicas es que una acción o bien es homogénea en cuanto a
su naturaleza o bien tiene una culminación de algún tipo. La oración de (38a) es una actividad e implica
lógicamente la afirmación John ha corrido. Esto es, John ya ha estado involucrado en la acción de correr. La
oración de (38b), por otro lado, no permite la implicación lógica John ha construido una casa porque construir
11 Aunque hay muchos diagnósticos para indicar la pertenencia a una u otra clase, algunos de ellos simplemente son
inadecuados para concordar con las intuiciones del hablante. Por ejemplo, tanto el test de inserción de there como
el test progresivo parecen favorecer los predicados de estadio por sobre los de individuo, pero existen muchos
contraejemplos a esta generalización. Discuto el tema general de las predicaciones de estadio en el capítulo 10.
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no es un proceso homogéneo sino que termina en un estado diferente, i. e., es una realización. Así, si x está
Øndo implica lógicamente x ha Ødo, entonces o el verbo o el predicado es una actividad. Una teoría de la
semántica léxica debería ser capaz de explicar este comportamiento y no solamente de usarlo para clasificar
proposiciones en tipos aspectuales.
En suma, hemos considerado la siguiente categorización de tipos aspectuales para verbos, frases
verbales y oraciones: ACTIVIDADES: caminar, correr, nadar, tomar; REALIZACIONES: construir, destruir, romper;
LOGROS: morir, encontrar, llegar; y ESTADOS: enfermo, saber, amar, recordar, pensar, ser/estar. La pertenencia a una
clase aspectual determina mucho del comportamiento semántico del ítem léxico, pero debe notarse que las
propiedades aspectuales de una oración pueden cambiar como resultado de otros factores, tales como la
modificación adverbial (tanto durativa como de marco), la estructura del sintagma nominal en posición
argumental (por ejemplo, plural definido vs. plural no especificado), o la presencia de un sintagma
preposicional. Tales asuntos no léxicos constituyen problemas para la semántica composicional y distintos
autores los discuten en el contexto de fenómenos de «cambio de tipo» [r. s.]. En el análisis que sigue, voy a
reestructurar levemente la clasificación anterior haciendo referencia a subeventos y a un mecanismo para
focalizar eventos llamado «nuclearidad eventiva» (event headedness).
2.1.2. Las alternancias nominales
También los sustantivos tienen comportamientos gramaticales característicos, que dependen de la categoría
semántica. Asimismo, a partir del estudio del comportamiento de las alternancias gramaticales en los
sustantivos se ha realizado la clasificación semántica de los tipos nominales. Tal vez la distinción más
estudiada dentro de la semántica nominal sea la de «contables» (count) versus «de masa» (mass). Esta es una
distinción que se remonta a Aristóteles y que, mucho más recientemente [fines del siglo XX], ha tenido un
papel integral en la estructuración de un modelo semántico para el lenguaje [r. s.]. La manera en que se
individualiza la «cosa» va a determinar cómo hablamos acerca de ella; así, la «arena» (sand), aunque de
hecho esté compuesta de granos individuales, es un sustantivo de masa y refiere a una cosa indiferenciada
para la experiencia que tenemos de ella12. Una «casa» (house), por otro lado, se percibe obviamente como un
objeto individual y se clasifica como un sustantivo contable. Como está bien documentado, los sustantivos
contables y los de masa seleccionan diferentes tipos de cuantificadores (39) y permiten modelos de
predicación muy distintos.
(39) a) SUSTANTIVOS DE MASA:
«mucha arena» (much sand), «más agua» (more water).
b) SUSTANTIVOS CONTABLES:
«muchas casas» (several houses), «cada chico» (every child).
No sorprende, sin embargo, que existan sustantivos con ambas interpretaciones, de masa y contable, los
que van a figurar en nuestras investigaciones ulteriores de manera destacada. Entre estos se incluyen
sustantivos como «cerveza» (beer), donde podemos hablar de cantidades (40a) o de números (40b) de la
sustancia. De manera similar, sustantivos como «correo-e» (e-mail) refieren a la masa de correspondencias
que tengo o que he mandado, como en (41), o a una transacción o correspondencia individual, lo que se ve
en (42).
(40) a) Texans drink a lot of beer.
[Los tejanos toman mucha cerveza.]
b) Patsy relished every beer she drank.
[P. disfrutaba cada cerveza que tomaba.]
(41) a) More e-mail is arriving every day.
[Cada día llega más correo-e.]
12 Para los cristalógrafos, por supuesto, hay una experiencia muy diferente con la arena como material. Podrían
referirse muy bien a los granos individuales de arena como «arena». La clasificación de un material o cosa del
mundo obviamente está determinada por cómo la percibimos y por cómo construimos la realidad para ese objeto,
dado un cierto modo de medida [r. s.].
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b) Is there any e-mail for me today?
[¿Hay algo de correo-e para mí hoy?]
(42) a) The last e-mail I sent you was yesterday.
[El último correo-e que te mandé fue el de ayer.]
b) Every e-mail I send gets bounced.
[Cada correo-e que mando me vuelve rebotado.]
Una distinción semántica relacionada con la de contable y de masa es la que se da entre sustantivos
«individuales» (individual) y «colectivos» (group), diferencia que también se manifiesta en la predicación.
Por ejemplo, los sustantivos colectivos satisfacen los requisitos selectivos de pluralidad semántica, como se
muestra en (43)f.
(43) a) The committee met for lunch.
[El comité se reunió a almorzar.]
b) The crowd dispersed after the police introduced tear gas.
[La multitud se dispersó después que la policía arrojara gases...]
Sin embargo, en lo que se refiere al ligamiento de las anáforas, los sustantivos colectivos no siguen de
manera completamente paralela a los sintagmas nominales en pluralg.
Hasta aquí todas las clases de sustantivos que hemos discutido han sido «predicativas» (predicative) en
una forma bastante directa. Esto es, tanto «mujer» (woman) como «agua» (water), cuando se usan en
sintagmas nominales completos, refieren de manera independiente a algo del mundo. Los sustantivos
«relacionales», por su lado, dependen de otro referente en términos de cómo denotan ellos mismos. Por
ejemplo, «vecino» (neighbor) y «hermano» (brother) denotan individuos que establecen una relación
específica con al menos otro individuo distinto. Las consecuencias gramaticales de esta diferencia
semántica han sido reconocidas desde hace tiempo y dan origen a las interesantes distinciones que siguen.
(44) a) The men arrived yesterday.
[Los hombres llegaron ayer.]
b) ?The neighbor arrived yesterday.
[El vecino llegó ayer.]
(En castellano se interpreta por relación al hablante.)
c) The neighbors arrived yesterday.
[Los vecinos llegaron ayer.]
(En inglés se entiende que son neighbors entre sí.)
(45) a) *The brother came home.
[*El hermano vino a casa.]
b) The brothers came home together.
[Los hermanos vinieron a casa juntos.]
(Se entiende que son hermanos entre sí.)]
Como lo han señalado Bierwisch y Eschenbach [r. s.], se pueden distinguir dos tipos de sustantivos
relacionales por su comportamiento frente al plural. Sustantivos tales como vecino y «hermana» (sister)
f
[Nota de los traductores. Verbos como reunirse y dispersarse suponen pluralidad de individuos (en términos
semánticos, no necesariamente en términos gramaticales): se reúnen los miembros de un comité (ergo, el comité se
reúne, pero *el miembro se reúne) y se dispersaron los integrantes de una multitud (ergo, la multitud se dispersó, pero *el
integrante se dispersó). Los sustantivos (colectivos) comité y multitud, siendo morfológicamente singulares,
semánticamente denotan pluralidades.]
g [Nota de los traductores. Los sintagmas nominales en plural pueden ligar anáforas que den una interpretación
distributiva: los senadores recibieron sus fotos (con el sentido de que cada senador recibió una foto de sí mismo). En
cambio, los sustantivos colectivos no admiten esta interpretación distributiva: #el senado recibió sus fotos (la
interpretación anterior es imposible aquí; en todo caso, esta oración es aceptable con la interpretación de que el
senado recibió fotos de un tercero).]
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denotan «relaciones horizontales», mientras que «padre» (father) e «hija» (daughter) denotan «relaciones
jerárquicas». Dentro de esta última clase, el sustantivo hija es el objeto dependiente de la relación y se
comporta de manera diferente respecto de padre, que es el individuo independiente. Hay que destacar que
la prominencia contextual va a mejorar la aceptabilidad de estos sintagmas nominales.
(46) a) *The daughter is in the house.
[*La hija está en la casa.]
b) ?The daughters are gathering upstairs.
[?Las hijas están reunidas arriba.]
c) The fathers are meeting tomorrow.
[Los padres se van a reunir mañana.]
Por supuesto que la mención explícita de la variable independiente de la relación torna completamente
aceptables las oraciones.
(47) a) My daughter phoned me.
[Mi hija me llamó por teléfono.]
b) John's brother is in town.
[El hermano de J. está en la ciudad.]
c) My neighbor lent me a chainsaw.
[Mi vecino me prestó una motosierra.]
Las distinciones entre contables y de masa, individuales y colectivos, predicativos y relacionales están
motivadas por los comportamientos gramaticales diferentes tanto como por las distinciones semánticas
subyacentes que tal vez dan lugar a estas diferencias. Un método más tradicional de clasificación de los
sustantivos se basa en las taxonomías de las intuiciones del hablante o la perspectiva de sentido común
acerca de qué denotan los sustantivos en el mundo. Por ejemplo, podríamos distinguir entre sustantivos
«de referencia concreta», tales como «mujer» (woman), «chico» (boy) y «caballo» (horse) (todos contables),
tanto como «pasto» (grass), «agua» (water) y «oro» (gold) (todos de masa), y sustantivos «de referencia
abstracta», como «tiempo» (time), «lugar» (place), «edad» (age) y «forma» (shape). Tales taxonomías de tipos
de entidades son comunes en los tratamientos computacionales de los fenómenos lingüísticos, pero son
ampliamente ignorados o considerados irrelevantes por la mayoría de los lingüistas teóricos. La mayor
excepción a esto es la tradición taxonómica tal como la llevaron adelante Wierzbicka y Dixon y sus colegas
[r. s.]. Esta tradición no puede ser descartada como suele hacerse en los círculos de lingüistas teóricos.
Muchas de las generalizaciones que ellos intentaron capturar son metas legítimas para la lingüística teórica
y la ciencia cognitiva. Sin embargo, muchos de sus trabajos intentan alcanzar estas metas sin aplicar
siempre las herramientas de análisis adecuadas13.
La estructuración de esa información taxonómica para los nombres (y también para otras categorías) en
la lingüística computacional y la inteligencia artificial (IA) no es simplemente un ejercicio en el modelado
de dominios; es necesaria para llevar adelante las inferencias que un sistema de razonamiento lingüístico
debe realizar para comprender una oración. De las técnicas de inferencia basadas en primitivos, como las
de Wilks [r. s.], a los sistemas de razonamiento basados en la metafísica del sentido común aplicados al
lenguaje, como los de Hobbs y otros [r. s.], la clasificación taxonómica de los objetos del mundo a través del
lenguaje puede ser una empresa seria y no un mero juego metafísico.
Estas preocupaciones recibieron renovado interés en los enfoques computacionales del análisis del
lenguaje, tanto en la lingüística computacional como en la semántica formal, y remitieron al trabajo
producido durante las décadas de 1960 y 1970 dentro de la tradición generativa. Lo que en las teorías
previas eran rasgos de selección que se veían como condiciones sobre la inserción léxica, pasa a ser
considerado como la especificación del ordenamiento en términos de satisfacción de un tipo dentro de un
modelo interpretado. Menciono aquí esta rama porque creo que hay motivaciones subyacentes importantes
en las comunidades de lingüística computacional y teórica para modelar los supuestos básicos,
conceptuales o epistemológicos, para la investigación del lenguaje. Aunque estas motivaciones pueden
13 Vuelvo a una discusión de este tema más adelante, en el capítulo 7.
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diferir mucho, espero identificar cuáles son las metas para las distintas comunidades y entonces delinear lo
que pienso son las metas comunes de la investigación lingüística en las diferentes perspectivas.
2.1.3. Las clases de adjetivos
Para terminar, permítasenos regresar brevemente a la semántica de los adjetivos. Por su naturaleza, se
considera generalmente que los adjetivos denotan estados. Algo de la discusión previa sobre las distintas
clases de estatividad, esto es la distinción entre de individuo y de estadio, será un recurso útil para distinguir
adjetivos también. Esto se relaciona con la distinción más antigua aplicada a los adjetivos, la de cualidades
accidentales versus cualidades necesarias (como la utilizaron Aristóteles y los escolásticos), pero no es igual
a ella. Esta distinción hace surgir la clasificación de propiedades tales como «hambriento» (hungry), «sucio»
(dirty) y «roto» (broken) de cualidades accidentales, a diferencia de cualidades necesarias tales como
«bípedo» (bipedal) (de una especie), «alto» (tall) (de un individuo) y «duro» (hard) (de una sustancia). Hemos
visto en la discusión anterior que hay distinciones gramaticales para hacer a partir de esta diferencia
tipológica. Un diagnóstico que no hemos considerado hasta aquí tiene en cuenta el aspecto progresivo y la
capacidad de la mayoría de los predicados de estadio de participar de predicados con aspecto progresivo,
mientras que esto no es posible para los predicados de individuo, como se ilustra a continuación.
(48) a) The horse is being gentle with the rider.
[El caballo está siendo amable con el jinete.]
b) You're being so angry again!
[¡Te estás poniendo enojado otra vez!]
c) Stop being so impatient.
[Dejá de estar tan impaciente.]
(49) a) *John is being tall today.
[*J. está siendo alto hoy.]
b) *Aren't you being beautiful tonight!
[*¡No estás siendo hermosa esta noche!]
c) *Stop being so intelligent.
[*/?Dejá de ser tan inteligente.]
Hay, por supuesto, otras maneras de clasificar adjetivos en virtud de sus comportamientos sintácticos
diferentes, incluyendo la distinción básica entre posición predicativa y atributiva, que se ilustra en (50) y
(51).
(50) a) the alleged criminal.
[el supuesto criminal.]
b) *This criminal is alleged.
[*El criminal {es/está} supuesto.]
(51) a) the frightened boy.
[el niño asustado.]
b) The boy is frightened.
[El niño está asustado.]
Con respecto a los patrones de complementación, hay muchas similitudes estructurales entre adjetivos y
verbos. Como ejemplos, así como hay verbos transitivos e intransitivos, hay adjetivos predicativos
monádicos y diádicos, que pueden ser entendidos como formas intransitivas y transitivas. Un adjetivo
como «viejo» (old), por ejemplo, no toma complementos, como se ve en (52a), mientras que adjetivos como
«envidioso» (envious) y «celoso» (jealous) como se ve en (52b) son inherentemente relacionales y pueden ser
analizados como transitivos.
(52) a) Sophia is not old.
[S. no es vieja.]
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b) John is envious of Mary's position.
[J. está envidioso del cargo de M.]
Otra distinción estructural diferencia adjetivos que permiten «conductas de movimiento» (movement-like
behavior), tales como «seguro» (certain), de adjetivos que no alternan.
(53) a) Mary is certain to be the next President.
[Es seguro que M. será la próxima presidenta.]
[Literal: M. es seguro ser la próxima presidenta.]
b) It is certain that Mary will be the next President.
[Es seguro que M. será la próxima presidenta.]
Quizás el ejemplo más conocido de esta clase involucra la distinción entre elevación y control observada en
pares de adjetivos como «fácil» (easy) y «ávido» (eager)14. Adjetivos como ávido, «ansioso» (anxious) y
«renuente» (unwilling) son predicados de control de sujeto y no tienen construcción de alternancia, mientras
que adjetivos de «movimiento estricto» (tough-Movement), como fácil, «duro» (tough) y «difícil» (difficult),
participan de la siguiente alternanciah.
(54) a) It is easy to teach this class.
[Es fácil dictar este curso.]
b) This class is easy to teach.
[Este curso es fácil de dictar.]
(55) a) It is dangerous to drive on this road in the winter.
[Es peligroso andar por esta ruta en invierno.]
b) This road is dangerous to drive on in the winter.
[?Esta ruta es peligrosa de andar en invierno.]
(56) a) It is interesting to imagine Bill President.
[Es interesante imaginar a B. presidente.]
b) Bill President is interesting to imagine.
[?B. presidente es interesante de imaginar.]
Estos últimos casos son particularmente interesantes desde nuestra perspectiva a causa del significado
subespecificado que muchos de estos adjetivos suponen en construcciones como las de (57) y (58).
(57) a) Jim has decided to give an easy exam.
[J. decidió dar un examen fácil.]
b) We're going to get a difficult exam for the final.
[Estamos por rendir un examen difícil para el final.]
(58) a) Bill has to take a dangerous road to get here.
[B. tiene que tomar un camino peligroso para llegar hasta aquí.]
b) John had an interesting suggestion.
[J. tiene una sugerencia interesante.]
Según el sustantivo, sin embargo, la interpretación del infinitivo «elidido» puede depender del contexto
local, como ilustran las oraciones de (59).
(59) a) John is teaching an easy class this semester.
[J. está dictando un curso fácil este semestre.]
14 Chomsky [r. s.] ve esta como un claro desajuste entre la estructura que los modelos markovianos asignan a tales
oraciones y las representaciones subyacentes necesarias para entenderlas.
h [Nota de los traductores. En la misma línea de ejemplos se puede incluir la alternancia: Es un hueso duro ('difícil') de
roer / Es duro ('difícil') roer este hueso.]
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b) Bill is taking an easy class this semester.
[B. está siguiendo un curso fácil este semestre.]
Lo que es curioso respecto de estas oraciones es que el «predicado sobrentendido» en el sintagma nominal
un curso fácil está determinado por el predicado que lo rige en el sintagma verbal; esto es, en (59a) el curso
es fácil de enseñar, mientras que en (59b) es fácil de seguir. Este no es el caso, sin embargo, con el sintagma
nominal un examen fácil/difícil, donde la facilidad o la dificultad parecen referir en la mayoría de los casos a
rendir el examen15. Esto parece depender de la semántica del sustantivo que se modifica. Regresaré a estos
ejemplos en el capítulo 10, donde el contexto semántico local revela la lectura apropiada
composicionalmente, y se presentan las distinciones semánticas adecuadas para distinguir entre examen y
curso.
Antes de analizar en primer lugar el comportamiento gramatical de los adjetivos, podría parecer
razonable explorar qué conceptos son expresables a través de adjetivos en una lengua. Este es el enfoque
descripto por Dixon [r. s.], donde se toma una perspectiva descriptiva sobre la clasificación taxonómica de
los adjetivos. Dixon distingue los adjetivos según el campo semántico general asociado con el término. Por
ejemplo, a partir de su estudio translingüístico llega a las siguientes clases para los adjetivos:
1.
2.
3.
4.
DIMENSIÓN: grande (big), pequeño (little), amplio (large), chico (small), largo (long), corto (short).
PROPIEDAD FÍSICA: duro (hard), blando (soft), pesado (heavy), liviano (light).
COLOR: rojo (red), verde (green), azul (blue).
PROPENSIÓN HUMANA: celoso (jealous), feliz (happy), amable (kind), orgulloso (proud), cruel (cruel), alegre
(gay).
5. EDAD: nuevo (nuevo), viejo (old), joven (young).
6. VALOR: bueno (good), malo (bad), excelente (excellent), aceptable (fine), delicioso (delicious).
7. VELOCIDAD: veloz (fast), rápido (quick), lento (slow).
8. DIFICULTAD: difícil (difficult), fácil (easy).
9. SIMILITUD: parecido (alike), similar (similar).
10.CALIFICACIÓN: posible (possible), probable (probable), típico (likely).
Estas clases pueden ser muy útiles a propósitos descriptivos, pero casi nada revelan acerca de las
propiedades funcionales o relacionales de los predicados. Por ejemplo, los adjetivos difícil y fácil son
predicados de movimiento estricto y se comportan de la misma manera con respecto a esta construcción.
En la clase «calificación», sin embargo, el adjetivo típico permite la elevación, mientras que posible y probable
noi. De manera semejante, las otras clases semánticas no reflejan una conducta sintáctica uniforme. Lo que
se necesita, en mi opinión, es una clasificación semántica que capture las intuiciones listadas por Dixon,
pero sobre la base de la conducta lógica y relacional de los predicados y no en su epistemología folklórica.
Volveré a esta discusión en el capítulo 10.
15 Por supuesto que cualquier propiedad es posible como complemento de fácil o difícil cuando se usa una
complementación abierta, como se ilustra en (i) y (ii):
(i) a) That exam was difficult to grade.
[Este examen fue difícil de calificar.]
b) The exam has been easy to write, but it's going to be very difficult for the students to take.
[El examen fue fácil de escribir, pero va a ser muy difícil de responder para los estudiantes.]
(ii) This highway will be easy for de work crew to pave in the summer.
[Esa autopista va a ser fácil de pavimentar durante el verano por la cuadrilla.]
i
Las interpretaciones por omisión de las expresiones elididas siempre van a dar lugar a expresiones lingüísticas
abiertas.
[Nota de los traductores. Estas traducciones parecen seguir el comportamiento señalado por el autor para el inglés:
Es típico escuchar ese discurso / Es un discurso típico de escuchar y, en cambio, Es {posible/probable} escuchar ese discurso /
*/?Es un discurso {posible/probable} de escuchar.]
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2.2. Relaciones interléxicas
Además de agrupar las palabras en clases semánticas, la semántica léxica es el estudio de cómo las palabras
se relacionan semánticamente unas con otras. En esta sección examinaré brevemente cinco clases de
relaciones léxicas:
1.
2.
3.
4.
5.
SINONIMIA.
ANTONIMIA.
HIPONIMIA Y HERENCIA LÉXICA.
MERONIMIA.
IMPLICACIÓN Y PRESUPOSICIÓN.
Por lo general se considera a la sinonimia como una relación entre palabras más que entre conceptos. Una
definición suficientemente extendida sostiene que dos expresiones son sinónimas si sustituyendo una por
la otra en todos los contextos no cambia el valor de verdad de la oración en la que se realiza la sustitución
[r. s.]16. Una definición un poco más débil hace referencia a la sustitución relativa a un contexto específico.
Por ejemplo, en el contexto de la carpintería «tabla» (plank) y «plancha» (board) pueden ser consideradas
sinónimas, pero no necesariamente en otros dominios [r. s.]. Debería notarse que si la sinonimia se define
como sustituibilidad de expresiones, entonces es una relación intracategorial, esto es sustantivos por
sustantivos, verbos por verbos y así con todas.
La antonimia es una relación caracterizada en términos de oposición semántica, y, como la sinonimia, se
define adecuadamente sobre pares de ítems léxicos más que sobre conceptos. Son ejemplos de antonimia
«elevarse» y «caer» (rise/fall), «pesado» y «liviano» (heavy/light), «rápido» y «lento» (fast/slow), «largo» y
«corto» (long/short) [r. s.]. Es interesante observar que los datos de co-ocurrencia ilustran que los sinónimos
no necesariamente comparten los mismos antónimos. Por ejemplo, tanto elevarse y «ascender» (ascend) como
caer y «descender» (descend) son similares en significados, pero ni elevarse y descender ni caer y ascender son
pares de antónimos. Para mayores detalles, ver Miller y otros [r. s.].
Por lejos la relación más estudiada en la comunidad de lingüistas computacionales es la hiponimia,
esencialmente la relación taxonómica definida en las redes de herencia. Por ejemplo, especificar «auto» (car)
como un hipónimo de «vehículo» (vehicle) es equivalente a decir que vehículo es un superconcepto del
concepto auto, o que el conjunto auto es un subconjunto de aquellos individuos denotados por el concepto
vehículo.
Una de las relaciones léxicas más difíciles de definir y de tratar formalmente es la meronimia, la relación
de las partes con el todo. La relación es familiar, desde las lenguas de representación del conocimiento con
predicados o sustantivos «de ranura» (predicates or slot-names) tales como parte-de o hecho-de [r. s.]. De
manera similar en el dominio de la planificación, la cuestión de la meronimia surge cuando hay que definir
la necesidad u opcionalidad de las subpartes de un evento o plan [r. s.]. Para los tratamientos de esta
relación en la semántica léxica, ver Miller y otros, y Cruse [r. s.].
Otro aspecto importante respecto del cual las palabras pueden relacionarse entre sí es a través de la
implicación y la presuposición. Aunque no hay coincidencia completa sobre cómo definir estas relaciones,
una distinción bien establecida es la siguiente. Una expresión A implica semánticamente a una expresión B si
y solo si cada situación que hace verdadera a A, hace verdadera a B. Por otro lado, A presupone
semánticamente a B si y solo si se da simultáneamente que (a) en todas las situaciones en las que A es
verdadera, B es verdadera, y (b) en todas las situaciones donde A es falsa, B es verdadera [r. s.]17.
16 Esta definición ignora el tema de la opacidad y de la no sustituibilidad en contextos opacos. Katz [r. s.] presenta
una discusión útil acerca de la naturaleza general de las relaciones semánticas, mientras que Bierwish y Schreuder
[r. s.] discuten los temas de la representación y del acceso para las diferentes relaciones semánticas entre los ítems
léxicos. Apresjan [r. s.] examina los contextos lingüísticos para la sinonimia en particular y cómo se identifica
estructuralmente. Sparck Jones [r. s.] presenta un estudio útil sobre los criterios para la clasificación semántica y
para la identificación de términos como sinónimos.
17 El tema de la presuposición y de cómo se relaciona el significado léxico con la proyección no puede ser discutido
exhaustivamente en este trabajo. Volveré brevemente a tales temas, sin embargo, en el contexto de la factividad, en
el capítulo 7. Soames [r. s.] presenta una guía útil a las perspectivas más recientes del tratamiento de la
presuposición en las lenguas naturales.
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Para ver cuán importantes son estos conceptos en la determinación de los significados léxicos, obsérvese
cómo (60a) implica la proposición denotada por la oración (60b).
(60) a) John killed Bill.
[J. mató a B.]
b) Bill died.
[B. murió.]
c) Bill is dead.
[B. está muerto.]
Esto es, si hay un evento de «matar» (kill), entonces hay un evento de «morir» (dead). Capturar estas
relaciones de implicación fue una de las motivaciones para la descomposición léxica en la lingüística de la
década de 1960, y todavía da lugar a mucha investigación [r. s.].
El hecho de que matar implica —más que presupone— un evento asociado con morir se hace claro
cuando examinamos la negación de (60a), donde no ocurre ningún evento de morir. Sin embargo, esta no es
la conducta de la presuposición. Puede notarse en (61) a (63) que el verbo «conseguir» (manage) implica el
evento que es su complemento, pero también trae consigo la presuposición de que la persona «intenta»
(attempts) hacer la acción del complemento, alcance o no su objetivo.
(61) a) Mary managed to finish the exam.
[M. consiguió terminar el examen.]
b) Mary finished the exam.
[M. terminó el examen.]
(Es la implicación.)
(62) a) Mary didn't managed to finish the exam.
[M. no consiguió terminar el examen.]
b) Mary didn't finished the exam.
[M. no terminó el examen.]
(Es la implicación.)
(63) Mary attempted to finish the exam.
[M. intentó terminar el examen.]
(Es la presuposición de 61a y de 62b.)
Así, la semántica léxica de un verbo como conseguir debe presuponer que el agente del evento de conseguir
también intenta causar este evento [r. s.].
Presuposiciones similares surgen con la semántica léxica de verbos del tipo «vender» (sell) y «canjear»
(trade), donde la afirmación de la relación presupone la posesión o el ser dueño de.
(64) a) John is selling his piano.
[J. vende su piano.]
b) John owns a piano.
[J. posee un piano.]
(65) a) Mary is trading her piano for a computer.
[M. canjea su piano por una computadora.]
b) Mary owns a piano.
[M. posee un piano.]
Para algunos ítems, no es tan sencillo determinar cuáles son las presuposiciones. Por ejemplo, el verbo
«olvidar» (forget) en (66a) y (66b) parece presuponer la verdad del complemento (de allí que sea llamado
verbo factivo [r. s.]).
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(66) a) John forgot that he locked the door.
[J. olvidó que había cerrado la puerta]
b) John didn't forget that he locked the door.
[J. no olvidó que había cerrado la puerta.]
O sea que, independientemente de la memoria de John, se da en el mundo el hecho de que John cerró la
puerta. Parecería además que esta factividad está asociada con el verbo olvidar. Nótese, sin embargo, que en
(67) no hay ninguna interpretación de este tipo asociada con el complemento.
(67) John forgot to lock the door.
[J. olvidó cerrar la puerta.]
De hecho, en cierto modo parecería ser contrafáctica, en tanto el proceso de olvidar impide la ocurrencia del
evento. Volveremos a este asunto en el capítulo 8.
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